JULIO VENEGAS VÁSQUEZ
EDUCACIÓN PARA EL FUTURO
AHORA
EDUCACIÓN PARA EL FUTURO, AHORA Constituye la exposición de un ciberparadigma educativo, llamado Programa Proteo, fundamentado extensamente en el libro “Timoneles del Futuro, del autor. Su aplicación permite transformar a la educación en variable estratégica para el crecimiento; así como diseñar Colegios de Anticipación, cubrir la Extensión de la Jornada Escolar, complementar las matrices curriculares de Enseñanza Básica y Media, crear Pedagogías en las nuevas configuraciones de estudios propuestas en el modelo, también crear Talleres Universales de Invención, en el contexto de un Programa para el Desarrollo y Evolución de la Inteligencia; y como aporte para diseñar una estrategia organizacional y tecnológica de cobertura nacional.
JULIO VENEGAS VÁSQUEZ
ÓN RO I C U A C UT U ED EL F A R PA
AHORA
DIAGRAMACIÓN SEBASTIÁN VENEGAS NOVAKOVIC Con ilustraciones de los artistas DANIEL HENRIQUEZ JUAN DOMINGO MARINELLO NORBERTO TAPIA
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FUTURO SE
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¡ TRIPULACIÓN, A SUS PUESTOS.
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ESTAMOS PRÓXIMOS
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“¿Y ustedes, navegarán con nosotros?”
FASTEN SEAT BELT
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LOS NUEVOS TIMONELES Los cibernavegantes son como los poetas, como los artistas: no tienen fronteras. Cada día recorren nuevos caminos, reinventan su arquitectura interior. Asimismo, son exploradores del tiempo, cabalgan en corceles del futuro, son timoneles de sí mismos y de encantadas redes lumínicas; como también son responsables de un destino inexorablemente común, cerniéndose sobre la cosmonave Tierra: el extraordinario incremento de la complejidad, su tendencia al desorden, junto a la fascinante, aun cuando inquietante nueva dimensión de existencia en la emergente cultura del Ciberespacio. Los timoneles del futuro tendrán que enfrentar los problemas de un planeta sobrepoblado; agotado de ser expoliada su monumental diversidad de formas de vida y, lo que es más, enfrentados a controlar el lado oscuro de la fuerza, la propia avaricia y soberbia, la concentración del poder y la reducción de extensas zonas de la población a condiciones de extrema pobreza. De modo que, más temprano que tarde, han de asumir el profundo sentido de responsabilidad que implica acceder a la torre de comandos de la navegación humana: conducir el navío, a sus tripulantes y pasajeros hacia un mejor destino. Para intentar cumplir con dicha responsabilidad, es necesario disponer de un nuevo paradigma educativo, que se constituya en una plataforma para el futuro, en un horizonte, en una esperanza, que rescate el valor de la inteligencia, de la sensibilidad y del sentimiento en un proyecto educativo, tecnológico y organizacional, inspirado y trascendente; que permita enfrentar el complejo y difícil desafío de sobrevivencia en los nuevos escenarios culturales, anunciados por las encantadas redes lumínicas de comunicación.
El nuevo ambiente genera una nueva forma de navegación que exige a tripulantes y pasajeros, formarse y convertirse en artistas, exploradores, constructores, filósofos, innovadores, con manejo de estructuras y poderosos principios de organización, que les faciliten la sobrevivencia en un futuro amenazante. No obstante, es menester tener presente que niños y jóvenes, en los ambientes electrónicos, nadan como peces en el agua, porque lo hacen en un medio que recrea y potencia las propiedades de la inteligencia. Así, puede afirmarse, en sentido metafórico profundo, que los niños, nacientes cibernavegantes, son cazadores de formas; cazadores de ideas, de sorpresas, de imágenes, de lo insólito, de lo humorístico, de lo trágico y dramático; cazadores de belleza que alimentan con este amplísimo caudal informativo la enorme cantidad de neuronas y de chips de sus cuerpos bioelectrónicos. Cazadores que tienen por armas la fibra óptica, los bits, los circuitos integrados, la velocidad de la luz; la luz como la flecha y los computadores como arcos, para apuntar sobre cualquier forma lumínica del ciberespacio que concite su interés. El blanco definitivo: la propia creatividad e inteligencia, prolongada ahora a todo el globo a través de redes multidimensionales de información y comunicación. El nuevo ambiente, el de los nuevos timoneles.
EL DESAFIO En aspectos esenciales, la solución de los problemas económicos, sociales o políticos, tanto como los del proceso de modernización o aquellos derivados de los profundos cambios tecnológico-culturales, plantean la necesidad de generar un modelo o paradigma organizacional, lo más universal posible, que se constituya en programa de acción futurista para una sólida estrategia de crecimiento, mejoramiento de la calidad de vida y posicionamiento de avanzada y liderazgo en la región. De entre las múltiples variables que inciden en el desarrollo de un país, nos parece que en la actualidad adquieren particular relevancia el soporte organizacional y económico, la base tecnológica, el proceso educativo y las estrategias de gobernabilidad para la creciente complejidad y tendencia al desorden. Desde esta perspectiva, cualquier alternativa de solución implica, al menos, la interrelación de dichas variables en un modelo que, en sentido estricto, se constituya al mismo tiempo en un nuevo paradigma educativo y en una plataforma para el futuro. A su vez, su lógica y cobertura de operación ha de ser aplicable al mayor número de situaciones, procesos e instancias de organización y gobernabilidad.
“No se trata quizá tanto de que los hombres hayan arrinconado de un empellón al educador,
como de que
lo han absorbido imitadores de alta potencia Computadores,televisión,radio
Si, pues, la educación se ha convertido en una importante inversión y actividad básica de la era electrónica, el educador tradicional sólo puede recuperar su papel extendiéndolo mucho más allá de lo que jamás lo ha sido en cualquier cultura anterior”.
Mc Luhan
UN PARADIGMA UNIVERSAL DE ORGANIZACIÓN Pero, para sustentar una estrategia de crecimiento ¿tenemos a disposición algún modelo que, no restringiendo la natural diversidad e iniciativa, facilite la coordinación, regulación y proyección global de la plataforma que necesitamos diseñar y construir? A nuestro juicio, el desarrollo actual del conocimiento y la tecnología ponen frente a nuestros ojos dicho modelo: la propia organización del cuerpo humano y su arquitectura lógica, la inteligencia, puede ser considerada el paradigma de organización por excelencia. Una organización de organizaciones, la más poderosa y versátil conocida, de la que es posible deducir un amplísimo espectro de estructuras y principios de funcionamiento, aplicables al diseño y mejoramiento de los más variados tipos de sistemas. En esta dirección, proponemos definir la inteligencia, de modo preliminar, como una metaorganización universal*. Hemos utilizado el vocablo griego meta para caracterizar la complejidad lógica que ha de poseer una organización con este rango para describir y pensar su propio pensamiento y modo de organización del conocimiento, así como su accionar. También nos permite describir su poder para penetrar en las formas y develar, en mayor o menor grado, las estructuras de organización de toda clase de objetos y seres. Asimismo, resulta de particular interés su propiedad metamórfica; es decir, el poder que posee para cambiar de forma, manteniendo su forma original. A esto debemos
* Concepto de inteligencia que hemos fundamentado de modo extenso en los libros «Proteo, Paradigma de la Inteligencia» y en «Timoneles del Futuro».
agregar el principio hologramático, por el cual cada componente de la entidad posee la variedad estructural de la máquina entera, al modo como la célula contiene el programa arquitectónico y evolutivo de todo el cuerpo. Y desde luego, hemos de tener presente su enorme complejidad, requisito imprescindible para que pueda ser considerado el paradigma de organización por excelencia y sea posible diseñar, a partir de él, entidades con similares exigencias de complejidad estructural. Esto, entre otros principios de funcionamiento que contribuyen a configurar su dimensión de orden meta. Su rango universal está dado por el amplísimo espectro de acciones que puede ejecutar, por cuanto, no sólo se reconoce a sí misma como una clase de organización, sino que también puede reconocer y descifrar otras entidades existentes o posibles, o quedar perpleja y reconocerlas como indescifrables o insolubles. Si, además, consideramos cómo la riqueza y versatilidad de muchos de los recursos lógicos y adaptativos del cuerpo han sido transformados en tecnologías, máquinas-herramientas y procesos computarizados, entonces tenemos una nueva organización que podemos llamar el cuerpo tecnológicamente prolongado, que nos provee de una estructura paradigmática de inagotable creatividad y poder. En los hechos, un campo universal de estudios y de aplicaciones de valor estratégico. Una de cuyas fases futura, de enorme sofisticación, sería la tendencia tecnológica que podría culminar en el diseño de lo que hemos llamado la Máquina Proteo*, una entidad y ambiente que podría permitir transitar desde la dimensión virtual a la real, en una u otra dirección, y desplegar una capacidad ilimitada de combinación de estructuras para generar seres o entidades insospechadas. * Un desarrollo extenso sobre la Máquina Proteo se encuentra en el libro «Timoneles del Futuro», del autor.
ASÍ, PUES
“Estos tres conocimientos: conocerse a sí mismos, conocer lo que está en nosotros y conocer las cosas que pertenecen a lo que está en nosotros, están ligadas entre sí; son efecto de un solo y mismo arte... la sabiduría” Sócrates
EL VALOR DE LA INTELIGENCIA El estudio de la inteligencia y del cuerpo humano han adquirido trascendental relevancia estratégica, por cuanto gran parte de sus estructuras y propiedades han sido potenciadas en tecnologías de comunicación y procesamiento computarizado de la información, que han hecho emerger un verdadero cuerpo e inteligencia tecnológicos. Una red creativa que comprende desde la automatización de procedimientos matemáticos, hasta la robotización de funciones físicas del cuerpo, pasando por la mecanización electrónica de multiplicidad de funciones administrativas y de la producción, destinadas a la implementación de sistemas expertos, inteligencia artificial, realidad virtual y ciberespacio. A este respecto, los sistemas mundiales de comunicación constituyen verdaderas redes neuronales, que interconectan nuestro planeta en todas direcciones y profundidades. En realidad, el campo de aplicaciones y de investigación sobre la inteligencia se ha ampliado enormemente, y cubre, en la actualidad, el estudio de los recursos lógicos y adaptativos del resto de los seres vivos e, incluso, de la dimensión subatómica de la materia, como depositarios de propiedades y estructuras también inteligentes, posibles de utilizar y potenciar de forma tecnológica y social.
Asimismo, la descripción de la lógica del genoma humano reafirma la idea del rango paradigmático del cuerpo, en cuanto el modelo de organización más versátil, complejo y poderoso conocido. A nuestro juicio -y no obstante que en una primera aproximación dicha investigación pueda ser considerada principalmente de orden genético-, su decodificación explicitará la arquitectura lógica del cuerpo, otro nombre para la inteligencia. En realidad, enfatizar lo lógico en la decodificación del genoma permite visualizar la enorme e ilimitada cobertura de aplicaciones, no sólo médicas, que tendrá el despliegue tecnológico de su estructura, principios de operación y de adaptabilidad de que es depositario.
“¿Qué nuevos seres poblarán nuestra Cosmonave Tierra con la manipulación genética?”
Adquiere sabiduría, trata de alcanzar la inteligencia; no te olvides de ella, ni te apartes de los dichos de mi boca. No la dejes, y ella te guardará; ámala, y será tu defensa.
He aquí el principio de la sabiduría: adquirir la sabiduría, y a trueque de todos tus bienes alcanzar la inteligencia. Tenla en gran estima, ella te ensalzará; te honrará cuando la estreches en tus brazos. Ornará tu cabeza con una corona de gracia, y te regalará una magnífica diadema. Proverbios 4:5-9
COMPLEJIDAD Y TENDENCIA AL DESORDEN La complejidad, temática abordada desde su inicio por la Cibernética, se ha convertido en otro de los campos de estudio de extraordinaria importancia. La complejidad, o más bien, la hipercomplejidad, está por todas partes: en el explosivo crecimiento de las ciudades, en el enorme número de variables que intervienen en los procesos culturales, tecnológicos, sociales y económicos; en los procesos de transculturización Oriente-Occidente, en nuestras vidas personales, en la misma familia y, desde luego, en la conducción de nuestra propia mente y proyectos. Por cierto que, con su incremento, crecen las dificultades y aumenta la tendencia al desorden y al caos, llamada entropía. Esto nos plantea el dramático desafío de si, pasado un cierto nivel, es posible ya el control sobre la misma, para evitar un desenlace catastrófico. Cualesquiera sean las respuestas tentativas, pensamos que el problema del gobierno de la complejidad debe ser enfrentado tempranamente en la educación, si queremos contar con un recurso humano capacitado para enfrentar esta nueva exigencia del mundo contemporáneo. Más aún, si consideramos el incremento progresivo de la tendencia ineluctable de la naturaleza a degradar lo organizado, que hace más urgente concebir estrategias que contrarresten dicho principio. En realidad, se trata de la sobrevivencia de la especie y de la misma biodiversidad, por cuanto las diversas formas que asume esta tendencia, tales como la destrucción ecológica, la explosión demográfica, una enorme población que vive en condiciones de miseria, los conflictos armados, la soberbia y avaricia humanas, entre muchas otras variables y factores, podrían poner a la humanidad frente a un colapso prácticamente inevitable.
¡STAND BY! ¡TODOS ALERTA! “Aunque estamos sometidos a una vida tal, que el mundo en su totalidad obedece a la segunda ley de la termodinámica, donde la confusión aumenta y el orden disminuye... hay islas, locales y temporales de entropía decreciente... lo que nos induce a asegurar la existencia del progreso... Pero, ¿Qué podemos decir acerca de la batalla entre él y la entropía creciente en el mundo que nos rodea?... En un sentido muy real somos pasajeros náufragos a la deriva en un planeta condenado. Pero aun en una catástrofe marítima, el honor y los valores humanos no desaparecen; debemos aprovecharlos hasta el máximo.”
Norbert Wiener, creador de la Cibernética
A este respecto, pareciera ser que para la posibilidad de introducir formas de gobierno que aminoren la velocidad y poder de los efectos destructivos de la tendencia al desorden, se ha de empezar -como han enseñado filósofos, místicos y religiosos-, por el propio hombre. Ello, mediante la exploración de caminos educativos y culturales que conduzcan al gobierno del proceloso océano de los deseos, temores y ansiedades del humano hacer y padecer; cautelando la vida humana y preservando con respeto y admiración nuestra pródiga naturaleza. Por esto, debemos también aprender de las estrategias de adaptabilidad de la flora y fauna para enriquecer los sistemas de organización y mejor gobernar nuestro interior, nuestra familia, nuestras instituciones. Como se sabe, la palabra gobierno procede del vocablo griego χυβερνητησ (o khubernetes, del cual se origina el término cibernética y define el espíritu de esta novel ciencia), utilizado para designar al piloto o timonel; a quien conduce la embarcación con mano firme y segura, sorteando toda clase de dificultades, para llevar a puerto o a nuevas travesías a pasajeros y tripulantes. Porque el timonel conoce su nave, las maderas y materiales que sirvieron a su construcción; sabe de las tormentas, de las olas, del clima, de las estrellas, de los hombres; conoce su tripulación y su propia capacidad de control; por lo mismo, ha de estar preparado para no caer en las agitadas aguas de la desesperación, ni en el error negligente.
De la misma forma queremos educar a nuestros hijos, que ya empiezan a convertirse en los nuevos navegantes o cibernavegantes del futuro. Queremos dotarles de las estrategias de adaptabilidad imprescindibles para mejor gobernar su propia nave y contribuir a dirigir la nave maestra.
“Ninguna ciudad es más grande que mis sueños” Jorge Teillier
REDUCIENDO LA BRECHA ENTRE LA POLÍTICA Y EL SABER Sostenemos la idea de que no sólo es posible sino del todo necesario salvar la distancia entre la política y el saber. Ello a partir de considerar que el modelo propuesto permite relacionar, consistente y coherentemente, los problemas puntuales del desarrollo, con una teoría tentativa acerca del gobierno en ambientes de extrema complejidad y con tendencia al desorden. En esta dirección, puede sostenerse que la gobernabilidad del Estado puede ser mejorada, actualizando y potenciando sus recursos, precisamente a partir de una plataforma organizacional, tecnológica y educativa suficientemente poderosa como para contender con la complejidad en incremento progresivo. La plataforma diseñada, pensada para una nueva forma de gobierno y de navegación, ha de inspirarse en el horizonte tecnológico ofrecido por el naciente ciberespacio, posible de visualizar en el contexto del acelerado proceso de globalización en curso. Lo primero es, pues, asumir la importancia estratégica que ha adquirido la educación y aplicarse a concebir y poner en acción un programa pedagógico que conduzca a contar con un pueblo culto; que posea una gran formación tecnológica y teórica, el espíritu de invención y creatividad necesarios, la lucidez práctica y la certeza de que la inteligencia está por igual repartida en el mundo. Por ello, si le conferimos la debida importancia, es posible caminar en la dirección de un mejoramiento sustancial de la calidad de vida y de la posición en el desarrollo internacional.
El propósito es proveer la base de sustentación indispensable para crecer sólidamente, diversificando, por ejemplo, la oferta internacional con una amplia variedad de productos, digitales y de innovación, en el mayor espectro posible. Esto implica el diseño de una política sustentada en la valoración efectiva del recurso humano en lo económico y social, para reducir así, y de modo sustantivo, la enorme brecha en la distribución del ingreso. Sin embargo, para lograrlo, no son suficientes los buenos deseos, ni las declaraciones e intenciones. En realidad, es imprescindible proveer a la política de una estructura metasistémica. Más aún, si consideramos que en la actualidad dicha función tiene la responsabilidad de diseñar e implementar estrategias viables que propendan al gobierno de la enorme complejidad en un proceso de carácter global, antes que su otrora, aún cuando persistente, función de expresión de algún sector social y de poder. En esta dirección, la gobernabilidad es también cuestión educativa: se hace necesario preparar para enfrentar la hipercomplejidad y, en este profundo sentido, la educación es también política, en tanto gobernabilidad de la propia mente y cuerpo en el contexto de la redes organizacionales para el cautelamiento de la red de la vida. Y también la política es saber, porque, dada la extrema complejidad, no podría sustentarse sólo en buenas intenciones; necesita del conocimiento y del soporte tecnológico. Por lo mismo, el saber es también poder; un poder que ha de proyectarse desde el entramado de tendencias tecnológicas emergentes, haciéndose cargo de las cuestiones problemáticas relativas a la sobrevivencia de la especie y de la cosmonave terrígena, como espacio que en el futuro debiera continuar siendo viable para habitat de vida.
En la actualidad, no obstante, el poder sigue asociado a formas de dominio que es menester señalar, los nuevos ambientes culturales electrónicos han superado o complejizado y transformado en espacios interactivos y de acción recíproca global. En consecuencia -y a nuestro juicio-, el tema de la gobernabilidad, o de la política, unifica e interrelaciona de nueva manera la educación, el poder, el conocimiento y toda forma de acción o función de una comunidad.
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EN EL INQUIETANTE CIBERESPACIO El concepto de ciberespacio fue introducido por William Gibson en su genial obra de ciencia-ficción «Neuromante». Allí caracteriza esta nueva dimensión de existencia describiéndola como: “Una alucinación consensual experimentada diariamente por billones de legítimos operadores, en todas las naciones,... brillantes reticulados de lógica desplegándose sobre un incoloro vacío,... una representación gráfica de la información abstraída de los bancos de los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable, conglomerados y constelaciones de información... en donde uno puede flotar y deslizarse a alta velocidad, totalmente comprometido, pero también totalmente separado, y alrededor de uno, la danza de los negocios, la información interactuando...”. A nuestro juicio, esta es la representación más literal que nos ofrece Gibson acerca de qué sea el ciberespacio. A partir de ella, se ha creado la idea, comúnmente aceptada, de que esta nueva dimensión se vería plasmada en la actual red mundial de comunicaciones llamada Internet. Sin embargo, y en rigor, el ambiente tecnológico-cultural descrito en «Neuromante», sitúa los actuales sistemas de comunicación en una fase tecnológica aún primitiva. Considérense, a este respecto, las siguientes anticipaciones sobre lo que sí será el ciberespacio que la obra entera nos muestra. En primer lugar, se trata de una dimensión manipulada y controlada en gran medida por inteligencias artificiales. Las mismas que, eventualmente, se diversifican en otras entidades: neuroelectrónicas, holográficas, biónicas o en individuos implantados; además, con el poder para incrustar personalidades en máquinas cibernéticas con un grado de sutileza insospechado. Todo ello, en una cultura donde existen familias con poder y recursos ilimitados para clonarse o modificar permanentemente su ADN para vivir más años; que pueden contar con laboratorios criogénicos y utilizar toda clase de implantes microbiónicos en sus cuerpos o en los de sus servidores o guardaespaldas clónicos.
En el umbral de un mundo alucinante y estremecedor
Un mundo sin duda alucinante e inquietante; sin embargo, anticipatorio de tecnologías y posibilidades de diseño de máquinas bioelectrónicas. El ciberespacio mismo es una dimensión virtual, lumínica, en la que prácticamente desaparece el mundo real que conocemos para dar paso a una existencia también real, poblada de seres holográficos, de holoestructuras*, en los que los límites de lo imaginario y lo real se difuminan. En todo caso, en esta magistral obra, el futuro no es precisamente un mundo feliz. En Freeside, una de las ciudades satelitales de esta sociedad, circulan toda clase de drogas en ambientes tecnodelictivos; con mafias, asesinatos impunes, robos, tráfico de órganos humanos, de materiales genéticos y hormonas; implantes neuroelectrónicos en el cuerpo; una gran población en la miseria, la gente atiborrada en edificios que tienen como cubículos de alojamiento verdaderos nichos, también llamados “tumbas”. Todo en un espectro agobiante, desalentador y espeluznante del porvenir. Pero a su vez, en ese posible futuro, la juventud es bombardeada constantemente a la velocidad de la luz por evanescentes modas o subculturas enteras que florecen unos pocos meses para luego desaparecer por completo. A diario ingresan a dicha dimensión millones de niños a quienes se les enseña altos conceptos matemáticos y se les adiestra en las estructuras lógicas del ciberespacio o para comunicarse con holoestructuras pertenecientes a genios, destacados hombres de ciencia o artistas, con el fin de dialogar con ellos y establecer programas de navegación por entre las innumerables configuraciones o rutas, para explorar el océano de información en continuo incremento y transformación. Por ella, circulan cibernavegantes; también, holoestructuras; o personalidades sustitutivas análogas de otros individuos; y personalidades duples del tipo yo y yo, el yo de la estructura y el yo de alguna Inteligencia Artificial. Éstas, además, proyectan recuerdos almacenados de otras fases de la vida de una persona, situándolos en ambientes reales con holoestructuras de otros individuos, se generan así micromundos paralelos que alteran la dimensión espaciotemporal de acontecimientos y de la vida de las personas.
*Esto es, la personalidad de alguien que ha muerto, conservada como una estructura en tecnología de almacenamiento firmware (así llamada por Gibson), posible de activar en cualquier momento para utilizar su experiencia e inteligencia.
El ciberespacio así concebido es el lugar donde la frontera que separa lo natural de lo artificial es cada vez más sutil e imperceptible. Dimensión que empieza a ofrecernos la tecnología de realidad virtual, rodeados de imágenes, sonidos y toda clase de sensaciones; sumergidos de tal forma que la línea entre el mundo real y el imaginario desaparece. Asimismo, se amplían las fronteras de nuestros sentidos y nuestra capacidad de transformación más allá de lo conocido hasta ahora. En esta nueva dimensión podemos realizar variaciones infinitas del mundo real o de la fantasía, construyendo mundos digitalizados, inventando experiencias virtuales imposibles de lograr en la realidad, entremezclando unas y otras y permitiéndonos multiplicarnos en distintas metamorfosis, al igual que el divinal Proteo, con su inagotable poder para transfigurarse en toda clase de seres y cosas. Son los anuncios de la tecnología de realidad virtual, un ambiente computarizado multidimensional, interactivo, lo suficientemente veloz como para que la máquina y el propio cuerpo desaparezcan de la mente del cibernavegante, estableciendo como real el ambiente y las propiedades corporales que hayamos asumido a través del computador, mediante la transformación de datos en objetos visualizados, posibles de manipular como objetos virtuales. De este modo, se crea un mundo formado por dichos objetos: el mundo virtual, el escenario o ambiente virtual, mundos posibles, paralelos, reales para los seres que lo pueblan.
Un salto tecnológico estimulante, aun cuando amenazador, que resultará aún más dramático si, además, tenemos vastas regiones devastadas y poblaciones enteras relegadas a condiciones miserables, como advierten en “Un Mundo Feliz”, “1984” y las anticipaciones de vastos sectores de científicos, religiosos y filósofos. Pero también intuidas por el sentido común, si, paralelamente, continúa -junto con el incremento progresivo de la población mundial-, la destrucción ecológica, asociada a una avaricia y soberbia casi ilimitadas, demostradas hasta ahora.
En cualquier caso, no tienen límites las posibilidades creativas del proceso de combinar y recombinar toda clase de estructuras, o seres, producto de la fantasía u ofrecida por la integración poderosa de diversas tecnologías en la realidad virtual. Más aún cuando, la virtualización, como concreción de la imaginación más exuberante, puede llegar a ser alucinante mediante la creación de entidades virtuales o lumínicas que adquieren impactante presencia en la forma de criaturas que muestran emociones como miedo, ira, alegría, agradecimiento y también curiosidad; creadas y generadas por computadora y diseñadas para entrar en interfase inteligente con humanos u otras entidades con similares propiedades que aparezcan en la dimensión virtual. Una cultura en la que no hay límites para la capacidad combinatoria de la inteligencia humana, ya sea para potenciar el lado oscuro o el luminoso de la fuerza. Es menester destacar que, con entera independencia de que el hombre pueda o no crear inteligencias artificiales o traspasar en una u otra dirección el umbral de lo real hacia lo virtual, lo verdaderamente significativo, en relación con el saber, es la enorme cantidad de innovaciones tecnológicas y respuestas a problemas metafísicos que estos programas sí producirán de forma inevitable.
En el inquietante doble camino de lo virtual y lo real
ยกCIBERNAVEGANTES, A SUS PUESTOS!
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“Contempla el atardecer como si el día debiera morir en él; y la mañana como si en ella nacieran todas las cosas. Que tu visión sea nueva en todos los instantes” André Gide
UNA PLATAFORMA PARA EL FUTURO La educación: variable estratégica Los nuevos campos de estudios y de aplicaciones que proponemos para estructurar un nuevo paradigma educativo o plataforma para el futuro permiten conectar directamente a la educación con el proceso de invención, la producción y los diversos procesos asociados a la transferencia de tecnología y optimización de la gestión. También se vinculan con el mejoramiento de la calidad de los productos exigida por el surgimiento de megamercados y redes de comunicación mundial. Todos estos aspectos reafirman la función intersectorial de la educación y su valor de variable estratégica para el crecimiento. Para alcanzar este nivel de importancia, el modelo educativo debe contener, en su definición programática, la riqueza estructural necesaria para hacerse cargo, siquiera en aspectos decisivos, de los problemas de gobernabilidad que el futuro plantea ahora. Por esta razón, ha de proveer una estructura organizacional, de conocimientos y operativa, suficientemente amplia para una conexión estructurada con las diversas funciones y demandas de los escenarios emergentes. Asimismo, ha de proporcionar un variado soporte de estrategias de adaptabilidad para la sobrevivencia personal y colectiva en los nuevos ambientes del ciberespacio.
La idea directriz que en nuestro modelo satisface dichas exigencias es que siendo la arquitectura lógica del cuerpo (la inteligencia y el propio cuerpo) la estructura adaptativa más compleja y poderosa conocida, el proceso educativo, la empresa, la producción, así como el soporte organizacional del Estado, pueden ser diseñados, en muchos de sus aspectos, a imagen y semejanza de dicha arquitectura. De este modo sería posible generar ambientes educativos inteligentes, sistemas de organización y producción inteligentes, versátiles, de gran capacidad adaptativa. En otras palabras, sistemas que recreen hacia su interior estructuras y principios de funcionamiento del paradigma de organización por excelencia: el cuerpo humano; ahora, eso sí, tecnológicamente prolongado, o cuerpo cibernético. De manera análoga, así como la red neuronal de proceso y comunicación que posee el cuerpo constituye la urdimbre inteligente del mismo, el estudio de la inteligencia humana podría instalarse en el centro del proceso educativo y de cualquier otra estructura de organización como su núcleo sistémico o red neuronal, comprendiendo el análisis de toda clase de formas inteligentes, existentes en la naturaleza o diseñadas por el hombre, proveyéndolas así de una poderosa lógica organizacional. Al mismo tiempo, en tanto paradigma universal de organización, este núcleo sistémico propende a constituirse en el soporte organizacional del entramado entero de la comunidad y, correlativamente, en la plataforma más amplia, soporte de las más diversas actividades y funciones de la vida nacional. Razón por la cual, en sentido estricto, origina un ciberparadigma educativo, porque tiene como principal arquetipo organizacional la arquitectura lógica de la inteligencia y del cuerpo humano.
Lo anterior nos permite visualizar la emergencia de una nueva forma de humanismo, consistente en que la arquitectura lógica del cuerpo se constituye en el sustento de la organización social, coadyuvando a una revalorización tecnológica de la estructura de la inteligencia, proyectada ahora como ambiente cultural y red comunicacional de la comunidad, que surge desde el fondo de la red de la vida. De esta forma, el hombre alcanzaría la dimensión de centro paradigmático trascendente, y fundamento para el crecimiento de la comunidad. De hecho, la tecnología electrónica ha instalado silenciosamente este programa desde hace varias décadas, mediante la automatización progresiva de funciones lógicas y adaptativas del cuerpo, la que emerge como un verdadero espejo interactivo de la mente.
Desde el fondo de la red de la vida
El soporte organizacional Desde este contexto, el concepto de organización representa el puente entre la educación y las diversas funciones y actividades del país, que son también organizaciones y que, a nuestro juicio, requieren de una estrategia educativa común. En este nuevo paradigma, la educación es coincidente con la definición de una matriz organizacional universal, si bien no totalizante y, por lo mismo, abierta y automodificable. Es más, a nuestro juicio, el proceso educativo es el lugar natural donde deben emerger y perfeccionarse, creativamente, nuevos paradigmas de organización futuristas. Asimismo, debe constituirse en el lugar de convergencia, de las demandas organizacionales del proceso pedagógico con las redes multidimensionales de organización de la naturaleza; la propia inteligencia concebida como una poderosa forma de organización y los procesos de modernización y globalización como también profundas transformaciones organizacionales. En esta dirección, pues, corresponderá especificar una matriz organizacional educativa lo más universal posible; esto es, lo más abarcante en términos de sus recursos lógicos y adaptativos, de modo que sea también viable estructurar, a partir de ella, las diversas funciones del macro sistema de un país. Así, las diversas unidades organizacionales, tales como educación, salud, política internacional, desarrollo productivo, serán proyección de una unidad estructural, sustrato organizacional para el mayor número de variables y propósitos sistémicos. Dicha matriz pedagógica ha de constituir el curriculum articulador de todos los niveles del sistema educacional, a partir del cual se pueden desarrollar un amplio espectro de materias y las más diversas especializaciones. En consecuencia, para formar a los nuevos timoneles, proponemos crear, como matriz educativa alternativa que tienda a satisfacer la condición de ser lo más universal posible, las nuevas configuraciones de estudios y aplicaciones que se señalan en el siguiente ideograma.
UN CIBERPARADIGMA EDUCATIVO
“Hay en el abismo de Cárpatos cierto adivino, llamado PROTEO, que recorre el vasto mar en carruaje tirado por corceles de dos pies, mitad peces, mitad caballos. Como adivino, lo conoce todo: el presente, el pasado, y las cosas futuras de más lento llegar... no echa en olvido sus astucias y empieza a transformarse en todo género de cosas maravillosas. Se hace fuego, bestia horrible, agua corriente, múltiplicándose en distintas metamorfosis...” Virgilio
El PROGRAMA PROTEO El Programa Proteo, configuración central del modelo, implica crear en la educación el campo de estudios y de aplicaciones sobre la estructura, recursos lógicos y adaptativos de la inteligencia en el amplísimo espectro de formas que puede asumir. Esta cuestión es insoslayable si se tiene en cuenta la automatización progresiva de sus estructuras y principios de operación, y la multiplicidad de programas tecnológicos y científicos, concebidos para aplicar tales propiedades a la optimización y potenciación de las organizaciones. Dicha configuración comprende, al menos, la descripción progresiva de la arquitectura lógica y adaptativa de la inteligencia humana, así como de los diversos mecanismos y formas inteligentes de que son depositarios el resto de los seres vivos, e incluye el estudio de los programas orientados a diseñar sistemas expertos e Inteligencia Artificial. De igual forma explora la tendencia tecnológica de la cual puede emerger la Máquina-Ambiente Proteo. Ello, a partir del extraordinario avance en la integración de sofisticados sistemas lógicos computarizados con la simulación tridimensional interactiva de ambientes y procesos de naturaleza lumínica. Esto es, la realidad virtual, sumada al notable avance en la microminiaturización de componentes, la nanotecnología. A su vez, la enorme variedad de materias que comprende este programa justifica, desde hace ya largo tiempo, su constitución como campo esencial de estudios en la educación, y que se cubran también y de modo insoslayable los avances en la decodificación del programa genético humano y los correspondientes a las diversas especies, progresos decisivos para comprender la arquitectura lógica
de las diversas formas de inteligencia que nos provee la naturaleza. Esto facilita reafirmar el estudio de la inteligencia como un sistema de referencia universal, al tiempo que permite hacerse cargo de su prodigioso despliegue proteiforme y posibilidades evolutivas. Esta configuración, a nuestro juicio, constituye la base imprescindible de la llamada exigencia cibernética de gobernabilidad organizacional; esto es, de la posibilidad efectiva de que una organización pueda dirigir, regular, coordinar, sincronizar, planificar, conducir creciendo y, al mismo tiempo, reducir al máximo el desorden, la incertidumbre no deseada, el crecimiento inorgánico. En nuestro caso, se trata del gobierno efectivo de un plan nacional de modernización y de concebir una educación para el futuro. En el fondo, un programa de desarrollo que ha de proveer una nueva estructura de organización para el país, dentro de la cual, la modificación estructural del sistema educacional constituye una tarea imperativa. Este programa -sea dicho-, está en acelerado curso de instalación, precisamente por la tecnología electrónica y las próximas aplicaciones que resulten de descifrar la clave genética universal de los seres vivos. De modo que, para nosotros, se trata en realidad de una actualización tecnológica y de conocimientos imprescindible y, al mismo tiempo, de la necesidad de proveer formas poderosas de unificación del conocimiento para interrelacionar los más variados logros de la inteligencia en un programa de supervivencia, casi dramática, para enfrentar los nuevos y más complejos problemas del futuro de la sociedad. A este respecto, es importante precisar que el Programa Proteo constituye la matriz organizacional básica del nuevo paradigma educativo y, por esta razón, prolonga su logicidad en todas y cada una de las configuraciones del modelo, las que son, en sentido estricto, extensiones de aquélla.
Del mismo modo, es necesario especificar que, aun cuando el hombre despliega de manera natural los recursos de la inteligencia, no es suficiente cuando como en la actualidad se produce el incremento explosivo de la complejidad. Para mejorar las organizaciones, se requiere la comprensión acabada de los mecanismos más profundos y poderosos de la mente que, incluso de manera autónoma, gobiernan la hipercomplejidad del cuerpo. Ya no basta, pues, con su sólo despliegue inercial. Paradójicamente, en la escuela no existen programas ni disciplinas que se ocupen de estudiar y aplicar la enorme variedad de sus recursos, y no se considera el estudio de las finas percepciones e intuiciones que nos ofrecen la sensibilidad y el sentimiento humanos. Tampoco existen estrategias para utilizar y proyectar creativamente la extraordinaria variedad de recursos adaptativos existentes en la naturaleza, en los seres vivos y plantas, espectro de materias que esta configuración sí se propone cubrir. Para este efecto, el cibermodelo que proponemos situa a los estudiantes en el centro de las cuestiones relativas a la gobernabilidad de sistemas complejos. Así, niños y jóvenes podrían acceder al diseño de espacios futuros, considerando alternativas de evolución en distintas direcciones y destinos. De esta manera, ingresarían al mundo de la política, en su sentido primigenio de asumir la dirección de la nave en ambientes ordenados, caóticos, tranquilos, excitantes, fructíferos o de desamparo, naufragio, miseria, belleza e incierto arribo a puerto. El propósito es potenciar la capacidad de planificación estratégica de la inteligencia, así como la de predicción en ambientes globales, en los cuales puedan desplegarse todas las inquietudes, esperanzas e incitaciones de los estudiantes, siempre, a partir de rigurosas metodologías de análisis, modelización, diseño y aplicaciones variadas.
El Hombre, no ya dentro del Universo, como lo habíamos creído ingenuamente, sino, lo que es mucho más hermoso, él mismo como flecha ascendente de la gran síntesis biológica. El Hombre constituyendo por sí solo la recién nacida, la más nueva, la más complicada y la más matizada de las Capas sucesivas de la Vida Teilhard de Chardin
METALÓGICA Nuestro modelo educativo propone crear esta nueva configuración de estudios, como consecuencia de la trascendental importancia que ha adquirido con el desarrollo de la tecnología de automatización. Por ello, y no obstante las dificultades que presenta su exposición, es necesario que nos aproximemos a la comprensión de sus significativas posibilidades pedagógicas. Invitamos, pues, a no desfallecer y a navegar por éstas, un poco complicadas aguas, a la búsqueda inicial de algunos de sus productivos sentidos. La Lógica, como se sabe, ha comprendido, tradicionalmente, el campo de las relaciones inferenciales, referidas a las reglas válidas y procedimientos inválidos del pensar y se ha abocado también al problema de la consistencia y coherencia del discurso científico o filosófico, entre otra amplia variedad de problemas atingentes, siempre, en todo caso, en conexión con las reglas del pensar y los principios que lo regirían. Sin embargo, el vocablo lógica se utiliza en diversos contextos. Así, por ejemplo, se dice que la estructura de la célula tiene una lógica determinada y, por extensión, se usa este modo de referencia para casi cualquier objeto: la lógica de un motor de automóvil, de un poema, de un cuadro, de un proceso ecológico, de un crimen, incluso del caos y del desorden. Esto, sin duda, significa salir del campo del pensamiento, para abarcar el mundo de los objetos, los que también serían depositarios de logicidad. A nuestro juicio, puede resultar fructífero unificar ambos sentidos. Para conseguir este propósito proponemos la siguiente pregunta orientadora: ¿Qué de común presenta la llamada lógica del pensar con la lógica atribuida a cualquier objeto que permite utilizar con el mismo sentido intuitivo dicha expresión?
Una respuesta podría ser que los diversos usos del vocablo tienen de común su referencia a la estructura u organización de lo mencionado. En esta dirección, proponemos conferir un sentido más incluyente para este campo del saber, definiéndolo, tentativamente, como aquella confi-
guración de estudios y aplicaciones que se ocupa de lo organizacional, de la clase que fuere; incluidos el caos y el desorden. A este respecto, lo organizacional, en este con-
texto, dice relación con la estructura, la forma, el sentido, antes que con el contenido; cualquiera sea el campo de estudio. Por otra parte, es importante precisar que el sentido de la lógica, desde esta perspectiva, se aparta de aquella representación común que la identifica con un frío, muerto, y por lo mismo, descarnado mundo de ‘estructuras’, opuesto, además, al sentimiento y a la emoción. Al respecto, podría decirse que, en realidad, constituye más bien el fundamento de éstos, como ocurre, por ejemplo, cuando decimos que la forma del amor que Neruda nos muestra en su poema Farewell es distinta de la del poema Preciosa y el Aire de García Lorca. En ambos casos, lo lógico es precisamente la forma; es decir la arquitectura que da vida y desde la cual emerge el sentido; en este caso, un modo de ser en un concreto amor; que tiene su cauce de expresión en una también específica forma: la poesía. A su vez, el contenido mismo, la historia de amor o la circunstancia cantada por el poeta es también la concreción de sentidos posibles de ser o existir, esto es, su logicidad o su sentido. Incluso, podría decirse que la forma, estructura o clase de organización de algo, o sea lo lógico, es lo que da vida, movimiento e identidad a lo uno y lo múltiple. En esta dirección, se puede afirmar que el reconocimiento y manejo de formas constituye, en realidad, la base del proceso creativo. Lo vemos en el arte, en la ciencia, en la
vida cotidiana cada vez que podemos ampliar nuestra visión combinando y recombinando formas, es decir, estructuras de alguna clase; o cuando creamos otras de comparable o mayor riqueza y belleza. En este profundo sentido, lo lógico es otra manera de referirse a la vida misma. Nada más encarnado, por tanto. Al respecto, nos advierte Antonin Artaud:
“¡Cuidado con vuestras lógicas, señores, cuidado con vuestras lógicas; que no sabéis hasta donde nos puede llevar nuestro odio por la lógica!” En el modelo educativo que proponemos, lo lógico es constitutivo del campo que hemos denominado Metalógica, en el que los conceptos de organización, forma, estructura y función son los articuladores. En rigor, se trata de una configuración transdisciplinaria per se, por cuanto es fundamento de cualquier forma de conocimiento y de acción. A su vez, dentro del amplísimo espectro de cuestiones que comprende, destacamos aquellas estructuras de organización de rango meta; es decir, en el lenguaje de Aristóteles, de aquellas en las que la entidad piensa el pensamiento, o, lo que es lo mismo, que puede ser consciente del modo como piensa, siente, actúa o recuerda. Y puede también describir los mecanismos y lógica subyacentes al pensar o a cualquier expresión de la entidad. Sin embargo, y a nuestro juicio, son también entidades de rango meta, en grados de sofisticación variable, aquellas que poseen recursos lógicos y propiedades adaptativas que
les permiten sortear las variaciones y perturbaciones del entorno mediante estructuras de proceso, mecanismos de retroalimentación, analizadores sensoriales y efectores, que pueden proporcionarles modos y mecanismos para darse cuenta de… o ser conscientes de…, en un espectro variadísimo de que son depositarias las diversas formas de vida conocidas y que están presentes, incluso, en la dimensión subatómica de la materia. Y también, por cierto, en aquellas máquinas lógicas y adaptativas diseñadas por el hombre, como computadores, robots, sistemas expertos o máquinas que emulan mecanismos de otros seres vivos, como peces o pájaros. En este contexto, pues, la Metalógica constituye una descripción o fenomenología de lo organizacional, correspondiente a cualquier entidad de rango meta*. El conocimiento generado permite, eventualmente, diseñar nuevas tecnologías o aplicar tales recursos al mejoramiento de los más variados sistemas de organización. A este respecto, en nuestro modelo, la Metalógica se ocupa de la especificación formal y traducción de tales estructuras a máquinas lógicas, mecanismos o principios de operación; por esto, el concepto cibernético de máquina u organización es aquí, además, esencial para avanzar en una redefinición de la lógica. En realidad, se trata de un amplísimo campo de aplicaciones, que comprende la recreación electrónica o computarizada de las singulares y poderosas propiedades adaptativas y de procesamiento de datos de que son depositarios los seres vivos. A su vez, el tema de lo organizacional, en especial en el rango metaestructural esbozado, incide directamente en el problema de la gobernabilidad, razón por la cual constituye una configuración insoslayable para propender a un mejoramiento de las instituciones mediante el diseño y operación de sistemas de organización inteligentes. * Ver págs. 11 y 12 sobre el concepto de meta.
Del mismo modo, la tendencia tecnológica actual y de reingeniería de las organizaciones va en la dirección de implementar arquitecturas de esta clase. Por esto, la masiva comprensión de estos nuevos ambientes en la educación, puede crear una amplia base cultural para la proyección creativa de dichas tecnologías y procesos, esenciales para dar vida a una plataforma para el futuro.
Para el hombre no hay estudio más vital que su propio cerebro. Nuestra visión del universo depende por completo de ello. Francis Crick
“Sería superfluo trazar el cuadro de los grandes sistemas de la fecundación floral: el juego de los estambres y del pistilo, la seducción de los perfumes, la atracción de los colores armoniosos y brillantes, la elaboración del néctar, absolutamente inútil para la flor y que ésta no fabrica sino para atraer y retener al libertador extraño, al mensajero del amor, aberrojo, abeja, mosca, mariposa o falena que debe traerle el beso del amante lejano, invisible, inmóvil...”. M.Maeterlinck
LAS FORMAS DE LA SENSIBILIDAD Y DEL SENTIMIENTO Proponemos crear esta configuración, orientada a comprender el proceso creativo y la vida afectiva, en conexión con estructuras lógicas que permitan potenciar la riqueza contenida en estas fructíferas, delicadas y complejas formas de la conducta humana. Su inclusión en la educación sería esencial para generar una matriz pedagógica lo más universal posible. En el contexto de nuestro paradigma, y de modo preliminar, entendemos por sensibilidad todos los procesos de la inteligencia y del cuerpo asociados a concepciones, representaciones y modos de experiencia existencial de orden estético, pertenecientes a los más variados campos de la actividad humana, desde el arte a la ciencia y tecnología, y que comprenden el amplio espectro de estados de esta índole proyectados en la vida cotidiana. A su vez, nuestro concepto de sentimiento, también preliminar, comprende las formas de expresión amorosa, de afectos, emociones, sensualidad, rechazos, antipatías y la variedad de afecciones, realizaciones, creencias, frustraciones que comprometen, tanto nuestra vida intelectiva, cuanto las formas de sentir el cuerpo, al otro y a la naturaleza. El omniabarcante ámbito de resonancia de ambas en prácticamente todas las actividades humanas, hace imprescindible organizar las diversas formas posibles de describir -subyacentes a dichas expresiones-, en un cuerpo articulado de estructuras y principios, cuya comprensión facilite, por una parte, una mejor gobernabilidad y enriquecimiento del azaroso mar de las emociones y deseos y, por otra, el cultivo estético y la proyección existencial de las mismas.
A nuestro juicio, el punto de partida es considerar que el sentimiento y la sensibilidad pueden ser consideradas también como formas de organización de alguna clase. Por lo tanto, es menester -mediante una descripción de sus diversos momentos existenciales o neurofisiológicos-, desplegar la logicidad subyacente, la que, desde hace mucho tiempo, ha sido progresiva y certeramente descrita en muchos de sus aspectos esenciales. En esta dirección, pues, la tarea es organizar la diversidad de aportes que se han hecho para mostrar la clase de articulación que poseen, ya a través de la filosofía, el arte, la ciencia, la psicología, la experiencia cotidiana, el cine y la literatura o de la analítica de los efectos de las tecnologías de comunicación sobre ambos modos de expresión humanos. También ha de realizarse la búsqueda de sus descripciones en la música y el drama, así como en las representaciones culturales de cada pueblo y en sus formas amatorias y de expresión estética.
ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO Y METACOGNICIÓN Esta nueva configuración de estudios, como cada una de las propuestas aquí, no constituye otro fragmento del conocimiento, sino que representa una extensión del núcleo y cerebro sistémico del paradigma educativo y plataforma de anticipación que proponemos: los estudios para el desarrollo y evolución de la inteligencia y el problema de la gobernabilidad de sistemas de organización particularmente complejos. Se funda en la idea de que el conocimiento, en sus más diversas expresiones, constituye también un espejo de la inteligencia, cuestión que la tecnología de automatización pone a la vista. Y ello porque cabe suponer, fundadamente, la existencia de una correlación organizacional entre la estructura de la inteligencia, la del conocimiento y la de la lógica electrónica. De hecho, como se sabe, multiplicidad de estructuras referidas a modos de organización del conocimiento han sido ya computarizadas y ocasión de sucesivos perfeccionamientos: redes lógicas, sistemas de búsqueda y de almacenamiento, modelos tentativos de memoria, formas de ordenamiento de la información, bases de datos o sistemas de codificación. Todas constituyen una expresión unificada de recursos lógicos u operativos de la inteligencia y, al mismo tiempo, representan formas automatizadas de organización del conocimiento. En este contexto, definimos preliminarmente el conocimiento como la organización, y eventual operación, de formas o estructuras, y la metacognición como la referencia del pensamiento de la clase pensar lo pensado en
cuanto pensado (en el lenguaje de Husserl), que, en relación con el conocimiento así definido, significa establecer conexiones de sentido de segundo o más órdenes sobre las estructuras o formas y sus modos posibles de interconexión. Función, a nuestro juicio, propia de una metaorganización universal [como la inteligencia humana] y ámbito de significación que en la tradición filosófica corresponde a la metafísica o también a la metalógica, aun cuando presente, necesariamente, con mayor o menor apropiación en toda forma de conocimiento. En realidad, se trata de la capacidad de una entidad de rango meta de penetrar, allende la apariencia, en las estructuras de organización de una entidad, de definir la forma correspondiente y de relacionarla con otras estructuras en un espectro ilimitado de combinaciones. En consecuencia, constituye una cuestión decisiva especificar la universal dimensión metodológica, conceptual y lógica de este nivel de complejidad presente en todas las formas de organizar y operar el conocimiento. Ello por cuanto -y no obstante las aparentemente irreductibles diferencias entre las diversas disciplinas o ciencias-, éstas son depositarias de determinaciones estructurales comunes, cuya comprensión y manejo consciente, reafirmaría y potenciaría la dimensión, precisamente metaorganizacional de la inteligencia. El vasto programa correspondiente comprende la descripción de las estructuras y logicidad de orden meta subyacentes a toda clase de experiencias, tecnologías, formas de expresión artísticas, referidas al sentimiento, o de carácter especulativo y procedentes de diferentes dominios del saber; cuya organización permite abrir un amplísimo campo de aplicaciones diversas.
En todo caso, y no obstante la importancia que hasta aquí hemos conferido al concepto de forma*, es preciso asumir que el enamoramiento por ellas, tan caro al pensamiento occidental, es ocasión de confusión, error, y también de ignorancia, por cuanto, toda vez que definimos o delimitamos una forma, dejamos fuera un universo de interconexiones, con lo que, en consecuencia, se nos oculta el sentido que trasciende a la división que hemos producido. En realidad, como se ha dicho, no hay modelo que pueda ser tan complejo como el fenómeno que modela, idea que traduce Korzibsky en su expresión: «El mapa no es el territorio». Se trata de la contraposición entre la visión en unidad, y aquella que divide sin relacionar. Ambas están presente, con mayor o menor intensidad, en cada proceso de pensamiento y de acción humana, y se requiere de un riguroso y complejo adiestramiento para alcanzar la primera. En cualquier caso, desde nuestra perspectiva, ambos modos pueden no ser antitéticos, sino más bien, momentos del proceso de superación del espíritu, tal cual ocurre, por ejemplo, en el aprendizaje de una disciplina. Se empieza, ordinariamente, por aspectos o fragmentos de ella, y se necesita una larga preparación para alcanzar, si ese fuera el propósito, un conocimiento en unidad de la misma. Precavidos, pues, contra la mera fascinación por las formas, podemos resolver el punto sosteniendo que la captación en unidad, que trasciende las formas, constituye un modo de percepción que articula en una nueva visión, el necesario camino por las formas. * Ver, a este respecto, las consideraciones sobre las formas y la vida en la configuración sobre Metalógica.
LENGUAJES Y COMUNICACIÓN En el ambiente tecnológico electrónico el ámbito de los lenguajes y de la comunicación reviste algunas características singulares que inspiran la modalidad cibernética aquí propuesta. En ella se comprende la comunicación entre hombres y máquinas y entre máquinas y máquinas en el contexto de los problemas relativos al gobierno de la complejidad y, por lo mismo, en el de las cuestiones referidas al control, regulación y coordinación de organizaciones. Pero además, para esbozar un horizonte temático de este campo de estudios es preciso tener presente el surgimiento de complejos y variados sistemas de códigos y lenguajes, estilos de expresión y palabras locales, mixturas idiomáticas, productos del entrecruzamiento dialógico internacional de culturas y lugares distantes. Y, en la misma dirección, es preciso tener presente el espontáneo surgimiento de múltiples grupos dialógicos con temáticas específicas que van creando y difundiendo por el orbe sus particulares incitaciones problemáticas y visiones existenciales. Agreguemos a ello los estilos de pensamiento y de orden metodológico, generados por los nuevos navegantes, que se difunden y entremezclan en la investigación de toda clase de asuntos. Esta omniabarcante transformación de la comunicación a escala planetaria con participación de máquinas, plantea nuevos desafíos e interrogantes al proceso educativo. Emerge la interconectividad, un nuevo ambiente.
Así, pues, este campo de estudios y de aplicaciones sobrepasa en mucho el objetivo que reduce su enseñanza al manejo de la lengua materna para comprender las formas de argumentación y de redacción, sea creativa o para fines de comunicación administrativa o laboral. En efecto, la presente ubicuidad y extensión prácticamente universal de la recién esbozada dimensión cibernética de la comunicación, configuran, a nuestro juicio, la temática de mayor alcance que ha de comprender este campo de estudios, referida, principalmente, a los problemas de gobernabilidad de las organizaciones y del propio cuerpo y mente. Un ejemplo puede ser el interés formativo que tendría introducir al estudiante en los estudios criptográficos, como campo de particular interés tecnológico y organizacional, orientado en la educación al desarrollo de poderosas propiedades lógicas, incentivando la capacidad de análisis y desciframiento de códigos, posibles de aplicar al develamiento de estructuras biofísicas, químicas, matemáticas o de la clase que fueren. Podría decirse de esta manera: las diversas formas de comunicación, así como la variedad de lenguajes y códigos corporales, computacionales, sociales, culturales, científicos, estéticos, afectivos, políticos y otros, en cuanto modos de expresión, prolongan sus raíces en todas direcciones y profundidades del quehacer humano. Todo ello entre un sinfín de adelantos tecnológicos que sitúan las comunicaciones y el intercambio de ideas, información, deseos y esperanzas, en una intrincada y enorme red bioelectrónica. Por la misma razón, su traducción a un programa pedagógico habrá de poseer estas características, particularmente en relación con el diálogo interactivo con máquinas, las cuales, cada vez más, son depositarias de propiedades que tienden a hacerlas más universales, cosa que justifica hoy que muchas de ellas sean denominadas sistemas expertos o inteligentes.
“¿Alcanzaremos a prepararnos para los sorprendentes saltos evolutivos que ocurrirán en el ciberespacio?”
ESTUDIOS DEL FUTURO La tecnología, bien sabemos, ha puesto el futuro en nuestras mentes y hogares en la forma de una preocupación constante por nuestro personal destino, así como por el que compartimos con los recursos naturales y, de modo particular, por aquellos problemas referidos a la contaminación ambiental, al efecto invernadero y al sobrepoblamiento. También lo hace a través del emergente ciberespacio, de las modificaciones genéticas y las máquinas neuroelectrónicas, anunciadas por los avances científico-tecnológicos, entre muchas otras variables. Todo esto exige diseñar, para la educación, una configuración sobre el futuro, sobre el horizonte de transformaciones, insoslayables a la hora de definir un nuevo modelo educativo si pretendemos que sea, al mismo tiempo, una plataforma para el porvenir. Desde otra perspectiva, el rápido proceso de innovación tecnológica ha puesto el tema del futuro como una cuestión central para diseñar la estructura presente de las instituciones, para planificar inversiones y desarrollar áreas específicas de conocimientos. De este modo, en sentido estricto, el planeamiento se hace ya desde el porvenir; desde los posibles escenarios tecnológico-culturales, ecológicos, urbanísticos, energéticos, sociales, políticos, económicos, educativos, científicos, como también en función de probables zonas de conflictos locales e internacionales, y de la evolución de los megamercados en expansión. Por su parte, la tecnología de realidad virtual, tanto como la de efectos especiales del cine, abren una dimensión nueva en la relación del hombre con el futuro. Estamos más próximos de vivir en ambientes casi de ciencia-ficción, antes que en uno de tiempo real despojado de fantasía; por esa razón la planificación actual requiere de mucho arte e imaginación futurista. Pero, a su vez, de manera dramática, los niños que nacen ahora, en el inicio del tercer milenio, podrían, al cabo de cincuenta años, ver la destrucción del medio ambiente y estar expuestos a luchas brutales por la sobrevivencia, a alguna forma de genocidio colectivo o a guerras locales e inter-
nacionales por ocupar los reducidos espacios disponibles. Así, no puede ser más imperioso y urgente hacer que el problema de lo que está por venir sea parte de la visión que los timoneles del futuro han de estudiar y estar en condiciones de enfrentar, siquiera con lucidez anticipatoria. Asimismo, esta configuración está destinada a convertirse en una poderosa antena rastreadora y visor de todas las áreas del conocimiento, dotada de modelos de interrelación futurista de la información, con el propósito de alimentar los sistemas de automodificabilidad de instituciones, empresas, escuelas y del mismo gobierno. El énfasis en el futuro es, pues, de gran trascendencia, por cuanto se trata de una propiedad de la inteligencia que constituye, además, un campo fascinante para los alumnos. Su estudio podría estar orientado, por ejemplo, a imaginar formas de relación y de comunicación en simbiosis tecnológicas diversas, y a generar mecanismos de respuesta frente a las rápidas transformaciones, considerando las implicaciones sociales de los avances en Ingeniería Genética, Inteligencia Artificial, Ciencia Espacial, Física Cuántica o generados por la Máquina-Ambiente Proteo, en un sinnúmero de opciones de investigación, que van desde la literatura de ciencia-ficción al uso de modelos matemáticos complejos para el análisis de tendencias múltiples y de carácter estadístico, en relación con el estudio de procesos aleatorios y de transformaciones en el ciberespacio. Necesitamos que nuestros hijos se formen con espíritu de anticipación, con la responsabilidad de cultivar y cautelar la hermosa vida animal y vegetal que comparten con nosotros este bello, pero herido planeta. Ellos deberán tener la visión y lucidez indispensable para diseñar programas de desarrollo en función del hombre y de las nuevas tecnologías. Es más, sin un ambiente futurista en los colegios, no tendremos a los hombres preparados para intervenir en los procesos de transculturización Oriente-Occidente, ni tampoco podrían tener la formación para enfrentar las transformaciones culturales, desafíos de diversificación y para diseño de productos que demandan los megamercados internacionales.
“ Y tú, ¿te anticipas? ”
SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN Y PRODUCCIÓN Esta nueva configuración pedagógica tiene el propósito de generar una conexión estructurada entre la educación, el proceso productivo y las diversas instancias de organización de la comunidad. Comprende el estudio de modelos de organización, de las diversas etapas del ciclo productivo y de las variables que intervienen en su desarrollo. También constituyen módulos de esta configuración, válida para todos los niveles del sistema educacional, el diseño de sistemas de relaciones equitativas, la modernización de la política laboral, la superación del desfase entre el ritmo de actualización y las modalidades presentes de funcionamiento de la estructura del Estado, la generación de una administración eficiente en las empresas públicas, la modernización del sistema de gestión municipal, la reafirmación de valores morales -fundamentales en la nueva cultura tecnológica-, la modernización del sistema judicial, el control social sobre los gobernantes y el aumento de la eficacia con que se manejan los bienes y patrimonio públicos. Asimismo, comprende el fortalecimiento de las organizaciones para asegurar que los recursos sean usados con la mayor eficiencia y que se incremente la transparencia en el ejercicio del poder político, en el poder económico y se fortalezca la educación ambiental, mediante mecanismos formales y no formales que creen en la población, hábitos y conductas de acuerdo con una cultura ecológica. El objetivo de este campo de estudios y aplicaciones es, pues, ofrecer una base conceptual y metodológica que permita conectar al proceso educativo con el diseño e implementación de sistemas de organización y producción de eficiente poder regulador y creativo, y todo esto, en el contexto del proceso de globalización política, económica, cultural y tecnológica.
ESTRATEGIAS DE ADAPTABILIDAD La tendencia al desorden, la imperiosa necesidad de introducir formas de organización más poderosas para contrarrestar, en parte al menos, dicho principio y la consiguiente obligación de alcanzar mayores niveles de gobernabilidad constituyen la demanda global sobre la cual se asienta la idea de enseñar estrategias al propio cuerpo. Ello, mediante un modelo educativo que provea formas de gobierno del cuerpo y de la mente para enriquecer y desarrollar tanto la inteligencia, como las formas de la sensibilidad y del sentimiento en un todo unificado con la naturaleza. Esta área de estudios es la que hemos denominado Estrategias de Adaptabilidad. La proposición de configurar este nuevo campo se funda en la idea de que el cuerpo humano -dada su extrema complejidad- es una entidad que contiene talvez el mayor número de principios, leyes de la naturaleza y estructuras de organización, lo que permite definir una de las dimensiones de su universalidad lógica. Otra la constituye el amplísimo espectro de operación o de adaptabilidad que puede cubrir y sobre el cual también hemos hecho mención. Sin embargo, es claro que esta universalidad no es desplegada, ni asumida, ni las más de las veces comprendida. Desde otra perspectiva, la cultura oriental nos enseña cómo el espectro de adaptabilidad del hombre puede alcanzar formas cada vez más universales sobre la base de asumir e incorporar al cuerpo las estrategias adaptativas pertenecientes a los elementos de la naturaleza: el fuego, el viento, el agua, la tierra, el vacío, y los recursos de que son depositarios el resto de los seres vivos, las plantas, los ríos
las montañas, los árboles, las flores, las rocas o los acantilados, cuyo profundo sentido, asumido y proyectado por el hombre mediante una ejercitación disciplinada y constante, amplía ilimitadamente su base de sustentación, hasta hacerla efectivamente universal. Un ejemplo de educación en estrategias de adaptabilidad, fundado en las enseñanzas de la naturaleza, lo constituye la formación del cacique Lautaro, tal como la evoca Pablo Neruda: ... “Su juventud fue un viento dirigido/...acostumbró los pies en las cascadas/...Vivió en las madrigueras de la nieve/Acechó la comida de las aves/ Arañó los secretos del peñasco/...Fue cazador entre las aves crueles/...Se hizo velocidad, luz repentina/...Comió en cada cocina de su pueblo/Aprendió el alfabeto del relámpago/...Estudió para viento huracanado/Se combatió hasta apagar la sangre/Sólo entonces fue digno de su pueblo”. A su vez, por caminos diversos, ascetas, místicos y filósofos occidentales han explorado, vivenciado y proyectado como caminos posibles de comunión y de realización dimensiones de comunicación y existenciales más elevadas, a partir de un trabajo laborioso y disciplinado sobre la mente y el cuerpo. Es más, estudiosos con investidura eclesiástica han propuesto modos de relacionar, unificar y experienciar, sin conflicto doctrinal, el sentido cristiano del perfeccionamiento espiritual con la aportación oriental en el modo de percibir y experienciar la naturaleza y la propia mente. Por lo demás, es preciso consignar que la mayoría de las formas de meditación orientales, tanto como el adiestramiento en las artes marciales, no exigen, ni explícita ni implícitamente, adopción doctrinaria de ninguna clase.
En esta dirección, pues, resulta imprescindible diseñar un programa educativo de carácter transcultural. La convergencia viene dada, básicamente, por un elemento común, presente también en muchas dimensiones de la cultura occidental, pero que sigue caminos variados; nos referimos a la gobernabilidad de mente y cuerpo. Sabido es que tanto las artes marciales en Oriente, cuanto formas milenarias de meditación, se asientan sobre el principio de la unidad y universalidad de la inteligencia; y también sobre la idea-praxis de que mediante una ejercitación mental y actitud ética determinadas, es posible acceder a niveles superiores de comprensión y gobierno de la misma.
“¡Qué vastas y profundas son las facultades de los poderes sutiles de la naturaleza!... Es un océano de inteligencias sutiles. Están en todas partes, por encima de nosotros, a nuestra izquierda, a nuestra derecha, nos rodean por todas partes...” Confucio
“Te instruirán los reptiles de la tierra, te enseñarán los peces del mar” Job 12: 8
“¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales desapareciesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu”. Jefe Seatle
ARTE Y TECNOLOGIAS DE COMUNICACIÓN Los actuales sistemas de comunicación interactiva demandan una elaborada comprensión del arte y de sus posibilidades, abiertas por la tecnología de automatización del pensamiento y por la ampliación multimedial y virtual del sensorio y mente humana. Así, la proposición de crear esta configuración de estudios y aplicaciones, en la modalidad aquí propuesta, se funda en las siguientes consideraciones: Las actuales tecnologías electrónicas de comunicación proveen el software e interfases, cada vez más sofisticadas, que facilitan y amplían las formas de comunicación, cubriendo progresivamente la integración sensorial e implicación del receptor en la creación dinámica de productos, a los cuales, casi de modo natural, se incorpora la variable estética en su diseño. Esto demanda, por cierto, un uso creativo de la variedad de recursos que esta tecnología pone a disposición del usuario. El acicate a la imaginación y creatividad artística no viene dado sólo por el uso directo de estas tecnologías, sino también por el ambiente cultural global por ellas producido, de tal forma que la sola presencia de un televisor en el hogar estimula la exploración estética a partir de la variedad de paisajes, acertados momentos fotográficos en películas o noticiarios, momentos dramáticos, trozos musicales unidos a imágenes atractivas, presentación de procesos de la naturaleza, entre muchas otras formas de expresión que se suceden a diario ante la ávida percepción de un activo receptor; pronto a desplegar su bien apertrechada imaginación si, para el caso de la educación, dispusiera del ambiente pedagógico adecuado.
Del mismo modo, la variedad de presentaciones existentes para cada producto, la transitoriedad de los mismos y la sustitución por nuevos diseños crean un amplio espacio para estimular la creatividad con entera independencia de que se disponga o no de sofisticada tecnología para hacerlo. Por consiguiente, el propósito de esta configuración es crear en la educación el ambiente para acicatear la creatividad, formando cibernavegantes naturalmente inclinados a desplegar su imaginación, en un proceso casi permanente de innovación y de variedad. Así, podemos crear un cauce natural de navegación de los timoneles del futuro como artistas, poetas e inventores. Pero ante todo potenciando su carácter de entidad universal, dada la enorme cobertura de acción que posee; a lo cual se puede agregar el amplísimo espectro de aplicaciones provisto por el medio tecnológico y la consiguiente posibilidad de introducir belleza en todo cuanto se hace.
CIBERNÉTICA A nuestro juicio, al menos cuatro consideraciones pueden esgrimirse para fundamentar la introducción de este campo del conocimiento en el currículo escolar: La primera es de orden metodológico y propone rescatar la profunda contribución de la Cibernética en orden a proveer principios y estrategias de investigación para generar campos transdisciplinarios de estudios y aplicaciones. De hecho esta disciplina surgió como un intento por superar la división improductiva del conocimiento. Como resultado proveyó métodos que permiten abordar zonas fronterizas o de convergencia de las ciencias, no posibles de explorar con los métodos tradicionales de cada una, dado que los campos colindantes o de aguas profundas superan ampliamente la indagación fragmentaria. La segunda surge de una de las definiciones que se han dado de ella como ciencia que se ocupa del estudio del gobierno de sistemas excesivamente complejos y probabilísticos, finalidad coincidente con el propósito de este paradigma, en el que el tema de la gobernabilidad es esencial; y ésto, no sólo en cuanto a la posibilidad de reducir, en parte al menos, la tendencia al desorden y al caos, sino también porque dicha materia constituye un factor determinante para coadyuvar al desarrollo de la inteligencia y de la personalidad. Diversas manifestaciones entrópicas, tales como la drogadicción, el alcoholismo, la deserción escolar, la indisciplina escolar, hacen aconsejable que tempranamente se aborden en la educación los temas referentes al gobierno de sistemas complejos, cuestión que, en lo pertinente, consideramos con más detalle en la configuración Estrategias de Adaptabilidad. Otra consideración se funda en el impacto producido por uno de los principales programas de investigación cibernética, llamado Inteligencia Artificial, así como el denominado por nosotros Proteo de las Máquinas. Ambos describen la estructura de la inteligencia para su eventual traducción a una
máquina electrónica; siendo la Máquina-Ambiente Proteo de indudable mayor universalidad y proyección, por cuanto comprende la posibilidad de que el hombre pueda pasar de la dimensión virtual a la real como la conocemos, en una u otra dirección. Estos intentos, independientemente de que se alcancen o no generan una extraordinaria cantidad de conocimientos y tecnologías electrónicas interactivas, que van configurando nuevos ambientes culturales así como líneas de investigación, insoslayables para la educación. Por último, enfatizamos el aporte de la cibernética para estructurar un método que facilita el diseño y construcción de máquinas lógicas o adaptativas y, en un espectro más amplio, su contribución al estudio de toda clase de máquinas existentes o todavía no diseñadas por el hombre. Todo lo cual fundamenta, en nuestro concepto, la inclusión de la Cibernética como una nueva configuración educativa de estudios.
EL PROCESO DE INVENCIÓN Norbert Wiener sostiene en su libro “Inventar”: “Estamos viviendo en una época que difiere de todas las anteriores en el hecho de que la invención de nuevas máquinas y, en general, de nuevos medios de control sobre nuestro entorno, ya no es un fenómeno esporádico, sino que se ha convertido en un proceso planificado, al cual recurrimos no sólo para mejorar nuestro nivel de vida y nuestras comodidades, sino por una necesidad desesperada de asegurar la continuidad de la vida humana, y la de cualquier modo de vida civilizado en el futuro”. Y continúa, “así, pues, vivimos por obra y gracia de la invención y nuestras esperanzas de futuro se depositan en ella”. A nuestro juicio, la conversión de la invención de una actividad individual, producto de personas consideradas particularmente dotadas, a un proceso planificado, con asiento en institutos universitarios o departamentos de innovación de grandes empresas y compañías; así como la existencia de nuevas tecnologías que facilitan la evaluación casi inmediata de la viabilidad de una nueva idea, sugiere la necesidad de diseñar una nueva configuración de estudios que incorpore no sólo el proceso de invención tecnológica, sino también la lógica de la creatividad, concerniente a los más variados campos de la actividad humana; mismos que, a nuestro juicio, están regidos por análogos principios, no obstante la diversidad de la cual emergen. En consecuencia, esta configuración está dirigida a resolver el problema de cómo masificar los principios y lógica correspondientes, para convertirlos en ambiente natural de la escuela y, por extensión, también de la empresa. Cuestión decisiva a la hora de realizar un esfuerzo por modernizar, tanto las estructuras organizacionales del Estado, cuanto aquellas exigidas por la imperiosa necesidad de volcar la inteligencia colectiva a desarrollar campos de liderazgo en materia de invención tecnológica. El propósito, entre otros, es proveer una diversificación de productos y conocimientos, y también generar un permanente proceso de reinvención personal.
“La cibernética se ocupa de la teoría del control y la comunicación en máquinas y seres vivos.” Norbert Wiener
Como se puede apreciar, una trascendental y programática convergencia con Leonardo
“La ciencia instrumental o de las máquinas es muy noble, y por encima de todas las demás muy útil; puesto que gracias a ella todos los cuerpos animados dotados de movimiento efectúan todas sus operaciones.” “Un pájaro es una máquina con una ley matemática precisa, máquina que el hombre puede reproducir con todos sus movimientos.” Leonardo
A su vez, el proceso de invención nos proporciona una perspectiva extraordinariamente amplia acerca de los posibles caminos evolutivos de la naturaleza y del destino que, para el hombre, podría resultar de la manipulación genética, y de la automatización del pensamiento, con la consiguiente posibilidad de crear supermáquinas inteligentes. En una visión cosmológica profunda, Teilhard de Chardin previó el ascenso evolutivo de la mente cuando afirmó en “El Fenómeno Humano” que: “O la naturaleza está cerrada a nuestras exigencias de futuro, y entonces el Pensamiento, fruto de millones y millones de años de esfuerzo, se ahoga a sí mismo ya recién nacido, dentro de un Universo absurdo que aborta sobre sí... o existe una apertura, una superalma por encima de nuestras almas; pero entonces, esta salida, para que consintamos en utilizarla, debe abrirse sin restricción alguna hacia unos espacios psíquicos que nada pueda limitar dentro de un Universo del cual podemos fiarnos totalmente. Acabamos de verificar -agrega-, que la Vida, llegada a su estadio pensante, no puede ya continuar sin exigir, por simple estructura, una ascensión progresiva”*. Estamos, sin duda, en el umbral de un salto evolutivo formidable, el tránsito hacia un futuro al que se ha llamado postbiológico, anunciado en los actuales computadores y robots que señalan el surgimiento de una progenie artificial, con capacidad de autorreproducción y de perfeccionarse, explorar y proyectar su propia evolución cultural “sin nosotros y sin nuestros genes”, tal cual anticipa Hans Moravec en su libro “El Futuro de los Robots”. Así, el prototipo evolutivo del futuro podría ser el robot inteligente, descendencia artificial de la creatividad humana. Para entonces, la cultura podría evolucionar con independencia de la biología humana en una civilización en que el acelerado ritmo de invención de las máquinas para crear y generar nuevas máquinas inteligentes podría superar la lenta y laboriosa evolución natural. __________________________________________________ * La cursiva es nuestra.
Nuestra configuración pedagógica “El Proceso de Invención”, constituye, por tanto, un esfuerzo planificado por situar al estudiante y a toda una comunidad en el centro del proceso creativo y de dicha problemática. Se busca que, a partir del estudio de las correspondencias estructurales y de funcionamiento entre máquinas y seres vivos, pueda crear nuevas tecnologías e instrumentos. O también, desplegar el poder de su imaginación para concebir mundos posibles, dimensiones espaciales extraordinarias y máquinas sorprendentes. El propósito es proyectar las posibilidades combinatorias de la mente hacia el espacio de convergencia de la imaginación más exhuberante, con los avances en la comprensión de la arquitectura lógica de la materia-energía, las representaciones sobre universos paralelos y las perspectivas de la lógica que puedan desarrollar las máquinas, a partir de su enorme velocidad de proceso, potenciación del sensorio humano y autoperfeccionamiento. Todo ello, navegando entre las anticipaciones de la ciencia-ficción y la urgencia de dar solución a los problemas concretos y cotidianos de la comunidad. Pero, al mismo tiempo, en la perspectiva -como señala Wiener-, “de asegurar la continuidad de la vida y la de cualquier modo de vida civilizado en el futuro”. Diversos factores justifican, pues, la creación de esta configuración de estudios; entre ellos, el hecho de que dicho proceso está asociado a una determinada lógica; posible de especificar y de traducir a un programa educativo, nada misterioso, por tanto. En segundo lugar, se debe considerar que gran parte de la información reciente está a disposición de todos, por lo cual la brecha del conocimiento es más imaginaria que real; a su vez, la reingeniería de procesos, así como de máquinas-herramientas, utensilios y nuevas aplicaciones para cualquier producto abren otro amplio espacio para la innovación tecnológica. Aún otra razón, el enorme incremento poblacional y la extraordinaria ampliación de los mercados internacionales requerirán de mucho ingenio e inventiva para procurar satisfacer la muchísima mayor demanda en todos los rubros imaginables o por emerger.
“¿Mi sueño?... volar a las estrellas”
TALLERES UNIVERSALES DE INVENCIÓN Los Talleres Universales de Invención constituyen el entramado aplicado y, por cierto, transdisciplinario de las diversas configuraciones del modelo. Al igual que los demás campos de estudios de esta propuesta, tienen un carácter hologramático, esto significa que la configuración global del paradigma se encuentra en cada módulo y que, por tanto, opera como tal en los diversos niveles del sistema. Por consiguiente, no constituyen una actividad separada, sino que están concebidos para facilitar, por ejemplo, el diseño de máquinas lógicas, sean éstas mecánicas, electrónicas, para la ejecución de procedimientos, o para el diseño de modelos y simulación computarizada; entre otras diversas formas tecnológicas que puede asumir la concreción de ideas para propósitos de una más eficiente gobernabilidad de las organizaciones, así como para la preservación y evolución de la vida. Se consideran universales dada su amplísima apertura lógica. En realidad, se trata de situar al estudiante en un camino que va desde el concepto al mecanismo y, desde éste, a la simulación (computarizada o de la clase que fuere), en un proceso en el que se combinen y recombinen formas; se diseñen estrategias, se conciban escenarios futuros, se automaticen funciones de otros seres vivos, se combinen estructuras e ideas, se apliquen principios procedentes de alguna ciencia o disciplina en otros campos del conocimiento, se traduzcan ideas a modelos de organización de algún tipo, se reinvente el propio sentido de la existencia o se trabaje sobre las formas creativas, artísticas o poéticas de combinar estructuras. Todo ello, en una síntesis más elevada de conocimientos, lógica, reflexión metodológica, invención tecnológica y evolución de la sensibilidad y del sentimiento. A nuestro juicio, éste es un terreno inmejorable para la superación de las divisiones improductivas del conocimiento y para acceder a un curriculum universal de formación, posible ahora por la versatilidad y universalidad de las aplicaciones que puede proveer, como soporte, la tecnología electrónica de comunicaciones y de automatización del pensamiento.
De esta forma, pensamos, nuestro modelo contribuye a resolver el problema de desfase entre la educación y el sector productivo y empresarial, creando un estrecho vínculo de necesidades y ofertas en esta área de indudable valor estratégico para la educación y, desde luego, para el país.
Debemos, pues, masificar el proceso de invención
HACIA UNA METAVISIÓN APLICADA DE LAS CIENCIAS BÁSICAS
En el hermoso diálogo de Platón llamado Cármides, regístrase la siguiente reflexión de Sócrates: “¿No es cierto que lo que caracteriza a cada ciencia, no es el ser ciencia, sino el ser una cierta ciencia particular, y el referirse a objetos particulares?”. La sabiduría, por el contrario, afirma, sería “una ciencia de la ciencia y de la ignorancia”. Esto es, un saber del saber o metasaber. Porque, en el ejemplo puesto por el maestro, una cosa es la medicina en cuanto ciencia, y otra el objeto de la medicina, la salud. De la primera-diríamos-, se ocupa el filósofo de la ciencia, el epistemólogo o el médico interesado en examinar esta perspectiva; de la segunda, se ocupa directamente el facultativo. Una respuesta tentativa sobre la posibilidad de un saber así caracterizado la constituye, en la actualidad, la existencia de los diversos, pero convergentes campos del conocimiento llamados de orden meta, tales como metafísica, metalenguaje, metamatemática, metabiología, metacomunicación, todos los cuales constituyen una reflexión sobre el área correspondiente desde una perspectiva externa al dominio particular, en una visión por lo general de carácter filosófico, que implica tanto la búsqueda de sus fundamentos, cuanto especificar su relación con los otros campos del saber. Algunos de dichos estudios se refieren a los principios metodológicos, a la lógica y a los conceptos unificadores que se encuentran a la base de los aparentemente dispares dominios de conocimientos.
La dimensión meta, presente en todas las formas de conocimientos, es también referencia sobre los propios procesos del pensar (de modo específico, las configuraciones sobre metalógica y metacognición de nuestro modelo) y, desde una perspectiva más abarcante, sobre el saber como metasaber, al cual tempranamente deberían acceder en la escuela niños y jóvenes. En esta dirección, pues, nos parece esencial rescatar para la educación dicha problemática, de forma de estructurar la enseñanza de las ciencias básicas en la perspectiva de una metavisión aplicada de las mismas. A este respecto, una brújula orientadora podría ser el conjunto de ideas de la cibernética, que ha servido de fuente inspiradora para un espectro muy amplio de avances en los diversos campos del conocimiento. Por consiguiente, la proposición de crear un nuevo paradigma educativo implica considerar cuál puede ser el rol que las ciencias básicas están llamadas a desempeñar, partiendo del principio de que la tecnología electrónica ha provisto una transformación significativa del saber, y que, por ello, estas tradicionales áreas no están exentas de una necesaria reformulación de sus presupuestos pedagógicos. Pero, al mismo tiempo, es necesario tener presente que las nuevas configuraciones aquí propuestas requieren del soporte que aquéllas pueden proveer, lo cual, ciertamente, plantea la necesidad de que se propenda a enfatizar la transdisciplinariedad de las mismas. Esto implica superar el enfoque tradicional de su enseñanza como dominios independientes y sin relación, lo que, en la perspectiva de la actual interrelación computarizada del conocimiento, plantea la exigencia de acceder a una visión de campo de mayor amplitud para proyectar y desplegar el nuevo sentido educativo que conllevan.
Algunos aspectos de esta metavisión se refieren al problema de la división del conocimiento, ya mencionado, y con ello a los efectos inhibitorios que produce sobre los modos de pensamiento. Puede expresarse de esta manera: el cerebro y el sistema nervioso central, interrelacionan siempre, coordinan y regulan, de forma que una mejor adaptabilidad se funda también en el despliegue de esta propiedad. La mera división del conocimiento, por el contrario, separa, aísla, y bloquea el proceso de combinación de formas. Consiguientemente, limita el proceso creativo y reduce el espectro de adaptabilidad. Al mismo tiempo, la estirpe de «ciencia pura» y de garantía como «conocimiento científico», atribuida a ciencias como la Matemática, la Física, la Biología y la Química, es probable que, en algunos aspectos, más hayan retrasado que beneficiado al saber y a las posibilidades creativas de la inteligencia. Ello, por cuanto, en el primer caso, parte importante del conocimiento se estructuró como una poderosa, pero limitante forma de abstracción, con lo que perdió su noble y maravilloso origen de ser expresión de la red de la vida. A su vez, el rango privilegiado de conocimiento fiable y consistente por ellas adquirido olvidó su dependencia de la metafísica, la no menos significativa incertidumbre y la naturaleza probabilística de sus aserciones. Pero también minimizó y desconoció, de paso, el extraordinario valor lógico y metacognitivo del arte, de la poesía, de la vida cotidiana y, claro está, de la filosofía. Por el contrario, una metavisión estratégica y aplicada nos permite acceder, de modo unificado, al tejido estructural de la red de la vida y al proceso de invención tecnológica. A su vez, pone al saber en conexión con el problema de la gobernabilidad de sistemas en extremo complejos y
probabilísticos. La estrategia parece consistir, en parte al menos, en establecer una conexión estructurada entre la teoría (el concepto) y el diseño de máquinas lógicas y adaptativas (el mecanismo), y entre éstos y la posibilidad de su simulación o automatización, movimiento creativo factible de realizar a través de la noción cibernética de máquina, que apunta principalmente a la estructura u organización de la entidad correspondiente, y no a la naturaleza de sus componentes. Todo lo cual, a su vez, nos permite ingresar a un amplísimo espectro de interrelaciones que facilita operar de modo transdisciplinario, en campos como el de la comunicación, el control, la regulación y la entropía de sistemas de organización. Como se puede apreciar, es otra manera de acercarnos a la unidad de saber y a su correspondencia estructural, posible de establecer como un saber del saber con la arquitectura lógica de la inteligencia como metaorganización, considerada, además como un paradigma de organización que, sin embargo, lleva consigo la insoslayable tendencia al desorden y al caos. Algunas de las implicaciones pedagógicas del énfa-sis que proponemos en relación con la enseñanza de las ciencias básicas se pueden tomar de las siguientes consideraciones preliminares:
En el campo de la Biología, por ejemplo, nuestro modelo, continuando la estrategia cibernética, unifica en la educación el estudio de máquinas y seres vivos, mediante el despliegue y operación de las correspondencias estructurales y de funcionamiento, así como de la cobertura de reproducción tecnológica, comprendidas en este inagotable campo de analogías posibles de establecer. De esta manera
se provee una sólida convergencia entre el proceso de invención y la comprensión de máquinas y mecanismos biológicos o botánicos. Esta proposición, desde luego, no tiene un carácter ‘tecnologicista’, sino que intenta hacerse cargo de una realidad: una cosa es la constitución de áreas de conocimientos en función de una división clásica, ya histórica de las ciencias; y otra, muy distinta, es considerar de qué modo podemos organizar ahora el conocimiento, tal que, de una parte, podamos optimizar el recurso de la inteligencia para que niños y jóvenes puedan navegar con expedición y en la dirección adecuada dentro del extraordinario universo de conocimientos en expansión, y, de otra, organizarlos de manera de contribuir a generar una estrategia que conecte a la educación con el proceso de invención y las demandas efectivas de modernización para países de precario desarrollo. En el caso de la biología, permitiría abrir un amplísimo horizonte de problemas y temas interrelacionados, de gran trascendencia, dada la universalidad de las estructuras que examina. Más aun cuando el proceso de describir y diseñar máquinas a partir de lo biológico, constituye un aporte decisivo para instalar en la educación el proceso de invención, fundado, precisamente, en una nueva manera de enfocar la enseñanza de la biología. Esto no significa llevar el conocimiento biológico o botánico tradicional a la trastienda, sino, muy por el contrario, implica generar en la educación una ampliación estratégica del mismo, proveyendo a los niños de un ambiente transdisciplinario, poniéndolos en conexión con el diseño de máquinas de todas clases, facilitándoles una mejor comprensión de la naturaleza, aprendiendo de ella y potenciando la propia inteligencia para combinar y recombinar estructuras, principios físicos, químicos, matemáticos o de la procedencia que fueren.
En relación con la Matemática, puede ser ilustrativo considerar cómo el cuerpo humano, en realidad toda forma de vida conocida sobre el planeta, y los mismos procesos físicos, para tener la identidad o clase de organización que poseen (considerando la multiplicidad de interacciones bioquímicas y físicas que tienen lugar cada vez), deben poseer cuantificadores matemáticos de los procesos correspondientes; no ciertamente como cajas independientes, sino como parte de la lógica estructural de la máquina. El punto aquí es que habría un coafinamiento entre la entidad (ser vivo, mecanismo biológico, etc.) y el medio, a partir de una misma logicidad desplegada por la naturaleza; y también una lógica de cómputo, de geometrización y temporo-espacial, ínsita a los procesos físicos, cualesquiera sean. Dicha lógica sería parte estructural de la definición de las máquinas, seres vivos o procesos físicos. Sin embargo, la descripción de esta logicidad siguió cursos las más de las veces independientes, derivando en la constitución de dominios del conocimiento no relacionados, con la perjudicial consecuencia de que, por ejemplo, los temas de la matemática (uno de cuyos fundamentos esenciales es la lógica) y la misma lógica no sean comprendidos en unidad, y menos aún separadamente por niños y jóvenes, quienes, por definición, son también entidades lógicas universales, a partir, precisamente, de una arquitectura matemática presente en el cuerpo.
El defecto, nos parece, podría producirse por una representación más bien ‘material’ de la matemática, que impide al estudiante visualizar la clase de estructura organizacional que constituye el soporte de esta forma de conocimiento. En un esbozo preliminar del problema, considérese el nivel de concreción presente en su aplicación. Por ejemplo, cuando se trata de sumar objetos concretos o de determinar el peso de algo, la distancia o el área de un terreno; o cuando el alumno se ejercita realizando operaciones con números concretos (sumando el número 5 + el número 7). Todos estos casos representan modos diferentes de acceso a los que intervienen cuando se enfrenta a la forma: a + b = c, continente para la suma de cualquier número, que es, precisamente, en la que podemos descubrir una estructura organizacional de particular interés pedagógico: la máquina informática, soporte de la operación correspondiente; o la matemática, considerada como máquina de procesar información. Esto es, las variables de entrada a, b; el proceso [+]o algoritmo de la suma, y la salida, c. A su vez, en el proceso mismo, o cuando la suma es parte de un proceso mayor, está presente el mecanismo de retroalimentación, como sistema de verificación, corrección y ajuste de los pasos correspondientes. Esta arquitectura es, a nuestro juicio, válida para cualquier algoritmo matemático. En realidad, no podría ser de otro modo, por cuanto un procedimiento de resolución de problemas de esta clase es, en sentido estricto, un programa o máquina de procesar información. En esta dirección, no debe olvidarse el notable coafinamiento producido entre el computador como máquina lógica y los niños que acceden con gran pericia a su operación, por ser ellos también entidades lógicas. Dicho de otro modo, en la pedagogía lumínica el niño entra en interfase con su propia arquitectura lógica, dado que dicha tecnología automatiza principalmente el pensamiento y los recursos adaptativos
del cuerpo humano; y se constituye, por tanto, en un espejo interactivo de la mente. En realidad, podemos decir que cuando el niño estudia computación accede, en sentido estricto, al estudio de la mente. Cuestión que él no sabe y que -sea dicho- el profesor de computación podría ignorar. Desde nuestra perspectiva, si consideramos lo anterior, el aprendizaje de la matemática podría ser sustantivamente mejorado al recrearla como máquina o ambiente lógico de procesar información. En tal caso, los niños estarían en él como peces en el agua. El desafío es, pues, diseñar dicha máquina o ambiente matemático como espejo interactivo de la propia matematicidad de la mente. Este planteamiento, no implica, en lo absoluto, reducir o inhibir los campos fascinantes y necesarios de las zonas altamente especializadas que comprende esta ciencia, al igual que en los casos de la Física, la Química o en la Biología. En realidad, como se sabe, estas exploraciones muestran, tarde o temprano, el enclave profundo que poseen con la red de la vida y con el saber en cuanto metasaber. La Física, a su vez, podría no estar completa en sus propósitos indagativos si no se ocupa también de dar una explicación acerca del fenómeno de la mente, dada su carácterística de ser un campo de investigación prácticamente universal de referencia. El reto ha provenido, particularmente, de las exploraciones por la dimensión subatómica, así como de la convergencia con la sabiduría oriental, en lo que respecta a la trascendencia de la Luz como sustrato de la inteligencia.Es preciso aclarar que no se trata aquí de la traducción a circuitos electrónicos de determinados procesos del pensamiento, sino del modo cómo podría emerger, desde el fondo de la energía electromagnética y del universo de las subpartículas la logicidad que sustenta a la arquitectura de la inteligencia. A este respecto, es menester señalar que el vocablo Luz tiene aquí un sentido más bien metafórico.
El problema estuvo ausente de la enseñanza de la Física, porque, de ordinario, los temas referidos a la logicidad subyacente, a la información y la mente, fueron consideradas más bien cuestiones filosóficas, psicológicas o teológicas, antes que como otro de los grandes centros de referencia de esta ciencia. Lo intangible de los pensamientos, y la hasta ahora volátil y etérea mente o conciencia, desanimaron cualquier intento de dar una explicación física, que diera paso a la constitución de un campo especial para estudiarla. Sin embargo, los avances en la tecnología de automatización del pensamiento, sumado a la necesidad de incluir la variable información en cualquier campo del conocimiento y al hecho de que aquello intangible puede tener su ‘materia’, en tanto emergencia, desde la dimensión subatómica; todo ello, decimos, permite explorar, también desde la Física, la posibilidad de que, en la Luz, se encuentre parte importante de la clave para develar el secreto estructural de la inteligencia. Asimismo, sería imprescindible una reorientación de aspectos centrales de la enseñanza de la física hacia el diseño de máquinas para los efectos del desarrollo de proyectos en las configuraciones sobre el Proceso de Invención y los Talleres Universales correspondientes. A este respecto, importa enfatizar que, al igual que en el caso de la Biología, el concepto cibernético de máquina aquí utilizado se refiere a la clase de organización y lógica de operación de una entidad, y, por tanto, al diseño de toda clase de máquinas o invenciones ingeniosas. A su vez, la amplísima e inspirada cobertura de cosmovisiones ofrecida por este campo del conocimiento contribuye a acicatear de modo también inspirado a la inteligencia y sensibilidad del estudiante, pronto a asimilar los sistemas de referencia e intuiciones creativas maravillosas sobre el origen y destino del cosmos inconmensurable que la astrofísica nos provee.
Con relación a la Química A nuestro juicio, en este esbozo preliminar acerca de cómo estructurar aspectos de la enseñanza de las ciencias básicas a la luz de un nuevo paradigma educativo, es preciso especificar los conceptos y principios metaestructurales que subyacen a la química como forma de analizar, identificar, describir, combinar, organizar y operar estructuras y elementos que son constituyentes universales de la materia. Éste ámbito del conocimiento se caracteriza, talvez principalmente, por situar al estudiante en el ambiente de las técnicas y metodologías de combinación, recombinación y transformación proteiforme e ilimitada de estructuras de organización correspondientes a la arquitectura básica de las formas físicas existentes. El énfasis en la arquitectura lógica de esta disciplina permite, pues, una visión unificada de la misma en relación con las otras configuraciones del modelo; más precisamente, pensamos que ésta es otra manera de acceder a una metavisión de la logicidad, común a las ciencias básicas y, en realidad, a cualquier forma de conocimiento, siempre dentro de este paradigma, en conexión con el diseño de máquinas lógicas o adaptativas y con la dimensión paradigmática del cuerpo humano. Por lo demás, el tema de la combinación y recombinación de formas constituye una de las propiedades esenciales de la inteligencia y del proceso de invención.
“La forma más conveniente a un animal, que debía encerrar en sí todos los animales, sólo podía ser la que abrazace todas las formas. Así pues dio al mundo la forma de esfera, y puso por todas partes los extremos a igual distancia del centro, prefiriendo así la más perfecta de las figuras y la más semejante a ella misma. Le aplicó un movimiento apropiado a la forma de su cuerpo, aquél de los siete que más relación tiene con la inteligencia y el pensamiento”. Platón
CABALGANDO UNA METAMORFOSIS PLANETARIA El ciberparadigma educativo presentado cabalga sobre una metamorfosis cultural y tecnológica planetaria. De modo que la insoslayable transformación educativa se producirá de todas maneras. En consecuencia, la cuestión problemática es: ¿Somos lo suficientemente previsores como para producir el cambio en el tiempo y en la oportunidad estratégica exigidos? Si intentáramos ahora una respuesta, con seguridad sería negativa. Pero podemos mejorar. Para ello es necesario hacerse cargo de que asistimos al inicio de una transformación trascendental en la cosmonave terrígena, el ingreso a la dimensión virtual de la realidad. Hemos empezado a trasponer el umbral de lo concreto, de la densa materia, para acceder a la dimensión lumínica, y con ello, a la fascinante posibilidad de que el hombre pueda transitar en ambas direcciones: desde lo virtual a lo real y viceversa. Sin duda, una antigua, excitante y hermosa aspiración humana. Pero también hemos comenzado a descifrar el misterio de la arquitectura lógica de la vida, abriendo las puertas para la modificación y alteración genética de la misma y, por consiguiente, para una inminente transfiguración de la biodiversidad, con insospechadas y alarmantes consecuencias para la vida que conocemos. La metamorfosis planetaria en curso nos alerta, también, sobre la posibilidad cierta de la creación de inteligencias artificiales, y, con ello, del advenimiento de una cultura postbiológica, con la muy probable primacía de robots superinteligentes, con capacidad de autorreproducción y de perfeccionamiento.
Tampoco debemos olvidar el no menos preocupan-te escenario que resulta de la explosión demográfica, del envejecimiento de la población, de las extensas zonas reducidas a la pobreza, de la contaminación ambiental y del agotamiento de los recursos naturales. De igual modo son ya inquietantes los conflictos armados y la lucha despiadada que se pueda producir para ocupar los espacios disponibles y los escasos puestos de trabajo producto de la automatización; a lo que debemos sumar las nuevas enfermedades y alteraciones que surjan de los experimentos genéticos, con efectos desastrosos para la vida humana. Como se puede apreciar, un panorama bastante poco alentador, pero probable.
Asimismo, el escenario de transformaciones ha de ser visualizado en el advenimiento de la era espacial, en la que el hombre reconquista su condición primera de viajero galáctico. Los sensores computarizados de satélites y robots semiinteligentes enviados al espacio proporcionan una gigantesca cantidad de datos sobre el sistema solar, los rayos cósmicos y lejanas constelaciones, y nos hablan de una historia del universo que se constituye en valioso depósito de conocimientos, posibles de interrelacionar y aplicar de las más diversas maneras. A su vez, la instalación en el espacio exterior de laboratorios científicos en condiciones de experimentación inmejorables -ausencia de gravedad, ambiente sin contaminación, ni vibraciones-, darán un impulso insospechado a la industria farmacéutica e ingeniería biomédica o a otras, destinadas, por ejemplo, a la producción de metales firmes y ligeros. Por su parte, los módulos orbitales tripulados han abierto las puertas para la construcción de ciudades espaciales,
de modo que, en el futuro, muchas personas nacerán fuera de la cosmonave Tierra y hasta podrán no conocerla; y los vuelos interplanetarios se encargarán de sembrar en otros ambientes semillas que harán viable la vida en formas desconocidas para el hombre. Mientras tanto, en este profundo proceso de transformación, los niños, en la antesala de comandos del ciberespacio, levitan en el océano de la información codificada electrónicamente, ingresando a la nueva dimensión ilusorio-real. Este modo de existencia nos facilita una apasionante forma de levitación, porque al permanecer el cuerpo en un solo lugar, la mente puede volar hacia el vacío electrónico de la alucinante red de comunicaciones. En este ambiente, el niño, o mejor aún, los timoneles del futuro, sin el peso de una mente en la que el efecto de la resistencia física de los objetos ha establecido su reinado, ajeno aún a sus efectos cautivantes, y desplegando el poder de su primigenia lógica para manejar y combinar formas y estructuras, no pueden sino volar con la versatilidad de cualquier ligero pájaro, y mucho más, montados en el carruaje del veloz Apolo, cazando sombras y formas por doquier, saltando de una dimensión a otra, alegremente. Así, los cibernavegantes, el hombre descarnado -según Mc Luhan-, tiene tan poco peso como un astronauta y se mueve a gran velocidad; sin embargo, lo hace flotando entre el sueño y la fantasía, hacia una delicada zona de abstracciones. El hombre encarnado, por su parte, aquel que somos cada día, llevando a cuestas la naturaleza terrígena, transita igualmente hacia una riesgosa zona, esta vez de la pesada densidad, de lo fragmentado, de las distinciones sin
relación, del imperio del deseo y de la dominación. En cualquier caso, el poder proteico de ambas dimensiones nos ha de alertar, dada la cobertura que poseen para generar cursos de acción destructivos e incontrolables, por lo que, cualesquiera de estas formas puede terminar en naufragio. También hemos de tener presente que navegando en las aguas del futuro, ya procelosas e inciertas, la fragilidad y belleza de la vida nos recuerdan nuestra finitud; y que sólo una buena dosis de humildad, sentido ecológico y admiración por la naturaleza pueden evitar un temprano zozobrar de la navegación humana. Por esto, y siempre atentos a considerar los efectos entrópicos de la fascinación por el medio electrónico, no debemos olvidar que cuando perdemos la naturaleza como experiencia directa, perdemos un centro de equilibrio, un contrapeso esencial para navegar y sobrevivir en este ambiente de acuciante presencia. De igual modo, si meramente caminamos pegados a la tierra, nuestra perspectiva puede ser más pesada, menos abarcante y menos inspirada que la proporcionada por el volar y levitar lumínico de la mente. En todo caso, transitar por ambas dimensiones nos permite apreciar la brillantez de los productos de la inteligencia, surgidos de sentir los elementos de la tierra y de navegar por la dimensión virtual. Al mismo tiempo, constituye una revalorización y proyección de las enaltecedoras vivencias del espíritu, en la perspectiva de la unidad trascendente de lo virtual y real anunciada por la cultura del ciberespacio. Los futuros timoneles requieren, pues, y ahora, de una estrategia educativa en la que sea posible combinar y enriquecer dicha unidad, y enfrentar de mejor modo los desafíos de sobrevivencia, personal y colectiva, que plantea el proceso de globalización cultural y tecnológica mundial. Al mismo tiempo, se requiere de una estrategia, también
unificada, para cibergobernar nuestro cuerpo-mente, en el muchas veces agitado e incierto mundo cotidiano y social, para poder sobrevivir entre la pluma y la espada, entre el amor y el desdén, entre la humildad y la soberbia, entre la pobreza y la opulencia, entre la sabiduría y la estupidez, entre la organización y la tendencia al desorden. Porque entre tales dimensiones, pensamos, sólo una nueva formación facilitará alejarse de las zonas de riesgo si fuese menester y posible; o transitar por sus bordes y sinuosidades, apreciando las dificultades que la incursión por tales territorios puede generar; o también enfrentar con sabiduría, decisión y firmeza la adversidad y el siempre persistente lado oscuro de la vida. Necesitamos, en consecuencia, proveer una metamorfosis educativa global, que reestructure y revalorice nuestra visión de la cosmonave terráquea, al tiempo que reinvente, en un proceso creativo siempre alerta, las funciones de tripulantes y pasajeros, privilegiando, para todos, el sentido y la formación de timoneles del futuro si queremos navegar con expectativas de sobrevivencia efectiva en las turbulentas, aun cuando esperanzadoras aguas de las cosas de más lento llegar. Nuestro modelo educativo, a este respecto, constituye una invitación a construir un destino, una esperanza, rescatando el valor de la inteligencia, de la sensibilidad y del sentimiento para un proyecto inspirado de crecimiento. Pensamos que, particularmente en tiempos de agobio, la inspiración, concebida como un programa viable de realizaciones futuristas, de las cuales todos somos responsables, y sumada a la idea fuerza de ser actores de una transformación histórica profunda, podría facilitar la reinvención del sentido de la política y aportar al diseño de una estrategia de crecimiento colectivo.
Desde esta perspectiva, las diversas configuraciones de estudios y aplicaciones que articulan el modelo educativo expuesto debieran tener un cauce organizacional como funciones del Estado, aplicables en cualquier nivel administrativo y de toma de decisiones, siguiendo el principio de organización por el cual el plano arquitectónico y evolutivo del cuerpo humano se encuentra en cada célula, proveyendo una lógica organizacional extremadamente poderosa. Se trata, pues, de una nueva manera de unir a empresarios, trabajadores, artistas, intelectuales y familia en el macro objetivo de diseñar y crear una plataforma para el proceso de transformación global que se ha iniciado. A su vez, la creación para el futuro de una plataforma organizacional, educativa y tecnológica, a partir de un paradigma educativo como el propuesto, asume la profunda aspiración de crecimiento y de innovación de la comunidad al acoger la fascinación por el medio electrónico de niños, jóvenes y mayores en un programa de realizaciones posibles e insoslayables; al mismo tiempo, implica la posibilidad de generar grandes metáforas para la definición de un renovado sentido de dirección y el llamado a colaborar en una tarea de esperanzas y de acciones concretas para su consecución. Porque ahora debemos asumir que, en muchos sentidos, todos somos timoneles, tripulantes o pasajeros de la Cosmonave Tierra. En ocasiones, hemos de tomar el timón, cumplir alguna función como tripulantes o disfrutar como pasajeros, y, en cualesquiera de los casos, debemos hacerlo de manera responsable. Tampoco hemos de olvidar nuestra función de vigías, para tener así una perspectiva elevada y global de nuestra navegación y de los horizontes fascinantes, ilimitados y amenazantes abiertos a nuestro espíritu, sentidos e inteligencia. ***
HEMOS INICIADO UNA NUEVA FORMA DE NAVEGACIÓN
ยกTIMONELES DEL FUTURO: PERMANECED ALERTAS Y PERSEVERAD!
“Nos veremos pronto, en algún camino o puerto del futuro”
MIS AGRADECIMIENTOS A quienes colaboraron valiosa y amablemente para enriquecer la edición de este libro: Daniel Henriquez Ferrada, escultor, con las ilustraciones de sus obras en la Portada y en las págs. 11, 32, 58, 62 y 66. Juan Domingo Marinello Kairtah, fotógrafo, con las ilustraciones de las págs. 7, 19, 22, 23, 25, 27, 28, 32, 34, 53, 61, 76, 90, 97 y 99. Claudia Melo Cabellos, fotógrafa, aportó con las ilustraciones de las páginas 16, 52, 70 y 89, las fotografías de las págs. 31, 37, 44, 50 y la del autor en solapa. María Isabel Sáenz-Villarreal Sánchez, Profesora de Literatura, corrigió el penúltimo borrador. La metáfora de la navegación fue enriquecida con el aporte de Pedro Soto, ex marino mercante. Norberto Tapia Radic, pintor, con las ilustraciones de las págs. 31, 37, 44 y 50. Sebastián Venegas Novakovic, pintor, Licenciado en Artes, hizo la diagramación y el cuadro de la pg. 40. Giselle Venegas Novakovic, Técnica en Comunicación Multimedia colaboró en la diagramación. Fernando Montenegro Olivos ha estimulado esta iniciativa desde la Coordinación de Educación Técnico Profesional de la UMCE. Los “modelos” de las págs. 15, 17, 35 y 67 son Djamila, Sebastián, Antar y Gisselle, hijos; y Antar nieto en las págs. 15 y 56.
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Autor: JULIO VENEGAS VÁSQUEZ Libro : EDUCACIÓN PARA EL FUTURO, AHORA Inscripción N° 127.073 ISBN N° 956-288-928-9 Impreso en LOM Ediciones Prohibida su reproducción o transmisión parcial o total, en manera alguna, ni por ningún medio, sin permiso del autor. Impreso en Chile/ Printed in Chile. Año 2002.
JULIO VENEGAS VÁSQUEZ es Profesor de Filosofía, Titulado en la Universidad de Chile; Investigador, especializado en Cibernética; con estudios de Doctorado en Filosofía realizados en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor en la Universidad de Chile; en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y en la Universidad de Santiago. Destacan sus libros Proteo, Paradigma de la Inteligencia y Timoneles del Futuro. Coautor del libro Las Ovejas y el Infinito, publicado por la Corporación de Promoción Universitaria [CPU]. Ensayista, ha abordado temas como “La Inteligencia desde una perpectiva filosófico-cibernética”, “El concepto de Mente en Aristóteles”, “Una lectura metasistémica de Wittgenstein”, “Sobre el Ego Trascendental en Husserl”, “El filosofar como estructura de la Inteligencia en Platón”. También fue redactor de reportajes especiales sobre ciencia y tecnología en la Revista ERCILLA [1983-87], y consultor del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo, de Canadá. De igual forma, ha sido invitado a participar como miembro activo del Centro de Estudios Transdisciplinarios con Sede en Francia.
EDUCACIÓN PARA EL FUTURO, AHORA La idea directriz del ciberparadigma educativo expuesto en este libro sostiene que siendo la arquitectura lógica del cuerpo, la inteligencia y el propio cuerpo, la estructura adaptativa más compleja y poderosa conocida, el proceso educativo, la empresa, la producción, así como el soporte organizacional del Estado pueden ser diseñados, en muchos de sus aspectos, a imagen y semejanza de dicha arquitectura. De modo análogo, así como la red neuronal de proceso y comunicación que posee el cuerpo constituye la urdimbre inteligente del mismo, el estudio de la inteligencia humana podría instalarse en el centro del proceso educativo y de cualquier otra estructura de organización como su red neuronal, comprendiendo el análisis y proyección aplicada de toda clase de formas inteligentes, existentes en la naturaleza o diseñadas por el hombre, proveyéndolas así de una poderosa lógica organizacional. Asimismo, en torno a este núcleo sistémico orientado al desarrollo y evolución de la inteligencia, que Julio Venegas ha llamado Programa Proteo, se crean nuevas configuraciones de estudios, no existentes en los modelos educativos tradicionales, aún cuando absolutamente necesarias de implementar. Ellas dan lugar a una matriz curricular que comprende, entre otros campos: Estudios del Futuro, El Proceso de Invención, Cibernética, Las Formas de la Sensibilidad y del Sentimiento, Lenguajes y Comunicación, Arte y Tecnologías de Comunicación, Estrategias de Adaptabilidad o Sistemas de Organización y Producción. Todo lo cual permite, ahora, orientar la educación hacia el futuro, creando una cibermatriz pedagógica para diseñar e implementar colegios futuristas y contribuir al proceso de modernización nacional.