EL PAPEL DE LA TECNOLOGÍA EN LA
COLOMBIA Y LA REGIÓN a tecnología ha mostrado ser una herramienta valiosa para que los efectos económicos de la pandemia de COVID-19 no sean aun más graves. En Colombia, cerca de cinco millones de personas han perdido su trabajo durante los últimos meses, con las mujeres, jóvenes e “informales” como los más afectados. Sin embargo, por medidas como el trabajo en casa —a través de la tecnología—, según el Ministerio de Trabajo, una tres millones de personas pudieron conservar su empleo. Un documento reciente publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) —titulado “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿Cómo puede la tecnología facilitar la recuperación del empleo tras el COVID-19 ?”— señala oportunidades y retos que se presentan con el uso de las plataformas tecnológicas como una forma de recuperar el empleo en América Latina. Esta región, recuerda el documento, ha sido particularmente afectada por la pandemia por factores como los altos niveles de informalidad laboral que padece. “Se estima que se podrían perder hasta 17 millones de empleos formales y el nivel de informalidad podría llegar al 62% en la región, lo que equivaldría a perder todos los avances logrados entre 2000 y 2013”, señala el BID. El “trabajo en casa” En Colombia, se ha denominado “trabajo en
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casa” a la labor que muchas personas pasaron de desempeñar en una oficina a desempeñar desde sus casas. Es diferente del teletrabajo, creado por ley en 2008, pues el teletrabajo es un esquema mucho más exigente y rígido del que se ha permitido transitoriamente a causa de la pandemia. El “trabajo en casa”, con seguridad, para muchas personas ha significado también tener que llevar a cabo reuniones con colegas u otras personas a través de plataformas virtuales. El BID señala que entre enero y abril de 2020, la tasa de descargas de aplicaciones como Zoom, Microsoft Teams, entre otras, incrementó de manera sustancial: 3340 % en América Latina y el Caribe, 2433 % en Europa y 1509 % en Estados Unidos. Sin embargo, pese a las bondades que puede tener el “trabajo en casa” –para el trabajador, particularmente para las personas que son cuidadoras o sufren alguna discapacidad que dificulta su movilización; sus familias y hasta el medioambiente–, también han salido a relucir varios desafíos. “A pesar de que da mayor flexibilidad de horarios, también hace más difícil definir de qué hora a qué hora trabajamos, lo que puede tener efectos negativos en nuestra salud mental y física”, sostiene el documento del BID. “El teletrabajo o trabajo en casa, así como las plataformas digitales que permiten generar ingresos, son claves; sin embargo, implican retos regulatorios, por ejemplo, en materia de derechos laborales y seguridad social”.