El Portarró 32 (en castellano)

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verano - otoño 2012

el portarró 32 boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici


Foto portada y contraportada: Panorámica desde Montsaliente (2012). Fotografía reproducida noventa y dos años después de su realización en homenaje al gran fotógrafo Ignasi Canals i Tarrats (1896-1986), que fue su autor un 15 de julio de 1920 (Autores: Jordi Rossinyol, Lara Lurbe y Maria Anna Cañas)

sumario 3 Presentación

El Portarró Verano - otoño 2012 Colaboran en este número: Mercè Aniz Montes Jaume Comas Ballester Josep Maria Rispa Pifarré Gerard Giménez Maria Pou Palau Amaya Gómez Rodríguez Jesús Tartera Orteu Cristina Espinar Mosquera Agustí Faus Costa Jordi Vicente Canillas Jordi Rossinyol Fuentes Maria Farré Domech Claudi Aventín-Bòya Manel Rocher González Fotografías, mapas y dibujos: Archivo del Parque Nacional Centro de documentación del PyrenMuseu Agustí Faus Costa Claudi Aventín-Bòya Ricard Novell Agramunt Jordi Rossinyol Fuentes Lara Lurbe Sánchez Maria Anna Cañas Corretjer Joan Novell Barbansa Alfons Raspall Campabadal Salva Solé Soriano Patrici Baccou de Casa d’Arnas Artur Ribas Figueras Conchi Ciurana

4 La muerte de Mallafré 7 El coleccionista de mapas 9 La entrevista: Refugio Rosta, museo de los Pirineos 15 Noticiario 18 Conozcamos el Parque: - Pyrenaicum, pyrenaeus, pyrenaica... - El verderón serrano 20 La esencia de las palabras: Elogio del Pirineísmo 26 La Foto 27 Caminemos por el Parque: - Camino del pòrt de Rius 29 Publicaciones

Casa del Parque Nacional de Boí Ca de Simamet C/ de les Graieres, 2 · E 25528 Boí (Alta Ribagorça) Tel. 973 696 189 · Fax 973 696 154

Corrección lingüística: Núria Tost Farrús Javier Piqué Alejaldre

Casa del Parque Nacional de Espot C/ de Sant Maurici, 5 · E 25597 Espot (Pallars Sobirà) Tel./Fax 973 624 036

Diseño y maquetación: Aran Disseny

Centro de Información de Llessui Ecomuseu Els Pastors de la Vall d’Àssua Antigues escoles, s/n · E 25567 Llessui (Pallars Sobirà) Tel. 973 621 798 · Fax 973 621 803

Depósito Legal: L-1428-96 Edita:

El Portarró no asume la responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los artículos firmados o con seudónimo, que es exclusiva de sus autores

Centro de Información de Senet La Serradora C/ del Port,10 · E 25553 Senet (Alta Ribagorça) Tel. 973 698 232 · Fax 973 698 229 Páginas web: www.gencat.cat/parcs/aiguestortes http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/aiguestortes Correo electrónico: info.aiguestortes@oapn.es pnaiguestortes@gencat.cat


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presentación “nada de lo qué es pirenaico ha de sernos extraño...” Esta frase tan sencilla y a la vez comprometida con los Pirineos, pronunciada hace más de cien años, es uno de los leitmotiv que nos han llevado a dedicar el presente número del Portarró al movimiento filosófico, científico, cultural y deportivo bautizado a finales del siglo XIX como Pirineísmo. Después de 16 años de difusión de los valores naturales y culturales más representativos y genuinos de las montañas de Aigüestortes y Sant Maurici, nos faltaba abordar los valores históricos. Unos valores poco conocidos pero de gran trascendencia en la evolución del territorio Parque. Mientras que en los valles pirenaicos vecinos, la audacia de los primeros pirineïstas, había sido documentada, escrita y divulgada suficientemente, las referencias de los mismos en el valle de Boí, en el valle d’Espot, en la Vall Fosca, la Vall de Àssua, el Valle de Barravés o el Valle d’Arán eran raras, inconexas y frecuentemente testimoniales. La dedicatoria de este número 32 del Portarró al Pirineísmo pretende, pues, acercarnos a las aventuras y desventuras de los primeros viajes, exploraciones y conquistas de unas montañas que tuvieron que hacer un largo camino desde lo horribilis hasta la belleza, desde el olvido hasta la admiración. Un camino que duró siglos y que no fue fácil. Hemos escogido una serie de artículos y entrevistas que intentan, más allá de la información que nos aporten, hacer aflorar este sentimiento pirenaico que emergió de las gestas inolvidables de hombres y de mujeres llegados mayoritariamente del norte de la gran cordillera. La trágica muerte de Mallafré, que hoy es recordado invo-

luntariamente por miles de visitantes cuando pronuncian el nombre del refugio que lleva su nombre; la importancia de la cartografía como disciplina científica que dibuja y nos acerca valles y montañas desconocidos; una cálida entrevista con los creadores del PyrenMuseu de Salardú, que sabedores de la importancia del Pirineísmo lo añadieron a su establecimiento como un grito turístico innovador y exclusivo de un país, el Aran que, por motivos geográficos evidentes, acogió los primeros viajeros llegados desde Francia; los epítetos específicos de algunas especies vegetales que nos muestran su pertenencia a la cordillera así como una descripción completa del simpático verderón serrano, huésped fiel de los bosques subalpinos; un viaje personal por la esencia del Pirineísmo analizado desde las dos vertientes pirenaicas, la atlántica y la mediterránea; un itinerario recomendado por el Valle de Arrius, en territorio aranés; y las últimas novedades y consejos bibliográficos, son las ramas del árbol pirenaico que os presentamos. No podemos acabar esta presentación sin informaros que, inicialmente, este número 32 del Portarró, estará disponible solamente en formato digital. Esperamos no obstante recuperar su publicación también en el formato tradicional muy pronto como muestra de respeto, admiración y fidelidad hacia los centenares de lectores y lectoras que, durante todos estos años, han escogido la proximidad y la calidez del formato en papel para disfrutar, como buenos pirineïstas, de los valores naturales, culturales e históricos del Parque Nacional.


Entierro de Mallafré en Espot (6 de enero de 1947)

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la muerte de mallafré Recuerdo muy bien aquellos primeros días del mes de enero del año mil novecientos cuarenta y siete. Había programado ir a esquiar a un rincón muy tranquilo como son los Rasos de Peguera. Pero una llamada repentina a mi lugar de trabajo cambió bruscamente los planes: había que ir a rescatar a Ernest Mallafré en el Pallars, ya que decían ¡le había ocurrido alguna cosa muy grave! Artigas y Cardona –los compañeros de Mallafré– habían telefoneado desde Espot diciendo que un alud se lo había llevado y que no podían rescatarlo ¡ni vivo ni muerto! Fui corriendo al local del Centre Excursionista de Catalunya y allí nos dijeron que había que salir aquella misma noche. Sin dejar las prisas, corrí a mi casa para coger los esquís y la mochila, y poder estar a las once de la noche en la plaza de Sant Jaume, donde me habían dicho que los que querían formar parte del grupo de rescate encontrarían dos coches preparados para partir. Eran dos coches grandes, de los de alquiler, porque era una época en que no todo el mundo tenía coche. El viaje fue nocturno, lento y largo, ¡inacabable! ya que las carreteras no eran como las de ahora. Y de vez en cuando nos paraba la Guardia Civil para pedirnos los papeles a cada uno y preguntarnos donde íbamos. Por suerte, desde el centro excursionista ya se había previsto este detalle y se había solicitado a la Policía un documento de libre paso con destino hacia los Pirineos. Que tengan suerte! era el saludo final de los guardias que, en tres o cuatro ocasiones, nos habían parado durante el viaje. Después de revisar detalladamente el documento nos dejaban continuar pero recomendándonos que tuviéramos mucho cuidado con la nieve y el hielo de la carretera. Al amanecer llegamos a la Guingueta de Àneu, donde tuvimos que dejar los coches a causa de la nieve y seguir a pie hacia Espot, ¡dejando unas huellas de más de un palmo de profundidad durante más de seis kilómetros! Eran tiempos en que aquella carretera no estaba muy bien. Una vez llegados a Can Saurat, encontramos allí a Cardona y Artigas. Estaban aún muy impresionados y casi no podían expresarse. Nos explicaron que ellos y Malllafré habían

subido a los picos de Peguera y Monestero, y que al bajar de esta última cima los sorprendió un gran alud, arrastrando a Mallafré hacia abajo hasta desaparecer. Ellos dos se salvaron pero bajaron tan rápidamente como pudieron. Y no libres de peligro, llegaron a l’estany Gran de Peguera (sic), todo helado y cubierto de nieve, punto final del alud. Enseguida comenzaron a buscar y buscar frenéticamente al compañero entre la nieve y el hielo, toda removida y del revés, ¡gritando al amigo desaparecido con voces desesperadas! Pero el amigo no contestaba ni aparecía a pesar de los esfuerzos de los dos... Cuando empezaba a caer la noche, abatidos, tuvieron que detener la búsqueda, obligados a bajar hasta Espot donde, en el Hotel Saurat, pudieron telefonear a Barcelona, explicando todo lo que había ocurrido. ¡Que angustia debieron sufrir hasta que llegamos nosotros! ¡Ni con nuestros esfuerzos pudimos tranquilizarlos! De todas maneras, nosotros ¡no nos entretuvimos mucho! Esa misma mañana, conjuntamente con Cardona y Artigas, tomamos el camino del refugio Josep Maria Blanch hacia la zona de Peguera y Monestero, siguiendo una traza de esquís bastante borrada por el viento y por algunas nevadas recientes. En aquellos tiempos, el refugio Blanch era más pequeño que el actual y situado en una península ínfima del lago. No existía la pista de coches todo terreno que hay ahora. El refugio era más sencillo que el actual. L’estany Tort había sido ampliado mediante una presa y por eso, al subir el nivel del agua, quedaba inundado, habiendo ofrecido la empresa hidroeléctrica la construcción de un refugio nuevo, el actual, más grande y mejor situado. Nosotros marchamos montaña arriba, siguiendo el camino viejo del refugio y del lago. No hacía mal tiempo, y las luces y visiones, con tanta nieve caída, eran muy bonitas. Pero realmente nosotros no teníamos el ánimo alegre. Pensábamos en las posibles dificultades que nos esperaban durante el rescate y recuperación del amigo perdido. ¿Estaría vivo aún? ¿Donde podía estar en medio de aquella confusión de bloques destrozados que cubrían la superficie del lago? Íbamos


Entierro de Mallafré

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Refugio antiguo Josep Maria Blanch (1947)

la muerte de mallafré ascendiendo, todos callados y entristecidos… Pero no podíamos perder la esperanza. Los compañeros del desaparecido también venían con nosotros. ¡Todos estábamos ansiosos! Habíamos llegado hasta allí para intentar encontrar al amigo, ¡fuera como fuera! Al llegar a las orillas de l’estany Gran de Peguera (sic) ¡se nos abrió un espectáculo terrible, deprimente! Bloques y más bloques de hielo, y de nieve removida y endurecida recubrían todo el espacio del lago, ¡completamente helado! Era un mundo caótico de hielos y de nieves arrastrados, empujados y desprendidos ¡desde el más arriba! Había un bastón de esquí torcido y medio hundido en la nieve… ¡Nada más! Nuestro amigo estaba allí. ¡Oculto! ¿Pero donde? ¿Dónde estaba? ¿Por donde teníamos que empezar a buscar? No lo sabíamos ¡pero comenzamos a picar, a sondear, a palear! ¡También a maldecir, a desesperarnos! Iban pasando las horas… No se encontraba ningún rastro. Todo el día de trabajo en vano. Más tarde, Cardona me dijo que subiera con él hasta el collado de Monestero con los esquís a los pies, para recuperar la mochila y los esquís de Mallafré, que habían quedado allí hacía cuatro días, ¡desde antes del accidente! Al llegar, Cardona cogió los esquís de Mallafré, se los cargó a las espaldas y empezó a bajar esquiando sobre una nieve buena. Yo, una vez sacadas las pieles de foca de mis esquís, me cargué la mochila de Mallafré, abandonada allí, ¡por él!, antes de subir al pico de Monestero… ¡Dios mío! ¡Que fría estaba aquella mochila! Las mochilas suelen guardar el calor y la vida de su amo. ¡Aquella estaba tan fría! Había apretado las fijaciones y comenzaba a bajar pero era terrible la sensación gélida que notaba en mi espalda transmitida por ¡una mochila que ahora se había quedado huérfana! La tarde era luminosa pero yo bajaba encogido,

Rescate con esquís en el valle de Peguera de Mallafré (1947)

como si la mochila quisiera rechazarme porque ¡no era el que siempre la había llevado! ¡Parecía como si tuviera corazón! ¡Era como una protesta! La nieve estaba buena y bajaba detrás de Cardona. Las cimas que nos rodeaban eran testigos de mi emoción. Hacía más virajes sobre la nieve de los necesarios. Tenía el corazón encogido por la protesta gélida de aquella mochila… Al final de la pendiente nevada dejé lanzarme directo y rápido, siempre encima de mis esquís pero siempre bajo la mochila rebelde y helada que me repetía insistente que ¡no era su amo! Pero tenía que bajar, seguir su pista, por donde bajaba el amigo Cardona. Pero la mochila –fría, muy fría– me repetía que era ¡un intruso! Ni llegando a las orillas del tormentoso estany Gran de Peguera (sic) dejaba de decirme que ¡ella había quedado huérfana del amigo poderoso que la había llevado siempre sobre su espalda! Sin embargo, poco a poco la mochila se fue calentando y dejó de protestar. Cuando ya anochecía, volvimos al refugio donde estaban los otros compañeros y al abrir la puerta noté una sensación de calor, fruto de la chimenea bien encendida. A la vez oí unas palabras duras, definitivas: - Ahora que Mallafré ha muerto… Aquellas palabras, tan duras como la terrible sensación gélida de la mochila de Mallafré, me confirmaban lo que ya era inevitable. ¡Inevitable! Que Ernest Mallafré i Planella había ingresado –ya antes de ser localizado– en una nueva concepción humana y definitiva: ¡la muerte! y que hasta el momento no nos habíamos atrevido a pronunciar. ¡Mallafré había entrado en el corazón, en la memoria, en el recuerdo de las personas muertas pero muy queridas! Al día siguiente seguimos picando y paleando, esforzándonos hasta que alguien dijo, hacia el mediodía, con voz apagada y

Comitiva religiosa cruzando un puente sobre el río Escrita en Espot (1947)


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Rescate con esquís en el valle de Peguera de Mallafré (1947)

Cementerio de Espot (6 de enero de 1947)

la muerte de mallafré saliendo de una trinchera profunda de nieve abierta: -¡Muchachos! No continuéis… Aquí hay un guante de lana roja…¡¡con una mano en su interior!! Mallafré había aparecido. ¡Todos quedamos en silencio, mirando! Mirando en silencio el cuerpo del amigo bajo dos metros de nieve y de hielo que lo habían arrastrado desde arriba del todo de la montaña. Después… Después tuvimos que liberar al amigo de la nieve que lo cubría y comprobamos que tenía la nuca llena de sangre: era señal de que había muerto por un golpe brusco. Situados todos en círculo y sobre la superficie del lago helado, rezamos por el amigo que nos había dejado. Seguidamente, en silencio, como si no quisiéramos despertarlo, lo envolvimos con una manta de refugio y lo fijamos sobre sus propios esquís, bien atados, convertidos en un trineo. Y empezamos el descenso… ¡Un descenso duro! Todos con esquís. Y él también, ¡bien fijado sobre sus propios esquís! Estirándolo nosotros montaña abajo. Esquiando con él, empujando y frenando, siguiendo el rosario de lagos pequeños, siempre montaña abajo. Cerca de los lagos más grandes, por las orillas de l’estany de Trescuro, siempre deslizándonos. Ahora son piedras nevadas, ahora en medio del bosque denso. El gran montañero iba ahora deslizándose pero retenido por los compañeros de siempre que empujaban y frenaban… Deslizándose por el bosque, cuando ya empezaba a anochecer… Deslizándose en un schuss final, en vistas a Espot, cuando ya estaban encendidas todas las luces… Deslizándose cuando ya se oían las campanadas de la iglesia… Deslizándose y frenando definitivamente cuando ya estábamos en plena calle de este bonito pueblo que se llama Espot y donde todas las luces están encendidas. Al día siguiente, Día de Reyes del año 1947, lo enterramos en el pequeño cementerio de Espot, justo bajo el muro de la iglesia. Había una fosa abierta. Allí depositamos al amigo Mallafré, acompañado de la nieve que volvía a caer dulcemente, junto con las ramas de pino y de abeto recogidas por

nosotros, mojadas por la nieve que había caído durante la noche. En el mismo muro de la iglesia clavamos un pitón de escalada como referencia. Más tarde pondríamos una lápida con el nombre y más detalles. ¡Un pitón de escalada que ahora no está! Siempre que voy a Espot, entro en el cementerio para visitar al amigo. Si alguien me acompaña, les explico lo que pasó aquel día lejano, cuando liberamos de la nieve y del hielo al amigo, para transportarlo sobre sus propios esquís y enterrarlo definitivamente al lado de la iglesia de Espot, ¡bajo un pitón de escalada que ya no está! En el rescate de Mallafré participaron: Albert Oliveras, Joan Cardona, Josep Artigas, Josep Piqué, Carme Romeo, el Boto, Josep Ponte, Jordi Farrera, Torres Samitier, conocido como Sami. Un muchacho que se llamaba Ronchera, Francisco José Peire y yo, el más joven de todos. ¡Han pasado tantos años! ¡Han pasado tantas cosas! ¡Ha pasado tanto tiempo que ya no soy tan joven! Ernest Mallafré fue la figura mítica del excursionismo, la escalada y el esquí catalán después de nuestra guerra. Había comenzado a escalar en Montserrat en una época en la que había muchas “primeras” por realizar. Sus compañeros habituales eran Josep Piqué, Francesc Montserrat y Carme Romeo. Fue extraordinaria su primera ascensión a El Rave de Montserrat, que exigía vencer un techo de ocho metros con técnica artificial. Algunas primeras ascensiones suyas fueron La Nina, La Bola de la Partió i la Atalaya, todas en Montserrat. También realizó la primera ascensión nacional por la cara Norte de Monte Perdido. Como esquiador de fondo solía decir que salía a ganar todas las carreras en las que participaba. Fue de los primeros en escalar Los Mallos de Riglos en Aragón. Fue el autor del primer Manual de Escalada en roca y hielo, editado en España (Edit. Juventud), que no pudo ver editado a causa de su muerte tan prematura. Ernest Mallafré murió con tan solo ¡veinticuatro años! Por esta razón, a las puertas del Valle de Monestero, muy cerca del estany de Sant Maurici, hay un refugio de montaña que lleva su nombre. ¡Un homenaje póstumo a una vida, una corta vida dedicada a la montaña! Agustí Faus Costa


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el coleccionista de mapas ¡Año 1997! El coleccionista de mapas descubre durante su viaje a Jordania la que podría ser la representación cartográfica más antigua conocida, al menos de la antigua Palestina y Tierra Santa. Estaba delante del mosaico romano de Madaba, del siglo VI, en la villa homónima conocida como la ciudad de los mosaicos. En aquel momento, sin saberlo, se le despertaba un afán recopilatorio, pensando en sus Pirineos… ¡Año 2012! El coleccionista localiza, viajando virtualmente desde su casa y gracias a un catálogo de ventas, el mapa más valioso y considerado pionero o más antiguo de todos los Pirineos: Les Monts Pyrénées ou sont remarqués les passages de France en Espagne, de 1696 o quizás 1691 (la primera edición), por Sanson hijo, conocido por su villa natal de Abbeville y geógrafo del rey francés de la época. Con esta joya coloreada que el coleccionista solamente tenía en facsímile, editado en Pyrénées Magazine (nº 94, 2004) y que hubiera buscado toda su vida, se empieza a cerrar el ciclo, aunque siempre quedará medio abierto por sorpresas desconocidas o no catalogadas en este mundo apasionante de la cartografía pirenaica. “Mentre món sia món, Cendrosa será de Son” (“mientras el mundo sea mundo, Cendrosa será de Son”), recogía el excursionista Vidal en el boletín del Centre Excursionista de Catalunya (CEC) de 1897. Un refrán que conocen perfectamente los propietarios y vecinos de los municipios del Alt Àneu (Pallars Sobirà) y Naut Aran, y sobre todo observando el mapa fantástico aranés del ingeniero forestal Reig (1894). Un mapa que utilizará una conocida empresa privada, que explota en estos amprius transpirenaicos sus pistas de esquí,

Detalle del mapa de los Pirineos de Sanson hijo (1691)

a caballo de las dos vertientes del antiguo puerto de Pallars, todo ello para aclarar a que municipio hay que “arrendar” esos pastos para los nuevos rebaños del invierno. Este es solo uno de los muchos ejemplos de cómo la cartografía ha solucionado los nuevos conflictos y dudas en pleno siglo XX. Pero sobre nuestro apreciado Parque y los Pirineos Centrales, el coleccionista acaba de encontrar más cartas, como denominaban antes a los mapas, en concreto, de las primeras cartas dedicadas al actual territorio protegido. Tal como lo conocemos, una vez realizada la ampliación de 1996, la Generalitat a través de sus institutos oficiales publicó la primera edición cartográfica del Parque en 1997 mientras que la veterana editorial Alpina editó el mapa actual, un año después, como primera edición moderna. Decimos moderna porqué desde el año 1952 aquella pionera editorial catalana ya dedicaba su primer trabajo a Sant Maurici, nombre con el que se bautizó aquel mapa. Comenzaron las exitosas y mejoradas reediciones, hoy perseguidas por el coleccionista y otros “enfermos” que las encuentran en las viejas librerías, así como una nueva publicación, el año 1961, con otra primera edición por el lado boinés, es decir, Aigüestortes. Se vendía inicialmente con el mal nombre aranés de Montarto (Montardo) con unas cuantas exitosas reediciones hasta la edición de otros mapas de formato comarcal y municipal como los de Ribagorça, Molières o Vall de Boí, de ésta i de otras editoriales como la vasca Sua o la aragonesa Prames, mientras aparecían también de rutas transversales como la Transpirenaica del GR-11 o cartas temáticas que bordean o recorren en parte el espacio protegido como el mapa de


Mapa de los Pirineos de Sanson hijo (1691)

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el col·leccionista de mapes Carros y Pedals de Foc. A las puertas del siglo XX aún encontramos algunas editoriales que dedican sus esfuerzos en exclusiva o en parte al territorio del Parque, como es la interesante primera edición de la Piolet (2000), o las del Institut Cartogràfic de Catalunya y Institut Geològic de Catalunya, con las primeras ediciones municipales y las pioneras de la colección de mapas de aludes por sectores. De los vecinos occitanos destacamos la francesa Rando éditions, Couserans (desde 1980) donde aparece el Alto Arán y todo el Parque. Vecinos que, por cierto, fueron ellos, como no, los primeros cartógrafos pirenaicos y de nuestro Parque, el cual era conocido como Encantats (con motivo de la conquista de la montaña mítica, en 1901) o País de Arán desde el siglo XIX, como podemos ver en las crónicas de los grandes conquistadores y cartógrafos de los Pirineos Centrales. Los fotógrafos y postaleros también realizaron colecciones enteras del Parque con aquella última definición aranesista, como por ejemplo, por parte del gran Gourdon o de los hermanos Spont, con postales muy buscadas de aquellas primeras ediciones. Ésta es la historia moderna o mejor dicho contemporánea de los últimos cien años hasta llegar a la cartografía visual o por ordenadores con las primeras ediciones en formato CD-ROM y de ámbito comarcal, como es el caso de la colección Rutes de Catalunya, nº 4 dedicado a la Alta Ribagorza y el Valle de Arán (1999). En 2001, primer año del siglo XXI (no el 2000, como nos recuerda el coleccionista) aparece un nuevo mapa virtual, el de la Alpina, sobre el Arán que engloba parte de las otras comarcas del Parque. Pero vayamos más atrás en el tiempo, antes de la creación del Parque y de la publicación de la palabra “pirineísmo” por parte del gran Beraldi (1898). Sin extendernos mucho por la historia, ésta ya daría para publicar un Atlas cartográfico de nuestro territorio pirenaico (ésta es la idea del coleccionista antes de donarlo todo a los archivos), tal como hiciera el

Detalle del mapa de Sanson hijo (siglo XVII)

Col·legi d’Arquitectes de Lleida, con su imprescindible Atles de les viles, ciutats i territoris de Lleida (2001). Otro ejemplo es la pionera en su tiempo y vanguardista colección Gran Geografía Comarcal de Catalunya (vol. 19), que incluye Cartografía de Catalunya (1985), donde podremos sumergirnos hasta la cartografía más primigenia: mi adlátere Claudio Ptolomeo en el siglo II; los famosos “portolanos” y los primeros cartógrafos del país o de fuera que tuvieron la pericia de marcar los Pirineos desde el siglo XV, como Mercator, Ortelius, Blaeu; la edad de oro de la Cartografía renacentista francesa, primero por motivos militares, en los siglos XVI-XVIII: Sanson, de fer, Cassini, López, Aparici y otros que hablan de nuestro estimado territorio, como los de Labanha, Darnius, Borzano, Zamora o La Blottière&Rusell; por motivos científicos y también turísticos de los siglos XIX-XX: Schrader, Gourdon, Reig, Soler i Santaló u otros anónimos que nos han dejado trabajos destacados, algunos aún inéditos, desde lingüistas y etnógrafos a botánicos y geólogos, etc… Toda esta recopilación, el coleccionista espera darla a conocer in extenso, tal como se ha hecho en cierta manera con los catálogos fotográficos y el magnífico inventario de imágenes del Parque Nacional. El trabajo continúa abierto y es el camino a seguir para la recuperación de un patrimonio aún desconocido e infravalorado, que nos debe permitir redescubrir, por ejemplo, los estudios pioneros de los primeros ingenieros forestales y mineros. El coleccionista desea, para acabar, que publicaciones como la que tenéis en las manos lleguen al lector, como siempre, en papel y no solo virtualmente. El trabajo de las publicaciones periódicas de índole más local es clave para la investigación, el conocimiento y la difusión del patrimonio. Es otra forma de hacer país con mayúsculas. Claudi Aventín-Bòya


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entrevista refugio rosta, museo de los pirineos Mientras atravesamos los pueblos del Valle de Arán, camino del refugio Rosta en Salardú, empezamos a ver los primeros bosques que, luciendo con timidez policromías en construcción, nos anuncian la llegada del otoño. Las aguas del río Garona, bajan tranquilas camino a la hibernación. Más arriba, se puede descubrir el gran glaciar de la Maladeta, rodeado de bellas montañas, imponentes e inhóspitas. Montañas llenas, por cierto, de palabras y de gestas poco explicadas y por lo tanto poco escuchadas durante los últimos doscientos años de vida pirenaica... Buenos días Maria Àngels y Manel... ¿Qué habéis desayunado hoy? Una tostada con aceite y una mezcla de hierbas. Es un excelente desayuno para empezar cualquier día del año. Hagamos un poco de historia sobre vuestra llegada al Valle de Arán desde un pueblo, tengo entendido, muy lejano... Manel y yo nos conocimos en Sant Boi de Llobregat durante nuestra juventud. Teníamos aficiones comunes –como el montañismo, el cine, los conciertos–, pero el paso definitivo lo dimos mientras Manel, con un amigo suyo, Leopoldo Varas, hacían de guardas durante los veranos en el refugio Colomina. En 1979 nos casamos y el viaje de novios fue pasar el verano en el refugio Colomina y nos planteamos, de nuevo, dejar la ciudad e ir a vivir a la montaña, sin pensar en ningún lugar. Manel y su amigo tenían la idea de hacer un refugio a los pies del Aneto, en Ballibierna, pero los de la federación nos dijeron que aquello pertenecía a Aragón y que otros intentos similares habían fracasado. Pero hablando con los científicos de Mataró (miembros de la Agrupación Científico-Excursionista de Mataró) conocían una casa de alquiler en Salardú, donde se podría hacer un refugio. Fuimos a mirar la casa a primeros de septiembre del año 1979 y dos meses después, en diciembre, abrimos el refugio Rosta. ¿Cuáles son las primeras impresiones? Yo no había estado nunca en el Valle pero Manel sí. Nos encontramos con una casa muy antigua que te enamoraba, que llevaba treinta años cerrada, que debía renovarse pero éramos jóvenes, y con Francesc (hermano de Manel), los tres juntos, tiramos el proyecto adelante con mucha fuerza y gran ilusión.

¿Cómo son los inicios? Desde el primer día bautizamos la casa como refugio, pese a estar en la plaza Mayor de Salardú. En aquella época, en el refugio Colomina, habíamos llegado a estar una semana de verano sin ver a nadie. No se podía vivir como ahora y pensamos que un refugio situado en un pueblo era un modelo diferente. Nuestra filosofía era y es: “nos gusta el trabajo de atender a la gente” pero “no quiero llevar las maletas a nadie”. Con los clientes nos miramos a la misma altura de los ojos y nadie está por encima o por debajo del otro, por el hecho de pagar. Debemos tener un trato de igual a igual y acercarnos a un concepto de hospitalidad más natural. ¿Quién viene durante estos años ochenta? Mucha gente de Cataluña, de Barcelona y los alrededores, con un perfil muy montañero. Los primeros cursos de formación de monitores de esquí de montaña de la Escuela Catalana de Alta Montaña se hicieron aquí, así como otros cursos con otros centros excursionistas. Hay un contacto muy estrecho con el mundo excursionista catalán, coincidiendo con los éxitos del alpinismo catalán en el Himalaya, las grandes expediciones al Everest, al Lhotse. Pero una serie de accidentes mortales de algunos de nuestros amigos provoca una ruptura sentimental muy importante en nuestras vidas. ¿Quién es el propietario del Refugio Rosta? Los “Rosta”, de apellido Abadía España, fueron una de las familias más importantes del municipio. Tenían muchas tierras y propiedades. Donde estamos ahora, la antigua posada Rosta, probablemente fue la primera fonda del Naut Aran y no sé si de todo el Valle. Hemos encontrado referencias escritas de grandes pirineistas como Maurice Gourdon, Franz Schrader, Louis Roubach... que inician las primeras exploraciones del Valle de Arán y hablan de alojarse en chez Abadía Roste a mediados del siglo XIX. Algunos elementos arquitectónicos del edificio son sin embargo anteriores, del dieciocho, incluso del diecisiete. Nosotros llevamos la gestión y le hemos dado este aspecto desde 1979. Salardú es un pueblo muy atractivo... Tiene una situación geográfica estratégica: enclave fronterizo con Francia por el puerto de Urets, conecta con la Ribagorza por el Port de Caldes, y con el Pallars por el puerto de la


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refugio rosta, museo de los pirineos Bonaigua y el valle de Montgarri. Es un pueblo con muchas colinas, medio amurallado, rodeado por dos ríos, el Garona y el Unhòla. Está aislado sobre una peña con dos portales de entrada: el portau de Naut que también se conoce como del Pallars y el portau de Baish, que actualmente ya no existe. Este hecho le ha permitido afrontar históricamente asedios importantes como, por ejemplo, frente al ejército hugonote (movimiento político-religioso francés de inspiración calvinista) a finales del siglo XVI. Un centenar de vecinos fueron capaces de detener todo un ejército de 3.000 soldados franceses. ¡Toda una hazaña! La leyenda cuenta que con las lanzas y espadas de los hugonotes vencidos se construyó la reja de hierro del presbiterio de la iglesia de San Andrèu de Salardú. En resumen, un núcleo de paso de viajeros donde quizás el Rosta ya tenía un pajar donde acoger a algunos de ellos. ¿Por qué decís un pajar? Las posadas antiguas no eran como las de ahora. Las habitaciones, las camas, los colchones o las sábanas eran lujos poco vistos en los pueblos pirenaicos. Se dormía en espacios comunitarios. Esto no quiere decir que no hubiera lugares con habitaciones y con personas que se dedicaran a preparar comida y servirla en una mesa. Los pajares vendrían a ser los ancestros de los hostales. Del pajar hasta el PyrenMuseu, hay un largo camino... ¡Pues sí! El 30 de noviembre de 2010 lo inauguramos, el día de San Andrés. Nos gustó mucho hacerlo con la gente de aquí y también que el alcalde tuviera la gentileza de incluirlo dentro de los actos oficiales del día del patrón. Pero lo que más sorprendió a la gente del pueblo fue todo el movimiento de descubrimiento entorno al Pirineísmo, para muchos totalmente desconocido. La expresión fue…“¡Esto no lo sabíamos nosotros!” Ramond de Carbonnières es considerado el padre del Pirineísmo... El gran geólogo y botánico Louis Ramond de Carbonnières, a finales del siglo XVIII, ya dedicaba todo un capítulo entero al Valle de Arán en la obra “Observations faites dans les Pyrénées...”. Por tanto, las primeras descripciones geográficas del Valle se pueden leer muy pronto y formarán parte de

los objetivos de los futuros exploradores y científicos que nos visitarán durante el siglo diecinueve. Un personaje bastante desconocido es Maurice Gourdon… Sí. Aparece por el Valle de Arán hacia el año 1870. Es un señor de Nantes, de la burguesía francesa, que se enamora de Luishon y los Pirineos. Allí construye una casa –ville Maurice– y el Valle tiene la suerte de estar geográficamente muy cerca. Será el primer valle “español” que vive la edad de oro del Pirineísmo. Gourdon nos visita regularmente durante muchos años. Como naturalista, hace las primeras ascensiones a muchas de las cimas de los alrededores como, por ejemplo, el Montardo y curiosamente en su cima se hace una foto junto a un montón de piedras de forma cónica, y que nosotros lo hemos escogido como símbolo del Museo. Se llaman cairns y son más grandes que los hitos. Gourdon hace estudios arqueológicos en el Pla de Beret y publica artículos de botánica. Hace mucha fotografía a pesar de que no es muy bueno con la cámara, más que clic parece que haga crack… El fondo documental del PyrenMuseu posee su álbum personal de fotos (1872-1886) y el manuscrito con sus memorias de 60 años de explorador y pirineista. ¡Dos documentos extraordinarios y únicos! El mundo del Pirineísmo está presente también, en la actualidad, en la biblioteca de Salardú, de la que tú, María Àngels, eres la bibliotecaria, ¿no? Como biblioteca municipal y pública siempre hemos intentado que tanto la colección local como el fondo sobre los Pirineos sean amplios y bastante completos. Por ejemplo tenemos la gran obra etnográfica “Los Altos Pirineos de Fritz Krüger”, en seis volúmenes, que fue publicada entre 1935 y 1939, que en otras bibliotecas del Valle no se puede encontrar; varias publicaciones de Ramón Violant y Simorra, como el “Pirineo español”... Todo lo que publica la editorial Garsineu, lo tenemos. La gente que viene a hacer investigación sobre Pirineos puede consultar estos libros y otros documentos. ¿Cuándo se crea la biblioteca? En el año 1985, cuatro años después del nacimiento de nuestra primera hija. En el pueblo había muchos niños y pensé que a Salardú le hacía falta una biblioteca. Le propuse al alcalde

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refugio rosta, museo de los pirineos Jaime Geli y él me contestó que si me encargaba yo, ¡pues adelante! Lo hice y me siento muy muy orgullosa. Todos los alcaldes que han ido pasando la han mantenido con su presupuesto correspondiente e incluso se ha ampliado. ¿Qué tipo de público utiliza la biblioteca? Muy diverso. El día a día cambia mucho según la estación del año: en verano e invierno son personas que tienen segundas residencias, turistas y trabajadores de temporada, mientras que en primavera y otoño, viene la gente de aquí, con un incremento notable de personas mayores y de padres. ¿Qué destacarías de la otra biblioteca, la del PyrenMuseu? En el piso superior tenemos una pequeña librería a disposición de los clientes, donde pueden encontrar novelas, literatura de entretenimiento y libros más generalistas sobre los Pirineos. En la parte del archivo sí que tenemos una serie de documentos notables y que son accesibles para quien lo solicite. Destacaría este manuscrito de 1930, escrito a mano por Maurice Gourdon, donde relata las peripecias de sesenta años de montañero y comprende desde que viene con sus padres a los Pirineos en el año 1860. Y hay muchos capítulos dedicados a sus exploraciones por aquí, en el Valle de Arán. ¿Cómo llega un documento así a vuestras manos? Fuimos a una subasta en Francia. Ahora ya no vamos tanto porque nos hemos gastado todo el dinero Jajaja! La pasión y la proximidad por los Pirineos, en el sur de Francia, ha sido mucho mayor que en España. Hay muchas familias de pirineistas que tienen grandes bibliotecas. En concreto, la última subasta se hizo en Auch, a 100 km de Toulouse, donde la familia Laplagne-Laplace se vendía un total de 500 lotes con 700 volúmenes, entre libros, mapas o fotografías. Es muy emocionante... cuando haces la oferta, sabes que el Estado francés tiene el derecho de adquirir cualquier documentación incluso después de la licitación. Cada año, una o dos bibliotecas de este tipo pasan a subasta regularmente. Lo podéis consultar en www.interencheres.com. Retomando el tema de las exploraciones de Gourdon... Un relato que os gustará es que, después de viajar por el Pallars y Andorra, y al llegar de nuevo a Banhères de Luishon , se cambió el traje de montañero por el frac, con camisa blanca y sombrero de copa, y haciendo el aperitivo en la terraza del paseo y hablando con otros guías, les dijo: “Vosotros habéis viajado mucho por los Pirineos y habéis hecho muchas expediciones y muchas ascensiones pero no habéis visto

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Publicaciones pirineistas

todavía la montaña más bella. Se encuentra bajando del Valle de Arán, por el puerto de Ratera”. ¡Se refería a los Encantats! Entonces les enseñó dibujos y fotos, les explicó cómo era la montaña y entre los guías que lo escuchaban se encontraba Ludovic Fontàs, al que animó a hacer la primera ascensión, que se realizó en 1901. Franz Schrader es otro de vuestros huéspedes... ¡Este cartógrafo francés es un genio! Es un genio porque es el primero que hace un mapa de los Pirineos centrales con curvas de nivel. Tenemos la primera edición del mapa del Valle de Arán, de las Maladetas y del Aneto. Son 6 hojas que componen un mapa. Lo construye en una decena de años, subiendo a muchas cimas y plantando el famoso orógrafo para hacer orografías, es decir, extrapolaciones del horizonte sobre un disco de papel. Es un gran artista y algunos de los trabajos técnicos de estas orografías los eleva a la categoría de arte, a partir de tratamientos con tinta china o acuarelas, pues también es un reputado pintor. Una de sus expediciones es la búsqueda de las fuentes de la Garona... Sí. Hace una expedición completa hasta el Pla de Beret, siguiendo el curso del río y publica un artículo en el boletín del CAF (Club Alpin Français) sobre las fuentes del río Garona y durante esta campaña duerme en el refugio Rosta. Tenemos un libro donde lo explica y donde encontramos un magnífico dibujo del pico de Peguera. Schrader es muy atrevido al afirmar que están en Beret (las fuentes) ya que en aquella época los franceses defendían que el Garona provenía del glaciar del Aneto y, en concreto, nacía en la Artiga de Lin. ¿Cuántas referencias diferentes conocéis sobre el nacimiento del Garona? Conocemos cuatro. ¡Son cuatro! La primera, es la histórica de siempre, lo que explica Schrader, en el plan de Beret. Es fantástico que en un mismo lugar, separados por 50 metros, un río se dirija hacia el Mediterráneo y otro, hacia el Atlántico. Es muy romántico y rodeado de un paisaje precioso. La segunda, sería la del resto de franceses que decían que eran las aguas del glaciar de las Maladetas que después de introducirse en el agujero de Aigualluts salían en los Joèu. La tercera, sería la del afluente más largo, en el lago Gelat de Saboredo pero con un problema: qué está el Pallars Sobirá. Jajaja! Y la cuarta sería la fuente que tiene más caudal y con más regularidad: la fuente de Aigüeira. De esta surgencia kárstica –con unas


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refugio rosta, museo de los pirineos reservas estimadas de 5 Hm3– sale la captación de agua que alimenta Tredòs, Salardú, Unha, toda Vaqueira, toda Ruda y aún sobra. Da para hacer una mini-central hidroeléctrica. Volvamos a los ilustres visitantes: Alfonso XIII, rey borbón de España… Es el primer rey moderno que visita el Valle de Arán y bajando del puerto de la Bonaigua, la primera casa donde se detiene es esta. Entre las últimas adquisiciones del PyrenMuseu, queremos destacar dos fotografías inéditas, de autor desconocido, hechas en Salardú durante esta visita real en el año 1924. Una es en la plaza Mayor y la otra en la plaza de la Iglesia. Las presentaremos el día del patrón, San Andrés. Un rey que funda la primera agencia española de turismo (Comisión Nacional de Turismo, 1905) ya que apuesta por el turismo como motor económico. Por cierto, también será el único monarca que condecora a un espeleólogo y aventurero extranjero, Norbert Casteret, justamente por el descubrimiento del origen de las aguas de las fuentes de los Guells deth Joèu en la Artiga de Lin, que como comentábamos antes provienen del glaciar del Aneto y se tragó el agujero de Aigualluts. Lo consiguió tirando ochenta kilos de fluoresceína en las aguas del agujero de Toro. ¡Durante dos días, las aguas del Garona bajaron verdes, muy verdes! ¿Qué viene a hacer el rey en el Valle de Arán? Es un viaje real que hace desde Madrid hasta los Pirineos con tres pernoctaciones: la primera, en Cabdella, para visitar las obras hidroeléctricas de los lagos de Cabdella, la segunda en el Valle de Arán entrando y saliendo por el puerto de la Bonaigua y deteniéndose en Salardú. Hay fotografías ante la puerta del refugio Rosta hechas por el cura Llobet de Bossòst, donde se le ve en la puerta del edificio. Entra, se lava, descansa un poco para continuar después la visita al pueblo, que le prepara un lunch (ya lo llaman así) en la plaza de la Iglesia. Después de comer continúa hacia Vielha, donde no se detiene y duerme en Les, dicen algunos, porque hay la única casa del Valle que tiene bañera. Le preparan una comida que vienen a servirla expresamente los camareros del Ritz de Barcelona. La jornada siguiente, en Vielha, será histórica… Al día siguiente sí que visita Vielha, hace los parlamentos correspondientes y el pueblo le pide la construcción de un túnel que los comunique con España. El rey promete el túnel con la suerte que, además, su chófer es un aranés de Vielha y que es muy amigo de su mujer. Este ayudará a que con los años se haga realidad esta gran infraestructura de comunicación que transformará radicalmente la vida del Valle. Después marcha hacia la Seu d’Urgell y de allí a Lleida donde cogerá el tren para volver de nuevo a Madrid. ¿Podemos establecer algún tipo de relación entre el monarca y el Pirineísmo?

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Cuando él llega aquí a Salardú, las primeras palabras que pronuncia al bajar del coche son: “¿Y las Maladetas y el Aneto?” Uno de los vecinos que lo recibe le dice “¡Hacia allí, Su Majestad, pero hoy no se ven porqué está nublado!” Hagamos un salto en el tiempo y situémonos en la actualidad. El refugio tiene una gran carga histórica, tiene mucho sentimiento, tiene unas ilusiones y un proyecto personal depositadas en él pero necesita reinventarse. ¿Qué camino escoge? El refugio Rosta es una empresa familiar donde la educación, la cultura y los viajes son nuestra mutua concepción de la vida y como entender las cosas. Pero el negocio se tambalea porque las instalaciones son muy antiguas y la estructura prácticamente es la misma desde el siglo XIX. Este equipamiento de hostelería junto a los grandes hoteles del Valle no puede competir, no tienes nada que hacer. Los visitantes se han acostumbrado a unos nuevos estándares de comodidad que nosotros no tenemos: las habitaciones deben tener baño, calefacción, televisor... aunque nosotros pensamos que para dormir hacen falta dos cosas: una buena cama y silencio. Así, vuestra posición en el mercado no es fácil... ¡Exacto! Te enfrentas a una renovación, pero ¿cómo hacerla? Apostamos por juntar la pasión y el conocimiento con las necesidades reales. ¡Decidimos hacer un museo! Dotamos al refugio Rosta de un plus histórico y recuperamos el legado del Pirineísmo. La figura de Maurice Gourdon, Franz Schrader y otros pirineistas –que desconocíamos hace quince años– será otro de los incentivos. Cuando compramos la casa donde vivimos ahora, propiedad de otros antiguos posaderos del Rosta, encontramos documentación de la fonda. Una vez decidida la idea del Museo, el libro sobre el Pirineísmo de Josep Baqués del refugio Colomèrs también nos ayudó bastante. En aquella época, de hecho siempre, venía mucha gente y nos preguntaba si podían visitar la casa porque había sido de algún antepasado suyo. Fueron muchas cosas pero todas en el marco de una renovación necesaria y el hecho de dejar constancia de esta parte de la historia. La decisión de hacer el PyrenMuseu proviene de lo que nosotros denominamos una “lluvia fina”, una lluvia que te va calando por todos lados. ¿Qué es el PyrenMuseu? Es un equipamiento cultural único en su género. De museos hay muchos en los Pirineos y la mayoría son etnográficos, dedicados a la vida de la gente que vive en estas montañas. El museo de Lourdes, el de Luishon, el Ecomuseo de las Valls d’Àneu, el de Vilamòs, el de Vielha, en Jaca, en Graus... Hay museos a ambos lados de los Pirineos donde el Pirineísmo, en algunos de ellos, ocupa una parte, una sección, una habitación, una vitrina… El PyrenMuseu es el único museo que está dedicado a esta parte de la historia de los Pirineos en su totalidad.

Cumbres del glaciar del Aneto desde el Valle de Arán (2010)


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refugio rosta, museo de los pirineos

¿Por qué? Nosotros entendemos que el Pirineísmo es un movimiento muy importante pero bastante desconocido. Lo que somos en la actualidad como sociedad, de hecho proviene de este movimiento. Para los que lo conocen está cayendo en el olvido y la semilla del PyrenMuseu es recuperar y difundir esta parte de la historia y volverla a poner en valor mediante su divulgación. La historia moderna de los Pirineos no se puede entender sin conocer estos pirineistas que nos visitan, sobre todo, a lo largo del siglo XIX, al amparo del Romanticismo. La pasión por la aventura, la exploración y la ciencia añadido al amor por la montaña es lo que lo diferencia del Alpinismo. Este último valora más el esfuerzo deportivo mientras que el otro es más el amor y la emoción por unas montañas. La alegría, la felicidad de hacer montañismo, explicarlo y darlo a conocer. Si hacemos una charla, por ejemplo, a un grupo de Pau casi todo el mundo conoce el Pirineísmo pero si la hacemos a un grupo de París desconocen incluso dónde están los Pirineos. ¿Qué les explicáis? Les explicamos que muchas de las excursiones que harán, con guías o sin, hubo unos señores y señoras que ya las hacían hace dos siglos. Por ejemplo, cuando los llevamos a la boca sur del túnel y por el puerto de Rius van a dormir al refugio de la Restanca, este itinerario ya lo hizo a mitad del siglo XIX el gran pirineista Henry Russell durante su primera y prácticamente única visita al Valle de Arán. Vino de las Maladetas, bajó hacia el Espitau de Vielha y pasando por Rius llegó a Arties. Tras conocer la historia del Pirineísmo, muchos visitantes nos dicen que han encontrado un sentido diferente a sus vacaciones. No ha sido sólo caminar sino toda una experiencia diferente. Les decimos que ellos ahora son los nuevos pirineistas y que lo escriban en sus blogs, facebooks, etc. y lo transmitan a sus amigos y conocidos. Estáis haciendo un trabajo cultural extraordinario... Sí. Más o menos reconocido según los ámbitos. En Cataluña y resto de la península nos falta reconocimiento pero entre el público francés es diferente. Hoy mismo, se han ido dos clientes que serían las clientes modélicas o ideales para nuestra filosofía. Han estado cinco días caminando por el Valle de Arán, combinando sus caminatas con visitas a equipamientos culturales como museos e iglesias. Cada día, con lluvia o sol. Han mezclado naturaleza y cultura. Las iglesias de Arties,

Vielha, de Gausac... pero siempre caminando arriba y abajo. ¿Cómo se estructura el museo? Tiene cuatro ejes: el propio edificio histórico, la colección de fotografías, muchas de ellas inéditas, las vitrinas con exposiciones de objetos de la época (primeros crampones forjados del siglo XIX, piolets de metro treinta, bastones de madera, esquís y otros materiales diversos… y toda la parte del fondo documental, mapas, libros, manuscritos, carteles y otros objetos notables) y los paneles explicativos que están redactados en aranés. Es nuestra manera de defender y mostrar la lengua propia del Valle de Arán. Ofrecemos a los visitantes un prospecto con toda la información traducido a seis idiomas. Pensad que el PyrenMuseu ocupa los espacios del refugio Rosta. Puedes alojarte en un museo. El aire y el ambiente que ofrece es muy particular para los amantes de los lugares exclusivos cargados de belleza, historia y al mismo tiempo de simplicidad. ¿Qué son las Pyrenades? Es un festival sobre Pirineísmo que nace con el propósito de trabajar en su difusión mediante conferencias, charlas, ciclos de películas, excursiones, presentaciones de libros... Cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Naut Aran y el IDAPA (Instituto para el Desarrollo del Alto Pirineo y Aran). Se celebra en Semana Santa y dura una semana. La estructura se compone de excursiones durante las mañanas (paseos por el patrimonio cultural y/o caminatas por los valles principales) mientras que por las tardes hay un ciclo de conferencias con invitados relevantes y por la noche la muestra de cine de montaña. Todo ello acompañado por exposiciones temporales y alguna actividad musical para terminar de dar ambiente. Hemos hecho dos ediciones hasta ahora: en el año 2011 asistieron unas 1.700 personas y este año hemos doblado hasta llegar a las 3.500. Y ya tenemos casi lista la de 2013. La exposición de este año ha tenido mucho éxito... El año pasado tuvimos una exposición del CEC, de fotografía de montaña, de Ignasi Canals Tarrats pero este año hemos dado el salto con una exposición propia sobre la fotografía estereoscópica y 3D titulada “Los Pirineos en profundidad”. Es itinerante y de momento ya ha estado en la Seu d’Urgell y Esterri d’Àneu. A pesar de las actividades culturales en los Pirineos también se están notando los recortes. Es una exposición muy curiosa que gusta mucho y de la que el propio


Cuaderno de trabajo de Franz Schrader (1855)

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refugio rosta, museo de los pirineos refugio Rosta ha construido una réplica muy completa que se puede visitar de forma permanente todo el año y disfrutar así de la belleza de las imágenes tridimensionales. Animo a las instituciones y equipamientos que la soliciten para su pueblo pues es una auténtica joya. ¿Después de oír todo lo que nos habéis contado, qué es para vosotros el Refugio Rosta? Detrás del refugio se esconde toda una vida. Una escuela para la vida enriquecida con la llegada de nuestros tres hijos –Vidalba, Gerard y Berta– que, cuando se han hecho mayores, nos han ayudado, trabajado, conviviendo con nosotros los buenos y los malos momentos. La familia ha aprendido a hacer las actividades domésticas a gran escala y sobre todo a relacionarse con todo el mundo con las puertas bien abiertas. Creo que hemos sido, por nuestro carácter, una familia muy involucrada con el municipio. La biblioteca, el refugio Rosta, la estación de esquí –el jefe de seguridad es nuestro hermano Francesc– e incluso hemos estado involucrados con la política y los asuntos municipales, durante tres legislaturas, como cosso al Ayuntamiento, y como conselher al Conselh Generau. El PyrenMuseu y Pyrenades es la última expresión de este compromiso con el municipio. Ofrecer un nuevo equipamiento y unas actividades que sirvan de referencia para el municipio y que colaboren con el crecimiento de la economía municipal. ¿Y el futuro? El futuro está en manos de los clientes. Nosotros nos podremos mantener si tenemos gente. Necesitamos que los amantes de la montaña, al programar sus visitas al Valle de Arán, tengan presente nuestro equipamiento. El PyrenMuseu no tiene aportaciones públicas y se financia con las visitas que se hacen al museo y los alojamientos del refugio. Es un museo vivo y del que puedes disfrutar estando en él alojado. Un comentario frecuente es que estamos en un lugar que destila historia donde puedes desayunar, comer, cenar y dormir. Unas pequeñas reflexiones sobre el Parque.

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Interiores del refugio y museo (2012)

El Parque es el faro mundial del Valle de Arán. La gente extranjera cuando viene aquí, al refugio Rosta, viene por el Parque Nacional. Las agencias nacionales y sobre todo extranjeras nos dicen que la gente quiere ir al Parque, quiere caminar por el Parque. Es la luz en el mundo de este Pirineo central. ¿Y vosotros que destacarías del Parque? El Valle de Arán paisajísticamente es muy bonito pero el Parque está haciendo una difusión muy importante de lo que son los Pirineos, el patrimonio paisajístico, la fauna y la flora de alta montaña y pensamos que el mensaje está llegando a la sociedad aranesa. La visión sobre el Parque es cada vez más positiva entre la gente joven y no tan joven. ¿Vuestros rincones preferidos? Hace años que no nos paseamos con la intensidad que se merece pero, sin lugar a dudas, Colomès es un rincón único en el mundo. Es un paisaje muy proporcionado, armónico, asequible y cercano. El conjunto de lagos con el circo de las montañas que los rodean es un paisaje único. Guías franceses o suizos que trabajan en los Alpes se van maravillados y te dicen que los paisajes de Colomès no los encuentran en los Alpes. Estos paisajes no los hemos visto en ninguna parte. ¡Estamos enamorados de Colomès! Estar enamorado es una magnífica despedida a las palabras que hoy nos han ofrecido esta familia aranesa que ha hecho de los Pirineos y del Valle de Arán, su modus vivendi particular, único e irrepetible, imposible de plagiar. Como todas las creaciones, es patrimonio de quien lo piensa y de quien lo quiere compartir. Recordando al famoso erudito francés Henry Beraldi, el refugio Rosta, el PyrenMuseu, las Pyrenades, la biblioteca de Salardú no son más que un camino, un sentimiento, una forma de vida que hay que dejar escrito. Así lo hemos hecho para quien lo quiera leer... Josepmaria Rispa Pifarré Tardor de 2012


Construcción de un aprisco ganadero en Gerber (Pallars Sobirà)

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noticiario Construcción de un aprisco ganadero y mejora del sendero del valle de Gerber El Parque Nacional ha habilitado un aprisco ganadero en el valle de Gerber, dentro de la zona periférica de protección. En esta zona, desde hace tres años, vuelve a pasturar un rebaño de ovejas y otro de cabras, después de más de 20 años de no hacerlo ningún rebaño. Estos apriscos son necesarios para separar los animales enfermos o en avanzado estado de gestación. La zona del estany de Gerber solamente es accesible a pie, lo que dificulta la gestión ganadera, ya que no hay un pastor que vigile permanentemente los rebaños. El aprisco se ha construido con madera tratada en autoclave y el material se ha transportado en helicóptero. La actuación se ha completado con la mejora de diferentes tramos del camino de Gerber, uno de los más utilizados del Parque, con más de 12.000 personas al año, de las cuales la mitad lo hacen en el mes de agosto. Se celebran las IX Jornadas sobre Investigación Del 17 al 19 de octubre se llevaron a cabo, en la Casa del Parque en Boí, las IX Jornadas sobre Investigación en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Esta novena edición contó con una treintena de ponencias sobre las diferentes líneas de investigación que se han llevado a cabo en el Parque, principalmente durante los tres últimos años. En estas tres sesiones se presentaron proyectos sobre limnología, climatología, microbiología, flora y fauna además de disciplinas más humanísticas como la arqueología o el patrimonio inmaterial del Parque. Las ponencias tuvieron también una parte eminentemente

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Jornadas sobre Investigación

práctica con una salida guiada al Parque Nacional donde se pudo visitar la Cueva del Sardo, una parcela de muestreo de abedules y una estación meteorológica con explicaciones hechas in situ por los mismos investigadores. Las ponencias presentadas serán recogidas en formato artículo en un libro que se editará a lo largo de 2013. Nueva web de Parques Nacionales: “Parques Nacionales Interactivos” Acaba de ponerse a disposición del público general una nueva web interactiva de Parques Nacionales creada por el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), que depende del Instituto Geográfico Nacional. Esta nueva web destaca por estar hecha con lenguaje animado Flash y pone a disposición de los usuarios información relativa sobre la Red de Parques Nacionales distribuida en seis grandes apartados: Historia, Centro de Visitantes, Fauna, Flora, Navegador cartográfico y Para curiosos. La web incluye también un completo navegador cartográfico que requiere de una pequeña y fácil instalación para funcionar, de esta manera podemos visualizar carreteras, caminos, pueblos, lugares de interés y, muy importante, itinerarios en los parques que podemos visualizar en 2D ó 3D haciendo vuelos virtuales. De momento los parques nacionales disponibles son cuatro: Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, Ordesa y Monte Perdido, Picos de Europa y Monfragüe. Próximamente estarán disponibles más parques. Esta página web se convierte, pues, en una nueva herramienta para conocer y descubrir los espacios naturales de España que cuentan con la máxima figura de protección.

Salida por la ribera de Sant Nicolau (Alta Ribagorça)


Nueva web

noticiario

Obras de restauración paisagística en el valle de Peguera (Pallars Sobirà)

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Retirada la línea eléctrica del valle de Peguera en el interior del Parque La empresa Endesa ha llevado a cabo la retirada de la última línea eléctrica que quedaba dentro del área de máxima protección del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Concretamente se trata de la línea que va de la zona de Envallasse hasta el lago Negre en el Valle de Peguera, de 4,4 km de longitud. Esta línea cruzaba una zona de reproducción e invernada del urogallo, con un gran riesgo de colisión y también causaba un gran impacto en una zona de gran valor paisajístico. Para poder retirarla, el refugio Josep Maria Blanc, propiedad del Centro Excursionista de Cataluña, y la empresa Endesa, han tenido que proveer sus instalaciones con otras fuentes de energía renovables, concretamente la solar y la microhidráulica. Los trabajos de retirada han durado meses, debido a la mala accesibilidad de la zona y a la compatibilización con el uso público del Parque Nacional. Veinte años formando Guías-Interpretadores Este curso que tiene como objetivo principal la formación de personal especializado en el conocimiento y la divulgación de los valores del Parque y de su zona de influencia, y va dirigido fundamentalmente a la población local, ya ha llegado a la edición número XX. El curso se ha desarrollado entre los días 12 de septiembre y 4 de octubre, periodo en el que los alumnos han recibido una completa formación teórica sobre los valores naturales

y culturales del Parque, legislación y normativa, entre otros, complementada con una serie de salidas prácticas por los diferentes sectores del Parque para poner en práctica los conocimientos adquiridos y así poderlos aplicar en el campo de la educación ambiental y los itinerarios de interpretación ambiental. Dibuja el Parque El día 8 de junio de 2012 el jurado del 7º concurso de dibujo del Parque se reunió para hacer la selección de los ganadores de esta edición, entre más de 600 dibujos presentados por 49 centros educativos de Cataluña y el resto del Estado español. Por una vez, el huidizo Armiño de Carla Gallén ha podido ser representado con su pelaje de verano y le hizo ganar el primer premio a su autora. El Parque, con sus principales atributos (roca y agua), fue el tema escogido por la Berta Huarte para su obra Parque Natural de Aigüestortes. La fauna sigue acaparando los participantes del concurso: Laura Ripoll aprovechó el estado adormilado de un Corzo para poder realizar el dibujo que le dio el tercer premio. Finalmente, los alumnos de 4º de ESO del IES Secretari Coloma ganaron el premio colectivo al conjunto de obras con mayor calidad a criterio del jurado. Sus representaciones de flora y fauna con técnicas de acuarela les han hecho merecedores de este premio. Desde el Parque, agradecer a todos los alumnos participantes y a los maestros que los han coordinado y la enhorabuena a los ganadores.

16 Alumnos del curso de guías en el valle de Peguera (Pallars Sobirà)


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noticiario Ferias de Otoño Del 21 al 24 de septiembre Calella acogió la 32ª Feria de Calella. Este año 2012 la feria inicia un periodo de tres años donde se quiere acercar las especificidades del territorio catalán a través del conocimiento directo de su cultura, tradición y singularidad. La temática de este año giraba en torno al Pirineo y bajo el título Pirineos: cultura, tradición y futuro un gran número de instituciones públicas y empresas privadas expusieron sus productos. Entre todos ellos estaba la presencia del Parque Nacional que se ubicó en unos de los cuatro espacios temáticos: Gastronomía, Marca Pirineus, Cultura y Naturaleza. En este último es donde estaba situado el stand del Parque y donde se integró el Foro Pirineos donde se realizaron gran parte de los talleres vinculados al espacio y que acercaron a los visitantes a los espacios nturales protegidos de los Pirineos. Por otra parte los días 3 y 4 de noviembre el Parque Nacional, junto con el Parque Natural del Alt Pirineu asistieron a la Feria de Otoño y VIII Muestra de la Oveja Xisqueta de Sort. A pesar del mal tiempo pasaron por el stand de los dos Parques casi 200 personas que se interesaron principalmente por los itinerarios de estos dos espacios naturales protegidos. Debates para la investigación Los pasados días 26, 27 y 28 de septiembre se llevaron a cabo las “Jornadas de Investigación de la Red de Parques Nacionales 2012” en Matalascañas (Huelva) con la asistencia de más de 70 personas entre los que había principalmente investigadores, personal gestor y técnico de los parques nacionales así como representantes del Comité Científico de la Red de Parques Nacionales y del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. Uno de los objetivos de la Red es potenciar la investigación denominada de excelencia y se debaten anualmente los resultados llevados a cabo en su medio físico y en el entorno

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Jornadas de Investigación en Matalascañas (Huelva)

1r premio del Concurso de dibujo de Carla Gallén: Armiño

socioeconómico, antes del redactado final de las conclusiones y los resultados de los proyectos. En esta edición se han presentado para debatir 13 de los 14 proyectos desarrollados y financiados por el Organismo Autónomo Parques Nacionales en su convocatoria de ayudas a la investigación 2009. Entre todos los proyectos presentados, dos se están llevando a cabo específicamente en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici: Interacción entre clima y ocupación humana en la configuración del paisaje vegetal del Parque Nacional en los últimos 15.000 años por parte del centro de Estudios Avanzados de Blanes-CSIC y Genética del paisaje y ecología de pastos subalpinos pirenaicos-cantábricas (festuca, Gramineae) en la Red de Parques Nacionales: conservación de la biodiversidad y restauración vegetal de la Universidad de Zaragoza. Día Mundial de las Aves Durante la primera quincena de octubre y con motivo del Día Mundial de las Aves, el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici ha realizado varias actividades gratuitas relacionadas con las aves. El pasado día 6 de octubre el Centro de Información de Llessui organizó un cuenta cuentos y un taller infantil. El taller consistió en construir un búho a partir de una piña y bolitas de algodón de colores. Las actividades se enmarcaron dentro de la programación de la Feria Ganadera que el pueblo de Llessui celebra cada año. El viernes 12 de octubre por la tarde, en el Centro de Información de Senet, se realizó un espectáculo de títeres con sombras chinas y un taller de confección de collares y llaveros en forma de pájaros, creados e inventados por los propios participantes. Y el sábado 13 de octubre por la mañana, se realizó una jornada de anillamiento de aves. Todas las actividades contaron con un número importante de participantes, 140 entre Llessui y Senet, demostrando que las actividades que el Parque Nacional organiza para celebrar el Día Mundial de las Aves cada vez están más consolidadas.

Actividades con niños y niñas en Llessui (Pallars Sobirà)


Martagón amarillo (Lilium pyrenaicum)

flora

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conozcamos el parque

Ranúnculo pirenaico (Ranunculus pyrenaeus)

pyrenaicum, pyrenaeus, pyrenaica... Los Pirineos, nuestras montañas... El terreno de juego donde hemos aprendido a conocer y amar a la naturaleza. Un lugar que se empeña en mantener su carácter salvaje y resistir los embates de los seres humanos, empeñados en colonizar todos los lugares, aun cuando la prudencia recomiende no tentar a los dioses de la montaña. Los Pirineos: una isla de alta montaña en medio de la llanura mediterránea. Los Pirineos han sido, a lo largo de la larga historia de la Tierra, la estación de llegada de muchas especies desde mucho antes de la aparición del hombre. En algunos momentos huían del calor y la sequedad del llano, buscando lugares más frescos. Después, los rigores de un largo periodo glacial empujaban a animales y plantas a buscar abrigo hacia el sur. Así pues, los Pirineos son muy diferentes de las regiones vecinas y estas diferencias climatológicas se tienen que notar forzosamente en la flora y la fauna. Dentro del ámbito del Parque Nacional hay cerca de un 8% de especies endémicas de los Pirineos en sentido amplio, incluyendo también aquéllas que son exclusivas de las montañas del norte de la Península Ibérica (Empar Carrillo & Josep Maria Ninot, 1992). Y aún hay más, buscando en la lista de especies del Parque hemos encontrado hasta 30 plantas que muestran claramente su carácter eminentemente pirenaico desde un principio, desde su nombre científico. Es decir, que el botánico que las describió, desde el primer momento ya reconoció como principal rasgo distintivo de estas especies su pertenencia a la cordillera pirenaica, bautizándolas con el epíteto específico que encontró más apropiado. Así tenemos un Ranunculus pyrenaeus, una florecilla de viste de puntos blancos a los prados que recientemente han perdido otro vestido blanco más uniforme: la nieve. También, sobre todo en los sectores más meridionales del Parque, en prados más bien pedregosos, podemos disfrutar de la bella presencia del Adonis pyrenaica, una especie tóxica y probablemente originaria de estas montañas desde antes de las glaciaciones. En los canchales con piedras sueltas, vive Cerastium pyrenaicum un endemismo de los Pirineos catalanes. Algunas especies de canchales tienen un aparato subterráneo muy profundo formado por un rizoma que va buscando los espacios existentes entre las piedras para asomar la cabeza aquí y allá. Si debido al movimiento de las rocas quedan enterradas, tarde o temprano encontrarán la manera de volver a salir a la luz. Galeopsis pyrenaica es una pequeña planta de la familia

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de las labiadas (como el romero o el tomillo) endémica de los Pirineos catalanes que no es difícil de encontrar en cualquiera de los tres pisos de vegetación, entre los 950 y los 2.500 m, en prados pedregosos y canchales. Aunque nos tendremos que fijar detenidamente, pues no se levanta mucho más arriba de 5 dedos del suelo. Galium pyrenaicum, es una especie propia de las montañas ibéricas que es capaz de vivir en las más altas crestas y en prados claros y pedregosos, a menudo en las grietas de las rocas; normalmente sobre terrenos calcáreos, cosa que hace que sea más bien rara en el Parque Nacional. Las hojas verticiladas (hay 6 en cada nudo) son de un color verde reluciente, más largas que los entrenudos, hecho que da a la planta su aspecto de pincel. Las flores blancas, con cuatro pétalos y muy pequeñas, de unos 2 mm, son las típicas de toda la familia. Lonicera pyrenaica, la madreselva pirenaica, es un arbusto bastante grande, que coloniza las grietas de las rocas, preferentemente calizas aunque tampoco rehuye el granito del Parque Nacional. Es bastante común en los Pirineos pero también se puede encontrar en otras montañas del Suroeste de Europa, incluso en Mallorca. En los lugares donde la nieve se acumula de manera abundante, en lugares pedregosos, calcáreos y umbríos vive Salix pyrenaica, un endemismo pirenaico-cantábrico. Este tipo de sauces enanos son verdaderos especialistas en colonizar estos lugares tan especiales, donde la vida se acelera durante el poco tiempo que la nieve deja libre el suelo y pueden prosperar algunos seres vivos. Otra especie “pyrenaicum” bastante conocida y con unas flores amarillas espectaculares, que hacen las delicias de los fotógrafos naturalistas, es Lilium pyrenaicum. Como ejemplo, podemos ver esta imagen de Conchita Ciurana, premiada en el concurso fotográfico del Parque del año 2008. Los lectores más asiduos del Portarró quizás recordarán que en el número 8, cuando el boletín todavía era en blanco y negro y las fotos no se veían tan bien, ya le dedicamos esta sección. Por cierto, todavía hay un grupo más numeroso de especies bautizadas con un nombre con reminiscencias montañeras: En torno a 50 taxones del Parque Nacional contienen en su nombre científico referencias a su procedencia alpina. Quizás éste podría ser el objeto de un futuro artículo. Gerard Giménez


Este número de la revista El Portarró esta dedicado al Pirineismo. Así que el artículo de fauna tenia que ser un animal muy vinculado a los Pirineos. Después de buscar, pensar y consultar tenía en mis manos una lista de quien podría ser un posible candidato y después de descartar los que ya han sido tratados en ediciones pasadas, surgió un pequeño pájaro típico de los bosques de coníferas y estrechamente vinculado a la alta montaña y los Pirineos… El verderón serrano (Serinus citrinella) es un pequeño pájaro que pertenece a la misma familia que los pinzones, jilgueros, canarios y verdecillos. Cuando lo vemos de lejos podemos apreciar un plumaje con tonos verdes y grises, pero si lo podemos observar de cerca, apreciamos que en unos individuos domina más el color gris, sobretodo en el dorso y el pecho, y que en otros, en general, presentan un color más amarillo-verdoso. Este cambio en la coloración del plumaje nos permite diferenciar si son machos o hembras. Así los machos presentan tonalidades verdes y amarillas sobretodo en el obispillo (parte inmediatamente superior a la cola) y en las dos franjas alares. Y las hembras tienen tonalidades más apagadas y domina más el color gris, aunque mantienen el obispillo y las dos franjas alares de color amarillo-verdoso. Pero para poder llegar a este detalle de diferenciación quiere decir que conocemos muy bien la especie y que somos unos buenos observadores. Es un pájaro muy vinculado a las masas forestales subalpinas, es decir, abetales y pinares de pino negro, tan abundantes en el Parque Nacional, así como a los prados alpinos y subalpinos. Su rango actitudinal es entre los 1.600

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y los 2.400 m, justo en el límite del bosque. Su alimento preferido son los piñones. Estos componen gran parte de su dieta, aunque también la complementa con semillas de otras plantas, como el diente de león, y otras plantas herbáceas. Esto hace que sea muy frecuente que durante la primavera y el verano se puedan ver pequeños grupos de verderones serranos pastando en los prados alpinos y subalpinos. Sentarse en el margen de un prado y estar un buen rato observándolos, es uno de los muchos pequeños placeres que nos puede ofrecer un paseo por el Parque. En el Parque, principalmente, los podemos observar durante la primavera y el verano, pues en invierno cuando las condiciones climáticas son más duras y el Parque se encuentra cubierto por un manto blanco de nieve, los verderones serranos bajan de cota buscando mejores condiciones climáticas. Son pájaros que presentan un comportamiento bastante gregario y durante el invierno forman grupos que pasan bastante desapercibidos y son difíciles de localizar. Acostumbran a mezclarse con jilgueros y verdecillos. Nidifica durante la época estival y según la disponibilidad alimentaría pueden llegar a encadenar dos y hasta tres puestas, o criar en épocas que no son las típicas. Y para finalizar, ¡un secreto! Si queréis observar con facilidad los verderones serranos esperad un año que sea muy productivo en piñones. La abundancia de este fruto provoca que su población aumente de forma notable y así sea más fácil observarlos. Maria Pou Palau

Foto: Salva Solé Soriano

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fauna el verderón serrano


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20 la esencia de las palabras elogio del pirineísmo ¡Veintiuno de julio de 1842! Estamos en la cima del Aneto, de 3.404 metros! Dos intrépidos caminantes –el naturalista francés Albert de Franqueville y el militar ruso Platón de Txihatxef– acompañados por dos guías de Luishon y dos cazadores de rebecos del país coronan, por primera vez, la montaña más alta de los Pirineos. Lo consiguen ascendiendo por la vertiente sur ¡después de dar un rodeo de dos días para evitar el gran glaciar de su cara norte! Es un momento histórico, como también lo fue cincuenta seis años antes, la conquista del Montblanc. Las legendarias montañas pirenaicas se vuelven, como los Alpes, más humanas y menos divinas. Empieza a gestarse, con un respetuoso entusiasmo, toda una corriente filosófica, científica, romántica, literaria y deportiva que nos llevará a la exploración y a la conquista de las montañas pirenaicas. La primera vez que aparecen escritas las palabras Pirineísmo y pirineista surgen de la mano del historiador y erudito francés Henri Beraldi, en la extraordinaria obra sobre la historia del montañismo Cent ans aux Pyrénées, escrita entre finales del XIX y principios del XX. En los primeros capítulos no pasa desapercibida una definición que será recordada: “ascender, sentir y escribir.” Es la trilogía del ideal pirineista que durante mucho tiempo le diferenciará claramente del alpinismo, sinónimo de esfuerzo deportivo, nacido en Suiza unos años antes. La necesidad humana de mirar hacia la montaña permitirá conocer unos parajes remotos, ignorados, inhóspitos, iniciando así el proceso de creación de identidad de un territorio muy fragmentado. El placer de descubrir y someter este territorio de relieves escarpados, lleno de agua, con bosques extensos y de climas rudos será el gran reto de los primeros exploradores y conquistadores. Pero fue mucho, muchísimo tiempo antes que el concierto de la gran sinfonía fantástica de los Pirineos había comenzado a sonar... Primer movimiento: Montañas salvajes Las relaciones entre los seres humanos y la montaña son

tan antiguas como la propia humanidad y en los Pirineos deberíamos remontarnos mucho más allá de la época en que aquellos primeros homínidos dejaron huellas artísticas en cuevas, grutas y abrigos de roca. Unos pobladores que al llegar, vivieron de la caza, de la pesca y de la recolección, antes de marcharse de nuevo en busca de alimento, siguiendo las rutas de los rebaños de los grandes mamíferos trashumantes. Probablemente los erectus se pasearon por algunos de los ríos del norte de la cordillera, como la Garona, hace cerca de un millón de años; aunque los que mejor se adaptaron a las montañas, miles de años después, fueron los neandertales, ¡los primeros viajeros europeos! Grandes cazadores, robustos y resistentes, fabrican con inteligencia herramientas precisas que les permiten aprovechar las riquezas naturales durante el ciclo de las estaciones mientras atraviesan los desfiladeros prepirenaicos con relativa frecuencia. Y es hace unos 30.000 años cuando entra en escena una nueva especie, los sapiens, con los que los neandertales convivirán durante cientos de generaciones hasta su misteriosa disgregación y posterior extinción. El injustamente despreciado hombre del frío desaparece para siempre y nuestra especie comenzará entonces una ocupación permanente e intensa de los valles pirenaicos –incluidas las que acoge el Parque en la actualidad– en donde se descubrirán evidencias de su presencia que se remontan a hace casi 10.000 años! ¡Toda una sorpresa científica! Segundo movimiento: Montañas malditas ¡Hagamos otro salto en el tiempo! Las huellas de Aníbal y otros cartagineses camino de los Alpes (siglo III a.C.), las aventuras de obispos occitanos como Valerius de Couserans (siglo V) –que daría nombre al Mont Valièr, famosa montaña del Ariège– o las hazañas del monarca Pedro III de Aragón por las cumbres del Canigó (1276) son algunas de las referencias históricas por las altas montañas y puertos de los Pirineos de los últimos dos mil años. A pesar de ello, siglos más tarde, todavía las montañas siguen siendo calificadas

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elogio del pirineísmo como horribilis montes. La geografía particular de las creencias y de los mitos se impone ante la falta de conocimientos científicos y hace que tanto la gente de montaña como la alejada de ellas, vea y hable solamente de paisajes malditos, de monstruos diabólicos y de pecado. Los Pirineos son territorios fantásticos y desconocidos. La naturaleza se consagra como un libro abierto de mitos, leyendas y religión que casi nadie sabe interpretar. Pastores, cazadores, bandoleros, peregrinos o gente de la guerra atraviesan montañas pero no dejan ninguna señal que permita pensar en la trascendencia de estos hechos. ¡Hasta incluso movimientos artísticos como el románico o el gótico ignoran prácticamente a las montañas! El sentimiento humano para contemplar y observar la montaña cambia a partir del Renacimiento. Alcanzar el saber sobre el qué debe de haber allí arriba y más allá de unas montañas exóticas se convertirá en un anhelo insaciable. El interés ilustrado por la naturaleza –incluidas las riquezas minerales y forestales– rompe barreras en la construcción del saber científico y, geólogos, botánicos o geógrafos, venidos del norte de la cadena montañosa, como Pierre-Bernard de Palassou o el barón Picot de Lapeyrouse, serán algunos de los viajeros pioneros que elaborarán los primeros ensayos, inventarios de flora, cartas y mapas de los Monts Pyrénées. Los principales balnearios de aguas de la vertiente atlántica (Banhères de Luishon, Banhères de Bigorra, Cauterès Varètja, Capvèrn) se convierten entretanto en centros turísticos de primer orden, favorecidos por el desarrollo de las comunicaciones ferroviarias y de carreteras termales. Un termalismo

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Fotografía de Maurice Gourdon

frecuentado por militares y aristócratas que viajan desde París o Londres, para recuperarse de las guerras, de la vida en las colonias de ultramar o como moda europea del momento. Unos establecimientos terapéuticos que también ofrecen a los clientes excursiones agradables por los alrededores que, con el tiempo, se transformarán en conquistas legendarias. Los Pirineos se convierten en un destino geográfico codiciado, así como en una fuente de inspiración estética para muchos artistas. El silencio pirenaico empieza a resquebrajarse y una auténtica pléyade de pirineístas, acompañados de guías locales audaces, abrirá las puertas de una de las cordilleras más sorprendentes del continente europeo. Tercer movimiento: Montañas heroicas (molto andante) El naturalista y viajero Louis Ramond de Carbonières (17551827) es uno de los nombres ilustres en la historia del Pirineísmo. Hay un antes y un después en torno a este pionero de la montaña que, más allá de ser considerado como el descubridor de Monte Perdido, fue uno de los primeros naturalistas en pasearse por valles araneses como el de la Artiga de Lin (Artigue Telline). Descubre casualmente los Pirineos siendo secretario de un obispo exiliado –por unos asuntos oscuros– cerca de la ciudad de Lourdes. Ramond queda aturdido y embelesado por la belleza pirenaica y encabezará una sucesión de décadas prodigiosas de observaciones y descubrimientos naturalistas que llegarán incluso a generar celos entre los admiradores de los Alpes. La otra figura estelar, años después, será el conde franco-


Manuscrito de M. Gourdon

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Orografía de F. Schrader

elogio del pirineísmo irlandés Henry Russell (1834-1909), el poeta de la soledad. Aventurero, rico y de buena familia, viajó por todo el mundo como un Filias Fogg. Sin embargo fueron los Pirineos los que consiguieron detener sus trashumancias continentales, excepcionales para la época en que vivió. Desde Pau llevará a cabo una intensa y amplia actividad montañera mientras que paralelamente escribe excelentes descripciones literarias de muchos de los itinerarios que realiza. El saco de dormir de piel de cordero –preludio de los sacos de pluma–, los vivacs extremos (son famosas las cuevas que hacía excavar en la roca), el rechazo de ciertos materiales como los piolets de la época (siempre substituidos por su fiel “totxo”) son algunos apuntes del legado de un caminante prodigioso hasta la muerte, que será recordado como una leyenda ¡Tiempo al tiempo! Entre Ramond y Russell, no podemos olvidar a otro de los grandes, Franz Schrader (1844-1924), geógrafo de gran capacidad artística y provocadora de una auténtica revolución en la cartografía de montaña. La invención del orógrafo y las orografías –imágenes circulares del paisaje– ayudaron a que se le diese el apodo del hombre de los paisajes extraños. Una figura con un afán de racionalidad loable que convirtió la montaña en el protagonista del avance científico del momento. Más allá de lo que representan estos tres personajes, otros caminantes dan a conocer la gran cadena de montañas a partir de sus cuadernos de campo, escritos, dibujos, grabados, mapas y primeras fotografías. Una divulgación de conocimientos en la que juegan un papel clave, por un lado, las revistas y boletines de las sociedades de montañismo de la época, como por ejemplo la Société Ramond (1865) o el Club Alpin Français (1874) y por otro lado, las primeras guías turísticas como la Richard (1834) o la Joanne (1858), que de forma periódica, actualizan la información recogida. Si os parece bien, podemos pasar a continuación a realizar una miscelánea atrevida de experiencias de algunos de estos pirineistas, en el marco geográfico de lo que hoy es el Parque.

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Fotografías de Ignasi Canals en el Museu Pirinenc de Lourdes (Francia)

El capitán Vicente de Heredia, hijo del pueblo ribagorzano de Graus, formó parte con Reinhard Junker y otros militares franceses, de la comisión geodésica y cartográfica francoespañola que estableció los límites fronterizos de finales del siglo XVIII. Topónimos como el pico de la Torreta o de los Soldados, situado entre Besiberri y Llubriqueto, hacen una clara alusión a estos primeros trabajos militares de levantamiento de mapas pirenaicos. El poeta Vincent de Chausenque es el autor de una de las obras capitales de este periodo, Les Pyrénées... (1834), donde se describe por primera vez la cordillera en su totalidad. En esta obra el Montardo es definido como “la montaña sin límites de picos negros y de nieve que brilla bajo una inmensa cúpula de azur”. Alfred Tonnellé, literato romántico, escribe Trois mois aux Pyrénés ... (1858) donde relata sus peripecias por el Pallars, destacándose los pueblos de los valles de Àneu y en particular, Esterri, “pueblo muy pintoresco con numerosos balcones de madera y de hierro.“ Otro pirineista completo es Édouard Wallon, fotógrafo, dibujante y pintor –que trabaja con Schrader en la cartografía pirenaica– y que con la publicación de Panoramas des Pyrénées Centrales (1869) se da a conocer como miembro activo de la Pléyade. El cartógrafo Alphonse Lequeutre se pasea por el valle de Boí durante la segunda mitad del diecinueve y conquista, acompañado de Russell, la Pala Alta de les Capceres de Caldes (1877), rebautizada más tarde como el pico de Lequeutre en muchos mapas excursionistas. El geólogo naturalista Maurice Gourdon visita el Valle de Arán y duerme en Salardú desde donde prepara muchas de las primeras ascensiones que le llevará a cimas como el gran tuc de Colomès, Subenuix, Peguera o el gran Montardo (1876). El guía Célestin Passet, perteneciente a una familia de montañeros de Gavarnie, hace la primera ascensión al pico de Comaloforno (1882), acompañado por el famoso Henry Brulle, autor de la célebre frase “no se conocen los Pirineos


Excursionistas en la cima del Montardo

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elogio del pirineísmo sino se conocen los Encantats.” Tras este ascenso bautizan al pico vecino como Punta Passet, un tres mil hasta hace pocos años. El conde Aymard de Saint-Saud conquistará el pico de Fonguero y el pui de Linya (1880) mientras escribe ampliamente sobre los Pirineos catalanes, aragoneses, asturianos y cántabros, una interesante conjunción geográfica formulada hace tan solo cien años. El científico pluridisciplinar Eugène Trutat es uno de los fundadores del Pirineísmo y es a través de una extensa obra fotográfica de más de 400.000 clichés que contribuye a la investigación y estudio del macizo pirenaico. Los hermanos Spont, hombres de picos, coronan el Besiberri Norte (1899) mientras escriben libros y hacen fotografía pirenaica con postales e imágenes de paisajes del país de Aran (Colomès), el valle de Espot, Aigüestortes y del macizo de Besiberri. Unas décadas antes, el inglés Charles Packe consigue alcanzar la cima del Besiberri Sur (1866). De nuevo son otros hermanos, los Harlé (uno de ellos, ingeniero) quienes dan nombre a la punta Harlé, conocida en el país como la Pala Alta del Port, mientras ascienden

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Castillo de Lourdes (Francia), sede del Museu Pirinenc (2011)

algunos de los picos más altos de las cabeceras del valle de Boí (1912). En el mismo macizo de Besiberri, el cazador de rebecos Pau Peita conquista por segunda vez el Norte (1905), prestando su nombre a la colladeta o brecha que une Malavesina con el estanh de Mar, que acogerá el refugio de Besiberri durante 42 años (desde 1960 hasta 2002) Tercer movimiento (cont.): Montañas heroicas (andante) El descubrimiento de los Pirineos no puede pasar por alto la actividad del excursionismo catalán que nace impulsado por el movimiento cultural de “la Renaixença”, cercano al romanticismo europeo, que exalta los sentimientos y las emociones hacia las bellezas naturales, la patria y la historia. En el género de la poesía, una figura extraordinaria destacará en estos primeros años: Jacint Verdaguer (1845-1902), conocido popularmente como mosén Cinto, artífice de un carros de fuego dieciochesco que llevará sus ascensiones y travesías pirenaicas a la categoría de leyenda en la gran obra Canigó (1885). Numerosas cimas de las cabeceras del valle de Boí, Arán y Pallars serán ascendidas por el poeta de los Pirineos


elogio del pirineísmo

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como, por ejemplo, la Pala Alta de Sarradé (1883). La fundación de la Asociación Catalanista de Excursiones Científicas (1876), conocida popularmente como la Catalanista y una de las entidades que más adelante constituirá el Centro Excursionista de Cataluña, ofrecen el otro gran momento del Pirineísmo catalán, tal como documenta José Iglesias y otros autores, en la metódica Enciclopedia del excursionismo (1876-1965). La conquista de los Pirineos centrales, desde las ciudades mediterráneas del sur, no fue sin duda una tarea fácil debido al alejamiento geográfico y a la falta de buenas comunica-

ciones. Coincidiendo con el cambio de siglo aparecen las primeras reseñas pirenaicas en boletines y revistas de las sociedades de montañismo y con ellas las primeras caras de este excursionismo catalán como mosén Jaume Oliveras, autor de la primera ascensión nacional a los Encantats o Juli Soler i Santaló, conocido como el Russell catalán, que escribe y fotografía la primera guía de Aran: El Valle de Aran. Guía monográfica de la comarca (1906). Soler es el fotógrafo de los paisajes con personas. Representa la innovación constante y plantará literalmente la primera tienda del excursionismo catalán e hispano.

Montañas y conquistadores Topónimo

Primera ascensión

Conquistadores

Besiberri Nord

7 de agosto de 1899

Nils de Barck, Marcel i Henri Spont, Jose Maria Sansuc

Besiberri Sud

25 de agosto de 1866

Ch. Packe i Dashwood

Comaloforno

25 de julio de 1882

H. Brulle, Bazillac i Passet

Punta Alta de Comalesbienes

15 de agosto de 1880

F. Schrader i H. Passet

Agulles de Travessani

29 de agosto de 1912

H. Brulle i G. Castagné

Pic del Pessó

1916

Antonio Barrie

Pa de Sucre

8 de agosto de 1912

P. i A. Harlé, P. de Joinville i B. Salles

Punta d’Harlé

8 de agosto de 1912

P. i A. Harlé, P. de Joinville i B. Salles

Tumeneia

7 de agosto de 1912

Germans Harlé

Comalestorres

1876

M. Gourdon

Punta Celestin Passet

25 de julio de 1882

H. Brulle, Bazillac i Passet

Pic de Lequeutre

25 de julio de 1882

H. Passet i Lequeutre

Pic dels Avellaners

1899

H. Russell

Pic de la Torreta

1874

L’enginyer Monnet

Pic de Peguera

31 de julio de 1878

M. Gourdon i B. Courrège

Gran Encantat

29 de agosto de 1901

Fontan de Négrin, Isidro Romeu, Raphaël Angusta, Bernard Salles i Bartholomé Ciffre

Petit Encantat

25 de julio de 1902

H. Brulle, d’Astorg i G. Castagné

Pics de Bassiero

30 de septiembre de 1880

M. Gourdon, B. Courrège i Ullastres

Agulles de Saboredo

1878

M. Gourdon i B. Courrège

Pics d’Amitges

10 de julio de 1907

H. Spont i P. Peyta

Montsaliente

15 de julio de 1920

Ll. Estasen, I. Canals, A. Herzog i A. Zerkowitz

Pui de Linya

25 de junio de 1880

A. Saint Saud i H. Passet

Pic de Fonguero

25 de junio de 1880

A. Saint Saud i H. Passet

Cresta de les Agudes

4 de julio de 1927

Ll. Estasen, J. Oliveras i Rovira

Gran Tuc de Colomès

16 de julio de 1876

M. Gourdon, B. Courrège i Ullastres

La Creu de Colomès

2 de octubre de 1879

M. Gourdon i B. Courrège

Montardo

14 de julio de 1876

M. Gourdon, B. Courrège i José Bruet

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Ribagorça

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Pallars

Aran


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elogio del pirineísmo

Lluís Estasen es el continuador de Soler y Oliveras, llevando la escuela pirenaica a la máxima dificultad con fotografías extraordinarias de las ascensiones y trepadas por montañas y agujas como las de Saboredo, Bassiero, Tumeneia o la travesía de los Encantats. Se le recordará también por ser uno de los portadores de los primeros esquís y raquetas del Valle d’Arán (1919). Ernest Mallafré, más tarde, establece las bases de la escalada moderna y solamente su temprana muerte en el valle de Monestero, con unos esquís en los pies, frustró el camino del joven Malla. Cèsar August Torras y después Ceferí Rocafort serán autores de importantes guías de montaña y de artículos en revistas o boletines. Los fotógrafos Lluís Marià Vidal, Ignasi Canals o Adolf Zerkowitz serán algunos de los creadores de grandes fondos fotográficos custodiados hoy por entidades públicas y privadas. Por último, escritores montañeros, también de guías pioneras, como Agustí Jolís, Agustí Faus o María Antonia Simó –madre del Pirineísmo femenino– se convertirán en grandes acróbatas de las fuerzas de la gravedad con vías de gran dificultad en las agujas de Travessani, Amitges y otros pitones pirenaicos. El viaje por la pléyade catalana ha sido breve e incompleto. No hemos hablado de los famosos Campamentos Sociales de Alta Montaña, iniciados durante el primer tercio del siglo XX con la presencia de personajes tan ilustres como Pompeu Fabra o del papel de la Asociació Excursionista Ilerdanesa (1884), preludio del Centre Excursionista de Lleida (1906), que en su primer boletín –publicado un año después de su fundación– ofrece el relato sorprendente de un viaje por el valle de Boí de finales del siglo diecinueve. Creemos que el excursionismo catalán, el científico y el deportivo, merece en próximos números, un artículo exhaustivo para reconocer la gran labor de divulgación de la alta montaña pirenaica. Los últimos compases de este movimiento corren a cargo de la otra pléyade de pastores, cazadores, bandoleros, peregrinos o gente de la guerra que transmitieron generación tras generación una forma de interpretar la montaña. Constituyen la gente del país, la gente de las montañas, los fundamentos genéticos de una cultura pirenaica que se va diluyendo en

el vanguardismo. Fuertes, valientes y humildes fueron los obreros del día a día pirenaico, así como los creadores involuntarios de algunos de los valores urbanos de los amantes de la montaña contemporáneos. ¡Probablemente no querían escalar, ni esquiar, ni subir cimas pero alejados de los estereotipos escribieron con palabras sin letra las hazañas de la otra historia de las montañas pirenaicas! Cuarto movimiento: Montañas admiradas Los mamíferos y, en concreto, los homínidos somos animales curiosos. Una curiosidad que nos ha llevado, como especie, a explorar constantemente lo que había más allá de nuestras narices. Una curiosidad que nos hizo bajar de los árboles, atravesar sabanas, estepas y mares para volver a subir, esta vez, a las cimas de las montañas. Unas montañas que nos generaron, poco a poco, un sentimiento de fascinación y admiración crecientes. Subiendo a los picos el pensamiento humano evolucionó hacia la búsqueda de una nueva forma de entender el progreso. Conocer las montañas permitió comprender algo más y con el tiempo se convirtieron en ¡patrimonio de la sociedad! ¡Mirar hacia arriba! Elevar la vista hacia las cimas de las montañas más altas. El deseo de subir. La necesidad íntima de conquistar lo inútil para saber más y más. ¿Qué carajo esconden los picos además de piedras y más piedras? ¡Maldita curiosidad aquella que nos ha llevado a colonizar la Tierra y en un futuro, quizás también otras Tierras más lejanas! Conocidas en la antigüedad como Montes Cetúbales –en honor al mitológico rey Túbal– estas altas montañas, situadas por los geógrafos griegos y latinos en tierras celtas, pasaron a ser nombradas como Pyrenaeos tras un fabuloso incendio. Pero esa es otra historia. El concierto de la gran sinfonía fantástica del nuevo mundo de los Pirineos se escuchará, mientras tanto, ¡de valle en valle, de río en río, de montaña en montaña! Josepmaria Rispa Pifarré Traducción al castellano: Javier Piqué Alejaldre

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26la foto butlletí del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

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Si tenéis fotografías históricas interesantes, curiosidades naturalísticas o algún otro tema relacionado con el Parque que creáis que pueda ser publicado en próximas ediciones, las podéis enviar a: pnaiguestortes@gencat.cat

julio de 1947 Cedida por: Joan Novell Barbansa

Cascada de Sant Esperit

(Ribera de Sant Nicolau, valle de Boí) Miembros del Centre Excursionista de Vilafranca (CEV) –después Joventut Excursionista Vilafranquina (JEV)–, la primera asociación de montaña de la comarca catalana del Penedès, que fue clausurado en varias ocasiones y alguno de sus miembros detenidos después de la guerra civil. Realizaban tres salidas al año por los Pirineos (Semana Santa, verano y por la fiesta mayor de la villa). Para llegar a pie de montaña podían tardar entre dos y tres días, y acostumbraban a realizar una travesía desde Monte Perdido hasta Espot en unos veinte días. Joan Novell, con el sombrero más amplio, tenía en la imagen 19 años. Le acompaña Joan Domínguez, conocido como “Manolete”, en alusión al famoso torero de los años cuarenta, muerto por una cornada en la plaza de Linares (Jaén), pocos días después de la realización de la foto.


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Estanh de Rius (Val d’Aran)

boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

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caminemos por el parque

camino del pòrt de rius Hoy nuestro itinerario empieza en un lugar ya nombrado en otros itinerarios: la boca sur del túnel de Vielha. Pero en esta ocasión nos dirigiremos hacia el valle de Conangles –conocido tradicionalmente como el Valle de Sant Nicolau– con el objetivo de lograr el Pòrt de Rius y disfrutar de una visión más amplia sobre el Valle de Barravés. Saliendo del centro de información de Senet, cogeremos la carretera N-230 en dirección al Valle de Arán. Después de pasar el gran aparcamiento de camiones que nos queda a mano derecha, al lado del refugio de Conangles, nos desviaremos, antes de entrar en el túnel de Vielha, por la antigua carretera que asciende por encima del túnel y donde encontraremos una gran explanada para estacionar nuestro vehículo. Desde este punto orientaremos nuestro mapa y nos guiaremos situando los valles vecinos que nos rodean –Molières, al oeste y Conangles, al este– mientras retomamos dirección al Espitau de Vielha, también conocido como Sant Nicolau des Pontelhs. Edificio, fundado por el rey Alfonso el Casto, en el año 1192, recibió la denominación de Hospital, y su gestión fue encomendada a los Caballeros del Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Todos los viandantes tenían derecho a agua, sal, vinagre, un asiento cerca del fuego y disponían de camas para enfermos. Ubicado en la unión de los caminos del Aran, el de Vielha por el Pòrt de Vielha y el de Arties por el Pòrt de Rius, nos indica la existencia en la montaña de un tránsito de personas y mercancías más importante que el actual. Destacamos la importancia de los rebaños trashumantes que subían sin descansar a la búsqueda de buenos pastos de verano provenientes de las tierras prepirenaicas, de la depresión Central y del Ebro. Iniciamos nuestra excursión por una calle empedrada que seguiremos hasta encontrar las indicaciones que quedan a pocos metros de la ermita de Santa Quitèria, al lado de la cual hay unos corrales descubiertos donde se encerraba el ganado. El camino nos enfilará hasta llegar al cruce con una pista forestal donde avanzaremos durante unos pocos metros para llegar hasta un puente de cemento (20 min). Sin cruzar el puente, divisaremos a mano izquierda una gran roca y veremos señalizada con marcas de GR la dirección que tenemos que coger para dejar la pista y continuar el sendero. A continuación avanzaremos por un pequeño hayedo, donde encontraremos un cartel de caza controlada. En este punto

podemos optar por hacer una pequeña parada para coger fuerzas y contemplar a simple vista la fuerza del hielo–deshielo, herencia de la era Cuaternaria –época de glaciaciones– y donde intuiremos por donde fluía la masa de hielo formando las morrenas (bloques de diferentes medidas de rocas graníticas procedentes del glaciar del Valle de Conangles, protagonista de este paisaje). Después de cruzar el barranco de la Escaleta, marcado por una señal de GR, el camino continúa balizado por pequeñas piedras amontonadas, haciendo zigzag en dirección norte y este, en medio de una fuerte subida. A partir de aquí nos guiaremos por el río que nos quedará a mano izquierda, pasaremos un tramo de piedra suelta y con cuidado pisaremos por encima de unas rocas un poco resbaladizas: son rocas de tipo granítico llamadas granodioritas, provenientes del enfriamiento y cristalización de un magma, formado a finales de la era Primaria hace unos 300 millones de años. Esta roca que nos acompañará durante toda la caminata está compuesta por cuarzo, con sus característicos granos de color gris, mica de color oscuro y brillante y feldespato de un blanco lechoso. En la bifurcación del Estanh Redon (1h 45min), seguiremos el camino hacia la derecha y, en un último esfuerzo, conseguiremos llegar al Pòrt de Rius, un collado de difluencia glacial (el hielo podía ir de una parte hacia la otra y al revés), donde distinguiremos el cartel que nos indica que entramos en la zona periférica del Parque Nacional. Pronto veremos el Estanh de Rius, de origen glacial, como la mayoría de los lagos del Parque, y que se encuentra en una cubeta de sobreexcavación de forma alargada. La visión de sus aguas limpias de un color oscuro y el paisaje que le rodea ¡nos dejará boquiabiertos! Situados en este punto vale la pena acercarse, en unos 20 minutos, hasta el Estanh Tòrt de Rius, uno de los más impresionantes del Parque. Hasta aquí nuestro itinerario de hoy. Esperamos que algún día podáis descubrir las maravillas de estas montañas y en concreto de este recorrido por las cabeceras del Valle de Barravés, a caballo entre el Valle de Aran y la Alta Ribagorza. Unos valles que ya fueron visitados, durante el siglo diecinueve, por pirineístas tan famosos como Franz Schrader, Henry Russell o Maurice Gourdon.

Pòrt de Rius (Val d’Aran)

Refugio de Conangles (Vall de Barravés)

Amaya Gómez Rodríguez Guía interpretadora de Vielha


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boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

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TUC DERA CONTESA (2.776m)

REFUGI DE CONANGLES

caminemos por el parque

TUC DERA CONTESA (2.776m)

ITINERARIO ITINERARI

Duración: 2 h 15 min. (ida) Desnivel: 724 m. (1.624 m. - 2.348 m.) Dificultat: Moderada por la longitud del recorrido y el desnivel del tramo final. Fijaros en: Coincide con el GR 11 que une el mar Cantábrico con el Mediterráneo atravesando los Pirineos. En la vertiente sur, disponemos de dos refugios: el de Conangles, abierto todo el año, y el Espitau de Vielha, abierto parcialmente a causa de las obras de remodelación que se están llevando a cabo. En la vertiente norte, el refugio de la Restanca es un buen punto para conocer la zona si se accede desde Arties, en el Valle de Arán.

PICO PIC APARCAMIENTO APARCAMENT ITINERARI GR-11 GR-11 PIC CURSO DE AGUA CURS D'AIGUA APARCAMENT CARRETERA CARRETERA

REFUGIO GR-11 REFUGI CURS PONTD'AIGUA CARRETERA REFUGI


publicaciones ß

TÍTULO: Guia dels indrets mítics i llegendaris de la Ribagorça Romànica EDICIÓN: Cossetània, 2012 FORMATO: 177 p.; 22 cm. Pep Coll es bien conocido por sus obras que recogen la cultura y las tradiciones de los Pirineos. Acompañado de la cámara de Jep de Moner, nos adentra por las tradiciones ligadas a lugares emblemáticos de las dos orillas del Noguera Ribagorzana: cuevas, piedras, iglesias y puentes… lugares que contienen unos relatos ligados a la memoria colectiva de este rincón de los Pirineos. Posiblemente el atractivo de estos parajes sea lo que de ellos nos explican los mismos habitantes del territorio, puesto en prosa por Pep Coll. Si el lector quiere vivir en persona la magia de estos lugares, se incluye en cada ficha una descripción detallada de su situación y como llegar. ¡Descubridlo!

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TÍTULO: Proyectos de investigación en parques nacionales: 2008-2011 EDICIÓN: Organismo Autónomo Parques Nacionales, 2012 FORMATO: 430 p.; 25 cm. Este es el quinto volumen de la serie Investigación en la Red, iniciada en 2008 para difundir los resultados de los proyectos de investigación financiados por el Organismo Autónomo Parques Nacionales. En este volumen se recogen 18 proyectos que, tras tres años de desarrollo (2008-2011) se encuentran en disposición de ofrecer resultados. La monografía ayuda a comprender un aspecto a menudo desconocido de los parques nacionales donde, a parte del uso público, se da una faceta más especializada pero muy importante para el mantenimiento y la gestión de espacios naturales protegidos: la investigación en el medio.

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TÍTULO: La Tina en la Carros de Foc: el secret del Regne dels Llacs EDICIÓN: Alpina, 2012 FORMATO: 32 p.; 25 cm. Araceli Segarra es muy conocida per la su faceta de escaladora y por ser la primera mujer del Estado en escalar el Everest, el techo del mundo. Una vertiente menos conocida pero igualmente interesante es la su faceta de escritora e ilustradora de cuentos infantiles con la serie Tina, protagonizada por una niña de cabello azul que intenta llegar a la cumbre más alta de cada continente. Ahora, la Tina se propone visitar parques y espacios naturales en una nova colección de cuentos y empieza ni más ni menos que por el Parque Nacional. Este libro se puede dirigir, como dice la autora, a “montañeros con alma de niños, a los niños de espíritu valiente, [...] a los que no buscan récords”.

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TÍTULO: Foc al faro! La fiesta de las fallas en el Pirineo EDICIÓN: Alpinart, 2012 FORMATO: 208 p.; 24x35 cm. Las Fallas del Pirineo cuentan con pocas publicaciones que las expliquen o las muestren en profundidad, o que las consideren en su extensión geográfica real. La investigación, “biblio-carto-etnográfica”, y las entrevistas han empujado a los autores a extender el territorio fallaire por las cabeceras de los ríos Cinqueta, Ésera, Isábena, Garona, Noguera Ribagorçana, Flamisell, Noguera Pallaresa y Valira, y a citar, en relación a falles y faros, cerca de 100 pueblos. Debido a que la obra es eminentemente gráfica, se ha optado por las traducciones al castellano y francés en la primera edición, para que los textos sean comprensibles en toda el área donde se celebran las fallas.

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TÍTULO: Nou viatge al Pirineu AUTORA: Núria Garcia Quera EDICIÓN: Tornafort (Pallars Sobirà): Sensus, 2012 FORMATO: 328 p.; 21cm Es el relato de un recorrido a pie por el Pallars, el Valle de Arán y la Alta Ribagorza. El objetivo de la autora era seguir los pasos de los escritores Camilo José Cela y Josep maria Espinàs a partir de sus libros Viaje al Pirineo de Lérida y A peu pel Pallars i la vall d’Aran, y detectar la evolución del Pirineo los últimos cincuenta años. Ellos realizaron juntos este viaje en 1956 mientras que ella lo hizo en 2007. A medida que avanza el viaje, la escritora va leyendo los libros de sus predecesores y se da cuenta de un hecho sorprendente. Se da cuenta que Espinàs tiene cosas por agradecer a Cela pero, sobre todo, que Cela, premio Nobel de Literatura, murió con una gran deuda con Espinàs.

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Proyectos de investigación en parques nacionales: 2008-2011

Lucía Ramírez y Benigno Asensio (editores)

Proyectos de investigación en parques nacionales: 2008-2011

buoletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

NATURALEZA Y PARQUES NACIONALES Serie investigación en la red

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el portarrรณ


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