El Portarró 32 (en castellano)

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Martagón amarillo (Lilium pyrenaicum)

flora

boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

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conozcamos el parque

Ranúnculo pirenaico (Ranunculus pyrenaeus)

pyrenaicum, pyrenaeus, pyrenaica... Los Pirineos, nuestras montañas... El terreno de juego donde hemos aprendido a conocer y amar a la naturaleza. Un lugar que se empeña en mantener su carácter salvaje y resistir los embates de los seres humanos, empeñados en colonizar todos los lugares, aun cuando la prudencia recomiende no tentar a los dioses de la montaña. Los Pirineos: una isla de alta montaña en medio de la llanura mediterránea. Los Pirineos han sido, a lo largo de la larga historia de la Tierra, la estación de llegada de muchas especies desde mucho antes de la aparición del hombre. En algunos momentos huían del calor y la sequedad del llano, buscando lugares más frescos. Después, los rigores de un largo periodo glacial empujaban a animales y plantas a buscar abrigo hacia el sur. Así pues, los Pirineos son muy diferentes de las regiones vecinas y estas diferencias climatológicas se tienen que notar forzosamente en la flora y la fauna. Dentro del ámbito del Parque Nacional hay cerca de un 8% de especies endémicas de los Pirineos en sentido amplio, incluyendo también aquéllas que son exclusivas de las montañas del norte de la Península Ibérica (Empar Carrillo & Josep Maria Ninot, 1992). Y aún hay más, buscando en la lista de especies del Parque hemos encontrado hasta 30 plantas que muestran claramente su carácter eminentemente pirenaico desde un principio, desde su nombre científico. Es decir, que el botánico que las describió, desde el primer momento ya reconoció como principal rasgo distintivo de estas especies su pertenencia a la cordillera pirenaica, bautizándolas con el epíteto específico que encontró más apropiado. Así tenemos un Ranunculus pyrenaeus, una florecilla de viste de puntos blancos a los prados que recientemente han perdido otro vestido blanco más uniforme: la nieve. También, sobre todo en los sectores más meridionales del Parque, en prados más bien pedregosos, podemos disfrutar de la bella presencia del Adonis pyrenaica, una especie tóxica y probablemente originaria de estas montañas desde antes de las glaciaciones. En los canchales con piedras sueltas, vive Cerastium pyrenaicum un endemismo de los Pirineos catalanes. Algunas especies de canchales tienen un aparato subterráneo muy profundo formado por un rizoma que va buscando los espacios existentes entre las piedras para asomar la cabeza aquí y allá. Si debido al movimiento de las rocas quedan enterradas, tarde o temprano encontrarán la manera de volver a salir a la luz. Galeopsis pyrenaica es una pequeña planta de la familia

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de las labiadas (como el romero o el tomillo) endémica de los Pirineos catalanes que no es difícil de encontrar en cualquiera de los tres pisos de vegetación, entre los 950 y los 2.500 m, en prados pedregosos y canchales. Aunque nos tendremos que fijar detenidamente, pues no se levanta mucho más arriba de 5 dedos del suelo. Galium pyrenaicum, es una especie propia de las montañas ibéricas que es capaz de vivir en las más altas crestas y en prados claros y pedregosos, a menudo en las grietas de las rocas; normalmente sobre terrenos calcáreos, cosa que hace que sea más bien rara en el Parque Nacional. Las hojas verticiladas (hay 6 en cada nudo) son de un color verde reluciente, más largas que los entrenudos, hecho que da a la planta su aspecto de pincel. Las flores blancas, con cuatro pétalos y muy pequeñas, de unos 2 mm, son las típicas de toda la familia. Lonicera pyrenaica, la madreselva pirenaica, es un arbusto bastante grande, que coloniza las grietas de las rocas, preferentemente calizas aunque tampoco rehuye el granito del Parque Nacional. Es bastante común en los Pirineos pero también se puede encontrar en otras montañas del Suroeste de Europa, incluso en Mallorca. En los lugares donde la nieve se acumula de manera abundante, en lugares pedregosos, calcáreos y umbríos vive Salix pyrenaica, un endemismo pirenaico-cantábrico. Este tipo de sauces enanos son verdaderos especialistas en colonizar estos lugares tan especiales, donde la vida se acelera durante el poco tiempo que la nieve deja libre el suelo y pueden prosperar algunos seres vivos. Otra especie “pyrenaicum” bastante conocida y con unas flores amarillas espectaculares, que hacen las delicias de los fotógrafos naturalistas, es Lilium pyrenaicum. Como ejemplo, podemos ver esta imagen de Conchita Ciurana, premiada en el concurso fotográfico del Parque del año 2008. Los lectores más asiduos del Portarró quizás recordarán que en el número 8, cuando el boletín todavía era en blanco y negro y las fotos no se veían tan bien, ya le dedicamos esta sección. Por cierto, todavía hay un grupo más numeroso de especies bautizadas con un nombre con reminiscencias montañeras: En torno a 50 taxones del Parque Nacional contienen en su nombre científico referencias a su procedencia alpina. Quizás éste podría ser el objeto de un futuro artículo. Gerard Giménez


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