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Editorial - "Politiqueros corruptos en un país sin justicia

"Politiqueros corruptos en un país sin justicia"

Doña Justicia permanece sorda, ciega y muda... Claro, no hay mucho que esperar de jueces y fiscales que en la generalidad de los casos llegaron a ocupar sus cargos digitados por sus padrinos politiqueros.

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En los últimos días, se dieron a conocer -por fin- las declaraciones juradas de los politiqueros en altos cargos de la administración pública.

Como era vox populi, saltaron los groseros aumentos de los ingre sos y patrimonios de quienes nos gobiernan o gobernaron.

En el Paraguay estamos huérfanos de estadistas. Aquí abundan los mediocres e inescrupulosos que prostituyeron la Política, esa noble ciencia que busca el bien común, el bienestar del pueblo con justicia y pan. Son los politiqueros, personas sin ética ni moral con una voracidad sin límites hacia lo ajeno.

Sin importar afiliación política, religión o posición social, todos los que acce dieron a los principales cargos públicos en los últimos años evidentemente se enriquecieron a costa de los contribuyentes, mediante turbias maniobras, coimas, evasiones, sobrefacturaciones y falsificaciones de todo tipo...

Y lo más triste de este drama sin final en el Paraguay, las víctimas -la ciuda danía- ni siquiera reaccionan en contra de los ladrones públicos. Apenas un reducido grupo aquí y allá salen sin fuerzas a manifestarse contra la corrupción y la impunidad...

Las grandes multitudes de paraguayos no están en las calles, no precisamente por la pandemia del coronavirus que nos recluye (teóricamente) en las casas. La gente no dimensiona la gravedad de las fechorías de los delincuentes de guan tes blancos. Tímidamente, los "opinologos" de las redes sociales teclean alguna queja, y siguen inmersos en sus posteos vanales. Es más: muchos hasta envidian a los sinver güenzas que jamás podrían tener lo que ostentan si no fuera por caminos torcidos. Y muchos califican a los ladrones públicos como "exitosos empresarios" o los condecoran con la típica frase "ivalé la tipo, o aprovecha kuaa!". Mientras tanto, doña Justicia permanece sorda, ciega y muda... Claro, no hay mucho que esperar de jueces y fiscales que en la generalidad de los casos llegaron a ocupar sus cargos digitados por sus padrinos politiqueros, a los que responden con tanta fidelidad como a las coimas. La corrupción de las autoridades del Estado, la impunidad y la indiferencia de la ciudadanía mantienen postrado a nuestro país. ¿Cuándo renacerá el Paraguay que los hones tos y decentes nos merecemos?

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