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Salud

¿Cuáles son las dolencias podológicas más frecuentes?

En este artículo abordaremos causas, síntomas y el tratamiento de algunas de las patologías más habituales que pueden sufrir los pies, como el pie de atleta y la onicomicosis.

Inmaculada Vicente María

Farmacéutica comunitaria en Farmacia lisboa

¿Cuáles son las dolencias podológicas más frecuentes?

Pie de Atleta

Dolencia también conocida como tiña podal o intértigo interdigital, es una infección que se produce en los espacios entre los dedos del pie. Es la infección cutánea por hongos superfi cial más frecuente: entre el 15% y el 25% de la población la sufrirá en algún momento de su vida, y se encuentra entre las diez dermatosis más habituales en la consulta del dermatólogo. La micosis de los pies está provocada en la mayoría de los casos –el 98%- por un hongo llamado dermatofi to, que coloniza la piel y se multiplica cuando el pie está expuesto a ambientes cálidos y húmedos como los de piscinas, vestuarios, saunas o gimnasios. Más frecuente a partir de la adolescencia, así como en el verano y en la primavera, esta micosis en ocasiones se puede expandir hacia los demás dedos, las uñas, los talones u otras partes del cuerpo como las palmas y los dedos de las manos. Es ligeramente más frecuente entre los hombres jóvenes, así como en deportistas. Así mismo, en niños también pueden aparecer este tipo de hongos, pudiendo llegar a padecerlos el 6% de la población pediátrica. De hecho, es la tercera enfermedad dérmica más frecuente en niños menores de 12 años.

Causas

• La oclusión del pie: uso frecuente de calzado deportivo, calcetines de nailon que no permiten la transpiración, uso de calzado inadecuado… • La práctica de actividades deportivas que impliquen oclusión o humedad prolongada en el pie. • La sudoración excesiva (hiperhidrosis). • Una mala higiene del pie. • El hábito de andar descalzo en lugares públicos. • Los ambientes calurosos y húmedos como vestuarios, duchas colectivas, saunas, piscinas. • Sufrir alteraciones metabólicas como la diabetes, inmunodefi ciencias o problemas circulatorios. • El uso crónico de antibióticos y/o corticoides. • Trabajar en lugares húmedos.

Por todo esto, el verano es la

época en la que más se pro-

duce esta infección, ya que es más normal que vayamos descalzos y es cuando más nos acercamos a lugares de riesgo, como piscinas o duchas públicas. A todo esto, se une el calor y la sudoración que se producen en el periodo estival. El contagio se produce casi siempre de lugares en que coinciden varias personas y llevan los pies descalzos.

¿Cuáles son sus síntomas?

• Enrojecimiento o sarpullido en la zona interna del pie. • Picazón, sensación de ardor o escozor. • Ampollitas que supuran entre los dedos. • Abultamientos en los pies. • Grietas o descamación entre los dedos o en los lados del pie. • Enrojecimiento o callosidades en los talones de los pies. • Piel entre los dedos que puede lucir «blancuzca» y tiene un olor desagradable. Este olor se produce casi siempre por la fermentación y putrefacción en las que intervienen bacterias. • Piel en carne viva (tras rascado). • Las uñas pueden debilitarse y decolorarse.

Tratamiento

• Extremar la higiene de los pies. El paciente debe lavarse bien los pies con jabón y agua al menos dos veces al día. • Secarlos bien, especialmente entre los dedos. • Usar calcetines limpios de algodón, que ha de cambiarse con la mayor frecuencia posible. • Cambiar de calzado al menos dos veces a día y aplicarse dia-

riamente, por las mañanas, antifúngicos en polvo. • Tratamiento farmacológico. Implica diversas soluciones o incluso antibióticos para casos extensos, muy sintomáticos, recidivas o en pacientes que pertenezcan a los grupos de riesgo.

Onicomicosis

Es una infección de las uñas, normalmente las de los pies, aunque puede darse también en manos, causada por distintos tipos de hongos (mohos, dermatofi tos, Cándida…). Se trata de una afección bastante frecuente, ya que los hongos proliferan en entornos cálidos y húmedos. Aunque muchas personas lo consideran un problema principalmente estético, puede provocar molestias capaces de mermar la calidad de vida del paciente afectado. También puede llegar a empeorar la circulación, con las implicaciones que ello tiene en situaciones como la insufi ciencia venosa

“Por todo esto, el verano es la época en la que más se produce esta infección, ya que es más normal que vayamos descalzos y es cuando más nos

acercamos a lugares de riesgo.” las callosidades en los talones de los pies

puede ser síntoma de hongos.

tener la piel húmeda durante mucho tiempo puede contribuir a contraer onicomicosis.

“Como sucede con el pie de atleta, un hongo llamado dermato to es el causante del 90% de los casos de onicomicosis.”

crónica (IVC) o las úlceras del pie diabético. Las infecciones por hongos son el problema más común en las uñas de los pies.

¿Cómo se contrae la onicomicosis?

Como sucede con el pie de atleta, un hongo llamado dermatofi to es el causante del 90% de los casos de onicomicosis. Se trata de un tipo de organismo multicelular, que se desarrolla únicamente en los tejidos queratinizados. En concreto, el tipo que más a menudo provoca infecciones en las uñas es el Trichophyton rubrum. La micosis de la uña es contagiosa y se puede transmitir de una persona a otra, sin embargo, es poco común que esto suceda, sería necesario un contacto muy íntimo y frecuente entre la persona sana y la infectada o que ambos compartan artículos como el cortauñas o la lima.

¿Qué factores aumentan el riesgo de una infección por hongos de las uñas?

El contacto con el hongo por sí mismo no suele provocar la infección, sino que deben darse diversos factores desencadenantes: • Piel húmeda durante mucho tiempo. • Calzado que no permite la ventilación de los pies, sobre todo en días calurosos. • Contacto a menudo con am-

bientes cálidos y húmedos

como vestuarios, duchas colectivas, saunas, piscinas… • Caminar descalzo en lugares públicos con frecuencia.

También aumenta el riesgo de desarrollar onicomicosis: • Sufrir con anterioridad infecciones en las uñas de las manos o tiña en el pie (pie de atleta). • Padecer enfermedades como la diabetes mellitus, la insufi ciencia venosa crónica o problemas en el sistema inmunitario. • Algunas enfermedades de la piel, como la atopia o la ictiosis • Tener una edad avanzada. • Sufrir una predisposición genética. • Tratamientos con corticoides. • Los traumatismos.

¿Cuáles son sus síntomas?

Es más frecuente que la infección afecte a las uñas de los pies. Cuando la intensidad de la onicomicosis es leve o moderada, aparecen ligeras manchitas blancas en la uña (llamada onicomicosis superfi cial blanca y más frecuente en niños); o decoloraciones de color amarillo o blancuzco en el lateral de la uña del primer dedo del pie, aunque también en la uña del quinto dedo), sobre todo en el lado exterior. Es en este momento cuando debería iniciarse el tratamiento. Existe un tipo menos frecuente, en la que la afectación se inicia por el área de la uña próxima a la cutícula (onicomicosis subungueal proximal) y afecta sobre todo a enfermos inmunodeprimidos. Paulatinamente, van produciéndose otras alteraciones en una o más uñas del pie: • Engrosamiento y/o elevaciones. • Mayor fragilidad. • Fragmentación en láminas o fácil descamación. • Aparición de punteado. • Cambios el contorno de la uña. • Los bordes externos se vuelven rugosos e irregulares. • Afl ojamiento o levantamiento de la uña. • Pérdida de brillo de la superfi cie. • En ocasiones, pueden aparecer dolor e infecciones en la piel.

¿Cómo se curan los hongos en las uñas?

La infección micótica puede ser difícil de tratar, ya que las uñas

crecen muy poco a poco y, además, reciben poco suministro de sangre. Por tanto, es recomendable actuar con rapidez en el primer estadio de la infección, sin esperar a que se agrave el problema. • El tratamiento recomendado se basa en la administración de medicamentos antifúngicos orales, y es el tratamiento de elección. • Los tratamientos tópicos, esmaltes que se aplican sobre las uñas, pueden usarse como complemento al medicamento oral o cuando esté contraindicado y como alternativa en infecciones tempranas, con afectación leve (menos de un 80% de la superfi cie afectada) y que alcance a dos uñas como máximo.

Es muy importante no interrumpir el tratamiento, y una vez que la infección ha desaparecido, hay que seguir cuidando las uñas y los pies ya que, en el 50% de los casos, se producen recaídas. • Por último, otra posible opción para curar la onicomicosis es el tratamiento por láser, aunque no existen datos relevantes en cuanto a su efi cacia ni en cuanto a la duración de su efecto. • En algunas ocasiones, puede ser necesaria la extracción de la uña.

Consejos para cuidar las uñas infectadas por hongos:

Además del tratamiento farmacológico, una higiene adecuada de las uñas y de los pies es primordial para que el tratamiento contra los hongos sea efectivo: • Mantén tus uñas cortas.

Lima también cualquier área gruesa y no uses el mismo cor-

taúñas o lima para las uñas sanas y las infectadas. • Lávate las manos minuciosamente. • Presta también atención a tus manos; usa guantes impermeables para proteger tus dedos de la humedad en caso de que estés en contacto frecuente con el agua. • No manipules las lesiones de

tus pies directamente con

tus manos, pues pueden ser también fuente de autocontagio. • Mantén tus pies limpios y secos; si están sudados o sucios, aumenta el riesgo de contagiarse por hongos. • Lava tus pies todos los días con agua y jabón y luego secalos cuidadosamente. • Lleva calcetines 100% algodón o de otros tejidos naturales, que permitirán a tu pie respirar y lo mantendrán fresco y seco. Cámbiatelos todos los días o cada vez que se mojen o humedezcan. • Como precaución adicional, puedes poner polvos antifúngicos dentro de los calcetines. • Opta por un calzado cómodo y que transpire; lo más recomendable es usar zapatos con una zona de apoyo amplia y con espacio sufi ciente para los dedos de los pies. • Evita el calzado acabado en punta, apretado o de material sintético, porque no permite respirar a tus pies. • Y no lo compartas. Tampoco debes usar el calzado de otra persona. • Airea tus pies. Al llegar a casa, cámbiate de zapatos y deja que tus pies se aireen. • No camines descalzo por zonas comunes, piscinas, saunas o duchas públicas, ya que aumenta el riesgo de infección de una manera muy considerable. • Consulta a tu médico ante el menor signo en las uñas. • No interrumpas el tratamiento.

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“Los tratamientos tópicos, esmaltes que se aplican sobre las uñas, pueden usarse como complemento al medicamento oral.”

llevar las uñas cortas es un cuidado contra los hongos.

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