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Raúl Emilio Acosta
RAÚL EMILIO ACOSTA (1944)
Lejanía
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Quien mira el mar se vuela Sale disparado por las aguas Hacia arriba la distancia desaparece Estambul queda en el mismo horizonte Que la cortada de los juegos Sobre las piedras de la calle a la pelota De trapo y medias viejas Haciéndole goles a la puerta De la casa de mi abuela Pepa. Puesto en la orilla el hombre sabe Que puede elegir el sueño los vuelos amplían el suspiro lo llevan a Estambul a la casa más tierna más mazapán y las cobijas tibias su esqueleto suelto quedará allí
su alma enterita dirá una verdad que se esconde y el mar enfrenta la infancia puede más que la lejanía.
Lilablue
Están cayendo flores del jacarandá Todas. Llueve sin cesar. El verano encontrará ramas desnudas Obscena soledad de la amargura Oscuro verde pintará la tristeza despacio El sol obligado Hará los gestos del cultivo Con la primera flor empezará la pérdida El gesto del adiós.
Destino
Sobre la pared La hiedra sube Sus ventosas se adhieren El verde insulta grises y descuidos Con el verano parecerá morir Marrón quieta el desprecio Gana la batalla Esperará su tiempo sin quejas Desplantes humillaciones pedidos Nada No se irá Un día seis meses después volverá el verde Sin agresiones seguirá su camino hacia lo alto Quien abandona sus raíces conoce el secreto Para matarlas.
Como si fuese fácil
Como si fuese fácil Pongo mi mano en tu pecho Llego a tierra Igual que respirar cerca del sueño Dejo mi mano puesta En agua clara Olvido las tormentas cotidianas Como si fuese fácil Alzado sobre el suelo Dejo caer pesares Soy el animal que olvidó el miedo El pensamiento puro de la muerte Vencido así Como si fuese fácil Entender que no hay tiempo Feroz desasosiego premura disparándose Porque la tierra firme De tu pecho Como aldabón en siesta Retumba llega hasta mi mano
Devolviendo en fuego la pregunta Quemando la duda de una vida Con dejar que siga así Como si fuese fácil Medir la eternidad por un latido.
Corazones de otoño
Es estrecho el corazón Es una luz Una carta una flor Puede vérselo En una puerta despintada Por donde pasó El corazón no existe sin que fluya Una emoción un canto que en los de allá los fuera Los lejos y extraños se pierde Si no volviese Puerta carta y flor serían cualquiera Cuando vuelve la tarde se queda
Distraída se queda Es esa luz que cruza el patio antes que oscurezca.
Tanguito sin retorno
Qué solo está Felipe Empuñando su copa Su trasnochada copa de festejos e insomnios La muerte llegará con el último trago Nadie lo sabe Felipe está llorando Sobre su carcajada de borracho Mañana ha de morir su cuerpo Su carne estropeada en mil abrazos Recuerda sus ojos los primeros Los de mirar la vida simplemente Una lágrima le agranda esa mirada que vibra como un flan Como una empalagosa cucharada de lástima.