HUELLAS
QUE NO CESAN C A T Á L O G O
EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
Casa de la Cultura Ecuatoriana —2014—
HUELLAS QUE NO CESAN EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA Raúl Pérez Torres Presidente CCE Gabriel Cisneros Vicepresidente CCE Guido Díaz Director de Museos Patricio Herrera Crespo Director de Publicaciones Montaje: Taller de Museografía: Carlos Yánez Producción: Dirección de Publicaciones Diseño y retoque fotográfico: Santiago Ávila S. Fotografía de portada: Miembros fundadores de la CCE, 1944 Impresión: Editorial Pedro Jorge Vera CCE
CCE GALERÍA PRESIDENCIAL Quito. Avs. 6 de Diciembre N16 y Patria Frente al parque El Ejido Inauguración: martes 5 de agosto de 2014, 18h00 Clausura: martes 30 de septiembre Horario: Lunes a viernes de 9h00 a 19h00
ARCHIVOS DE FOTOS Casa de las Américas (Cuba), Centro Cultural Benjamín Carrión, Cinemateca, Archivo Jorge Aravena, Teatro de Ensayo de la CCE, Luis Mejía, Iván Mejía, Judy de Bustamante (Museo de Arte Contemporáneo), Archivo Histórico, Ministerio de Cultura (Banco Central), Archivo Familiar Edmundo Ribadeneira.
Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Dirección de Publicaciones Avs. Seis de Diciembre N16–224 y Patria Telfs.: 252 7440 Ext.:138/213 gestion.publicaciones@casadelacultura.gob.ec www.casadelacultura.gob.ec Quito–Ecuador
Introducción
Huellas que no cesan
B
enjamín Carrión, principal gestor de la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, junto con otros intelectuales lograron que el 9 de agosto de 1944, el entonces presidente del Ecuador, José María Velasco Ibarra, firmara el decreto 707 mediante el cual nació legalmente esta institución con la misión de “dirigir la cultura ecuatoriana, con espíritu esencialmente nacional, en todos los aspectos posibles, con el fin de crear y robustecer el pensamiento científico, económico, jurídico y la sensibilidad artística”, como señalaban sus estatutos. Así se inició la CCE y así ha continuado en estos 70 años con la labor encomendada, bajo la dirección de ilustres e inteligentes hombres como Benjamín Carrión, Alfredo Pérez Guerrero, Pío Jaramillo Alvarado, Julio Endara, Luis Bossano, Jaime Chávez Granja, Luis Verdesoto Salgado, Oswaldo Guayasamín, Edmundo Rivadeneira, Galo René Pérez.
En la actualidad, preside la CCE el escritor Raúl Pérez Torres, quien ha devuelto a la institución su carácter de directora del pensamiento, pregonando una “Casa abierta al mundo, a todas las posibilidades de la inteligencia, a todos los infinitos y misteriosos vericuetos de la creación. Casa que desprecia el egoísmo y tiene sus ventanas sordas para la amargura y el odio”. La Casa de la Cultura Ecuatoriana se origina profundamente en las constantes de la vocación del hombre ecuatoriano: Cultura y Libertad. Como decía Benjamín Carrión: “tenemos que ser un pueblo grande en los ámbitos de la espiritualidad, de la ética, de la solidez institucional, de la vida tranquila y pulcra. Debemos aspirar a tener el ejército imponderable de la cultura y la respetabilidad democrática. Tenemos que ser, por esos caminos que sí están a nuestro fácil alcance, un pequeño gran pueblo digno del respeto universal, de la consideración afectuosa y administrativa de todos. Esos caminos ha recorrido la Casa de la Cultura Ecuatoriana en estos setenta años, caminos que se amplían buscando nuevos horizontes. Para conmemorar esta notable trayectoria, la Casa de la Cultura Ecuatoriana ha editado un libro de memorias y presenta una exposición fotográfica bajo el título, Huellas que no cesan, que ponemos a consideración de la comunidad.
Patricio Herrera Crespo Director de Publicaciones
Presentación
Una casa del tamaño de un país
E
l gran José Martí creía que la historia del hombre podía ser contada por sus casas.
Sí, porque la dialéctica de la vida, el comportamiento social, las vicisitudes humanas, se reflejan en la casa. Más aún si esta casa es tan grande como un país, si es tan sabia como el abuelo, si es tan generosa como la madre. Esta exposición, que también es una casa, porque una casa es quien la habita, abre sus puertas históricas, recoge los pasos del pensamiento ecuatoriano, abre ventanas, prende luces, inserta grafías, para que entre el mundo y se entere de que por su interior, aún gravita y se agita la libertad, la creatividad, la utopía, ese sueño de una democracia sin fin, esos hombres y mujeres que enriquecieron la cultura, que dignificaron las luchas libertarias, que agitaron la idea de volver a tener patria, cuando ésta fue humillada y ofendida, no por un pueblo hermano, sino por los sicarios de oligarcas y de guerras.
«Nadie es la patria, pero todos lo somos», dice Borges, y de la misma manera creemos que nadie es la cultura pero todos lo somos. La cultura es a la patria como la madre al hijo, su protección y su abrigo, por eso en una sociedad no reina el juez, sino el creador, y es ese creador, hombre y mujer, joven y niño, el que alienta estas fotografías. Fotos recogidas con amor, con respeto, para dejar marcado el camino de setenta años, el camino que el pensador, el artista, el músico, el teatrero, el poeta, el sabio han hecho al andar las tortuosas calles de la vida. Hoy, al cumplir un aniversario más de esta Casa de sueños, como lo dije algún momento, ya se está regando la voz de que es una Nueva Casa, una Casa renovada, un espacio público descentralizado, democrático, incluyente, cuyo mensaje se replica en los 23 Núcleos Provinciales de cada rincón de la patria, es decir, donde trabajamos todos, colectivamente, a fin de inventar las condiciones necesarias para que surjan los miles de artistas que deambulan con su maravilla oculta, invisibilizados por una sociedad alienante, cruzada infamemente por el espectáculo mediocre, por las burdas aspiraciones del mercado del entretenimiento, por los grotescos prototipos de comportamiento que no nos pertenecen. La cultura, sí, esa cultura como la expresión más rica y sabia del pueblo es la esencia viva y permanente de la convivencia humana, de la relación que establecemos con el otro, con la naturaleza y con las expresiones de la sensibilidad y del espíritu revolucionario, porque pensamos, junto a Brecht, que nuestro país, cualquier país, necesita de la cultura, del arte, para hacer practicable lo que políticamente es justo. El ser humano, antes de todo. Esa es la consigna ahora, el ser humano antes del capital. Es decir, no una cultura del espectáculo, sino una política cultural que dignifique, aliente, proteja al artista auténtico, al artista diverso, a la rica expresión multicultural e intercultural. No necesitamos una persona, sino una personalidad colectiva, porque la interculturalidad es una sociedad integrada. Es
disfrutar y aceptar distintas formas de saberes, integrarnos con nuestros propios saberes. La cultura está. La cultura no muere; se lleva en las venas. La interculturalidad es una forma de vida y de respeto al otro. No hay culturas mejores o peores. Todas son reales, diferentes, dialécticas, necesarias. Apreciar entonces estas fotos, porque aquí está el milagro y el testimonio de cuál es el camino que se recorre a fin de educar para ser y no educar para tener. Porque primero hay que enriquecer la sensibilidad, el corazón, para que el conocimiento sea fuente de solidaridad y respeto a los demás. Ya lo decía Neruda: “mis deberes caminan con mi canto”, los nuestros también. Raúl Pérez Torres Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Primera sede de la Casa de la Cultura en la MontĂşfar y El Vergel.
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La Casona de la CCE en la Avda. 6 de Diciembre.
Directorio de la CCE, presidido por Benjam铆n Carri贸n y la maqueta del edificio de Los Espejos, 1945.
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El presidente de la CCE Edmundo Ribadeneira y los periodistas observan la maqueta (a単os ochenta).
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Autoridades de Gobierno visitan la construcción del edificio de los Espejos, Edmundo Ribadeneira y Patricio Quevedo Terán (años ochenta).
Benjamín Carrión y el Presidente de la República Otto Arosemena en un recorrido por la Casa, 1968.
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El edificio de los Espejos en construcci贸n.
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El edificio de los Espejos en construcci贸n.
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18 Edificio de Los Espejos, 1984.
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Museo de Arte Colonial de la CCE en el Centro Hist贸rico de Quito.
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Patio central del Museo de Arte Colonial.
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El presidente de la Rep煤blica Otto Arosemena, Benjam铆n Carri贸n e intelectuales en una exposici贸n, 1968.
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El presidente de la RepĂşblica Oswaldo Hurtado y el presidente de la CCE Edmundo Ribadeneira en el Museo EtnogrĂĄfico de la CCE, 1984.
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Benjam铆n Carri贸n inaugura la exposici贸n de Oswaldo Mora Anda, en el Museo de Arte Colonial, 1961.
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Inauguraci贸n del busto a Benjam铆nm Carri贸n en la CCE, 1980.
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Edmundo Ribadeneira, Galo RenĂŠ PĂŠrez y Rodrigo Pallares en un concurso de arte.
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Antigua Biblioteca de la CCE, 1950.
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Moderna Biblioteca Nacional de la CCE.
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Laura de Crespo, un sĂmbolo de la CCE.
Las linotipias de la imprenta de la CCE.
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El Bibliobuss de la CCE, 1987.
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Teatro Prometeo, 1976.
Museo de Arte Moderno.
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Edmundo Ribadeneira inaugura el Museo de Arte Moderno.
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Oswaldo Viteri, CĂŠsar Bravomalo y Guillermo Muriel.
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Museo Arqueol贸gico.
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Museo de Instrumentos Musicales.
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Un grupo de artistas
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Taller de grabado; Carlos Viver y Marcelo Vรกsconez.
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Oswaldo GuayasamĂn e Isabel Allende.
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El presidente de Chile Salvador Allende con Oswaldo GuayasamĂn, 1972.
Jorge Luis Borges y MarĂa Kodama visitan Ecuador, 1978.
Pedro Jorge Vera, Jorge Luis Borges, Ernesto Albán Gómez, Gustavo Alfredo Jácome y Diego Viga (Paúl Éngel), 1978.
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Ernesto Sábato con Galo René Pérez, 1975.
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Coro de la Casa de la Cultura dirigido por Oscar Vargas Romero, 1976.
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Antonio Ordóñez en “Réquiem por la lluvia”, 1966.
Ballet de Marcelo Ord贸帽ez, 1976.
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Teatro Ensayo
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Teatro Ensayo
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Teatro Ensayo, Ernesto Albรกn, 1978.
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Galo Cรกrdenas, tenor, 1977.
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Huellas que no cesan Exposición fotográfica se terminó de imprimir en Quito en el mes de agosto de 2014, en la Editorial Pedro Jorge Vera de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Presidente: Raúl Pérez Torres Director de Publicaciones: Patricio Herrera Crespo