CAMILO CATRILLANCA
EL PERSONAJE BOLSONARO
N°11
ESCRIBEN:
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Marzo 2018
EQUIPO EMERGE CARLOS DURÁN SERGIO ACUÑA PAVEL GUIÑEZ SABRINA AQUINO
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“Con la idea de política salvaje me propongo pensar un conjunto diverso de prácticas que no se realizan para organizar y reproducir la dominación, sino que más bien se despliegan para cuestionarla, atacarla y desmontarla” Luis Tapia Mealla
Índice Página 3 EDITORIAL Página 4 CONVERGENCIA PARA CONQUISTAR MAYORÍAS Por Equipo Fundación Emerge
Página 6 UN PROCESO CONVERGENTE PARA UNA POLÍTICA RADICAL Por Carlos Durán Migliardi
Página 9 EL DESAFÍO DE LA UNIDAD Por Sergio Acuña
Página 10 LO QUE OCULTA EL PERSONAJE BOLSONARO Por Sabrina Aquino
Página 11 NGOYMALAIÑ, LA JUSTICIA VENDRÁ DE NUESTRAS MANOS Por Pavel Güiñez
Página 13 CARROÑA
Una publicación de Fundación Emerge Diciembre 2018 revistapoliticasalvaje@gmail.com fundacionemerge.cl
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Editorial Ad portas de que el proceso de convergencia de izquierdas dentro del Frente Amplio comience definitivamente a tomar forma, resulta fundamental propiciar un debate abierto, fraterno y que anteponga la unidad, en el marco de diversidad de posiciones existentes al interior de las organizaciones participantes. Una izquierda con vocación de poder debe ser capaz de conectarse con las demandas y los anhelos de las mayorías del país. En este sentido, la unidad de las distintas perspectivas convergentes (socialistas, libertarias, feministas, decoloniales) representa una oportunidad histórica, no sólo para terminar con la fragmentación de la izquierda política nacional -que la ha condenado invariablemente a la marginalidad-, sino que también para renovar el proyecto emancipador desde el contexto histórico actual y con un horizonte común. Debemos estar a la altura de la instancia política. Es momento de poner por delante las ideas y propuestas por sobre la búsqueda de posicionamientos internos, así como también privilegiar un contenido y un lenguaje que pueda abarcar no solamente a los/as convencidos/as. La práctica política no puede ser un asunto sólo de especialistas o expertos tomadores de decisiones. Esperamos que este proceso sea una oportunidad para redescubrirnos como izquierda y como movimientos políticos, y un desafío para pensar y construir nuevas formas de organización, hermanando luchas, aceptando y valorando nuestra diversidad, abriéndonos a la construcción desde los territorios y “desde abajo”.
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CONVERGENCIA PARA CONQUISTAR MAYORÍAS Por Equipo Fundación Emerge En tiempos de baja constitución ideológica, adhesión política pendular, frágil credibilidad institucional y escasa lealtad con quienes asumen cargos de representación, las posibilidades de disputa hegemónica de la izquierda parecen paradójicamente más favorables, fundamentalmente a partir de la irrupción del Frente Amplio (FA). La sorprendente votación alcanzada por la candidatura de Beatriz Sánchez, y el ingreso de una bancada parlamentaria frenteamplista al Congreso, nos entrega un piso importante y proyecciones de crecimiento que hace un par de años parecían impensadas en la larga noche binominal. La mirada del vaso medio vacío plantea por su parte enormes desafíos. En primer lugar, la disputa frente a una derecha fortalecida, que juega en su cancha, bajo sus condiciones, y una ultraderecha campante, que busca aprovechar el escenario de incertidumbre. En segundo lugar, una debilidad política, orgánica e ideológica de la izquierda y del propio FA, que le ha impedido consolidar un diseño político y liderar un hipotético bloque antineoliberal. Un nuevo referente político de izquierda debe ser capaz de poder entregar respuestas a estos desafíos, en pos de la construcción de mayorías. Una tarea prioritaria en ese sentido es apostar por el fortalecimiento del Frente Amplio, de
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manera que el FA se constituya en una alternativa real que junto con avanzar en el desmontaje del modelo, tenga también la capacidad de transformar las lógicas del poder en la política institucional y fuera de ella. Lo central aquí es la disputa por lo que entendemos por poder y no sólo por acceder a él. Para ello, el diseño de construcción y acumulación de fuerza social debe apuntar a la co-legislación con la bancada parlamentaria y a la construcción y reforzamiento del poder local a partir de las próximas elecciones municipales. En la construcción de una alternativa política y social de mayorías, debemos aprender de las experiencias pasadas, dejando de lado el mero identitarismo y la marginalidad política, lo que es posible si logramos enlazar con los códigos y significantes del Chile de hoy. Es fundamental considerar que la lucha política es en el fondo una lucha por el sentido común. En ese aspecto, debemos ser capaces de salir de nuestra zona de confort y entrar en la disputa por la subversión de ideas y conceptos de masas que en la actualidad son grito y plata para la derecha. Estamos hablando de elementos como la libertad y la seguridad, por ejemplo, bajo los que se ha instalado toda una economía que ha alimentado la desarticulación social, la desconfianza, el rechazo, el odio y el resentimiento.
N°11 Reconocemos, asimismo, que no existe a priori un único sujeto transformador, de vanguardia o mandatado a encabezar la transformación de la sociedad. Si bien el conflicto capital-trabajo sigue siendo la matriz de las contradicciones del orden social-productivo a nivel del sistema capitalista, esta se intersecta con otras matrices de conflicto y discriminación (territorio, género, etnicidad, etc.) ineludibles de abordar en este nuevo proyecto. El sujeto del cambio hoy por tanto encarna construcciones y articulaciones de identidades diversas y contingentes, que en un proceso de acumulación política pueden ser capaces de develar y enfrentar en conjunto las distintas opresiones que genera el capitalismo, el neocolonialismo y el patriarcado. El nuevo partido debería ser el instrumento que permita enlazar esta diversidad de actores. Una tarea prioritaria para ello es concordar la construcción de un programa que vincule y concretice las demandas de cambio desde un horizonte posneoliberal. Este programa en rigor ya existe (se llama el Programa de Much@s) y requiere ser profundizado (especialmente desde lo local), en conjunto con los movimientos y organizaciones sociales. En relación a una política de alianzas desde el FA, apostamos por una distinción
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« debemos ser capaces de salir de nuestra zona de confort y entrar en la disputa por la subversión de ideas y conceptos de masas » político-ideológica con la Nueva Mayoría, evitando a toda costa caer en una lógica de “todos contra la derecha” que sólo debilitaría nuestra posición. El rol opositor debe contemplar un diseño activo y no reactivo en torno a criterios y focos de acción que permitan desplegar una política antineoliberal. Las alianzas electorales para las elecciones municipales, desde esa perspectiva, se supeditan a la posibilidad de potenciar la expansión de experiencias de poder local sólidas, a partir de un programa con un proyecto de desarrollo transformador y de radicalización democrática, desde abajo, descartando la posibilidad de que las alianzas resulten únicamente de acuerdos partidarios-cupulares a nivel nacional. Por último creemos que, en lo orgánico, el nuevo partido debería ser capaz de propiciar canales de participación que permitan que sean los propios movimientos sociales y los sectores organizados los que se autorepresenten. En ese ámbito, se espera que exista un énfasis importante en la formación militante, rescatando ante todo la fraternidad y la unidad, desde la capacidad de gestionar y procesar las diferencias. Sólo desde esa base podremos estar a la altura del desafío histórico de empujar un cambio de ciclo en virtud de un horizonte socialista. RPS
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UN PROCESO CONVERGENTE PARA UNA POLÍTICA RADICAL Por Carlos Durán Migliardi Movimiento Autonomista Hace un siglo y medio atrás, Carlos Marx caracterizaba su tiempo como una deriva en que “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Con ello, se refería no solo a la naturaleza revolucionaria de las formas de producción capitalistas que lograban alterar la tradición, des-territorializar y reterritorializar, amplificar exponencialmente las capacidades productivas y reinventarse de modo permanente, sino que también a la forma que adquirían las dinámicas sociales en su totalidad: cambio permanente, crisis y reinvención como marcas epocales de un tiempo en que la certidumbre de la tradición quedaba atrás. Nuestro contexto contemporáneo nos vuelve a actualizar el diagnóstico de Marx: bajo nuevas modalidades, las dinámicas del capitalismo global contemporáneo han producido una desestabilización de las formas propias de la época fordista y keynesiana: los estados-nación han sido desbordados; la movilidad, desintegración y acumulación flexible han ido dejando atrás a la vieja ciudad industrial; los procesos de acumulación se han descentrado y la capacidad de conducir las dinámicas económicas desde un “comando central” se ha desvanecido.
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Junto a esto, los principios mismos de la democracia liberal-representativa, ingenuamente sentenciados como “el único juego posible” una vez derrumbados los socialismos reales, han comenzado a mostrar sus límites a la hora del cumplimiento de sus promesas de producción de cohesión social: la desciudadanización se acelera, produciendo formas precarias de pertenencia a comunidades políticas cada vez más erosionadas; la idea misma de soberanía se desvanece frente al poder de las lógicas mercantiles globales, y los otrora sacrosantos valores democráticos del respeto a la diversidad, la tolerancia y la inclusión democrática son subvertidos desde las múltiples derechas ávidas de producir sentido ahí donde prima la incertidumbre. Son tiempos de crisis, qué duda cabe. Pero también son tiempos de oportunidades, manifiestas en el surgimiento de múltiples expresiones de resistencia y construcción alternativa de nuevas formas de sociedad: nuevas formas de subjetividad que luchan por recuperar la soberanía de sus espacios vitales; que buscan extender los márgenes de lo posible y recuperar el derecho a tener derechos; ciudadanos y ciudadanas que luchan por recuperar el derecho a la ciudad, que alzan su voz por la defensa del medio ambiente frente a la depredación mercantil; hombres y mujeres que extienden los márgenes de lo posible alterando los sentidos comunes y construyendo agendas de cambio disruptivas. Tal es nuestro escenario actual. Un contexto de crisis que nos amenaza pero que también nos abre oportunidades, una de las cuales fue la emergencia del Frente Amplio durante la contienda electoral del año 2017. Una emergencia que, más allá de sus éxitos en cuanto a elegir parlamentarios, obtener una maciza votación presidencial y parlamentaria y colocar en el debate público nuevos temas y propuestas alternativas – nacidas desde
N°11 un proceso participativo que acogió además décadas de elaboración autónoma al calor de las luchas sociales-, constituyó solo un hito en la larga marcha de construcción de un espacio político capaz de encarnar y conducir un proyecto efectivo de cambio radical para Chile.
Pero la radicalidad es mucho más que una declaración de voluntad. La radicalidad de un proyecto político se logra cuando aquello que imaginamos como un mundo posible lo convertimos en un camino efectivo. Y para ello, se requiere de a lo menos tres condiciones:
De aquí en más se requiere de la conversión del Frente Amplio en un espacio ágil, eficiente y convocante de la diversidad de luchas sociales; un referente político capaz de hablar en idiomas diversos y de aportar a la construcción de un proyecto político radical, capaz de intervenir eficazmente sobre la realidad y que tenga las condiciones para disputar efectivamente todos aquellos espacios de poder, incluidos los institucionales. Y es precisamente para el logro de estos objetivos que adquiere sentido el proceso de convergencia que un conjunto de organizaciones provenientes de diversas tradiciones políticas y luchas sociales nos encontramos llevando a cabo, con el objeto de aportar a la construcción de un proyecto político radical con voluntad y capacidad de gobierno.
1) Mayorías: un proyecto radical no precisa de vanguardias autoreferidas, sino que de mayorías dispuestas a empujarlo. Y para ello, nuestra voz debe dirigirse siempre a los ciudadanos y ciudadanas que no piensan que es posible transformar sus vidas más que a nosotros mismos.
Deseamos aportar a la construcción de un proyecto radical, porque estamos seguros que Chile requiere una transformación profunda de aquellas bases que sustentan un tipo de sociedad en la cual el poder se encuentra concentrado, la soberanía de los territorios es una ficción, los derechos son una declaración vacía y la democracia un espacio de reproducción de lo dado.
3) Organización: los procesos sociales son posibles de empujar en la medida en que existan hombres y mujeres que se organizan, planifican y elaboran estrategia. La tarea política de correr los cercos es una tarea esencialmente colectiva que requiere de organización, táctica y estrategia más que de individualidades.
2) Programa: los deseos de transformación nunca serán eficaces si no se traducen en un programa que muestre una alternativa, que prefigure el futuro que deseamos. No basta con impugnar lo dado: debemos empujar lo nuevo, construyendo programa, elaborando propuestas, imaginando formas distintas de organización de la vida.
Para todo esto es que consideramos puede aportar la convergencia. Creemos en la construcción de un referente frenteamplista capaz de aportar al objetivo de construcción de mayorías, elaboración programática y organización para la puesta en marcha de un proyecto político de transformación radical, un proyecto cuyo norte sea la distribución efectiva del poder, la recuperación de la soberanía de los territorios, de l@s sujet@s y de los cuerpos, la transformación efectiva de las
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N°11 condiciones materiales que someten a las mayorías a la pobreza, el endeudamiento, la explotación y la incertidumbre vital. Creemos, en definitiva, que hoy es la oportunidad de construir un instrumento que acoja no solo la diversidad de tradiciones políticas del mundo de las izquierdas, sino que también logre abrirse a la diversidad social y a una diversidad de formas de militancia que permitan que, en un marco de fraternidad y acogida, todos y todas puedan aportar su grano de activismo. Porque para desbordar lo posible y hacer de los sueños de cambio radical un camino viable, necesitamos sumar todas aquellas energías de transformación que aún no encuentran su lugar. RPS
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« se requiere de la conversión del Frente Amplio en un espacio ágil, eficiente y convocante de la diversidad de luchas sociales »
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EL DESAFÍO DE LA UNIDAD Por Sergio Acuña Movimiento Socialismo y Libertad
El devenir de las fuerzas políticas está determinada y es determinante de la realidad histórica desde donde se sitúan. La emergencia acelerada este año de una voluntad de convergencia de parte de varias organizaciones responde al nuevo escenario abierto en nuestro país. No se encaja en la antigua aspiración de la “unidad de la izquierda” por que sí, sino que responde a la necesidad de asumir el desafío de transformar nuestra sociedad desde una correlación aún desfavorable para los intereses de los pueblos y comunidades oprimidas. Vivimos tiempos de incertidumbre en donde campea la confusión. Si bien no podemos dar respuestas cerradas ante el futuro difuso, el contexto nos exige asumir el desafío de apostar por la unidad políticoestratégica de la izquierda socialista, feminista, descolonial y libertaria. Unidad que no se construye de la nada, sino que expresa experiencias y reflexiones comunes de las fuerzas políticas involucradas que son desarrolladas hace más de una década. Los tiempos políticos están tomando un ritmo más acelerado de lo que nuestra
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militancia podría estar acostumbrada. Existen una serie de complejidades identidades políticas, lealtades, diferencias ideológicas, desconocimiento, etc.- para asumir en este momento la apuesta de una convergencia unitaria. En coherencia con los desafíos del escenario actual, estas dificultades no deben ser disuasivas de impulsar un proceso de convergencia desde abajo que ponga sobre la mesa todo el contenido político y estratégico elaborado hasta hoy por las fuerzas involucradas. Una de las centralidades para enfrentar el rearme de la derecha es consolidar una oposición social fuerte, que a través de la lucha social de masas pueda construir las condiciones de viabilidad para impulsar transformaciones estructurales. Sin desconocer la necesidad de legalizar un instrumento electoral propio, el punto de partida debe ser desde la práctica política en los movimientos sociales. Una unidad sustantiva sólo puede ser construida desde dónde se da materialmente la acción de nuestras organizaciones: sus bases y frentes sectoriales. La prioridad debe ser impulsar un Congreso de Unidad que permita dibujar un camino a largo plazo que de consistencia y capacidad a nuestra acción colectiva. Diferencias seguirán existiendo, pero si estás son tratadas y canalizadas correctamente pueden significar un aporte a la elaboración política conjunta a corto, mediano y largo plazo para construir unidad de mayorías. Sólo así, las diferencias podrían dejar de funcionar como argumento para el autoflagelo de nuestro sector político. RPS
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CANIBALISMO GLOBAL Lo que oculta el personaje Bolsonaro Por Sabrina Aquino
Bolsonaro representa el escenario ideal para una agenda de austeridad y privatizaciones. En Brasil la privatización de los servicios públicos es algo impopular, así la burguesía nacional comprendió que para imponer sus reformas debía coquetear con el fascismo. Y para lograr respaldo, su campaña ocultó intenciones sin discutir propuestas. Movilizó por el miedo, contra la corrupción y en el antipetismo, donde el apoyo de pastores evangélicos y empresarios permitió articular un bloque “de la moral cristiana por la verdad sin medidas”. Lo anterior explica la misoginia, el racismo, la criminalización de toda izquierda como parte del “petismo corrupto” y anticomunismo para vaciar la discusión política. Su campaña utilizó una táctica en redes sociales muy similar a la usada por Trump (“Bait-and-switch” y “Firehosing”), con el objetivo de demoler la credibilidad de la prensa y de la izquierda para así cambiar las percepciones. EE.UU. y Brasil nos muestran que el manejo de big data es crucial para disputar poder a través de la mercantilización de informaciones privadas para controlar el funcionamiento social. Mientras la ultraderecha comprende esto, la izquierda permanece en discusiones para convencidos en una campaña en torno a la defensa abstracta de la democracia, en medio de una desigualdad ppp
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brutal no solo de renta sino racial, de derechos de las mujeres y demás minorías sociales. En este escenario, “defender la democracia frente al fascismo” no hace sentido si no se comprenden las urgencias populares; más aún cuando el feminismo es ignorado en la carrera electoral, mientras es parte permanente de la disputa. El movimiento #EleNão fue una muestra de esto, aun cuando insuficiente para detener a Bolsonaro. Destaca la publicidad que alcanza el miedo al feminismo, algo que indica que la consigna “lo privado es político” está más vigente que nunca, si de lo que se trata es de rescatar la percepción de realidad material en contra la negación de la política en el cotidiano. Tenemos mucho por hacer, el primer paso es salir del discurso alarmista que ansea por un caudillo de izquierda. En un escenario donde predomina el vacío, no hay otro protagonista que el colectivo. Busquemos nuevas tácticas y estrategias para ser más accesibles, aprendiendo de las nuevas tecnologías de información para disputar de mejor modo el sentido común. Las respuestas son feministas, politizando la vida. RPS
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NGOYMALAIÑ, LA JUSTICIA VENDRÁ DE NUESTRAS MANOS Por Pavel Güiñez Coordinador GAP Pueblos Originarios FA
15 días me ha tomado poder escribir algo respecto del asesinato del peñi Camilo, han sido días que parecen meses, la cantidad de información que ha sido desmentida, corregida y vuelta a decir, es tan grande que dudo que exista quien pueda rearmar el relato completo en su cabeza. Camilo, es el muerto número 15 desde el retorno a la democracia, asesinado por esa misma falsa democracia; todavía recuerdo ese 2002 en plenas movilizaciones por más comida en el liceo cuando recibimos la noticia de Alex y sus 7 días de agonía incontenible; aun me recuerdo caminando por las calles de la villa sur en Santiago un 3 de enero, 7 am, escuchando en vivo el asesinato de Matías o las cortinas de agua araucana que nos bañaban mientras la misma radio emitía la noticia que Rodrigo caía muerto... y congelado, indignado, cada muerte marcó a fuego cada día en la memoria mía, y quizás en la de tantos y tantas, son tantos los muertos que cargamos, es tanta la impunidad que la verdad, ya empieza a perder sentido gastar tiempo en cranear hilos de palabras cuando la vida es tan frágil y la voluntad tan pesada de movilizar, trenzar letras para que su danza intente seducir al lector o
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lectora y articule un racimo de ideas fuerza que permitan movilizar la solidaridad y salir del letargo, argumentar el descontento y defenderse... y con ello defendernos. Y la verdad es que resulta inevitable preguntarse: ¿para qué y para quién escribir el hondo pesar que despierta este nuevo episodio?... como que cada muerte asesina también la vocación; que el sistema extractivo, que la economía neoliberal, que la democracia tutelada, que la actual y nueva “pacificación de la Araucanía” dirigida por un tropel de guarenes entrenados en la jungla, y recorrer con la pluma tantos atropellos legitimados a punta de fusil esperando sumar indignación y con ello adherentes que no solo se indignen sino que se movilicen… ¿que acaso no conocemos los horrores? o ¿los obviamos porque pasa “lejos”? ¿Actuamos como cuando aparece el adulto mayor en la fila del banco: haciéndonos los weones?... y pues la coprolalia aflora de tanta rabia, que perdonen las dermis delgadas de aquellos viejos que no creen que uno pueda escribir… a la manera de Redolés... Han pasado 16 días desde el asesinato de Camilo, 16 días en que se inventaron las más creativas historias de parte de quienes en nuestra sociedad debían ser los más serios y responsables, mintieron de capitán a paje para cubrir su vergüenza, mintieron más de 20 veces y hasta ahora solo una escalera ha hecho un poco de justicia en “La Moneda”, se vieron los más horribles titulares en los periódicos masivos enjuiciando a Camilo desde el día uno... y bueno, también afloró una que otra performance de apoyo, cuyo único afán pareciera ser la selfie del momento buscando “ngulumapu” en Temuco (como si Santiago fuera Texas). El león mata mirando, dicen los zapatistas, se sabe amo y señor de la selva mientras el resto de las especies reza no encontrarlo
N°11 hijas ahora, es donde ya no muera nadie más que, por tratar de vivir mejor sin el permiso de nadie, termine recibiendo una bala por la espalda de un traidor pagado para que le enseñe a los rotos que al patrón no se le discute.
con hambre, y desconfía del otro y se estorban mutuamente por no hablarse. Los otros, separados, tienen tan poco que abrazan las oportunidades como realidades, y se pelean las escuálidas rendijas del poder pensando en mañana, mientras ellos, los de arriba, piensan a 10, 20 años plazo. Y es que los asesinos están constituidos como actor político y lo saben...mientras nosotros, aún recorremos nuestro otoño orgánico esperando la primavera de los pueblos… ellos están unidos en torno a un objetivo claro, no atomizados, perdidos en tesis, pretesis, mociones y un abanico desarticulado de estrategias que justifican cada una de las ambiciones individuales de los mesías criollos, ya va siendo hora de que los pueblos construyan y constituyan su contraparte, su propio actor político para zafar del demonio neoliberal que nos condena al hambre y ese actor político no es el partido de turno, el frente político o el movimiento de actualidad, mucho menos el diputado polémico o la diputada preclara. Ese actor político que requiere la historia para cambiar su eje somos nosotros y nosotras todas, movilizados en torno a una visión de futuro compartida que nace en un pasado común que nos enorgullece, la patria liberada somos quienes nos sentimos convocados en torno a una forma de vivir que nos permita disfrutar a nuestros hijos e
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Hay que saber de dónde se viene para saber a dónde se va, y ya va siendo hora de que los miles a quienes les dolió el asesinato a mansalva de Catrillanca se miren al espejo y resuelvan su posición en este conflicto sin ambigüedades y cedan en poder individual para ganar en poder colectivo, significa disponer de toda nuestra creatividad para inventar caminos diferentes a los mismos problemas de fondo, de todas nuestras fuerzas para resistir a los desvíos y tentaciones acomodaticias del status quo y la moralina burguesa, y de todas nuestras voluntades para concebirnos como aliados en la diferencia y de todos nuestros saberes para liberarnos en un círculo pluricultural virtuoso de aprendizajes y triunfos mutuos. Un proyecto político de liberación será común en la medida que se identifique a cada cual y se le ceda su espacio para hablar por sí mismo, sin intérpretes, será hegemónico en tanto sea capaz de representar a la globalidad de intereses respetando sus propias voces e interpretar cada una de ellas en una sinfonía tan diversa como consistente y coherente, será legitimo en la medida que demuestre en los hechos que otro mundo es posible, que es posible comer, crecer y amar en otros cuadrantes; en resumen: a nuestros muertos se les hará justicia en la medida que estemos juntos y juntas pero no revueltxs, cada cual con su cada cual y todxs contra el mismo enemigo: el capitalismo y el patriarcado. RPS
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Carroña
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