Análisis del impacto de la crisis 2008 2009 y sus secuelas, sobre las economías Andinas

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Analisis del impacto de la crisis 2008 – 2009 y sus secuelas sobre las economías Andinas.

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“Análisis del impacto de la crisis 2008-2009 y sus secuelas, sobre las economías Andinas” PRAXIS, Consulting consultaspraxis@gmail.com Introducción Al topar el tema de la crisis económica del periodo 2008 – 2009, se habla de un conjunto de engranajes catastróficos desde la perspectiva económica, al pasar desde la mala utilización de recursos financieros, burbujas inmobiliarias, mala fe por parte del sector financiero – bancario hasta terminar en un paternalismo ante las grandes empresas y el desangre económico de la sociedad. Desde la perspectiva de Stiglitz (2010)1, la crisis financiera del 2008 es consecuencia de la conjunción de tres factores: 1. la disminución de las tasas de interés ocurrida durante 2001 y 2003 para combatir un entorno recesivo que acabó estimulando el otorgamiento de un gran número de hipotecas; 2. una estructura de incentivos en las instituciones financieras especializadas que premiaba el otorgamiento de hipotecas de alto riesgo (subprime) y de hipotecas a tasa variable, en vez de premiar la solidez de la inversión; y

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Stiglitz Joseph (2011), “Mundialización, creciente interdependencia y globalización en las relaciones

internacionales” (traducción), VV AA, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz, Bilbao, Universidad del País Vasco (en prensa).

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3. la falta de regulación del mercado de derivados financieros que propició apalancamientos imprudentes.

Dentro de este contexto de crisis generado en Estados Unidos, la mejor forma de reflejar el efecto que se generaría hacia el mundo lo realiza Wilmertz (2000) 2, al acuñar la frase “Cuando EE UU estornuda, el mundo se resfría”. Este eslogan del siglo XX se revela ahora más real que nunca, puesto que las economías europeas se tambalean por culpa de una crisis económica creada a miles de kilómetros. En el sistema financiero interconectado que existe actualmente, lo que empezó como una serie de poco acertadas decisiones para los intereses de EE UU, se ha expandido por todo el mundo y amenaza con hundir al mundo en otra gran depresión (Montreall, 2011). La crisis ha alcanzado proporciones peligrosas supo manifestar Jean Surte (2008)3, en una entrevista al diario New York Times. Comenzó con la explosión de la burbuja inmobiliaria estadounidense en 2005 tras un largo período de incesante incremento de los precios de las viviendas. Por aquel entonces, el número de familias que podía pagar una hipoteca había aumentado. Los prestamistas habían empezado a llevar a cabo una práctica llamada crédito “subprime”, que consistía en hacer préstamos a gente que normalmente no podría acceder a una hipoteca para una casa por existir mayor riesgo de impago. Las hipotecas subprime comenzaban con un bajo interés los primeros años para luego elevarse drásticamente. En muchas ocasiones, a los prestatarios no se les explicaban todos

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Wilmertz Feder (2000), “Can emerging countries play the role of locomotive of global growth again?,

Natixis Flash Economics nº 69, 6 de febrero . 3

Jean Surte (2008), “China at the rescue of the ‘fiat money’ dollar”, Natixis Special Report nº 55, febrero.

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los riesgos y se les decía que podrían refinanciar la hipoteca en unos años para mantener las tasas de interés bajas. Varios economistas (Freull, 2005, Armendos, 2007, Josely & Dornec 2008), advirtieron de los peligros, pero, en general, nadie en los EE UU quería interrumpir el ambiente de fiesta que rodeaba a la burbuja inmobiliaria. Todo el mundo parecía estar ganando dinero, tanto las empresas de construcción como los agentes inmobiliarios y las compañías de materiales; y los consumidores eran dichosos: tenían casa propia por primera vez en sus vidas. La industria se encontraba en gran parte al margen del gobierno estadounidense tras décadas de firme desregulación por parte del partido republicano. La crisis tendría que haberse quedado en los propietarios de viviendas estadounidenses pero, desafortunadamente y como lo menciona Grimer (2008)4 “No fue ignorancia sino un hecho de mala fe”, tanto los bancos como los prestamistas de estos asuntos habían traspasado la deuda a los inversores. Los activos de la deuda se repartieron y se vendieron a otros inversores y a bancos de todo el mundo en complicados paquetes financieros que poca gente parecía entender del todo. Durante 2007, casi un 1,3 millones de viviendas estadounidenses fueron sujeto de actividades financieras, un 79% más que en 2006. (UNTA, 2008)5 Durante los primeros albores de la crisis, nadie parecía tener ninguna idea de quién era el dueño de estas deudas ‘inútiles’, extendidas por todo el sistema financiero mundial. De

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Grimer Soult (2008), “A Partnership of Equals. How Washington should Respond to China’s Economic

Challenges”, Foreign Affairs, julio-agosto. 5

UNTA (2008) Swimming Against the Tide: How Developing Countries are Coping with The Global Crisis

(Background paper prepared by World Bank Staff for the G20 Finance Ministers and Central Bank Governors Meetings, Reino Unido, 13-14 de marzo). Washington: Banco Mundial, marzo.

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repente, los bancos ya no estaban dispuestos a hacer más préstamos, lo que resultó en una crisis de crédito, generándose un “credit crunch”; es decir, un período en el que hay poca liquidez en el sistema porque nadie está generando prestamos, razón por la cual se comenzaron acumular pérdidas. En julio de 2008, los bancos y las principales instituciones financieras de todo el mundo anunciaron pérdidas de alrededor de 435.000 millones de dólares. En la actualidad, tanto bancos como otras instituciones financieras no pueden conseguir ningún crédito y se encuentran estancadas con activos negativos en sus cuentas. Muchos han tenido que declarar la bancarrota o están a punto de hacerlo. Los gobiernos han tenido que rescatar a estas instituciones por miedo a lo que su colapso podría significar en la economía general. Entre estas instituciones se encuentran Freddie Mac y Fannie May en EE UU, el gigante de los seguros AIG, Northern Rock en Reino Unido y Fortis y Dexia en Bélgica. Estas posibles bancarrotas anticipadas han movido al gobierno estadounidense a ejecutar un rescate de 700.000 millones de dólares, con la finalidad que el sistema financiero no colapse, de esta manera evitando Orígenes de la crisis económica estadounidense Desde la perspectiva de Mc Cremer (2011) 6, es usual escuchar que “el origen de la crisis en Estados Unidos fue el desastre del mercado subprime en las hipotecas”. Pero esto

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Mc cremer, Eduart. (2011) “The United States and the Global Adjustment Process (Speech at the Third

Annual Stavros S. Niarchos Lecture)”, Washington, Peterson Institute for Internacional Economics, 23 de marzo

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desde la perspectiva de Ferrer (2012) 7 es falso: “el problema hipotecario fue uno de los efectos y no una de las causas de la crisis actual”. Para Ferrer (2012)8, el verdadero origen radica en varias causas que se fueron acumulando durante años y entre las que destacan las siguientes: 1) el sostenimiento durante varios años de una política monetaria errónea y laxa por parte de la Reserva Federal; 2) la autorización de la SEC, en 2004, que permitió aumentar el apalancamiento de la banca de inversión; 3) las bajas impositivas, a partir de 2001, a las empresas y a las ganancias de capital

que

distorsionaron

los incentivos al

ahorro,

aumentando

peligrosamente el déficit fiscal, y 4) la estructura de compensaciones a los ejecutivos en las empresas públicas en la forma de "opciones sobre acciones", que se transformó en un incentivo para presentar resultados manipulados.

Según (Arcos, 2010)9, a partir de 2001 el Banco de la Reserva Federal disminuyó su objetivo de tasas de los fondos federales de 6.5 a 1% en 2003, manteniéndolas así por un año. La justificación fue la recesión de 2001 provocada por el estallido de la burbuja de las empresas ".com", los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y, más

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Ferrer David (2012), “Too big to save: the end of financia capitalism”, Open Democracy, 1 de abril

Accesado el 8 de abril 8

Ibid

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Arcos, José Antonio (2010), “El desplome del dólar y la crisis de las finanzas globales: cambio estructural

en el sistema internacional”, en Manuela Mesa (Coord.), Escenarios de crisis. Fracturas y pugnas en el sistema internacional. Anuario 2010 del Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ), Madrid, CEIPAZ, pp. 85-103.

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importante aún, el riesgo de deflación por la inclusión al comercio mundial de países con bajos costos de producción. Para (Zavaleta, 2009)10, las tasas de interés reales tan bajas durante un periodo tan prolongado (cinco años), en combinación con la desregulación de la banca de inversión de 2004, hizo que el apalancamiento de estos bancos se disparara absurda y peligrosamente. Además, en la economía estadounidense hubo un aumento de liquidez derivado de una mayor disponibilidad de recursos provenientes de la economía china y de los productores petroleros de Medio Oriente. Esta abundancia de recursos alimentó el mercado inmobiliario y bajó a cero las tasas de ahorro interno. La combinación de todo lo anterior generó dos "burbujas" en el mercado (Vitrelli, 2009)11: la de los bienes raíces y la de los commodities. De las segunda, la inmobiliaria fue particularmente dañina y tóxica. En 2005 se alcanzó el pico en el otorgamiento de hipotecas y en la tasa de crecimiento del precio de las casas. Estas hipotecas se daban prácticamente sin enganche y con tasas de interés muy bajas durante los dos primeros años de vida del crédito; incluso se encontraban por debajo de las del mercado y con un año de gracia en el que sólo se

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Zavaleta Tomas (2009) ¿Un mundo unipolar, multipolar o apolar? El poder estructural y las

transformaciones de la sociedad internacional contemporánea”, en VV AA, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz 2009, Bilbao, Universidad del País Vasco, pp. 297-384.

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Vitreli Mill (2009), “Sesenta años sin democracia. Hegemonía y poder en las instituciones de Bretton

Woods”, en Mabel González Bustelo y Manuela Mesa (Coords.), Cartografías del poder. Hegemonía y respuestas. Anuario CIP 2005, Barcelona, Icaria/Centro de Investigación para la Paz (CIP), 2009, pp. 99123.

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pagaban los intereses. Además, las hipotecas se daban sin escrutinio sobre los antecedentes financieros de las personas (Vélez, 2011)12. Estas acciones fueron promovidas por el gobierno de Estados Unidos desde 1995 con el fin de aumentar el número de propietarios de casas entre los sectores de menores recursos de la población. Esto llevó a que la proporción de familias dueñas de su casa pasara de 64% en 1994 a 70% en 2004, el máximo registrado hasta ahora. Además, los otorgantes de las hipotecas no tenían incentivos para evaluar el proceso ya que la mayor parte de éstas serían bursatilizadas y vendidas a inversionistas e instituciones financieras. Inversionistas privados y firmas financieras compraron una enorme cantidad de emisiones de activos respaldados por hipotecas (Mortgage Backed Securities, MBS), proceso que se aceleró con la desregulación de 2004 que permitió a los bancos de inversión aumentar su apalancamiento, en promedio 30 veces (Simon, 2009)13 Además, se sumó también el grado de inversión otorgado a una buena parte de estos activos respaldados por hipotecas, bajo el supuesto de que el valor de las casas no caería y que las tasas de cartera vencida se mantendrían bajas. Ello permitió a las instituciones financieras ubicar estos activos fuera de sus balances contables, sin la necesidad de reservar capital para contrarrestar posibles pérdidas. Actualmente, 4.4 millones de hogares se encuentran en moratoria o en proceso de embargo, 9.2% del total.

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Vélez Fernando (2009), “Getting the International Monetary Fund’s Groove Back”, (traducción) The

Financial Times, 30 de octubre. 13

Simon, Galer (2009), The current financial crisis: Old wine in new goatskins or is this time different for Latin America?, Was- hington, Banco Interamericano de Desarrollo, 20 de marzo.

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La euforia en la burbuja inmobiliaria dio lugar a una exuberancia sin precedentes en la construcción de casas. Finalmente, al dejar de crecer el precio de éstas, vinieron los inevitables “downgrades” de las calificadoras, como menciona Pierre (2011): “al explotar la burbuja, se contrajo la demanda y el sector entró en recesión desde el verano de 2007. El exceso de inventarios, la debilidad de los hogares para comprar una casa, las altas tasas hipotecarias y el aumento en los embargos han hecho que se siga intensificando la caída en el precio por un exceso de oferta”.

El efecto de la caída en el precio de las casas sobre la economía en general, y en particular sobre la recuperación, es muy considerable. El consumidor promedio estadounidense tiene 41 años. Una pareja tiene ingresos conjuntos por 67,300 dólares anuales y tienen dos ahorros: su casa y sus cuentas de ahorro para el retiro Por lo tanto, sus activos son la suma del valor de la casa y de sus ahorros para el retiro, pues el resto (el coche, la tv de plasma, el refrigerador) no es suyo, ya que lo debe en su tarjeta de crédito. Al reventar la burbuja inmobiliaria, el problema es que la casa vale en promedio un 30% menos que en 2006 y su cuenta de ahorro para el retiro, que está en su mayor parte invertida en acciones, vale un 35% menos que al inicio de 2008 derivado de la caída en el mercado de valores. El consumidor promedio perdió 33% de su capital y se quedó con la misma deuda. Es decir, enfrenta una pérdida de riqueza financiera fenomenal, es decir está sobre endeudado. Además, los consumidores estadounidenses dejaron de ahorrar y gastaban todo su ingreso corriente, basados en la premisa de que sus dos activos eran su fuente de ahorro y que nunca perderían valor (Jimenez, 2011). Si además la economía entra en recesión, aumentando el desempleo y la incertidumbre, el consumidor buscará bajar su deuda antes de que pueda volver a gastar. Para 9


desendeudarse, lo único que puede hacer es gastar menos (sobre todo en el llamado consumo discrecional) y comenzar a ahorrar, en el momento macroeconómico menos propicio. Según James (2011), efectivamente, el ahorro es una reserva de capital que se puede usar para financiar la inversión, pero en una recesión un mayor ahorro, es decir, un menor consumo, puede hacer aún más grandes los problemas económicos. Ese comportamiento se conoce en economía como la "paradoja del ahorro" y fue planteada por primera vez por Keynes. La deuda de las familias estadounidenses ha crecido en forma constante desde que la Reserva Federal empezó a monitorearla en 1952 y por primera vez bajó en el tercer trimestre de 2008. Pero también es el primer trimestre, en 17 años, que cayó el consumo. Esto permite prever que el crecimiento del PIB estadounidense se contraiga por lo menos 5% en el cuarto trimestre de 2008. Cabe recordar que el gasto del consumidor tiene dos elementos. El primero es lo básico, alimentación, vivienda, educación y salud. Lo segundo es lo no básico o "discrecional", como coches, refrigeradores, vacaciones y televisiones. Por lo tanto, para gastar menos y ahorrar, el consumidor debe recortar el gasto discrecional al máximo, hasta que se desendeude o vuelvan a subir los precios y cotizaciones de sus activos, lo que tomará tiempo (Meller, 2011). Para Ramos (2012) una pregunta que existía dentro del mercado y carente de respuesta era: ¿Cuándo volverá a subir el precio de las casas? El último dato disponible, de diciembre pasado (diciembre, 2013), señaló que el precio de las casas cayó 19% en términos anuales, por lo tanto, primero deben de dejar de bajar, lo que puede tardar de seis meses a un año, después se tienen que estabilizar y, finalmente, volverán a subir. En 10


estos momentos de incertidumbre, lo poco que se puede afirmar es que, derivada del sobreendeudamiento del consumidor, la recesión será larga y la recuperación débil, pues el consumidor retornará a gastar de manera retrasada y prudente. Las respuestas de política económica Para Dernou (2011), la situación económica estadounidense se fue deteriorando a lo largo de los primeros ocho meses de 2008, de manera más o menos predecible. Sin embargo, la declaración de quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre, detonó la parte más perversa de la crisis, introduciendo niveles de volatilidad en los mercados pocas veces vistos y provocando un deterioro aún más acelerado de las principales variables económicas. La crisis se ha ido agravando, además, por el hecho de que las tasas hipotecarias han respondido poco y tarde a la reducción en las tasas-objetivo de corto plazo por parte del Banco de la Reserva Federal. Finalmente, hubo a lo largo de todo el año un continuo cambio de señales por parte de las autoridades, producido por la carencia de un plan estructurado para enfrentar la crisis. La quiebra apresurada y no planeada del cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, Lehman Brothers, destruyó alrededor de 75,000 millones de dólares de valor y dejó 200,000 millones de dólares de deuda sin contraparte. Esto provocó un aumento en la volatilidad de los mercados financieros y secó los mercados crediticios. La incertidumbre sobre quién podría ser la próxima víctima y sobre quién tenía "papeles de Lehman" llevó a las tasas interbancarias overnight y de tres meses a máximos históricos. Lo más relevante de este hecho es que normalmente las contrapartes no son investigadas debido a la poca duración de las transacciones. Con la quiebra, se internacionalizó la crisis a lugares que aún se mantenían a la par. Tan sólo en Europa siete

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Estados se vieron forzados a intervenir en tres días a cinco instituciones financieras (James, 2011). Lo anterior apresuró la aprobación de un plan de rescate acordado por el gobierno estadounidense: el rescate financiero más grande de la historia. El Congreso autorizó al Departamento del Tesoro utilizar 700,000 millones de dólares en una intervención extraordinaria para prevenir un derrumbe financiero y, consecuentemente, económico. Originalmente se pretendió comprar activos tóxicos, sin embargo, esta iniciativa se abandonó como primera instancia debido a la dificultad para evaluarlos y se procedió a capitalizar a los bancos. Lo que se hizo fue dar participación al gobierno en las acciones preferentes (sin derecho a voto) en los bancos que se acogieran a la medida. Se acordaron cambios en la regulación contable, límites a los sueldos de los ejecutivos y aumento del seguro de depósitos de 100,000 a 250,000 dólares. Como un segundo apoyo el Banco de la Reserva Federal anunció que apoyará al sistema financiero con 800,000 millones de dólares. Asegurarán 100,000 millones de dólares de deuda de las nacionalizadas agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac; comprarán 500,000 millones de dólares de MBS y, finalmente, se creó una nueva facilidad por 200,000 millones de dólares para respaldar nuevas emisiones de créditos sin colateral (tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles, préstamos para compra de coches). Los efectos positivos de esta última medida ha sido la disminución entre los diferenciales de los bonos corporativos con respecto a los del gobierno y, más importante aún, la primer reducción continua y sostenida de las tasas hipotecarias de largo plazo.

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Se espera que el déficit fiscal de Estados Unidos, antes de la nueva ronda de apoyos del gobierno entrante, alcance, en 2009, un equivalente a 8% del PIB, cifra sólo vista en las guerras mundiales. La presión por generar mayor déficit fiscal Por todo lo anterior el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el que podría ser el mayor gasto en infraestructura desde la construcción de la red de carreteras interestatales, construidas después de la segunda guerra mundial. Por lo tanto, es probable que una parte importante de las transferencias directas no sea gastada, sino ahorrada. Además, tanto la inversión residencial como no residencial están decreciendo por la debilidad en el mercado de vivienda y las débiles perspectivas económicas, y el sector exportador se encuentra abatido por la reciente apreciación del dólar y la recesión de sus mayores socios comerciales. Por lo anterior la única fuente de crecimiento en el corto plazo es el gasto gubernamental. El consumo representa el 72% del PIB, las exportaciones 13% y el gasto del gobierno el 15%. Por ello la necesidad de hacer un programa efectivo y amplio de gasto gubernamental, que es probable que mitigue pero no anule el efecto negativo del consumidor. La ausencia de un programa amplio y agresivo, que incluya ideas novedosas, sólo provocará que la depresión sea más profunda y duradera. El resto del mundo también está en recesión. En Europa hay crisis inmobiliarias en España, Reino Unido e Islandia. Además las tasas de crecimiento de toda la eurozona están muy debilitadas y, por primera vez desde la creación del euro hace diez años, están en recesión. En Asia, las tres economías más grandes de la región también tienen problemas: Japón está en recesión y tanto China como India están en desaceleración. Por 13


primera vez en dos décadas todos los países desarrollados están en recesión al mismo tiempo, por lo que esta crisis mundial es novedosa e inusual. Sus efectos son una economía débil, caracterizada por un bajo nivel de consumo, menores ingresos y desempleo creciente. La recuperación mundial será lenta y débil. Los mecanismos realizados para la superación de esta crisis fueron: 

Restablecer el crecimiento económico a través de créditos.

Un mayor protagonismo de los países emergentes en el nuevo orden mundial.

Cambio de rol de la ONU, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).

Europa suspende la ayuda a países.

Estados Unidos plantea paquetes económicos de estímulo.

Hay una regulación del sistema financiero.

Se reemplaza el dólar en el comercio internacional por el euro.

Cuestionamiento de la compra de activos en Estados Unidos.

Desarrollo de nuevos puestos de trabajo.

Reordenamiento de las instituciones de gobernabilidad en diferentes partes del mundo (ej.: la caída de gobiernos; nueva forma de gobierno en China)

Las consecuencias que esta crisis tuvo para la la economía mundial fueron: 

Aplicación de medidas proteccionistas en diferentes países.

Caídas de gobiernos (Letonia, Islandia, Hungría, República Checa).

Multiplicación de conflictos sociales como el desempleo.

Recesión económica. 14


Cierre de Empresas.

Quiebre de industrias.

Caída de comercio internacional en un 9% anual.

Aumento de tasas arancelarias (se rompe la cadena de producción ya que provoca que el encadenamiento del producto de producción en diferentes países y en diferentes partes del mundo se vea cortado por el aumento de aranceles en diferentes países que quieren incorporar el proteccionismo a sus industrias).

Paso de recesión a depresión.

Los países europeos cancelan sus créditos a países emergentes.

Aumento de la pobreza.

Estallidos sociales en Grecia, Letonia, Bulgaria, Londres, etc.

Efectos de la crisis en los países andinos y América Latina Hasta la mitad del 2009, y por el lapso de dos años, América Latina se ha venido beneficiando de una coyuntura internacional favorable, debido a que sus principales productos de exportación, de característica primaria (hidrocarburos, productos mineros, metales y granos), registraron crecimientos importantes en sus precios internacionales. Este incremento de precios, explicado en parte por el exceso de liquidez y la especulación en el mercado de derivados de commodities, habría permitido a algunos países la acumulación de reservas internacionales, el aumento de los fondos estructurales que algunos países mantienen, la generación de superávit presupuestarios y un dinamismo exportador (Artiega, 2011). Esto podría sugerir que frente a otros episodios de crisis internacional como la asiática o la rusa, nuestros países estarían en mejores condiciones para poder enfrentarla, sin embargo, es necesario recalcar que en la crisis mexicana y en la brasileña, las elevadas 15


reservas internacionales no duraron más que pocas semanas frente a los elevados ataques especulativos a la moneda nacional. Debido a ello, es necesario alertar que la actual crisis aparece con un futuro poco prometedor, al entrar las principales economías en un proceso recesivo que duraría algunos trimestres, describiendo un porvenir a corto y mediano plazo difícil para la región, afectando a amplios sectores económicos y sociales. Así también, es necesario alertar sobre la rapidez con la que se está desplegando la crisis y la magnitud del efecto contagio. Al entrar las principales economías desarrolladas en un proceso recesivo, se esperaría una contracción de la demanda por productos exportados por la región, así como una disminución de los precios internacionales de los principales commodities producidos por la región. Sector financiero y monetario El desequilibrio financiero ocurrido en EEUU, en principio no debería modificar sustancialmente la percepción general sobre la salud financiera de las economías de la subregión andina, debido a que su sistema financiero no se encuentra particularmente expuesto al mercado hipotecario y de créditos estadounidense en donde nació esta nueva crisis, como sí lo estarían, por ejemplo, la economía mexicana y brasileña, entre otros. El sistema financiero de la subregión tendría una limitada exposición directa a los activos en dificultades vinculados al sector hipotecario en EEUU. Para (Realpe, 2012), sin embargo, este nuevo shock mundial ha generado su impacto en una mayor percepción de riesgo por parte de los agentes económicos, quienes ante esta situación han preferido preservar su liquidez o invertirla en activos estables como los bonos del Tesoro de EEUU o en activos físicos como el oro. Como consecuencia de ello

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se ha reflejado ya una restricción del mercado de crédito para las economías de América Latina, lo cual impactará a aquellas economías más dependientes de financiamiento externo. Así también, se ha evidenciado una “fuga” hacia el dólar, con la consecuente apreciación de éste frente al resto de monedas del mundo. En los últimos meses, los mercados accionarios han registrado ventas masivas, elevando el costo del capital. Los diferenciales de retorno de los bonos corporativos externos también han subido fuertemente, especialmente desde septiembre. Asimismo, la emisión total de bonos corporativos se ha desacelerado, lo que tendrá efectos adversos en la inversión y el crecimiento a futuro. Los mercados financieros locales de muchos países ya comienzan a sentir la presión. En una serie de mercados importantes, se ha observado indicios de tensión para el fondeo en dólares y en moneda local. Además, en algunos casos también se han elevado los costos de financiamiento interbancario para los bancos pequeños y medianos. Los bancos centrales de la región andina, debido a la coyuntura favorable, durante el primer semestre de 2008 se encontraban en un proceso de acumulación de reservas, particularmente Colombia y Perú, lo cual se redujo en el mes de agosto frente a la demanda por dólares de los agentes económicos. En América Latina las turbulencias también se registraron en sus mercados de activos, presentándose de inmediato efectos sobre las bolsas de valores de la región, con caídas récord durante la primera semana de la crisis, Sao Paulo (-7.6%), México (-3.8%) y Buenos Aires (-5.2%), mientras que aquellas de la subregión andina, de una forma menos severa (Lima -2.4%, Bogotá -1.9%), y en menor grado la de Santiago de Chile (-0.5%). Durante el mes de octubre (2013), las bolsas de valores de América Latina, volvieron a

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registrar volatilidades y caídas récord, siendo la mayor la de la Bolsa de Lima con -8.8%, seguida de aquella de Bogotá con -8.7% (Cepal, 2012) Los tipos de cambio han sido más volátiles, y desde septiembre se han debilitado fuertemente en muchos casos. Esta depreciación refleja en parte la pérdida de acceso a líneas de crédito externo, cierta repatriación de capital y el impacto de los menores precios de las materias primas para los principales exportadores de este tipo de bienes. Sector fiscal En la actualidad, los países andinos, ya sea por la coyuntura internacional favorable de una elevada demanda de bienes y materias primas, así como a elevados precios internacionales, presentan superávit fiscales, lo cual permite ver cierta fortaleza frente a lo sucedido en crisis anteriores. Sin embargo vale advertir algunas características de los esquemas fiscales andinos frente a los cuales es necesario tener cautela. La turbulencia reciente puede afectar los ingresos fiscales de diferentes formas. Una menor actividad económica determinaría menores ingresos tributarios, los cuales podrían ser representativos frente al total, provocando desfinanciamiento operativo. Por otra parte, siguiendo con los ingresos fiscales, vale señalar que algunos países andinos cuentan con una alta dependencia de ingresos no tributarios procedentes de la exportación de bienes como petróleo y minas, que aportan entre 30% al 40% del total de los ingresos del sector público. Debido a ello, en términos del gasto fiscal, la recomendación sería proceder con mayor cautela, con el fin de requerir el menor financiamiento posible, ya sea externo o interno, porque seguramente éste será escaso y oneroso. 18


La Propuesta Ecuatoriana Un Acuerdo Monetario Regional El Ecuador considera que uno de los mayores riesgos a los que se expone la región andina, es emprender un proceso agresivo de devaluaciones con el fin de precautelar la competitividad de sus productos de exportación. Este tipo de medidas aisladas, lejos de contribuir a minimizar el impacto de la crisis genera mayor incertidumbre en los agentes y complica la gestión macroeconómica de los países vecinos. Dada la velocidad y profundidad con la cual la crisis se está desenvolviendo, el Ecuador cree que un Acuerdo Monetario Regional (AMR) entre los países de Sudamérica es urgente. Este AMR actuaría como un marco común en el cual los tipos de cambio de los países participantes sería monitoreado, evaluado y de ser posible acordado bajo un nivel (sub) regional, de acuerdo con el principio de un interés mutuo por la estabilidad y credibilidad del tipo de cambio. El efecto inmediato del anuncio sería un efecto tranquilizador para los mercados financieros. Sin embargo, las condiciones de mediano y largo plazo para la sostenibilidad deben ser tomadas en cuenta para que la propuesta sea creíble. Esto implica el avance simultáneo con los tres pilares básicos de la Nueva Arquitectura Financiera Regional acordada bajo los siete ministros de finanzas (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela). Al mismo tiempo, es necesario lanzar, de forma paralela, una campaña diplomática internacional para la generación de acuerdos en otras regiones del mundo. Existen procesos en camino en algunas zonas (Chang Mai, países árabes, etc.) que podrían ser coordinados y replicados. La coordinación de los acuerdos de bloques regionales es la

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mejor forma de lograr un resultado rápido. El éxito de esta etapa podría generar mayores acuerdos institucionales que podrían abrir el horizonte para una estable y holística Nueva Arquitectura Financiera Mundial. Este tipo de Acuerdo Monetario Regional conduciría progresivamente al establecimiento de un marco obligatorio. En ese caso, las decisiones se tomarían bajo consenso, permitiendo un veto para cada miembro. Estos instrumentos podrían cubrir un rango más amplio, hacia el lanzamiento de criterios o metas de convergencia y de acordar reglas de disciplina con un mecanismo de premios y sanciones. De igual forma, cubrirían acciones cooperativas, tales como decidir intervenciones conjuntas a favor de monedas específicas, anunciando nuevas bandas consensuadas o implementando políticas de ajuste coordinadas para apoyar la consecución de bandas acordadas. Luego de un período de evaluación, el sistema proveerá la base para el diseño de un sistema común de tipo de cambio, mediante el anclaje de las expectativas, a través del anuncio de criterios y procedimientos formales y mediante transparencia en la información de las políticas respectivas. Los miembros participantes avanzarían en la discusión del establecimiento de una paridad nominal o real fija, una vez que exista un grado elevado de consenso y cohesión. Esto se haría evidente en el cumplimiento del criterio común y de las reglas establecidas por consenso regional. Conclusiones Una de las principales ideas de manejo dentro de las economías andinas es limitar la emisión de burbujas con efectos catastróficos dentro del sentido financiero social. Para lo cual es pertinente la regulación del mercado inmobiliario y financiero como entorno de resguardo. Además que un sistema de integración de la región fomentaría un crecimiento

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como bloque para poder apalear cualquier conflicto económico generado por países ajenos a la región. La crisis estadounidense en la conjunción de la mala interacción del estado dejando libremente participar a los actores donde al final el único perjudicado son los consumidores finales. Si bien las características del bloque andino y su estructura no fue afectada directamente por la crisis de Estados Unidos vale destacar que si existió un efecto en función de las remesas y de los productos que se exportan.

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Bibliografía Stiglitz Joseph (2011), “Mundialización, creciente interdependencia y globalización en las relaciones internacionales” (traducción), VV AA, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz, Bilbao, Universidad del País Vasco (en prensa). Wilmertz Feder (2000), “Can emerging countries play the role of locomotive of global growth again?, Natixis Flash Economics nº 69, 6 de febrero . Jean Surte (2008), “China at the rescue of the ‘fiat money’ dollar”, Natixis Special Report nº 55, febrero. Grimer Soult (2008), “A Partnership of Equals. How Washington should Respond to China’s Economic Challenges”, Foreign Affairs, julio-agosto. UNTA (2008) Swimming Against the Tide: How Developing Countries are Coping with The Global Crisis (Background paper prepared by World Bank Staff for the G20 Finance Ministers and Central Bank Governors Meetings, Reino Unido, 13-14 de marzo). Washington: Banco Mundial, marzo. Mc cremer, Eduart. (2011) “The United States and the Global Adjustment Process (Speech at the Third Annual Stavros S. Niarchos Lecture)”, Washington, Peterson Institute for Internacional Economics, 23 de marzo Ferrer David (2012), “Too big to save: the end of financia capitalism”, Open Democracy, 1 de abril Accesado el 8 de abril Arcos, José Antonio (2010), “El desplome del dólar y la crisis de las finanzas globales: cambio estructural en el sistema internacional”, en Manuela Mesa (Coord.), Escenarios de crisis. Fracturas y pugnas en el sistema internacional. Anuario 2010 del Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ), Madrid, CEIPAZ, pp. 85-103. Zavaleta Tomas (2009) ¿Un mundo unipolar, multipolar o apolar? El poder estructural y las transformaciones de la sociedad internacional contemporánea”, en VV AA, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz 2009, Bilbao, Universidad del País Vasco, pp. 297-384.

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