Perspectivas y retos de salud global pediátrica en Latinoamérica
Yoismar
Daza Redondo, MD1
Iliana Curiel Arismendy, MD, Mg2
Marcela Fama Pereira, MD3
“Necesitamos una revolución mental no solo para cambiar nuestros hábitos de alimentación individuales, sino para cambiar la realidad social que nos rodea”.
Joan Benach
INTRODUCCIÓN
La infancia en América Latina presenta una realidad compleja y contrastante, marcada por profundas desigualdades que afectan el desarrollo integral de millones de niñas y niños. A pesar de los avances en los derechos infantiles, la pobreza, las brechas sociales y el acceso limitado a servicios básicos siguen siendo desafíos persistentes.
La incorporación de un enfoque de salud global en pediatría ha tenido una evolución significativa en la región; la salud global se define como un campo interdisciplinario que se enfoca en la salud de las poblaciones y aborda problemas
que trascienden fronteras nacionales. Estos problemas, que generan una alta carga de enfermedad, requieren soluciones cooperativas y multidisciplinarias. A diferencia de la salud pública, que se concentra principalmente en la prevención y el desarrollo de programas locales, la salud global abarca todas las estrategias posibles para mejorar la salud a nivel global, considerando también determinantes sociales, económicos y políticos. Por otro lado, la salud internacional se centra en enfermedades que afectan principalmente a países en desarrollo, buscando reducir la morbimortalidad mediante políticas y sistemas específicos. En resumen, la salud global es una evolución de los conceptos de salud pública e internacional, con un enfoque integrador que abarca los desafíos de salud más críticos que afectan a la humanidad.
Koplan, en la revista The Lancet, define la salud global como un área de estudio, investigación y práctica que otorga prioridad a mejorar la salud y lograr la equidad en la salud para todas las personas en todo el mundo. La salud global
1. Residente II Año de Pediatría, Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia
2. Pediatra, Mg. Salud Pública, Política Social, Investigadora del Centro NIHR de Investigación en Salud Global para el Manejo Comunitario de Enfermedades No Transmisibles en América Latina. Presidenta del Comité de Pediatría Social y Salud Global de la Asociación Latinoamericana de Pediatría-ALAPE. Docente Universidad de La Guajira, Colombia. https://orcid.org/0000-0003-2525-1829
3. Pediatra. Presidenta de la Asociación Latinoamericana de Pediatría - ALAPE.
enfatiza los problemas, determinantes y soluciones de salud transnacionales, involucra muchas disciplinas dentro y más allá de las ciencias de la salud, promueve la colaboración interdisciplinaria y es una síntesis de la prevención basada en la población con la atención clínica a nivel individual.
Este artículo profundiza en las causas estructurales de esta problemática, analizando factores como las tendencias demográficas, las políticas públicas y los efectos de un contexto globalizado en constante cambio, incluyendo la urbanización, el cambio climático, las migraciones y los retos que estas conllevan.
Para pediatras, médicos generales y residentes en formación, la educación en salud global es esencial para enfrentar las complejas realidades de niños, niñas y adolescentes (NNA) en América Latina. Esta revisión permite desarrollar competencias para abordar problemáticas de salud desde una perspectiva que trasciende los límites geográficos y reconoce las particularidades culturales de cada niño o niña. Finalmente, se propondrán estrategias basadas en la pediatría social y las políticas públicas para hacer frente a las desigualdades y problemas emergentes.
CONTEXTO Y ESTADO DE LAS INFANCIAS EN AMÉRICA LATINA
Según la Convención sobre los Derechos del Niño, la niñez es el período comprendido desde el nacimiento hasta los 18 años. Este período se subdivide en las siguientes tres etapas:
• la primera infancia, que va desde los 0 hasta los 5 años;
• la infancia, que va desde los 6 hasta los 12 años;
• la adolescencia, que va desde los 13 hasta los 17 años, 11 meses y 29 días.
En materia de salud, aún prevalece una importante problemática en la mortalidad en la primera infancia. En el período comprendido entre 2015 y 2020 la mortalidad en menores de 5 años en América Latina y el Caribe fue de 20,8 menores por cada 1000 nacidos vivos, pero en general ha estado cerca al 14,3 por cada 1000 nacidos vivos.
Las probabilidades de muerte infantil son mayores en las zonas rurales que en las urbanas, y entre niños y niñas afrodescendientes e indígenas. De igual manera, las niñas y niños de familias con menores recursos o cuyas madres no tuvieron acceso a la escuela, tienen más probabilidades de morir antes de su quinto cumpleaños.
Adicionalmente, los niños y niñas de los estratos más pobres sufren tres veces más desnutrición infantil crónica que el resto de la población infantil. UNICEF destaca que el peso al nacer es mayor en recién nacidos cuyas madres han recibido educación secundaria o superior.
La falta de acceso y calidad de los servicios de agua y saneamiento influyen en la desnutrición y en la mortalidad infantil, particularmente en las zonas rurales en donde hay menor cobertura.
TENDENCIAS DE DESACELERACIÓN Y DESIGUALDADES
Para el 2023, se estimó que la población de menores de 18 años en la región sería de aproximadamente 188 millones. Esto refleja una leve reducción en comparación con los 200 millones reportados en 2020, lo que es coherente con las tendencias de desaceleración del crecimiento poblacional en algunos países de la región; esto se muestra en la Figura 1.
Figura 1. Población mundial a través de los años. Tomado de: CEPAL/CELADE/Naciones Unidas. World Population Prospects; 2024. Disponible en: https://population.un.org/wpp/
Demográficos y sociales / Demográficos / Población Población, por grupos de edad, según sexo (miles de personas a mitad de año)
1950
América Latina y el Caribe | Ambos sexos 0-4
América Latina y el Caribe | Ambos sexos | 5-9
América Latina
Esta tendencia a la desaceleración poblacional está explicada por cuatro factores que se desarrollan a continuación y que se ilustran en la Figura 2:
1. Disminución de tasas de fecundidad: en los años 60 las mujeres tenían en promedio más de 5 hijos, pero en 2020 esa cifra bajó a alrededor de 2,1 hijos por mujer, cerca del nivel de reemplazo poblacional. Esto se debe a factores como la urbanización, la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral y el acceso a métodos anticonceptivos. Según la CEPAL, en 2022 la tasa global de fecundidad (TGF) de América Latina y el Caribe se estimó en 1,85 nacidos vivos por mujer. Las proyecciones de la TGF en la región indican que esta seguirá bajando y llegará a 1,68 en 2100.
2. Envejecimiento de la población: la mejora en los servicios de salud y las condiciones de vida ha incrementado la esperanza de vida en la región, lo que está provocando que la población está envejeciendo cada vez más. Al mismo tiempo, las generaciones jóvenes están teniendo menos hijos, lo que disminuye la proporción de niños y adolescentes.
3. Migración: emigración hacia el extranjero debido a crisis económicas, violencia y falta de oportunidades, lo cual también impacta en el crecimiento poblacional. Este fenómeno es particularmente visible en Venezuela, donde millones de personas han emigrado en los últimos años.
4. Mayor acceso a educación: con el aumento del acceso a la educación, especialmente para mujeres y niñas, se ha postergado la edad de tener el primer hijo, lo que ha contribuido a la reducción de la tasa de fecundidad.
Mayor acceso a educación
Con el aumento del acceso a la educación, especialmente para mujeres y niñas, se ha postergado la edad de tener el primer hijo, lo que ha contribuido a la reducción de la tasa de fecundidad.
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participación de las mujeres en el mercado laboral, y el acceso a métodos anticonceptivos.
DETERMINANTES,
jóvenes están teniendo menos hijos, lo que disminuye la proporción de niños y adolescentes.
CAUSAS Y FACTORES SOCIOECONÓMICOS
QUE AFECTAN EL BIENESTAR INFANTIL
Infancias y pobreza
En América Latina y el Caribe, cuatro de cada 10 menores de 15 años son pobres. Esta realidad compromete las posibilidades de desarrollo personal de los niños y niñas y, en consecuencia, el desarrollo futuro de los países y de la región.
La pobreza y la desigualdad en la infancia y en la adolescencia ocasionan otras carencias, que tienen efectos perdurables a lo largo del ciclo de vida, como un menor acceso a la protección social, a la educación, a la salud, a la vivienda y a los servicios básicos.
Después de la pandemia por COVID-19, las tasas de pobreza en América Latina se mantuvieron elevadas, lo que afectó desproporcionadamente a los niños. Se estima que más del 60% de la población infantil en situación de
millones de personas han emigrado en los últimos años.
pobreza no tenía acceso a conectividad en sus hogares durante la pandemia, lo cual exacerbó las desigualdades preexistentes, especialmente en educación y salud.
Infancia y educación
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) indica que el número de niños y niñas sin escolarizar, en edad de asistir a la escuela primaria en América Latina, es de aproximadamente 2,8 millones.
A pesar de que la asistencia escolar es relativamente alta en primaria y secundaria baja, esta se reduce conforme se pasa a la secundaria alta. La educación de calidad para todos es, por otra parte, una meta aún no alcanzada en América Latina y el Caribe.
Los niños afrodescendientes e indígenas experimentan mayores niveles de pobreza, con un acceso limitado a la educación y a servicios de salud de calidad. En muchos casos, estas comunidades enfrentan discriminación sistémica y exclusión social, lo que perpetúa la pobreza intergeneracional.
En 2023, un informe del Banco Mundial destacó que más del 20% de los niños afrodescendientes en América Latina no completan la educación primaria, lo que agrava su vulnerabilidad.
Acoso escolar o bullying
Otra situación a la que se enfrentan los niños y niñas de la región es el acoso escolar o bullying
Según la UNESCO, en Centroamérica el porcentaje de estudiantes que fueron víctimas de bullying en 2019 llegó al 26% en hombres y al 24,3% en mujeres.
De acuerdo con UNICEF, la violencia escolar se concentra en determinados grupos vulnerables, como son los niños y niñas con discapacidad o sobrepeso, aquellos que pertenecen al grupo poblacional LGBTI o los de procedencia indígena o afrodescendiente.
Infancias y nutrición
De acuerdo con el Mapa del Hambre de 2023 de la Food and Agriculture Organization (FAO), los avances respecto al “Hambre Cero”, incluido como segundo dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las estadísticas demuestran que una de cada cinco personas en la región no puede acceder a una dieta saludable (Figura 3).
Según la FAO en 2023, los países más afectados por el hambre son Haití y Venezuela, quienes enfrentan las tasas más altas de subalimentación en la región, mientras que Guatemala tiene una de las tasas más elevadas de retraso en el crecimiento infantil ( Tabla 1). Sin embargo, países como Argentina y Chile muestran problemas de sobrepeso infantil.
La región enfrenta un triple desafío y el fenómeno es más complicado. Según el Ministerio de Salud de Colombia, la triple carga nutricional se entiende como “al menos un niño menor de cinco años con desnutrición crónica (retraso
en talla), al menos un adulto con exceso de peso y al menos una persona con anemia en el mismo hogar”.
Infancia y contextos culturales y rurales
Los NNA que viven en el área rural y, en particular, las comunidades indígenas se ven gravemente afectados por la falta de infraestructuras y servicios básicos. En países como Bolivia y Perú, las tasas de mortalidad infantil son significativamente más altas en zonas rurales que en las urbanas, lo que refleja las desigualdades en el acceso a la atención sanitaria y otros servicios esenciales.
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS
En contexto, los fenómenos emergentes y la desaceleración del crecimiento poblacional exigen adaptaciones estratégicas en las políticas públicas para garantizar que todos los NNA tengan acceso a los recursos necesarios para su pleno desarrollo, en especial aquellos de las comunidades más desfavorecidas.
De manera general, se han establecido políticas para el bienestar e inclusión social según edades, así:
1. Primera infancia (0-5 años):
- Atención integral: se requiere una atención prioritaria en esta etapa, que incluya nutrición adecuada, estimulación temprana, protección y cuidados; esto es crucial para el desarrollo y bienestar de los niños.
- Acceso a salud y educación: se promueve la universalización de servicios de salud y educación de calidad, así como sistemas de protección social que incluyan transferencias monetarias y políticas de cuidado.
Figura 3. Proyecciones de los números de personas desnutridas, que indican que el mundo está lejos de alcanzar el hambre cero para 2030. Tomada de: FAO [Internet]. FAOSTAT: Suite of Food Security Indicators. 2024 [acceso el 24 de julio de 2024]. Disponible en: https:// openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/1c940464-8571-474b-b028-4ddcb385ac48/ content/state-food-security-and-nutrition-2024/ending-hunger-food-security.html#gsc.tab=0
América Latina y el Caribe
Perspectivas actuales Proyecciones antes de la pandemia por COVID-19
2. Infancia (6-12 años):
- Continuidad en la educación: se enfatiza la importancia de garantizar el acceso a una educación de calidad, que no solo se limite a la enseñanza formal, sino que
también incluya programas de apoyo y desarrollo integral.
- Programas de protección: se deben implementar políticas que protejan a los niños de situaciones de vulnerabilidad,
Tabla 1. Tasas de subalimentación, retraso en el crecimiento y sobrepeso en niños menores de 5 años
País
Tomada de: FAO [Internet]. FAOSTAT: Suite of Food Security Indicators. 2024 [acceso el 24 de julio de 2024]. Disponible en: https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/1c940464-8571-474b-b028-4ddcb385ac48/content/statefood-security-and-nutrition-2024/ending-hunger-food-security.html#gsc.tab=0
asegurando su derecho a un entorno seguro y libre de violencia.
3. Adolescencia (13- 17 años, 11 meses y 29 días):
- Inclusión social y oportunidades: las políticas deben enfocarse en la inclusión social de los adolescentes, promoviendo su participación en la sociedad y garantizando el acceso a oportunidades educativas y laborales.
- Salud y bienestar: es fundamental asegurar el acceso a servicios de salud que aborden las necesidades específicas de los adolescentes, incluyendo salud mental y la prevención de riesgos.
A medida que disminuye la cantidad de niños y adolescentes, los gobiernos enfrentan la necesidad de ajustar sus políticas públicas para responder a una población infantil en menor cantidad, pero con nuevas necesidades y desafíos.
Reducción de la demanda en servicios educativos y de salud infantil
Con menos niños naciendo cada año, la demanda de infraestructura educativa, como escuelas y personal docente y de servicios de salud pediátricos, tiende a disminuir. Sin embargo, esto no implica una reducción de la inversión, sino una reorientación hacia la mejora de la calidad de estos servicios, aprovechando la menor presión en el sistema para garantizar una mejor cobertura y atención.
• Políticas educativas : se puede priorizar la inversión en mejorar la calidad de la educación, reducir la desigualdad educativa (especialmente en áreas rurales y entre grupos étnicos) y enfocarse en programas que desarrollen habilidades técnicas y tecnológicas, dado que las futuras generaciones más pequeñas deberán ser más
capacitadas para una economía cada vez más competitiva.
• Salud : El enfoque puede cambiar de la cantidad de cobertura a la calidad de los servicios, con mayor énfasis en el desarrollo integral infantil, la salud mental y la atención a la nutrición.
Envejecimiento de la población y el cambio en las prioridades sociales
A medida que la población envejece, los gobiernos tendrán que redistribuir los recursos hacia la atención de los adultos mayores, lo que podría reducir la asignación de fondos destinados a políticas específicas de infancia. Esto puede generar un riesgo de menor atención a la niñez, especialmente en poblaciones vulnerables como las comunidades indígenas y afrodescendientes, que históricamente han enfrentado mayores barreras de acceso a servicios básicos.
Necesidad de mejorar la equidad y la inclusión
A medida que la población infantil disminuye, existe una mayor oportunidad para concentrarse en cerrar las brechas de inequidad. Grupos como los niños indígenas, afrodescendientes y aquellos en zonas rurales han sido históricamente marginados en términos de acceso a salud y educación de calidad. Con menos niños en total, las políticas de infancia pueden enfocarse más en estos grupos marginados para garantizar una distribución más equitativa de los recursos.
Cambio en las dinámicas familiares
La postergación de la maternidad y la disminución de las tasas de fecundidad a menudo están asociadas con una mayor inversión de las familias en cada niño. Esto implica un mayor gasto per cápita en la educación y el bienestar de los niños, lo que puede ser visto como una oportunidad para que los gobiernos promuevan políticas que fomenten un desarrollo
más holístico y completo, enfocándose en las necesidades emocionales, sociales y psicológicas de los NNA.
Desafíos para el desarrollo económico a largo plazo
Una población infantil más pequeña, combinada con un rápido envejecimiento, podría reducir la fuerza laboral futura, lo que plantea desafíos para el desarrollo económico de los países de la región. Las políticas de infancia podrían enfocarse en preparar a las futuras generaciones para ser altamente productivas a través de la educación en habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), así como en fomentar la innovación y el emprendimiento entre los jóvenes.
Reorientación de los sistemas de protección social
Con menos niños, los sistemas de protección social podrían reorientarse para enfocarse en grupos vulnerables, garantizando que ningún niño quede atrás. Los programas de transferencias condicionadas de efectivo, como Bolsa Familia en Brasil o Prospera en México, podrían adaptarse para ofrecer un apoyo más focalizado, mejorando las condiciones de vida de los niños más vulnerables en lugar de aplicar políticas generalizadas.
En la agenda de ODS para el 2030 se destaca la importancia de analizar las realidades de NNA en ítems como vida libre de violencia, pobreza, malnutrición, servicios de salud, calidad de educación, igualdad de género, agua y saneamiento, acceso a trabajo decente y erradicación de explotación laboral infantil, reducción de desigualdades y entorno seguro.
Los ODS que están directamente relacionados con la salud infantil y la práctica pediátrica son:
1. ODS 2: Hambre Cero. Este objetivo está centrado en acabar con el hambre, lograr la
seguridad alimentaria y mejorar la nutrición, lo que es fundamental para el bienestar infantil. La malnutrición es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en niños, especialmente en los primeros años de vida. La nutrición adecuada y el acceso a alimentos saludables son esenciales para un desarrollo infantil adecuado.
2. ODS 3: salud y bienestar. Este objetivo aborda la salud en general, pero tiene metas específicas relacionadas con la salud infantil, como reducir la mortalidad infantil y mejorar el acceso a servicios de salud. En particular, se busca reducir las muertes prevenibles de niños menores de 5 años, mejorar la salud materna y garantizar el acceso a servicios de salud esenciales, que incluyen la vacunación, el acceso a medicamentos y atención pediátrica de calidad.
3. ODS 4: educación de calidad. La educación de calidad también tiene un impacto en la salud infantil. Los niños que crecen en entornos educativos de calidad tienen más oportunidades de tener una mejor salud a lo largo de su vida, ya que la educación promueve el bienestar general y permite el acceso a información sobre salud preventiva, higiene, nutrición, y más.
4. ODS 5: igualdad de género. La igualdad de género afecta directamente la salud de las niñas. La reducción de la discriminación y la violencia de género mejora el acceso de las niñas a la educación y la atención sanitaria, lo que repercute positivamente en su salud física y mental.
5. ODS 6: agua limpia y saneamiento. El acceso a agua potable y saneamiento adecuado es fundamental para la salud infantil. La falta de estos recursos básicos contribuye a enfermedades diarreicas, desnutrición y otras condiciones que afectan principalmente a los niños más vulnerables.
6. ODS 10: reducción de las desigualdades. Este objetivo se centra en reducir las desigualdades dentro y entre los países, y tiene un gran impacto en la salud infantil. Las desigualdades económicas y sociales afectan
el acceso a servicios de salud de calidad para los niños, especialmente en comunidades rurales e indígenas.
RETOS DE SALUD GLOBAL PEDIÁTRICA
Los NNA en América Latina enfrentan contextos diversos y complejos, marcados por profundas desigualdades sociales, económicas y territoriales que afectan el acceso a servicios de salud, educación y bienestar.
Las principales barreras a la salud que enfrentan los NNA en los países de ingresos bajos y medianos contribuyen a una significativa morbilidad y mortalidad infantil. Estas barreras incluyen:
• Acceso limitado a servicios de salud de calidad, lo que puede resultar en diagnósticos tardíos y tratamientos inadecuados.
• Factores socioeconómicos, como la pobreza, que afectan la capacidad de las familias para acceder a atención médica.
• Desigualdades en la distribución de recursos de salud, lo que significa que algunas comunidades pueden carecer de instalaciones adecuadas o personal capacitado.
• Problemas relacionados con la nutrición y el acceso a agua potable, que son fundamentales para el desarrollo infantil y la prevención de enfermedades.
• La falta de políticas efectivas que aborden las necesidades específicas de salud infantil y que promuevan la equidad en el acceso a la atención médica.
Algunos de los temas de salud global y pediatría son los siguientes:
Impacto del cambio climático en la salud infantil
El cambio climático está afectando de manera creciente a la salud infantil en América Latina, con un aumento en la exposición a eventos climáticos extremos como huracanes, inundaciones, olas
de calor y sequías. Estos fenómenos incrementan el riesgo de desnutrición, enfermedades respiratorias, diarreicas y malaria, entre otras. Los pediatras pueden intervenir a través de:
• Educación sobre resiliencia climática en las comunidades vulnerables.
• Abogacía para políticas públicas que mitiguen los impactos del cambio climático en la salud infantil.
• Fortalecimiento de las redes de atención en emergencias climáticas.
Salud mental en NNA
El estrés social, la violencia, las migraciones y la pobreza tienen efectos profundos en la salud mental de NNA en América Latina. La ansiedad, depresión y el suicidio juvenil son problemas crecientes, y la pandemia de COVID19 exacerbó estas condiciones. Los pediatras pueden innovar en:
• Desarrollo de programas de intervención temprana para salud mental en las escuelas.
• Incorporación de la salud mental como un componente integral en los servicios de atención primaria.
• Capacitación de padres, maestros y profesionales de la salud en la detección y apoyo emocional a niños y adolescentes.
Salud de NNA migrantes
En América Latina, la migración forzada es un fenómeno relevante, con niños migrantes que enfrentan riesgos graves para su salud. Estas poblaciones suelen sufrir desnutrición, falta de acceso a vacunas, traumas emocionales y exposición a violencia y explotación. Los pediatras deben:
• Desarrollar estrategias para la atención integral de la salud física y mental de niños migrantes.
• Coordinar políticas transnacionales para proteger los derechos de los niños migrantes y refugiados.
• Abogar por protocolos sanitarios que garanticen la atención de estos niños en situación de vulnerabilidad.
Enfermedades no transmisibles en NNA
El aumento de enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2, la obesidad y la hipertensión es un desafío creciente en América Latina. Esto se debe a cambios en los patrones de consumo, la urbanización y el sedentarismo. Los pediatras sociales deben:
• Promover programas de prevención centrados en estilos de vida saludables desde la infancia, como la alimentación adecuada y la actividad física.
• Colaborar en políticas públicas que regulen el acceso a alimentos ultraprocesados y la publicidad dirigida a niños.
• Implementar programas de educación nutricional en las escuelas y comunidades.
Desigualdades en el acceso a la atención sanitaria
Las desigualdades entre áreas urbanas y rurales, así como las brechas en el acceso a la salud entre grupos étnicos, siguen siendo un problema crítico en América Latina. Las comunidades indígenas y afrodescendientes, en particular, enfrentan barreras significativas en términos de atención médica y servicios de calidad. Los pediatras pueden intervenir:
• A través de políticas de salud intercultural que respeten las tradiciones y conocimientos locales.
• Facilitando la capacitación de personal médico en áreas rurales y mejorando el acceso a servicios básicos.
• Asegurando la equidad en el acceso a servicios pediátricos y mejorando la cobertura de vacunación y tratamientos preventivos.
Vacunación y enfermedades emergentes
A pesar de los avances en las campañas de vacunación, las coberturas vacunales en varios países de América Latina han disminuido, en parte debido a la desinformación y las barreras logísticas. Además, la región enfrenta riesgos de enfermedades emergentes como el dengue, el zika y el chikungunya. Los pediatras deben:
• Trabajar en campañas de educación pública para mejorar la confianza en las vacunas.
• Desarrollar estrategias para llegar a áreas remotas y aumentar las tasas de vacunación.
• Mantener una vigilancia activa sobre enfermedades emergentes y participar en estrategias de respuesta rápida.
Uso de tecnología y telemedicina en la atención pediátrica
La pandemia aceleró el uso de la telemedicina, que ha demostrado ser útil para mejorar el acceso a la atención en áreas rurales o donde los sistemas de salud están saturados. En América Latina, el acceso a servicios médicos a través de la telemedicina puede:
• Facilitar el seguimiento de enfermedades crónicas en niños.
• Mejorar la educación de los cuidadores en temas de salud.
• Ampliar la atención médica a comunidades desatendidas, promoviendo la equidad.
Violencia y abuso infantil
América Latina sigue enfrentando altos niveles de violencia y abuso infantil, tanto en los hogares como en las escuelas. Esto incluye abuso físico, emocional, sexual y el impacto
del crimen organizado. Los pediatras pueden desempeñar un papel clave en:
• Desarrollar programas de protección y prevención para niños en riesgo.
• Colaborar con las autoridades locales en la implementación de protocolos de intervención ante el abuso infantil.
• Promover espacios seguros y programas de apoyo para niños víctimas de violencia.
RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS
DE LA ACADEMIA AMERICANA DE PEDIATRÍA PARA LOS
PEDIATRAS EN SALUD GLOBAL
La Academia Americana de Pediatría (AAP) sugiere varias recomendaciones para que los pediatras se involucren en la salud global. Estas incluyen:
• Proporcionar educación continua en salud global a pediatras y residentes, abordando temas como la carga global de enfermedades, salud de inmigrantes y refugiados, determinantes sociales de la salud y consideraciones éticas en misiones médicas internacionales.
• Reconocer las diferencias significativas en el acceso y la calidad de la atención médica para niños en todo el mundo y examinar cómo diferentes modelos de atención afectan los resultados de salud.
• Antes de participar en viajes cortos o aceptar posiciones a largo plazo en el extranjero, los pediatras deben informarse sobre las mejores prácticas, incluyendo la preparación previa al viaje, la coordinación con socios locales y la sensibilidad cultural.
• Abogar por políticas gubernamentales que apoyen la salud infantil global, como el acceso a educación y medicamentos esenciales, y la prevención del abuso infantil.
El rol de los pediatras de América Latina en la salud global es multifacético y esencial para
mejorar la salud y el bienestar de los niños en todo el mundo. En la Tabla 2 se detalla un resumen de algunas de las funciones clave que pueden desempeñar.
En resumen, los pediatras juegan un papel crucial en la salud global al proporcionar atención médica, educar a otros, realizar investigaciones, abogar por políticas efectivas y colaborar con socios internacionales para mejorar la salud de los niños en todo el mundo.
CONSIDERACIONES FINALES
Los retos de salud global pediátrica en América Latina son complejos y requieren un
enfoque multidisciplinario que aborde las causas profundas de la vulnerabilidad infantil. La integración de políticas públicas que promuevan el bienestar infantil y protejan a las comunidades más vulnerables y mitiguen los efectos del cambio climático, la migración y la pobreza es esencial para mejorar la salud de las futuras generaciones. La región necesita un compromiso renovado para proteger los derechos de los niños, promoviendo una salud inclusiva, accesible y equitativa.
“La infancia, después de todo, es la primera moneda preciosa que la pobreza roba a un niño”
Anthony Horowitz
Atención directa
Educación y capacitación
Investigación
Abogacía
Colaboración internacional
Innovación recíproca
Proveer atención clínica a NNA vulnerables, incluyendo migrantes y comunidades necesitadas. Participar en misiones internacionales.
Formar a otros médicos y profesionales en salud global, incluyendo manejo de diversidad cultural y atención a inmigrantes y refugiados.
Abordar problemas emergentes mediante investigaciones sobre determinantes sociales de salud y tecnologías de bajo costo.
Promover políticas para acceso a vacunas, medicamentos y atención de calidad. Trabajar por los ODS enfocados en la salud infantil.
Participar en iniciativas conjuntas con socios globales, compartir recursos y conocimientos, y utilizar telemedicina.
Aplicar en el propio país estrategias y aprendizajes adquiridos en experiencias internacionales.
Adaptada de: Suchdev PS, et al. Pediatrics. 2018;142(6):e20182997.
Mejora inmediata en la salud infantil de poblaciones marginadas.
Aumenta las competencias de los equipos médicos en entornos desafiantes.
Generación de evidencia para intervenciones más efectivas y escalables.
Impulsa cambios sistémicos y sostenibles en salud infantil a nivel global.
Mejora el alcance y la eficacia de las intervenciones en diferentes contextos.
Mejora de sistemas de salud locales mediante integración de buenas prácticas globales.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Asamblea General de la ONU. Convención sobre los Derechos del Niño. United Nations, Treaty Series; 1989;1577:3 [acceso el 7 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://www.refworld.org/es/leg/trat/ agonu/1989/es/18815
2. Bhutta ZA, Keenan WJ, Bennett S, Rasanathan K. Paediatricians and the Sustainable Development Goals. Lancet Child Adolesc Health. 2019;3(4):213-14. doi: 10.1016/S2352-4642(19)30063-6.
3. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La pobreza en la niñez y la adolescencia en América Latina y el Caribe durante la pandemia. Santiago: CEPAL; 2021. Disponible en: https://www. cepal.org/es/publicaciones/47412
4. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Infancia y desigualdad habitacional urbana en América Latina y el Caribe. Santiago: CEPAL; 2022. Disponible en: https://www.unicef.org/lac/sites/ unicef.org.lac/files/2019-10/PDF%20Infancia%20y%20 desigualdad%20habitacional%20urbana.pdf
5. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); CELADE-División de Población de la CEPAL; Naciones Unidas. World Population Prospects, 2024. Naciones Unidas; 2024. Disponible en: https://population.un.org/wpp/
6. FAO. FAOSTAT: Suite of Food Security Indicators. Roma: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura; 2024 [acceso el 24 de julio de 2024]. Disponible en: https://www.fao.org/ faostat/en/#data/FS
7. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Informe Anual de UNICEF 2023. Nueva York: UNICEF; 2024.
8. Naciones Unidas. Perspectivas de población mundial 2024. Naciones Unidas; 2024.
9. Naciones Unidas. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3). Santiago: Naciones Unidas; 2018.
10. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Más allá de los números: poner fin a la violencia y el acoso en el ámbito escolar. París: UNESCO; 2021.
11. Suchdev PS, Howard CR; SECTION ON INTERNATIONAL CHILD HEALTH. The Role of Pediatricians in Global Health. Pediatrics. 2018;142(6):e20182997. doi: 10.1542/peds.2018-2997
12. UNICEF. Niños y niñas en América Latina y el Caribe Panorama 2020. Nueva York: UNICEF; 2020.