Revista Acción Humanitaria

Page 1

1



Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotรก (2018). Jornada de Atenciรณn humanitaria.


Revista Acción Humanitaria Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (CRCSCB)

Presidente: Gabriel Camero Ramos Director Ejecutivo: Ronald Prado de la Guardia Junta Directiva: Santiago Barragán Fonseca Emmanuel Antonio Cáceres de Kerchove de Denterghem Omar Ferreira Rey Nancy Edelmira Delgado Romero Truddy Martínez de Ruiz Maria Clara Jaramillo Jaramillo Fabiola Sojet John Jairo Bedoya Parra Jorge David Páez Monroy Laura Bernal Aljure

Editora: Mireya Gutiérrez Robayo. Psicóloga (Universidad Católica de Colombia). Especialista en Salud Ocupacional (Universidad Nacional de Colombia) y Magíster en Psicología (Universidad Nacional de Colombia). Coordinadora de Gestión del Conocimiento CRCSCB. Revisión de estilo: Carolina Sepúlveda Jiménez Diagramación: Área de Comunicaciones Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

Información Técnica Revista: Depósito legal. Número. I, octubre 2019. Periodicidad semestral. ISSN versión impresa: 2665-458X ISSN: 2665-6930 (En línea) Versión electrónica en: www.cruzrojabogota.org.co Contacto revista: mireya.gutierrez@cruzrojabogota.org,co


Comité Editorial: Gabriel Camero Ramos. Médico (Fundación Universitaria Juan N. Corpas). Especialista en Epidemiología (Fundación Universitaria Juan N. Corpas). Especialista en Estadística (Fundación Universitaria Los Libertadores). Especialista en Salud Familiar (Fundación Universitaria Juan N. Corpas). Magíster en Educación en Salud (Universidad de La Sabana). Presidente CRCSCB. Fabián Cárdenas Vega. Historiador (Pontificia Universidad Javeriana). MBA en Dirección Empresarial (Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario). Coordinador de Planeación y Estrategia CRSSCB. Omar Augusto Ferreira Rey. Abogado (Universidad Externado de Colombia). Especialista en Derecho Administrativo (Universidad Externado de Colombia). Magíster en Derecho Económico Europeo (Universidad Católica de Lovaina, Bélgica). Doctor en Derecho (Universidad Externado de Colombia). Director firma Ferreira y Asociados. Andrés Sarmiento Andrade. Politólogo (Universidad Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario). Candidato a Magíster en Políticas Públicas (Universidad del Valle). Jefe de Comunicaciones y Mercadeo CRCSCB. Comité Científico: Francisco José Sarmiento Sánchez. Médico (Universidad Militar Nueva Granada). Especialista en Epidemiología (Universidad El Bosque). Magíster en Salud Pública (Universidad Hebrea de Jerusalén). Magíster en Medicina de los Desastres (Universidad Piedemonte Oriental, Italia). Candidato a Doctor en Ciencia y Administración de Desastres (Universidad de Delaware, USA). Ronald Prado Guardia. Médico (Universidad Pontificia Bolivariana). Especialista en Psiquiatría (Fundación Universitaria Juan N. Corpas). Especialista en Gerencia de Salud (Universidad Cooperativa de Colombia). Director Ejecutivo CRCSCB. Mauricio Alejandro Castro Rivera. Médico (Universidad Nacional de Colombia). Jefe de Gestión Clínica y Mejoramiento CRCSCB. Joan Adrián Salcedo Miranda. Administrador de Empresas (Universidad de Pamplona). Especialista en Alta Gerencia (Universidad de Pamplona). Especialista en Gestión Pública (Escuela Superior de Administración Pública, ESAP). Magíster en Gestión Humana y Desarrollo Organizacional (Universidad Externado de Colombia). Director Educación CRCSCB. María Clara Jaramillo Jaramillo. Abogada (Pontificia Universidad Javeriana). Magíster en Leyes (Georgetown University). Magíster en Artes (University of North Carolina). Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Berna). Directora programa de Derecho (Pontificia Universidad Javeriana). José Leonardo León Núñez. Médico (Universidad de los Andes). Especialista en Epidemiología (Universidad de los Andes). Magíster en Estudios de Población (Universidad Externado de Colombia). Enrique Rentería Arriaga. Biólogo (Universidad de Antioquia). Magíster en Sistemática Botánica (Universidad Nacional de Colombia). Docente Investigador de las universidades UIS de Santander, Antioquia y Tecnológica del Chocó. Premio Nacional de Ciencias (1981). Participó en la Ley de creación del Ministerio del Medio Ambiente y la Ley del Biólogo. Creador de la Asociación de Biólogos Colombianos (ABC). Pionero de la Fundación Selva-Chocó. Designado como uno de los 30 líderes más importantes de Colombia (Revista Semana, Movistar y la Fundación Liderazgo y Democracia, 2014).



NOTA EDITORIAL Nos complace totalmente presentar el primer número de la Revista Acción Humanitaria de la Cruz Roja Colombiana seccional Cundinamarca y Bogotá, fruto de la apuesta en la construcción del conocimiento en los campos de la asistencia humanitaria, las emergencias, los desastres, las crisis humanitarias y otras vulnerabilidades sociales atendidas por nuestra seccional. Nuestra revista, es un espacio donde todas las entidades de ayuda humanitaria y respuesta pueden compartir sus conocimientos y experiencias con fines de difusión educativa en campos temáticos relacionados con el voluntariado, la acción humanitaria, la gestión del riesgo, la atención de emergencias y desastres, la salud prehospitalaria y de urgencias, la salud mental, la educación, fundraising, alianzas y cooperación internacional, donaciones, comunicaciones, derechos humanos, y derecho internacional humanitario. Generar y difundir conocimiento permite el fortalecimiento de nuestra misión como Movimiento Internacional de la Cruz Roja: salvar vidas, prevenir y aliviar el sufrimiento humano, y el de la misión de todas las organizaciones que promueven la acción humanitaria en el mundo. El compartir técnico de las experiencias de atención, las lecciones aprendidas, los avances teóricos y prácticos permite la construcción del conocimiento en el contexto humanitario y con base en este, la mejora de las acciones desplegadas con personas y comunidades que lo necesitan. De esta manera, los principios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se reflejan en cada una de nuestras acciones: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad, principios que caracterizan en general la acción humanitaria y posibilitan la movilización de un conocimiento libre de intereses para la construcción colectiva del mismo. Los contenidos de esta revista podrán ser artículos de investigación, artículos de reflexión, artículos de revisión documental, reportes de campo y de caso, basados en enfoques cualitativos, cuantitativos, mixtos o epidemiológicos que promuevan conocimientos con calidad metodológica. Este primer número de la Revista Acción Humanitaria presenta diez artículos, tres de ellos relacionados con el fenómeno de los flujos mixtos migratorios procedentes de Venezuela, siendo una de las situaciones sociales actuales más sentidas, la cual requiere de un despliegue de acciones urgentes y coordinadas entre entidades con el fin de mitigar el impacto adverso sobre la población migrante y receptora. También, se presentan otros temas de interés como la atención desarrollada para la población víctima del conflicto armado producto de la experiencia de 10 años en la institución; la gestión del riesgo a nivel comunitario como estrategia de prevención de daños por emergencias y desastres; la amenaza de tsunami en el pacifico colombiano, la cual demanda acciones prontas de gestión del riesgo; se presenta la respuesta de las entidades a nivel internacional en la emergencia generada por ciclón en Mozambique; se destaca también, en uno de los artículos la importancia de las comunicaciones en las emergencias; y en otro, la educación como herramienta transformadora en un modelo de desarrollo mundial; y finalmente se cierra esta edición con la presentación de la estrategia de apoyo psicosocial con caninos de la CRCSCB, como una herramienta válida dentro de las intervenciones psicosociales. Esperamos que esta producción educativa sea de interés y aporte para el conocimiento, la comprensión y el accionar de miles de personas que trabajan en estos ámbitos del saber y para personas que se interesan por estos temas desde sus contextos académicos, profesionales y/o personales. Para finalizar, agradezco a todos aquellos que hicieron posible este proyecto, a la Junta Directiva de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá, a su editora, al equipo de comunicaciones, los comités editorial y académico, a cada uno de los autores y pares evaluadores por su importante participación. Gabriel Camero Ramos Presidente Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá



TABLA DE CONTENIDO

10

El Estado colombiano: entre el Pacto Mundial para la Migración y el agravamiento de la situación humanitaria de los migrantes venezolanos en sus zonas de frontera Gabriel Camero Ramos

16

Los genes de la migración Leo Felipe Campos

20

Caracterización de la situación de venezolanos migrantes en Soacha y Tenjo, Cundinamarca Gabriel Camero Ramos, Juber Orlando Gutiérrez Villareal y Mireya Gutiérrez Robayo

29

Modelo de atención “Casa Volver” para víctimas del conflicto armado (2008 – 2018) Erika Cardona Patiño

38

Las comunidades y su preparación en la gestión del riesgo de desastres Luz Adriana Pineda Ruiz

43

Tsunamis en el Pacífico colombiano, una amenaza para el país Erick Velasco

48

Respuesta humanitaria internacional a los ciclones Idai y Kenneth, y a las subsecuentes epidemias de cólera y malaria en Mozambique en 2019 Luis Hernando Aguilar Ramírez

54

La comunicación: una herramienta clave en la atención de emergencias Anderson Fabián González Tovar

60

Educar para transformar, retos frente a un modelo en crisis Julio Enrique Duarte García

65

Validación de la estrategia Apoyo Psicosocial con Caninos – APC de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. Mireya Gutiérrez Robayo, Nancy Delgado Romero, Juber Orlando Gutiérrez Villareal, Ronald Prado de la Guardia, Sandra Milena Páez Ávila, María Stella Daza Sánchez, Patricia Camacho González y Angie Delgado Galindo.


El Estado colombiano: entre el Pacto mundial para la Migración y el agravamiento de la situación humanitaria de los migrantes venezolanos en sus zonas de frontera Gabriel Camero Ramos1 Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá Resumen En el 2018 se aprobó el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, el cual representa una oportunidad que permite gestionar la migración a nivel local, nacional e internacional. La aplicación de este Pacto puede considerarse pertinente en la respuesta del Estado colombiano ante el incremento de la migración venezolana, para el cual el Estado colombiano no estaba preparado. Palabras clave: Pacto Mundial, migración, migración venezolana Abstract In 2018, the Global compact for safe, orderly and regular migration was published, representing an opportunity to manage migration at the local, national and international levels. In Colombia, there is an increase in Venezuelan migration due to the generalized crisis that occurs there, which made it evident that the Colombian State is not prepared, thus, the implementation of the Global compact may be relevant in response to this humanitarian emergency. Key words: Global Compact for Migration, venezuelan migration

En tal instrumento normativo se reconoce que el mismo no posee un carácter jurídicamente vinculante; pero, al mismo tiempo, se exhorta a la cooperación internacional sobre la migración en todas las escenas pertinentes, puesto que se entiende que ningún Estado puede abordar la cuestión migratoria en solitario. También, en el preámbulo del Pacto se deja constancia, en partes iguales, tanto del respeto por la soberanía de los Estados como de sus obligaciones en virtud del derecho internacional (ONU, 2018). Mientras esto sucedía, Colombia cerraba un año, el 2018, en el que la migración venezolana a través de sus zonas de frontera se incrementó y, por ende, se hizo más difícil de asimilar socialmente. Además del mayor

número de venezolanos que llegaron al país, se corroboró que los migrantes que atraviesan a pie los múltiples pasos fronterizos son aquellos que más carencias materiales padecen, a partir de la crisis generalizada del vecino país. Esta situación ha obligado a muchos de ellos a realizar gigantescas caminatas bajo la inclemencia del clima y a merced de los peligros y el hambre. Se trata de una problemática que, fundamentalmente, tiene lugar en territorio colombiano (Zamudio, 2018). Las dos realidades descritas forman la materia fundante de la moneda con que el Estado colombiano se ha venido debatiendo: la inercia intermitente frente al flujo migratorio venezolano –ese sí constante–, en una de sus caras, y la presupuestalmente costosa acción directa a favor de tales migrantes, en la otra.

1. Médico Epidemiólogo de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Especialista en Estadística de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Magíster en Educación en Salud de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Presidente de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

10


No obstante, mientras la parálisis colombiana persiste, la agudización de las dificultades sociales, económicas y políticas en Venezuela ha producido que los ciudadanos de aquel país que ingresan a Colombia, con ánimo de permanencia o en tránsito, lo hagan sin haber contado con las más básicas garantías para la satisfacción de sus derechos humanos, como lo señalaba anteriormente. Esta destrucción del tejido social venezolano tiende a repercutir en Colombia. Así, viene a ser más o menos previsible que si Colombia persiste en su postura algo indefinida frente a las oleadas de migrantes venezolanos, que empobrecidos, abandonados, enfermos, con niños a su cargo, entran al país, las secuelas en términos humanos, dentro de las fronteras nacionales, no tardarán en ser catastróficas. En este contexto apremiante, aunque soslayado con sutileza, ¿podría afirmarse que el notorio agravamiento de la situación humanitaria de los migrantes venezolanos en Colombia, especialmente en las zonas de frontera, fuerza al Estado colombiano a hacer internamente vinculante el Pacto Mundial para la Migración? La respuesta a la pregunta anterior posee dos fundamentos: uno puramente pragmático y otro más bien moral. El primero atañe al potencial incremento en la factibilidad, por parte del Estado colombiano, de realizar acciones estrictamente humanitarias a favor de la población migrante en mención, a través de los efectos de la cooperación internacional. Y, el segundo, que bien podría ser una derivación natural del anterior, guarda relación con la Constitución de Colombia como una autoridad reconocida en el tema de las migraciones. De esta manera, se daría el esperable apoyo político (no necesariamente vinculado a la cooperación internacional) que el Estado colombiano estaría en capacidad de merecer, multilateralmente, como Estado

históricamente emisor de migrantes y como receptor de los mismos. El Pacto Mundial para la Migración tiene la facultad, tanto a nivel del derecho internacional como del derecho interno, de fortalecer al Estado colombiano acerca de las materias de la migración en general, si este decidiere hacerlo jurídicamente vinculante en su territorio. Así, ello no solo favorecería su posición como receptor de ayudas humanitarias por parte de diferentes Estados y organizaciones internacionales, sino que, al hacerlo, estaría siendo consecuente con su realidad histórica, en tanto país con buena parte de su población todavía en situación de migración y, por tal razón, institucionalmente conocedor de dicha encrucijada interestatal. Colombia ha sido tradicionalmente un país de emigración. Así, hacia 2012 la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) consideraba a Colombia, en su informe “Panorama migratorio de América del Sur 2012” (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2012), como el país con mayor cantidad de emigrantes en Suramérica. Esta no puede considerarse una cuestión menor en un subcontinente en el que, hacia 2017, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pudo determinar que el porcentaje de pobreza era de 30.2 % (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2018), puesto que este hecho socioeconómico es un claro determinante de la emigración. Hay que recordar, además, lo que a no pocos podría parecer obvio: el conflicto armado, la violencia y la falta de oportunidades para obtener la igualdad, entre otras, son realidades adicionales que han impulsado a los colombianos a emigrar en masa durante al menos las últimas cuatro décadas.

11


Sin embargo, lo más importante del anterior análisis estriba en la inevitable aceptación de que el Estado colombiano, como se ha presumido, no solo no está preparado para recibir migrantes debidamente, sino que es muy probable que no lo vaya a estar todavía en el futuro cercano, ya que existe el riesgo de que en todos los niveles sociales se perciba a los extranjeros que vienen a Colombia forzadamente como un elemento adicional de empobrecimiento nacional (Giraldo, 2019). Acaso tales son las consecuencias de haber vivido, como país, durante décadas, una circunstancia de aislamiento internacional que, con muy pocas excepciones, era común a todo el territorio nacional, incluidas las zonas de frontera terrestre o marítima. En este entendido, deviene más o menos notorio que, ante el problema de la migración venezolana actual, el Estado colombiano ha demostrado no estar en condiciones de admitir que el contexto fronterizo obliga a Colombia a tomar medidas de fondo, más allá de las paliativas que se han venido adoptando. Realmente, en concordancia con esta idea, se ha generado la impresión, relativamente fundada, de que la República de Colombia está a la expectativa de que la comunidad internacional intervenga efectivamente en esta problemática a través de la provisión de recursos económicos (ONU, 2018). Si resultan ser ciertas estas presunciones, es dable afirmar que la solución definitiva a la cuestión migratoria venezolana está aún lejos de ser resuelta dentro de las fronteras colombianas. Asimismo, cabe contemplar la posibilidad de que la escasa reacción estatal colombiana a lo que sucede al interior de su territorio, con relación a la presencia de migrantes venezolanos, se pueda convertir, andando el tiempo, en un asunto de mayores proporciones humanitarias que incluso pudiere empeorar la vida comunitaria de la propia población nacional.

12

Paralelamente, y debido a la tensa situación política que nuestro país mantiene con la República Bolivariana de Venezuela, existe, por parte de determinadas voces autorizadas, la equivocada tendencia a considerar a los migrantes provenientes de ese país como refugiados, y no como migrantes (“La cifra de personas refugiadas y migrantes venezolanas alcanza los 3 millones”, 2018). En efecto, el estatuto de refugiado implica, en el contexto del derecho internacional, una situación mucho más gravosa para las personas en cuestión que aquella que, en el mismo sentido, se tiene prevista para el estatuto de migrante. Así, mal haría el Ejecutivo nacional, o los locales, en confundir una situación como la venezolana, de evidente migración, con una de refugiados. Se puede conceptualizar, a grandes rasgos, que en el primer caso, como el que nos ocupa, las personas van a otros países buscando incrementar su bienestar económico o social; mientras que en el segundo evento, los ciudadanos de un país, merced de una persecución oficial en su contra, por ejemplo, se ven forzados a salir de las fronteras de ese Estado (Edwards, 2016). Este último escenario no parece ser el de Venezuela. Así, es factible considerar que el Estado colombiano debería abstenerse de clasificar a los migrantes venezolanos como refugiados, pues a la luz del derecho internacional ello no tiene bases suficientes (a excepción, quizás, de los desertores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana). Esta inclinación tiene sustento para quienes, tal vez por razones políticas, responsabilizan al Gobierno venezolano de la crisis humanitaria en ese país o para aquellos que creen que el Estado colombiano y su sociedad no tienen que ser los responsables de la difícil situación económica de sus vecinos, cuya asunción le representaría a Colombia disponer de recursos presupuestales con los que no cuenta.


Habida cuenta de lo precedente, y en un segundo momento argumentativo, corresponde detenernos en las razones de quienes se oponen al desarrollo legislativo en el derecho interno colombiano del Pacto Mundial para la Migración, para así hacerlo vinculante a todo el Estado. A tales posiciones convendría oponer los hechos palpables. Por ejemplo, en la frontera colombiana con Venezuela demarcada en el Municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, la 2 Cruz Roja Colombiana Seccional Norte de Santander, la Organización Internacional para las Migraciones y el Ejecutivo nacional han venido desarrollando acciones valiosas, aunque, por definición, transitorias, en relación con el bienestar humanitario de los migrantes venezolanos que cruzan el río Táchira 2. En la ejecución de tales tareas, que son de acogida, esencialmente, se ha podido comprobar que el cumplimiento del Pacto Mundial para la Migración es necesario para el Estado colombiano, de lo contrario se pierde de vista el largo plazo. Así, por ejemplo, se ha verificado la progresiva pauperización del migrante venezolano que ingresa a Colombia por el mencionado paso fronterizo nortesantandereano. En efecto, normalmente, tales personas disponen cada vez menos de pasaportes, pues el trámite relacionado se encuentra restringido en Venezuela; además, sus hijos no suelen contar con identificación fidedigna (frecuentemente, se exhiben documentos con los apellidos de sus abuelos que están en Venezuela y, por tanto, sus padres verdaderos no pueden demostrar el parentesco); también, es común que desconozcan su estatuto migratorio, lo que dificulta su permanencia en Colombia o su tránsito hacia el lugar de destino final.

Las anteriores son solo algunas de las incertidumbres que podrían empezar a enfrentarse con mayor rigurosidad en Colombia –antes de que las mismas conformen un conjunto de impedimentos sociales para el país– a través del otorgamiento de fuerza vinculante al Pacto Mundial para la Migración. Este acto de Estado le daría a Colombia, en cuanto sociedad históricamente emisora de migrantes, la posibilidad de constituirse internacionalmente en un Estado legitimado, tanto por sus acciones como por una posición política de respeto por el derecho internacional, y así liderar procesos migratorios que repercutan en la humanidad de quienes lo requieren; y, a la vez –acaso lo más importante–, lo fortalecería desde adentro, en cuanto Estado responsable con su población, a la que le evitaría gran parte de las dificultades inherentes a las variadas etapas de la recepción de migrantes. En relación con lo anterior, si se traza un paralelo entre las inseguridades identificadas en la migración de venezolanos en la zona fronteriza de Norte de Santander con lo prescrito en el objetivo 7, listado en los objetivos para la migración segura, ordenada y regular del Pacto Mundial para la Migración, se puede comprender, a grandes rasgos, lo que el Estado colombiano estaría en condiciones de lograr en las personas que nos ocupan. Tal objetivo 7 establece que los Estados deberán “Abordar y reducir las vulnerabilidades en la migración” (ONU, 2018). Entonces, los señalados problemas de los migrantes venezolanos en la zona de frontera colombiana en mención podrían empezar a ser tratados directamente en la legislación colombiana, conforme a lo prescrito en el Pacto Mundial para la Migración, como verdaderas vulnerabilidades, de las que sería viable conseguir su abordaje y reducción

2. En visita realizada el día 7 de noviembre de 2018 al Centro de Atención Transitoria al Migrante, en el Municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, se atestiguó en detalle la materialización de estas actividades.

13


mediante el aumento de la eficiencia en el engranaje de los componentes de la Administración. A pesar de la inicial dimensión de lo anterior, en apariencia apenas semántica, en verdad ello podría consistir un avance respecto de la cuestión migratoria venezolana en territorio colombiano. Tal progreso podría darse si concedemos que las políticas públicas nacen de una necesidad que la sociedad en su conjunto ha identificado plenamente y que, para cumplir con su finalidad, la ley es, ciertamente, un instrumento indispensable. En ese orden de ideas, es preciso agregar que una conclusión similar podría extraerse del espíritu de los otros 22 objetivos para la migración segura, ordenada y regular del Pacto Mundial para la Migración, en el entendido de que la reducción estatal de las vulnerabilidades de los migrantes en su territorio tiene que ver ineludiblemente con el establecimiento de políticas públicas que no solamente lo sean de gobierno, sino de Estado, para así asegurar su largo alcance en el tiempo y el desenvolvimiento integral de sus componentes humanitarios (Ciurlo, 2015). A través de lo expuesto he intentado demostrar que es posible, haciendo obligatorio el Pacto Mundial para la Migración en Colombia, alcanzar la normalización de una situación anormal para los colombianos, como lo es recibir migrantes en su territorio. Colombia podría acceder a los recursos internacionales dispuestos exclusivamente para tal fin, y adecuarse mejor a una situación ya intrínsecamente difícil (y que, de insistir en no hacerlo, podría consolidarse como una verdadera emergencia humanitaria), si escucha el llamado universal que se ha efectuado para que haya más Estados legalistas que participen en afrontar el fenómeno de la migración (puesto que el

14

Pacto Mundial para la Migración no contempla acciones para los refugiados, un derecho internacional que está más desarrollado independientemente). Por lo demás, las observaciones personales efectuadas aquí se han estructurado en nombre de los derechos humanos, que la Cruz Roja defiende y promueve en todo el planeta para todos los seres humanos por igual. Así, esta no se trata sino de una respetuosa reflexión para que la institucionalidad colombiana nos acompañe en la concepción de la migración venezolana en territorio colombiano como un dilema netamente humanitario y en ningún caso relacionado con factores adicionales. La Cruz Roja no solo es independiente, imparcial y neutral en este tipo de situaciones, conforme a sus principios fundamentales, sino también consecuente con las leyes internas de los países en los que hace presencia.

Referencias Alto Comisionado de las Naciones Unidas para losRefugiados (8 de noviembre del 2018). La cifra de personas refugiadas y migrantes venezolanas alcanza los 3 millones. Recuperado de: https://www.acnur.org/noticias/press/2018/11/5be443b54/la-cifra-de-personas-refugiadas-e-inmigrantes-venezolanas-alcanza-los-3.html Ciurlo. A. (2015). Nueva política migratoria colombiana: El actual enfoque de inmigración y emigración. Revista internacional de cooperación y desarrollo, 2 (2). 205242. Recuperado de: https://revistas.usb.edu.co/index. php/Cooperacion/article/viewFile/2276/1992 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2018). Panorama Social de América Latina. Santiago. Recuperado de: https://repositorio.cepal.org/bitstream/ handle/11362/44395/11/S1900051_es.pdf Edwards. A. (11 de julio del 2016). ¿’Refugiado’ o ‘Migrante’? ¿Cuál es el término correcto? ACNUR. Recuperado

de

https://www.acnur.org/noticias/

noticia/2016/7/5b9008e74/refugiado-o-migrante-cuales-el-termino-correcto.html


Giraldo-López, J. (4 de febrero del 2019). El impacto

Buenos Aires. Recuperado de: https://www.iom.int/files/

de la migración venezolana en el PIB colombiano

live/sites/iom/files/pbn/docs/Panorama_Migratorio_de_

sería de 0,3 %. La República. Recuperado de: https://

America_del_Sur_2012.pdf

www.larepublica.co/globoeconomia/el-impacto-de-lamigracion-venezolana-en-el-pib-colombiano-seria-de03-este-ano-2823647 Organización de las Naciones Unidas (2018). Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Recuperado

de:

https://refugeesmigrants.un.org/es/

pacto-sobre-migraci%C3%B3n

Plan humanitario de la ONU brindará a ayuda a migrantes venezolanos (14 de diciembre del 2018). El Espectador. Recuperado de: https://www.elespectador.com/noticias/ el-mundo/plan-humanitario-de-la-onu-brindara-ayudamigrantes-venezolanos-articulo-829159 Zamudio, A. (2 de septiembre del 2019). ¿Cómo responder a la crisis migratoria venezolana? El

Organización Internacional para las Migraciones

Espectador. Recuperado de: https://www.elespectador.

(2012). Panorama Migratorio de América del Sur 2012.

com/noticias/el-mundo/como-responder-la-crisismigratoria-venezolana-articulo-809

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019). Jornada de Atención humanitaria.

15


Los genes de la migración Leo Felipe Campos1 Resumen Las migraciones no son un fenómeno nuevo, hacen parte de la historia del hombre, en busca de mejores condiciones de vida; sin embargo, estos movimientos humanos conllevan consecuencias que no siempre son favorables, debido a que algunas de las situaciones son adversas y generan sufrimiento en las personas, además son un reto para los territorios de destino, especialmente cuando son de gran magnitud. En la actualidad, la cantidad de migraciones ha alcanzado una cifra record debido a la crisis en Venezuela, para lo cual Colombia y los demás países del continente deben preparar a sus ciudadanos para relacionarse buscando siempre alternativas de convivencia. Palabras clave: migración, humanidad Abstract Migrations are not a new phenomenon, they are part of the history of man, in search of better living conditions, however, these human movements have consequences that are not always favorable, due to some situations that are adverse and generate suffering in people, they are also a challenge for the territories of destination, especially when they are a great magnitude. Nowadays, the number of migrations has reached a record number due to the crisis in Venezuela, for which Colombia and the other countries of the continent must prepare their citizens to relate always looking for alternatives of coexistence. Key words: migration, humanity

Las oleadas migratorias no son un fenómeno reciente, todo lo contrario, existen registros que estiman las primeras hace unos 70.000 años, cuando el Homo sapiens se trasladó de África a Asia, veinte siglos más tarde viajaron desde Oriente Medio hasta Europa. Hace 34.000 años se desplazaron por Siberia y Alaska, luego por América del Norte, Centroamérica y América del Sur (constituyen antepasados de los paleoíndios modernos, como los pimas de Arizona; los mayas de México; y los yanomamis de Venezuela). Esto se sabe gracias a estudios de genética molecular realizados por equipos científicos que analizan el ADN mitocondrial (Wallace, 2003).

Se supone que todos los no africanos podemos rastrear un antepasado en las raíces más profundas de nuestro árbol genealógico. Más que una hipótesis, es una conclusión: superando obstáculos como el hielo, los desiertos, los océanos y las montañas, la geografía dio forma a la variación genómica. Así lo explica el artículo “A map of human wanderlust” (“Un mapa de la pasión humana por los viajes”) (Tucci & Akey, 2016) de la revista Nature, en el que se da cuenta de tres estudios fundamentales para comprender nuestro origen, allí se consiguen piezas pérdidas del rompecabezas de la historia humana.

1.Comunicador social de la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, Venezuela. Periodista, escritor, editor y guionista.

Reciente colaborador para el área de opinión de The New York Times en español. Autor de los libros de relatos Gancho al hígado, Sexo en mi pueblo y El famoso caso de las cartas de Lucas Meneses. Ha sido publicado en antologías de cuentos, poesía y crónicas periodísticas. En Venezuela fue fundador y editor de revistas culturales. Actualmente vive en Bogotá, donde trabaja a destajo como cronista y corrector de estilo.

16


La herencia migratoria revela hasta qué punto los desplazamientos masivos conformaron el mundo tal como lo conocemos hoy. Nuestra historia es, en buena medida, la de millones de personas caminando en busca de un lugar mejor para vivir. Y aunque no hagan alusión a lo mismo, puede ser, incluso, uno de los pocos aspectos en los que coinciden ciencia y religión: pensemos, por ejemplo, en la llamada Tierra Prometida, la región que según la Biblia hebrea fue prometida por Dios a Abraham y sus descendientes, a orillas del Éufrates. Peregrinamos. Nos movemos. Eso somos: gente que camina con sus pertrechos al hombro, gente que se preocupa por el futuro de su familia y por eso toma el impulso y se desplaza. Investigadores de la Universidad de Hawái, en Manoa, simularon las condiciones climáticas durante los últimos 125.000 años y predijeron cómo esos cambios habrían permitido a nuestros antepasados propagarse en todo el mundo hasta conquistar los cinco continentes. Para difundir esta información, se hizo un video que fue publicado en YouTube por Friedrich (2016). En poco más de un minuto que dura la grabación, se condensa una verdad irrebatible: si existimos hoy y si seguimos vivos es porque migramos.

Económicos y Sociales de la ONU (DAES) estima que en el 2015 había unos 244 millones de migrantes internacionales en el mundo. Para entender la dimensión, esto equivale a cinco veces la población total de Colombia. Si a la cifra anterior se le suma la migración interna por países, hablaríamos de un número muchísimo más alto. Y si se suman los que han salido en los últimos cuatro años: africanos hacia Europa, centroamericanos, sobre todo de Honduras, hacia Estados Unidos, o venezolanos hacia otros países de la región, es muy probable que también aumente en unos cuantos millones. Sin importar dónde hayan nacido, actualmente las personas luchan a diario por tener una vida con menos problemas. Eso ocurre siempre y en cualquier lugar. El trabajo estable con dignas ganancias es un privilegio de pocos en el planeta. Y si hoy representa un conflicto para el colombiano, al igual que la calidad de los servicios de agua, luz, transporte y salud, qué queda para un extranjero sin recursos. El sacrificio es constante, y no se va a detener.

Claro que no es solo por razones climáticas y medioambientales que nos hemos reubicado como especie en nuevos territorios; esta dispersión a lo largo de los últimos siglos ha tenido también causas políticas, económicas y sociales; guerras y conquistas de por medio. La humanidad ha sido todo menos estática.

Venezuela aporta el mayor número de migrantes en Colombia. Según datos recientes de Migración Colombia (2018): casi 1.300.000. Esto equivale a más o menos la población entera de departamentos como Boyacá, Magdalena o Norte de Santander. Es mucha gente, para decirlo en términos coloquiales. Pero ese “mucha gente” no tiene por qué ser, de forma necesaria, una lectura negativa.

Aunque la información no siempre es completa ni accesible, aunque la movilidad es incesante y sus tramas complejas, aunque las leyes varían de un país a otro, aunque son muchísimos los corredores migratorios y las irregularidades judiciales o administrativas a nivel mundial, el Departamento de Asuntos

Si hay varios países en el continente que supieron nutrirse de migraciones durante el siglo XX para integrarlas de forma positiva a su cultura, uno de ellos, sin lugar a dudas, es Venezuela. Hasta allá llegaron en masa no solo colombianos, sino españoles, italianos, portugueses, alemanes, ecuatorianos, chinos

17


y judíos. La venezolana sigue siendo una cultura rica en mixturas. Ahora le corresponde al Estado y a la sociedad colombiana, tan poco acostumbrada a recibir extranjeros, aprender a valorar las diferencias para convertirlas en fortalezas. Quien decide dejar atrás su pasado y su tierra lo hace, probablemente, porque necesita escapar de una realidad que le es adversa. En cada historia de migrantes se mueven las esperanzas y los anhelos, pero también el dolor y el vacío. Tan cierto es que las oleadas migratorias, desde una perspectiva histórica, son un fenómeno natural, como que la condición del migrante por lo general es delicada y compleja: está cubierta de un aura inevitable de nostalgia y melancolía por aquello que se recuerda, cuando no de tristeza por aquello que se asume como perdido. El primer gran grupo de venezolanos que llegó a vivir a Colombia lo hizo durante la primera década del siglo XXI, sobre todo a través del Aeropuerto Internacional El Dorado. Eran, por lo general, empresarios o profesionales de clase media con estudios superiores. En años recientes hubo otras dos grandes oleadas. Según datos oficiales, ahora hay un volumen mayor de ciudadanos con menor poder adquisitivo, personas que no siempre legalizan sus documentos y llegan desesperadas, escapando de las pésimas condiciones de vida en su país, donde han aumentado la pobreza, el hambre y la represión. La Cruz Roja colombiana es una institución que conoce bien esta realidad: muchas veces sin ahorros ni pasaportes, otras con niños pequeños, cientos de miles de venezolanos han emprendido una travesía ardua, fatigosa y angustiante, de días o semanas, en buses o a pie, para reinventarse desde el escape, a pesar de los riesgos. La Cruz Roja, además de habilitar hogares de paso, ayuda a los

18

caminantes con alimentación, agua y atención básica de salud. También implementa jornadas de salud y desarrolla proyectos con otras organizaciones con el fin de atender las diversas necesidades de los migrantes, entre las que se encuentra el restablecimiento de contactos a quienes, luego de un largo recorrido, no tienen cómo comunicarse con los que vienen detrás. En este contexto el trabajo que realiza la organización es más psicosocial que asistencial: brinda apoyo para la reconstrucción de lazos familiares. Tal conciencia debe hacerse cada vez más fuerte. Es clave fortalecer elementos de servicio a la comunidad, a las ciudades y a los organismos públicos que generan recursos, porque esta migración forzada es de proporciones históricas y son muchos, muchísimos, cientos de miles, los que caminan heridos por dentro y por fuera. El proceso ha sido masivo y veloz, ni los venezolanos estaban preparados para salir de su país de esa manera, ni los otros países del continente estaban política y administrativamente listos para recibirlos sin problemas. Hoy, muchos sufren por sus familias rotas, otros celebran por haber recuperado placeres cotidianos. Unos y otros comienzan a echar raíces. Se trata de un fenómeno decisivo para el futuro, que no se detendrá a corto plazo, tal como no se ha detenido nunca desde que respiramos, si miramos el fenómeno desde una perspectiva histórica, incluso científica, o biológica. Un dato de cierre a tener en cuenta es que según el informe anual “Tendencias Globales”, de ACNUR (2018), la cantidad de desplazamientos alcanzó una cifra récord en 2018. En promedio, un ser humano en el mundo es expulsado de su hogar cada dos segundos. Y Colombia sigue siendo, aún en la actualidad, el país con más desplazados


internos en todo el planeta. De ahí la colosal magnitud de este desafío: al país le corresponde reconocer este fenómeno ya no como un hecho crítico pero circunstancial, sino como uno cíclico y vital que requiere de todos los esfuerzos para educar a los ciudadanos, de modo que aprendan, poco a poco, a convivir y relacionarse en paz mientras los migrantes se mueven e incorporan en los territorios. El abordaje de los flujos mixtos migratorios requiere de un plan nacional que promueva mejores condiciones para las personas que migran, aquellas que pasan de manera transitoria por el país y aquellas que proyectan su futuro en el territorio nacional. Este plan requiere conocer la dinámica y las complejidades de la movilidad humana, y para eso es necesaria una actualización periódica con el fin de retroalimentar las acciones de respuesta, las cuales deben construirse de acuerdo a las competencias de cada entidad y organización. Es clave la voluntad de los ciudadanos para el fortalecimiento de las redes sociales y la promoción de la convivencia con

personas de culturas diversas y diferentes a la nativa, aprovechando los aspectos positivos de la situación, desde una visión constructiva y propositiva de intervención. Referencias Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (2018). Tendencias Globales, Desplazamiento Forzado en 2017. Recuperado de: https://www.acnur.org/5b2956a04.pdf Friedrich, T. (2016, Septiembre 21). Predicted spread of humans around the world [Archivo de video. Science News]. Recuperado de: https://www.youtube.com/ watch?v=gitZRP9eMy4 Tucci, S. & Akey, J. M. (2016). Population genetics: A map of human wanderlust. Nature. International Journal of Science. 538. 179–180. Recuperado de: http:// adsabs.harvard.edu/abs/2016Natur.538..179T Unidad Administrativa Especial Migración Colombia (2018). Boletín Anual de Estadísticas, Enero – diciembre de 2017. Recuperado de: http://migracioncolombia.gov. co/phocadownload/Bolet%C3%ADn%20Flujos%20 Migratorios%202017%20(003).pdf Wallace, C. (2003). ADN Mitocondrial y Migración. Hipertextos del área de la biología. Universidad Nacional del Nordeste. Recuperado de: http://www.biologia.edu. ar/evolucion/migra.htm

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019). Jornada de Atención humanitaria Kennedy

19


Caracterización de la situación de venezolanos migrantes en Soacha y Tenjo, Cundinamarca 1

2

3

Gabriel Camero Ramos, Juber Orlando Gutiérrez Villarreal, Mireya Gutiérrez Robayo. Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

Resumen Los flujos mixtos migratorios procedentes de Venezuela conllevan múltiples consecuencias tanto para la población que migra como para los territorios receptores. Es importante conocer este impacto con el fin de establecer medidas de mitigación acordes a la dinámica del fenómeno; de esta manera, la Cruz Roja Seccional Cundinamarca y Bogotá desarrolla el presente estudio de caracterización, el cual identifica necesidades y situaciones de la población de interés, que son insumo real para proponer acciones pertinentes en la respuesta institucional. Palabras clave: Venezuela, caracterización migrantes Abstract Mixed migratory flows from Venezuela have multiple consequences for both the migrating population and the recipient territories, it is important to know this impact establish mitigation measures according to the dynamics of the phenomenon. In this way, the Red Cross Sectional Cundinamarca and Bogotá develop the present characterization study, which identifies needs and situations of the population of interest, which are real input to propose pertinent actions in the institutional response. Key words: Venezuela, migrant characterization

Introducción La crisis del vecino país se reconoce por el surgimiento de flujos mixtos migratorios de su población a diversos lugares del mundo, entre estos Colombia, a donde se llega como destino o paso a otros países de Suramérica. La situación migratoria en la frontera colombovenezolana tiene su primer antecedente en la deportación masiva de colombianos en el año 2015 bajo la figura del estado de excepción, declarado por el Presidente de Venezuela. El éxodo masivo de colombianos a lo largo de la frontera generó una emergencia nacional que duró 82 días (UNGRD, 2015).

Las condiciones de vida de la población migrante pueden ser precarias en sus diferentes espacios y momentos. Primero, en los territorios de procedencia, se presentan necesidades insatisfechas que obligan al desplazamiento de personas y familias; segundo, durante el trayecto a los lugares de destino, las condiciones pueden ser adversas debido a la falta de alimentación, lugares para descansar, ropa adecuada a los climas y servicios de salud; y tercero, en los lugares de destino, de igual manera, se experimentan múltiples necesidades relacionadas con bajos ingresos, falta de trabajo, vivienda y alimentación y las barreras de acceso a la garantía de derechos básicos de las personas.

1. Médico Epidemiólogo de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Especialista en Estadística de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Magíster en Educación en Salud de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Presidente de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. 2. Ingeniero industrial de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Licenciado en Matemáticas y Física de la Universidad de Cundinamarca. Especialista en Estadística de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Analista de Investigación. Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. 3. Psicóloga. Especialista en Salud Ocupacional. Magíster en Psicología. Coordinadora de Gestión del Conocimiento. Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

20


La situación que experimenta la población venezolana requiere ser comprendida por las diferentes entidades del sector humanitario, con el fin de establecer acciones pertinentes que permitan mitigar el impacto negativo de este fenómeno. Teniendo en cuenta que la situación es dinámica, se hace necesario el estudio periódico de las consecuencias de la migración y la retroalimentación constante de las acciones implementadas, así como del planteamiento de nuevas acciones requeridas de acuerdo con la dinámica social de la población migrante.

Desde el campo cualitativo, se realizaron entrevistas a 10 profesionales que apoyaron desde el campo psicosocial a personas migrantes durante la jornada de salud (255 atenciones). La recolección de información se realizó en Soacha en el mes de septiembre y en Tenjo en noviembre de 2018. En la recolección de información se empleó el paquete de herramientas Open Data Kit (ODK) para dispositivos móviles, facilitando la recolección, disminuyendo el uso de papel y permitiendo obtener información general de la población durante la jornada.

Por lo anterior, la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (CRCSCB) tiene el interés de conocer, comprender y favorecer el conocimiento sobre la situación de venezolanos en Colombia a través de un estudio de caracterización en los municipios de Soacha y Tenjo Cundinamarca, permitiendo incentivar y desarrollar acciones de apoyo pertinentes a la situación experimentada por la población migrante.

El análisis de la información cuantitativa fue de tipo no probabilístico, con aplicación de estadísticas descriptivas. A nivel cualitativo, las entrevistas con profesionales de salud mental y apoyo psicosocial se procesaron desde una metodología de análisis de narrativas.

Metodología El estudio se desarrolló con una metodología mixta: a través de la aplicación de una encuesta previamente diseñada y validada estadísticamente por prueba piloto, y el desarrollo de una entrevista semiestructurada a colaboradores que brindaron apoyo a la población venezolana durante dos jornadas de salud en los municipios de Soacha y Tenjo. En Soacha se aplicaron encuestas a 412 familias venezolanas y en Tenjo a 160, para un total de 572 familias encuestadas, las cuales cuentan con un promedio de 4 personas, es decir que se obtuvo información de una población aproximada de 2.288 personas procedentes de Venezuela en los flujos mixtos migratorios. La encuesta fue heteroaplicada al representante o cabeza de familia.

Los aspectos considerados en la presente caracterización fueron: • Aspectos sociodemográficos • Tendencia del flujo migratorio • Documentación • Proyección de la población • Aspectos socioeconómicos • Tipo de vivienda • Principales necesidades de la población • Percepción de aceptación de la población • Salud Dentro de las limitaciones del estudio se encuentra que la población caracterizada no fue seleccionada al azar, fueron personas que asistieron por convocatoria abierta a las jornadas de salud en los municipios de Tenjo y Soacha. Consideraciones éticas Todos los participantes recibieron información sobre el objetivo del estudio y manifestaron su voluntad de aportar información.

21


Resultados A. Características sociodemográficas de la población

Gráfico 1. Distribución de la población por sexo.

Se encuestaron 572 personas cabeza de familia, 346 mujeres (60 %) y 226 hombres (40 %). De las mujeres encuestadas el 9 % se encontraba en estado de embarazo.

Gráfico 3. Distribución de población por nivel educativo.

En cuanto al grado de escolaridad de la población venezolana del estudio, se observa que el 25 % no ha terminado el bachillerato, el 40 % tiene bachillerato completo y el 35 % tiene algún estudio superior. B. Ubicación

Gráfico 2. Edades por quinquenios

La distribución de edad por quinquenios clasificada por sexo muestra un mayor porcentaje de mujeres. El 60 % de la población se encuentra entre los 20 y 34 años (edad productiva). La media corresponde a 32 años y la desviación estándar (DE) es de 10,7.

22

Gráfico 4. Distribución de población por lugar de vivienda.

De la población encuestada en Soacha y Tenjo, se encontraron personas que viven en otros lugares como Bogotá, Cajicá, Mosquera y Tabio.


C. Documentación

Gráfico 7. Tendencia del flujo mixto migratorio.

Gráfico 5. Distribución de la población por tipo de documento y sexo.

Respecto a la documentación, se refleja que el mayor porcentaje de la población (79 %) no cuenta con documentos de identificación válidos en Colombia. Solo 63 personas (11%) poseen Permiso Especial de Permanencia (PEP), el cual permite la vinculación laboral y acceso al sistema de salud; y solo 44 personas (7,6 %) tienen pasaporte.

El gráfico evidencia el incremento del flujo migratorio desde enero de 2016 hasta septiembre de 2018; el incremento promedio es de 23 personas por mes en estos municipios. E. Aspectos económicos

D. Proyección

Gráfico 8. Frecuencia de los ingresos y pago de arriendo

Gráfico 6. Distribución de la población por proyección.

Dentro de las expectativas o la proyección de la población migrante procedente de Venezuela, se encuentra que un 51 % desea radicarse en Colombia, mientras que un 45 % desea volver a Venezuela.

En cuanto a ingresos, la población en promedio obtiene $ 670.746 mensuales, con una DE de $319.548, mediana de $700.000 y algunos datos atípicos. En cuanto al pago de arriendo en promedio se paga $ 398.399, con una DE $135.854 y una mediana de $400.000.

23


Gráfico 10. Distribución de la forma de pago por sexo

Al analizar la forma de ingreso se obtuvo que tanto hombres como mujeres (53 %) reciben ingresos por destajo, el 35 % de los hombres reciben un salario, mientras que el 26 % de las mujeres no reciben ningún ingreso.

Gráfico 9. Distribución de la población por lugar de trabajo.

Los lugares donde la población migrante generalmente obtiene sus ingresos son lugares fijos como restaurantes, locales, almacenes o fábricas, con un 37 % en hombres y 28 % en mujeres (hogares). El 23 % de los hombres y el 24 % de las mujeres obtienen sus ingresos en actividades desarrolladas en la calle. Tabla 1. Fuente de ingreso obtenido por población migrante venezolana.

El 63 % de la población obtiene sus ingresos a través del trabajo informal, generalmente como vendedores ambulantes, en servicio doméstico (6 %), como ayudante de construcción (3 %) y en mecánica automotriz (3 %).

24

Gráfico 11. Distribución del tipo de vivienda.

En cuanto a la vivienda, el 97 % de la población paga arriendo y el 31 % comparte vivienda en arriendo con otras personas diferentes a su núcleo familiar.

Gráfico 12. Frecuencia de envío de remesas a Venezuela.


El 68 % de la población envía remesas a Venezuela, con valores entre los $ 10.000 y $ 500.000 con una media $ 99.162 y DE de $ 89.343. Generalmente las remesas se dirigen a familiares.

G. Salud

Gráfico 15. Frecuencia de accidentes o enfermedades durante la estancia en Colombia.

Gráfico 13. Principales necesidades de la población migrante.

La población encuestada manifiesta en un 53 % que su principal necesidad es adquirir un trabajo para generar ingresos. Un 15 % indica como principal necesidad los servicios de salud. En la opción “otro” (2,6 %) se presenta la necesidad de documentación. F. Aceptación

Gráfico 14. Distribución de la percepción de aceptación.

De la población encuestada se encontró que el 18 % ha tenido algún accidente o enfermedad durante su permanencia en Colombia, el 11 % ocurrió en mujeres y el 7 % en hombres. Las enfermedades más frecuentes son las relacionadas con el sistema respiratorio (29 %), incluso una mujer reportó la muerte de su hijo adolescente. Las consecuencias más comunes de los accidentes son las fracturas (6 %) y los accidentes más frecuentes son los de tránsito (10,3 %). A nivel de la salud mental, el equipo que brindó atención en apoyo psicosocial encontró afectaciones relacionadas con emociones y sentimientos de frustración, impotencia, desesperanza, angustia, ansiedad, estrés, depresión y dificultades de adaptación, e incluso ideación suicida. Todo esto relacionado con la incertidumbre del futuro, la necesidad de solventar necesidades en un entorno no conocido y competido, así como la obligación de conocer y adaptarse rápidamente a las costumbres, normas y al contexto sociopolítico y social de un nuevo país.

Al preguntarle a los encuestados: ¿cómo perciben la aceptación de ellos y sus familias por parte de la población colombiana?, manifestaron en un 80 % que es buena o muy buena.

25


H. Familia

Gráfico 16. Frecuencia de personas con quien viven los migrantes.

El gráfico muestra la distribución de las personas con quien vive la población migrante en Colombia: el 47 % convive con su pareja, solo un 15 % convive con sus hijos. Las familias encuestadas en promedio se conforman de 4 personas, y se componen de una pareja y otros familiares. Se encontró que la mayoría de las familias se separaron de otros familiares con quienes vivían en Venezuela. Discusión Uno de los aspectos que llaman la atención en los resultados es el nivel educativo; en fase inicial del flujo mixto migratorio procedente de Venezuela, se identificaba población con niveles más altos de educación. El presente estudio identificó que la mayor parte de la población (65 %) tiene estudios de bachillerato y bachillerato incompleto, lo cual, por una parte, podría ser una barrera de acceso al empleo, especialmente en el 25 % que no ha terminado su bachillerato; por otra parte, estos datos sustentan que, como parte del apoyo a la población migrante en Colombia, es importante brindar la oportunidad de estudiar. Uno de los factores que no favorecen el acceso al empleo, la educación y la atención en salud, entre otros servicios, por parte de los venezolanos en Colombia, es

26

la falta de documentación valida en el país. El mayor porcentaje de la población del estudio solo contaba con cédula venezolana, incluso se encontraron 11 casos sin este y ningún otro documento. La cantidad de población que reportó tener PEP y pasaporte fue considerablemente menor; de esta manera, al ser la documentación un requisito básico para acceder a la oferta nacional de servicios básicos y oportunidades laborales, es urgente desarrollar acciones por parte del Estado que incentiven y disminuyan las barreras para la población que tiene proyección como residente temporal o permanente en el país. Los datos recolectados muestran que un 51 % de la población se proyecta como residente en Colombia. Sin embargo, un 45,3 % desea y proyecta volver a su país, aunque reconoce objetivamente que no hay viabilidad para hacerlo, por tanto, residirán en Colombia durante la crisis. De esta manera, el Gobierno y las instituciones nacionales e internacionales presentes deben prepararse para destinar acciones, de manera temporal y/o definitiva, dirigidas a la población proveniente de los flujos mixtos migratorios, y aún más cuando la tendencia migratoria incrementa con el paso del tiempo. Es clave que la población migrante conozca sus derechos y deberes, para lo cual se han creado guías que facilitan este proceso, como lo son la Guía de derechos y deberes para venezolanos en Colombia (Universidad del Rosario, 2018) o la página web de la Alcaldía de Bucaramanga (2018), donde se incluye la Ruta de atención integral para la población migratoria venezolana y colombianos retornados. La situación de la población en el país es precaria. Son visibles las múltiples necesidades que experimenta, y la dimensión socioeconómica es, tal vez, el determinante social más importante de su situación. La


principal necesidad, desde la perspectiva de los migrantes, es tener trabajo, lo cual se refuerza con la información recolectada respecto a sus ingresos económicos. El sector de la economía informal ha recibido la mayor parte de los migrantes, lo cual se asocia a dificultades como: acceso a seguridad social, falta de programas de protección y bienestar laboral, ingresos inestables y destajo, e incluso desarrollo de actividades peligrosas, que ponen en riesgo la salud y la vida. Aunque no se indago sobre la actividad que realizan las personas cuando ocurrieron los accidentes o se presentaron las enfermedades, los eventos podrían relacionarse con las actividades que realizan para obtener recursos económicos. La relación entre ingresos y gastos es desequilibrada, en la mayoría de los casos, las familias deben gastar en sus necesidades básicas lo devengado, sin posibilidad de ahorro. Uno de los costos más altos son los arriendos, el cual representa un poco más de la mitad del promedio de lo devengado. Otra alternativa para la situación socioeconómica de los migrantes es estudiar opciones de ingresos alternativos, como sugiere el Centro de Medios de Vida de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (2018). Como opciones prontas se pueden contemplar la provisión de efectivo no condicionado y no restringido para cubrir necesidades básicas, el dinero por trabajo realizado, la provisión de insumos para restablecer los medios de vida y la formación profesional. En consecuencia, una dimensión clave en la búsqueda de calidad de vida para la población migrante es promover el empleo en buenas condiciones, con políticas de acceso equilibrado al sector formal de la economía, y el desarrollo y fortalecimiento de proyectos productivos mixtos (colombianos y venezolanos); de igual manera, contar con

programas especiales para brindar atención en salud, apoyo psicosocial, alimentación, hospedaje temporal, orientación para la gestión de documentos, información sobre entidades nacionales, programas de atención a migrantes, derechos y deberes y entrega de ayudas humanitarias de acuerdo con las condiciones de la población, en donde se contemplan kit de aseo, kit noche, vestido y mercado, entre otros. Todo lo anterior ayudará a mitigar el impacto adverso a nivel de salud mental y física, pues las expresiones de los migrantes son acordes a la aflicción normal que puede generar el desarraigo del entorno, la familia y las dinámicas cotidianas. Sin embargo, el impacto psicológico de la migración puede ser tan significativo que se desarrolle un estado de estrés crónico y múltiple, llamado estrés y duelo migratorio, como lo referencia Achotegui (2009), citado por el Gobierno Vasco (2009). Conclusiones De manera concreta con base en los hallazgos y la discusión consecuente, se definen las siguientes conclusiones. 1. Dentro las necesidades y situaciones de vulnerabilidad identificadas en la población migrante se encuentran: la falta de empleo e ingresos económicos, las barreras de acceso a servicios de salud (aun presentando eventos en salud física y mental), el poco acceso a alimento, hospedaje y vestuario y la dificultad para legalizar su estadía en el país. 2. La situación de los flujos mixtos migratorios procedentes de Venezuela es una realidad en Colombia que necesita ser atendida ahora y por largo tiempo. Su manejo adecuado requiere del establecimiento de políticas, programas, recursos y responsables que coordinen permanentemente su respuesta de acuerdo con la dinámica de la situación.

27


De igual manera, es importante valorar el aporte de la investigación social para el reconocimiento de la situación y el constante seguimiento de la pertinencia de las acciones que se establecen desde el Estado y las instituciones humanitarias. 3. Basados en las necesidades que experimenta la población incorporada en los flujos mixtos migratorios dentro del país, es necesario implementar programas de atención inmediata y a mayor plazo. En esta respuesta debe contemplarse apoyo básico en salud, área psicosocial, alimentación, hospedaje, vestido, transporte, asesoría en derechos y deberes, información para la gestión de documentos, orientación a la oferta de programas y servicios para migrantes; además, se debe proveer información sobre rutas y otros aspectos del contexto colombiano que faciliten la adaptación y movilización dentro del territorio. A largo plazo se requiere contemplar políticas para mantener y crear nuevos programas de atención humanitaria, estimular y desarrollar

proyectos de empleabilidad y productivos formales y mixtos (migrantes y nacionales), así como facilitar el acceso al sistema de seguridad social sin afectar el equilibrio financiero del país. Referencias Achotegui, J. (2009). Migración y salud mental. El síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple. Revista de Servicios sociales Zer bitzuan del Gobierno Vasco (diciembre 2009). Recuperado de: http://zerbitzuan.net/documentos/zerbitzuan/ZERBITZUAN%2046. pdf#page=163 Alcaldía de Bucaramanga (2018). Ruta de atención integral para la población migratoria venezolana y colombianos retornados. Recuperado de: https://www. bucaramanga.gov.co/el-atril/atencion-al-venezolano/ Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogota (2018). Informe de investigación situación de migración procedente de Venezuela. Centro de Medios de Vida Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (2018). Identificación de medios de vida: impacto, necesidades y análisis de posibles respuestas. Unidad Nacional para La Gestión del Riesgo de Desastres Colombia (2015). Atención Gobierno Nacional Frontera. Recuperado de: https://repositorio. gestiondelriesgo.gov.co/handle/20.500.11762/594.

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019). Jornada de Atención humanitaria Soacha

28


Modelo de atención “Casa Volver” para víctimas del conflicto armado (2008 – 2018) Erika Cardona1 Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. Resumen La Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (CRCSCB), como entidad humanitaria que alivia y previene el sufrimiento humano, durante los últimos 10 años en la ciudad de Bogotá ha generado un modelo de atención para la población víctima del conflicto armado basado en la experiencia del trabajo en el Albergue de Paso Solferino, hoy Casa Volver. Este es un centro de atención integral para víctimas, el cual ha permitido llevar a cabo procesos de construcción social que considera necesidades, contextos, culturas, etnias y cosmovisiones que contribuyen a la rehabilitación y la recuperación de imaginarios sociales y al empoderamiento comunitario; reto que implica reconocernos, construir y transformar el mundo en el que vivimos, teniendo en cuenta la larga duración del conflicto armado en Colombia. Palabras clave: desplazamiento forzado, modelo de atención, conflicto armado Abstract The Colombian Red Cross Cundinamarca and Bogotá Section, as a humanitarian entity that alleviates and prevents human suffering, during the last 10 years in Bogotá has been generating a model of care for the population victim of the armed conflict based on the work experience developed in the “Albergue de Paso Solferino”, al the present time “Casa Volver”. This is a comprehensive care center for victims, that has allowed to generate processes of social construction taking into account needs, contexts, cultures, ethnicities, worldviews that contribute to the rehabilitation and recovery of social imaginaries and community empowerment; challenge that implies recognizing, building and transforming the world in which we live, heeding to the long duration of the armed conflict in Colombia. Key words: forced displacement, attention model, armed conflict.

En Colombia el desplazamiento forzoso por la violencia es uno de los fenómenos que más daño le ha causado a la sociedad si se tiene en cuenta su magnitud, extensión e impacto sobre las condiciones de vida de las personas y en el proceso de desarrollo del país. Las víctimas no son una comunidad homogénea. Provienen de diversos lugares, fueron víctimas de diferentes actores; además, aunque la mayoría son campesinos, entre los desplazados hay empresarios, comerciantes, personas pertenecientes a diferentes grupos étnicos y a diferentes credos, sin que esto

quiera decir que se trata de un conflicto étnico o religioso. Sin embargo, esta heterogeneidad dificulta la caracterización de la población víctima, la formulación de reivindicaciones y el diseño de políticas. En la última década, el fenómeno del desplazamiento no sólo aumentó en magnitud sino que ganó en extensión territorial, complejidad y consecuencias sociales y económicas negativas, profundizándose la crisis humanitaria para la población en situación de desplazamiento.

1. Psicóloga de la Universidad Santo Tomás, candidata a Magíster en Abordajes Psicosociales y Construcción de Paz de la Universidad Javeriana. Jefe de Asuntos Humanitarios de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

29


Para los grupos armados, el desplazamiento generaba poder y territorio, como lo manifiesta Molano (2015): “desplazada la población y concentradas sus tierras, los paramilitares adquieren un enorme poder local, se convierten en señores de la guerra” (p. 54). Dentro de los factores determinantes de este fenómeno de desplazamiento se encuentra que las familias fueron forzadas a dejar sus hogares para proteger sus vidas y su integridad, como consecuencia de las vulneraciones sistemáticas a la población civil por parte de grupos armados vinculados a los conflictos y por insuficiencia de medidas oportunas, pertinentes y eficaces de protección. Los procesos de destierro producen desadaptación y desarraigo por el alto impacto y choque cultural frente a las nuevas dinámicas sociales y económicas. Adicionalmente traen consigo un cúmulo de dificultades individuales a nivel emocional que conllevan a cambios significativos en la estructura familiar. Las personas, independientemente de su edad o condición poblacional pueden presentar inestabilidad emocional, agotamiento y tristeza; en parte, debido a la estigmatización y exclusión en los nuevos escenarios, sobretodo en comunidades étnicas y campesinas, donde se suma la discriminación y el racismo. La población especialmente afectada pertenece a hogares rurales obligados a abandonar el campo y la producción agrícola por diversos factores de violencia, todos se someten a altos índices de desempleo, situaciones de precarización laboral y oficios informales en las ciudades. Bogotá es la ciudad con mayor recepción histórica de población desplazada en el país, al ser principal área metropolitana del país y foco de desarrollo de la región central, debido

a su flujo de relaciones económicas, sociales, ambientales y culturales. La ciudad, ha recibido de manera incremental a personas desplazadas por la violencia. Codhes (2003) reporta que en el año 2000 Bogotá recibió un 2 % del total nacional con 12.277 personas, en el año 2002, 54.363 personas y en el 2018, 349.216, de las cuales 272.931 eran sujetos de especial protección constitucional (Registro único de Víctimas, 1 de septiembre de 2018). La población llega a la capital con la ilusión de iniciar nuevos proyectos de vida, desarrollar una actividad productiva y generar recursos para acceder a servicios básicos y de vivienda, así como a condiciones de seguridad propia y familiar. Las comunidades han sufrido el desarraigo de sus territorios, ruptura de sus vínculos familiares y sociales, perdidas de seres queridos, tierra, vivienda, entre otros, los cuales producen sentimientos de tristeza, ansiedad, depresión, comportamientos hostiles e impotencia, estrés y cambios conductuales que llevan a deterioro personal y social. Además, experimentan un alto grado de ansiedad frente al cambio y las condiciones poco favorables de una ciudad con un costo de vida mayor y dificultades de acceso al empleo por su alto porcentaje de trabajo informal y desempleo, lo cual exige mayores recursos personales y familiares para el afrontamiento y la adaptación. Comprendiendo lo anterior, desde el año 2004, en el marco de los planes del desarrollo, en la capital se empiezan a incorporar acciones para la población en situación de desplazamiento. Estos planes definen objetivos, estrategias y programas para atender las vulnerabilidades 2 sociales, desde la ley 387 de 1997 .

2. Por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado, atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados internos en la República de Colombia.

30


Anteriormente, no se contaba con una política específica que enmarcara los Derechos Humanos y la necesidad de reestablecimiento dada la situación de desplazamiento, es así que se dio inicio a un proceso con las entidades de orden nacional; y cuyos objetivos dentro de la Administración Distrital, eran brindar atención complementaria a la totalidad de la población desplazada y cubrir progresivamente sus necesidades.

De esta manera, la CRCSCB consideró oportuno implementar de un alojamiento temporal en modalidad de albergue de paso día–noche, permitiéndole a las personas que llegan a la ciudad por primera vez contar con un lugar de arribo inicial y tener servicios y orientación confiable para el restablecimiento de condiciones y derechos. Allí se cuenta con alojamiento, alimentación, primeros auxilios y enrutamiento a programas y servicios.

Sin embargo, la alta tasa de personas en situación de desplazamiento que ha recibido la ciudad conlleva a una mayor demanda de servicios, que en muchos casos no son suficientes. Asi, por ejemplo, en el 2008 se presentó una situación crítica. Esto debido a que, según el Sistema de Información sobre Desplazamiento Forzado y Derechos Humanos (SISDHES) aproximadamente 4.629.190 personas organizadas en 928.838 núcleos familiares, fueron obligadas a abandonar su vivienda o lugar de trabajo durante el período de 1985 al 2008. Los últimos tres años de este periodo la problemática tuvo una tendencia creciente, siendo el año 2008, el segundo año con más desplazamientos presentados en el país (Codhes, 2009).

Con base en lo anterior, y en congruencia con la Ley 387 de 1997 y la atención humanitaria de emergencia, se desarrolla el proyecto de atención Solferino con aportes conjuntos de la CRCSCB, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Secretaría Distrital de Gobierno y la Dirección de Derechos Humanos. Esta entidades iniciaron un piloto de atención con un espacio de temporalidad de cinco días para las personas desplazadas que llegaban al Distrito Capital, tiempo en el cual se les realizaba una georreferenciación de los lugares donde debían acudir para tramitar ayudas humanitarias y definir su tránsito o permanencia en la ciudad con un panorama real de sus características y dinámicas.

Modelo de atención La CRCSCB, en el año 2008, en el marco de su misión de aliviar y prevenir el sufrimiento humano y frente a la preocupación del incremento del desplazamiento forzado en el país, diseña y comienza a implementar el Albergue de Paso Solferino donde se desarrollan procesos de asistencia humanitaria de emergencia y orientación a personas en situación de desplazamiento forzado. Este proyecto se articuló con los planteamientos generales de las políticas distritales y las metodologías de atención a la población, con lo cual se procuró satisfacer algunas necesidades y mejorar las condiciones de vida de las personas vulnerables en razón del conflicto armado.

Es importante resaltar que el Albergue de Paso “Solferino”, fue el primer albergue que el Distrito implementó para la atención de personas recién llegadas a la ciudad en situación de desplazamiento. Este albergue permitió obtener indicadores de las necesidades que presentan personas y familias en esta situación y permitió establecer un modelo de atención integral que garantizara derechos fundamentales basados en enfoque y tratamiento diferencial. Desde el año 2008, las personas desplazadas que llegan a la capital a través de la Terminal de Transportes del Salitre son recibidas por la Unidad de Atención y Orientación (UAO), y la Unidad de Atención Integral para Personas Desplazadas (UAID), ubicada en la localidad

31


de Puente Aranda. También, la Secretaría Distrital de Gobierno en articulación con el Ministerio Público (Personería, Defensoría del Pueblo y Procuraduría), dispuso de un grupo de profesionales para que recibieran las declaraciones de hechos victimizantes de personas y familias, quienes asesoraban a la población y en caso de encontrar una situación de alta vulnerabilidad por riesgo de afectación a la integridad, se remitían al Albergue de Paso Solferino. En el albergue, la población era recibida por un profesional de trabajo social o psicología, quien caracteriza, orienta y ofrece información sobre normas de convivencia básicas al interior del alojamiento temporal. En el año 2008, el tiempo máximo de estadía en el Albergue era de cinco días, sin embargo, con base en las declaraciones de la población, la verificación de los hechos relatados, el tiempo de residencia en los lugares de origen y el posible riesgo, en el 2009 la estadía se extiende a ocho días y posteriormente a quince días. El porcentaje de ocupación del albergue en los primeros 216 días fue del 42.9 % de su capacidad instalada con la atención a 453 personas de 140 núcleos familiares, en un rango de edad de 3 meses hasta 82 años; de esta población el 47.9 % correspondía a población adulta de 18 a 59 años, seguido por un 43.9 % de niños. En este periodo se entregaron 14.916 raciones alimentarias a la población. Respecto a la afiliación al sistema de salud se encontró un porcentaje del 70 % de afiliación pendiente, un 20 % con vinculación a EPS subsidiada y un 10 % sin afiliación, lo cual indican un alto porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud. En los primeros 7 meses de funcionamiento del albergue se atendieron personas de diversas procedencias del país, entre los más frecuentes, un 14.3 % provenía de Antioquia, el 11.2 % del Huila, y un 10.8 %

32

de Valle del Cauca y Tolima, posiblemente por ser departamentos con una conexión fluida con Bogotá y tener antecedentes de desplazamiento por violencias. Dentro de las características identificadas en la población que llegaba al albergue se evidenciaron condiciones de vulnerabilidad extrema por necesidades económicas, alimentarias, de alojamiento, débiles o inexistentes redes de apoyo, familias numerosas, miembros con discapacidad física o mental, mujeres en estado de embarazo, lactantes, menores de edad y adultos mayores. De esta manera, adicional a suplir las necesidades básicas inmediatas, durante la temporalidad en el albergue se desarrolló un modelo inicial de intervención basado en tres campos de acción: asistencia humanitaria, acompañamiento psicosocial y procesos de gestión social. En la asistencia humanitaria se manejan estándares de calidad, basados en el respeto y la dignidad. La asistencia humanitaria que se oferta corresponde a unos mínimos de atención que garantizan calidad de vida y respeto por la situación. Los servicios que se establecen son alojamiento, alimentación, aseo personal, zona de lavado, vestuario y atención en primeros auxilios. También, al egreso de las familias se brinda apoyo con alimentos no perecederos, elementos de hábitat y aseo. El acompañamiento psicosocial a las familias se realiza a través de intervención en crisis, talleres grupales y actividades de interacción pedagógica para los niños, las cuales buscan la estabilización emocional. Los campos de intervención son: a) Habilidades para la vida, espacios de reflexión para identificar las principales herramientas personales que llevan a resolver de forma asertiva las diferentes situaciones en la vida diaria. b)


Ruta saludable, actividades formativas que permiten contribuir en promoción de la salud y prevención de la enfermedad, teniendo en cuenta la diversidad de condiciones de las personas que llegan al albergue. c) Interacción pedagógica, espacios de socialización dirigidos a la población infantil que permite desarrollar actividades lúdicas y de aprendizaje a nivel escolar. d) Recreación, arte y deportes, desde una re significación del concepto de recreación como una forma de aprendizaje sobre la restauración o renovación del cuerpo y la mente, aspectos necesarios para tener una vida más prolongada y de mejor calidad. Finalmente, gestión social, la cual se basa en la georreferenciación en la ciudad con el fin de facilitar la ubicación y la movilización, facilitando la búsqueda de ayuda en diferentes instituciones, realizar trámites y buscar oportunidades de trabajo. Además de facilitar la ubicación en la ciudad, se orienta sobre el funcionamiento y costos de los medios de transporte. El apoyo se realiza mediante taller de georeferenciación y orientación específica para salir a realizar algún trámite. Este modelo fue aplicado de la manera descrita durante dos años y medio, se dictaron 292 talleres de habilidades para la vida, 230 talleres de georreferenciación, 256 actividades de ruta saludable, 564 actividades de recreación, arte y deportes y 126 talleres de interacción pedagógica. Hasta el momento, se evidenciaba que el modelo de atención funcionaba y su continuidad favorecía a la población en movilidad por el territorio, además la situación del país continuaba presentando situaciones de desplazamientos masivos, comunidades indígenas en ejercicios de resistencia a través de mingas indígenas que llegaban a la capital, personas afectadas por contaminación por armas (minas antipersonales y restos de artefactos explosivos), desapariciones

forzadas y recrudecimiento de los enfrentamientos en Nariño, Valle del Cauca, Caquetá, Tolima y Cauca. La experiencia en el albergue evidenció la necesidad de una política pública multidimensional que contemplara ayuda humanitaria inicial (alimentación, salud, vivienda), y programas integrales que incentivaran y promovieran el bienestar de la población en situación de desplazamiento. En el trascurso del tiempo, a nivel nacional se llevaron a cabo acciones de organización de comunidades y movilizaciones sociales que viabilizaron el reconocimiento de las víctimas y lograron la modificación de la ley, con nuevas posibilidades de atención e intervención en pro de la rehabilitación y la reparación integral. En el año 2011, el Estado Colombiano publica la Ley de Víctimas (Ley 1448) la cual establece en su artículo 25 que, “Las víctimas tienen derecho a ser reparadas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva por el daño que han sufrido como consecuencia de las violaciones de que trata el artículo 3° de la presente Ley”; implementación que generó una transformación de la oferta institucional. De esta forma, el modelo de intervención del Albergue de Paso Solferino migró de una asistencia humanitaria inicial y de emergencia, a un ejercicio de recuperación donde se generan acciones para el restablecimiento del tejido social, manteniendo la asistencia humanitaria y la georreferenciación. El modelo de intervención se basó en el componente psicosocial, eje principal de la atención; promoviendo las capacidades de los sujetos, potencializando sus recursos y disminuyendo una postura asistencialista que perpetúa la condición de víctimas en los sujetos. Estos hechos dieron lugar a un cambio de nombre del albergue Solferino a Casa Volver – Centro de Atención Integral a Víctimas.

33


En esta línea, como lo plantean Moreno y Díaz (2015) “es preciso reconocer que las afectaciones subjetivas hacen referencia al reconocimiento, en cada sujeto, de un universo de sentidos y significaciones configurados a través de su devenir personal y su relación dialéctica con los otros, a partir de los cuales se organiza su realidad psíquica. En consecuencia, las formas de estar en el mundo, las relaciones con otros, los modos de satisfacción, las maneras de vivir el bienestar y padecer el malestar, tienen un carácter subjetivo” (p. 206). Por esto, la atención psicosocial enmarca varios enfoques, los cuales guían las actuaciones que se realizan y posibilitan la comprensión de un sujeto de derechos a nivel individual y colectivo, y con la consideración de los contextos donde se ha desarrollado. De esta forma, una atención oportuna disminuye el impacto negativo de los eventos.

34

También, se resalta el hecho de la formación como un proceso de dimensión transformadora en la sociedad, desde el cual las necesidades se canalizan y se convierten en potencialidades de desarrollo. Por ello el actual modelo de intervención psicosocial ha trabajado y fortalecido en conjunto con la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación. Actualmente comprende dos líneas de acción: una de acompañamiento psicosocial individual y familiar (intervención en crisis, apoyo psicosocial y articulación interinstitucional) y otra de acciones psicosociales de carácter colectivo (activación sociocomunitaria y espacios de conmemoración).

Así, el modelo de intervención ha sido influenciado por pedagogías autogestionarias, la teoría de la zona de comodidad y la respectiva adaptación hecha por Luckner y Nadler (1997) bajo el enfoque de educación experiencial. Siendo la participación y la experiencia las principales acciones que posibilitan procesos de transformación y la toma de decisiones como sujetos activos en las personas que ingresan a Casa Volver. Los enfoques de base son diferencial, de derechos, género, acción sin daño y participación.

El desarrollo de estas líneas de intervención se transversaliza con tres componentes: a) componente interpersonal, el cual busca abordar estrategias que permitan fortalecer las relaciones con el entorno, con el otro y con la comunidad; b) componente contextual, que tiene por objetivo reforzar capacidades, habilidades, proyección personal, promover procesos de gestión personal y familiar que permitan fortalecer su proyección en la ciudad; c) componente emocional, que incluye el proceso para el abordaje de la afectación emocional, identificando los recursos personales y familiares para el manejo de su situación actual, de forma tal que se potencialicen estas herramientas y se incluyan nuevas prácticas para la promoción de la salud mental.

La experiencia previa de la CRCSCB, en la atención a las víctimas del conflicto armado y la inclusión de acciones psicosociales en el Albergue, permitieron reconocer que en los espacios cotidianos de las personas involucran su personalidad y relación con otros, desde sus propias formas de expresión e historias personales de vida. Por lo tanto deben considerarse las dinámicas grupales y personales en los procesos de intervención.

La implementación de este modelo durante 7 años y luego de la aplicación de 3.537 talleres y 10.634 intervenciones psicosociales, ha permitido develar como lo refieren Blanco y Varela (2007) que “ante las nuevas circunstancias de movilidad humana en nuestro mundo contemporáneo, se hace necesario revisar los tradicionales paradigmas de integración” (p. 15), es así que lo psicosocial se ha convertido en un proceso


de gestión del cambio, y el desarrollo de las acciones humanitarias mejoran la calidad de vida de los más vulnerables.

permita espacios de reconstrucción del tejido social, el fortaleciendo habilidades personales y procesos de resiliencia.

La experiencia desde CRCSCB con la población en situación de desplazamiento ha permitido reconocer que el relacionarnos con el otro permite conocernos a nosotros mismos, y que a través del encuentro, los diálogos y las intervenciones, las historias se echan a andar nuevamente y cambian en su significado, construyendo una red social y reformulando un proyecto de vida, para volver a empezar.

Los espacios para el acompañamiento como talleres, intervenciones individuales, grupales, familiares en aras del fortalecimiento de la estructura personal y familiar y la generación de escenarios de convivencia e interacción grupal son espacios valiosos de re-significación y propenden por la adquisición de herramientas de adaptación, manejo emocional y relacional. De esta manera, algunos de los relatos de personas beneficiarias de Casa Volver, refieren:

Cabe la pena resaltar que la formación es un hecho social, donde se concretan y definen las relaciones entre las personas y los colectivos de una sociedad; es así que las acciones formativas que se realizan en los escenarios que acogen la población víctima tienden a transformar la realidad y plantean el tipo de relaciones que tienen los seres humanos. Cualquier contexto social determinado por espacio y tiempo requiere ser aprehendido y rediseñado constantemente para lograr ser un espacio transformador de realidades. Reflexión sobre el modelo de atención Ofrecer, inicialmente, un servicio de alojamiento y orientación en las rutas de atención para la población desplazada en la ciudad de Bogotá permitió reconocer cómo la asistencia humanitaria posibilita cubrir necesidades básicas mínimas en la atención inicial de personas afectadas por situación de crisis humanitarias o por emergencias o desastres. Sin embargo, la respuesta humanitaria va cambiando a lo largo del tiempo; se adapta de tal forma que busca evitar la de dependencia a la ayuda, reconociendo que las capacidades, necesidades y vulnerabilidades varían en las personas y comunidades. Por esto es importante una participación constante que

“…viviendo aquí, todos revueltos, no me siento bien, por lo demás me ha gustado. Uno tiene que adaptarse, porque uno sabe dónde nace pero nunca sabe dónde muere” (hombre del Valle del Cauca, junio de 2016). “…extraño a mis amigos llegando a la escuela, el saludo de mi vecina al llegar del trabajo y el olor de la comida recién hecha de mi abuela, ahora en esta ciudad todo es más gris y frío, Aunque acá he hecho buenos amigos y aprendido buenas cosas” (mujer Chocoana, abril de 2014). “…aquí es un ambiente de paz y de esperanza, uno está más tranquilo, que no está en esa guerra” (mujer indígena, agosto de 2015). “…en Solferino me siento bien, tranquila, el entorno donde estaba era muy violento, la situación cambió, los niños están en otro entorno, en otra vida, es un cambio muy drástico pero han logrado estar emocionalmente en otro enfoque, en otra situación que les hace sacar todo lo bueno que ellos tienen” (mujer de Nariño, diciembre de 2017).

35


También, voluntarios y funcionarios que trabajan en Casa Volver, refieren: “En nuestro paso por el albergue hemos aprendido a escuchar y ofrecer nuestros brazos y manos a los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores para reconciliarnos con la vida y mejorar la convivencia familiar y social. Este espacio que nos da la oportunidad de acercamos a la realidad de nuestro país, a nuestra gente, a la diversidad de culturas, ideologías y a seres humanos resilientes que poco a poco se fortalecen y continúan con sus proyectos; deja en nosotros un gran legado de solidaridad y compromiso humanitario” (voluntarias Damas Grises, septiembre de 2018). “…me acerqué y le pregunté ¿por qué dibujas eso? ¿Tienes miedo a los fantasmas? No a los fantasmas no, es la muerte, es que mucha gente a la que he querido ha fallecido y no quiero que pase de nuevo. Al escuchar esto me quedé sin palabras, pero le dije: la muerte es algo que te va a ayudar a hacer un hombre más fuerte en ese momento” (funcionario del Albergue, noviembre de 2018). “…caja de pandora de donde surgen imágenes de dolor, pena, abandono, duras experiencias pero también expresiones de agradecimiento, alegría, paz , amor y esperanza que llenan un espacio presente en el tiempo a pesar de las heridas, de los desalojos de las carencias. Caja de pandora llena de cicatrices donde lo malo se confunde con lo bueno creando en el ambiente un romance entre el bien y el mal.” (funcionario albergue, noviembre 2017). Lo anterior, evidencia que el interactuar de experiencias y vivencias, junto con las conversaciones y relaciones que se tejen al interior de Casa Volver han permitido que cada sujeto actualice sus narrativas y transforme sus acciones y proyecto de vida. El actual modelo de acompañamiento psicosocial parte de la caracterización e

36

identificación de necesidades de los grupos poblacionales que se atienden en Casa Volver y se proyecta en un período de 5 días a un mes, por lo que se trabaja como eje fundamental el aquí y el ahora, con una proyección de salida en el mediano plazo, ya que una gran dificultad que se ha presentado es el tiempo institucional de permanencia, donde se vuelve una carrera contra el reloj poder desentrañar los patrones, prácticas y creencias culturales que dan sentido a los comportamientos. Sin embargo, el equipo de profesionales compuesto por psicólogo, trabajador social, médico, nutricionista y apoyo jurídico, reconocen que esas necesidades físicas y socioemocionales al momento del ingreso, se proyectan un plan de trabajo o acción para cada víctima, a través del cual logran un nivel de bienestar. La continuidad en el tiempo permite la continuidad en la intervención, evitando que las víctimas queden sin metas definidas, se dé lugar a acciones pasivas y a la acción con daño. Así mismo, el avance en el conocimiento de la población y establecer escenarios de bienestar, han logrado consolidar un vínculo con la comunidad caracterizado por la credibilidad y la armonía de las acciones con el Estado. Por último se destaca que los retos, luego de la experiencia de 10 años, no cesan, teniendo en cuenta que aunque en Colombia se han firmado cinco acuerdos en los últimos años, el país aún no consigue la paz. Por ello la recepción de víctimas del conflicto en Bogotá continuará con sus acciones psicosociales que posibilitan los escenarios de acción desde la comprensión de los fenómenos con una visión integral de las dinámicas del conflicto y la movilización de alternativas de solución incluyentes donde se insertan nuevas subjetividades políticas desde una cultura de paz.


Conclusión Casa Volver es un espacio donde las personas son tratadas para ser facilitadores en los procesos de construcción social y de paz, para ello no se requiere firma de acuerdos, cada individuo en sí es constructor o destructor de paz. La experiencia con la población víctima del conflicto nos ha mostrado la capacidad de respuesta y las estrategias de afrontamiento que tienen los seres humanos en circunstancias adversas, con toda su capacidad de resiliencia. Por ello, las estrategias de acompañamiento psicosocial instaladas en el campo de las relaciones humanas son relevantes para los procesos de recuperación de experiencias traumáticas, así como los espacios conversacionales que crean nuevas historias y reconfiguran el tejido social para todos los actores involucrados, víctimas e intervinientes.

Referencias

Blanco, A. y Valera, S. (2007). Intervención Psicosocial. Madrid. Prentice Hall. Recuperado de: http://www.psicosocial.net/grupo-accion-comunitaria/ centro-de-documentacion-gac/trabajo-psicosocial-ycomunitario/modelos-de-trabajo/619-los-fundamentosde-la-intervencion-psicosocial/file Camacho, M. A. M., & Rico, M. E. D. (2016). Posturas en la atención psicosocial a víctimas del conflicto armado en Colombia. El ágora USB, 16(1), 193-213. Recuperado de: https://www.redalyc.org/ pdf/4077/407755353010.pdf

A partir de la experiencia, CRCSCB ha implementado modelos de atención psicosocial transversales para cada una de las poblaciones y comunidades vulnerables, entre ellas: víctimas de violencia basada en género, víctimas de trata de personas y migrantes, en busca de intervenciones que posibiliten la reconstrucción de la identidad, la autonomía, las capacidades de agencia, el despliegue de recursos propios, la activación de redes sociales e institucionales y la satisfacción de necesidades básicas. Finalmente, la experiencia de 10 años, se convirtió en esa posibilidad de acercarse a la realidad de ese otro (víctima del conflicto armado) al que se intenta beneficiar para comprender sus formas de resolver los problemas y de relacionarse, logrando establecer una alternativa de intervención que se ajusta a lo que cada comunidad requiere y enfatizando en la necesidad de los espacios de participación, reconociendo y validando los espacios comunitarios. Un sujeto y un espacio que permiten construir. Tovar, C. (2015). Subjetividad política para la vida: resistencia al desplazamiento forzado e intervención psi como potencia política en Micoahumado [Tesis de doctorado]. Universidad Javeriana: Bogotá. Recuperado de: https://repository. javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/19128/ To v a r G u e r r a C l a u d i a C o n s t a n z a 2 0 1 5 . pdf?sequence=1&isAllowed=y

CODHES (22 de abril del 2009). Boletín Informativo de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento N° 75. Bogotá. Recuperado de: https://www.colectivodeabogados.org/IMG/pdf/codhes_ informa_no_75.pdf Molano, A. (2015). Fragmentos de la historia del conflicto armado (1920-2010). Centro de Memoria Histórica. Colombia. Recuperado de: https://www. ambitojuridico.com/BancoMedios/Documentos%20 PDF/fragmentos-de-la-historia-del-conflicto-arma do-1920-2010-1447167631-1460380435.pdf

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2016). Actividad Casa Volver

37


Las comunidades y su preparación en la gestión del riesgo de desastres Luz Adriana Pineda Ruiz1 Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá Resumen La gestión del riesgo de desastres en Colombia a partir de la Ley 1523 de 2012 exhorta a los ciudadanos a ser responsables de la gestión de sus riesgos, lo cual implica conocer a fondo el territorio, dialogar con el territorio, las entidades y los habitantes, y emprender acciones de preparación, mitigación y prevención que fomenten la solidaridad y la conformación de redes para fortalecer la resiliencia comunitaria, a través de instrumentos de planificación con los cuales se articulen las acciones en los procesos de conocimiento y reducción del riesgo y manejo de desastres. Palabras clave: comunidad, gestión del riesgo, preparación, planes, desarrollo Abstract Disaster risk management in Colombia, based on Law 1523 of 2012, encourages citizens to be responsible for the management of their risks, which implies a thorough knowledge of the territory, a dialogue with the territory, entities and inhabitants, and undertake preparatory, mitigation and prevention actions that foster solidarity and the formation of networks to strengthen community resilience, through planning instruments that articulate actions in knowledge and risk reduction processes and disaster management. Key words: risk management, preparation, plains, development

Introducción La gestión del riesgo de desastres, como un proceso social, constituye un componente fundamental del desarrollo de los territorios, ya que por medio de la implementación de sus procesos se logra el establecimiento de comunidades más seguras, pero ante todo empoderadas frente a la gestión de sus riesgos. Si bien la política de gestión del riesgo brinda los elementos conceptuales sobre la temática, las acciones de preparación son el elemento clave para instituciones y comunidades, y esto incluye capacitación y entrenamiento, asimismo la operacionalización de las herramientas de planificación que favorecen una coordinación efectiva.

Por lo tanto, es importante analizar cuál es el rol que, como ciudadanos e integrantes de un sistema de gestión del riesgo en evolución constante, se debe desempeñar y enfocarse en que la ciudadanía sea propositiva más que demandante del Estado frente a la implementación de la gestión del riesgo, para que las primeras acciones de respuesta ante una emergencia sean ejercidas por la comunidad en pro de la seguridad y el bienestar de la población. En este orden de ideas, la preparación comunitaria es fundamental para consolidar la cohesión como comunidad y, desde allí, generar desarrollo individual y colectivo

1. Fonoaudióloga de la Universidad Católica de Manizales. Especialista en Docencia Universitaria y Gerencia del Medio Ambiente y Prevención de Desastres de la Universidad de Caldas. Magíster en Gestión y Evaluación Ambiental de la Universidad Sergio Arboleda. Jefe de Gestión del Riesgo de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. org.co

38


en busca de mejorar las condiciones de seguridad de las comunidades y las personas que la integran. Reflexión En Colombia a partir de la sanción de la Ley 1523 en el año 2012 por la cual se adopta la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, se promueve que tanto las instituciones como las comunidades desarrollen acciones que les permitan instaurar la cultura de la gestión del riesgo. Es así como se han venido incorporando elementos como la corresponsabilidad y la resiliencia, lo que desde mi perspectiva implica, en primer lugar, que una comunidad se identifique como responsables de la gestión de sus riesgos y, en segundo lugar, fortalezca sus condiciones de vida para que las acciones de respuesta y recuperación sean más rápidas y efectivas, con lo cual el componente social cobra cada día más importancia. Desde esta visión, los 15 principios generales de la política de gestión del riesgo de desastres buscan atender a la población en igualdad de derechos y oportunidades, de tal manera que los principios de igualdad, protección, solidaridad social y auto-conservación son la base que debe movilizar a las comunidades frente a este tema, para que realmente los otros principios y demás postulados de esta Ley, como los tres procesos que la direccionan (Conocimiento del Riesgo, Reducción del Riesgo y Manejo de Desastres), tengan vida en el territorio. Por otro lado, si se observa el impacto de los desastres en Colombia (Banco Mundial, 2012), las inundaciones son los eventos más frecuentes y los daños y pérdidas en viviendas se concentran en municipios con población menor a 100 mil habitantes, lo cual arroja índices sobre zonas y tipo de población que deben fortalecerse en procesos de preparación para la respuesta y reducción de

la vulnerabilidad por exposición (ubicación), por ejemplo, los municipios de la Costa Pacífica, así como por el tipo de evento. Es decir que Colombia debería ser líder en la región en procesos de formación comunitaria en preparación frente a inundaciones. Si bien se han hecho algunos esfuerzos en el fortalecimiento de la capacidad local, por ejemplo, en la costa Pacífica, el simulacro frente al riesgo de inundación por tsunami en 2014, la preparación comunitaria es mínima ya que no hay evidencias tangibles de planes comunitarios o familiares de gestión del riesgo en esta zona que puedan servir de modelo para otras comunidades. Pero, ¿qué implica un proceso de formación comunitaria cuando se habla de gestión del riesgo de desastres? Implica que la comunidad identifique su propio territorio (vivienda, barrio, sector, municipio), su dinámica ambiental, las personas que lo habitan y las actividades cotidianas que realizan (educativas, económicas, de esparcimiento, de salud y autocuidado). También implica que se reconozca como protagonista de su realidad y que pueda determinar si es necesario o no un cambio frente a las condiciones de seguridad y bienestar. En este sentido, esa identificación como protagonistas de su realidad requiere una organización comunitaria de base, distribuir roles, actualizar información comunitaria, según los cambios que surjan, y participar de procesos de formación que cualifiquen su desempeño en la atención de situaciones de emergencia. Al hablar de procesos de formación para la atención de situaciones de emergencia, se hace referencia a uno de los componentes del proceso de Manejo de Desastres:

39


preparación para la respuesta, la cual requiere varios pasos previos, como, por ejemplo, la planificación. Si se habla de planificación comunitaria en gestión del riesgo, es necesario hablar de Planes de Emergencia Familiares y Comunitarios. En este punto quiero hacer énfasis ya que la planificación en gestión del riesgo de desastres es la base para el fortalecimiento de la organización comunitaria, y desde allí es donde se puede realmente articular la preparación comunitaria con la preparación institucional. La organización comunitaria básica en gestión del riesgo se fundamenta en la conformación de Equipos Comunitarios de Respuesta a Emergencia, que son integrados voluntariamente por personas de la comunidad, quienes se capacitan en temas como: gestión del riesgo de desastres, primeros auxilios, evacuación y conceptos básicos de contraincendio. El componente de gestión del riesgo incluye la consolidación de los planes de gestión del riesgo, los cuales son la entrada para la articulación local, bien sea con entidades públicas o privadas, como parte del fortalecimiento de la capacidad territorial. Dichos planes deben atender a la información contextual del territorio, es decir, a la identificación y caracterización que se mencionó anteriormente y que se correlaciona con la caracterización de escenarios del municipio o localidad. Con esta información de base se debe definir cómo será la respuesta de la comunidad en una situación de emergencia, cuáles son los sitios seguros, las rutas idóneas para movilizarse, los equipos o materiales con que cuentan, una cadena de llamadas con la que hacer la activación frente al evento, las instituciones de las que pueden recibir ayuda y, sobre todo, las personas que requieren ayuda, ya que como comunidad, la

40

base del trabajo en gestión del riesgo es la cooperación y la solidaridad. Este proceso de planificación en gestión del riesgo hace parte del desarrollo de la comunidad. Por un lado, por la disminución de la vulnerabilidad al incrementar la preparación y el equipamiento; por otro lado, porque al prepararse al interior de las familias y las comunidades, las acciones de respuesta se podrán brindar de manera más rápida y las acciones de recuperación, que son aquellas que buscan el retorno a la normalidad, serán más efectivas, con lo cual se puede decir que una comunidad es resiliente. La efectividad en la respuesta y la recuperación está basada en la caracterización de la comunidad, el restablecimiento ágil de medios de vida y todos aquellos servicios básicos fundamentales que posibilitan condiciones mínimas de bienestar, algunos de las cuales pueden ser restablecidos por la comunidad, otros por el Estado, en cualquiera de sus niveles, y otros de manera conjunta, por lo que la solidaridad y coordinación deben ser aspectos que permeen las acciones de preparación para la respuesta a emergencias. Así mismo, los Planes Familiares de Emergencia, que deben alimentar a los Planes Comunitarios, se construyen desde el contexto básico de la sociedad. Ese contexto hace alusión al sitio en el que se desenvuelve la persona para actividades diferentes a las académicas o laborales, es decir, la casa que se habita, que por las dinámicas actuales puede ser diversa (cuartos en alquiler, residencias estudiantiles, hogares familiares, etc.), pero que en última, es el lugar que brinda seguridad. En este punto surge una reflexión: si a la mayoría de propietarios les ha costado mucho esfuerzo (tiempo y dinero) conseguir sus viviendas, aún si es vivienda en alquiler


hay un esfuerzo por realizar los pagos, ¿por qué no se invierte en la seguridad? o ¿por qué no se trabaja de manera mancomunada por preservar los bienes y las vidas de las personas? Si la gestión del riesgo de desastres se mira con la arista de la seguridad personal, familiar y comunitaria, todos los ciudadanos son responsables de gestionar sus riesgos, esto se traduce en preparación, equipamiento y práctica. Es decir, las familias dentro de su preparación para emergencias deben incluir, por ejemplo, el componente financiero, en la medida de sus posibilidades (un seguro, la inclusión en el sistema de seguridad social de Colombia, un ahorro programado), maletas de emergencia, información y documentos importantes, debidamente resguardados. Estas medidas permiten sobreponerse de mejor manera a un evento adverso; ya que si es necesario invertir recursos económicos para sobreponerse a una situación de emergencia, con alguna de estas ayudas se disminuye la cantidad y es mucho más ágil retornar al estado de normalidad familiar o comunitaria. Asimismo, las comunidades deben poner a prueba las acciones de preparación familiar y comunitaria a través de simulacros, pues ese es el momento de verificar que la planificación es adecuada. Además, deben efectuar los ajustes que se requieran según la implementación de las acciones; de manera que, al articular dichos ejercicios con la preparación institucional, se establezcan opciones de mejora que redunden en el bienestar de la población. Si las personas incorporan poco a poco comportamientos y prácticas seguras, si como comunidad hay una organización activa que vela por el cumplimiento de compromisos en preparación y práctica de gestión del riesgo de desastres y, principalmente, si se

es consciente de los riesgos a los que está expuesta la comunidad y la preparación y toma de decisiones que esto requiere, se fortalece la gobernanza local del riesgo de desastres, contribuyendo en la mejora de las interacciones sociales con el entorno y, sobre todo, velando por la seguridad propia como corresponsables de la gestión de nuestros riesgos. Esa toma de decisiones es fundamental en el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo, pues al contar con objetivos claros y planes definidos se identifican muy claramente las competencias para la coordinación de acciones en prevención, mitigación, preparación, respuesta y recuperación, tal como se menciona en el Marco de Acción de Sendai en su prioridad 2 (ONU, 2015). Una comunidad empoderada frente a su territorio, que gestione sus riesgos y que involucre a sus habitantes en dicha gestión, es una comunidad segura y resiliente. A manera de conclusiones La gestión del riesgo de desastres debe entenderse y asumirse como un compromiso personal y colectivo, como base del desarrollo, para lo cual es necesario tener conocimiento del territorio, los fenómenos amenazantes a los que se encuentra expuesta la población y tomar las medidas requeridas para disminuir la vulnerabilidad. En ese sentido, el fortalecimiento comunitario permitirá el establecimiento de vínculos de corresponsabilidad que atiendan a los principios y procesos de la gestión del riesgo de desastres en Colombia. El empoderamiento comunitario fortalece la gobernanza del riesgo a nivel local y posibilita que las organizaciones comunitarias emprendan acciones como colectivo en busca de mejorar las condiciones de seguridad de sus habitantes.

41


Las herramientas o los instrumentos comunitarios de planificación en gestión del riesgo, entiéndase Planes Comunitarios de Gestión del Riesgo, posibilitan la interacción de los diferentes sectores para que la respuesta a situaciones de emergencia pueda darse de manera articulada, reconociendo la importancia de las acciones comunitarias en las primeras horas de sucedido el evento y en el proceso posterior de recuperación.

Cruz Roja Colombiana (abril, 2012). Guías Metodológicas para la Reducción del Riesgo de Desastres a Nivel Comunitario y Escolar. Bogotá.

Referencias

IFRC. (S.F). Serie es mejor prevenir: Educación, organización y preparación para la reducción del riesgo. Centro Regional de Referencia en Educación

Banco Mundial Colombia (2012). Análisis de la Gestión del Riesgo de Desastres en Colombia. Un aporte para la construcción de políticas públicas. Colombia. Cruz Roja Colombiana (abril, 2012). Conozcamos las inundaciones. Adaptación versión original DPAE Alcaldía Mayor de Bogotá. Quibdó.

Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres. (2012). Cómo Desarrollar Ciudades más Resilientes. Un Manual para Líderes de los Gobiernos Locales. Ginebra. IFRC. (S.F). Serie es mejor prevenir: Plan familia prevenida. Centro Regional de Referencia en Educación Comunitaria. Costa Rica.

Comunitaria. Costa Rica. Ministerio del Interior (2012). Ley 1523 de 2012 Política de Gestión del Riesgo de Desastres. ONU (2015). Marco de Acción de Sendai. Asamblea General de las Naciones Unidas.

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019). Jornada de Atención humanitaria Soacha

42


Tsunamis en el Pacífico colombiano, una amenaza para el país 1

Erick Velasco R . Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá Resumen En los últimos 100 años se han registrado al menos dos terremotos y posteriores tsunamis en la costa Pacífica colombiana, que a su paso dejaron grandes pérdidas humanas y económicas. En su momento fueron reconocidos por los periódicos como catástrofes nacionales y las fotografías de pueblos destrozados acompañaban las primeras páginas; sin embargo, al pasar el tiempo hemos olvidado que en aquellos pueblos del pacífico la amenaza por tsunami está latente. Un nuevo evento arrasaría varias ciudades y especialmente a Tumaco, nos afectaría como país, a cada uno de los colombianos y por supuesto comprometería la estabilidad, economía y gobernabilidad del Estado. Palabras clave: tsunamis en Colombia, eventos de baja frecuencia, gestión del riesgo Abstract In the last 100 years, there have been at least two earthquakes and subsequent tsunamis in the Pacific coast of Colombia, which in their wake left great human and economic losses. At the time the events were recognized by the newspapers as national catastrophes, and photographs of destroyed villages accompanied the first pages. However, over time the Colombian society seems to have forgotten the threat of tsunami is latent on the Pacific coast and that a new event would wipe out cities such as Tumaco and that, above all, it would affect us as a country, each Colombian citizen, the state institutions, even compromising the Colombian state stability. Key words: Tsunamis in Colombia, management.

low-frequency events,

Introducción Los grandes desastres recientes nos han enseñado cuán vulnerables somos a fenómenos naturales de gran impacto, quizás los ejemplos más claros sean el tsunami de Indonesia (2004), el terremoto en Haití (2011) y el terremoto y posterior tsunami en Japón (2011) (Adams et al., 2011; Bryant, 2014; Engle, 2018; Goff & Cain, 2016). Colombia por su parte no es un país exento de grandes desastres. Como se ha visto en el pasado, terremotos como el del 31 de enero de 1906 y el del 12 de diciembre de 1979 generaron subsecuentes tsunamis que causaron grandes daños en los municipios

disaster

risk

reduction,

risk

costeros del Pacífico, como El Charco, que en el segundo evento desapareció casi por completo (Velasco & López, 2016); o en los terremotos de Armenia y Popayán, eventos de gran impacto en pérdidas de vidas humanas o económicas. Lo cual no es casualidad, pues Colombia, en su posición geológica como parte del anillo de fuego del Pacífico (Taboada, Dimate, & Fuenzalida, 1998), estará siempre expuesta a los efectos ligados a dicha actividad tectónica, como grandes sismos, erupciones volcánicas y tsunamis. En el caso japonés, las pérdidas estimadas por el gobierno con respecto al terremoto y subsecuente tsunami del 11 de marzo

1. Geólogo de la Universidad Nacional de Colombia. MSc candidate Tohoku University, International Research Institute of Advanced Science (IRIDeS). Voluntario SAR de la CRC por 18 años. Área de gestión del riesgo de desastres, Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. Erick R. Velasco R.

43


del 2011 en la región de Tohoku, noreste de Japón, se calcularon en más de 15.000 muertos, 2.558 desaparecidos, 6.152 heridos y más de un millón de viviendas parcial o completamente destruidas (Reconstruction Agency, 2016). Conforme a los cálculos posteriores, las pérdidas económicas se estimaron en 200 billones de dólares, incluyendo infraestructura industrial, social y servicios básicos, entre otros (Reconstruction Agency, 2016). Fue considerado, por el

Banco Mundial, el desastre más costoso en la historia de la humanidad (ver Gráfica 1). Un desafortunado hecho que no solo afectó la economía japonesa, sino que también suscitó una reducción en el crecimiento global, pues lo daños en la infraestructura implicaron la interrupción de la cadena de fabricación de equipos y materiales semiconductores e incluso paradas en las empresas más grandes del mundo en la industria automotriz, como Toyota (Amadeo, 2019).

Gráfica 1. Costos totales de daños generados por desastres naturales (sequías, inundaciones, climas extremos, remoción en masa, volcanes, terremotos y tsunamis) en el mundo (1980 – 2018). Se puede evidenciar los costos generados por encima de los 200 billones de dólares en el 2004 y el 2011, relacionados a los sismos y tsunamis de Indonesia y Japón, respectivamente. Fuente: tomado y modificado de EMDAT: OFDA/CRED International Disaster Database, Univerité catholique de Louvain – OurWorldData.org/ natural-disasters, 2019.

Ahora bien, este tipo de eventos se han clasificado como eventos de alto impacto y baja frecuencia, o simplemente de baja frecuencia, dado que, a diferencia de inundaciones, eventos de remoción en masa o incendios forestales, su frecuencia de ocurrencia es bastante menor, en ocasiones saliéndose del registro histórico (en algunos casos de más de 1000 años de recurrencia) Bryant, 2014;

44

Shiki, Tsuji, Minoura, & Yamazaki, 2008). Este hecho, paradójicamente, los hace aún más destructivos, pues su baja frecuencia está directamente relacionada con una mayor acumulación de energía y, en consecuencia, a efectos más devastadores cuando se materializan. Por esta razón los eventos de baja frecuencia están relacionados a mayores pérdidas (ver Gráfica 2).


Gráfica 2. Número estimado de muertes relacionadas con terremotos y tsunamis. El evento más letal fue el sismo de 1556 en China. Se puede observar que los eventos de mayor impacto son aquellos de menor frecuencia. Fuente: tomado y modificado de National Geophysicall Data Center (NGDC) - NOAA, 2019.

Reflexión Con la promulgación de la Ley 1523 de 2012 “por la cual se adopta la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se dictan otras disposiciones”, el país dio el primer paso hacia una gestión del riesgo de desastres integral que, en términos generales, implica entender y adoptar la gestión del riesgo como un proceso que involucra a todos los actores de la sociedad, desde los ciudadanos hasta las universidades, las entidades de socorro y las empresas privadas. A partir de allí se estructuraron las políticas nacionales de conocimiento, reducción y manejo, dándole prevalencia a los consejos municipales como los responsables de la gestión del riesgo en sus municipios, a los consejos departamentales y a la unidad nacional como articuladores de la misma.

De forma que, conforme a un mayor nivel de amenaza las acciones de gestión del riesgo escalarían y serían llevadas a los actores departamentales y nacionales, como es el caso de la amenaza por tsunami en el Pacífico colombiano, en donde deberían intervenir los 47 municipios en los 4 departamentos, articulados con la nación a través de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Sin embargo, si bien la UNGRD ha puesto un esfuerzo considerable en proveer herramientas para la construcción de los elementos de planificación; el Servicio Geológico Colombiano, la Dirección Marítima (DIMAR) y las universidades se han preocupado por desarrollar conocimiento en torno al tema; así como los cuerpos de bomberos, la Defensa Civil Colombiana (DCC) y la Cruz Roja Colombiana se han enfocado en preparar a las comunidades es claro, y

45


de conocimiento público, que como país estamos considerable y preocupantemente rezagados en lo que sería una gestión del riesgo eficiente y efectiva en torno a la amenaza por tsunami, en un proceso que garantice la menor pérdida posible de vidas humanas frente a un nuevo evento. Desde hace más de 15 años se han venido evaluando los efectos de un posible nuevo tsunami (e.g. Caballero & Ortíz, 2003; Cardona, 2004, 2005; Esquivel, 2006; Restrepo & Otero, 2007; Sánchez, et al., 2013; DIMAR-CCCP, 2013; Bastidas & Puentes, 2008; González & Sánchez, 2011; Sánchez, 2012) y se ha interpretado con bastante claridad que los efectos serían devastadores, especialmente en municipios como Tumaco, en donde la inundación podría llegar al 96% de la isla (Sánchez et al., 2013). Un evento en este momento sería un gran desastre sin lugar a duda, pues solo allí viven más de 120.000 personas (DANE, 2017). zar a gran parte del equipo de respuesta nacional de la UNGRD, de la Cruz Roja Colombiana y sus seccionales (con gran liderazgo de la Seccional Cundinamarca y Bogotá), de la DCC, vale la pena preguntarse: ¿está Colombia preparada para responder frente a un desastre de tal magnitud?, ¿cuántas vidas se perderían?, ¿cuáles serían los costos reales de la materialización de un evento de baja frecuencia en la infraestructura portuaria del Pacífico colombiano?, ¿cuál sería el impacto en la economía frente a un eventual sismo y tsunami de alto impacto y baja frecuencia. Probablemente las respuestas a las preguntas planteadas no sean las más optimistas, pero es absolutamente imperante hacerlas, pues no es simple casuística, es entender que un sismo de magnitud 8.8 Mw con un subsecuente tsunami afectó las costas colombianas en 1906, y que hoy

46

en día ni siquiera conocemos su posible recurrencia, que es una amenaza real y que debe ser tomada con seriedad. El terremoto y tsunami del 2011 en Japón nos enseñó que la preparación puede no ser suficiente y que aun siendo, quizás, el país más preparado en el mundo frente a desastres, eran altamente vulnerables. De manera complementaria, como ciudadanos colombianos debemos entender que, como dice la Ley 1523, todos somos responsables de la gestión del riesgo de desastres, pero que también, no solo las amenazas que intervienen directamente en nuestro entorno pueden afectarnos, sino que aquellas que parecen lejanas pueden desestabilizar la economía, la gobernabilidad y, por consiguiente, al Estado colombiano como un todo; razón por la cual es vital incentivar y exigir en todos los estamentos la construcción de herramientas que garanticen una gestión del riesgo efectiva, la inversión en generación del conocimiento, en implementación de medidas de reducción y, por supuesto, en la preparación para la respuesta y la recuperación. Conclusión El reconocimiento de la gestión del riesgo de desastres, como un proceso social que nos involucra a todos, debe ser el pilar fundamental de las acciones como individuos, comunidad y Estado. Debemos ser conscientes de que, al pertenecer al mismo sistema (entendiendo a cada colombiano como una célula de un gran sistema nervioso), lo que le suceda a una comunidad en el remoto Pacífico colombiano puede afectar la dinámica social de todos los colombianos, por lo que su protección desde una efectiva gestión del riesgo de desastres debe ser de interés y preocupación general. Igualmente, es de suma importancia generar conocimiento que permita identificar fenómenos de baja frecuencia que puedan resultar en eventos de muy alta intensidad y, por consiguiente, en desastres de gran magnitud.


Referencias Adams, V., Kaufman, S.R., Hattum, T.V., & Moody S. (2011). Aging disaster: Mortality, vulnerability, and long-term recovery among Katrina survivors. Medical Anthropology. 30(3). 247–270. Amadeo, K. (2019). Japan’s 2011 Earthquake, Tsunami and Nuclear Disaster. https://www.thebalance. com/japan-s-2011-earthquake-tsunami-and-nucleardisaster-3305662 Bastidas, M., y Puentes, M. G. (2008). Estimación del riesgo por tsunami de origen cercano en la bahía de Buenaventura (Informe Final). Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico (CIOH). San Andrés de Tumaco, 43p. Bryant, E. (2014). The Underrated Hazard Edward Bryant. https://doi.org/https://doi-org.ezproxy.puc. cl/10.1007/978-3-540-74274-6 Caballero, L., & Ortiz, M. (2003). Evaluación del impacto de tsunamis en el litoral Pacífico colombiano. Parte II (Región Buenaventura). Boletín Científico CCCP, 9: 45-57. Cardona, Y. (2004). Análisis del arribo de ondas de tsunami a las poblaciones de la Bahía de Tumaco a través de señales sintéticas. Boletín Científico CCCP, 11. 42-49. Cardona, Y., Toro, M., Vélez, J. I., & Otero, L. J. (2005). Modelación de tsunamis en la costa Pacífica colombiana: caso Bahía de Tumaco. Avances en Recursos Hidráulicos, (12). 43-54. Recuperado de: http://www.bdigital.unal.edu.co/4711/1/No.12-2005-3. pdf DANE (2017). Colombia. Proyecciones de población municipal por área. Departamento Nacional de Estadística. DIMAR-CCCP. (2013). Estudio de la Amenaza por Tsunami y Gestión del Riesgo en el Litoral Pacífico Colombiano, Serie Publicaciones Especiales. Recuperado de: http://www.cccp.org.co/

protector de Tumaco ante tsunamis mediante la aplicación de modelos numéricos. [Tesis de Pregrado]. Universidad de La Salle, Facultad de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, Bogotá D.C. 162. Goff, J., & Caín, G. (2016). Bases de datos de tsunamis: Los problemas de aceptación y ausencia. Geoforum, 76, 114-117. https://doi.org/10.1016/j. geoforum.2016.09.005 González, F., y Sánchez, M.C. 2011. Evaluación de la amenaza por tsunami. [Tesis de pregrado]. Universidad Javeriana: Bogotá D.C. Recuperado de: https://repository. javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/7438/ tesis519.pdf?sequence=1&isAllowed=y Reconstruction Agency (2016). Great East Japan Earthquake. Recuperado de: http://www.reconstruction. go.jp/english/topics/GEJE/index.html Restrepo, J. C., & Otero, L. J. (2007). Modelación numérica de eventos tsunamigénicos en la Cuenca Pacífica Colombiana-Bahía de Buenaventura. Revista Academia Colombiana de Ciencias, 31(120), 363-377. Sánchez, J. (2012). Caracterización y diagnóstico socioeconómico y ambiental de la Costa Pacífica en el departamento de Nariño. Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). [Documento en línea]. Recuperado de: https://repositorio.sena.edu.co/handle/11404/2594 Sánchez, R.E, Otero, L.J., y De La Rosa, R. (2013). Modelado numérico de tsunamis: Caso de estudio. En: Estudio de la Amenaza por Tsunami y Gestión del Riesgo en el Litoral Pacífico Colombiano DIMAR-CCCP Eds. 51- 70. Shiki, T., Tsuji, Y., Minoura, K., & Yamazaki, T. (2008). Tsunamiites - Features and Implications. Tsunamiites - Features and Implications. Oxford, UK. https://doi. org/10.1016/B978-0-444-51552-0.X0001-X Taboada, A., Dimate, C., & Fuenzalida, A. (1998). Sismotectonica de Colombia: deformación continental

descargas/2016/otros/est_amenaza_tsunami_pac.pdf

activa y subducción. Física de la Tierra, 10, 111–147.

Engle, J. (2018). Stories of tragedy, trust and transformation? A case study of education-centered community development in post-earthquake Haiti. Progress in Planning, 124, 1-34. https://doi. org/10.1016/j.progress.2017.04.001

Velasco, E. R., & López, G. I. (2016). Marco conceptual para investigaciones tsunamigénicas: Caso litoral pacífico colombiano. Boletín de Geología, 38(4). 79-106. https://doi.org/10.18273/revbol.v38n4-2016

Esquivel, I. P. (2006). Estimación del impacto en la hidrodinámica y la calidad del agua por la regeneración de la antigua isla barrera “El Guano” como elemento

47


Respuesta humanitaria internacional a los ciclones Idai y Kenneth, y a las subsecuentes epidemias de cólera y malaria en Mozambique en 2019 Reporte de Campo Luis Hernando Aguilar Ramirez

1

Resumen Este artículo presenta los antecedentes, el impacto y la respuesta humanitaria a los ciclones Idai y Kenneth en Mozambique, así como las subsecuentes epidemias de malaria y cólera. Además, describe el proceso de asistencia humanitaria internacional en general, y su aplicación al caso de Mozambique. Palabras clave: : Mozambique, ciclón Idai, ciclón Kenneth, respuesta humanitaria internacional, acción humanitaria, cólera, campaña de vacunación, salud, coordinación humanitaria, gestión de información Abstract This paper presents the antecedents, the impact and the Humanitarian response of the Idai and Kenneth cyclones in Mozambique in 2019, and the subsequent cholera and malaria outbreaks. Describes the process of international Humanitarian response in general and applied to the Mozambique situation. Key words: Mozambique, Cyclone Idai, Cyclone Kenneth, international humanitarian response, humanitarian action, cholera, vaccination campaign, health, humanitarian coordination, information management

Impacto de los ciclones Idai y Kenneth Por primera vez en la historia registrada, dos ciclones afectaban Mozambique en la misma temporada. La Oficina de la ONU para la coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que el 4 de marzo de 2019 el ciclón Idai tocó tierra en el distrito de Zambezia. Entre el 6 y 8 de marzo el ciclón dio un giro hacia la salida del océano Índico y regresó el 14 de marzo a media noche al norte de la ciudad de Beira, esta vez con categoría 3. Beira es la capital de la provincia de Sofala, la cual cuenta con más de 500.000 habitantes. Los vientos alcanzaron una velocidad entre los 180 y los 220 km/h y las lluvias sobrepasaron los 200mm en 24 horas, cubriendo las provincias de Sofala, Manica, Zambezia, Tete e Inhambane (Iñambane). Esta situación se vivió entre el 4 y 21 de marzo. Las inundaciones subsecuentes lograron

profundidades mayores a 10 metros en algunas zonas, causaron el desbordamiento de los principales ríos y la destrucción de infraestructura. Las estimaciones iniciales afirman que cerca de 3.000 km2 de tierra Sofala, la cual cuenta con más de 500.000 habitantes. Los vientos alcanzaron una velocidad entre los 180 y los 220 km/h y las lluvias sobrepasaron los 200mm en 24 horas, cubriendo las provincias de Sofala, Manica, Zambezia, Tete e Inhambane (Iñambane). Esta situación se vivió entre el 4 y 21 de marzo. Las inundaciones subsecuentes lograron profundidades mayores a 10 metros en algunas zonas, causaron el desbordamiento de los principales ríos y la destrucción de infraestructura. Las estimaciones iniciales afirman que cerca de 3.000 km2 de tierra fueron afectados y más de 715.000 hectáreas de campos de cultivo quedaron sumergidos.

1. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster Profesional en Gestión del Conocimiento de la Universidad Montpellier III, y Especialista en Gestión de la Información Digital de la Universidad Externado de Colombia. Líder de la iniciativa Kitum. Oficial de Información de la Organización Mundial de la Salud en Pemba y Beira Mozambique.

48


De otra parte, y de acuerdo con el sexto Informe de Situación Nacional en Salud de la OMS, el Ministerio de Salud de Mozambique y el Instituto Nacional de Salud de Mozambique (junio 2019), el 25 de abril de 2019 el ciclón tropical Kenneth, de categoría 3, tocó tierra en la costa norte de la provincia de Cabo Delgado, afectando fuertemente los distritos de Ibo, Quissanga y Macomia. El 9 de mayo de 2019 se reportaron 254.750 personas (54.554 familias) afectadas y 45 personas fallecidas a causa del ciclón. Asimismo se registraron más de 45.000 casas destruidas parcial o totalmente. Aproximadamente 18.029 personas se encontraban en centros de acomodación, además, el acceso a los distritos afectados estaba restringido debido a la destrucción de las vías, así como de los sistemas de comunicación y suministro de energía eléctrica. De otra parte, también, se presentaron hechos de violencia en el distrito de Macomia, entre los cuales se destaca una emboscada a un transporte militar que dejó más de 15 muertos entre personal militar y civil. Este hecho se atribuyó a un ala del Estado Islámico, pero al momento de realizar este reporte la Oficina de Seguridad de Naciones Unidas (UNDSS) no había confirmado la información. El ciclón Idai dejó 1.850.000 personas afectadas, 400.000 personas desplazadas, 1.641 heridos, 6.768 casos de cólera, más de 51.118 casos de malaria y 603 fallecidos. El Instituto de Gestión de Calamidades (INGC) reporta que, desde el 15 de abril, más de 700.000 personas se encuentran alojadas en albergues temporales en las provincias afectadas (2019). El total de personas en situación de necesidad, es decir personas afectadas que no han podido recuperarse por sus propios medios, se calcula en más de 1.200.000. También, se habla de al menos 77 centros médicos destruidos. Por su parte, el ciclón Kenneth dejó 347.000 personas en situación de necesidad de

asistencia humanitaria, 18.029 desplazados, 91 heridos y 45 muertos. El primero de mayo se confirmó una epidemia de cólera en los distritos de Pemba y Mecufi, y el 8 de mayo en Metuge. Todos estos en la provincia de Cabo Delgado, con 267 casos probados de cólera y 14.030 de malaria. También, resultaron averiadas 19 unidades de atención médica, 4 de ellas quedaron totalmente destruidas. Asimismo, el suministro de medicamentos, como los antirretrovirales, se afectó gravemente. Hecho particularmente preocupante dado que, según cifras de ONUSIDA (2019), la prevalencia del VIH SIDA en estos territorios es de las más altas del mundo. Por otra parte, el reporte del área de Recursos Humanos de la Dirección Provincial de Salud en Cabo Delgado (mayo 2019) habla de 518 miembros del personal sanitario con sus casas total o parcialmente destruidas. De acuerdo con el Plan de Acción Operativo para el Sector salud, las preocupaciones más importantes son el cólera y otras diarreas agudas, las enfermedades causadas por vectores, como la malaria y el dengue, y la desnutrición. Antecedentes Mozambique está localizado en el sureste del continente africano y tiene costa sobre el Océano Índico. Logró su independencia de Portugal el 25 de junio de 1975. Cuenta con el segundo yacimiento de gas natural más grande del mundo y una industria pesquera importante. De acuerdo con USAID (mayo 2019), antes de la crisis, los distritos afectados tenían apenas 6.4 médicos por cada 100.000 habitantes, proporción que se encuentra dentro de las más bajas del mundo. Por otra parte, Mozambique es el tercer país del mundo con más casos de malaria, de acuerdo con el Informe del Programa

49


Gráfica 1. Distritos afectados por los ciclones. INGC 2019.

2

Mapa zona de impacto. Diseño propio.

Mundial de Control de la Malaria (2017), su tasa de mortalidad infantil en menores de 5 años es cerca del 78.4 por 1.000, y la rata de mortalidad materno-infantil es de 407 por 100.000 nacidos vivos. Los ciclones impactaron en áreas donde históricamente la prevalencia de la malaria ha sido alta. Respuesta De acuerdo con las evaluaciones de necesidades humanitarias realizadas por el Instituto Nacional de Gestión de Calamidades (INGC), OCHA y otros organismos (mayo,

2019) se estableció que la emergencia causada por el ciclón Idai corresponde a una 2 graduación L3 . Esto significó el despliegue de la respuesta humanitaria internacional para atender las necesidades de la población afectada, en complementariedad con las autoridades locales y nacionales. Desde el sector salud se establecieron seis ejes para el plan de respuesta (OMS, 2019):

2. Los estándares de los equipos de emergencia de Naciones Unidas usan la L para referirse al nivel de las diferentes emergencias, lo que permite identificar y priorizar los niveles de respuesta. L0 significa que no hay emergencia y que en teoría sería el momento de la preparación y la mitigación. L1 se refiere a aquellas emergencias donde la capacidad de las autoridades locales no se ha visto superada. L2 se refiere a las emergencias donde la capacidad de las autoridades locales se ve superada y se requiere apoyo del nivel nacional para atenderlas. L3 es el máximo nivel de graduación y nos habla de que las capacidades nacionales han sido superadas, ante lo que los Estados hacen un llamamiento de apoyo a la comunidad internacional. Ese llamamiento es atendido por la Organización de las Naciones Unidas como vocero de la comunidad internacional, a la vez que por Organizaciones de la Sociedad Civil que tienen experiencia y trabajan en diferentes áreas.

50


1.Reducción de la mortalidad prevenible mediante el fortalecimiento de los servicios de salud. 2.Establecimiento de mecanismos de respuesta inter-organizacionales a nivel nacional y local. 3.Prevención y respuesta a epidemias de enfermedades infeccionas.

4.Garantía de la provisión de servicios de salud. 5.Establecimiento de mecanismos de soporte operacional y logístico. 6.Aseguramiento del suministro de servicios de salud mediante la reconstrucción de unidades sanitarias afectadas.

Gráfica 2. Humanitarian Response.info “What is the Cluster Approach?” Disponible en: https://www.humanitarianresponse.info/en/ about-clusters/what-is-the-cluster-approach

51


Arquitectura humanitaria Internacional La Organización de las Naciones Unidas estructuró mecanismos de respuesta a emergencias causadas por la violencia o los desastres: “Reforma Humanitaria”. Esta se consagra en la resolución AG 46/182 (Asamblea General AG número 46, punto 182, diciembre de 1991) y se refiere a la estructuración de mecanismos de emergencia, en pro de una mayor coordinación, basados en los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad, humanidad e independencia operacional. En la resolución se establece el Comité Permanente Interagencial (IASC) como figura de coordinación humanitaria en emergencias, en calidad de subsecretario general, y se crean mecanismos para la financiación humanitaria. Adicionalmente, se establece el sistema de sectores o “clusters”, que ha demostrado ser un mecanismo efectivo en múltiples emergencias. Acción humanitaria Uno de los aportes más significativos de la AG/46 182 está en la definición de Acción Humanitaria como aquella “acción que busca salvar la vida y aliviar el sufrimiento de los afectados por violencia o desastres, siguiendo los principios de neutralidad, humanidad e imparcialidad”, a los cuales luego se agrega el principio de independencia operacional, dada la relevancia en la respuesta. Estos principios son transversales a toda acción humanitaria y ayudan a definir qué acciones son o no humanitarias. Así, el objetivo fundamental es salvar vidas y aliviar el sufrimiento de las personas afectadas, sin otro criterio de discriminación que la necesidad real, técnicamente identificada. El sistema de clusters Los clusters o sectores son estructuras de coordinación conformados por agencias del Sistema de las Naciones Unidas y Organismos no gubernamentales (ONG), quienes trabajan en un área temática común para dar respuesta a los afectados por la

52

emergencia, de tal manera que permiten realizar acciones de manera coordinada. En ese marco, es responsabilidad del sector de Recuperación Temprana servir de orientador para que las actividades se enfoquen en el momento adecuado a la construcción de soluciones duraderas, siendo un enlace con el área de desarrollo. Respuesta Humanitaria en Mozambique De acuerdo con la experiencia y opinión de quien escribe, en Mozambique se encuentra una manifestación clara del despliegue de la respuesta humanitaria internacional en la atención a los ciclones y las epidemias. De un lado, en Beira se estableció un Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en el aeropuerto internacional, donde tienen espacio tanto los miembros de los clusters como los miembros de las unidades de coordinación de la respuesta. De otro, en Pemba se establecieron los mecanismos sectoriales para la respuesta coordinada. Los diferentes sectores han recibido apoyo operacional de los clusters globales, gracias al despliegue de oficiales con experiencia en las diferentes áreas de actuación. De esta manera, se ha fortalecido el acceso a recursos y mecanismos de logística y la evaluación de necesidades; además, se han potenciado las capacidades y se ha reafirmado un enfoque hacia soluciones duraderas. Algunas de las tareas que se desarrollan se orientan a la identificación de zonas de difícil acceso mediante el uso de helicópteros de gran capacidad, aeronaves de ala fija y navíos. Se apuesta por el fortalecimiento de las capacidades estatales y locales y la provisión adecuada de servicios en las zonas afectadas. Para el sector salud la tarea no ha sido fácil. Más de 110 organizaciones, líderes e implementadoras de diversa índole, desarrollan actividades con un reto operacional grande. La Organización Mundial de la Salud despliega su estructura de manejo


de incidentes incluyendo la asignación de oficiales especializados en epidemiología, operaciones logísticas, comunicaciones, gestión de información, coordinación y otras áreas. Las tareas principales consisten en la identificación de necesidades en el sector salud, desde la atención de los casos reportados como la vigilancia epidemiológica al cólera y la malaria, fenómenos que se han visto intensificados debido a la multiplicación de mosquitos que portan la enfermedad en las zonas afectadas. Es de destacar el apoyo y la coordinación de los Equipos Foráneos de Emergencia (EMT), una estructura de certificación de capacidades operacionales para equipos médicos, la cual se originó durante el tifón Haiyan en Filipinas en 2013 y se consolidó durante la respuesta a la enfermedad del Ébola en África Occidental entre 2013 y 2016. Estos equipos certificados cumplen con estándares operativos para prestar servicios de salud. Adicionalmente, se ha podido probar un modelo predictivo del impacto del cólera luego del ciclón Kenneth. El proyecto se denomina “Modeling Cholera Incidence & Transmission in the Cyclone Kenneth-affected Region” y en el participan equipos de Harvard University School of Public Health, Direct Relief, Nethope, Northwestern University Medical School y Facebook Data for Good (Chan, 2019). El proyecto ha puesto a disposición el código fuente del modelo y los mapas resultantes, los cuales constituyen recursos interesantes para próximos escenarios con emergencias similares. Estado actual En el momento de escribir estas líneas, los avances han sido enormes pero los desafíos están lejos de ser superados. Gracias a una juiciosa implementación de buenas prácticas dentro de la vigilancia

epidemiológica, el tratamiento de casos y dos campañas masivas de vacunación, el cólera ha presentado una drástica disminución en sus números. Asimismo, las campañas de movilización social cubren cada vez mayor porcentaje de la población y la vacunación está planeada para llegar incluso a las zonas de difícil acceso, tanto en Sofala como en Cabo Delgado. También se ha desarrollado una rotación de personal por protección de la salud de los equipos, acompañado de un proceso de orientación a los nuevos equipos. Se ha trabajado de la mano con las autoridades en busca del fortalecimiento de la capacidad local, teniendo presente los principios humanitarios. Es interesante destacar que, con el fin de controlar la epidemia de cólera, se desarrolló una campaña de vacunación oral con la intención de llegar a más de 250.000 personas. Uno de los mayores desafíos de esta iniciativa fue el hecho de que esta campaña se cruzó con el mes sagrado del Ramadán (el islam es la religión mayoritaria en esta zona del país). Durante este mes, las personas ayunan entre las 4 de la mañana y las 7 de la noche; y el hecho de que la vacuna se suministre de manera oral se ha interpretado por algunos como una ofensa a la ley religiosa. Ante esta situación, fue necesario realizar un plan de movilización social y de sensibilización dirigido a los líderes religiosos para que se dieran las excepciones necesarias y se permitiera a los fieles recibir las vacunas orales sin violentar sus principios. Así se hizo necesario contar con puestos de vacunación nocturnos, lo que implicó un esfuerzo logístico mayor, dada la situación de seguridad de la zona. Perspectivas El caso de los ciclones experimentados en Mozambique (2019) ha sido un claro ejemplo del valor que tiene trabajar de manera coordinada con las entidades en la implementación de acciones que salvan vidas y alivian el sufrimiento. De esta forma

53


se comprueba que los clusters son un importante mecanismo de soporte para el estado receptor. Son múltiples las lecciones aprendidas en este despliegue. El enfoque de desarrollo de capacidades en los actores locales es clave para la recuperación, y la participación comunitaria es uno de los ejes fundamentales que permiten tal recuperación. También, es indispensable el despliegue de herramientas

tecnológicas que fortalezcan la vigilancia epidemiológica y la salud comunitaria. La comunidad humanitaria continúa apoyando la construcción e implementación de los planes de respuesta y reconstrucción de la red de servicios de salud, a pesar de que, según el sistema de seguimiento financiero FTS (abril, 2019), solo ha logrado financiar cerca del 10 % de los recursos necesarios (USD 17 millones de USD 188 millones requeridos).

Referencias UNOCHA (2019). Mozambique “Mozambique Cyclone IDAI two months after”. Recuperado de: https://www. humanitarianresponse.info/en/operations/mozambique/ infographic/mozambique-cyclone-kennet-one-monthafter-25-may-2019 Chan, J (2019), “Modeling Cholera Incidence & Transmission in the Cyclone Kenneth-affected Region”. Harvard University School of Public Health, Direct Relief, Nethope, Northwestern University Medical School y Facebook Data for Good. Available in https:// www.directrelief.org/2019/04/if-cyclone-kenneth-leadsto-cholera-in-mozambique-who-is-most-at-risk/ Dirección Provincial de Salud Cabo Delgado (mayo, 2018). Unidad de Recursos humanos. “Impacto del ciclón Kenneth en el personal de salud en la provincia” presentado en la reunión del sector salud. Instituto Nacional de Gestión de Calamidades INGC (abril, 2019). Informe de la situación.

54

OMS (mayo, 2019), Clusters de Salud. Ministerio de Salud Mozambique (mayo, 2019). “Plan de respuesta del sector Salud”. OMS, Ministerio de Salud de Mozambique, Instituto Nacional de Salud de Mozambique (junio, 2019) “National Health Sitrep #6 National Situation Report 6. Period covered: 3 – 16 June”. Recuperado de: www. humanitarianresponse.info ONUSIDA (2014).https://www.unaids.org/es/keywords/ mozambique ONU (1991). Asamblea General de las Naciones Unidas. Resolución AG/46-182. Recuperado de: https://www.humanitarianresponse.info/es/operations/ colombia/document/resoluci%C3%B3n-ag-46-182 Programa Mundial de Control de la Malaria. Informe Mundial sobre Malaria 2017. Recuperado de: https://apps.who.int/iris/bitstream/ handle/10665/186671/9789243564999_spa.


La comunicación: una herramienta clave en la atención de emergencias Anderson Fabián González Tovar1 Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá Resumen Los organismos de respuesta en la atención de emergencias buscan reducir la afectación y el riesgo generado por un evento. En el esquema de respuesta a emergencias y desastres, la gestión de las comunicaciones es un aspecto fundamental para la orientación del comportamiento preventivo y protector en personas y comunidades. Para cumplir esta misión las instituciones han diseñado e incorporado protocolos operativos de manejo de información y construcción de mensajes claves que garanticen una comunicación permanente con la opinión pública y las personas afectadas. Palabras clave: mensajes claves, comunicación, opinión pública, emergencias Abstract Emergency response agencies seek to reduce the impact and risk generated by an event. The emergency and disaster response scheme, the communications management is a fundamental aspect for the orientation of preventive and protective behavior in people and communities. To achieve this mission the institutions have designed and incorporated operational protocols for information management and construction of key messages that guarantee permanent communication with public opinion and the people affected. Key words: key messages, communication, public opinion, emergencies

Introducción El uso de la información y la producción de mensajes relacionados con la gestión del riesgo, la reducción del riesgo, el conocimiento del riesgo y el manejo de desastres pueden favorecer o dificultar una situación de emergencia. Debido a esto, las organizaciones que hacen parte del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo (SNGRD) vienen prestando especial atención a la conformación de equipos especializados y responsables de llevar un buen proceso de comunicación en contextos de gran complejidad. Este artículo destaca la importancia que brindan los equipos de comunicación en la visibilización de acciones en los escenarios de atención de desastres, con el uso

adecuado de la comunicación, la divulgación de mensajes claves, la selección de canales de comunicación como vía de conexión entre instituciones y personas, el uso de medios digitales y de comunicación, los cuales favorecen la difusión confiable de información en escenarios de emergencia; adicionalmente, el artículo apoya las buenas prácticas en prevención, atención y recuperación de emergencias. La palabra “emergencia”, para comenzar a entender el contexto en el que se desenvuelve la misión operativa de los organismos de socorro, es definida por la Unidad Nacional para el Gestion de Desastres (UNGRD) con la Ley 1523 de 2012 como “aquella situación caracterizada por la alteración o interrupción

1. Comunicador social y periodista de la Universidad Uninpahu. Analista de prensa y comunicaciones de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.

55


intensa y grave de las condiciones normales de funcionamiento u operación de una comunidad, causada por un evento adverso o por la inminencia del mismo, que obliga a una reacción inmediata y que requiere la respuesta de las instituciones del Estado, los medios de comunicación y de la comunidad en general” (UNGRD, 2012). En un escenario de emergencia, la respuesta operativa incluye diferentes aspectos; entre ellos: labores de rescate, apoyo en salud, salud mental, administración de la emergencia, manejo de recursos y comunicaciones. Este último, también sustentado desde la creación del Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres en 1985, donde se plantea la necesidad de generar protocolos de comunicación en las instituciones de socorro, obedeciendo al requerimiento de obtener la información relevante para el desarrollo normal de las emergencias. La organización de equipos especializados de comunicación en emergencias La conformación de equipos de comunicación en los organismos de socorro permite realizar un cubrimiento amplio y profesional de las actividades que se llevan a cabo a nivel interno y externo de las instituciones. Asimismo, esta labor aporta al fortalecimiento de la imagen institucional y a la generación de contenidos orientados a la unidad de mensaje que quieren proyectar las entidades durante toda la atención de la situación. La labor que cumplen los equipos de comunicación en los organismos de socorro permite, desde el ejercicio de su función, recopilar información, hacer registro fotográfico, grabar material audiovisual, desarrollar entrevistas e identificar testimonios de vida. Todo el material recopilado tiene alto valor para la misión, por su utilidad para documentar y representar de manera visual y escrita el contexto y la magnitud de la afectación a las comunidades que viven en estos territorios.

56

Igualmente, lo anterior permite gestionar de manera adecuada la información a través de documentos oficiales como boletines o comunicados de prensa, precisando que los mensajes claves aportan favorablemente en la respuesta de las emergencias. Además, la gestión de las comunicaciones permite trasmitir información pertinente y oportuna a la opinión pública. Uso de la información y elaboración de mensajes claves En situaciones de emergencia, la comunicación y divulgación de información por parte de las instituciones oficiales tiene un valor trascendental al ser una oportunidad única para hacer llegar mensajes claros, precisos y confiables a las personas involucradas en una situación de atención. Por tanto, la información es materia prima preciada, útil para hacer conocer una situación a otras personas y como insumo en la toma de decisiones en el manejo de emergencias, ya que precisa datos, cifras y características del contexto básicos en el reconocimiento de la afectación de una situación. De esta manera, se aporta al proceso de evaluación de daños, necesidades y facilita la toma de decisiones respecto a la respuesta que se requiere para superar la emergencia. Igualmente, la rápida difusión de una emergencia permite activar protocolos de seguridad, que podrían ayudar a salvar vidas y tomar medidas de prevención más fácilmente. Sin embargo, en estos escenarios es importante manejar los tiempos, ya que su tardía divulgación también puede acarrear daños irreversibles para las comunidades y los territorios. Por otro lado, el uso de la información y la divulgación de mensajes claves en situaciones de emergencia permiten sensibilizar a las personas sobre riesgos latentes y amenazas que se presentan en un espacio determinado.


Lo cual aporta a que las comunidades sean más conscientes del riesgo y adopten medidas de prevención y auto cuidado. Estas acciones de comunicación aportan al proceso de gestión y reducción del riesgo ante desastres o emergencias y ayudan a generar en las personas sentido preventivo para atender los llamados de alerta que hacen los organismos de socorro; de esta manera hacen parte de los planes de acción en gestión del riesgo que permiten controlar de manera cuidadosa y sistemática una situación de emergencia. Por lo anterior, es casi imposible imaginar la planificación de la comunicación sin relacionarla con acciones mediáticas y canales de comunicación que permitan generar, por una parte, un diálogo continuo entre las fuentes oficiales, las poblaciones afectadas y la opinión pública, dando la oportunidad de tomar acciones conjuntas y eficientes, visibles en el trabajo comunitario, y por otra, la retroalimentación de los mensajes. La selección de los canales de comunicación Para la difusión de información en emergencias es necesario contar con distintos canales de comunicación que faciliten que los mensajes claves lleguen de manera masiva a los diferentes públicos que están a la espera de conocer detalles de la situación. Entre mayor sea el número de canales de comunicación que presentan la información, mayor es el número de personas informadas. No obstante, es importante reconocer que el uso de nuevos medios digitales brinda gran capacidad de comunicar a la sociedad, al abrir nuevos canales, espacios y plataformas que captan la atención de nuevos públicos. Anteriormente, la información relacionada con emergencias generalmente se transmitía a través de canales tradicionales como prensa,

radio y televisión. Sin embargo, en la era digital, con la inmediata necesidad de divulgar información, la mayoría de los medios de comunicación han tenido que migrar a redes sociales y portales digitales. Además con el aumento en el acceso a la internet, cerca del 57 % de la población mundial recepciona la mayor parte de la información a través de estas (Galeano, 2019). De esta manera, las redes sociales se han convertido en un medio fundamental en el manejo de audiencias, que potencializa un fenómeno que a nivel mundial se conoce como social media, un multicanal que se posiciona a través de tendencias, incluso logrando influir en hábitos y comportamientos sociales, sobrepasando en algunas oportunidades el poder mediático de la televisión. Teniendo en cuenta esta mirada de la evolución de los canales de comunicación, es importante destacar que las redes oficiales de los organismos de emergencia son una gran fuente de información para las personas, pues a través de estos canales, los usuarios pueden saber de primera mano lo que está pasando con relación al manejo de las emergencias en su ciudad, en el país y, en definitiva, en el mundo. En el campo de las emergencias, donde la información es fundamental a la hora de resolver cualquier contingencia, las redes sociales se manifiestan como una herramienta imprescindible para la correcta gestión de la información, sobre todo si esta puede causar alguna alarma social, como ocurrió en la emergencia de Mocoa el 31 de marzo del 2017, donde las redes sociales facilitaron el llamado de donantes para la recolección de ayudas humanitarias, proceso que lideró la Cruz Roja en Colombia y tuvo como gran protagonista a las plataformas de Facebook y Twitter.

57


En síntesis, para los organismos de emergencia y para los equipos de comunicación que administran las redes sociales, estas herramientas brindan una gran oportunidad de estar permanentemente conectados de forma directa y rápida con las comunidades y otros medios de comunicación, dando mayor alcance y propagación de información. Divulgación de información de emergencias por redes sociales oficiales Algunos ejemplos de comunicados que se proveen a la comunidad dentro del proceso de gestión de las comunicaciones, son los siguientes:

Gráfico 2. Reporte sobre simulacro de evacuación en Guayabetal. Fecha. Obtenido de: https://twitter.com/ cruzrojabogota/status/1141855769513607168/photo/1

Gráfico 3.Comunicado sensibilización temporada de lluvias. UNGRD mayo 14 de 2019. Obtenido de: https://www.facebook. com/GestionUNGRD/photos/a.482001768528934/280199178 9863242/?type=3&theater

Gráfico 1. Reporte sísmico Servicio Geológico. Julio de 2019. Obtenido de: https://twitter.com/sgcol/ status/1148482054407032832/photo/1

58

En conclusión, el proceso de gestión de la información debe estar incorporado y mantenerse en el manejo de las emergencias con el objetivo de recolectar, procesar y presentar información útil para la generación


de contenidos que aporten a la prevención, la reducción del riesgo, la comunicación del riesgo, la rendición de cuentas y la visibilidad de acciones que realizan los organismos de socorro en la atención de estas situaciones. Una adecuada gestión de las comunicaciones proporciona la oportunidad de acercarse a la opinión pública y a las comunidades, por tanto, los equipos de comunicación deben estar conformados por personas preparadas para estos contextos; además, deben

especializarse en recolectar información pertinente y de calidad, en seleccionar y usar los mejores canales de comunicación, en elaborar mensajes claves, ser capaces de valorar el impacto de las noticias ofrecidas al público e incorporar mejoras durante el proceso. Lo anterior con el fin de brindar más información a los organismos de socorro para la adecuada toma de decisiones, para aportar al proceso de manejo y reducción del riesgo en emergencias y desastres, y promover la calidad de la información en los medios de

Referencias Aciprensa (2018). Este es el antídoto del Papa Francisco contra las fake news. Publicado 24 de enro de 2018 en página de Acipresa. Recuperado de: https://www.aciprensa.com/noticias/este-es-el-antidotopropuesto-por-el-papa-francisco-para-combatir-lasfake-news-13762 Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (2009). Directrices / La comunicación en situaciones de emergencia. Recuperado de: https://www.preparecenter.org/ sites/default/files/directrices_comunicacion_en_ emergencia_2009_0.pdf Galeano, S. (2019). El número de usuarios de Internet en el mundo crece un 9,1 % y alcanza los 4.388 millones. Publicado 31 de enero de 2019 en página Marketing4ecommerce. Recuperado de: https:// marketing4ecommerce.net/usuarios-internet-mundo/ Lateralia (2018). Educación Digital para Identificar y Frenar Fake News. Publicado 18 de noviembre de 2018 en página Lateralia. Recuperado de https://lateralia.es/ educacion-digital-frenar-fake-news/ Organización Panamericana de la Salud (2009). Gestión de la información y comunicación en emergencias y desastres. Recuperado de: https:// w w w. p a h o . o r g / c h i / i n d e x . p h p ? o p t i o n = c o m _ docman&view=download&category_slug=guiaspara-desastres&alias=19-gestion-de-lainformacion-y-comunicacion-en-emergencias-ydesastres&Itemid=1145.

Restrepo, J. y otros (2018). Pistas para narrar emergencias: periodistas que informan en zonas de desastre. Banco de la República- Biblioteca Luis Ángel Arango. Bogotá D.C.,Colombia. Oropesa, F. (2013). Plan de Comunicaciones de Emergencias y Desastres Masivos Servicio Médico Legal. Recuperado de: https://www.academia. edu/5908395/PLAN_DE_COMUNICACIONES_ DE_EMERGENCIAS_Y_DESASTRES_MASIVOS_ SERVICIO_M%C3%89DICO_LEGAL Sánchez, O. (2017). Protocolo, comunicación y seguridad en la organización de eventos (Tesis Doctoral). Recuperado de: https://eprints.ucm. es/47886/1/T39982.pdfb Soroush V., Deb R., Sinan, A. (2018). La difusión de noticias verdaderas y falsas en línea. Publicado 9 de marzo de 2018 en página Science. Recuperado de: https://science.sciencemag.org/content/359/6380/1146 UNGRD (2017). Terminología sobre Gestión del Riesgo de Desastres y Fenómenos Amenazantes. Recuperado de: https://repositorio.gestiondelriesgo.gov. co/bitstream/handle/20.500.11762/20761/TerminologiaGRD-2017.pdf?sequence=2

USAID (2017). Curso Básico Sistema de Comando de Incidentes, Material de Referencia.

59


Educar para transformar, retos frente a un modelo de desarrollo en crisis Julio Enrique Duarte García1 Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá Resumen En medio de un modelo capitalista que causa permanentes cambios sociopolíticos, laborales, económicos y ambientales, la educación aporta en la estructuración de transformaciones más humanas y ecológicas, que propician sostenibilidad y equilibrio. De esta manera, la educación que se basa en principios fundamentales aporta a un desarrollo colectivo consciente, que va más allá de intereses capitalistas individuales. Palabras clave: educación, modelo de desarrollo Abstract In the middle of a capitalist model that causes permanent socio-political, labor, economic and environmental changes, education contributes to structure the most human and ecological transformations that propitiates sustainability and balance. In this way, education based on fundamental principles contributes to a conscious collective development, which goes beyond individual capitalist interests. Key words: education, development model

Introducción El proceso histórico se caracteriza por su dinamismo por el cambio, siendo este casi lo único permanente en la realidad actual, y afecta todas las dimensiones de la vida humana. Ha sido un fenómeno permanente; sin embargo, se ha acentuado primero con la modernidad y segundo, de manera más reciente, con el acelerado desarrollo tecnológico. Aquel viene de la mano del modelo de desarrollo dominante en el planeta, que lo transforma todo. Lo cierto es que, durante los últimos años, el cambio ha sido no solo una oportunidad en todas las dimensiones de la realidad, también ha producido múltiples impactos y planteado grandes retos. Uno de los problemas actuales más críticos es la difícil sostenibilidad del entorno generada por la huella humana en el mundo y el sistema de vida. Una huella de desolación

y destrucción acentuada dramáticamente durante los últimos tres siglos, mismo periodo de la primacía del modelo de desarrollo que lleva a la industrialización sin límite, al uso inadecuado de los recursos y a sus impactos ambientales. De igual manera, esas dinámicas han construido una sociabilidad en la cual lo humano ha sido desplazado de manera progresiva y permanente, creando sociedades polarizadas y excluyentes, aumentando la pobreza y la marginalidad; por tanto consolidando una de las más complejas paradojas de la historia. Se vive hoy el momento más pletórico de crecimiento económico, tecnológico y científico, pero a costa de los seres humanos, sujetos y objetos de estas realidades y actores principales de la historia, plena de aprendizajes y de retos, estos últimos tal vez, ahora en su momento más dramático para garantizar la perdurabilidad

Administrador de Empresas de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Derecho Tributario y Aduanero de la Universidad Católica de Colombia, Especialista en Administración de Empresas de la Universidad Antonio Nariño Magíster en Docencia de la Universidad de la Salle de Colombia y PhD en Educación de la Universidad de la Salle de Costa Rica. Contacto: Julio.Duarte@ cruzrojabogota.org.co

60


de la vida misma y la subsistencia humana en el planeta. Así, se destacan dos grandes temas de análisis: las oportunidades actuales y futuras en un entorno industrializado y tecnologizado, por una parte, y los retos de aprendizaje que esto implica para la realidad humana, por la otra. Esto último devela una inquietante paradoja, el desarrollo tecnológico ha implicado procesos de generación y uso de conocimiento, los cuales se perciben como aplicados de manera intensiva; sin embargo, el proceso humano de reflexión, conciencia y aprendizaje sobre los impactos que todo lo anterior genera, no se percibe al mismo ritmo de los cambios. Inquieta en tal contexto pensar que la educación en el mundo globalizado se ha apartado de sus más nobles pretensiones, aportar a la transformación social, para responder ahora a los imperativos del mismo modelo de desarrollo que ha llevado a la crisis multidimensional que vive la humanidad. Una crisis de modelo, pero en el fondo una crisis de sentido y de valores. La crisis del modelo de desarrollo Un modelo de desarrollo concebido en el paradigma mecanicista, que define como el elemento por excelencia de su éxito la existencia del “mercado”, no puede ser la respuesta a las necesidades humanas. Ya lo evidenció Gudynas (2004): “Las corrientes mercantiles postulan que el mercado es el mejor escenario social para la interacción de las personas (…) y en el neoliberalismo se llega al extremo de reducir los derechos personales a los del mercado (….) y se apuesta a que las fuerzas del mercado dispararían el crecimiento económico, el que a la larga, resolvería la pobreza” (p.132). También, el filósofo Michael Sandel ha planteado la discusión en términos no solo de crisis del modelo de desarrollo económico, sino también en términos de desarrollo social.

Ël se pregunta: “¿qué pasa cuando solo pasa el mercado?, para relievar que el mercado ha rebasado sus propios límites y permeado la vida social hasta puntos inadecuados, como por ejemplo el hecho que hoy en día prácticamente todo se vende y todo se compra, es decir todo tiene precio” (Gudynas, 29 enero 2014). “En las últimas tres décadas, y sin darnos cuenta, hemos pasado de una economía de mercado a una sociedad de mercado. La diferencia es que una economía de mercado es una herramienta para organizar las actividades productivas, mientras que una sociedad de mercado es aquella en donde todo está a la venta (…) debemos reclamar las grandes preguntas de la economía y no dejárselas a los tecnócratas, mientras más concibamos la economía como una ciencia, no solo dejamos por fuera la ética, también marginamos a los ciudadanos democráticos (…) y ponerle precio a todo hace que la desigualdad impere aún más y deja por fuera todos aquellos valores que tienen importancia intrínseca, no instrumental” (Sandel, 2013, citado por Gudynas, 29 enero 2014). Ya se ha evidenciado, “el modelo de desarrollo vigente, privilegia el consumo y el tener, por sobre el gozo pleno, el vivir y el ser. Como consecuencia del modelo de desarrollo, la humanidad camina a pasos acelerados hacia su autodestrucción resultado de un modelo de desarrollo que agota los recursos de una manera irracional, sobre la base de un imaginario vacío: “vivir al máximo el momento presente”, y sin el mínimo recaudo de responsabilidad por la sustentabilidad futura de la especie humana y del sistema de la vida planetaria, fenómeno de la cultura actual que genera serias afectaciones en diversas dimensiones de las personas como su salud física y mental, su manera de relacionarse con los otros y también su forma de relacionarse con el entorno (…) Ya Boff (2000) hacía una

61


alerta, un llamado al cuidado y a educar a la sociedad, en la economía de lo suficiente de una manera agradable, sinérgica y articulada que lleve a un desarrollo sostenible” (Duarte, Luengas, Ramírez & Rojas, 2013, p. 3). Pero, ¿dónde buscar el principio articulador de una sociabilidad distinta? La naturaleza nos enseña que la ley básica del universo no es la competencia que divide y excluye, sino la cooperación que agrupa e incluye. Para convivir planetariamente debemos acabar con la competencia que genera individualismo, acumulación y consumismo e instaurar una cooperación capaz de generar comunidad y participación de todos, en todo aquello que nos interesa a todos. Y, ¿dónde encontrar oportunidades de transformación a estos problemas si no es desde la educación? La humanidad actual está ante un momento de verdad, y no se trata de elegir entre seguir evolucionando o no hacerlo; se trata de evolucionar y lograr conciencia sobre lo que ello implica para el futuro de la especie humana y de la vida planetaria. La educación debe transitar de manera rápida para dejar de ser un mero instrumento de desarrollo de competencias y de formación para la fuerza de trabajo, que requiere la industria, y consolidar su rol como transformadora de la realidad. Eso sería una visión innovadora y utópica y un cambio de mirada; una educación para lograr equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad del entorno ambiental, y de la vida humana, plena, feliz y sobre todo consciente de su responsabilidad de cuidado de todo lo vivo con enfoque de sustentabilidad. Sobre utopías e ideologías y el necesario cambio de mirada En la historia de la humanidad el ser humano es el actor principal, sin embargo, esto puede ser una falacia. Ya lo planteó Wagensberg: “El hombre es un suceso del mundo que

62

cree tener la facultad de tirar de los hilos de su propio drama, algo que depende del conocimiento que haya conseguido de sí mismo y del universo”. Líneas más adelante afirma: “es por esto que el hombre inventa ideologías y confecciona utopías” (2007, p. 141). Caben las preguntas: ¿no es acaso entonces el modelo de desarrollo una ideología?, ¿no es aquello que se ha planteado como objeto de su quehacer una utopía? Me atrevo a dar respuesta afirmativa a estas dos indagaciones. Y en esa línea de pensamiento puntualizar, tal cual ya lo hizo Capra (1992), que el modelo de desarrollo económico es una ideología en crisis, al develar la realidad en la cual ha dejado el enfoque de la economía a las actuales y futuras generaciones. Tiene sentido plantear una nueva utopía, como la define Wagensberg (2007): “un modelo límite para el cambio... pretende explicar la esencia del hombre y su razón de ser en el mundo… porque la esencia de la ciencia, la historia del conocimiento, la historia del hombre, y en definitiva la historia de cualquier complejidad del mundo, parece encajar en lo que hemos dado en llamar la esencia del cambio” (p. 146). Este es un tema muy crítico porque implica el cambio de mirada, lograr un punto de inflexión en la perspectiva con la cual los humanos asumen su rol en las organizaciones sociales y su lugar en el mundo: soberbia, jerarquías, poder y dominación, todas características de la visión patriarcal. Estas posturas tienen raíces muy profundas y fuertes, difíciles de erradicar, lo cual también se evidencia en el inconformismo del ser humano con aquello que ha hecho de su existencia. La utopía consiste en cimentar un aporte para transformar la educación en el marco del paradigma emergente. Es un reto inmenso


porque implica deconstruir la historia sobre la cual esta se ha cimentado. Sin embargo, para superar este reto, sirve como impulso esa fuerza interior de los seres humanos que los lleva a indagar, descubrir, proponer y construir: “desde que comencé a transitar mi camino de artista y ya como aprendiz, lo imaginaba como el recorrido de un maravilloso territorio; infinito en posibilidades, arriesgado, pleno de misterios e incógnitas” (Cosachov, 2000 p. 24). En este contexto son bienvenidas nuevas apuestas educativas, ahora desde los más nobles imaginarios de lo humano: independencia, unidad, universalidad, humanidad, imparcialidad, neutralidad, una mirada desde la Cruz Roja y su misión. La educación para dignificar lo humano Así pues, la educación es llamada a aportar a estas transformaciones, es decir, a que se adopte un enfoque humano y holístico de las profesiones, lo que no solo implica una mirada integral de la educación en el marco de un modelo económico humano y ecológico, sino también el imperativo de orientar la formación a un enfoque integral de la vida, que logre equilibrar la búsqueda de la eficiencia organizacional con la sostenibilidad del entorno ecológico, más allá de la protección del ambiente, así como maximizar los rendimientos sociales por encima de los intereses particulares. Uno de los principios esenciales que posibilitará el tránsito a un nuevo paradigma es la formación de la conciencia ética: “se hace necesario asumir un nuevo modo de vida, un nuevo paradigma centrado en el hecho de comprender lo que implica la vida humana en el sistema de la vida planetaria” (Duarte et al., 2012, p.9), en otras palabras, comprender que el ser humano es todo y es partícula, es individuo y es sociedad, es objeto y es sujeto de las transformaciones.

En el fondo de cada ser humano existe una fuerza interior, una escala de valores que se consolida sobre los más nobles sentimientos: la persona, la familia, el amor, la armonía, la vida tranquila y el deseo de un futuro en equilibrio para todo lo que se quiere. Pues lograr rescatar la conciencia sobre esas realidades es el punto de partida del cambio de paradigma y la esperanza sobre el futuro a construir. Es el mayor reto educativo de nuestro tiempo: el siglo XXI demanda un cambio total en nuestra actitud frente a la vida y en nuestra visión de la realidad. La educación debe ser la semilla que hará brotar frutos de transformaciones; así, la educación del siglo XXI debe encargarse no del “mayor progreso” sino de una transformación interior de la conciencia humana. Además, debe aportar a la libertad, la apropiación de una conciencia universal sobre la convivencia, la solidaridad y la unión de todos los seres con la vida misma, así como a construir una oportunidad para la humanidad. Referencias Boff, L. (2002). El cuidado esencial. Ética de lo humano compasión por la tierra. Madrid: Editorial Trotta. Capra, F. (1992). El punto crucial, Ciencia, sociedad y cultura naciente. Buenos Aires, Argentina: Editorial Troquel S.A. Cosachov, M. (2000). Entre el cielo y la tierra. Un viaje por el mapa del conocimiento. Buenos Aires: Editorial Biblos. Duarte, J., Luengas, L., Ramírez, L., Rojas, L. (Eletresjota). (2012). Una visión desde los principios y los valores del nuevo paradigma. Bogotá: Universidad de la Salle- Costa Rica. Duarte, J., Luengas, L., Ramírez, L., Rojas, L. (Eletresjota). (2013). El cuidado como esencia transformadora en el nuevo paradigma. Una visión desde la educación para el siglo XXI. Bogotá: Universidad la Salle- Costa Rica.

63


Gudynas, E. (2004). Ecología, Economía y ética del desarrollo sostenible. Montevideo. Ventura, M. (2014). Entrevista. Diario El Espectador, 29 de enero.

Wagensberg. J. La rebelión de las formas. Tusquets Editores. España; 2007.

Instituto de Educación Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019).

Instituto de Educación Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (2019). Clase de RCP

64


Validación de la estrategia Apoyo Psicosocial con Caninos – APC de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. 1

2

3

4

Gutiérrez Robayo Mireya; Delgado Romero Nancy; Gutiérrez Villarreal Juber Orlando; Prado De la Guardia Ronald; 5 6 7 8 Paez Avila Sandra Milena; Daza Sanchez Maria Stella; Camacho Gonzalez Patricia; Delgado Galindo Angie. Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá

Resumen El presente estudio tiene el objetivo de validar la estrategia de Apoyo Psicosocial con Caninos (APC) a través de una metodología mixta, a través de scoping review y un diseño cuasi experimental de grupo control no equivalente con medidas antes y después La estrategia propone las fases de: análisis de las necesidades de los grupos o personas y valoración de la pertinencia de la aplicación de la estrategia APC; planeación y preparación de la(s) actividad(es) de acuerdo a las características del grupo y la situación; desarrollo de la(s) sesión(es), y valoración y sistematización del proceso. La estrategia APC se orienta a necesidad(es) específica(s) de la población, facilita el contacto con las personas, ayuda a reducir la tensión emocional, facilita la participación e interacción en el grupo de trabajo y ayuda a lograr los objetivos del apoyo psicosocial, como sucedió en el presente estudio con un grupo de adolescentes estudiantes de un colegio. Palabras clave: apoyo psicosocial, caninos. Abstract The present study has the purpose of validating the Psychosocial Support with Canines Strategy (PSC) through a mixed methodology, through scoping review and a quasi-experimental non-equivalent control group design with before and after measurements. The strategy proposes the phases of: analysis of the needs of the groups or people, and assessment of the relevance of the application of the PSC strategy; planning and preparation of the activity(s) according to the characteristics of the group and the situation; development of the session(s) and evaluation and systematization of the process. The PSC strategy is oriented to the specific need(s) of the population, facilitates contact with people, helps reduce emotional stress, facilitates participation and interaction in the work group and helps achieve the objectives of the psychosocial intervention, as it happened in the present study with a group of school’s students. Key words: Psychosocial Support, Canines

Introducción Son muchas y variadas las situaciones que afectan el bienestar biopsicosocial de las personas, en sus niveles individual, familiar, de grupos de socialización, comunitario y como

ciudadanos de un municipio, ciudad y/o país, ya que en cada nivel se establecen normas, estilos de vida, exigencias, costumbres, condiciones de vida que determinan formas

1.Psicóloga de la Universidad Católica. Esp. Salud ocupacional. Mg. Psicología de la Universidad Nacional de Colombia. Coordinadora de Gestión del Conocimiento CRCSCB. 2.Psicóloga de la Universidad Católica. Voluntaria Dama Gris. Representante de junta CRCSCB. 3.Ingeniero industrial de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Licenciado en matemáticas y física de la Universidad de Cundinamarca. Esp. en estadística de la Universidad Los Libertadores. Analista de investigación CRCSCB. 4. Médico Psiquiatra de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Especialista en Gerencia de la Salud de la Universidad Cooperativa de Colombia. Director Ejecutivo Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá. 5.Psicóloga de la Universidad de la Sabana. Esp. Gerencia de proyectos de la Universidad El Bosque. 6.Técnica en mercadotécnica, con formación en terapia y educación asistida con animales, líder Línea Social Canina CRCSCB. 7.Candidata a Psicóloga de la UNAD. Con formación en medicina homeopática de la Fundación Kirpal y en terapia y educación asistida con animales. Voluntaria CRCSCB. 8.Candidata a Psicóloga de la Universidad Santo Tómas. Voluntaria Dama Gris CRCSCB.

65


de existir que en ocasiones no son las más favorables para el bienestar individual y colectivo. Este es el caso de contextos donde las necesidades básicas no se satisfacen, donde se experimenta situaciones de violencia (intrafamiliar, escolar, de género, etc.), pérdidas, enfermedades, emergencias, desastres, entre otras. En todas estas situaciones es latente la necesidad de diferentes tipos de apoyo, material, económico, de liderazgo, organización de procesos, de desarrollo y fortalecimiento, y por supuesto, de apoyo psicosocial. La atención psicosocial se entiende como el “proceso de acompañamiento personal, familiar, y comunitario, que busca restablecer la integridad emocional de las personas, así como de las redes sociales” (Cruz Roja Colombiana, 2005), también se hace referencia al termino salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) para describir “cualquier tipo de acción local o externa cuyo propósito sea proteger y promover el bienestar psicosocial y/o prevenir o brindar tratamiento a trastornos psicológicos” (IASC, 2007), en este caso enfocándose en la parte de promoción del bienestar psicosocial. Dentro del apoyo psicosocial existen varias estrategias o técnicas que se despliegan en diferentes contextos, una de estas es el Apoyo Psicosocial con Caninos (APC), la cual se desarrolla a través de la estrategia APC definida por Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá (CRSCB) como “una estrategia en el marco de las actividades asistidas con animales, que se aplica en grupos o personas en situaciones de crisis, o de vulnerabilidad social sentida, que tiene el fin de ayudar a la estabilización emocional y al afrontamiento a través de actividades que involucran caninos, esta, requiere de la participación de profesional de salud mental y binomios (guía y canino) entrenados para este fin. La estrategia tiene 5 componentes,

66

la evaluación de necesidades de población a trabajar, la planeación, el desarrollo de las sesiones, la evaluación y sistematización del proceso” (CRCSCB, 2019). La estrategia APC se incluye en el marco de las Actividades Asistidas con Animales – AAA, las cuales “son acciones planeadas, con objetivos definidos y orientadas a la interacción informal, liderada por un binomio (humano-animal) con fines motivacionales, educativos y recreativos. El equipo que realiza este tipo de actividades debe tener un entrenamiento, preparación y evaluación previos para el adecuado desarrollo de las mismas, existen AAA que incluyen el acompañamiento en situaciones de crisis, que se enfocan en brindar comodidad y apoyo a personas afectadas por dichas situaciones” (Jegatheesan, 2014, p. 4). Las AAA se dividen en 3 ramas, la terapia asistida con animales, la educación asistida con animales y las actividades asistidas con animales (Buil-Martinez & Canals-Sisteró, 2012) en este contexto, la estrategia APC se enmarca en la última rama. Son amplios los estudios que a nivel mundial muestran la efectividad del uso de animales entrenados como herramienta de atención psicosocial, y de la fortaleza de la participación de animales, que se centra en la habilidad de los mismos (Jiménez, Hernández, & Ramírez, 2012). Los caninos pueden ser altamente atractivos para gran cantidad de personas, su apariencia acogedora facilita el contacto o acercamiento espontáneo con las personas que gustan de ellos, y pueden, de igual manera, facilitar el proceso de enseñar herramientas básicas para el manejo de situaciones específicas. También, se ha demostrado que las AAA disminuyen el nivel de estrés y permiten fortalecer la confianza de las personas


afectadas (Black, 2012 citado por Jiménez, Hernández, & Ramírez, 2012). Dentro de otros beneficios psicológicos que tiene la interacción humano-animal, se encuentra que inciden en la realización de actividad física, ayudan a centrar la atención, motivan a la interacción social, favorecen el juego, las demostraciones de afecto hacia animales y personas, incentivan un estado afectivo positivo, y favorecen el aumento de la autoestima y el sentido de logro (Beck, 1997). La experiencia que la seccional Cundinamarca y Bogotá ha logrado, en diferentes situaciones de emergencias y situaciones de vulnerabilidad social, ratificar que el apoyo psicosocial ayuda a las personas y comunidades a afrontar dichas situaciones, como se refiere en diferentes producciones teóricas mundiales; de igual manera, se ha evidenciado que las actividades desarrolladas con caninos facilitan el contacto con las personas, y ayudan a la transformación de emociones negativas en emociones más favorables para el afrontamiento, lo cual ha motivado al diseño y validación de la estrategia APC como producto de las líneas de Salud Mental y Apoyo Psicosocial- SMAP y la Línea Social Canina – LSC, la cual se presenta en el desarrollo del presente documento. El presente estudio tiene como fin validar la estrategia APC en un grupo de adolescentes estudiantes que comparten una situación común a intervenir desde el campo del apoyo psicosocial y la salud mental. Metodología El presente estudio utilizó un enfoque mixto, en dos fases, primero, a nivel cualitativo, se implementó la técnica de scoping review donde se incluyeron investigaciones originales relacionadas con estudios de caso, estudios clínicos, estudios-piloto y meta-análisis, en inglés, español y portugués, publicados en revistas científicas o en depósitos de titulación de universidades en los últimos 12 años.

En la segunda fase, cuantitativa, se aplicó la técnica cuasi experimental de grupo control no equivalente con medidas antes y después (Bono, s.f). De esta manera, en este estudio se obtuvieron medidas antes y después de la aplicación de la estrategia APC en dos grupos, en uno de ellos se aplicó la estrategia y en el otro no, contrastando las hipótesis. La estrategia APC implementada se estructuró en tres sesiones que trabajaron aspectos claves de autoconcepto, autoestima y manejo del estrés, temas definidos con base en el primer componente de la estrategia: identificación de necesidades de la población a intervenir. Los instrumentos utilizados para medir los resultados antes y después en los grupos fueron: (1) cuestionario creado para valorar autoconcepto y autoestima basado en el Inventario de Problemas Juveniles (IPJ) citado por Gonzalez (2017), del cual se seleccionaron 15 preguntas relacionadas con el tema validándolas con un grupo de 20 estudiantes de una institución educativa oficial; (2) inventario de ansiedad de Beck (Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, s.f) y (3) lista de auto chequeo de estrés (Cruz Roja Colombiana, s.f). La hipótesis nula plantea que los resultados de los instrumentos antes y después de la aplicación de la estrategia APC no difieren y la hipótesis alterna, la cual se aprobó, plantea que los resultados de los instrumentos antes y después de la aplicación de la estrategia si difieren. Para cada uno de los instrumentos se realizó un análisis pre - post intervención, utilizando la prueba estadística no paramétrica de rangos con signo de Wilcoxon, para dos muestras, adecuada para estudios con bajo número de datos y falta de normalidad (Juárez, Villatoro & López, 2002). El análisis estadístico se realiza con un nivel de significancia de p =0,05, se utilizó el software SPSS.

67


Participantes: En el estudio participaron 60 estudiantes con edad promedio de 16.5 años (DE = 1.2, rango 14 - 21), de grado once de la Institución Educativa Departamental Serrezuela J. M en Madrid, Cundinamarca; donde se evidencia mayor número de mujeres (70 %). Los estudiantes se dividieron en dos grupos escogidos aleatoriamente, uno experimental (GE) y otro control (GC) cada uno con 30 participantes. Consideraciones éticas: Todos los participantes y sus padres fueron informados sobre el objetivo de la intervención y firmaron consentimiento informado. El estudio cumplió con los principios éticos para la investigación en seres humanos consagrados en la declaración de Helsinki. Este estudio conlleva un riesgo mínimo, teniendo en cuenta las normas establecidas en la resolución 8430 de 1993 que reglamenta la investigación en salud en Colombia, también se contemplan los lineamientos de la Ley 1164 del 2007 (artículo 34) que establece los principios, valores, derechos y deberes de las profesiones y las ocupaciones en salud, y toma como base la ley 84 de 1989 para la protección de los animales, al trabajar en este caso con caninos. Finalmente, se define que el GC una vez terminado el estudio, y si sus resultados son favorables, también se beneficiara de la aplicación de la Estrategia. Resultados La primera fase con la aplicación de la técnica de Scoping Review permitió la selección de 46 artículos de investigación desarrollados entre los años 2007 y 2018, referentes en su mayoría al campo de la Terapia Asistida con Animales (TAA) (51 %) e Intervenciones Asistidas con animales (IAA) (26 %). En general no se encontraron antecedentes documentados de apoyo psicosocial con caninos en situaciones de emergencias, desastres, crisis humanitarias y apoyo en procesos de vulnerabilidad social, lo cual

68

plantea un aporte importante del presente estudio al mundo del conocimiento de las AAA. Con relación a los lugares donde se desarrollaron las investigaciones se encontró que la mayoría provienen de España (28 %) y Estados Unidos (13 %), sin embargo, en otros países también se ha empezado a trabajar el tema. En Latinoamérica se encontró un 32 % de estudios originados en países como Colombia (6 %), Brasil (6 %), Chile (6 %), México (6%), Perú (2 %), Costa Rica (2 %) y Uruguay (2 %), en Europa excluyendo a España se identificó un 15 % en países como Reino Unido (7 %), Suiza (2 %), Italia (2 %), Hungría (2 %), y Noruega (2 %), en Asia Oriental se encontró un 4 % en países como China (2 %) y Japón (2 %), y finalmente se hallaron estudios en Australia (6 %) y Sur África (2 %). Los tipos de productos documentales fueron principalmente artículos de revista científica (72 %), seguido por tesis de pregrado (15%), informes institucionales (6 %), tesis de especialización (2 %), tesis de maestría (2 %), y tesis de doctorado (2 %). El enfoque metodológico más frecuente en los estudios fue cualitativo (53 %), seguido por cuantitativo (43 %), y mixto (4 %), con un tipo de estudio principalmente exploratorio (34 %) y de revisión documental (34 %), seguido por descriptivo (6 %) y experimental (4 %), de los cuales solo el 21 % describió una propuesta de intervención con base en los resultados. Con relación al contenido y los resultados de los estudios, se encontraron algunas definiciones de los tipos de Intervenciones Asistidas por Animales que permiten dar claridad a este campo del conocimiento, el referente conceptual más asumido por diferentes estudios es la presentada por Pet Partners (2018) con relación a las IAA “Las


intervenciones asistidas por animales son intervenciones estructuradas y orientadas a objetivos que incorporan intencionalmente a los animales en la salud, la educación y el servicio humano con el fin de obtener beneficios terapéuticos y mejorar la salud y el bienestar. La terapia asistida por animales (AAT), la educación asistida por animales (AAE) y las actividades asistidas por animales (AAA) son todas formas de AAI. En todas estas intervenciones, el animal puede ser parte de un equipo de terapia voluntaria para animales que trabaja bajo la dirección de un profesional, o puede ser un animal que pertenezca al profesional mismo.” (Pet Partners, 2018, p. 35). Con relación a las AAA, se indica que estas consisten en la integración de un animal en contextos diversos con fines motivacionales, educativos y recreativos, no terapéuticos, que se caracterizan por su flexibilidad y espontaneidad. Están conformados por un binomio humano-animal que han recibido formación introductoria para participar en las visitas informales, además, son llevados a cabo por personas formadas en el área específica. La TAA es definida como un terapia complementaria a aquellas ya existentes (psicoterapia, fisioterapia, terapia ocupacional, programa de entrenamiento en habilidades sociales, educación especial, etc.), guiada por un profesional de la salud, en donde el canino entrenado para este fin forma parte integral del proceso, y está dirigida por un objetivo terapéutico específico individualizado (físico, cognitivo, conductual y/o socioemocional). Los animales más utilizados para este proceso son los perros y los caballos, aunque existen otros alternativos como los gatos, los delfines, conejos y animales de granja. La EAA son intervenciones orientadas a planificar y estructurar objetivos que son realizados por profesionales educativos

y de servicios relacionados, con el fin de generar procesos de enseñanza-aprendizaje mediante la inclusión de los animales en contextos educativos. En general, se evidenció que las intervenciones con animales pretenden promover mejoras en el funcionamiento físico, social, emocional, educativo y cognitivo de la persona, con beneficios como la disminución del estrés en diferentes situaciones, incluidos procedimientos médicos dolorosos, reducción del sentimiento de soledad y depresión, aumento de la motivación, mejora en la comunicación entre personas, incremento de la autoestima y la responsabilidad, promoción de actividades de relajación, recreación y distracción, como influencia positiva de los estados fisiológicos transitorios, como modeladores de roles y amplificadores de la reactividad emocional, apoyo en la mejora del control postural, la coordinación y el equilibrio, reducción del comportamiento antisocial y violento/agresivo, mejora de habilidades motoras finas, como motivador en estudiantes para percibir servicios de asesoramiento y potenciar el trabajo en procesos psicológicos como atención, percepción, emoción, lenguaje, aprendizaje, memoria, inteligencia y pensamiento. Por otra parte, la revisión documental también permitió evidenciar que no existen protocolos que especifiquen el proceso a desarrollar en alguno de los tipos de intervención con animales, ni tampoco especificaciones o sugerencias guía para llevar a cabo las estrategias. En la TAA se indica que esta se desarrolla de forma individualizada y de acuerdo a objetivos con relación a la historia clínica de la persona, y se sugieren cinco aspectos a valorar: datos sociodemográficos (nombre, fechas de nacimiento, edad, estado civil, lugar de nacimiento, nivel de estudios, profesión, principales patologías y medicación), valoración física (marcha y

69


equilibrio), valoración psicológica (fijación, concentración, cálculo, memoria, lenguaje y construcción), valoración social (apoyo social que recibe) y estado funcional (independencia y autonomía). También, los textos seleccionados indican algunos prerrequisitos para el trabajo con los binomios (guía o técnico y canino), en primer lugar seleccionar caninos con temperamento dócil para facilitar el entrenamiento y el desarrollo de las intervenciones, lo cual puede verse en algunas razas más que en otras; realizar controles veterinarios periódicos, así como aplicar cuidados para prevenir y/o tratar enfermedades en los caninos (baño, cepillado del cabello, corte de uñas y control de pulgas y garrapatas); realizar examen de habilidades y aptitudes para detectar alteraciones en el comportamiento del animal (fobias o agresividad); y que los animales desarrollen capacidades para trabajar en entornos especiales y comportarse adecuadamente ante reacciones imprevisibles. De igual manera, se considera clave identificar la situación y población a trabajar, considerar entre varios aspectos, la situación problema o el diagnóstico clínico, el tipo y nivel de discapacidad, la incidencia social, familiar y laboral de la(s) persona(s) afectada(s) y la receptividad de las personas con los animales. Estambién recomendable abordar el tema del comportamiento animal con los usuarios. Con relación al equipo de trabajo, es indispensable contar con profesionales o técnicos que guíen los caninos, y con un equipo profesional capacitado en el área que requieran los beneficiarios, como son profesionales de las ciencias sociales y la salud.

70

En la fase cuantitativa, se compararon las medias y medianas antes y después de los grupos con el estadístico de prueba de rangos con signo de Wilcoxon, una prueba no paramétrica para comparar la mediana de dos muestras pareadas con aproximación normal, y comprobar si existen diferencias entre estas. Tabla 1. Análisis descriptivo de las variables.

La tabla 1 presenta los resultados obtenidos en los instrumentos aplicados antes y después de la estrategia APC con cada grupo de estudiantes. Las variables medidas fueron: auto concepto, ansiedad y estrés, las cuales se exponen en la tabla comparativa de medias, desviación estándar y diferencias en grupo experimental (GE) y control (GC). Se evidencia mayor diferencia en el GE. En la variable auto-concepto se evidencia una pequeña disminución en el promedio de 0.6, indicando una ligera mejora en esta; en ansiedad se evidencia un cambio significativo con una disminución de 10 puntos en el promedio; y finalmente, en estrés se refleja una disminución de 1.6, después del desarrollo de la estrategia APC. En cuanto al grupo control, el autoconcepto y el estrés se mantuvieron en los mismos niveles, mientras que en la ansiedad se observa una mínima disminución.


La variable ansiedad del GE fue la más significativa de las tres valoradas, el promedio de la primera aplicación fue de 23.1 y una DE=10.1, clasificado como “ansiedad moderada” de acuerdo a la calificación del instrumento; en la segunda aplicación post estrategia APC, el promedio fue de 13.2 con DE =7.2, clasificado como “ansiedad baja”.

Distribución de estrés

De manera gráfica, cada variable se presenta de la siguiente manera: Grafico 3. Distribución de los resultados de estrés (antes – después) por grupos.

Distribución de autoconcepto

Al comparar gráficamente los dos grupos, el grupo con estrategia APC mostró diferencias significativas con relación al grupo control en cada una de las variables después de la estrategia APC. Tabla 2. Prueba de rangos con signo de Wilcoxon.

Grafico 1. Distribución de los resultados de auto-concepto (antes – después) por grupos.

Distribución de ansiedad

Grafico 2. Distribución de los resultados de ansiedad (antes – después) por grupos.

71


En la tabla 2 se muestran los 30 resultados de la prueba con signo de Wilcoxon para cada variable. Para el autoconcepto hubo 17 rangos negativos,5 positivos y 8 empates, en la ansiedad se tienen 29 rangos negativos, 0 positivos y 1 empate. Finalmente en el estrés se encontraron 20 rangos negativos, 6 positivos y 4 empates. Tabla 3. Estadísticos de pruebaª

En la tabla 3 se observa que en el autoconcepto (GE) se obtiene una probabilidad de error de 0,01016 (z =-2,570;p<0.05), rechazando la hipótesis nula (las muestras no difieren antes y después); en la ansiedad la probabilidad de error es de 0,0000025 (z =-4,707;p<0.05) rechazando la hipótesis nula y finalmente en el estrés la probabilidad de error es de 0,00098 (z =-3,294;p<0.05) indicando que en esta variable también se rechaza la hipótesis nula. En las tres variables se obtuvo un nivel de significancia menor al 0.05 lo cual indica que la estrategia APC tuvo efecto positivo sobre el grupo y que existe suficiente evidencia para determinar que la intervención contribuyó a mejorar el autoconcepto, disminuir la ansiedad y el estrés, que en este caso fueron los objetivos de la estrategia. Estructura de la estrategia APC A continuación se presenta la estructura general de la estrategia APC diseñada y validada por CRCSCB, en sus dos formas de despliegue:

72

I. Acción colectiva propia: 1. Análisis de las necesidades de los grupos y valoración de la pertinencia de la aplicación de la estrategia APC. 2. Planeación y preparación de la(s) actividad(es) de acuerdo a las características del grupo y la situación. Se realizan máximo cinco sesiones de actividades informativas, educativas, preventivas o recreativas, con un máximo de cinco binomios por sesión. En esta etapa se analiza la información obtenida en la primera etapa, se seleccionan las actividades y los binomios (por perfiles) para el desarrollo de las sesiones. 3. Desarrollo de la(s) sesión(es): La estructura general es: a.Contacto inicial. b.Contextualización del proceso con el grupo (explicación del proceso, objetivos y resultados esperados). c.Desarrollo de actividades. d.Cierre de la sesión. e.Valoración de la sesión. f.Desactivación de equipo, donde se incluyen los binomios. 4. Valoración de los resultados del proceso: evaluación y retroalimentación del logro de los objetivos, de los aspectos logísticos, del desempeño del equipo y del proceso de aplicación de la estrategia. 5. Sistematización del proceso: con el fin de registrar las experiencias y ser insumo para análisis, lecciones aprendidas y otros procesos de construcción de conocimiento. II. Apoyo a procesos de profesionales de la salud mental: 1. Análisis de necesidad de la actividad entre profesional de salud mental y referente de la estrategia APC. 2. Planeación y preparación de la activación: con base en el objetivo del profesional de salud mental se definen las actividades a realizar, selección de binomio(s).


3. Desarrollo de la(s) sesión(es): Contacto inicial, desarrollo de la(s) actividad(es) y cierre de la actividad. 4. Valoración de los resultados del acompañamiento: evaluación y retroalimentación del logro de los objetivos, de los aspectos logísticos, del desempeño del equipo y del proceso de aplicación de la estrategia en el proceso de intervención del profesional de salud mental. 5. Sistematización del proceso: con el fin de registrar las experiencias y ser insumo para análisis, lecciones aprendidas y otros procesos de construcción de conocimiento. En relación a lo anterior, para la validación de la estrategia de Apoyo Psicosocial con Caninos, se plantearon algunos requisitos que garantizaran su efectividad y calidad. Requisitos para el desarrollo de las actividades con caninos: para el desarrollo exitoso de los dos tipos de intervención debe garantizarse procesos de selección, formación y de valoración continua de los binomios, y del profesional en salud mental o apoyo psicosocial, condiciones de cuidado, bienestar y transporte para los caninos. Selección: No cualquier canino y guía reúne los requisitos necesarios para desempeñarse en actividades de apoyo con humanos y de trabajo con otros caninos, es necesario hacer una evaluación del comportamiento del canino y de su capacidad para formarse en la estrategia; también, el guía debe contar con características personales y conocimientos básicos que le permitan brindar apoyo psicosocial a personas y ser un buen guía canino. De allí la importancia de la selección inicial de perfil de los integrantes del equipo de trabajo. Posteriormente, también se deben desarrollar procesos de selección direccionados a las actividades específicas a realizar, por ejemplo, cada binomio se caracteriza por tener competencias que se ajustan mejor a procesos determinados.

Formación: Después de tener seleccionados los binomios se debe desarrollar un proceso formativo donde se adquieran conocimientos en el campo del apoyo psicosocial y las actividades asistidas con animales (AAA), desarrollando un entrenamiento periódico con binomios y profesionales SMAPS que mejore continuamente habilidades y destrezas. También, es importante la valoración del desempeño del binomio en las actividades desarrolladas con comunidades y personas, con el fin de retroalimentar su proceso de entrenamiento. Condiciones de cuidado y bienestar: Con todos los integrantes del equipo se debe promover condiciones de bienestar y seguridad en las intervenciones. Los caninos deben contar con buen estado de salud, valoraciones de salud periódicas y adecuadas condiciones de higiene. De igual manera, en los lugares donde se desarrollan las acciones se debe contar con espacios para la ubicación de materiales y guacales de los caninos, así como fuente de agua, y un espacio para la desactivación. Como parte del bienestar de los caninos se encuentra la disponibilidad de transporte que garantice comodidad y seguridad. Discusión Desde los resultados obtenidos en las fases de revisión documental y procesamiento estadístico desarrollado, se evidencio que la Estrategia APC genera un impacto positivo en la salud emocional de los beneficiarios, como ocurrió en este estudio con las variables de ansiedad, estrés y autoconcepto. Esto también reflejado en los estudios sobre AAA de los autores Jiménez, Hernández & González (2012) los cuales afirman que estas conllevan a mejorías en el funcionamiento social e interpersonal, así como se favorece la salud física y emocional de la persona, de acuerdo con Ansodi, Guerrero & Siurana (2015).

73


Así mismo, el desarrollo de la Estrategia APC favorece la motivación, atención y receptividad de los beneficiarios, de tal forma que la comunicación entre interlocutores es mucho más efectiva y la información logra darse y recibirse adecuadamente. Esto debido a que, como Martín (2017) afirma, esta actividad y la interacción positiva con el canino, aporta a la seguridad y confianza hacia los otros, de modo que genera mayor socialización y desenvolvimiento; además de desarrollar habilidades afectivas y vinculares, como Belzanera (2015) propone. Por otra parte, aunque en la literatura no se encontró soporte teórico especifico de apoyo psicosocial con caninos en situaciones de emergencias, desastres y crisis humanitarias, la experiencia y procesos de gestión de conocimiento de la CRCSCB evidencian que la estrategia APC puede aplicarse en diferentes contextos, situaciones y poblaciones con el propósito de brindar apoyo psicosocial, contribuyendo a la recuperación de personas y comunidades que han experimentado pérdidas significativas, ya que se orienta a las necesidad(es) específica(s) de la población, facilita el contacto con las personas, ayuda a reducir la tensión emocional y facilita la participación e interacción en el grupo de trabajo. Es importante, resaltar que para que la estrategia genere mejora la población debe ser receptiva al trabajo con animales. Para garantizar buenos resultados y desarrollar la Estrategia APC adecuadamente es importante aplicar la estructura planteada, la cual comienza con la valoración de las necesidades de la población y culmina con el análisis del impacto de la misma y su sistematización; cada fase esta interrelacionada para que la respuesta sea pertinente y el efecto sea el esperado. Es fundamental conocer, apropiarse y aplicar los protocolos de acción de la estrategia:

74

1.Selección de perfiles del equipo de trabajo (binomios, referentes SMAPS y otros profesionales competentes de acuerdo a la situación a intervenir, por ejemplo, pedagogos o trabajadores sociales). 2.Formación y entrenamiento. 3.Desactivación del equipo. 4.Evaluación del proceso, equipo e impacto. 5.Sistematización de los procesos. Un equipo de trabajo formado y capacitado contribuye a la Estrategia APC, de tal forma que todos al estar entrenados para ejecutar la actividad pueden lograr los objetivos con la población y enfrentar cualquier situación inesperada. El equipo de trabajo se debe conformar por profesional de salud mental, técnico AAA, binomios entrenados (guía y canino), canino de reserva y persona formada para apoyo psicosocial en caso de que sea necesaria una intervención en crisis durante las sesiones. Es necesario un espacio de desactivación y zonas de descanso con hidratación y alimentación, que favorezcan el bienestar del equipo y contribuyan a su desempeño eficaz. La población (GE) en este estudio manifestó interés durante todo el proceso, tuvo una participación activa, expresaron que las actividades fueron beneficiosas para la convivencia en el grupo y aportaron a los objetivos planteados. Se pudo reconocer que los espacios abiertos no benefician el desarrollo de las actividades con caninos debido a la presencia de diversos distractores externos, como otros caninos, actividades de otras personas, o personas que sienten curiosidad por la intervención, por tanto, se recomienda que la estrategia APC se desarrolle en espacios cerrados, los cuales permiten reducir distracciones. Además, con base en los resultados positivos encontrados y la facilidad en el cómo emergieron las necesidades de la población, el número de sesiones de 3 a 5 es pertinente,


dependiendo de los objetivos, los temas a abordar y el número de personas. Por otra parte, debido a la innovación de las actividades y las estrategias que se implementaron, se propone el desarrollo de nuevas investigaciones con otras poblaciones y contextos que permitan generalizar la efectividad de la Estrategia APC. Conclusión La estrategia APC genera resultados positivos con relación a los objetivos de apoyo psicosocial planteados, los cuales se basan en las necesidades de un grupo específico. La estrategia permitió reducir la tensión emocional, mejorar la relación entre los integrantes del grupo y visualizar aspectos positivos propios y de otros, de esta manera, los puntajes de ansiedad, estrés y autoconcepto presentaron una reducción significativa en GE. Estadísticamente la estrategia APC se valida a partir de los valores (p-value) encontrados donde reflejan un alto nivel de significancia (<0.05) especialmente en la variable de ansiedad. La estrategia es un aporte importante al campo de las intervenciones psicosociales, ya que como se evidencio en el scoping review, no se encontraron antecedentes similares. Referencias

Ansodi, M., Guerrero, A., & Siurana. S. (2015). Una intervención desde el Trabajo Social mediante la Terapia Asistida con perros en personas con esquizofrenia en un Centro de Rehabilitación Psicosocial. Acciones e investigaciones sociales, (35), 31-62. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/ servlet/articulo?codigo=5378585 Beck, A. M. (1997). La relación de las personas mayores: compañía, salud y calidad de vida. Fundación Purina. (Ed.), Animales de compañía fuente de salud. Comunicaciones, citado en Interacciones humanoanimal: características e implicaciones para el bienestar de los humanos.

Belzanera, C. (2015). Terapia asistida por perros y desarrollo de habilidades socioemocionales en niños con discapacidad intelectual. [Tesis de Pregrado]. Universidad de la República: Montevideo. Recuperado de: https://sifp.psico.edu.uy/sites/default/files/ Trabajos%20finales/%20Archivos/tfg__belzarena_ camila.pdf Bono, R (s.f). Diseños cuasi experimentales y longitudinales. Universidad de Barcelona. España. Recuperado de: http://diposit.ub.edu/dspace/ bitstream/2445/30783/1/D.%20cuasi%20y%20 longitudinales.pdf Buil-Martínez, I., & Canals-Sisteró, M. (2011). Terapia asistida con animales. [Tesis de pregrado]. Universidad Autónoma de Barcelona: España. Recuperado de: https://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2011/85707/terasiani. pdf Consejo General de Colegios de Psicólogos (s..f). Evaluación del Inventario BAI. Recuperado de: https:// www.cop.es/uploads/PDF/2013/BAI.pdf Cruz Roja Colombiana (2005). Apoyo Psicosocial. Cartilla. Cruz Roja Colombiana (s.f). Autochequeo de estrés. Gonzalez, G (2007). Instrumentos de evaluación psicológica. Recuperado de: http://newpsi. bvs-psi.org.br/ebooks2010/en/Acervo_files/ InstrumentosEvaluacionPsicologica.pdf Interagency Standing Committee (2007). Guía del IASC sobre salud mental y apoyo Psicosocial en emergencias humanitarias y catástrofes. Jegatheesan B. (2014) the IAHAIO definitions for animal assisted intervention and guidelines for wellness of animals involved- final report. Recuperado de: https://petpartners.org/wp-content/ uploads/2015/07/8000IAHAIO-WHITE-PAPER-TASKFORCE-FINAL-REPORT-070714.pdf Jiménez, X. O., Hernández, R. L., & González, M. T. (2012). Terapia asistida por perros en el tratamiento del manejo de las emociones en adolescentes. Summa Psicológica UST, 9(2), 25-33. Recuperado de: https:// dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4114123 Martín, I. (2017). Intervención Asistida con Animales: Propuesta. [Tesis de pregrado]. Universidad de La Laguna: San Cristóbal de La Laguna. Recuperado de: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/6723/ Intervencion%20Asistida%20con%20Animales%20 Propuesta.pdf?sequence=1&isAllowed=y

75


Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotรก (2019). Actividad asistida con caninos, Madrid (Cundinamarca)

76


Para mayor informaciรณn: Contacto revista: mireya.gutierrez@cruzrojabogota.org,co

77


Cรณdigo QR


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.