ANEXO 13 LIBRO
UN MES CON EL PAN DE MARCELINO Día 13: La vida de Familia “La verdadera vida de familia es la caridad puesta en práctica.” San Marcelino Champagnat Entre los sueños más deseados de San Marcelino, mana como fuente inagotable su anhelo por crear y hacer crecer entre sus hermanos los sentimientos y actitudes de una verdadera Familia en torno del Señor.
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Él es padre, hermano, hijo que invita a la comunión con Dios y con todos; sus palabras se hacen realidad en sus actitudes. Su método más eficaz para contagiar este anhelo es el amor entrañable, la ternura, la entrega y la alegría que brinda; actitudes que invitan al gozo de la vida compartida.
Nos dice San Marcelino “Es para mí un consuelo muy dulce tenerlos a todos reunidos, con un solo corazón y un mismo espíritu, formando una sola familia, no buscando sino la gloria de Dios.” “Los amo a todos muy tiernamente, quiero, deseo ardientemente que nos amemos unos a otros como hijos de un mismo padre que es Dios y de una misma madre que es la Iglesia.” “El espíritu de una escuela marista ha de ser el de una familia.” “La verdadera vida de familia es la caridad puesta en práctica.” “Él vive, reza y trabaja con los apóstoles tratándolos como si fueran hijos, hermanos y amigos, como si cada uno de ellos fuera su propia persona. Es más, se convierte en acompañante y sirviente de ellos, enseñándoles y sirviéndolos con amor y paciencia: “Yo estoy entre ustedes como el que sirve” les llega a decir. “No tengan la menor duda de que al mirarlos a todos como a mis queridos hijos en Jesús y María, por el dulce nombre de padre que ustedes me dan, los llevo a todos, con mucho cariño, en mi corazón. Comparto intensamente todas las preocupaciones que les pueden causar las dificultades que padecen. Cuídense mucho para que puedan cumplir su difícil tarea”. “Se me hace muy larga la espera para ir a verlos y abrazarlos a todos. No los olvido en mis oraciones y me encomiendo a las suyas. Tengo el honor de ser para ustedes un Padre muy querido. Marcelino Champagnat
Meditaciones para nuestros días San Marcelino vuelve a ser para nosotros maestro del espíritu, profeta que nos anuncia