Manejar adecuadamente el enojo es una práctica que necesita convertirse en un hábito, pues los adolescentes necesitan reforzar o descubrir técnicas que les permitan comunicarse eficazmente con los demás. El enojo requiere practicar habilidades como autoconciencia, identificación de pensamientos, de sentimientos, sensaciones, de conductas, de asertividad y empatía. Resultados Los hallazgos se integraron en 3 categorías: Conductas, pensamientos y sentimientos asociados al enojo que limitaban su sana expresión, aquí se describen los discursos más representativos de los participantes y algunos comentarios sobre sus aprendizajes a partir del taller. a) Conductas asociadas al enojo Se descubrió que los adolescentes reaccionan o actúan de forma agresiva o represiva; pues algunos participantes comentan que cuando surge el enojo sienten desesperación y ansiedad, lo que los conduce a agredir, decir groserías y gritar, convirtiendo su forma de expresión en una conducta inadecuada. Lo relevante fue que comentaron haber aprendido esas conductas de sus padres y no habían pensado en la posibilidad de tener conductas más asertivas hasta que lo aprendieron en el taller. b) Pensamientos asociados al enojo Según Pasquialini (2010), durante la etapa de la adolescencia aparecen a nivel del pensamiento, transformaciones, pues surge el pensamiento hipotético deductivo, lo cual significa que los adolescentes deducen conclusiones mediante sus suposiciones sin acudir a una observación real. Se encontró que algunos adolescentes tienen pensamientos con una connotación negativa, mientras que otros tienen una connotación positiva, lo cual influye en la forma en cómo expresan el enojo.
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