Voces del ahuehuete

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Esta publicación fue financiada con recursos federales, a través del Programa de Apoyos a la Cultura en su vertiente Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura 2019. Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido su uso para fines distintos a los establecidos en el programa.


Voces del ahuehuete Varias autoras, participantes del proyeto Mujer: escribir cambia tu vida 2019


Estos talleres fueron financiados con recursos de la Secretaría de Cultura Federal. Varias autoras, participantes del proyecto Mujer: escribir cambia tu vida Voces del ahuehuete/Varias autoras México: Secretaría de Cultura, 2019 300 páginas Encuadernado con: Taller de Minerva Castelán Rueda en Temixco.— Caty Juta.— Josefina López Reyna.— Margarita Morelos Gutiérrez.— María Georgina Sotelo Caro.— Taller de Adriana Mujica Murias en Cuernavaca.— Ana María Aldasoro Ruíz.— Rosa Verónica Cruz Flores.— Taller de Alma Gloria Gutiérrez Fonseca en Jiutepec.— Ana Karen Torres Lara.— Gabriela Soberanis.— Ma. Leticia Contreras Hernández.— Magnolia Moreno Linares.— Margot Lara R.— Margoth Isme Torres Lara.— Martha.— Olga Contreras.— Patricia Moreno.— Úukum.—Taller de Araceli Vázquez Muñoz en Ciudad Ayala.— Angie.— Brenda.— Caster.— Dolores Elizabeth Franco Domínguez.— Elizabeth Domínguez Buenos Aires.— María de Lourdes Santillán Miranda.— Necuhzayolli.— Taller de Débora Carrillo Hernández en Tlaltizapán.— Anabel Huerta Acosta.— Anabella.— Maritzali Trejo Bernardo.— Mitzi Aketzalli López Miranda.— Santa Marquina Rodríguez.— Xcaret Díaz Carrillo.— Zuheidi Trejo Bernardo.—Taller de Selma Elena Ocampo Quiroz en Cuautla.— Ana Karina Morales Lezama.— Charlie Lezama.— Cintia Belén García.— Cristina Soriano.— DGG.— Geo D´ Lara.— Hilda Bahena.— Jasmín Martínez Prudente.— Karina Berenice Tenango Gutiérrez.— Lorely Gómez Chávez.— Luna Hadaline.— Maricarmen Arciniega Espinoza.— Marina del Rocío Robles Franco.— Norma Mercado.— Priscila Camal Zamudio.— Viani Martínez Figueroa.— Yamilet Portillo Pantoja.— Taller de Sofía Francisco Regino en Ciudad Ayala.— Herlinda Tlazola Bahena.— Petra Peláez Ortiz.— Valentina Araceli Vázquez Godínez.— Taller de Nadia Karina Rosales Benítez en Jojutla.— Alisson Yadira Abarca Beltrán.— A M Fitz.— Dayanara Sánchez Benítez.— Lupitha González.— Margarita Flores Hernández.— Serenice M. Benítez Barrientos.— Francia Liz Fitz Flores.— Taller de Anahí Zuleima Gómez Ortega en Temixco.— Atl.— Isabel Torres Sierra.— Jenifer Yesenia Espíndola Flores.— Karen Nayeli Olivares Campos.— Karla Lizbeth Coloxtitla Montes.— Lorelay.— María.— Mayra.— Minerva Cosme Lara.— Mónica Estrada.— Omi Brito Jiménez.— Taller de Paz Matilde Osorio Revilla en Cuautla.— Bella Perla.— Bibi.— By Paty Cisneros.— Doralez.— Emilia Lezama Sandoval.— Guadalupe Esquivel Monroy.— Laura Carrillo Flores.— Lucila Morán Pacheco.— Maricela Gabriela Cherón Cortés.— Miriam Molina Esquivel.— Norma Leticia Montiel Ramírez.— Patricia I. Aragón Mora.— Silvia González. 1.- Mujeres en la literatura 2.- Mujeres como escritoras 3.- Mujeres – Autobiografía 4.- Mujer – Historia y condición de la mujer 5.- Mujeres morelenses. 809.89287

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Coordinación editorial: Montserrat Orellana Colmenares Diseño de la colección original: Daniel Zetina Maquetación: Elvia Y. Campuzano Figueroa Ilustración de portada: Mar Gasca Madrigal, Bosque íntimo, 2015. Cuidado de la edición: Carmen Torres Cuernavaca, Morelos, 2019 © 2019 Textos, autoras participantes © 2019 Metodología, Ethel Krauze © 2019 Ilustración de portada, Mar Gasca Madrigal © 2019 Secretaría de Turismo y Cultura Fondo Editorial del Estado de Morelos Calle Miguel Hidalgo 239 Colonia Centro, CP 62000 Cuernavaca, Morelos http:/turismoycultura.morelos.gob.mx www.fedem.morelos.gob.mx Impreso y hecho en México.


Índice Presentación | 9

Taller de Minerva Castelán Rueda en Temixco | 11 Caty Juta 12| Josefina López Reyna 16| Margarita Morelos Gutiérrez 20| María Georgina Sotelo Caro 24| Taller de Adriana Mujica Murias en Cuernavaca | 27 Ana María Aldasoro Ruíz 28| Rosa Verónica Cruz Flores 32| Taller de Alma Gloria Gutiérrez Fonseca en Jiutepec | 37 Ana Karen Torres Lara 38| Gabriela Soberanis 41| Ma. Leticia Contreras Hernández 45| Magnolia Moreno Linares 49| Margot Lara R. 53| Margoth Isme Torres Lara 57| Martha 61| Olga Contreras 65| Patricia Moreno 69| Úukum 73| Taller de Araceli Vázquez Muñoz en Ciudad Ayala | 77 Angie 78| Brenda 81| Caster 84| Dolores Elizabeth Franco Domínguez 87| Elizabeth Domínguez Buenos Aires 91| María de Lourdes Santillán Miranda 95| Necuhzayolli 99| 5


Taller de Débora Carrillo Hernández en Tlaltizapán | 101 Anabel Huerta Acosta 102| Anabella 106| Maritzali Trejo Bernardo 109| Mitzi Aketzalli López Miranda 112| Santa Marquina Rodríguez 116| Xcaret Díaz Carrillo 119| Zuheidi Trejo Bernardo 122| Taller de Selma Elena Ocampo Quiroz en Cuautla | 127 Ana Karina Morales Lezama 128| Charlie Lezama 130| Cintia Belén García 133| Cristina Soriano 135| DGG 139| Geo D´ Lara 143| Hilda Bahena 147| Jasmín Martínez Prudente 151| Karina Berenice Tenango Gutiérrez 153| Lorely Gómez Chávez 155| Luna Hadaline 158| Maricarmen Arciniega Espinoza 161| Marina del Rocío Robles Franco 163| Norma Mercado 167| Priscila Camal Zamudio 170| Viani Martínez Figueroa 174| Yamilet Portillo Pantoja 176| Taller de Sofía Francisco Regino en Ciudad Ayala | 181 Herlinda Tlazola Bahena 182| Petra Peláez Ortiz 186| Valentina Araceli Vázquez Godínez 190| Taller de Nadia Karina Rosales Benítez en Jojutla | 195 Alisson Yadira Abarca Beltrán 196| A M Fitz 198| Dayanara Sánchez Benítez 201| Lupitha González 203| Margarita Flores Hernández 207| Serenice M. Benítez Barrientos 211| Francia Liz Fitz Flores 215| Taller de Anahí Zuleima Gómez Ortega en Temixco | 219 Atl 220| Isabel Torres Sierra 224| Jenifer Yesenia Espíndola Flores 226| Karen Nayeli Olivares Campos 229| Kar6


la Lizbeth Coloxtitla Montes 233| Lorelay 235| María 239| Mayra 242| Minerva Cosme Lara 246| Mónica Estrada 248| Omi Brito Jiménez 250| Taller de Paz Matilde Osorio Revilla en Cuautla | 255 Bella Perla 256| Bibi 258| By Paty Cisneros 261| Doralez 264| Emilia Lezama Sandoval 267| Guadalupe Esquivel Monroy 271| Laura Carrillo Flores 274| Lucila Morán Pacheco 277| Maricela Gabriela Cherón Cortés 281| Miriam Molina Esquivel 284| Norma Leticia Montiel Ramírez 288| Patricia I. Aragón Mora 291| Silvia González 294|

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Presentación Escribir nos permite reconocernos, saber de qué estamos hechas. Como cualquier ser vivo tenemos una estructura corporal, un aliento y un para qué. Como seres humanos, mujeres, como árboles. Me alegra retomar la imagen invitada por el título de esta antología: Voces del ahuahuete. El árbol —ahora el ahuehuete— nos permite organizar nuestros escritos. En el tronco está nuestro nombre, su significado y la historia propia que está impresa: quién nos nombró así, por qué y si estamos cómodas con esa corteza rugosa o lisa, si la epidermis que tenemos nos convoca a ser quienes hasta ahora somos. Y de ahí hacia abajo, a lo más profundo, a reconocer con nuestras letras a las ancestras, madres, hermanas, profesoras, a las abuelas, a nuestras huehues,1 a recordar y valorar las aguas que nos alimentaron, que nos fortalecieron a través de las raíces absorbiendo la humedad, el agua corriente o a veces estancada de pantano que fluye en “la primera vez que… si hubiera…”. A través de la escritura se alimenta el espíritu, se encuentran identidades, ideales y se valora la capacidad de escribir como un derecho humano que nos acerca a otros derechos: a ser escuchadas, leídas. Escribir nos deja ver nuestros miedos internos y externos a decir quién soy, “cuando era niña… recuerdo que… me urge decir…”, pero hay que dejar que las letras ordenadas en relatos se muevan como las ramas del ahuehuete con el viento… y ¿por qué no?, alimentar los brotes con nuestros logros más que con la reprobación de nuestros errores; 1 La palabra ahuehuete proviene de la voz náhuatl, compuesta de atl, agua, y huehue, viejo.

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expresar lo que se tiene, pero también en cada yema lo que necesitamos. Al ciprés mexicano o ahuahuete también se le conoce con los nombres comunes de sabino, ciprés de Moctezuma, ahuehué o tule, es tan majestuoso como el árbol del tule de Oaxaca que todas queremos abrazar —o lo hemos hecho—, como el árbol de la Noche Triste que recibe llantos históricos y llantos derramados por cada una de nosotras por la pérdida de los amores, o como el árbol sagrado en Ocuilán, que recibe a los peregrinos que llegan al santuario de Chalma… como los pedidos y promesas para hacer que la escritura nos dé sombra fresca para cambiar nuestra vida, formulando una y otra vez ¿qué pregunta me he hecho y no me he contestado?, escribiéndonos una carta a nosotras mismas. En las páginas de esta antología, ahora hojas de ahuahuete brillantes, con su resina astringente y cicatrizante, vuelan nuestras letras en este otoño. Juana de los Ángeles Mejía Marenco Tallerista

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Taller impartido por Minerva Castelรกn Rueda Temixco


Caty Juta Bosque con v de vuelta Bosque de noche, bosque profundo La noche oscura, el bosque frío, el viento resoplando en mi rostro, las ramas tronando por su furia, pareciera que todos los enormes y frondosos árboles se venían contra mí. Busqué la salida durante tantas horas que se me hicieron años, la fatiga se apropiaba de mi ser y más de una vez sentí desfallecer; sin embargo, una pequeña fuerza me impulsaba a continuar, esa fuerza a la que llamo mi razón de ser. A pesar de todos los miedos que sentí en esos caminos que parecían cada vez más oscuros, más tenebrosos, más largos y perdida entre la penumbra de la noche, las rocas me cerraban el camino. Me sentía como aquella película de mi infancia en la que Blanca Nieves se adentra en el bosque buscando una salida, una nueva oportunidad de vida, aferrándose a ella a pesar de todos los obstáculos, esperando ansiosamente que amanezca y poder apreciar las bellezas del bosque con la luz del día; buscando, la esperanza se aferra a mí o yo a ella y no me permite desistir hasta encontrar la luz del alba que me ayudará a llegar a un mejor destino. Sé que existen mejores caminos destinados para mí, quiero conocer el bosque de día, oír las aves trinar, ver el colorido de sus flores y la tonalidad del verde que un bosque puede tener, porque no puedo seguir perdida por más años, porque merezco ver la luz y dejar de tener miedo, porque mi razón de ser me necesita, necesita a una madre triunfadora, feliz, sana, viva, porque al encontrar el camino, ella seguiría mis pasos para que ambas recorramos un mejor camino. 12


El milagro hecho vida Y después de tanto castigo, de tanto sufrimiento, cuando todo lo veía perdido, cuando el rey que reinaba en mi mundo había pasado a formar parte de otro mundo, cuando había pisado fondo, cuando no encontraba la salida ni motivo alguno en mi vida, cuando conocí la soledad con cada una de sus siete letras y el bosque me tenía presa en su obscuridad, fue cuando busqué a Dios y después de tantas oraciones pidiendo, rezando, suplicando que enviaras a mi vida una luz, una esperanza, un motivo, la respuesta no se hizo esperar y enviaste vida a mi vida, tal y como lo había soñado, justo con esos ojos redondos que con sólo una mirada inspiraron un nivel de ternura y amor que nunca antes había experimentado, a ella no la rescaté yo, Vita, llegó a rescatarme. Me queda claro que yo ya no estaría en este plano si ella no hubiera llegado, no puedo llamarlo de otra manera, su llegada fue la respuesta a tantas noches de súplica, a tantas lágrimas y momentos de angustia, su llegada fue un milagro. Esa sonrisa que me cautivó desde el primer momento en que nos vimos, esos brazos suplicantes de cariño completaron la falta de amor que yo tenía, el motivo, la luz, la alegría, mi vida nunca más volvió a ser igual, nunca más he vuelto a estar sola, mi casa nunca más volvió a estar limpia y ¡bah, a quién le importa eso! Su presencia llena cada una de las células de mi cuerpo, mi casa ahora se llama hogar, los días tienen sentido y entre gritos y risas transcurren. Ahora, sólo te pido que me guíes para ser la madre que mi hija necesita, no me permitas defraudarla porque te estaría defraudando a ti; tú me confiaste a la más bella de tus estrellas para que viniera a alumbrar mi camino, la sabiduría debe ser mi mejor compañía, la paciencia mi mejor arma, el amor mi única razón de actuar. Los milagros 13


existen, las oraciones funcionan, el sufrimiento se compensa y Dios no se equivoca. Esperanza Anhelo llegar a ti, he trabajado arduamente con la ilusión de llegar a ese paradisíaco lugar, lo he visto tantas veces en mis sueños que hasta he sentido la brisa de tu azul turquesa en mis pies, tu arena blanca, tus matices azules del cielo encontrándose con el mar, tu silencio, tu tranquilidad y la suavidad de tu área, has sido la esperanza que se mantiene en mí. La ilusión de poder llegar a encontrar esa tranquilidad que tú me inspiras, que tú me das antes de conocerte. En mis momentos más angustiosos cierro los ojos y te veo, escucho el vaivén de tus olas y aunque en momentos siento que me pueden arrastrar y me atemorizo, te vuelvo a ver y confío en ti, sé que tus olas son tranquilas, que tú no me vas a hacer daño, que tu mar es seguro. Y así como las olas vienen y van, la esperanza la tengo y la pierdo; despierto del sueño, veo mi realidad y el paisaje ya no es esperanzador, nuevamente me pierdo y empiezo a angustiarme, sé que estás ahí, sé que no te has movido y que tus olas permanecen en absoluta tranquilidad, que con sólo cerrar los ojos te volveré a encontrar y que tú esperarás con ansia mi llegada. Vuelve la sensatez a mi ser y reconozco que lo único que me aleja de ti soy yo misma, son mis miedos, mis demonios internos, tú no te mueves, tú no te pierdes, tú sigues ahí y sólo de mí depende que permanezcas aquí, en mis más profundos sueños, pero con la esperanza de que pronto te conviertas en realidad y el azul de tu mar correrá por mis venas dándome la seguridad que necesito para enfrentar mis miedos; el calor de tu sol encenderá mi corazón y brillará como tú para sólo destilar amor; la suavidad de tu arena será parte 14


de mi piel y me permitirá moverme con esa texturización que me das; el viento de tu atardecer impulsará mis pies con firmeza y decisión para que mis pasos sean seguros y me guíen hacia el horizonte, para nunca más perderme. Porque tengo la esperanza de llegar a ti para nunca más sufrir, para ser feliz, para ver en tu mar, para hacernos uno, para que me des paz, para que te dé armonía, para nunca más perdernos, para que el para siempre sea una realidad y no una ilusión, porque en ti confío, porque eres la luz que tanto busqué, eres el regalo que Dios tenía guardado para mí, eres mi mar, eres mi cielo, eres mi esperanza.

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Josefina López Reyna Mariposas de colores Alegría El mar, ¡ah!, el mar, sentir la espuma de las olas en mis pies, la suave arena tocando mi piel, el olor a sal que me pica la nariz, mirar hacia el horizonte para observar atentamente la paleta de colores que se despliega en la naturaleza, sensaciones refrescantes al espíritu. Sentirme inmensa de poder, estar ahí a solas en esa hermosa playa cuya tranquilidad se respira muy lentamente. Sentir plenitud y éxtasis confortable al observar el horizonte interminable que se dibuja en el mar, el cuerpo relajado, la mente tranquila sin preocupación, dejar volar la imaginación con alas de mariposa azul dibujando en el cielo espirales doradas que se introducen en el mar. Imaginar que solamente existimos el mar y yo en ese momento, que somos los únicos seres vivos en ese planeta, escuchar el rumor de las olas que, como aleteo de mariposas de colores, van y vienen con el vaivén arrullador del mar. Mas repentinamente el oído percibe a lo lejos un gran golpe en las rocas que a lo lejos se pueden ver, y como un rugido de fiera herida se escucha al chocar una gran ola en ellas. Sonido que me hace despertar a la realidad para abandonar el remanso de paz en el que me encontraba, indicándome que la noche ha terminado para dar paso al amanecer. Mi ensoñación ha pasado, el día ha comenzado alegremente despertando los sentidos para retomar la vida. Bruma Me acerco al baúl de mis recuerdos buscando en las experiencias de la infancia y adolescencia y me doy cuenta de 16


que en la superficie se encuentran las emociones bonitas, transparentes como agua cristalina que corre en una ladera lejana. Tengo miedo de hurgar en lo más profundo, una enorme mariposa oscura se posa en mi hombro como indicándome que no busque porque el que busca encuentra y, en algunas ocasiones, lo que encontramos nos puede desagradar. Mas me digo busca, enfrenta tus miedos e ilumina los oscuros recovecos de tu infancia, lleva la luz a los desagradables fantasmas que caminan en los recuerdos que has tratado de olvidar. ¡Sí, ahí está! Le esquivo la mirada tratando de borrarlo de mi mente, me sudan las manos, me tiemblan las piernas y quisiera correr despavorida para alejarme de este sitio al que no he querido regresar jamás. Tan sólo recordarlo me llena de pánico y vergüenza. Él se encuentra ahí sentado en el sillón de costumbre, al entrar yo a su casa a jugar con su hermana, me miraba fijamente y sonreía luego, después, parecía que de mí se olvidaba. Sucedió, sucedió una tarde que llegué a buscar a su hermana, la casa estaba en silencio, solamente él se encontraba, me invitó a pasar. Yo entré y él fue a la cocina por un vaso de agua fresca que dijo necesitaba. Regresa de la cocina, se sienta en el sillón de siempre, prende la televisión y me dice que me acerque para que pueda ver mejor la televisión. Yo, entusiasmada, miro el programa y me entretengo confiada, de pronto ¡horror!, estira su mano y toma la mía, la extiende hacia él y me jala llevando mi mano a su miembro que descubierto estaba, me puse pálida, me temblaron las piernas, ¡quise gritar aterrada!, pero con su otra mano cubre mi boca, lo mordí con todas las fuerzas de mi ser, me soltó y salí de ahí huyendo como loca. Cuando llegué a mi casa sudorosa y jadeante, mi madre me preguntó “¿hija, qué te pasa?”. Yo contesté, con miedo a 17


que me regañara, que me correteaba un perro, por eso corrí hasta la casa. Durante semanas no podía dormir, me soñaba corriendo en la bruma de la noche, huyendo de las manos gigantes que me apresaban. A mi madre jamás le conté nada, me sentía culpable y avergonzada, ¡como si yo lo hubiera provocado todo! Hoy, con el tiempo, he logrado superarlo y entender que hay hombres tan inseguros y enfermos que no han desarrollado la capacidad de expresar sanamente su sexualidad y por ello abusan de menores, ocasionando en ellos problemas graves para sus vidas futuras. Milagros Te conocí en una tarde de invierno, eras muy pequeña, parecías un capullo rosado envuelta entre los brazos de tu madre, te veías tan tranquila y feliz que le comentamos a tu mamá que las dos se veían muy bien. Iniciamos una plática trivial, con el pasar de las horas la plática llegó al tema de cómo es que habías logrado estar en este mundo. Tu mamá empezó diciendo que su esposo se quería separar de ella porque no podía tener hijos, después de hacerse unos estudios le detectaron que tenía miomas en la matriz y por eso no lograba embarazarse, el médico le comentó que le tenían que quitar la matriz porque estaba en riesgo de contraer cáncer, además de que ya tenía 45 años y por lo tanto, no tendría hijos. Fijaron la fecha para la cirugía, pero como a los dos meses comenzó a sentirse rara, le daba mucho sueño y siempre mostraba cansancio. Acudió al doctor, la revisó y le dijo que estaba bien, que tal vez se sentía así por el abundante sangrado que se manifestaba por los miomas, le extendió una receta con vitaminas y hierro comentándole que los tomara con puntualidad. 18


A las dos semanas acude nuevamente al médico para quejarse de agruras, el médico le envía a que se realice un ultrasonido y ¡sorpresa!, resultó que tu mamá estaba embarazada, el médico no daba crédito a lo que arrojaban los resultados y tu mamá menos. El médico le dice que no se haga muchas ilusiones, que esos embarazos eran rarísimos y que difícilmente se lograban, pero cero cirugía y reposo absoluto. Sé que el período de embarazo fue muy difícil, pero poco a poco fuiste ganando peso y talla y a los siete meses naciste tú y ¡por parto normal! Venías pegada a uno de los tumores que tenía tu mamá en la matriz, por todo ello tu mamá dijo que te llamarías Milagros, nombre que te corresponde por derecho divino. No cabe la menor duda que la vida llama con tan poderosa fuerza, que ahí estabas y cuántos más milagros andarán por el mundo desafiando las probabilidades médicas para regocijo de sus padres.

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Margarita Morelos Gutiérrez La transformación te libera Significado de la mariposa Ser mujer significa ser inteligente, luchadora, trabajadora, honesta y trasformadora de la vida. Tiene varias cualidades y virtudes que la distinguen. Mujer radiante de luz, lo que se propone lo logra y llega a la meta. Mujer es un don, Dios no se equivocó en crearla. Mujer es independiente, libre, autosuficiente. Mujer es ser dueña de sí misma, que pretende un desarrollo de carrera y prioriza su propio bienestar económico. Mujer profesional que se abre camino en el campo laboral y en el camino que ellas deseen. Mujer es atreverse al cambio, demostrarse una misma que todo se puede logar. Mujer es reconocer que vale la pena vivir la vida a pesar de varias situaciones. Mujer es ser alegre, optimista, valiente, única e irrepetible que Dios creó y que jamás debe rendirse, ser fuerte, inteligente. Es un gran ejemplo a seguir por tener un respeto que se gana con el ejemplo. Transformación de la mariposa Es una etapa muy hermosa que tiene varios sabores al recorrer la vida, que hay tropiezos, fracasos, pero uno debe ser inteligente para resolverlos. Ser madre, dar vida, entrega, dedicación, cuidar a tus hijos. Ser perseverante, triunfadora, luchar cada día por ser mejor y lograr tus metas. 20


Esta etapa de mi vida para mí es luchar, mirar hacia adelante, vencer todos los obstáculos y las dificultades que se me presenten. Seguir luchando por mí y la vida de mis hijos, por lo que deseo. Es mirar siempre adelante, tener todas las fuerzas necesarias para lograr lo que uno se propone. Ver la vida de color rosa ya que no sabemos hasta qué momento Dios nos permitirá vivir y estar al lado de los seres que queremos. Flor hermosa y perla preciosa es de origen griego. Una piedra preciosa que siempre debe irradiar brillo, resplandor, a pesar de todas las dificultades que se le presenten en su caminar, nunca perder las esperanzas, algún día el sol brillará. Ser fuerte, triunfadora, perseverante, trabajadora, sobresaliente, luchadora por seguir sus ideales. Lograr todo lo que se propone, aunque tropiece se levanta para alcanzar sus metas. El bosque en tinieblas Fue cuando me engañó mi ave con otra de mi raza, en ese momento sentí que la tormenta me arrastraba, los truenos me estremecían de dolor, el aire soplaba, me faltaban fuerzas, estaba débil, destrozada, sin ganas de volar. De repente vino un sonido que me decía, “tienes que seguir volando por tus polluelos, eres joven y hermosa, la vida sigue, eres fuerte, inteligente, perseverante, optimista, tienes una vida por delante”, y para que mis polluelos no se dieran cuenta de lo que pasaba, fui a acarrucarme, me fui a observar la hermosa noche, estuve llore y llore. En esos momentos que estás viviendo, la noche se hace eterna y quieres ver si es un sueño o realidad. Nada me consolaba ni el sol ni la luna, me preguntaba por qué esto me pasó a mí, qué he hecho. 21


Antes de ir al viaje me fui a despedir de mis polluelos, todavía estaba esa ave negra, le dije “lárgate de mi hogar, no te quiero ver más, por qué me hiciste esto, qué te he hecho, te di mi apoyo, confianza, te abrí las puertas de mi casa, ¿con esto me pagas?” Me acuerdo que me comentaba “Tía, cómo te voy a pagar”. Yo le dije: “me doy por agradecida cuando tú termines tu carrera, espero que no te hagan lo mismo, es un dolor muy fuerte que no se lo deseas a nadie. Sigue tu vuelo, yo, el mío, ojalá nunca te vea en mi caminar”. Me sentí humillada, decepcionada, derrotada, desilusionada de apoyar a tu familia y es como si te dieran una bofetada. A veces por las circunstancias que uno vive no cuentas con los recursos necesarios para logara tus sueños. Yo pasé por esa etapa y me brindaron apoyo, entonces dije, si algún día alguien necesita de mí, los apoyaré, pero jamás pensé ni por mi cabeza pasó que esto iba a suceder. Como me brindaron apoyo en esos momentos, mis padres me educaron con buenos principios, valores, nunca hice nada, al contrario, estaba agradecida por el apoyo que me dieron y haber logrado mi sueño. Mis tesoros vivieron esto, pedí a Dios que me ayudara a seguir adelante, que nunca me abandonara en los momentos difíciles que se me presentaban, que me diera fuerzas, valor para mí y para luchar por mis hijos. La purificación de la mariposa No sé si hice bien o mal en no divorciarme, si fue miedo o estaba insegura de hacerlo, siempre pensé en mis hijos, quería evitarles que sufrieran, pero a partir de ese momento mi vida no era igual, no tenía sentido, se pierde la confianza y ya no es la misma relación. 22


Mis pequeños al ver cómo sufría, me decían, “mamá, déjalo, vas a ver que nos va a ir bien, pero no tengas miedo, te vamos a obedecer”, pero dije que tal si toman rumbos equivocados o no estudian. En mi trabajo lo palpo y me doy cuenta que cuando eso pasa, los jóvenes sufren y se van por caminos diferentes. Por eso decidí no divorciarme. Todo lo pongo en las manos de Dios y le pido que me ayude en todos los momentos y no me abandone. A mi abuelita De niña me acuerdo que a mi abuelita le gustaba viajar, iba a excursiones. Cuando llegaba del recorrido, nos daba gusto porque nos traía algo, pasaba ella a todas las casas a avisarles a mis tíos que nos dieran permiso y nos reuniéramos en el patio, como éramos demasiados el patio se veía hermoso, mucho escándalo al vernos todos reunidos. “A ver, fórmense”, decía, “primero los de mis hijas, posteriormente los de mis hijos” y nos veíamos las caras unos y otros, por qué hace esto mi abuelita María. Empezaba a repartir, les daba un juguete y cuando pasamos los demás nietos, decía les traje algo pequeño y dulce, ya no tuve dinero, pero no se preocupen”. Cuando estás en esta etapa, lo que te den es bueno, me acuerdo que veía el rostro de mi mamá enojado y me preguntaba qué le pasa.

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María Georgina Sotelo Caro Perdona las espinas en las rosas Color naranja que baja del cielo El color naranja, mi color predilecto, pero ¿en qué momento o qué me hizo hacer esa selección? Tenía 10 meses de edad, mi mamá Cruz me entregó con mis tíos Abraham e Isabel para protegerme de todas las inclemencias del lugar donde llegaron a vivir mis padres, un lugar árido, cubierto de piedras, lo que ahora se conoce como la colonia Rubén Jaramillo, ahí existían todo tipo de animales ponzoñosos, alacranes, arañas, víboras, a diario había defunciones de bebés y niños de las cientos de familias que llegaron como paracaidistas a invadir esos terrenos. Fue entonces cuando mi madre tomó esa difícil situación, aceptar que se llevaran a su hija de 10 meses lejos, pero estaría con vida. Paso el tiempo, tenía seis años de edad, vine de Atlixco, Puebla, con mis padres Abraham e Isabel, me trajeron a visitar a mis padres y hermanos a Temixco, la verdad, no tengo recuerdos de esa visita, tan solo recuerdo que estábamos de regreso a Atlixco, empezaba a caer la tarde, el sol empezaba a ocultarse, yo iba hincada en el sillón trasero del coche viendo a trevés del medallón, pero de repente quedé frente a frente con esa enorme pelota naranja, era el sol, un sol de color naranja intenso, el coche continuaba avanzando y el sol empezó alejarse y a tornarse opaco, empezó a perder su resplandor, tal parecía que había empezado a llenarse de tristeza, ¿era acaso el sol o era yo, quien sentía esa tristeza? A mis cortos seis años no alcanzaba a entender por qué tenía que alejarme de aquellos que decían ser mis hermanos, pronto estaría en mi casa de Atlixco con todas las co24


modidades de una hija única, mi padre, gerente del Banco de Oriente, bien podía decir que no me faltaba nada, tenía todo, unos padres que me amaban, muchos, muchos juguetes con los que platicaba, pero nuca tuve respuesta de ellos porque sólo eran juguetes, realmente me sentía sola, por eso es que aquella tarde así como veía alejarse el sol hasta perderse en el horizonte, así veía que iban quedando lejos, muy lejos mis queridos hermanos, nunca había sentido aquel dolor de opresión en el pecho; el tiempo ha borrado de mi mente detalles de esa visita a mis hermanos o padres, sin embargo, el recuerdo de esa tristeza y nostalgia que me invadió me hace pensar que fueron momentos lindos. Y quien selló ese momento, fue aquel enorme sol color naranja que nunca más he vuelto a ver.

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