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Educación Prospectiva
Por Lackshmir Ann Hamid
La Educación prospectiva, representa una disciplina que estudia el futuro de un punto de vista social, económico, político, científico y tecnológico. Se puede definir como la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en él. Las ciencias de la educación, involucran al conjunto de disciplinas que describen, estudian, analizan, explican y comprenden los fenómenos o proceso educativos en sus múltiples o diversos aspectos. Efectivamente, la educación es un proceso complejo que tiene lugar en todos los ámbitos de la vida social y humana, en esta se realizan disertaciones, abordajes, estudios, exploraciones e investigaciones específicas y en los que intervienen diferentes disciplinas como: la Sociología, Filosofía, Derecho, Psicología, Ciencias Políticas, Historia y Economía entre otras. Partiendo de esta concepción, la relación de actores, que tratan la socialización de un objeto de estudio como forma de construcción significativa de los aprendizajes, de intelectualidad y vivencia, pueden secuenciar el desarrollo social, en rasgos actitudinales, la misma deviene de una situación, que supone una procesualidad. Así, la primera etapa de ese constructo se debe relacionar al diagnóstico de las necesidades cognitivas o de adecuación que se reacomodan a los entornos socio estructurales en los cuales puede desenvolverse el sujeto formable. Ulteriormente a esto, debe darse lugar a verificar la teoría, técnica y práctica educativa disponible, pertinente para la dinámica de esos espacios y que puede justificar la búsqueda y adopción de nuevos dogmas y constructos de conocimientos que pueden servir para tratar con mejor afianzamiento esa realidad en el espectro de las ciencias educativas.
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Ante esto, se debe destacar que a lo largo del tiempo que en la formación se estudia y analiza el hecho educativo, dando sobradas pruebas de su capacidad para innovar, propiciar y favorecer, tanto el cambio, como el progreso de las sociedades. Es decir, todas las transformaciones en el ámbito social, económico y político tienen una incidencia de interacción recíproca en la educación como elemento promotor y generador de acciones. Podemos destacar que el ser humano está dotado no solamente de habilidades cognitivas, de razón, sino también de las emocionales, sociales, morales, físicas y espirituales, todas ellas provenientes del más noble órgano de su cuerpo: el cerebro. En el mismo se encuentra la respuesta para el perfeccionamiento y es en él donde ocurrirá la transformación: en el cerebro del maestro y en el cerebro del estudiante. Ahora bien, como el aprendizaje se caracteriza por la habilidad de adquirir nuevas informaciones. Chiyohg (2016) indica que la educación aumenta las oportunidades de trabajos legítimos y sus salarios. Permite la reducción de actividades ilegales, pues es preferible tener un trabajo remunerado a estar en la cárcel y que prácticamente toda la bolsa de trabajo se cierre para él. La educación prospectiva, pretende inculcar a las personas delincuentes, o que han quebrantado la tutela normativa y lesionan el contenido del deber ser social; argumentos integrados.
La educación prospectiva facilita la construcción de aprendizajes desde lo intelectual y lo vivencial, con miras de responder a las necesidades cognitivas y de integración, que permitan reformular paradigmas civilizatorios y existenciales, para la orientación y redefinición de conductas de quienes han quebrantado el orden socioeducativo. De esta manera, se admite que la prevención basada en educación es la mejor formar de impedir flagelos sociales que podrían conducir a delitos y siendo por lo tanto, esta una vía idónea para dar lugar a mejorar el contenido de las realidades sociales, se asume que la educación influye en el modelaje de un talento humano, con capacidad incluso de adecuarse ante contrariedades. La educación preventiva en materia de delito debe reunir a los responsables de la vivienda, de los servicios sociales, del tiempo libre, de las escuelas, de la policía y de la justicia para poder enfrentar situaciones que conducen a la delincuencia. Las ciudades y comunidades ocupan una posición estratégica para influir sobre las causas de la criminalidad, con el apoyo financiero y técnico de otras instancias gubernamentales y de las organizaciones internacionales. Los funcionarios en todos los niveles deben utilizar su autoridad política y asumir la responsabilidad en la lucha contra la delincuencia urbana. Sin ese compromiso, la confianza en la comunidad, la calidad de vida de los habitantes de las ciudades y los derechos humanos se encontrarían amenazados.
Dra: Lackshmir Ann Hamid @coach_lackshmirann