Érase una vez un mundo que paró. Las escuelas vacías y las casas llenas. Las computadoras encendidas y los abrazos apagados. Los adultos preocupados y los niños y niñas también.
Infancias y CUENTOS DE PANDEMIA Por Dulce Rocio Reyes Gutiérrez
En ese entonces las cosas se tornaron difíciles, algunas se descontrolaron y otras encontraron su lugar, se reacomodaron. Se dice que a un pequeño virus con apariencia de corona solar le gustó la Tierra y quiso quedarse a vivir ahí. Se le hizo de noche y no pudo volver a su planeta, buscó donde dormir y encontró un lugar calientito. Se encariñó de los adultos y decidió acompañarlos por las tardes en su soledad.
Muchos niños y niñas en el mundo, ha estado en encierro obligatorio