Las niñas y niños “no deben” ser violentados, “deben” asistir a la escuela y “no deben” trabajar.
Niñas y niños trabajadores en pie de lucha POR DULCE ROCIO REYES gUTIÉRREZ
“El trabajo digno es cuando trabajamos sin explotación, vamos a la escuela, comemos, pero sí trabajamos también, no nos explotan”. Leidy, 11 años, niña chiapaneca trabajadora
Hablar del “deber ser” actualmente, parece ocioso, pues nos enfrentamos a una realidad diversa, compleja y descuidada. Claro que las niñas y niños “no deben” ser violentados, “deben” asistir a la escuela y “no deben” trabajar.
Claro que los adultos “debemos” respetar sus derechos, acompañarlos en su lucha diaria por tener una vida más digna y ayudarlos a cumplir sus deseos. Pero ese “deber” queda superado por algo que ojalá fuera ficción, pero no, es la realidad de todos los días: las niñas y niños trabajadores existen y sus derechos no son respetados. Les contaré un par de historias, para empezar.
Actualmente, se calcula que hay más de 151 millones de niños y niñas víctimas de trabajo infantil Amina es una niña africana de 14 años que es obligada por su abuela a salir de su pueblo, para evitar su matrimonio con un hombre mayor y el futuro de miseria que le espera ahí, pues es difícil la vida en ese lugar donde hay poco trabajo y alimento. En esa huida, se topa con traficantes de personas de los cuales escapa.
JULIO 2020 / 12 / QUEHACER POLÍTICO