V O L 9 - G R A T I S / F R E E
TÉS, BÁLSAMOS E INFUSIONES:
plantas medicina les de Oaxaca El tamal de frijol era suave, pero aún así hice una mueca de dolor cuando lo mordí, dando a entender a todos los que estaban cerca que tenía un terrible dolor de muelas. Una mujer que pasaba por el mercado se detuvo y buscó en su morral. Sacó algunos clavos de una bolsita de plástico y los puso en una servilleta junto a mi plato. Luego buscó una pluma para escribir su nombre y número de teléfono en la servilleta. “Mastíquelos y se sentirá mejor de inmediato”. Ese fue mi primer encuentro con una curandera indígena hace 15 años en un mercado del estado de Guerrero. Tenía razón, el dolor disminuyó en menos de dos minutos. Ahora guardo aceite de clavo — considerado un anestésico natural y antiinflamatorio por su ingrediente activo, eugenol— en mi botiquín. Antes de que los colonizadores españoles invadieran México, los curanderos dependían de las plantas nativas para curar resfriados comunes, fiebres, problemas reproductivos, malestares digestivos y hasta el envejecimiento. No había mucha necesidad de ningún otro medicamento. La conquista no sólo trajo enfermedades mortales, sino también la destrucción de muchos de los temazcales, de los talleres y jardines de los curanderos, ya que la iglesia católica consideraba estos trabajos como supersticiosos y contrarios a sus enseñanzas. Irónicamente, la llegada del clero español también trajo muchas hierbas adicionales con propiedades curativas naturales como la manzanilla, el romero, la menta, el tomillo, el orégano, el anís y el hinojo. Desde entonces, éstos se han incorporado a las tradiciones curativas de las comunidades indígenas oaxaqueñas, tradiciones que sobrevivieron a la brutal prohibición y que continúan reconfortando y curando en la actualidad. Un artículo de la edición de enero de 2021 de la Revista de Etnobiología y Etnomedicina publicó un estudio detallado, que duró tres años, sobre las hierbas medicinales nativas de Oaxaca en 84 municipios, incluyendo ocho diferentes pueblos indígenas. Los investigadores catalogaron 770 especies utilizadas en más de dos mil aplicaciones, combatiendo 57 enfermedades que van desde erupciones cutáneas hasta infertilidad y depresión. T e xto y f o to s: Isahrai Az ari a
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“Es necesario reconocer y comprender los complejos procesos ancestrales involucrados en la interacción humano-naturaleza y el papel de estos procesos en la conservación de la biodiversidad y en la supervivencia de grupos étnicos que han resistido durante siglos. [Es] un llamado de atención para respetar esas cosmovisiones“. —“Inventario actualizado de plantas medicinales utilizadas en la medicina tradicional en Oaxaca, México”, Revista de Etnobiología y Etnomedicina, 28/01/2021. Por supuesto, es casi imposible seleccionar y resaltar sólo algunas de estas hierbas, ¡de entre las 770 opciones!, pero he elegido algunas que siempre surgen en las conversaciones con curanderos y homeópatas oaxaqueños. Albahaca. Ocimum basilicum L. Presente en puestos del mercado o lugares de venta de flores, el tipo de albahaca más común en México es la “albahaca santa”, con pequeñas flores color púrpura rodeadas de fragantes hojas planas. Es antiinflamatoria con propiedades antibacterianas y alto contenido de antioxidantes. En tés, tinturas y vapores, la albahaca se usa para combatir la pérdida del apetito, indigestión y resfriados. Las hojas frescas de albahaca se pueden machacar para obtener aceite y luego frotarlo sobre la picadura de un insecto y aliviar la picazón. Hierba maestra. Artemisia mexicana Prima del ajenjo (artemisia absinthium), las tinturas hechas de las hojas de color gris verdoso se usan para detener el vómito y tratar los parásitos. Varios estudios científicos han demostrado su eficacia en el tratamiento de la fiebre, la depresión y el dolor muscular. También se ha utilizado como complemento de los esteroides en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y otros dolores crónicos. La hierba maestra se considera segura para su uso a corto plazo, pero debe tomarse bajo supervisión de un especialista si quiere consumirse a largo plazo. También puede ser perjudicial durante el embarazo o en personas que sufren de convulsiones. Poleo. Hedeoma drummondii Rico en antioxidantes, el poleo se usa para aliviar el resfriado, la tos, los problemas de riñones y estómago, y los dolores de cabeza. También hay suficiente evidencia anecdótica como para escribir un libro acerca de sus propiedades milagrosas para curar la cruda. A menudo se vende en los mercados en ramas largas, sus pequeñas hojas aún ya secas son capaces de rehidratarse muy bien en un té caliente, y revivir así el mismo sabor fresco y mentolado de una infusión preparada con hojas frescas
Diente de león. Tarazacum Un té amargo hecho de raíz de diente de león puede restaurar muchos de los sistemas del cuerpo después de una enfermedad o un trauma. Sus hojas serradas e incluso sus pétalos amarillos frescos también se añaden a menudo en la preparación, lo que agrega un ligero sabor dulce y proporciona más antioxidantes al té. Se ha recomendado durante generaciones para reducir el azúcar en la sangre y actualmente es estudiado en el tratamiento de la diabetes. Por último, un baño de asiento puede tratar infecciones urinarias y brindar un cuidado reconfortante a las mujeres durante sus ciclos menstruales. Llantén mayor. Plantago mayor Con un alto nivel de flavonoides, ácidos fenólicos, ácidos grasos y vitaminas, se considera que las semillas y hojas de venas anchas del llantén contienen todos los buenos antis: antiulcerativo, antidiabético, antidiarreico, antiinflamatorio, antibacteriano y antiviral. En la naturaleza, el llantén crece en estambres delgados y altos, con flores en tonos otoñales, púrpura, amarillo y naranja fuerte. Las hojas jóvenes tienen un sabor ligeramente dulce y se pueden comer crudas, pero una vez maduras, las venas se vuelven duras y más ácidas y deben hervirse antes de ser consumidas.
Tratar de encontrar la hierba o planta medicinal correcta para una dolencia puede ser un poco abrumador, ¡especialmente si tu primera parada es el internet! En Oaxaca, la mayoría de los mercados tienen al menos un puesto naturista que puede darte consejos de uso general. Para una evaluación más personalizada, muchas veces las referencias personales son la mejor manera para encontrar una curandera que se especialice en tus necesidades, con quien puedas analizar cuidadosamente diferentes opciones. Algunas curanderas ofrecen limpias y otras ceremonias sagradas. Algunas más se especializan en la expansión de la mente a través de psicodélicos. Muchas mujeres buscan curanderas enfocadas en la fertilidad para comenzar su viaje reproductivo usando productos naturales además de una compañía femenina. Trabajar con plantas medicinales a veces puede parecer una tarea de prueba y error, pero con una profesional capacitada se siente siempre como un proceso deliberado e informado. Debido a esta abundancia natural —770 especies de plantas medicinales y contando—, Oaxaca es el lugar ideal para comenzar a aprender.
TEAS, BALMS, AND BREWS
Oaxaca´s Herbal Pharmacy T
he tamal de frijol was soft, but I still winced when I bit down, revealing to anyone nearby that I was suffering a terrible toothache. A woman walking by in the market stopped and dug in her purse. She shook out a few cloves onto the napkin next to my plate from a plastic bag. Then she searched for a pen to write her name and number on the napkin. “Chew them and you’ll feel better right away.” That was my first meeting with a curandera, an Indigenous healer, 15 years ago in a market in the state of Guerrero. She was right. The pain subsided in less than two minutes. I now keep clove oil — considered a natural anaesthetic and anti-inflammatory for its active ingredient, eugenol — in my medicine cabinet. Before the Spanish colonisers invaded Mexico, healers relied on Indigenous plants to cure common colds, fevers, reproductive issues, and the malaise of indigestion or growing older. There wasn’t much need for any other medicine. The conquest not only brought deadly disease but also the destruction of many of the healers’ temazcals, workshops, and gardens as the Catholic church deemed their work as superstitious and counter to teachings. Ironically, the arrival of Spanish clergy also brought many additional herbs with natural healing properties such as chamomile, rosemary, mint, thyme, oregano, anise, and fennel. These have since been incorporated into the healing traditions of Oaxacan Indigenous communities, traditions that survived their brutal prohibition and that continue to comfort and cure today.
An article in the January 2021 issue of the Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine detailed a comprehensive three-year study of medicinal herbs native to Oaxaca researched in 84 municipalities which included inhabitants of eight different Indigenous populations. Researchers catalogued 770 species used in over two thousand applications, combatting 57 illnesses ranging from skin rashes to infertility to depression. “It is necessary to recognize and understand the complex ancestral processes involved in the humannature interaction and the role of these processes in the conservation of biodiversity and in the survivorship of ethnic groups that have persisted for centuries. [it is] a wake-up call to respect those worldviews.” — “Actualized inventory of medicinal plants used in traditional medicine in Oaxaca, Mexico”, Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 28/01/2021. Te x t & p h o to s : I s a hr a i A z a r i a
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It’s nearly impossible to identify a few herbs to highlight (from 770 choices!), but I’ve chosen a few that seem to always come up in conversations with Oaxacan healers and homeopaths. Albahaca (basil). Ocimum basilicum L. Ubiquitous in flower stands and market stalls, the most commonly found type of basil in Mexico is “holy basil”, with small purple flowers surrounded by fragrant flat leaves. It is anti-inflammatory with antibacterial properties and high in antioxidants. In teas, tinctures, and vapours, basil is used for loss of appetite, digestion, and head colds. Fresh basil leaves can be crushed to release oil and then rubbed onto a bug bite to soothe itching. Poleo (pennyroyal). Hedeoma drummondii Rich in antioxidants, poleo is often used for cold relief, coughs, kidney and stomach problems, and headaches. There is also enough anecdotal evidence about its miracle hangover cure properties to fill a book. Often sold in markets still on their long stalks, the small leaves dry remarkably well to rehydrate in hot tea with the same bright minty flavor as when made fresh. Diente de león (dandelion). Tarazacum A bitter tea made from dandelion root can be restorative to many of the body’s systems after illness or trauma. Its serrated leaves and even fresh yellow petals are also often brewed, adding a slight sweetness and more antioxidants to the tea. It has been recommended for generations to lower blood sugar and is currently being studied in the treatment of diabetes. Finally, a sitz bath treats urinary infections and can provide comfort care for women during their menstrual cycles. Llantén mayor. Plantago major With a high level of flavonoids, phenolic acid, fatty acids, and vitamins, llantén’s broad veiny leaves and seeds are considered to contain all the good “antis”: anti-ulcerative, antidiabetic, antidiarrheal, anti-inflammatory, antibacterial, and antiviral. Left to grow in the wild, llanténs sprout tall thin flower stamens in autumnal shades of purple, yellow, and burnt orange. Young leaves have a slightly sweet taste and can be eaten raw but once mature, the veins become tough and more acidic and should be boiled before consuming. Connecting the right medicinal herb or plant with an ailment can feel daunting — especially if your first stop is the internet! In Oaxaca, most mercados have at least one naturista stall that can provide general usage advice. For a more specific assessment, personal references are often the best way to find a curandera that specialises in your needs and with whom you can thoughtfully navigate through the options. Some curanderas offer limpias (cleansings) and/or other sacred ceremonies. Others specialise in mind expansion through psychedelics. Many women seek out fertility healers to ground their reproductive journey in natural resources and a feminine accompaniment. Working with medicinal plants can sometimes feel like trial and error but, with a trained practitioner, it always also feels deliberate and educational. With the natural abundance of Oaxaca — 770 medicinal plant species and counting — it’s a great place to start learning.
OUR NEW SCHOOL IN PUERTO ESCONDIDO IS NOW OPEN
Carta de la editora: “Mamá, ¿por qué tienes que trabajar?”, me preguntó mi hijo de 4 años. “Porque estoy haciendo otra revista”. “¿Pero para qué? ¡Ya tienes muchas!” Ha sido un año largo y difícil desde nuestra última edición, pero estoy muy contenta de presentarles nuestro noveno volumen en formato digital. Estamos emocionados por comenzar a contar historias nuevamente, por compartir la belleza de Oaxaca y traer algo de luz ante estos tiempos desafiantes. Desde el inicio del proceso de vacunación, un sentimiento de esperanza ha permeado la ciudad, la vida normal de repente parece un poco más cercana y el mundo se siente un poco más iluminado. Aún nos queda un largo camino por recorrer, pero el viaje ha comenzado. Espero que este número de la revista les traiga una sonrisa, un momento de distracción, un recordatorio de lo buena que puede ser la vida. Abrazos
Letter from the Editor: “Mum, why do you have to work?” my 4 year old asked me. “Because I’m making another magazine”. “But why? You already have heaps!” It’s been a long and difficult year since our last issue, and I’m so happy to bring you this, our ninth volume, in digital form. We’re excited to start telling stories again, to share the beauty of Oaxaca, and bring some light into what have been challenging times. Since the start of the vaccination process, a feeling of hope has permeated the city, normal life suddenly seems a little closer, and the world feels a little brighter. We still have a long way to go, but the journey has started. I hope this issue of the magazine brings you a smile, a moment of distraction, a reminder of how good life can be. Abrazos
Rebecca Bailey
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UN ESCAPE A SAN JOSÉ DEL PACÍFICO
sanando mente , cuerpo y alma en las montanas La ciudad de Oaxaca está rodeada de montañas. A lo largo de cada avenida colorida hay una serie de picos azules distantes. Siempre han sido tentadoras, especialmente ahora, a casi un año desde que empezó el Covid y los viajes fueron restringidos. La ruta de montaña más atractiva es la que va hacia la costa de Oaxaca. No es muy lejos a vuelo de pájaro, aunque implica alrededor de siete horas de punto a punto manejando. El camino no debe subestimarse, serpentea a través de las montañas y el bosque de pinos, por encima de la línea de nubes. Uno de los puntos más altos de este recorrido es el pueblo de San José del Pacífico, famoso por sus hermosas vistas, caminatas y por supuesto, sus hongos mágicos. En mi experiencia, la forma más común de hacer este viaje es tomar uno de los colectivos de Líneas Unidas donde caben hasta quince personas y salen cada media hora desde la calle Bustamente 601; paran en el centro de San José y Pochutla en su paso hacia la costa. Los conductores conocen bien la ruta y avanzan rápidamente por las montañas. Desafortunadamente, estas camionetas se han ganado la reputación de causar mareo en sus viajes, así que ten cuidado si eliges esta opción. Después de estar en confinamiento durante meses, tomar un autobús pequeño y lleno, podría no ser muy atractivo. Así que otras opciones son rentar un coche o contratar un chofer privado. Los viajes compartidos que se pueden encontrar a través de foros en línea también se han vuelto más populares. Sin embargo, para mi viaje más reciente a San José del Pacífico, me fui de aventón en la parte trasera de la camioneta grande y roja de un amigo. Aunque no es apto para cardíacos y además pasé un poco de frío, ésta fue quizá mi mejor experiencia en la ruta de montaña. No hay mucha información en línea sobre hospedajes en San José del Pacífico, pero hay algunos lugares clave que se están convirtiendo en los favoritos entre los viajeros que buscan la paz y el escapismo que ofrece este pueblo. Dos lugares donde personalmente he disfrutado hospedarme son Cabañas La Cumbre y Refugio Terraza de la Tierra.
Terraza de la Tierra es un lugar maravilloso para ir y refrescarse. Fuimos a caminar todos los días mientras estuvimos allí, ya que hay rutas a través de sus huertos escalonados, y encuentras hasta cascadas y claros mágicos. Cuentan con hermosas habitaciones, grandes y rústicas, y mientras salíamos durante la tarde, encendían la chimenea con leña. Como no hay internet, usamos esas noches iluminadas por el fuego para leer y relajarnos por completo. Otras actividades incluyen yoga —aunque muchas de estas clases se han suspendido por motivos del Covid— y el temazcal que ofrecen en el mismo lugar. El temazcal es una actividad popular en Oaxaca que incorpora bienestar y espiritualidad. Se cree que el nombre proviene de la palabra náhuatl “temazcalli” que significa “casa de calor”. Puedes realizar esta ceremonia que dura dos horas de forma privada o en grupos pequeños. Un curandero hará cantos y quemará hierbas para desintoxicarte. Puede ser abrumador, pero definitivamente es algo que debes experimentar mientras estás en San José. Si te alojas en Terraza de la Tierra, verás que tienen deliciosa comida vegana en su menú, y la mayoría de los productos provienen de ahí mismo. Sin embargo, si quieres explorar otras opciones e ir al centro del pueblo, definitivamente te sugeriría la Taberna de Los Duendes. Aquí puedes encontrar el mejor bistec que he probado en Oaxaca. Combinado con un plato de pasta y una botella de vino tinto de la casa, este es el lugar perfecto para ponerse cómodo después de un día de senderismo en las montañas (por Covid necesitas reservar). Con un poco más de presupuesto, La Cumbre ofrece dormitorios compartidos y pequeñas habitaciones privadas. Está por encima del pueblo, por lo que posee algunas de las mejores vistas hacia los alrededores: ¡el atardecer es épico! Mientras estuvimos ahí, se sentía un ambiente divertido; además tienen excelente información sobre transporte y guías que pueden mostrarte el área o ayudarte a encontrar otras actividades.
T exto y f o to s: An n a B r uc e
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En la recepción también vi uno de los muchos anuncios que ofrecen hongos mágicos. Los hongos mágicos son los que pusieron a San José en el mapa, y así los turistas llegaron en grandes cantidades a principios de la década de 1960. Al llegar al pueblo te dan la bienvenida las tiendas a orilla de carretera que venden todo tipo de recuerdos y parafernalia relacionados con los hongos. Las imágenes de la sanadora espiritual María Sabina están estampadas en playeras, mientras que los carteles te invitan a probar esta especialidad local. María Sabina nació en 1894 y pasó una gran parte de su vida explorando los efectos de los hongos a través de prácticas rituales y espirituales. En 1953, Robert Wasson escribió sobre su vida y su trabajo en la revista Life, inspirando a muchos a visitar Oaxaca y San José. Estudios recientes sobre los hongos y la salud mental demostraron que ayudan con la depresión, lo que ha generado una nueva ola de interés por estos hongos mágicos. La temporada de hongos es de julio a octubre. Ese es el momento de ir a San José, así tendrás las mayores posibilidades de encontrar aquellos de buena calidad. A menudo se sirven en forma de té, la cual es considerada como la mejor forma de absorber sus propiedades.
Ten cuidado durante Covid Muchos de los pueblos alrededor de Oaxaca han sido cerrados debido al Covid. Como San José es un punto en la ruta costera, tenía curiosidad por saber si habría mucho cambio desde la cuarentena. Cuando trataba de planear mi reciente viaje, me comuniqué con Mafer Breton, fundadora de Relato Nativo, quien hace productos aromáticos o “medicina de montaña” en su hermoso rancho en la ladera de la sierra. “La gente del pueblo ha sido escéptica durante mucho tiempo. Les tomó muchos meses comenzar a creer en el virus. Estamos tan lejos de posibles casos positivos, casi nadie conocía a ningún enfermo. Ahora están empezando a creer”. Es requisito que todas las empresas tengan gel antibacterial y letreros de uso de cubrebocas. Sin embargo, comparado con la ciudad de Oaxaca, las cosas parecen más tranquilas con el tema del Covid. Para bien o para mal, los turistas aún parecen ser bienvenidos. Según Breton, durante la pandemia, San José ha recibido más visitantes que nunca. “Veo a muchos turistas que no usan cubrebocas; buscan tener un alivio aquí, supongo”. Sin embargo, es responsabilidad personal de todos prevenir la propagación del virus. Incluso si existe la sensación general de que las cosas no son tan estrictas en las montañas, cualquiera que visite o pase por allí debe respetar la comunidad local siendo lo más cuidadoso posible y siguiendo todos los lineamientos. Durante estos difíciles tiempos, es importante sanar la mente, el cuerpo y el alma de la mejor manera posible, y San José del Pacífico ofrece el lugar perfecto para encontrar un poco de naturaleza, lejos de la ciudad.
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ESCAPING TO SAN JOSÉ DEL PACÍFICO
healing mind,body
and soul in the mountains Oaxaca City is surrounded by mountains. Down each colourful avenue is a range of distant, blue peaks. They have always been tempting, but especially now, almost a year exactly since Covid arrived and travel was restricted. The most enticing mountain route is the one to the Oaxaca coast. Not far as the crow flies, but around seven hours door-to-door if you drive. The road is not to be underestimated, winding its way through the mountains and pine forest, up above the cloud line. One of the highest points on this journey is the town of San José del Pacífico, famous for its beautiful views, hikes and of course, magic mushrooms. In my experience, the most common way to make this trip is by catching one of the colectivos run by Líneas Unidas. These take about fifteen people at a squeeze and go every half hour from Calle Bustamente 601. They stop in the centre of San José and Pochutla as you head on down to the coast. The drivers know the route well and make rapid time through the mountains. Unfortunately, these buses have gained a reputation for travel sickness, so be wary if you choose this option. After quarantining for months, taking a small packed bus hasn’t had great appeal. Other options are to rent a car or hire a private driver. Rideshares that can be found via forums online have also become more popular. However, for my most recent ride to San José del Pacifico, I hitched in the back of a friend’s big, red truck. Although not for the faint of heart and more than a little chilly, this was probably my best experience of the mountain road. There is not a lot of information online about staying in San José del Pacífico, but there are some key spots that are becoming firm favourites with travellers looking for the peace and escapism that this town offers. Two places I have personally enjoyed staying are Cabañas La Cumbre and Refugio Terraza de la Tierra. Terraza de la Tierra is a wonderful place to go and be refreshed. We went walking each day while staying there, as there are routes down through their cascading vegetable gardens to waterfalls and magical glades. It has beautiful big rustic rooms, and while we were out during the afternoon, they would light a log fire for us. As there is no wifi, we used these fire-lit evenings to read and completely relax. Other activities include yoga — although many of these classes have been suspended for Covid reasons — and the temazcal, which they have on-site. Temazcal is a popular activity in Oaxaca that incorporates wellness and spirituality. The name is thought to originate from the Nahuatl word “temazcalli”, meaning “house of heat.” You can take the two-hour ceremony privately or in small groups. A healer will use chanting and burn herbs to detoxify you. It can be overwhelming but is definitely something to experience while in San José. T e xt & pho to s: Anna B ruc e
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If you are staying at Terraza de la Tierra, they have some delicious vegan food on their menu, and most of the produce comes from right there. However, if you want to explore other options and get into the town a little more, I would definitely suggest Taberna de Los Duendes. Here you can get the best steak I’ve ever had in Oaxaca. Paired with a pasta dish and a bottle of house red, this is the perfect place to get cosy after a day of hiking in the mountains (booking required since Covid). On a bit more of a budget, La Cumbre offers shared dorms and small private rooms. It’s above the town so has some of the best views around — the sunset is epic! While we were staying, there was a fun traveller vibe, and they have great information about transport and guides who can show you around or help you find activities. In reception, I also spotted one of the many signs offering Magic Mushrooms. Magic Mushrooms are what put San José on the map, with tourists arriving in earnest around the early 1960s. You are welcomed by roadside tiendas selling all kinds of mushroom related souvenirs and paraphernalia. Images of the spiritual healer María Sabina are emblazoned on t-shirts, while signs invite you to try this local speciality. María Sabina was born in 1894 and spent much of her life exploring the effects of mushrooms through ritual and spiritual practices. In 1953 Robert Wasson wrote about her life and work in Life Magazine, inspiring many to visit Oaxaca and San José. Recent studies into mushrooms and mental health proved that they help with depression, leading to a new wave of interest in these magical fungi. Mushroom season is from July to October. That is the time to go, and you will have the highest chances of finding good quality mushrooms. They are often served as a tea which is considered the best way to absorb their properties.
Take care during Covid Many towns around Oaxaca have been closed due to Covid. As San José is a thoroughfare on the coastal route, I was curious if there would be much of a change since quarantine. When trying to plan my recent trip, I reached out to Mafer Breton, founder of Relato Nativo, who produces aromatic products or “mountain medicine” at her beautiful mountainside ranch. “People in the village have been sceptical for a long time. It took many months for them to start believing in the virus. We are so far from possible positive cases that almost nobody knew anyone sick. Nowadays, they are starting to believe.” All businesses are required to have gel and signs for face masks. However, compared to Oaxaca City, things seem calmer on the Covid front. For better or worse, tourists still seem welcome. According to Breton, during the pandemic, San José has received more visitors than ever before. “I see many tourists not using masks; they seek to have a relief here, I guess.” However, it is everyone’s personal responsibility to prevent the spread of the virus. Even if there is an overall feeling that things aren’t so strict in the mountains, anyone visiting or passing through should still respect the local community by being as careful as possible and following all guidelines. During these difficult times, it is important to heal mind, body and soul in the best ways you can, and San José del Pacífico offers the perfect place to find some wilderness away from the city.
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LA COSMOVISIÓN ENTRAMADA DE LA RAPERA
Mare Advertencia Lirika Me reúno con Mare Advertencia Lirika un domingo soleado para platicar de sus nuevos lanzamientos y de sus proyectos más recientes en torno a la música y el activismo. Nuestra entrevista transcurre a través de la plataforma zoom, este nuevo espacio donde convergemos para continuar con la vida social y cultural en la pandemia. Mientras me describe las calles de su barrio, Mare me cuenta acerca de sus inicios en el rap y de las formas comunitarias que la han llevado a convertirse en una de las raperas feministas más influyentes de los últimos años. En aquel entorno de la periferia oaxaqueña donde creció, los graffiti y algunos sembradíos de maíz son parte de una resistencia. Desde allí, se vislumbran las montañas de la Sierra Norte, verdes brillantes en días luminosos como hoy; azules profundos cuando anuncian lluvia. Después de dieciocho años de carrera musical, Mare se describe y se nombra sin titubeos, “Yo soy rapera, eso no me lo he quitado. Soy rapera, soy educadora, soy gestora cultural independiente, soy una persona metiche, muy chismosa, me encanta andar tratando de entender a partir de otros lugares, conociendo, aprendiendo”. Ese cuestionar las nociones del mundo donde se encuentra la ha llevado a dialogar con otras artistas en diversos festivales como “Voz a tu voz. Mujeres tejiendo sus voces en un canto de amor y equidad”, el escenario virtual más reciente que comparte junto a Vivir Quintana, Mon Laferte, Ely Guerra, Julieta Venegas y Natalia Lafourcade. Mare Advertencia Lirika también se define como una migrante en tránsito que reivindica su identidad zapoteca, como una mujer que posee la herencia de las prácticas de los pueblos mancomunados de la Sierra Norte de Oaxaca, lo cual podemos constatar en su música. En esta entrevista, ella ahonda en todo aquello que la ha formado como artista y activista, y especialmente nos comparte su sentipensar en torno a lo comunitario, a la lengua, a las mujeres y al feminismo.
¿De qué manera tu genealogía zapoteca te conecta y ha dado impulso a tu música y activismo? Creo que parte de la base en la que nos desarrollamos; yo creo que no hubiera sido lo mismo para mí si no hubiera tenido este apoyo de mi familia, un apoyo que responde a un sentido comunitario. En la comunidad es eso: podemos no pensar de la misma manera, podemos no tener la misma experiencia de vida, pero en el momento en que la comunidad te necesite vamos a responder. Yo siento que para mí eso es lo que me ha fortalecido para decidir llevar mi camino hacia el arte. Creo que es una historia recurrente entre la gente que nos dedicamos a este tipo de oficios no convencionales, pues nos estamos enfrentamos a un rechazo social, y muchas veces a un rechazo familiar, donde si no hay esos apoyos, es mucho más complicado que logremos salir adelante. En mi caso, el sentido comunitario es el que me ha permitido desarrollarme a pesar de no tener una seguridad social en lo que me estoy dedicando.
“No estamos hablando desde un lugar de privilegios sino desde un lugar que también ha sido estigmatizado como lo es el barrio, como lo es la periferia; entonces desde ahí, para mí el rap sí me permitió explorar el valor de lo que yo tenía que decir.”
Texto: Judith Santopietro Fotos: Caro Campobello
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“Yo lo que creo, y apelo siempre, es que traemos una cosmovisión ya entramada. Puedo decirlo en castellano, pero estoy pensando desde el zapoteco.”
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¿Cuál fue esa señal por la que supiste que te querías dedicar al rap? En realidad, mi primer acercamiento con el rap se dio a partir del territorio donde yo habito en Oaxaca, pero no en la parte colonial ni en la ciudad turística, no en la ciudad patrimonio que la gente puede ver en la guía turística, sino en la periferia. Me tocó ver crecer esta colonia en ese limbo entre la urbe y el campo. Lo que sucedió con el rap es que justo esta marginalidad, como en muchos otros contextos, da la posibilidad de que el graffiti se empiece a desarrollar, a que empiecen a llegar manifestaciones contraculturales como el ska, el rock, el punk, y en eso, se cuela el rap. Cuando yo conocí el rap, me llamó mucho la atención. No tenía muy clara la historia y el contexto. Hasta que empiezo a escuchar rap en español es cuando me llama la atención realmente el pensar en hacerlo, o disfrutarlo. Hasta los 16 años, en el 2003, conocí a otra gente que le gustaba también el rap, y formamos un grupo que se llamó OCG. De ahí en adelante ya es historia. Para algunas comunidades migrantes, la lengua indígena deja de ser la vértebra de la identidad. Sin embargo, es importante cómo se construye la noción de pertenencia a pesar del despojo, como en tu caso, donde tu identidad zapoteca se forma a través de los lazos comunitarios. ¿Para ti qué significa ser una rapera zapoteca dentro de un contexto urbano? Primero fue el reconocerme en un contexto urbano. Como digo, yo nací en este limbo periférico. Los lazos comunitarios incluso se manifiestan así: yo conozco a mis vecinos que están alrededor, nos hablamos, si alguien fallece todavía tenemos la costumbre de que, aunque no somos familia, sí vamos a dar el respeto tal como en una comunidad se hace. Quienes llegamos primero a vivir aquí mantenemos esos lazos comunitarios, porque mucha gente que vivimos en esta zona somos gente desplazada económica de comunidad. Así que, al llegar a estos lugares, lo que se genera es otro tipo de comunidad aún en la urbe. ¿Cómo logras irrumpir en una lengua colonial como el español y apropiártelo en el rap? Yo creo que justo el rap me da una herramienta creativa enorme porque rompe con muchas lógicas de la misma lengua. Es decir, justo por venir de una expresión marginalizada, el discurso que habla, sea cual sea, rompe. No estamos hablando desde un lugar de privilegios sino desde un lugar que también ha sido estigmatizado como lo es el barrio, como lo es la periferia. Entonces desde ahí, para mí el rap sí me permitió explorar el valor de lo que yo tenía que decir. Sí considero que nuestra lengua es colonial, y por eso muchas cosas que trabajo en términos de escritura del rap, trato de que sean con un vocabulario sumamente legible, que cualquier persona pueda entender la idea sin tener que estar con un diccionario al lado, o tener que estar estudiando demasiado ciertos temas para poder entenderlos. A mí me toca esta labor de comunicadora, de hacer legible la idea. Yo lo que creo, y apelo siempre, es que traemos una cosmovisión ya entramada. Puedo decirlo en castellano, pero estoy pensando desde el zapoteco.
Las mujeres en tu vida tienen un papel primordial y todo el tiempo estás regresando a estas genealogías en tus canciones, en tus entrevistas, como en “Incómoda”, tu manifiesto feminista. ¿Qué ha cambiado desde su lanzamiento en 2016 hasta ahora? Siento que, en general, nombrarte feminista te hace ser visible de otra manera. Es ser visible para otras mujeres, para otras compañeras, para otras luchas, te hacer ser visible para quienes no están de acuerdo hacia lo que tú planteas. También me ha hecho cuestionar alrededor muchas cosas que asumimos que “así son”. Yo siempre he pensado que el feminismo es el cuestionamiento, cuando me empiezo a cuestionar qué lugar ocupo en el mundo, cómo me relaciono con las otras, con los otros, con les otres, qué aporto, qué recibo. Ese cuestionamiento constante es el que me deja el feminismo. Lamentablemente siento que en el momento actual que vivimos hay una violencia racista muy fuerte dentro de los feminismos, y entonces a mí me toca cuestionar otras cosas. Sí, sí cuestiono a los otros. Sí cuestiono a este poder masculino que existe, y a esta colocación en términos de género social que nos ha construido, pero también me toca cuestionar cómo hemos asimilado estas posturas coloniales binarias, estas posturas racistas que excluyen las voces de personas que incluso muchas veces no se van a nombrar feministas. A mí me toca también nombrar, y siempre quiero decirlo, mi camino en el feminismo inicia con las propias mujeres alrededor mío.
que ellas hicieron también determina que yo tenga la libertad que puedo tener ahora. Tengo que reconocer que estoy en un privilegio de poder nombrarme desde ese lugar. Pero todas las otras identidades que puedan o no nombrarse desde ahí no son menos válidas, y yo sigo aprendiendo desde las personas oprimidas. Creo que justo el feminismo me hizo reconocer las opresiones que yo vivía de cierta manera en este sistema patriarcal donde se ha favorecido la masculinidad, donde se ha favorecido ciertos cuerpos, donde se ha favorecido ciertas condiciones. ¿De qué manera has podido continuar creando y compartiendo el rap durante la pandemia? Yo he estado trabajando en nueva música. Lo que logré hacer en esta pandemia fue entrar a plataformas digitales, porque yo no existía muy bien ahí. Logré concretar un equipo de trabajo con quienes hemos estado generando estrategias para entrar al mundo digital. Hicimos el video “¿Y tú qué esperas?”, que fue convocando a otras compañeras, haciendo una producción más grande, donde sí tuvimos que tomar medidas sanitarias. He estado haciendo talleres digitales, participé en la Escuela para la Libertad de las Mujeres, y también con el Centro Cultural España. Tratando de resolver desde lo digital esta distancia, pero tratando de cuidarnos. Ésta es la nueva normalidad. Creo que lo que sí podemos hacer es ponernos creativas en cómo nos acercamos cuidándonos. Al final de cuentas no se trata de fingir que no podemos ponernos en riesgo. Tenemos que aprender a sobrevivir desde otras estrategias, y una de éstas es el mundo digital que lamentablemente nos muestra esta brecha enorme de desigualdades de acceso, pero puede resolver ciertas situaciones.
A mi abuela la obligaron a casarse a los 14 años, y cuando ella eligió un destino diferente para mi mamá, eligió un destino diferente para mí. Entonces eso para mí es una lucha feminista, y probablemente desde su lógica, y Sigue a Mare Advertencia Lirika en plataformas digitales. desde la lógica de mi mamá, nunca se van a nombrar desde allí, pero a mí me toca aprender que el camino @MAL_Zapoteca
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THE WOVEN COSMOVISION OF RAPPER
Mare Advertencia Lirika I meet with Mare Advertencia Lirika on a sunny Sunday to talk about her new releases and her most recent projects around music and activism. Our interview takes place over Zoom, the new space where we converge to continue with our social and cultural life during the pandemic. As she describes the streets of her neighbourhood, Mare tells me about her beginnings in rap and the community links that have led her to become one of the most influential feminist rappers in recent years. In that setting of the Oaxacan periphery where she grew up, the graffiti and a few cornfields are part of a resistance. From there, the mountains of the Sierra Norte loom radiant green on bright days like today; deep blues when they herald the rain. After an eighteen-year career in music, Mare describes and names herself without hesitation, “I’m a rapper, I haven’t taken that away. I’m a rapper, I’m an educator, I’m an independent cultural manager, I’m a nosy person, very gossipy, I love trying to understand from other places, knowing, learning.” This questioning of the notions of the world in which she finds herself has led her to speak with other artists at various festivals such as “Voz a tu voz. Women weaving their voices in a song of love and equity ”, the most recent virtual stage that she shares with Vivir Quintana, Mon Laferte, Ely Guerra, Julieta Venegas and Natalia Lafourcade. Mare Advertencia Lirika also defines herself as a migrant in transit who reclaims her Zapotec identity and as a woman who possesses the legacy of the practices of the pueblos mancomunados of the Sierra Norte de Oaxaca, which we can see in her music. In this interview, she delves into everything that has shaped her as an artist and activist and especially shares her feelings about community, language, women and feminism. In what way does your Zapotec genealogy connect you and give you momentum in your music and activism? I think that part of the base on which we develop... it wouldn’t have been the same for me if I hadn’t had this support from my family, support that responds to a sense of community. In the community, we may not think in the same way, we may not have the same life experience, but the moment the community needs you, we will respond. I feel that for me, that’s what has given me the strength to decide to take my path towards art. It is a recurring story among people who dedicate themselves to these types of unconventional professions because we face social rejection and often family rejection, and if there is no such support, it is much more complicated for us to come out ahead. In my case, the sense of community is what has allowed me to develop despite not having social security in what I am doing.
Text: Judith Santopietro Photos: Caro Campobello
How did you know that you wanted to dedicate yourself to rap? Actually, my first exposure to rap came from the territory where I live in Oaxaca, but not in the colonial part or in the tourist city, not in the heritage city that people can see in the guide books, but in the periphery. I saw this neighbourhood grow in that limbo between the city and the countryside. What happened with rap is that marginality, as in many other contexts, creates the possibility that graffiti begins to develop, that countercultural protests such as ska, rock, punk, and rap sneak in. When I discovered rap, it caught my attention, but I wasn’t very clear about the history and context. It wasn’t until I started listening to rap in Spanish that it really caught my attention, and I thought about doing it or enjoying it. When I was 16, in 2003, I met other people who also liked rap, and we formed a group called OCG. From then on, it is history. For some migrant communities, the Indigenous language, has ceased to be the backbone of identity. However, there is something important in how this notion of belonging is built despite dispossession, as in your case, where your Zapotec identity is formed through community bonds. What does it mean to you to be a Zapotec rapper within an urban context? First, was recognising myself in an urban context. As I say, I was born in this peripheral limbo. Community ties are even manifested in this way: I know who my neighbours are, we talk to each other, if someone dies, we still have the custom that, although we are not family, we go and pay our respects as is done in a community. Those of us who came to live here first maintain these ties because many of us who live in this area are economically displaced. So, when arriving in these places, what is generated is another type of community, even in the city. How do you manage to burst into Spanish, a colonial language, and appropriate it in rap? I think that rap just gives me an enormous creative tool because it breaks with the logic of the language. That is to say, just because it comes from a marginalised expression, the discourse speaks for itself, whatever it is, and the logic breaks. We are not speaking from a place of privilege but from a place that has also been stigmatised, such as the neighbourhood and the periphery. So from there, rap allowed me to explore the value of what I had to say. I do consider that our language is colonial, and that is why with many things I work on in terms of writing rap, I try to create them with a vocabulary that is easy to comprehend so that anyone can understand the idea without needing a dictionary next to them or having to study specific topics. It is my job as a communicator to make the idea legible. What I believe, and I always appeal to, is that we bring an already woven worldview. I can say it in Spanish, but I am thinking in Zapotec.
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The women in your life have a primary role, and you are constantly returning to these genealogies in your songs and interviews, as in “Incómoda”, your feminist manifesto. What has changed since its launch in 2016 until now? I feel like, in general, naming yourself as a feminist makes you visible in another way. It is to be visible to other women, to other partners, to other struggles, to make yourself visible to those who disagree with what you propose. It has also made me question many things that we assume “that’s the way they are.” I have always thought that feminism is questioning. When I begin to question what place I occupy in the world, how I relate to others, with others, what I contribute, what I receive. That constant questioning is what feminism leaves me with. Unfortunately, I feel that in the times we are living in now, there is a very strong racist violence within feminism, and so it is my turn to question other things. Yes, I do question the others. I do question this male power that exists and this arrangement in terms of social gender that we’ve built for ourselves, but I also have to ask how we have assimilated these binary colonial positions, these racist positions that exclude the voices of people who often do not even know they are going to proclaim themselves feminists. It is also my turn to name myself, and I always want to say it, my path in feminism begins with the women around me. My grandmother was forced to marry at 14, and when she chose a different destiny for my mum, she chose a different destiny for me. So for me, that is a feminist struggle, and probably from their logic, and from my mother’s logic, they will never label themselves from there, but I have to learn that the path they made also determines that I have the freedom I can have now. I have to admit that I am in a privileged position to be able to name myself from that place. But all the other identities that may or may not be named from there are no less valid, and I continue to learn from oppressed people. I think feminism just made me recognise the oppressions that I lived in a certain way in this patriarchal system where masculinity has been favoured, where certain bodies and conditions have been favoured. How have you been able to continue creating and sharing rap during the pandemic? I have been working on new music. What I managed to do in this pandemic was to enter digital platforms because I did not exist very well there. I managed to establish a work team with whom we have been generating strategies to enter the digital world. We made the video “¿Y tú qué esperas?”, which was a call to other comrades, creating a larger production where we had to take sanitary measures. I have been doing digital workshops, and I participated in the Escuela para la Libertad de las Mujeres (the school for Womens Freedom) and the Centro Cultural España. Trying to solve this distance digitally but trying to take care of ourselves. This is the new normal. I think what we can do is get creative in how we approach taking care of ourselves. Ultimately, it’s not about pretending that we can’t put ourselves at risk; we have to learn to survive from other strategies, and one of these is the digital world that unfortunately shows us this huge gap of access inequality, but can solve certain situations. Follow her on digital platforms as Mare Advertencia Lirika @MAL_Zapoteca
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5 LUGARES PARA DISFRUTAR
a cielo abierto
Los días soleados y cálidos de primavera han llegado a Oaxaca, y con ellos una ola de personas sedientas en busca de terrazas y patios frescos donde relajarse, comer y disfrutar unos tragos. Sin embargo, hay que decir que el clima no es la única razón de la creciente demanda de espacios al aire libre. La pandemia que hemos enfrentado en el último año está cambiando las dinámicas de interacción social; ahora la gente parece sentirse más tranquila y segura en un bar o un restaurante ventilado y espacioso. A pesar de que hay muchas cosas que aún no entendemos sobre este virus y apenas empezamos a adaptarnos a la “nueva normalidad”, una cosa es cierta: los espacios abiertos son una tendencia que llegó para quedarse, especialmente en lugares como Oaxaca, una ciudad famosa por su clima cálido. A continuación, les presentamos 5 lugares con espacios abiertos donde encontrarán buenas propuestas de comida y bebidas para todos los gustos, moods y antojos:
1. Chepiche Café Este lugar se encuentra en un patio fresco y amplio ubicado a tan sólo 5 minutos a pie del centro histórico, en el barrio de Xochimilco. Es ideal para desayunar o almorzar, ya que su menú es muy diverso y puede satisfacer todos los gustos. Podemos elegir desde hot cakes de nata o de harina de maíz azul hasta huevos benedictinos, omelettes vegetarianos y chilaquiles. La oferta de bebidas también es muy buena, y eso lo convierte en uno de los pocos lugares donde podrán ordenar mimosas todos los días, en caso de que quieran ponerse a tono durante el desayuno o el almuerzo. El espacio de Chepiche es perfecto para niños, familias o viajeros solitarios que buscan disfrutar de un lugar tranquilo sin tener que alejarse del centro. Genaro vasquez 6-A, Barrio de Xochimilco Tel. 9515186273 & WhatsApp 951 569 6121
T e xto : Marí a Itaka
2. Ancestral Cocina Tradicional
3. Pal’Sur
También ubicado en el barrio de Xochimilco, este rinconcito es un hermoso restaurante abierto donde las mesas se alternan con un montón de plantas exóticas. Recientemente, Ancestral fue galardonado como uno de los grandes restaurantes en México, y es el lugar ideal si andan con ganas de desayunar o cenar al estilo oaxaqueño. El menú del desayuno incluye chocolate caliente, memelas recién hechas, salsa de queso, huevos, pan dulce y jugos frescos; mientras que en el menú de la cena encontrarán deliciosos cocteles y diferentes moles, todos reinterpretados por el chef de la casa, y acompañados de ingredientes inusuales pero deliciosos, como pulpo, tuétano, costilla y mariscos. El antiguo acueducto de adobe sobre el que descansa el patio le da al espacio una vibra de “jardín secreto” donde los comensales pueden sentirse relajados mientras descubren y saborean las rutas gastronómicas de Oaxaca.
Ubicado al norte de la cada vez más popular colonia Reforma, este restaurante es una de las propuestas gastronómicas más interesantes y auténticas en la ciudad. Su menú está diseñado para satisfacer a todo tipo de clientes, desde aquellos con antojo de comida más internacional hasta los que aman los tacos y la comida mexicana. Aquí hay un poco de todo: souvlakis con tzatziki, hamburguesas súper jugosas o tacos de huitlacoche con camarones a la parrilla. Las bebidas tampoco se quedan atrás, ya que podemos encontrar cocteles exóticos como el cherry bomb; clásicos como el old fashioned y los mojitos, así como clamatos y micheladas totalmente refrescantes. Además, los platillos especiales del día como el fish and chips o el chili con carne siempre son muy interesantes. Pal’Sur es un lugar magnífico para pasar una tarde calurosa en buena compañía, comiendo unas papas griegas de botana y tomando unas bebidas frías. Además, la buena música es otro ingrediente de la fórmula mágica de este sitio, pues continuamente invitan a diferentes DJ locales para amenizar el momento con ritmos suaves y tropicales.
José López Alavez 1347, Barrio de Xochimilco Tel. 951 688 7072
1305 Emilio Carranza, Colonia Reforma Tel. 951 351 7794
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4. Consejo Cervecero Tasting Room Este rinconcito en la Colonia Reforma es uno de los “biertgarden-tasting rooms” de una de las cervecerías artesanales más reconocidas de Oaxaca: Consejo Cervecero Oaxaqueño. Ubicado estratégicamente en una de las calles más concurridas de la colonia Reforma, Consejo siempre tiene una selección súper actualizada, tanto de cervezas locales de temporada como de otras traídas de diferentes partes del país. Ya sea que las cervezas sean recetas exclusivas del maestro cervecero de Consejo, o que estén inspiradas y sean más apegadas al estilo europeo, como la saison belga o la winter ale, aquí nunca se quedarán con las ganas de probar algo nuevo. Y aunque el menú es pequeño resulta reconfortante: hamburguesas, salchichas estilo alemán, ensaladas, papas y sándwiches; o sea, ¡todo lo necesario para seguir tomando cerveza! Consejo puede ser un lugar perfecto para empezar la fiesta o para disfrutar una tarde de domingo con amigos y mascotas. No pierdan de vista los eventos del tasting room, pues constantemente organizan brunchs cura-crudas cargados de cervezas artesanales de calidad y de menús diseñados especialmente para que el alma regrese al cuerpo. Belisario Domínguez 405, Colonia Reforma Tel. 951 351 3606
5. Sur a Norte Terraza Bar Al llegar a la cima de unas angostas escaleras se abren las puertas de Sur a Norte, un pequeño pero opulento bar cuya terraza ofrece la vista del lugar más emblemático del centro de Oaxaca: el atrio y la iglesia de Santo Domingo de Guzmán. El menú está inspirado en la comida al estilo Baja, así que los mariscos son los protagonistas en el menú, especialmente los camarones, más aún si los ordenan en su versión del Taco Gober. Sin embargo, no todo es comida de mar, ya que la breve pero concisa carta también incluye hamburguesas, tacos, ensaladas y los imperdibles nachos de queso azul con pollo adobado. Por otro lado, el menú de bebidas es una selección impresionante de cocteles de la casa a base de mezcal y gin, así como vinos, cervezas y cocteles clásicos. Sur a Norte tiene todo lo necesario para pasar las calurosas tardes de primavera: bebidas refrescantes, buena comida y una vista perfecta al corazón de la ciudad. Gurrion 100, Centro Tel. 951 166 0273
5 PLACES TO EAT & DRINK
in the open air
That time of year of sunny, dry days has arrived in Oaxaca, and with it, lots of thirsty people looking for cool terraces or patios to hang out, eat and drink. However, the weather is not the only reason for the increasing demand for outdoor eating spaces. The pandemic we have been facing for over a year is changing the ways people interact and socialise. People now seem to feel safer if they are in a well-aired and spacious bar or restaurant. And although there are many
things we still don’t understand about the virus or how we are going to adapt to this “new normal”, one thing is for sure: outdoors joints are a trend that is here to stay, particularly in places with warm weather, like Oaxaca. Here is a list of 5 open-air spots to visit with friends or family where you can enjoy a great offering of food and drinks for all kinds of preferences, moods and cravings:
1. Chepiche Café This cafe is located inside a fresh, peaceful patio full of plants, shade and wooden tables and is within a 5-10 min walk from the Historic Centre, in Xochimilco. It is an ideal place for breakfast, lunch or brunch. The menu is very diverse and can satisfy all sorts of demands: from buttermilk or blue cornflour pancakes to eggs benedict, veggie omelettes and chilaquiles. Chepiche’s drinks game is pretty solid too, as this is one of the few cafes where you can find mimosas every day in case you want to level up your brunch or lunch. The cafe’s ample garden turns it into a very friendly space for children, families or solo travellers looking for a quiet place without having to go very far from the City Centro. Genaro vasquez 6-A, Barrio de Xochimilco Tel. 951 569 6121
2. Ancestral Cocina Tradicional Also located in the Xochimilco neighbourhood, this is a beautiful open-air restaurant where tables are splashed here and there among exotic plants. Recently awarded as one of the best restaurants in Mexico, Ancestral is the place to go if you are in the mood for a proper Oaxacan breakfast or dinner. The morning menu includes hot chocolate, freshly made memelas, salsa de queso (fresh molten cheese bathed in tomato sauce), eggs, pastries and fresh juices. In contrast, the dinner menu offers great cocktails as well as the Chef’s interesting reinterpretations of the traditional moles, all served with amazing yet unexpected ingredients, such as octopus, bone marrow, ribs and seafood. The old adobe structure where Ancestral currently stands has a “secret garden” vibe where diners can feel at ease while they eat their way through Oaxaca’s culinary landscape surrounded by cool, fresh walls. José López Alavez 1347, Barrio de Xochimilco Tel. 951 688 7072 Text: María Ítaka
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3. Pal’Sur Located north of the city, in the increasingly popular Colonia Reforma, this restaurant is one of the most interesting and unassuming proposals in town in terms of its menu, as it is designed to satisfy all sorts of people — from those craving something more international, to those in love with tacos and Mexican food. Here you can find a bit of everything: souvlakis with tzatziki, decadent juicy burgers or grilled shrimp and huitlacoche (corn smut) tacos. When it comes to drinks, Pal’Sur doesn’t fall short either. Their ample offerings include cocktails like cherry bomb, mojitos and old fashioned, as well as restorative micheladas and clamatos. They also serve daily specials such as fish and chips or chilli con carne. This is a great spot if you are looking to spend a warm afternoon or evening outdoors while snacking on greek style french fries and a cold drink. Good music is another key ingredient in the Pal’Sur formula, as they often invite local DJ’s to spice up the moment with smooth and tropical beats. 1305 Emilio Carranza, Colonia Reforma Tel. 951 351 7794
4. Consejo Cervecero Tasting Room This little joint in Colonia Reforma is the “Biergarten-Tasting Room” of one of the best and most renowned local breweries in Oaxaca, the Consejo Cervecero Oaxaqueño. Strategically located in one of Reforma’s more lively streets, Consejo always has a good and seasonally-updated selection that includes both local and guest craft beers from artisanal breweries across Mexico. Whether the beers are based on recipes created by the Consejo’s Master Brewer himself or are inspired by more traditional European-style recipes such as Belgian Saison or Winter Ale, there is always something new to offer. Their menu is small but comforting: burgers, German-style sausages, salads, spiced potatoes and hearty sandwiches, all of which will keep you going in the beer drinking game. This can either be a perfect starting point for a long evening out, or the ideal place to spend a lazy weekend afternoon with your pets and friends. Keep track of Consejo’s events, as they often organise restorative brunch sessions full of quality craft beers paired with a food menu specially designed for bringing you back to life. Belisario Domínguez 405, Colonia Reforma Tel. 951 351 3606 951 351 3606
5. Sur a Norte Terraza Bar Located at the top of a narrow stairway, this restaurant opens up into a small opulent bar with a large open terrace overlooking Oaxaca’s most famous landmark, the Santo Domingo Church and plaza. The Baja inspired menu includes a lot of seafood, especially prawns, and the Tacos Don Gober are a great way to try them. The small menu is rounded out with a selection of burgers, tacos and salads, and the blue cheese nachos with marinated chicken are a must-try. The extensive bar offers an impressive selection of distinctive gin and mezcal based cocktails as well as all the classics, beer and wine. For those hot Oaxacan afternoons, Sur a Norte has everything you need for a perfect Spring afternoon: refreshing cocktails, great food, and a view to the city’s beating heart. Gurrion 100, Centro Tel. 951 166 0273
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Matamoros 404 COLECTIVIDAD EN RESISTENCIA
“Desde que empezó la pandemia, muchas de las medidas del sector salud han tenido que ver con el aislamiento, con generar una cultura del miedo”. Inari Reséndiz, artista visual y gestora cultural, parte del equipo que lleva Matamoros 404, inicia nuestra conversación yendo directo al grano: “Mucha gente está viviendo esta situación desde el temor y a nosotras nos parecía que el arte como algo que proporciona sanación se había quedado más o menos paralizado”. Matamoros 404 es un espacio cultural que busca ser un punto de confluencia de ideas donde las preocupaciones artísticas convivan con otras que abarquen ecología, biología y aspectos políticos inherentes a la nutrición y a la sustentabilidad. El espacio se consolidó como una resistencia cultural ante los estragos de la pandemia, y el encierro aceleró su concreción y vigencia. Natalia Torres, cantante y directora coral, inició el proyecto recuperando una propiedad en el centro de la ciudad tras concluir un periodo de estudio en Londres, y pronto encontró un eco en Inari en cuanto a su manera de aproximarse al arte y la gestión cultural. Con la pintora norteamericana Johanna Palmieri, con el colectivo muralista CACAO como artistas en residencia, y con la gestora cultural Mariana P. Quintana también a bordo, decidieron convocar a personas involucradas en biología y ecología y en otros saberes que cruzan cada vez más su camino con el arte como forma de interrogarnos, enfrentar realidades y proveer cuidado. El primer evento que realizaron inauguró Matamoros 404 a finales de diciembre de 2020 con la exhibición/ festival “No Se Vende” —un ciclo aún activo—, la cual tuvo una gran convocatoria a pesar de las restricciones de foro y horarios. La convivencia planteada dejó huella. La curaduría de la noche, que incluyó artes gráficas, música, danza, acciones y performance — con la colaboración de colectivos colegas como Musa Paradisiaca Records y el trabajo de artistas como Rita Ponce de León, Mejor Persona y Jannis Huerta— estuvo impregnada de lo que “nos está pasando como colectividad”. Su alcance hizo que Matamoros 404 se propusiera también como un “centro transdisciplinario de prácticas ecológicas para la ciudad de Oaxaca” donde “las y los artistas” no graviten hacia un “lugar de poder incuestionable” y se fomente el intercambio de ideas y proyectos buscando “salir de la zona de confort”, área que a menudo la gestión cultural —de calidad o no— se niega a abandonar, incluso en pandemia. Te x to : G ab r iel E l í a s Fotos: Matamoros 404 *Texto publicado en su versión original a petición del autor.
Aunque el espacio sí tiene un foco en las artes escénicas —que empiezan a ser tan importantes en Oaxaca como las artes visuales—, involucrar a gente que trabaja en otros campos, decidir tomar riesgos, se ha convertido tanto en una estrategia como en un trabajo de tomarse la molestia de establecer nuevas relaciones que deriven en “proyectos curatoriales que impliquen un poco más de apertura. Decidimos que las otras personas que entraran al proyecto no tendrían que venir necesariamente del arte. Entró un chico acupunturista. Tenemos mucho interés en que se acerque alguien del campo de la biología, o la agroecología, o que trabaje con los alimentos porque de esa forma creemos que se va tejer esta red más allá de lo artístico”. Normalmente proyectos así cuajarían solamente siguiendo las líneas claramente delimitadas de la cultura entendida simplemente como arte, pero el equipo decidió definir el proyecto también por sus relaciones sociales más allá de las disciplinas involucradas. El contexto mismo en el que nace y en el que se proyecta Matamoros implica responsabilidades compartidas, formar un equipo que busca expandir y no definir. La casa misma donde se sitúa el lugar, en el centro de la ciudad, es para Inari una metáfora poderosa al respecto de cómo la súbita cancelación oficial del encuentro también ha devenido en motor para reinventar la gestión cultural en sí y cruzar fronteras como estrategia para mantenerse vigentes.
El inmueble no fue restaurado, dada la inversión que implica, sino conservado. Ello implicó apuntalar la estructura y volver a sostenerla: “lo encuentro muy emblemático porque es lo que estamos haciendo, estamos tratando de sostener la ruina que ha quedado de nosotres como sociedad: estamos sosteniendo una casa”. Esta atención al entorno, ultimadamente a la otra, al prójimo, también es parte del foco del proyecto. Y ambos coincidimos en que atender las responsabilidades compartidas que conlleva vivir en pandemia no implica ceder simplemente al desencuentro programado. No se pretende ignorar la presencia del virus ni la realidad de su feroz transmisión, pero sí interrogar las formas en las que las dinámicas de la gestión cultural —como medio y no como fin— pueden no sólo reaccionar ante, sino apropiarse de la crisis pandémica. Un espacio cultural, y sobre todo uno con horizontes como los que proyecta Matamoros 404, necesita preguntarse hoy “¿cómo nos vamos a sostener en prácticas de cuidado y en prácticas también de salud? Previo a esto no hablábamos mucho de nuestro sistema inmune”. Esto es clave porque en conversación con colegas de espacios ya establecidos ha surgido también la atención que, desde el inicio de la contingencia, se la ha prestado en círculos artísticos a temas relacionados con un entendimiento político de la salud. Y esto nos conecta con una interrogante clave: cómo se vinculan las actividades del arte en torno a la sustentabilidad en su sentido más amplio. “En Matamoros se composta todo, activaremos baños secos. El gran reto que
tenemos es no ser sólo esta burbujita verde y que cuando salgas todo vuelva a ser basura y unicel. Ese es el reto. Nos tendremos que aliar y acompañar mucho de gente experta en estos temas, pero sí creemos que es importante desde el arte empezar a poner atención. Ya ha pasado mucho tiempo. Es como un mail que no contestas y ya se olvidó. Y creo que estamos en ese punto, sobre todo con el tema del agua en Oaxaca”. (Y aquí hay que mencionar la lucha de la comunidad de Ayutla por el acceso al agua). Insiste Inari: “Creemos que es algo que toca, pensamos en actividades, talleres y foros que poco a poco puedan empezar a suceder para crear esta red de aliadas y aliados, pero con la conciencia de que es complejo y de que deberemos extender tentáculos fuera de la casa para que tengamos un poco más de congruencia”. Cautelosa con las ganas de poner a prueba las ideas que fluctúan entre el equipo, Inari comenta algunas de las actividades más inmediatas: “Vamos a empezar una radio, va a haber una librería con la editora y artista visual Andrea Bel.Arruti y con Fiebre Ediciones. Se viene una exposición del artista gráfico veracruzano Daniel Berman que ha trabajado mucho con gráfica expandida o gráfica modular”. Esta muestra es una manera de “espejear con otras maneras de hacer gráfica. Sobre todo, más allá del marco y los lugares comunes. Matamoros es un lugar de experimentación y muchos de los procesos que nos llaman o interesan van a tener que ver mucho con esto”.
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Matamoros 404 COMMUNITY IN RESISTANCE
“Since the pandemic began, many of the health sector measures have had to do with isolation, with generating a culture of fear.” Inari Reséndiz, visual artist, cultural manager and part of the team that runs Matamoros 404, starts our conversation by getting straight to the point: “Many people are living this situation from a position of fear, and it seemed to us that art, as something that provides healing, had been more or less paralysed.”
believe that this network will be woven beyond the artistic”. Usually, projects like this would only come together along the clearly defined cultural lines understood simply as art, but the team decided to also define the project by its social relationships beyond the disciplines involved. The very context in which Matamoros 404 was born, and in which it is projected, implies shared responsibilities and forming a team that seeks to expand and not define.
Matamoros 404 is a cultural space that seeks to be a confluence of ideas where artistic concerns coexist with others that encompass ecology, biology and political aspects inherent in nutrition and sustainability. The space was consolidated as a cultural resistance to the ravages of the pandemic, and the confinement accelerated its realisation and validity. Natalia Torres, singer and choral director, began the project by recovering a property in the city centre after concluding a period of study in London. She soon found an echo in Inari regarding her approach to art and cultural management. With the North American painter Johanna Palmieri, the muralist collective CACAO as artists in residence, and cultural manager Mariana P. Quintana also on board, they decided to call for people involved in biology, ecology and other fields that increasingly cross paths with art as a way of questioning ourselves, facing realities and providing care.
For Inari, the house where the project is located, in the centre of the city, is a powerful metaphor for how the sudden official cancellation of meetings has also become a driver to reinvent cultural management itself and cross borders as a strategy to stay current. The property was not restored, given the investment involved, but was preserved. This implied propping up the structure and supporting it again: “I find it very emblematic because it is what we are doing, we are trying to sustain the ruins of what remains of us as a society: we are supporting a house.” This attention to the environment, and ultimately to the ‘other’, to the neighbour, is also part of the project’s focus. We agree that meeting the shared responsibilities that living in a pandemic entails does not imply simply giving in to the programmed restrictions. Its intention is not to ignore the presence of the virus or the reality of its fierce transmission but rather to question how the dynamics of cultural management — as a means and not as an end — can not only react to but also accommodate the pandemic crisis.
They inaugurated Matamoros 404 at the end of December 2020 with the exhibition and festival “No Se Vende” — a program that is still active — which had a great response despite restrictions on the capacity and schedule. The gathering left its mark. The curatorship of the night, which included graphic arts, music, dance, actions and performance — with the collaboration of fellow collectives such as Musa Paradisiaca Records and the work of artists such as Rita Ponce de León, Mejor Persona and Jannis Huerta — was impregnated with “what is happening to us as a community”, Inari Reséndiz explains. The scope of the exhibition also put Matamoros 404 forward as a “transdisciplinary centre of ecological practices for the city of Oaxaca”. A space where “the artists” do not gravitate towards a “place of unquestionable power” and the exchange of ideas and projects is promoted with the aim of “leaving the comfort zone”, something that cultural management — of quality or not — often refuses to abandon, even in a pandemic. Although the space is focused on the performing arts — which are becoming as important in Oaxaca as the visual arts — involving people who work in other fields and deciding to take risks has become both a strategy and a task, establishing new relationships that lead to “curatorial projects that involve a little more openness. We decided that the other people who joined the project would not necessarily have to come from art. An acupuncturist joined. We’re really interested in bringing someone from the field of biology or agroecology, or who works with food because in that way we Te x t: Gab r i el E l í a s Ph o to s: M atam o r o s 4 0 4
A cultural space, and above all, one with horizons such as those projected by Matamoros 404, needs to ask itself today, “how are we going to sustain ourselves in care and health practices? Prior to this, we did not talk much about our immune system.” This is crucial because since the beginning of the pandemic, in conversations with colleagues that run established venues and in artistic circles, we’ve paid particular attention to topics relating to a political understanding of health as they’ve started to arise. And this connects us with a key question: how art activities are linked around sustainability in its broadest sense. “In Matamoros 404, everything is composted; we will install dry toilets. The great challenge we have is to not just be this green bubble, and then when you leave, everything will be garbage and styrofoam again. That is the challenge. We will have to ally ourselves with and collaborate with a lot of experts on these issues, but we believe it is important to start paying attention. It’s been a long time. It’s like an email that you don’t answer, and then you forget. And I think we are at that point, especially with the theme of water in Oaxaca. “ (and here you have to mention the Ayutla community’s fight for access to water). Insists Inari: “We believe it is something that connects with people, we think of activities, workshops and forums that little by little can begin to create this network of allies, but with the awareness that it is complex and that we must extend tentacles outside the house, so we have a little more congruence. “
Cautious with her desire to share the ideas that flow between the team, Inari comments on some of the most immediate activities: “We’re going to start a radio, there is going to be a bookstore with the editor and visual artist Andrea Bel.Arruti and with Fiebre Ediciones. There is an exhibition of the veracruzan graphic artist Daniel Berman who has worked a lot with expanded or modular graphics “. This exhibition is a way to “reflect other ways to make graphics. Above all, beyond the framework and common places. Matamoros 404 is a place of experimentation, and many of the processes that attract us or interest us will have to have a lot to do with this.”
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Almoraduz
COCINANDO CON EL PARAÍSO EN LA MENTE
D
urante uno de mis viajes anuales a Puerto Escondido, hace más o menos 7 años, di con un nuevo restaurante de cuya cocina emanaba un hipnotizante aroma de hierbas que se mezclaba con la brisa del mar. El lugar también me atrajo por su nombre: Almoraduz, poderosa hierba usada tanto para curar como para cocinar. El nombre me pareció muy apropiado para un restaurante, especialmente en Puerto, donde es común encontrarse con lugares que nos invitan a recargar energía y disfrutar. Sin embargo, jamás imaginé que acercarme a Almoraduz sería una de las aventuras culinarias más memorables que he tenido a lo largo de mi vida como viajera culinaria. Cada vez que regresaba a Puerto veía cómo Almoraduz iba floreciendo poco a poco y sin parar. El espacio crecía, la decoración mejoraba y la clientela iba en aumento, al igual que mi curiosidad. En una de esas visitas decidí ir a cenar con unos amigos. Todos llegamos al lugar sin expectativas, pero con la emoción de probar algo nuevo. El menú por completo era muy tentador, así que no escatimamos y ordenamos varios platillos: pesca del día en tres versiones diferentes, un aterciopelado risotto de huitlacoche, ostiones al grill con una mantequilla de orégano ligeramente ahumada, lechón confitado con puré de camote, churros rellenos de crema de chocolate con helado de mamey y buñuelos. En un principio, la cena nos pareció una travesía culinaria por Oaxaca. Nos encontramos con el muy conocido aroma anisado de la hoja santa de los Valles Centrales, el huitlacoche de diversos maíces nativos de la Sierra Sur; así como el sutil pero fresco picor del chile tusta de la Costa. Sin embargo, a medida que la experiencia fue evolucionando, nos percatamos de que estábamos en un viaje hacia texturas y sabores desconocidos cuya sincronía nos sorprendió gratamente, como fue el caso de los buñuelos bañados en jarabe de piloncillo y rellenos de un queso de cabra cremoso y ligeramente salado. T e xt o : M a r í a Í t a k a F o t o s : A l m o r a d uz
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Después de un par de visitas en las que seguí recorriendo los paisajes gastronómicos oaxaqueños en este restaurante, pedí que me llevaran por otro tipo de travesía: la de sus fundadores, los chefs Quetzalcoatl Zurita y Shalxaly Macías. La pareja se conoció mientras estudiaba en el Instituto Culinario de México y, desde ese momento, ambos se convirtieron en un dúo dinámico. Juntos, y a veces por separado, se movieron a través de la escena culinaria de Puebla y de la Ciudad de México. Sin embargo, nunca se sintieron totalmente seducidos por ese mundo: “Era emocionante, pero no tenía una libertad creativa total, que es lo que de verdad quería”, recuerda Quetzalcoatl. Fue así como decidieron regresar a Oaxaca, el lugar de origen de Quetzalcoatl y fuente de inspiración de ambos: “Crecí en Santos Reyes Nopala viendo a mi nana y abuela cocinar, hacer queso desde cero y cortar todo tipo de hierbas aromáticas de su jardín”, comenta Quetzalcoatl, mientras sus ojos revelan un espíritu aventurero. “Quería estar a cargo de mi propio barco, tostar mi propia mezcla de chiles y crear platos por los que me sintiera emocionado”, agrega. El camino para lograrlo no fue fácil, pero gracias al empuje y a la visión de Shalxaly pudieron establecer un pequeño restaurante ubicado inicialmente en el Andador de Puerto Escondido. “Era un lugar sencillo pero al mismo tiempo desafiante, ya que nuestro concepto era bastante nuevo para Puerto”, reflexiona Shalxaly. Conocido por su vibra relajada, Puerto Escondido es famoso por sus pizzas de masa delgada, sus pescados y mariscos, los cuales se suelen preparar con un estilo más casero, como es el caso del pescado frito o el coctel de camarones. Y aunque no hay nada de malo en eso, la pareja tenía en mente una propuesta más atrevida. Sus ideas eran inesperadas pero reconfortantes, innovadoras pero sensatas: los contrastes e ingredientes necesarios para una buena travesía. A pesar de los retos iniciales, el espacio actual de Almoraduz, en el fraccionamiento de Rinconada, alberga la cocina donde la magia sucede. Aquí la pareja ha podido desarrollar una verdadera cocina de autor y ofrecer comida libre de todo tipo de expectativas, en las que las técnicas modernas coexisten con las tradicionales. Por ejemplo, está el caso de las gorditas de maíz nixtamalizado, que están rellenas de un suave y poco convencional
puré de frijoles; al menos poco convencional para los estándares de la cocina tradicional mexicana. “La evolución es el pilar de nuestra propuesta. Nos adaptamos a las temporadas y usamos productos locales, entre los que hay muchos ingredientes ancestrales que nos aseguramos de mantener vivos en nuestra comida”, explica Shalxaly; su cabello brilla bajo la cálida luz del restaurante que ella creó. Y aunque es cierto que muchos otros restaurantes en Oaxaca también coquetean con la fusión de comida tradicional y moderna, algunos aún parecen temerosos de dar vuelo a la creatividad sin perder “el toque oaxaqueño”. Almoraduz no es el caso, y los comensales lo saben: su comida es espontánea y audaz. Aunque se usan ingredientes típicos y locales, no tienen reservas para alejarse de las recetas tradicionales y experimentar, como sucede con la calabaza o la miel de agave. La primera, endulzada y hecha puré, acompaña tranquilamente un pescado fresco del día cubierto de salsa de mejillones y eneldo, mientras que la segunda se convierte sin problema en vinagreta para una ensalada de prosciutto y durazno rostizado. Quetzalcoatl piensa que no tiene sentido etiquetar ingredientes o platillos. “Sin importar el origen, cada ingrediente tiene un alma y una dinámica especial, por lo que puede haber una sinergia inesperada entre ciertas técnicas e ingredientes, razón por la cual he aprendido a fluir con ellos”, afirma Quetzalcoatl. “La comida es una expresión de nosotros mismos, en ese sentido podemos decir que es moderna debido a que agregamos nuestra experiencia e inspiración, aunque también es comida tradicional por todo el conocimiento que hemos heredado de nuestros padres y abuelos, y que ahora corre en nuestra sangre. Es como una especie de ying-yang”, añade Shalxaly. Después de horas de buena conversación y mezcal, empecé a ver a Almoraduz y a sus fundadores con otros ojos, con una mirada más clara y profunda. Como muchos de nosotros, Shalxaly y Quetzalcoatl eran dos aventureros tratando de alcanzar sus metas y sueños. Ahora, después de muchos años de trabajo, finalmente tienen la vida que soñaron, rodeados de aguas color esmeralda y comida exuberante que se traduce en una hermosa filosofía: cocinar con el paraíso en la mente y en el paladar.
Almoraduz EATING IN PARADISE
It must have been around 7 years ago when I stumbled upon a small new joint during one of my annual visits to Puerto Escondido where the hypnotising smell of herbs coming out of its kitchen mingled with the soft ocean breeze. The place also caught my attention because of its name: Almoraduz, which is a powerful plant used for both healing and cooking. Such a name for a restaurant couldn’t be more appropriate, particularly in a beach destination like Puerto, where it is not unusual to find oasis-like spots inviting us to recharge and enjoy. However, little did I imagine that getting to know Almoraduz would become one of the most memorable culinary experiences in my life as a food adventurer. Every time I visited Puerto, I could see how Almoraduz kept blooming. The place expanded, the decoration was enhanced, the clients increased, and so did my curiosity. During one of those visits, I ate at Almoraduz for the first time with a group of friends. We arrived with no expectations, open to whatever we were going to try. The whole menu was tempting, so we didn’t restrain ourselves and ordered many dishes: seared fish with chilli ash and beets, a velvety black risotto, grilled oysters with a delicate smoked oregano butter, suckling pig with sweet potato, the catch of the day in its two different presentations, churros with chocolate cream and mamey ice cream, and buñuelos. At first, the dinner was like a culinary journey through Oaxaca. We encountered the familiar taste of the anise-
like hierba santa from the Central Valleys, the huitlacoche (corn smut) of heirloom corn varieties from the Southern Mountains, as well as the mild and fresh spiciness of chile tusta from the Coast. However, as the experience grew deeper, we realised we had also taken a trip to flavours and textures unknown. Such was the case of the creamy goat and slightly salted cheese placed on top of a crispy buñuelo and bathed in a brown sugar syrup, creating an unexpected but very pleasant culinary chord. After a couple of visits to continue exploring Oaxaca’s gastronomical landscape, I asked to be taken on another journey — that of Almoraduz founders, chefs Quetzalcoatl Zurita and Shalxaly Macías. The couple met while they were studying at the Instituto Culinario de México, and from that moment, they became a strong duo. Together — and sometimes on their own — they surfed the culinary scene of Puebla and Mexico City, but they were not seduced by it. “It was exciting, but I didn’t have absolute creative freedom, which is what I really wanted”, recalls Quetzalcoatl. They decided to come to Oaxaca, their source of inspiration and Quetzalcoatl’s home. “I grew up in Santos Reyes Nopala, watching my nanny and grandmother cook, making cheese from scratch and cutting all sorts of aromatic herbs from the garden”, tells Quetzalcoatl, his eyes revealing his adventurous spirit. “I wanted to be in charge of my own boat, to roast my very own mix of chiles and create dishes I felt excited to cook”, he adds. The path towards that goal was far from easy, but Shalxaly’s
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drive and vision helped them to set up a little restaurant initially located in the town’s “Andador” (pedestrian walk). “It was something very simple but still challenging, as our concept was very new for Puerto”, reflects Shalxaly. Known for its laid back vibe, Puerto Escondido is famous for its thin-crust pizzas and seafood, which is prepared in a more home-made and tropical style, such as shrimp cocktails or fried fish. And while there is nothing wrong with that, the couple had a more daring proposal in mind; their ideas were unexpected but comforting, innovative but sensible: the contrasts necessary for an exciting journey. Despite the struggle of the first years, Almoraduz’s current space houses a kitchen where alchemy happens. Here, the couple developed a true “cocina de autor” (signature cuisine); A cuisine that has freed itself from all sorts of expectations, where both modern and traditional techniques coexist. For example, we have Almoraduz’s famous gorditas, which are nixtamalized corn-based pastries stuffed with black beans, transformed into an unconventional — at least by traditional Mexican cooking standards — smooth purée. “Evolution is the core of our proposal. We adapt to the seasons and use local products. There are ancestral ingredients which we make sure are kept alive through our food”, explains Shalxaly, her lion-like hair shining under the warm light of the restaurant she created. And while it is true that many other restaurants in Oaxaca are also flirting with the fusion of modern-traditional cuisine, they still seem afraid of flying solo without losing their “Oaxacan touch”. In Almoraduz, diners can tell right away that this is not the case — their food is spontaneous and fearless. They have no reservations in using local, traditional ingredients and simultaneously stepping away from the traditional recipes, such as their pumpkin or agave honey. The former is turned into a purée accompanying the catch of day bathed in mussels and dill sauce, while the latter can exist perfectly in the form of a vinaigrette served over a prosciutto and roasted peach salad. Quetzalcoatl understands that there is no point in labelling ingredients and dishes. “Regardless of its origin, every ingredient has a soul and a dynamic. They can unexpectedly have synergy with other ingredients and techniques, that is why I’ve learned to flow with it”, he states. “Food is an expression of ourselves. In that sense, we could say it is modern because of our discoveries and inspiration, but it is also traditional because all the knowledge we inherit from our grandparents and parents now runs through our DNA. A sort of yin-yang”, adds Shalxaly. After hours of great conversation and mezcal, I was able to see Almoraduz and its founders with deeper and clearer eyes. Like many of us, Shalxaly and Quetzalcoatl were two adventurers trying to fulfil their dreams. After years of hustling, they are finally living the life they wanted, surrounded by emerald waters and lush food that translates into a beautiful philosophy: cooking with a paradise state of mind. T e xt: Marí a Ítaka Pho to s: Al mo raduz
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