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LA REVOLUCIÓN

ÁRABE AÑO 8- NÚMERO 82- FEBRERO DE 2011/ PUBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y COMUNICAN

Un POLO para

descongelar la Revolución Universidades y democracia constituyente constituyente// Chomsky: Rabia mal dirigida/ A la conquista del Acuífero Guaraní/ Control obrero en Guayana

Falta de debate sobre el modelo

La expriencia en Sidor y toda la economía en

(VER PÁGINAS 26 A 36)


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Un Polo para descongelar la Al iniciar el duodécimo año de gobierno, el 54,7 por ciento de los venezolanos aprueba la gestión del presidente Hugo Chávez, cifra que representa un incremento de 17 puntos en comparación con el 2010, cuando en Venezuela se registró una crisis de energía eléctrica producto –entre otras causas- de una intensa sequía. Esta alza del respaldo popular está vinculada sin duda coAn el manejo de la situación de los damnificados por las lluvias registradas a finales de diciembre de 2010, las cuales afectaron a uno de cada tres venezolanos. “Yo recibí una Venezuela quebrada en pedazos y en el suelo, hoy no es que estemos en el nivel óptimo, pero cómo ha cambiando para bien. Yo recuerdo que en los años 80 se disparó el consumo de perrarina (alimento para perros), la desnutrición campeaba, reinaba el desempleo, faltaba la salud, ir a un médico era un lujo, la gente hacía cola en el hospital militar”, recordó el mandatario. Hay dos líneas de acción en la oposición, dos estrategias que aunque parezcan enfrentadas, tambien pueden ser complementarias. Una, acrecentar el trabajo político de estilo

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MARCOS SALGADO (COORDINADOR) MARCA REGISTRADA: ALIA2, CA DEPÓSITO LEGAL: PP 200201CS526 ISSN: 1690-0952 QUESTION ES UNA PUBLICACIÓN DE LA AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS-2 (ALIADOS) Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL (COMUNICAN)/

“ciudadano”, con epicentro en los medios de comunicación y los debates en la Asamblea Nacional; la otra el plan conspirador desestabilizador que adelanta desde hace ya una década. En este estilo ciudadano cabe la utilización de organizaciones fantasmas, disfrazadas de ONGs con fuerte apoyo financiero externo, como las llamadas asambleas de ciudadanos, organizaciones seudo-juveniles como la JAVU, para dar a sus operaciones cierto tinte independiente y popular (el ya remanido estilo de las llamadas revoluciones de colores en la Europa oriental) La estrategia apunta a lanzar acciones que parezcan despojadas de ideología y de tinte político, coordinadas con agrupaciones de clase media -y también de zonas populares como Petare-, que muestran una decisión de transitar también el trabajo político, desligándole –a priori- de los partidos políticos de oposición, que se abstienen de opinar sobre estas manifestaciones “ciudadanas”. Pero hay más escenarios en el trabajo del enemigo. Por un lado, en la senda del chavismo sin Chávez, con cuadros castrenses y del propio PSUV, alentando el posible surgimiento de candidatos; por otro el trabajo con las bases alentando y capitalizando protestas (a veces justas) y trabando la puesta en marcha de proyectos y planes anunciados desde el Ejecutivo desde dentro mismo de la estructura burocrática oficial.

Pero también en la labor interna de alentar propuestas neoliberales para los problemas económicos, financieros y de planificación del Estado, impidiendo, en los hechos, el avance de la praxis socialista. Mientras tanto, los partidos, por ahora, siguen deshojando la margarita sobre candidato que enfrentará a Hugo Chávez en las presidenciales del año próximo (nadie espera otro candidato desde el bolivarianismo) y la decisión sobre si habrá selección interna y quién las organizará. Lo único que sigue uniendo a la oposición, a falta de ideas y programas, sigue siendo Chávez. Hoy, menos del 40% de los venezolanos piensa que la oposición está preparada para gobernar. Obviamente, de ganar la derecha las elecciones de 2012, el paso atrás de Venezuela será grande: se privatizaría la industria de los hidrocarburos, la educación, la seguridad social, la salud y se clausurarían los grandes programas sociales del gobierno actual. Las encuestas coinciden en que la mayoría de los venezolanos espera que la Asamblea Nacional sea el espacio de debate para la solución de los problemas relacionados con la vivienda, la seguridad, el desempleo, la inflación, los servicios públicos y la vialidad. Los venezolanos sueñan con una pizca de pragmatismo, que permita que autoridades y líderes (o referentes) opositores sostengan un diálogo de


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Revolución ARAM AHARONIAN altura para buscar soluciones a los problemas ciudadanos y nacionales, más allá de las diferencias ideológicas. El ex-vicepresidente José Vicente Rancel indicó que “La polarización en política es insustituible. Pero hay una polarización negativa, fundada en el odio y en el desprecio hacia el otro, y hay otra que tiene un signo ideológico, principista, que proviene de la confrontación de las ideas”. Rangel exhortó a convertir esa “polarización maligna, pérfida, que nos hace ver, no como adversarios sino como enemigos, en una polarización positiva: confrontemos, pero sin llegar a la violencia o a la negación de la convivencia civilizada”. Nuevamente y casi a coro, Washington y la oposición venezolana ponen el grito en el cielo porque Chávez estaría pasando del autocratismo a la dictadura desembozada. Hace una década que vaticinan hechos que nunca se concretan. En Venezuela hay absoluta libertad de expresión, no hay presos políticos y el magnicidio es demandado explícitamente por los medios opositores sin ninguna consecuencia para ellos. No hay libertad de expresión: hay libertinaje de expresión. El intelectual Luis Britto García recuerda que la oposición tiene un aparato mediático que reúne el 90% del poder comunicacional del país, desde donde lanza epítetos denigrantes contra la mayoría del pueblo venezolano como “monos”, “chusma”, “hordas”, “bi-dentes” y otros adjetivos de discriminación étnica y social, prohibidos no sólo por la Constitución sino por la decencia. La sicóloga social Maritza Montero recolectó más de 300 epítetos denigrantes dirigidos usualmente por la oposición a los bolivarianos, y algo así como centenar y medio de epítetos dirigidos por chavistas a los opositores. Hoy la estrategia del gobierno apunta a recuperar la clase media: al mejorar las condiciones de vida de la mayoría de venezolanos que antes estaban en la pobreza; se está creando una nueva clase media, que

se ha beneficiado con la eliminación de los créditos indexados y las estafas inmobiliarias que privaban de vivienda a centenares de miles de familias, con la posibilidad de adquirir automóviles a precios solidarios, con la sextuplicación de la matrícula universitaria. Cartelización mediática Convertir al partido en un poderoso medio de propaganda y comunicación es uno de los aspectos más importantes de las líneas estratégicas de acción política del PSUV. El gobierno no ha logrado diseñar, y menos aún ejecutar, una política comunicacional eficaz, proactiva y sistemática. El gobierno ha sido deficiente consuetudinariamente, y tampoco el partido ha hecho propuestas serias, factibles y coherentes al respecto ni tiene estructuras de debate y análisis ideológico-comunicacional. Tras fracasar en los diferentes intentos para forzar la salida antidemocrática de Hugo Chávez del poder, los antibolivarianos perfeccionaron la estrategia, a través de la agresión, pero de manera indirecta y menos perceptible. “Hay una oposición más sutil, que ya no juega al golpe o el magnicidio ni a las acciones violentas, pero sí juega a horadar dentro de una estrategia seudo democrática, fundamentalmente

comunicacional en contra del gobierno”, afirma la socióloga Maryclen Stelling, coordinadora del Observatorio de Medios de Venezuela. En los últimos dos años la cartelización de los medios de comunicación, que habíamos señalado en el golpe de 2002, se ha profundizado. Las primeras planas de la prensa escrita y los medios audiovisuales emprenden acciones subjetivas y menos visibles, que se reflejan en la creación y difusión de discursos cargados de mitos sobre las consecuencias del actual proceso político. Se trata de banalizar, de editorializar, de volver la noticias un espectáculo, desarrollando la técnica de atacar permanentemente al gobierno, negando los logros del proceso, deslegitimando las acciones del Ejecutivo, generando miedo alrededor del “coco” del comunismo. Stelling indica que los medios de comunicación privados afianzan el temor entre los ciudadanos. Por ejemplo, El Universal presenta informaciones como: “Chávez tuvo dinero pero incumplió sus promesas”, “Acusan al gobierno de poner la torta” o “Ley de Emergencia facilita la expropiación de inmuebles”. Detalla que la prensa se logró colar como un espacio indispensable para la confrontación de la gestión de gobierno


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Doce años

y hay una ausencia de información amplia, oportuna y balanceada, que le permita a la población una orientación para la toma consciente de sus decisiones políticas. Y también hay una carencia de ideas, planes y políticas oficiales en lo que a comunicación se refiere. Organizando el Pepe Chávez viene de exponer las líneas estratégicas de acción política hacia el 2012 (pareciera que se vive siempre con la meta de unas elecciones). La primera de ellas plantea pasar “de la cultura política capitalista a la militancia socialista”, donde indica que “Los resultados (del 26S) pusieron en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su vinculación con la base social de apoyo a la Revolución”. “Entre las posibles causas de esta situación, podemos verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o desviaciones características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo, el oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la base social bolivariana, resultantes de la persistencia de la “cultura capitalista” en el seno de la sociedad. Esta cultura es reproducida a lo interno del Partido”, indica el líder bolivariano. Chávez, señala que se construye más allá de los partidos, con los movimientos sociales. Por tanto, el Polo Patriótico debe ser un espacio privilegiado para la rendición de cuentas de los funcionarios públicos, para el desarrollo del pueblo legislador y la conformación de la

corresponsabilidad entre los elegidos y los electores. Sobre todo desde la frustración de septiembre, las bases bolivarianas piden, reclaman y exigen recuperar la conexión con el pueblo, lo que pasa por democratizar el PSUV. No hay reunión, a lo largo y ancho del país, donde no se debata el tema y la necesidad de la participación popular protagónica en la discusión de los problemas y en la solución de los mismos, además de la necesaria elección “socialista” de cuadros y candidatos por las bases. Más allá de la ineficacia, ineficiencia y muchas veces corrupción de funcionarios, la pregunta que surge es por qué se repiten ministros (en la misma o en otra cartera) que ya han demostrado fehacientemente su fracaso en la última década. Es más, algunos de los ministros abandonarán sus cargos para dedicarse desde ya a consolidar (en algunos casos crear) liderazgos en distintos estados, con el fin de recuperar sus gobiernos para el bolivarianismo. Hasta ahora se han repetido comicios de la “cultura política capitalista”, cuando se espera que la dirigencia surja de los debates y del trabajo con las bases, con cuadros que se destaquen por su capacidad ideológica, su entrega al trabajo político y su compromiso revolucionario. Chávez alienta “enfrentar la cultura capitalista, favoreciendo el contacto directo con el pueblo, interpelándolo, pero sobretodo dejándose interpelar por él”. Hay muchos, alrededor del poder, que no lo escuchan. O prefieren no hacerlo..

Es claro que el gobierno de Chávez tiene numerosos logros tangibles en términos sociales y económicos. No cabe duda de que la Revolución se ha traducido en una notable mejoría en la calidad de vida de los venezolanos, pero los logros más significativos se refieren a la participación política y al crecimiento del Poder Popular. José Vicente Rangel expresó que “Los venezolanos dejaron de ser invisibles, y se visibilizaron, hoy en día la mayoría del pueblo participa, y muchas veces creo que gente de la oposición que antes no participaba en la política se ha visto beneficiada con la gestión de Chávez, porque es percibida como ciudadano”. Chávez se refirió justamente al tema: “Aquí estamos para rendir tributo al Poder Popular, el más grande logro de esta Revolución. Todo está referido a la potencia y al poder. La potencia popular se convirtió en poder, pero ese poder si se dispara y corre por el campo como el agua, sin cauce, tiende a perderse. Ahora, si tiene un cauce, un sistema, se convierte en energía eléctrica”. “La Revolución logró encauzar el Poder Popular desde el 89 para acá. Estamos creando nuevas instituciones, es decir, consolidando un nuevo poder para que nunca se diluya…esto antes no existía en Venezuela. Ahora tenemos los movimientos campesinos, las comunas, los movimientos estudiantiles, los bancos comunales, las mujeres, los deportistas, los indígenas, todos y todas estructurados y estructurando”. Transcurridos doce años, la popularidad de Chávez sigue en alto. Según Luis Vicente León, de Datanalisis, ello se debe a una relación emocional, ausencia de alternativas visibles y un sentimiento de inclusión social. Mientras, el precio del petróleo está tendiendo claramente al alza, lo cual permitirá al gobierno contar aun con más recursos para apoyar al Poder popular y profundizar la obra social.


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¿Está la Revolución Bolivariana contra las cuerdas? cuerdas

El llamado del Presidente Chávez a las filas del Psuv para que se ocupen de la realidad popular y dejen de activarse sólo en tiempo de elecciones, además de su intervención en la Asamblea Nacional, ha sido interpretado por los grupos opositores como síntomas de la descomposición y debilidades que presenta el proyecto bolivariano. Muchos de sus dirigentes vaticinan alborozados la salida de Chávez del poder por la vía electoral en 2012 y, junto con ella, cualquier posibilidad revolucionaria en Venezuela. Para ello se basan en una realidad que pocos se han atrevido a constatar y revelar: En aquellos comunidades venezolanas que eran, invariablemente, un bastión inconmovible de la causa bolivariana en un pasado no muy lejano comienza a hacer mella la desconfianza, el resquemor y la impotencia de sus moradores al observar y comprobar que los funcionarios públicos del chavismo (con honradas excepciones) son más de lo mismo, comportándose de un modo igual o peor que sus antecesores adecos y copeyanos en el poder durante cuarenta años de democracia representativa. Tal realidad, lejos de ser atacada y corregida a tiempo por los partidarios de Chávez, es ignorada adrede por quienes han sido altamente beneficiados por su liderazgo, ejerciendo diversos cargos de elección popular y disfrutando todas

las prebendas que éstos generan. Así, aplicando el viejo refrán “el que paga manda”, una mayoría representativa de gobernantes chavistas han cooptado diversidad de dirigentes y movimientos sociales, haciéndoles entender -de buena o de mala manera- que su acción contraria lesionaría grandemente al proceso revolucionario que afirman apoyar. Esto ha producido fisuras entre el chavismo, logrando que el descontento y la exclusión de muchos revolucionarios y chavistas progresistas le abran campo a los sectores opositores interesados en acabar con esta experiencia revolucionaria. De ahí que algunos crean inevitable la caída del proceso bolivariano, incluyendo a quienes en algún lo respaldaron entusiastamente. Esto obliga a replantearse si los objetivos propuestos para hacer la revolución se han cumplido o, en su defecto, han fracasado, víctima de la miopía política y de la falta de compromiso revolucionario de aquellos que se erigen como sus conductores en cada entidad del país. De hecho, las diversas contradicciones de las cuales adolece podrían contribuir a definir con mejor precisión si tal proyecto revolucionario se enmarca realmente en los ideales del socialismo, puesto que no hay -aparentemente- una voluntad generalizada para deslegitimar

HOMAR GARCÉS

al capitalismo y construir una política económica socialista. Aunque esta realidad desalienta a muchos -ubicándose, incluso, en el bando opositor- lo cierto es que aún no puede presagiarse la inutilidad de cualquier esfuerzo por echar adelante un proceso revolucionario auténticamente popular de la mano de los sectores populares. En tal sentido, los diversos movimientos revolucionarios tienen ante sí un reto por asumir: darle plena vigencia y organicidad al ejercicio de la democracia participativa y protagónica por parte del pueblo venezolano. Pero este reto no pueden asumirlo como una cuestión simbólica, sin efectos prácticos duraderos, con el propósito de complacer a Chávez. El mismo tiene que servir para que el pueblo pueda orientarse correctamente en sus luchas reivindicativas y en la conquista de espacios que le permitan la construcción del poder popular. En la medida que dicho reto vaya profundizándose efectivamente, el socialismo podrá ser una realidad tangible e inmediata. De esta manera, podrá conjurarse la desmoralización presente entre muchos revolucionarios y chavistas progresistas, haciéndoles ver que el proceso bolivariano se haya contra las cuerdas, sin posibilidades de continuidad ni de consolidación.


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REINALDO ITURRIZA LÓPEZ

12 AÑOS La noche del 6 de diciembre de 1998, conocidos los resultados de las elecciones presidenciales, fui testigo y partícipe de una de las demostraciones de júbilo popular más impresionantes que me haya tocado vivir. Era una mezcla de satisfacción y sorpresa: supongo que muchos sospechábamos que la vieja partidocracia recurriría a cualquier trampa para impedir la victoria de Chávez. Hacía mucho que habíamos dejado de creer en los políticos, en los partidos. El zambo vendría a saldar cuentas con todo aquello, o al menos eso era lo que encarnaba entonces. Pero además, sorpresa porque, con la fiesta colectiva, vino el descubrimiento, el reconocimiento igualmente colectivo de que no éramos pocos. En última instancia, comenzábamos a tener la certeza de que habíamos reunido la suficiente fuerza como para derrotar a los viejos partidos. Entonces vivíamos alquilados en Residencias Tiuna, en Los Teques, justo al lado de los bloques de El Encanto. Recuerdo claramente que se hablaba poco de política, lo que es mucho decir de una ciudad en permanente estado pre-insurreccional durante los primeros noventa. Mucha rebeldía popular, mucha sangre, muerte y represión salvaje recorrieron y salpicaron esas calles. La política casi había desaparecido del espacio público, no sólo por hastío o desinterés, sino también por miedo. Teníamos el miedo metido en el cuerpo. Recuerdo también que el hartazgo popular llegó a extremos insospechados cuando el candidato de Acción Democrática, Alfaro Ucero, incurrió en un acto del mayor cinismo: pretendió pedirle perdón al pueblo venezolano, por los errores cometidos durante décadas. La respuesta, en las calles, en las camioneticas, no se hizo esperar, y osciló entre la burla y la rabia. ¿Ahora sí van a pedir perdón? Comenzaba a romperse el silencio. Por último, recuerdo un episodio que presencié muy pocos días después de la victoria de Chávez, sólo en apariencia insignificante: iba en camionetica, por Cabotaje, ya cerca de la casa, cuando se montó un tipo con boina roja. “¿Me da la cola compatriota?”, le preguntó al camionetero. El compatriota le dio la cola. Es posible que el tipo de la boina roja no tuviera para pagar el pasaje, como me ha pasado a mí y le ha pasado a usted. Es imposible saberlo: simplemente no creyó necesario ofrecer explicación alguna. Quizá pensó que bastaba con llevar boina roja y usar la palabra de moda. A propósito de estos 12 años es preciso recordar: hay mucho compatriota que se disfraza de rojo para no tener que pagar pasaje, o para pagar y darse el vuelto. Cuidado: hace mucho que no les tenemos miedo.

FRANKLIN GONZÁLEZ

¿Qué es ser de izquierda? En este mundo de aporías, donde se desdibuja todo, hablar de izquierda y derecha representa, para algunos, una brújula obsoleta, dos nombres que designan cajones vacíos o banderas que han dejado de congregar a los luchadores de la política actual. Sin embargo, con Norberto Bobbio, en su trabajo Izquierda y derecha, decimos que esa distinción sigue tan vigente como el día en que se decidió el arreglo de los asientos en la Asamblea Nacional francesa. Ciertamente, izquierda y derecha expresan la necesidad de encontrar un sentido de pertenencia y un antagonismo primordial que separa el campo de batalla. La distinción, dice Bobbio, no solamente sigue viva en el lenguaje público, sino que siguen vivas las razones que le dieron origen. La izquierda y la derecha existen y adoptar una u otra posición no significa lo mismo. Por ejemplo, el “triunfo” del liberalismo después del derrumbe del “socialismo real” de los países del Este de Europa intenta asemejar la teoría política con el liberalismo realmente existente y las críticas al orden vigente, en función de horizontes de emancipación humana, se identifica con aspectos disfuncionales del sistema, ingenuidad teórica o irresponsabilidad práctica. La izquierda es esencialmente igualitaria, y no porque ignore la existencia y hasta el valor de algunas desigualdades, sino porque estima que la acción política puede y debe esforzarse para reducir las disparidades en la distribución del poder y de la riqueza. La derecha, por el contrario, cree que el proyecto de igualdad es imposible e indeseable. Como se sabe, los hombres son entre sí tan iguales como desiguales. Ahora, desde la izquierda, se aprecia mayormente lo que lo asemeja y busca eliminar la brecha de la desigualdad o, en todo caso, atenuarlas, mientras que la derecha pretende reforzarlas por considerarla como espejo de un diseño natural. Ser de izquierda significa valorar los intereses colectivos por encima de los individuales-egoístas, para lo cual en una sociedad capitalista es fundamental la participación e intervención del Estado. Para la derecha, la libertad significa ni más ni menos ausencia de impedimentos externos. Se es libre sólo si me dejan en paz, y particularmente el Estado. En palabras de Isaiah Berlín, “la libertad es libertad, y no igualdad, honradez, justicia, cultura, felicidad humana o conciencia tranquila”. Nada más extraño a la izquierda que la pretensión de perpetuar las diferencias escudadas en el argumento de la costumbre; por eso, al unísono con un proyecto de igualdad, también asume un proyecto de razón. La derecha tiende a cobijarse en la legitimación de la tradición y está, según Bobbio, “más dispuesta a aceptar lo que es natural, y aquella segunda naturaleza que es la costumbre, la tradición, la fuerza del pasado”. Ser de izquierda es practicar la solidaridad con otros pueblos que luchan por su soberanía, autodeterminación e independencia. Para la derecha, la solidaridad, cuando existe, es entre sus intereses -nacionales e internacionalesy la autodeterminación e independencia son planteamientos trasnochados. Ser de izquierda es rechazar cualquier política o acción de racismo, de explotación, discriminación o de exclusión, ya sea por razones de color, religión, género, social o cultural. La derecha por excelencia defiende las tesis censitarias, capacitarias y excluyentes. Ser de izquierda es practicar el humanismo; por tanto, en política económica, los comportamientos positivos de las principales variables macroeconómicas valen poco si eso se hace a costa de los intereses de los trabajadores o del aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad. Para la derecha, el mercado y la macroeconomía son su demiurgo. Por eso y mucho más, me identifico con la izquierda. .


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La consigna de la Derecha J B UAN

Avión sin tripulantes made in Venezuela

ARRETO

Los chinos y japoneses, movilizaban sus tropas detrás de una consigna. Desde allí, los estandartes y escudos contienen siempre un lema. Pasando por Sun-Tzu hasta llegar a Lenin, se sabe que la consigna es el resumen, la síntesis de la política. La simplicidad y contundencia de cada frase, es lo que un físico llamaría elegancia. Por ejemplo, veamos esta belleza: “Tierra, Hombres Libres y Horror a la Oligarquía”. No hay abstracción, el deseo se concreta en cada uno de los objetos del enunciado. La consigna de los adecos del 45, recogía de manera chucuta esta idea zamorana: “Pan, Tierra y Trabajo”. Nada mal, pero no ubicaba la naturaleza de la contradicción fundante, aquello que llamaría Lacan, el espacio de El Otro. Es decir, lo que niega la realización de mi deseo, lo que no se ve pero esta en frente negándome. Estas son consignas, que a diferencia del discurso despótico, hacen la abstracción desde objetos concretos. El despotismo de una frase, recae en su sentido opaco, presentado como inocente giro retorico metafísico y abstracto; aunque es pura sobre codificación que verticaliza su propia configuración, en la misma medida que se presenta como textura lisa. Lectura narcisista que solo tiene mirada para si mismo. El despotismo es aplastamiento del otro por negación. En Zamora, por ejemplo, El Otro es reconocido en la medida en que es implacablemente confrontado, mientras que las consignas fachas son presentadas como desideologizadas y por ello universales, borrando la precariedad de aquello que me amenaza con su anfibología. En el discurso despótico no hay otra promesa que no sea la de tirar la barda lacaniana, ofreciéndose como espacio de protección, muro de alianza y fin de la indefensión precaria, producto de la indeterminación y la contradicción, zona de inteligibilidad sin sobresaltos, en donde queda suspendido el caos y abolido el peligro, el cual ocupará desde ahora un espacio reducido y controlado. Su promesa escondida es el fin de los procesos de cambio, acompañada de riqueza y complicidad tranquila. Todo lo demás queda reducido a un afuera poblado por barbaros. Es la creación de un adentro: Roma y sus muros. El discurso despótico es vertical: “Para vivir y progresar en paz”, Esa es la consigna que resume “el ideal” de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática. Aquí no hay equilibrismos semióticos. Ante esta desfachatez uno se queda boquiabierto, sin saber si se trata de una sínica ironía o de un soterrado homenaje a CAP. Bastaría con pasearse por la historia de las consignas de la derecha mundial para comprobar de qué se trata. Fue pensada apelando a esa tradición ¡Que peligro! Fascismo puro reclamado desde aquellos que se proclaman demócratas. El idílico sueño burgués de una vida placida y tranquila, sin lucha de clases. Ante nuestras narices, una consigna típicamente de derecha, que nos recuerda el emblema del escudo del Brasil; “Orden y Progreso”; y las consignas gomecistas y franquistas; o el comic “El Cuarto Raich”, cuyo lema era “Paz y Ornato”. Un discurso sin atributo, diría San Agustín, que tiene por virtud, aquello que de suyo la virtud pretende para sí. Código de sumisión e introspección individualista, que apela a lo más recóndito de los miedos; un dedo que jorunga al deseo agotando el carácter social y la pluralidad humana, liquidando cualquier alteración (y alteridad) en nombre de “la paz y el progreso” (¿Cúal?). Una línea de demarcación, un orden de delimitación, una fuerza violenta que reclama lo que no hay, aquello que esta ausente y se asegura de imponerlo más allá de la promesa ¿Quién o que garantizará ese “vivir y progresar en paz” ante las hordas que pretendan desbordarse? ¿Sera como el 27-F, “la autoridad” del estado la que garantice el orden?.

El presidente de la República, Hugo Chávez, informó que Venezuela desarrolla la fabricación de aviones sin tripulantes, lo cual corresponde a la política de independencia tecnológica que promueve el Gobierno Bolivariano. “Ya está volando un avión sin tripulantes hecho en Venezuela”, comunicó durante un recorrido que realizó esta tarde por el submarino Sábalo (S-31), en Puerto Cabello, estado Carabobo, el cual fue reintegrado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), tras un mantenimiento con mano de obra completamente venezolana. Mientras recorría las instalaciones, el Jefe de Estado recibió explicaciones de parte del capitán Luis Manuel Touseiro, jefe de proyectos de submarinos, quien le indicó las características de la nave . El Sábalo, llamado así por un pez caracterizado por su robustez, tiene una altura total de 11, 24 metros y una autonomía de 50 días. Igualmente posee propulsión eléctrica, cargas de batería, velocidad de 12 nudos en superficie y 22 en inmersión. El Sábalo (S-31) fue realizado en Alemania y entregado a la Fuerza Armada el 6 de agosto de 1976. Al respecto, el Presidente reseñó: “Este submarino tuvo varias remodelaciones y mantenimientos mayores en Alemania, pero ahora nacionalizamos la tecnología y todo este mantenimiento se realizó a través de (la empresa estatal) Diques y Astilleros (Dianca)”. Agregó que seguirá apoyando a la FANB para que siga creciendo el batallón de submarinos. “Para que custodiemos la Patria de nuestros hijos, esa Patria próspera, que tenemos que cuidar”, aseveró.


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Abrir las Universidades a la democracia constituyente Cuando uno escucha a rectores y rectoras, vice-rectores y vice-rectoras, decanos y decanas, directores y directoras de escuelas, consejos universitarios, de facultades o de escuelas, declarar sobre su intención colectiva e institucional de dialogar, debatir o asumir las tareas de las transformaciones universitarias, uno comprende con sano escepticismo que la mitad de propuesta es un discurso de galería mediática, otra parte es un guión pre-establecido para no cambiar absolutamente nada, y el resto se debate en un pequeño espacio para la simulación de la discusión (hasta llegar al agotamiento de la misma), para finalmente llegar a la conclusión que indica que desde el poder instituido de las universidades no habrá transformación alguna. Repito, desde el “poder instituido” de las universidades no habrá transformación significativa alguna. Lo más resaltante de esta patética subcultura del “no debate”, de liquidación de la auto-reflexión crítica sobre los propios fundamentos, justificaciones, finalidades y responsabilidades del espacio de racionalidad instalado hegemónicamente, como armazón de sentido de la institución universitaria, es cómo un discurso autoritario, moderno, de razón suficiente, cancela los espacios de libertad, creación, de transformación, de contestación intelectual, éticocultural, social y política. Pues las universidades, no son meros espacios donde abundan las representaciones del “Homo Academicus”, en sentido de: a) contribuciones doctrinarias en el esclarecimiento de los problemas nacionales, b) búsqueda de la verdad para afianzar los valores trascendentales del hombre, c) formación de los equipos profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso, d) inspiradas en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, abierto a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se exponen y analizan de manera rigurosamente científica, d) al servició de la Nación.

No, estimados lectores, esa visión normativa de la Ley de Universidades reformada en 1970 luego de una ocupación militar dirigida por las fuerzas del pacto de punto-fijo a la UCV, se aplica en clave minimalista. Pues las universidades son parte de los aparatos de hegemonía educativa y cultural, con lógicas de poder profundamente instaladas, producto precisamente de las contradicciones de las luchas históricas por conquistar espacios de autonomíadependencia frente a su entorno económico, político, social, cultural; que se concreta en aquella frase que plantea actualmente el Art.109-CRBV: “(…) Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley”. 1.- Pinceladas de historia: Desde 1958 hasta la actualidad, la Universidad venezolana en general sigue teniendo pendiente la tarea de una democratización interna más profunda y a una inserción social consciente y en sentido emancipador, en buena medida porque se ha colocado de espaldas al legado de la Reforma Universitaria de Córdova en 1918, que se extendió a buena parte de Latinoamérica con un

JAVIER BIARDEAU R

aliento transformador radical, que dejó su horizonte y huellas en la educación superior del continente. Una universidad democrática, autónoma, gratuita, transformadora y popular sigue siendo tarea pendiente en estas latitudes, frente a los proyectos de una universidad corporativa, tecnocrática, elitista, modernizadora, que utiliza el término democracia en términos aún más restringidos que el uso y abuso del “canon liberaldemocrático” para caracterizar a los regímenes sociopolíticos funcionales al metabolismo social del Capital. Otro de los hitos históricos que se deja de lado (como las Universidades Populares Gonzales Prada en Perú[i]), fue el debate sobre la “educación socialista” en 1933, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en México. En este debate es posible comprender por otra parte los extravíos de una izquierda con profundos sesgos jacobinos. La “educación socialista” no se imponen desde arriba, desde el “gobierno”, parte de movimientos instituyentes de los colectivos, actores, movimientos y fuerzas sociales que hacen vida en la relación universidadsociedad y pueblo organizado. Si el movimiento popular está operando en clave de masa de maniobra y no como sujeto de transformaciones, y si las fuerzas emancipadoras internas a las


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comunidades universitarias aparecen replegadas, el trabajo no se reduce a operaciones de toma y comando, sino a un vasto esfuerzo de articulación política y ético-cultural. Por otra parte, cuestionar el pensamiento liberal-capitalista de las universidades, inscrito en sus currículos ocultos, no implica pasar a imponer la “educación socialista”. Esta es una posición simétrica al pensamiento único de derecha. Allí hay elementos fundamentales para comprender el extravió de reducir la libertad de enseñanza a una sola corriente de pensamiento, desde una doctrina única, impuesta desde un gobierno, sin pasar por un profundo debate de la multiplicidad de corrientes y sobre el papel de los saberes contrahegemónicos en el interior de las comunidades universitarias. El debate entre Antonio Caso y Lombardo Toledano, en el contexto mexicano de la educación socialista” por ejemplo, sigue siendo significativo para comprender las filosofías de la educación que se debaten en medio de la turbulencia política. Si se desgaja una filosofía de la liberación social, de una filosofía de la autonomía, de las pedagogías críticas de la liberación y de la libertad de las singularidades subjetivas, el proyecto de izquierda encalla con facilidad en una figura de colectivismo despótico. La especificidad de las luchas contra-hegemónicas en el terreno educativo y ético-cultural, no se reducen a los imperativos y ritmos específicos de una agenda política-partidista. Tienen su propio tiempo, su propia materia, su propia especificidad, sus propias tareas y lógicas de campos con relativa autonomía. Y lo fundamental, tienen sus propios agentes de cambio que pueden estar animados por una agenda de transformaciones más amplias, pero que no pueden constituirse en vagones de cola de un Ministerio, por lmás “revolucionario” que pretenda ser. Si no fuese así, sería mas honesto tirar al balde de la basura la noción histórica de “autonomía universitaria”. Por otra parte, a partir de los años 60, en medio de la intencionalidad política de la “Alianza para el progreso” de los EE.UU y en medio de múltiples conflictos, se pretendió convertir a las instituciones educativas de América Latina en banco de pruebas

para proyectos de «modernización» capitalistas, reflejos, dependientes y truncos, diseñados y dirigidos desde los Estados Unidos a partir de una estrategia integral contra-insurgente, que manifestando la supuesta intención de ayudar a construir una Educación Superior, productiva para el crecimiento económico capitalista, eficiente en lo académico y administrativo, y aparentemente progresiva para el desarrollo social sin conflictos de clases, sectores y grupos. Se trataba sin embargo, de contraponer este modelo tecnocrático de universidad fundamentalmente capitalista-modernizadora para liquidar a las universidades populares, autónomas y radicalmente democráticas (busque un co-gobierno en las universidades norteamericanas y vera que encontrará) como referencia contestaría frente a la dominación imperialista y los gobiernos que la hacen viable en Nuestra América. El asunto básico era despejar del campus universitario a cualquier espíritu crítico, creativo, contestaría y revolucionario, léase cualquier corriente de pensamiento que pudiera en cuestión las estructuras de mando, dominación y explotación, así como sus teorías funcionales a la reproducción educativa de la hegemonía ético-cultural del sistema-mundo capitalista. Más cerca de nuestro contexto local, el debate sobre la “renovación universitaria” entre 1968-1971 también serviría para realizar un balance de inventario de los “modelos de universidad en pugna”. La autonomía de la que tanto se habla en la actualidad desde los círculos dominantes de las Universidades está marcada en su

sentido y significación, por una situación de facto, por la ocupación militar de la UCV, y no es casual que todo este debate sobre la autonomía limitada por la “razón de Estado” hubiese sepultado previamente el espíritu de la renovación. 2.- Lecciones de la derecha para la izquierda: Pero hay un hecho que debe llamar a la profunda reflexión en el seno de las autoridades ministeriales. Lo que llama la atención críticamente, es que aún en las extremas condiciones de la confrontación política, se intento dar lugar a una consulta, aunque fuese un procedimiento viciado o un simulacro de apertura (en el marco de una relación de fuerzas nada inocentes) a la Reforma a la Ley de 1958, que en esencia logró finalmente dar mayor control al Estado sobre la Universidad y pavimentar el camino jurídico a las reformas tecnocráticas. Aquí la derecha supo manejarse con mano zurda. Por tanto, la reforma de la Ley del año 1970, no estuvo preñada de ninguna “autonomía democrática, plural y libre”. Nació de una un proyecto de gobierno, que a través de una consulta parlamentaria amarrada a una correlación de fuerzas, fue cooptando selectivamente algunos de los elementos presentes en el debate sobre la renovación, a la vez que fue limando las aristas más contestatarias del movimiento para liquidarlo en la práctica. Esa inteligencia política de la derecha marcó un juego de medios, instrumentos, recursos y procedimientos, donde el parlamento jugó con cierta


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cautela, reconociendo las divisiones internas a las fuerzas de izquierda y autonómicas en las universidades. Ya entonces, la llamada “Alianza por la Autonomía” fue un movimiento defensivo, aleccionado por la bota represiva del gobierno de Caldera, y no de iniciativa transformadora. El uso político abierto del Consejo Nacional de Universidades, permitió colocar a la autonomía en un lugar subalterno, si así lo requería la “razón de Estado” de turno. Las maniobras internas al propio espacio universitario se correlacionaban con las dinámicas divisionistas y sectarias en el terreno de la propia izquierda. Si no se comprende el acoplamiento de ambos movimientos de correlaciones de fuerzas, con sus propias lógicas, sus propios medios de acción, sus propios actores, sus propias especificidades, no se comprende la complejidad y la sobre-determinación de conflictos que se avivan. Y esta doble dinámica existe en la medida en que la autonomía universitaria juega un papel central. Además, llama la atención que en perfecta comprensión leguleya, “bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la Ley” no es en ningún caso autonomía absoluta. Lo que se debate entonces en la LEU es la relación Estado-Universidad-Sociedad, no conceptos abstractos de autonomía, es el vivo efecto de las luchas históricas por concepciones de la autonomía universitaria enclavadas en la historia de Nuestra América. 3.- ¿Qué (no) hacer desde la izquierda? Por tanto, luce extremadamente paradójico que un gobierno que se presume de izquierda cometa todas las torpezas de los ejercicios del poder de la derecha. Que ni siquiera se reconozca en su propia historia, que no parta de un balance de inventario programático de su propia filosofía de educación que dio lugar a la autonomía universitaria, en el marco de las luchas por la emancipación social y política, sin superar el grave error de considerar que en la materia universitaria bastará contar con la palanca gubernamental para hegemonizar un debate. Con el perdón de todos los que se ilusionaron en la aplicación de la

LEU, utilizando los atajos del período decembrino y la vorágine legislativa del momento, no hay transformación universitaria ni por decreto, ni por “acciones de toma y comando”. Estas tácticas son muestras de debilidad en la capacidad contra-hegemónica del proyecto gubernamental. Sin empuje decisivo de fuerzas de transformación internas, que desnuden la triste realidad de la universidad controlada por círculos de la derecha corporativa, reaccionaria, promotora de visiones neoliberales abiertas o encubiertas, con profundas relaciones con los intereses político-partidistas de la MUD y de la derecha internacional, y sin un acompañamiento del movimiento popular organizado, cualquier decisión gubernamental va a ser directamente traducida en clave de violación a la “autonomía universitaria”. En síntesis, la derecha aparece revestida de hegemonía en cuestión de autonomía universitaria, por los propios errores de la izquierda, por deshacer con las visceras y los pies lo que hacen con el cerebro y las manos. 4.- ¿Que no acate la derecha? Por otra parte, quedará grabada en la memoria universitaria la pancarta que manejaban las autoridades, que trataba de decir al parecer: “Por respeto a la Constitución. No acataremos la Ley”. Esta frase fracasó morfosintácticamente (de esto ya se encargó Roberto Hernández Montoya: http: //aporrea.org/educacion/a114969.html). Sin embargo, esta pancarta no deja de

expresar el síndrome opositor, de lo que por mi parte llamo la imaginaria “Constitución-350”. El único artículo que interpretan al tenor de sus humores circunstanciales, que parece reconocer la oposición venezolana en su imaginario jurídico, es el artículo 350, sin considerar aquella sentencia de la Sala Constitucional (Iván Rincón dixit) que sobre el asunto despejo algunos interrogantes sobre la materia. Porque uno de los elementos más interesantes de la disociación que frente a la Ley mantienen desde sectores de la derecha, es la sostenida actitud desafiante de desconocimiento de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia y de la legitimidad democrática del propio Tribunal Supremo de Justicia. Obviamente desde esta disociación ideológica grupal, sólo serán los operadores políticos y escribas jurídicos más extremistas de la oposición política, los máximos y únicos intérpretes del texto constitucional. Lo que manifiestan entonces desde factores de la MUD, es un llamado trivial a desobedecer la Ley a trocha y mocha. Si tratase de esta actitud infantil que repitió cierta izquierda sectaria frente al ámbito del estado de derecho, en años anteriores de la historia política del país, púes será funcional y mucho mejor para el gobierno (como demostró el fallido golpe del 11 de abril y el paro petrolero). 5.- ¿El juego está trancado? Estamos en muchos casos ante


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una política fanatizada de dos bandas políticas. Lo que algunos han llamado la “política de las dos minorías”, que responde menos al ejercicio riguroso de una política hegemónica, rigurosamente comprendida en un cuadro de fuerzas enfrentadas, y que solo se traduce en una política de dominación pura, en un choque de prejuicios, estereotipos y consignas, lo que vulgarmente llamamos un “diálogo de sordos”, sólidamente instalados en un cuadro de sobre-polarización que asfixia matices, deliberaciones amplias, articulaciones diversas, compromisos mínimos, salidas mínimas negociadas, conquista de la mayor legitimidad democrática posible. Se trata en ambos casos, de una concepción autoritaria de la hegemonía, simple supremacía por el ejercicio de la fuerza, sin contenidos de justicia debatibles por parte de ambos polos de la confrontación. Esta tendencia impide que ninguna de estas opciones radicalizadas construya algún plano de “auctoritas” basado en la deliberación y la densidad de los argumentos, y no en el ejercicio puro de la fuerza. De allí se explica con facilidad el hastío político y estancamiento del equilibrio relativo de las relaciones de fuerzas. Es falso que desde esta lógica, ninguno de los sectores vaya a conquistar a corto plazo una ventaja decisiva en el terreno de los valores, ideas e ideales. Creo que una lectura de los planteamientos, entre otras contribuciones críticas y constructivas, de Reinaldo Iturriza apuntan a refrescar una lógica de la política en el campo bolivariano que intentan despejar el camino para reimpulsar ventajas decisivas y deben ser analizadas con atención. Se requiere para eso tener oído fino, por una parte, y suspender los reflejos condicionados que disparan a toda crítica interna en el campo bolivariano con la etiqueta de “contrarevolucionario” y “salta-talanquera”. Llama la atención que desde el punto de vista semántico y pragmático, quienes enarbolaban esta pancarta en la UCV, se han quedado, como dicen los amigos y amigas de los programas de computadoras, “colgados o guindados” en un circulo vicioso. La Constitución establece principios generales, con su rango y jerarquía, para la interpretación de la Ley. Pero además remite a la Ley;

es decir a leyes orgánicas y ordinarias. Nadie acata una Constitución sin acatar al menos el “principio de legalidad”. Otra cosa es que quieran cuestionar una Ley orgánica u ordinaria específica, y la Constitución establece los procedimientos para hacerlo. Hasta donde cualquier ciudadano y ciudadana tenga entendido, aquí hay plena vigencia de la Ley Orgánica de Educación. Seria conveniente preguntar a las autoridades universitarias si acatan o no acatan la Ley Orgánica de Educación. Desde allí comenzarían a despejarse muchos interrogantes y los caminos de la futura Ley de educación universitaria. Pues no se puede apelar a la Constitución para desconocer los procedimientos establecidos para asegurar el principio de legalidad. He allí los dilemas de aquellos que apelan histéricamente a la “Constitución-350”. “No acataremos la ley de educación superior”, no deja de ser parte de un “plan de calentamiento de calle”, un plan que luce trivial y a todas luces sincronizado con otras iniciativas nacionales y hemisféricas, que el Presidente Chávez le lanzó un verdadero balde de agua fría, quitándole la iniciativa a esta “agenda de batalla”. Porque para la batalla hay un “orden de batalla” y un “cuadro posible de maniobras”. Y para decirlo con metáforas: no es conveniente ir con flancos débiles, ni con “vanguardias” mal estructuradas. Ni caer en la “agenda del enemigo principal”. Por tanto, la materia universitaria ha desbordado a los operadores políticos directos de ambos lados. Aun no se comprende la especificidad y densidad del debate

sobre la materia universitaria en tiempos de transformaciones sociales profundas. No se trata de simples correlaciones de fuerzas, sino de cualidades y densidades intelectuales de estas fuerzas. No es un asunto de aritmética de una medición de fuerzas, sino una complicada algebra de movimientos en el tablero estratégico, que desborda cualquier tentación de sustituir una consigna de derecha por una consigna de izquierda. Fue de esta misma forma, como históricamente se agotó el debate sobre la “renovación universitaria”, y fue finalmente así como se impuso la reforma a la Ley de Universidades de los años 70, por parte de las fuerzas de punto-fijo. ¿Simple fuerza contra fuerza? Si es así se agota completamente el espacio para fecundar comunidades de pensamientos críticos y creativos, no solo maniqueos como lo son en gran medida hasta ahora, cuando se habla de política universitaria. Porque “plural” no remite a un dualismo asfixiante que termina en maniqueísmo; es una política de “más de dos”, tanto actuales como virtuales; porque es en los matices y acentos de la multiplicidad de colectivos, corrientes y movimientos, donde se fecunda con mayor propiedad el debate universitario, pues las simples oposiciones binarias no ayudan a captar el juego de diferencias que puede enriquecer el “tiempo de la reflexión”. Las necesidades, demandas, aspiraciones y requerimientos específicos de cada uno de los sectores universitarios, de cada una de las comunidades universitarias, de cada una de las actuales escuelas y facultades,


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incluso de cada grupo de autoridades universitarias en sus situaciones particulares, no puede aplanarse a una oposición binaria. Si no se capta el juego de diferencias, de matices, de tonos, si no se introduce un debate donde se recojan historias y particularidades, el asunto se bloquea en una operación que marca el campo de batalla en zonas de influencia y control de la MUD ó del Ministerio de Educación Universitaria. Se pierden entonces en gran medida, un ámbito de temas y problemas que son propios de la especificidad de la materia universitaria, que podrían abordarse desde visiones mucho más amplias, desde lo que llamamos convencionalmente “políticas públicas” del sub-sistema de educación universitaria. 6.- ¿Sera posible el debate? Por tanto, hay que saludar la intención para recomenzar el debate descarnado sobre el subsistema de educación superior, tanto dentro de las Universidades como fuera de ellas. Y en este debate, el primer prejuicio que hay que disolver es que la Universidad venezolana actual es, desde el punto de vista del ejercicio de sus prácticas y estrategias de poder, una institución predominantemente democrática; y que son los gobiernos o los Estados, los espacios donde se concentra exclusivamente el ejercicio autoritario o despótico del poder, mientras las “almas bellas” del no-poder y del conocimiento libre de sesgos ideológicos e intereses, aprenden a ser, a saber, a actuar y convivir, con relaciones exentas de poder-dominación. Este prejuicio es una simple “mentira de bajo vuelo”. Esta mitología impide pensar de manera descarnada la universidad como un espacio de luchas, como un aparato hegemónico y como una red de dispositivos de poder-saber, con sus voluntades y juegos de verdad, que cumplen funciones políticas más allá del espacio de lo político-institucional, del sistema político de partidos, del parlamento y de los aparatos de Estado. Cuando uno escucha el estribillo de una “universidad autónoma, plural, democrática y libre” en boca de los rectores identificados políticamente primero, con una filosofía de la educación

de corte liberal o conservadora, y segundo, con la realpolitik de la MUD; haciendo el trabajo político de la oposición partidista en las universidades públicas y autónomas, estableciendo convenios formales o informales con la USAID, o triangulando con cuanta fundación cercana a los intereses del Departamento de Estado Norteamericano exista, uno recuerda desde cuales tensiones, conflictos y antagonismos se constituyó el concepto de “Autonomía Universitaria” en el pensamiento de América Latina y el Caribe. Por tanto, hay que dejarse de inocentadas y gestos bobalicones, a pesar de agotar el llamado al debate de argumentos. En la Universidad se hace y se piensa la política como en cualquier espacio social; es decir, no está exenta de la política de las fuerzas sociales, económicas, políticas y culturales que se enfrentan en una sociedad cruzada por tensiones, conflictos y antagonismos propios de las divisiones de intereses de poder, clases, grupos y sectores. Ahora bien, los hacedores de política en las Universidades, la hacen al menos en dos planos que no pueden confundirse, aunque estén estrechamente vinculados: la política universitaria hacia su propio “espacio académico” (la docencia, la investigación, sus modelos de gestión, gobierno y administración); y la política de la Universidad hacia su entorno, sea estatal, empresarial, hacia los sectores populares o hacia la propia “sociedad civil”, con toda su anatomía enclavada en la economía política y sus conflictos de clases, grupos, fracciones y sectores sociales. Todavía hoy se piensa que esta relación con el entorno se sintetiza en la

palabra “extensión”. Pero la inocuidad del término oculta los compromisos porosos de las universidades con los vectores de fuerzas que operan con los medios-dinero y poder. Las políticas de conocimiento, información y de saber se vinculan estrechamente a las universidades y al tan olvidado debate (que constantemente trae a colación el Sociólogo Rafael Palacios) sobre el sistema de ciencia y tecnología. ¿Por qué hay tanto desdén por estos debates de trascendental significación en la agenda de los operadores políticos? Yo aventuro una respuesta: son debates de “baja rentabilidad política”. Sólo cuando los operadores políticos pueden pescar en estos debates cierto espacio de influencia, cierto caudal de votos, cierto nivel de audiencia, cierto control sobre recursos estratégicos, allí si son importantes estas cuestiones. Los “profesionales de la política” de derecha y de izquierda, se preocupan de la ciencia, de la tecnología, de la educación universitaria, de cuestiones como la bioética o de los “agujeros negros”, cuando les toca su instinto de conservación, mantenimiento o ampliación del poder. Así de cruda es la realidad. Encontrar una comisión parlamentaria preocupada por los problemas epistemológicos, éticos, sobre meta-teoría de la ciencia, sobre pedagogías constructivistas, sobre las tecnologías de información y comunicación en la enseñanza pública, ó digamos, sobre ontología fundamental, eso es una improbabilidad elevada a la máxima potencia. Pero son estos temas lo que aparecen de cuando en vez al abrirse el debate sobre la materia universitaria. Allí María Corina Machado, el diputado Cocciola, Iris Varela o Diosdado Cabello no tendrán grandes querencias invertidas. Insisto, hay que saber organizar una agenda de temas y problemas, de ámbitos, que son propios y específicos de los actores que hacen vida de las comunidades universitarias, que no son ni siquiera operadores políticos en las universidades, de aquellos ámbitos donde se encuentran temas políticamente sensibles, donde se mueven a sus anchas los operadores políticos (el tema de la “autonomía organizativa” pensada en


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términos de “normas de gobierno”, responde a querencias de determinados agentes de cambio o reproducción), e incluir las razones políticas que operan en la esfera pública democrática de la sociedad con relación al tema de la educación universitaria. Por otra parte, ¿Acaso no es interes de los sectores populares que se discutan las condiciones de ingreso, que se estructure una universidad gratuita, con buenos comedores, con buenas bibliotecas, con acceso público al material biblio-hemerográfico, con acceso a nuevas tecnologías de información y comunicación, a buenos laboratorios y equipos, que puedan participar además activamente en la vida política de las universidades (que son “polis”, aunque no se quiera aceptar este asunto), en sus políticas de “gestión, docencia, investigación y extensión”?) Un concepto de universidad de derecha, anti-popular, anti-democrático y completamente funcional a los sistemas económicos dominados por el Capital y a sus representantes políticos, se opone a una universidad radicalmente democrática, autónoma, pública, popular y contestaría (y esta es una opción explicita acerca de las universidades públicas). Esto está claro. Pero esto no es suficiente. Consolidar espacios para la fecundación de comunidades de pensamientos críticos, creativos y liberadores de las opresiones y cadenas impuestas sobre la imaginación, la sensibilidad, el conocimiento, el saber y los afectos, más allá de la idea de “profesionalización” o de crear engranajes socio-técnicos en la división social del trabajo, que impulsan las actividades manuales, estéticas, ético-culturales e intelectuales de los seres humanos, sin discriminaciones fundadas en el racismo, las clases sociales, la identidad cultural, el género, la coloniaje del poder-saber ó la condición social, esto ya comienza a ser una tarea mayor. Superar una universidad, cuyos “funcionarios” administran planes de estudio y currículos (manifiestos u ocultos), para la reproducción de las estructuras hegemónicas de mando, control y explotación social, esto llevará mucho tiempo si partimos de la cualidad ética, estética, afectiva y política de los

“funcionarios” actuales. La Universidad ha sido eso, y ha demostrado que está función reproductora no permite superar el mimetismo de los proyectos de modernización refleja, dependientes y truncos. Tampoco sirve sólo para administrar habilidades y competencias socio-técnicas, requeridas por los intereses corporativos de las empresas, con su división jerárquica del trabajo y sus lógicas de funcionamiento internas. Pero tampoco sirve una universidad arrodillada a intereses ideológicos contingentes de gobiernos, que dependen de ciclos político-electorales (cuando son más ó menos democráticos) sin capacidad de tomar distancia y espacio ante los requerimientos de los sistemas administrativos, políticos o económicos funcionales a la lógica del poder y del dinero. El asunto va adquiriendo un complejidad que si no se logra organizar un debate con densidad, puede perderse todo el trabajo en el encontronazo por un solo artículo de la futura LEU. Se equivocan entonces, quienes declaran apodícticamente que las universidades no son autotransformables per se, o quienes suponen que en ellas no existen actores, movimientos, fuerzas intelectuales, estéticas, afectivas y éticas para propulsar mutaciones significativas. De esta afirmación simplificadora a “bajar la santamaria”, hay sólo un ínfimo paso. Por otra parte, no se equivocan quienes afirman que los gobiernos, desde su lógica de gobernabilidad y del poder constituido, son los peores agentes de cambio cuando de

universidad se trata. Ni siquiera un “gobierno revolucionario” escapa a los imperativos de una real-politik de cortísima elevación intelectual, donde la pulsión básica tiende a encogerse hasta devenir simple “técnica para alcanzar y mantener el poder por el poder mismo”. La materia universitaria requiere no políticas gubernamentales de corto vuelo, sino políticas públicas hacia el subsistema de Educación Superior. Y cuando hablo de “políticas públicas” planteo, que nacen menos pensando en una “razón de Estado”, y más en la construcción de una esfera pública radicalmente democrática, donde la competencia científico-técnica, humanística ó los llamados saberesexpertos se abren al escrutinio público, donde concurren de manera conflictiva y hasta antagónica actores, movimientos y fuerzas que atraviesan a la sociedad y al Estado. Porque las “sociedades de conocimiento” no están desvinculadas de los juegos de poder. Hoy ha sido profundamente cuestionada cualquier desvinculación de la razón tecno-científica de sus fundamentos, justificaciones, finalidades y responsabilidades sociales y políticas. Hoy ha quedado profundamente cuestionada cualquier presunción sobre la neutralidad axiológica o ideológica del desarrollo de las capacidades ó fuerzas productivas. Lo que afirmo es que desde la lógica del poder constituido, sea del aparato universitario hegemónico o desde el aparato gubernamental constituido, no hay posibilidad alguna para activar movimientos instituyentes, comunidades de pensamiento críticos y creativos que desafíen los imperativos


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de la burocracia académica o los imperativos de ponerle la mano a las universidades desde un gobierno de turno. El juego, entonces, está trancado, si se concibe exclusivamente desde una lucha entre poderes instituidos severamente enfrentados (las autoridades universitarias y sus grupos auxiliares, contra la autoridad gubernamental y sus operadores directos), sin visibilizar el barullo que viene de otras geografías de la experiencia, desde otras latitudes y planos de intensidad (colectivos, actores y movimientos instituyentes): la universidad puede dejar de permanecer impávida, si se conmueven sus cimientos burocráticos internos, y si se pone en cuestión al mismo tiempo, el extravió del los representantes del gobierno en esta materia. Para desconsuelo de la oposición y cierto desconcierto de operadores políticos del gobierno, el presidente Chávez ha logrado rectificar para llamar a corregir graves debilidades de la LES. Por mi parte advierto que su artículo 11 de la actual LEU ha complicado sobremanera el modo histórico de comprender la relación entre EstadoUniversidad-Sociedad. ¡Ni ultra-rectores ni ultra-ministros! Se trata de democratización y de densificación del debate universitario. A

la demagogia rectoral no se le combate con demagogia gubernamental. Una política de Estado en esta materia debe proyectar un mínimo de coherencia, viabilidad y sostenibilidad. La primera tarea será desbrozar la maleza para identificar y superar las debilidades de consistencia, congruencia y coherencia entre el proyecto de Ley de Educación Superior y la Ley Orgánica de Educación que le otorga cobertura, y que además es el primer peldaño del desarrollo de la Constitución en materia educativa. Realizada esta tarea, habrá que superar la lógica del juego trancado. Superar las debilidades de un debate público sobre esta materia, de consulta amplia, abierta, de la animación integral de colectivos, actores y movimientos pertenecientes a las más variadas corrientes y comunidades universitarias, que tengan algo que decir y hacer, para enriquecer un debate amplio construir una arquitectura normativa donde mínimamente se reconozcan sus actores, movimientos y fuerzas. Se trata nada más y nada menos que la construcción de un piso de legitimidad democrática: el “mayor consenso posible”. Frente al burdo error de “no acateremos” de la MUD universitaria, no se responde con un simple golpe de mano legal o con “operaciones

comando” que rememoran el espíritu de renovación sin imaginarios radicales instituyentes, no es positivo que proyecte un Ministerio que pretenda concentrar la totalización de significación y sentido alrededor del concepto de “autonomía universitaria”, que le hace el juego a una oposición traduce esta acción en lenguaje binario de “democracia contra totalitarismo”. Desde estas posiciones los actores se ponen de espaldas a los debates de fondo. El asunto es otro, como han planteado entre otros, los equipos que desde ORUS-IESALC-UNESCO, quienes plantearon una larga jornada de debates sobre reformas universitarias, con sus productos y trabajos en curso. Se trata de hacer visible una concepción de la universidad donde la cuestión de la equidad y la democratización, por ejemplo, no terminen machacando lo que es esencial en estos espacios: producir el pensamiento que comprenda no solo nuestra realidad sino los contextos mundiales con los cuales se vincula, o generar formas de saber, conocimientos e informaciones que permitan densificar una cultura democrática para la convivencia de lo múltiple.-


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El Psuv y la comunicación

JHONNY CASTILLO

Convertir al partido en un poderoso medio de propaganda y comunicación es uno de los aspectos más importantes de las Líneas estratégicas de acción política del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) lanzadas recientemente por el presidente de la república Hugo Chávez Frías en el estado Vargas. Qué interesante que el partido haya incluido dentro de sus líneas estratégicas el tema comunicacional. No podía ser de otra manera, tratándose de un aspecto tan importante y trascendental para el impulso, el sostenimiento y la consolidación definitiva de la revolución bolivariana en Venezuela y el resto de América Latina. Valoramos el anuncio hecho por el Psuv , entre otras razones, porque creemos que el gobierno, a pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora , no ha logrado diseñar, y sobre todo ejecutar, una política comunicacional eficaz y sistemática que le permita atenuar los efectos de una ofensiva mediática que cada día es más subversiva y violenta. Mucho se ha teorizado y discutido durante todos estos años en torno al problema comunicacional, pero lamentablemente el mismo no ha sido percibido, valorado y razonado en su justa y exacta dimensión. Si las instituciones encargadas de administrar la estrategia comunicacional del estado han sido deficientes, peor aún ha sido el partido que jamás ha hecho propuestas serías, factibles y coherentes al respecto. Es increíble que siendo este el gobierno más atacado por los medios de comunicación en la historia política de América Latina, incluso más que la Revolución Cubana, no tenga en las sedes regionales del Psuv comisiones permanentes especializadas que discutan y analicen la situación ideológica – comunicacional, pero que también desarrollen políticas, planes y proyectos que permitan defender a la revolución bolivariana de la mentira y la manipulación informativa que tanto daño le hace. El partido debería ser el espacio por excelencia donde muchos militantes adquieran los conocimientos necesarios y se formen como investigadores y especialistas en comunicación estratégica. De más está decir como lo señalaba Ludovico Silva en su libro la Plusvalía Ideológica que toda conciencia ideológica está mediada por los mensajes alienantes de los instrumentos de comunicación. De allí nace nuestra propuesta de crear una institución popular dedicada a la formación de cuadros en: propaganda política, publicidad, guerra mediática, información dirigida, estética del mensaje, análisis del discurso, campañas encubiertas, lectura crítica de medios y otras especialidades.

Memoria y cuenta corriente

ROBERTO MALAVER

Después de pasar el año nuevo en una isla perdida en el océano Pacífico, Cinthya Machado Zuloaga vuelve a su país: “Vuelvo a la dictadura, amigo, porque un país como este es difícil de dejar”. Está radiante, como siempre, y su figura en el Centro San Ignacio es un afiche natural que vende simpatía y belleza y glamour y viene el mesonero con “su botellita de agua Evian, señorita, y el café negro para este marginal”. Dice Cinthya: “Ya vi los videos del mensaje presidencial y en la familia nos hemos reído hasta el cansancio. Esas caras de museo de cera que tenía nuestra gente parecían diseñadas por uno de nuestros mejores escultores, y menos mal que Juan Carlos Caldera aplaudió una que otra vez, eso nos dio a entender que estaba vivo. En cambio María Corina, quien parecía que estaba prestando toda la atención del mundo al mensaje, después, cuando se convocó a la Asamblea para discutir la memoria y cuenta corriente, demostró que no lo había escuchado, porque dijo cifras sin ninguna fuente y dijo cosas que la dejaron muy mal, y la familia está de luto activo, amigo, porque con gente como esta no se vuelve al poder político; te digo ‘político’ porque afortunadamente todavía tenemos el poder económico”. Toma un sorbo de agua y sonríe. Y sigue explicando: “Lo que da más risa es la complejidad de la gente nuestra. Ver a Ismael García, con ese talante, saludar a Gómez Sigala, quien seguramente no lo puede ver pero tiene que calárselo. Ver a Andrés Velásquez al lado de José González, el ex presidentes de Fedecámaras, eso es un poema, y todos queriendo saludar a María Corina. Ahí cada quien anda en su tercer mundo; en cambio ustedes, amigo, tienen coherencia porque todos son marginales, y uno los ve allí, bien marginalitos todos, unidos y dispuestos a comernos a nosotros, los burgueses, los que según ustedes hemos saqueado a este país. Sólo nos falta ahí el desolado y derrotado y fracasado Teodoro, para que les diga lo que tienen que hacer. Uno ve allí a Omar Barboza, y sabe que con ese tipo de gente no es posible volver al poder, un hombre que fue gobernador del Zulia nombrado a dedo por Lusinchi, y ahora propone democracia. Menos mal que este país tiene una memoria frágil”. Viendo al mesonero dice: “En esa memoria y cuenta no nos están tomando en cuenta a nosotros, los ricos”.


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RAÚL ZIBECHI

Tensiones entre extractivismo y redistribución en los procesos de cambio

Falta de debate sobre el modelo Voy a tocar cuatro aspectos en relación al tema del vínculo que existe entre el extractivismo y la redistribución de la riqueza, entendiendo que este vínculo implica relaciones de poder. Falta debate sobre el modelo Una primera tensión es la falta de debate que tenemos sobre el modelo. En general, se ha aceptado, se ha asumido, por parte de los gobiernos, de que éste es el modelo viable y posible; de que éste es el modelo necesario para seguir adelante. Y no hay debate. Las izquierdas, nos hemos fortalecido, los movimientos nos hemos fortalecido, en la trayectoria, discutiendo, debatiendo, interpelando, confrontando. No es necesario rebajar el nivel del debate, rehuir el debate para seguir siendo de izquierda o para tener un cierto nivel de apoyo a los gobiernos. Si no discutimos, si no elevamos la temperatura de los debates, se va a seguir haciendo lo mismo, se va a seguir continuando con un modelo que ya tiene un camino hecho. Podría aceptar si los gobiernos progresistas y de izquierda argumentaran “a fin de mes, el Estado tiene que pagar a los funcionarios, a los maestros, a los médicos, a las enfermeras, a los militares; pagar las obligaciones que tiene todo Estado, pagar los salarios, como mínimo. Y para eso necesitamos ingresos”. Pero no se argumenta así, se nos dice que éste es el modelo bueno, cuando hay una mínima interpelación. Si aceptáramos ese debate, entonces estaríamos en ese otro lugar para decir “hoy esto es lo que hay, pero veamos de qué manera se puede intentar salir de este modelo”. Hay un mínimo avance en ese sentido en el caso del proyecto ITT. Es un espacio interesante pero absolutamente insuficiente. Lo que predomina es la continuidad: la continuidad, sin debate. ¿Cómo vamos a fortalecer alternativas al extractivismo? ¿Diciendo que el extractivismo es bueno, que hay que hacer represas hidroeléctricas gigantes, que hay que continuar con la minería,

que hay que continuar con la soja, que hay que continuar con la caña de azúcar para hacer biocombustibles, con la forestación, etc.? Es necesario abrir un debate profundo en los movimientos y entre los movimientos y los gobiernos. Abriendo un debate, ya estaríamos en otro lugar, en otra situación. Difícil construcción de nuevos actores sociales El secundo problema que veo, es que aún no hay actores sociales suficientemente consolidados para combatir el modelo extractivista. Voy a dar un ejemplo: durante la fase de privatizaciones del modelo neoliberal, existían actores, por lo menos en el cono sur, en torno al movimiento sindical. Lo que se privatizaba eran empresas estatales. Entonces, los sindicatos y buena parte de los trabajadores del Estado y de otros sectores - aunque no fueran del Estado - ya tenían una clara consciencia de que esas empresas, si se privatizaban, iban a implicar una perdida para los trabajadores y para el país. Y había una consciencia de derechos que giraba en torno a esta propiedad estatal; de las empresas de telecomunicaciones, de petróleo, de gas, de electricidad, de correos y otras.

Hoy en día es más complejo: los emprendimientos extractivistas están lejos de la grandes ciudades, en la cordillera andina, o en la Pampa, o en situaciones que no afectan, o solo indirectamente, al grueso de la población; las poblaciones de las grandes capitales (y hoy tenemos una población mayoritariamente urbana en América Latina), no están inmediatamente afectadas por una concesión minera a quinientos, a mil kilómetros de la cuidad, o porque se abren campos para la soja o para la forestación. Y muchas de esas áreas son territorios poco poblados. El año pasado, estaba en Ecuador. Solamente yendo a las comunidades más afectadas por la contaminación de las nacientes de los ríos, uno puede comprender esa dificultad para que aquella comunidad, que está cerca de cuenca, le transmita a la gente de la cuidad: “a nosotros ya nos llega el agua contaminada, dentro de un tiempo Uds. van a tener un problema gravísimo”. Hay una dificultad enorme que está trancando, trabando, enlenteciendo la constitución de actores sociales. Entonces es natural que la construcción de actores sociales para enfrentar el extractivismo sea una tarea más compleja, más larga, más


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dificultosas; porque salvo en el caso de unas cuantas comunidades quienes combaten los efectos inmediatos del extractivismo, estos efectos no son claramente perceptibles para el grueso de la población. Y en este periodo, es imprescindible abrir un debate necesario para la constitución de actores sociales. Los actores sociales no se constituyen sino en conflicto. Y el papel del debate, de la clarificación de ideas, es fundamental. Debate y conflicto van de la mano. Efecto domesticador de las políticas sociales La tercera tensión que observo, por lo menos desde el cono Sur, es la cuestión de las políticas sociales. Por un lado, las políticas sociales alivian la pobreza. Han conseguido disminuir la población bajo la línea de pobreza. Han conseguido que las personas tengan más alimentación, más salud, etc. No han sido suficientes para disminuir la desigualdad (en mi país, Uruguay, la desigualdad sigue creciendo, aunque la pobreza bajó de la mitad), lo que es un indicador de que el patrón de acumulación sigue siendo polarizador. Y lo mismo sucede en Argentina, en Brasil y por supuesto en Chile. Pero además, esas políticas sociales tienen otro problema, y ahí está la tensión y la contradicción. Tienden, y lo voy a decir con todas las letras, a domesticar a los actores sociales, a dificultar el relanzamiento de los conflictos. Tienden a dividir, a cortar, a fragmentar; ya no a dirigentes puntuales sino a organizaciones enteras. Y a los que no se someten a esa domesticación, se los criminaliza. Entonces tenemos una necesidad de discutir las políticas sociales, que por ahora no están en el debate. Se acepta que ayudan a mejorar la situación de pobreza, pero no se ven los problemas que crean en el debilitamiento de los movimientos. Las políticas del combate a la pobreza no son nuevas; las inventó, a raíz de la derrota del Vietnam, un señor que se llamaba Robert McNamara, que fue presidente de la Ford y después fue ministro de defensa. Después de la guerra del Vietnam, fue durante años presidente del Banco Mundial e inventó el combate a la pobreza, diciendo: “si no combatimos ciertos niveles extremos

de pobreza, nunca ganaremos”. Pensaba como un militar. Entonces, el Banco Mundial fue el pensamiento duro de las políticas sociales; y los gobiernos de nuestra región, pienso sobre todo en el cono Sur, han asumido el combate a la pobreza con algunos cambios. Las políticas sociales siguen siendo políticas compensatorias y facilitan la acumulación del extractivismo, acumulación por despojo, por robo de los bienes comunes. ¿Hasta qué punto y de qué modo las políticas sociales desarticulan movimientos? Conozco - porque he trabajado con ellos y mantenemos un dialogo desde hace años - el caso del Cauca, de los Nasa, de Colombia. Están siendo atenazados por un lado, por la guerra, feroz, terrible - todo los meses dirigentes indígenas muertos, asesinados - y por el otro lado por políticas sociales. En algunos casos se trata simplemente de repartir dineros y, en otros casos, crear organizaciones sociales que se llaman indígenas que hablan de la “pluri” y de la “multi”, pero que son creadas desde el Ministerio del interior, y eso es política antisubversiva. Entonces creo que aquí tenemos una contradicción, porque las políticas sociales son duales: mejoran indicadores de pobreza pero domestican. Tenemos un trabajo importantísimo por hacer con algunos de los conductores de esas políticas que son o bien trabajadores y trabajadoras sociales, o bien sociólogos y sociólogas, o bien dirigentes sindicales o dirigentes

sociales, ex piqueteros, ex asambleístas o aún piqueteros que son incrustados en los movimientos y que conducen las políticas sociales en el territorio. En el cono Sur, las políticas sociales de última generación, que se pretenden no compensatorias, son políticas territoriales. Y la usina de pensamiento ya no es el Banco Mundial, sino la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Entonces cuando estamos discutiendo de eso, estamos discutiendo para pelear, en parte, contra nosotros mismos, porque esas políticas nos atraviesan y muchos y muchas estamos implicados en esas políticas. Y creo que hay que tratar de discutir para ver cómo hacemos para que esos flujos faciliten la organización y el conflicto, sirvan para fortalecer a los movimientos, no para debilitarlos. Es una batalla que algunos movimientos ya están desarrollando, en la Argentina y en varios países más. Aquí hay un escenario abierto, una tensión muy fuerte que no sabemos aún cómo manejarla y que muchas veces nos maneja a nosotros. Nueva élite en el poder La cuarta y la última tensión es la más complicada de formular. Sospecho que está surgiendo una nueva elite en el poder, que tal vez sea una nueva clase, una nueva nomenclatura, integrada por algunos sindicalistas (sobre todo los vinculados a los fondos de pensión, los que han trabajado en la banca), por cuadros políticos de izquierda (los que han


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NOAM CHOMSKY hecho carrera en municipios, en ministerios, que están allí dirigiendo políticas, dirigiendo empresas públicas, estatizadas en el caso de que han sido privatizadas), y también por viejos funcionarios del Estado, funcionarios de carrera del Estado, cómo Samuel Pinheiro Guimarães que diseña estrategias en Brasil. En algunos países también hay militares en esa nueva elite. Entonces ahí está formándose algo, que como dice un pensador brasileño, Chico da Ribeira, las categorías que teníamos antes –cooptación, traición, clase dominante, burguesía – tal vez ya no son tan útiles para pensar la nueva realidad que estamos viviendo. Pero miremos la realidad de frente, y muchas veces nos vamos a encontrar con partes nuestras en esa nueva elite. Quizá no nosotros directamente, pero amigos, vecinos, familiares, y nosotros incluso colaborando para eso. Está surgiendo una elite dominante que maneja nuestro discurso, que maneja nuestras palabras: derechos humanos, etc. Entonces, el continente está transformándose. Radicalmente. En esa transformación, los movimientos están debilitados, surge un nuevo sector dominante que nos conoce muy bien porque viene de nosotros, de nuestros movimientos, que sabe cómo manejarnos y cómo manejar los vínculos. Hay un conjunto de tensiones que están fortaleciendo un modelo que en sí mismo jamás podrá distribuir, y que en su costado más perverso implica brutales niveles de acumulación. Nuestros países son exportadores de oro, de plata, de materiales que son fundamentales para la acumulación de riqueza. Y en el otro extremo del mismo modelo, políticas sociales que nos debilitan, que hacen que para mucha gente sea más interesante anotarse a un movimiento, ya no para combatir, sino para hacer trámites en un ministerio y entrar en una rosca que finalmente no aporta nada al conflicto social. El conflicto social, el debate social, es lo único que nos puede sacar de este modelo extractivista y abrir las puertas para que – quizá - haya en el futuro un modelo que aún no tenemos claro, pero que sea más justo, más horizontal, más redistribuidor.

Rabia mal dirigida

Aquel radical incorregible de siglo XVIII, Adam Smith, refiriéndose a Inglaterra, diría que los principales arquitectos del poder eran los dueños de la sociedad (por esos días los mercaderes e industriales), y estos se aseguraban de que las políticas del gobierno se atuvieran religiosamente a sus intereses, por penoso” que fuera el impacto sobre la población inglesa o peor, sobre las víctimas de la “salvaje injusticia de los europeos” en otros países. Nunca antes había sido testigo del grado de irritación, suspicacia y desencanto como al que nos enfrentamos en los EE. UU por las elecciones de mitad de mandato. Desde que los demócratas llegaran al poder, han tenido que vérselas con nuestro monumental mosqueo por la situación socioeconómica y política en la que estamos. En una encuesta de la empresa Rasmussen Records del pasado mes, más de la mitad de la ciudadanía americana asegura ver con buenos ojos el movimiento Tea Party: este es el espíritu del desencanto. Los motivos de queja son legítimos. En los últimos 30 años, los salarios reales de la mayoría de la población se estancaron o disminuyeron, mientras que la inseguridad laboral y la carga de trabajo seguirían en aumento, lo mismo que la deuda.Se ha acumulado riqueza, pero sólo en unos cuantos bolsillos, provocando desigualdades sin precedente alguno. Estas son las consecuencias

derivadas de la financiarización de la economía que viene produciéndose desde los años 70, y el correspondiente abandono de la producción doméstica. Avivando el proceso, la manía desregulatoria favorecida por Wall Street y apoyada por economistas fascinados por los mitos de la eficiencia del mercado. El público advierte que los banqueros, responsables en buena parte de la crisis financiera, y a los que hubo que salvar de la bancarrota, se encuentran disfrutando de beneficios récord y suculentas bonificaciones, y mientras, las cifras de desempleo continúan en el 10 por ciento.La industria se halla a niveles de la Gran Depresión:uno de cada seis trabajadores en paro, y con la pinta de que los buenos trabajos no van a volver. La gente, y con razón, quiere respuestas, y no se las da nadie, exceptuando unas pocas voces que cuentan historias con cierta coherencia interna: eso es, en caso de que uno deje la incredulidad en suspenso y se adentre en su mundo de disparate y engaño. Pero ridiculizar las travesuras del Tea Party no es lo más acertado. Sería mucho más apropiado intentar comprender qué es lo que subyace tras el encanto del popular movimiento, y preguntarnos a nosotros mismos por qué una serie de personas justamente cabreadas están siendo movilizadas por la extrema derecha y no por el tipo de activismo constructivo que surgiera en tiempos de


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la Depresión, tipo CIO (el Congreso de las Organizaciones Industriales). En estos momentos, lo que oyen los simpatizantes del Tea Party es que toda institución (gobierno, corporaciones y cuerpos profesionales) está podrida, y que nada funciona. Entre el desempleo y los embargos, los Demócratas no tienen tiempo para denunciar las políticas que condujeron al desastre. Puede que el Presidente Ronald Reagan y sus sucesores Republicanos hayan sido los grandes culpables, pero estas políticas ya despuntaron con el Presidente Jimmy Carter, y se intensificaron con el Presidente Bill Clinton. Durante las elecciones presidenciales, el electorado principal de Barack Obama serían las instituciones financieras, que afianzaron su primacía sobre la economía en las últimas décadas. Aquel radical incorregible de siglo XVIII, Adam Smith, refiriéndose a Inglaterra, diría que los principales arquitectos del poder eran los dueños de la sociedad (por esos días los mercaderes e industriales), y estos se aseguraban de que las políticas del gobierno se atuvieran religiosamente a sus intereses, por penoso” que fuera el impacto sobre la población inglesa o peor, sobre las víctimas de la “salvaje injusticia de los europeos” en otros países. Una versión más moderna y sofisticada de la máxima de Smith es la teoría de inversión en partidos políticos del economista político Thomas Ferguson, que considera las elecciones como eventos en los que grupos de inversores se unen para poder controlar el estado, seleccionando para ello los arquitectos de aquellas políticas que sirvan a sus intereses. La teoría de Ferguson resulta útil para predecir las estrategias políticas para largos periodos de tiempo. Esto no es ninguna sorpresa. Las concentraciones de poder económico buscarán de manera natural extender su influencia sobre cualquier proceso político. Lo que ocurre es que, en los EE. UU, esta dinámica es extrema Y aún así, puede argumentarse que los derroches empresariales tienen una defensa válida frente a las acusaciones de avaricia y desprecio por el bien común. Su tarea es maximizar las ganancias y la tajada de mercado; de hecho, ese es

su deber legal. De no cumplir con esa obligación, serían reemplazados por alguien que lo hiciera. También ignoran el riesgo sistemático: la posibilidad de que sus transacciones perjudiquen la economía en su conjunto. Ese tipo de externalidades no es de su incumbencia, y no porque sean mala gente, sino por razones de tipo institucional. Cuando la burbuja estalla, los que tomaron los riesgos corren al refugio del Estado niñera. La operaciones rescate, una especie de póliza de seguro gubernamental, es uno de los perversos incentivos que magnifican las ineficiencias del mercado. Cada vez está más extendida la idea de que nuestro sistema financiero recorre un ciclo catastrófico”, escribieron los economistas Peter Boone y Simon Johnson en el Financial Times de enero. Cada vez que sucumbe, confiamos en que sea rescatado por las políticas fiscales y el dinero fácil. Este tipo de reacción muestra al sector financiero que: puede hacer grandes apuestas, por las que será generosamente recompensado, sin tener que preocuparse de los costes que ocasione, porque será el contribuyente el que los acabe pagando a través de rescates y otros mecanismos, y como consecuencia, el sistema financiero resucita otra vez, para apostar de nuevo y volver a caer . El día del juicio final es una metáfora que también se aplica fuera del mundo financiero. El Instituto del Petróleo Americano, respaldado por la Cámara de Comercio y otros grupos de presión, ha intensificado sus esfuerzos para persuadir al público de que abandone su preocupación por el calentamiento

global provocado por el hombre, y según muestran las encuestas, con bastante éxito. Entre los candidatos republicanos al Congreso en las elecciones de 2010, prácticamente todo el mundo rechaza la idea del calentamiento global. Los ejecutivos responsables de la propaganda saben de sobra que el calentamiento global es verídico, y nuestro futuro, incierto. Pero la suerte de las especies es una externalización que los ejecutivos tienen que ignorar, por cuanto lo que se impone es el sistema de mercado. Y esta vez el público no podrá salir al rescate cuando finalmente se desate el peor de los escenarios posibles. Tomando prestadas las palabras de Fritz Stern, el distinguido estudioso de la historia alemana: tengo edad suficiente como para acordarme de aquellos días escalofriantes y amenazadores en los que los alemanes descendieron de la decencia al barbarismo Nazi . En un artículo de 2005, Stern indica que tiene el futuro de los Estados Unidos en mente cuando repasa un proceso histórico en el que el resentimiento en contra de un mundo secular desencantado encontrara la liberación en el éxtasis del escape de la razón”. El mundo es demasiado complejo para que la historia se repita, pero de todos modos, hay lecciones de las que acordarse cuando registremos las consecuencias de otro ciclo electoral. No es pequeña la tarea a la que habrá de enfrentarse el que desee presentar una alternativa a la indignación y la furia descarriada, que ayude a organizar a los no pocos descontentos y sepa liderar el camino hacia un futuro más prospero.


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Obama: nueva estrategia, violencia y mafia Aunque pretendan escamotear el objeto de la 3ª visita de Hillary Clinton a México tiene un cometido obvio. No es tiempo para temas bilaterales y cooperación, el asunto es anunciar mas injerencia, ahora bajo el san benito de que el país, que celebra los cien años de Revolución Mejicana, se ha convertido simplemente en un detestable Estado Forajido. Está acusado de procrear la violencia y demostrarse incompetente de controlarla. Razón para justificar la necesidad de entregarse en los brazos salvadores del Plan Mérida como único camino o vía crucis redentora del horadado honor azteca. Pero como suele suceder con los mentirosos, ellos mismos se pisan la manguera y sin que medie intervalo entre una y otra acción, de manera inexplicable el vocero Phillip Crowley del Dpto. de Estado todo lo contradice y reclama que el objeto real de este viaje es registrar la situación como amenaza a la seguridad de USA. Le deja claro a la Clinton que ella es portavoz de un ultimátum que debe tenerse, como aguijón para incrementar la injerencia estadounidense en este país; ¡¡ así que, Sra. Clinton: déjese de pamplinas !!. Es conocido, Obama se lanzó a la reelección, -si lo hacen lo blancos-, él también tiene su corazoncito. Para adelantar su camino a Black House, estrena estrategia: fortalecer su patio trasero y para ello, se lanza sin truco ni maña y sin pena ni ná, a darle apoyo a todos los partido políticos de derecha de América Latina, comenzando por México. De todas forma nuestros muchachotes de por aquí ya saben, al grito de: “a chupar que llegó Tio Rico” harán su cola, que algo les van a tirar, Tal Cual, se los digo, eureka ¡¡. Sin embargo algo queda aun para aclararle a los incrédulos que aún subsisten, veamos, es falsa postura declarar que la violencia de la frontera es solo producto nacional mexicano, este enfoque quiere obviar, que existe una indeseable guerra que se lleva a cabo, en tierra mexicana, pero que se

alimenta flagrantemente por existencia de voluptuosos y sofisticados parques de armas que vienen del Norte a animar el crimen. Una vez mas Este es un esquema sencillo ideado con gran inteligencia, la droga viene del Sur del continente, la toman, según cantan los Tigres del Norte, los carteles de la Zona, lo pasan a USA, allí lo distribuyen, y comercializan, ahora bajo nueva administración; los mexicanos acaban de desplazar a los colombianos del negocio en la zona, sus asesores gringos manejan las ganancias e invierten en armas que de inmediato envían a Cohahuila, Durango, Chihuahua o Tamahulipas , para fortalecer sus fuerzas de choque. Se debe notar que asi como Obama cambio su estrategia y se dejo de tonterías con ese engorroso y medio comunista programa de salud, los carteles también modifican su plan estratégico. Ya no les preocupa sobornar agentes, ahora ya saben como gobernar los cuerpos de policía. No interesa reclutar a funcionarios si pueden gerenciar o secuestrar instituciones completas. Otra táctica, ya tienen control sobre Ayuntamientos completos y el próximo paso será tener sus propios candidatos a concejales y sin que se les “ague el ojo” ir con sus candidaturas para Gobernadores de los diez estado de la Zona de Influencia Fronteriza, pos.. mas legal .. imposible mano. El colmo será, como se vislumbra, llegar a convertirse en las autoridades en los 345 ayuntamientos ubicados a lo largo de la frontera. Igual que

TULIO MONSALVE

en Colombia. Sabemos que 280 de esos Ayuntamientos no cuentan con mas de 50 policías, mal armados y algún periodista comentó que los tales funcionarios reciben sus remuneración por la ayuda y sentida colaboración de los señores de la droga y el chantaje. Tomando el ejemplo de sus vecino organizados del Norte, están en otra onda, ahora, los carteles se transforman en Mafias, para ampliar su red y diversidad de negocios, de forma que los industriales, grandes, medianos, y pequeños y los comercios y hasta la Banca tienen que rendirse a la “protección” que ellos “ofrecen o brindan”, y al que se niegue pues “le dan en la mera madre”. La síntesis es que Estados Unidos, permite entrada de la droga, conoce como y quien la distribuye, sabe que ellos son uno de los principales consumidores del producto en el mundo y encima, capaces de hacer negocios con la ganancia al apoyar el comercio de la violencia. Negocio redondo. Alguien comentaba, ¿como acabar con el ejercicio de la brutalidad¿, que produce tanto rendimiento y ningún gasto, por que total, Mexico pone el territorio, se gana la mala fama, asegura el escenario y no cobra nada por los muertos que regala al gran proyecto. Conclusión: Los intereses gringos buscan mantener el terror, ganar con la droga, apoyar la derecha y motivar la intervención militar en México. Mejor imposible; o sea quien gana todo y nada arriesga es Obama en su programa reeleccionario.


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MARCELO COLUSSI

Los tatuajes: una nueva mercadería dería a

Empecemos por contextualizar la situación: este es un artículo escrito por un occidental urbano nacido y criado en la segunda mitad del siglo XX; y buena parte de sus lectores –esperando que los haya– tendrá más o menos similares características. Dicho rápidamente: para nosotros, occidentales modernos, jóvenes pero no tanto, el tatuaje es algo más o menos “raro”, con cierto toque exótico. No está en nuestra historia más antigua como cultura. (Vale aclarar también que quien escribe no está en contra de la práctica actual de los tatuajes; sólo se abren consideraciones sobre su utilización, y más aún: sobre cómo cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, puede ser negocio en la lógica de reproducción del capital). El término “tatuaje”, con una cierta variación en el deletreo, ha sido adoptado en las diversas lenguas occidentales. La palabra fue llevada a Europa en 1771 por el capitán británico James Cook al regreso de su primer viaje a los mares del sur. Durante la travesía navegó alrededor de las costas de Nueva Zelanda y Tahití. El capitán Cook escribió sobre esta práctica: “Manchan sus cuerpos pinchando la piel con los instrumentos pequeños hechos del hueso, que estampan o mezclan el humo de una tuerca aceitosa [...] En esta operación, que es llamada por los naturales “tattaw”, las hojas dejan una marca indeleble en la piel. Se realiza generalmente cuando tienen cerca de diez o doce años de la edad y en diversas partes del cuerpo”. Los tatuajes fueron una práctica euroasiática en tiempos del Neolítico, encontrándose incluso en algunas momias egipcias con una antigüedad de hasta 7.000 años. Puede hallárselos en las antiguas culturas china y japonesa hace unos 4.000 años. 2.500 años atrás se expanden por las islas del Pacífico. Entre las culturas americanas prehispánicas aparecen en los aztecas. En Europa los invasores nórdicos llevaron la costumbre del tatuaje a las islas británicas hacia el siglo X. Era el orgullo de estos guerreros tener símbolos y crestas tribales de sus familias sobre la piel. De hecho, es ésta una costumbre

que todavía sobrevive entre algunas familias aristocráticas, particularmente en Escocia. Incluso parte de la iglesia católica animó a tatuar a sus miembros en los siglos XVII y XVIII. Hoy día algunos sacerdotes han seguido la costumbre, y los diseños religiosos tatuados en el antebrazo o el pecho son considerados tradición en diversos pueblos búlgaros y los eurasiáticos católicos. La función de los tatuajes es diversa: como distintivo social, de contenido religioso –formando parte de innumerables ritos–, cosmética. En ocasiones se ha hecho un uso tétrico de él, como en el caso del sistema de identificación de los judíos en los campos de concentración mantenidos

por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que no hacen parte de la cultura cotidiana de toda la población occidental como algo histórico, como legado cultural milenario ya incorporado. Es más: para gente occidental por arriba de las tres décadas de edad están asociados a prácticas de ciertos grupos más bien marginales (el hampa, las prostitutas), o muy puntuales, como los marineros. Recientemente, hablando del mundo occidental, su uso se ha extendido en forma exponencial entre la población juvenil. Si bien es cierto que en alguna medida sigue asociado a poblaciones marginalizadas –incluso satanizadas– como las pandillas juveniles, en general


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asociadas a los circuitos delincuenciales y que efectivamente hacen de él un símbolo con valor ritual, también el tatuaje pasó a ser un objeto de consumo más en amplios sectores de jóvenes, como la goma de mascar o el teléfono móvil. Su uso como ornamento “chic” es algo muy reciente. ¿Nueva moda? Sí, sin ningún lugar a dudas. Nuevo “nicho de mercado” descubierto (inventado) hace unos pocos años y, por supuesto, eficientemente explotado. Lo que hasta hace poco tiempo no era sino patrimonio de presidiarios –y que en algún nivel sigue siéndolo, convenientemente mercadeado– ahora pasa a ser símbolo “sexy”. Obviamente el cambio no se dio por casualidad, por generación espontánea; alguien lo planeó, lo puso en marcha. Y alguien saca provecho de eso, sin dudas. ¿Los usuarios, los compradores? En algún sentido también sacan beneficios: se tatúan porque los satisface. Pero sabiendo que la sociedad capitalista de consumo hace de cada cosa una mercadería vendible, es ya difícil saber –cuando no imposible– dónde termina lo necesario y dónde comienza lo superfluo, dónde lo producido llena necesidades y dónde las necesidades son inventadas por la misma dinámica del sistema. O, en todo caso, se da una articulación entre ambos campos de sentido donde el gusto está, al mismo tiempo, hecho desde el inicio una mercadería, siendo siempre ambas cosas. Si alguien se beneficia en este nueva “cultura del tatuaje” que ya se ha instalado fuertemente en países occidentales, hay que pensarlo ante todo en términos económicos –y por cierto los tatuados son los que pagan, los que dejan el dinero–. ¿Podrían considerarse una expresión de arte, de un arte bastante singular por cierto, pero arte al fin? Quizá. Sin dudas, todas las expresiones artísticas en un mundo regido por la lógica mercantil terminan convirtiéndose en mercaderías –en algunos casos, degradándose incluso–. ¿Por qué estarían exentos de ello los tatuajes? No es la intención presente polemizar sobre si ellos constituyen o no una forma de arte; pero independientemente que lo sean (y seguramente lo son, igual que los graffiti o el hip hop, artes asociadas a ciertas sub-culturas urbanas), lo

que quiere destacarse ahora es cómo cualquier cosa puede constituirse en “nueva moda” e imponerse con criterios mercadológicos. Piénsese, por ejemplo, en los actuales piercings que, fuera de la tradicional perforación del lóbulo de las orejas a las mujeres, en Occidente estuvieron siempre asociados a prácticas de culturas “primitivas”, pero que hoy se han convertido en una muy difundida moda (¿negocio?). ¿Quién lo decidió? ¿Qué hizo que una pretendida “práctica tribal” pasara a ser un atractivo adorno cada vez más aceptado? levar tatuajes en el cuerpo puede ser bonito o no; a quien le gusten, les resultarán bonitos –valga la perogrullada–; y quien quiera aborrecerlos también está en su derecho de hacerlo. Lo que queremos destacar aquí es que se los ha convertido en una nueva mercadería para consumir, una más de tantas, una más que se impone y que termina por ser “agradable” (¿quién puede contra las modas?). Eso muestra que los gustos, los criterios estéticos, la cultura en general, son implementados por algunos grupos detentadores de poder. En una sociedad que se mueve por la lógica del mercado eso es harto evidente. Pero demuestra también, además, que la gran mayoría sigue al rebaño, sigue las imposiciones. Hace apenas unos años los tatuajes eran cosa de maleantes, del llamado “bajo mundo”; ahora son artículos quasi eróticos. ¿Quién produjo el cambio? Sin dudar que puedan ser muy bonitos o excitantes (para quien les gusta, claro), lo que podemos extraer del fenómeno es la manipulación escondida: son una mercadería más que se terminó imponiendo. Una vez establecida, puede ser apropiada como marca

distintiva de un grupo, como expresión incluso de una cierta rebeldía, de un inconformismo. Pero, desde ya, siempre existe el riesgo que esa suerte de protesta, de expresión de disconformidad –igual que los diversos emblemas antisistémicos de los hippies de los 60 del siglo pasado o de la camisa con la cara del Che Guevara estampada que se vende en cada rincón del planeta– terminen siendo una mercadería más que el sistema se encarga de administrar cuidadosamente, succionando y despojando de toda su real carga de protesta. Esto es sólo para demostrar cómo el capitalismo como gran maquinaria económico-político-sociocultural hace de cualquier cosa un objeto de consumo más, imponiéndolo como necesario; esa es su razón de ser, independientemente que el modelo económico-social en juego sea pernicioso, insostenible, injusto. Y eso no tiene límite: el tatuaje simplemente puede ejemplificar la tendencia. De más está decir que la intención de esas breves líneas no es confrontar con el tatuaje como expresión ornamental, como símbolo, como arte. A quien le gusta tatuarse, que lo haga. Poner todo esto como objeto de reflexión crítica no implica un moralismo senil contrario a cualquier expresión juvenil contestataria y rebelde. Por el contario, un pensamiento alternativo, crítico, no es “aburrido”, “pesado” ni “anti-sexy” porque pueda cuestionar, por ejemplo, el por qué de esta nueva tendencia de los tatuajes. Es crítico, nada más ni nada menos; lo cual puede ser enormemente dinámico, irreverente, pícaro. Incluso excitante. Todo lo cual significa, en otros términos: constructivo, propositivo. Y quien quiera, por supuesto, que se tatúe.


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ISABEL RAUBER

La fuerza de los de abajo: Los pies, la cabeza y el corazón de Evo Morales Alerta roja, es la frase que podría resumir lo acontecido en Bolivia en la última semana. Bienaventurado sea el gasolinazo si se transforma en sacudón político, en punto de inflexión capaz de revertir la creciente tendencia superestrutural gubernamental a decidir desde arriba sin contar con los de abajo, adoptando la vieja cultura política del poder que considera que gobernar es tarea de quienes supuestamente “saben y tienen razón”, que es cosa de iluminados, o de “tener espalda”. Pero la revolución es tarea de pueblos, de mayorías conscientes, organizadas, discutiendo y definiendo SU proyecto en la medida que lo van construyendo. Los pueblos no están sólo para aceptar, apoyar, convalidar o materializar (ejecutar) ideas y decisiones, sino ante todo para protagonizarlas. Esto quiere decir: participar en el proceso de toma de decisiones y en la realización posterior de las mismas, compartiendo responsabilidades. Si se hubiese discutido el problema del precio de la gasolina y petróleo, etc., con las organizaciones sociales, si hubiese consensuado una medida y los pasos para su implementación, nada de lo ocurrido hubiese pasado. No sé cual habría sido la propuesta, pero los resultados habrían sido diferentes: nadie sale a protestar contra lo que acordó. Los protagonistas no pueden –ni quieren- enterarse de su historia por los diarios. No es con resoluciones y decretos como se impulsa la revolución democrática y cultural, la clave está en la participación. Se trata de un proceso marcado por la construcción colectiva y requiere llevar los ritmos que esa construcción –y toma de conciencia colectiva- demanden. Cuando se pretende acelerarlo pasando por encima de la participación popular, lo que se evidenciaba como un éxito o acierto posible en el mediano plazo se tornan en un inmediato fracaso. La prueba está a la vista: apostando por la consulta y participación de los de abajo, ciertamente el camino puede ser más largo y los ritmos más lentos,

pero a la larga será más efectivo, profundo y radical. Esta sabiduría no salió de las universidades, se forjó en la experiencia de lucha de los pueblos. En sus prácticas, ellos han delineado y construido las nuevas lógicas de la transformación social desde abajo, es decir, de las revoluciones democráticasculturales caracterizadas por apelar al desarrollo de la conciencia, la organización y la participación de los de abajo de modo permanente. Y esto no se logra con cursos o conferencias, es ante todo, una resultante de la participación plena de los de abajo en todo el proceso de cambios: desde el diagnóstico y las definiciones hasta la implementación y el control de las decisiones. Éstas no son ya tarea de un grupo de dirigentes sino responsabilidad compartida de todos y todas. El pueblo consciente, participante y protagonista de las decisiones saldría igualmente a las calles, pero –en tal caso- para reafirmar las medidas del gobierno que serían sus medidas, y para pedir la profundización revolucionaria del proceso. Lo ocurrido en Bolivia a consecuencia del gasolinazo no se corresponde con ninguna de estas alternativas, pero tampoco significa un rechazo al gobierno que siguen considerando suyo. Es un grito y una manifestación contundente contra una tenue pero creciente forma de gobernar

que venía ya mostrándose en algunas decisiones, que pretende ignorar al pueblo como protagonista central del proceso y suplantarlo en la toma de decisiones fundamentales, reencarnando lo peor de la herencia política burguesacolonial. Un gobernante revolucionario no se define como tal por el currículo, ni por ser “honrado y bueno” en comparación con los gobernantes tradicionales del sistema; aunque estas cualidades se requieren de forma elemental, su proyección va más allá de lo personal: se relaciona directamente con su capacidad de poner los espacios de poder en función de la transformación revolucionaria, abriéndo las puertas del gobierno al pueblo, construyendo un nuevo tipo de institucionalidad, de legalidad y legitimidad basada en la participación del pueblo en la toma de decisiones políticas (base de la Asamblea Constituyente). La tarea titánica de los gobernantes revolucionarios no consiste en sustituir al pueblo, ni en “sacar de sus cabezas” buenas leyes, mucho menos para demostrar que son más inteligentes que todos, que tienen razón y que, por ello, “saben gobernar”. Impulsar revoluciones desde los gobiernos pasa por hacer de éstos una herramienta política revolucionaria: desarrollar la conciencia política, abrir la gestión a la participación de los movimientos


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indígenas, de los movimientos sociales y sindicales, de los sectores populares, construyendo mecanismos colectivos y estableciendo roles y responsabilidades diferenciados, para gobernar el país en conjunto. Las revoluciones desde abajo, es decir, las que se gestan por los pueblos desde la raíz de los problemas, apuestan al cambio que nace de las conciencias de los pueblos y se construye en su accionar protagónico, nada tienen que ver con métodos que pretenden impulsar el proceso con decretos o resoluciones generadas desde arriba por muy bienintencionadas y certeras que éstas pudieran resultar. No se avanza con medidas superestructurales por muy justas y razonables que sean. Hay que construir protagonismo popular colectivo y eso solo puede lograrse forjándolo a cada paso y en cada paso. El aprendizaje, como la enseñanza, comienza en las prácticas cotidianas. Educar en lo nuevo significa desarrollar nuevas prácticas, dar ejemplo. Ésta es la clave pedagógica vital de las revoluciones desde abajo. Éstas solo pueden profundizarse anudadas a la construcción y fortalecimiento del sujeto colectivo de las mismas, el actor sociopolítico capaz de empujarlas e impulsarlas permanentemente hacia objetivos radicalmente superiores. La tarea fundamental del instrumento político en estos tiempos consiste por ello, precisamente, en desarrollar el trabajo político, cultural e ideológico necesario para promover el desarrollo de la conciencia política del conjunto de actores sociales y políticos del campo popular, en abrir canales institucionales y no institucionales para la participación consciente, organizada y creciente del conjunto de los actores revolucionarios, así como crear ámbitos para las reflexiones críticas colectivas del proceso de cambio, de modo que se vayan fortaleciendo las conciencias, creciendo colectivamente. En Bolivia el pueblo no salió a las calles a rechazar a su gobierno sino a rechazar, junto con la medida, la imposición, a rechazar las decisiones sin consulta, el distanciamiento entre gobernantes y movimientos indígenas, campesinos y sociales que venía evidenciándose como tendencia y que cristaliza ahora contundentemente con

esta medida del llamado gasolinazo. El pueblo no salió a oponerse a Evo, sino a decirle NO a cualquier intento de gobernar sin su participación, a pedirle rectificación y reconocimiento. Y en un acto de humildad que evidencia tanto su gran sabiduría como sus raíces, Evo rectificó. Y repasando su promesa de Tihuanaku, retiró los decretos y reiteró su decisión de “mandar obedeciendo”, que –en sentido estricto- no significa ni mandar ni obedecer, sino gobernar juntos, construir conjuntamente las medidas fundamentales y compartir las responsabilidades de las decisiones y de su implementación. Y no es que esto sea necesariamente garantía de éxito ni evite cometer errores o equivocarse, pero cuando los pueblos fracasan teniendo conciencia de que ello podría ocurrir, es decir, sabiendo que se podía perder, el fracaso puede representar un triunfo, un crecimiento colectivo, un nuevo aprendizaje y un fortalecimiento que los dinamice e impulse a concretar sus objetivos por otras vías. Algo así como: “Bueno, si por ahí no salió el asunto, ¿por dónde y cómo vamos a lograrlo?” Es decir, la situación se presenta diferente cuando hay participación consciente que cuando no la hay: los pueblos avanzan según toman conciencia del fracaso o celebran el triunfo, y ello depende de su participación en las decisiones; cuando fracasan sin conciencia de lo que estaban haciendo, la frustración es profunda. Las revoluciones son idénticas a la

participación protagónica de sus pueblos; directamente proporcionales a ella. Si, por ejemplo, se aplica esta sencilla ecuación a los procesos populares revolucionarios en curso, a las medidas gubernamentales y sus procedimientos, los resultados saltan a la vista: a menor participación popular, menor contenido y alcance revolucionario, menos revolución. Conclusión: El nudo gordiano estratégico de los procesos revolucionarios no radica en la pertinencia de las resoluciones gubernamentales ni en la sabiduría de los gobernantes y su entorno, sino en la voluntad popular, en su conciencia y organización para participar en las definiciones y soluciones, impulsarlas y sostenerlas. En el terreno político está claro que saber es poder. En tanto el saber procedente de técnicos y expertos es restringido, reducido a élites y minorías, su poder también es escaso y reducido, acotado a cargos y funciones, a lo que se denomina comúnmente “trabajo profesional”. Por ello, sin negar el valor del trabajo de expertos y asesores, los resultados y las propuestas de sus estudios necesitan siempre ser reevaluadas (cuando no construidas) con el pueblo, con los movimientos indígenas, sindicales y sociales, con el campo popular todo. Sólo en un proceso articulado, conjunto, es posible transformar las propuestas de funcionarios, especialistas o técnicos en decisión política revolucionaria de gobierno y pueblo. En procesos


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políticos-revolucionarios como el que vive Bolivia hoy, la administración pública –que es la administración de lo público- no puede quedar entrampada en los papeles de los funcionarios; es tema y tarea de la militancia socio-política de los pueblos en las calles de las ciudades, en los campos, en las minas… Los que tienen la responsabilidad de gobernar tienen la prerrogativa de proponer cambios y la obligación de que sus propuestas tengan fundamentos sólidos. Esto no está en discusión. Pero la otra pata del proceso, la fundamental, la que le da sentido y proyección revolucionaria, consiste en lo siguiente: para que el saber producido arriba sea a la vez poder abajo, tiene que construirse con los de abajo y constituirse en saber/poder de pueblo. Ésa es la tarea política por excelencia de quienes tienen responsabilidades de gobierno en procesos revolucionarios. Evidenciar esto y ponerlo sobre el tapete es una de las enseñanzas más importantes y trascendentes de los acontecimientos resultantes del gasolinazo: el pueblo reclamó su protagonismo, habló con su líder en su lenguaje de resistencia y lucha, y Evo respondió como militante. Consciente de que rectificar es de sabios, escuchó y comprendió el mensaje de sus compañeros y compañeras y raudamente derogó las resoluciones y decretos, y volvió a poner el la agenda política gubernamental un tema clave: gobernar para el pueblo implica gobernar con el pueblo. Y con ello Evo alumbraba otra lección: para impulsar una revolución desde abajo, no basta con “tener espaldas”, sino los pies en la tierra, el corazón en el pueblo y la cabeza clara de sus responsabilidades como gobernante revolucionario capaz de concertar a los pueblos a protagonizar su historia. Queda claro entonces que el tema abierto con el gasolinazo no está limitado a economistas, ni expertos, ni periodistas, pertenece al pueblo. Es el pueblo –en su diversidad de identidades, nacionalidades y culturas- quien tiene el poder de cambiar la historia y construirla a su imagen y semejanza. Por eso, a días de conmemorarse un nuevo aniversario de la constitución del primer gobierno indoamericano en nuestro continente, es posible exclamar, con fuerza y vitalidad:¡Jallalla los pueblos de Bolivia! ¡Jallalla Evo!

FRANZ J.T. LEE

El acceso a Internet: Herramienta para frenar y controlar movilizaciones de masas Como hemos advertido en nuestro último artículo (1) y según lo informado hoy por el sitio web World Socialist (2), los últimos acontecimientos en el norte de África y el Oriente Medio han demostrado cómo las élites gobernantes no dudan ni un segundo en cortar el acceso a Internet y las comunicaciones móviles como medidas para frenar y controlar las movilizaciones de masas que amenazan su estabilidad, mientras que al mismo tiempo garantizan el flujo continuo de información con respecto a los “negocios acostumbrados”, es decir, las transacciones financieras en las bolsas de valores. El sitio web World Socialist escribe: “El gobierno egipcio cerró la mayoría del tráfico de Internet en el país media hora después de la medianoche el jueves por la madrugada en un esfuerzo para bloquear la comunicación previa a las manifestaciones masivas del viernes. ... La medida constituye una restricción sin precedentes de las comunicaciones por Internet. [En el pasado] otros países han bloqueado las conexiones a sitios específicos, o han intentado de frenar el tráfico, pero nunca han logrado cortar por completo el acceso a internet para la población. “ Tan pronto como los pueblos oprimidos empiezan a hacer uso del Internet como debe ser para fines políticos o incluso emancipatorios, las clases dominantes siempre responden tan “democráticamente” con la suspensión del libre acceso a la información y el derecho correspondiente a organizarse, reunirse y tomar medidas contra la opresión libremente. Es crucial entender que la solidaridad internacional es la condición sine qua non para que las movilizaciones populares actuales en el norte de África y en el Oriente Medio tengan éxito en alcanzar sus metas, y también es crucial pensar en el establecimiento de canales de comunicación alternativos a toda costa. Tan grande es el miedo de las clases dominantes de todo el planeta que la gente se organice en contra de ellos, que vemos a gigantes como China entrando en pánico y estableciendo la censura de Internet acerca de toda noticia procedente de Egipto. Debido a la naturaleza del colapso del sistema capitalista a escala mundial, se pueden esperar más protestas, movilizaciones y organizaciones masivas en África a Asia y nuevamente en América del Sur y el Caribe, y claro, no faltará la correspondiente censura de Internet. Y, por último, se hará sentir el descontento social permanente “en casa”, es decir, en el corazón corporativo de América del Norte y Europa. (1) Venezuela: En defensa del Internet, mientras que aún perdura. http://franzjtlee.blogspot.com/2011/01/venezuela-in-defense-of-internet-while.html (2) http://www.wsws.org/articles/2011/jan2011/intr-j29.shtml y también: http://www.wsws.org/ articles/2011/jan2011/egyp-j29.shtml


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JAVIER BIARDEAU R

Echar para atrás La Ley de Emolumentos ¿Y la primera línea de acción política en el seno del PSUV? Leo: “De la “cultura política capitalista” a la militancia socialista.” Por supuesto, esto es para los militantes del PSUV, no necesariamente es una directriz ideológico-política para los altos funcionarios del Estado. ¿O sí? ¿Quizás? ¿Quién sabe? Cuando el rio suena, piedras trae. Uno espera que al menos haya debate, que aparezcan argumentos desde diferentes posiciones. Pero creo que no será así. Apuesto que esta Ley será echada para atrás. Justamente porque allí se tejen los verdaderos intereses materiales en pugna en un proceso de transformación social: intereses de clase, grupos, estratos y sectores, los “privilegios económicos” para unos, la “remuneraciones acordes” para otros. Más allá de los aspectos específicos de la Ley de Emolumentos, que entretelones y a voces bajas es cuestionada por segmentos de la alta burocracia del Estado, ya sea por la ausencia de un estudio a profundidad de las medidas establecidas, ya sea por su falta de gradualidad en su aplicación, ya sea por su carácter no consultado con los principales sectores y estratos afectados por la misma, es interesante constatar que allí se ponen en tensión al menos dos visiones sobre la construcción de la cultura de los “servidores públicos” en el proceso de transición al Socialismo: el papel de los incentivos morales y de los incentivos materiales. Insisto, este es el debate de fondo: el papel de los incentivos materiales y moralesenlaconstruccióndelsocialismo, en particular de las remuneraciones de los altos funcionarios del Estado en el marco de estas transformaciones que intentan al menos cambiar la cultura capitalista en el seno de las estructuras del Estado heredado. La llamada “Ley Orgánica de Emolumentos, Pensiones y Jubilaciones de Altos Funcionarios del Estado”, fijó en 12 salarios mínimos (14.700 bolívares) el tope máximo que pueden devengar el presidente de la República, los ministros, los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), los rectores del Consejo

Nacional Electoral (CNE), el fiscal, los diputados y diputadas, el contralor, la defensora del Pueblo y los directivos del Banco Central. Pero esta Ley ya ha sido demandada ante el máximo Tribunal de la República. Interesante prueba para la coherencia ideológica de muchos y pocos. Coherencia entre los discursos nominalmente revolucionarios y socialistas, por una parte, y las querencias adquisitivas y consumistas propias de la cultura capitalista. Hay quienes hablan de una tercera postura: las gratificaciones o incentivos materiales no son ajenas al Socialismo. El espinosos tema será un indicador significativo de la calidad revolucionaria del grado de conciencia socialista de los diversos actores, de los intereses y concepciones en pugna, de las aspiraciones y demandas materiales de los altos funcionarios del Estado, de su malestar ante lo que consideran una medida regresiva frente a sus legítimos derechos a remuneraciones acordes con “sus altas investiduras”. Como es un “hecho comunicacional, público y notorio”, habrá que seguir el devenir del tema. Pues en la Sala Constitucional reposan dos demandas de nulidad contra el texto; cuestionado por considerar que la Ley contradice, entre otros alegatos, lo establecido en el artículo 19 de la Constitución, la cual contempla el principio de progresividad de los derechos.

En manos de los magistrados Francisco Carrasquero y Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente y miembro de la Sala Constitucional, respectivamente; pasará a dirimirse la controversia, para despejar si se ajusta a la letra y espíritu de la Constitución. Las acciones contra el instrumento legal fueron interpuestas, una por la síndico procurador de San Diego (Carabobo), María Concepción Mulino; mientras que la segunda la consignó el abogado Luis Cecilio Perdomo. Así mismo, la Ley Orgánica ha causado escozor en el interior del TSJ y de organismos como el CNE, cuyos integrantes consideran que el mismo vulnera además su autonomía administrativa y financiera, tal como aparece en diversas declaraciones en los registros de prensa. Frente a este debate quisiera referirme a algunos hechos históricos comparativos referidos a la edificación del socialismo. Todavía hoy resuenan aquellas palabras de Lenin en “El Estado y la Revolución”, por ejemplo: “(…) La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de París. Eran responsables y podían ser revocados en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera (…) La policía, que hasta entonces había sido instrumento del gobierno central, fue despojada inmediatamente de todos sus atributos políticos, y convertida en instrumento


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JOHN BELLAMY FOSTER, FRED MAGDOFF de la Comuna, responsable ante ésta y revocable en todo momento (…) Y lo mismo se hizo con los funcionarios de todas las demás ramas de la administración (…) Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los que desempeñaban cargos públicos lo hacían por el salario de un obrero. Todos los privilegios y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron junto con éstos (…) Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, instrumentos de la fuerza material del antiguo gobierno, la Comuna se apresuró a destruir también la fuerza de opresión espiritual, el poder de los curas (…) Los funcionarios judiciales perdieron su aparente independencia (…) En el futuro debían ser elegidos públicamente, ser responsables y revocables. . .” El tema de los estímulos morales y materiales en el debate económico y político sobre la transición al socialismo debe ser encarado. Por otra parte, lo que prima en el pensamiento de otro gran revolucionario como el Che es la opción política comunista, la vía estratégica hacia la construcción de un nuevo tipo de subjetividad histórica. Una subjetividad que no puede construirse a partir de “las armas melladas del capitalismo”, como, por ejemplo, a partir de los mecanismos o categorías mercantiles propios de una sociedad capitalista. Para Guevara hay que incentivar la subjetividad revolucionaria apelando a la conciencia socialista. Los incentivos materiales deben ir despareciendo para dar paso al “reconocimiento de los compañeros y compañeras por haber cumplido el deber social de trabajar para los demás”. En una sociedad en transición al socialismo, vanguardia es quien más se esfuerza, el que va adelante, el que sobresale por haber cumplido un deber social, el que deja lo mejor de sí para mejorar la sociedad y ayudar a los demás. La palanca del estímulo pasa a ser entonces moral, no dineraria ni material. El terreno de disputa se traslada al ámbito de la conciencia. Se compite con el capitalismo, no en su mismo terreno sino en terreno de la cultura política, el de la conciencia socialista, el de la moral comunista. Allí se crea cotidianamente y se construye el

hombre nuevo y la mujer nueva. Llama la atención todo este debate, porque esta en el centro de lo planteado en las líneas políticas del PSUV: de la cultura capitalista a la militancia socialista. Así mismo, llama la atención lo planteado en el documento preparatorio al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba en el 2011 donde se plantea, por ejemplo, incrementar la productividad del trabajo, elevar la disciplina y el nivel de motivación del salario y los estímulos, eliminando el igualitarismo en los mecanismos de distribución y redistribución del ingreso. Este planteamiento retorna a la vieja polémica de los años 60 sobre incentivos materiales y morales. Así mismo se plantea que el socialismo es igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo. El trabajo es a la vez un derecho y un deber, motivo de realización personal para cada ciudadano, y deberá ser remunerado conforme a su cantidad y calidad. Estas ideas están vinculadas directamente al fondo del asunto. La llamada Ley de Emolumentos, publicada el 12 de enero de 2011 en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 39.592, tiende a regular todo lo relacionado con los “salarios y beneficios sociales” del personal de alto nivel y de dirección de los órganos y entes del Poder Público. Por tanto se aplicaría a

todos los altos funcionarios públicos y de elección popular, personal de alto nivel y de dirección de los órganos y entes del Poder Público Nacional, Estadal y Municipal, y se extiende a las empresas del Estado (Art. 3, numeral 7). Al fijar límites máximos para los emolumentos y pensiones, excluyendo de este límite máximo el bono vacacional y el pago de la bonificación de fin de año (Arts. 14 y 15), la Ley establece un límite en los sueldos y salarios que oscila en un rango equivalente que va de 5 hasta 12 salarios mínimos como límite máximo. La “cultura capitalista” de apropiación y uso del poder político para modalidades patrimoniales de privilegio económico, cuyo origen es el modelo rentista petrolero, ha penetrado el alma nacional. Este argumento está planteado en las líneas políticas. Lo que no está planteado en las líneas es el debate entre incentivos materiales y morales en la construcción del socialismo, no solo desde la militancia del PSUV, sino fuera de ella. ¿La campaña electoral del 2012 tendrá algo que ver con la construcción del socialismo, o girará alrededor de la “profundización de la democracia”? ¿Se colocará sobre el tapete la contradicción entre capitalismo y socialismo en el proceso de transición, o se evadirá este debate? Veremos entonces, si las armas melladas del capitalismo tienen la última palabra. Pues son indicadores de las corrientes que se mueven en el seno del proceso de transformación venezolana. Cuando el rio suena, piedras trae.


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EDMUNDO FAYANÁS ESCUER

A la conquista del acuífero Guaraní El sistema del acuífero Guaraní ocupa una extensión de 1.195.700 km2, el 70% bajo suelo brasileño, el 19% en Argentina, el 6% en Paraguay y un 5% en Uruguay. Su capacidad de abastecimiento es suficiente para los 360 millones de habitantes de la zona, dado que su recarga oscila entre los 160 y 250 km3 al año. La zona brasileña contacta con el pantanal en la parte norte que a su vez conecta con la cuenca de la Amazonía. Se desconoce el límite oeste del acuífero en Paraguay. En territorio argentino se prolonga hasta la cuenca del río Bermejo donde tampoco se sabe hasta dónde llega por el límite sur. Se calcula que puede llegar a conectarse con la zona de los grandes lagos de la precordillera andina.El acuífero Guaraní constituye la principal fuente de suministro de agua potable para el consumo urbano, agrícola e industrial. Abastece a más de trescientas ciudades de entre 3.000/ 500.000 habitantes en Brasil. Sólo en la megaurbe de Sao Paulo más del 60% de la población dependen del agua del acuífero.Se registran actualmente unos doscientos grandes pozos que abastecen a poblaciones de la región oriental de Paraguay. Uruguay cuenta con unos 135 pozos para el abastecimiento público y baños termales. Argentina utiliza solamente seis pozos termales de agua dulce en el sector oriental, en la provincia de Entrerríos.El área más importante y fundamental de recarga es el corredor transfronterizo entre Paraguay, Brasil y Argentina. Este corredor está ubicado significativamente en la denominada Triple Frontera.Se intentan unificar actualmente las legislaciones nacionales de estos países para que se faciliten programas de inversión privada sobre un recurso que cada día es más estratégico. Davis Foster_Hale1 dice en 1999: “Nosotros consideramos el agua no solamente como elemento de importancia decisiva del desarrollo sostenible, sino que en muchos casos es el factor limitador más importante. Por lo tanto, al examinar cuestiones como el crecimiento económico, siempre volvemos por último a la

pregunta ¿Cuánta agua existe?Nosotros utilizamos ahora, de una manera u otra (agricultura, industria) más de la mitad de toda el agua dulce anualmente disponible en el mundo. De modo que con la población del mundo que aumenta a razón de 90 millones de personas/año, el problema que se nos viene encima es inmenso. El agua va a ser una limitación grave. Por cierto que para mediados del siglo actual, solamente tres o cuatro países no habrán experimentado una crisis mayor debido a la escasez de agua. Estados Unidos será de los afectados, uno de los países que tendrán que enfrentar un problema mayor causado por la escasez de agua”. Si hacemos caso a la opinión de este autor, nos permite comprender que la intervención norteamericana en el acuífero Guaraní se planifica a largo plazo, desde una concepción estratégica y no por la percepción intuitiva y de corto plazo por el que se suele regir nuestros análisis.El acuífero Guaraní tiene una importante capacidad de generación energética. Argentina tiene establecidas dos de sus principales centrales hidroeléctricas en este sistema. El complejo argentino/paraguayo de Yacerte-Apipe, en las aguas del Paraná ya produce electricidad para el 30% de la energía consumida por Argentina, en el año 2005. El otro complejo es el argentino-uruguayo de Salto Grande, ubicado sobre el río Uruguay.El acuífero Guaraní reúne dos de los componentes fundamentales para el desarrollo económico: agua y electricidad. Por eso, este lugar está marcado como

uno de los puntos conflictivos y de preocupación de los Estados Unidos. Si seguimos la visión de la UNESCO, podemos comprobar el acierto de esta afirmación, cuando se afirma:“Más población supone mayor necesidad de energía y ello a su vez hidroelectricidad. La industrialización, sobre todo en el mundo occidental, ha tenido…”. Paraguay, que dispone del acuífero Guaraní, es presionado al igual que otros países vecinos por el Banco Mundial, las multinacionales del agua y los grandes grupos industriales para que privatice sus compañías de agua. El foro social del agua, celebrado en la ciudad de Araraquera (Brasil) planteó la defensa de la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales. Las multinacionales ven en ellos un gran negocio, no buscando su utilidad humana ni un uso racional de los mismos, sino su propio beneficio. Se calcula que el acuífero Guaraní dispone de 132 millones de hm3. Su origen se remonta a cuando África y América aún se encontraban unidas. Se supone que a enormes profundidades, el acuífero conecta con los lagos de la Patagonía. El volumen total del agua almacenada es inmenso. El volumen explotable en la actualidad es de unos 80 km3, una cifra equivalente a cuatro veces la demanda anual de Argentina.Estados Unidos, país muy interesado en este acuífero, estructura un sistema para detectar la magnitud del Guaraní, para asegurarse su uso de manera sostenible y evitar todo tipo de contaminación. Para ello, pone al frente de la investigación al Banco Mundial, la Organización de Estados Americanos, organismos alemanes y holandeses de investigación que controlan y algunas facultades universitarias de los países involucrados. Destinan un presupuesto de 27 millones de dólares anuales.Se produce la cíclica presencia del Comando Sur del ejército norteamericano en la zona llamada Triple Frontera, que unido con las declaraciones del departamento de Estado han levantado protestas porque da la sensación de que el objetivo es el


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control del sistema del acuífero Guaraní. Brasil critica la posición de Estados Unidos por su intento de controlar este acuífero.El nuevo mapa de la expansión militar en la región militar (el denominado Plan Colombia) determina los puntos neurálgicos del control de las fuentes de recursos estratégicos en gran parte de América del Sur. A través de éste, se extiende su control no sólo a las zonas de petróleo de estos países, sino también el gran objetivo norteamericano que es el control del Amazonas, con el establecimiento de bases fronterizas, que significa el control de la poderosa red de ríos y reservas subterráneas en todo el continente.Estudiando el plan Colombia se ve como apunta al control de todos los grandes ríos desde el norte de Méjico al extremo sur de Argentina. El acuífero Guaraní es pues uno de los principales puntos a controlar, para ello se ha producido el establecimiento de una base militar de inteligencia en la zona llamada de la Triple frontera (Puerto de Iguazú en Argentina, Ciudad del Este en Paraguay y Foz de Iguazú en Brasil). La posibilidad de que se establezcan en esta zona puntos de aglomeración industrial se ve reforzada por la proximidad a recursos petrolíferos y gasíferos argentinos y bolivianos. Oleoductos y gaseoductos ya en funcionamiento desde Bolivia hasta Santa Fe en Argentina siendo una zona alejada de conflictos militares.Además, tiene una buena red de comunicación por carretera, vías férreas, ríos navegables y puertos oceánicos tanto en el Pacífico como en el Atlántico. Proximidad de grandes mercados de consumo como son Brasil (175 millones de habitantes) y Argentina (36 millones de habitantes) Un bajo coste de la mano de obra con 4,8 millones de parados argentinos y con un salario de 184 dólares mensuales, unido a los 9,7 millones de desempleados brasileños y con salarios parecidos a los argentinos.La Organización Internacional de la Energía Atómica2 pide al Banco Mundial la realización de estudios isotópicos de las aguas del acuífero. Se ha determinado que el acuífero es rico en distintos elementos químicos como el deuterio, que se utiliza en aeronáutica y cohetes militares

como combustible formando parte de la mezcla de gases propulsores de tritio. Usado éste en los ensayos termonucleares a partir de 1952, a través de las lluvias penetra en la tierra y en los acuíferos, uranio, torio, silito, que se encuentran también en la tierra y cuyas propiedades similares a la del titanio lo hacen apto para la industria espacial y aeronáutica.Coca Cola y Nestlé ya tienen plantas separadoras de estos elementos en la zona. Como podemos ver, se preparan para un futuro dándole pleno sentido a las carencias de agua. Europa tiene puestos los ojos desde el punto de vista económico en esta acuífero, puesto que las grandes empresas vinculadas a la industria del agua son europeas. Estados Unidos ve como sus reservas hídricas se terminan y se otea un horizonte estéril y seco de ahí la importancia de esta reserva hídrica para ellos.En un documento denominado de Santa Fe IV, preparado por miembros del partido republicano y demócrata plantean una serie de principios geoestratégicos para garantizar la seguridad nacional. Uno de esos puntos es procurar que los países del hemisferio sur no sean hostiles a

nuestras preocupaciones de seguridad nacional. Es prioritario que los países que albergan el acuífero Guaraní promulguen legislaciones que lo protejan como patrimonio de esas naciones. Debe asegurarse que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales.El diario británico The Guardian publica,en febrero de 2004, un informe secreto del consejero del Pentágono, Andrew Marshall, que advertía al presidente Bush de los oscuros efectos del calentamiento global en el planeta a corto plazo, entre ellos, la falta de agua potable. Allí se sugiere que Estados Unidos se prepare para estar en condiciones de apropiarse de este recurso estratégico, allí donde éste y cuando sea necesario.Está clara la política Norteamérica, es necesario reclamar que no se privatice el agua del acuífero Guaraní y que sirva a los pueblos de la región y no a potencias y multinacionales extranjeras. 1 Funcionario de la USAID (Centro Mundial para el Medio Ambiente de la Agencia de Estados Unidos para el desarrollo Internacional). 2 La Organización Internacional de la Energía Atómica.


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Especulación internacional con productos agrícolas Henry Kissinger dijo hace tiempo que quien controla la comida controla la gente. Dicho de otro modo, el mundo se somete cuando ve a sus hijos perecer de hambre. Así sometió a los indígenas que defendían sus tierras el gobierno norteamericano: exterminó los bisontes que los proveían de alimento y ofreció comida en reservaciones. Algo parecido hizo el gobierno británico para someter a las repúblicas boer en Sudáfrica: encerró su población civil en los primeros campos de concentración de la historia y la dejo perecer de hambre. El control global de la alimentación es una aspiración de los de carteles apátridas que lucran con ella. En esencia son seis grandes empresas transnacionales que controlan los precios de compra y de venta de los productos agrícolas. Los precios de la comida se fijan en los centros bursátiles de Chicago, New York y Londres. Algunos países productores defienden a su población restringiendo la exportación hasta que sea satisfecha la demanda nacional. Es un objetivo claro y legítimo: estabilizar los precios internos y asegurar el abastecimiento propio. Esos precios nacionales son un testimonio incómodo de los precios reales y estorban el control total de los mercados. Estando así las cosas, se reunieron hace unos días, en Berlín, los ministros de agricultura de 50 países, para debatir sobre el alza, a fines del 2010, de los precios internacionales en los productos agrícolas básicos. Ante la asamblea, el infatigable Pascal Lamy, Director de la OMC, hizo méritos a favor del cartel de la alimentación. Es de esperar que le den empleo, cuando pierda el suyo. Su intervención atribuyó el alza record de los precios internacionales de los productos agrícolas a esos limites a la exportación que algunos países aplican . Un caso de lo que en Norteamérica llaman “spin”, que es dismular la verdad con un falso argumento; una versión del sofisma griego. “Las restricciones a la exportación son una causa primaria de la presente y reciente alza súbita en los precios

globales de los alimentos y los países deberían encontrar otros medios para asegurar el abastecimiento doméstico” dijo el sábado [22/01] el jefe de la OMC . “Las restricciones a la exportación siembran pánico en los mercados cuando diferentes actores ven subir los precios a velocidad estelar”. ¡Sólo faltó que en lugar de pánico dijese terror! El Sr. Lamy parece no comprender que la súbita alza de los precios en productos agrícolas, reportada hace tres semanas por la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura), no puede atribuirse a unos controles que han estado siempre allí. Controles que, como él reconoce, son impuestos para no desabastecer a la población de los países productores y que – aunque él no lo digaestabiliza precios agrícolas nacionales e internacionales. Este último punto es el que más molesta a los carteles que manejan el comercio internacional. La propuesta del Sr. Lamy para responder de otro modo a la garantía de alimentos a la gente propia es engañosa. Dice “se debe aumentar la producción global de alimentos, más redes de seguridad social, más ayuda alimentaria y reservas de alimentos y …exceptuar la ayuda humanitaria de las restricciones a la exportación.” Miremos lo de aumentar la producción global de alimentos. Hay países que hoy deben importar alimentos y antes vivían de sus campos, hasta que los subsidios a la exportación de los países ricos arruinó a sus agricultores.

UMBERTO MAZZEI

Más producción en países que subsidian empeoraría la crisis rural del Tercer Mundo. Los altos precios tampoco incentivarían más producción, porque no obedecen a una mayor demanda ni benefician a los productores. Quienes fijan y ganan con esas súbitas alzas de precios son otros. Un aumento de la producción de alimentos para estabilizar precios, tendría sentido sólo si sucede en países que perdieron su autonomía agrícola. Para eso, es necesario eliminar los subsidios a la exportación y las ayudas que distorsionan los precios agrícolas. Sobre la ayuda alimentaria. Es bueno recordar que es un instrumento para desplazar y destruir la producción local. Hay casos en que es una importación impuesta, como en Guatemala, que debe aceptar una cuota de “ayuda” aunque no haya necesidad. Otro ejemplo es Honduras, autosuficiente en arroz antes del huracán Mish. El desastre liberó el ingreso a toneladas de arroz norteamericano, subsidiado al 80%. Los precios no se recuperaron y la producción nacional murió. Es notorio el caso de Haití, porque el Presidente Bill Clinton reconoció su culpa en la destrucción de la agricultura haitiana, cuando impuso su ayuda alimentaria “manu militari” y obligó al gobierno de Haiti a obedecer la receta del FMI y bajar su arancel del 35% al 3%; pero esos antecedentes no parecen hacer mella en el Sr. Lamy. El Sr. Lamy dijo más adelante, que “es probable que un resultado de [la Ronda] Doha sea que haya mas alimentos


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producidos donde pueda hacerse con más eficiencia”. Allí estaríamos de acuerdo, pero no lo creemos probable. La Ronda Doha se aceptó por el mandato de eliminar los subsidios que distorsionan los precios agrícolas; el resultado sería que exportaran solo las agriculturas eficientes, que son casi todas de países en desarrollo. Lo que sucede en la realidad es que la Ronda Doha está trabada porque no se quiere disminuir los subsidios y lo que se pide ahora es más apertura comercial, mas concesiones en Propiedad Intelectual y Servicios y menor espacio para políticas económicas nacionales. La especulación con la comida El FMI manda austeridad fiscal a los gobiernos arruinados por pagar las deudas de sus bancos, pero omite mencionar los subsidios de la Política Agrícola Común europea -PAC. Tampoco menciona los subsidios agrícolas la nueva mayoría republicana del Congreso USA cuando pide recortes al gasto público. Hay muchos privilegiados que ganan dinero con ellos. La austeridad se centra en quitar protecciones contra la miseria y que coincide con el alza vertical de precios en los productos alimentarios y una disminución del empleo. Esta en obra un proceso de empobrecimiento general causado por prácticas que enriquecen a los banqueros y especuladores bursátiles globales. El Sr. Lamy y los “lideres” del G-20 , que acusan las restricciones a la exportación por el alza de precios, deberían estudiar más de cerca esa especulación que no mencionan y los medios que usa para hacer subir los precios. La teoría economía dice que los precios siguen la oferta y la demanda. Mientras los humanos tengamos un solo estómago, no puede subir súbitamente la demanda de alimentos. ¿Es que nos van a contar, como en 2008, que los precios subieron por la demanda de cereales para producir etanol?. Se probó que mentían. No hubo aumento en la producción de etanol y los precios bajaron tan súbitamente como subieron, sin aumentar la producción agrícola. Esta claro que el hambre de millardos en 2008 fue obra de ávidos especuladores bursátiles. Los diarios establecidos investigan poco y repiten lo que sale de las bocas más encumbradas. Las sequías o las inundaciones no son la causa

principal de alzas súbitas y globales de precios. Tampoco las restricciones a la exportación. Las alzas súbitas son obra de la manipulación en mercados bursátiles, que es donde se forman los precios. La existencia física del bien, como digamos, cereales, no es ni siquiera necesaria para la formación de su precio, porque en la realidad los cereales ni se compran, ni se venden, ni se entregan: se cotizan. Las cotizaciones se suelen basar en el índice de los fondos para productos básicos , que son apuestas sobre el comportamiento bursátil de valores agrícolas específicos. La manipulación se coordina entre agentes bursátiles institucionales, instituciones financieras y comerciantes globales. Se apuesta a la suba o a la baja de un producto específico y luego se manipula el precio para ganar la apuesta. Para contar la ganancia basta vender opciones de compra, sin detentar la propiedad de algún producto existente en alguna parte. También se puede apostar a la baja, ganando cuando el precio bursátil colapsa, con el llamado “short selling” . Del 2006 al 2008 subieron escandalosamente los precios de los productos básicos, sobre todo en arroz, trigo y maíz. La tonelada de arroz subió de $600 en 2003 a $1800 en 2008 . Luego de los disturbios populares que causaron en el mundo, los precios bajaron tan rápido como habían subido. Otra prueba de que la causa no era económica. El informe de la FAO dice que los cereales subieron un 32% en la segunda mitad de 2010 y que el índice compuesto de azúcar, carne, leche, cereales y oleaginosas superó en diciembre los niveles del 2008. Si no se controla la especulación, esta vez habrá disturbios en Europa.

El papel del dólar Una causa fundamental de la inestabilidad de precios es la debilidad del dólar. No puede ser la referencia de valor comercial una moneda que, en cuatro años, se devaluó un 400% contra el oro y 60% contra el franco suizo. Esa devaluación causó perdida de poder adquisitivo a todos los salarios, pensiones y rentas fijas del mundo, pero también la reducción real de todas las deudas denominadas en dólares. Por eso, tampoco es admisible que el país más endeudado del mundo garantice la estabilidad financiera de los intercambios comerciales. Es una situación que se agrava desde 1971, cuando Estados Unidos desconoció sus deudas y renegó el patrón oro. El dinero y valores emitidos desde entonces por la Reserva Federal y las entidades financieras que esa respalda sobrepasa largamente el PIB de Estados Unidos y el mismo Producto Mundial Bruto; es decir deuda impagable, que Estados Unidos quebró. Conclusión Para que haya estabilidad de precios y recuperación económica es indispensable que se substituya el dólar como moneda de referencia y se discipline el funcionamiento de las bolsas de Londres, New York y Chicago. Eso lo debieran considerar -y no lo harán- los capos que se juntan en Davos. Se concentrarán, como siempre, en recetas de prosperidproductos agrícolas.


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ENRIQUE JAVIER DÍEZ GUTIÉRREZ.

¿Insostenibilidad del Estado del bienestar europeo?

Suicidios FMI Un hombre de 41 años intentó suicidarse este jueves lanzándose al vacío desde un balcón del Parlamento rumano, en protesta por los recortes sociales aprobados por el Gobierno. Si esto hubiera ocurrido en Cuba, la noticia se habría repetido una y mil veces en todas las televisiones y medios de comunicación, explicando que la gente se suicidaba ante la opresión del régimen comunista. Pero como esto pasa bajo el régimen capitalista, el silencio mediático se impone. El frustrado suicida, un técnico de la televisión pública, que convalece hospitalariamente con múltiples traumatismos, gritó antes de lanzarse al vacío: “habéis quitado el pan a mis hijos”. Con uno de ellos autista, acababa de enterarse que la ayuda social que recibía había sido suspendida por el gobierno en el marco de la más reciente medida aplicada de un paquete acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluyen la reducción de los salarios públicos en un 25% y la subida del IVA del 19 al 24%, para que el país pueda seguir endeudándose con un crédito internacional de 20.000 millones de dólares. Asistimos a la práctica unanimidad de políticos conservadores y socialdemócratas de Europa y de buena parte de la opinión publicada por sus medios sobre la supuesta insostenibilidad del Estado del bienestar en pleno siglo XXI. Conservadores, liberales y socialdemócratas se pelean por competir en esta loca carrera para ver quién adelgaza y suprime más los sistemas de protección y solidaridad que afectan a la mayoría, para salvaguardar el sistema financiero y las leyes del mercado que benefician a la misma minoría de siempre. Como dice Jean Ziegler, en su último libro El odio a Occidente, son las bolsas las que deciden quién vive y quién muere. Actualmente pueden comer 12.000 millones de personas, el doble de la población mundial. Pero cada cinco segundos, un niño o niña menor de 10 años muere de hambre. ¡Esto es un asesinato!, se indigna. Pero *PROFESOR UNIVERSIDAD DE LEÓN, ESPAÑA

para estos niños y niñas, para el cólera de Haití, para el hambre del mundo, para el paro galopante en Occidente, para los parados o para la subida del salario mínimo interprofesional nunca hay dinero, nunca hay posibilidad de rescate. Sólo hay cientos de miles de millones para rescatar a los banqueros y financieros que pusieron el dinero de nuestros ahorros en paraísos fiscales y en miles de sociedades interpuestas y declararon a continuación la quiebra de sus grandes bancos y multinacionales. ¿Es insostenible el sistema de pensiones o son insostenibles los fondos de pensiones de los directivos de la gran banca o de la SGAE (Sociedad General de Autores) cuyo presidente Teddy Bautista se retirará con una pensión de 24.500 euros al mes? ¿Es honesto reducir las compensaciones a los trabajadores despedidos mientras se mantienen desproporcionadas indemnizaciones a los ejecutivos empresariales y a los cargos públicos que cesan? ¿Es imposible subir impuestos al capital, al patrimonio y la especulación bursátil mientras se sube el IVA y las retenciones a los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena? ¿Por qué hemos de bajar prestaciones en sanidad y educación mientras aumentan las subvenciones del Estado a colegios y clínicas concertadas? ¿Por qué es más urgente blindar la propiedad intelectual que la vivienda de los que pasan apuros? No es de extrañar que, en estas condiciones, el índice de suicidios en Corea y en Tailandia haya aumentado increíblemente. Se suicidan y matan a sus familias: en estos países, donde los trabajadores y las trabajadoras ya no tienen ningún tipo de esperanza, se denomina a

estas muertes ‘suicidios FMI’. Cuando leo que Tony Blair tiene un patrimonio de 25 millones de euros o que Evaristo del Canto, presidente de la nueva Caja España cobra 215.000 euros netos anuales, mientras se ha aprobado una irrisoria subida del 1,3% del Salario Mínimo Interprofesional para 2011 que será de 8.979,60 euros (641,40 euros mensuales). Cuando veo que 20.000 familias leonesas tienen que sobrevivir con 417 euros al mes, mientras un diputado cobra 3.996 euros al mes, pudiendo llegar, con dietas a 6.500 €/mes. Cuando veo la presencia en grandes empresas y bancos de los Narcís Serra, Martín Villa, Felipe González, Eduardo Zaplana o Rodrigo Rato me pregunto qué democracia es ésta. Al servicio de quién está. Es una dictadura de las corporaciones empresariales y financieras que están aprovechando esta crisis especulativa para acabar con el Estado del bienestar en el conjunto de Europa, agravando la pobreza que sufren cada vez más familias, mediante reformas apadrinadas por los propios gobiernos conservadores y socialdemócratas europeos: congelación de salarios y pensiones, abaratamiento del despido, retraso de la edad de jubilación, privatización de los servicios públicos. Por eso es escandaloso que nuestros dirigentes democráticamente elegidos gobiernen en favor de especuladores financieros internacionales y nacionales, con la excusa de dar confianza a “los mercados”, en lugar de enfrentarse a ellos como ha hecho el pueblo de Islandia, denunciando y juzgando a sus banqueros delincuentes.


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Por eso es también preocupante nuestro silencio. El silencio de esa clase media, que estamos preocupados por nuestro futuro, y empezamos a invertir nuestros ahorros en acciones. Nos hemos embarcado en el denominado ‘capitalismo popular’ que hace que estemos más atentos a seguir las cotizaciones de la Bolsa que a informarnos de la situación de la población en el mundo que nos rodea. Pasamos a formar parte de la estructura que acabamos contribuyendo a mantener con nuestra complicidad. Si nos sentimos parte del sistema, si tenemos algo que perder con su quiebra, aunque sea una miseria, nuestra fidelidad está asegurada. La estabilidad de este sistema capitalista se asienta así sobre la proporción de la población que ha conseguido lo suficiente para darnos la esperanza de que puedan llegar a tener más: A los que les va bien, quieren que les vaya mejor. Los que tienen suficiente, desean tener más… Por eso proclamaba Gandhi: “no me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos”. No nos engañemos, el dinero no se destruye ni desaparece. Se concentra, y cada vez más, en las manos de unos pocos. Por eso la salida de la pobreza pasa por la erradicación de la riqueza: hacer pagar la crisis a sus causantes, estableciendo un Impuesto a las Transacciones Financieras en Europa, haciendo subir los ingresos públicos con más impuestos directos a quienes más tienen y especulan, acabando con el fraude fiscal y los paraísos fiscales, la defensa de una banca pública, un sistema público de pensiones y un Estado Social que garantice la universalización de los derechos sociales exigible por Ley. Apostando por un nuevo modelo productivo y de organización del trabajo basado en la sostenibilidad social y el decrecimiento medioambiental. Y esto no se va a producir espontánea y naturalmente sin nuestra lucha decidida por las conquistas sociales duramente arrancadas al poder en estos años de larga lucha. Porque ahora se han invertido las tornas como proclama el famoso especulador y multimillonario Warren Buffett: “La guerra de clases existe, es un hecho, pero es la mía, los ricos, que lleva a cabo esta guerra y la estamos ganando”. De nosotros y nosotras depende el futuro de nuestros hijos e hijas y el tipo de humanidad que heredarán.

LAURA POY SOLANO/LA JORNADA

En el mundo, 129 millones de jóvenes son analfabetos Se calcula que, a escala mundial, 129 millones de jóvenes de 15 a 24 años de edad son analfabetos, pues carecen de conocimientos básicos en lectura, escritura y cálculo; de ellos, por lo menos 59 por ciento son mujeres. Un estudio sobre las condiciones que enfrenta la juventud en el planeta revela que, pese a los esfuerzos por universalizar el acceso a la educación, la posibilidad de asistir a las aulas aún está “fuertemente condicionada por las circunstancias que acompañan el nacimiento de una persona y las situaciones que hereda”. En el documento Diagnóstico mundial de la juventud, elaborado por el Consejo Nacional de Población (Conapo) en colaboración con diversas dependencias –entre ellas la Secretaría de Educación Pública–, se destaca que las oportunidades están marcadas por el lugar de nacimiento, la riqueza del hogar, la educación de los padres, género y origen étnico, así como el contenido académico de los programas, el presupuesto escolar, la infraestructura y los materiales de la escuela; “todos, factores que están fuera del control de los individuos”. En una población de mil 200 millones de jóvenes de 15 a 24 años, apenas 16 por ciento vive en países desarrollados, 70 por ciento en naciones en vías de desarrollo y 14 por ciento en otras de menor crecimiento económico y social, lo que impacta directamente en las oportunidades educativas a que tienen acceso. El informe destaca que en la década presente uno de los mayores logros educativos fue la expansión de la formación primaria, aunque los avances fueron desiguales e insuficientes. En contraste, la educación secundaria enfrenta un escenario de enorme disparidad en su oferta en las distintas regiones del mundo, así como oportunidades aún escasas para garantizar una cobertura universal. A pesar que de 1999 a 2009 la tasa de matrícula global pasó de 52 a 59 por ciento, aún se tiene una alta tasa de deserción.

El documento revela también que tan sólo entre el primer y segundo grados de este nivel educativo 25 por ciento de alumnos abandona los estudios. Incrementar la cobertura en educación superior aún es un reto por superar, pues las tasas de escolarización siguen siendo bajas en casi todas las regiones del mundo, con excepción de América del Norte y Europa occidental, donde los avances han sido “sustanciales y duraderos”. Pese a ello, agrega, a escala mundial el número de jóvenes que logró ingresar a universidades pasó de 28.6 millones en 1970 a 152.5 millones en 2007, lo que representó una tasa de crecimiento anual de cerca de 4.6 por ciento. El documento, que incluyó una revisión y actualización de los principales indicadores mundiales, señala que el progreso en la educación superior se debe “principalmente al crecimiento de la participación de la mujer en este nivel educativo, que fue casi del doble que los hombres. De hecho, su participación en la actualidad es superior a la de los varones en casi todas las regiones del mundo, con excepción de África subsahariana y Asia meridional y occidental”. En sus conclusiones, al comparar regiones, países y grupos sociales, el estudio señala que las oportunidades educativas que enfrentan los jóvenes “hacen evidentes las enormes disparidades” en el mundo en este aspecto, lo que es “un reflejo de las grandes desigualdades sociales” que enfrenta este sector.


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SIDOR ha invertido en la recuperación de las áreas de su cordón productivo Cumplimiento de beneficios laborales, derecho al trabajo garantizado, superación de metas de producción, a pesar de la crisis energética e inversiones en materia de seguridad, ambiente y producción, fueron algunos de los logros que demuestran el compromiso de la empresa con la clase trabajadora, según el balance del presidente de Sidor, Carlos D ´Oliveira Los trabajadores y trabajadoras de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro “Sidor”, consolidaron durante el 2010, a través de la gestión productiva del Control Obrero, importantes metas que ponen de manifiesto, que a pesar de la crisis energética que impactó la producción y afectó los ingresos de la siderúrgica, se logró cumplir compromisos financieros con la masa laboral y proveedores, además de realizar inversiones que permitieron solventar contingencias de seguridad y producción en esta planta que lleva 49 años de funcionamiento y que es el gran referente industrial de Ciudad Guayana. Tal aseveración fue emitida por el trabajador presidente Carlos D ´Oliveira, quien sostiene que aplicando los criterios de corresponsabilidad y participación protagónica, a pesar de un año de producción atípico, debido a diversos factores, el control obrero en Sidor, “no dejó de entregarle beneficios a los siderúrgicos, por el contrario cumplió con los compromisos del Contrato Colectivo, mejoró significativamente los beneficios a la nómina de conducción de la empresa. También viabilizó la entrega de mejoras al personal de las empresas contratistas a través del pago de la diferencia de utilidades del 2009, pago de 25 días de salario normal, pago de útiles escolares, incremento de salario de 10 Bs./día a partir de junio 2010 y un segundo incremento de 10 Bs. /día en septiembre del año pasado y la aplicación del factor 7,33; entre otros beneficios”, comentó el presidente de Sidor. De igual forma se reconocieron los montos de ajustes en las jubilaciones

y pensiones de los ex - trabajadores y no se despidió o desmejoró a ningún trabajador o trabajadora, a pesar de tener un recorte eléctrico que influyó directamente en los niveles de operatividad de la planta. Carlos D ´Oliveira comentó que en cuanto a la producción y las inversiones, en Sidor se crearon bajo el control obrero, mesas de trabajo en las áreas industriales y en abastecimiento, a fin de priorizar y jerarquizar la compra de materiales e insumos para paulatinamente poner a punto la productividad. Fondo Chino Venezolano En cuanto a las inversiones con los recursos aprobados por el Fondo ChinoVenezolano se otorgó 97.896.500 bolívares fuertes y 4.460.000 millones de dólares que permitieron rehabilitar las distintas áreas neurálgicas de la planta; entre estas figuran Decapado, planta de Pellas, Reducción, Cal, Acería de Planchones y de Palanquillas, Servicios Industriales, Infraestructura, Tren de Alambrón, Laminación en Frío, en Caliente y grúas. Todos los proyectos propuestos para esas áreas

fueron planteados por la fuerza laboral mediante 12 mesas técnicas productivas que se instalaron. “Otro gran esfuerzo emprendido, fue haber llevado a cabo importantes estrategias financieras que permitieron concretar pagos que superaron los 850 millones de bolívares a proveedores nacionales y extranjeros. Allí la cancelación de deudas estuvo dirigida a honrar compromisos por la adquisición de repuestos, segundo incremento de 10 Bs. /día en septiembre del año pasado y la aplicación del factor 7,33; entre otros beneficios”, valoró el presidente de la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro”. Cada estado un Ferresidor En cuanto al programa nacional Ferresidor que impulsa la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro Sidor, para llevar su valor agregado a las comunidades, en el 2010, por instrucciones del Presidente Hugo Chávez y del ministro José Khan, se inauguraron 3 nuevos Mercados Socialistas Ferreteros en Ocumare del Tuy, Barinas y Barcelona para bajar


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los costos y acabar con la especulación, disminuyendo en 58% el precio de la cabilla para el consumidor final, 25% para otros productos de construcción, cemento, vigas, tubos estructurales, alambres de púas, alambres lisos, mallas electrosoldadas, marcos y puertas metálicas. Oliveira precisó que ya se encuentran en su fase final los Mercados Socialistas Ferreteros de San carlos, estado Cojedes, y el de Maturín, estado Monagas, que se encuentran con un avance del 90 por ciento y que en un lapso no mayor de cuatro semanas deben estar abiertos al público; mientras que se continúa trabajando en los Ferresidor de Yaritagua, estado Yaracuy; Juan Griego, estado Nueva Esparta; y Coro, en el estado Falcón. Plan de inversión para ampliar la producción Sidor ha puesto en marcha un plan de inversiones y mejoras de infraestructura que permitirá continuar la recuperación de las líneas operativas de la empresa, muchas de las cuales llevan casi 5 décadas de funcionamiento y poco inversión y actualización; los fondos ordinarios 2011 que obtenga la siderúrgica serán destinados a la ejecución de importantes obras como la culminación del proyecto de conversión de HyL II a la tecnología HyL III, también está planteado realizar el Revamping de las Casas de Humo, la reactivación de despolvoreo en Planchones, así como inversiones en

la Dirección de Sistemas, que implican adecuaciones en los software y hardware de las diversas áreas. En cuanto a las inversiones extraordinarias se prevé que con los recursos aprobados por el Fondo Chino-Venezolano que contempla 97.896.500 bolívares fuertes, se continúe rehabilitando las distintas áreas neurálgicas de la planta. Además, precisó Carlos D ´Oliveira que es necesario destacar que también se llevarán a cabo otros proyectos de envergadura; tal es el caso de la Acería de Planchones, donde se ejecutarán obras como la instalación de un sistema de sellado automático del orificio de sangrado de los hornos de fusión y la adecuación de los techos, sistema de drenaje y estructura de las naves de esa área.

Otro de los planes de inversión de gran envergadura planificados, iniciará la próxima semana en la Planta de Midrex, con una Reparación Extraordinaria de mantenimiento que durará alrededor de 89 días. También se estima realizar otras paradas de mantenimiento en la acería de Palanquillas por 21 días, en las líneas de producción de Pellas por 48 días, mientras que en la Planta de Cal y el Tren de producción de Barras se ejecutarán acciones de mantenimiento por 49 y 50 días respectivamente. Esto busca disminuir las condiciones inseguras de trabajo, mejorar la capacidad productiva de la empresa, lo cual redunda en el buen y efectivo desenvolvimiento de la principal siderúrgica del país y de su clase trabajadora.


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El gran reto del control obrero en Guayana A partir del 15 de mayo de 2010 comenzó y se viene desarrollando la etapa decisoria en el nuevo modelo de Control Cbrero por parte de los trabajadores y trabajadoras del sector hierro, acero y aluminio através del plan Guayana socialista 2009-2019, esto expresado en colocar en las direcciones de la empresa a la figura de los trabajadorespresidentes transitorios, como también a la instalación y puesta en desarrollo de las mesas de trabajo en las distintas áreas operativas y administrativas como instancia de base para la toma de decisiones de manera colectiva en los aspectos operativos, administrativos, financieros y de contraloría social. Se trata entonces de una nueva organización del trabajo que comienza a derrumbar el concepto patrón-obrero y se comienza a prefigurar por la vía de los hechos, la teoría ”la clase obrera administrando y dirigiendo”, dicho de otra manera, es la tarea histórica de la clase de construir los nuevos códigos civilizatorios que solo serán posibles en el socialismo del siglo XXI, en fin o como lo expreso el filosofo obrero Karl Marx, la clase obrera, en este caso la guayanesa, debe o comienza a convertirse en la sepulturera del sistema dominante capitalista, nada mas y nada menos. Además de lo antes descrito. que ya de por si representa un avance para el proceso revolucionario, se están concretando la integración de los procesos de logística, comercialización, planificación estratégica, imagen corporativa, sistemas contables y los procesos operativos de reducción y carbón de las unidades productivas de Carbonorca, Alcasa, Venalum y Bauxilum; esto para dar inicio a la Corporación del Aluminio establecido en el Plan Guayana Socialista. Y como si fuera poco, se declaró inviable por parte de los trabajadores y trabajadoras de Alcasa los contratos de venta de aluminio a futuro con las transnacionales Glencore y Noble que firmó de manera arbitraria e ilegítima el anterior ministro del MIBAM y sus *TRABAJADOR DE LA CORPORACIÓN DEL ALUMINIO - ALCASA

presidentes de empresa; o sea, no mas aluminio primario para las operadoras políticas-financieras del imperio. Todo lo antes descrito tiene una respuesta ofensiva de la transnacional de los burócratas enquistados en el gobierno, así como de la dirigencia sindical roja rojita en conchupancia con la oposición retrograda que aun gozan de privilegios en las empresas básicas. Estas ofensivas de los contrarrevolucionarios son: -La transnacional comienza a ofrecer a sus operadores políticos en el país aumento en sus privilegios con la condiciónquesolicitencontundentemente la salida de los trabajadores-presidentes del sector hierro, acero y aluminio…. Y ya lo están haciendo de manera pública. -La burocracia gubernamental comienza a entorpecer y a retrasar los presupuestos de inversión, como también la puesta en marcha en el primer trimestre del año de las corporaciones del hierro, acero y aluminio. Esto para frenar las compras corporativas y la integración de los trabajadores y trabajadoras “divide y vencerás”. -La dirigencia sindical comienza con paros continuos en las empresas, alegando el vencimiento de las contrataciones colectivas (ciertamente están vencidas) como también reclamando pasivos laborales pen-dientes, cuando el MIBAM les ha aclarado que se comenzará a discutir una convención colectiva única por corporación, así mismo debido a la transparencia del Control Obrero, ahora la dirigencia sindical conoce de manera

ALCIDES RIVERO*

pública el flujo de caja de la empresa para saber con exactitud como y cuanto se dispone mensualmente para honrar compromisos. Cabe destacar que debido a la crisis energética, que es la expresión de la crisis del capitalismo, estas empresas disminuyeron su capacidad de producción en un 40% y el gobierno revolucionario garantizó los puestos de trabajo en las áreas afectadas; solo en una revolución y en el socialismo se adoptan estas medidas. Todas estas acciones y la que vendrán, tienen como objetivo debilitar la propuesta del gobierno de Control Obrero, para seguir manteniendo la sociedad de cómplices y para seguir garantizando aluminio primario a las transnacionales Glencore y Noble y que estos sigan financiando los proyectos de inversión, para seguir con la dependencia económica y tecnológica, además que estas también nos suministran los insumos necesarios para producir aluminio que cada año aumentan en un 30% mientras el precio del aluminio primario (LME) sencillamente cada día pierde valor, ya que son ellos los que deciden el precio del aluminio. Nosotros contaminamos a nuestro país, sudamos la producción y ellos ponen el precio, tremendo negocio! Por estas razones hacemos un llamado a la clase obrera organizada en mesas de trabajo y a todos los trabajadores y trabajadoras serios y responsables que día a día hacen un esfuerzo extraordinario para mantener estas empresas operativas y que tienen la suficiente solvencia moral comprobada, para que no se dejen confundir por los reformistas de siempre y por sus jefes políticos que son unos cobardes neoliberales que no dan la cara. Camaradas es el momento de profundizar el Control Obrero, es el momento de la movilización conjuntamente con las comunas, los Consejos Comunales y los movimientos sociales que son nuestros aliados históricos para construir el nuevo modelo de sociedad en el socialismo bolivariano. Sigamos adelante que el camino es la meta.


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Pavel Égüez:

AKAIDA LIBERTAD OROZCO DÍAZ/ENCONTRARTE

Dignificar los espacios públicos, descontaminarlos a través del arte Pavel Égüez (Quito, Ecuador. 1959). Pintor, muralista, artista visual. Su obra ha recorrido América Latina y Europa. Estudió Artes Gráficas y Grabado en el Colegio de Artes Plásticas de la Universidad Central de Quito. Desde adolescente profundizó su formación en los talleres de los maestros Oswaldo Guayasamín y Eduardo Kigman. Tiene en su haber más de cuarenta exposiciones internacionales por España, Alemania, Austria, México, Colombia, Brasil, Cuba, Egipto, El Salvador, Guatemala, Bolivia. Simbólicamente, la obra de Egüez acompaña los movimientos sociales latinoamericanos en sus luchas por la justicia, el trabajo y la vida, creando un imaginario pictórico que testimonia las grandes aspiraciones y sueños de las mayorías que hoy debaten abiertamente sobre la exclusión y la pobreza. Es una pintura de profunda sensibilidad surgida desde lo humano y con una gran carga social que recrea el acontecer latinoamericano en este momento histórico. Así mismo es un pintor de lo íntimo ya que la pareja, la ternura y el amor son trabajados insistentemente. En este tipo de obras hay un detalle simbólico determinante: el gato; elemento que desata múltiples sentidos pictóricos y se instala en sus pinturas como un personaje recurrente. Desde una perpectiva formal y temática, se podría definir a Égüez como un artista profundamente latinoamericanista, inclinado hacia la tradición del realismo mágico y el indigenismo latinoamericano, aún cuando su estilo es totalmente contemporáneo. En 1999, Égüez se une la Campaña Continental Grito de los Excluidos con sede en Sao Paulo, Brasil, impulsada por diversas personalidades y movimientos sociales latinoamericanos. Para este proyecto pinta unas cincuenta obras de gran formato relacionadas con esta temática que pasan a formar parte de una colección itinerante que ha recorrido, hasta los momentos, más de

veinte países de América y Europa. En 2003 fue designado Agregado Cultural en la Embajada de Ecuador en Brasil. El 27 de noviembre de 2006 develó, en la Avenida Baralt de Caracas, su obra “La Patria naciendo de la ternura”, un gran mural de 324 metros cuadrados compuesto por más de siete mil piezas cerámicas de fabricación artesanal, dedicado a Simón Bolívar y Manuela Sáez y al imaginario popular venezolano. Actualmente, Pavel Égüez se desempeña como Agregado Cultural de la embajada de Ecuador en Venezuela desde finales de 2009. -Hace cinco años lo entrevistamos cuando estaba residiendo en Brasil, ahora está en Caracas como Agregado Cultural de Ecuador en Venezuela. ¿Cómo se siente en nuestro país con esta nueva responsabilidad? - He tenido la oportunidad de vivir en Brasil y Venezuela, en un momento histórico de cambio, cada uno a su una manera, con pueblos y gobiernos muy comprometidos con la integración. La cultura facilita, potencia y promueve los nexos profundos, sin ellos no hay proyecto histórico común, llámese UNASUR, ALBA u otros. Trato de que mi visión no sea la del diplomático, sino que más bien prevalezca la del artista, es decir, que siento a Venezuela con la misma emoción, sentido crítico y pertenencia que a mi propio país. Latinoamérica es la Patria Grande.

-¿Qué cambios observa en latinoamérica en el ámbito cultural? - El principal cambio cultural está ligado a la superación del neoliberalismo y a la búsqueda de soberanía e independencia, sin eso no hay otros cambios culturales posibles, ya que el pasado nos ató a formas culturales que desconocían las diversidades, la multiculturalidad y pluriculturalidad de nuestros estados, y la institucionalidad cultural estaba al servicio de las elites y no de los pueblos, de sus tradiciones, sus lenguas, su arte. Estamos en un momento de quiebre cultural donde tenemos que pensar con cabeza propia, de hombre y mujer latinoamericano que empieza a dejar de ser colonizado y que puede ejercer su liberación, es decir, poseer su propio camino, ser dueños de su proyecto cultural, su memoria histórica y su creación heróica. La principal dificultad es que podemos ser muy revolucionarios en lo político y ser conservadores en lo cultural, ya que los cambios culturales son esencia y no discursos, por ejemplo, aún tenemos poca inversión en la formación cultural de los profesores del sistema de educación o en los empleados públicos. En general faltan políticas públicas para que los ciudadanos ejerzan sus derechos culturales a plenitud. Los cambios profundos y radicales en lo cultural hacen que a la revolución le crezcan raíces.


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-En Venezuela, específicamente, ¿considera que nuestros procesos culturales han ido a la par de nuestro proceso político? ¿Cuál es su apreciación? -En Venezuela se está dando un quiebre cultural, la Revolución Bolivariana dio un sentido de pertenencia cultural, se conectó el pueblo con la tradición libertaria. No obstante, las transformaciones políticas deben llegar a ser culturales, y eso se materializa por distintas vías: una con cambios profundos en el sistema educativo, en políticas de interculturalidad, y en una institucionalidad cultural que fomente la creatividad y que atienda de preferencia a los más excluidos. En Venezuela hay programas exitosos como el de las orquestas sinfónicas infantiles y juveniles que por su integralidad no se quedan en lo musical o meramente cultural, sino que saldan cuentas con la profunda inequidad que condenó a millones de seres humanos a la exclusión y este programa por ser de inclusión social, además de formar en la música, forma a seres profundamente humanos. Este debe ser el principal objetivo de toda política cultural. -¿En qué etapa considera que nos encontramos en Venezuela respecto a la creación, difusión y valoración del arte en los espacios públicos? -: Me puedo referir a Caracas que la conozco de cerca, y creo que esta ciudad tiene profundas contradicciones, una de ellas se expresa en el uso del espacio público, gracias a que la ciudad es reflejo no sólo de su historia política, sino principalmente de sus contradicciones económicas. Por eso creo que Caracas se debe enfrentar a retos gigantes para que el espacio público sea para el disfrute de los ciudadanos. Y de echo el arte juega un papel importante, que aún está desvalorizado. Se debe preservar el arte público patrimonial pero también se debe seguir incorporando arte público de gran calidad estética; en esta materia en los últimos años no hay muchos ejemplos, más bien hay ejemplos lamentables de lo que no se debe incorporar al espacio público como el objeto que está en la Plaza San Jacinto, conocida también como

Plaza El Venezolano, donde el sentido simbólico no logró ser expresado estéticamente, allí vale más la honestidad en la valoración y que sea reubicado. Es una gran responsabilidad colocar obras y objetos en el espacio público ya que podemos colocar piezas sin ningún valor estético, panfletos o propagandas sin elaboración simbólica como las obras que muchas veces auspician entidades públicas. Tenemos que ser muy críticos en esto pues estas obras pueden expresar la decadencia y no la revolución. - ¿Deben los artistas estar comprometidos con el tiempo que viven? - De echo. Así no lo quieran o no lo deseen, ya que también sería una actitud política su falsa neutralidad. -Tomando en cuenta que el muralismo es un planteamiento artístico profundamente ligado a los procesos políticos, económicos y sociales de su tiempo, que además propone cambios estéticos en los espacios públicos, ¿cómo pudiera impulsarse en nuestro país el arte social y colectivo a través del muralismo? -Conectándose nuevamente con la enorme tradición del arte latinoamericano. Las rupturas pretendieron fracturar los nexos del arte latinoamericano, su identidad y las raíces sociales de nuestro arte; se pretendió instalar un arte en el discurso contemporáneo de la posmodernidad que niega el sentido identitario y la raíces profundas del arte con nuestro proyecto emancipador. El muralismo como concepto es una de las vertientes.

-Cómo resguadar nuestra memoria histórica a través del arte? -Haciendo el gran arte que necesitamos hoy como pueblos en proceso de liberación, formando más y mejores artistas en todos los géneros, impulsando grandes proyectos utópicos, dejando de conformarnos con la mediocridad. -¿Cuáles son los elementos simbólicos e identitarios comunes en un continente de multicultural como el nuestro? -Una historia común y un proyecto histórico de integración en construcción, pueblos portadores de la mayor diversidad cultural posible, pueblos que resistieron a la conquista, a la colonia, a la esclavitud, a los estados nacionales, a las peores dictaduras, y que además conservaron la alegría por la vida, en sus fiestas, en su música, en la comida, en su religiosidad, es decir, la cultura es una coraza frente a la dominación. - ¿Qué importancia tiene para las comunidades el acondicionamiento y embellecimiento de sus espacios públicos a través de obras artísticas? -Mucha, hay que dignificar los espacios públicos, descontaminarlos por medio del arte, el diseño y la arquitectura. Los municipios deben crear una nueva escenografía urbana para que el pueblo viva en un espacio de dignidad e identidad. -¿Cómo actúa el arte como tranformador social? ¿Podría hablar de algunas experiencias relacionadas con este hecho?


/Febrero de 2011

-No creo en el papel del arte como transformador social en sí, como especificidad, aunque puede contribuir. Creo en programas integrales y transformadores que revolucionan la cultura, como el de las orquestas sinfónicas infantiles y juveniles del maestro Abreu, en el fomento del cine, en la gran producción editorial de la plataforma del libro, ejemplos de Venezuela. -¿De qué forma participa usted (individual y colectivamente) de la revolución cultural y social que se ha venido gestando en latinoamérica desde hace más de una década? -Mi obra está muy vinculada al movimiento social de América Latina, como pintor del Grito de los Excluidos que nació en Brasil hace más de una década. Es un ejercicio de creación pictórica entre las luchas y demandas de los excluidos, una multiplicidad de Gritos en defensa de la vida, en contra de las bases militares extranjeras, el derecho de los migrantes, las mujeres, los campesinos sin tierra, los derechos de la naturaleza. En la complejidad de la temática trato que mi obra sea pictórica en esencia, o sea, poética. - ¿Qué proyectos de intercambio e integración desarrolla, o piensa desarrollar, a través de su labor como Agregado Cultural en Venezuela? - Creo que un buen símbolo fue la Campaña Manuela Vuelve, logramos producir un hecho cultural de profunda significación política y de consecuencia histórica. La figura de Manuela Sáenz nos une entrañablemente, y no es la única figura que nos hermana. En esa línea se puede seguir trabajando. Acerca de Guayasamín - Usted comenzó trabajando en los talleres de Guayasamín desde muy joven. ¿Cómo fue su relación personal con este artista? -Guayasamín fue un gran maestro, me llenó de entusiasmo por la pintura, era un endemoniado cuando se paraba frente al lienzo, aprendí que la pintura no existe sin emoción, ni pasión. Aprendí cómo se debe respirar para lanzar un trazo. Se sorprendió cuando le lleve mi primer libro de pinturas y comprendió

es producto de la gran influencia que ejercieron los grandes pintores mexicanos en toda Latinoamérica.

que yo tenía destino propio como pintor cuando ya no pude acompañarlo en sus últimos proyectos. -Esta entrevista será publicada en el próximo número de ENcontrARTE, en cuya portada aparecerá una reproducción del mural “Homenaje al Hombre Americano” que Guayasimín realizó aquí en Caracas para el Centro Simón Bolívar, en 1954. ¿De quién fue la idea de realizar este mural y cuáles fueron las motivaciones? - Supongo que nació de la iniciativa del gran arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva. En esos años Guayasamín ejecuta varios murales en distintos lugares en mosaico veneciano de cromática y temática similares; el mural que está en Caracas es el de menor tamaño, sin embargo tiene la misma fuerza expresiva y calidad en la ejecución del mosaico. Es una gran obra. -En “Homenaje al Hombre Americano” se observan características cubistas y expresionistas. ¿Son éstas características usuales del trabajo de Guayasamín? -Sí, es parte de un momento donde la obra de Guayasamín transita entre un expresionismo indigenista a nuevas formas semi cubistas, además, la temática surge de la serie Guacayñan Camino del Llanto con profunda intención identitaria sobre el ser americano. -¿Tiene vigencia aún la temática indigenista de su obra? - Bueno, a Guayasamín no lo podemos mirar sin contexto, su obra

- ¿En qué condiciones se encuentra actualmente este mural? ¿Es cierto que originalmente tenía mosaicos recubiertos con pátinas de oro? -Sí, tenía mosaicos dorados que son pequeños cristales con pátina de oro. El estado actual de conservación es bueno, pese al maltrato que ha sufrido, no tiene grandes desprendimientos, que en el caso de obras con mosaico pueden ser fatales. Esta obra ha resistido como pocas la ignorancia, la desidia e indiferencia. La primera vez que vine a Caracas hace ocho años la visité y estaba llena de clavos de los que pendían camisas y pantalones de los buhoneros. Hoy se recuperó la plaza, falta recuperar la memoria. -¿Conoce los planes para la restauración de este emblemático mural? - Sí, la alcaldía de Caracas tiene previsto restaurarla y adecuar el entorno. - Su obra tenía un marcado carácter de denuncia social. ¿Guayasimín fue un hombre de izquierda? -Fue un hombre progresista, con profundos nexos con la Revolución Cubana, políticamente, era más cercano a la social democracia, no obstante su pintura fue más allá pues es un testimonio lleno de humanismo en contra de las injusticias. - ¿Qué cree que significó y significa hoy en día su obra llamada “El Macuto” perteneciente a la serie “Los Culpables”, la cual ha despertado ciertas suspicacias en nuestro país asimilándola a nuestro contexto venezolano? - “Los culpables” son parte de la serie “La Edad de la Ira” pintados en los años setenta en contra de las dictaduras militares. De manera que sacar de contexto e insinuar que esos dictadores sanguinarios a los que Guayasamín caricaturizó tienen algún parecido con un militar patriota que ha ganado múltiples elecciones y ha desarrollado plenamente la democracia en Venezuela, no tiene ningún sentido.


/Febrero de 2011

La revolución árabe PEDRO BRIEGER/ANALISTA ARGENTINO

A mediados de los setenta un pequeño grupo de marxistas de varios países del Medio Oriente publicó un folleto titulado “La revolución árabe”. En ese entonces pensaban que los pueblos se levantarían contra los regímenes reaccionarios árabes que estaban impulsando una Pax Americana con Egipto a la cabeza, y que los obreros y campesinos llevarían adelante una revolución socialista. En 1970 había fallecido Gamal Abdel Nasser el gran líder del nacionalismo árabe, y su sucesor Anwar Sadat expulsaba a los soviéticos para tejer una alianza con Estados Unidos. Sadat pensó que podría reemplazar al Estado de Israel como aliado estratégico de Washington en la región y afianzar la hegemonía norteamericana a través de una alianza tripartita con Arabia Saudita y el “Sha” de Irán. El acuerdo de “Camp David” firmado con los israelíes tuvo como objetivo central afianzar la relación con la Casa Blanca y anular la creciente influencia del mayor factor revolucionario en la región, la Organización para la Liberación de Palestina liderada por Iasser Arafat. Sin embargo, se consolidaron gobiernos autoritarios y corruptos en Irak, Egipto, Siria, Túnez o Argelia. Por el otro, monarquías hereditarias y represivas como la saudí, la jordana y la marroquí, o familias reales bañadas en petróleo con sus extravagantes golpes palaciegos donde los hijos deponen a sus padres para quedarse con el poder como en Omán o Catar. Durante unas décadas en la mayoría de los países se impuso una “estabilidad” autoritaria y el sueño de la “revolución” se esfumó. Hasta que una chispa encendió la pradera como dice el antiguo proverbio chino. La revuelta popular en Túnez cambió todo el panorama. En tres semanas los tunecinos en las calles lograron la renuncia y posterior fuga del presidente Ben Ali. La mayoría de los gobernantes árabes y sus acólitos no creyeron que los afectaría, convencidos ilusoriamente que lo de Túnez era una “excepción”. Apenas diez días después millones se lanzaron a las calles en Egipto pidiendo la cabeza del presidente vitalicio Husni Mubarak. Estamos asistiendo a unas movilizaciones sin precedentes en el mundo árabe que tienen como primer objetivo el desplazamiento de gobernantes atornillados a sus sillones. Pero está claro que el reclamo es mucho más profundo y ataca los cimientos de casi todos los regímenes árabes. Como si hubiera un brusco movimiento de las placas tectónicas se exige democracia, libertad de prensa, un cambio en las políticas económicas que dictan los organismos internacionales, distribución de la riqueza, mayor acceso a la educación, eliminación de la pobreza y un distanciamiento de la política instrumentada desde Washington o algunas capitales europeas. La revuelta en Túnez dejó en claro lo que en el mundo árabe todos saben respecto de los intereses de los países capitalistas desarrollados, muchos de los cuales ocuparon durante décadas el Medio Oriente y se lo repartieron en su beneficio. A los norteamericanos y europeos poco les importa el bienestar de las grandes mayorías árabes. Sí les interesa que les garanticen inversiones y fabulosas ganancias

con la complicidad del Fondo Monetario Internacional que no se cansó de elogiar al gobierno de Túnez sabiendo que el Estado estaba manejado por una mafia familiar. Además, quieren que les aseguren el acceso al petróleo barato y que ningún país árabe ose cuestionar al Estado de Israel en su política represiva hacia los palestinos. El mundo árabe estuvo siglos bajo el dominio del Imperio Otomano. Luego fue dividido y ocupado durante décadas por las potencias coloniales europeas. En el siglo veinte conoció monarquías dictatoriales y corruptas (muchas de las cuales todavía están allí), el fracaso del nacionalismo socializante de Nasser y movimientos islámicos a los cuales se les impidió gobernar. El movimiento tectónico actual fue comparado por un diario saudí a las revoluciones burguesas de 1848 en Europa y la caída del muro de Berlín en 1989 que llevó a la disolución del bloque soviético. Esto es, una verdadera revolución que todavía cuesta saber cuál será su dimensión. Nadie imaginaba que esto sucedería, que las grandes masas árabes aplastadas por décadas y lideradas ahora por una nueva generación de jóvenes levantaran cabeza. Y vaya que lo están haciendo. Debajo de las arenas del desierto los topos trágicos de Shakespeare que estuvieron excavando durante décadas sin poder salir a la superficie están muy cerca de encontrar una salida. Y si lo hacen, seguramente encontrarán a Marx diciendo “bien has cavado viejo topo!”


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