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El oenegismo,

¿enfermedad infantil del derechismo?

VOCES CRÍTICAS

ALVARO GARCÍA LINERA

AÑO 9- NÚMERO 88- AGOSTO DE 2011/ PUBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y COMUNICAN

EL NUEVO CÓDIGO CHÁVEZ: CAMBIAR PARA AVANZAR

RECTIFICAR EL CAMINO

Plan urgente de UNASUR ante la crisis financiera/ Britto García: Emancipación y revolución mundial/ Monedero: Claves para el encuentro de las fuerzas revolucionarias/ Garcés: La ética republicana de Bolívar/ V.Álvarez: La industrialización socialista/ Majfud: El patriotismo de los ricos/ Solíz Rada: Bolivia, rehén de Brasil/ Mitos fundamentales sobre la inmigración/ Stiglitz: La crisis ideológica del capitalismo occidental/ Toussaint: Barak Obama, el cambio que no fue/ Revolución, autogestión y cooperativas/ Colussi: ¿Se podrá vivir sin fútbol profesional?

Buen Vivir, o la disolución de la idea de progreso


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EL NUEVO CÓDIGO CHÁVEZ: ca

RECTIFICAR Con camisa amarilla-amarrillita

Cumpleaños 57, con calor de pueblo-

Entrenando:mantenerse en condicionaes

88 AGOSTO DE 2011 DIRECTOR FUNDADOR :

QUESTIONDIGITAL.COM

ARAM AHARONIAN DIRECTOR GERENTE:

RICARDO FONT CARVALLO DIRECCIÓN EDITORIAL:

FILINTO DURÁN, RICARDO FONT, ARAM AHARONIAN ASESOR EDITORIAL:

ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA QUESTION DIGITAL:

MARCOS SALGADO (COORDINADOR) MARCA REGISTRADA: ALIA2, CA DEPÓSITO LEGAL: PP 200201CS526 ISSN: 1690-0952 QUESTION ES UNA PUBLICACIÓN DE LA AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS-2 (ALIADOS) Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL (COMUNICAN)/

E

n los últimos doce años, no cabe duda que la Revolución Bolivariana ha logrado metas sumamente fascinantes, sobretodo en la inclusión social, pero tampoco cabe duda que se ha equivocado, como todas las revoluciones, tal como lo revela el constante llamado a rectificaciones en el discurso y la acción revolucionaria, que ha desarrollado en las últimas semanas el presidente Hugo Chávez Frente a su enfermedad (advirtió que en los próximos días comenzará a caérsele el cabello a causa de la quimioterapia), el mandatario lanzó una advertencia general: la Revolución debe dejar de autosuicidarse (Carlos Andrés Pérez dixit) y comenzar a vivirse. Estos llamados –con cierto sabor a autocrítica y guiños a intelectuales, empresarios y clase media- deben ser analizados y debatidos con mucho detenimiento por el colectivo (no solo la dirigencia, claro) chavista. Siempre consideramos a la bolivariana como una revolución sui géneris, desde el momento que ha optado por la vía pacífica y electoral. Y por ello, cuando las cosas no se hacen bien, cuando no se cumplen las promesas de gobierno, la respuesta popular es la pérdida de votos. Ha habido algunos llamados de atención al respecto. Ésta ha sido la revolución de los indignados, y es el espejo donde se miran hoy los movimientos populares en Islandia, Grecia, España, Portugal, en un momento histórico universal,

cuando transitamos la crisis del modelo capitalista, Desde América Latina mostramos el camino: hay que tomar las calles para impedir que nos dejen sin derechos. En sus alocuciones de las últimas semanas, Chávez ha esbozado seis líneas de acción y rectificación: a) Debemos superar el modelo directivo de liderazgo o “hiperliderazgo”, para que cada ministro, dirigente, funcionario, cumpla con su labor. Se necesita que cada quien asuma sus responsabilidades, para que todo no dependa de la línea que baje Chávez. En una revolución los cargos no son para ocupar asientos y prebendas y esconderse sin cumplir con su trabajo y su mandato. Hay que terminar con el concepto de partido-maquinaria electoral. Hoy existe un innegable clientelismo en el Partido Socialista Unido de Venezuela, que ha sido una forma de tapar el debate, la desobediencia, la irreverencia, la creatividad. Y, también, se deben aclarar los límites de la convergencia cívico-militar, para asegurar que los representantes del pueblo sean elegidos por las propias comunidades. “No al sectarismo, no al grupalismo, eso mata y siembra la muerte y aquí queremos es la vida y un partido histórico, nuevo, dirigente y dirigido, abierto. Quiero insistir en eso con mucha fuerza y fe en que lo vamos logrando”, apuntó Chávez.


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ambiar para avanzar

ARAM AHARONIAN

EL CAMINO

b) Es necesario extirpar el sectarismo. Uno no es revolucionario por usar camisas o pantaletas rojas-rojitas, ni por gastar los dineros públicos en desplegados donde muestran su propio revolucionómetro y descalifican a aquellos que tienen una posición no complaciente, con motes de contrarrevolucionario, saltatalanquera o agente de la CIA. Solamente ejercen una censura a la opinión y la fuerza del colectivo. Por eso Chávez llamó a pulverizar el caudillismo interno, pues termina convirtiéndose en células malignas para la organización. “Se trata de viejas rémoras del pasado: el sectarismo. Tenemos que terminar de pulverizar el fraccionalismo interno, de caudillos, caudillitos que pretenden manipular a otros sectores y el que no se sienta en condiciones váyase a otros ámbitos de la vida más allá del PSUV”, expresó. Pero fue más allá, ya que motivó a la dirigencia a hacerse una “revolución interior”. Sin duda, una revolución inteligente es la que tiene buen oído, la que sabe procesar las opiniones del colectivo. Por ello es preciso ser autocríticos

desde el pueblo y no dejar la crítica en manos de la oligarquía. La crítica leal no es deslealtad y hay que terminar con los estigmatizadores de oficio, que son realmente los espanta votos y responsables de la falta de avances de la revolución. Chávez pidió extirpar el dogmatismo y el sectarismo entre sus partidarios, criticó el abuso con términos como “socialismo” y del color rojo, y propuso una nueva consigna: “¡Independencia y patria socialista, viviremos y venceremos!”. d) Hay que terminar con los problemas de corrupción, ineficacia e ineficiencia, Y para ello es imprescindible la formación seria de cuadros gerenciales y políticos. No se trata de apropiarse de un presupuesto sino de garantizar la continuidad del proceso, garantizar la vida de la revolución. e) Terminar con la premisa de regalar la clase media a la burguesía. El objetivo de la lucha por el socialismo es ganar la lucha de clases contra la oligarquía. Una cosa es el movimiento táctico, siempre y cuando se tenga en claro que la batalla es cultural y otro es olvidarse de los trabajadores y marginalizados para

buscar un nuevo amor. El primer grupo social, que después del intento golpista del 4-F, vio con simpatía y entusiasmo al comandante Chávez, fue precisamente la clase media y en especial la intelectual, sectores que han sido marginados de los sectores aledaños al poder, escogiendo funcionarios por su incondicionalidad. La intelectualidad, que fue marginada y cooptada en la Cuarta República vio en Chávez la oportunidad de realizar juntos el sueño bolivariano. f) La consigna es abrirse al sector productivo privado (pequeñas y medianas industrias y empresas). En esta larga etapa de construcción, seguirán en juego formas mixtas de la economía y persistirán algunos rasgos y características del capitalismo. Chávez, intuyendo la necesidad de alianzas con sectores de la burguesía, invitó a los empresarios a hacer empresas mixtas, a sumar esfuerzos. “Esta es una economía en la que queremos que sigan participando junto al Estado…Vamos a aliarnos…Nosotros los necesitamos a ustedes y ustedes nos necesitan a nosotros (...) quiero que vayamos juntos para el 2021, con ustedes yo cuento”. Chávez insistió en que el partido se involucrara directamente en la lucha contra la especulación y la usura. “Acabo de aprobar la Ley Habilitante de control de precios y justos. Esa tiene que ser una bandera del partido en todas partes junto al pueblo, educando, orientando y luchando. Hagámoslo. Porque el capitalismo es un metabolismo que se mete por todas partes”, remarcó el jefe de Estado. El Presidente aseguró que el socialismo es un escudo ante la caída y quiebre del imperio estadounidense, debido al sistema capitalista que lo sostiene. “Es la crisis del capitalismo global, Estados Unidos está quebrado, y todavía hay personeros que viajan para allá. Está quebrado el imperio y en su quiebra puede arrastrar a medio mundo, por eso hay que desconectarse del hundimiento económico. Por eso el socialismo, el desarrollo industrial, el desarrollo del petróleo de manera soberana“, dijo. Y, vestido con una camisa amarilla, regalo de su hija, y por si había duda, con cierta picardía, Chávez lo dejó en claro: “Yo voy a ser candidato a las elecciones de 2012 y les voy a ganar. Adán se está preparando para la sucesión, porque vino bien afeitado” señaló entre risas. .


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JUAN CARLOS MONEDERO

Claves para el encuentro de las Fuerzas Revolucionarias S

iempre hemos dicho que un socialismo triste es un triste socialismo y siempre hemos apostado por la alegría; de hecho, si algo me enamoró de la Revolución Bolivariana era su alegría. Cuando nos fuimos involucrando en tareas de gobierno, es verdad que conforme te acercabas a los círculos, más hacia Miraflores, más perdías las compañías, de manera que para estar en el círculo central no tenías que tener pareja, ni amigos, ni tiempo: Nada. Esa lectura viejita de que ser revolucionario es pasarte el día triste, no podías tener gente que te recordase. No sé si “Sombras del Proceso Bolivariano” podríamos llamarlo también “Dos años después a este encuentro”, y la verdad es que cuando organizamos hace dos años este encuentro había una cosa detrás que siempre nos acompañaba, y es que somos profundamente irreverentes. Es curioso porque creo que quienes procuramos ser inteligentemente irreverentes no nos equivocamos de los momentos históricos y que curioso que nosotros, quienes fuimos las personas que hace dos años planteamos un debate fuerte y crítico dentro del proceso, somos los que ahora, en un momento también delicado de la Revolución, estamos aquí diciendo: “Esta Revolución está aquí para quedarse y vamos a dar hasta la última gota de sangre para que esta Revolución siga adelante”. Hay gente que se equivoca y pensaba que hace dos años, cuando criticábamos lo hacíamos no se sabe muy bien por qué tipo de razones. Bueno, las razones para criticar hace dos años son las mismas que hacen que estemos aquí ahora cuando hay muchas ratas abandonando el barco. En este momento, donde hay gente que quizás empieza a buscar posiciones porque está haciendo lecturas catastrofistas, como si las revoluciones escribieran testamentos políticos, cuando las revoluciones no escriben testamentos políticos; esa gente que hace movimientos para ver cómo se ubica. En ese momento, los mismos que hace dos años criticamos fuerte y hacia arriba, somos los que estamos aquí diciendo: Esta Revolución lo que necesite, se lo vamos a dar. Somos irreverentes. Vengo de España y allí si hay algo sagrado es la Iglesia. Siempre recuerdo que me encanta criticar a la Iglesia Católica y siempre digo que estudié en un colegio de curas y pongo cara triste y digo: no recuerdo qué nos daba más miedo si los curas que nos golpeaban o los curas cariñosos. Igualmente, siempre he contado que cuando Moisés bajó del Monte Sinaí y le dijo al pueblo: tenéis que obedecer estas tablas que me ha entregado Dios y uno le dijo: ¡Oye, si es tu letra!. También como para decir: en nombre de quién me vas tú a contar nada. La última historia que tiene mucho que ver, aunque ustedes crean que no, con lo que estamos aquí discutiendo es una historia que he contado mil veces en Venezuela y, es la de la ciudad de Ur, cerca de Galilea, por la noche, en casa de Abraham se escucha una voz profunda, cavernosa, que dice: Abraham, agarra a tu hijo, llévalo al bosque y allí lo vas a sacrificar en nombre de Dios y su amor todopoderoso. Abraham dice: Sara, levanta al niño. Sara llorando dice: hijo despiértate, ve con el padre por leña. El niño se levanta, se despereza y van hacia al campo. En mitad de un claro, sobre un montón de leña, Abraham agarra a Isaac, lo pone encima de la pila, le abre la camisa, saca el puñal y cuando está a punto de descargárselo en el pecho, se escucha una voz profunda, cavernosa, que dice: Abraham detente, ya haz demostrado tu amor por Dios Todopoderoso, guarda el puñal, regresa a casa y se feliz con los tuyos. Abraham guarda el puñal, encamina el rumbo hacia la casa y el joven Isaac se incorpora y dice: si no llego a aprender ventriloquía este loco me asesina.

CIM: De aquellos pajúos a éstos comprendidos

Esta historia siempre me ha gustado mucho, porque es verdad que en el desarrollo del proceso bolivariano había gente que trataba al Presidente Chávez como un Dios, sobre quien no se podía decir nada. Y nosotros irreverentes, porque venimos de tradiciones políticas no autoritarias, aprendimos que había que leer a Marx, pero nos dijeron aquello de que ni Marx ni menos, es decir, nos enseñaron a ir al pensamiento no como se va a un catecismo, sino ir al pensamiento para ser más libres, no para encadenarnos. La gente que está sentada en esta mesa, las generaciones más jóvenes y las menos jóvenes, he hablado con ellos de marxismo. En Venezuela, ¡cómo te recordaban a Ludovico Silva!, que tenía esa frase tan brillante que decía: “si los loros fueran marxistas, serían marxistas ortodoxos”. Claro, porque repetirían como loros esos dictados que ni siquiera serían de Marx, como las tablas de Moisés, sino de los intérpretes del mismo. Bueno, nuestra irreverencia siempre es muy leal con las cosas profundas y éstas son las que tienen que ver con la libertad y la justicia de los pueblos. Nietzsche, que está el Presidente leyéndolo ahora mismo, decía: “lo que no me mata, me hace más fuerte”, y es verdad que la enfermedad del Presidente lo cura a él y cura también a esta Revolución. La Revolución en estos doce años ha hecho cosas fascinantes y también se ha equivocado como todas las revoluciones. Siempre nos has dado cierto susto gente bastante oportunista que decía que había un socialismo científico, ¡vaya que funcionaba como la ley de la gravedad! Que poco marxista es eso. El pensamiento marxista implica


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estar interactuando con la realidad, estar siempre escuchando qué ocurre y qué no ocurre y, por tanto, no puede haber una revolución guiada por principios científicos. Al revés, la buena revolución es la que tiene un buen oído y aquí el oído se había llenado de cera, y resulta que mucha gente cuando le criticaban lo que hacía mal, decían: ¡contrarrevolucionario!, ¡Chavista sin Chávez! Dónde estará Acosta Carles ahora mismo, cuánta gente no criticaba lo que estaba haciendo ese señor y decían: ¡Usted es un contrarrevolucionario! Quien era realmente el contrarrevolucionario. El cuerpo del Presidente Chávez le ha avisado a él y a esta Revolución, y en vez de comportarse de una manera necia y no escuchar esa advertencia y matarse, ha decidido vivirse. En ese vivirse, Chávez frente a su enfermedad creo que también ha lanzado a la Revolución Bolivariana una advertencia, de que tiene que dejar de matarse y tiene que empezar a vivirse. Y como ha dicho también Miguel Ángel (Pérez Pirela), una revolución que ha asumido la vía electoral se mata cuando pierde votos y hemos tenido, en septiembre pasado, un aviso de que cuando las cosas se hacen mal, este pueblo, que no ha sido adoctrinado sino instruido, te puede decir: si no me das lo que me has prometido, te retiro el apoyo. Estamos en un momento histórico. El hecho es que, créanme sin poder mucho, quería estar aquí con ustedes porque creo que es un momento histórico para Europa, para América, para África y también para América Latina. La enfermedad del Presidente Chávez nos emplaza a todos con una responsabilidad, quizás, como la que tuvimos hace doce años. El momento es histórico porque estamos en una fase radical de crisis del modelo capitalista. No estamos en una crisis en el capitalismo, sino que estamos en una crisis del capitalismo. Sabemos, los que nos dedicamos a las ciencias sociales, que el sistema capitalista funciona con ciclos, ciclos más cortos y unos largos. Estamos al final de uno de los ciclos largos e históricamente el final de los ciclos largos siempre se ha solventado, dentro del sistema capitalista desde hace casi quinientos años, primero con una financiarización de la economía, es decir, la economía se hunde, y en vez de construir riquezas lo que construimos es crédito. Se le da la maquinita de hacer dinero sin tener riqueza real, eso va manteniendo un poquito el tipo hasta que al final esas burbujas explotan y las soluciones siempre han sido guerras. Sobre todo cuando han habido potencias capaces de hegemonizar esas crisis del modelo capitalista. Si miramos a la historia, estamos en un momento con la misma radicalidad tenebrosa que en otros donde el resultado tenía que ser crisis radical económica seguida de guerra. Hay gente que parece no enterarse. Contaba hace poco que cuando la Revolución Francesa, María Antonieta desde su Palacio de Versalles, dijo: ¡Pero por qué protestan estos! y le dijeron: Majestad, es que no tienen pan. A lo que ella contestó: ¿y por qué no comen pastelillos? La buena monarca era incapaz de entender que si no hay pan, mucho menos hay pastelillos. Fíjense ustedes que hay gente que nos es María Antonieta, sino que sabe perfectamente qué ocurre. En Europa, ahora mismo, esos sectores y pequeños grupos elitistas que controlan el sistema financiero, que es el pulmón con el cual se ha ido alimentando el sistema capitalista en los últimos cincuenta años, esos pequeños grupos elitistas lanzan el último órdago al sistema. Ya les da lo mismo condenar a Europa al hambre, como condenaron a América Latina al hambre, igual que condenaron al continente africano al hambre e igual que condenaron a Asia al hambre. Esta es una situación novedosa, porque por vez primera en Europa estamos sabiendo de los planes de ajuste que ustedes durante tantas décadas han conocido. De repente, estamos aprendiendo lo que significa que venga el Fondo Monetario Internacional (FMI) a decirte: tienes que apretarte el cinturón.

Estamos entendiendo qué significa que venga el Banco Mundial a decirte: tienen ustedes que alargar la jornada laboral, cerrar los comedores públicos, privatizar las universidades; como estamos viendo en Grecia, privatizar hasta el Partenón. Privatizar hasta las ruinas que representan simbólicamente el nacimiento de la democracia en Europa, que es Grecia. Al final, en el Partenón abrirán un Mc Donald’s y ese será como el triunfo de este modelo neoliberal. Fíjense ustedes que la crisis tiene elementos que nos obligan a hacer análisis para no equivocarnos. Cuando uno está en una encrucijada, un paso en el camino equivocado te puede llevar a kilómetros de distancia. Estamos en una encrucijada y por eso es tan importante el pensamiento, por eso nosotros desde el Centro Internacional Miranda (CIM), en todos estos años, hemos insistido en que hay que hacer pensamiento, porque si te equivocas en la dirección te puedes ir demasiado lejos. Por eso es que hemos insistido tanto, no porque fuéramos intelectuales, todos somos intelectuales, lo que pasa es que no todos tenemos la función de ser intelectuales socialmente, pero claro que lo somos, porque somos gente que piensa, que reflexiona. Los que tenemos la función social del intelectual y los que vivimos de ser intelectuales, venimos advirtiendo que hacen falta buenos análisis. Y a dónde nos llevan esos análisis, a entender que la última crisis del capitalismo se solventó en cuatro lugares que están agotados. Qué hicieron en los años setenta para solventar la crisis del capitalismo, dijeron: vamos a generar mayor explotación. Ah bueno, parece que lo intentan. Ahí sí que siguen siendo vehementemente consecuentes. En España, ahora mismo, acabamos de aumentar la edad de jubilación a los sesenta y siete años, se aumenta la jornada laboral y es más difícil ahora obtener una pensión. Ya no trabajas para toda la vida. La Unión Europea (UE) se ha inventado un concepto que es el de flexi-seguridad, que consiste en que trabajarás para siempre, pero seis meses vendiendo pizzas, seis meses dando clases, seis meses barriendo escaleras. Es decir, tú ya no puedes estudiar para algo y trabajar toda la vida para eso. Eso ya pertenece al pasado. Y lo que pensábamos que eran derechos obtenidos, desaparecen. Entonces, volvemos a la película Full Monty, donde esos parados de larga duración tienen que hacer un streptease masculino para ver si consiguen un poquito de plata. La metáfora sigue siendo buena, cuando no tienes trabajo estás desnudo. Bueno, tenemos 20% de desempleo en España, 5.000.000 millones de personas sin trabajo y casi 2.000.000 millones de hogares que no reciben ningún tipo de ingreso. En España, que es la quinta economía de la UE, dónde también dijeron que iban a solventar la crisis, generando deuda para el futuro, vamos a generar deuda, déficit y qué hemos hecho con eso: alimentar al monstruo de los bancos. Cualquier ciudadano que nace en Europa, debe decenas


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de miles de euros. Cuál es la otra solución que decían: explotar a los países del sur. ¡Ah! ahí está la “maldad” de Venezuela, cuando de repente asume: “no vais a seguir explotándonos, no vais a quedaros con nuestro petróleo, no vais a quedaros con nuestro gas”. De repente, Europa dice: “pero estos qué se han creído”. Además, Venezuela no hacía eso sólo para ella, sino que contamina a Bolivia, a Ecuador, a Paraguay, a Brasil. Hay que recordar que el Presidente Chávez estuvo durante mucho tiempo solo defendiendo ese modelo, porque recuerdo en Belem de Pará, en el Foro Social Mundial, a los presidentes Correa, Lula, Lugo, Evo, todos; diciéndole, allí delante de todos, “Chávez si estando ahora todos juntos nos cuesta tanto aguantar, cómo pudiste aguantar solo tanto tiempo”. Los países del Sur se levantan y le dicen al norte: no vamos a seguir financiando vuestro bienestar. Qué es lo último que queda: la naturaleza, pero la naturaleza antes no se quejaba y ahora se empieza a quejar, ya grita. Por tanto, no podés seguir intentando mantener esa tasa de beneficio explotando la naturaleza. Señoras y señores, estamos en una crisis terminal del sistema capitalista. Y eso nos lleva a una reflexión terrible, porque qué es lo que dicen los centros de poder económicos y políticos: “No hay alternativa”. Todos ustedes recuerdan hace dos años a Nicolás Sarkozy y a Obama diciendo: “Vamos a construir un capitalismo con rostro humano”, “vamos a cerrar los paraísos fiscales”. Por qué no se ha tomado ni una sola de esas medidas: porque no había pueblo en la calle respaldando esas medidas, porque las luchas de ayer son los derechos de hoy y las luchas de hoy son los derechos de mañana. Y no se iban a cerrar los paraísos fiscales a no ser que hubiera mucho pueblo en la calle doblándole el brazo a los dirigentes. En los paraísos fiscales, los banqueros tienen más fuerza para doblarle el brazo a los gobernantes que un pueblo que está en sus casas. El momento es muy complicado, pero resulta que los pueblos no esperan a los teóricos. Leí una vez una pintada en Buenos Aires que decía: “No sabía que era imposible, fue y lo hizo”. Todo lo contrario de esa otra historia que cuentan: en un circo, el niño le pregunta al padre: papá, por qué el elefante ese tan grande y está atado con una cadenita a un palo pequeño, por qué no arranca el palo y se marcha y recupera la libertad. El padre le explica que cuando era jovencito, ese elefante estaba atado a la misma estaca y con la misma cadena. Tiró y no tuvo resultado, volvió a tirar y tampoco tuvo resultado, lo intentó una tercera vez y le dieron con palo y se asustó, pero lo hizo una cuarta vez y no pudo. Ya interiorizó que no se podía hacer nada y al final bastaba esa cadenita y esa pequeña estaca para que el elefante se quedase condenado a quedar sin libertad. No hay información sobre eso, pero el pueblo de EEUU ya está en la calle y hay bastantes probabilidades de que el mes que viene entre en default como el de Argentina en 2001. EEUU solamente puede pagar la nómina de los funcionarios del Estado incrementando el nivel de crédito. Si aumenta el nivel de crédito es posible que esas empresas que controlan, ya no ellos sino un grupo de ellos, le diga que la deuda de EEUU tiene el mismo nivel que los

bonos basura. Estos sectores financieros que mandan en el mundo, ya ni siquiera responden a los gobiernos y les da igual tumbar a países como Grecia, Portugal, Italia, Irlanda, España, que disparar contra EEUU. América Latina sigue levantada, marcó la pauta y lleva diez años señalando el camino correcto. Ustedes van en la dirección de conseguir derechos, mientras que Europa va en la dirección contraria, de perderlos. Pero resulta que también se ha levantado el norte de África, eso que parecía imposible. Esos pueblos supuestamente atrasados del norte de África ahí están. Han echado a Ben Alí de Túnez, a Mubarak de Egipto y hay conflictos en Yemen, hay conflictos en todo el norte de África para recuperar su democracia. Por supuesto, al final nos estamos empezando a levantar en Europa. He estado, estos dos últimos meses, profundamente implicado en el Movimiento de los Indignados. Y qué ventaja tenía, porque venía de estar diez años acompañando al proceso Revolucionario Bolivariano. Cuando escuchaba las discusiones en la calle en Madrid, cuando nos quedábamos hasta las 3:00 de la mañana en la Puerta del Sol y en las plazas de Madrid discutiendo sobre el Poder Electoral, sobre el Poder Judicial, sobre el revocatorio de los mandatos, decía: ¡madre mía, cuanto han avanzado en Venezuela! Resulta que mencionar siquiera a Venezuela, que estaba prohibido porque los medios de comunicación habían demonizado a Venezuela y de repente, poco a poco, podíamos empezar a explicar en esa plaza pública con un micrófono diciendo: ¿saben ustedes que el loco de Chávez puso un artículo en la Constitución del 99 que permite el revocatorio de los mandatos? ¡Ay, pero si eso es lo que estamos pidiendo aquí! En la Constitución Bolivariana de Venezuela ya está eso. Fíjense ustedes en los indignados que se levantan en Grecia, en España, en Portugal, en Irlanda, es Islandia, esa gente empieza a mirar desde abajo qué está pasando en América Latina. De repente ustedes, que han estado en esta soledad, sepan que de manera creciente van a recibir otra vez la mirada y la atención de esta Europa que se da cuenta de que por no salir a la calle empieza a perder sus derechos. Venezuela fue pionera en todo esto. Venezuela empezó con puro amor, cuando uno venía aquí en los años iniciales se tenía que necesariamente enamorar de este proceso, porque tocábamos a los ministros, al Presidente, existían programas en televisión donde circulaba el micrófono entre la gente y donde estaban los alcaldes, los ministros y la gente les decía: tú que estás haciendo y de ese roce salió mucho amor. Venezuela además estaba intentando una solución diferente, no era el socialismo del siglo XX que había construido campos de concentración, que había cerrado el paso a su propia ciudadanía. Aquí de repente la confianza era para el pueblo, cómo no enamorarnos de este proceso. Era emocionante y saben por qué, porque los enemigos de este proceso eran demasiado malos. Recuerdo que al comienzo de la Revolución Bolivariana, en España no nos interesaba este proceso; a la izquierda no le interesaba por qué un militar, veníamos de una dictadura militar, los militares en América Latina se habían caracterizado por hacer Golpes de Estado, por utilizar el control de las armas para someter a sus pueblos. No nos enterábamos. Pero, en el entorno del Golpe, recuerdo una discusión con una venezolana en Madrid decirle: “Si el enemigo de Chávez es el Vaticano, los Estados Unidos y Fedecámaras, algo debe estar haciendo bien este señor. Si los enemigos son tan malos, este señor debe estar haciendo algo bien y empezamos a acercarnos a este proceso”. Pero cuidado. Hay un poema de Cavafis que plantea que los romanos, siempre al final de su Imperio, decían: cuidado que vienen los Bárbaros, pongámonos alerta, hagamos defensas, discutamos, levantemos almenas, hagamos acopio de alimentos que vienen los Bárbaros. Y un día la noticia fue que: los Bárbaros no vienen. Y de repente se hundió aquello, porque al fin y al cabo, los Bárbaros, dice


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Cavafis, eran una solución. Cuando de repente Venezuela derrota a sus enemigos, se queda sola con sus aciertos y errores; y la Revolución Bolivariana empezó a darse cuenta que tenía muchos errores sin solventar. Hace dos años plantemos en este foro, a mí me correspondió el honor de hacer la conferencia de arranque, con la televisión en directo, presentando al ministro Acuña, pensando que era un evento más de gloria y loa, de solamente luces a la Revolución Bolivariana. Pero la gente que vinimos aquí, sabíamos que sólo con las luces no ayudábamos a este proceso. Siempre he dicho que un buen asesor, y el Centro Internacional Miranda es un asesor del Gobierno, tiene que cumplir tres funciones: primero, tiene que ser un buen escriba, tiene que hacer buenos documentos, tenemos que escribir buenas reflexiones; en segundo lugar, un buen asesor es el que realmente confronta a su asesorado si los argumentos son sólidos o no, y, por tanto, tiene que vocear con el asesorado, ¡qué diferencia con esos asesores que está medrando!, son asesores a ver si les cae un cargo, ¡No vale para un carajo! Falta la tercera razón que te hace asesor, que es la tarea histórica que tenían los bufones, el bufón es quien tiene que decirle al Rey que está desnudo, que: lo haces mal; y esa advertencia salva al reino. El bufón que no se atreva a decirle al Rey “lo estás haciendo mal”, es un bufón patético, en vez de ser un bufón inteligente. Nosotros decidimos hacer las tres cosas: la producción intelectual del Centro Internacional Miranda es referencia de ese proceso contra el neoliberalismo, pero están los fantasmas históricos de este país y esos son más complicados de vencer. Y hay que enfrentarlos, porque si no se enfrentan, los problemas históricos resucitarán. Y señalamos que había un problema histórico del centralismo, donde había un miedo a descentralizar la gestión política y al final tenían que seguir viniendo de Maracaibo a solventar el problema aquí. Y dijimos que había un problema de militarismo; por qué, porque históricamente el Estado no ha funcionado en Venezuela, y cuál era la única institución estatal que tenía cierto orden: el Ejército, y al final éste estaba cumpliendo funciones de los civiles, porque era el único aparato del Estado que de alguna manera cumplía órdenes y jerarquías. Pero eso no significa que sea una buena solución. Qué maravilla el acercamiento entre el Ejército y la ciudadanía que se ha logrado en Venezuela. Sabemos lo que ha pasado cuando el Ejército no está con el pueblo, lo hemos visto en Honduras. Pero, eso no significa que el Ejército tenga que olvidar su función específica y hacer funciones que le corresponden a los civiles. Dijimos que había un problema de corrupción e ineficiencia, y creo que la corrupción en Venezuela es un problema de ineficiencia.

Y dónde están los cuadros del proceso bolivariano, hemos intentado construir cuadros, y ha habido gente que no ha querido; dimos un empujón fortísimo a escuelas de cuadros, pero como rotaban a los ministros tanto, esos esfuerzos se perdían, se perdía la continuidad del funcionamiento del Estado por esa rotación constante de los ministros. Y llegaba un ministro nuevo y parecía que llegaba un ministro de la oposición, y de repente entra un ministro que es del mismo Gobierno Bolivariano y botaba a todo el mundo, y decías: “pero esto no puede ser”, “no tiene sentido”. Qué pasa, ¿es que no era bolivariano ese ministro que había?, ¿es que tienes que cambiar hasta a los choferes? Pero, eso no tiene sentido. Deberá cambiar, a lo mejor, sólo al grupo de asesores, pero cómo que tiene que cambiar todo el Ministerio. Eso no se lo puede permitir ni Suecia, ni los países ricos del mundo, se pueden permitir cambiar tanto a los ministros, pero los funcionarios que están debajo de los ministros no, pero aquí había que cambiarlo todo. Y eso hace que el Estado no sea eficiente y como no eres eficiente se te cuela la corrupción por cualquier lugar y no puedes perseguir la corrupción, porque ser corrupto en Venezuela para demasiada gente sigue siendo gratis. A veces, eres corrupto y el castigo es la patada hacia arriba. Si hubiera mecanismos claros y eficientes eso no ocurriría. Y planteamos, también, que había un clientelismo de partido, que históricamente ha sido adeco, pero cuidado que puede también ser del Psuv (Partido Socialista Unido de Venezuela) y eso es peligroso, porque no te deja crecer, no te permite asumir tus propias responsabilidades. En el momento que estás clientelizado te tienes que portar bien, perdemos lo del comienzo, la desobediencia, la irreverencia, quedas fuera. Hay que dinamitar y desterrar ese clientelismo de partido. Y luego lo último, lo que nos ha convocado de alguna manera. Cuando dándole vueltas y vueltas al concepto, llegas a uno que pensaba que por ser un eufemismo iba a ser mejor, pero por su novedad se convirtió en algo problemático: el hiperliderazgo. ¿Y qué quisimos decir con hiperliderazgo? Es que había demasiada gente que actuaba como los extras en las películas, el extra lo que procura es que en las escenas donde hay muchedumbre no se les vea la cara, porque si se te ve la cara no puede salir en otra escena, así que se las tapan, y aquí habían ministros así, dirigentes del Psuv haciendo así y alcaldes haciéndolo. Y al final, hasta que el Presidente no bajara líneas, aquí nadie hacía su trabajo. La gente decía “no voy a hacer nada, para no hacerme notar y me boten”. Y al final, lo importante era mantenerte unos años en el cargo poniéndote de lado, ya habías conseguido que te nombrasen y ya sabías que tenías garantizado un tiempito, y por qué no aprovechar ese tiempo para después intentar sobrevivir sin tener


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que trabajar el resto de tu vida. ¡Qué disparate! Con la cuestión del hiperliderazgo queríamos decir que el trabajo que no hicieran los ministros, lo tendría que hacer el Presidente Chávez. El trabajo que no hiciera la dirección del Psuv, lo tendría que hacer el Presidente Chávez. El trabajo que no hiciera cada venezolana y venezolano, lo iba a tener que hacer el Presidente Chávez. Y al final, ustedes todos se clientelizaban y el Presidente Chávez tenía casi hasta que barrer Miraflores. Y no solamente eso, sino que una revolución que está cambiando las estructuras de las cosas necesita el diálogo de todos y cada uno de nosotros. El Presidente, al final, tenía más información que nadie, cómo no iba a compartir, si sólo contando esa información se le iba el día. ¿Y acaso habían ministros que se atrevieran a decirle, Presidente eso no es así? Es plantear un diálogo, porque sino no estás haciendo bien tu tarea. Hace dos años cuando planteábamos estos problemas ocurrió una cosa terrible. Hay gente que cree que lo terrible es cuando el Presidente se enfadó con el concepto de hiperliderazgo en un Aló Presidente. Pero pasaron 10 días desde el acto en el CIM hasta ese Aló Presidente y en esos 10 días nadie habló. Saben por qué no hablaron, porque los ministros lo sabían, los alcaldes lo sabían, los diputados lo sabían. Diez días y toda la clase política chavista callada, ¿ese es el coraje con el que van a ayudar al Presidente Chávez a mantener la Revolución más hermosa de América Latina? ¿Esperando líneas para saber qué tienes que pensar? Al fin y al cabo soy un extranjero que ha venido a hacer suya esta Revolución. Esta gente es la que le echó coraje, porque cuando se armó el problema, hubo gente que vino al Centro Internacional Miranda, que reunió a la gente con la que trabajaba para decirles que no habló mal en el encuentro del CIM, y decían: “ve a pedir los videos para que quede claro que no dije nada en contra de gobierno”. ¡Qué vergüenza! Gente que te dice en privado unas cosas y en público otras, pero eso es stalinismo, y esta Revolución es bonita. Esta Revolución nació con la gente discutiendo todo en las plazas, y cuando venía alguien para acá te enseñaban la esquina caliente, como una señal de que aquí se estaba discutiendo todo. Después de hablar el Presidente Chávez en el Aló Presidente nos llamaron: pajúos, agentes de la CIA, saboteadores, contrarrevolucionarios, lo que ustedes quieran pensar; y no movimos un músculo de la cara, no pedimos disculpas a nadie, hablamos mucho entre nosotros y dijimos: “hemos hecho lo que hay que hacer, hemos sido honestos”. Y también dijimos que si nuestros hijos nos vieran dirían: “Estoy muy orgulloso de ti, porque has sido honrado”. En cambio, qué dirían los hijos de esa persona que dice un discurso y luego lo niega, si sus hijos lo vieran dirían: “Tú valiente no eres, no es tu fuerte la valentía”. Los científicos sociales, sobre todo los politólogos, estamos bajo el cuidado de Cassandra, que es una diosa griega que quería predecir el futuro, sedujo a Zeus y le pidió que le diera el don de la profecía a cambio de sus favores. Zeus le entregó el don, pero ella no quiso cumplirle, él le escupió en la boca y la condenó a predecir el futuro, pero que nadie le creyera. Ella sabía que si los troyanos iban a rescatar a Helena sería el fin de Troya, sabía lo que ocurriría, pero tenía el dolor de que nadie la escuchara. Los científicos sociales no tenemos ninguna bola de cristal, pero sí que tenemos herramientas para intentar entender qué ocurrirá. Y nosotros llevamos dos años doliéndonos, porque sabíamos que había muchas posibilidades de perder las elecciones de septiembre, porque escuchamos a la gente. Tenemos el dolor de que se hacían mal las cosas y perdíamos apoyo popular y nadie los escuchaba. Y quisimos decirlo y nos acusaban de cualquier barbaridad, con esa mentira de que los trapos sucios se lavan en casa. Los trapos sucios, lo ha reconocido el viejo Fidel Castro, se lavan al aire que es donde hay sol y oxígeno. Dos años después, el Presidente Chávez con una moralidad que la quisiera para mí llama al programa de Ernesto Villegas, no sabía nada. Me interrumpe Ernesto y era el Presidente; y empieza a

decir, desde una humildad y una humanidad que nos dice que este señor es muy grande, que hace dos años tenía razón. Que cuando se planteó lo del hiperliderazgo tenía razón, que ha sido uno de los problemas fundamentales de la Revolución. Y de repente, el Presidente Chávez nos lanza a todos un mensaje sobre la crítica real, las 3R reales. Resulta que en ese acto de coraje revolucionario y de honestidad revolucionaria que hubo aquí hace dos años, teníamos razón. Y el Presidente en ese proceso de introspección y señala que tiene que aprender a hacer un liderazgo colectivo, y dijo “si dejo que mis ministros gobiernen, ellos crecen y hacen cosas. Y si el Psuv se atreve, hace muchas cosas. Y si la gente en sus barrios, en el sitio donde viven, en su lugar de trabajo hace cosas, le reconocerán esa tarea”. En uno de mis últimos trabajos planteé que hay una ecuación de la transformación social que es doler, saber, querer, poder y hacer. Si no te duelen las cosas, no transformas ese dolor en conocimiento, no vas a querer acabar con ese dolor y no vas a buscar el momento político para acabar con eso. El modelo neoliberal ha hecho todo lo posible para que estemos solamente viendo televisión o pensando que nuestra alegría está en comprarnos el último modelo de lo que sea. Y eso no es cierto. Saben cuál es la principal causa de muerte de la juventud en Europa, la juventud que más tiene en el mundo: El suicidio. Tener no es ser, como decía Erick Fromm. Y los medios de comunicación te dicen que todo es “Yo, ahora”, cuando quieres todo para ti y ya de repente te quedas sin proyecto de vida. El Presidente Chávez nos ha recordado con su dolor que el hecho de que nos duelan las cosas es el primer paso para la transformación social. Nosotros fuimos honestos con nuestro dolor y lo quisimos compartir para convertirlo en conocimiento. Creo que Venezuela debería convertirse, otra vez, en una lámpara de Diógenes, como ese programa de Venezolana de Televisión (VTV) en donde el micrófono lo tenía el pueblo y ahí estaban los ministros teniendo que escuchar al pueblo. Creo que los líderes grandes son los que entienden el dolor y cuentan su dolor para saber si ese también es el dolor del pueblo. La enfermedad del Presidente Chávez se ha convertido en la salud del proceso revolucionario. Hay gente que no entiende por qué se han alejado los intelectuales internacionales de este proceso, porque no has mandado a firmar Manifiestos sí o sí, sin preguntarnos qué nos parecía, lo teníamos que firmar sin cambiarle nada, como si fuéramos unas focas. No se dan cuenta que del diálogo es de donde salen realmente los procesos de transformación. Vine a Venezuela en este viaje a compartir con ustedes el dolor y a dejar claro que los verdaderos revolucionarios, en los momentos difíciles es cuando se demuestra si apoyan o no apoyan los procesos. Y me voy con el regalo de un Presidente Chávez que puede estar enfermo de un cáncer, pero que ha recuperado una salud moral que me llena de optimismo y de esperanza ante el proceso revolucionario.


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Algunas propuestas comprometidas

Nicmer N. Evans

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l jueves 14 de julio junto a Victor Álvarez, Miguel Ángel Pérez Pirela y Juan Carlos Monedero, estuvimos rememorando el encuentro que hace dos años se hizo desde El Centro Internacional Miranda (CIM), donde se reflexionó entre otras cosas sobre el modelo de liderazgo desarrollado dentro de la revolución bolivariana. Siempre será necesario formular diagnósticos y caracterizaciones de nuestra realidad, que permitan generar claridad en cuanto a las decisiones más pertinentes para el desarrollo del modelo socialista, y sobre esto existen aportes sustanciales que incluso en dicho evento del 14 de julio tuvimos la oportunidad de presentar, sin embargo hoy quisiera dedicar estas líneas a formular elementos en el marco de la crítica leal y la propuesta comprometida, con mayor énfasis en esta última. La propuesta comprometida implica ciertos niveles de crudeza en sus planteamientos, que deben separarse por un momento de las consignas, para acertar en la dirección correcta. En este sentido el proceso revolucionario precisa una serie de acciones importantes para su reimpulso en esta nueva etapa transversalizada por la convalecencia del Presidente y líder de la revolución Hugo Chávez: 1.- Debe ser la discusión ideológica la base de relación política revolucionaria. Los personalismos e identificaciones carismáticas, aunque necesarios e inevitables en la práctica política, deben siempre ser acompañadas y pretender ser superadas por la creación, difusión y contraposición de ideas, fomentando para ello espacios de encuentro que se basen en la discusión ideológica, que debe pasar fundamentalmente por la formulación ética de principios para la práctica política. 2.- Debe construirse un partido proactivo, crítico y propositivo. Existe el partido, tiene militancia, moviliza, pero dentro del PSUV hay una carencia en su capacidad proactiva y propositiva, convirtiéndose en una organización ratificadora y repetidora de las decisiones del Ejecutivo Nacional, con pocas propuestas concretas para la reorientación de políticas públicas que haga más coherente el proyecto político bolivariano y socialista con la acción gubernamental. Por otra parte, la crítica es mal vista en la dirección del PSUV, siendo estigmatizada y marginada, cuando en realidad debería ser fomentada y sistematizada para de ahí desprender nuevas propuestas que potencien el desarrollo del proyecto político que encabezan. 3.- Deben formarse cuadros políticos, administrativos y comunales de la revolución bolivariana. La mayoría de

los dirigentes del partido son cuadros con formación política previa a la existencia del PSUV, y la formación a lo interno, a pesar de la insistencia del Presidente, es inexistente. Una escuela de formación, con presencia física, con formadores y sin excentricidades andragógica y pedagógicas sería un verdadero buen inicio. La formación de una generación de relevo no se genera por ósmosis y el riesgo de no formar a los militantes genera la posibilidad de reproducir viejos vicios heredados de otras agrupaciones o concepciones políticas, esto además se conecta con la corrupción, ya no como un problema de Estado ni de gobierno, sino como un problema de cultura política. 4.- Colectivización de los procesos decisionales. Ya lo decía el Presiente Chávez el 13 de julio, el modelo de liderazgo directivo ha sido uno de los errores fundamentales, y debe ser corregido paulatinamente por un modelo de liderazgo más delegativo que conduzca a un modelo de liderazgo colectivizado que facilite procesos decisionales más socializados y que se adapten realmente al proyecto bolivariano y socialista, evitando que entre en contradicción la teoría con la práctica. 5.- Debe desarrollarse un plan para la transformación del Estado. En la actualidad el gobierno revolucionario, bolivariano y socialista hace ejercicio del poder a través de un Estado con una estructura institucional liberal-burguesa, capitalistarentista, corrupta y burocratizada, lo que genera un tensión insuperable, que al no estar planificadamente asistida podrá generar en el futuro conflictos sociales irreversibles. Un plan de desmontaje de la estructura actual del Estado, para así permitir la construcción de un Estado comunal, que conciba al Poder Popular como base estructurante de su acción es una deuda histórica de la revolución, que avanza en una marcha rezagada ante la

realidad que nos desborda. 6.- Control político a la eficiencia y la eficacia revolucionaria. Las organizaciones política revolucionarias, al tener un compromiso ético cuando alguno de sus militantes asume cargos públicos, debería tener el deber de generar control político y la posibilidad de la sanción o promoción moral pública sobre las cosas que haga o deje de hacer su militante. 7.- Sanciones ejemplarizantes. La impunidad carcome la valoración de la justicia, y en el proceso político actual, cargado discursivamente de igualdad, fraternidad, libertad y justicia, la ausencia de sanciones legales y morales con repercusión pública y con criterio político, disminuye las expectativas de poder vivir en un modelo socialista real. 8.- El desarrollo de las 3R desde el Polo Patriótico. La incorporación en el proceso de socialización decisional que debe desarrollarse en esta nueva etapa de la revolución venezolana tiene un espacio natural de acción, que se ha visto bombardeado por sectores privilegiados por el actual modelo caudillesco que aún existe, negando la constitución de un espacio colegiado de poder, con verdadera incidencia en la definición de acciones políticas. El Polo Patriótico está en riesgo de no concretarse, a pesar de los esfuerzos de sus responsables, por la indiferencia intencional que algunas tendencias del PSUV han impuesto. 9.- Desburocratización del Poder Popular. La ausencia ya descrita de una transformación real de Estado ha llevado a una paulatina burocratización de las organizaciones y espacios de acción del Poder Popular, que corre el riesgo de mimetizarse con el Estado liberal-burgués. La necesidad de generar más y mejor autonomía del Poder Popular es un reto permanente de la revolución venezolana. 10.- Fomento de las luchas de las organizaciones sociales. La permanente criminalización de las luchas populares entra en profunda contradicción con un gobierno que desarrolla un proyecto rumbo al socialismo. Por el contrario, el estímulo y fomento de las luchas populares debe ser el rol fundamental de las organizaciones políticas comprometidas y el Estado debe ser un órgano resolutivo de esas demandas, no su represor. Esto implica una mayor apertura a la crítica comprometida que emerge de los sectores populares, evitando invisibilizarla como hasta ahora han pretendido los sectores oligarcas. En fin, y sin afán de incorporar alguna nueva “R”, el objetivo de esta nueva etapa debe ser “Reenamorar, Reconquistar, Reordenar y Tansformar”.


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La industrialización

VICTOR ÁLVAREZ R.

socialista L

a desindustrialización de la economía venezolana comienza en 1988 y se acentúa en los años siguientes. En 1987 se alcanza el máximo grado de industrialización, con un aporte de la manufactura al PIB de casi 20 %. Desde entonces cae de manera ininterrumpida hasta un nivel de 15% en el año 2010. Ni el proteccionismo a ultranza ni la apertura indiscriminada pueden ser las opciones de política indus¬trial en Venezuela. La industrialización de la economía venezolana tiene que ser un proceso planificado de rápido crecimiento y desarrollo de las capacidades productivas y tecnológicas dedicadas a transformar materias primas en maquinarias, equipos y bienes de consumo final, con el fin de satisfacer las crecientes demandas y necesidades de la población y la producción. Es necesario estimular un proceso eficiente de sustitución de importaciones que no pierda de vista la necesidad de exportar. La sustitución de importaciones debe proseguir, pero su modalidad debe cambiar y tornarse mucho más selectiva y programada. Los principios de selectividad, racionalidad y reciprocidad son claves para relanzar con éxito el proceso de industrialización. Principios de la industrialización socialista La industrialización socialista debe basarse en un conjunto de principios rectores tales como: el impulso a nuevas formas de propiedad social; creciente inclusión social y empoderamiento popular sobre la producción de los bienes destinados a satisfacer sus necesidades básicas y esenciales; distribución equitativa de la riqueza generada a partir del esfuerzo colectivo; preservación del ambiente; desarrollo equilibrado de las regiones; complementación de capacidades y recursos en el marco de la integración latinoamericana. Esto implica asegurar: • Un crecimiento más acelerado de la industria manufacturera que el del PIB y el crecimiento de la población: la industria como sector dinámico que impulsa el desarrollo integral. • Un crecimiento de la producción industrial superior al crecimiento de la demanda agregada interna. • Un aumento de la inversión extranjera para transferencia tecnológica, formación de talento humano, asistencia técnica e industrialización local. La industrialización de Venezuela no será obra del mercado. Se requiere una intervención inteligente del Estado para acordar los objetivos que se pueden alcanzar en materia de desarrollo industrial

e identificar los instrumentos más efectivos para lograrlos. Es clave la armonización de la política macroeconómica y microeconómica, comenzando por la fijación de un tipo de cambio que exprese la verdadera productividad de la economía no petrolera. Ni absolutismo de Estadodo ni fundamentalismo de mercado pueden ser los extremos en los que se debata el reimpulso a la industrialización. La idea de una ausencia total de intervención estatal es una con¬cepción tan absurda e irreal como la de concebir una socie¬dad donde la iniciativa privada no tenga cabida. En la construcción del socialismo venezolano, el Estado sustituye al mercado como rector del desarrollo, pero no como el principal mecanismo a través del cual se realiza la producción y la distribu¬ción. Más bien lo regula y reorienta hacia las grandes prioridades del desarrollo económico y social de la Nación. El empresario socialista Según el DRAE empresa significa “Acción de emprender. Acción arriesgada o de cierta dificultad en especial cuando se emprende con la intervención de varias personas. Unidad económica de producción de bienes y servicios”. Mientras que empresario lo define como “1) Director de una empresa que reúne los factores de producción y los dispone con arreglo a un plan para obtener su mejor rendimiento. 2) Propietario o contratista (…) que contrata los servicios de otras personas a cambio de una remuneración”. En el socialismo del siglo XX, la figura del empresario fue satanizada y reducida a la del explotador del trabajo ajeno y depredador del ambiente. Con el argumento de desterrar cualquier posibilidad de restauración capitalista se prohibió y penalizó el emprendimiento particular y colectivo, inhibiendo así la creación de empresas productivas. Esto originó una permanente escasez de los bienes y servicios más elementales para satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la población. El socialismo del siglo XXI no puede quedar preso de esas ideas muertas y obsoletas. Por el contrario, tiene que reconocer la importancia de promover

y apoyar el desarrollo de un nuevo tipo de empresario, comprometido con la construcción de un modelo productivo diferente, en el que se erradiquen las causas estructurales del desempleo, la pobreza, la exclusión social y se preserve el ambiente para las generaciones futuras. Diferencias entre el empresario capitalista y el empresario socialista A diferencia del empresario capitalista que está motivado por fines de lucro, el empresario socialista está animado por su vocación de servicio y principios de cooperación y complementación. No crea nuevos productos para inducir necesidades superfluas y rendirle culto a la sociedad de consumo que confunde la felicidad y el bienestar con la riqueza material, que aliena la conciencia de los seres humanos para que vivan pendientes de la próxima moda, exacerbando el consumismo como estrategia para vender más y así ganar más. Más bien, es un líder con capacidad para planificar, organizar y dirigir con éxito la producción de los bienes y servicios que necesita la sociedad. Crea empresas de propiedad colectiva gracias al financiamiento público y otros incentivos arancelarios, fiscales, financieros y cambiarios que el Estado les concede. Son empresas de la economía social, sin fines de lucro pero sin vocación de pérdida, llamadas a generar un creciente excedente, el cual no es distribuido como ganancia capitalista sino invertido como ganancia social en beneficio de los trabajadores y de la comunidad El empresario socialista tiene conciencia política. Sabe que si no se transforma el actual modo de producción lo que está en juego es la propia vida del planeta. Por eso asume el compromiso de construir un nuevo modelo productivo sustentable, gobernado por el valor del trabajo, el esfuerzo productivo, la participación popular, con nuevas formas de propiedad social sobre los medios de producción, que incluyan pero vayan más allá de la propiedad privada y estatal como las únicas formas de propiedad. El empresario socialista es un agente de cambio, un promotor y protagonista de las grandes transformaciones que el país necesita, un constructor de la nueva sociedad.


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¿Hegel-Marx?:

JAVIER BIARDEAU R.

Naim, Vásquez, Herrera, Gómez, Lanz… “El socialismo es, en su meta y en todo su camino, una lucha por la realización de la libertad”. Anticrítica. Karl Korsch

M

ás allá de la “pequeña política” hay debates que merecen mayor receptividad social. Rigoberto Lanz nos diría: ¡no nos hagamos ilusiones! Las condiciones que impone la massmediatización de la política, nos sugiere que en las autopistas de la información circula con gran velocidad la estupidez. Aquellas expectativas que el filósofo posmoderno Gianni Vattimo(“La sociedad transparente”), fueron luego matizadas: no todas las interpretaciones son las voces de la diferencia o la explosión de subculturas antes silenciadas. Siguen existiendo hegemonías y contra-hegemonías. Los poderes, decía Barthes, son legión. Hay lógicas de dominación por doquier, atravesando las condiciones de producciónrecepción de los discursos (Lanz-Verón dixit). Pero llama la atención, en medio de las turbulencias que afectan al capitalismo, o al Capital (Meszaros dixit); que aparezcan indicios de debate, algo esencial para apalancar la cultura democrática. Diálogos polémicos que desbordan la estrechez de miras de los parroquiales acontecimientos de la política venezolana. Pues esto último es lo que abunda: ¡mucho ruido y pocas nueces! Por tanto, me interesa destacar la reemergencia del espectro de Marx en algunas plumas, porque se trata de gente cuya función “intelectual” no deja dudas, gente que mueve ideasfuerzas, que influyen en menor o mayor medida en procesos selectivos donde finalmente se asumen decisiones: ¡para bien o para mal! Cuando Naim publica en el diario El País: “Malthus, Marx o Mercado” (3-7-2001), “Epidemia de malas ideas” (107-2011) y “Choque de clases” (17-7-2011) no deja de llamar la atención la reemergencia del espectro Marx. Algo que Emeterio Gómez trata de conjurar con su obsesiva cruzada anti-marxiana, sobre lo cual pudiera tener el conocido efecto de saturar el mensaje machacado, derivando en implosión. Demasiado simple, ha dicho Lanz. Contrastándolo con Naim, así pareciera. Sobre todo al recordar aquel texto de Keynes: “Las ideas de economistas y filósofos políticos, cuando tienen razón o cuando se equivocan, son más poderosas de lo que generalmente se cree. En realidad, el mundo es gobernado por algunas de ellas. Hombres prácticos, que creen que están bastante exentos de cualquier influencia intelectual, son, por lo general, esclavos de algún economista muerto.”(J. M. Keynes; 1936). Agregaríamos, esclavos de algún “gran pensador fallecido”. Vayamos al grano. Naim plantea su inquietud: ¿El crecimiento de una clase media con mayores medios de consumo en países pobres llevará a una catástrofe para el planeta? Se pasea por las tesis Malthus, Marx o Mercado, soltando lo siguiente: la catástrofe que imagina Malthus pasa parcialmente por la respuesta Marx (la distribución del ingreso depende de manera significativa de “factores políticos”). Si muy pocos consumen demasiado y demasiados consumen muy poco, entonces Marx tiene razón, hay severos conflictos distributivos: “hay que obligar a que haya una distribución más igualitaria del consumo. Y eso lo tiene que hacer el Estado, casi seguramente por la fuerza.” ¿Te volviste loco Naim?, cero concesión a Karl Marx…diría Emeterio. Pero Naim matiza, evaluando además la eficiencia de los mercados y la generación de incentivos: “Las respuestas tecnológicas estimuladas por el mercado pueden llegar tarde para evitar graves daños sociales y medioambientales.

La exagerada intervención del Estado para corregir desigualdades asfixia la aparición de soluciones que solo los mercados pueden generar. Y si son desatendidas, las fallas de los mercados pueden hacer el planeta invivible. Las ideologías rígidas no ayudarán a encontrar salidas. Hay que echar mano de todas las ideas, inventar otras nuevas y darle rienda suelta al pragmatismo y la experimentación. En el pasado, la humanidad halló soluciones para problemas sin precedentes. No hay por qué suponer que no las volverá a encontrar.” Ni Marx ni Keynes, entonces, son “perros muertos”. Tampoco Hegel y aquella Aufhebung (Emeterio dixit). No hay que estar tan fascinados por cambiar de santo y seña: de Kant o Hegel, a Nietzsche o Heidegger, más o menos vulgarizados. Frente a las ideas-fuerzas no hay que presuponer actitud necrófila alguna, simplemente están allí flotando como espectros. Cuando Vásquez (“No hay revolución sin mentiras”; 9-7-2011) ó Herrera (“En países donde el Estado es todo, la sociedad civil es un peligro”; 26-6-2011) traen a colación a Hegel y Marx, para desmantelar el mito de que ésta revolución tenga algo que ver con Marx y su filosofía de la libertad, colocan un tema al debate, fortaleciendo los pivotes democráticos. Ambos señalan la impronta del legado del “marxismo soviético” y de las “prácticas despóticas”, prototípicas del socialismo real en los síndromes mal metabolizados de una izquierda perezosa que claudica su potencia en el farragoso culto a la personalidad. La democracia participativa y la soberanía popular directa son cosa distinta y no debemos olvidarlo. De allí que falta releer aquella anticrítica del heterodoxo Karl Korsch, para retumbar en algunos oídos fofos: “El socialismo es, en su meta y en todo su camino, una lucha por la realización de la libertad”. Una libertad espiritual real para todos y para cada uno, sobre todo para los esclavos asalariados, física y espiritualmente sojuzgados, pese a toda la democracia y libertad de pensamiento que se pueda invocar formalmente en la “sociedad civil burguesa”, como en las “Constituciones aéreas” (URSS-1936) del Socialismo Burocrático. Profundizar e inventar nuevos espacios de libertad, más allá de las filosofías del prefijo (post-), allí hay algo sustantivo que debatir.


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Condiciones objetivas vs voluntad política J B Estamos llamados a asumir el momento que vivimos como el momento de ofensiva revolucionaria, una ofensiva que debe materializarse en la construcción de una política UAN

ARRETO

creadora concreta con la cual se impulse, sin ambigüedades, un viraje definitivo hacia la construcción de eso distinto que enunciamos como buen vivir. Se trata del momento político en que, como lo ha dicho el presidente Chávez nos jugamos hasta la propia vida. En este viraje, resulta imprescindible tener claridad sobre los núcleos vitales del debate, que no son otros que aquellos que tienen que ver con la naturaleza del poder y las formas de concreción del poder popular. Porque si no tenemos clara la visión estratégica del poder, es fácil caer en fatales errores políticos tales como el dogmatismo, el burocratismo, el estatismo y las prácticas oportunistas, o hasta en conductas y acciones antagónicas al comportamiento revolucionario. Errores que, sin duda, también tienen que ver con formas de entender el mundo, nuestras relaciones con él, con los otros y con nosotros mismos, y particularmente con las formas de pensarlas, decirlas y sentirlas. Así que para incorporarnos con éxito al debate, uno de los puntos centrales de nuestra reflexión, tiene que tomar en cuenta al lenguaje y los engramas lógicos que utilizamos para construir el pensamiento, por ejemplo: es el carácter sucesivo y, a la vez, simultáneo del lenguaje y, en consecuencia, la simultaneidad de lo que nombramos y hacemos con el lenguaje. El lenguaje es parte de la vida que es simultánea. Lo que en ella ocurre y nos ocurre siempre tiene la marca de la simultaneidad. Por ende, el lenguaje es multiplicidad, los lenguajes son multiplicidad de multiplicidades comprimidas y están íntimamente relacionados con una concepción del mundo y de nuestras acciones en él, así como nuestras prácticas también son discursos que articulan el lenguaje. Solemos perder de vista lo múltiple y su movimiento simultáneo y muchas veces asumimos concepciones en las cuales se supone que el proceso revolucionario avanza por etapas o fases sucesivas y lineales. Dígase de la visión positivista y occidental del desarrollo. Pero resulta que eso que llamamos “etapas” son creaciones humanas. Cuando leemos a Lenin en Las tesis de abril, podemos constatar que él hacía frente a unos compañeros que actuaban bajo la tesis de que las condiciones objetivas no eran favorables. Lenin actuaba respondiéndoles que en el capitalismo tales condiciones sí estaban de suyo dadas para hacer posible una revolución, que hacía falta, más que condiciones objetivas, el papel de la voluntad política hecha acción. Lenin se refería fundamentalmente a que el capitalismo produce la miseria y la explotación del trabajo, de manera tal que las condiciones a ser creadas eran las subjetivas, porque las objetivas están presentes. Destaca Lenin, que es la voluntad política la que construye el escenario y no al revés. De modo que las condiciones objetivas y las subjetivas devienen en un mismo movimiento: la voluntad política materializada en acción revolucionaria como simultaneidad de la multiplicidad de las prácticas. Es de vital importancia tener presente este planteamiento de Lenin, cuando hablemos del socialismo del siglo XXI. Este es el debate, un punto de inflexión que cruza el deseo revolucionario, crea el acontecimiento, y la gente lo ha asumido así. Este debate está intrínsecamente relacionado con el impulso social de nuestras prácticas, tiene que ver con el ejercicio del poder popular, con la democracia radical revolucionaria, que se construye día a día; con el poder popular a través de los movimientos sociales, los consejos comunales y demás espacios de articulación del poder popular.

Contra el sectarismo J

GUSTAVO MÁRQUEZ

“Los sectarios sólo son capaces

de distinguir dos colores: el blanco, y el negro. Para no exponerse a la tentación, simplifican la realidad”. León Trotsky. La crítica que hizo el Presidente Chávez al sectarismo, debe tomarse como un llamado de atención frente a la amenaza que este representa para la consolidación de la revolución bolivariana, cuando se requiere mayor cohesión de los sectores que la respaldan y la ampliación de su base social de apoyo. El sectarismo, como desviación de la praxis revolucionaria al menos tiene dos variantes: La primera surge desde una postura idealista, subjetivista, voluntarista e ingenua, sustentada en un modelo ideológico marxista, dogmático, integrista, asumido como un instrumento infalible para interpretar y hacer la sociedad a su imagen y semejanza. La segunda nace en el pragmatismo de la lucha por el poder, cuando su conquista o ejercicio deja de ser un medio para impulsar el proyecto político y se convierte en un fin en sí mismo, con propósitos crematísticos y caudillescos, aunque para despistar mantenga la fachada de un “radicalismo” simbólico, en ocasiones irracional, que por su impacto negativo pareciera formar parte de una estratagema del enemigo. En el gobierno, el sectarismo ha hecho mucho daño, por la conducta de funcionarios “chavistas”, que cubriéndose de rojo, secuestran el poder para su usufructo y el de su entorno individual o grupal, desestimando las experiencias y logros anteriores al imponer la “tabula rasa” como punto de partida de su gestión, afectando severamente con ello la consolidación y progresividad de los cambios y avances institucionales de la revolución. El sectarismo es una manifestación de inseguridad, intolerancia al disenso y desprecio por el conceso como vía para la toma de decisiones de un PP auténtico, surgido de una sociedad plural que aspira al autogobierno sin el tutelaje de la burocracia. Solo el respeto a la conformación diversa de los Consejos Comunales y su trato equitativo desde el Estado, sin discriminaciones fundadas en razones políticas o ideológicas, permitirá su consolidación como órganos del PP en la transición al socialismo del siglo XXI.


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El problema del socialismo es la producción, no solo la distribución

JESSE CHACÓN ESCAMILLO

E

n los diversos estudios sobre percepción de la gestión pública que realizamos en la fundación GISXXI, la inflación y el costo de la vida se mantiene en un lugar muy destacado. Es innegable que la inflación no es solo un problema económico, es así mismo un problema social que precariza la vida de los ciudadanos y un problema político que se salda con la desafección en la obra de cualquier gobierno. La oposición y las derechas latinoamericanas recurrentemente han tratado de presentar la inflación como producto de la política de gasto social del gobierno, política que expande la capacidad de consumo y por lo tanto eleva la inflación, sin embargo un gobierno como el Bolivariano que ha ampliado el gasto social hasta lograr serios impactos en la disminución de la pobreza ha tenido como inflación más alta el 31.2 %, la cual se registró en el marco de la devastación golpista del 2002, y tuvo un techo de 30.9 en el año 2008 en el marco de la crisis económica mundial. Por el contrario la oposición mientras estuvo en el gobierno y se dedicó a la reducción y eliminación de la política social durante la década del 90, arrojó para 1989 una inflación de 89% y llegó a cifras alarmantes de 103.2% para 1996. Lo anterior demuestra que el problema de la inflación en contravía a la manipulación política con que se aborda, es un problema estructural de la economía Venezolana, el cual debe ser pensado y explicado fundamentalmente en la no existencia aun de un aparato productivo manufacturero y agroalimentario capaz de ofertar un alto volumen de bienes para el consumo de nuestra población. El problema de la especulación es incidente, claro está pero no es determinante. Dado los grandes avances del proceso Bolivariano en el área política y social, pasa a ser el problema de la producción el reto central que enfrenta hoy la construcción socialista en Venezuela, por ello debemos concentrar nuestra reflexión y acción en el modelo productivo a construir. El nuevo modelo productivo enfrenta múltiples retos referidos a la necesidad de romper con las lógicas capitalistas imperantes, pero también es claro que existen otros retos no menores referidos a la necesidad de desestructurar el rentismo petrolero como materialidad productiva y representación cultural en toda la población, es necesario implantar un nuevo modelo productivo que descanse sobre un alto nivel * GRUPO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL SIGLO XXI

de eficiencia. Romper el rentismo implica construir cadenas productivas viables y sostenibles, es necesario que dichas cadenas aporten a satisfacer las necesidades sociales de la población, pero igualmente es necesario que ganen altos índices de productividad para que puedan permanecer y consolidarse. Nuestros problemas en la dinámica productiva aunque amplios y complejos podríamos sintetizarlos en tres nudos críticos fundamentales: El patrón de producción petrolera desestructuró desde principios de siglo las formas tradicionales de producción agropecuaria y agroexportadora, sin permitir el desarrollo de un tejido industrial y agroalimentario capaz de satisfacer las necesidades nacionales. El nivel de ingreso promedio de los habitantes Venezolanos se elevó durante muchas décadas del siglo XX casi al nivel de los habitantes de los países capitalistas del centro. El crecimiento del ingreso ha generado una deformación fundamental de la economía, en la cual se da el incremento del consumo a pesar de la baja productividad, consumimos más de lo que producimos. Así mismo enfrentamos problemas a resolver en las políticas y estrategias a elegir en la configuración de nuestro modelo productivo:

Cuáles son las cadenas productivas estructurantes (Petroquímica, infraestructura y vivienda, turismo, agroalimentaria, telecomunicaciones, etc) y cuál es su modelo de articulación territorial con las redes productivas locales. Que socializar, todo? Algún nodo estructurante en producción o comercialización que nos permita el control de la cadena? Que nodos de las cadenas serán de propiedad social directa e indirecta? Cuales no?, Que sectores se abrirán a la inversión privada?, donde pervivirá la propiedad privada? Como formar y preservar la nueva gerencia para el reto de la activación productiva? Como superar al tecnócrata sin caer en el extremo voluntarista del gerente politizado pero que desconoce el sector? Estos y otros problemas requieren una política sistemática y deben incorporarse en la reflexión y debate nacional, tanto en la agenda del gobierno como de todos los actores nacionales, hay unas constantes estructurales heredadas que complejizan la tarea, pero igualmente hay prácticas de gestión que debemos reenfocar para avanzar con éxito en la tarea. Hoy más que nunca está vigente el planteamiento de Marx en su crítica al programa de Gotha, cuando hacía referencia a que “el problema del socialismo no es solo la distribución sino también la producción.”


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De Plaza Altamira a El Rodeo EII

ARLE

HERRERA

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e un motín a otro transcurrieron nueve años. En ambos hubo muertos, de mano de los amotinados. Se los achacaron al gobierno revolucionario. En ambos, el respaldo mediático a los actores de las tomas –de la plaza y la cárcel- fue desproporcionado. Los dos acontecimientos se resolvieron sin las masacres anunciadas por aquellos que ya se veían ante organismos internacionales denunciando al presidente Hugo Chávez “por crímenes de lesa humanidad”, ese ritornelo que no cesa desde entonces. Plaza Francia, nombre del bello espacio de la urbanización Altamira de Caracas, fue tomada por altos oficiales que venían de ser derrotados en el golpe de estado de abril de 2002. Declararon el lugar “territorio libre”, en violación de la Constitución Nacional y en un acto de provocación. Tuvieron el apoyo de los alcaldes del Este de la ciudad, como lo habían recibido para el golpe del 11-A. La población civil opositora les servía de escudo. Esperaban una acción del gobierno, el derramamiento de sangre (no la de ellos) y, como consecuencia, la intervención extranjera contra Venezuela. El motín en El Rodeo (I y II) tuvo su propio disparador, pero el aprovechamiento político y mediático (uno por lo otro) de la situación estuvo presente antes, durante y después de los acontecimientos. Lo ocurrido en ese penal sería la chispa para incendiar todas las cárceles del país. Las Ongs que viven de la sangre ajena salivaban. Partidos de la Cuarta República, responsables de tantas masacres carcelarias, se rasgaban las vestiduras desde la Mud en nombre de los derechos humanos. Diputados atormentados por el exhibicionismo se peleaban a dentelladas el primer plano mediático a costa del dolor ajeno. Plaza Altamira fue una conspiración a cielo abierto. A veces parecía un cuartel alzado y, otras, un templete o una retreta. Al lado, los tomistas uniformados tenían a la orden un hotel cinco estrellas, el Four Seasons, que fungía de cuartel general. Wikipedia se ocuparía del hecho y reseñaría que “tales acontecimientos fueron ampliamente cubiertos por los medios de comunicación privados venezolanos, que tenían corresponsales permanentes que transmitían todas las declaraciones de los militares sublevados”. Las más modernas plataformas tecnológicas de la comunicación se instalaron en el sitio. Aquello parecía un telemaratón, sólo que con muertos. Allí llegó un loco de nombre Joao de Gouveia disparando a diestra y siniestra. Dijo que un canal de televisión lo enloqueció. El gobierno dejó que el sangriento reality show se desgastara por sí mismo. Un día, los medios se mudaron de Plaza Altamira a la CTV y PDVSA, para cubrir durante dos meses el paro y sabotaje petrolero, con sus partes de guerra vespertinos, día tras día. La toma y secuestro de El Rodeo no se le quedó atrás a la plaza en cuanto a cobertura mediática. Las declaraciones de los “pranes” (capos o “líderes” de los presos) eran desplegadas por encima de las de los voceros del Estado. Precisamente, porque se buscaba crear la sensación y percepción de que no había Estado ni gobierno. Se exageraba al “informar” sobre números de muertos. Nunca se rectificaba al conocer la cifra exacta. La palabra “masacre” se machacaba diariamente, en hipócrita y perversa combinación con la frase “derechos humanos”. Adentro, en la cárcel, los “pranes” secuestraban a sus propios compañeros; afuera, los “pranes” de la información secuestraban la verdad.

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ías atrás, un grupo de personas de distinta procedencia política firmó un Documento proponiendo “la recuperación del Proceso de Cambio”. Algunos de los firmantes estuvieron en funciones de Gobierno y abandonaron sus actividades en medio de críticas de las organizaciones sociales debido a una deficiente gestión, y forman parte de lo que podríamos denominar un grupo de “resentidos” políticos, por su paso o cercanía al Proceso de Cambio liderizado por el movimiento indígena-campesino y popular, al que con el tiempo abandonaron o desertaron por algún tipo de desavenencia, enojo o malestar.?? Es el caso de Alejandro Almaraz, ex Viceministro de Tierras; Raúl Prada, ex constituyente, ex Director General de Normas y Gestión Pública del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y ex Viceministro de Planificación Estratégica; Gustavo Guzmán, ex Embajador de Bolivia en los Estados Unidos, Víctor Hugo Sainz, ex Superintendente de Hidrocarburos. También firma Óscar Olivera, que si bien no fue funcionario público, estuvo a punto de ser congresista del MAS el 2002, de no ser por su exigencia para tener su propia plancha de diputados. Además se adhieren al Documento otras personas que, junto con los primeros, presentan dos características. La primera: su cercanía o simpatía siempre fría y formal con el MAS y las organizaciones sociales indígenas-campesinas y populares que gobiernan el país, una cercanía cargada de un pudor de clase media cuidadosa de no impregnarse del olor y las luchas reales de los indígenas, y de precautelar sus imágenes personales y su prestigio social. Impulsados no por la convicción ni el empeño, sino por la fuerza de los hechos, a observar las sublevaciones populares, mantuvieron esa simpatía forzada a las movilizaciones sociales que cuestionaban el viejo orden neoliberal. Pero cuando se tuvo que pasar a la construcción práctica de las nuevas estructuras de poder que materializaran la fuerza de la sociedad sublevada, en ese momento se replegaron al origen de clase del que provinieron, o al compromiso y expectativa de clase para el que se formaron, y no sólo exhibieron una extraordinaria impotencia intelectual para convertir sus discursos de adhesión


El oenegismo,

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ÁLVARO GARCÍA LINERA/VICEPREISDENTE DE BOLIVIA

¿enfermedad infantil del derechismo?

“formal” a la causa popular, en acciones de implementación práctica de sus propuestas, sino que hoy, ya fuera del Gobierno, critican lo que antes hicieron, lo que antes les parecía bien cuando estaban adentro, lo que no quisieron hacer cuando tuvieron la posibilidad. Peor aún, con cierta dosis de señorialismo, denigran el dificultoso aprendizaje y los reiterados esfuerzos, retrocesos y nuevos avances de gestión, propios de un Gobierno compuesto por personas de distinto origen social popular, que no fueron educadas como “profesionales” del poder, y que tienen que ir aprendiendo sobre la marcha, corrigiendo errores en el camino, enderezando acciones a cada momento, pero siempre teniendo como objetivo supremo orientador el de convertir en materia estatal, en logros consolidados, las victorias alcanzadas en las calles por el movimiento social. Al parecer, los firmantes del Documento se horrorizaron ante la sola posibilidad de que la fuerza popular sublevada dejara de ser una simple voz de protesta y de denuncia testimonial (redituable para acceder a financiamientos por asesorías, padrinazgos y estudios de ONG´s), y se esforzara para buscar convertirse en poder, en un Estado a cargo de campesinos, indígenas y trabajadores, en el que por supuesto, las asesorías y los padrinazgos externos no tienen cabida. Precisamente este es el segundo común denominador de una parte importante de los firmantes: pertenecen, dirigen o

están largamente vinculados al trabajo de fundaciones y ONG´s. Y ese no sería un problema si no fuera que se trata de ONG´s, que durante años, crearon una relación prebendal y de neocolonización mental hacia diversas organizaciones sociales y principalmente hacia algunos dirigentes. Por supuesto que existen ONG´s que apoyan a las organizaciones sociales, subordinándose a sus decisiones, pero otras simplemente buscan suplantar el pensamiento y acción organizativa de los sectores populares indígenas y campesinos, y a través del uso discrecional y selectivo del dinero, financian los viajes de los dirigentes, elaboran documentos a nombre de las organizaciones sociales, dirigen las propias reuniones de estos sectores y promueven pequeñas marchas en oposición al Gobierno para sacar fotos y luego pedir con ello mayor financiamiento en el extranjero. Varias de esas ONG´s son ventrílocuas, es decir usan la voz oficiosa de algún dirigente o asesor a nombre de los trabajadores y de los indígenas, pero en realidad hablan por sí mismas, por sus intereses particulares de instituciones financiadas, camufladas en la voz comprada de ese “dirigente” o “consultor”. En algunos casos, estas ONG´s actúan como brazos operativos de intereses transnacionales y al oponerse, por ejemplo a la construcción de carreteras o a las inversiones tecnológicas reivindicadas por las propias organizaciones indígenas, en realidad se oponen tenazmente a la

satisfacción de necesidades básicas de la población laboriosa. Lo que ellas quieren son unas “comunidades” congeladas en sus carencias y con relaciones de subordinación a patrones e intermediarios, porque claro, a sus funcionarios no les falta luz ni agua potable, tienen movilidades, pueden viajar en avión, y ganan salarios en dólares. Pues bien, buena parte de los que firman este Documento pertenecen a este tipo de ONG´s y han absorbido y sistematizado esa forma de pensamiento suplantadora de la sociedad, practicando una lógica prebendal de colonización de las dirigencias sociales. Por ello no es extraño que permanentemente ataquen a las organizaciones del Pacto de Unidad (Csutb, Cnmciob “BS”, Cscib, Cidob y Conamaq), que son las que preservan su capacidad autónoma de movilización, construcción discursiva y pensamiento político. Pero este activismo oenegista, reproductor de lógicas de dominación colonial sobre las organizaciones populares, no sólo es impulsor de una práctica de patronazgo mercantil y padrinazgo ideológico sobre algunos dirigentes sociales, sino que también recoge y amplifica a plenitud y sin rubor alguno, las falacias, mentiras e infamias con las que la derecha neoliberal y la derecha empresarial mediática atacan al Gobierno de los Movimientos Sociales encabezado por el Presidente Evo. Analicemos punto por punto las falsedades de este Documento.


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NELSON PINEDA PRADA*

El liderazgo para la Venezuela Socialista En el año 1999, se inicia un profundo proceso de transformación de la formación social capitalista dependiente venezolana. El diagnóstico de la Venezuela

puntofijista, clientelar, partidocrática, elitista, excluyente, subdesarrollada, que empobreció al pueblo venezolano, nos decía que ésta tenía que ser objeto de una transformación radical. Que no había cabida para las reformas. Por lo que, dicho proceso, debía conducir a la formulación de un nuevo modelo de desarrollo. A un nuevo proyecto de nación. Que tuviera al venezolano como el centro de su estructuración, sin excluidos. Verdaderamente democrático, por tanto de democracia participativa y protagónica. Solidario y exigente. Serio y responsable, en la distribución de la riqueza nacional. Se inició, de tal manera, una revolución pacífica y democrática. En menos de un año, se transformó el marco constitucional del país, con lo cual se cumplió el compromiso de dotar a Venezuela de una nueva Carta Magna. T.S. Kuhn, en su obra: La estructura de las revoluciones científicas, nos dice que “las crisis son una condición previa y necesaria para el nacimiento de nuevas teorías”, y que “la decisión de rechazar un paradigma es siempre, simultáneamente, la decisión de aceptar otro, y el juicio que conduce a esa decisión involucra la comparación de ambos paradigmas con la naturaleza y la comparación entre ellos”, ya que “la transición de un paradigma en crisis a otro nuevo del que pueda surgir una nueva tradición de ciencia normal, está lejos de ser un proceso de acumulación, al que se llegue por medio de una articulación o una ampliación del antiguo paradigma”. De allí que sea –precisamente- esa transición, hacia el establecimiento de un nuevo paradigma, a lo que Kuhn llamó Revolución Científica. Pues bien, avanzar en la edificación de una nueva formación social venezolana exige al liderazgo, que le corresponda conducir dicho proceso, entender que el Socialismo del Siglo XXI no es igual a los modelos socialistas existentes o que existieron en otras latitudes. Que éste fragua su estructuración en la realidad venezolana. Es venezolano. Lo cual no significa que algunas de sus políticas, puedan ser coincidentes con las de otras experiencias societales. Tiene que ser un liderazgo imaginativo y creador. Tiene que entender que su gran misión, es la de diseñar un modelo de desarrollo social nuevo; cuya edificación debe trascender el rentismo tradicional; que debe transformar el “Estado Capitalista” actual en un “Estado Socialista”, que ese es el cambio de paradigma requerido. Tarea que no es fácil, ni se logra por decreto. El liderazgo para la transformación socialista tendrá que dotarse de una formación política sólida. Debe hacerse de un real conocimiento -y una real interpretación- de nuestro proceso socio-histórico. Debe saber que Venezuela fue incorporada al sistema económico mundial en calidad de país productor de materia prima y consumidor de productos industriales. Sistema Económico que las grandes potencias organizaron de acuerdo con sus intereses y dispusieron de su inigualable poder para imponerlo. “Sistema Mundo” que hay que transformar. Debe entender, por tanto, que el tiempo presente es otro. Un líder socialista no debe parecerlo; sino que, debe serlo. Por lo que en su accionar debe dar demostración de ser un auténtico demócrata; que su prédica sobre el pueblo, es sincera; que lo guían nobles y profundos sentimientos humanos, por lo que la justicia social, la equidad, la igualdad, trascienden la condición de valores morales que se le atribuye en la sociedad capitalista, para convertirse en principios caracterizadores y determinantes de una conducta verdaderamente socialista. El liderazgo de la Venezuela Socialista debe desechar toda conducta clientelar, todo “familismo amoral”. Debe entender que, a diferencia de lo postulado por Weber, el carisma es una cualidad que se atribuye a aquellas personas que atraen y son atraídas por el pueblo. Cuyo liderazgo es construido a partir de la trasmisión de ideas y creencias, estructuradas a partir de una lógica del poder. El líder socialista tiene que ser consciente que él no es un “ser aparte”, dotado de poderes sobrenaturales. Que como bien lo dice Lipovetsky: “El ideal moderno de subordinación de lo individual a las reglas racionales colectivas ha sido pulverizado, el proceso de personalización ha promovido y encarnado masivamente un valor fundamental, el de la realización personal, el respeto a la singularidad subjetiva, a la personalidad incomparable…”. Pero sobre todo, el liderazgo para la edificación de la Venezuela socialista, deberá estar convencido de que ello es posible; y, más que posible, que es una necesidad. Sólo así haremos realidad la utopía.

Comité de R preinscritos

OBERTO

MALAVER

Cinthya Machado Zuloaga viene cimbrando su cuerpo escultural por el pasillo del segundo piso del Centro Comercial San Ignacio, y un grupo de ejecutivos, que van de frente, se detiene en seco. Se separan y dejan libre el centro del pasillo, y cuando Cinthya pasa se agachan y dicen a coro: “Dios salve a la reina”. Ella llega hasta el cafetín donde yo la espero, y me pongo de pie y le doy un beso, y en ese momento soy la envidia de todos los seres humanos que nos miran. Toma asiento. Toma su tiempo. Toma la palabra: “Otra vez pusimos la cómica. Oswaldo Álvarez Paz hizo una reunión con los precandidatos a derrotar al tirano y aquello fue un fracaso total. Pablo Pérez no pudo ir porque estaba con Teodoro Petkoff en Washington recibiendo órdenes. Y desde Táchira, César Pérez Vivas llamó por teléfono para preguntar si ya le había salido el cupo como candidato. Y Capriles Radonsky no fue porque los que estaban allí no alcanzaban los puntos. En fin, que Antonio Ledezma estaba contentísimo porque ahí era el tuerto, es decir, el rey”. El mesonero viene cantando sus canciones ya viejas. Llega hasta la mesa y se postra de admiración ante Cinthya. “Mi Reina del sistema planetario” y coloca con cierta elegancia la botellita de agua Evian. Y “chavista marginal, coja su café”. Y se marcha, como siempre, de espaldas, para seguir adorando a su reina. Cinthya sonríe y dice: “Fue mi padre quien dijo que se había creado un comité de pre-inscritos para ver a quién le salía el cupo como candidato para las elecciones el año que viene. Lo que pasa es que hay quienes quieren comprar el cupo en la embajada de EEUU. La lista de pre-inscritos es larga, porque parece que también quiere inscribirse Miguel Henrique Otero, es decir, que la lucha por el cupo se acentúa. Y ahora ocurre que a Manuel Rosales lo están esperando desde hace meses, porque su esposa dijo que venía y William Ojeda también, y el hombre debe ser que vive muy lejos porque todavía no ha llegado. Y El Tigre Eduardo Fernández ya tiene un gabinete para gobernar en la transición. Y mientras tanto, Ramos Allup, cada vez que le anuncian un nuevo candidato, canta el himno de Acción Democrática: Adelante, a luchar miliciano” Toma un poco de agua y con toda la ironía, dice. “Lo que falta es que hagan una marcha hasta la embajada de Estados Unidos con pancartas pidiendo cupo para dirigir el país”


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JORGE MAJFUD*

El patriotismo de los ricos E

n todo el mundo, los ricos casi no emigran, casi no integran los ejércitos que mandan a sus guerras y que luego llenan de honores y aplausos, y maldicen al Estado que les chupa la sangre. Cuando las economías van bien, exigen recortes de impuestos para sostener la prosperidad y cuando las cosas van mal exigen que el maldito Estado los rescate de la catástrofe (con dinero de los impuestos, está de más decir). Desde la crisis financiera de 2008, la mayor preocupación de la clase media norteamericana ha sido el desempleo y el déficit, ambas herencias del gobierno republicano de George Bush. Dentro de este partido, el Tea Party ha surgido con una fuerza que le ha permitido dominar su retórica pero tal vez sea su propia ruina en las próximas elecciones, que en principio se les presentan favorables. Su bandera es la ideología Reagan-Thatcher y la ortodoxia de oponerse a cualquier incremento en los impuestos. Aseguran que no se puede penalizar a los exitosos, los ricos, con impuestos, porque son los ricos quienes crean los puestos de trabajo cuando la riqueza comienza a derramarse desde arriba. En un debate de 2008, Obama comentó que los partidarios de esta teoría (más bien, ideología) con la crisis habían descubierto que cuando se espera que la riqueza gotee de arriba el dolor comienza a subir desde abajo. Los datos actuales (para no ir lejos) contradicen la teoría del “trickle-down” llevada a sus extremos por el último gobierno republicano, ya que (1) la capacidad de la avaricia de los “de arriba” es ilimitada, sino infinita, y (2) el desempleo no ha bajado en los últimos años, sino lo contrario. Aunque en el país ya no se destruyen 700.000 empleos por mes como hace un par de años, la creación de nuevos puestos sigue siendo débil (entre 15.000 y 250.000 por mes; un ritmo saludable para bajar el 9.2 por ciento de desempleo debería ser de 300.000 nuevos puestos por mes). Por otro lado, en el último año la productividad ha crecido en proporciones muchos mayores y, sobre todo, los beneficios de las grandes compañías. Cada semana se pueden leer en los diarios especializados los resultados de una gigante financiera, industrial o de servicios que han incrementado sus ganancias en 30, 50 o 60 por ciento, como algo normal y rutinario. Cualquiera de estos porcentajes significan varios billones de dólares. Incluyendo las antes desahuciadas automotoras de Detroit. Sin entrar en detalles de cómo la clase media, Estado mediante, financió el

rescate de todos esos gigantes, sin elección y bajo amenaza de que algo peor podía haber seguido. Desde los ´80, la riqueza arriba se sigue acumulando y el desempleo abajo continúa desde el 2009 en niveles históricos. Estudios han mostrado que esta diferencia entre ricos y pobres (Bureau of Economic Analysis), una característica latinomericana, ha crecido bajo esta ideología del trickle-down. Mucho antes de la crisis de 2008, cuando todavía existía un superávit heredado de la administración Clinton, los republicanos lograron reducir los impuestos sobre los sectores más ricos, entre ellos las petroleras. Este período de gracia vencía este año y fue extendido por el propio Obama bajo presión republicana, poco después de que los Demócratas perdieran el control de la cámara baja. Entonces, el presidente Obama fue fuertemente criticado por su propio partido por dar más concesiones a los Republicanos que exigir de ellos algo a cambio. No obstante, en las últimas semanas las posiciones se han polarizado. En una de las últimas reuniones con los republicanos, Obama, el que nunca pierde el equilibrio, se levantó abruptamente amenazando: “no me prueben”. Ante las negociaciones para incrementar el techo de endeudamiento (práctica normal en Estados Unidos

y en muchos otros países; sólo en la administración Bush se votó siete veces la misma medida) los republicanos continúan procurando suspender y eliminar varios programas de asistencia social y negándose radicalmente a subir los impuestos a los más ricos (en muchos casos, billonarios). Por el otro, los demócratas y el presidente Obama se resisten a reducir los servicios sociales y en contrapartida exigen incrementar los impuestos a los más ricos. He escuchado a unos pocos millonarios preguntándose por qué ellos no pagaban más impuestos cuando son ellos, precisamente, los que más posibilidades tienen de aportar cuando el país necesita. Cuando el país de mitad para abajo lo necesita, habría que aclarar. Pero aparentemente no son estos millonarios los que hacen lobbies presionando en los congresos de los países. De cualquier forma, y a pesar de toda esta mise-en-scène republicana, no tengo dudas de que antes del 2 de agosto el parlamento votará una nueva alza del techo de endeudamiento. ¿Por qué? simplemente porque le conviene a los dioses inversores de Wall Street. No porque haya trabajadores sin empleos o soldados sin piernas esperando por la caridad del Estado que los mandó al frente a cambio de un discurso y unas pocas medallas.


/Agosto de 2011

Consulta previa

Derecho fundamental de los pueblos indígenas OIT: convenio sobre pueblos indígenas y tribales

Artículo 6 1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán: a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente;

S

on cada vez más frecuentes en América Latina los conflictos sociales relacionados con la explotación de recursos naturales en territorios indígenas. Los ingresos por exportaciones de recursos naturales constituyen un factor importante en el crecimiento económico de un país. En aras de este “interés nacional” los Estados entregan territorios de pueblos indígenas en concesión a empresas extractivas sin tomar en cuenta cómo esas actividades afectan el modo de vida de dichos pueblos. Los Estados arguyen que las inversiones mineras, petroleras, hidrocarburíferas, madereras traen desarrollo al país, pero esto no es del todo certero pues la mayoría de las veces ese desarrollo no beneficia a las comunidades indígenas ubicadas en los territorios donde se realizan las actividades extractivas. No sólo no las beneficia sino que destruye su hábitat, aquel territorio que ellos consideran como su farmacia, su mercado, su ferretería y su espacio de contacto con sus creencias, espiritualidad y cultura. ¿Será que el interés nacional está por encima del derecho a la existencia de un colectivo humano, de un pueblo indígena? ¿O acaso no es obligación de los Estados proteger la existencia de todos sus habitantes? Cuando con actividades extractivas se altera el modo de vida de los pueblos indígenas se está poniendo en riesgo la existencia de los mismos, de ahí que se sientan obligados a tomar medidas de fuerza para ser escuchados y respetados. Lamentablemente, esas medidas devienen a veces en enfrentamientos con las fuerzas del orden, los mismos que llegan a dejar saldo de muerte y heridos. En este contexto la consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas antes de tomar cualquier decisión que pudiera afectarlos directamente evitaría la proliferación de estos conflictos y tantas muertes y resentimientos. La consulta previa es uno de los derechos fundamentales incluidos en el marco jurídico internacional, como el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del Trabajo, de rango constitucional para los países que lo han ratificado, y la Declaración de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas. Y es fundamental en la medida en que reconoce el derecho que tiene un pueblo a decidir sobre medidas que puedan afectar su existencia. Los pueblos tienen la potestad de decir “no queremos esta actividad que va afectar nuestro modo de vida, nuestros derechos fundamentales, que va a generar residuos tóxicos, que va a contaminar el agua, que va a inundar nuestro territorio”. Ningún pueblo tiene la obligación de suicidarse por el “interés nacional”. Asimismo, un Estado no tiene la atribución de realizar una actividad que va a ir en desmedro de los derechos fundamentales de un pueblo.

2. Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas. Artículo 7 1. Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente. (…) Artículo 16 2. Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de esos pueblos se consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento, dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la legislación nacional, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar efectivamente representados. (…) http://www.ilo.org/ilolex/spanish/ convdisp1.


ANDRÉS SOLIZ RADA, EX MINISTRO DE HIDROCARBUROS DE BOLIVIA

Bolivia, rehén de Brasil E

n el 2015, Brasil producirá fertilizantes con gas boliviano en dos enormes petroquímicas, mediante una inversión de cinco mil millones de dólares. La instalación se concretó después que YPFB precisó, en diciembre de 2009, que el gas a exportar tendrá un valor de 9.400 kilocalorías (KG) por millar de pies cúbicos, muy superior a las 8.900 KG del gas seco o metano. Si se tiene en cuenta que el contrato de venta de gas al Brasil (GSA), terminará el 2019, es obvio que Petrobrás obligará a prolongarlo, por todos los medios a su alcance. Su director financiero, Almir Barbassa, recordó que ambos países están unidos por un gasoducto que no puede ser desechado y cuyo costo ascendió a 3.000 millones de dólares, aunque mencionó que la estatal brasileña tiene mayor flexibilidad para conseguir la materia prima de otras partes. Es obvio, sin embargo, que no es lo mismo traer el energético de la cercana frontera con Bolivia, que de ultramar o de sus campos off shore en el Atlántico. El argumento sólo servirá para que Petrobrás trate de rebajar los precios vigentes. La demanda de gas de Brasil se incrementará de 106 millones de metros cúbicos día MMmcd a 149 MMmcd entre el 2015 y el 2020, de ahí la enorme importancia de las petroquímicas de Minas Gerais (Periódico “Página 7”, 27-07-11). La situación de Bolivia para renegociar la prolongación del GSA es penosa. En el 2009, Evo Morales derrotó al separatismo oligárquico de Santa Cruz, con una prédica indigenista y sin tomar como eje la defensa de la unidad nacional, lo que lo llevó a promulgar una Nueva Constitución Política, de la que emergió un Estado Plurinacional, integrado por 36 naciones originarias, incapaz de detener el avance de cultivos ilegales de coca, el narcotráfico, el asalto a empresas mineras, el contrabando de vehículos obsoletos, la explotación maderera en gran escala y linchamientos, muchos de los cuales quedaron en la impunidad. El país ha renunciado a la petroquímica, ya que, además de no poder evitar la exigencia brasileña, lo que permitirá a Petrobrás volver a disponer de 30 millones de metros cúbicos diarios, venderá a la Argentina 27.7 MMpcd, también en los siguientes 20 años, con la inclusión de los licuables del gas. En el caso brasileño, tal inclusión es compensada, desde el 2008, con apenas 100 millones de dólares año. YPFB es un ejemplo de la debilidad institucional del país. Su Presidente, Carlos Villegas, sostuvo que no se siente obligado a revelar el monto de reservas de gas existente, las que fueron calculadas por la consultora Ryder Scott, hace dos años, debido a que ninguna disposición lo obliga a ello. Al recordársele la vigencia de la transparencia informativa, respondió que el tema de las reservas es “un caso cerrado”. De manera paralela, Carlos Delius, vocero de las petroleras, afirmó que es hora de enterrar el discurso de la industrialización del gas. (Mensuario “Día D”, julio de 2011), Frente a este panorama, cabe preguntarse si no sería posible condicionar la suscripción del nuevo contrato con Brasil a que Bolivia se convierta en socia de las petroquímicas fronterizas, en compensación por las exportaciones de gas húmedo que entregó gratuitamente entre 1999 y 2008, y por el incumplimiento del compromiso de la estatal brasileña, de 1999, de instalar 24 termoeléctricas en suelo boliviano. También debería plantearse que Petrobrás pague a Bolivia el mismo precio por el gas que se exporta a la Argentina. Sin embargo, nada de lo anterior podrá ser logrado si no se fortalece la debilitada conciencia nacional y se detiene el extremo sometimiento de YPFB a los intereses de Petrobrás.

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ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA

Método en locura noruega

El noruego que puso bombas, abaleó a jóvenes y de cuyo nombre no quiero acordarme, está loco. No soy siquiatra, pero tengo derecho a usar la palabra española loco (ver narración de joven sobreviviente del tiroteo de Otøya en http: //j.mp/oCvf6h). (Aclaro que quien ejerce violencia suele alegar razones o sinrazones, pero no necesariamente padece locura. Por eso es falaz el apotegma estúpido y desfachatado de que «la violencia es el arma de los que no tienen razón». Lo profería en los años 60 Acción Democrática a tiempo que torturaba y mataba, la misma que derrocó a Medina con violencia). No acostumbro comparar a nadie con el fascismo, entre otras razones porque el fascismo es incomparable. Pero este caso es una muestra de fascismo en estado casi puro: odio al diferente, i.e. a todo lo que no sea varón, adulto y ario. Todo lo demás es digno de exterminio. Misógino, aguanta a la mujer solo porque pare varones dizque arios. Cuenta Guillermo Agitalanza, a quien otros llaman William Shakespeare, que Hamlet se fingía loco. Polonio, su suegro frustrado, lo sapeó: «Hay método en su locura». La demencia se distingue de la cordura por su lógica desmelenada, entre otras cosas. Por eso varios moralistas, Séneca, La Rochefoucauld, han estipulado que la sabiduría, si es tal, se ejerce con moderación. De otro modo estaríamos ante Don Quijote, el ser humano más bondadoso que la mente humana haya concebido. Su lógica era inclemente. Cualquiera puede enloquecer de cualquier ideología. El desvarío del noruego es islamofobia y cruzada templaria. ¿De nuevo promueve la burguesía europea el nazifascismo? Ese clima de odio ya ha instigado a otros trastornados: el Unabomber (http://bit.ly/ 70Ik), Timothy McVeigh (http://bit.ly/ rok0xA), João de Gouveia. Le cuadran para la atmósfera obsidional que promueve. Cuando es loco, el cristianismo persigue judíos, islámicos y todo lo que no sea él. Hay un cura ruin que inventó que hay ritos santeros en Miraflores, como si, de paso, en Venezuela no hubiese libertad de cultos. La MUD envió un comunicado islamófobo al gobierno noruego. Poco faltó para que acusara a Chávez como lo culpó del asalto a la Sinagoga de Caracas. ¿Está loca la MUD o será que, como dicen quienes hablan francés, «esto explica aquello»?


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Buen Vivir

EDUARDO GUDYNAS Y ALBERTO ACOSTA

El o la disolución de la idea del progreso E

l concepto de “buen vivir” ha cobrado notoriedad a partir de los debates en América del Sur, y en especial por sus recientes formulaciones constitucionales. Es justamente desde la visión de los marginados por la historia, desde los pueblos y nacionalidades indígenas, desde donde se plantea el Buen Vivir como una oportunidad para construir otra sociedad sustentada en la convivencia del ser humano en diversidad y armonía con la naturaleza, a partir del reconocimiento de los diversos valores culturales existentes en cada país y en el mundo. Esta idea en Ecuador se expresa como Buen Vivir o sumak kawsay en kichwa, mientras que en Bolivia se le invoca como Vivir Bien, suma qamaña en aymara, o ñandareko en guaraní y sumak kawsay en quechua. En la construcción del concepto se desnudan los errores y limitaciones de las diversas teorías del llamado desarrollo, se cuestionan algunas de sus bases fundamentales ancladas en la idea de progreso, y a la vez se abren las puertas a otras opciones alternativas. El Buen Vivir no es, entonces, un desarrollo alternativo más dentro de una larga lista de opciones, sino que se presenta como una alternativa a todas esas posturas. Sus avances más importantes han tenido lugar en Bolivia y Ecuador. Se trata de una idea plural que sigue en construcción y discusión, no sólo en estos países andinos. Puntos de partida La idea de progreso tiene una larga historia, expresada tanto en los usos de ese término, como en servir de fundamento a otros conceptos, entre los que se destacan las posturas contemporáneas del desarrollo. Su historia es por demás variada. ¿Cuántos países han buscado conscientemente el desarrollo entendido como progreso? ¿Cuántos lo han logrado? La primera pregunta es fácil responder: casi todos. Contestar la segunda tampoco presenta mayor dificultad: muy pocos. En realidad, lo que se observa en el mundo es un “mal desarrollo” generalizado, existente inclusive en los países considerados como desarrollados. José María Tortosa (2008) va más allá, afirmando que “el funcionamiento del sistema mundial contemporáneo es “maldesarrollador” en su propia lógica, ya que está basado en una idea de “eficiencia que trata de maximizar los resultados, reducir costes y conseguir la acumulación incesante de capital”.

El ethos del progreso está íntimamente relacionado con las posturas culturales propias de la modernidad de origen europeo. Aparece bajo la atribución de un nuevo protagonismo otorgado al ser humano, por fuera de la naturaleza, la que debía ser dominada y manipulada. Sir Francis Bacon (1561-1626), célebre filósofo renacentista, plasmó esta ansiedad en un mandato al reclamar que “la ciencia torture a la naturaleza, como lo hacía el Santo Oficio de la Inquisición con sus reos, para conseguir develar el último de sus secretos…” (citado en Arrojo, 2010). Poco a poco la idea de progreso se convirtió en uno de los conceptos dominantes y más influyentes (Nisbet, 1980), propagándose hacia América Latina, en un largo proceso que empezó con la conquista y que luego transitó durante la fase colonial y se proyectó en las jóvenes repúblicas. En ese largo devenir las concepciones alternativas propias de las culturas originarias fueron minimizadas, subordinadas y relegadas. En el siglo XIX la idea del progreso ya está consolidada en las elites de las repúblicas latinoamericanas y explica muchos aspectos de la estructuración económica y productiva de esos tiempos (véase por ejemplo Burns, 1990). La idea de progreso fue reformulada bajo el concepto de desarrollo a inicios del siglo XX, y en especial desde la década de 1940 (véase por ejemplo la revisión de Rist, 2002). Repetidamente se ha llamado la atención sobre el discurso del presidente de Estados Unidos, Harry Truman, cuando en 1949 presenta la idea del desarrollo directa¬mente vinculada a la de subdesarrollo, donde unos países

han avanzado en la ruta del progreso, y otros han que¬dado rezagados. De esta manera, América Latina y otras regiones del sur, deben aplicar un conjunto de políticas, instrumentos e indicadores para salir del “subdesarrollo” y llegar a la deseada condición del “desarrollo”. Los ob¬jetivos y medios para realizar esa tarea difieren entre escuelas de pensamiento y diversos autores, los que, al decir de Tortosa (2008), oscilan desde las “versiones más economicistas que lo identifican con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a las más complejas del desarrollo a escala humana, necesidades básicas, nuevo orden internacional, desarrollo humano, ecodesarrollo o codesarrollo”. En efecto, a lo largo de las últimas déca¬das han proliferado distintas posturas, y en algunas de ellas, como las escuelas estructuralista, dependendista y neoestructuralista del desarrollo, América Latina ha ju¬gado papeles claves. Esta larga historia que aquí apenas se resume, explica que la idea del progreso está profundamente arraigada en la cultura latinoamericana dominante, y sus raíces son eu¬rocéntricas. Sus expresiones académicas o políticas son comunes, asumiendo como la meta del desarrollo el cre¬cimiento económico, en esencia mediado normalmente por el incremento de las exportaciones y la captación de inversión extranjera. También sustentan diversos mitos, como los de enormes riquezas ecológicas que posibili¬tarán fuertes expansiones económicas. Inclusive en los países con gobiernos progresistas afloran estos mitos en la medida que han consolidado sus prácticas extractivis¬tas,


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que consolidan la inserción sumisa de sus países en el mercado mundial. Los conceptos del Buen Vivir ponen en jaque todas esas ideas. Se presentan desde un vínculo directo con los sa¬beres tradicionales que estaban subordinados, cuestionan los transplantes culturales y se alejan de la idea del desarrollo como crecimiento económico. En muchas cos¬movisiones indígenas no existe un concepto de desarrollo entendido como la concepción de un proceso lineal, como sucesión de estados anteriores y posteriores. No se de-fiende una visión de un estado de subdesarrollo a ser su¬perado, y tampoco la de una meta de “desarrollo” a ser alcanzado, forzando la destrucción de las relaciones socia¬les y la armonía con la naturaleza. En varios casos no tiene lugar la dicotomía occidental que separa sociedad de natu¬raleza. Tampoco hay una concepción de la pobreza como carencia de bienes materiales o una de riqueza entendi¬da como su abundancia. En otras palabras, el Buen Vivir cuestiona la validez de la idea misma de progreso. Desde la cosmovisión indígena, el mejoramiento social –¿su desarrollo?– es una categoría en permanente construcción y reproducción. En ella está en juego la vida misma. La crítica al desarrollo y el progreso El desarrollo tiene una “azarosa biografía” en América Latina, tal como advierte Quijano (2000, p. 3), ya que “desde la Segunda Guerra Mundial ha cambiado muchas veces de identidad y

de apellido, tironeado entre un consistente reduccionismo economicista y los insistentes reclamos de todas las otras dimensiones de la existencia social. Es decir, entre muy diferentes intereses de poder”. Inicialmente sus promesas fueron movilizadoras, agrega Quijano, “pero fueron eclipsándose en un horizonte cada vez más esquivo y sus abanderados y seguidores fueron enjaulados por el desencanto”. Bajo ese contexto, surge el Buen Vivir como campo en debate. Esto ha sido posible por la conformación reciente de amplios y diversos escenarios de resistencias a los postulados del neoliberalismo en particular, y como cuestionamiento al mismo concepto clásico de desarrollo en general (véanse por ejemplo, los ensayos en Acosta y Martínez, 2009). Por lo tanto, la caracterización del Buen Vivir, asumido siempre como idea en construcción, exige repasar la conformación de los procesos que hicieron posible su emergencia. Por otro lado, las ideas y programas sobre el desarrollo, como expresión contemporánea del progreso, han sido cuestionados desde hace varias décadas. Por los menos desde los años sesenta se han sumado debates y las críticas sobre las concepciones del desarrollo, tanto en su instrumentalización, como en su base conceptual, y entre ellas, los vínculos que lo unen con la idea del progreso (véase la revisión de Unceta, 2009). Este proceso se desenvolvió en múltiples dimensiones, y a fines del siglo XX desembocó en lo que provisoriamente describiremos como un “cansancio” con las ideas convencionales sobre el desarrollo y el progreso. Por un lado, la aplicación de las

estrategias usuales de desarrollo por lo general no desembocaba en los beneficios prometidos. Se anunciaban, póngase por caso, emprendimientos agroproductivos o proyectos mineros, que supuestamente captarían empleo local, dinamizarían las economías regionales o alentarían innovaciones tec¬nológicas. Pero en los hechos, existen muchos ejemplos de fracasos en unos casos, tímidos resultados en otros o un cansino transitar de promesas que no se concretan. Por otro lado, muchos de los proyectos presentados bajo la etiqueta del “desarrollo” generaron impactos negativos sustantivos, tanto en las esferas sociales como ambientales. Entre ellos se cuentan, por ejemplo, desplazamientos desde las zonas rurales, pérdida de circuitos económicos locales, desaparición de industrias, junto a efectos como la desaparición de áreas naturales, deforestación o contaminación urbana. No pretendemos decir que fracasaron todos los empren¬dimientos que han invocado metas del desarrollo. Pero sí deseamos puntualizar que ello sucedió en muchos casos, y que hay actores sociales claves que reaccionan negati-vamente o están defraudados por ese tipo de iniciativas (más allá de la validez o no de esas posiciones). De hecho, se han montado redes ciudadanas para denunciar y aler¬tar sobre algunos de esos efectos negativos. Si aceptamos que el sistema mundial vigente es maldesarrollador, tenemos que concluir, como lo hace el mismo Tortosa (2008), que éste nos conduce a un Mal Vivir. Por lo tanto, la búsqueda de una buena vida debe basarse en un proceso muy distinto al del desarrollo tantas veces promocionado y anhelado. En paralelo con esa dinámica, cabe aceptar que hay todavía muchos actores, especialmente a nivel local, que demandan por proyectos de desarrollo. Es más, en muchos casos se critica la ausencia de esos programas, y en especial por lo que se considera una desatención desde el Estado. Finalmente, otros actores, especialmente algunos pueblos indígenas, rechazan la idea misma del desarrollo y conci¬ben que cualquier intento en ese frente representaría un deterioro de sus estilos de vida presentes y futuros. En esos casos, el cuestionamiento está más allá de cualquier instrumentalización de una estrategia de desarrollo, ya que se rechaza, por ejemplo, un estilo de vida occidental. Este cuestionamiento adquirió paulatinamente más energía a medida que se fortalecían las voces desde las cosmovisio¬nes indígenas, donde en muchas de ellas, tal como anota¬mos arriba, no existen conceptos análogos al desarrollo. Éstas y otras disconformidades con el desarrollo convencional explican la profusión de exploraciones para corregirlo,


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transformarlo o abolirlo. Se comparte una creciente aceptación de que es irrepetible a nivel mundial el estilo de vida de los países industrializados. La Tierra no tiene la capacidad de absorción y resiliencia para continuar por esta misma senda. Se recomienda, entonces, dejar de ver a los recursos naturales como una condición para el crecimiento económico o como un simple objeto de las políticas de desarrollo. Estas aproximaciones van desde rectificaciones como las planteadas por el desarrollo endógeno o el desarrollo humano, a críticas esencialistas, como las del post-desarrollo. En paralelo en varios países sudamericanos se desen¬volvieron procesos políticos de reacción y rechazo a las posturas reduccionistas de mercado, los estilos políticos autoritarios, la ausencia de una mayor participación ciu¬dadana y un mal desempeño económico. Esos cambios, que sin duda han sido complejos y heterogéneos, y que escapan al objetivo del presente ensayo, desembocaron en gobiernos con orientaciones muy distintas a las que dominaron en las décadas anteriores. Éstos se denomi¬nan a sí mismos como gobiernos de izquierda o progre¬sistas, y que en la segunda mitad de la década de 2000 estaban presentes en ocho países de América del Sur, abarcando 86% de la superficie y 80% de la población (por una caracterización de esta nueva izquierda, véase por ejemplo a Saint-Upéry, 2008). Todos estos factores, desde el “cansancio” con el desarrollo a los cambios políticos que derivaron en los nue¬vos gobiernos progresistas, fueron claves para permitir la eclosión del debate sobre el Buen Vivir. El Buen Vivir en las nuevas constituciones Las ideas del Buen Vivir se cristalizaron en las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador. Esto se explica entre otros procesos por la mayor relevancia otorgada a los saberes indígenas. Actuaron en ese sentido las propias organizaciones de los pueblos indígenas, como por otro lado el empuje de académicos, un mayor respetodesde varios espacios político-partidarios a las culturas ancestrales y nuevas vinculaciones con movimientos sociales. En muchos casos las organizaciones indígenas jugaron papeles clave, sea en las calles o en las urnas, para esos cambios de gobierno. A su vez, se difundió un espíritu afín orientado a descolonizar el pensamiento propio y romper con las cadenas que mantenían esos saberes subordinados, donde posiblemente el caso más claro sea la discusión sobre la colonialidad del poder impulsada por Aníbal Quijano (2001). Bajo esa influencia, el Buen Vivir invocaba la recuperación de un saber indígena, y de vivencias, que reaccionaban

en contra del desarrollo. De esta manera se apartaba de las ideas occidentales convencionales del progreso, y apuntaba hacia otra concepción de la vida buena, incluyendo una especial atención a la naturaleza. En el caso de Ecuador, el Buen Vivir forma parte de una larga búsqueda de alternativas de vida fraguadas en el calor de las luchas populares, particularmente indígenas, desde mucho antes de que accediera a la presidencia Rafael Correa. Sus contenidos apuntan a transformaciones de fondo en la sociedad, economía, política y en la relación con la naturaleza. Se articularon con agendas de otros movimientos, en un heterogéneo conglomerado con fuerzas sobre todo urbanas, hasta cristalizar en el proceso constituyente de 2007 y 2008. En el caso de Bolivia, el proceso de debate ha sido quizás más reciente y sin duda más tensionado. En este país la idea de la “vida buena” o “vivir bien” es una expresión, casi de tono reivindicatorio, de algunos líderes indígenas, militantes e intelectuales. Por esta razón, el concepto siempre apareció asociado a los vocablos de lengua aymara suma qamaña, y cuya mejor traducción posiblemente esté referida al Buen Convivir. Sin embargo, este tipo de expresiones son muy recientes, reconociéndose que el suma qamaña es una creación de pocos años atrás por parte de intelectuales aymaras, ya que no es parte del “lenguaje cotidiano o las representaciones locales” de esas comunidades (Uzeda, 2009). Sin embargo, esto representa uno de los aspectos posi¬tivos de la construcción de ese concepto por varias ra¬zones. Por un lado, ésos y otros ejemplos muestran que está en marcha un diálogo con las tradiciones culturales indígenas, y que ellas pueden crear o re-crear nuevas conceptualizaciones adaptadas a las circunstancias actuales. Esto no es un simple regreso a las ideas de un pasado lejano. Por otro lado, en ese diálogo también intervienen algunas tradiciones occidentales que han cuestionado distintos presupuestos de la modernidad dominante. Entre ellas

se encuentran posturas éticas alternativas, donde se reconocen los Derechos de la Naturaleza, los aportes del feminismo como reacción a la dominación de base patriarcal, y las nuevas conceptualizaciones en áreas como la justicia y el bienestar humano. De esta manera, se llega al Buen Vivir como un concepto en construcción. Este punto ya fue alertado en una eta¬pa temprana de la discusión (Acosta, 2005 o 2008). De esta manera se van sumando precisiones y definiciones, donde se insiste en su multidimensionalidad. Por ejem¬plo, René Ramírez (2010), ministro de Planificación de Ecuador, habla del Buen Vivir como “la consecución del florecimiento de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas”, presuponiendo que las “libertades, opor¬tunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permi¬tan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno –visto como un ser humano universal y particular a la vez– valora como objetivo de vida deseable (tanto mate¬rial como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”. En la nueva Constitución de Ecuador (2008) esta idea es presentada como los “Derechos del Buen Vivir”, dentro de los cuales se incluye un amplia variedad de derechos (tales como a la alimentación, ambiente sano, agua, co-municación, educación, vivienda, salud, energía, etcé¬tera). Por ejemplo, sobre el “ambiente sano”, el Artículo 14 “reconoce el derecho de la población a vivir en un am¬biente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”. La Constitución, con sus 444 artículos, rompe con la concepción clásica de priorizar unos derechos sobre otros. Muy por el contrario enfatiza el carácter integral de los mismos, al reconocerlos como interdependientes y de igual jerarquía (Art. 11, numeral 6). Por lo tanto los derechos del Buen Vivir ocupan la misma jerarquía que


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otros conjuntos de derechos, entre los cuales están los derechos de personas y grupos de atención prioritaria, comunidades, pueblos y nacionalidades, participación, libertad, de la naturaleza, y protección, y a su vez, este conjunto tiene un correlato en una sección dedicada a las responsabilidades. Seguidamente se indican dos campos principales de ac¬ción en un mismo nivel de jerarquía: por un lado, el “régimen del Buen Vivir”, y por el otro, el “régimen de desarrollo”. Este último es definido como “el conjunto or¬ganizado, sostenible y dinámico de los sistemas económi¬cos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garanti¬zan la realización del Buen Vivir, del sumak kawsay” (Art. 275). Se postula una directa vinculación entre las estrate¬gias de desarrollo y los derechos; el “Buen Vivir requerirá que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos, y ejerzan respon¬sabilidades en el marco de la interculturalidad, del res¬peto a sus diversidades, y de la convivencia armónica con la naturaleza” (Art. 275). Este régimen de desarrollo debe atender una planificación participativa y se expresa en las áreas del trabajo y de las soberanías alimentaria, económica y energética. En paralelo, el régimen del Buen Vivir incluye las cuestiones de inclusión y equidad (por ejemplo, educación, salud, vivienda, cultura, etcétera) y biodiversidad y recursos naturales. De esta manera, en el caso ecuatoriano queda en claro que la conquista del Buen Vivir está directamente vincu¬lada con el conjunto de derechos, y que éstos necesitan de cambios sustanciales en las estrategias de desarrollo. Es, a no dudarlo, una propuesta de vanguardia que ten¬siona el concepto de desarrollo con una propuesta a ser construida: el Buen Vivir. El vocablo “progreso” tiene una presencia marginal en el nuevo texto constitucional (aparece como progreso científico en el Art. 25, y en una referencia a los derechos colectivos de los pueblos montubios en el Art. 59). En el debate constituyente sobre el Buen Vivir en Ecua¬dor, a más de las propuestas acumuladas en las luchas de resistencia y de construcción de alternativas, actuaron el desconocimiento y el temor de algunos actores. Para algunos era una invocación a una vida despreocupada y pasiva, mientras que otros lo calificaban como un retorno a las cavernas; aquellos acostumbrados a las verdades in¬discutibles, clamaban por concreciones definitivas; mien¬tras que otros, incluso algunos de los que alentaron este principio, al perecer no tenían clara la trascendencia de esta decisión. Es que el Buen Vivir no puede ser simplis¬tamente asociado al “bienestar occidental”, ni tampoco niega la posibilidad para propiciar la modernización de la sociedad,

particularmente con la incorporación en la vida de muchos y valiosos avances tecnológicos de la humani¬dad, sino que apunta a otras bases conceptuales En el caso de la nueva Constitución de Bolivia (2009) las referencias al Buen Vivir aparecen en la sección sobre las bases fundamentales del Estado. Allí, al abordarse los principios, valores y fines del Estado (Artículo 8), se “asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble)”. En este caso se observa una mayor amplitud cultural, en tanto se postulan concepciones del Buen Vi¬vir de varias tradiciones indígenas además de la aymara, tales como el quechua y el guaraní. Estos principios del Buen Vivir aparecen en paralelo, y con la misma jerarquía, que otros principios clásicos, tales como unidad, igualdad, inclusión, dignidad, liber¬tad, solidaridad, reciprocidad, respeto, equidad social y de género en la participación, bienestar común, respon¬sabilidad, justicia social, etcétera (también incluidos en el Artículo 8). A su vez, estos principios son vinculados directamente con la forma de organización económica del Estado, donde también se apunta a algunos cambios en el cami¬no del desarrollo. En efecto, se sostiene que el “modelo económico boliviano es plural y está orientado a mejo¬rar la calidad de vida y el Vivir Bien” (Artículo 306). Se postula un ordenamiento económico plural, vinculado a principios como la solidaridad y reciprocidad, donde el Estado se compromete a la redistribución equitativa de los excedentes hacia políticas sociales de diverso tipo. Es más, se insiste en que para lograr el “Vivir Bien en sus múltiples dimensiones”, la organización económica debe atender propósitos como generación de producto social, redistribución justa de la riqueza, industrializar los recur¬sos naturales, etcétera (Artículo 313). Finalmente, debe apuntarse que la palabra ‘progreso’ no aparece en la

Constitución boliviana. Este apretado repaso permite señalar tanto similitudes como diferencias. En los dos casos, la idea del Buen Vivir está directamente vinculada con saberes y tradiciones indígenas. Por lo tanto, hay un esfuerzo deliberado de volver a hacer visibles saberes y concepciones que han estado ocultos y sojuzgados por largo tiempo. También en los dos casos se apunta a otro desarrollo, con indicaciones de un cambio profundo en las economías. El mercado por sí solo no es la solución, tampoco lo es el Estado. El subordinar el Estado al mercado conduce a subordinar la sociedad a las relaciones mercantiles y al egolatrismo individualista. Lejos de una economía sobredeterminada por las relaciones mercantiles, el Buen Vivir apunta a relaciones dinámicas y constructivas entre el mercado, la sociedad y el Estado. Se busca construir una sociedad con diversidad de distintos tipos de mercados, para no tener una sociedad de mercado, es decir, mercantilizada. No se quiere una economía controlada por monopolistas y especuladores, ni se promueve una visión estatista a ultranza de la economía. Pero también hay diferencias importantes entre las propuestas boliviana y ecuatoriana. En el caso de Bolivia, el suma qamaña y los demás conceptos asociados son principios ético-morales y no aparecen como derechos. Están enfocados en delimitar los marcos para una sociedad que se define como plurinacional. Incluso se puede argumentar que estos principios ético-morales serían una de las fundamentaciones de esa plurinacionalidad, y el Buen Vivir es entonces una condición que puede expresarse de diferente manera en cada una de ellas. En el caso ecuatoriano, en cambio, el sumak kawsay es presentado a dos niveles: como el marco para un conjunto sustantivo de derechos, y como expresión de buena parte de la organización y ejecución de esos derechos, no sólo en el Estado, sino en toda la sociedad. Es una formalización de mayor amplitud pero a la vez más precisa, ya que el sumak kawsay aparece dentro del conjunto de derechos y a la vez como contrapeso a un


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nuevo régimen de desarrollo. En cambio, en el texto constitucional boliviano ese vínculo entre suma qamaña y los derechos no es explícito; por ejemplo, no hay una referencia a este concepto en la sección de los derechos fundamentales. A su vez, en el texto boliviano, el suma qamaña es claramente presentado como una de las finalidades del Estado. En cambio, en la Constitución ecuatoriana el Buen Vivir aparece en un alto nivel de la jerarquía, y desde éste se derivan muchos derechos. La dimensión plurinacional es más fuerte en el caso boliviano, llegándose a reconocer 36 lenguas indígenas además del castellano; un punto que no se logró en Ecuador. La di¬mensión ambiental es, en cambio, más intensa en Ecuador, donde se reconocieron por primera vez los Derechos de la Naturaleza (artículos 71 a 74, destacándose el Artículo 72 donde se establecen los derechos a la restauración de la naturaleza). Esto consolida la dimensión ambiental del Buen Vivir, mientras que el texto boliviano es más ambiguo, en tanto algunos artículos defienden el mandato del Estado de industrializar los recursos naturales. El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza permite convertirla en sujeto de derechos, donde ésta vale por sí misma, independientemente de la posible utilidad o uso humano. Ésta es una postura biocéntrica, donde se debe asegurar la sobrevida de especies y ecosistemas. Por lo tanto, no implica una naturaleza intocada, sino que es posible seguir aprovechando los recursos naturales, pero mientras se mantengan los sistemas de vida. En este terreno surgen otras diferencias con el caso boliviano, ya que en su nueva Constitución no existe un reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza. En cambio, algunos artículos postulan que uno de los mandatos del Estado es la industrialización de los recursos naturales (Artículo 9, numeral 6), con lo que se acerca a las ideas clásicas del progreso donde la naturaleza es vista como una canasta de recursos a ser aprovechados. Difusión y prácticas del Buen Vivir El debate sobre el Buen Vivir en Bolivia y Ecuador se ha difundido en América Latina. Ha generado una renovación desde las miradas alternas de las comunidades indígenas, y es invocado, por ejemplo, por la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas como un concepto clave (CAOI, s/f). A su vez, este interés se ha fortalecido con las discusiones académicas y prácticas sobre la aplicación y desarrollo de esas ideas. Simultáneamente aparecen las primeras aplicaciones y tensiones de estas novedades constitucionales. Un caso destacado es el “Plan Nacional para el Buen Vivir, 2009-

2013” del Ecuador (SENPLADES, 2009). Su propio título establece que se aparta de los clásicos programas de “desarrollo” nacional. El plan parte de reconocer que el Buen Vivir es una reacción frente a los estilos de desarrollo neoliberales anteriores, y sostiene que se lo “construye continuamente desde reivindicaciones que buscan una visión que supere los estrechos márgenes cuantitativos del economicismo y permita la aplicación de un nuevo paradigma cuyo fin no sea los procesos de acumulación material, mecanicista e interminable de bienes, sino que promueva una estrategia económica incluyente, sos¬tenible y democrática”. Suma a esos pilares el propósito de salir del antropocentrismo occidental para generar otras relaciones con la naturaleza, y la búsqueda de igual¬dad, justicia social y valorización de otros saberes. De esta manera el plan ecuatoriano postula como objetivos poder remontar la dependencia del desarrollo actual: el extractivismo orientado a las exportaciones de recursos naturales. En el caso de Ecuador ese elemento está centrado en las exportaciones de hidrocarburos. Consecuentemente el plan orienta sus contenidos hacia la generación de riqueza y redistribución bajo condiciones postpetroleras. Nuestro punto no es analizar en detalle la viabilidad o rigurosidad en las vías de transición hacia las alternativas de desarrollo, sino en puntualizar que el Buen Vivir implica una ruptura sustancial con la apropiación de la naturaleza para alimentar un desarrollo entendido como crecimiento económico, y un progreso concebido como evolución lineal. Es así que las ideas clásicas de progreso se disuelven. El Buen Vivir, al menos conceptualmente, se perfila como una versión que supera los desarrollos “alternativos” e in¬tenta ser una “alternativa al desarrollo”; en síntesis, una opción radicalmente distinta a todas las ideas

de desarrollo. Como esta construcción pasa a jugarse en el plano de ideologías profundamente arraigadas, que sustentan los sueños de enormes riquezas naturales que deben ser siempre explotadas, surgirán muchas tensiones y contra¬dicciones. Eso explica las dificultades y contradicciones en la práctica, donde en muchos casos se vuelve a caer, por ejemplo, en las conocidas estrategias extractivistas asentadas en el petróleo y los minerales. Mientras que en el caso ecuatoriano no están claramente diseñadas las vías de superación del extractivismo, el Plan Nacional de Desarrollo (2006) de Bolivia, contenía la idea de Vivir Bien como una adjetivación, pero tampoco lograba torcer el rumbo de una acentuación de las metas extractivistas. En tanto el Buen Vivir propone una nueva arquitectura conceptual, también requerirá de indicadores y herra¬mientas propias. En unos casos se podrán utilizar algunos indicadores clásicos, aunque serán incorporados y evaluados en otros contextos. Los ejemplos en ese terreno son las evaluaciones de la incidencia de la pobreza y la marginalidad. Pero en otros casos, se deberán aprovechar nuevos indicadores, los que a su vez ofrecen una gran oportunidad para denunciar las limitaciones y falacias de los sistemas de indicadores dominantes. Al discutir metodologías para calcular de otra manera y con renovados contenidos otros índices económicos, sociales y ambien¬tales (es decir, del Buen Vivir), se avanzará en el diseño de nuevas herramientas para intentar medir cuán lejos o cuán cerca estamos de la construcción democrática de sociedades democráticas y sustentables. Por ejemplo, en la dimensión ambiental se deben incor¬porar varios indicadores, desde una reforma de las cuen¬tas nacionales para contabilizar la pérdida de recursos naturales (en lugar de considerarlas como ingresos), ex-plicitando los flujos de


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materiales (como acaban de ser presentados para Ecuador; Vallejo, 2010). Siguiendo este camino, se debe potenciar el uso de indicadores de apro¬piación de recursos naturales, tales como aquellos expresadas por superficie antropizada (huella ecológica) o por intensidad en el uso de materia (mochila ecológica). Finalmente, deseamos señalar la importancia de la dimensión territorial tanto en sus aspectos biofísicos como en las conceptualizaciones culturales que los delimitan y describen. Este aspecto aparece en la nueva Constitución de Ecuador, por ejemplo, como protección de lugares rituales y sagrados o de recursos naturales, y de forma mucho más amplia en el caso boliviano. El regreso a un concepto en construcción En suma, el Buen Vivir mismo, como se anota a lo lar¬go de estas líneas, es un concepto en construcción. Es una idea que emerge desde el mundo andino e incluso amazónico, pero recoge los valiosos aportes elaborados en otros rincones del mundo. De esta manera, ofrece un anclaje histórico en el mundo indígena, pero también en principios que han sido defendidos por otras corrientes occidentales que permanecieron subordinadas durante mucho tiempo. Responde a viejos problemas como re¬montar la pobreza o conquistar la igualdad, junto a otros nuevos, como la pérdida de biodiversidad o el cambio climático global. Es cierto que bajo el concepto de Buen Vivir hay aspectos compartidos, pero también divergencias en algunos énfasis. Pero esto es perfectamente entendible ya que responde a diferentes contextos culturales, históricos y ambientales. Por lo tanto no es una propuesta esencialista. A su vez, hay muchas coincidencias a partir de lo que podríamos definir como Mal Vivir, es decir, lo que no se quiere. En ese sendero es clave la ruptura con la ideología de progreso. El Buen Vivir propone un “desacople” entre la calidad de vida y el progreso, y su expresión actual en el desarrollo económico. De la misma manera defiende una articulación entre la multiplicidad de culturas y una nueva relación con la naturaleza. El Buen Vivir, por estas razones, debe construirse desde concepciones de relacionalidad, antes que de una dualidad naturaleza / sociedad. El Buen Vivir tiene su cuota de romanticismo, pero a la vez ofrece una vigorosa dosis de realismo. Recuérdese que estos estilos de vida, que propugnan la relación armónica entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza, con todas las limitaciones que se les pueda encontrar, fueron la base para que las culturas

El Buen Vivir G M M USTAVO

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indígenas puedan resistir más 500 años de colonización y explotación. El Buen Vivir, por último, ofrece una orientación para construir colecti¬vamente estilos distintos y alternos al progreso material. Bibliografía 1. Acosta, A. (2005), Desarrollo local – Con la Amazonía en la mira, Corporación Editora Nacional, Quito 2. Acosta, A. (2008), “El Buen Vivir, una oportunidad por construir”, Ecuador Debate, Quito, 75: 33-47. 3. Acosta, A. y E. Martínez (2009) (compiladores), El Buen Vivir. Una vía para el desarrollo, AbyaYala, Quito. 4. Arrojo, P. (2010), “El reto ético de la crisis global del agua”, en Acosta, A. y Martínez, E. (comp.) Agua-Un Derecho Humano fundamental, Abya Yala, Quito, pp. 281-328. 5. Burns, E.B. (1990), La pobreza del progreso, Siglo XXI, México. 6. CAOI (Sin fecha), “Reciprocidad para el buen vivir”, Co¬ordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, Lima. 7. Nisbet, R. (1980), Historia de la idea de progreso, GEDISA, Barcelona. 8. Quijano, A. (2000), “El fantasma del desarrollo en América Latina”, Rev. Venez. de Econ. y Ciencias Sociales, Vol. 6, Nº 2 (mayo-agosto), pp. 73-90 9. Quijano, A. (2001), Colonialidad del Poder, Globalización y Democracia. Tendencias básicas de nuestra era, Caracas, ERA, Instituto de Estudios Internacionales Pedro Gual. 10. Ramírez Gallegos, R. (2010), “Socialismo del sumak kawsay o bio-socialismo republicano”, en varios autores, Los nuevos retos de América LatinaSocialismo y sumak kawsay, SENPLADES, Quito. 11. Ramírez Gallegos, R. (2008), Igualmente pobres, igualmente ricos, UNDP, CISMIL, Ariel, Quito. 12. Rist, G. (2002), The history of development, Zed Books, Londres. 13. Saint-Upéry, M. (2008), El sueño de Bolívar. El desafío de las izquierdas sudamericanas, Paidós, Barcelona. 14. SENPLADES (2009), “Plan nacional para el Buen Vivir, 2009-2013”, SENPLADES (Secretaría Nacional de Planificación), Quito. 15. Tortosa, J.M. (2001), El juego global. Maldesarrollo y pobreza en el capitalismo global, Icaria, Barcelona. 16. Tortosa, J.M. (2008), “Maldesarrollo inestable: un diagnóstico”, Actuel Marx / Intervenciones, Universi¬dad Bolivariana / LOM Ediciones, Santiago de Chile, 7: 121-138 17. Unceta Satrústegui, K. (2009), “Desarrollo, subdesarrollo, maldesarrollo y postdesarrollo. Una mirada transdisciplinar sobre el debate y sus implicaciones. Carta Latinoamericana”, CLAES, No 7: 1-34 (http:// www.cartalatinoamericana.com) 18. Uzeda V., A. (2009), Suma qamaña. Visiones indígenas y desarrollo, Traspatios, CISO, UMSS, Cochabamba, 1: 33-51. 19. Vallejo, M.C. (2010), “Perfil sociometabólico de la economía ecuatoriana”, Ecuador Debate, Quito, 79: 47-60.

ÁRQUEZ

ARÍN

nte la crisis de la civilización occidental hegemónica, nacida de la explotación ilimitada e irracional de la naturaleza y de los seres humano, con el fin de sostener la acumulación creciente del capital por una minoría oligárquica mundial, está surgiendo el “Buen Vivir” como el nuevo paradigma civilizatorio posmoderno y anticapitalista, emergiendo de la sabiduría de nuestros ancestros. La cosmovisión de los pueblos originarios se ha hecho más relevante hoy, cuando está amenazada la vida en el planeta por desequilibrios ambientales, generados por la voracidad insaciable del capital y su correlato, el desenfreno consumista, incongruente con las necesidades humanas reales, pero sin el cual el sistema sucumbiría. Desde la perspectiva del “Buen Vivir”, la “madre tierra” es un sistema del que somos parte interdependiente los humanos. Desde la óptica antropocéntrica “moderna” la naturaleza es una externalidad y una fuente inagotable de recursos con “limitaciones manejable” a través del alcance “ilimitado” que le asigna a la ciencia y la tecnología. El “Buen Vivir” implica el equilibrio sistémico entre naturaleza, sociedad y cultura, el cual supone la superación del capitalismo, causante de la ruptura del mismo. La civilización occidental eurocéntrica dominante es esencialmente integrista, le rinde culto al mito del estado unicultural y a su vocación colonial, desvalorizando las culturas originarias y desconociendo la diversidad cultural resultante de una resistencia milenaria. La civilización del “Buen Vivir” es una alternativa a la crisis de la modernidad, al postular la vigencia de la sociedad intercultural y comunal, que al asumir la diversidad como su principal fortaleza, rompe con los mitos del estado liberal burgués, del mercado y del progreso. Por cierto, el mito del progreso, según el cual “el desarrollo ilimitados de las fuerzas productivas conducirá siempre al progreso de la humanidad”, no solo es propio del capitalismo, lo ha sido también del socialismo del siglo XX, propulsor también de un desarrollismo “socialista” fundado en el paradigma de la modernidad. El “Buen Vivir”, por sustentarse en el diálogo intercultural incluyente, sintetiza la utopía socialista en el siglo XXI.


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Mitos fundamentales sobre la

inmigración En casi todos los países y a lo largo de diferentes épocas, las clases más conservadoras han estado siempre en los extremos de la pirámide social. En Estados Unidos la retórica conservadora ha logrado captar parte de los sectores de los extractos más bajos de la sociedad, no recurriendo a liberar a los ricos de impuestos (para esto está la ideología del “trickle down”) sino creando el demonio del inmigrante ilegal. No hay nada mejor para canalizar las frustraciones de las clases más bajas que crear enemigos tribales dentro de la misma clase. Así se han aprobando leyes como en Arizona y en Georgia, que criminalizan a “los sin papeles”, lo que ha provocado la fuga de muchos trabajadores indocumentados de un estado a otro. Como resultado, los pequeños y medianos empresarios del área de la construcción y sobre todo de la actividad agrícola se quejan que no hay brazos para levantar las cosechas. Solo en la costa oeste los puestos de recolectores sin ocupar superan los cientos de miles. Claro, hay que trabajar sin aire acondicionado. Innumerables estudios (ej. Damian Stanley y Peter Sokol-Hessner, NYU; Mahzarin Banaji, Harvard Univ., etc.) han demostrado que el miedo al otro es prehistórico y provoca reacciones negativas hasta en la persona más pacífica cuando se le presentan diferentes imágenes de diferentes rostros. No obstante, aquellos que entendemos que existe cierto grado de evolución humana, no defendemos un rasgo milenario por el sólo hecho de ser milenario. Podemos asumir que el amor y el odio, el temor y la solidaridad, como lo sugieren las mayores obras de arte, son emociones irreductibles, no cuantificables por principio y definición, y seguramente inmanentes a todos los seres humanos a lo largo de la historia. Pero no las formas en que los individuos y las sociedades se relacionan para desarrollarse y evolucionar. Si no hay progreso histórico en cada individuo (cualquier tibetano del siglo V puede ser social y moralmente superior a un habitante contemporáneo de Rio o Filadelfia), en cambio podemos esperar que sí lo haya en una sociedad dada que es capaz de aprovechar la experiencia histórica, propia y ajena. Si en los primates existe la mentira, la explotación y las jerarquías sociales y políticas (Frans de Waal, etc.), ello no es un indicio de que estas estructuras (culturales) sean insuperables sino, a juzgar por las diferencias entre algunos hombres y un

orangután, todo lo contrario. Al menos que los conservadores propongan a los monos como pruebas, no de una posible evolución sino de la imposibilidad de evolucionar. En la problemática de la inmigración inevitablemente juegan estos elementos primitivos, aunque maquillados con retóricas cargadas de preceptos ideológicos sin una racionalidad mínima. Por lo tanto son mitos, creencias indiscutibles (es decir, realidades) para determinados grupos, producto de repeticiones, sobre todo mediáticas. Mito I: Con los inmigrantes aumenta la criminalidad Falso. Diferentes estudios de diferentes universidades (Robert Sampson, Harvard University; Daniel Mears, Florida State University; Public Policy Institute of California, PPIC, etc.) han demostrado claramente que a un incremento de la inmigración sigue un descenso de la criminalidad. También se ha observado que sobre todo la primera generación de inmigrantes es menos propensa a la violencia que la tercera, muy a pesar de las mayores necesidades económica que suele sufrir la primera generación. La relación inversa entre violencia e inmigración latina, puede resultar paradójica, considerando la violencia brutal que existe en las sociedades de las que proceden estos inmigrantes. Paradoja que, como toda paradoja, es apenas una contradicción aparente con una

JORGE MAJFUD

lógica interna; obviamente, muy fácil de explicar. Mito II: Los inmigrantes le quitan los trabajos a los nacionales Falso. En todos los países del mundo siempre se ha buscado a alguna minoría débil para descargar todas las frustraciones de cada crisis. En Estados Unidos algunos desempleados se quejan de que los inmigrantes ilegales les quitan los trabajos, lo cual resulta una muestra de poca inteligencia y probablemente de mala fe: es mejor quedare en casa o salir a comer a un restaurante con el dinero del Estado que ir a hacer trabajos duros que sólo aquellos inmigrantes pobres (los ricos no emigran) son capaces de hacer. Los inmigrantes más pobres no hablan inglés (en ocasiones, los mexicanos y centroamericanos ni siquiera hablan español), no conocen las leyes, no tienen papeles para trabajar, son perseguidos o viven escondiéndose y aún así consiguen trabajos que los “pobres americanos” no pueden conseguir. ¿Cómo hacen? Por el contrario, estudios serios demuestran que la inmigración ayuda a crear nuevos puestos de trabajo (Gianmarco Ottaviano, Università Bocconi, Italia; Giovanni Peri, University of California). Según un estudio de Pew Research Center, en los tres últimos años la inmigración ilegal latinoamericana a Estados Unidos ha caído 22 por ciento, sin que esto haya


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Venezuela repotencia petrolera

significado un descenso de la tasa de desempleo. De hecho, sólo los inmigrantes indocumentados aportan más de medio millón de consumidores al año. Mito IV. Los inmigrantes ilegales son una carga porque usan servicios públicos que no pagan. Falso. Cualquier ciudadano desocupado o que gane menos de 18.000 dólares anuales hace uso gratuito de cualquier servicio médico y de muchos otros servicios públicos y privados, como vivienda y pensiones. Los trabajadores sin papeles acuden a un servicio sanitario en última instancia (The American Journal of Public Health) y en muchos casos pagan por consultas y tratamientos. Muchos ni siquiera denuncian robos y abusos. Ningún camionero pretendería lucrar con su máquina sin llevarla alguna vez al mecánico, pero muchos ciudadanos que se benefician de los trabajadores indocumentados esperan que éstos nunca acudan a un hospital, a pesar de que los trabajos que hacen suelen ser los más peligrosos e insalubres. Según la National Academy of the Sciences de Estados Unidos, los números muestran que estos inmigrantes aportan más de lo que toman de la economía nacional. Según el economista Benjamin Powell, estos trabajadores aportan 22 billones de dólares anuales y su legalización fácilmente aumentaría esa cifra. En términos globales, el principal factor que pone en ventaja a Estados Unidos con respecto a las demás economías desarrolladas (incluida la emergente China) radica en su todavía alta tasa de trabajadores jóvenes, en gran medida debido a la alta tasa de natalidad entre la población hispana y a la inmigración misma, sin la cual programas como el Social Security serían insostenibles en un futuro cercano.

Mito V. Los indocumentados no pagan impuestos. Falso. Los indocumentados pagan impuestos de muchas formas, directas o indirectas. Según cálculos de los últimos años, cada inmigrante ilegal paga miles de dólares en impuestos, mucho más que muchos ciudadanos inactivos. En total, el Social Security recibe más de 9 billones de dólares anuales de estos contribuyentes que probablemente nunca reclamarán ninguna devolución en forma de pensiones o beneficios. Actualmente hay cientos de billones de dólares aportados por trabajadores fantasmas (Eduardo Porter, New York Times; William Ford, Middle Tennessee State University; Marcelo Suárez-Orozco, New York University). Mito VI: Los inmigrantes ilegales tienen poder corporativo. Falso. Los inmigrantes no nacionalizados, sobre todo los ilegales, no votan en ninguna elección. En muchos casos ni siquiera pueden votar en las elecciones de sus países de origen, aunque sus millonarias remesas nunca han sido rechazadas ni despreciadas. El slogan de “latinos unidos” es un buen negocio para las grandes cadenas de medios hispanos en Estados Unidos, pero esta unión es muy relativa. Aunque hay un sentimiento de “hispanidad” dentro de cualquier mundo “no hispano”, lo cierto es que las rivalidades, rencores y chauvinismos solapados surgen apenas “el otro no hispano” desaparece del horizonte tribal. También los estatus legales e ideológicos son, en casos, radicalmente inconciliables. Basta con considerar un trabajador mexicano ilegal y un balsero cubano, protegido por ley.

Para el año 2021 Venezuela tiene estimado llegar a una producción de 6 millones 120 mil barriles de petróleo al día, informó el presidente Hugo Chávez, quien resaltó que la OPEP lo reconoció como el país con mayores reservas de crudo, superando a Arabia Saudita. Destacó que este reconocimiento tendrá varias implicaciones, entre ellas el aumento de las cuotas de producción. “Ahora la OPEP debe tomar en cuenta esto; porque una de las variables más pesadas para la asignación de las cuotas son las reservas. Tiene que comenzar un reformateo de las cuotas y Venezuela tiene debe recibir cuotas superiores”, expresó. Agregó que Venezuela no quedará limitada a producir 3 millones de barriles al día y estimó que para el 2021 la producción podría duplicarse. “Para el 2021 estimamos producir 6 millones 120 mil barriles diarios y el precio estará mejor estimado. Para el 2021 ese barril debe estar cerca de 200 dólares”, adelantó el Presidente. Consideró que el incremento de la producción de petróleo tiene una implicación muy importante en la geopolítica “para el desarrollo de la potencia que va a ser la Patria venezolana”. Recordó también que las transnacionales extranjeras se llevaban el petróleo venezolano “casi regalado” y sin pagar regalías. “¿Qué pasaría si la mesa de ultraderecha llegara aquí? No llegan ellos, llegan los yanquis y pretenderían adueñarse de Pdvsa y de la Faja para entregarla de nuevo”, aseguró. Venezuela espera que los nuevos proyectos de la Faja del Orinoco, donde yace la mayor parte de las reservas petroleras del país, produzcan unos 140.000 barriles por día (bpd) a fines de este año, según el ministro de Energía, Rafael Ramírez. El país miembro de la OPEP espera reactivar su producción petrolera mediante varios proyectos en la vasta Faja del Orinoco. Los bloques serían Carabobo y Junín, donde hay fuerte presencia de compañías internacionales, incluyendo el proyecto Junín 10 que es desarrollado por Petróleos de Venezuela en solitario. Además, Ramírez dijo que firmarán “pronto” un nuevo fondo de financiamiento con China por 4.000 millones de dólares para invertir en la Faja ym estimó que con los actuales planes, Venezuela podrá incrementar su capacidad de producción en un 15% cada tres años. Ramírez consideró que la reciente liberación de reservas estratégicas por parte de la Agencia Internacional de Energía (AIE) es insostenible en el largo plazo y que los países europeos no pueden absorber todo ese crudo. “No podríamos cometer los errores del año 1998, cuando a las puertas de una crisis económicas en Asia se inundó el mercado de petróleo y hubo un colapso del precio. La OPEP tiene muchísima fuerza y madurez”, aseguró.


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MIREILLE FANON-MENDÈS FRANCE/FUNDACIÓN FRANTZ FANON

Frantz Fanon

El aporte de dentro del proceso de liberación de los pueblos F

anon, que se trate de la locura, del racismo o del “universalismo” confiscado por los poderosos, no cesa, en el fondo de probar la posibilidad de “un vivir juntos”, a la manera de una transformación en actos de situaciones donde dominados y dominantes tienen todo a perder en la continuidad de órdenes y desórdenes existentes. Fanon, ese insurrecto, ese rebelde que lucha tenazmente y sin fallar contra la dominación ejercida de los poderosos sobre los débiles, nos aclara hoy a propósito de la articulación fundamental entre el derecho a la rebelión frente un sistema social, político y económico que hunde el mundo dentro del desorden y una colonización de un nuevo tipo. De esta manera a la violencia colonial la sucedió una violencia indirecta, hoy el orden colonial contaminó el territorio de los colonizadores. Por una paradoja donde la historia tiene el secreto, el “indígena” esta omnipresente no solamente en su lugar de origen sino igualmente en eso que Fanon llamaba las “ciudades prohibidas”, donde se ejercen las formas renovadas de discriminación, él remarca en Los Condenados de la tierra, “en donde el mundo colonizado es un mundo dividido en dos (…) La zona habitada por los colonizados no es complementaria a la zona habitada por los colonos. Esas dos zonas se oponen pero no al servicio de una unidad superior (…) Ese mundo fraccionado en dos esta habitado por especies diferentes. La originalidad del contexto colonial es que las realidades económicas, las desigualdades, la enorme diferencia de los modos de vida, no volverán jamás a ocultar las realidades humanas”. La proximidad del cincuentenario de su muerte, el 6 de diciembre de 1961, nos hace constatar que, a pesar de la evolución del mundo, es de una asombrosa actualidad, incluso si el colonialismo bajo sus formas antiguas ha desaparecido, numerosos Estados liberados de la opresión colonial han visto el día. Pero, ¿en realidad el despojo, la alienación y la injusticia se han alejado de este mundo? En este punto de vista, un observador imparcial podría decir, a la luz sangrienta de guerras imperiales en Irak, Afganistán y en Libia, y también colonial en Palestina, que la política de los fusiles sobre la que se fundaron los imperios coloniales, se volvió activa.

La acción de la obra de Fanon se sitúa dentro del contexto después de la guerra, marcado por la lucha ideológica entre el bloque occidental y el bloque socialista, pero la división es clara. Un tercer mundo surge entre los años 1950-1960 que reivindica su lugar dentro de las relaciones internacionales y su parte en la distribución de las riquezas del planeta. Él afirma por primera vez su existencia política en 1955 en la Conferencia de Bandung, proclamando su rechazo a la bipolarización del mundo. Muchos líderes del tercer mundo aparecen al mismo tiempo que los movimientos de liberación nacional y llevan una lucha cada vez más radical en África, Asia y America Latina. Los años 1960 fueron marcados por las represiones violentas y los asesinatos de hombres políticos, quienes representaban la lucha de pueblos oprimidos. Es en este contexto que Fanon forjó su reflexión sobre el papel de la violencia dentro del proceso de liberación y sobre los riesgos corridos por las antiguas colonias una vez que adquirieron su Independencia. La producción intelectual de Fanon ha tenido una gran influencia sobre los revolucionarios a través del mundo, en África pero también en Asia y en las Américas. Sus textos no pueden estar disociados de las circunstancias históricas en las que vieron el día, pero su pertenencia esta intacta y continúan inspirando nuevas generaciones de militantes y de intelectuales tanto en el sur como en el norte. Las ideas en las lecturas forjadas por Fanon se mantienen como herramientas eficaces para analizar la actualidad de un mundo donde la dominación y la explotación han cambiado de apariencia, pero continúan regidas por mecanismos que fundamentalmente no han cambiado. Darse cuenta del aporte de Frantz Fanon dentro del proceso de liberación de los pueblos, nos lleva a presentar las diferentes etapas de su existencia, de la toma de

posición, del desarrollo y de la formulación de su pensamiento. Su obra se confunde con su corta existencia, marcada por la revuelta frente a la injusticia, el principio de realidad y ética del compromiso. La segunda Guerra Mundial fue la que motivó el despertar político del joven Fanon. Espontáneamente antifacista y mostrando un compromiso concreto por su rechazo al nazismo, Fanon deja el hogar familiar y parte clandestinamente a unirse de forma voluntaria a las Fuerzas Francesas Libres que luchaban contra la Alemania nazi. Condecorado de la armada colonial francesa, no sentía verdaderamente el sentimiento de formar parte de los liberadores. En una carta escrita a sus padres en 1944, expresa la magnitud de su desilusión, “Yo cometí un error. Nada absolutamente nada justifica la brusca decisión que tome de defender los intereses de un latifundista: que yo lo defienda o no, no le importa”. Fanon debió constatar que la fuerza movilizada contra el nazismo alimentaba la ideología racista y practicaba casi oficialmente la discriminación racista y étnica. El uniforme se suponía que debería reflejar la igualdad entre los soldados, el mismo para todos, la realidad es que dicho uniforme ocultaba difícilmente las insoportables desigualdades de tratamiento entre negros y blancos. Después de su desmovilización, regresa a Martinica y luego a Francia donde se inscribe en la facultad de medicina de Lyon, donde aparte de sus cursos asiste a aquellos de filosofía Maurice Merleau-Ponty, lee la revista de Sartre, Los tiempos Modernos, y se interesa particularmente en Freud y Hegel. En su primer libro, Piel Negra, marcara blanca –que debió ser su tesis para el doctorado- publicado en 1952, Fanon evoca este choque inaugural con el racismo europeo, que descubre precisamente dentro de la armada antifacista de De Gaulle. La aprehensión intelectual del racismo y que engloba a la vez el cuerpo y el discurso, continúa remarcablemente en la actualidad, sobre todo desde el punto de vista de la reaparición sin complejo del discurso racista en Europa. Fenómeno, hoy en Francia, que llega las escuelas de futbol para jóvenes de un mismo país, que dentro de un racismo cien por ciento puros, han sido objeto de un debate indigno a propósito de cuotas sobre la base del color de la piel, de los orígenes


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y de las pretendidas aptitudes físicas especificas. Piel negra, mascaras blancos es una señal fundamental dentro de la lucha antifacista, de un mecanismo descodificado de la segregación y de sus metas políticas. Analizando los mecanismos del colonialismo y sus impactos sobre los dominados, Fanon se opone al concepto de negritud forjado por Senghor y Césaire articulando la lucha contra el racismo, dentro de un movimiento universal de desalineación de las victimas del racismo y de los racistas mismos. Psiquiatra, el retoma las formas terapéuticas basadas sobre la obligación y la violencia inherentes a la psiquiatría hospitalaria tradicional. En 1953, a los veintinueve años, llego al Hospital Psiquiátrico de Blida y se escandalizo al constatar que la escuela psiquiátrica de la Argelia colonial, clasificaba a los árabes argelinos como “primitivos”, afirmando que su desarrollo cerebral estaba “atrasado”. Así, para los psiquiatras coloniales, los comportamientos patológicos de los indígenas se derivaban de causas genéticas y por lo tanto incurables. Fanon, cercano de sus pacientes y de sus familiares, descubren entonces la expresión cruda de la jerarquía de la raza y de una segregación violenta, comparable al apartheid. El inicio de la guerra de liberación nacional, el 1er. de noviembre de 1954, tuvo naturalmente un impacto sobre el hospital que recibía los pacientes traumatizados por la experiencia de la violencia, así como de los torturados y de los torturadores (algunos casos son mencionados en Los Condenados de la tierra). Por intermedio de los militantes de la causa argelina, médicos y activistas, que tomaron a su cargo los muyaidines heridos, entraban en contacto directo con el FLN (Frente de Liberación Nacional). En 1956, el gobierno opta por una política de represión militar brutal y generalizada, él renuncia, proclamando que como psiquiatra, no podía re enviar sus pacientes a una sociedad que, fundamentalmente los aliena y los deshumaniza. Expulsado por las autoridades coloniales en 1957, se va a Túnez, sede exterior de la revolución argelina. Fanon retoma en Túnez sus actividades profesionales y al mismo tiempo se involucra en la acción política del FLN. Fue periodista del periódico del FLN, El Moudjahid y nombrado por el gobierno argelinos en exilio, embajador itinerante en África. El visito Ghana donde se reunió con Kwame Nkrumah donde el estudia de cerca los problemas planteados por la constitución de un Estado Africano independiente; en el Congo se reúne con Patrice Lumumba, en Etiopía, Liberia, Guinea y Mali. Su meta era popularizar la lucha del pueblo argelino

por la consolidación de alianzas entre los pueblos de África y la puesta en práctica del internacionalismo que caracterizaba su visión en las luchas emancipadoras. Así su acción cerca de los dirigentes de Mali permitió la apertura en 1960 de un nuevo frente en el sur de Algeria, al cual Guinea le suministro armas. De esa misma manera jugo un papel importante en el envió de armas soviéticas, destinadas al frente oeste, gracia a la solidaridad del Presidente Sékou Touré. Fanon relata sus estadías en África al sur del Sahara en Los Condenados de la tierra. En 1959, el editor francés François Maspero, publica el segundo libro de Fanon, El V año de la revolución argelina, no es solamente una acusación a Francia por sus crímenes masivos contra la población argelina, – cerca de cincuenta años después de la independencia de Algeria, Francia comienza a reconocer apenas sus crímenes, y de la misma manera reconoce su gran responsabilidad en el pillaje sistemático de África y su imposibilidad, a pesar de una ley para el reconocimiento de la trata de negros y la esclavitud como crímenes contra la humanidad, a abrir completamente el capitulo de esa parte sombría de la historia francesa -, se trata de un ejercicio analítico de los medios de la revolución argelina y las transformaciones que la inducen dentro de una sociedad dominada, humillada y gravemente pauperizada (empobrecida). Esa obra fue prohibida en Francia, y paradojalmente eso hizo que se hablara de Fanon en África y en el Tercer Mundo. Fue invitado a foros internacionales, donde fue escuchado atentamente al punto que se

convirtió en un blanco para las autoridades francesas. En primavera del 1961, se comprometido a entregar un manuscrito a su editor, el cual fu Los Condenados de la tierra que no trata solamente de Algeria, sino también del Tercer Mundo en vía de des colonización. El 3 de Diciembre, recibe el libro en el hospital Bethesda de Washington. A los 3 días, muere de una leucemia. En 1962, Maspero publica en Presencia Africana, un homenaje a Fanon; hace también el esfuerzo de publicar sus obras completas buscando sus textos publicados, a menudo de manera anónima, en el periódico clandestino del FLN, El Moudjahid. Para la revolución africana se convertirá en libro publicado en 1964, el cual fue traducido por Ernesto Che Guevara. En 1961, fecha de la redacción de Los Condenados de la tierra, Fanon considera que el período de la colonia esta irrevocablemente atrás; lo que esta ahora en el tapete es la evolución de los Estados liberados. Para Fanon, la construcción de una sociedad justa y prospera debería fundarse sobre la liberación integral de las mujeres y de los hombres legado del colonialismo. De este punto de vista es fundamental identificar las carencias y eliminar las consecuencias de una presencia devastadora. Uno de los capítulos de Los Condenados de la tierra, “La desgracia de la conciencia nacional” es un llamado a los pueblos liberados del dominio colonial para la promoción de las elites productivas, dotadas de una conciencia política y promovida por el sentido del


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interés general. Si los países independientes no logran preparar esas elites, triunfara entonces una cultura de negociantes que no serán otra cosa que caricaturas del educador occidental, en su comportamiento y sus modos de consumo. Los movimientos de liberación se transformaron en partido único, “la forma moderna de la dictadura burguesa, sin mascara, sin maquillaje, sin escrúpulo y cínica”. En ausencia de perspectivas realmente nacionales, la vía de “dictaduras tribales” estaría abierta: apostando sobre las divisiones étnicas y sobre las fronteras “heredadas” del colonialismo, esos nuevos poderes, llevados por los dirigentes de ayer, terminaran provocando el desmoronamiento de nuevos Estados. Estas puestas en guardia fueron pronunciadas al alba de las independencias, celebradas con entusiasmo y fervor. El análisis lucido de Frantz Fanon alertaba de manera asombrosamente premonitorio sobre los desvíos susceptibles de afectar los Estados poscoloniales. El describe con años de avance la patología neo colonial, la perpetración de la dominación por la sumisión de gobiernos nacionales corruptos y antipopulares a los intereses de las antiguas metrópolis coloniales. Si estas estructuras coloniales no explican por ellas mismas el fracaso de las independencias africanas, este medio siglo fue la demostración despiadada de la eficacidad de las bombas retardadas legadas por las potencias coloniales. La independencia de países colonizados se convirtió para Fanon una etapa preliminar y necesaria, pero no constituía de ninguna forma el fin de un proceso de liberación. Fanon fue uno de los pensadores de la revolución argelina que se ubicaba fuera de toda reducción dogmática o de interpretación doctrinal. Progresista y antiimperialista sin referencia “teológica” al Marxismo, cerca pero sin obediencia ninguna, del campo socialista. Como lo decía el sociólogo Inmanuel Wallerstein, en una formula concisa pero muy exacta: “Fanon leía Marx con los ojos Freud y leía Freud con la mirada de Marx”. La liberación del hombre y su no-alienación fue para Fanon el último objetivo de la lucha política sin estilo, sin rigidez pero sin concesión. Era un hombre indivisible, que no podría ser reducido a una dimensión particular de luchas; era antiracista en nombre de la universalidad y anticolonialista en nombre de la justicia y las libertades. En ninguna parte de el se le encuentra la mas minima voluntad de revancha ni de estigmatización de los blancos como quisieran presentarlo hoy los teóricos piratas del “esencialismo” y lo que llamaríamos choque de civilizaciones. Sus detractores, que se encuentran entre los “intelectuales” neoconservadores, intentaron un juicio por brujería a titulo de una supuesta apología de la violencia

traduciendo su desconocimiento de la obra de Fanon y su mala fe racista. La violencia defendida por Fanon – como ultimo medio de reconquistarse a si mismo por los que son negados, explotados y reducidos a la esclavitud - y esta de la legitima defensa de los oprimidos que sufren de la violencia, todavía mas grande, de la dominación, de la desposesión y el desprecio. Esto lo llevo a sobre vivir mas allá de generaciones. Su análisis de patologías sociales y políticas del racismo es de una sorprendente actualidad, su análisis político, psicológico y social sobrepasa el contexto dentro de lo cual fue elaborado, conservando al día de hoy una congruencia sorprendente. Su lucidez y su independencia lejos de aislarlo, a pesar de la desconfianza de los marxistas “ortodoxos” prisioneros del dogma, le permitieron ganar la estima y el respeto de combatientes de la libertad e independencias. Fanon fue una referencia mayor para los militantes ilustres como Comandante Che Guevara, Amílcar Cabral, Agostino Neto, Nelson Mandela, Mehdi Ben Barka y muchos más. En África, en Europa Fanon aparece hoy más actual que nunca. Tiene sentido para los militantes africanos de la libertad y de los derechos humanos, tiene sentido también para todos los Africanos y los Árabes en contra de los cuales se expresa, tanto en los medios de comunicación como en los propósitos de las elites de ciertos estados, un racismo sin complejo, recobrando así violentamente un no deliberado racismo. Tiene sentido puesto que la emancipación es la primera meta de

generaciones que llegan a la madurez política. Muchos de los africanos aprendieron que esa lucha para la libertad, la democracia y los derechos humanos son llevada contra los potentados locales pero de la misma manera contra los gobernantes del orden neo-colonial que los protege, los utiliza para robar los recursos y los descarta cuando ya su tiempo se acaba. El pensamiento de Fanon continúa inspirando hoy a todos los que combaten para el progreso del hombre en todo el planeta. En este mundo donde el sistema de la opresión, el atropello del humano no para de renovarse y de adaptarse, su pensamiento es un antídoto contra la renuncia. Es el arma de una pasión lucida para el combate incesante por la libertad, la justicia y la dignidad de mujeres y hombre. La liberación de los pueblos y de los individuos de la esclavitud y de la alineación queda un objetivo, la emancipación esta por venir. Si Frantz Fanon estuviera vivo, ciertamente no le hubiese gustado ser considerado como una autoridad canónica fuera del contexto de su lucha y de su testimonio escrito. Al contrario constantemente subrayo desde su primer libro hasta el último, que un pensamiento viviente debía siempre ser una compromiso en una situación dada. La resistencia continua, y cincuenta años después Fanon nos exhorta a no abandonar la lucha en este espacio social donde las mujeres y los hombres ordinarios pueden poner nuevamente en discusión y desplegar la energía y la sabiduría de un verdadero proyecto político. Palabras pronunciadas en el IV encuentro de Afrodescendientes


La crisis ideológica del capitalismo occidental

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an sólo unos años atrás, una poderosa ideología –la creencia en los mercados libres y sin restricciones– llevó al mundo al borde de la ruina. Incluso en sus días de apogeo, desde principios de los años 80 hasta el año 2007, el capitalismo desrregulado al estilo estadounidense trajo mayor bienestar material sólo para los más ricos en el país más rico del mundo. De hecho, a lo largo de los 30 años de ascenso de esta ideología, la mayoría de los estadounidenses vieron que sus ingresos declinaban o se estancaban año tras año. Es más, el crecimiento de la producción en los Estados Unidos no fue económicamente sostenible. Con tanto del ingreso nacional de los EEUU yendo destinado para tan pocos, el crecimiento sólo podía continuar a través del consumo financiado por una creciente acumulación de la deuda. Yo estaba entre aquellos que esperaban que, de alguna manera, la crisis financiera pudiera enseñar a los estadounidenses (y a otros) una lección acerca de la necesidad de mayor igualdad, una regulación más fuerte y mejor equilibrio entre el mercado y el gobierno. Desgraciadamente, ese no ha sido el caso. Al contrario, un resurgimiento de la economía de la derecha, impulsado, como siempre, por ideologías e intereses especiales, una vez más amenaza a la economía mundial –o al menos a las economías de Europa y América, donde estas ideas continúan floreciendo. En los EEUU, este resurgimiento de la derecha, cuyos partidarios, evidentemente, pretenden derogar las leyes básicas de las matemáticas y la economía, amenaza con obligar a una moratoria de la deuda nacional. Si el Congreso ordena gastos que superan a *PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE COLUMBIA, PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA Y AUTOR DE “FREEFALL: FREE MARKETS AND THE SINKING OF THE GLOBAL ECONOMY”.

los ingresos, habrá un déficit, y ese déficit debe ser financiado. En vez de equilibrar cuidadosamente los beneficios de cada programa de gasto público con los costos de aumentar los impuestos para financiar dichos beneficios, la derecha busca utilizar un pesado martillo –no permitir que la deuda nacional se incremente, lo que fuerza a los gastos a limitarse a los impuestos. Esto deja abierta la interrogante sobre qué gastos obtienen prioridad –y si los gastos para pagar intereses sobre la deuda nacional no la obtienen, una moratoria es inevitable. Además, recortar los gastos ahora, en medio de una crisis en curso provocada por la ideología de libre mercado, simple e inevitablemente sólo prolongaría la recesión. Hace una década, en medio de un auge económico, los EEUU enfrentaba un superávit tan grande que amenazó con eliminar la deuda nacional. Incosteables reducciones de impuestos y guerras, una recesión importante y crecientes costos de atención de salud –impulsados en parte por el compromiso de la administración de George W. Bush de otorgar a las compañías farmacéuticas rienda suelta en la fijación de precios, incluso con dinero del gobierno en juego– rápidamente transformaron un enorme superávit en déficits récord en tiempos de paz. Los remedios para el déficit de EEUU surgen inmediatamente de este diagnóstico: se debe poner a los Estados Unidos a trabajar mediante el estímulo de la economía; se debe poner fin a las guerras sin sentido; controlar los costos militares y de drogas; y aumentar impuestos, al menos a los más ricos. Pero, la derecha no quiere saber nada de esto, y en lugar de ello, está presionando para obtener aún más reducciones de impuestos para las corporaciones y los ricos, junto con los recortes de gastos en inversiones

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JOSEPH STIGLITZ

y protección social que ponen el futuro de la economía de los EEUU en peligro y que destruyen lo que queda del contrato social. Mientras tanto, el sector financiero de EEUU ha estado presionando fuertemente para liberarse de las regulaciones, de modo que pueda volver a sus anteriores formas desastrosas y despreocupadas de proceder. Pero las cosas están un poco mejor en Europa. Mientras Grecia y otros países enfrentan crisis, la medicina en boga consiste simplemente en paquetes de austeridad y privatización desgastados por el tiempo, los cuales meramente dejarán a los países que los adoptan más pobres y vulnerables. Esta medicina fracasó en el Este de Asia, América Latina, y en otros lugares, y fracasará también en Europa en esta ronda. De hecho, ya ha fracasado en Irlanda, Letonia y Grecia. Hay una alternativa: una estrategia de crecimiento económico apoyada por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El crecimiento restauraría la confianza de que Grecia podría reembolsar sus deudas, haciendo que las tasas de interés bajen y dejando más espacio fiscal para más inversiones que propicien el crecimiento. El crecimiento por sí mismo aumenta los ingresos por impuestos y reduce la necesidad de gastos sociales, como ser las prestaciones de desempleo. Además, la confianza que esto engendra conduce aún a más crecimiento. Lamentablemente, los mercados financieros y los economistas de derecha han entendido el problema exactamente al revés: ellos creen que la austeridad produce confianza, y que la confianza produce crecimiento. Pero la austeridad socava el crecimiento, empeorando la situación fiscal del gobierno, o al menos produciendo menos mejoras que las prometidas por los promotores de la austeridad. En ambos casos, se socava la confianza y una espiral descendente se pone en marcha. ¿Realmente necesitamos otro experimento costoso con ideas que han fracasado repetidamente? No deberíamos, y sin embargo, parece cada vez más que vamos a tener que soportar otro. Un fracaso en Europa o en Estados Unidos para volver al crecimiento sólido sería malo para la economía mundial. Un fracaso en ambos lugares sería desastroso –incluso si los principales países emergentes hubieran logrado un crecimiento auto-sostenible. Lamentablemente, a menos que prevalezcan las mentes sabias, este es el camino al cual el mundo se dirige.


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Barack Obama: El cambio que no fue

ERIC TOUSSAINT Y DANIEL MUNEVAR (CADTM)

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on el anuncio del lanzamiento de la candidatura de Barack Obama para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de 2012, se ha abierto oficialmente la campaña electoral en este país. Al contrario de lo que se hubiera podido esperar hace 2 años, Obama enfrenta un difícil panorama y su reelección no parece estar garantizada. A pesar de la estabilización del sistema financiero, lograda a través de la entrega masiva de recursos públicos por medio de mecanismos opacos a los mismos responsables de generar la crisis, la economía real aún continúa esperando la llegada de una verdadera recuperación económica. Mientras que el 89% de los beneficios del crecimiento económico de los Estados Unidos durante la administración Obama han ido a parar al sector corporativo, los ciudadanos comunes continúan enfrentando una dura realidad caracterizada por altos niveles de desempleo, salarios a la baja y números record de desalojos de hogares. Es precisamente la incapacidad de esta administración de proveer respuestas y soluciones a los acuciantes problemas de la población que pone en entredicho su capacidad para obtener la reelección, a pesar de poseer una maquinaria publicitaria con más de 1.000 millones de dólares disponibles para este fin. Sin embargo, esta situación no es sorpresiva, si se tienen en cuenta las opciones que Obama tomó desde el principio de su administración. Mientras algunos esperaban que éste nombrara un equipo económico profundamente renovado para poder poner en marcha un New Deal, con miras a cambiar el capitalismo, aunque no abolirlo, y a instaurar una nueva era de regulación de la economía, la realidad fue diferente. Obama eligió a los más conservadores entre los consejeros demócratas, los mismos que organizaron una desreglamentación desbocada durante la presidencia de Bill Clinton, a finales de los noventa. Cuando nos detenemos en tres nombres emblemáticos, la coherencia de su elección es reveladora.(2) El primero de dichos consejeros es Robert Rubin, secretario del Tesoro entre 1995 y 1999. Desde que llegó al Tesoro tuvo que enfrentarse con la crisis financiera de México, primer gran fracaso del modelo neoliberal en los años noventa. Luego impuso, junto con el FMI, un tratamiento de choque que agravó las crisis producidas en el sureste asiático en los años 1997-1998, y después en Rusia y Latinoamérica en 1999. R. Rubin no dudó nunca de los beneficios de la liberalización y contribuyó decididamente

a imponer a la población de los países emergentes políticas que degradaron sus condiciones de vida y aumentaron las desigualdades. En Estados Unidos, ejerció su potente influencia para conseguir la abrogación de la Glass Steagall Act, o Banking Act, vigente desde 1933, y que, en especial, declaraba la incompatibilidad de los bancos de depósitos con los bancos de inversiones. De este modo, la puerta quedó abierta para toda suerte de excesos de los financieros ávidos del máximo beneficio, lo que posibilitó la crisis internacional actual. Para rizar el rizo, la derogación de la Banking Act permitió la fusión de Citicorp con Travelers Group para formar el gigante bancario Citigroup. En el año 2000, Robert Rubin se incorporó a la dirección del Citigroup, que el gobierno estadounidense tuvo que salvar, con urgencia, en noviembre de 2008, ¡garantizándole más de 300.000 millones de dólares de activos! Hay que decir que los servicios prestados por Rubin como presidente del comité ejecutivo del Citigroup fueron generosamente retribuidos. Según el Financial Times, Rubin percibió más de 118 millones de dólares en concepto de salario más bonos y acciones entre 1999 y 2008.(3) Pues bien, fue precisamente en el curso de su mandato cuando el Citigroup se lanzó a una política financiera cada vez más aventurada que condujo al fiasco que conocemos, que costó al Tesoro público estadounidense la astronómica suma de 45.000 millones de dólares.4 A pesar de ello, Robert Rubin es uno de los principales asesores externos de Barack Obama. La segunda personalidad en escena es Lawrence Summers, heredado del puesto de director del Consejo Económico Nacional

de la Casa Blanca. Sin embargo, su carrera contiene cierto número de manchas que deberían ser indelebles. En diciembre de 1991, mientras era economista jefe del Banco Mundial, Summers osó escribir en una nota interna: «Los países con escasa población de África tienen una bajísima contaminación. La calidad del aire es de un nivel inútilmente mayor que la de Los Ángeles o de México. Es necesario alentar el desplazamiento de las industrias contaminantes hacia los países menos avanzados. Debe existir cierto grado de contaminación en los países en los que los salarios son más bajos. Pienso que la lógica económica que dice que los residuos tóxicos deben volcarse allí donde los salarios son los más bajos es imparable. [...] La inquietud [a propósito de los agentes tóxicos] será evidentemente mayor en un país donde la gente vive bastantes años como para enfermar de cáncer, que en un país donde la mortalidad infantil en menores de cinco años es del 200 por mil.»5 Con Summers en los mandos, el capitalismo productivista gozará de un espléndido porvenir. Habiendo sido nombrado secretario del Tesoro durante el gobierno de Clinton, en 1999, Summers presionó al presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, para que se sacara de encima a Joseph Stiglitz, que lo había sucedido en el puesto de economista jefe y que era muy crítico con las orientaciones neoliberales que Summers y Rubin ponían en marcha en todas las partes del mundo donde estallaban incendios financieros. Después de la llegada de George W. Bush, Summers continuó su carrera convirtiéndose en presidente de la universidad de Harvard en 2001, pero se destacó particularmente en febrero de


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amigos o agentes de Wall Street. La política económica que Barack Obama y su equipo han puesto en práctica en 2009 está muy lejos de la desarrollada en 1933 por Franklin D. Roosevelt en los primeros 100 días de su primer mandato. El Cambio que no fue

2005, cuando logró la enemistad de toda la comunidad universitaria después de una discusión en la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, sus siglas en inglés).6 Preguntándose sobre las razones por las que hay escasas mujeres en los puestos elevados en el ámbito científico, afirmó que las mujeres están menos dotadas que los hombres para las ciencias, descartando cualquier otra explicación posible como el origen social y familiar, o una voluntad de discriminación. Esto provocó una gran polémica 7, tanto en el interior como en el exterior de la universidad. A pesar de sus excusas, las protestas de una mayoría de profesores y estudiantes de Harvard lo obligaron a dimitir en 2006. Si bien su responsabilidad en la situación actual todavía no está demostrada, su biografía, que se puede consultar en el sitio internet de la universidad de Harvard de la época de su presidencia, confirma que «ha dirigido el esfuerzo de la puesta en marcha de la más importante desreglamentación financiera de estos últimos 60 años». ¡No se podría ser más claro! Lawrence Summers renunció en septiembre 2010 del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. La tercera personalidad del equipo de economistas es Paul Volcker, quien, como presidente de la Reserva Federal, había aumentado drásticamente, en octubre de 1979, los tipos de interés en Estados Unidos. Esto constituyó, por un efecto de contagio internacional, el principal detonante de la crisis de la deuda pública, tanto en el Sur8 como en el Norte del planeta, a principios de los años 80. La cuarta personalidad elegida por

Obama, Timothy Geithner, ha sido nombrado secretario del Tesoro. Justo antes de su designación era presidente del Banco Central de Nueva York. Había sido subsecretario del Tesoro encargado de las relaciones internacionales entre 1998 y 2001, adjunto sucesivamente de Rubin y de Summers, y activo, en particular, en Brasil, México, Indonesia, Corea del Sur y Tailandia, todos símbolos de los desastres del neoliberalismo, que sufrieron graves crisis durante ese período. Las medidas promovidas por este cuarteto infernal hicieron recaer el coste de la crisis sobre las poblaciones de estos países. Rubin y Summers son los mentores de Geithner. En febrero de 2009, Geithner estuvo a punto de no ser nombrado porque la prensa reveló que había defraudado al fisco ocultando una remuneración percibida del FMI. El lucro cesante del Tesoro público se elevaba a 34.000 dólares9. Finalmente, para obtener su puesto, reembolsó su deuda al Tesoro. Con Obama, Geithner continúa defendiendo las grandes instituciones financieras privadas, sordo a los derechos humanos fundamentales, ridiculizado en Estados Unidos y en cualquier lado debido a las políticas económicas que defiende con vehemencia. La decisión de Barack Obama no era trivial, habría podido cambiar la propuesta, designando a consejeros que mantienen una orientación keynesiana. Economistas como Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Nouriel Roubini y James K. Galbraith estaban de acuerdo en aceptar esta responsabilidad. Pero Obama optó por unos economistas responsables de la desreglamentación bancaria de los años 90, en otras palabras,

A pesar de ser elegido sobre la premisa de cambio, tras 2 años en el poder Obama ha demostrado que está más que satisfecho en cumplir un rol de mero guardián del status quo actual. En contra de las expectativas de ciertos sectores, la administración Obama sostuvo el rumbo fijado por la administración Bush en temas claves de la agenda de política exterior y económica. La diferencia entre ambos gobiernos ha sido entonces más una cuestión de estilo que de fondo. La falta de acciones concretas que hagan frente a la crisis social originada en el colapso económico y financiero de 2008, ha erosionado la base de apoyo de la administración Obama. A la fecha, 14.4 millones de familias han perdido sus hogares desde el inicio de la crisis y cerca de 25 millones de personas se encuentran desempleadas o en condiciones precarias de empleo. Las políticas implementadas hasta el momento, antes que atender a las urgentes necesidades de este vasto segmento de la población norteamericana, han sido dirigidas a apoyar y asegurar la supervivencia de las instituciones financieras responsables de la crisis económica. Teniendo en cuenta la composición del equipo económico de la administración Obama conformado, como se ha señalado, por miembros de los equipos económicos de Clinton y Bush, el camino seguido no ha debido representar ninguna sorpresa. Personas directamente responsables por los excesos de instituciones financieras en su calidad de reguladores de las mismas, como Timothy Geithner o Ben Bernanke, enfrentaron desde el principio serios conflictos de intereses. Su interés personal recae claramente sobre encubrir su responsabilidad más que sobre la implementación de medidas que busquen superar la crisis económica. Perder de vista este elemento de responsabilidad, no solamente política sino también judicial, impediría comprender cómo, ante las denuncias de abusos por parte de instituciones financieras en el desalojo de familias de sus hogares o de especulación con los fondos de rescate provistos por el gobierno, la Casa Blanca ha defendido los intereses de Wall Street una y otra vez. Sin embargo, está claro que la claudicación más importante tuvo lugar con la Ley de Reforma Financiera FrankDodd. Desaprovechando la oportunidad real que se presentó durante la crisis de poner en cintura al sector financiero, la


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Plan urgente de la

Sudamérica L

administración Obama llevó adelante la implementación de una supuesta reforma que falla por completo en imponer controles en las áreas críticas de operación de dicho sector. Aprobada en 2010, dicha Ley no sólo no condena el uso de dudosas prácticas contables que permiten esconder las pérdidas en las hojas de balance, sino que también fortalece las prerrogativas de las instituciones “Demasiado Grandes para quebrar”, y deja completamente de lado la regulación de los mercados de derivados financieros. Esta actitud permisiva hacia el sector financiero por parte de la administración Obama es la que permite explicar que ningún ejecutivo de este sector haya sido procesado judicialmente tras una crisis que el FBI, ya en 2004, había caracterizado como una epidemia de fraudes. Ante esta situación no es sorpresivo que el pueblo norteamericano haya dado la espalda al Partido Demócrata en las elecciones del Congreso y Senado que tuvieron lugar en noviembre de 2010. Con un discurso ultraconservador, y aprovechándose de la incertidumbre y ansiedad que caracterizan un entorno de crisis económica, el Partido Republicano retomó el control sobre el Congreso y amenaza con tomar el control del Senado en 2012. Como respuesta a la pérdida del Congreso, Obama dispuso algunos cambios en su equipo económico, con la salida de miembros prominentes del mismo, como Lawrence Summers, Cristina Roehmer y Paul Volcker. Sin embargo, los reemplazos indican que los cambios sólo tienen un carácter cosmético. Estos incluyen a Gene Sperling, antiguo miembro de la administración Clinton y fuerte defensor de los recortes impositivos, Jeffrey Inmelt, previamente director de la multinacional General Electric, y William Daley, previamente alto ejecutivo de JP Morgan. El nuevo escenario que ha tenido

lugar desde noviembre de 2010 le ha permitido al Partido Republicano bloquear completamente a la administración Obama, dadas las prerrogativas del Congreso sobre el presupuesto del gobierno y el nivel de la deuda publica. La estrategia de bloquear de los Republicanos de bloquear sistemáticamente al gobierno, para así disminuir las posibilidades de una reelección, ha llegado a su mas clara expresión en la actual batalla para elevar el limite de la deuda Federal. Esta prerrogativa del Congreso de los Estados Unidos fija un monto máximo de deuda que puede ser emitida por el Gobierno Federal y fue creada como un mecanismo para ejercer control por parte del poder legislativo sobre el poder ejecutivo. Históricamente el elevar el limite de la deuda federal ha sido una operación política llevada a cabo sin mayores contratiempos. Sin embargo en el contexto actual, y tal como ocurrió en 1995, el partido republicano esta utilizando su control del Congreso para forzar al gobierno a realizar recortes en el gasto social a riesgo de negarse a elevar el limite de la deuda. Esa vez el limite no fue elevado por un tiempo y se presentaron algunas disrupciones menores en los mercados financieros. Sin embargo esto ocurrió en un contexto de fuerte expansión de la economía norteamericana. En la situación actual, una cesación parcial de pagos podría volver a poner al sistema económico y financiero de los Estados Unidos en una situación de fragilidad e inestabilidad. Si es posible aprender de la historia reciente, los mas afectados por una nueva recaída económica serán los despojados y desempleados de la sociedad norteamericana, mientras que los banqueros y especuladores continuaran siendo protegidos por la administración Obama. Este definitivamente no fue el cambio por el cual el pueblo norteamericano voto lleno de esperanza en el 2008.

a preocupación expresada por la Presidenta en Brasilia sobre la crisis financiera mundial confirma una primicia que dio ayer este diario: la cumbre de la Unasur del jueves produjo una declaración sobre la desigualdad pero el tema verdadero fue cómo proteger a Sudamérica de un cimbronazo norteamericano. Página/12 pudo determinar cuál fue una de las decisiones tomadas en el cónclave secreto: la reacción será urgente, casi on line, e incluirá dos reuniones inminentes en Buenos Aires y Lima de ministros de Economía. El seguimiento lo harán los presidentes en persona. Juan Manuel Santos, el presidente colombiano, fue tan crudo en su descripción que terminó imponiendo un adjetivo que podría llegar a formar parte de una nueva ideología Unasur. Se trataría de la crítica de Sudamérica a los Estados Unidos o al sistema financiero internacional no por antiimperialismo o antinorteamericanismo sino como fruto de una conclusión práctica: se están comportando, dijo Santos, como “irresponsables”. Santos, de arranque El tema financiero no figuraba en el temario original de la cumbre de la Unasur. El centro sería la desigualdad y la necesidad de coordinar políticas públicas y ayudarse entre vecinos con las experiencias del otro. El objetivo era respaldar los planes de mayor justicia de Ollanta Humala, que asumió horas antes de la reunión del 28. Sin embargo, los presidentes llegaron a Lima mirando con un ojo a Europa y otro a los Estados Unidos. A Europa por la crisis griega, la cascada hacia España o Portugal, el futuro incierto del euro y la perspectiva de una recesión profunda que afectaría también a Sudamérica. El ojo dedicado a los Estados Unidos se movía por la extorsión de la extrema derecha del Tea Party al Partido Republicano y la presión de éste a un Barack Obama que parece resignado a ser un Roosevelt al revés. En 1933, Franklin Delano atacó el poder de los bancos para inyectar dinero en programas sociales y obras públicas y atenuar el sufrimiento del pueblo norteamericano. Ahora la mayoría de los salvatajes se dirige al sector financiero. Lo asombroso (o no) es quién abrió el debate de fondo. Fue Santos, el presidente colombiano conservador que asumió el último 7 de agosto luego de ser ministro de Defensa de Alvaro Uribe. “No puede ser que los Estados Unidos entren en cesación de pagos, cambien


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UNASUR ante la crisis financiera

en estado de alerta de discusión es alto y porque los líderes son “una selección suramericana”. Cada presidente es un presidente y es un jefe político, y ésa es una condición que el otro reconoce mutuamente, dice Follonier, que acostumbra mechar en sus charlas públicas relatos sobre las estrategias políticas de José de San Martín, Simón Bolívar, Bernardo de Monteagudo o Antonio José de Sucre. Todos ellos, también, jefes. Dilma

el valor del dólar y los colombianos nos despertemos un día dándonos cuenta de que nuestras reservas no valen nada”, dijo. “No puede ser que los capitales entren y salgan y que nos perjudiquen a todos, porque cuando no consiguen ventajas especulativas en un país las terminan obteniendo en otro”, explicó. “Tenemos que hacer algo juntos y pensar medidas entre todos para defendernos.” Ayer, en público, Santos insistió en la misma línea. Declaró que la reevaluación de las monedas de los diferentes países frente a un dólar cada vez más barato “nos está destruyendo la capacidad de generar más empleo y al mismo tiempo América latina está sentada sobre unas reservas de 700 mil millones de dólares que están perdiendo valor con la crisis”. Rafael Correa, a la izquierda ideológica de Santos y además economista de profesión, aportó que “esto pasa cuando el circuito consiste en que el dinero genera dinero”. Correa vive una situación paradójica. Como Ecuador está dolarizado desde antes de su gobierno y el presidente se propone salir de ese régimen a mediano plazo, no ya mismo, hasta podría convenirle una caída estadounidense. Pero la otra parte de la paradoja, la que pesa más, es ésta: el futuro de Ecuador no está en el dólar sino en la calidad de su relación con los vecinos. Cristina“ Que los capitales vengan, pero para invertir, no para especular”, dijo Cristina Fernández de Kirchner en el debate a puertas cerradas, según contaron a Página/ 12 diplomáticos latinoamericanos a cambio de conservar su anonimato. “La Argentina ya sufrió invasiones especulativas de capitales golondrina y sabe que cuando se van no queda nada.” Al dirigirse a Santos en persona, Cristina recordó con cariño la relación de Néstor

Kirchner con él, forjada en la mediación entre Colombia y Venezuela en agosto último, y dijo que adhería “fervorosamente” a la propuesta del colombiano. “Nos costó mucho alcanzar el nivel de reservas, fue mucha disciplina y mucho esfuerzo de toda la sociedad como para que ahora se nos evapore”, dijo la Presidenta. Y recordó que ya estaba convocada una reunión del Consejo de la Unasur en Finanzas, que coordina la Argentina, para el 12 de agosto en Buenos Aires con ministros de Economía y presidentes del Banco Central. Es rara la química interna de la Unasur. Es fuerte. Se parece a la convergencia de 2005 entre Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Hugo Chávez contra la integración del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, el ALCA que propuso George Bush en una reunión cumbre de Mar del Plata. Marco Aurelio García, el asesor internacional de Dilma Rousseff que ocupó el mismo cargo durante ocho años con Lula, suele decir que los presidentes se entienden muy bien cuando intercambian ideas sobre fenómenos reales complejos. Acostumbra recordar una reunión en Tucumán en la que Lula, Cristina y Chávez analizaron, también fuera de programa, en 2007, el comienzo de la burbuja especulativa con materias primas e hipotecas que remataría en la caída de Lehman Brothers de 2008. Rafael Follonier, el secretario de Estado que acompañó a Néstor Kirchner en la secretaría ejecutiva de Unasur y también participó del encuentro de Lima como negociador, tiene escrito en la revista Veintitrés Internacional, y también repite, que “Unasur es el instrumento estratégico de la integración suramericana”. Para Follonier, coordinador de la Unidad Presidente en la Casa Rosada, en Unasur las burocracias tienen poco peso y la política es audaz, veloz, creativa, porque el nivel

Dilma, que en Brasil está comenzando la transición de Presidenta a jefa, un curso que suele ser intensivo en tiempos de crisis mundial, dijo que “no es justo que el país que maneja el patrón monetario del resto del mundo lo establezca de cualquiera manera, porque nos afecta a todos”. Es un concepto que le preocupa. Lo había expresado en la entrevista concedida a Página/12, Clarín y La Nación antes de su primera visita a Buenos Aires, el 31 de enero. Según relató una persona del staff de Unasur, la secretaria general, la ex canciller colombiana María Emma Mejía, pescó al vuelo el giro de la reunión y ayudó a coordinar la charla y las medidas futuras. Cuando Cristina anunció la reunión programa para el 12, el presidente uruguayo Pepe Mujica hizo una sugerencia. “Hagamos una antes, de ministros de Economía, así llegan a Buenos Aires después de una preparatoria”, dijo Mujica. También sugirió que fuera sólo de ministros, sin presencia de presidentes de Banco Central, para que quedara claro que seguían el mandato político de los presidentes. La Presidenta, que también estaba acompañada del canciller Héctor Timerman, su colaborador (sherpa) en el G20, estuvo de acuerdo. Elogió a Mercedes Marcó del Pont pero recordó que “a veces los presidentes del Banco Central se creen más que los ministros de Economía y más que los propios presidentes de la Nación”. Dijo que tuvo uno, pero que no está más. Era una alusión a Martín Redrado, que se fue a comienzos de 2010 después de una discusión sobre el uso de reservas. Si todo comenzó con un planteo de Santos, la parábola de la reunión de Unasur se completó con un remate. El último en hablar fue el conservador Sebastián Piñera, presidente de Chile. Estuvo de acuerdo con todos los razonamientos y, como los demás, el mensaje que quedó en los participantes fue que, para Chile, Sudamérica no tiene por qué sufrir el capricho de europeos o norteamericanos.


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Una visión desde la

ROBERTO HERNÁNDEZ

Así es como te roban cuando compras Cuando se produce un bien en un estado donde existen organismos capaces de regular todo lo concerniente al costo promedio, que es el costo total al producir un numero determinado de unidades de un producto divididos por ese numero de unidades, también se denomina “costo unitario”. El deber ser, es que ese producto salga al mercado con ese precio y quienes ofertan dicho producto lo adquieran manteniendo o aumentando su poder adquisitivo. Venezuela siendo un país capitalista en la practica, por múltiples razones no sucede esto, primeramente debo citar a quienes importan artículos de distinto tipo, los venden a dólar de 12 BSf aun cuando adquieren la divisa a 4,30. Podemos comprobar semejante desbalance en el precio cuando buscamos en cualquier página especializada en ventas que nos traen el mismo o mejor producto por menor costo. Con los productores de bienes nacionales sucede la misma perversión que es mas notable en los productos agrícolas, que son vendidos por el productor agropecuario a un precio A y lo compramos tres veces A, esto sucede por que en Venezuela esa ley universal de la oferta y la demanda pareciera no cumplirse y los encargados de comercializar cualquier bien recurren a un concepto llamado excedente de producción que no es mas que el sobre precio por encima del costo unitario. Este excedente de producción se ha convertido en el peor enemigo del todos los venezolanos ya que cada vez que vamos a cualquier lugar y realizamos una compra el vendedor al saberse inmune a cualquier sanción vende a precios muy por encima del precio justo con el cual el también obtendría ganancias que es el fin de todo capitalista, en Venezuela el vendedor acapara para vender mañana mas caro, en países con mayor desarrollo tecnológico aumenta la producción para vender mas luego de verificar el costo marginal que es el aumento en los costos que resulta de los incrementos en la tasa de producción de un bien o servicio.

Revolución, autogestión

Q

uienes conocen (y sobre todo disfrutan) de béisbol saben que el juego no termina hasta que caiga el último “out”. Por eso disiento de los enfoques “terminales” acerca de la Revolución cubana. No importa cuántas carreras debajo estemos, todavía nos quedan turnos al bate.Justo ahora, en medio de una compleja situación (nada nuevo para cubanas y cubanos) se evidencian un sinnúmero de alternativas que podrían imprimirle un giro positivo al proceso más allá de la idea de “mantener” lo alcanzado. Centrarse únicamente en defender las conquistas lleva también a la trampa de defender un status de inmovilismo que deriva, sin remedio, en la muerte del proceso. Pero para “ir más allá” se requieren altas dosis de audacia, inteligencia colectiva y voluntad real de que el pueblo no solo “tome parte”, sino, y sobre todo, que protagonice y dirija el proyecto social de la Revolución. Se ha hecho sentido común la visión sobre la necesidad de cambios en la economía, lo cual se ha traducido como “actualización del modelo económico”. Tales cambios son imprescindibles, pero pueden dejar de carecer de sentido en términos del socialismo, si no van de la mano de cambios en la estructura política presente que data de 1976. La sociedad cubana ha cambiado, se ha diversificado. Han aparecido relaciones y actores económicos y sociales que en aquel entonces no existían o no impactaban el proceso. Han ocurrido *DOCTOR EN FILOSOFÍA, INVESTIGADOR DEL GRUPO GALFISA DEL INSTITUTO DE FILOSOFÍA DEL CITMA, EN LA HABANA.

importantes cambios culturales dentro de la sociedad, al tiempo que se han operado transformaciones en el paradigma del socialismo y en la ideología revolucionaria de amplio efecto en los ciudadanos y ciudadanas que formamos parte de esta sociedad. A ello debe añadirse que a escala internacional la realidad, la coyuntura y el contexto han cambiado drásticamente. Si bien la Constitución y el sistema político que nos dimos en 1976 se correspondían con la plataforma técnica económica y con la estructura social existentes, en treinta y seis años se han registrado transformaciones esenciales. No existe más ni la URSS ni todo el bloque económico y político en el que la Revolución se apoyó y con el cual estaba alineada. El proyecto de país se vio afectado y fue necesario un rediseño sobre la marcha, en retroceso y con una ofensiva que arreciaba desde Estados Unidos para que fuéramos los próximos en caer. En Miami se hacían maletas para el regreso triunfal, al tiempo que se coreaba “ya vienen llegando”. La ropa se estrujó en las valijas y la canción pasó de moda. Desde fines de los 90 en nuestro contexto natural, Latinoamérica y el Caribe, han tenido lugar procesos de renovación social como la Revolución Bolivariana en Venezuela y las transformaciones en Bolivia y Ecuador cuyas propuestas han tenido amplia repercusión regional y global. En términos domésticos, han promovido en cierta medida nuevas maneras de concebir y llevar a cabo el socialismo.


presente perspectiva cubana

y cooperativas

Hay dos aspectos que no pueden ser ignorados. Uno es que el conflicto con Estados Unidos es un actor interno de la realidad cubana y está mediando en casi todos los sectores de nuestra vida. Segundo, y más importante aún, es innegable la valentía y consecuencia política, así como la inteligencia de la dirección del país para garantizar la sobrevivencia del proceso en medio de la debacle global de los 90. Fue necesaria una reforma que abrió la maltrecha economía a la inversión de capital extranjero a través de empresas mixtas de conjunto con el estado. Se situó al turismo internacional como fuente principal de ingresos y liquidez financiera para palear la falta de créditos y sortear el bloqueo. Esas fueron medidas necesarias a la vez que riesgosas en tanto no eran asépticas socialmente y trajeron consigo regresiones en el terreno de las ideas y las convicciones. Apareció el autoempleo (trabajo por cuenta propia) como forma de recolocación de masas de trabajadores sin espacio en la economía “formal”. Se estimularon formas y relaciones de mercado como palanca en busca de la eficiencia. Se permitió la libre tenencia y circulación del dólar norteamericano en la economía interna, pasando el envío de remesas desde el exterior a ser otro factor importante de ingreso de divisas. Desde las Fuerzas Armadas se comenzó a aplicar el “perfeccionamiento empresarial”, primero como forma de contribución eficiente a los tan necesarios gastos en la defensa, y luego se fue

extendiendo como experiencia al sector civil. De hecho, una buena parte del sector turístico está gestionado por una empresa perteneciente a las FAR. La reforma económica de los 90, que fue mucho más amplia que lo anteriormente mencionado, contribuyó inmensamente a la sobrevivencia de la Revolución, aunque la causa fundamental de esa permanencia en el espacio y el tiempo radica, como siempre, en un pueblo que ha soportado las más difíciles condiciones en la vida cotidiana y en su mayoría se mantiene firme en sus ideales de independencia y justicia social. El pueblo cubano, por encima de todo, sabe lo que “no” quiere. No obstante, las medidas aplicadas en los 90 tuvieron, como todo, otra cara de la moneda. Los principales baluartes de la vida digna de los cubanos y cubanas: la educación de alto nivel gratuita y universal, el sistema de salud de incomparables resultados y la seguridad social y ciudadana se vieron seriamente deprimidas y afectadas. El éxodo desde esos sectores, el deterioro de la base material y, sobre todo, el deterioro de lo que los tecnócratas gustan llamar “capital humano” ha tenido efectos negativos, algunos de los cuales aún están por emerger. En medio de la escasez más profunda aparecieron empresarios y turistas extranjeros oliendo a capitalismo exitoso. Al mismo tiempo que los ciudadanos nacionales fuimos privados del acceso a las instalaciones turísticas y recreativas, aparecía un sector social marginal (y marginado, pero activo) que fue creciendo y

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HUMBERTO MIRANDA LORENZO*

consolidándose como actividad económica “informal” (pero cada vez más organizada) y cuyos impactos sociales, aunque oficialmente se traten de desconocer o se minimicen, son extensos y profundos. Por otro lado, el estado como propietario y gestor mayoritario de la economía, en un contexto de crisis y contracción, se veía obligado a reducir gastos y comenzar a desprenderse de personal y empresas sobrantes e incosteables. La realidad era diáfana, el estado no podía continuar gestionando centros de producción y servicios ineficientes, altos consumidores de energía, sin insumos ni repuestos para funcionar, sin capitales y sin perspectiva de mercados. Debe señalarse que la vocación humanista de la Revolución no se vio resentida. En nuestro país no se adoptaron paquetes de medidas de ajuste estructural como los que el FMI y otros organismos testaferros del capital implantaron en muchas economías en el mundo. A los trabajadores no se les lanzó a la calle y se les abandonó a su suerte. Se implementaron planes de formación y capacitación conjuntamente con programas de asistencia social. Tamaño desafío se asumió con responsabilidad. Sin embargo, en ningún caso se intentó la experiencia de que los trabajadores recuperaran las fábricas y centros de trabajo en los que ni el estado podía ni el capital extranjero estaba interesado en invertir. Una gran cantidad de centros de producción fueron cerrados, decenas de centrales azucareros dejaron de producir haciendo


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desaparecer la experiencia de siglos de producción de azúcar y una vida alrededor de los bateyes que quedó congelada en el tiempo y el olvido. Por esa época, y ante la imposibilidad de mantener las grandes empresas estatales en el agro, se implementó un proceso de cooperativización de las mismas consistente en dividir las áreas de cultivo y los medios de producción, otorgar la tierra en usufructo (manteniendo la propiedad en manos del estado) y vendiendo maquinaria y medios de trabajo sobre la base de créditos blandos. Surgían así las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC). Yo he preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado. Silvio Rodríguez. “Resumen de noticias”. Muchos trabajadores agrícolas se fueron a dormir una noche siendo obreros del campo y amanecieron siendo cooperativistas. Aunque lo más difícil de ese proceso no radicó en ese cambio tan brusco en su condición, sino en que, en su gran mayoría, las UBPC’s estaban ahogadas por trabas burocráticas, sin capacidad de decisión colectiva sobre la producción y sus destinos. Eran una reproducción de los esquemas organizativos verticalistas que dejaban poco espacio a la iniciativa y búsqueda de trabajo en red con estructuras homólogas. Las UBPC’s se sumaron a otras formas de cooperativas ya existentes; las CCS (Cooperativas de Créditos y Servicios) y las CPA (Cooperativas de Producción Agropecuarias), surgidas ambas al calor del proceso revolucionario, aunque en períodos diferentes. En todos los casos existen rasgos comunes que deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar, las cooperativas en el caso cubano son un fenómeno ligado a la Revolución, pues no se registran asociaciones de ese tipo a grandes escalas antes de 1959. En la Isla, en términos de la economía, lo que no era un gran negocio, era un “chinchal”. Esta razón histórica explica en alguna medida la facilidad con que el trabajo por cuenta propia se extiende en nuestro país. La “ofensiva revolucionaria” de 1968 cortó un ciclo de reproducción de pequeños negocios individuales, pero reaparecieron con la reforma de los 90 y hoy se fortalecen en un segundo impulso a raíz de la “actualización”. Cuando aparecen las CCS ya la economía cubana funcionaba gestionada por el estado y el país comenzaba a insertarse en el sistema de relaciones del bloque socialista liderado por la URSS. Las CPA surgen en una Cuba perteneciente al CAME y en un modelo de economía planificada centralmente. Ello condicionó la visión y la puesta en práctica de las mismas. De una parte, debe señalarse que

la Revolución cubana no practicó la cooperativización forzosa al estilo estalinista. Existen numerosas intervenciones del propio Fidel en las que llamaba al convencimiento, a la asociación voluntaria y al respeto a la decisión de los campesinos de agruparse o no en cooperativas. Ahora bien, siempre fueron vistas como una forma de propiedad no estatal, nunca como una forma de gestión colectiva de la producción por parte de los trabajadores y además, su ámbito estaba reducido a la actividad agrícola. Nunca se concibió la forma de gestión cooperativa en el sector urbano ni en la industria. Eran un paso (casi un mal necesario) hacia “nuevas formas de producción”. Dicho en otros términos, un camino hacia la producción a gran escala en granjas estatales. El carácter socialista de la Revolución no fue una importación forzosa, como se ha pretendido acuñar por parte de sus enemigos. El capitalismo era el plan de la dependencia infinita, del gran casino de La Habana, del exportador de azúcar que importaba caramelos, del marine americano ebrio mancillando la estatua del Apóstol sin que sucediera nada, más allá de la indignación popular. El socialismo no llegó a nuestra isla montado en tanques soviéticos, sino que es el proyecto de sociedad que nos trajo a los cubanos y cubanas un país que no teníamos. Del mismo modo es necesario entender que al triunfo de la Revolución el socialismo realmente existente, ya burocratizado, centralizado y estatista era la noción predominante a escala internacional y con la cual interactuamos, a la cual nos integramos. Muchos de los métodos y estructuras económicas y políticas adoptadas y, más aún, buena parte de la formación de nuestros cuadros resultaron de esa relación que, por encima de toda duda, fue estratégica para un proyecto social enfrentado a la mayor potencia imperial de la Historia. Y si bien las reformas de los 90 constituyeron, en gran medida, una relectura del análisis leninista de la NEP, no puede afirmarse que la noción de

Marx sobre trabajo libre asociado haya tenido el suficiente espacio en el debate y en el establecimiento de las estrategias de construcción social; y esto provee una explicación a la ausencia del cooperativismo y la autogestión como formas de gestión colectiva de la producción y los servicios y como alternativa en medio de la crisis. El socialismo era la centralización de todos los procesos en manos del estado y gestionado por sus instituciones. El liderazgo histórico de la Revolución, encarnado hoy en la figura de Raúl, en el Informe Central al recién efectuado Congreso del PCC afirma: La experiencia práctica nos ha enseñado que el exceso de centralización conspira contra el desarrollo de la iniciativa en la sociedad y en toda la cadena productiva, donde los cuadros se acostumbraron a que se decidiera desde “arriba” y, en consecuencia, dejaban de sentirse responsabilizados con los resultados de la organización que dirigían. (…) Esta mentalidad de la inercia debe ser desterrada definitivamente para desatar los nudos que atenazan al desarrollo de las fuerzas productivas. Es una tarea de importancia estratégica (…) Desde esa perspectiva cabe entonces aventurarse a proponer otros caminos no solo deseables, sino posibles. Entendiendo desde el principio que el peor enemigo de cualquier emprendimiento social es la absolutización y el reduccionismo. Tan nefasta ha sido la absoluta estatización y burocratización de todos los procesos económicos y de la vida en general, como plantear que LA solución ahora está en más capitalismo, o en el “cuentapropismo” (con toda la carga de individualismo que entraña), del mismo modo que pensar que las cooperativas y la autogestión son la única receta posible para salir del atolladero económico y mantener viva la Revolución. Habrá que dar espacio y cabida a toda una serie de posibilidades y, más importante aún, conectar todas esas experiencias entre sí y a escala social. El propósito de cualquier propuesta no deberá ser otro que articular la diversidad de formas de producción para consolidar una hegemonía socialista que haga realmente irreversible la Revolución, para que la sangre y el sacrificio que ha costado no sean en vano. Es necesario crear un marco, como se ha hecho, para que el capital invierta en determinados sectores de la economía. Es necesario proporcionar, como se está haciendo, un entorno favorable al trabajo por cuenta propia. Y también es necesario acabar de desterrar los temores y estereotipos en torno a las cooperativas y la autogestión y darle, allí donde sean aplicables, los espacios y la legitimidad que le corresponden para fortalecer la producción colectiva lo cual, sin dudas, contribuirá al objetivo fundamental de nuestro proyecto: el socialismo.


El poder de los grandes medios y la resistencia al cambio

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HOMAR GARCÉS

L

uego del escándalo generado a nivel mundial por las revelaciones de Wikileaks, ahora tiene lugar otro que afecta directamente la objetividad y la confiabilidad de los grandes medios de comunicación, esta vez en Inglaterra donde un emporio empresarial de la información es el foco de atención al revelarse que realizaba masivas escuchas ilegales de la realeza inglesa, dirigentes políticos, celebridades y actores, con lo cual mantenía un perfil amarillista que incrementaba sus ingresos. A ello se añade el hecho que Rupert Murdoch, el magnate epicentro del escándalo, está relacionado con importantes figuras políticas reaccionarias, como los ex presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George W. Bush, identificándose con sus políticas expansionistas. Tal cosa vuelve a colocar en la palestra el papel cumplido por los medios de comunicación y la necesidad manifestada desde distintos ángulos de ejercer algún tipo de control sobre los mismos, dado que su influencia es determinante en algunas situaciones puntuales, tal como ocurrió en los casos de las invasiones a Afganistán, Iraq y, ahora, Libia, divulgándose informaciones tendenciosas y abiertamente falsas que le permitieron a los gobiernos de Estados Unidos y de Europa la justificación que requerían ante la opinión pública para actuar con total impunidad a la vista de todos. Asimismo, podrían citarse las campañas mediáticas diseñadas en Washington y copiadas sin alteración en los diferentes países en contra de los gobiernos de Cuba y Venezuela, satanizando a sus líderes de un modo que cualquier conducta atroz sería creíble, a pesar de saberse que son absurdas. Otro tanto se puede observar en las reseñas que tratan el genocidio de los palestinos a manos del Estado racista de Israel, presentando a los primeros como una horda de salvajes y a éste como un modelo de democracia y civilización en el Medio Oriente, resultando otra la verdad de las cosas. Así, el moldeamiento de la opinión pública tiene como una consecuencia inmediata visible la inercia de los ciudadanos, aceptando irracionalmente una realidad que creen natural y poco menos difícil de transformar, así tengan la razón y las leyes de su parte. Por ello, cuando se activan nuevas formas de organización política, social y económica que redunden en beneficio de los pueblos, inmediatamente se recurre al viejo expediente de las descalificaciones y la invisibilización de los logros que pudieran representar.

Como lo resalta Blanca Montoya en su obra “El dominio mediático” que hurga este tema, debe perseguirse como “objetivo que hombres y mujeres que forman parte de grandes mayorías tengan una información general de lo que sucede en el mundo, con la intención de que se suscite la reflexión y el interés de investigar para contribuir a la conciencia del porqué, el para qué y el cómo los medios de comunicación han alimentado una ideología que conserva los privilegios de unos cuantos en detrimento de las mayorías y que permite las enormes injusticias de las que son víctimas”. Esto nos sitúa ante una realidad fabricada en el mundo, según los intereses de los grupos dominantes. Aunque se crea que es parte de la ciencia-ficción, lo cierto es que las operaciones psicológicas y las técnicas de la comunicación puestas en práctica por tales grupos buscan inducir a las personas a resistirse a los cambios, aunque éstos le resulten favorables. Por ello, a objeto de obtener una noción más completa de las políticas públicas, económicas y sociales que afectan nuestro planeta, es necesario indagar a fondo sobre los mecanismos que mueven a los grandes medios de información, así como sus conexiones con los poderes mundiales, ya no simplemente políticos, sino con preponderancia de las grandes corporaciones transnacionales; lo cual ayudaría -sin duda- a liberarnos de la constante manipulación a que nos someten a diario.Las reservas pegtroleras El informe anual de la Organización

de Países Exportadores de Petróleo (Opep) certificó que las reservas probadas de crudo de Venezuela superaron a las de Arabia Saudita, tras alcanzar los 296.500 millones de barriles hasta el 31 de diciembre de 2010, por lo que el país suramericano pasó a ocupar oficialmente el primer lugar en cuanto a reservas certificadas en el mundo. El documento indica que las reservas de Arabia Saudita se ubican en 264,5 millones de barriles, según reseñó la agencia de noticias Don Jones. El informe confirma el anuncio hecho por el Gobierno venezolano en enero, cuando la marca ya había sido alcanzada. En la Gaceta Oficial número 39.615, de fecha 14 de febrero de 2011, Venezuela actualizó y oficializó sus reservas de petróleo. La cifra se logró luego de la incorporación de 86.411 millones de barriles de nuevas reservas, provenientes tanto de áreas tradicionales de la nación en las jurisdicciones de Barcelona, Maracaibo, Maturín, Barinas y Cumaná; así como el condensado existente en Costa Afuera, área Cardón IV, y Campo Perla, en el estado Falcón. También incluye la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) en los bloques Boyacá 3, Boyacá 4, Boyacá 6, Boyacá 7 y Boyacá 8; Parque Aguaro-Guariquito, Ayacucho 1 y Ayacucho 8, Junín 6, Junín 7, Junín 8 y Junín 9; las empresas mixtas Petroindependencia, Petrocarabobo, Petrocedeño, Petropiar y Sinovensa; así como el bloque operado por Pdvsa (antiguo Bitor).Política y economía norteamericana


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ICH

William Norman Grigg/Lew Rockwell”/

La CIA y la ventriloquia mediática “E

sto es una masacre”, dijo por teléfono la frenética mujer libia a Anderson Cooper de CNN mientras se agazapaba de miedo en su apartamento en Trípoli. “Espero que sepa que hay gente en todo el mundo que reza y observa y quiere hacer algo”, dijo Anderson, como si fuera un traspunte en el teatro apuntando a los actores las primeras palabras que deben decir. Haya o no recibido una copia del guión, la mujer que llamaba actuó como se esperaba: “El primer paso [es] convertir Libia en una zona de exclusión aérea. Si hacéis que Libia sea una zona de excvlusión aérea no podrán entrar más mercenarios… Hay que actuar. ¿Cuánto tiempo más hay que esperar, cuánto más hay que ver, cuánta gente más tiene que morir?” Es totalmente posible, tal vez incluso probable, que el sujeto de la entrevista de Cooper haya sido simplemente una mujer aterrorizada pero resuelta que arriesgó su vida para describir la violencia que devora a su país en medio de los estertores finales del Estado policial de Gadafi. Es igualmente posible que su llamado a la acción internacional para imponer una zona de exclusión aérea haya sido el pedido desesperado de una víctima, más que un acto de ventriloquia mediática de un personaje anónimo que apoya la primera base de una campaña militar propuesta por la misma alianza pro guerra neoconservadora que nos manipuló contra Iraq. Seguramente fue pura coincidencia que el “Grito en la noche” desde Libia haya tenido eco en la misma red unas pocas noches después en boca del arquitecto de la guerra de Iraq, ex presidente del Banco Mundial y criminal de guerra Paul Wolfowitz, quien pocos días antes de la dramática transmisión de Cooper pidió una “zona de exclusión aérea” sobre Libia impuesta por la OTAN. En los hechos, al día siguiente de esa entrevista, un grupo ad hoc que se llama Iniciativa de Política Exterior, amalgamado de los residuos del Proyecto por un Nuevo Siglo Estadounidense, publicó una “carta abierta” a Obama pidiendo una intervención militar –empezando por una zona de exclusión aérea”– en Libia. El marco neoconservador para encarar la crisis libia crearía un protectorado regional administrado por la OTAN por cuenta de la “comunidad internacional”. Esto anularía cualquier esfuerzo por parte de libios, egipcios, tunecinos y otros para lograr una verdadera independencia. Con base en la experiencia previa de campañas mediáticas a favor de la conquista humanitaria, mi incurable cinismo me lleva a oír en el “Grito en la Noche” de Cooper un ligero pero inconfundible eco del lacrimoso, palpablemente serio, testimonio de “Nayirah”, la muchacha kuwaití de ojos abiertos quien, utilizando un nombre supuesto para “proteger a su familia”, describió lo que le había pasado a su país después de la invasión iraquí. Recobrando valerosamente su compostura relató horrores que los ojos humanos no deberían presenciar. La joven enfermera voluntaria de 15 años, precozmente madura, relató en la Reunión de Derechos Humanos del Congreso de EE.UU. cómo soldados iraquíes penetraron en el hospital al-Addan, arrancaron a los recién nacidos de las incubadoras y los lanzaron al suelo. Poco tiempo después este testimonio fue “confirmado” por otros que presentaron un testimonio igualmente angustiado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Durante los tres meses de preparación para el ataque de enero de 1991 contra Bagdad, la imagen de los “bebés de las incubadoras” kuwaitíes fue interminablemente reciclada como tema de discusión en entrevistas en los medios, discursos presidenciales, y debates en el Congreso y en la ONU. Un sondeo de opinión posterior a la guerra estableció que la historia de los “bebés de las incubadoras” fue el arma más potente utilizada por el gobierno de Bush en su

campaña con el fin de crear apoyo público para el ataque contra Iraq. Ese relato de atrocidades fue particularmente efectivo en la superación del escepticismo de gente que apoyaba un punto de vista progresista. “Pacifista por naturaleza, mi hermano no estaba de humor pacífico ese día”, recordó el columnista del Christian Science Monitor, Tom Regan, al describir la reacción de su hermano ante el testimonio de “Nayirah”. “Tenemos que ir y liquidar a Sadam Hussein. Ahora”, insistió el hermano de Regan. “Comprendí completamente sus sentimientos”, señaló Regan. Después de todo, “¿quién podría consentir semejante brutalidad? La noticia de la matanza había llegado en un momento clave de las deliberaciones sobre si EE.UU. debería invadir Iraq. Los que presenciaron los ininterrumpidos debates en la televisión vieron que muchos de los que antes habían vacilado al respecto fse convirtieron en guerreros por medio de horroroso incidente. Lástima que nunca haya sucedido.” “Nayirah” no era una ingenua traumatizada que presenció un acto de barbarie digno de las Einsatzgruppen [Escuadrones de la muerte de Alemania nazi, N. del T.]; se trataba en realidad de la hija de Saud Nasi al-Sabah, embajador de Kuwait en EE.UU. (y miembro de la familia real del emirato). Su guión había sido escrito por la firma de relaciones públicas de Washington Hill & Knowlton, que –bajo la supervisión del ex jefe de gabinete del gobierno de Bush, Craig Fuller, había preparado una campaña para crear apoyo público a la inminente guerra. No fue difícil convencer al público de que Sadam era un abominable matón. La venta de la idea de una gran guerra en Medio Orienta era una propuesta de mayor envergadura. A finales de 1990 Hal Steward, oficial de propaganda retirado del ejército, definió el problema del gobierno: “Sí, y cuando, comiencen los disparos, los periodistas empezarán a preguntar por qué los soldados estadounidenses da su vida por los jeques ricos en petróleo. Más vale que los militares de EE.UU. se en prisa en presentar un plan de relaciones públicas que tenga respuestan que el público pueda aceptar.” La imagen de los kuwaitíes recién nacidos arrancados de las incubadoras era un motivo actualizado de un clásico tema de propaganda bélica utilizado por los servicios de inteligencia británicos –y sus compañeros de viaje estadounidenses– en sus esfuerzos para provocar la intervención de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial. El equivalente en la era de la Primera Guerra Mundial de los


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“bebés de las incubadoras” kuwaitíes fueron los infantes belgas supuestamente ensartados por las bayonetas de hunos de nudillos peludos con cascos de pincho. Los soldados alemanes lo hacían para divertirse si no podían saciar sus ansias lascivas violando mujeres belgas y amputando sus pechos. Es lo que dijo al público estadounidense, con toda seriedad, gente que trabajaba por cuenta de un comité de propaganda británico secreto dirigido por Charles Masterman. En 1915, una comisión oficial dirigida por el vizconde James Bryce, un notable historiador británico, “verificó” esas historias de atrocidades sin nombrar a un solo testigo o víctima. Eso no satisfizo a Clarence Darrow, quien ofreció una recompensa de 1.000 dólares a cualquiera que pudiera presentar a una víctima belga o francesa mutilada por soldados alemanes. Nadie cobró esa gratificación. “Después de la guerra”, cuenta Thomas Fleming en su libro Illusion of Victory, “se dijo a los historiadores que trataron de examinar la documentación para las historias de Bryce que los archivos habían desaparecido misteriosamente. Esa flagrante evasión llevó a la mayoría de los historiadores a descartar un 99% de las atrocidades de Bryce como inventos.” La guerra desata cualquier impulso bajo y repulsivo al que es susceptible el hombre abatido. Por lo tanto es seguro que algunos soldados alemanes (como sus homólogos franceses, belgas, británicos y estadounidenses) aprovecharon oportunidades para cometer actos individuales de crueldad depravada. Pero el propósito de la propaganda de guerra pregonada por la elite angloestadounidense, como señala Fleming, era crear una imagen pública generalizada de los alemanes como “monstruos capaces de un sadismo horripilante”, creando así un llamado a un odio colectivo asesino con un barniz hipócrita. He descrito agitación y propaganda de esta variedad como “pornografía de la atrocidad”. Se hace para atraer intereses lascivos y manipular un apetito peligroso, en este caso, lo que San Agustín llama libido domimandi, o sea la lujuria de dominar a otros. El truco es provocar que toda la audiencia tiemble de horror ante un espectáculo de depravación infrahumana, palpitando con un deseo visceral de venganza, y extática de fariseísmo por la pureza de sus motivos humanos. La gente que sucumbe a él es fácilmente sumergida en una mente colectiva de odio sancionado oficialmente, y está dispuesta a perpetrar crímenes aún más horrendos que los que cree que caracterizan al enemigo. La retórica de ese tipo abundó durante la Revolución Francesa, particularmente en la guerra del régimen jacobino para aniquilar a la

rebelde Vendée. También figuró de manera destacada en la guerra del régimen de Lincoln para conquistar a los recién independizados Estados del Sur. Sin embargo es difícil encontrar una expresión mejor de ese modo de pensar que el ofrecido en un editorial publicado en 1920 por Krasni Mech (La espada roja), publicación de la Checá, policía secreta soviética: “Nuestra moralidad no tiene precedentes, y nuestra humanidad es absoluta, porque se basa en un nuevo ideal. Nuestro objetivo es destruir toda forma de opresión y violencia. Para nosotros todo está permitido, porque somos los primeros en alzar la espada no para oprimir a las razas y reducirlas a la esclavitud, sino para liberar a la humanidad de sus cadenas… ¿Sangre? Que la sangre fluya como agua… porque sólo mediante la muerte del viejo mundo podremos liberarnos para siempre.” Al realizar su Gran Cruzada por la Democracia, Woodrow Wilson se ubicó perfectamente en esa tradición, ensalzando la supuesta virtud de “Fuerza sin restricciones o límites… la Fuerza justiciera y triunfante que convertirá la Justicia en la ley del mundo y arrojará al polvo toda dominación egoísta.” Para fortalecer la “voluntad de guerra” estadounidense mediante una dosis continua de pornografía de la atrocidad, el gobierno de Wilson creó un Departamento de Información Pública que se relacionó con su equivalente británico, así como frentes casi privados de propaganda británica como la Navy League. Esa organización, señala Fleming, incluía “docenas de importantes banqueros y ejecutivos bancarios, de J.P. Morgan Jr. a Cornelius Vanderbilt.” Aunque no tiene absolutamente la menor culpa, Anderson Cooper es el tataranieto de Cornelius Vanderbilt. Mucho más interesante es el hecho de que como estudiante en Yale, Cooper pasó dos veranos como pasante en Langley en un programa de la CIA para formar futuros agentes de inteligencia. Cuando le prguntaron sobre los antecedentes de Cooper con la CIA, una portavoz de CNN insistió en que decidió no buscar trabajo en la Agencia después de graduarse en Yale. Se puede decir lo mismo, sin embargo, de muchos de los agentes mediáticos más valiosos de la CIA. Como documentó hace decenios Carl Bernstein, la CIA “realizó un programa formal de entrenamiento en los años cincuenta para enseñar periodismo a sus agentes. Se enseñó a agentes de inteligencia ‘cómo sonar como periodistas’, explicó un alto responsable de la CIA, y luego los colocaron en importantes organizaciones noticiosas, con ayuda de la dirección. ‘Fueron los sujetos que escalaron posiciones y se les dijo: ‘vas a ser periodista’,


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La ética republicana de Simón Bolívar

HOMAR GARCÉS

dijo el funcionario de la CIA. Relativamente pocas de las cerca de 400 relaciones [mediáticas] descritas en los archivos de la Agencia siguieron ese camino, sin embargo, la mayoría de las personas involucradas ya eran periodistas bona fides cuando comenzaron a realizar tareas para la Agencia.” Mediante una iniciativa llamada “Operación Sinsonte [Mockingbird]”, la CIA formó un amplio harén de cortesanas mediáticas pagadas. Se realizó a través de la Oficina de Coordinación Política, creada por Allen Dulles y Frank Wisner, este último, el funcionario que posteriormente organizó golpes (y las campañas de propaganda correspondientes) contra los gobiernos de Irán y Guatemala. (El hijo y homónimo de Wisner, incidentalmente, fue vicepresidente de AIG, el conglomerado asegurador global favorito de la CIA, hasta 2009; más recientemente el gobierno de Obama recurrió a sus servicios como contacto secreto con Hosni Mubarak y Omar Suleimán.) Los tentáculos de la “Operación Sinsonte” se extendieron a todos los medios nacionales significativos, del Washington Post y el Newsweek al conglomerado Time-Life, de New York Times a CBS. Como resultado, según el antiguo analista de la CIA Ray McGovern, el Cuarto Poder “ha sido capturado por el gobierno y las corporaciones, el complejo militar-industrial, el aparato de inteligencia”. Es, en todo salvo en el nombre, un apéndice del régimen. Esto se ve claramente cada vez que el régimen decide que ha llegado la hora de montar otra campaña humanitaria de derramamiento de sangre en el extranjero. Después de “no aprender nada de los horrores que vitorearon como porreros adolescentes excitadas durante los últimos 15 años, esos bombarderos bohemios, esos tenientes infantiloides, esos imperialistas del iPad están de vuelta”, suspira Brendan O’Neill, con un disgusto cansado, en el Telegraph de Londres. “Esta vez quieren que se invada Libia”. Al lado del Atlántico de O’Neill, los samurái de Fleet Street propagan “rumores de sistemáticas violaciones masculinas” en Libia. Otros insisten en que la eventual guerra en Libia no se parecería de ninguna manera a “la insensatez de la invasión de Iraq”, tal como semejantes sabios autoproclamados prometieron que las continuas guerras de Iraq y Afganistán, cada una de las cuales ha durado por lo menos tanto como la Guerra de Vietnam, no serían “otro Vietnam”. Por algún motivo, esto recuerda la imagen de Bullwinkle mientras trata repetidamente de sacar un conejo de su sombrero, descartando despreocupadamente la queja de Rocky de que el truco “nunca funciona”, y exclama: “¡Esta vez es seguro!” Esta vez, se supone que creeremos –o que por lo menos fingiremos que creemos– que los relatos de atrocidades son verídicos, que la acción militar santificada por la “comunidad internacional” es una obligación moral, que la sed de guerra y el odio son virtuosos, y que el inminente derramamiento de sangre será un torrente purificador. Tal como es el caso, se supone que la pornografía de la guerra es indudablemente predecible en todas sus variedades. Sin embargo, a diferencia del inepto Bullwinkle, la pornografía de la guerra es un truco que parece funcionar todo el tiempo.

La vigencia del pensamiento y la obra del Libertador Simón Bolívar se manifiestan de distintas maneras. En el campo político, Bolívar se encamina hacia la autonomía de cualquier poder imperial; en lo jurídico hacia la unidad latinoamericana; en lo económico hacia la justicia agraria y en lo social hacia la igualdad de todos los ciudadanos. Para él, la Independencia no es un fenómeno político aislado, producto de las elucubraciones y la buena fe de algunos: es justicia económica, autonomía política, unidad latinoamericana, libertad de espíritu, igualdad social, perfección ética, progreso cultural y educativo. Todo lo cual implica darle nacimiento a una nueva sociedad, distinta en todo a las existentes en la vieja Europa y al coloso que emergía en aquel entonces al norte del continente: Estados Unidos. En Simón Bolívar, el factor ético se expresa en la intransigencia patriótica, la condena al despotismo colonial, el odio a los que oprimen a la nación, la valentía política y la honradez a toda prueba; lo que servirá de estímulo para que exista una conciencia nacional sólida entre quienes harán posible la vida de las nuevas repúblicas americanas. Esta posición ética se debe asumir en la lucha por la independencia, en especial, en lo relativo al sacrificio personal, la satisfacción por el deber cumplido, el anteponer los intereses colectivos por encima de los propios y trabajar activamente por la independencia y la democracia. “Es preciso -afirmará en Carta dirigida al Cnel. Antonio Morales el 25 de febrero de 1820- el último rigor con los malvados, sean godos o sean patriotas, porque la República tanto gana con la destrucción de un buen realista como de un mal ciudadano. El crimen en todos los partidos es igualmente odioso y condenable: hagamos triunfar la justicia y triunfará la libertad”.Igualmente, para el Libertador la soberanía no es algo ajeno al pueblo, reservado para las elites gobernantes. Para Bolívar, ella es la única autoridad legítima de las naciones, por ello insiste en la necesidad de educar a los nuevos republicanos, inculcándole valores morales que les permitan ejercer cargos gubernamentales, elegir y ser electos, dado que conocían sus deberes y podrían reclamar con propiedad sus derechos. Al respecto, su posición es diáfana: “Al proponeros la división de los ciudadanos en activos y pasivos, he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo más difícil entre los hombres: hacerlos honrados y felices. Poniendo restricciones justas y prudentes en las asambleas primarias y electorales, ponemos el primer dique a la licencia popular, evitando la concurrencia tumultuaria y ciega que en todos tiempos ha imprimido el desacierto en las elecciones y ha ligado por consiguiente, el desacierto a los Magistrados y a la marcha del Gobierno; pues este acto primordial es el acto generativo de la libertad o de la esclavitud de un pueblo”. Si bien es cierto que Bolívar estimulaba el respeto a la soberanía popular, no menos es cierto que buscaba que la misma descansara sobre los ciudadanos de un modo consciente, alejada de la demagogia de quienes sólo lisonjean al pueblo para usufructuar el poder. Esto lo dejará plasmado admirablemente en su Discurso al Congreso de Angostura, al proponer un cuarto poder: el moral. Con él, buscaba estimular y premiar la conducta cívica de los ciudadanos, con la finalidad de que éstos sirvieran de ejemplo al resto de la sociedad. Para su mantenimiento, Bolívar consideraba importante la responsabilidad de los empleados públicos en la organización y funcionamiento del gobierno, el respeto a la propiedad por parte del Estado, el respeto de la opinión pública y de la prensa, ésta última como medio de información y de orientación de la opinión pública, no como su manipuladora. De ahí que esta ética republicana tenga una vigencia perdurable en nuestra América, del mismo modo que su visión integracionista y antiimperialista, siendo referencia obligada de todas las luchas del presente.-


¿Se podrá vivir sin fútbol profesional?

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MARCELO COLUSSI

S

i algo podemos criticar con fuerza no es el fútbol como deporte, sino todo el circuito político-económico que ha ido formando su profesionalización creciente, así como su utilización en tanto mecanismo de control de masas, ahora ya a nivel planetario. Escribir sobre este tema con carácter crítico puede traerme más sinsabores que otra cosa. Hasta no sería improbable que Eduardo Galeano –un “discapacitado capilar”, según su expresión, y escritor igual que yo (bueno… quizá no tan iguales más allá de la calvicie, pero colegas al fin o, al menos, sudamericanos ambos)– reaccionara airado si leyera este escrito, tan defensor del fútbol como es. Pero sin dudas hay que abrir una crítica con todo lo que ha venido sucediendo con el fútbol, esta “pasión de multitudes” como suele llamársela, en estos últimos años, y a pasos cada vez más acelerados. Los campeonatos mundiales ponen en evidencia de un modo particularmente grotesco lo que ha pasado a ser el fútbol profesional en nuestra aldea global: un fabuloso mecanismo de control social. Sería ingenuo pensar que el Campeonato Mundial, esa parafernalia mediática que cada cuatro años crea un escenario ilusorio de 30 días de duración, sirve a los poderes fácticos para hacer o dejar de hacer lo que son sus planes geoestratégicos de dominación a largo plazo. No necesitan de él para invadir países, para aumentar el precio de los combustibles o para desviar la atención sobre la catástrofe medioambiental en curso debida al mismo modelo insostenible de desarrollo, sólo por dar sólo algunos ejemplos. Si hay “lavado de cerebro” de parte de las clases dominantes –¡y definitivamente la hay!– ello no se realiza porque durante un mes se inunden las pantallas de televisión con partidos de fútbol y media humanidad ande hablando sólo de los astros de moda, de cuánto ganan en cada fichaje o del nuevo modelo de ropa deportiva. El proyecto es más insidioso, más maquiavélico: se trata de controlar en el día a día, abrumando con partidos y más partidos, y más campeonatos y más ligas… ¿Cuántas horas diarias de fútbol consume por televisión un habitante promedio? ¿Mejora eso de algún modo su relación con el deporte? ¿Por qué ese crecimiento exponencial del fútbol profesional –amateur ya no existe, es casi una pieza de museo– en todo el mundo?

No hay dudas que, al igual que todo gran evento de proporciones enormes, puede funcionar puntualmente como distractor de masas, tal como también lo puede ser la boda real o la muerte de alguna estrella de la música pop, por ejemplo. No otra cosa fueron el que organizara la dictadura militar argentina en 1978, con el que se intentó lavar la cara en su sangrienta guerra sucia, o el de la Italia fascista de 1934, en el que se buscaba a toda costa disciplinar y mantener ocupada a una clase obrera demasiado “rebelde”. De todos modos quedarse con la estrecha idea que estos campeonatos son las cortinas de humo de gobiernos dictatoriales es ver sólo un lado del asunto, y quizá sesgadamente. En todo caso, los Mundiales evidencian el papel que en la moderna cotidianeidad ha pasado a desempeñar el fútbol profesional (independientemente que, como deporte –en eso estamos totalmente de acuerdo con Galeano– sea muy bonito, vistoso, picaresco). En forma creciente, desde mediados del siglo pasado, y sin detenerse, aumentando cada vez más, el negocio del fútbol sirve como “opio de los pueblos”. Lo que sí es evidente es que el fútbol como espectáculo mediático para consumir –por televisión más que nada– crece sin parar. Ello, evidentemente, no es decisión de quienes estamos condenados a consumirlo en forma pasiva sentados ante un televisor sino de grandes poderes que fijan el curso de lo que sucede en nuestro atribulado mundo. Que ello es gran negocio, es innegable (lo que mueve globalmente

cada año representa la decimoséptima economía mundial). Lo que sí puede deducirse es que poderes globales de largo aliento que están más allá de las administraciones gubernamentales de turno, también lo aprovechan como droga social, como anestesia. El Mundial no es sino una dosis un poco más fuerte del “pan y circo” cotidiano al que nos someten, con dos, tres o más partidos diarios durante los 365 días del año, y con una cantidad de torneos que ya cuesta memorizar. ¿Cuántos partidos y cuántas copas se están disputando en este momento, cuando estamos leyendo estas páginas? ¿Cuántos millones de personas están ahora prendidos a un televisor (o radio, o pantalla de computadora quizá) siguiendo una transmisión de fútbol, anestesiados, embobados si queremos decirlo así? Si algo podemos criticar con fuerza no es el fútbol como deporte (¡que vivan todos los deportes, por supuesto!, y ojalá todos practiquemos alguno) sino todo el circuito político-económico que ha ido formando su profesionalización creciente así como su utilización en tanto mecanismo de control de masas, ahora ya a nivel planetario. El Mundial es sólo una pildorita de esa medicina. Hoy día pareciera imposible pensar en desprofesionalizar el gran circo del fútbol, pues eso implicaría chocar con poderes monumentales. Eso, sin dudas; pero vale la pena abrir la crítica sobre todo esto. ¿O preferimos quedarnos sentados ante la pantalla y mañana comentar el partido del caso con los amigos?


/Agosto de 2011

Emancipación y revolución mundial LUIS BRITTO GARCÍA

V

ive el mundo entre conmociones para imponer las cadenas de la explotación y sacudidas que las fracturan. Las independencias son rupturas de vínculos con el explotador internacional; las revoluciones, aniquilación de órdenes impuestos por explotadores internos y sus aliados transnacionales Emancipaciones y revoluciones son las grietas que rompen la trama de la explotación del hombre por el hombre: toda independencia aspira a ser Revolución. La Independencia de América fue el mayor proceso de descolonización del mundo. El segundo gran proceso de descolonización se cumplió en el siglo XX, con la masiva emancipación política y en parte revolucionaria de estados en Asia, África y Europa. El tercer gran proceso revolucionario de la Historia arranca ahora, y abarca el planeta, incluidas las potencias hasta hoy hegemónicas. En esos tres grandes procesos concurren las condiciones siguientes: 1) Debilitamiento coyuntural de las potencias imperiales por pérdida de hegemonía o pugnas entre ellas. 2) Forzada imposición asistemática de elementos o prácticas de la modernidad a países o estratos sociales dominados. 3) Preservación o creación dentro de los países o estratos sometidos de culturas con alto grado de disonancia hacia las de las potencias hegemónicas. 4) Amplias movilizaciones de clases o sectores sociales populares de los pueblos sometidos en contra de la explotación y en defensa de su especificidad cultural. Todas y cada una de dichas condiciones se intensifican en el mundo contemporáneo: 1) Las potencias hegemónicas pierden su hegemonía por el colapso del capitalismo, que les impone deudas públicas impagables, negación de todas las conquistas sociales, crecimiento de la inflación, incremento de los impuestos

y motorización de la economía mediante una producción armamentista que desemboca en guerras imposibles de ganar. 2) La imposición asistemática de elementos de la modernidad por las potencias hegemónicas a países del Tercer Mundo deriva en modernización deforme, signada por la dependencia económica, los intercambios desiguales, la destrucción ecológica y la depauperación masiva de poblaciones a las cuales se destruyeron sus medios tradicionales de vida sin ofrecerles inserción segura ni remunerativa en el sistema capitalista. 3) El Tercer Mundo, a pesar de la ubicua penetración cultural, preserva y crea elementos culturales que evitan que la inmensa mayoría de la población del globo se identifique con los valores y códigos de la modernización imperial. 4) Las clases y pueblos sometidos protagonizan hoy la más amplia movilización que haya ocurrido en la Historia en defensa de su especificidad cultural y en contra de la explotación. Así, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe optan democráticamente por gobiernos progresistas; el mundo islámico es un hervidero de movimientos contra las imposiciones imperiales y los gobiernos sumisos hacia ellas; las potencias emergentes muestran claras señales de independencia con respecto al G-7. Pero incluso en países del bloque hegemónico como Inglaterra, Italia, Francia, España, Portugal, Grecia e Islandia irrumpen multitudinarias movilizaciones sociales contra las políticas que arrojan la totalidad del peso del colapso financiero sobre los trabajadores, al tiempo que en Estados Unidos surgen graves indicios de intranquilidad social. Como si no faltaran detonantes para esta vertiginosa situación, una crisis alimentaria disparada por la especulación financiera de los monopolios agrícolas triplica y quintuplica el precio de los alimentos básicos y coloca a la humanidad entre la espada y la pared. El sistema colapsa: sólo la Revolución mundial evitará que arrastre al resto del planeta con él.


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