Question - Agosto 2017

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AGOSTO DE 2017

AÑO 16

Voto masivo por la paz

Por Por la la Constituyente Constituyente sí, sí, y y también también contra contra Trump Trump y y el el intervencionismo intervencionismo EN DEFENSA DE VENEZUELA, PERO CON CRITICAS

HAY QUE TOMARSE MÁS EN SERIO A MAURICIO MACRI

Y AHORA, ¿SERÁ HORA DE DIALOGAR?


Por la Constituyente sí, pero también c Aram Aharonian

El mundo no se acabó el 30 de julio, y Venezuela tampoco, pese a que la campaña contra la Asamblea Nacional Constituyente tuvo en el presidente estadounidense Donald Trump a su comandante en jefe, secundado por varios injerencistas e intervencionistas regionales y mundiales de segunda línea. Y posiblemente esta elección abra la posibilidad de construir un acuerdo negociado entre gobierno y oposición con una visión de coexistencia entre las partes. A pesar del rechazo por parte de la oposición venezolana, de la exigencia de 13 de los 34 países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de suspenderla, de las advertencias hechas por la Unión Europea que este proceso aumentaría el riesgo de confrontación en el país, de las recientes sanciones concretadas por Washington y de la intensa campaña de terror mediático internacional, los miembros de la Constituyente se eligieron este domingo en una fiesta cívica a la venezolana. El apoyo a esta elección de constituyentes en Venezuela –y así a la continuidad del gobierno bolivariano- llega tras el triunfo de Daniel Ortega y el sandinismo en Nicaragua y de Lenín Moreno en Ecuador, junto al debilitamiento de gobiernos neoliberales como el golpista brasileño de Michel Temer y el de Mauricio Macri en Argentina, y el posicionamiento de la oposición progresista en Honduras Y Paraguay. La masiva concurrencia demuestra el nivel de conciencia alcanzado por el pueblo desde 1999. La gente salió a derrotar la violencia, el terror, asumió su épica de manera personal (cruzando arroyos y ríos, calles bloqueadas, evadiendo paramilitares y malandros), haciendo lo imposible para cumplir con su deber cívico, político, ético, moral... superando las amenazas de adentro y de afuera. Haciendo recordar aquel 13 de abril de 2002 cuando ese mismo “pueblo bravío” salió a las calles, constitución en manos, a demandar el retorno de su presidente constitucional Hugo Chávez, derrocado brevemente por un golpe cívico-militar. Pero ese apoyo recibido por el gobierno de Maduro incluye un necesario golpe de timón, que incluya las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales para el fortalecimiento de un estado socialista, basado en las comunidades, en los intereses populares. También habrá que lidiar con los que desde adentro destruyen el legado de Chávez, y con los apátridas dispuestos a entregar Venezuela -y sus frecursos naturales- a los intereses de Estados Unidos y las corporaciones trasnacionales. Es difícil para EEUU y sus repetidoras aceptar la realidad. La verdad-real se impuso a la verdad-mediática, a la posverdad, lo que no significa que no continúen en su intento de condenar, demonizar, aislar a Venezuela bolivariana, locomotora del renacimiento del ideal de integración regional. Es difícil que los líderes de la oposición varíen su rumbo, a pesar de su falta de credibilidad y sus fracasos en cadena: la violencia no da réditos.

Despertar de golpe a la realidad Habitualmente, cuando la oposición venezolana trata de dar un golpe de estado (hace tres lustros que lo intenta) el chavismo se reagrupa y crece, y ahora más en el marco del rechazo a las de-

claraciones y amenazas a granel de Trump (quizá convertido sin quererlo, en el mejor apoyo a Nicolás Maduro) y la injerencia extranjera en los asuntos de Venezuela. Pocos esperaban esta movilización popular, esta afluencia de votos. Hubo otras acciones que contribuyeron a que muchos votaran, como el aumento sustancial de la distribución de alimentos y la práctica eliminación de las colas de horas para abastecerse; los periódicos reajustes de los sueldos y las pensiones; el rechazo de muchos opositores a las acciones violentas financiadas por sus dirigentes a delincuentes y paramilitares, y la organización de las bases chavistas para orientar a los votantes. .Sería irreal pensar que un acto electoral daría por terminado el conflicto político, pero hay una pieza nueva en el tablero de ajedrez: la existencia de una Asamblea Constituyente que bien puede profundizar el conflicto, o ayudar a superarlo con un llamado a un proceso de negociaciones, quizá con acompañamiento internacional. Las bases del acuerdo al que se arribe pudieran incluso constitucionalizarse de mutuo acuerdo y someterse a una consulta consensual antes de la elección presidencial. La oposición, insuflada por el terrorismo mediático internacional que trató de invibilizar el acto cívico. declaró (como desde hace 18 años) el fraude antes incluso del acto electoral; señaló que no fue concurrido, que no vale y no es legal. Seguirán los argumentos enfrentados y contrastantes sobre lo acontecido. El problema de fondo sigue siendo el económico. Mientras no mejore la economía, habrá malestar social y político. Para algunos analistas, agosto parece ser momento para que el gobierno se anime a modificar la política cambiaria y permitir que el empresariado comience a manejar sus propias divisas. La semana anterior a la elección de constituyentes, y protagonizada por la Mesa de la Unidad “Democrática” (MUD), la cúpula empresarial y por la oposición política que siempre ha representado un papel antidemocrático, una nueva versión de paro cívico de julio de 2017, pretendió superar el rotundo fracaso de la puesta en escena en 2002-2003. Esta vez intentaron una paralización ya no mediante el sabotaje de la empresa petrolera y la privación de la gasolina a los transportistas sino impidiendo la movilización de personas y de bienes; colocando obstáculos en las calles y promoviendo actos de violencia copiados de películas gringas: explosiones, incendios, violencia, armas, terror, fuego, y hasta héroes enmascarados con capas y escudos, a los que solo les falta volar. “La lucha no solo va a continuar, sino que se va a profundizar con toda la fuerza y dignidad”, señaló el dirigente opositor Julio Borges. “Es un momento dramático y peligroso pero no la batalla final”, concluyó el exfuncionario chavista y ahora opositor Vladimir Villegas. “La oposición está esperando el momento en que se establezca la ANC para anunciar un Gobierno paralelo. Esto será caldo de cultivo para la intensificación del clima de guerra y corremos el terrible riesgo de que se genere una guerra civil”, señaló Felipe Pachano Azuaje, profesor de la Universidad de los Andes Mientras, la Iglesia Católica sigue respaldando el terrorismo y a la oposición, por todos los medios, pese a lo que diga el Papa. Es


én contra Trump y el intervencionismo

repugnante la utilización de las misas para imponer un punto de vista partidista, así como el uso supersticioso que hacen sacerdotes de versículos de la Biblia, como el que refiere al 666. Catolicismo no es cábala, señala el politólogo Puchi.

Hablando de cifras Según la encuestadora Datanálisis, guionista habitual de la MUD, el 72,2% de los ciudadanos rechaza la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La mayoría de los dirigentes de la oposición dicen que el chavismo ha desaparecido, que el 80 % de la población se opone al gobierno. Si el 80% es opositor no se entiende el por qué de todo el esfuerzo y la violencia desatada para impedir que los ciudadanos concurran a votar. La oposición especulaba que el miedo que lograron infundir en episodios en los que han quemado vivos ciudadanos, acciones violentas (más de 110 muertos y 1.500 heridos), como la destrucción de máquinas electorales en las fronterizas Táchira y Mérida, pudiera reducir la votación. Junto a ello sumaban las dificultades para transitar libremente a causa de las barricadas instaladas y el temor a ser baleado en el camino al centro electoral y de que marquen las casas de quienes voten, como hacían los nazis con las casas de los judíos. . No fue casualidad que la oposición haya “inventado” la cifra de 7.676.894 votos en el “plebiscito” interno realizado el domingo 16 (con escasa participación y actas quemadas ipso facto, sin que las revisara nadie). El Registro Electoral contiene unos 19 millones de ciudadanos. En las 20 elecciones realizadas desde 1999 se ha producido una abstención media del 20 al 25% (de 3.800.000 a 4.750.000 electores). El chavismo ha logrado promedialmente un 55% de los votos (que serían en esta elección entre 7.837.000 a 8.360.000 votos). De no alcanzar esa cifra “mágica” manejada por la oposición dos semanas atrás, podrían hablar de fracaso gubernamental EEUU tomó el mando El pasado 13 de julio tuvo lugar una reunión secreta en la misión estadounidense de la OEA en Washington, presidida por el exrepresentante permanente de EEUU ante este organismo, Michael Fitzpatrick, y el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, Juan Cruz, con selectos invitados diplomáticos de Latinoamérica, el Caribe, Europa y Asia, a quienes instruyeron para iniciar una fuerte campaña mediática en contra de la Asam-

blea Constituyente y anunciaron sanciones contra Venezuela y los chantajearon para que sus gobiernos impusieran sanciones bilaterales, similares a las operadas por Estados Unidos. Conscientes del fracaso de la OEA, avanzan con quienes pueden chantejear. Fitzpatrick y Cruz entregaron en la reunión copias de dos artículos que delinean la táctica político-ideológica del actual Departamento de Estado en su lucha contra el gobierno bolivariano: Un texto publicado el 23 de junio en The Wall Street Journal (“La última batalla por la democracia en Venezuela”) y “La bomba de hidrógeno de Maduro” publicado por “Caracas Capital Markets”, en la cual se llama a evitar la “cubanización” de Venezuela. Las órdenes fueron respetadas: El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, tuiteó el 16 de julio que “suspender la constituyente” (…) “es el único camino para lograr la paz en Venezuela”; el colombiano Juan Manuel Santos, pidió el 17 de julio “desmontar la constituyente”, el mismo día que Trump dijo que “Estados Unidos tomará fuertes y rápidas medidas económicas”, palabras repetidas por los portavoces del Departamento de Estado Heather Nauert y Sean Spicer. Brasil, Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, Perú y México, se han sumado a la línea dictada por EEUU. En completa concordancia con el “grupo de amigos” (injerencistas, golpistas) de Kirkpatrik y Cruz, la alta representante de la Unión Europea para la política exterior, Federica Mogherini, instó a Maduro a suspender la Constituyente y amenazó con que todas las opciones, incluidas las sanciones, “están sobre la mesa”. ¿Alguien a estas alturas le quedan dudas sobre los planes de Washington sobre Venezuela, a la sazón, dueña de la reserva petrolera certificada más grande del mundo, también de oro, y la cuarta más grande de gas? El problema de Washington es que la oposición ha fracasado en cada intentona (por las buenas, por las malas y las peores también), al igual que el “ministerio de las colonias” en el que intentan convertir nuevamente a la OEA.

La desvergüenza de los intervencionistas Los grandes poderes De Occidente ya mostraron su voluntad de terminar con el actual gobierno de origen chavista. El viejo y corrupto líder del socialismo español, Felipe González, pide que las Fuerzas Armadas de Venezuela intervengan y den la solución; Luis Almagro, el uruguayo Secretario General de la OEA, convoca a su amigo, el argentino Luis Moreno Ocampo –ex Fiscal del Tribunal Penal Internacional-, para que analice la posible existencia


de delitos de lesa humanidad y se pueda llevar a Tribunales Internacionales a autoridades venezolanas. Mike Pompeo, Jefe de la CIA reconoce estar visitando a los gobernantes de Colombia y México para buscar un gobierno “estable y democrático” en Venezuela, dado que allí Estados Unidos tiene “profundos intereses”. Esta injerencia es un avance de la campaña de prensa (terrorismo mediático) que ya vienen desarrollando sobre la violencia existente en Venezuela. La mayor parte de los más de 110 muertos que lleva esa violencia tiene que ver con hechos provocados por sectores vinculados a la oposición y financiados por EEUU, España y Colombia, que crecen en el ejercicio de la violencia, mientras pierden en capacidad de movilización. Quizá no sea correcto calificar todos los actos de violencia de calle como terrorismo. Pero el impedir por la fuerza y bajo amenaza que la gente salga de su casa sí tiene las características propias del terrorismo: es una acción contra la población civil, que se basa en la violencia y genera miedo o terror. El semanario financiero The Economist en su edición del 29 de julio (un día antes del acto electoral) tituló: “Venezuela en el caos – Lo que el mundo debiera hacer”. ¿En nombre de quién, o de qué, “el mundo” debiese intervenir, hacer algo, inmiscuirse en lo que las reglas de la convivencia internacional suelen llamar ‘asuntos internos’?, pregunta Louis Casado. El “mundo” en este caso quiere decir los EEUU, agitador en jefe y financista de lo que ocurre en Venezuela, preconiza muros contra la inmigración, no contra sus intervenciones militares. Hablan de caos, de guerra civil, cuando en 2014, según el FBI, hubo en EEUU 8 mil 124 muertes por disparos de armas de fuego, sin que nadie se conmoviese. Según el New York Times, en EEUU “la tasa de homicidios cometidos con armas de fuego es de 31 por cada millón de habitantes, el equivalente de 27 personas asesinadas cada día”. En México se produjeron 1.938 homicidios solo en el mes de enero, parte de las decenas de miles de asesinatos cometidos por narcotraficantes y paramilitares. Pero, The Economist mira para otro lado, claro. “Dar vuelta” esa información, al igual que ocultar las horrendas muertes -por el fuego- de gente del pueblo, producidas por los provocadores, no son errores, ni casualidades, son políticas pensadas en laboratorios inhumanos, destinadas a sembrar el terror y convencer a la opinión pública. Algo semejante ya se vino practicando en la guerra de Siria. Desde una radio chilena que me entrevistaba me reclamaron que dijera que el domingo “no va a pasar nada”. “¿Pero usted no lee los diarios, no ve televisión?”, me espetó la periodista. Precisamente por ello, le respondí. Y le recordé que una de las pocas veces que Estados Unidos y la Unión Soviética se pusieron de acuerdo en la ONU, fue para aprobar el reconocimiento del derecho de los pueblos a decidir de su propio destino.

VOTAR POR LA PATRIA

Eleazar Díaz Rangel-UN

Los venezolanos hablamos de Patria desde que estábamos en la escuela, pero tan vacío era el concepto que hubo necesidad de asociarlo a la guerra de los patriotas, un grupo de libertadores encabezados por Simón Bolívar. Fue una guerra larga y cruenta, con miles de muertos, como en ningún otro país del continente, y al término de esa guerra Bolívar dijo alguna vez: “Yo no tengo patria a la cual seguir haciendo el sacrificio… Mis enemigos me quitaron la patria”. Y no sé si ustedes recuerdan que la última vez que Hugo Chávez le habló al país, la noche del sábado 8 de diciembre del 2012, refiriéndose a esas palabras del Libertador, dijo: “Hoy si tenemos Patria y es la tuya, Bolívar, es la que comenzaste a librar junto a millones de hombres y mujeres hace 200 años… Y hoy por fin, después de tanta lucha, tenemos Patria a la cual seguir haciendo el sacrificio. Desde mi corazón de patriota reitero mi llamado a todos los patriotas de Venezuela”. Más adelante insistió: “¡Hoy tenemos Patria! Y pase lo que pase en cualquier circunstancia, seguiremos teniendo Patria para siempre”. Y advertía que “no faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles…”, como es el caso de hoy, cuando en Washington y varios países creen que esta elección es la oportunidad para desestabilizar al Gobierno, promueven acciones terroristas y otras formas de violencia, pero tal como el visionario que fue, aseguró: “No podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades, del tamaño que fueran”. Honestamente, creo que una derrota, en circunstancias como las de hoy, sería una baja votación para la Asamblea Nacional Constituyente, razón por la cual se hace más que necesario el voto de todos los patriotas, que las movilizaciones populares habidas en estos días en todo el país se expresen nítidamente en las mesas de votación. Y siguiendo el consejo de Chávez, patriotas de Venezuela, rodilla en tierra. Nota publicada el 30 de julio en Últimas Noticias


VOTO MASIVO POR LA PAZ Javier Tolcachier-Pressenza|

La oposición intentó todo para detener el proceso. Quemar personas, trancar las calles, amedrentar a los vecinos, ponerle candado a las puertas de salida en las urbanizaciones, incendiar comercios, asesinar candidatos, interrumpir el transporte, dificultar la actividad productiva en varias ciudades, impedir la circulación de alimentos, volar camiones o amenazar a quienes querían votar. Difamar, agredir, asustar. Cualquier método se consideró válido para impedir la realización de elecciones a Asamblea Nacional Constituyente convocadas por el gobierno. Los partidos de la derecha, alentados en el ámbito internacional por una agitación mediática permanente y con la dudosa legitimación provista por la conspiración diplomática de gobiernos de derecha y sanciones unilaterales de EEUU (además del apoyo financiero y dirección general por parte de sus aparatos de inteligencia), creyeron poder derrocar al gobierno y evitar la ampliación de las potestades populares a través de una Asamblea Constituyente. Lo único que no intentaron los grupos nucleados en la Mesa de Unidad Democrática – unidad y vocación democrática poco visible a estas alturas – fue lo que la mayoría del mundo sensato pedía y el gobierno ofreció repetidas veces: sentarse a una mesa a concertar la convivencia desde visiones políticas radicalmente diferentes. La escalada tenía sus motivos: la presión instalada debía corroer la paciencia del pueblo, provocando un levantamiento contra el gobierno y lograr además atraer alguna facción rebelde en las Fuerzas Armadas que permitiera un golpe militar o un conato de guerra civil fratricida para abrir las puertas a una intervención multinacional extranjera. Sin embargo, la estrategia falló. Nada de eso se produjo y la elección de constituyentes se realizó, tal como estaba previsto, el 30 de Julio. Por último, el miedo, el terror, las barricadas, la destrucción de material electoral, la violencia desatada en algunos sectores o la interrupción del transporte debían culminar en el abstencionismo generalizado. Todo ello también fracasó rotundamente. La movilización organizada, la persistencia en la convocatoria y, sobre todo, la férrea voluntad democrática de una importante, sin dudas mayoritaria, porción de la población, permitieron que millones de venezolanos acudieran a las urnas. Incluso con riesgo y sobreponiéndose a mayúsculas dificultades. Queremos la paz, fue el reclamo y la consigna del pueblo movilizado. Un testimonio “Mérida amaneció sitiada de punta a punta, luego de más de 5 días de duras barricadas, malandros guarimberos desatados y dictadura de miedo. Las calles estaban desiertas. Salí de casa casi a hurtadillas. Se supone que nadie debería salir de casa y todo el que lo haga está bajo sospecha. Las calles parecían de Afganistán. Durante la noche los cuerpos de seguridad tuvieron que medirse contra los violentos para poder despejar algunas vías y garantizar cierta movilidad. Tocó caminar. Mi habitual centro electoral es un lugar imposible hoy, pues queda en Las Américas. Así que fui a otro de contingencia. Fui a votar en el Godoy. Al llegar la sorpresa

fue de mucha gente en el sitio. Las historias de la cola eran muchas. Una señora de más o menos 60 años me contó que caminó desde El Carrizal hasta el Godoy. Hay que vivir en Mérida para tener la idea de esa distancia caminando en subida. Me impresionó. Mucho entusiasmo en el centro electoral. Mucha alegría como afrenta al miedo y al terror. Las solitarias horas de la mañana lluviosa se despejaron. Salió el sol. Los alrededores del Godoy se volvieron un va y viene de gente a pie, como hormiguitas. Aparecieron primero las motos. Luego los carros. Llevando y trayendo gente. También comenzaron a aparecer los camiones, full de gente como un camión de evangélicos un domingo. La atmósfera cambió dramáticamente. Viejitos, discapacitados, jóvenes, llegaron, venían de zonas sitiadas, felices por ir a votar. Llevaban la dulzura en sus sonrisas. Pocas veces uno se encuentra tanta ternura, firmeza y fiereza. El chavismo es una fuerza identitaria muy arrecha. Me siento afortunado.” Las implicancias de la elección de constituyentes En términos regionales, luego del triunfo de Ortega en Nicaragua y de la Revolución Ciudadana con Lenin Moreno en Ecuador, el fuerte apoyo popular a esta elección constituyente en tan arduas circunstancias demuestra que las fuerzas progresistas y revolucionarias continúan vivas y son manifestación de organicidad masiva y de una conciencia política ampliada en vastos sectores. Por el contrario, en los últimos meses, los gobiernos neocons se han debilitado. La popularidad de Lula frente al inmenso rechazo hacia el gobierno ilegítimo de Brasil, la casi segura victoria electoral de Cristina Fernández de Kirchner en las legislativas próximas ante la decadencia social y el debilitamiento veloz de la gestión de Macri en Argentina, los avances en el posicionamiento de la oposición en Paraguay y Honduras, la corrupción que atinge a distintos gobiernos peruanos y amenaza al actual, los financiamientos ilegales en Colombia y la violencia endémica y generalizada en el México de Peña Nieto; todo ello echa por tierra aquella consigna tan publicitada del “fin de ciclo” progresista, con lo cual se conminaba a los pueblos de América Latina y el Caribe a resignarse sin ofrecer resistencias a un nuevo período de expoliación neoliberal. Venezuela emerge soberana y victoriosa, aunque con una división política en su seno que no augura tranquilidad en lo inmediato. El gobierno sale de esta contienda fortalecido, con la obligación de lograr rápidamente contener a los sectores violentos y efectuar un “giro de timón” inmediato en el control de la especulación monetaria y las dificultades de abastecimiento, no importa si éstas son producidas por la guerra económica o a causa de matrices económicas rentistas de larga data. Claro está que ni los EEUU ni otros gobiernos aliados-vasallos, ni las corporaciones mediáticas aceptarán la derrota. Aunque en el mejor de los casos acepten una pausa táctica o simulen negociaciones para relajar la tensión, insistirán estratégicamente una y otra vez en su intento de aislar, de condenar, de demonizar, de socavar el enorme peso que tiene la Revolución Bolivariana para la independencia y la integración soberana de la América de los pueblos.


En defensa de Venezuela Boaventura de Sousa Santos

Venezuela vive uno de los momentos más críticos de su historia. Acompaño crítica y solidariamente la Revolución bolivariana desde el inicio. Las conquistas sociales de las últimas dos décadas son indiscutibles. Para comprobarlo basta consultar el informe de la ONU de 2016 sobre la evolución del índice de desarrollo humano. Dice este informe: “El índice de desarrollo humano (IDH) de Venezuela en 2015 fue de 0.767 –lo que colocó al país en la categoría de alto desarrollo humano–, posicionándolo en el puesto 71º de entre 188 países y territorios. Tal clasificación es compartida con Turquía. De 1990 a 2015, el IDH de Venezuela aumentó de 0.634 a 0.767, un aumento de 20,9 %. Entre 1990 y 2015, la esperanza de vida al nacer aumentó a 4,6 años, el período medio de escolaridad ascendió a 4,8 años y los años de escolaridad media general aumentaron 3,8 años. El rendimiento nacional bruto (RNB) per cápita aumentó cerca de 5,4% entre 1990 y 2015”. Se hace notar que estos progresos fueron obtenidos en democracia, solo momentáneamente interrumpida por la tentativa de golpe de Estado en 2002 protagonizada por la oposición con el apoyo activo de Estados Unidos. La muerte prematura de Hugo Chávez en 2013 y la caída del precio de petróleo en 2014 causaron una conmoción profunda en los procesos de transformación social entonces en curso. El liderazgo carismático de Chávez no tenía sucesor, la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones siguientes fue por escaso margen, el nuevo presidente no estaba preparado para tan complejas tareas de gobierno y la oposición (internamente muy dividida) sintió que su momento había llegado, en lo que fue, una vez más, apoyada por Estados

Unidos, sobre todo cuando en 2015 y de nuevo en 2017 el presidente Obama consideró a Venezuela como una “amenaza a la seguridadnacional de Estados Unidos”, una declaración que mucha gente consideró exagerada, si no mismo ridícula, pero que, como explico más adelante, tenía toda lógica (desde el punto de vista de Estados Unidos, claro). La situación se fue deteriorando hasta que, en diciembre de 2015, la oposición conquistó la mayoría en la Asamblea Nacional. El Tribunal Supremo de Justicia suspendió a cuatro diputados por alegado fraude electoral, la Asamblea Nacional desobedeció, y a partir de ahí la confrontación institucional se agravó y fue progresivamente propagándose en las calles, alimentada también por la grave crisis económica y de abastecimiento que entretanto explotó. Más de cien muertos, una situación caótica. Mientras, el presidente Maduro tomó la iniciativa de convocar una Asamblea Constituyente (AC) a ser elegida el día 30 de julio y Estados Unidos amenaza con más sanciones si las elecciones se producen. Es sabido que esta iniciativa busca superar la obstrucción de la Asamblea Nacional dominada por la oposición. El pasado 26 de mayo suscribí un manifiesto elaborado por intelectuales y políticos venezolanos de varias tendencias políticas, apelando a los partidos y grupos sociales en conflicto a parar la violencia en las calles e iniciar un debate que permitiese una salida no violenta, democrática y sin la injerencia de Estados Unidos. Decidí entonces no volver a pronunciarme sobre la crisis venezolana. ¿Por qué lo hago hoy? Porque estoy alarmado con la parcialidad de la comunicación social europea, incluyendo la portu-

guesa, sobre la crisis de Venezuela, una distorsión que recorre todos los medios para demonizar un gobierno legítimamente electo, atizar el incendio social y político y legitimar una intervención extranjera de consecuencias incalculables. La prensa española llega al punto de embarcarse en la posverdad, difundiendo noticias falsas sobre la posición del gobierno portugués. Me pronuncio animado por el buen sentido y equilibrio que el ministro de Asuntos Exteriores portugués, Augusto Santos Silva, ha mostrado sobre este tema. La historia reciente nos muestra que las sanciones económicas afectan más a ciudadanos inocentes que a los gobiernos. Basta recordar los más de 500 mil niños que, según el informe de Naciones Unidas de 1995, murieron en Irak como resultado de las sanciones impuestas después de la guerra del Golfo Pérsico. Recordemos también que en Venezuela vive medio millón de portugueses o lusodescendientes. La historia reciente también nos enseña que ninguna democracia sale fortalecida de una intervención extranjera. Los desaciertos de un gobierno democrático se resuelven por vía democrática, la cual será tanto más consistente cuanto menor sea la interferencia externa. El gobierno de la Revolución bolivariana es democráticamente legítimo. A lo largo de muchas elecciones durante los últimos veinte años, nunca ha dado señales de no respetar los resultados electorales. Ha perdido algunas elecciones y puede perder la próxima, y solo sería criticable si no respetara los resultados. Pero no se puede negar que el presidente Maduro tiene legitimidad constitucional para convocar la Asamblea Constituyente. Por supuesto que los venezolanos (inclu-


yendo muchos chavistas críticos) pueden legítimamente cuestionar su oportunidad, sobre todo teniendo en cuenta que disponen de la Constitución de 1999, promovida por el presidente Chávez, y disponen de medios democráticos para manifestar ese cuestionamiento el próximo domingo. Pero nada de eso justifica el clima insurreccional que la oposición ha radicalizado en las últimas semanas y cuyo objetivo no es corregir los errores de la Revolución bolivariana, sino ponerle fin, imponer las recetas neoliberales (como está sucediendo en Brasil y Argentina) con todo lo que eso significará para las mayorías pobres de Venezuela. Lo que debe preocupar a los demócratas, aunque esto no preocupa a los medios globales que ya han tomado partido por la oposición, es la forma en que están siendo seleccionados los candidatos. Si, como se sospecha, los aparatos burocráticos del partido de Gobierno han secuestrado el impulso participativo de las clases populares, el objetivo de la Asamblea Constituyente de ampliar democráticamente la fuerza política de la base social de apoyo a la revolución se habrá frustrado. Para comprender por qué probablemente no habrá salida no violenta a la crisis de Venezuela, conviene saber lo que está en juego en el plano geoestratégico global. Lo que está en juego son las mayores reservas de petróleo del mundo existentes en Venezuela. Para el dominio global de Estados Unidos es crucial mantener el control de las reservas de petróleo del mundo. Cualquier país, por democrático que sea, que tenga este recurso estratégico y no lo haga accesible a las multinacionales petroleras, en su mayoría norteamericanas, se pone en el punto de mira de una intervención imperial. La amenaza a la seguridad nacional, de la que hablan los presidentes de Estados Unidos, no está solamente en el acceso al petróleo, sino sobre todo en el hecho de que el comercio mundial del petróleo se denomina en dólares estadounidenses, el verdadero núcleo del poder de Estados Unidos, ya que ningún otro país tiene el privilegio de imprimir los billetes que considere sin que esto afecte significativamente su valor monetario. Por esta razón Irak fue invadido y Oriente Medio y Libia arrasados (en este último caso, con la complicidad activa de la Francia de Sarkozy). Por el mismo motivo, hubo injerencia, hoy documentada, en la crisis brasileña, pues la explotación de los yacimientos petrolíferos presal estaba en manos de los brasileños. Por la misma razón, Irán volvió a estar en peligro. De igual modo, la Revolución bolivariana tiene que caer sin haber tenido la oportunidad de corregir democráticamente los graves errores que sus dirigentes cometieron en los últimos años. Sin injerencia externa, estoy seguro de que Venezuela sabría encontrar una solución no violenta y democrática. Desgraciadamente, lo que está en curso es usar todos los medios disponibles para poner a los pobres en contra del chavismo, la base social de la Revolución bolivariana y los que más se beneficiaron de ella. Y, en concomitancia, provocar una ruptura en las Fuerzas Armadas y un consecuente golpe militar que deponga a Maduro. La política exterior de Europa (si se puede hablar de tal) podría constituir una fuerza moderadora si, entre tanto, no hubiera perdido el alma.

Merideños cruzan el río Torbes para votar, escapando de la encerrona paramilitar

EL DIALOGO ¿ES UNA QUIMERA? Maryclen Stelling

En tanto deber ser, el liderazgo político afirma creer y preferir el diálogo, el entendimiento y la concertación para resolver los conflictos. Sin embargo, en la práctica se impone la supresión del otro y, cada vez más, se instauran la conflictividad y la violencia como única ruta posible para dirimir las diferencias. En Venezuela, el conflicto violento va en camino de establecerse como el procedimiento natural de relación Gobierno-oposición, y entre ciudadanos de un sector político con el otro. Convertido en un mecanismo de construcción de poder, los grupos en conflicto miden fuerzas, dilucidan diferencias e imponen al país y la ciudadanía la lógica de la negociación forzada. La violencia en tanto espurio dispositivo de negociación arroja resultados infructuosos y a un costo altísimo para la sociedad, para los propios actores sociales y para la democracia. Se temen y se odian, se reconocen como enemigos mortales y se desconocen como ciudadanos de un mismo país. Se confrontan a muerte y, curiosamente, afirman estar listos para un acuerdo de paz, supuestamente en función de los intereses nacionales. Se impone el inmediatismo, el triunfo mezquino y la derrota pequeña; se debilita la posibilidad de un entendimiento y se pierde el sentido de trascendencia, en tanto objetivos de mediano y largo plazo. Hasta el momento de escribir este artículo, el Gobierno apunta a la Asamblea Nacional Constituyente, mientras que la oposición apuesta a la calle en sus variantes: guarimbas, trancazos, paro, huelgas… Estrategias con las que cada bando pretende conducir al otro a una negociación forzada, o en el peor de los casos arribar a una confrontación inevitable. Pareciera que no hay una voluntad efectiva de concertación y, mientras tanto, la democracia en riesgo está sometida al juego político de quítate tú para ponerme yo. ¿Es necesario destruir y devastar para llegar a una salida pacífica de cambio? ¿Debemos implorar el milagro del diálogo? ¿Por qué apostamos a la negociación forzada en detrimento de la dialogada? ¿Cómo encontrar una fórmula para alcanzar el entendimiento nacional? Es imperante encontrar una salida dialogada que se sustente en la convicción de la necesidad de entendimiento político; en relaciones fundamentadas en el respeto mutuo y en la convivencia entre los sectores en conflicto; en la construcción de consensos y de una agenda común; en la visión compartida y negociada de futuro y en una cultura política para el fortalecimiento de la democracia.


La Hora Cero, Santos y la Estrella Polar Carlos Fazio| Tras la reciente decisión de Donald Trump de imponer sanciones económicofinancieras a Venezuela si el gobierno constitucional de Nicolás Maduro lleva a cabo la elección de constituyentes del domingo 30 de julio, Estados Unidos ha asumido de manera pública su responsabilidad directa en la ofensiva para derrocarlo. Washington se ha quitado la careta. Y en el marco de una guerra de espectro completo diseñada por el Pentágono para conseguir un “cambio de régimen” en Venezuela, la llamada Hora 0 parece indicar que en los próximos días las acciones militares encubiertas podrían dar un salto en calidad. O al menos esa es la apuesta del sector militarista que controla el verdadero poder en las sombras en la Casa Blanca. En ese contexto, no pueden pasar desapercibidas las revelaciones del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, en el sentido de que “trabaja” junto con Colombia y México para derrocar a Maduro. El 20 de julio, durante un foro sobre seguridad en el Instituto Aspen de Colorado, Estados Unidos, con la tradicional retórica imperial Pompeo aseguró que en sendos viajes a Bogotá y Ciudad de México a comienzos de este mes, les hizo “entender” a los gobernantes de turno de ambos países “qué cosas podrían hacer” para ayudar a Estados Unidos a quitar a Maduro. Desde la época de la administración Bush Jr. y su “cruzada” contra el terrorismo post11/S, los regímenes derechistas de Colombia y México han sido los principales aliados regionales de la diplomacia de guerra de Washington. Cultores de la política de “Seguridad Democrática” que ha ensangrentado a ambos países en el marco de sendas guerras irregulares o no convencionales de factura estadunidense, sus gobernantes, incluidos los actuales presidentes Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto, han jugado el papel de comparsas en la aplicación de las directrices emanadas de los círculos de poder en Washington. Incluso antes, tras el lanzamiento del Plan Colombia por la administración Clinton en 1999/2000, el país sudamericano se convirtió en el portaviones terrestre del Comando Sur para la guerra encubierta de los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca contra la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Por su posición geopolítica y su red de radares y bases militares, y en su condición de país vecino con una larga frontera común −sobre todo con el estado venezolano de Táchira−, Colombia opera hoy como una base de operaciones de la ultraderecha

neofascista que se ha apoderado de la conducción de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), según el plan diseñado por el Pentágono para derrocar a Maduro. Pero además, con el consentimiento del presidente Santos, grupos paramilitares locales −que fueron un factor clave en la estrategia de contrainsurgencia y en la formación de un Estado terrorista de nuevo tipo durante los regímenes de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe− brindan hoy en territorio colombiano entrenamiento y asesoría a opositores venezolanos en prácticas avanzadas de la guerra irregular o híbrida. Ello explica el empleo de acciones armadas y prácticas incendiarias kukuklaneras de corte terrorista/paramilitar, en la ofensiva caótica desestabilizadora de estos “aprendices tropicales de Isis”, como les llama Luis Hernández, que lleva más de 100 días de duración en varias ciudades de Venezuela, con la irrupción de una forma de violencia cualitativamente diferente a la utilizada en las protestas de 2014 en Caracas, durante las denominadas guarimbas. Precisamente en Táchira y su capital San Cristóbal se han venido registrando una serie de disturbios, sabotajes, ataques y hechos violentos, ejecutados por células con formación paramilitar o propia de una guerrilla urbana. Tales acciones sin precedente llevaron al ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López, a afirmar que “la idea es convertir a Venezuela en otra Siria y a Táchira en un Alepo”. En ese marco, y pese al apoyo brindado por los presidentes Chávez y Maduro al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) −que con mediación de Fidel y Raúl Castro se desarrollaron en La Habana, Cuba y culminaron con el desarme de la insurgencia−, el Premio Nobel Juan Manuel Santos se ha convertido en un facilitador de las campañas de propaganda de la ultraderecha venezolana violenta contra el proceso bolivariano y el gobierno legítimo de Maduro. Asimismo, en una clara actitud intervencionista −que sigue el guión de la Operación Venezuela Freedom-2 diseñada por el Pentágono−, Santos ha manifestado su disposición para que Colombia juegue un papel clave en eventuales planes de “asistencia humanitaria”, que podrían derivarse de una acentuación, en los próximos días, de la actual política de “cerco y asfixia” contra Venezuela instrumentada por la CIA y el jefe del Comando Sur, almirante Kurt Tidd. Fue como parte de ese mismo esquema injerencista bajo una falsa cobertura “humanitaria” (el mismo que aplicaron Washington y sus aliados de la OTAN en la ex Yugoslavia, Libia, Siria y Ucrania), que a finales de marzo pasado visitó Bogotá el

gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, y pidió a los colombianos “ayuda” para su país, en forma de envíos de alimentos, medicinas y productos básicos. No hacía más que reforzar la matriz de la “hambruna”, para justificar la intervención militar del Pentágono en su propio país. Capriles, quien al igual que la dirigencia neofascista de la MUD cuenta con el total apoyo de Juan Manuel Santos, es asesorado políticamente por el colombiano Germán Medina, experto en la aplicación de estrategias de publicidad, marketing y propaganda negra, uno de los elementos esenciales de la guerra psicológica practicada de manera encubierta por el Ejército estadunidense en Venezuela. Medina, principal accionista de la firma “Medina y Asociados” que ha colaborado con políticos como Álvaro Uribe, Noemí Sanín, Ernesto Samper, César Gaviria y Óscar Iván Zuluaga, ya había brindado asesoría a Capriles durante la campaña presidencial de 2013, cuando el candidato de la MUD fue derrotado por Nicolás Maduro. A su vez, y como parte de la guerra política y de intoxicación mediática contra Venezuela, la reciente participación de Andrés Pastrana en el simulacro diversionista de la MUD del domingo 16 de julio −junto con los ex presidentes de México (Vicente Fox), Bolivia (Jorge Quiroga) y Costa Rica (Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez), todos prontuariados en sus países por corruptos− formó parte de las acciones del Pentágono en el área internacional, con la OEA como mascarón de proa, preparatorias de la llamada Hora 0 que augura una nueva oleada de violencia caótica . No hay duda que como antes Pastrana y Uribe, el presidente Juan Manuel Santos parece decidido a jugar un papel de peón al servicio de Washington. En la coyuntura busca asegurar su futuro, plegándose sin vacilar a los planes intervencionistas de la administración Trump en Venezuela. La tradición se impone. Y todo indica que Santos mantendrá vigente la doctrina diplomática colombiana inaugurada por el presidente Marco Fidel Suárez en 1920, aquella que convirtió a Colombia en un país “objeto” al servicio de las posiciones hegemónicas de Estados Unidos en su “patio trasero”. Una diplomacia dependiente del panamericanismo de Washington, anclada en lo que simbólicamente se denominó como Réspice Polumn −mirar hacia la “Estrella Polar”−, que para la elite oligárquica colombiana ha sido siempre Estados Unidos. Como antes Pastrana y Uribe, Juan Manuel Santos parece haber optado por un camino sin retorno, ése en el que refrendará su condición de vasallo del poder imperial.


Hora Cero, gobierno bizarro, amenaza de sanciones: ¿todo la carne en el asador?

Aram Aharonian Estados Unidos (al menos su gobierno) huele el final del chavismo y ha lanzado la Hora Cero, muy de película gringa. Ya no confía en los mandaderos locales: ha asumido la responsabilidad de la ofensiva de manera pública y ahora los gobiernos subordinados servirán sólo de amplificadores de las decisiones de Washington. La situación cambia: ya el gobierno no se enfrenta solo a la oposición venezolana: Trump se apuntó y quiere comandar la pelea. El objetivo inmediato para el chavismo es llegar al 30, legitimar la Asamblea Nacional Constituyente con un alto porcentaje de participación -lo contrario agravaría el escenario-, evitar que se abran escenarios de destrozos masivos en las ciudades, ataques militares opositores, que la sociedad caiga en el enfrentamiento buscado por parte de la derecha. Se trata de un escenario complejo, donde es necesario inteligencia, unidad y organización del chavismo. Ya no fue el jefe del Comando Sur o un senador o diputado zafado. El mismo presidente Donald Trump fue quien amenazó públicamente con sanciones –económicas y otras- si el gobierno constitucional venezolano avanza con la elección de constituyentes el domingo 30 de julio. El circo se fue armando y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, no tuvo ningún reparo (y menos moral) de ir al Senado estadounidense para exponer sobre “la crisis en Venezuela”. Y trazaron en Washington la hoja de ruta en un entramado internacional que engloba desde el Departamento de Estado hasta la Exxon Mobil: en lo político-institucional, en la violencia, en lo económico, en ,lo comunicacional. En lo político, lo previsto es la instalación del gobierno paralelo (un gobierno en el exilio, pero dentro del país), con nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y el anuncio de la elección de un “presidente” del “gobierno de unidad”, puesto para el cual la gente de Washington confía en Leopoldo López. Seguramente Washington, una vez “instalado” éste, desconoz-

ca al gobierno constitucional de Maduro, apoyando económica, militar y diplomáticamente al gobierno bizarro de la oposición. En la violencia, cabe esperar nuevas formas, tras las ya practicadas como cortar el acceso a zonas urbanas, atacar con grupos de choque y paramilitares las zonas populares, asediar e incendiar instituciones pública (incluyendo hospitales, canales de televisión, centros eléctricos), incendiar personas (con la excusa que pueden ser chavistas). Ahora surge el uso de armas largas, morteros y ataques contra fuerzas de seguridad (esperando la reacción). En lo comunicacional las órdenes son las de invisibilizar, desconocer la existencia del chavismo. Internacionalmente, EEUU asumió públicamente la responsabilidad y los gobiernos sumisos deberán cumplirle. En lo económico el objetivo es apretar más la asfixia, bloqueando las líneas de importación de comida destinada a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, la quema de depósitos y camiones.

El circo no funciona tan bien Hasta ahora el circo no funcionó tan bien como esperaban. La cumbre de presidentes del Mercosur en la ciudad argentina de Mendoza no logró sacar una declaración fuerte ni expulsar a Venezuela del organismo regional: la triple alianza argentino-brasileño-paraguaya sufrió otra postergación de sus planes. Esta semana puede ser definitiva y no se debe excluir la posibilidad de una expulsión desde la presidencia pro tempore brasileña en aplicación del Protocolo de Ushuaia. Era técnica y políticamente imposible emitir una sanción, pero en Mendoza preparaon el paso que sustentará el procedimiento. En lo comunicacional, han impuesto un imaginario colectivo contrario al gobierno. La matriz mediática legitima toda la violencia desplegada por la oposición, la presenta como justa, épica y necesaria (hasta la del centenar de muertos). Nadie sabe cómo justificar los supuestos 7.676.894 votos del “plebiscito” realizado el domingo 16 por la oposición. Ellos mismos

quemaron las urnas antes del recuento. Pero el terrorismo mediático internacional logró invisibilizar el simulacro de la votación para constituyentes, organizado por el Consejo Nacional Electoral, que llevó mucha gente, que hasta sorprendió a los dirigentes del PSUV. Tras 100 días de iniciado el ciclo de violencia insurreccional, la oposición ha sumado algunos actores que estuvieron en el chavismo, pero no ha logrado el apoyo de la Fuerza Armada Nacional (ni por goteo). Tampoco el de los sectores populares. Ni la composición de clase ni la cantidad de participantes en las protestas ha cambiado, tampoco la creciente violencia (incentivada hasta por el Episcopado), ni su dirigencia elitista, ni la carencia de un proyecto político, más allá de salir de Chávez primero, de Maduro ahora…

Un gobierno en el exilio, pero en Caracas El dirigente opositor Freddy Guevara habló de un levantamiento total, que a juzgar por los manuales de la Guerra No Convencional del Pentágono, augura escenarios tipo Libia o Siria. Es decir, estaríamos en el inicio del estallido de una guerra fratricida entre venezolanos, con intervención de potencias extranjeras, mercenarios y grupos paramilitares, dice Carlos Fazio. El presidente boliviano Evo Morales, en la cumbre del Mercosur en Mendoza, les señaló a sus pares: “Las intervenciones en Libia, Irak y otros países son para apropiarse de recursos naturales. Detrás de la intervención en Venezuela está el petróleo”. No sorprendente el impúdico cabildeo intervencionista a favor de un “cambio de régimen” de dos actores con intereses geopolíticos diversos: la petrolera ExxonMobil, de la que fue GEO el actual secretario de Estado Rex Tillerson y que ha invertido cuantiosos recursos para derrocar el gobierno, y la jerarquía de la Iglesia católica venezolana. La ExxonMobil ha financiando entre otros la campaña del presidente Trump y a senadores estadunidenses Marco Rubio, Ed Royce, Ileana Ros y Bob Menéndez para que apliquen un paquete de sanciones eco-


nómicas contra Venezuela y brinden apoyo a los “luchadores de la libertad” que han desatado la violencia terrorista en el país. La trasnacional petrolera está más que preocupada por la disminución de su influencia en la región, y en Venezuela en particular, debido a los acuerdos de cooperación energética y política de PDVSA con Rusia y China, que son presentados en Washington como un problema de “seguridad nacional” de EEUU, intentando acelerar la intervención del Pentágono. Lo de Venezuela es un golpe de Estado continuado –quizá desde el 2002- pero que en los últimos cien días ha sumido al país en una violencia caótica y desestabilizadora de nuevo tipo, que utiliza como forma de lucha política una metodología terrorista. Es decir, el uso ilegal, premeditado, calculado y sistemático de una violencia indiscriminada y letal contra población civil, para provocar miedo y un terror paralizante en la sociedad. Es un terrorismo que mediante campañas de saturación mediática se encubre bajo una apariencia de movilización pacífica (incluyendo linchamientos, incendiar gente, destruir toneladas de alimentos, incendiar centros de salud y guarderías). Desde 2014 la prensa hegemónica, convertida en terrorismo mediático y con camarógrafos, fotógrafos y guionistas actuando como unidad de combate, ha logrado ganar la guerra simbólica internacional. Es la posverdad, la mentira convertida en verdad universal.

Las sanciones El gobierno de Barack Obama ya había tomado medidas, pero todas dirigidas contra altos funcionarios y mandos militares, no contra el Estado o la economía venezolana en su conjunto. El 9 de marzo de 2015, suspendió las visas y congeló los activos en territorio estadounidense de los directores de inteligencia Gustavo Enrique González y Manuel Bernal; del ex director de la Policía Nacional Manuel Pérez Urdaneta; de los ex comandantes de la Guardia Nacional Antonio Benavides y Justo Noguera; del inspector general de la Fuerza Armada Mi-

guel Vivas Landino; y de la fiscal Katherine Haringhton. Este tipo de sanciones continuaron con Trump: en febrero le tocó al vicepresidente Tareck El Aissami, en mayo a ocho magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, incluido su presidente, Maikel Moreno. Las nuevas medidas amenazadas podrían ser más sanciones individuales a altas figuras del régimen, entre las que se menciona a Diosdado Cabello (vicepresidente del partido de gobierno) y a Vladimir Padrino (ministro de Defensa), como congelamiento de activos y prohibición de entrar a Estados Unidos, además de eventuales sanciones económicas a PDVSA como empresa. La posibilidad en mente de varios dirigentes de la oposición es la suspensión de las importaciones de petróleo venezolano, principal fuente de divisas del país: sin ellas no podría importar todos los bienes de consumo básico que necesita, de los cuales produce apenas un tercio ni pagar sus elevados compromisos financieros internacionales. Pero hete aquí que EEUU es su principal mercado, lo que vuelve muy vulnerable a PDVSA, porque no le sería nada fácil encontrar otro comprador. Una sanción de peso sería impedirle participar de nuevos contratos con el gobierno federal a través de su subsidiaria, CITGO. Los dirigentes opositores sueñan con que Trump bloquee todas las importaciones de crudo provenientes de Venezuela. Puede hacerlo sin pasar por el Congreso, amparado por la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por su sigla en inglés), en caso de que haya una amenaza externa a la seguridad de EEUU (en este caso el gobierno venezolano). Pero esto también tendría un costo para la economía estadounidense, ya que el Venezuela es el tercer proveedor de crudo. Además, las exportaciones de derivados de petróleo estadounidense a Venezuela han crecido sustancialmente en los últimos años. En las últimas semanas varias refinadoras que procesan crudo venezolano han hecho lobby con la administración Trump para evitar que eso ocurra.

La medida podría hacer que los efectos los padezcan los estadounidenses, que acuse en incremento en el costo del combustible y la energía en general para consumo doméstico. Más allá de que el impredecible Trump enfrenta en este momento varias crisis domésticas por las revelaciones sobre la relación de Rusia con su campaña presidencial y la imposibilidad de pasar en el Congreso la derogación del Obamacare, lo que lo podría hacer más proclive a una medida extrema contra Venezuela con el fin de “cambiar la narrativa”, por lo menos por unos días. Los analistas internacionales señalan que las consecuencias para Venezuela de las sanciones a la industria petrolera serían severas y el país quedaría muy expuesto porque, incluso sin el castigo, ya se encuentra al borde del default por la escasez de dólares. Sus reservas están en el nivel más bajo de los últimos 15 años: menos de 10.000 millones de dólares. Y por sus dificultades de flujo de caja ya tiene una moratoria sobre el pago de sus deudas a China. Mientras, el gobierno venezolano continuó pagando religiosamente a los tenedores de bonos de Wall Street, recortando gastos en importaciones y generando mayor desabastecimiento”, señaló. No obstante, por más que se reduzca su margen de acción, no hay ninguna garantía de que sea suficiente para obligar al chavismo a una salida negociada. Un embargo petrolero aceleraría el inminente default de Venezuela, pero aun así el gobierno podría mantenerse, concluyen los analistas.

Colofón -Cuidado: Hay variado y alto descontento en los barrios populares, con mucho cansancio por las faltas de respuestas a la situación económica, donde la culpa no solo la tiene el imperialismo y la oligarquía. Allí hay gente que hasta votó el plebiscito del domingo 16, pero la oposición no ha logrado sumar adeptos dentro de estos sectores. -Lo cierto es que Venezuela se ahoga en el odio y que, de una u otra manera, el fenómeno nos afecta a todos, señaló el exvicepresidente José Vicente Rangel. “La mayor responsabilidad recae en el líderazgo de la oposición por su obsesión de acabar con el chavismo, de negarse al diálogo, de desatar la violencia irresponsablemente; pero también admito que en el chavismo ha habido excesos, arrogancia y adopción de equivocadas medidas políticas y económicas”, agregó. -La legitimación de la violencia política descansa en un sistema de creencias que sirven para la configuración de la identidad del grupo que lleva a cabo una supuesta gesta heroica libertadora, como en el encuadre negativo del adversario, responsable de la situación y deslegitimado hasta eliminar o neutralizar cualquier conflicto ético. Convertido el adversario en un peligro para la sociedad, se lo proscribe e incluye en categorías socialmente condenables -asesinos, ladrones, paramilitares- que demandan medidas defensivas especiales, justifican su asesinato, exterminio y tortura aun después de muerto”, señala la socióloga Maryclén Stelling. -Para no confundirse con las cifras, hay que tener en cuenta que las elecciones presidenciales el abstencionismo suele superar el 20% y que, el chavismo solía sumar alrededor del 60% de los votos.


16 de julio: las difíciles

vías de la paz

Juan Romero-15yultimo Contra todo pronóstico, amanecimos al 16 de julio en Venezuela, sin habernos matado unos a los otros. En un país caracterizado por la extrema polarización, por el manejo de un repertorio de protestas muy violentas, por la persecución extrema de las posiciones políticas, todo se desenvolvió en relativa calma (con excepción de los acontecimientos en Catia -en la región capital- y en algunos otros lugares). Los que indicaban que el 16 de julio sería el fin del mundo, el apocalipsis now, se quedaron con las ganas.pazpazpaz Había los que han apostado en estos más de 100 días de protestas violentas, no convencionales, (pues bajo ningún concepto puede considerarse pacífica la tranca de calles, el incendio de vehículos y personas, el linchamiento de sujetos por la presunción de su piel en relación con su militancia) por un escenario de elevación del conflicto, hasta los extremos de una guerra civil, que fue contundentemente torpedeado por ambos sectores de la polarización e, incluso, por aquellos que alejados de la polarización, rechazan la violencia. Por nuestra parte, nos declaramos críticos de los errores cometidos (pésima administración pública, casi nulo castigo a la corrupción, burocratismo y clientelismo), pero hacerlo no significa ignorar (o simplificar) los avances que en términos de derechos sociales y económicos se han alcanzado en estos 19 años de gestión del proyecto bolivariano. No podemos andar como Calimero quejándonos de todo. Hoy vimos un pueblo, que amenazado, que en los intentos de coaccionarlo, respondió con bravura, con hidalguía. En nuestro criterio, la MUD cometió diversos errores. Uno, apostó es este escenario al “todo o nada”, basado en un análisis errado de la “aparente tranquilidad” del chavismo. El hecho de que el pueblo militante de la utopía de Chávez se haya quedado expectante ante la violencia irrestricta desatada, fue

asumido como un signo de cobardía y de “paralización”. En ese escenario, la MUD, con Julio Borges y compañía, llegó a pensar que había logrado desmovilizar al chavismo, sometido a una andanada de noticias falsas, de operaciones psicológicas y de presiones sociales y económicas. Dos, creó −otra vez, tal como lo hizo con el referendo revocatorio en 2016− una “falsa expectativa” en sus bases. Diversos representantes de la MUD anunciaron que obtendrían en la consulta un apoyo superior a los “11 millones”, tal como lo habían anunciado a través de algunas encuestadoras, pensando en transformar ese proceso −ilegal ante la no participación del CNE− en una especie de referendo revocatorio. Dos, buena parte de la dirigencia de la MUD contaba con crear una gran movilización, que mayoritariamente le diera apoyo a la asamblea nacional en su confrontación con el presidente Nicolás Maduro, pero al mismo tiempo, obligara a la FANB a intervenir de manera violenta en este empate catastrófico en que se encuentra el país. Cumplir con la expectativa de llamar a votar 11 millones o más, era, operativamente imposible. Veamos: el CNE ha indicado en diversos procesos, que el promedio mínimo de ejercicio del voto en el sistema venezolano, que es 100% automatizado, es de unos 3 minutos. Eso significa, que en una hora votan aproximadamente 20 personas. La MUD habilitó 1.700 centros, en un proceso que tendría una duración de 8 horas (de 8 a.m. a 4 p.m.). Eso significa que en 8 horas votarían por centro unas 160 personas. Al multiplicarlo por el número total de centros, eso da una votación de 272.000 votos. Agregándole a cada centro, un total de 10 mesas electorales (cuestión que nunca ha ocurrido en Venezuela), el máximo en las horas estipuladas por la MUD habría sido 2.720.000 votos, como máximo. ¿Cómo obtienen 7.186.170 votos? ¿Por arte de magia o por arte del fraude? Tres, parte de la creación de expectativas fue el recurrir a las autoridades de

universidades públicas y privadas, que usurpando funciones exclusivas del poder electoral, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), se abrogaron la responsabilidad de realizar el proceso. Un proceso donde no existió registro de votantes, no se procuró ningún elemento antifraude de identificación y verificación del votante, no se utilizaron testigos de otras organizaciones, ni acompañantes de ningún tipo. Una acción de desconocimiento del Estado, que solo tendría sentido en la medida que obtuvieran una cifra significativa de votos. La presencia de rectores, que en mi criterio deberían enfrentarse a procesos legales, por usurpación de funciones y cooperación en el delito de fraude electoral, no significó una masiva participación. Cuatro, el uso del miedo, de la violencia, pensaba la MUD que serviría para movilizar a los más radicalizados, lo que pasó −aceptando que no hubo ningún fraude, aspecto que hemos demostrado que sí ocurrió− en realidad fue que buena parte de la población, que posiblemente esté molesta con el gobierno y la MUD por el desorden en que ha estado sumido el país, decidió no aprobar la consulta. Cuando se ve la votación de la MUD desde 2013, cuando Henrique Capriles se enfrenta a Nicolás Maduro, observamos que obtuvieron 7.363.980 votos. De ahí pasaron a obtener en las elecciones parlamentarias de 2015, unos 7.707.422 y ahora, decayeron a 7.186.170. Es decir, que el resultado de más de 103 días “de lucha y resistencia”, no solo ha permitido que el presidente Maduro siga ejerciendo su cargo, sino que además han experimentado un “voto castigo”, que ha reducido sus expectativas de desestabilizar al gobierno legítimamente electo. La MUD perdió 521.252 votos. Terrible ese resultado. Cinco, el apoyo internacional, tan anhelado en este escenario de confrontación, queda ahora seriamente sentido, pues la medición electoral llevada a cabo −insistimos, en forma ilegítima e ilegal− no alcan-


Roberto Hernández Montoya

¡Inteligentes temblad!

za para hacer un “llamado” para que el presidente “renuncie”. Hay que recordar, que los votos “sacados” por la MUD, son menores que la votación con la cual fue elegido Nicolás Maduro en 2013. ¿Qué escenarios devienen de estos resultados? ¿Qué podemos esperar los venezolanos y el mundo en general? Lo primero, es un incremento de las acciones de los sectores más radicalizados de la MUD. Primero Justicia y Voluntad Popular, las dos organizaciones de mayor extremismo, seguramente seguirán con sus esfuerzos de desconocimiento y violencia. Tienen la dificultad de tener que explicar por qué no obtuvieron 11 millones de votos. En segundo lugar, el gobierno se la jugó todo en este proceso. Pudo tener la tentación de “impedirlo”, pero prefirió dejarlos correr y la MUD quedó enredada en su propia trampa. La jugada del gobierno de Nicolás Maduro funcionó: no ayudó, pero tampoco impidió la elección fraudulenta. La MUD seguramente esperaba una acción represiva del Estado, en correspondencia con su responsabilidad de mantener el orden. No fue así, y la MUD fue castigada por el agotamiento, el cansancio generado por el cierre de calles y las amenazas de incendio. En tercer lugar, el gobierno quedó fortalecido, pues los errores de la MUD, las amenazas de “incendiar el país” ante la “hora cero” (la hora de la rebelión, según algunos diputados opositores), hicieron que salieran masivamente al simulacro de elección de la ANC, que sí contó con la validez del poder electoral y todos los procedimientos de verificación. El ánimo que observamos en las bases del chavismo, auguran −aún en contra de nuestra apreciaciones iniciales− una participación que podría superar la votación de 8.100.000 votos que obtuvo Hugo Chávez en octubre de 2012. Sin embargo, esto que parece una ventaja, pudiera traducirse en una escalada violenta de la oposición, sobre todo la más radical, que observó atónita cómo se movilizó con efec-

tividad la maquinaria electoral del PSUV. Y ante ello, puede actuar con mayor violencia, pues no lograron ellos (la MUD) equiparar su movilización de forma de dar una demostración numéricamente inobjetable. Cuarto, el chavismo debe revisar no solo su sistema de movilización, sino además la competencia desleal que hemos visto entre algunos candidatos. Hay el surgimiento de tendencias, que se muestran ambiciosas de poder y no entienden que los demás candidatos que han surgido, tanto en el ámbito electoral territorial y sectorial, no son los “enemigos”. El presidente Maduro, debe llamar al orden, para evitar que se infrinjan heridas que pueden ser mortales en esta etapa o punto de no retorno. Quinto, los apoyos internacionales, particularmente de los llamados Imperialismos Colectivos (EE.UU., Unión Europea y Japón) van a arreciar sus acciones en estos 14 días de campaña. La desaparición de productos, el bloqueo de importaciones, la presión paramilitar con soporte en Colombia, posibles atentados contra actores clave del chavismo o la propia oposición, pueden ser efectuados en los próximos días. La campaña de advertencia del gobierno del presidente Maduro debe ser contundente para alertar sobre estos peligros. Finalmente, no puede el chavismo, pensar que ya superó este difícil trance que experimenta desde inicios de abril, aún quedan muchas cartas por ser jugadas por la oposición, y la población que vemos con anhelo la profundización de una alternativa al capitalismo, debemos hacer el mejor esfuerzo para construir una paz desde la participación, no desde la negociación claudicante, tal como han manifestado algunos actores políticos, que en algún momento jugaron papeles clave en la administración pública. Argimiro Gabaldón decía “el camino es duro, pero es el camino”. Tenía razón, nadie dijo nunca que construir una alternativa a la democracia liberal sería fácil. Seguimos en el debate de ideas y creemos en el triálogo como opción.

Los cerebros de la oposición han sido jaqueados. El domingo 16 concurrieron dos hechos históricos: el pueblo revolucionario demostró que es cada vez más noble y la oposición fascista cada vez más infame. No enumeraré infamias, sería monótono y además están a la vista. Solo comentaré otras cosillas. Siempre pensé que el Hombre Invisible era un mito, pero el domingo pasado hubo millones de invisibles para los medios de comunicación mundiales. En su libro La civilización del espectáculo, Mario Vargas Llosa denunció un deslave simbólico mundial. Un culto a la superficialidad, a la uniformidad, a la comida basura. Todo producto cultural arraigado es devastado. Ahí se inscribe el artículo de Carola Chávez Efímeros líderes pop, publicado en este diario el 17/7/17. La oposición no tiene más que líderes de quita y pon, da brinquitos nerviosos del “candidatazo” a “mi flaco bello”, a “la Fiscal digna”, al “Rambo heroico”, y en cosa de horas quién sabe a qué otro mamarrachín. Porque últimamente solo le duran horas. No tienen ojos para 1.700.000 viviendas, para miles de corazones infantiles salvados, para millones de personas en el simulacro del CNE. Solo miran las vedetes de hace media hora. No hay noticias serias sino fugaces golosinas visuales y cada una cancela la anterior en mentes jaqueadas para inducirles el mayor déficit de atención posible. Si tu cerebro está jaqueado no estás leyendo este artículo. Es la posverdad, que yo llamaría transveridicción porque deja atrás el ancestral dilema verdad-falsedad. Lo que vale es lo que se transmite, sin importar si es cierto o falso, pues basta que ocupe unos segundos en cualquier pantalla. La mente jaqueada no examina que en su bochinche electoral hubo, según sus “garantes”, menos votos que los que obtuvo Capriles cuando perdió con Maduro ni que el científico Julio Borges diga que Maduro está “matemáticamente revocado”. Por eso Borges miente sin pestañear. No importa que declaren con escalofriante descaro que habrá auditorías con cuadernos y papeletas quemados. No hay energía para el razonamiento sino para el grito pelado. Intentas una demostración lógica y la mente jaqueada te bosteza en la cara. Por eso te gritan ¡chavista! y te queman.


Oooootra vez el chavismo

Carola Chávez Ellos tenían todo preparado, como preparan las cosas ellos: mucho marketing, mucho cartelito diseñadito con sus frases cursis y melodramáticas, con ese eterno llamado “de ahora si es verdad”, con sus cadenas de whatsapp, con sus señoras manetas con gorritas tricolor y koalas, siempre voluntarias para alimentar guarimberos, para cerrar calles sin gente, para servir como falsos miembros de mesa electoral… Tenían todo preparado, como ellos preparan las cosas, porque ese domingo era el domingo definitivo, decían. Decían también, pero a lo interno, que de ese domingo solo necesitaban una foto. Una imagen impactante con miles de venezolanos en colas eternas, todos apuñuñados con bajo el inclemente clima, desafiando a esta cruel dictadura, tan cruel que les permitía hacer un plebiscito que no aparece en ninguna parte de la Constitución. La imagen lo era todo, una imagen que recorriera el mundo, que conmoviera a la “comunidad internacional”, el sueño húmedo de los apátridas. Una imagen, una solita, que vendiera la mentira de un pueblo entero movilizado contra el gobierno de Nicolás Maduro. Llegó el día: más de 500 corresponsales extranjeros se acreditaron para la puesta en escena. Las mesas montadas, las señoras manetas, con sus gorritas, con sus koalas, con sus cadenitas con crucifijo de oro, ya ocupaban sus puestos en las mesas. Cada punto de votación con varias filas de sillas plásticas para hacer que las multitudinarias colas más llevaderas. En el punto que instalaron en la Universidad Central, el punto G del evento, para poder ordenar al gentío que esperaban, hicieron un pasillo serpenteante con barandas de metal quita y pon, de esas que se usan en la organización de eventos de masas. ¡Luces, cámaras, acción! Salieron temprano de sus casas y apartamentos a sus puntos cercanos. Salieron con espíritu libertario a “defender la constitución” que con su voto estaban violentando. Salieron, llegaron, y votaron rapidito porque “chama vayan, aprovechen que no hay cola”, decían por whatsapp a sus amiguis que aun no habías salido. En un pase de Globovisión, estos ojitos almendrados vieron cómo tres mujeres nada atléticas, sorteaban la serpenteante baranda de la UCV cual pésimas corredoras de los 200 metros con vallas. Las desolada serpiente que debía canalizar un río de gente, ante la sequía de votantes, se convirtió en un incómodo obstáculo. Para ese mismo día había un simulacro electoral convocado por el Consejo Nacional Electoral. Un simulacro sin mayor trascendencia. Una necedad del CNE porque la oposición está negada a participar en la Constituyente, así que era un simulacro para chavistas y todos sabemos que el chavismo ya no existe. Pues ese chavismo inexistente salió de hasta debajo de las piedras. Yo llegué a mi centro electoral, en el corazón de un municipio gobernado por Primero Justicia, y me encontré con la sorpresa de un Punto Rojo que era una fiesta, no dejaban de llegar chavistas de todos los rincones del municipio. Una vaina loca porque, debo confesar, de alguna manera, entre tantos trancazos, especulación, acaparamiento; entre tantas amenazas, yo llegué a pensar que muchos compañeros podría haberse bajado del barco, y vaya ¡cómo me equivoqué!.

Todos los centros de votación habilitados por el CNE se desbordaron de gente, que no dejaba de llegar. Los centros del CNE tenían la foto que el antichavismo necesitaba y que no lograba. Los antichavistas, dominicales, sin un ápice de conciencia política, iban, los que iban, votaban, y se largaban a la playa, a la casa, a la pastelería a desayunar… Ninguno pensó en quedarse, aún viendo los puntos vacíos, tan siquiera para hacer bulto, para esa foto que no salió. Ellos, los que hablan de lucha, de calle sin retorno, ni quiera sacrificaron su domingo para montar la escena que necesitaban. Mientras tanto, el chavismo se sorprendía a si mismo regándose por las calles, manteniéndose en colas kilométricas durante horas, hasta más allá de la media noche, para simular un voto que haremos efectivo en dos semanas. Fuimos tantos y tan contundentes, que la agencia de noticias EFE, a falta de foto opositora, lanzó al mundo las imágenes de nosotros en nuestras colas, diciendo que eran colas de opositores. Era tan burda la mentira que luego fue discretamente desmentida, para que no se notara mucho. Salimos en un acto de conciencia colectiva que sorprendió hasta nuestra dirigencia, a algunos hasta las lágrimas emocionadas. Salimos y nos encontramos intactos, enormes, invencibles, como Chávez. Otra vez el pueblo chavista crecido, firme, como cada vez que nos amenazan. Y es que la oposición no aprende y se empeña en echarle leña a este fuego ardiente. La oposición nos veía sin querer vernos, veía sin querer ver las sillas vacías en sus puntos cerrados a las 4 de la tarde, porque estaban vacíos desde las tres. Sabían, sin querer saber, lo que ese domingo había pasado y esperaban alguna pista del PSUV, alguna victoriosa cifra de participación, para ellos entonces anunciar la suya superándonos. Pasada la media noche, sin cifra chavista que les diera una pauta, cuando menos ruido hiciera, anunciaron siete mágicos millones de votantes. Un acto de prestidigitación electoral que el ex rector Vicente Díaz, con una pueril torpeza que pretendió ser una alabanza, desnuda el engaño: “7,2 millones en 14 mil mesas, lo máximo obtenido previamente fue 7,5MM con 45mil mesas. Impresionante!” -dijo, “impresionante” cuando la palabra adecuada era “imposible”. Era tan imposible, que semejante victoria no fue celebrada por nadie. No fuegos artificiales como en diciembre de 2015, ni cornetazos, ni cacerolas. No hubo ni sonido de grillitos. El antichavismo había visto a Rondón ese día y se sabía perdido. Y eso que lo que vieron fue solo la puntica. Entonces el desespero, los trancazos furibundos en sus urbanizaciones, más violencia y más muertes espantosas, más amenazas. Entonces Trump y la injerencia que los apátridas aplauden. “Ojalá bloqueen a Venezuela para que se jodan los chavistas” -dicen unos bolsas en El Cafetal que lloran y maldicen cuando no consiguen galletas Oreo. Amenazas y promesas de perdonarnos la vida si retiramos la Constituyente, en un tira y encoge de quienes, 18 años después, aún no entendieron nada y siguen echándole leña a este fuego ardiente del chavismo, a esta llamarada de Chávez, a este “ardimiento” que nunca se apaga. La mejor virtud de la oposición es que, por no querer darnos descanso, nos acostumbraron a no cansarnos.


La batalla de la narrativa

Carlos Fazio| Este domingo 16 de julio dio inicio en Venezuela una nueva fase de la guerra no convencional de factura estadounidense, que la cúpula extremista y maximalista que se apoderó de la conducción de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha denominado la Hora 0. En medio de una sostenida violencia de corte paramilitar y terrorista que supera los 100 días de duración, la puesta en escena de la consulta ciudadana se dio en el marco de anuncios catastrofistas, como el del dirigente neofascista Freddy Guevara, quien aseguró en un canal de televisión que luego del plebiscito en contra de las elecciones para constituir la Asamblea Nacional Constituyente, vendrá algo que nunca hemos visto en nuestro país”. Guevara habló de un levantamiento total, que a juzgar por los manuales de la Guerra No Convencional del Pentágono, augura escenarios tipo Libia o Siria. Es decir, estaríamos en el inicio del estallido de una guerra fratricida entre venezolanos, con intervención de potencias extranjeras, mercenarios y grupos paramilitares. Y es que más allá de los resultados ilegítimos y fraudulentos de la consulta, que serán propagandeados urbi et orbi por la canalla mediática trasnacional con fines de legitimación, el objetivo del plebiscitotrampa de la MUD sigue siendo el mismo: derrocar al presidente constitucional y legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro. La también llamada etapa decisiva es una nueva fase del golpe de Estado continuado o permanente que en los pasados tres meses ha sumido al país en una violencia caótica y desestabilizadora de nuevo tipo, que utiliza como forma de lucha política una metodología terrorista. Es decir, el uso ilegal, premeditado, calculado y sistemático de una violencia indiscriminada y letal contra población civil, para provocar miedo y terror paralizante en la sociedad. Con apoyo de la jerarquía conservadora de la Iglesia católica local; de un grupo de gobiernos derechistas de Europa y del he-

misferio agrupados en la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la batuta de Washington, y de los principales conglomerados mediáticos del orbe; siguiendo tácticas sicosociales y político-militares de los manuales de la guerra asimétrica, irregular o híbrida del Ejército estadunidense, y en el marco de una intensificación de acciones bélicas de corte terrorista, la nueva escalada de la MUD intentará formar un gobierno de transición o paralelo con un gabinete de emergencia. Como admitió el disidente de la MUD Enrique Ochoa Antich, esa estrategia busca crear un poder paralelo al institucional y legalmente constituido; una suerte de gobierno en el exilio pero adentro, que podría degenerar en más violencia armada y polarización social y en una guerra civil financiada desde el exterior, incluso con una intervención extranjera. Además de ser una maniobra diversionista y engañosa para sus seguidores, el fraude plebiscitario busca deslegitimar internacionalmente al gobierno de Maduro y convertir a Venezuela en una Estado forajido o fallido para justificar una intervención humanitaria de EU y sus aliados. Para ello, en la fase anterior Washington y algunos países de la OEA −Canadá, México y Colombia con sus paramilitares incluidos−, han avalado las acciones de terroristas que utilizan armas letales como bombas, cocteles molotov, niples, guayas para degollar motociclistas, chopos, morteros, cohetones y armas de fuego contra civiles. Es un terrorismo de nuevo tipo, que mediante campañas de saturación mediática se encubre bajo una apariencia de movilización pacífica; si fueran pacíficos no estarían armados ni lincharían o convertirían a sus víctimas en piras humanas; tampoco incendiarían centros de salud y guarderías con niños adentro, ni destruirían toneladas de alimentos y productos de primera necesidad que iban a ser destinados a los barrios populares. Tras la fracasada estrategia golpe de Estado-paro petrolero-abstención de 2001/06,

de 2014 al presente EU y los medios hegemónicos han logrado ganar la guerra simbólica en el exterior (aunque no en lo interno), mediante matrices de opinión donde la violencia terrorista de la MUD siempre es válida y justa, y la respuesta gubernamental represiva y propia de un Estado forajido violador de derechos humanos. Con el agregado que para montar esa ficción de lucha política democrática, las concentraciones violentas de la oposición pacífica siempre cuentan con camarógrafos y fotógrafos que operan como una unidad de combate terroristas/medios, ya que las imágenes, sumadas luego a una narrativa sesgada de las redacciones, son un engranaje clave de la guerra sicológica de masas. En la coyuntura, tras decrecer el respaldo clasemediero a las protestas, la MUD y sus patrocinadores inventaron un mecanismo paralelo al referéndum constitucional. Una consulta seudojurídico y anticonstitucional, ya que el plebiscito no existe en la normatividad venezolana vigente, cuya finalidad es profundizar el desacato de la Asamblea Nacional y servir como medio de legitimación de actos de sabotaje, paros de transporte y del sector petrolero para colapsar la economía, más violencia callejera para paralizar e inhibir la acción gubernamental y un eventual control de territorios en ciudades importantes. El apoyo políticodiplomático del exterior es clave para legitimar una invasión, según anticipó el diputado Juan Requesens, de Primero Justicia. Sin el componente de violencia la conducción neofascista de la MUD carece de proyección mediática, en una coyuntura interna donde la correlación de fuerzas interna no le favorece. Maduro y el chavismo mantienen el poder asentado en una unidad cívico/militar con una férrea unidad de mando. A ello se suma el respaldo activo de las comunas; colectivos populares organizados, y una milicia de 500 mil hombres y mujeres armados en todo el territorio. Cuentan además con recursos legales y con los organismos institucionales encargados de aplicarlos. No obstante, de aquí al 30 de julio serán días de gran tensión.


Trump, la Hora Cero y el chavismo bravío

Carlos Fazio

El domingo 16 de julio dio inicio en Venezuela una nueva fase de la guerra no convencional de factura estadunidense, que la cúpula extremista y maximalista que se apoderó de la conducción de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha denominado la “Hora 0”. En medio de una sostenida violencia de corte paramilitar y terrorista que supera los 100 días de duración, la puesta en escena de la “consulta ciudadana” se dio en el marco de anuncios catastrofistas como el del diputado neofascista Freddy Guevara, de Voluntad Popular, quien aseguró en un canal de televisión que luego del “plebiscito” en contra de las elecciones para constituir la Asamblea Nacional Constituyente, “vendrá algo que nunca hemos visto en nuestro país”. Guevara habló de un “levantamiento total”, que a juzgar por los manuales de la Guerra No Convencional del Pentágono dirigida a provocar un “cambio de régimen”, augura escenarios tipo Libia, Ucrania o Siria. Es decir, estaríamos en el inicio del estallido de una guerra fratricida entre venezolanos, con intervención de potencias extranjeras, mercenarios y grupos paramilitares. Y es que más allá de los resultados ilegítimos y fraudulentos de la consulta, que fueron propagandeados urbi et orbi por la canalla mediática transnacional con fines de legitimación, el objetivo del plebiscito-trampa de la MUD sigue siendo el mismo: derrocar al presidente constitucional y legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro. La también llamada “etapa decisiva”, es una nueva fase del golpe de Estado continuado o permanente que en los últimos tres meses ha sumido al país en una violencia caótica y desestabilizadora de nuevo tipo, que utiliza como forma de lucha política una metodología terrorista. Es decir, el uso ilegal, premeditado, calculado y sistemático de una violencia indiscriminada y letal contra población civil, para provocar miedo y un terror paralizante en la sociedad. Lo que ha sido combinado con sabotajes contra el sistema eléctrico nacional y centros de acopio de alimentos, y ataques a cuarteles que buscan generar desmoralización y provocar divisiones al interior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Con apoyo de la beligerante jerarquía conservadora de la Iglesia católica local, convertida en una facción más de la partidocracia de la MUD; de un grupo de gobiernos derechistas de Europa (con Mariano Rajoy a la cabeza) y del hemisferio agrupados en la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la batuta de Washington, y de los principales periódicos, cadenas y conglomerados mediáticos del orbe que a diario reproducen la ideología dominante y la dictadura del pensamiento único neoliberal (The New York Times, The Washington Post , El País, ABC, el Grupo Clarín, O’ Globo, CNN, Televisa, BBC, Reuters, EFE y un largo etcétera); siguiendo tácticas psicosociales y político-militares de los manuales de la guerra asimétrica, irregular o híbrida del Ejército estadunidense, y en el marco de una intensificación de acciones bélicas de corte terrorista, la nueva escalada golpista del combo reaccionario pasa por la formación de un “gobierno de transición” paralelo, con un “gabinete de emergencia” que contarán con el aval de Washington y sus comparsas del mundo occidental. Como admitió el disidente de la MUD Enrique Ochoa Antich,

esa estrategia busca crear un “poder paralelo” al institucional y legalmente constituido de Nicolás Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019; una suerte de “gobierno en el exilio pero adentro”, que podría degenerar en más violencia armada y polarización social y “en una guerra civil financiada desde el exterior, incluso con una intervención extranjera”. Además de ser una maniobra diversionista y engañosa para sus propios seguidores, el fraude plebiscitario de la MUD tuvo como uno de sus principales objetivos acentuar la deslegitimación internacional del gobierno de Maduro y convertir a Venezuela en una “Estado forajido” o “fallido” para justificar una “intervención humanitaria” de EU y sus aliados. Los terroristas Buenos y la canalla mediática Para ello, en la fase anterior Washington y algunos países de la OEA -Canadá, México y Colombia con sus paramilitares incluidos-, han avalado las acciones de grupos terroristas y mercenarios que han utilizado artefactos letales como bombas, cocteles molotov, niples, guayas para degollar motociclistas, chopos, morteros, cohetones y armas de fuego contra civiles. Es un terrorismo de nuevo tipo, que mediante campañas de saturación mediática de la prensa hegemónica se encubre bajo una apariencia de “movilización pacífica”; si fueran pacíficos no estarían armados ni lincharían o convertirían a sus víctimas en piras humanas; tampoco incendiarían hospitales y guarderías con niños adentro, ni destruirían toneladas de alimentos y productos de primera necesidad que iban a ser destinados a los barrios populares. Tras la fracasada estrategia golpe de Estado-paro petroleroabstención de 2001/2006, auspiciada y financiada por la administración de George W. Bush, desde las violentas guarimbas de 2014 hasta el presente Estados Unidos y los conglomerados mediáticos privados han logrado ganar la guerra simbólica en el exterior (pero no al interior de Venezuela), mediante matrices de opinión donde la violencia terrorista de la MUD siempre es válida y justiciera, y la respuesta gubernamental “represiva”, “dictatorial” o propia de un “Estado forajido” violador de derehos humanos. Como señaló el lunes el canciller venezolano Samuel Moncada a propósito de la irresponsable cobertura falta de rigor lógico de las grandes corporaciones mediáticas sobre las dos consultas del domingo: la chavista y la opositora, existió un “total desinterés en trasmitir la verdad”, ya que por el contrario se dedicaron a repetir un concepto muy practicado llamado “gaslighting” (o pote de humo), que consiste en sembrar información falsa para “hacer dudar a las personas sobre sus propias ideas, aislándolas de la realidad”. Sobre la consulta de la MUD añadió que “a nadie le interesa la verdad, lo que importa es el efecto, una operación de propaganda para manipular incluso a sus propios seguidores”. Con el agregado que para montar esa ficción de lucha política seudodemocrática, las concentraciones violentas de la “oposición pacífica” siempre cuentan con camarógrafos y fotógrafos que operan como una virtual unidad de combate terroristas/medios, ya que las imágenes, sumadas luego a distorsiones (des)informativas


y a la propagación de noticias falsas (fake news) y una narrativa sesgada e ideologizada de las redacciones, son un engranaje clave de las operaciones de guerra psicológica. Al respecto, sirva como ejemplo de la manipulación (des)informativa las imágenes divulgadas por la agencia española EFE el domingo 16 (de las que se hizo eco el diario madrileño El País como parte de la misma maniobra confusionista), donde centros de votación del ensayo electoral constituyente del CNE fueron presentados como puntos de sufragio de la consulta de la MUD, bajo un pie de foto que decía: “EFE. Chavistas aguardan para votar en la consulta opositora”. (sic) Tampoco es casual que en total sintonía con la hoja de ruta orquestada desde el Comando Sur por el almirante Kurt Tidd, que incluye la propuesta “integral” senatorial bipartidista del Congreso en Washington para la “asistencia humanitaria y la defensa de la gobernanza democrática” en Venezuela (encabezada por el demócrata Ben Cardin y el republicano Marco Rubio), los diarios mexicanos El Universal y Milenio hayan enviado reporteros a Caracas y publiquen este martes 18 sendos reportajes de corte similar: “Sin comida. La lucha de los más pobres” y “Venezuela hambrienta”. La ExxonMobil y la hoja de ruta de Washington La realidad es que en la coyuntura, tras decrecer el respaldo clasemediero a las protestas callejeras violentas y consolidarse el respaldo popular a la iniciativa presidencial de la Constituyente del 30-J, la MUD y sus titiriteros del exterior inventaron un mecanismo paralelo al referéndum constitucional. La pantomima opositora del domingo fue una consulta seudojurídica, anticonstitucional y viciada de nulidad, ya que la fórmula del “plebiscito” no existe en la normatividad venezolana vigente. Y según la Constitución –como ocurre en todos los países del mundo- todo acto comicial de envergadura nacional debe estar avalado, acompañado o realizado la máxima autoridad en la materia: el Consejo Nacional Electoral (CNE). Así, la consulta de la MUD fue un mero acto de manejo de expectativas políticas no sujeto a parámetros de control previo, ni en su ejecución ni posterior al mismo. Además, fiel al estilo piromaníaco de las protestas callejeras de la MUD, los cuadernos de la consulta fueron incinerados, lo que hace inauditable el conteo de electores y votos. Algo así como cometer fraude y quemar la evidencia. Por qué el ex presidente de México, Vicente Fox, se prestó a esa tramoya mediática de la derecha violenta es de simple comprensión: el “cachorro del imperio” -como lo llamó el comandante Hugo Chávez en la cumbre de Mar del Plata, en 2005, por su espíritu lacayuno y servil hacia George W. Bush- lleva el sello reaccionario y antidemocrático en su ADN, amén de que debido a su militancia en el PRIAN: la conjunción neoliberal a ultranza conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN),está acostumbrado a los fraudes de Estado por “razones patrióticas”; es decir, aquellas que garanticen la vigencia del statu quo y las relaciones de dominación al servicio de la clase capitalista transnacional , a las que les cobra por sus servicios: ¡Sólo 250 mil

dólares por avalar la consulta opositora del domingo! En la interna de Venezuela, el plebiscito fraudulento del domingo (como parte del cronograma conspiracionista y sedicioso del Pentágono), tuvo como finalidad profundizar el desacato de la Asamblea Nacional y dar paso a un “gobierno de unidad” paralelo; servir como medio de legitimación de actos de sabotaje, paros de transporte y del sector petrolero para intentar colapsar la economía; profundizar la violencia callejera para paralizar e inhibir la acción gubernamental y un eventual control de territorios en ciudades importantes. En ese contexto -a lo que se suma la huelga general de 24 horas del jueves-, la presión injerencista y el cerco político-diplomático del exterior es clave para legitimar una invasión extranjera por razones “humanitarias”, según anticipó el diputado Juan Requesens, de Primero Justicia. La amenaza del presidente Donald Trump de imponer sanciones económicas y financieras ilegales y extraterritoriales a Venezuela si se realiza la elección para la Asamblea Nacional Constituyente el 30-J, a la que se suman la Unión Europea y la OEA con el inefable Luis Almagro y su Carta Democrática, cierran la pinza según lo diseñado hace dos años en la Operación Venezuela Freedom- 2 del Comando Sur. En el campo de los poderes fácticos no pasan desapercibidas en esta “Hora 0”, el cabildeo intervencionista a favor de un “cambio de régimen” de dos actores con intereses geopolíticos diversos: la corporación petrolera ExxonMobil, de la que fue su histórico GEO el actual secretario de Estado Rex Tillerson y la jerarquía de la Iglesia católica venezolana. La ExxonMobil ha invertido cuantiosos recursos para derrocar a Nicolás Maduro, financiando entre otros la campaña del presidente Trump y a senadores estadunidenses como Marco Rubio, Ed Royce, Ileana Ros y Bob Menéndez para que apliquen un paquete de sanciones económicas contra Venezuela y brinden apoyo a los “luchadores de la libertad” que han desatado la violencia terrorista en el país. El financiamiento y la extorsión política de la Exxon se explican por la disminución de su influencia en la región latinoamericana, y en Venezuela en particular, debido a los acuerdos de cooperación energética y política de PDVSA con Rusia y China, acuerdos que son presentados en Washington como un problema de “seguridad nacional” de Estados Unidos, para acelerar la intervención del Pentágono. El papa Francisco y sus ovejas descarriadas de la CEV En relación con los miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, no llama la atención que en vez de servir de puente para el diálogo y la concordia y secundar la posición del papa Francisco, se sumen ahora al coro de los violentos y terroristas (igual que en el golpe de Estado del 11/A contra Hugo Chávez en 2002), con una declaración pública vergonzosa que constituye un llamado a desconocer al presidente constitucional y legítimo Nicolás Maduro. A nivel personal destacó por su enjundia rabiosa y neofranquista el presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, quien acusó al gobierno de intentar establecer en Venezuela “una dictadura militarista, marxista y comunista”. Como dice José Vicente Rangel, “los obispos se quitaron la careta”. Secundado por el cura que bendijo las armas “artesanales” de los foquistas que asediaron la base militar de La Carlota, Padrón y sus compinches ensotanados integran, como en el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla, una facción más de la partidocracia nucleada en la MUD. Resulta evidente que sin el factor violencia y el apoyo imperial, la conducción neofascista de la MUD carece de proyección mediática, en una coyuntura donde la correlación de fuerzas interna no le favorece, según se comprobó fraude mediante el domingo 16. Nicolás Maduro y el chavimo bravío mantienen el poder asentado en una unidad cívico/militar con una férrea unidad de mando. A ello se suma el respaldo activo de las comunas y de colectivos populares organizados, y una milicia de 500 mil hombres y mujeres armados en todo el territorio. El gobierno constitucional cuenta, además, con recursos legales y con los organismos institucionales encargados de aplicarlos. De allí que, frente al “carmonazo” en cámara lenta del presente y el anuncio de represalias por parte del jefe formal del imperio, es hora de cerrar filas y acompañar al pueblo bolivariano en su camino hacia la constituyente del 30-J, y de responder a Trump, en las palabras de Ernesto Villegas, con el muy chavista “¡váyanse al carajo, yankies de mierda!”.


La CIA, Santos y la estrella Polar

Tras la reciente decisión de Donald Trump de imponer sanciones económicofinancieras a Venezuela si el gobierno constitucional de Nicolás Maduro lleva a cabo la elección de constituyentes del domingo 30 de julio, Estados Unidos ha asumido de manera pública su responsabilidad directa en la ofensiva para derrocarlo. Washington se ha quitado la careta. Y en el marco de una guerra de espectro completo diseñada por el Pentágono para conseguir un “cambio de régimen” en Venezuela, la llamada Hora 0 parece indicar que en los próximos días las acciones militares encubiertas podrían dar un salto en calidad. O al menos esa es la apuesta del sector militarista que controla el verdadero poder en las sombras en la Casa Blanca. En ese contexto, no pueden pasar desapercibidas las revelaciones del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, en el sentido de que “trabaja” junto con Colombia y México para derrocar a Maduro. El 20 de julio, durante un foro sobre seguridad en el Instituto Aspen de Colorado, Estados Unidos, con la tradicional retórica imperial Pompeo aseguró que en sendos viajes a Bogotá y Ciudad de México a comienzos de este mes, les hizo “entender” a los gobernantes de turno de ambos países “qué cosas podrían hacer” para ayudar a Estados Unidos a quitar a Maduro. Desde la época de la administración Bush Jr. y su “cruzada” contra el terrorismo post11/S, los regímenes derechistas de Colombia y México han sido los principales aliados regionales de la diplomacia de guerra de Washington. Cultores de la política de “Seguridad Democrática” que ha ensangrentado a ambos países en el marco de sendas guerras irregulares o no convencionales de factura estadunidense, sus gobernantes, incluidos los actuales presidentes Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto, han jugado el papel de comparsas en la aplicación de las directrices emanadas de los círculos de poder en Washington. Incluso antes, tras el lanzamiento del Plan Colombia por la administración Clinton en 1999/2000, el país sudamericano se convirtió en el portaviones terrestre del Comando Sur para la guerra encubierta de los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca contra la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Por su posición geopolítica y su red de radares y bases militares, y en su condición de país vecino con una larga frontera común −sobre todo con el estado venezolano de Táchira−, Colombia opera hoy como

una base de operaciones de la ultraderecha neofascista que se ha apoderado de la conducción de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), según el plan diseñado por el Pentágono para derrocar a Maduro. Pero además, con el consentimiento del presidente Santos, grupos paramilitares locales −que fueron un factor clave en la estrategia de contrainsurgencia y en la formación de un Estado terrorista de nuevo tipo durante los regímenes de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe− brindan hoy en territorio colombiano entrenamiento y asesoría a opositores venezolanos en prácticas avanzadas de la guerra irregular o híbrida. Ello explica el empleo de acciones armadas y prácticas incendiarias kukuklaneras de corte terrorista/paramilitar, en la ofensiva caótica desestabilizadora de estos “aprendices tropicales de Isis”, como les llama Luis Hernández, que lleva más de 100 días de duración en varias ciudades de Venezuela, con la irrupción de una forma de violencia cualitativamente diferente a la utilizada en las protestas de 2014 en Caracas, durante las denominadas guarimbas. Precisamente en Táchira y su capital San Cristóbal se han venido registrando una serie de disturbios, sabotajes, ataques y hechos violentos, ejecutados por células con formación paramilitar o propia de una guerrilla urbana. Tales acciones sin precedente llevaron al ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López, a afirmar que “la idea es convertir a Venezuela en otra Siria y a Táchira en un Alepo”. En ese marco, y pese al apoyo brindado por los presidentes Chávez y Maduro al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) −que con mediación de Fidel y Raúl Castro se desarrollaron en La Habana, Cuba y culminaron con el desarme de la insurgencia−, el Premio Nobel Juan Manuel Santos se ha convertido en un facilitador de las campañas de propaganda de la ultraderecha venezolana violenta contra el proceso bolivariano y el gobierno legítimo del presidente Maduro.

Asimismo, en una clara actitud intervencionista −que sigue el guión de la Operación Venezuela Freedom-2 diseñada por el Pentágono−, Santos ha manifestado su disposición para que Colombia juegue un papel clave en eventuales planes de “asistencia humanitaria”, que podrían derivarse de una acentuación, en los próximos días, de la actual política de “cerco y asfixia” contra Venezuela instrumentada por la CIA y el jefe del Comando Sur, almirante Kurt Tidd. Fue como parte de ese mismo esquema injerencista bajo una falsa cobertura “humanitaria” (el mismo que aplicaron Washington y sus aliados de la OTAN en la ex Yugoslavia, Libia, Siria y Ucrania), que a finales de marzo pasado visitó Bogotá el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, y pidió a los colombianos “ayuda” para su país, en forma de envíos de alimentos, medicinas y productos básicos. No hacía más que reforzar la matriz de la “hambruna”, para justificar la intervención militar del Pentágono en su propio país. Capriles, quien al igual que la dirigencia neofascista de la MUD cuenta con el total apoyo de Juan Manuel Santos, es asesorado políticamente por el colombiano Germán Medina, experto en la aplicación de estrategias de publicidad, marketing y propaganda negra, uno de los elementos esenciales de la guerra psicológica practicada de manera encubierta por el Ejército estadunidense en Venezuela. Medina, principal accionista de la firma “Medina y Asociados” que ha colaborado con políticos como Álvaro Uribe, Noemí Sanín, Ernesto Samper, César Gaviria y Óscar Iván Zuluaga, ya había brindado asesoría a Capriles durante la campaña presidencial de 2013, cuando el candidato de la MUD fue derrotado por Nicolás Maduro. A su vez, y como parte de la guerra política y de intoxicación mediática contra Venezuela, la reciente participación de Andrés Pastrana en el simulacro diversionista de la MUD del domingo 16 de julio −junto con los ex presidentes de México (Vicente Fox), Bolivia (Jorge Quiroga) y Costa Rica (Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez), todos prontuariados en sus países por corruptos− formó parte de las acciones del Pentágono en el área internacional, con la OEA como mascarón de proa, preparatorias de la llamada Hora 0 que augura una nueva oleada de violencia caótica los próximos días. No hay duda que como antes Pastrana y Uribe, el presidente Juan Manuel Santos parece decidido a jugar un papel de peón al servicio de Washington. En la coyuntura busca asegurar su futuro, plegándose sin vacilar a los planes intervencionistas de la administración Trump en Venezuela. La tradición se impone. Y todo indica que Santos mantendrá vigente la doctrina diplomática colombiana inaugurada por el presidente Marco Fidel Suárez en 1920, aquella que convirtió a Colombia en un país “objeto” al servicio de las posiciones hegemónicas de Estados Unidos en su “patio trasero”. Una diplomacia dependiente del panamericanismo de Washington, anclada en lo que simbólicamente se denominó como Réspice Polumn −mirar hacia la “Estrella Polar”−, que para la elite oligárquica colombiana ha sido siempre Estados Unidos. Como antes Pastrana y Uribe, Juan Manuel Santos parece haber optado por un camino sin retorno, ése en el que refrendará su condición de vasallo del poder imperial.


“Tú no sabes quién soy yo”

Carola Chávez | Yo recuerdo, allá en los años 80 y 90, que era normal ver, en el este del Este, soldados rasos haciendo de choferes, jardineros, mayordomos y conserjes en casas de “ gente importante con contactos”. Era normal ver a un soldado en el estacionamiento del supermercado cargándoles las bolsas a una señora encopetada. Los soldados eran personal del servicio privado, “cachifos” pagados por el Estado. Así como pasaba con los soldados rasos, muchos oficiales también servían de carga bolsas a primeras damas y a primeras barraganas. Entonces la dignidad se pagaba con traslados a zonas hurriblis como Pto. Ayacucho o Guasdualito, donde pululan los zancudos y el restaurant de lujo más cercano queda en Caracas. Con esa imagen de las Fuerzas Armadas crecimos en el Este, pero llegó Chávez y mandó a parar. De ahí la rabieta de tipos como Julio Borges, como Capriles, de adecos como Ramos Allup, y ni hablar de la de María Corina, una Ma-cha-do, que ahora se tienen que calar que un negro uniformado les hable de tú a tú y, peor, que se niegue a hacerles el mandado. Y el mandado es tumbar a Maduro, coño, y esos bichos no entienden. Por eso los ataques, los insultos, las molotov, los morteros, las balas, los frascos llenos de pupú, porque en la mente de un sifrino es inconcebible que un negrito se le alebreste sin que tenga que pagar por ello. Por eso las amenazas, que si La Haya, que si la DEA, que si “dónde te vas a meter”. Todo esto, y con la torpeza que los caracteriza, mientras tratan de convencer a esos mismos soldados que bañan en mierda, de que “se unan a su lucha”, sí, esa lucha que de lograr sus objetivos promete desaparecer a los soldados bolivarianos de la faz de la tierra. Cuán complicado es todo en estos días. Antes, cuando un pendejo cualquiera no quería obedecer, no tenían sino que decirle las palabras mágicas: “Tú no sabes quién soy yo”. Aquello bastaba. El “tú no sabes quién soy” yo se filtró en el tejido del sifrinaje de tal modo, que hasta los niños lo usaban como comodín cuando eran pillados en haciendo alguna trastada. Maestras, porteros del colegio, entrenadores, sometidos a la tiranía de los niños de la gente cree más gente. Del “tú no sabes quién” soy yo no se salvaba ni siquiera los que también se suponía que éramos alguien”. Yo recuerdo una tarde, estábamos en el Club Puerto Azul pescando, y había un niño, un gordito con cara de mala leche, pegándole palazos a unos cangrejitos que ya no encontraban en dónde meterse. Yo, que no puedo ver sufrir a una criaturita, le dije al niño: “Mi amor, no dañes al cangrejito, mira que él tiene su familia y…” El carajito, clavándome una mirada llena de desprecio, me contestó: “Yo en este club hago lo que me da la gana, porque mi tío es de la directiva”. Dicho esto, le acertó el palazo al cangrejo que quedó en el muelle hecho puré. En fin, que es toda una cultura. Con esa cultura llega el sifrinaje, por fin en mayoría, y con mayor sed de venganza, a la Asamblea Nacional. Llegaron a patear culos, que es lo único que saben hacer. Llegaron, desde el primer día a patotear al chavismo y al comando de la Guardia Nacional Bolivariana que hay en el Palacio legislativo. Llegaron a poner en su sitio a esta cuerda de negros que no sé qué se han creído.

Así, con la ceguera que produce la soberbia, en medio de este nuevo intento (vano) del golpe de Estado que lleva casi tres meses, tres meses de intensificación del odio dirigido a los militares que insisten en su apego a la soberanía y a la constitución; así, después de declarar públicamente que sabotearán las elecciones para la Constituyente, así, tratando de enturbiar lo que está clarito, los diputados antichavistas montan un show en el Palacio Legislativo, con una denuncia semilla de fake news, y una coñaza en patota, siempre en patota, y decenas de cámaras montando una historia que no pega con las imágenes que graban: “La GNB golpea violentamente a diputados opositores”, y uno lo que ve es a los diputados medio matando a patadas, golpes y empujones, a los efectivos de la guardia, que contienen el ataque con sus escudos. En ese contexto llega Julio Borges a “poner en su sitio” al coronel que está al mando de la unidad; a exigirle que le permita hacer lo que le dé la gana, bravito, eso si, porque ahí hay una cámara que no es la de ellos, bravito porque puede grabar lo que Julio no quiere que se vea, bravito porque no puede volverse loco… Como una olla de presión, Borges se va cargando porque el coronel ese, ese negrito alebrestado, no le está haciendo caso. Julio, no puede, se le ve en la cara que no puede, se le ve cómo se le sube desde el colon, luego al estómago, hasta la garganta, a través de los dientes, silbando entre los labios tensos, como un peo que se te escapa en contra vía, el incontinente, el legendario, el hoy inútil, “tú no sabes quién soy yo”. “Yo soy en Presidente del La Asamblea Nacional” —dijo Borges, empinándose un poquito, sacando la barriga creyendo que era el pecho, subiendo la nariz para que se note que todo ahí le huele fo. “Y yo soy el comandante de esta unidad”—respondió el coronel que no es carga bolsas de nadie y agregó: “Usted puede ser presidente de lo que sea, pero le agradezco que se retire…” Julio, incrédulo porque las palabras mágicas no funcionaban ni siquiera en el Palacio Legislativo, preocupado porque no tenia a su patota consigo, metió la barriga, creyendo que era el pecho, tiró para atrás un poquito, como para que no se notara que quería salir corriendo. Él, el que se jacta de ser el contacto antichavista con los cuarteles, el que se tiene el respaldo de la cuarta flota de los EEUU, el que se dice líder de la invasión, perdón, la transición, no tuvo tiempo de contar ni siquiera hasta 22, antes de que el coronel Lugo, cumpliendo con su mandato constitucional, que no es otro que defender la soberanía, que no reside en Borges, por cierto, sino en el pueblo venezolano… Decía, así el coronel Lugo, de un solo empujón, puso a Julio Borges “en su sitio”. “¡Indignante!” — dijeron horrorizados voceros antichavistas que no tienen ni idea de lo que es la dignidad. “Violentaron la majestad de su cargo”, se quejaron otros que aplauden cada vez que alguien le menta la madre a Maduro. “¡Cuánta violencia!” —chillaban, al mismísimo tiempo que tenía sus esperanzas puestas en un terrorista en helicóptero que lanzaba granadas sobre el Centro de Caracas. Bravísimos todos porque, ooootra vez, un soldado carepueblo no les dejaba hacer lo que les da la perra gana. “Tú no sabes quién soy yo”… Lo sabemos y por eso es que no volverán.


Luis Britto García |

La doble nacionalidad Los artículos del 33 al 36 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que admiten la “doble nacionalidad”, plantean un grave problema cuando se considera uno de los principales privilegios del nacional, que es el desempeño de cargos públicos en su país respectivo. De acuerdo con esos artículos de la Constitución de 1999, todos los diputados de la Asamblea Nacional, salvo presidente y vicepresidente de dicho cuerpo, podrían tener otra nacionalidad distinta de la venezolana. Todo el Ejército venezolano, salvo el ministro de la Defensa, podría estar también integrado por personas con otra nacionalidad distinta de la venezolana. Todo el gabinete, salvo ministros relacionados con seguridad de la nación, finanzas, energía y minas y educación, podría ser foráneo. Aparentemente, todo el Ministerio para Relaciones Exteriores, incluido el canciller, podría tener otra nacionalidad; todo el cuerpo diplomático podría estar integrado por nacionales de otros países. Todo el Poder Judicial, salvo los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, podría estar integrado por personas con otra nacionalidad distinta de la venezolana. Todo el Consejo Nacional Electoral, salvo su presidente; toda la administración regional, salvo gobernadores y alcaldes de estados y municipios fronterizos, podrían tener otra nacionalidad diferente de la venezolana, al igual que los casi dos millones de funcionarios de nuestra administración, salvo la veintena de excepciones ya citadas, podrían entonces ser nacionales de países extranjeros, vinculados por un juramento de lealtad a ellos, y obligados a cumplirles obligaciones tales como el pago de tributos, la fiel ejecución de sus leyes (distintas de las venezolanas) la promoción de intereses foráneos, y el servicio militar. Al mismo tiempo, los ciudadanos con doble nacionalidad, en caso de cometer delitos y huir al exterior podrían hacer valer su otra nacionalidad y reclamar el derecho a no ser extraditados para Venezuela, y a ser solo juzgados por los tribunales de su país de origen. Los que tengan la nacionalidad de países que hayan suscrito Tratados contra la Doble Tributación con Venezuela, pueden además invocarlos para no pagar impuestos en Venezuela, sino en su país de origen. Tendríamos una ciudadanía con derechos y sin deberes. Seamos claros: aspiramos a que se reunifique la Gran Colombia, a que América Latina y el Caribe exista en nación; a que los proletarios del mundo integren una sola Internacional. Cuando tales metas culminen y desaparezcan las fronteras, celebraremos como grancolombianos o latinocaribeños o simplemente como humanos. Mientras tanto, los asediados Estados nación, fundados en la lealtad exclusiva de sus nacionales, son las unidades de resistencia contra los imperios. Debemos volver al sistema de nacionalidad única. Disolver la nacionalidad es aniquilar la nación.

Maryclen Stelling

Guerreros de la paz La gravísima escalada de violencia en el país parece anunciar una guerra fratricida, advertida y denunciada desde diversos espacios, a la vez que impulsada y deseada desde otros ámbitos. A los enceguecidos propulsores de la guerra se enfrentan los promotores de la paz, quienes –en el corto plazo– promueven y procuran algún acuerdo entre los contendientes. Voces que, ante la agudización de la crisis, luchan por un proceso de negociación y la construcción de un ambiente social de tolerancia y respeto al otro. Guerreros de la paz que combaten por la creación de condiciones de convivencia y favorecer una cultura crítica que permita analizar los problemas con distancia y equilibrio. Se libra entonces otra batalla minimizada y descalificada, la cruzada por promover una cultura de paz en todas las esferas de la vida social. Campaña que se enfrenta a la incitación y legitimación del recurso de la violencia y de una concepción de paz en tanto derrota y eliminación del adversario. Cruzados por la paz, que se enfrentan a un contexto caracterizado por la incitación a la rebelión, la exaltación del pueblo en la calle, la furia exterminadora y la legitimación de la violencia en aras de la paz y la democracia. Supuesta gesta heroica que, en nombre del pueblo y ante “el deber” de salvar a la patria, se le concede la indulgencia por la muerte y la destrucción. Desde el plano simbólico se erige una construcción liberadora impregnada de contenidos religiosos, metáforas del derrumbe de un mundo podrido; redención por la muerte y la promesa de un nuevo amanecer, estrategia purificadora en el camino a la “resurrección” democrática. Se confrontan entonces una cruzada por el diálogo y la paz con una cruzada bélica planteada bajo la convicción de que la convivencia pasa por la derrota de uno de los bandos; sustentada en la creencia de una necesaria confrontación, en la certeza de la victoria total, en el convencimiento del triunfo frente al enemigo y su destrucción o rendición incondicional. Cualquier intento para negociar la paz se enfrenta con la posición de ciertos sectores radicales afianzados en la negación a concesiones, opuestos al olvido y la reconciliación y promotores del grito de guerra: “ni mediación ni perdón”.


Chávez, el gran culpable Luis Salas| El principio básico de funcionamiento de lo que ahora llaman posverdad –y que antes llamaban “ideología”− es que a efectos de la opinión pública y la mediática los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales. Sin embargo, tal cosa no ocurre por generación espontánea. Implica una lógica de funcionamiento –un régimen de posverdad– a través del cual se le hace llegar al receptor algún contenido –imagen, noticia, diagnóstico, etc.– que este adopta como verdadero, fundamentalmente porque coincide con lo que cree, espera o conviene, así sepa o al menos sospeche que no es así. De tal suerte, la posverdad replica el mecanismo del fanatismo religioso, que coloca la creencia por encima de toda realidad empírica. O para decirlo como lo diría Hegel: la máxima según la cual si la verdad no coincide con la creencia o la conveniencia, pues peor para la verdad. Todo lo cual me hace recordar a una monja del colegio donde estudié primaria, que ante la pregunta impertinente de una compañera sobre cómo le constaba que dios había creado el mundo en siete días, se limitó a responder que la creencia no exige pruebas y que hacerlo es renegar de Dios. En fin, a lo que voy es que los venezolanos y las venezolanas de hoy día, en buena medida, estamos viviendo la resaca traumática de una gran posverdad. De varias en realidad, pero particularmente de una: aquella que reza que todo lo que ha pasado en los últimos años en materia económica es culpa de Chávez. La habilidad con que se instaló esta posverdad es fácilmente explicable: atizada por la, en extremo, difícil situación económica, los enemigos del chavismo encontraron ex post en el desabastecimiento y el descontrol de precios, la “prueba” que les faltaba para decir que el chavismo era un fracaso en esta materia. Al tiempo de que varios, que desde el chavismo tienen responsabilidad directa en lo que ha pasado, dejaron que la idea prendiera pues los libra de asumirlas. El gran comodín ha sido, sin embargo, la ausencia de Chávez para defenderse. Lo que comprueba en la práctica el viejo refrán según el cual el responsable es quien no está.

“Y sin embargo se mueve” Según una conocida frase de Schopenhauer, toda verdad pasa por tres etapas: primero es ridiculizada, luego enfrenta una violenta oposición, tras lo cual logra ser aceptada como algo evidente. Cuando Copérnico demostró que la Tierra giraba alrededor del Sol, no enfrentó la ridiculización y persecución en vida, pues murió el mismo año en que publicó La revolución de las esferas celestes. Sin embargo, por profundizar en este planteamiento Giordano Bruno fue quemado en la hoguera y Galileo condenado a arresto domiciliario de por vida luego de ser obligado a abjurar de sus ideas. Cuenta la leyenda que tras escuchar la sentencia del tribunal inquisidor, Galileo murmuró: “Y sin embargo se mueve”. Hoy día cualquier niño de escuela acepta eso como una verdad evidente.

Gráfico 1


Gráfico 2

Cambiando todo lo que haya que cambiar, algo similar puede decirse de Chávez y la economía. Más allá de las sentencias emitidas por unos y por otros, la realidad económica durante su gestión, cuando se le revisa más allá de los prejuicios, es contundente: La gráfica 1 que acompaña este texto nos muestra la correlación entre tres variables fundamentales para evaluar el desempeño de una política económica en cuanto impacto que genera en una economía nacional y, por ende, sobre la vida de las personas que en ella habitan. La línea azul mide la evolución del PIB, es decir, el tamaño de dicha economía. La colorada del coeficiente de Gini, el grado de desigualdad en cuanto a la distribución de los ingresos salariales. Mientras que la amarilla la de la pobreza. El período va desde 1990 hasta 2013, lo que nos permite comparar la década inmediatamente anterior a la llegada de Chávez con el desempeño de la economía durante su presidencia. La gracia de esta comparación es hacerlo con los años no solo finales de la Cuarta República, sino durante los que se aplicaron las políticas de ajuste neoliberal. Es decir, no estamos comparando simple y llanamente con el resultado del colapso del puntofijismo rentista. Lo estamos haciendo con los años en los cuales se impusieron las mismas políticas económicas que hoy se insiste que hay que aplicar para salir de la situación compleja que atravesamos. Pero yendo al grano, en cuanto al crecimiento del PIB la imagen habla por sí misma. Digan lo que digan, lo pongan como lo pongan, lo cierto es que la economía venezolana medida con el más convencional de los indicadores, se hizo más grande –sustancialmente más grande– después de Chávez. Pero no solo es más grande, la evolución de dicho crecimiento muestra una correlación positiva con la disminución de la pobreza y la mejora en la distribución del ingreso. Es decir: no solo más grande, también más justa e inclusiva, todo lo contrario a los años anteriores cuando según los expertos las cosas marchaban bien. Claro que la sabiduría económica convencional ya prefiguró la respuesta a esto: sí, es verdad que Chávez hizo crecer la economía y mejoró la vida de la gente, pero lo hizo porque tenía el petróleo a 100 dólares el barril, y así cualquiera, todo lo cual acabó cuando el precio de este bajó, develando que se trataba de una burbuja populista. Ahora, lo cierto es que esto tampoco pareciera corresponderse con la verdad de los hechos: En esta gráfica, número 2 que ya mostramos en un texto anterior titulado pecisamente El mito de Chávez con el petroleo a 100, tenemos un histórico de la evolución de los precios en dólares del barril de petróleo venezolano desde 1999 hasta 2014, medido en promedio anual, representado en la línea quebradiza que cruza de izquierda a derecha. A este respecto, destaca que si bien es verdad que la tendencia del precio del barril petrolero en tiempos de Hugo Chávez fue al alza (exceptuando el intervalo de 2008-2009,

como consecuencia del crack financiero internacional en dichos años), no lo es, sin embargo, que el barril haya estado siempre –ni siquiera mayormente– por encima de los 100 dólares. De hecho, el barril por encima de los 100 dólares en promedio anual es un fenómeno más bien excepcional, que ocupa la última etapa del último gobierno del presidente Chávez, esto es, entre 2010 y 2012, siendo que el promedio del período completo (1999-2012) es la mitad: 55 dólares. Pero en esta gráfica también se muestra otra cosa: que además de no ser tan cierta la “verdad” de la borrachera de los 100 dólares por barril, tampoco parece serlo que todo el bienestar generado ocurrió por la importación masiva y creciente de una serie de bienes destinados al consumo de la población, importación masiva que de paso habría terminado acabando con las reservas. Y es que si bien medidas en kilogramos (unidad física que permite cuantificar su evolución material) las importaciones aumentan luego de 2003 hasta 2008, para luego caer ligeramente hacia 2010 y recuperarse hasta el nivel de 2008 en 2012, es, no obstante, su aumento medido en dólares lo que crece exponencialmente, dándose el caso de que el último año del presidente Chávez (2012), medidas en volumen, lucen apenas mayor que en 2003, pero medidas en dólares son 4,5 veces más caras. Es importante destacar a este respecto que el grueso de la asignación de divisas para la importación no se dio al sector público sino al privado. Como demostró la profesora Pasqualina Curcio en su ya célebre obra, La mano visible del Mercado, desde 1999 hasta 2014, se destinaron al sector privado el 94% del total de las divisas del país para la importación, siendo que durante los años 2013 y 2014 las proporciones de divisas fueron 89% y 87%, respectivamente. Al cierre de 2012, el día en que Chávez dio su último mensaje luego de haber ganado las elecciones, la economía venezolana cerraba con una tasa de crecimiento del 5,6% del PIB, más del doble del promedio mundial, acompañado de un descenso en el desempleo y la informalidad, así como de una recuperación del poder de compra de los venezolanos. A este respecto, como reza en el informe del BCV de ese año, la variación interanual del índice nacional de precios al consumidor (INPC) se ubicó en 20,1% al cierre de 2012, lo que evidenció una disminución de 7,5 puntos porcentuales en la inflación con respecto a lo observado en 2011. Y en cuanto a las reservas internacionales, se ubicaban en 29.887 millones de dólares, superiores a cualquier otro país de la región de acuerdo a los tamaños. ¿Era una economía con problemas y tensiones? Seguramente, pero para nada superiores a los que enfrentaban otras, ni como para justificar lo ocurrido después. En honor a la verdad, sobre lo ocurrido después deben –debemos– dar cuenta de otros responsables distintos a Chávez.


Roberto Malaver |

Permítanos votar por usted Llega cantando: “Oh, eh, oh, eh, la Constituyente… Dios mío, perdóname porque no sé lo que hago”. Dice, y muerta de la risa se sienta en la silla que el mesonero llama la silla presidencial de la belleza. Cinthya Machado Zuloaga está radiante. Feliz por todas partes por donde uno la mire, y además, también es un placer verla por todas partes. “Esa canción es como una fiebre, que se le contagia a uno al primer momento, hasta mi papá se escucha en el baño cantando esa cosa”, dice y se ríe. El mesonero se acerca y la ve asombrado. Se detiene. Luego arranca a caminar otra vez y coloca las dos tazas de café sobre la mesa y dice: “Señorita, le confieso una cosa, cuando usted se ríe, uno da gracias a la vida por haberle dado este momento tan celestial, tan de milagro, tan de belleza, tan… perdone”. Y se marcha. Y toma la palabra: “No hay en el mundo una oposición más folclórica que la nuestra. Allí, donde hay la oportunidad de cometer un error, allí llegan ellos y se plantan. Todo el mundo rechaza la violencia, las trancas, los asesinatos, las idas a Miami a pedir que nos invadan, como lo hizo el muchacho ese del que no quiero acordarme. En fin, que no hay error que no hayan cometido. Y ahora se vienen el domingo con un plebiscito, o plebiscito, como dijo Henriquito que íbamos a ver en las elecciones de gobernadores, y ya tú sabes. Bueno, ahora ese plebiscito es consulta popular, como el capitalismo popular de María Corina, y te digo una cosa, no hay palabras más gastadas que esas de pueblo y popular, las han desprestigiado tanto que ya están vacías. Ahora viene Henriquito y dice que va a votar hasta el gato el domingo, claro, y si el gato no vota es porque es tonto, porque allí podrán votar todos, eso no importa, lo que importa es que después van a quemar los votos, como ya lo hizo la doctora Teresa Albanes en un pasado, y después decimos que son 15 o 16 millones certificados por Julio Borges, que es un papaúpa contando viviendas”. Cinthya se ríe, y aquello es un espectáculo gratuito en todo el Centro San Ignacio. Y dice: “Le están diciendo a la gente, permítanos votar por usted, porque así no votes, ellos te van a contar, y serán tus jueces. Hasta el ex secretario general les dijo que eso era un fracaso. Y dijo mi padre: “Claro, por eso lo hacen, porque saben que es un fracaso, y en eso ellos son muy buenos”.

El calvario guarimbero de Caracas

Señores capos guarimberos: ¿sería mucho pedirles que nos permitiesen seguir viviendo nuestra pequeña y rutinaria vida cotidinana? Mi querida ciudad y mis queridos coterráneos se han visto sujetos al martirio cotidiano de las guarimbas, organizadas por los partidos que hacen oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Desde hace muchas semanas había tenido la intención de escribir sobre este tema que se ha convertido en la pesadilla de los y las caraqueñas, sobre todo los que habitamos todavía en el este de Caracas. Digo todavía porque me consta que muchos amigos que viven en Chuao, el Cafetal y Chacao me han manifestado su intención de vender o cambiar sus apartamentos por una vivienda ubicada en la populosa y alegre barriada de Catia. Es difícil comprender cómo puede pensar una agrupación política llegar al poder, maltratando de tal manera la vida cotidiana de la gente que esperan gobernar: como dice el sádico aporreador a la mujer que maltrata: porque te quiero te caigo a c….Debe haber sin duda personas con personalidad sádica que consideran necesario hacernos sufrir tan cruelmente para que nos rebelemos algún día contra el rrregimen, pero la mayoría de las y los venezolanos, que somos gente cuerda (todavía), difícilmente podríamos aceptar ese razonamiento. Y no podríamos porque conocemos de otra guerrilla, también urbana como dice la que practica la guarimba, que no pudo tampoco en los años sesenta del siglo pasado provocar el efecto buscado: derrocar el gobierno de Betancourt. Mucho mejor preparadas material e ideológicamente, las UTC de entonces chocaron con la resistencia que tenían (y todavía tenemos) las y los venezolanos de diferentes confesiones políticas, a la violencia armada, al odio y el terror como arma política. Las actuales y macabras imágenes caraqueñas de personas quemadas vivas, linchadas, apuñaladas con saña, la quema de universidades, de bibliotecas, de guarderías infantiles, de establecimientos comerciales privados y no privados, de vehículos de transporte público, me trae a la memoria desagradables vivencias del nazismo y su irracional odio contra los judíos, los comunistas, los negros, los gitanos, los discapacitados; me trae a la memoria el asesinato por los nazis de una filósofa tan importante como Rosa Luxemburgo, a quien por ser judía y comunista los sicarios facistas le aplastaron el cráneo a culatazos para que no siguiera pensando. Dejen que los caraqueños podamos seguir viviendo en paz: vivir en democracia es más útil para nuestro futuro, que una a dictadura neoliberal que hundiría a Caracas y a Venezuela en el estercolero de la historia.


¿No hay escapatoria? Maryclen Stelling| Los últimos acontecimientos dibujan una sociedad fracturada donde se impone el criterio de lo político en tanto oposición entre amigo y enemigo, entre buenos y malos, consolidándose peligrosamente el convencimiento de la necesaria eliminación del otro. El combate y la violencia de calle, con intensidad extrema, se apoderan de todos los ámbitos de la vida “ciudadana”, en tanto espacios de reagrupamiento entre “amigos y enemigos” y trasmutados en campos de batalla. Se impone la cotidianidad de la violencia y la destrucción como estrategia políticResultado de imagen para venezuela desordenes del 5 de julio 2017a. Los recursos del arsenal del terrorismo se convierten en práctica legítima de una gesta heroica que se libra en diferentes ámbitos. Nada parece neutralizar el conflicto, encauzarlo y detener la escalada de la violencia. Por el contrario, gradualmente se impone la retórica de la defensa de la confrontación y se intensifica la lucha por el poder, con el poder y del poder. Se reduce la política a un problema de confrontación callejera, discursiva, mediática, de poderes y cívico-militar. Al fragor de la batalla se construyen relatos autocomplacientes con escasas autocríticas y sus propios héroes y víctimas. Suerte de historias paralelas que se disputan “la verdad”. El conflicto entre poderes deviene descaradamente en enfrentamiento y guerra abierta trasladada al plano físico, máxima expresión de un proceso de disociación política. Confrontación de fuerzas que se conjuga con un vergonzoso “peloteo” público de la culpa y la inocencia, en un contexto donde la ingenuidad y la candidez política desaparecieron hace rato. Con cada episodio confrontacional se modifican las relaciones de fuerza. Se desatan los demonios a la espera de la decisión final, que pareciera provenir, más que del diálogo, de la confrontación de fuerzas, de la guerra y de las armas como jueces.Resultado de imagen para venezuela desordenes del 5 de julio 2017 En el fragor del combate a muerte política, surge desde la ciudadanía un grito desesperado: “¿Qué podemos hacer los no alineados ni alienados para lograr un entendimiento entre las partes?”, desde donde nos preguntamos: ¿la violencia derrotará al diálogo? ¿Escribimos la historia de la paz o la historia de la guerra? ¿Cómo recogemos el país y emprendemos una necesaria reconstrucción política y moral?

Requesens es el niño loco que dice la verdad sobre los planes opositores

Clodovaldo Hernández|

Suele decirse que los niños y los locos se caracterizan por decir la verdad desnuda y que por eso la sociedad manda a los niños a la escuela (para que aprendan a vestirla) y a los locos al manicomio (para que solo se oigan entre ellos). Y la cosa se pone peor cuando se trata de un niño perturbado mentalmente: suelta sus verdades sin contención y permite saber lo que realmente están pensando los adultos (presuntamente) cuerdos. Hecho este planteamiento, pongamos como ejemplo a ese querubín orate que se llama Juan Requesens. Desde su llegada a la Asamblea Nacional, este niño ex gordito se ha distinguido por su falta de contención verbal. Cabe suponer que era de esos que hacían pasar penas al papá y a la mamá al revelar intimidades en medio de una piñata. Todos hemos conocido niños así o, quizá, hasta fuimos uno de esos. Una de sus acciones inaugurales como diputado (su primer trabajo pagado) fue ponerse en un apartamento en Los Palos Grandes y proclamarlo por ahí, públicamente, igual que el otro mozo, Freddy Guevara, se mostraba orgulloso con su Audi prestado por un generoso empresario. No hablemos de cómo el diputado dejó de ser gordo. Está en su derecho, pero que quede claro que no fue ni por la dieta de Maduro ni por la de Mendoza. En todo caso, se hizo también una reingeniería de imagen para competir en un mundo en el que es una raya tener tremenda panza siendo tan carajito. Competir por el puesto del más echao pa lante no es algo fácil en el sector más violento de la oposición, pero Requesens tiene, justamente, la gran ventaja de ser un chamo demente, es decir, con doble justificación para tener conectada la lengua en directo con el cerebro reptil. Así, vimos al parlamentario declarando que deseaba quemar esa mierda , refiriéndose a la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, un enclave estratégico para la defensa de la capital venezolana, sede de la comandancia general de la Aviación Bolivariana. Nada menos. [atacada más de 10 veces por los jóvenes terroristas] Pero ese deseo de niño pirómano era apenas una muestra de lo que tiene en la cabeza. Pocos días después de esa célebre afirmación, se fue al Norte y, hablando públicamente en una universidad, dijo la verdad, al mejor estilo de los pequeños y los locos: que las manifestaciones de la oposición tienen que ser cada vez más violentas para que puedan generar tal situación de ingobernabilidad que haga posible la intervención de fuerzas extranjeras. Así mismo fue, pues como si un muchachito sincero hubiera dicho en medio de una reunión de padres y representantes: Es que mi papá, cuando se emborracha, le cae a golpes a mi mamá y a mi hermana . La gente reacciona contra el mocoso lenguaraz, pero él no es sino el tipo que, sin contención (por inmaduro, por desquiciado o por las dos cosas), dice lo que otros se cuidan mucho de guardar, pero que también piensan, que también saben, por lo cual están trabajando día y noche: propiciar la violencia, el caos, la inestabilidad social, para que vengan los gringos a poner orden, y los instalen a ellos en Miraflores. Así, ni más ni menos, hay que ver ese acto de clara traición a la patria del ex gordito malcriado: un exceso de sinceridad que desnuda la verdad de todo un sector político. No es un gesto individual de él, sino la meta de todos los dirigentes opositores, con la única excepción de aquellos que sean capaces de marcar distancia de esos desaguisados (¿los habrá?). Juancito piensa igual a todos los demás, tiene los mismos planes sangrientos y antipopulares. Lo único que lo distingue es que por niño o por loco es el más bocón. [Ah, por cierto, aunque los niños son muy sinceros, también les gusta mentir. Son embusterosos , como se decía en otros tiempos. Y Juancito no es la excepción. Cuando vio que los otros lechuguinos consentidos le estaban sacando ventaja en eso de ser el más arrechito [violento], se metió en una alcantarilla en la autopista Francisco Fajardo y salió de ella denunciando que lo había empujado un Guardia Nacional al que, cosa rarísima en estos tiempos, nadie grabó en video. Menos mal que su amiguito Pizarro lo ayudó a salir del hueco.


Para, no solo contra

Roberto Malaver

5 rectores 5

Julio Escalona La constituyente es para construir, impulsar, transformar… No solo para negar o decir contra. El acento estará en propuestas capaces de hacer pensar-haciendocreando, prácticas, esperanzas: soluciones para la vida, aquí y ahora. La caotización, destrucción de imaginarios solidarios, de la vida compartida avanza. El proyecto neoliberal no es una simple política económica. Es un proyecto de vida que tiene como soporte el mercado cuando este va sustituyendo a la vida social por la vida económica fundada en la competencia y el ser humano siendo sustituido por “el homo economicus”, un ser “maximizador” de sus opciones, racional en sus decisiones y egoísta en su comportamiento. Rechazan la abstención por pacífica, legal. Prefieren la violencia como lo dijo Requesens, en EEUU, gobierno que maneja a quienes harán la consulta el 16 de julio, que sería la cumbre de la desestabilización y la ingobernabilidad que han desatado, culminaría con escasez, inflación-especulación sin límites, atracos, secuestros, violaciones con bandas paramilitares y delincuenciales atropellándonos cotidianamente. Este es el plan y debemos evitarlo o de lo contrario ellos ganarían mientras la gente se pelea por un pedazo de pan. La constituyente no hará milagros. Si no derrotamos el boicot, ella podría no realizarse o no alcanzar el 50% de los votos ¿Influirá la medida tomada con Leopoldo López a debilitar ese plan? El presidente Maduro hace esfuerzos supremos. Hay excepciones como Agricultura y otros que trabajan. Un sector gubernamental ¿Dónde está? ¿Se continuará transfiriendo renta petrolera a quienes la desvían a cuentas internacionales? ¿Propondrá la constituyente que la corrupción sea un crimen contra la nación y el pueblo y se garantice la incautación de los bienes adquiridos? ¿Se tomarán medidas para derrotar el contrabando y la especulación enjuiciando a los que desde barcos con importaciones subsidiadas, faciliten su desvío a canales privados que los conducen al contrabando, al acaparamiento, al bachaqueo corporativo? ¿Vienen políticas monetarias que restablezcan la estabilidad del bolívar? ¿Se construirán viviendas o un modo de vida? ¿Revisará los planes de producción que se elaboraron en 2016 y los resultados de hoy? ¿Será posible que quienes nos postulamos de manera independiente, pero solidarios y chavistas, marchemos hacia la Coordinadora Golpe de Timón, centrados en fundamentos espirituales y morales?

Pésimos villanos Carola Chávez. Los villanos de Batman siempre me parecieron gafos, siempre enredados en su recurrente estupidez: cada vez que creían tener a Batman sometido, se reían con sus exageradas risas malévolas y vomitaban sus malvados planes hasta el más mínimo detalle. Mientras los escuchaba con detenimiento, Batman cortaba las cuerdas que lo ataban con el baticuchillo que siempre lleva en su baticinturón y… ¡Pow! Como los villanos de Batman, los dirigentes de la oposición, por echones, por soberbios, no saben mantener la boca cerrada y menos si están en la comodidad de su guarida mayamera, como sucedió hace unos días con Juan Requesens, allí, en una tarima de la Florida International University de Miami. Ahí, rodeado del más rancio pitiyankismo criollo, a sus anchas, comodísimo, el diputado le contó a su animada audiencia, paso a paso, sus planes para lograr una intervención extrajera contra Venezuela. Les contaba Requesens cómo el caos que generan sus terroristas encapuchados debe ir en aumento, trancazos y violencia, “aunque eso molesta a muchos” -admitió con fastidio- pero eso no importa, que se jodan, esa es la idea. La idea, explicó Requesens entre complacidos aplausitos, es desbaratar el Estado desde las instituciones como lo hacen ellos desde la AN y como lo hace su nueva mejor amiga la Fiscal. Sin posibilidad de contar con la OEA, por culpa de esas “islas chulas” que Requesens admite que él invadiría, si pudiera, pero no puede. Como si sus palabras no fueran a salir de aquella guarida, el diputado en desacato explicó que, a falta de invasión, tratarán de fracturar el Caricom a favor de los intereses de Washington. Risas y aplausos mayameros. Sobrado, desechando el comodín del disimulo, se dejó grabar, a modo de prueba irrefutable, explicando cómo conspira contra nuestro país, que definitivamente no siente suyo. Allí lo aplaudieron cuatro pendejos ex venezolanos que creen que Venezuela les queda tan lejos… Y aquí, algunos delirantes, supongo que desde la seguridad sus casas a prueba de la madre de todas las bombas, desean que los planes de Requesens y sus secuaces se hagan realidad, para que se vaya Maduro y se pueda conseguir todo lo uno quiera comprar, o sea, que llegue la feliz abundancia típica de los países tocados por la varita mágica de las intervenciones gringas. ¡Pow!

“Cinco rectores de estructuras parasitarias que no dan clase ni investigan ni trabajan; estos, entronizados en sus cargos sin elección alguna, para defender que solo voten los “privilegiados con la sabiduría”; se presentaron, con bastante escasez de ella, ante los medios de comunicación para darle valor argumental al disparate” -Cinthya Machado Zuloaga acaba de leer ese párrafo, y sigue diciendo: “Esta cita se la leí a mi padre y me aplaudió desde la biblioteca, donde estaba buscando textos históricos, para decirme que mucho mejor lo hicieron en 1796 los miembros de la Universidad Real y Pontificia de Caracas. La cita que te leo es de JM Rodríguez, que alguien me la envió por correo; de paso, no sé cómo supo mi correo. Pero todavía siento vergüenza de ver ese cuadro rectoral presidido por la rectora de la UCV intentando darle legalidad a la farsa que montó la oposición el 16 de julio”. El mesonero llega, coloca las dos tazas de café sobre la mesa y dice: “La acompaño en su vergüenza, mi reina”. Y se marcha, como siempre, de espaldas, para seguir adorando a Cinthya de frente. Dice Cinthya: “Ese trabajo de seguir ensuciando la farsa que montaron dando los resultados del plebiscito, como lo llamaron primero, y consulta popular, como le dijeron después, tenían que hacerlo Ramos Allup, Julio Borges, Henriquito, el Guevara, y todos ellos, que ya forman parte de la alta suciedad de la oposición, pero nunca los rectores. Y además, eso de decir que la credibilidad de las cifras está apoyada en la honestidad y la decencia de la gente de oposición es como demasiado. Es decir, en la decencia de los chavistas no creen esos rectores y rectora”. Toma un poco de café y vuelve: “Y ahora, que Trump nos amenaza con medidas más fuertes si vamos a la Constituyente, yo espero que esos 5 rectores 5, así como dicen los carteles de los toreros, salgan a dar la cara, pero seguro que no lo hacen, porque ellos ni investigan ni estudian ni dan clases, sino que viven holgadamente esperando que los llamen para dar cifras de las trampas que monta la oposición para dar un golpe”. El mesonero, que ha estado pendiente de todo lo que dice Cinthya, se acerca y le dice: “Muy bien dicho, mi reina, porque a esos rectores se les salió la clase”.


Los mariscales de la derrota

Melquíadez Iguarán| La actual dirigencia de la derecha en Venezuela tiene un enemigo más fuerte que el chavismo, me refiero a su incapacidad estructural (casi genética) de comprender la realidad social y política que se disparó luego del caracazo de 1989, y que se politizó con la irrupción de la dirigencia catalítica de Chávez en 1992. Su gran enemigo es su miope visión de la clase social a la cual pertenecen y cuyos intereses defienden. Por eso es normal que traten al pueblo como un objeto y bajo el engaño. Es un liderazgo mitómano y una derecha que no disimula su actitud pacata con la retórica de la democracia burguesa. Tiene serios problemas de comportamiento: es mitómana, pirómana y adicta a las drogas de moda. Sus acciones, más que debilitar al chavismo lo fortalecen. Tal es el balance de lo acontecido el domingo 16 de Julio, fecha que tal vez se etiquete como el Waterloo del Napoleón (Freddy) Guevara. Y es que el titulo histórico que se le puede dar a los dirigentes de la MUD, y especialmente a la extrema derecha de la MUD, López, Radonsky, Borges y Guevara es el de “Mariscales de la Derrota”. Todo les sale mal, tiene una propensión no sólo de poner la torta sino de fortalecer al enemigo. Uno se pregunta ¿cómo serán estos petimetres/ lechuginos jugando dominó, truco, bolas criollas o ajedrez? De seguro, a la hora de elegir a los miembros de un equipo de pelotica de goma o de softball, serían los últimos en ser escogidos, porque son unos bate quebrados, majunches y muchachos pa´bobo(algunos de estos calificativos son autoría del propio Chávez). Según los cálculos de estos Mariscales, el chavismo debería estar diezmado, por varios motivos: 1) acorralado por una fuerte crisis externa donde los patronos trasnacionales de la MUD han contribuido con acciones de acoso, sitio y bloqueo; 2) Con una población que ha soportado una inflación brutal y escasez/acaparamiento de bienes vitales; 3) Con un proceso político que ya lleva casi 19 años, y que normalmente debería tener una curva de desgaste, especialmente cuando el acoso interno y externo ha durado exactamente ese tiempo ¡El chavismo ha estado en el gobierno

por todo ese tiempo! ¡Son casi el 20% de un siglo!; 4) con el efecto letal de una campaña publicitaria en contra, y la coordinación internacional de medios manipulación masivas, desplegadas en cualquier país del mundo e invirtiendo ingentes recursos; 5) Con denuncias, delaciones, traiciones de ex-funcionarios y funcionarios que tienen en común haber guardado el fruto de sus fechorías en cuentas de bancos extranjeros y que residen cómodamente en ciudades de Estados Unidos. Y sin embargo, el chavismo demuestra una capacidad de movilización asombrosa como ocurrió el domingo 16, cuando dejó estupefacto no sólo a la oposición sino a nosotros, los chavistas. La oposición le está ayudando al chavismo a tomar distancia con lo que se denominó la boliburguesía, que al pretender ser burguesía también debe ser delincuente, traidora y lacaya. La torpe estrategia de la camarilla que lidera a la MUD, y la respectiva respuesta del gobierno, demostró ayer que más que diezmar el apoyo popular al Gobierno, lo que han hecho, sin quererlo por supuesto, es consolidar el liderazgo del Presidente Maduro, que tomó una distancia abismal con las acusaciones y etiquetas de impopular e incapaz, demostrando capacidad de toma de decisiones tácticas en plena fragua del combate y, especialmente, cuando todo el mundo pensaba que estaba contra las cuerdas. El llamado a la Constituyente, hecho por el Presidente Maduro, además de sorprender al mismo chavismo, desequilibró mortalmente a la estrategia sediciosa, militar (armada) y criminal asumida por la MUD; Pero, al mismo tiempo, creo otros efectos indeseados por los asesores externos de la MUD, como por ejemplo: consolidó el liderazgo de Diosdado Cabello, uno de los hombres marcados en los naipes del Departamento de Estado estadounidense, objeto de acusaciones carentes de pruebas. Mirar la imagen de Diosdado Cabello en una Monumental de Valencia abarrotada de gente, debe haberle roto algunos vasitos oculares a ciertos opositores enemigos declarados del chavismo. Asímismo, sin querre¡r, contribuyó con apuntalar un liderazgo emergente que estaba ahí como esperando a el chance, por ejemplo la ex-

Canciller Deysi Rodríguez, proveniente de un mundo diplomático, con el perfomance de haber propinado derrotas humillantes a Almagro (y con ello al patrón de Almagro) y a todos los rastacueros obedientes a las órdenes del Norte, terminó metida en los barrios de Caracas, demostrando un potencial político-electoral, hasta ahora bien guardado. Pero los más notable ha sido el brote de liderazgos populares, que sorprendían con discursos coherentes y contundentes. El 16 de junio fue un domingo de resurrección, Chávez recorrió Venezuela y como fantasma asustó a los oligarcas y burgueses. Resucitó en su gente, los desposeídos, los honestos, los trabajadores, los mestizos…. El chavismo se le ha convertido a los monjes de Primero Justicia, a la Santa Jerarquía de la Iglesia Católica y a ala burguesía local, en una entidad cargada de fuerzas sobrenaturales, ese espectro mitológico que mientras más lo atacas más se carga de energía y más se fortalece. Realmente, lo que conduce a esta síntesis, no son fuerzas metafísicas o sobrenaturales, en todo caso es resultado de la lucha de clases. Un sector de la población venezolana no se siente representado en los burguesitos, petimetres, culitos de oro, mantuanos y mercaderes que se metieron a la política a finales de los años 1990, ante la incapacidad y el desgaste de la dirigencia tradicional de AD, COPEI y la izquierda. Son sujetos clasistas y racistas. No lo pueden disimular así hagan la parodia de instalarse en el Municipio Sucre, donde se han mantenido gracias a la pésima gestión de un inolvidable alcalde chavista. Una parte de la población perciben e intuyen que Maria Corina Machado y su 7 enanitos, pertenecen a ese mundo que desprecia a los pobres, que se apresuró a calificar como lumpen o monos a los que apoyaban a Chávez. Desconfían de los que provocan degollamiento de motorizados, linchamiento de chavistas, quema de negros, y sacrificios de jóvenes. Dudo mucho que alguno de los Mariscales de la Derrota haya dormido bien, así algunos de ellos acostumbren al uso de sustancias psicotrópicas. Posiblemente soñaron con multitudes que les decían al unísono: ¡Chávez Vive, La Lucha Sigue!


Isaías Rodríguez Hoy entre la MUD y el gobierno no llegan ni al 50% del país Jessica Dos Santos Jardim| 15yUltimo Yo, la verdad, a veces, no sé qué pensar de la convocatoria a Constituyente. En algunas ocasiones porque me tropiezo con dudas que nadie me responde, y, en otras tantas, vislumbro cosas que no me agradan. Pero, a ver, detengamos las piedras y las balas verbales para abrirle cancha a la discusión fructífera, sana, sabrosa. Al fin y al cabo, aún hay valientes que siempre están dispuestos al juego (seriecísimo) de la palabra: -¿Era realmente necesario convocar una Asamblea Nacional Constituyente? ¿No deberíamos más bien estar atendiendo todos los problemas (escasez, sobreprecios, inseguridad, dejadez) que nos afectan? ¿Es esta la única manera de combatirlos? ¿Quién me garantiza que con esto sí lo lograremos? -Va más allá de todo eso. Nos pusieron en una situación donde no había más salidas, como cuando se está entre la espada y la pared, entonces nos dijeron, de alguna forma, escoge entre la paz y la guerra civil y evidentemente teníamos que escoger la paz, y la vestimos de Constituyente. El artículo 347 de la Constitución habla del poder constituyente originario, pero el poder que convocamos no debe ser el poder constituyente originario, sino el poder originario. El poder que nació de aquella Francia frente al poder divino de los reyes. El poder originario no solamente para hacer una Constitución o unificarla, sino para todo. Para eso y para otras cosas. Y dentro de las otras cosas está la paz. No se puede solventar ningún problema ni construir ningún proceso, ley o norma constitucional, si no hay paz, la paz se construye entre todos los ciudadanos, no se construye sola, no se decreta, no se trata solo de que no haya guerra, sino de alcanzar un estado de consciencia, de serenidad, mediante el cual espiritualmente la gente pueda realizarse, y pueda realizar un país. La Constituyente es una manera de congregarnos, de encontrarnos, de buscar juntos cómo salir de una crisis que además viene siendo apurada e instigada, nos responde el abogado, exfiscal,y embajador en Italia, Isaías Rodríguez. -Pero, entonces, me surgen dos dudas. Primero, ¿es una propuesta para la paz

o para la disputa entre poderes (versus Asamblea Nacional, Fiscalía, etc.)?, -En el anterior proceso constituyente pudimos convivir, no se disolvieron los poderes, no hubo necesidad de disolverlos, se pudo convivir, incluso en el Parlamento Nacional hay dos hemiciclos, en uno funcionaba la Constituyente y en el otro el antiguo parlamento venezolano, el parlamento bicameral. No necesariamente el triunfo de la Constituyente debe significar la disolución de los otros poderes, aunque pudiera hacerse. Yo aspiro a que no haya necesidad de tomar decisiones de ese tipo. Yo aspiro a que la sensatez del pueblo congregado allí logre ir mucho más allá de los intereses de los proyectos político-partidistas específicos, por eso yo hoy me refiero a la política en términos aristotélicos: toda acción que una persona realiza en un conglomerado social. -Si la fuerza de la Constituyente radicará en su capacidad de representarnos a todos, ¿por qué hay tanto PSUV ahí?, ¿participarán aquellos excluidos de facto del poder o los que ya no tienen razones para creérselo y respetarlo? -Lo interesante del poder originario es que ahí la política debe estar por encima de los intereses de los partidos e inclinarse al interés nacional, un interés que puede resolver problemas que los partidos no pueden. A mí me parece importantísimo que la gente que llegue a la Constituyente se exprese con sensatez, con sentido común, con serenidad, con conciencia de país, que asuma la responsabilidad de buscar la paz verdadera, no la paz coyuntural, no la paz para resolver ahorita, sino la paz que necesitamos para construir espiritual y materialmente el futuro de todos. Venezuela es un país de paz, constituido por gente noble, generosa, que da espacios, que permitió a tantos inmigrantes llegar y sentirse como en su casa, un país que te da esa amplitud no puede ni debe ser roto por la violencia, somos una casa y tenemos que resolver nuestros problemas”, expresa . -Pero, son innegables los intereses partidistas que andan rondando el llamado -Los partidos políticos son esenciales en cualquier proceso democrático porque congregan y establecen proyectos para el país, lo que ocurre es que los paí-

ses generalmente dejan la política a los políticos y cuando hablan de los políticos se refieren a los partidos, pero no, la política es de todos, y no se la podemos dejar solo a los partidos, nosotros debemos expresarnos individual o colectivamente con un criterio que permita organizar el país, darle solidez al civismo. Los partidos políticos tienen proyectos políticos para un país, los ciudadanos están o no incorporados a los partidos políticos, pero igual cuentan, hoy necesitamos que todos aquellos que no están incorporados a partidos políticos igual formen parte de la Constituyente, por eso se llama a campesinos, empresarios, estudiantes, pescadores, comunas, trabajadores, todos los sectores a los que les duele el país y puede que no estén ni quieran estar integrados a ningún partido político. -Entonces, ¿pudiéramos decir que esa dicotomía PSUV-MUD ya no sirve para leer el país que somos? -La tragedia del país con la violencia es no reconocer que existe otro que opina distinto a ti, que puede ser hasta antagónico a ti, pero que existe, y tienes que conversar con él y discutir con él para ponerte o no ponerte de acuerdo, porque de toda discusión hay conclusiones, hay reflexiones. Además, lamentablemente, el país ha entendido que en Venezuela solo hay dos tendencias, el gobierno y la MUD, y eso no es verdad, Creo que hoy entre la MUD y el gobierno no llegan ni al 50% del país, ¿y el otro 50%?, las amas de casa, los comerciantes, los trabajadores, los pescadores, los estudiantes, todos aquellos que no se han inscrito nunca en ningún partido, pero que igual tienen un proyecto de país, ¿dónde están? Hay que buscarlos, entender que hay cosas que nos unen a todos”. Yo sé que hay sectores críticos fuera, pero también dentro del chavismo, y yo creo que este momento es una oportunidad para separar los odios o resentimientos personales del amor al país, porque el amor al país debe estar por encima de cualquier diferencia que podamos tener, legítimamente o no, con el gobierno actual. Y le quiero pedir incluso al gobierno que piense alguna posibilidad de hacerse una autocrítica en torno a cómo trató o ha tratado a ese chavismo crítico, yo creo que es necesario en este momento


The Economist: Venezuela en el caos–Lo que el mundo debiera hacer Luis Casado-Politika| Así tituló su portada el semanario financiero The Economist en su edición del sábado 29 de julio: Venezuela in chaos – What the world should do (“Venezuela en el caos – Lo que el mundo debiera hacer”). Que Venezuela conoce un periodo agitado, que esa agitación tiene orígenes conocidos, que la prensa al servicio de los poderes financieros empuja al crimen, que lo peor está en el ámbito de lo posible… es una banalidad. Ahora bien… ¿en nombre de quién, o de qué, “el mundo” debiese intervenir, hacer algo, inmiscuirse en lo que las reglas de la convivencia internacional suelen llamar ‘asuntos internos’? Para comenzar, ¿qué “mundo”? ¿Vietnam? ¿China? ¿Japón? Burkina Faso? ¿Ecuador? ¿Lituania? ¿Groenlandia? ¿Chechenia? ¿Osetia del norte? ¿Rusia? ¿Paraguay? ¿La ONU? No, desde luego que no. Se trata de la ‘comunidad internacional’, esa que Régis Debray declara inexistente: “Ese fláccido zombi sigue siendo una fórmula vacía, un pretexto retórico en manos del Directorio occidental que hasta ahora se ha arrogado el mandato”. De modo que el “mundo” en este caso quiere decir los EEUU, agitador en jefe y financista de lo que ocurre en Venezuela. La hipocresía y el descaro son de ese calado. El imperio, para llamarlo como lo llaman en Europa, preconiza muros contra la inmigración, no contra sus intervenciones militares. El imperio –dice Debray– le impone límites a los otros, no a sí mismo. E hizo suya la divisa de la antigua Roma cuyo autor fue Ovidio: “A los otros pueblos les fue otorgado un territorio limitado: la ciudad de Roma y el mundo tienen la misma extensión. ” (Ovidio, Fastos. “Gentibus est aliis tellus data limite certo: Romanae spatium est Urbis et orbis ídem.” La prensa del ‘mundo occidental’ pone en escena los desórdenes en Venezuela, insistiendo hasta la náusea en los 113 muertos que han ocasionado hasta el día de hoy, sin mencionar que buena parte de ellos –más de la mitad– fueron la obra de la oposición. ¿Caos? En junio del año pasado, solo en Orlando, el ataque de un loquito armado hasta los dientes provocó 40 víctimas. Según el FBI, en el año 2014 hubo en los EEUU 8 mil 124 muertes por disparos de armas de fuego, sin que nadie –incluyendo la prensa tan sensible a la violencia en Venezuela– se conmoviese. Si le creemos al New York Times, en los EEUU “la tasa de homicidios cometidos con armas de fuego es de 31 por cada millón de habitantes, el equivalente de 27 personas asesinadas cada día”. ¿Caos? México, país controlado por el narcotráfico, ha conocido en el presente año el arranque más violento del que se tenga noticia: 1.938 homicidios solo en el mes de enero. Los asesinatos cometidos por el narcotráfico se cuentan por decenas de miles cada año, incluyendo a innumerables periodistas, e incluso a niños y adolescentes, como en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Que uno sepa, The Economist no ha utilizado la palabra “caos” para referirse a México. Ni ha insinuado que “el mundo” debiese hacer algo para ponerle fin a ese caos. El semanario británico The Economist tampoco ha manifestado ni el mismo interés, ni el mismo rigor, con relación al Banco británico HSBC.El caso de HSBC es un ejemplo de la impunidad que confiere ser un Banco, que además tiene la fortuna de ser “too big to fail”. En el año 2014 HSBC empleaba 260 mil personas, tenía presencia en 75 países, y declaraba 54 millones de clientes. A lo largo de una década HSBC colaboró con los carteles de la droga de México y Colombia, responsables de decenas de miles de asesinatos. En esa década HSBC contribuyó al blanqueo de unos 880 mil millones de dólares. Las relaciones de HSBC con el narcotráfico han perdurado a pe-

sar de las advertencias de diferentes Agencias gubernamentales de los EEUU, entre las cuales la OCC (Office of the Comptroller of the Currency). Los beneficios obtenidos llevaron HSBC a instalar ventanillas especiales en México, en las cuales los narcotraficantes podían depositar cajas y maletas llenas de dinero líquido que luego eran transportadas a territorio estadounidense. Las consecuencias legales de tal proceder fueron prácticamente nulas. En diciembre del año 2012 HSBC pagó una multa de mil 900 millones de dólares –el equivalente de una semana de ingresos– para ponerle fin al ‘caso blanqueo de divisas’. Ningún empleado del Banco, y aun menos algún gerente, fue objeto de persecuciones legales en los EEUU. ¿Caos? La prensa independiente pudo afirmar: “Ser gerente de un gran banco da carta blanca para facilitar, en toda impunidad, el tráfico de drogas duras y otros crímenes”. El International Herald Tribune, diario de lengua inglesa impreso en 38 lugares del mundo y distribuido en más de 160 países (ahora rebautizado The New York Times International Edition) investigó los debates que tuvieron lugar en el ministerio de la Justicia de los EEUU. Algunos Fiscales querían que HSBC se declarase culpable de transacciones superiores a 10 mil dólares (límite del dinero con el que cualquier ciudadano puede viajar por el mundo). Así, pensaron, podían retirarle la licencia bancaria a HSBC y ponerle fin a sus actividades en los EEUU. Al cabo de varios meses de discusión, la mayoría de los Fiscales estimó que no cabía perseguir al banco por actividades criminales puesto que convenía evitar su quiebra. De ahí la ridícula multa de mil 900 millones de dólares. ¿Caos? En la absurda guerra que la prensa del ‘mundo occidental’ le libra al gobierno legítimo de Venezuela se producen hechos anecdóticos que en circunstancias menos dramáticas harían sonreír. La oposición a Maduro y el régimen bolivariano organizó hace algunos días un “plebiscito” perfectamente inconstitucional. Sin padrones electorales, sin los acostumbrados “observadores internacionales”, sin posibilidad alguna de evitar que muchos electores votasen una y otra vez. Nadie impidió que ese “plebiscito” fuese llevado a cabo, aun cuando sus resultados –más de siete millones de sufragios expresados– no tienen la más mínima credibilidad. Al mismo tiempo, pero ningún medio dijo nada al respecto, el gobierno realizó una votación popular mucho más concurrida. Al respecto, silencio absoluto. Lo curioso es que el gobierno de un país declaradamente antichavista, antibolivariano y antimaduro, aunque muy propenso a la corrupción desatada, el gobierno de España, amenaza con las penas del infierno a las legítimas autoridades de Catalunya que se proponen realizar un referéndum sobre su eventual separación del reino. ¿Caos? Dicho lo que precede, me hago un deber en señalar lo que siempre he manifestado. No soy un devoto incondicional ni del chavismo ni del “Socialismo del siglo XXI”, pero sí un incondicional de la lucha anti imperialista. Los países de América Latina, que en el último siglo sufrieron cientos de intervenciones militares y políticas por parte de los EEUU, deben decidir en toda libertad de su propio destino. Por otra parte, lo que hagan los catalanes, o los españoles, es asunto suyo. No llevo velas en ese entierro. No me inmiscuyo, ni me va ni me viene. Me parece recordar sin embargo, que la única vez que los EEUU y la URSS se pusieron de acuerdo en la ONU, fue para aprobar el reconocimiento del derecho de los pueblos a decidir de su propio destino. ¿Cómo hacérselo saber a los descarados de The Economist?


¿Una Asamblea Nacional Constituyente para la simple negación, para la venganza? Julio Escalona

Una ANC para transformar, construir La constituyente es para construir, impulsar, transformar… No sólo para negar o decir contra.El acentodebe estar en las propuestascapaces de hacer pensar-haciendocreando, sobre la base de otras prácticas que generen esperanzas:soluciones para la vidade los venezolanos, de la humanidad, de la naturaleza, aquí y ahora. Definitivamente negamos cuando afirmamos. La simple negación no supera el campo de lo negado. Incluso, puede ocurrir que lo refuerce. Transcendemos lo negado cuando logramos superarlo mediante una afirmación que propone, que transforma, que da esperanzas y logra construir nuevas realidades y movimientos sociales. Una negación continuada que no dé origen a un proceso de construcción, termina pervirtiéndose y corrompiéndose. Rebelión, renovación, renacimiento. La Asamblea Nacional Constituyente debe tener un equivalente en las asambleas populares en la calle, el barrio, etc. que deben mantenerse activas, debatiendo y proponiendo permanentemente. La rebelión, la renovación y el renacimiento fueron las tareas que el presidente Maduro le fijo al Congreso de la Patria y también señaló el presidente que ese congreso debería actuar como poder constituyente y dijo claramente que la rebelión tocaba al poder constituido, incluso al PSUV. Pero ocurrió que finalmente el Congreso de la Patria quedó sometido al poder constituido pues regional y localmente quedó bajo la dirección de los gobernadores y los alcaldes. No puede ocurrir algo parecido con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La ANC debe ser otra historia. Sin duda, el gobierno estará bien representado en el seno de ella y eso es lógico. Lo que no puede ocurrir es que la ANC pueda ser controlada desde dentro por el chavismo gubernamental. Los gobiernos y los partidos tienen una tendencia prácticamente natural a controlarlo todo. Por el bien del pueblo, de la patria, de la región latinocaribeña y por supuesto, del gobierno y del PSUV, no pue-

de ocurrir que esta magna asamblea quede hegemonizada por una corriente sectaria. Si alguien debe tener esto en cuenta, es la población al depositar su voto. Debe tratar de escoger una asamblea equilibrada. Dando por descontado que el chavismo será mayoría,se debe garantizarque no haya una hegemonía que imponga intereses burocráticos. Por el contrario, debemos intentarque los intereses legítimamente populares sean los que marquen la pauta. Ello requiere que la población se mantenga en la calle, que las asambleas populares rodeen las asambleas de diputados cada vez que sea necesario generando ideas, propuestas, cuando sea necesario censuras. Una ANC sin calor de pueblo puede terminar siendo un peligro. Eso debemos saberlo. Ni simbólicamente ni en los hechos la ANC puede ser percibida como una prolongación de 18 años de gobierno chavista La ANC debe ser símbolo de rebelión, renovación y renacimiento, debe marcar un antes y un después. En los 18 años de gobierno ha habido aciertos, sin duda, pero también serios errores como la burocratización y la corrupción. La población se ha ido obstinando de esos fenómenos y si presume que la ANC pueda ser expresión de esas tendencias, la abstención puede levantarse no sólo como un mal presagio para la ANC sino para el futuro de la patria y como ya dije, para la región latinocaribeña y para el mundo. La dirección del PSUV y el presidente de la República tienen la palabra. Es mucho lo que está en juego. No se trata simplemente de disolver la actual Asamblea Nacional y ajustar cuentas con la violencia opositora y el golpe de Estado continuado con el que la dirección opositora mantiene en jaque a la sociedad venezolana. Para poder superar a la dirección opositora hay que ver más allá de la necesidad de conservar el poder. Es necesario que ese sea el poder del pueblo y el presidente Maduro lo ha dicho y debe contar con que los movimientos sociales y todos los venezo-

lanos patriotas por ese camino lo vamos a respaldar, pero también cuando sea el caso, lo vamos a criticar. El poder del pueblo no se puede estancar. Es un movimiento social, intelectual, social y espiritual El principio es que el poder del pueblo se está transformando permanentemente: inventando, creando, soñando, criticando, emplazando… Si el poder del pueblo se detiene, si se estanca, el poder constituido se independiza y puede transformarse en poder absoluto. Como sabemos, detrás de esa dirección opositora está el gobierno de EEUU, que actúa en nombre del capital internacional que ambiciona expropiar a los pueblos y al planeta, de todas las riquezas creadas a través de milenios y colocarlas bajo el dominio del mercado internacional, a costa del asesinato espiritual y físico de la humanidad y la muerte de mares, ríos, fauna y el rumor vital de las aguas y los vientos, que puede afectar hasta las voces irredentas de nuestros antepasados. Todo esto está en juego en el proceso de la ANC. No es una competencia entre grupos de poder. Si individualidades o grupos de poder la ven así y eso se impone, probablemente perdamos una oportunidad que pueden pasar décadas para que se repita. La lucha seguirá, pero probablemente en medio de la sangre derramada, que puede ser la savia que alimente un período durante el cual vivamos un eclipse de la luz de la libertad. Dos espacios: el territorial, sectorial y el voto independiente de ciudadanos El espacio territorial conformado principalmente por los municipios, lo conocíamos tradicionalmente. Este fue el ámbito principal de los partidos políticos en el cual los movimientos sociales y las personas generalmente quedamos invisivilizados. Fue un gran acierto del presidente Maduro incluir en las bases comiciales la conformación de los espacios sectoriales y afortunadamente el Consejo Nacional Electoral (CNE), los aprobó. En dichos espacios los


López a debilitar ese plan? Soy de los que espera que así sea.

movimientos y grupos populares pudimos hacer postulaciones con independencia de los partidos y del poder constituido. Por ese camino muchos como yo, sin partidos, sin “maquinarias”, sin dinero, pudimos salir a la calle y recoger firmas para postularnos por diversos sectores sociales. Ayudándonos solidariamente entre nosotros, logramos que decenas de ciudadanas y ciudadanos nos postuláramos para ser candidatos a la ANC, que mediante el sistema anterior jamás hubiésemos tenidoesa posibilidad. El PSUV, después que fuimos postulados por el CNE, nos ha acompañado a algunos, en ciertos casos, independientemente de que cada quien siga haciendo su campaña con sus propias fuerzas. Lo agradecemos y esperamos que esa sea la actitud que se mantenga para que resulte de las elecciones, la conformación de una ANC plural, que pueda expresar distintas corrientes y que no sea percibida ni lo sea en los hechos, como algo homogéneo, por un solo carril. La caotización, destrucción de imaginarios solidarios, de la vida compartida avanza El proyecto neoliberal no es una simple política económica. Es un proyecto de vida que tiene como soporte el mercado cuando este va sustituyendo a la vida social por la vida económica fundada en la competencia y el ser humano va siendo sustituido por “el homo economicus”, un individuo “maximizador” de sus opciones a costa de lo que sea, racional en sus decisiones y egoísta en su comportamiento. Por eso la política imperial, que es la política opositora, tiene como fundamento la destrucción de los imaginarios solidarios, de la vida compartida y la va sustituyendo por la violenta destrucción de los vínculos vecinales, familiares, convirtiéndonos de seres humanos en animales llenos de miedo, de pánico. La escasez es una necesidad. Esta puede ser superada por la cooperación solidaria, pero el miedo, la violencia y el terror van neutralizando los valores espirituales y

morales profundos pues allí nace la semilla creadora, la cuna, la espiral que asciende hacia los cielos, desde donde brota el amor altruista, que consiste en dar sin esperar nada a cambio. El amor altruista es el padre y la madre de la solidaridad, es la unión de lo femenino y lo masculino, de todos los géneros, de todas las miradas y las manos que se extiende siempre dando porque la mano que da nunca está vacía. En los tiempos actuales el gran capital, hegemonizado por el capital financiero y el pentágono, como brazo ejecutor, es enemigo de la paz y si no lo detenemos nos conducirá a la guerra nuclear Este es un tema que he trabajado ampliamente. En particular, pueden buscar en un ensayo que aparece en mi libro Geopolítica de la Liberación, publicado por El Perro y la Rana. La dirección opositora, que está subordinada al gran capital, que es internacional por definición. Por eso propicia la violencia y depende de la violencia. Ante la ANC, tenía la opción de participar en ella o abstenerse formalmente, que es una manera de participar. Pero la abstención significa apelar a la vía pacífica y constitucional y respetar el gobierno del presidente Maduro y la constitución de 1999. Pero ellos lo que quieren. Pero como he dicho, ellos rechazan la abstención porque es un camino pacífico y legal. Prefieren la violencia como lo dijo Requesens, en EEUU, gobierno que maneja aquienesharánla consulta el 16 de julio, que sería la cumbre de la desestabilización y la ingobernabilidad que han desatado, culminaría conescasez, inflación-especulación sin límites, atracos, secuestros, violaciones con bandas paramilitares y delincuenciales atropellándonos cotidianamente. Este es el plan y debemos evitarlo o de lo contario ellos ganarían mientras la gente se pelea porun pedazo de pan. La constituyente no hará milagros.Si no derrotamos elboicot, ella podría no realizarse o no alcanzar el 50% de los votos ¿Influirá la medida tomada con Leopoldo

La labor del gobierno y algunas opciones de la constituyente y el bolívar-oro El presidente Maduro haceesfuerzos supremos para sacar adelante al gobierno y al Estado.Hay excepciones como el ministro y el ministerio Agricultura y Tierras y otros funcionarios que trabajan.Yo me pregunto. Otro sector gubernamental¿Dónde está? Me hago otras preguntas: La ANC, ¿permitirá que se continúe transfiriendo renta petrolera a transnacionales y a empresarios, con máscaras de productores, pero en verdad son especuladores que desvían las transferencia estatales de renta petrolera hacia cuentas bancarias internacionales desde donde hacen excelentes negocios que les permiten aparecer en la lista de los grandes millonarios del mundo?¿Los funcionarios públicos que participen directa o indirectamente en estos negocios, no son también traidores a la patria? ¿No podrá la ANC por ese camino, seguirle la pista a los 20.000 millones de dólares que se fugaron de Cadivi? ¿A los 60.000 millones que denunció el propio presidente de la república? ¿Propondrá la constituyente que la corrupción sea un crimen contra la nación y el puebloy se garantice la incautación de los bienes adquiridos por los corruptos? ¿Se tomarán medidas para derrotar el contrabando y la especulación enjuiciando a los que desdelos barcos con importaciones subsidiadas, faciliten su desvío a canales privados que los conducenal contrabando, al acaparamiento, al bachaqueo corporativo? ¿Vienen políticas monetarias que restablezcan la estabilidad del bolívar? ¿Tras ese objetivo no tiene sentido ir desvinculando al bolívar del dólar mediante la creación del bolívar-oro, con la ventaja que nos da el que Venezuela no tiene que salir a comprar oro en el mercado internacional por cuando nuestro país es productor de oro y así como las reservas de petróleo nos dan una gran fortaleza, no podrían nuestras reservas de oro ser un tremendo respaldo para nuestra moneda, pues adicionalmente podemos influir en el mercado mundial del oro? ¿No podríamos entonces, de verdad verdad hablar de soberanía, pues podríamos garantizar nuestra soberanía monetaria, financiera y fiscal? ¿En este punto no vale la pena acotar que la corrupción en niveles altos sería un enemigo clave para lograr los objetivos mencionados? Sigo con las preguntas: ¿Se construirán viviendas o un modo de vida? ¿Revisará la ANC los planes de producción que se elaboraron en 2016 y los resultados de hoy?¿Será posible que quienes nos postulamos de manera independiente, pero solidarios y chavistas, marchemos haciala RedGolpe de Timón, centrados en fundamentos espirituales y morales? Esta no es una propuesta electoral, es decir, simplemente para la coyuntura electoral. Es sobre todo para lo que pueda venir. Lo que viene debería encontrarnos por lo menos con un mínimo de unidad, por lo menos de acciones coincidentes. Nadie perdería su perfil ni su autonomía. Sólo que podríamos marchar juntos por lo menos en algunas iniciativas. Como le aconsejó Marx a la I Internacional: práctica común y reflexión sobre esa práctica común. Una manera de unir teoría y práctica.


FORO DE SAO PAULO

Nuestra América está en pie de lucha Giorgio Trucchi|

Con la lectura de la Declaración final “Nuestra América en Pie de Lucha” se clausuró este martes 18 de julio el 23° Encuentro del Foro de Sao Paulo, realizado en Managua, Nicaragua. “Tras más de cinco siglos de dominación y lucha indígena y popular por su emancipación, por primera vez en la historia de América Latina y el Caribe sus pueblos han logrado una sustancial acumulación social y política, incluida la ocupación de espacios institucionales que los coloca ante la formidable oportunidad y el enorme desafío de desarrollar procesos de transformación revolucionaria o reforma social progresista”, se lee en la parte inicial del documento aprobado por unanimidad por más de 300 delegados y delegadas. Procesos que -explica la declaración- están sufriendo los “feroces ataques del imperialismo, la derecha y las fuerzas oligárquicas a su servicio”, lo que hace necesario conformar “una plataforma política desde la izquierda” para reagrupar las fuerzas progresistas, crear un frente común continental antimperialista y relanzar los procesos de integración latinoamericana y caribeña. El documento Consenso de Nuestra América será la herramienta principal para el debate, la concertación y la elaboración de estrategias comunes de los pueblos en lucha. “Debemos impulsar la más amplia y sólida unidad de las fuerzas progresistas y revolucionarias dentro de cada país y a nivel continental, y dar un salto de calidad en nuestros mecanismos organizativos, que nos permita definir una estrategia y programa conjuntos de todas las fuerzas de izquierda en el continente”. La creación de un nuevo modelo político, económico y social en el que los ciudadanos decidan las políticas públicas, tomen decisiones, definan el marco de acción de las autoridades electas y controlen su desempeño, así como la implementación de un frente cultural y comunicacional anti hegemónico son otros de los objetivos plasmados en la Declaración. También se aprobaron varias resoluciones, entre otras el rechazo a la guerra no convencional y de amplio espectro, económica y mediática, contra Venezuela -el Foro se declaró en estado de alerta y en sesión permanente-, el apoyo al proceso de paz en Colombia y el rechazo al conjunto de acciones con las que la ultraderecha pretende boicotearlo. Asimismo se sentó posición de rechazo a la persecución judicial contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, se ratificó el apoyo incondicional a la revolución cubana y se condenó el “ignominioso e inhumano” bloqueo comercial, económico y financiero impuesto por los Estados Unidos. El 23° Encuentro del Foro de Sao Paulo se solidarizó también con los gobiernos de El Salvador y Nicaragua, que son víctimas de

amenazas y políticas desestabilizadoras. “Este espacio de debate y concertación de la izquierda latinoamericana y caribeña sale muy fortalecido de este nuevo encuentro. Somos la prueba que es posible gobernar con otro tipo de proyecto. Un proyecto que impulsa el verdadero desarrollo, la inclusión social y el bienestar para todos, en abierta oposición al proyecto que impulsa el Consenso de Washington. Contamos con logros importantes y un legado significativo para los pueblos y la humanidad. Estas jornadas de intenso debate y elaboración de consenso y unidad nos llenan de fuerza, determinación y alegría, para seguir luchando, resistiendo los ataques y construyendo las victorias que necesitamos. Salimos de aquí en pie de lucha”, dijo Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro, durante el acto de clausura.

Hacia la unidad de Nuestra América por su segunda y definitiva independencia Declaración del Foro de Sao Paulo, 19 de julio de 2017 Tras más de cinco siglos de dominación foránea y lucha indígena y popular por su emancipación, por primera vez en la historia de América Latina y el Caribe sus pueblos han logrado una sustancial acumulación social y política, incluida la ocupación de espacios institucionales que los coloca ante la formidable oportunidad y el enorme desafío de desarrollar procesos de transformación revolucionaria o reforma social progresista. En el primer decenio de elecciones y sucesivas reelecciones de gobiernos de izquierda y progresistas (1999-2009), la necesidad de transformar o reformar la sociedad desde los espacios institucionales recién ocupados, descuidó el desafío de construir hegemonía popular, única fuente de poder capaz de dotarlos de la fuerza necesaria para derrotar los predecibles intentos del imperialismo y las oligarquías criollas de restablecer su antiguo dominio monopólico del Estado, y la vacuna para inmunizarlos contra insuficiencias, desviaciones y errores que provocan desacumulación social y política. En el tiempo transcurrido del segundo decenio de la actual etapa de luchas (2009 hasta hoy) es ese desafío el que dificulta el reconocimiento de la oportunidad para transformar o reformar nuestras sociedades. Donde las fuerzas de izquierda y progresistas perdieron el control del Poder Ejecutivo (Honduras, Paraguay, Argentina y Brasil) los pueblos arrecian la batalla contra la nueva oleada neoliberal, y se reorganizan para reconquistar los espacios perdidos. Y donde resisten la ofensiva destinada a cerrar los espacios democráticos y revertir las transformaciones sociales, en Ve-


nezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Nicaragua y El Salvador, nuestras fuerzas siguen trabajando en función de la transformación social por alcanzar su plena y definitiva emancipación, por construir un genuino sistema de integración regional, y por coadyuvar a la construcción de un mundo multipolar en el cual impere una correlación de fuerzas favorable a los pueblos. Actualmente nos enfrentamos a una nueva fase de feroces ataques del imperialismo, la derecha y las fuerzas oligárquicas a su servicio, lo que hace necesaria una plataforma política desde la izquierda, que sirva de instrumento para reagrupar nuestras fuerzas en el espacio gubernamental, partidista, movimientos sociales e intelectuales con el objetivo de relanzar los procesos de integración latinoamericana y caribeña, que tienen en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) su espacio más preciado, y cuyo desarrollo y consolidación debe ser uno de nuestros objetivos estratégicos de primer orden. En el 50 aniversario del asesinato del Che Guevara y en el Centenario del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, no podría existir mejor homenaje que, junto a los análisis autocríticos, lograr la creación de un frente común continental antimperialista que nos conduzca a nuestra segunda y definitiva independencia, mediante la lucha popular y la profundización de los procesos de cambio progresistas y revolucionarios en nuestro continente. Después de 27 años de vida, el Foro de Sao Paulo continúa trabajando para fortalecerse como espacio de debate, concertación y convergencia de la izquierda latinoamericana y caribeña. El documento Consenso de Nuestra América, en permanente elaboración, es una contribución a ese objetivo político de cara a la necesaria e indispensable unidad de nuestros pueblos en la lucha que nos toca librar. Nuestra América en su hora decisiva América Latina y el Caribe siguen siendo un escenario de lucha entre las oligarquías locales aliadas del imperialismo y los pueblos organizados en sus luchas patrióticas y antimperialistas, orientadas al socialismo. Nuestro continente vive hoy momentos cruciales de su historia, en los que son cada vez más visibles los efectos de la crisis económico-financiera, política y moral del sistema capitalista. Las grandes economías están cada vez más presionadas por las crisis de sobreproducción y la saturación de sus mercados, lo que les genera déficit comercial, endeudamiento, tensión presupuestaria y precarización creciente ya no solamente causada por ellas fuera de sus territorios, sino dentro de éstos. La globalización neoliberal fue diseñada y ha servido para favorecer a las potencias imperiales, que no han renunciado ni renunciarán a proteger sus fronteras ni a tener empresas rentables en todos los confines del mundo, sobre todo aquellas que extraen materias primas para su industria. Tampoco han renunciado ni renunciarán a derribar y eliminar las fronteras arancelarias del resto de países, ni a desestabilizar políticamente a nuestros gobiernos y erosionar la soberanía de nuestros pueblos. Otra cosa es el neoproteccionismo imperial impulsado por Donald Trump, con el cual se pretende modificar a favor de Estados Unidos– mas no suprimir – los términos bajo los cuales se han establecido las relaciones de dicha potencia con el resto del mundo en el marco de la globalización neoliberal que las potencias imperialistas han impulsado y lo seguirán haciendo. Los ataques principales del imperialismo y sus aliados en Amé-

rica Latina y el Caribe son contra Venezuela y su Revolución Bolivariana, por sus valiosos recursos naturales y su importancia geopolítica y estratégica, de la que se desprende el criterio de que su derrota provocaría un efecto dominó en la izquierda gobernante latinoamericana y caribeña, sobre todo en los países integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA- TCP), al tiempo que debilitaría los paradigmas de concertación política, cooperación e integración impulsados por los gobiernos de los países miembros de esta alianza. De ahí la importancia de defender a Venezuela e impedir la consumación de este plan. La batalla por Venezuela es la batalla por el continente y por el mundo. El triunfo de las fuerzas revolucionarias en Venezuela representa el triunfo de todas las fuerzas de izquierda en el mundo entero y en especial, en América Latina y el Caribe. Siendo la Revolución Bolivariana el blanco de ataque principal del imperialismo y sus lacayos, el movimiento revolucionario y progresista latinoamericano e incluso mundial, no pueden hacer menos que tener como principal prioridad en sus planes de lucha y estrategias, la defensa de la Revolución Bolivariana hasta sus últimas consecuencias. Es por eso que este XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo ha tenido como contenido fundamental la BATALLA POR VENEZUELA. Son bien conocidos los procesos desestabilizadores llevados a cabo por el imperialismo norteamericano a través de las oligarquías locales, en contra de los procesos de cambio progresistas y revolucionarios en nuestro continente. Los golpes de Estado en Honduras, Paraguay y Brasil; los intentos de golpe en Venezuela y la guerra económica contra este país; los intentos de golpe policial en Ecuador y secesionista en Bolivia; la amenaza de vetar el acceso de Nicaragua a los créditos de los organismos financieros internacionales, con la iniciativa legislativa de la ultraderecha estadounidense conocida como Nica-Act; la campaña de obstaculización y descrédito de la gestión del gobierno del FMLN; la judicialización de la política en Argentina, Brasil y El Salvador; así como las ofensivas y descontextualizadas declaraciones del presidente Donald Trump contra Cuba y más recientemente, con respecto a que Estados Unidos tomará acciones económicas fuertes y rápidas en caso de que en Venezuela se lleve adelante la Asamblea Nacional Constituyente el 30 de julio; los cuales son apenas algunos ejemplos del intervencionismo imperialista en nuestros países. Pasado un año del golpe de Estado en Brasil, hay medidas adoptadas por los golpistas que tendrán graves repercusiones a nivel internacional, principalmente en nuestra región, como las reformas laborales y de seguridad social, que violan varios Convenios de la OIT; además de promover una política externa subordinada al imperialismo y agresiva contra el gobierno venezolano. El golpe es continuo y un paso más acaba de ser dado con la condena del ex Presidente Lula para impedir que sea candidato nuevamente a la Presidencia en 2018. Un golpe contra uno es un golpe contra todos y estamos todos al lado de Lula, de su partido y de sus aliados en defensa de la democracia y contra el retroceso económico, social y político ahora vigente en Brasil. Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana en 1998, que inauguró la etapa ascendente para la izquierda latinoamericana y caribeña en la lucha por el poder, llegando a gobernar en diez naciones latinoamericanas, solamente en Argentina las fuerzas populares han perdido el gobierno por elecciones. Este es un hecho que demuestra de manera contundente la fuerza de los procesos


de cambio en nuestro continente. Mientras tanto, en Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Uruguay y El Salvador los gobiernos de izquierda se consolidan cada vez más. En Cuba avanza a paso firme la actualización del modelo económico y social y la consolidación del Partido como garante de la continuidad histórica del proceso revolucionario. En Nicaragua avanza la Revolución Sandinista en su segunda etapa, creando poder popular y reduciendo la pobreza y la desigualdad social en el marco del modelo de consenso y alianzas con amplio y sostenido respaldo de la población. En Ecuador tiene lugar la renovación creativa del proceso de cambios y transformaciones de la Revolución Ciudadana liderada inicialmente por el compañero Rafael Correa Delgado. En Bolivia la Revolución Democrática y Cultural ha alcanzado grandes logros sociales, lo cual fortalece el liderazgo del Presidente Evo Morales, postulado por los movimientos sociales para las elecciones de 2019 en el marco de la Constitución y las leyes, para asegurar la continuidad del proceso revolucionario. En Uruguay se prioriza en las políticas de gobierno, los aspectos sociales que han significado importantes avances en áreas como la salud, la educación, los derechos laborales, así como también en seguridad pública e infraestructura. En El Salvador la izquierda lucha por ampliar y consolidar la transición democrática iniciada a partir de los Acuerdos de Paz de 1992, y las transformaciones sociales y económicas iniciadas desde la llegada al gobierno en 2009 y 2014 por el FMLN, enfrentándose permanentemente a los intentos de la derecha oligárquica por revertirlos y/o estancarlos. En Venezuela a pesar de la crisis causada por las maniobras del imperialismo y la guerra económica contra el pueblo y el gobierno, las fuerzas bolivarianas han logrado mantener la iniciativa con la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente para la profundización de la Revolución Bolivariana y la defensa de la paz y la estabilidad en el país, que gradualmente va logrando salir de la crisis, pese a la imagen que en sentido contrario presentan los medios de desinformación. Desde el inicio de la actual ofensiva imperial, la izquierda ha obtenido tres triunfos presidenciales: en El Salvador con el Profesor Salvador Sánchez Cerén en 2014, en Nicaragua con el Comandante Daniel Ortega en 2016, y en Ecuador con el compañero Lenin Moreno Garcés en 2017, dando continuidad al proceso de la Revolución Ciudadana. Esto y lo antes dicho refutan la tesis del “fin de ciclo progresista” en América Latina y el Caribe. Debemos impulsar la más amplia y sólida unidad de las fuerzas progresistas y revolucionarias dentro de cada país y a nivel continental, y dar un salto de calidad en nuestros mecanismos organizativos, que nos permita definir una estrategia y programa conjuntos de todas las fuerzas de izquierda en el continente, sin lamentar reveses ni vanagloriarse de los triunfos, y siendo en cambio autocríticos y a la vez firmes defensores de nuestros logros, y profundizarlos con iniciativa y audacia. Allí donde la derecha ha recuperado el gobierno, los pueblos están en pie de lucha y las fuerzas de izquierda y progresistas tienen muchas posibilidades de volver a gobernar en el corto plazo. La derecha no tiene otro proyecto que no sea el neoliberal, que tantos daños le ocasionó a los pueblos. Por eso – y tal como demuestran los hechos en Brasil y Argentina – la ferocidad de las medidas de la reacción en los países donde ha recuperado el gobierno está siendo un factor objetivamente causante de una radicalización de las fuerzas populares y de activación de sectores hasta ahora apáticos o manipulables, lo que se ve favorecido por la difícil situación económica y social en la que

aún viven millones de latinoamericanos y caribeños, aquejados por la desigualdad, la extrema pobreza, el hambre, el desempleo, el analfabetismo, la falta de acceso a la educación y los más elementales servicios de salud, el consumo de drogas, la violencia, la discriminación y otros males sociales propios del capitalismo y agravados por el modelo neoliberal. Todos estos males sociales se acentúan ante la política de las fuerzas imperiales y oligárquicas que pretenden minar las bases sociales de la izquierda a través de la marginalidad y la banalización más atroz. La industria del entretenimiento se usa como droga para construir ídolos cada vez más deshumanizados y superfluos. Como se expresara en la Declaración Final de la XIV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP en Caracas, el 5 de marzo de 2017: Los gobiernos y los pueblos del ALBA-TCP vemos en estos fenómenos una nueva oportunidad para la reagrupación, la movilización y la lucha. Debemos apoyar las acciones emancipadoras, fijar con claridad y realismo los horizontes, identificar bien los valores y principios que nos unen y asumir un programa de acción integracionista, solidario e internacionalista, que establezca las premisas económicas, sociales y políticas del cambio liberador. Hoy más que nunca cobran vigencia las palabras del Che en la Asamblea General de las Naciones Unidas, citando la Segunda Declaración de La Habana: Esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciente cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron. Porque esta gran humanidad ha dicho ¡BASTA! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia… La Revolución Cubana abrió la era de la lucha continental por la liberación y el socialismo; veinte años después, la Revolución Sandinista revivió las esperanzas en la lucha revolucionaria e inauguró la época del derrumbe de las dictaduras militares proimperialistas de derecha en el continente; veinte años después, la Revolución Bolivariana fue el inicio de una ofensiva revolucionaria sin precedentes, en la que hasta una decena de países latinoamericanos llegaron a ser gobernados por fuerzas progresistas y de izquierda. A poco tiempo de cumplirse veinte años de la Revolución Bolivariana, nuevos procesos de lucha se desarrollan desde el gran potencial revolucionario de nuestros pueblos. La única manera de enfrentar la ofensiva imperialista es fortalecer la unidad de las fuerzas de izquierda y profundizar los procesos de cambio social en marcha. Solo así lograremos alentar y encabezar la creciente lucha de los pueblos por mantener el terreno alcanzado y avanzar hacia nuevos triunfos populares a lo largo y ancho de la Gran Patria Latinoamericana y Caribeña. La profundización de los cambios en marcha está en la creación de un nuevo modelo político y económico, en el que los ciudadanos no sólo elijan representantes y gobernantes, sino que decidan las políticas públicas, de Estado y de gobierno, tomen decisiones, definan el marco de acción de sus representantes y gobernantes electos, y controlen el desempeño de éstos y de lo que deberá ser una nueva institucionalidad desde la cual el pueblo, de esta manera, ejerza directamente el poder. Un modelo que


en el ámbito económico, consista en la convivencia de la empresa privada con un nuevo sector económico de carácter popular, en el que los trabajadores puedan crear sus propios medios de producción, y donde el Estado sea garante de esta democracia económica complementaria para el desarrollo de las fuerzas productivas, la prosperidad con equidad social y la erradicación de la pobreza. La profundización de los cambios está también en la estrategia de lucha por el poder, que implica no reducirla a la lucha electoral por el gobierno, incluyéndose en cambio las luchas sociales y la disputa por todos los espacios institucionales para su transformación e impedir que la derecha haga uso de ellos para revertir las conquistas sociales alcanzadas. La concreción de un bloque político y social de los cambios para desplazar al bloque dominante debe tener en la clase trabajadora del campo y la ciudad (asalariados y los que no lo son) a su principal protagonista, acompañada de amplios y diversos sectores de la sociedad, incluyendo capas medias, intelectuales y progresistas, pequeños productores y empresarios. La defensa y profundización de los cambios sociales y la democracia requiere una base amplia de apoyo a éstos. La creación del nuevo modelo político y económico es parte indispensable en la construcción de una nueva forma de ejercer el poder. Ese nuevo modelo político y social necesita un instrumento político que impulse el protagonismo popular y la construcción de una voluntad colectiva nacional y popular. El respaldo popular a los gobiernos de izquierda se garantiza con un programa que conduzca a la creación de los sujetos económicos de un nuevo orden social, que a la vez sean los sujetos sociales protagónicos del nuevo modelo político basado en el ejercicio directo del poder por los ciudadanos en el marco de un proceso de transformaciones sociales impulsado por el instrumento político organizado, a través de la acción política e ideológica de sus estructuras en todos los ámbitos de la vida social y desde una nueva institucionalidad que sea expresión del ejercicio directo del poder por el pueblo. Esto implica la necesidad del liderazgo revolucionario, que debe ser forjado y perdurar durante la instauración de los cambios sociales necesarios, en aras de contribuir al mayor grado de irreversibilidad posible para los procesos de transformación. El Estado debe jugar el rol fundamental de dirigir y regular la actividad económica y por tanto, debe garantizar la distribución justa de la riqueza e implementar planes de desarrollo económico y social que gocen del respaldo popular y se articulen al proceso de integración regional latinoamericano y caribeño. El ámbito cultural y comunicacional Debemos crear un frente cultural y comunicacional anti hegemónico, que sume tanto los empeños de los gobiernos progresistas como los de las fuerzas políticas de izquierda y de los movimientos sociales. No es posible una revolución verdadera si no va acompañada de una profunda revolución cultural y comunicacional. No puede perderse la memoria sobre la opresión que hemos

sufrido los pueblos colonizados y neocolonizados, desde la conquista con el saqueo y la destrucción hasta los primeros zarpazos del naciente Imperio del Norte contra México, arrebatando a este país la mitad de su territorio, y de esto último hasta toda la historia de explotación de nuestros recursos naturales, intervenciones armadas, dictaduras militares impuestas por Estados Unidos y la continuación actual de la opresión imperialista mediante la acción depredadora de las corporaciones sobre nuestros países, cuya pobreza se origina en toda esa historia de latrocinio. Esto se manifiesta en toda la crónica siniestra de las sucesivas intervenciones imperiales en Centroamérica y el Caribe, el apoyo a las dictaduras sangrientas, la gestación de golpes militares, el Plan Cóndor implementado por las dictaduras militares del Cono Sur, con su secuela de tortura y desapariciones, el empleo continuo del terrorismo, la guerra sucia contra Nicaragua en los años ochenta, el bloqueo criminal y operaciones subversivas contra Cuba y los demás países progresistas del continente, conforman un legado que no podemos olvidar. En aras de ello, debemos utilizar las efemérides asociadas a esta historia para impulsar campañas, eventos, foros virtuales y otras iniciativas que nos ayuden a divulgar la verdad, libre de distorsiones y manipulaciones; así como estimular la elaboración de análisis críticos sobre “obras” y “figuras” dentro de los falsos ídolos y sobre las trampas del aparato de legitimación del sistema capitalista, desmontando y denunciando las manipulaciones. Las fuerzas de izquierda deben hacer lo posible por fomentar redes que articulen los núcleos de resistencia cultural que hoy están dispersos; conformar un frente de pensamiento anti hegemónico bajo principios capaces de aproximar a personas y grupos de filiaciones políticas diversas, desde las más radicales hasta las de inspiración humanista. Se requiere también de una modificación del discurso y del lenguaje político, basándolo en nuevos códigos, que incluyan un adecuado enfoque clasista, identitario y de género, que mantenga la honestidad, la comunicación directa y confiable con la gente, que sea capaz de auscultar y reflejar sus preocupaciones e intereses, y que contribuya al desarrollo del pensamiento independiente, comprometido con la transformación emancipadora. La defensa permanente de la verdad, es esencial en la actuación de la izquierda. Es necesario impulsar la gestación de entidades de investigación y promoción que funcionen como aliadas de los movimientos sociales y progresistas de izquierda para influir en el campo de la cultura. Allí donde ya existan estas entidades, hay que potenciarlas al máximo, desplegándolas en los sectores intelectuales sin ningún tipo de sectarismo. Algunas de estas entidades pueden tener un papel activo en la producción de contenidos y en la generación de propuestas para encauzar nuestras ideas, teniendo en cuenta las enormes inversiones que ha hecho y sigue haciendo el Imperio para diseñar estrategias cada vez más sutiles al servicio de sus intereses. Deben hacerse visibles figuras y obras que representen la cultura de la resistencia; hay que identificar los eventos culturales y programas donde pueden ser presentados y promovidos; desmontar las estafas del neoliberalismo y del capitalismo y promo-


ver las ideas de la emancipación con el apoyo de esa intelectualidad que la maquinaria hegemónica ha excluido. Nuestro reto está en sumar esa vanguardia y conseguir un uso eficaz de las nuevas tecnologías en función de la participación ciudadana y la defensa de causas e ideas verdaderamente justas. Se debe conectar a los activistas de las redes sociales con aquellos que utilizan como vías de expresión de sus demandas las emisoras de radio y televisión comunitarias, de modo que la verdad vaya encontrando circuitos para darse a conocer frente a la gran avalancha de mentiras. Hay que incorporar a nuestra agenda los temas culturales y sumar a nuestra lucha, sin prejuicios, los esfuerzos de quienes enfrentan al discurso hegemónico en el campo intelectual, especialmente en la batalla mediática. Es necesario utilizar al máximo las redes sociales, crear medios de comunicación alternativos en todos los formatos existentes (radio, televisión, redes sociales, prensa escrita), que en manos de los comunicadores sociales generen el debate sin manipulación, generen información desde firmes posiciones de izquierda alejadas de lo panfletario, que es estéril, pero con dirección política y contenido ideológico. Asimismo, procurar la penetración también en los medios de comunicación convencionales y comerciales, para incluir las voces progresistas y contrarrestar la guerra mediática de la derecha continental contra los gobiernos progresistas del continente. Se debe vincular esta tarea con el estudio de la historia y de la teoría revolucionaria, para estar así en condiciones de dar batalla en la lucha de las ideas, que es la más importante de las luchas revolucionarias. Todas estas tareas constituyen exigencias de estos tiempos en los que tal vez como nunca, resulta decisivo diversificar las vías para llegar a las bases y multiplicar nuestra capacidad para – como nos dijera Fidel – “sembrar ideas, sembrar conciencia”. Proyecciones generales a corto y mediano plazo Es necesaria la movilización de las fuerzas progresistas y de izquierda, tanto a nivel político partidista como de los movimientos sociales, identificando los temas que puedan generar unidad en el más amplio espectro ideológico posible, con el objetivo de desarrollar una agenda de consolidación de la unidad de nuestras fuerzas y promover a la CELAC como el principal espacio de concertación política de la región. Hay que avanzar en la concertación entre las fuerzas políticas y los movimientos de izquierda, que permita una acción coordinada en los foros regionales e internacionales y en el enfrentamiento de la ofensiva imperialista y derechista. Deben ampliarse los espacios de concertación y cooperación con todos aquellos actores y organizaciones internacionales que desafían la hegemonía estadounidense y defienden un mundo multicéntrico y multipolar. Se debe detectar, estudiar y aprovechar al máximo todos aquellos aspectos que constituyan debilidades del imperialismo y las fuerzas oligárquicas, así como sus propias contradicciones. Tomando en cuenta que la libre circulación del capital, la falta de controles de la banca privada y la codicia de los dueños de las empresa y corporaciones ha permitido que en América Latina se evada U$ 340,000 millones de dólares, convirtiéndose esto en un enorme escándalo de corrupción del sector privado, invisibilizada por las corporaciones mediáticas, apoyamos la propuesta del gobierno ecuatoriano, de la creación de un organismo internacional tributario en Naciones Unidas, y reconocemos su esfuerzo ejecutivo y legislativo en la lucha contra los paraísos fiscales. El compromiso con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre de la CELAC efectuada en Cuba, en enero de 2014, debe guiar nuestra actuación

internacional, así como la defensa de valores universalmente reconocidos en el derecho internacional y consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. Esto debe incluir un profundo compromiso antimperialista y por tanto anticolonialista, que reivindique el derecho a la independencia, a la soberanía y a la libre determinación de los pueblos. Una amenaza o agresión del imperialismo contra alguno de nuestros países debe asumirse por cada uno como una amenaza y agresión a todos y cada uno de los que integran el frente continental de fuerzas progresistas y de izquierda, así como una afrenta y violación a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Ejes de movilización popular Nuestra lucha es parte de la lucha mundial que desde diferentes formas hace frente a la ofensiva imperial de los Estados Unidos. En este sentido respaldamos y retomamos el reto de la reciente declaración de las bancadas de izquierda de Europa y América Latina. Condenamos el fortalecimiento del militarismo en todo el mundo e instamos a los Estados Unidos y a Europa a terminar con las incursiones militares que desestabilizan a los países del Oriente Medio para apoderarse de sus recursos naturales, en abierta complicidad con los grupos terroristas, lo que tanta desolación y muerte ha llevado a los pueblos afectados y verdadero origen de la masiva migración a Europa de quienes huyen de la muerte y de la guerra llevada por la misma Europa a sus países. Denunciamos el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) como Ministerio de Colonias de Estados Unidos, que desde la Secretaria General y de manera particularmente beligerante en los últimos años, se ha puesto siempre al servicio de los intereses injerencistas y se hace de la vista gorda ante múltiples atentados contra la democracia y graves violaciones de los derechos humanos por parte de los gobiernos oligárquicos y pro-imperialistas de América Latina y Estados Unidos. Condenamos la guerra no convencional y de amplio espectro, económica y mediática contra Venezuela por parte de la derecha oligárquica venezolana que, estimulada por el gobierno estadounidense, está empeñada en desestabilizar y poner fin mediante el terrorismo, al gobierno democráticamente electo del presidente Nicolás Maduro, quien a pesar de la difícil situación que atraviesa su economía sigue destinando el 70% del presupuesto público al bienestar de su pueblo. El Foro de Sao Paulo se declara en estado de alerta y en Sesión Permanente, en respaldo a la lucha del pueblo venezolano en defensa de la Revolución Bolivariana. Nos solidarizamos con las fuerzas políticas y sociales que son reprimidas y perseguidas por el gobierno del Presidente Mauricio Macri. Nos solidarizamos con la paz en Colombia y denunciamos el conjunto de acciones con las que la ultraderecha en aquel país pretende boicotearlos; los asesinatos sistemáticos de decenas de líderes sociales, defensores de derechos humanos, luchadores por la paz e indultados de las FARC y sus familiares por fuerzas paramilitares cobijadas bajo el manto protector del terrorismo de Estado; así como exigimos el cumplimiento total del Acuerdo de Paz, en especial la libertad de los presos políticos, quienes se encuentran en huelga de hambre hace veinticuatro días exigiendo el cumplimiento de la ley de amnistía. De igual forma respaldamos los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Exigimos la libertad de Simón Trinidad y Sonia, revolucionarios colombianos y combatientes de las FARC que guardan injusta prisión en Estados Unidos a pesar de que una tras otra han sido


desenmascaradas las falsas acusaciones que se han hecho en su contra. Exigimos la libertad de Milagro Sala, Diputada del PARLASUR, dirigente social argentina y prisionera política por defender los derechos de los sectores más humildes y postergados en su país. Nos regocijamos con la libertad del luchador independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, recientemente liberado de prisión gracias a la tenaz campaña internacional a favor de su libertad y a su férrea resistencia y su firmeza a toda prueba. Apoyamos plenamente las movilizaciones de los trabajadores brasileños contra las políticas neoliberales y antipopulares del gobierno golpista y derechista de Temer, y a Lula en su lucha por la justicia social y la democracia, que ha desatado la furia de sus adversarios, quienes pretenden inhabilitarlo políticamente. Nos solidarizamos con el pueblo y gobierno de Nicaragua, país que enfrenta actualmente la amenaza del veto de Estados Unidos en contra de su acceso a los créditos en los organismos financieros internacionales, como chantaje político ejercido por los sectores más reaccionarios del Congreso, el Senado y el gobierno estadounidense, estimulados por la derecha criolla con la vana ilusión de que como producto de ello, los dictados imperiales serán acatados por el sandinismo, cuyas raíces están en la victoriosa lucha de Augusto C. Sandino contra las tropas interventoras norteamericanas, y que cuenta con un aplastante respaldo popular y una correlación de fuerzas ampliamente favorable en todos los ámbitos de la vida política nacional. Nos solidarizamos con el pueblo y gobierno de El Salvador, que ha logrado detener y comenzar a revertir la crisis económica resultante de dos décadas de gobiernos neoliberales, reducir la pobreza en 8% y aplicar un exitoso plan de seguridad, pese a estar sometido a una multifacética estrategia desestabilizadora que incluye el bloqueo económico a la gestión gubernamental por parte del partido de la oligarquía (ARENA) en la Asamblea Legislativa y de los magistrados a su servicio que controlan la Sala de lo Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Luchamos por la gratuidad de la educación y el acceso a una educación de calidad; por una cobertura de salud universal, gratuita y de calidad; por la eliminación del hambre y la desigualdad en toda la región. Rechazamos la criminalización de los inmigrantes, las políticas anti-inmigración y la violación de los derechos humanos y laborales de los latinoamericanos y caribeños en Estados Unidos. Apoyamos primordialmente la lucha por mantener los beneficios temporales de trabajo (TPS) que ayudan a cientos de miles de familias de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití. Repudiamos absolutamente las amenazas del gobierno de Estados Unidos, del Partido Republicano y de congresistas de derecha que pretenden extorsionar a estos y otros gobiernos para forzar el voto en organismos internacionales como la OEA, en aras del apoyo al intervencionismo de Estados Unidos, bajo la amenaza de eliminar los beneficios migratorios de esos pueblos. Abogamos por que el gobierno de México proceda a devolver los fondos de ahorro usurpados a los llamados “braceros”, trabajadores mexicanos que fueron empleados en Estados Unidos entre 1941 y 1964. Apoyamos un mundo sin fronteras en el que se priorice el libre tránsito de los seres humanos y no solo el libre tránsito de las mercancías. Por tanto, rechazamos los muros, en especial el que se pretende erigir en la frontera entre Estados Unidos y México. Nos pronunciamos por la eliminación total del arsenal atómico que existe en el mundo, nos oponemos a la carrera armamentista y a la existencia de bases militares en territorio extranjero. Rechazamos cualquier forma de racismo y discriminación. Impulsamos el ejercicio pleno de los derechos económicos, cultura-

les, sociales y políticos de las mujeres, y la eliminación de la cultura patriarcal. Demandamos la retirada de las fuerzas de la MINUSTAH que, siguiendo un mandato del antidemocrático Consejo de Seguridad de la ONU, mantienen ocupado Haití desde hace más de una década. Condenamos el narcotráfico, el tráfico de personas y el terrorismo, y denunciamos la doble moral de un sistema que dice combatir al crimen organizado, mientras protege a sus grandes promotores y principales responsables. Defendemos el cultivo legal y el uso tradicional benéfico de la hoja de coca. Condenamos las políticas antiinmigrantes y el terrorismo, y promovemos el reconocimiento a los migrantes como trabajadores, el reconocimiento de sus derechos laborales y el respeto de sus derechos humanos. Nos solidarizamos con los pueblos que hoy enfrentan gobiernos de derecha en la región. Proclamamos el derecho humano al agua, luchamos contra la depredación del medio ambiente, la amenaza a la biodiversidad y al ecosistema en general. Apoyamos las exigencias de los pequeños Estados insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños humanos de la esclavitud y a acceder a recursos que permitan su resiliencia frente al cambio climático. Demandamos el levantamiento incondicional, total y definitivo del bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, y la indemnización al pueblo cubano por los daños y perjuicios causados por más de medio siglo de agresiones de todo tipo. Exigimos la devolución al pueblo de Cuba del territorio ocupado por la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo. Apoyamos el reclamo histórico de Argentina sobre la soberanía de lasIslas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Apoyamos a Bolivia en su reclamo de salida al mar con soberanía. Demandamos la descolonización total del Caribe y apoyamos de manera particular la independencia de Puerto Rico, al conmemorarse el 25 de julio de 2017, ciento diecinueve años de la invasión militar estadounidense contra esta nación caribeña. Asimismo, nos pronunciamos por la eliminación de toda forma de coloniaje y neocoloniaje. Exigimos la eliminación de todas las bases militares estadounidenses que existen en la región (77 en total, que junto a la IV Flota, cubren todo el espacio regional), y de todas las bases militares extranjeras de cualquier país, dondequiera que se encuentren. Respaldamos el reclamo de compensación al Caribe por los horrores de la esclavitud y la trata de esclavos, así como al resto de América Latina por 500 años de saqueo a sus riquezas y a sus pueblos, que aún continúa. Defendemos los derechos y las culturas de los pueblos originarios y afrodescendientes, y asumimos sus luchas para la restitución y ejercicio pleno de sus derechos históricos. En este momento decisivo para nuestro continente enfrentaremos el desafío de profundizar los procesos de cambio en marcha como única manera de derrotar la ofensiva de la derecha y el imperialismo, fieles a nuestra lucha por la paz, la democracia y el socialismo, única garantía para alcanzar nuestra segunda, definitiva y verdadera independencia en lo político y lo económico, así como nuestra emancipación cultural y nuestra propia identidad continental latinoamericana y caribeña; la identidad, soberanía y autodeterminación de esta gran patria justamente bautizada por el Apóstol continental, José Martí, como NUESTRA AMÉRICA, que es el sueño de Bolívar cada vez más cerca de ser realidad. ¡Nuestra América en pie de lucha, ¡hasta la victoria siempre!


Hay que tomarse mucho más en serio al gobierno macrista

Aram Aharonian En un año y medio el gobierno de Mauricio Macri ha reinsertado a la Argentina plenamente en la lógica de la valorización financiera, pulverizado el mercado interno y destruido derechos. A pesar de tanto esfuerzo requiere de ajustes todavía más salvajes en términos de disciplinamiento laboral y vaciamiento del Estado para consolidar su proyecto. Y hoy, los poderosos del mundo le han confiado la realización de dos reuniones trascendentales, como la de Organización Mundial del Comercio, en diciembre, y la decimotercera cumbre del Grupo de los 20, en julio de 2018, para mostrar a la Argentina como modelo de lo que ellos esperan de los países periféricos: servir al capital financiero. Hubieran preferido que fuera Brasil quien emprendiera la tarea de entrega total de la región, pero Michel Temer –quien sorprendió a todos en Hamburgo al afirmar que “la crisis económica en Brasil no existe”- es mucho más impresentable que Macri. La definición de que Argentina tiene que “volver al mundo”, significa que debe asumir –subordinada y dependientemente- la perspectiva geopolítica occidental, siguiendo a Estados Unidos en sus guerras contra las drogas y el terrorismo y acompañar a Europa en lo referente a los tratados de libre comercio. La noción de guerra contra el terrorismo, de seguridad, de involucrar a las fuerzas armadas en las tareas policiales, vuelve a sonar muy fuerte en los discursos políticos del gobierno macrista, sin siquiera un debate sobre qué significa para el país involucrarse en esos conflictos. El poder financiero local fue reconfigurando desde el 2011 las alianzas políticas de los sectores dominantes. La decisión sobre el control de cambio –para evitar la fuga de capitales, estructural en el país- acarreó desde su implantación la sucesión de

guerrillas devaluatorias de los sectores del mercado financiero. Hoy, se puede señalar que la medida más relevante del macrismo ha sido abandonar justamente el control de cambio (y endeudarse sin límite). Hay que acostumbrarse a tener en claro que Mauricio Macri no es un títere, sino un cuadro de una nueva derecha cuya meta es la transformación de la Argentina, con una (re) distribución de bienes hacia los sectores más poderosos de la sociedad a través de reformas laboral, fiscal y previsional, abandonando la matriz neoliberal sesentista y anunciando un gobierno de robots. Cómo comunicar La polarización, la lucha frontal –generalmente mediática- fue utilizada por Macri para encaramarse en la confrontación como líder de la oposición al kirchnerismo, y fue constantemente acicateada por periodistas y medios (¿éstos con su propia agenda vengadora?) y respaldada por el poder fáctico, hoy también en el gobierno. El macrismo demostró que con otras formas, otros modelos de comunicación, también se podía ganar, y eso fue lo que hizo en la campaña electoral, con globitos y un mensaje esperanzador, de cambio, no confrontacional, ocultando las verdaderas medidas a tomar y prometiendo continuar con “lo bueno” del kirchnerismo. Obviamente, todo lo supuestamente espontáneo del presidente en verdad tiene un testeo previo (desde la adopción del perro “Balcarce” hasta haberse sacado la corbata y cantar en público, bromas sobre fútbol que sus interlocutores europeos prefieren no entender, o aludir a supuestas personas con las que trató para ejemplificar a “la gente”). El gobierno de Macri tiene una diferencia sustancial con los anteriores proyectos de exclusión de la derecha, liderados por fuerzas políticas (incluso la dictadura con lo que se denominó el Partido Militar), que

daban respuestas a las exigencias del poder económico, señala el economista Alfredo Zaiat. No es un gobierno que de respuesta a las demandas del poder económico, porque es el poder económico (su grupo es una de las corporaciones económicas más poderosas del país), y por ello es que queda más expuesto su carácter clasista, de desprecio y estigmatización de las mayorías populares y de un abierta y desvergonzada política antiobrera. Después de año y medio en el gobierno, acicateado por el poder fáctico al que sirve y del que se sirve, plantea “elevar” la productividad de la economía, en base a un combo chatarra que incluye reducir el costo laboral, ajustar los gastos del Estado, entregar el país a capitales ultradepredatorios y escasamente competitivos y la consagración internacional del peor contratismo vernáculo, gracias a la teta estatal china, señala un editorial de la revista Crisis. De allí, acorde al libreto del FMI, el alegre endeudamiento, la destrucción del sistema previsional para beneficiar a una minoría a costa de la mayoría de los jubilados y pensionados del país, la desprotección al mercado interno, las normas de flexibilización laboral, el “blanqueo” de capitales, la extranjerización de la tierra, etc. etc. con un sector al que se le capacitará e invertirá en tecnología, pero tanto la actividad como ese sector será determinado por grandes empresarios, esencialmente extranjeros y subordinados al capital financiero, añade. Las que se avecinan son medidas de ajuste y an del trabajo, con el pretexto que se debe hacer una política de shock para que la economía se inserte al mundo. Obviamente no dicen a qué mundo se refieren y a quienes se beneficia. Este gobierno significó una reactualización de la teoría de los dos demonios e intentó desmantelar el consenso social en torno al genocidio perpetrado por la última dictadura militar. No parece preocuparse porque la Comisión Interamericana


de Derechos Humanos (CIDH) y la diplomacia internacional hayan denunciado la arbitraria detención de la dirigente social Milagro Sala, quien lleva más de un año privada de su libertad, por el delito de ser mujer, con rasgos indígenas y dirigente social… y de haber tirado unos huevos que nunca tiró. También ha reeditado la imagen estigmatizante de la protesta social, haciendo hincapié en los métodos de las protestas o sus efectos colaterales, tratando de crear un imaginario colectivo (que la prensa hegemónica insufla como “hastío del caos que causa problemas de tránsito para la población” para demoler la empatía popular con el manifestante) que justifica la represión a docentes, vendedores ambulantes, migrantes, pueblos originarios, mujeres, estudiantes, trabajadores, sindicalistas o artistas. Desde la asunción de Macri cuatro gremios fueron intervenidos, lo que representa una clara confrontación con el sector sindical en un contexto de caída del salario real, inflación y despidos masivos. El “duranbarbismo” (por su asesor, el ecuatoriano Durán Barba) supone que en vísperas de elecciones parlamentarias, el rédito de la represión (a cooperativistas y docentes, por ejemplo) sería mayor al perjuicio, y desde la prensa hegemónica se justifica la represión policial en defensa de garantizar el interés individual de transitar sin demoras. El globo de la economía La dinámica exhibida por el sector externo, caracterizada por la ampliación del desequilibrio de la cuenta corriente y la intensificación de la fuga de capitales indica que el gobierno enfrentará dificultades de financiamiento, más allá de la reciente colocación de deuda a 100 años que refleja la permanente priorización de los buenos negocios financieros (rendimientos más comisiones), como asimismo la desesperación por el endeudamiento para cubrir el agujero negro de la fuga de capitales que exhibe máximos históricos. El gobierno insiste en el objetivo de reducir el déficit fiscal recurriendo a la receta ortodoxa de bajar impuestos progresivos y achicar el gasto público, en especial el gasto en salarios, subsidios a la energía y en las erogaciones en educación y salud, el recorte de los planteles de empleo público nacional y provincial, la remoción de los subsidios a la energía y la reducción del gasto en salud. Mientras, insiste en modificar la fórmula de ajuste de las jubilaciones cambiando el cálculo de la movilidad jubilatoria, la reducción de la relación entre el beneficio y el salario del trabajador activo y aumentar la edad jubilatoria de las mujeres. En 2016 el gasto público en salud creció menos que el nivel promedio y perdió un 6% en términos reales. La proyección presupuestaria para este año reproduce esa dicotomía, con un incremento pautado de apenas el 17%, por debajo de la tasa de inflación prevista. Las clases dominantes locales se subordinan al gobierno global de las multinacionales. De sortear alguna oposición parlamentaria, la aspiración del gobierno es avanzar en una nueva enajenación de empresas públicas de carácter estratégico, entre ella la industria satelital y nuclear. Cuando el “carry trade” (bicicleta financiera) se termine, la deuda consolidada va a ser de tal magnitud que empujará a seve-

ros planes de ajustes primero, y de nuevo las privatizaciones de YPF, la petrolera estatal (Vaca Muerta incluida), de las empresas más redituables del Estado y del sistema previsional. Volver a los ´90. Para entender a Jaime Mauricio Durán Macri El ecuatoriano Jaime Durán Barba, el gurú que logró que un empresario nacido en cuna de oro llegara la presidencia argentina, publicó “La política en el siglo XXI. Arte, mito o ciencia”, donde se dedica, sobre todo, a explicar los fundamentos de gran cantidad de decisiones que se tomaron en el PRO y ahora en la gestión, mostrando la gran influencia que tiene en el gobierno. Durán Barba llena el vacío conceptual de Macri con sondeos de opinión y métodos científicos que al principio sirvieron para convertirlo en presidente en apenas diez años y ahora hacen de guía para las idas y vueltas de su gestión. Entienden, en este prototipo de manual de autoayuda política, que no se pueden seguir aplicando estrategias que quizá fueran correctas para la modernidad cuando el presente es posmoderno, líquido y efímero. “Electores y líderes son simplemente seres humanos que viven unos pocos años, acumulan conocimientos y si quieren ser mejores deben estudiar y aprender de una realidad que cambia incesantemente. Eso del líder eterno, la teoría definitiva, el caudillo para siempre, es un disparate”, señala Durán Barba. Sostenedor y publicista del mundo posmoderno, aunque no ahonda sobre el bigdata pero si sobre la inteligencia artificial, Durán señala que las relaciones sociales pasan por el celular y el consumo, donde lo que interesa no son las ideologías sino metodologías y modas (“el cambio es lo único que permanece”). Si lo leen, los macristas sabrán que nacieron del laboratorio duranbarbista, y por qué sus “socios” Lilita Carrió o Ernesto Sanz siempre serán vistos por el macrismo como encarnación de lo viejo y perimido, así como aquellos políticos que creen que la realidad se reduce a su aldea y que la humanidad empezó cuando se fundó su partido. El libro, dice, “es una reflexión acerca de la fatuidad del poder”, porque “el taoísmo rechaza la pompa, la prepotencia de los poderosos y la guerra” y “el hombre sabio sabe pasar desaparecido y ahorra las palabras”. La polarización, la lucha frontal –generalmente mediática- fue utilizada por Ma-

cri para encaramarse en la confrontación como líder de la oposición al kirchnerismo, y constantemente acicateada por periodistas y medios (¿éstos con su propia agenda vengadora?) Pero demostró que con otros modelos de comunicación también se podía ganar, con globitos pero también con un mensaje esperanzador (“cambiemos”), mientras el kirchnerismo insistía en el pasado, en el regodeo de la “década ganada”. En 2015 se planteó que una alianza entre Macri y Sergio Massa -un ex jefe de gabinete kirchnerista- aseguraría el triunfo de la oposición, pero la mesa chica se opuso al considerar que el voto por Macri era por la necesidad de un cambio que fuera más allá de la dicotomía peronista-radical. En la Argentina del siglo 21 se generalizó la intolerancia y los candidatos –dentro de un mismo partido, incluso- desprecian a sus adversarios. Muchas veces se aplaude al depredador, pero no necesariamente se vota por ellos. Así, difícil se hace la construcción. Y, en una cultura de encuestas es difícil valorar la realidad. Cuando Macri tomó severas medidas de ajuste económico, hubo una caída de 15 por ciento en la aceptación general. Y sus opositores contaron mal: seguía conservando mayor aceptación (6% más) que el ajustado porcentaje de votos con los que ganó las elecciones. Sorprenden las idas y venidas y la desfachatez de Macri al aceptar equivocaciones e incluso corregirlas. Durán Barba señala que “el tipo de su liderazgo y la forma de su comunicación horizontal hicieron que la mayoría de los argentinos se mostrara comprensiva con las medidas tomadas. Las mismas medidas encaradas con una actitud autoritaria habrían provocado graves desórdenes sociales. La gente hoy entiende las explicaciones cuando se comunican con el nuevo lenguaje que está más allá de la exposición técnica y racional. La gente no cree en viejos mitos, sabe que el presidente es un ser humano y que cuando finge ser infalible, miente”. Si bien en el PRO-Cambiemos se repite que no se hace política mintiendo y dando golpes de efecto fue mensurando que cada vez que asomaba con su lista de lavandería contra los Kirchner solo perdía credibilidad. Si se abstuvo de politizar un problema que está en el ámbito de la justicia, dándole mayor fuerza moral a los jueces, a los que sí podía manipular a través de dirigentes afines como Lilita Carrió o Daniel Angelici. Durante años la estructura del macrismo fue midiendo los golpes de efecto: Por ejemplo, en plena campaña de la reelección de Cristina Fernández, en 2011, estalló


el escándalo de “Sueños Compartidos”, un proyecto habitacional dirigido por la Fundación de Madres de Plaza de Mayo. Los medios de comunicación hegemónicos dieron un gran espacio al tema, con decenas de tapas de con titulares lapidarios, pero ninguna encuesta registró que esto hubiera hecho daño a la presidenta, ya que sus porcentajes de imagen e intención de voto no se moviero Y Macri se guardó su discurso sobre el tema. Durán Barba señala que quien resultó un gran comunicador que convenció en un solo acto de que algunos funcionarios de la administración kirchnerista habían sido corruptos fue José López, quien no escribió ningún discurso, pero apareció a las tres de la madrugada en un convento situado en una zona peligrosa del Gran Buenos Aires, llevando varios bolsos con nueve millones de dólares en billetes, unos miles de euros, monedas de otros países y también relojes de marca. “La historia era rocambolesca y eso ayudó a que mucha gente hablara sobre ella… Ningún discurso de Macri pudo ser más eficiente para comunicar la corrupción del gobierno kirchnerista que la escena que armó José López”. Los asesores de Macri saben que no se acabaron las palabras y que no se puede reducir la política a solo imagen, pero la preocupación permanente –y el desafío- es comunicar el mensaje político y tener impacto en los electores contemporáneos en una sociedad capturada por la banalidad. Y el problema mayor –de gente que estudia en inglés- es aprender el lenguaje de la gente, a sabiendas que no basta el espectáculo melancólico, sino lograr que de alguna manera los electores participen de las campañas. En su camino presidencial logró movilizar masivamente a voluntarios que fueron a cuidar las urnas de un eventual fraude, convencidos que eran participantes, parte de la movida. Hoy el macrismo, en Capital Federal y en todo el país, crea espacios para la participación pasiva (obviamente no en los negocios, sino a través de redes sociales). La corrupción de la “yegua” La construcción del discurso se hace a través de los medios hegemónicos (diarios La Nación y Clarin, casi todos los canales de televisión y la mayoría de las radios) pero también por las redes sociales. Hay en ellos un ingrediente de discriminación racial y social que lleva al odio clasista que viene desde los albores del peronismo (1946). Pero a ello se sumó a ello el factor género: el ataque a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por el mero hecho de ser mujer: “quién se cree que es para hablar por cadena nacional, para cortarme la novela o el fútbol”, o simplemente calificándola de “yegua”. La derecha instaló asimismo la reprobación hacia la militancia, conformada por “negros”, ociosos, fanáticos y “ñoquis” (quienes cobran sin trabajar), hacia los actos multitudinarios (asociado al “ganado”, a la pobreza y la ignorancia. Para el macrismo el enemigo fue desde el principio la expresidenta y sus ministros que dejaron una “pesada herencia” por desatinos y corrupción. Macri llegó al poder de la mano de una campaña de contenidos explícitos despartidizados, desideologizados, estructurada

sobre el ataque al gobierno anterior, “populista, corrupto y despilfarrador”, que fue imponiendo un imaginario colectivo de hastío, seducido por el discurso de una nueva subjetividad amigable, ecologista al estilo new-age, lejos de lo que fuera la elitista derecha tradicional, en busca de las nuevas capas medias crecidas, precisamente, durante el gobierno anterior. Al firmar en abril el Compromiso Federal para la Modernización del Estado Macri se refería a la estructura administrativa del gobierno y a sus trabajadores y no al centenar de sus funcionarios involucrados ya en más de 50 causas judiciales, entre ellos cinco de sus ministros, su vicepresidenta, el jefe del espionaje local y él mismo. Macri encabeza la lista con imputaciones judiciales en su contra por lavado de activos en los “Panamá Papers”, ampliación del blanqueo de capitales a familiares, el memorándum con Qatar, los casos Avian y Flay Bondi, el tarifazo energético y el intento de licuación de la deuda de Correo Argentino SA, además de las por ahora desestimadas causas “dólar a futuro” y “deuda externa”. Sin embargo, no hay día que los medios hegemónicos no hagan alguna imputación de corrupción contra la expresidenta, su familia sus funcionarios (que no llegan a mayores) pero que sirven para mantener el imaginario de que la corrupción es de otros, no de este gobiern Además de apropiarse del Estado para beneficio de las corporaciones concentradas, el macrismo quiere a éste fuera de la economía, limita al máximo sus funciones de contralor, aunque aumentó el organigrama a 22 ministerios, 87 secretarías, 207 subsecretarías, 687 direcciones nacionales y generales, 122 institutos y organismos descentralizados. Todo esto –calcula el periodista Carlos Villalba- significa un total récord de 1125 unidades administrativas, para incorporar centenares de puestos gerenciales, proceso que dejó sin trabajo a dos decenas de miles de trabajadores, de los 115 mil que se encuentran “bajo análisis”, los 36.409 contratados, los más de 21 mil “jubilables” o las víctimas de las policíacas “auditorias de asistencia”. Esta tendencia se agravará a partir de noviembre, una vez concluidas la elecciones de medio término y en función del plan de ajuste que diseña el presidente con la colaboración del equipo de su ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Norberto Bobbio decía que “el fascista habla todo el tiempo de corrupción. Hizo eso en Italia en 1922, en Alemania en 1933 y en Brasil en 1964. Acusa, insulta, agrede, como si él fuese puro y honesto. Pero el fascista es sólo un criminal, un sociópata que persigue una carrera política. En el poder, no vacila en torturar, estuprar, robar sus dineros (y los públicos), su libertad y sus derechos. Más que la corrupción, el fascista practica la maldad”. La obsesión del poder fáctico de poner fin a la “negrada peronista” es antigua, y su objetivo es enterrar las políticas de igualdad social, de distribución de la renta, de desarrollo nacional y de inserción soberana, independiente e integracionista de la Argentina en el mundo. Este ataque sistemático al kirchnerismo se inserta en una estrategia concertada que están llevando adelante grupos de poder económico, conglomerados mediáticos monopólicos y una facción servil del poder judicial, con el objetivo de proscribir liderazgos populares en futuras elecciones, eliminando así la posibilidad de que los procesos de cambio regional iniciados en la década anterior puedan ser retomados o profundizados. Se apunta al desprestigio final de la política como canal de transformación social, promoviendo la desestructuración de la organización popular y replicando las tesis neoliberales del consenso de Washington, según las cuales el Estado es un actor inconveniente para el desarrollo de la economía y por ende, de la “vida pública”. Así se consuma el amordazamiento de la expresión crítica, conduciendo al blindaje público de políticas dictadas por los mismos sectores de poder concentrado, que pretenden el realineamiento geopolítico de la región con un mapa imperialista caduco y decadente. La condena del expresidente brasileño Lula da Silva a cargo del mediático juez Moro, sin haber presentado evidencias, es una muestra de la persecución sistemática a la que se quiere someter a los líderes populares que amenacen al totalitarismo empresarial en curso. Disparan desde la derecha A principios de julio, el economista liberal José Luis Espert señalaba en el diario conservador La Nación que la Argentina es un país decadente, entre otras cosas,


porque en el largo plazo tiende a crecer menos que sus pares y hace más de tres décadas que sus indicadores de pobreza no mejoran cuando el resto de los países emergentes sí lo hace. Uno de los motivos son las recurrentes crisis económicas por crisis de financiamiento de los déficits fiscales. A veces la inflación salta a niveles estratosféricos por exagerar con la emisión monetaria (el Rodrigazo de julio de 1975 y la hiperinflación de 1989-1990). Otras, por default producidos por llevar la deuda pública más allá de lo razonable (la crisis de la deuda de los 80 y el default de fines de 2001). O sea, lo que está mal es tener déficit fiscal, independientemente si se lo financia desde el Banco Central (BCRA) o si se recurre al crédito privado, señalaba. Lo cierto es que el gobierno no para de nombrar gente y crear cargos ridículos (favor, contener la risa) -absurdos nombramientos de una Dirección Nacional de Movilidad en Bicicleta, otra de Transporte no motorizado, y una más de Movilidad Peatonal-, mientras se exige que se baje el gasto público, que crece más del 30% anual, mientras estudia compar un avión presidencial de 50 millones de dólares. Los dueños de las decisiones El vicecanciller Horacio Reyser Travers, una figura del riñón macrista, fue CEO del fondo de inversiones Southern Cross, y está sindicado en la justicia por los delitos de estafa y administración fraudulenta por haber filtrado información sensible del Estado argentino a empresas qataríes en el marco de la firma del tratado comercial con ese país. El nuevo canciller Jorge Faurier (Susana Malcorra abandonó el cargo, pero sigue el monitoreo en las sombras), fue el segundo de Carlos Ruckauf cuando este cumplía tal función en el gobierno de Eduardo Duhalde, acusado de “omisión maliciosa” al ocultar en su manifestación de bienes, una empresa cuya propiedad compartió con Ramón Hernández, secretario privado de Carlos Menem, y el hombre que manejaba las cuentas cifradas en Suiza. No es difícil ver la participación directa del capital monopolista y financiero en sus ministros Luis Caputo (ex JP Morgan y Deutsche Bank), Nicolás Dujovne (Banco Galicia), Francisco Cabrera (HSBC), Andrés Ibarra (SOCMA), Juan J. Aranguren (Shell), Marcos Peña Braun (La Anónima SA), y en su segunda línea, Gustavo Lopetegui (LAN Chile y de la consultora Mc Kinsey), Mario Quintana (Grupo Pegasus y de la consultora Mc Kinsey), Mara Eugenia Talerico, nombrada en la UIF (Unidad de Información Financiera) cuando fue la abogada representante del HSBC ante las denuncias del lavado de dinero. Un país para pocos, atendidos por sus dueños, pero que como todos los conservadores son lacayos de los más poderosos. Esta elite conforma una sociedad donde la marginación, la pobreza, la ignorancia y el miedo les permita subordinarse y asociarse -como socios menores- al gran capital internacional y la sociedad se modele a su gusto y semejanza, señala el académico Horacio Rovelli. Ahora se habla de cadenas de valor, pero menos del 30 % de las exportaciones ingresan en ellas como mero proveedor de alimentos, donde el 60,9 % de las exportaciones argentinas del año 2016 se dividen

tan sólo en cinco productos primarios y su manufactura con bajo valor agregado. La banca trasnacional se encarga de la contabilización en cuentas paralelas que permiten la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación importaciones: la diferencia se deposita en guaridas fiscales, donde se esconden los ingresos. Menos ganancias en el país y, menor tributación. El tipo de producción de enclave implica crecimiento para el sector elegido (extractivas, agro y alguna industrialización de las mismas), más allá de un limitado multiplicador por trabajos e insumos locales. Mientras, los salarios estarán siempre compitiendo en moneda dura con los de Brasil o México u otro país de la región que sea alternativa de inversión (de allí la urgencia de bajar el costo salarial en dólares, los que paralelamente se deprecian encareciendo el salario medido en divisas, en términos reales por el ingreso de los mismos por deuda y la bicicleta financiera). Hay un doble cerrojo al proceso de determinación salarial: primero que no supere el salario medio industrial de cualquier país regional alternativo (en cuanto a inversión por las grandes empresas), y segundo, que las exportaciones puedan pagar las crecientes importaciones lujosas como autos, embarcaciones, whisky, jamón, perfumes, productos electrónico, a precio vil ante el atraso cambiario y la permisividad del gobierno al no limitar las compras externas. Y, también por la destrucción de las industrias nacionales que se animaban a producirlos, más la lógica de las grandes trasnacionales que con su integración empresarial toman en cuenta en segundo término las condiciones de desarrollo del país. Es aquí donde juega el rol perverso de la bicicleta financiera, dado que relaciona la tasa de ganancia financiera en moneda dura con el resto del mundo mediante tasas positivas de interés, atrasar el tipo de cambio, reducir aranceles y/o desproteger el sector externo permitiendo sustituir la producción local por la extranjera. En lugar que el tipo de cambio lo fije la cuenta corriente de la balanza de pagos, lo fija la cuenta de capital atraída por la perniciosa combinación de atraso cambiario y altas tasas de interés, base de la inconsistencia del modelo macrista.

La administración de Macri trata de frenar la inflación con endeudamiento (externo e interno) y Letras del Banco Central (Lebac) y pases a tasas astronómicas, incrementando exponencialmente la deuda externa e interna del Estado. Conscientes que esto no lo pueden repetir permanentemente, se preparan para realizar un fuerte ajuste de las cuentas públicas y consolidar la deuda de corto plazo en un bono (similar al empréstito “9 de Julio” de Álvaro Alsogaray en la década de 1960). El reciente informe del Fondo Monetario Internacional aparece casi como un “alter ego” del actual gobierno por lo que resulta útil repasar las principales advertencias e indicaciones que hace, no sólo porque permite vincularlas con decisiones ya impulsadas a lo largo de los últimos 18 meses sino también porque anticipa contenidos de su estrategia futura, que aspira a profundizar a partir de octubre, si le va bien en las elecciones parlamentarias. Argentina, ¿modelo para la periferia? La intencionalidad del poder mundial es visibilizar los “avances” argentinos con la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Argentina en diciembre y del G20 en julio del 2018, donde se tratará la agenda de la transnacionalización y del libre juego del mercado: comercio electrónico, liberalización de la pesca o cambios regresivos en materia de desempleo y súper explotación, no solo en el país, sino en todo el mundo. El problema es que se consoliden los “avances”, ante la protesta laboral y las elecciones de octubre. Un gigantesco operativo de seguridad no logró impedir en Hamburgo la visibilización de la protesta ante la cumbre del G20, que algunos interpretan como un paso hacia la construcción de alternativas a las del capitalismo financiero, cuando la desigualdad creciente en el mundo muestra la realidad del mercado libre y la descarnada puja entre capitales hegemónicos y sus países de origen luchan en la OMC por manejar al economía mundial. Quizá la Antártida argentina sea un buen lugar para blanquear ambas reuniones, y una forma natural de enfriar la protesta.


La mayoría de los adolescentes argentinos vive en 2017 en la pobreza estructural Rubén Armendáriz| Al menos uno de cada dos adolescentes es pobre: la incidencia de la pobreza es mayor entre pibas y pibes de 13 a 17 años que entre la población general, en la que afecta a uno de cada tres habitantes, según revela un informe que presentó Unicef, una radiografía sobre la adolescencia en la Argentina, elaborado a partir de la información oficial. Coincidentemente, el último relevamiento realizado por la privada Universidad Católica Argentina (UCA) revela que seis de cada diez chicas y chicos de hasta 17 años viven en situación de pobreza estructural y refleja la vulnerabilidad en la que viven 7,6 millones de niños, niñas y adolescentes en el país. El informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA ubica a un 58,7 por ciento de los menores de 17 años en situación de vulnerabilidad, a diferencia de los 45,8 por ciento que el Instituto Nacional de Estadística y Censos reconoció para el segundo semestre de 2016 entre los menores de 14 años. O sea, 6 de cada diez menores de edad viven privados de al menos una de las seis dimensiones incorporadas en el estudio: alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información y educación.ar-pobreza16 El informe de Unicef El informe de la Organización de Naciones Unidas para la infancia y Adolescencia (Unicef) señala que una gran parte de las jóvenes se ve afectada debido a la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado que socialmente se les asigna: dos de cada 3 chicas de 15-29 años, que ni estudian ni trabajan (los mal denominados ni-ni) son mujeres que se encargan de hacer ese trabajo invisibilizado y no remunerado en sus hogares. El informe, elaborado con los datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares, del último trimestre de 2016, revela que medio millón de adolescentes están fuera de la escuela y solo la mitad de los que ingresan terminan el nivel secundario. Entre las mujeres, un 42,1 por ciento dejó de trabajar o estudiar por esta razón, frente al 12,9 por ciento de los varones. “Se necesita más presupuesto, más políticas públicas y dejar de ver a los adolescentes como un problema. Hay que darles lugar para la participación”, señaló la representante de Unicef Argentina, Florence Bauer, al diario Página 12. Según el informe, los adolescentes y jóvenes son las principales víctimas de la violencia institucional: entre 2011 y 2015 se registraron 207 víctimas menores de 18 años de edad de tortura y/o malos

tratos en centros de detención de la provincia de Buenos Aires, señala el informe. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, durante 2015 se produjeron 347 denuncias por hechos violentos hacia niños, niñas y adolescentes, por parte de las fuerzas de seguridad, “cifra que muestra una tendencia de aumento respecto de los años anteriores”, denuncia el informe que también cuestiona a los medios de comunicación que “tienden a mostrar visiones sesgadas, negativas y estigmatizantes sobre los adolescentes en lo que podríamos denominar violencia mediática”. La incidencia de la pobreza en este grupo etario es uno de los puntos más críticos, señala el estudio de Unicef, titulado “Para cada adolescente, una oportunidad”, que la titular de la oficina local presentó en el Centro Cultural Recoleta. El nivel de las privaciones no es homogéneo en la Argentina, dijo. “La pobreza alcanza a 1 de cada 3 adolescentes en el sur del país pero a 1 de cada 2 en el noreste del país, la región de Cuyo y en el centro de la nación, de acuerdo con los datos de la EPH del último trimestre de 2016. La desigualdad también se expresa en al acceso a la protección social. Si bien la Asignación Universal por Hijo alcanzó a un millón de adolescentes entre 12 y 17 años, a partir de los 13 años los niveles de cobertura tienden a descender y esto se acentúa en la población de 16 y 17 años, alerta Unicef. “Las deficiencias de diseño y de llegada de la política pública dejan expuestos a riesgos sociales y económicos a un grupo grande de adolescentes. Diferentes estimaciones muestran que la condicionalidad educativa, aunque contribuye a mejorar las trayectorias educativas de los adolescentes insertos en el sistema escolar, no resulta suficiente para atraer a adolescentes más vulnerables que todavía están fuera del sistema educativo”, indica el informe. Para Unicef, la maternidad temprana es otro aspecto preocupante ya que el 15 por ciento de los nacimientos en el país corresponden a madres adolescentes, una tasa que se mantiene altísima hace años en el país. Unas 3000 niñas menores de 15 años que dan a luz cada año: por su edad, se presume que sus gestaciones han sido producto de abuso sexual. “Los adolescentes deben contar con un sistema de protección social de calidad, que llegue a todos los que lo necesitan, con un foco específico en las situaciones de mayor vulnerabilidad y exclusión social. La coordinación intersectorial e interjurisdiccional debe fortalecerse para implementar políticas integrales que fomenten el crecimiento pleno con enfoque de equidad. En el ámbito educativo el Estado debe garantizar que todos los adolescentes se encuentren escolarizados en el ciclo básico, reciban una edu-


Diez adolescentes mueren cada día

cación de calidad y finalicen sus trayectorias escolares de forma adecuada”, señala Unicef. Medio millón de adolescentes fuera de la escuela En Argentina medio millón de adolescentes están fuera de la escuela y solo la mitad de los que ingresan terminan el nivel secundario. “El abandono escolar está fuertemente relacionado con el embarazo adolescente y con la inserción temprana en el mercado de trabajo, así como con otros riesgos que pueden conllevar a situaciones de exclusión social”, advierte un informe de Unicef. El mismo indica que el abandono escolar tiene graves consecuencias en la historia de vida de cada adolescente y “compromete también el capital social” del país. El organismo de Naciones Unidas exhortó al Estado argentino a “atender también de manera integral a la salud de los y las adolescentes a través de políticas públicas, desde un enfoque de derechos, de promoción de la salud y de prevención de riesgos específicos –tales como embarazo no planificado, suicidio, consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas, alimentación inadecuada–, garantizando el acceso a servicios adecuados y la participación de los adolescentes en el sistema de salud”. El informe indica que en la escuela secundaria, tres de cada 10 estudiantes transita su escolaridad con sobre-edad y esto se debe “en gran parte a que han repetido años anteriores o a interrupciones durante su trayectoria escolar previa”. Esta problemática se inicia de forma temprana: entre 15 y 17 por ciento de los estudiantes que cursan el último ciclo lo hacen con uno o más años de sobre-edad, de acuerdo con datos del Ministerio de Educación y Deportes argentino. Unicef reclamó, asimismo, especial atención sobre las situaciones de vulnerabilidad. Adolescentes en riesgo de exclusión, expuestos a trabajo infantil, migrantes, adolescentes en situación de pobreza, con alguna discapacidad, adolescentes en conflicto con la ley, o adolescentes que han vivido en instituciones estatales por carecer de cuidados familiares “deben contar con esfuerzos sostenidos por parte de las instituciones públicas para lograr revertir esas situaciones de vulnerabilidad y garantizar todos sus derechos”, señaló el organismo internacional. Unicef exhortó a que las políticas públicas coadyuven a modificar la imagen negativa estereotipada de los adolescentes y reforzar la idea de los adolescentes “como agentes de cambio, con potencial para contribuir positivamente en todos los niveles”.

En 2015 murieron 3.533 adolescentes de entre 10 y 19 años, es decir que cada día mueren 10 muchachos. La mortalidad entre los varones es dos veces más alta que entre las mujeres. El informe de Unicef señala que seis de cada diez muertes de adolescentes se debe a causas externas, entre las que se destacan los accidentes de tránsito (asociados a conductas de riesgo que se han incrementado como el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas), los suicidios y las agresiones. Resultado de imagen para adolescentes argentinos obsesosUn dato que llama la atención es que en los últimos años ha aumentado el sobrepeso y la obesidad. Según datos de 2012, dentro del grupo de adolescentes de entre 13 y 15 años, uno de cada 4 tenía sobrepeso y uno de cada 17, obesidad. Los adolescentes de nivel socioeconómico más bajo tienen 31 por ciento más de probabilidad de sobrepeso. “Argentina está entre los tres primero países en consumo de gaseosa per cápita”, asoció Florence Bauer. Un dato que preocupa al organismo de la ONU es el aumento de los suicidios, dado que la tasa trienal de mortalidad de adolescentes por suicidios pasó de 2,5 cada 100.000 habitantes durante el trienio 1990-1992 a 6.9 durante el trienio 2013/2015. En 2015 se registraron 438 casos de suicidio (75% correspondieron a varones). Hay que considerar este número como la punta de un iceberg del malestar, observó Florence Bauer, directora de Unicef para la Argentina, quien admitió que se trata de una tendencia global. “ La cuestión del abuso sexual es un problema extendido. Es la adolescencia, en la Argentina, está muy naturalizado. Es altísimo el embarazo en adolescentes. En algunas provincias del norte llega al 25 por ciento de los nacimientos. Dentro de ese universo hay unas 3000 madres menores de 15 años, cada año y es alta la probabilidad de que sean embarazoso producto de abuso sexual”, señaló la funcionaria al diario Página12. Por otra parte, en la adolescencia se sufre el acoso escolar –4 de cada 10 han sufrido algún tipo de acoso escolar–, tienen mucha presión por las situaciones de desempleo y la cuestión de la violencia física sigue siendo una realidad. La adolescencia es una fase de la vida que por sí misma es compleja y las y los adolescentes tienen pocas oportunidades de ser escuchados, añadió. Bauer indicó que, además, para la sociedad los adolescentes tienen una imagen negativa. Para mucha gente son vistos como un problema más que como una oportunidad. Hay que empezar a ver a los adolescentes como personas con derechos y no tanto como un problema. Las recomendaciones de Unicef En su informe “Para cada adolescente, una oportunidad”, Unicef también propone una serie de caminos posibles para que el Estado entable otras relaciones con chicas y chicos. El organismo delineó una serie de acciones y políticas públicas, que, de aplicarse, en algunos casos podrían reforzar otras existentes y, en otros, destrabar debates legislativos, como el de la responsabilidad penal juvenil, para estipular perspectivas basadas en los derechos humanos. Sancionar de una ley nacional que establezca un Sistema de Justicia Juvenil Especializado, que no disminuya la edad de punibilidad y sea acorde a los estándares internacionales. -Reforzar los sistemas provinciales de justicia penal juvenil garantizando su especialización y leyes procesales acordes. -Fortalecer el uso de las medidas alternativas a la privación de libertad, asegurando que para los adolescentes en conflicto con la ley penal, la privación de la libertad sea el último recurso. -Fortalecer el sistema de protección integral de derechos para prevenir el conflicto con la ley penal y para la implementación efectiva de medidas alternativas a la privación de libertad. -Implementar sistemas de monitoreo y control de los centros de privación de libertad con el fin de prevenir la tortura y los malos tratos. -Destinar recursos y esfuerzos a la prevención del conflicto con la ley penal incluyendo la prevención de la reiteración de hechos delictivos. -Definir estrategias orientadas a la reinserción social para facilitar la inclusión de los adolescentes en un proyecto de vida alejado del delito. -Diseñar e implementar un sistema de información nacional sobre niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley penal para poder dimensionar el fenómeno y diseñar políticas públicas pertinentes y eficaces. *Investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)


Sobre el calentamiento global, la paz y la democracia. (La verdad a medias)

Pablo González Casanova Hace menos de un año “The Economist” –una prestigiada revista inglesa– sostuvo en su editorial, que Trump representa “una nueva edad de lo que podría llamarse la post-verdad”. Según la revista, en esta nueva edad sus voceros ya no se preocupan de las evidencias ni de las ciencias. Esta afirmación es engañosa, pues si Trump representa la época de la post verdad, al no ocuparse de las evidencias científicas, tanto “The Economist” como la autollamada “ciencia normal” o “corriente principal”, hasta en sus posiciones críticas, tampoco respetan la verdad completa de las ciencias de la materia, de la vida y la humanidad con una crítica en profundidad. Si los artículos de la revista incluyen al cambio climático y demuestran que éste tiene un carácter antropogénico, y que es necesario reconocer “Los acuerdos de París”, tanto Trump como los científicos del sistema, dejan fuera de su programa y de sus conceptos y explicaciones expresas otras amenazas a la vida, como el creciente peligro de la guerra nuclear, y el de varias nuevas fuerzas de dominación y acumulación, capaces de destruir a la Humanidad, y a la Vida en el Planeta e incluso a las cor-

poraciones y complejos empresarialesmilitares-políticos-y- mediáticos que están haciendo de sí mismos las victimas, en su obstinada obsesión por aumentar su poder, utilidades y riquezas. Al mismo tiempo que eso ocurre entre los que mandan y ganan, y entre sus apologistas, muchos investigadores que son críticos a medias, como los herederos del “nacionalismo revolucionario” o de “la teoría de la ‘dependencia’”, insertan el colonialismo como una variante estructuralista, y al formular problemas y soluciones, no incluyen al “capitalismo” como causante de la tragedia. Cardozo y Faletto, y no pocos de sus sucesores, caen en esa “ausencia cognitiva” a la que el propio de Souza Santos, recientemente se refirió y en la que incurrió. La verdad completa sólo se logra si al “colonialismo “y a “la dependencia”, se añade “el capitalismo” en su situación actual. Ciencias de la complejidad La verdad completa de los ya amenazadores desastres que causa y tiende a causar el capitalismo es la que incluye al propio capitalismo como causa principal de lo que ocurre, y que en él incluye el colonialismo, como una de sus estructu-

raciones de relaciones desiguales construidas para la apropiación del excedente. Por supuesto los “normales” tampoco abordan en sus conclusiones los distintos caminos de emancipación frente a las causas del desastre. Es más, la verdad completa sólo se encuentra si entre los argumentos científicos se toman en cuenta la situación realmente existente del capitalismo actual y los daños que su atractor principal causa a la tierra, a la vida y a la inmensa mayoría de la humanidad, todas ellas víctimas de tendencias a agravarse, plenamente comprobadas. De la situación existente y creciente, y de su reconocimiento, derivarán las verdaderas soluciones, que incluyen al capitalismo actual y la forma en que está empleando las ciencias de la complejidad con 1º. Los “sistemas complejos en transición al caos, o del caos”, 2º. Los “sistemas orientados a lograr fines” y 3º. Las ciencias de la comunicación, de la información, de la semiótica y de la organización, para diseñar y formalizar los modelos y escenarios con más probabilidades de maximizar el logro de sus objetivos que son la ley de un sistema de dominación y acumulación de poder, riquezas y utilidades, y que en el capitalismo actual sólo se entienden si son objeto de un conocimiento científico crítico y actualizado de la realidad económica actual y de la ley del valor. Estas superan su comprensión, aunque deberían tomarse hoy, como punto de partida de las ciencias de la complejidad. Hoy no es la ciencia económica el conocimiento fundamental. Si lo fue en los orígenes del desarrollo industrial para la crítica del capitalismo clásico, hoy la crítica rigurosa de las ciencias de la complejidad muestra como éstas esconden la dominación y la acumulación por “desposesión” o despojo para la acumulación de poder, riquezas y utilidades, y no inician su argumentación científica con la crítica de la ciencia económica al servicio del capitalismo. El des-cubrimiento es aún más exacto cuando a la crítica de las ciencias de la complejidad se añade la


crítica a las ciencias de la comunicación, de la información y la organización, y de los teatros de lucha y guerra reales y virtuales, así como de las estrategias y tácticas aplicadas para maximizar el logro del principal atractor del sistema, mediante la comunicación, la información, la organización, el diseño y la formalización de estrategias óptimas, para el logro de las metas del sistema y la confusión sofisticada para que el enemigo o la víctima no distinga entre lo real y lo virtual. El análisis puede parecer difícil de comprender pero eso se logrará cada vez más conforme se integren las ciencias de la complejidad, de la comunicación y de la organización, a la educación y la cultura general, y a partir de ésta se aprenda a auxiliarse también de los conocimientos de los “especialistas orgánicos”, y de la “praxis” de los revolucionarios y rebeldes, en particular de los más originales y profundos, los que se expresan, pon ejemplo, en escritos como los de Fidel, el sub-comandante Galeano, y Chávez, el general bolivariano. En las luchas que éstos conocen a fondo surgen también los escenarios óptimos de la estructuración de las fuerzas y relaciones emancipadoras, y las desestructuraciones de las opuestas, en que se reconocen las combinaciones varias de lo real y lo formal, de lo abierto y lo encubierto, de lo legal y lo ilegal, de lo humanitario y lo criminal, y otras que no sólo combinan, sino articulan, los centros y nodos de luchas empresariales,

militares, políticas, culturales, sociales, y mediáticas, en espacios y tiempos varios de acumulación primitiva o por despojo, y de acumulación ampliada del poder y riquezas por la vía del contrato y del salario, todas variantes en los países metropolitanos y dependientes o coloniales y en las poblaciones “participantes” o “marginadas”, según el peso de los trabajadores y pueblos organizados, y en medio de una movilidad ascendente o descendente que los hace mejorar o perder, según suban o bajen la productividad tecnológica y la “renta colonial”, lo cual determinó y determina una creciente diferenciación estructural –no esperada– de la clase obrera y el pueblo trabajador. El conocimiento y reconocimiento de tamaña complejidad es tan necesario como esclarecedor, sobre todo cuando se ve que, con toda su creciente eficiencia, el sistema no puede escapar a la ley del valor y a las contradicciones de las relaciones de explotación que derivan periódicamente en la sobreproducción o el subconsumo, y que hoy dan al sistema un carácter terminal, con una opción: que los accionistas, dirigentes e ideólogos de corporaciones y complejos reconocerán si se abren a la verdad completa y aceptan –aunque sea entre remilgos y rechazos, entre confrontaciones y negociaciones– la necesaria construcción de un sistema postcapitalista. Las nuevas ciencias de la complejidad y la comunicación de que los expertos se sirven, modelan, formalizan y escenifi-

can el capitalismo para escoger sus mejores cursos, es decir, los que con menores costos, alcanzan la mayor eficiencia y eficacia en el logro de “sus atractores” de dominación y acumulación, todo eso, sin el menor escrúpulo o reparo en los “efectos laterales”, “buscados” y “no buscados” por el sistema en cuanto aumentan su poder, ganancias y riquezas, y su dominio tanto en los mercados como en la explotación del suelo y el subsuelo, de la tierra, el aire y el agua y de los reinos vegetales, animales y humanos. El temor a la verdad Hoy, complejos y corporaciones, formales e informales, legales e ilegales se desentienden y “niegan” los efectos producidos por las nuevas fuerzas de producción y por las nuevas relaciones de producción, incluso las que dañan y amenazan a la humanidad. Es más, los líderes y beneficiaros de corporaciones y complejos, persistentemente sacan de su conciencia, si es que ésta llega a incluirlos, los efectos adversos a la Humanidad de que el sistema es causante. Es más, accionistas, ejecutivos e intelectuales de la corriente principal colocan los daños que el sistema causa en un primer lugar de los “conocimientos prohibidos ¡en ‘la sociedad del conocimiento’”! Timor veritatem conturbat me, “El temor a la verdad me inquieta”, como diría Terencio. Se trata de conocimientos “negados” o “descalificados” desde el inconsciente, según Freud; o de “conocimientos incómodos”, en la expresión de Al Gore, y corresponden al lenguaje que no es “políticamente correcto”. La verdadera situación y sus tendencias plantean constantes y crecientes ausencias cognitivas, sobre las causas principales que las provocan, así como sobre las soluciones a las mismas. Las verdades sobre las causas son aún más incómodas que la aceptación de que los males y peligros del sistema amenazan la vida en la Tierra. Sólo sostener que el cambio climático es “antropogénico”, es decir, consecuencia de la acción humana,


como sostuvo hace tiempo un grupo de científicos de la Universidad de East Anglia, hizo objeto a los investigadores y a su director de incontables acusaciones y descalificaciones. La gran prensa y numerosas organizaciones, acusaron al director y a los investigadores de haber manipulado los datos de sus computadoras borrando aquéllos que dis-confirmaban sus tesis. El escándalo se dio en periódicos, gobiernos y universidades y fue tal que la Academia Inglesa de Ciencias nombró una comisión de sus especialistas para que aclararan si tenía base o no la acusación. La Comisión rindió un informe en el que hizo ver que los datos borrados por el equipo correspondían a una práctica de corrección y desecho de datos falsos, que es habitual en todo investigador, y que nada de lo “borrado” “disconfirmaba” la tesis de que el cambio climático es antropogénico. El escándalo siguió y fue tal que el Parlamento Británico decidió designar otra comisión de científicos cuyas conclusiones fueron exactamente las mismas de sus antecesores. Es más, dos connotadas revistas científicas norteamericanas defendieron al grupo y sus tesis. La revista “Nature” hizo una defensa abierta, y “Scientific American” publicó un número entero sobre el tema, en que todos los artículos de los más distinguidos especialitas confirmaban, una por una, las tesis del grupo de East Anglia, cuyo director por cierto acabó renunciando... Un ejemplo más reciente sobre la negación del problema y sus verdaderas causas, es el del Presidente de la Academia Norteamericana de Ciencias sobre “Los Acuerdos de París”, cuyas resoluciones ni siquiera son “vinculantes”, es decir no son obligatorias para quienes las suscriben. Cuando Trump decidió retirar a Estados Unidos de “Los Acuerdos de París” –que unieron a todos los países del mundo–, y tomó esa decisión bajo el pretexto de que las tesis de los “Acuerdos” no se sostenían y eran inventadas, como una prueba de que no tenían ninguna validez y como prueba de su personal coherencia, nada menos que echó a andar las industrias del carbón, uno de los más agresivos causantes de la polución atmosférica, del calentamiento global y de uno de los más amenazadores efectos de éste en la biósfera, con repercusiones en el Polo Norte y el Polo Sur, como el derretimiento de las zonas de los grandes hielos, a la que sigue el crecimiento del nivel de los mares, y la intensificación de los huracanes, de las tormentas y las inundaciones de campos y ciudades. A tamaña descalificación del Presidente de Estados Unidos, el Presidente de la Academia Norteamericana de Ciencias decidió publicar una carta sobre la certezas de la comunidad que representa, basadas en las investigaciones de los especialistas en peligros climáticos; pero al referirse a los causantes de los males, salió con una ingeniosa y lamentable afirmación en que se echó y les echó la culpa a los científicos por haber abierto “la caja de Pandora”... Lejos de él estuvo decir la verdad completa. Prefirió autoflagelarse y flagelar a los suyos, empleando una cierta ironía culta y un sentido del humor más o menos indefinido. Lejos estuvo de él pensar y decir lo que El-

mar Altvater, profesor de la Universidad de Berlín, ha sostenido fundadamente, y es que el cambio climático y sus peligros para la vida en la Tierra tienen como origen al sistema capitalista, cuyo atractor principal, por cierto, –y lo decimos una vez más– es la acumulación de poder, riquezas y utilidades. El temor a la verdad completa oculta que “Los Acuerdos de París” son mínimos en relación al costo de los daños causados y por venir, y solamente se han cumplido en parte, insuficiencias a las que se añaden nuevos problemas con las soluciones que se han puesto en marcha –muchas de las cuales buscan sólo medidas técnicas dentro del sistema vigente–. Esas técnicas en buena parte y para colmo se han convertido en nuevos negocios de quienes venden “técnicas para protegerse del calentamiento global y otras amenazas”, o para salvarse de ellas… sin que el sistema tenga la menor posibilidad de llevar a los hechos, una verdadera solución. Nuevamente el temor a la verdad completa, de que mientras el capitalismo domine al mundo, ni va a cubrir los daños que causan sus negocios con pérdidas que acabarían con ellos, ni va a dejar de producir, deliberadamente, mercancías de caducidad calculada con muchas de ellas “integradas como un todo compacto” en que si se decompone una parte deja de funcionar todo y, por grande que sea éste, se convierte en basura. La verdad completa es que los negocios han prosperado desde que el sistema impulsó la sociedad de consumo y el

consumo de masas con una exitosa publicidad de refrescos, comidas, y varios artículos más de “primera necesidad” y de baja que están creando también inmensos basureros en los mares, los campos y las ciudades, cuyos daños se hallan lejos de ser resueltos por un sistema que los produce para hacer inmensos negocios… con la basura… Proyectos enmancipadores Males y remedios tienen mucho que cambia y mucho que persiste. Entre sus variaciones destacamos las dos principales y que siguen siendo plenamente válidas en el mundo entero: la democracia, y el que ésta sea efectiva, lo que sólo se dará si se logra que el sistema sea poscapitalista. ¿Cómo lograrlo?, ese es el otro gran problema que aquí sólo apuntamos. Por lo que se refiere a los remedios, la solución persistente es la que planteó, – en la Revolución Francesa de 1789–, el ala izquierda de la Asamblea General. Cuando se discutía en quien debía recaer la Soberanía, y unos sostuvieron que en la Monarquía, mientras otros que en la República, la Izquierda sostuvo que el Soberano debía ser el pueblo. Esa profunda solución no se aprobó y en medio de todas las redefiniciones y aportaciones a la libertad humana que surgirían en los movimientos emancipadores –como el respeto a toda religión, creencia humanista, o diferencia de raza, edad, sexo y afinidades sexuales– y como el renovado peso que se dio con el radicalismo liberal y la revolución cubana a la organización moral y a la práctica del poder real del pueblo para que tome las decisiones definitivas, con todo y eso, la palabra “Democracia” dentro del capitalismo se vació de su contenido real y fue usada como disfraz de repúblicas y monarquías, de oligarquías y burguesías, y de regímenes y clases dominantes que para nada hacían efectiva la soberanía del pueblo, el poder real del pueblo y sólo usaban el término para ocultar su verdadero autoritarismo. La transformación de la revolución popular en revolución burguesa, acompañada de los cambios que produjo la Revolución Industrial, dio pie a la aparición de empresas con un creciente capital fijo integrado en gran parte por maquina-


rias, y que sustituía el trabajo servil por un trabajo asalariado, –correspondiente al llamado capital variable, o que el capital empleaba para el pago de míseros salarios, quedándose con la mayor parte de la riqueza producida. Fue una época aquélla en que el capital empezó a exaltar una promesa de Progreso Generalizado que nunca cumplió y así ocultó un despojo al que los grandes economistas como Adam Smith y Ricardo no consideraron y del que a poco tiempo Marx y el Marxismo dieron cuenta con un conocimiento a la vez crítico y científico, cuyo análisis de la Sociedad y no sólo de la Naturaleza, aportaba a la ciencia el saber preciso de una categoría hasta entonces ninguneada por filósofos y utopistas, y que no sólo planteaba la necesaria lucha contra el poder de burguesías y aristocracias sino contra la dominación para la explotación de unos hombres por otros –de aquélla que los oprimidos y explotados, tendrían que liberarse mediante la creación radical y revolucionaria de un sistema socialista–. Su planteamiento y el de sus sucesores todavía no incluyó en un primer plano el gran peso que requeriría del poder de las clases y pueblos dominados y explotados, que necesitarían organizar su propio poder en una democracia, actual y moral, respetuosa de la libertad y de las diferencias y valores de sus componentes. El proyecto emancipador, entre grandes tropiezos, se enriquecería como concepto liberador con el liberalismo radical de José Martí en la segunda mitad del siglo XIX, con los movimientos de la juventud del 68, con los de Cuba y los de La Lacandona del Sureste Mexicano encabezado por los indios mayas y por algunos jóvenes rebeldes que se integraron a ellos.La explicación de tan complejo proceso debe buscarse en la verdadera historia que sucedió a la revolución de 1789 y a la revolución industrial, en aquélla con sus ofrecimientos profundos largamente olvidados tras la contrarrevolución que llevaron a cabo burguesías, aristocracias y ejércitos, y ésta con la verdadera historia de lo que sucedió, en que con la industrialización la contradicción creciente entre explotadores y explotados, primero llevó a una gran ola revolucionaria que estalló en l848 y que tras ser derrotada, inició todo un largo período histórico en que se combinaron las políticas revolucionaras y las reformistas, con las de poderosos dominios monopólicos en las metrópolis y su expansión en las colonias, bajo procesos que, durante un tiempo, permitían el reparto del mundo y que al llegar sus crisis de producción y consumo, de recursos naturales y de mercados derivaban en guerras “mundiales” entre las grandes potencias. En todos esos procesos que se

repiten en su secuencia hasta nuestros días, la solución al problema no sólo se volvió esencial para los trabajadores formales e informales, ni sólo para los países coloniales y dependientes, o para los imperialistas sino para toda la Humanidad. Seguir hoy el camino de las viejas soluciones lleva siempre, por un lado, a disminuir lo poco de derechos que pueblos y trabajadores tienen, y dadas las armas de que hoy disponen las grandes potencias, y otras naciones más o menos aliadas, a privar de todo sentido una guerra mundial, pues no sólo por la cantidad de países que disponen de armas nucleares, sino porque éstas son más poderosas y efectivas que nunca, todo hace también más válida que nunca la teoría de una “guerra de destrucción mutua” (“Mutual Assured Destruction”), que acabaría con la vida en el Planeta. Y el problema no es sólo ese, sino el de una nueva Revolución Industrial, que está robotizando el trabajo, y dejando sin capacidad de consumo a miles de millones de habitantes y a no pocos de los que hoy tienen capacidad de compra. Es más, el tipo de socialismo conocido como socialdemócrata o keynesiano, o el que se conoce como socialismo marxistaleninista de Estado, han perdido sentido con las políticas neoliberales, y con las de una nueva “nomenclatura burguesa” que realizó la mayor “acumulación primitiva” conocida en la historia, en que sus beneficiarios, ya como capitalistas, usan la lógica del capitalismo de Estado tras la abierta restauración del capitalismo. La solución y freno a tan trágico desenlace está en la Revolución Cubana, que organizó la democracia, armada de moral y fusiles, de todo el pueblo con un espíritu que cada vez adquirió más un carácter

defensivo frente a una ofensiva integral contra la sociedad, el mercado formal y el estado-pueblo. La solución aparece también entre los indios y las comunidades campesinas y los sectores y zonas marginados de México que con los mayas y otras etnias practican la rica cultura del “nosotros” que tanto estudió Carlos Lenkersdorf, profesor de la UNAM, y que enfrenta tanto en las palabras como en los actos a la cultura debilitante del “yo” que el enemigo fomenta con el “individualismo”. Hoy, a la creatividad de esos caminos de transición a otra democracia y otro socialismo se añade la lucha heroica de Venezuela contra el imperialismo y sus oligarquías, en que se ha organizado un frente del bajo pueblo, de los trabajadores del campo, las ciudades y el petróleo, fuertemente apoyado por amplios grupos de los sectores medios, y nada menos que por el ejército bolivariano que encabezó Chávez –brillante ideólogo de la soberanía del pueblo y de la necesaria unión de Latinoamérica en la lucha por la democracia y el socialismo–. Todos los movimientos señalados, en la junta de proyectos ancestrales y contemporáneos intentan un camino que, en lo que se pueda sea pacífico, y esté preparado para defender los intereses comunes, la libertad, y la justicia personal y social, en un proceso que se dará –entre conflictos y consensos– procurando en todo caso sostener la solución política que más los aleje de la vía armada, y construyendo la soberanía de los pueblos, que no se toma sino se construye desde abajo y con los de abajo, ideal que se originó en la Revolución Francesa y que tanto se enriqueció con las experiencias posteriores.

* Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

TODOS LOS ANÁLISIS Y LA INVESTIGACIÓN DE FONDO EN


Plan Cóndor mediáticojudicial como herramienta de dominación corporativa Las organizaciones de comunicación y colectivos sociales nucleados en el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica alertamos a los pueblos de la región sobre la estrategia concertada que están llevando adelante grupos de poder económico, conglomerados mediáticos monopólicos y una facción servil del poder judicial, con el objetivo de proscribir liderazgos populares en futuras elecciones. Con ello se quiere eliminar la posibilidad de que los procesos de cambio regional iniciados en la década anterior puedan ser retomados o profundizados. Aún más, se apunta al desprestigio final de la política como canal de transformación social, promoviendo la desestructuración de la organización popular y replicando las tesis neoliberales del consenso de Washington, según las cuales el Estado es un actor inconveniente para el desarrollo de la economía y por ende, de la “vida pública”. La condena del expresidente brasileño Lula a cargo del mediático juez Moro, sin haber presentado evidencias contundentes, es una muestra de la persecución sistemática a la que se quiere someter a los líderes populares que amenacen al totalitarismo empresarial en curso.

Medida que se enhebra perfectamente en la lógica antipopular de leyes y medidas gestadas por el gobierno golpista que destituyó a la presidenta constitucional Dilma Rousseff mediante una mayúscula farsa parlamentaria. Tal lógica se completaría con la probable dimisión del presidente de facto Temer, incluso con su condena, pretendiendo así “cumplir la ley” y dejar el camino expedito para un candidato “limpio” – supuestamente apolítico – apoyado por el empresariado y promovido por el grupo de multimedios hegemónico. En el mismo sentido debe entenderse el veto anticipado de la justicia electoral paraguaya a la candidatura de Lugo o los procesamientos a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner por causas inverosímiles. Del mismo modo, algún jurista allegado al principal grupo de medios colombiano alega que Gustavo Petro no podría presentarse como candidato a la elección presidencial de 2018 por supuestas deudas en un fallo de responsabilidad fiscal. Otros periodistas hacen el trabajo sucio en Uruguay pretendiendo vincular al ex presidente Mujica con antiguos atentados terroristas. ¿Y qué decir de la andanada mediática mundial que ya en tiempos de Chávez soportaba la revolución Bolivariana, hoy llevada al paroxismo por todos los medios y agencias de noticias dominantes, mostrando tan sólo la versión opositora y condenando a priori cualquier medida o propuesta que lleve adelante el legítimo gobierno electo de Nicolás Maduro? La embestida se configura del mismo modo contra vicepresidentes o ministros en una cadena de responsabilidades que recuerda a prácticas fascistas. De igual manera, líderes de movimientos populares y periodistas verdaderamente independientes son asesinados, encarcelados o amedrentados en Colombia, Argentina, México, Honduras, Paraguay, Brasil y varios otros puntos de la región. Así se consuma el amordazamiento de la expresión crítica, conduciendo al blindaje público de políticas dictadas por los mismos sectores de poder concentrado. Sectores que además pretenden el realineamiento geopolítico de la región con un mapa imperialista caduco y decadente. Como comunicadores y militantes del campo popular, rechazamos y nos oponemos activamente a este nuevo Plan Cóndor mediático-judicial. Llamamos a las organizaciones democráticas a autoconvocarse en defensa de las mayorías populares, a profundizar la integración regional de signo soberano y a manifestarse inequívocamente contra los designios retrógrados que amenazan nuestro libre derecho a elegir el rumbo que queremos para nuestras sociedades. *Foro de Comunicación para la Integración de Nuestramérica

Brasil: Golpe tras golpe, en la destrucción del presente y también del futuro Juraima Almeida-CLAE|

Brasil vive momentos trascendentes: Dilma Rousseff destituida no se sabe bien por qué; Michel Temer al borde del abismo; Lula, que tiene la mayor intención de votos, condenado. Mientras, aparecen nuevos jugadores en el mercado presidencialista: el diputado Rodrigo Maia e incluso el juez Sergio Moro. Brasil está a la deriva y sin orden, sin instituciones en las que la gente confíe, con un poder judicial que es una fuente de inseguridad jurídica. Henry Kissinger, el legendario armador del actual sistema de dominación mundial solía decir que “hacia donde vaya Brasil se inclinará toda la región”. No le faltaba razón a este genio del mal: la región anda a los tumbos y Brasil –su nave insignia- no sabe para qué lado agarrar. Sin orden ni progreso, navega a la deriva, con el palo mayor destartalado y las velas desquiciadas. El miércoles 12 de julio el juez de primera instancia Sergio Moro (¡con plenos poderes!) sentenció al ex presidente Luis Inacio Lula da Silva a nueve años y seis meses de cárcel por un supuesto acto de corrupción en el que éste habría recibido un departamento de lujo a cambio de favorecer a un contratista, vivienda que, además, pertenece a la Caixa Econômica Federal. La condena no sorprende, ya que Moro no se ha pronunciado no como un juez justo e imparcial, sino como un justiciero, desobedeciendo las normas del Estado de Derecho y del debido proceso legal. Todo deja al descubierto que no es sino una continuación y un intento de consumar la interrupción del orden institucional abierta con el golpe de Estado parlamentario contra la mandataria democráticamente electa Dilma Rousseff un año atrás. Pero lo más preocupantes es que la sentencia, que ya fue apelada por Lula, también lo inhabilita para ocupar cargos públicos durante 19 años, cuando tendría 90 años. Tras el fallo judicial, el líder histórico del Sindicato de Metalúrgicos, de la Central Única de Trabajadores y del Partido de los Trabajadores (PT) reafirmó su inocencia y ratificó su voluntad de contender en la elección presidencial del año entrante, en


la cual es señalado ampliamente como favorito por todos los sondeos. Si la Cámara interviniente lo confirmara no solo iría preso sino que se acabaría su carrera hacia la presidencia. Habrá que ver si dicho fallo es condenatorio y si se produce antes de las próximas elecciones. De mantenerse los actuales plazos sería en una fecha muy cercana a las mismas. Por ello el nombre del candidato a vice de Lula será muy significativo. Sérgio Moro está haciendo su parte en el golpe. En la guerra contra el ex presidente intenta enterrar la posibilidad de retorno de las políticas de igualdad social, distribución de la renta, desarrollo nacional y de inserción soberana, altiva e independiente de Brasil en el mundo que la elección de Lula representa. La prioridad de la oligarquía brasileña es impedir, por todos los medios, la presencia del ex presidente en la próxima elección. La decisión de Sérgio Moro es coherente con este objetivo. Ya la presentación de la denuncia contra Lula por el equipo del procurador Deltan Dallagnol el 15 de setiembre de 2016 había sido un show mediático en el que mesiánicos fiscales con conducta panfletaria, se ocuparon únicamente de presentar a Bra-

sil, en transmisión en vivo por la televisión, la teoría de que el Partido de los Trabajadores (PT) es una organización criminal y Lula, el “comandante supremo” de esta organización. Casi un centenar de testigos, varias pericias técnicas, laudos de investigación y documentos demostraron la fragilidad de las acusaciones del Ministerio Público. El Lava Jato es una operación jurídica y policial desencadenada en marzo de 2014 con el supuesto propósito de investigar esquemas de corrupción instalados hace décadas en Petrobrás. La lucha contra la corrupción se ha revelado en realidad como un pretexto para el plan estratégico de liquidar al PT y herir mortalmente la imagen del ex presidente Lula. A medida que avanzaba el calendario electoral de 2014, resultó evidente que la operación del Lava Jato estaba siendo dirigida por fiscales, policías federales y jueces que tenían posición partidaria y manifestaban en las redes sociales su simpatía a uno de los candidatos, el opositor Aécio Neves, del PSDB. Con el paso del tiempo, quedó claro que el activismo de los fiscales, policías federales y jueces estaba más relacionado con un proyecto de poder que con el efec-

tivo combate a la corrupción. Lo cierto es que los sectores reaccionarios de la clase dominante brasileña nunca ocultaron la intolerancia histórica con las políticas de distribución de renta, de inclusión social y de desarrollo nacional soberano e independiente concretadas por los gobiernos progresistas y de izquierda. Esta es la esencia de la elite nacional, siempre lista a destruir el Estado de Derecho, y atacar la Constitución y la democracia si es necesario, para sacar del poder a los gobiernos progresistas y populares, como se observa en la historia reciente del país: en 1954, llevaron a Getúlio Vargas al suicidio, en 1964 derribaron a Juan Goulart e instalaron la dictadura que duró 21 años, hasta 1985, y en 2016 desencadenaron el golpe a través del juicio políitico fraudulento de la presidenta Dilma, señala Jeferson Miola. La elite brasileña promueve una guerra ideológica permanente. En 2005, Jorge Bornhausen, el oligarca que apoyó la dictadura y después habitó todas las coaliciones conservadoras que se sucedieron en Brasil desde 1985 a 2002 (gobiernos de José Sarney, Collor de Melo y Fernando Henrique Cardoso), dijo que era “preciso poner fin a la raza de los petistas”. Este es el marco histórico en el que se enmarca la condena del ex presidente Lula en primera instancia. Moro es un actor clave en la estrategia golpista. Así como el 4 de marzo de 2016, cuando secuestró a Lula para obtener un testimonio forzado, y 12 días espués cuando interceptó y divulgó criminalmente conversaciones telefónicas de la presidenta Dilma para complicar el nombramiento de Lula para la Casa Civil. El 12 de julio de 2017 dio nueva muestra del sincronismo de su actuación con el emprendimiento golpista, agrega Miola, quien fue coordinador del V Foro Social Mundial. En nombre de la democracia y la decencia La declamada democracia liberal ha tocado fondo en América Latina. Todos la es-


grimen como justificativo de sus acciones u omisiones, denuncian y buscan respaldo internacional y se erigen como impolutos defensores de sus sacrosantos valores. Luego de las dictaduras, las guerras, los coroneles, los Planes Cóndor, las Escuelas de las Américas, los golpes de Estado, los desaparecidos y los asesinados, varios dirigentes populares llegaron, por las vías constitucionales, al gobierno. “Creímos ingenuamente que la derecha, representante política de los que siempre han tenido la sartén por el mango, se avergonzaría de esos años oscuros, recapacitaría y aceptaría las reglas de juego del sistema que decían defender”, señala el guatemalteco Rafael Cuevas. El progresismo, la izquierda, llegó al poder y eso era increíble, imposible, inaguantable para las derechas vernáculas y sus mandantes. Había que corregir la plana, enmendar ese espejismo que cada vez más gente se estaba creyendo. Y a eso marchó la derecha latinoamericana, a corregir los entuertos en los que había caído la democracia que, sin ella, no es democracia; es otras cosa, cualquier cosa pero democracia no. La derecha tiene mucha práctica en artimañas y descalabros; en manejar los vericuetos del Estado que ellos mismos fundaron y fueron construyendo –y que los gobiernos progresistas no lograron desarmar-; a través de un andamiaje clave para moldear las conciencias de la prensa hegemónica –los monopolios y oligopolios locales y trasnacionales- y soldados prestos (fiscales, jueces, policías) a defender esa democracia cacareada. Y cuando nada de eso les funciona, patean el tablero enfurecidos, apelando a golpes suaves o duros, desestabilización financiera y económica, subversión del orden constitucional, dice Cuevas. Porque las instituciones –en países donde no se logró una reforma constitucional- les pertenecen. Es una farsa todo eso de si esto es legal, democrático, constitucional o legítimo, porque lo que a la derecha le interesa es volver a apropiarse de los resortes que le permiten llenarse los bolsillos y explotar los recursos naturales de nuestros países para ellos y las empresas trasnacionales. A veces saben que con elecciones no lo lograrán, y entonces sacan la caja de herramientas del terror. Muchos de los liderazgos “progresistas” entraron en el juego y ahí los tienen; Dilma fuera de Planalto por una movida sucia

comandada por una caterva de corruptos que no le llega ni a los tobillos. Y ahora Lula condenado, mientras el jefe de los gánsteres brasileños se refocila en su sillón presidencial y gasta sus millones mal habidos. El mismo Sergio Moro jugó un papel central en el golpeteo político que hace un año llevó a la destitución de Dilma Rousseff y puso al frente de Brasil al impresentable (entonces vicepresidente) Michel Temer, envuelto desde antes de convertirse en Yo el Supremo, en interminables escándalos de soborno y uso indebido del poder. La lectura de la extensa manifestación de Sérgio Moro, de 218 páginas, es una pieza de acusación, lo que evidencia que no actuó como juez imparcial y justo, sino que asumió el papel de promotor de la acusación. Además de distraer a la ciudadanía de los múltiples abusos del régimen de Temer, esta conjura para impedir que el PT vuelva al gobierno constituye un asalto al poder por parte de intereses oligárquicos y corruptos, empeñados en consolidar mediante un uso descaradamente mafioso de las instituciones el giro neoliberal que fue cuatro veces derrotado en las urnas por da Silva y Rousseff. La administración del estado brasileño –a cargo de los políticos que rinden tributo al poder fáctico- tambalea. Al sistema de poder le interesaba producir algunos de estos cambios pero entiende que ya es hora de “normalizar” la situación, después que la mayoría de la dirigencia política está presa, condenada o procesada. Parece que ya han definido la persona que se haría cargo de esa “normalización”, sería Rodrigo Maia, Presidente de la Cámara de Diputados, un conservador de 47 años y sin experiencia ejecutiva, pero de confianza de los ejecutantes. Michel Temer -el actual Presidentequien reemplazara a Dilma Rousseff, cuando fue destituida, está acorralado y con escasas posibilidades de sobrevivir en su cargo. Esta semana el Senado dio media sanción a una Ley que flexibiliza el derecho laboral, quitándole derechos a los trabajadores, Temer -con ello- le está prestando uno de sus últimos servicios al sistema y está en condición de ser descartado. Hace un par de semanas el Fiscal General definió el futuro de Temer, lo acusó por corrupción. Con ello quedó en manos del Supremo Tribunal Federal, el momento y la decisión para ponerlo fuera de gobierno.

El mismo verso Frente a este entramado local no puede obviarse un inocultable componente geoestratégico en el que intereses foráneos buscan desterrar de manera definitiva el proyecto nacionalista, de redistribución de la riqueza, y de cooperación e integración que los mandatarios emanados de la lucha social echaron a andar en la mayor economía del subcontinente. El triundo electoral de Mauricio Macri y el golpe en Brasil hicieron posible comenzar el proceso de desintegración regional y de sumisión a los tratados de libre comercio. Para el diario mexicano La Jornada, resulta inevitable trazar un paralelo entre la conspiración judicial y legislativa en Brasil y el intento de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador, impulsado sin el menor recato legal por el presidente panista Vicente Fox cuando el entonces gobernante de la Ciudad de México encabezaba todas las encuestas rumbo a las elecciones de 2006. Al igual que sucede en la persecución contra Lula, amplias franjas de la clase política y la práctica totalidad de los medios de comunicación brindaron entonces apoyo entusiasta a una acusación construida sobre bases fraudulentas y sin mínimo sustento jurídico. Más allá de las evidentes irregularidades en el caso Lula, a escala regional asistimos al creciente recurso, por parte de grupos de intereses ilegítimos e inconfesables, de las vías judiciales para excluir de los procesos electorales a fuerzas de diversos signos, pero que comparten la aspiración de modificar el modelo económico depredador imperante. Esta práctica, incontestablemente espuria y vergonzosa, supone una obstrucción de la institucionalidad democrática que desvirtúa lo judicial y lo electoral con el fin último de remplazar la voluntad ciudadana por los juzgados. Habrá que analizar esta “fiebre de honestidad” que ha atacado a la Justicia de la región, que también llegó a Perú, donde se ordenó la detención del ex Presidente Ollanta Humala. Esta actividad de la Justicia no está mal, pero lo hace sin meterse entre sus causas: la relación estructural entre nuestros sistemas de poder institucional y su financiamiento político; el modelo económico imperante y la corrupción. * *Invstigadora brasileña del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico


Guerra privatizada:

las mutaciones del capitalismo

Alejandro Nadal

El asesor especial del presidente Trump, el señor Stephen Bannon, tiene un nuevo plan para ganar la guerra en Afganistán: remplazar el ejército estadunidense con contratistas privados. De este modo, la guerra se convertiría en un negocio redondo: la industria de armamentos seguiría suministrando armas y pertrechos, pero ahora hasta las acciones sobre el terreno serían responsabilidad de ejércitos privados. Se llaman mercenarios, pero el eufemismo de contratistas privados es útil para disfrazar el verdadero sentido de las guerras imperiales de nuestro tiempo. La privatización de la guerra no es un negocio nuevo. La experiencia bélica estadunidense en Afganistán a partir de 2001 es sólo el ejemplo más reciente de operaciones de un ejército privado a gran escala. Por ejemplo, inicialmente la invasión por tropas estadunidenses se presentó como respuesta a los ataques del 9/11. Se dijo que el objetivo era desmantelar las bases de alQaeda, pero muy rápidamente la lógica de la guerra se transformó hasta convertirse en una ocupación militar de largo aliento. Una bien orquestada campaña de propaganda sobre la reconstrucción de una nación acompañó esta metamorfosis. Los 15 años de duración de la guerra en Afganistán la convierten en la experiencia bélica más larga en la historia de Estados Unidos. Han fallecido más de 2 mil 400 soldados estadunidenses desde 2001, pero hoy las fuerzas del Talibán controlan más territorio en ese país que al principio de la guerra. Por eso Washington busca rediseñar una nueva estrategia para ganar esta guerra cuyos objetivos son cada vez más esquivos.Resultado de imagen para privatizacion de la guerra En la actualidad hay unos 9 mil soldados estadounidenses en ese país de Asia central, pero hay más de 28 mil 600 contratistas privados cuyas tareas son difíciles de describir con precisión. Ni siquiera el mismo Pentágono sabe exactamente qué

está haciendo este personal. Lo cierto es que durante años recientes el número de efectivos del ejército formal ha disminuido con la supuesta finalidad de entregar la conducción de la guerra al gobierno de Kabul, pero la cantidad de contratistas privados ha ido aumentando y la guerra se ha ido privatizando. No todos estos contratistas están involucrados directamente en operaciones militares. El servicio de investigación del congreso (CRS, por sus siglas en inglés) revela que 5 mil 500 están ocupados como traductores, en la construcción o como personal de apoyo. ¿Qué hacen los otros 23 mil contratistas privados? El tema aquí no es solamente el del número de contratistas o mercenarios enredados en la lucha armada de manera directa. Por cada soldado en operaciones sobre el terreno se requieren centenares (si no es que miles) de personas en tareas de apoyo: comunicaciones, servicios de salud, transporte, preparación de alimentos, etcétera. En síntesis, más de 70 por ciento del personal estadunidense en las tareas de ocupación en Afganistán se compone de contratistas privados. Resultado de imagen para contratistas en afganistanWashington ha gastado unos 110 mil millones de dólares en la reconstrucción de ese país. Ese monto es muy superior al total asignado al Plan Marshall

para la reconstrucción de Europa después de la segunda guerra mundial. Nadie sabe cuánto dinero se ha ido en obras inútiles o insostenibles. Lo cierto es que en el paisaje afgano abundan los cascarones vacíos de escuelas y clínicas abandonadas o a medio construir. En muchos casos la energía eléctrica necesaria para el buen funcionamiento de estas obras no se pudo garantizar. En otros el abandono se debe a las acciones de sabotaje intermitente que han hecho incosteable la operación. Frecuentemente los recursos invertidos en la reconstrucción de la nación han sido un regalo para las empresas privadas encargadas de los proyectos. Pero también sirvieron para disfrazar una ocupación militar que está más interesada en objetivos estratégicos que en reparar los daños de una guerra que ha dejado más de 400 mil muertes de civiles. El capitalismo contemporáneo sigue sus mutaciones para adaptar el mundo a sus necesidades. El salario ya no es la clave para reproducir la fuerza de trabajo y ha sido substituido por el crédito. La tasa de ganancias asociada a la actividad productiva ha sido remplazada por la rentabilidad derivada de la especulación como referencia en el proceso de acumulación. Y ahora hasta las fuerzas armadas se van transformando cada vez más en un negocio privado. En este último renglón quizás se trata más de una regresión a épocas precapitalistas pues los ejércitos privados de los señores de la guerra fueron un recurso desde hace miles de años. Pero ahora hay algo nuevo: la privatización de operaciones militares está insertada en una tendencia económica más general. Al igual que la privatización del manejo del sistema carcelario o del sistema de detención de migrantes, éste es otro indicio de la profunda reconversión del estado en la etapa actual del capitalismo. De ser una organización política, el estado hoy se ha convertido en una matriz de intereses corporativos y su finalidad no tiene nada que ver con el bienestar social.


Palestina vive. Sin dolor de nadie Homar Garcés Vista su tragedia de más de medio siglo, los palestinos podrían considerarse seres humanos sin dolor de nadie. ¿Por qué no se apoya decididamente el derecho a la autodeterminación de Palestina y se zanja definitivamente el conflicto árabe-israelí, creado y fomentado por las potencias de Occidente? Es dificultoso defender o apoyar la lucha de un pueblo por aspirar a disfrutar de los mismos derechos que tienen y le han sido reconocidos a otros pueblos para afianzar su cultura, su soberanía y su autodeterminación cuando es víctima de prejuicios y de una incesante campaña de desinformación y de manipulación de la realidad como acontece en diversos contextos con Palestina. A tal grado se extiende dicha campaña que muchas personas terminan por creer, sin discusión alguna, que a los palestinos no les asiste ningún derecho sobre el territorio que ocupan desde hace siglos; tal como sucediera con los antepasados de quienes lo propician cuando ellos fueran víctimas de la oprobiosa política racista del Terer Reich nazi alemán. En la actualidad, mediante la búsqueda y ocultamiento de vestigios arqueológicos, el gobierno de Israel busca reforzar sus argumentos como legítimo heredero del amplio territorio que supuestamente se le habría destinado a Abraham y a todos sus descendientes a través del tiempo hasta nuestros días. Por eso su empeño en negarle algún rasgo de historicidad a los palestinos (como el reconocimiento de la ciudad de Hebrón por parte de la UNESCO), de manera que estos carezcan de la identidad y de los argumentos suficientes para contrarrestar las pretensiones sionistas de desplazarlos por completo de sus hogares ancestrales. Adicionalmente, la política expansionista, con asentamientos ilegales que son condenados recurrentemente por la Organización de las Naciones Unidas, viola todo derecho humano, sin que exista una mejor disposición de la comunidad internacional para impedirlo de modo definitivo. Esto último se obvia en los distintos canales informativos, pasando a ser un elemento accesorio en medio de la situación explosiva existente en el Oriente Medio donde, justamente, se ponen en constante tensión los intereses de las potencias europeas y de Estados Unidos, que -afanados en ejercer un control directo sobre sus respectivos yacimientos petrolíferos- no han escatimado recursos de toda clase para ocasionar en dicha región una guerra general, similar o mayor a la de los Balcanes. Algo que sabe explotar en su beneficio la clase gobernante sionista, la cual, por otra parte, no ha dudado en respaldar sin disimulo al ejército mercenario del Daesh y en vincularse con los regímenes más reaccionarios de esas latitudes, como Arabia Saudita. No obstante, el pueblo de Palestina insiste en sobrevivir. A pesar que el régimen sionista ha convertido el escaso territorio que aún ocupa en la mayor cárcel a cielo abierto existente en la Tierra y someterse a toda su población, sin importar la edad, a las más insólitas y crueles prácticas de un terrorismo de Estado.

Para una sociología de las emergencias

Boaventura de Sousa Santos Los seres humanos viven dentro y fuera de la historia. Esto es lo que los distingue de los animales no humanos. Hacemos historia en la medida en que resistimos a lo que la historia hace de nosotros. Vivimos lo que ya fue vivido (el pasado nunca pasa o desaparece) y lo que aún no ha sido vivido (el futuro es vivido como anticipación de lo que en realidad nunca será vivido por nosotros). Entre el presente y el futuro hay un hiato o un vacío sutil, que permite reinventar la vida, romper rutinas, dejarse sorprender por nuevas posibilidades, afirmar, con la convicción del poeta portugués José Régio, “no voy por ahí”. Lo que irrumpe es siempre una interrupción. La vida es la constante recreación de la vida. De otro modo, estaríamos condenados a la Rebelión en la granja de la que habla George Orwell, a vivir en el pantano de solo poder pensar lo que ya fue pensado. En este sentido, podemos afirmar que la forma de capitalismo que hoy domina, popularmente conocida como neoliberalismo, al inculcar con creciente agresividad que no hay alternativa al capitalismo y al modo de vida que impone, configura una propuesta necrodependiente, una economía de muerte, una sociedad de muerte, una política de muerte, una convivencia de muerte, un vicio de ver en la muerte ajena la prueba más convincente de que estamos vivos. Los daños que esta propuesta está causando son hoy evidentes. La imaginación y la creatividad que hacen posible la vida están siendo secuestradas por las fuerzas necrodependientes. A pesar de que todo lo que existe en la historia tiene un principio y un fin, resulta hoy difícil imaginar que el capitalismo, que tuvo un principio, tenga fin. Si tal dificultad se presenta como un obstáculo insalvable, habremos desistido de salir de la historia para hacer historia, habremos firmado los papeles para entrar en la granja de animales de Orwell. La dificultad es superable, pero para ello es necesario des-pensar mucho de lo que hasta ahora ha sido pensado como cierto y perenne, sobre todo en el Norte global (Europa y América del Norte). El primer des-pensamiento consiste en aceptar que

la comprensión del mundo es mucho más amplia y diversificada que la comprensión occidental del mundo. Entre los mejores teóricos del pensamiento eurocéntrico de la transición del siglo XIX al siglo XX, hubo siempre una gran curiosidad por el mundo extraeuropeo –de Schopenhauer a Carl Jung, de Max Weber a Durkheim– pero siempre estuvo orientada a comprender mejor la modernidad occidental y a mostrar su superioridad. No hubo nunca el propósito de apreciar y valorar en sus propios términos las concepciones del mundo y de la vida que se habían desarrollado fuera del alcance del mundo eurocéntrico, y que divergían de él. En total consonancia con el momento culminante del imperialismo europeo (la Conferencia de Berlín de 1884-85 fijó las bases del reparto colonial de África entre las potencias europeas), todo lo que no coincidía con la cosmovisión eurocéntrica dominante era considerado atrasado y peligroso y, según los casos, objeto de catequización, represión, asimilación. La fuerza de esta idea residió siempre en la idea de la fuerza de los cañones y del comercio desigual que la impusieron. En el momento en que el mundo eurocéntrico da evidentes signos de agotamiento intelectual y político, se abre la oportunidad para apreciar la diversidad cultural, epistemológica y social del mundo y hacer de ella un campo de aprendizajes que hasta ahora ha sido bloqueado por el prejuicio colonial del Norte global: el prejuicio de, por ser más desarrollado, no tener nada que aprender con el Sur global. El segundo des-pensamiento es que esa diversidad es infinita y no puede ser captada por ninguna teoría general, por ningún pensamiento único global capaz de abarcarla adecuadamente. Los saberes que circulan por el mundo son infinitos. La aplastante mayoría de la población mundial gestiona su vida cotidiana según preceptos y sabidurías que difieren del saber científico, que consideramos el único válido y riguroso. La ciencia moderna es tanto más preciosa cuanto más se disponga a dialogar con otros conocimientos. Su potencial es tanto mayor cuanto más consciente sea de sus límites. Del reconocimiento de esos límites y de la disponibilidad al diálogo emergen ecologías de saberes, constelaciones de conocimientos que se articulan


y enriquecen mutuamente para, a partir de una mayor justicia cognitiva (justicia entre saberes), permitir que se reconozca la existencia y el valor de otros modos de concebir el mundo y la naturaleza y de organizar la vida que no se basan en la lógica capitalista, colonialista y patriarcal que ha sostenido el pensamiento eurocéntrico dominante. No hay justicia social global sin justicia cognitiva global. Solo así será posible crear la interrupción que permita imaginar y realizar nuevas posibilidades de vida colectiva, identificar alternativas reprimidas, desacreditadas, invisibilizadas, que, en su conjunto, representan un fatal desperdicio de experiencia. De ahí surge el tercer des-pensamiento: no necesitamos alternativas, sino un pensamiento alternativo de alternativas. Ese pensamiento, en sí mismo internamente plural, buscar reconocer y valorizar experiencias que apuntan hacia formas de vida y de convivencia que, pese a ser poco familiares o apenas embrionarias, configuran soluciones para problemas que afligen cada vez más nuestra vida colectiva, como por ejemplo los problemas ambientales. Tales experiencias constituyen emergencias y solo un pensamiento alternativo será capaz, a partir de ellas, de construir una sociología de las emergencias. Consideremos el siguiente ejemplo. La naturaleza como ser vivo digno El 15 de marzo de este año, el Parlamento de Nueva Zelanda aprobó una ley que confiere personalidad jurídica y derechos humanos al río Whanganui, considerado por los maoríes un río sagrado, un ser vivo que asumen como su antepasado. Tras 140 años de lucha, los maoríes consiguieron obtener la protección jurídica que buscaban: el río deja de ser un objeto de propiedad y de gestión para ser un sujeto de derechos con nombre propio, que debe ser protegido como tal. A los ojos de la concepción eurocéntrica de la naturaleza, basada en la filosofía de Descartes, esta solución jurídica es una aberración. Un río es un objeto natural y como tal no puede ser sujeto de derechos. Fue precisamente en estos términos que la oposición conservadora cuestionó al primer ministro neozelandés. Si un río no es un ser humano, no tiene cabeza, ni tronco,

ni piernas, ¿cómo se le puede atribuir derechos humanos y personalidad jurídica? La respuesta del primer ministro fue dada en forma de contrapregunta. ¿Y una empresa, tiene cabeza, tiene tronco, tiene piernas? Si no los tiene, ¿cómo es tan fácil para nosotros atribuirle personalidad jurídica? Lo que está ante nosotros es la emergencia del reconocimiento jurídico de una entidad a la que subyace una concepción de naturaleza diferente de la concepción cartesiana que la modernidad occidental naturalizó como la única concepción posible. Inicialmente, esta concepción estaba lejos de ser consensual. Basta recodar a Spinoza, su distinción entre natura naturata y natura naturans, y su teología basada en la idea Deus sive natura (Dios, o sea, la naturaleza). La concepción spinozista tiene afinidades de familia con la concepción de naturaleza de los pueblos indígenas, no sólo en Oceanía sino también en las Américas. Estos últimos consideran la naturaleza como Pachamama, Madre Tierra, y defienden que la naturaleza no nos pertenece: nosotros pertenecemos a la naturaleza. La concepción spinozista fue suprimida porque solo la concepción cartesiana permitía concebir a la naturaleza como un recurso natural, transformarla en un objeto incondicionalmente disponible para la explotación de los humanos. Al final esta era una de las grandes razones, sino la mayor razón, de la expansión colonial, y la mejor justificación para la apropiación no negociada y violenta de las riquezas del Nuevo Mundo. Y para que la apropiación y la violencia fuesen plenas, los propios pueblos indígenas fueron considerados parte de la naturaleza. Fue necesaria una encíclica papal (Sublimis Deus, del Papa Paulo III en 1537) para garantizar que los indios tenían alma, una garantía menos generosa de lo que puede parecer, toda vez que se destinaba a justificar la evangelización (si los indios no tuviesen alma, ¿cómo pretender salvarlos?). La novedad jurídica venida de Nueva Zelanda tiene precedentes. La Constitución Política de Ecuador de 2008 establece en su artículo 71 que la naturaleza, concebida como Madre Tierra, es un sujeto de derechos. Y una semana después de la promulgación de la ley neozelandesa, el Tribunal Supremo del Estado de Uttarakhand de la India decidió que los ríos Ganges y su

afluente Yamuna son “entidades humanas vivas”. Llevadas a la práctica, estas decisiones están lejos de ser triviales. Significan, por ejemplo, que las empresas que contaminan un río cometen un ilícito criminal y la indemnización a que quedan obligadas será inmensamente superior a las que pagan hoy (cuando pagan). Ya en 1944 Karl Polanyi recordaba en su obra maestra, La gran transformación, que si las empresas capitalistas tuviesen que indemnizar adecuadamente todos los daños que causan a los seres humanos y a la naturaleza, dejarían de ser rentables. Estas innovaciones jurídicas no surgen de concesiones generosas de las clases dominantes y las elites eurocéntricas. Son la culminación de procesos de lucha de larga duración, luchas de resistencia contra la explotación capitalista y colonial, impuesta como imperativo de modelos de desarrollo que, previsiblemente, solo benefician a los explotadores. Su carácter de emergencia reside en el hecho de ser gérmenes de otra relación entre humanos y naturaleza que puede ser potencialmente decisiva para resolver los graves problemas ambientales que afrontamos. Son emergencias porque sirven no solamente a los intereses de los grupos sociales que las promueven, sino también a los intereses globales de la población mundial ante problemas como el calentamiento global y las dramáticas consecuencias que de ello derivan. Para darles a estas emergencias el crédito que merecen, no podemos apoyarnos en el pensamiento eurocéntrico hegemónico. Necesitamos un pensamiento alternativo de alternativas, al que vengo denominando epistemologías del Sur. *Académico portugués. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal).


La República bananera de los Estados Unidos David Brooks-La Jornada| Un asesor financiero de uno de los bancos más grandes del mundo en Wall Street comenta a La Jornada que el momento político estadounidense se puede resumir en una sola frase: Estamos viviendo en una república bananera. Varios de los elementos clásicos de un régimen autoritario y corrupto están presentes: la instalación de miembros de la familia del presidente Donald Trump en puestos clave –sobre todo su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner– a pesar de su nula experiencia en gobierno, los ataques y humillaciones públicas contra su equipo si percibe que éste no cumple con su labor básica de proteger a esa familia e impulsar sus deseos personales. A esto se suma el desconocimiento y hasta burla de normas y prácticas de ejercicio democrático de su poder, el uso de la mentira y de tácticas orwelianas para proclamar qué es verdad y qué no, y usar el gobierno para promover sus negocios, entre tanto más. Una de las muestras más extraordinarias de esto fue la reunión de su gabinete hace poco más de un mes, donde permitió que las cámaras de prensa grabaran un ejercicio casi obsceno en el cual uno por uno sus secretarios fueron obligados a elogiarlo y expresar que trabajar con Trump es un gran privilegio y un honor, y hasta una bendición por la que sienten profunda gratitud. Nunca nadie había sido testigo de algo tan vergonzoso en una cita del gabinete. La otra muestra de esto es algo casi cotidiano, un narcisismo ilimitado: “Ningún otro presidente ha logrado lo que yo…”, cosa en la que ha insistido más de una vez, así como en su afirmación de que él tubo más apoyo popular que nadie. La semana pasada estuvo repleta de ejemplos de ese ejercicio platanero (disculpas a los plátanos inocentes). En una entrevista con The New York Times hace unos días, el presidente humilló a su procurador general Jeff Sessions, no sólo al reprobar su testimonio ante el Congreso, sino hasta decir que no lo hubiera nombrado a su puesto si hubiese sabido que se apartaría de la investigación sobre la mano rusa en la elección. Pero tal vez lo más notable fue su amenaza insinuada de que preveía correr al fiscal especial Robert Mueller, ahora encargado de la investigación sobre la interferencia rusa y posible colusión con los Trump en la elección presidencial. A la vez, advirtió abiertamente que si Mueller se atreve a incorporar los negocios de la familia Trump en su investigación, eso sería inaceptable. Resultado de imagen para Sean Spicer y trumpEn medio de este drama, su vocero Sean Spicer sorpresivamente renunció el pasado viernes, supuestamente en protesta contra el nombramiento del nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci –un financiero sin experiencia, quien antes se oponía a Trump, apoyaba a Jeb Bush y hasta a Hillary Clinton (esos mensajes los ha borrado). Spicer será recordado no sólo por su inmensa ineptitud, su agresividad contra la fuente que cubre la Casa Blanca y su papel como el portavoz leal del gobierno más mentiroso en tiempos modernos (Washington Post calcula que Trump ha mentido o declarado algo engañoso 4.6 veces al día en promedio desde que llegó al

cargo), sino por el resto de su vida debido a la devastadora parodia de él que encarnó la comediante Melissa McCarthy (aquí un ejemplo). El nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca este fin de semana afirmó –como la ha hecho Trump repetidamente– que el gran problema no es el posible escándalo de conspiración entre el equipo electoral de Trump y los rusos, sino las filtraciones sobre todo esto, y advirtió que cesará a cualquiera de su equipo que sea sospechoso de enviar datos a los medios. Ahora, el Washington Post se había enterado de que el equipo de Trump está investigando a los investigadores para armar una contra ofensiva para descalificar a los que encabezan la indagatoria, empezando con Mueller. Mientras tanto, el hijo del presidente, Donald junior, su yerno y el ex jefe de campaña, Paul Manafort, entre otros, están citados para comparecer o ser entrevistados con diferentes comités del Congreso que también continúa con sus investigaciones.Resultado de imagen para eeuu republoica bananera En medio de todo eso, el Post reveló que las agencias de inteligencia intervinieron comunicaciones entre Sessions y el embajador ruso en Washington, en las cuales abordaron temas electorales, una vez más comprobando que el procurador general mintió ya varias veces, primero sobre si tuvo o no reuniones con oficiales de Rusia (por encubrir eso fue obligados a apartarse de la investigación) y ahora de que no habló sobre esos asuntos. Trump pareció confirmar la veracidad de esta noticia al acusar que fue basada en filtraciones ilegales, algo que se tiene que acabar. Resultado de imagen para trump y familia en casa blancaEste fin de semana, por tuit, Trump continuó asombrando a Washington y a sus guardianes del orden, al afirmar que él tiene, como presidente, poder pleno de indultar a toda su familia y colaboradores, incluso a sí mismo, pero que eso es irrelevante, argumentó, porque nadie ha hecho nada malo. Con ello, detonó todo un debate legal si un presidente puede ser penalmente acusado mientras esté en funciones y si puede indultarse a sí mismo. No hay precedente de ninguna de las dos cosas. Un trío de experto legales comentaron que ni el Papa se perdona a sí mismo. Pero el hecho de que ésta sea la pregunta –junto con el juego constante de apostar sobre cuánto durará este presidente– a sólo seis meses de que Trump y su familia ocuparan la Casa Blanca– ya lo dice todo. Aquí se tiene que enfatizar que mientras casi toda la atención se enfoca en eso, la Casa Blanca y los republicanos impulsan el desmantelamiento de programas de asistencia social, normas ambientales y laborales, incrementos al presupuesto militar, promoción de medidas para reducir de manera masiva los impuestos sobre los más ricos y un incremento de 40 por ciento en deportaciones de inmigrantes comparado con el periodo anterior –es decir, la agenda política real avanza a pesar de todo este circo. Mientras tanto, aquí dentro del autoproclamado faro de la democracia en el mundo surge tal vez la república bananera más grande y poderosa de la historia.


La decadencia de la democracia pasa inadvertida

Roberto Savio|

Los dirigentes políticos están tan ocupados peleando por un cargo que no parecen notar que el negocio podría cerrar. La democracia está en decadencia y, sin embargo, el asunto no figura en la agenda parlamentaria. Todos comparten la pérdida de visión, de planificación y de búsqueda de soluciones a largo plazo y el empleo de la política para concentrar poder. En inglés, hay dos acepciones de “politics”, una para referirse a la maquinaria, y otra, a la visión política. En las lenguas latinas, solo hay una “política”, empleada ahora también en los países angloparlantes, tanto en la Gran Bretaña de Theresa May como el Estados Unidos de Donald Trump. En pocos años, hemos sido testigos del increíble florecimiento de gobiernos autoritarios, y quizá la Turquía de Recep Tayyip Erdogan sea el mejor ejemplo. Elegido primer ministro en 2002 y presidente en 2014, ha sido considerado como una prueba de que se puede ser musulmán y defender la democracia. Erdogan comenzó a adoptar un perfil más fundamentalista y autoritario, como lo demuestra la dura represión en 2013 de miles de manifestantes, quienes protestaban contra los planes de construir un supermercado en una emblemática plaza de Estambul. Desde entonces, se aceleró la tendencia a abusar del poder. En 2014, lo acusaron, junto a su hijo, de corrupción, en el marco de lo cual detuvieron a tres hijos de ministros suyos. Erdogan responsabilizó de la situación al Movimiento de Gülen, una iniciativa espiritual encabezada por un exaliado, el clérigo Fethullah Gülen, actualmente radicado en Estados Unidos. En 2016, cuando la intentona golpista de algunos sectores de las fuerzas armadas, el presidente turco aprovechó para deshacerse de los seguidores de Gülen y de otros

opositores, mandó a prisión a 60.000 personas y destituyó a unos 100.000 funcionarios públicos. Las prácticas de Erdogan se asemejan a las de Iósif Stalin y de Adolf Hitler en el trato dispensado a esas 100.000 personas, a las que se les impidió emplearse en la actividad privada y se les retiró el pasaporte, al igual que a sus familiares. Al ser consultado sobre cómo harían para sobrevivir, el gobierno respondió que incluso alimentarse de raíces era “demasiado bueno” para ellas. Entre los funcionarios afectados hay cientos de jueces y decenas de miles de maestros y profesores universitarios destituidos sin sumario ni ninguna imputación formal. ¿Y cómo reaccionó Europa? Con declaraciones vacías, tras lo cual Erdogan se volvió más autoritario. Construyó un palacio presidencial de 300,000 m2 , con 1.150 habitaciones, más grande que la Casa Blanca y el Kremlin, donde hay una oficina de tres habitaciones dedicada a probar la comida por temor de ser envenenado. La construcción costó cerca de 500 millones de euros (unos 582 millones de dólares), según declaraciones oficiales, y 1.000 millones de dólares, según estimaciones de la oposición. En defensa de Europa podría decirse que Turquía no es miembro de la Unión Europea (UE) y, de hecho, sus acciones redujeron enormemente la probabilidad de alguna vez se integre al bloque. Pero no es el caso de Polonia y Hungría, dos miembros de la UE y beneficiarios de un gran apoyo económico. Desde que Polonia ingresó a la UE, en 2004, recibió más de 100.000 millones de dólares por concepto de varios subsidios, el doble del Plan Marshall al valor actual del dólar y la mayor transferencia de dinero en la historia moderna. Sin embargo, el gobierno polaco se embarcó en el desmantelamiento de insti-

tuciones democráticas, la última fue el sistema judicial, lo que llevó incluso a la adormilada UE a advertirle que podría perder el derecho de voto, lo que fue recibió con total indiferencia por parte del gobierno. A pesar de ello, nadie ha propuesto formalmente recortar los subsidios, que en el presupuesto de 2014 a 2020 ascienden a 60.000 millones de dólares, la mitad de lo que el mundo destina a la asistencia al desarrollo para casi 150 países. Por su parte, Hungría, encabezada desde 2010 por Viktor Orbán, quien aboga por una “democracia iliberal”, se niega a aceptar inmigrantes, a pesar del subsidio de la UE, al igual que la primera ministra polaca Beata Szydło. Hungría, con su pequeña población de menos de 10 millones de habitantes, en comparación con los 38 millones de Polonia, es el tercer beneficiario de los subsidios de la UE, unos 474 euros por habitante, mientras la tercera parte de la población mundial vive con menos de eso. Además, el Banco Europeo de Inversiones otorga un subsidio neto de 1.000 millones de euros (alrededor de 1.164 millones de dólares), y Hungría recibió 2.400 millones de euros (2.794 millones de dólares) del programa de apoyo a la balanza de pagos. Polonia y Hungría formaron el grupo Visegrád, junto con Eslovaquia y República Checa, que está en campaña permanente contra la UE y sus decisiones. De más está decir que los subsidios a estos últimos dos países superan ampliamente sus contribuciones. ¿Acaso Erdogan, Orban, Szydlo son dictadores? Al contrario, fueron elegidos democráticamente, como Rodrigo Duterte, en Filipinas, Robert Mugabe, en Zimbabwe, Nicolás Maduro, en Venezuela y otros 30 presidentes autoritarios que hay en el mundo. Pero en Europa eso es nuevo, al igual que


Espectacularización de la política

El Pentágono, la NSA y Hollywood contra el mundo Miguel Ángel Contreras Natera| En una rigurosa investigación de los documentos militares y de inteligencia estadounidense obtenida bajo la Ley de Libertad de Información Tom Secker y Matthew Alford revelan la vasta escala de control del gobierno de los Estados Unidos en Hollywood. El libro Seguridad nacional del cine. La perturbadora nueva evidencia del control gubernamental en Hollywoodde Secker y Alford incluye la capacidad de censura, manipulacióny producción de guiones en estricta correspondencia con los objetivos de la Estrategia de Seguridad y Defensa de los Estados Unidos. La liberal, creativa y autónoma industria del entretenimiento que tiene su centro productor más importante en Hollywood revela su lado oculto en la producción, configuración y manipulación de realidades globales. Este hallazgo plantea interrogantes fundamentales sobre viejos temas de la industria del entretenimiento en tanto máquina de guerra del Pentágono. La relación entre cine, televisión y política reúne tres señales distintivas de la materialidad de la cultura en cuanto vincula la producción estética, las innovaciones tecnológicas y la institución social. Y es está relación donde se sintetizan las verdades secretas en cuanto síntoma de lo que Jean Paul Sartre habría llamado la neurosis objetiva. El flujo total sin interrupción de contenidos que tiene como operadores anafóricos al cine, la televisión, el ordenador y el teléfono condena a la obsolescencia, la distancia crítica. En términos de Greg Lukács, la objetualización del mundo bloquea su propia teorización al convertirse en teoría por derecho propio. La estrategia mediática contra el aburrimiento como patología urbana de la modernidad supone enfrentar las

situaciones de parálisis de las audiencias mediante la espectacularización de la vida en un flujo sin fin de anuncios, contenidos y situaciones. El tiempo se compartimenta en ciclos cortos donde la experiencia humana se reduce a las pequeñas historias de los video-clips, las propagandas y los tweets que condensan con toda su sobrecarga informativa la característica medular del capitalismo cognitivo. Este desafío crítico supone movilizar los instrumentos conceptuales para asimilar la ampliación imperialista de está triada cultural. Entre los notables hallazgos del libro de Tom Secker y Matthew Alford tenemos la participación directa del gobierno de los Estados Unidos en la reescritura de guiones, la producción cinematográfica y televisiva y la censura de películas críticas en los últimos veinte años ( ). Posiblemente, las películas Wag the dog de Robert De Niro y Dustin HoffmanResultado de imagen para Wag the dog y Burworth de Warren Beatty sean por su realismo los acercamientos más precisos sobre la relación entre política y cine en la contemporaneidad reciente. La película de Stanley Kubrick Dr. Stranglove or: How I learned to stop worring and love thebomb con Peter Sellers y George C Scott denunciaba la presencia del complejo militar en la política desde una irónica parodia acerca de la destrucción mutua garantizada. Inclusive, el cine político de la década de los setenta apunta a visibilizar esta relación sin problematizar la presencia de los servicios de inteligencia como garantes del espacio de lo pensable en las grandes producciones cinematográficas. Indudablemente, el espacio de lo pensableen tanto construcción de grandes problemáticas humanas se encuentra transversalizado por las verdades secretas de la neurosis objetiva del Pentágono desde la Segunda Posguerra. Las persecuciones del macartismo ejemplificadas en Guily by Suspicion de Robert

De Niro y Anette Bening muestran la presencia de las llamadas listas negras que se convirtieronen la cacería de brujas más famosas de la cinematografía del siglo XX. Esta presencia-ausencia de los servicios secretos en Hollywood es una tarea pendiente del pensamiento crítico en su deconstrucción de esta triada cultural. Los trabajos de Guy Debord, Fredric Jameson y Slavoj Zizek representan la arquitectura teórico-epistemológica para iniciar la demolición de la sociedad administrada como la teorizo tempranamente Theodor Adorno. Resultado de imagen para Seguridad nacional del cine. Al observar, desde una mirada rasante los deslizamientos políticos producidos en la década de los setenta, películas como Fiebre del Sábado por la Noche y la Guerra de las Galaxiasse convirtieron en iconos vanguardistas de una generación de jóvenes en el mundo al construir una nueva sensibilidad epocal. En la primera encontramos un desplazamiento en los valores de la juventud obrera hacia los temas del baile, la discoteca y el fin de semana en contraste con los grandes temas de la juventud de los sesenta como la lucha contra la Guerra de Vietnam, por los derechos civiles y por transformar el mundo. La política como espacio de resistencia, contra-hegemonía y emancipación cede ante los temas de la frivolidad, la estética del sí mismo y la mirada cortoplacista. Un desplazamiento de la utopía al equipamiento tipo del neoliberalismo posmoderno. En la segunda tenemos la emergencia del debate sobre el multiculturalismo en el contexto de la emergencia unipolar del mundo con su lenguaje sobre el Imperio, las verdades atávicas y el derecho natural. Más allá de la escenografía que implicó la introducción de los efectos especiales en el cine la historia se mueve en las coordenadas de las luchas entre el bien y el mal. El realismo político configura las grandes


búsquedas intergalácticas desplazando los temas de los enemigos hacia nuevos horizontes en cuanto nuevas fronteras en un lenguaje transido por el cálculo racional. Una condensación conceptual, audiovisual y simbólica anticipatoria del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano que se convirtió en la nueva agenda política de los Estados Unidos en el siglo XXI. Por un lado, la política del sí mismo que anunciaba Fiebre del Sábado por la Noche se ha profundizado con la sensibilidad neoliberal, meritocrática y posmoderna, por el otro, los debates sobre el multiculturalismo que presentaba la Guerra de las Galaxiasnos conducen a una ética estrictamente comprometida con un nuevo refugio narcisista en clave imperial.Resultado de imagen para fiebre del sabado por la noche Las películas del género de espionaje con sus iconos centrales representan con más claridad el lenguaje de la geopolítica global con sus nuevas problemáticas. Figuras como James Bond (Ian Fleming) y Jack Ryan (Tom Clancy) se convierten en franquicias en tanto logran presentar las peligrosas fronteras que se entretejen entre los servicios secretos, los destinos del género humano y el mundo libre. El debate sobre las crisis financieras es representado por James Bond y Jack Ryan respectivamente en Golden Eye y Código Sombra como una trama que tiene como contexto de fondo la guerra de divisas, los centros financieros globales y los centros de producción de conocimiento de la globalización financiera. No es casual que la City Londres y la Escuela de Economía de Londres (London School of Economics) sean parte del decorado fundamental de las películas de espionaje. Al mismo tiempo que se presenta al

dólar constantemente amenazado por los sindicatos y el terrorismo como la moneda de la paz global. Los nuevos agentes del terrorismo incluyen a rusos, árabes y chinos. En la película En la Caza del Octubre Rojoinspirada en el libro de Tom Clancy tiene mayores conflictos dramáticos en tanto logra presentar la posibilidad del conflicto nuclear en el marco de la decisión de desertar de un alto oficial soviético a los Estados Unidos a bordo del submarino nuclear más letal jamás creado. La deserción, el honor, la paz y el conocimiento sirven como pretexto para la aparición del nuevo héroe estadounidense. Un héroe del capitalismo cognitivo que anunciará en la década de los setenta el sociólogo estadounidense Daniel Bell con la idea de la información como la matriz fundamental de la nueva época. Jack Ryan compite con James Bond en el género de espionaje. Pero, sobre todo, las películas Skyfall y Spectre de la franquicia de James Bond Resultado de imagen para james bondrepresentan las mutaciones globales del capitalismo cognitivo. En la primera película la trama se centra en la criptografía de las grandes computadoras que incluye las finanzas, la política y los servicios secretos como los nuevos derroteros del conflicto geopolítico global. En la segunda la agenda del servicio secreto es adentrarse en las sociedades secretas al servicio de intereses ajenos al mundo libre. La presencia ausencia del Pentágono se manifiesta en películas tan disimiles como Contacto, Jurasic Park, El Día de la Independencia y Hulk, entre otras para conjurar los elementos subversivos incluidos en los guiones. La necesidad de privilegiar una mirada benevolente de los militares, los servicios secretos y el gobierno es una de las tantas tareas del Departamento de Defensa en enlace con Hollywood, que transfiere a la ciudadanía, al pueblo, a la gente común, el camino destructivo del capitalismo histórico como si fuera un informe del Banco Mundial. Resultado de imagen para filme dia de la independenciaLa realidad de los bombardeos a poblaciones civiles, los múltiples crímenes de guerra, la instrumentalización de la muerte quedan excluidos de los guiones, tramas y narrativas sobre la inmigración forzada, el tráfico de personas, la destrucción de naciones enteras. Las facticidades de los daños colaterales que invaden con

sus consecuencias el mundo global no tienen espacio de representación en la industria del entretenimiento. Y obviamente, no puede tenerlo si la benevolencia de las actuaciones de los Estados Unidos en las guerras destructivas que ha instrumentado en las últimas décadas ha sido el elemento ausente. En realidad, esta censura blanda, construye nuevos derroteros para los servicios secretos en correspondencia con una agenda global que determina quienes son los enemigos, la irracionalidad de sus conductas, su presencia deshumanizada que destruye el sentido de la sociedad decente. La triada cultural construye realidades soportadas sobre miradas corporativas que precisan de las riquezas de un territorio determinado. La estrecha interrelación que establecen Secker y Alford sobre los objetivos del Pentágono en cuanto directriz geopolítica con los contenidos de películas, series, anuncios, publicidades no podemos soslayarla cuando pensamos la crisis política, económica y social de Venezuela. Sobre todo, por la capacidad de dotar de una narrativa democrática las expresiones de odio, los deseos de venganza y el racismo en una trama que tiene como resultado práctico el Golpe de Estado. El debate sobre la posverdad encuentra nuevos asideros en los constructores de mundos, universos y cosmovisiones con esta rigurosa investigación de Secker y Alford. La capacidad imaginativa estrictamente limitada por los arquitectos de la imaginación representa el imperativo a deconstruir críticamente en tanto plantea una subversión de nuestra forma de pensar el mundo. Nota: 1.-En esta dirección, la última palabra la tiene Phil Strub del Departamento de Defensa quien funciona como enlace entre el Pentágono y Hollywood desde 1989. Esta relación se remonta a 1910 fortaleciéndose en 1947 con la creación de la CIA, supone la firma de contratos y compromisos con acuerdos de producción para la aprobación de una secuencia a lo interno de una producción cinematográfica y televisiva. Las referencias críticas a suicidios de militares como consecuencia de la Guerra contra el Terror está prohibida. Igualmente, las relativas a la actuación genocida de las fuerzas armadas estadounidense en la Guerra de Vietnam.


La decadencia de la democracia pasa inadvertida Los dirigentes políticos están tan ocupados peleando por un cargo que no parecen notar que el negocio podría cerrar. La democracia está en decadencia y, sin embargo, el asunto no figura en la agenda parlamentaria. Todos comparten la pérdida de visión, de planificación y de búsqueda de soluciones a largo plazo y el empleo de la política para concentrar poder. En inglés, hay dos acepciones de “politics”, una para referirse a la maquinaria, y otra, a la visión política. En las lenguas latinas, solo hay una “política”, empleada ahora también en los países angloparlantes, tanto en la Gran Bretaña de Theresa May como el Estados Unidos de Donald Trump. En pocos años, hemos sido testigos del increíble florecimiento de gobiernos autoritarios, y quizá la Turquía de Recep Tayyip Erdogan sea el mejor ejemplo. Elegido primer ministro en 2002 y presidente en 2014, ha sido considerado como una prueba de que se puede ser musulmán y defender la democracia. Erdogan comenzó a adoptar un perfil más fundamentalista y autoritario, como lo demuestra la dura represión en 2013 de miles de manifestantes, quienes protestaban contra los planes de construir un supermercado en una emblemática plaza de Estambul. Desde entonces, se aceleró la tendencia a abusar del poder. En 2014, lo acusaron, junto a su hijo, de corrupción, en el marco de lo cual detuvieron a tres hijos de ministros suyos. Erdogan responsabilizó de la situación al Movimiento de Gülen, una iniciativa espiritual encabezada por un exaliado, el clérigo Fethullah Gülen, actualmente radicado en Estados Unidos. En 2016, cuando la intentona golpista de algunos sectores de las fuerzas armadas, el presidente turco aprovechó para deshacerse de los seguidores de Gülen y de otros opositores, mandó a prisión a 60.000 per-

sonas y destituyó a unos 100.000 funcionarios públicos. Las prácticas de Erdogan se asemejan a las de Iósif Stalin y de Adolf Hitler en el trato dispensado a esas 100.000 personas, a las que se les impidió emplearse en la actividad privada y se les retiró el pasaporte, al igual que a sus familiares. Al ser consultado sobre cómo harían para sobrevivir, el gobierno respondió que incluso alimentarse de raíces era “demasiado bueno” para ellas. Entre los funcionarios afectados hay cientos de jueces y decenas de miles de maestros y profesores universitarios destituidos sin sumario ni ninguna imputación formal. ¿Y cómo reaccionó Europa? Con declaraciones vacías, tras lo cual Erdogan se volvió más autoritario. Construyó un palacio presidencial de 300,000 m2 , con 1.150 habitaciones, más grande que la Casa Blanca y el Kremlin, donde hay una oficina de tres habitaciones dedicada a probar la comida por temor de ser envenenado. La construcción costó cerca de 500 millones de euros (unos 582 millones de dólares), según declaraciones oficiales, y 1.000 millones de dólares, según estimaciones de la oposición. En defensa de Europa podría decirse que Turquía no es miembro de la Unión Europea (UE) y, de hecho, sus acciones redujeron enormemente la probabilidad de alguna vez se integre al bloque. Pero no es el caso de Polonia y Hungría, dos miembros de la UE y beneficiarios de un gran apoyo económico. Desde que Polonia ingresó a la UE, en 2004, recibió más de 100.000 millones de dólares por concepto de varios subsidios, el doble del Plan Marshall al valor actual del dólar y la mayor transferencia de dinero en la historia moderna. Sin embargo, el gobierno polaco se embarcó en el desmantelamiento de insti-

tuciones democráticas, la última fue el sistema judicial, lo que llevó incluso a la adormilada UE a advertirle que podría perder el derecho de voto, lo que fue recibió con total indiferencia por parte del gobierno. A pesar de ello, nadie ha propuesto formalmente recortar los subsidios, que en el presupuesto de 2014 a 2020 ascienden a 60.000 millones de dólares, la mitad de lo que el mundo destina a la asistencia al desarrollo para casi 150 países. Por su parte, Hungría, encabezada desde 2010 por Viktor Orbán, quien aboga por una “democracia iliberal”, se niega a aceptar inmigrantes, a pesar del subsidio de la UE, al igual que la primera ministra polaca Beata Szydło. Hungría, con su pequeña población de menos de 10 millones de habitantes, en comparación con los 38 millones de Polonia, es el tercer beneficiario de los subsidios de la UE, unos 474 euros por habitante, mientras la tercera parte de la población mundial vive con menos de eso. Además, el Banco Europeo de Inversiones otorga un subsidio neto de 1.000 millones de euros (alrededor de 1.164 millones de dólares), y Hungría recibió 2.400 millones de euros (2.794 millones de dólares) del programa de apoyo a la balanza de pagos. Polonia y Hungría formaron el grupo Visegrád, junto con Eslovaquia y República Checa, que está en campaña permanente contra la UE y sus decisiones. De más está decir que los subsidios a estos últimos dos países superan ampliamente sus contribuciones. ¿Acaso Erdogan, Orban, Szydlo son dictadores? Al contrario, fueron elegidos democráticamente, como Rodrigo Duterte, en Filipinas, Robert Mugabe, en Zimbabwe, Nicolás Maduro, en Venezuela y otros 30 presidentes autoritarios que hay en el mundo.


Roberto Savio

Pero en Europa eso es nuevo, al igual que lo es un presidente estadounidense con una agenda aislacionista y de confrontación internacional y elegido como de costumbre, como es Donald Trump. Una encuesta a fines de sus primeros seis meses de mandato concluyó que sus votantes lo volverían a elegir y que el apoyo del gobernante Partido Republicano solo bajo de 98 a 96 por ciento. A escala nacional, su popularidad disminuyó a 36 por ciento. En otras palabras, si en este momento hubiera elecciones, probablemente sería elegido para un segundo mandato. Eso nos lleva a preguntarnos, ¿por qué seguimos considerando que las elecciones equivalen a democracia? Porque así es como se expresa la población. Por cierto, a la gente no le gusta la corrupción, considerado el mayor problema de los gobiernos actuales, según las encuestas. Pero a menos que alcance niveles sistemáticos como en Brasil, los numerosos estudios existentes no muestran una correlación entre corrupción y castigo electoral. La corrupción ha permitido a los gobernantes populistas para prometer librarse de ella, exactamente lo que hizo Trump en su campaña. Sin embargo, ahora, el conflicto de interés y la falta de transparencia entre sus intereses privados no tienen precedentes en la Casa Blanca. Eso nos lleva a otra pregunta. Si las ideologías desaparecieron y la política se volvió principalmente una cuestión de eficiencia administrativa y personalidades, y no de ideologías, ¿cuál es el vínculo entre el candidato y sus votantes, quiénes siguen eligiéndolos a pesar de todo, como los que votaron a Erdogan, Trump, Orban y Szydlo? Quizás es hora de mirar a la política con nuevos ojos. ¿Qué aprendimos de las elecciones de los últimos años? Las personas se alinean bajo un nuevo paradigma, que no es político en el sentido en que se ha utilizado hasta ahora, se llama identidad. Los votantes eligen a aquellas personas con las cuales se identifican y las apoyan

porque, en definitiva, defienden su propia identidad, sin importar nada más. No escuchan otros argumentos ni los toman en cuenta por considerarlos “noticias falsas”. Veamos en qué se basa esa cuestión de la identidad, las cuatro nuevas divisiones. La primera nueva división: ciudades contra el interior, pequeñas ciudades, pueblos o aldeas. En lo que se refiere al brexit, la gente optó en los pueblos por quedarse en Europa. Lo mismo ocurrió con quienes votaron a Erdogan, con poco apoyo en Estambul, pero muy popular en las áreas rurales. Quienes eligieron a Trump fueron principalmente votantes de los estados más pobres. Lo mismo ocurrió con Orban y Szydlo. Ninguno hubiera llegado al poder si las elecciones estuvieran restringidas a la capital y a las ciudades. La segunda división es la que hay entre jóvenes y adultos con más años. No hubiera se hubiera aprobado el Brexit si a los jóvenes les hubiera importado votar. Lo mismo ocurre con Erdogan, Trump, Orban y Szydlo. El problema es que una gran proporción de jóvenes dejó de tener un papel activo en política porque se sintieron dejados de lado y ven a los partidos como máquinas para mantenerse a sí mismos, corruptos e ineficientes. Por supuesto, eso juega a favor de quienes ya están en el sistema, que se perpetúa sin el impulso generacional para el cambio. Italia encontró 20.000 millones de dólares para salvar a cuatro bancos, cuando los subsidios destinados a los jóvenes rondan los 2.328 millones dólares. Con razón se sintieron marginados. La tercera división se refiere a que las ideologías en el pasado eran básicamente más inclusivas, aun si, por supuesto, el sistema de clases desempeñaba un papel significativo. Esta división entonces es entre quiénes por lo menos terminaron la enseñanza secundaria y quiénes no. Esa brecha se profundizará de forma drástica en las próximas dos décadas, cuando la robotización de la industria y de

los servicios abarque a por lo menos 40 por ciento de la producción. Decenas de millones de personas quedarán fuera del mercado laboral; y serán las que tengan menos educación y no puedan participar en la cuarta revolución industrial. Las élites miran con desdén las opciones elegidas por los electores considerados ignorantes y provinciales, mientras los considerados ganadores cosechan lo que sea y los marginan. Por último, la cuarta división es muy importante para los valores de paz y cooperación como base de la gobernanza mundial, y es la que hay entre quienes ven el regreso del nacionalismo como solución a sus problemas, y por lo tanto odian a los inmigrantes, y quiénes creen que su país, en un mundo cada vez más competitivo, podría estar mejor si se incorpora a organizaciones regionales a internacionales. Dos ejemplos extremadamente sencillos: Europa y Estados Unidos. La UE hizo una encuesta entre nueve millones de estudiantes Erasmus, como se conoce a los becarios de ese programa de intercambio que van a estudiar a otros países. La iniciativa dejó más de 100.000 niñas y niños, hijos de los becarios que se casaron con alguien en el exterior: los verdaderos europeos. En el estudio, 92 por ciento de los consultados dijeron querer más Europa, no menos. Y en Estados Unidos, el clásico votante de Trump, el blanco, un grupo electoral en declive, pues en cada elección hay dos por ciento menos, no siguió estudiando después de la secundaria ni lee diarios ni libros y es originario de los estados más pobres. Esas personas perdieron su empleo, a menudo por la deslocalización de fábricas o minas, y están convencidas de ser víctimas de la globalización, creadora de grandes injusticias sociales y económicas. Y eso se debe a que durante dos décadas, solo se utilizaron índices macroeconómicos, como es el producto interno bruto (PIB), y los indicadores sociales fueron, en gran parte, rechazados. Ni al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial ni a la UE ni a los dirigentes les preocupaba cómo se dividía el crecimiento indicado por el PIB, convencidos de que el mercado era el único motor del crecimiento y sería capaz de resolver todos los problemas sociales. Hace poco dieron marcha atrás, pero ya es tarde, pues el mundo conoce una explosión de desigualdad sin precedentes, lo que contribuye a que el nacionalismo y la xenofobia ocupen un lugar central en el debate político. El nacionalismo no se reduce a Trump, Erdogan, Orban, Szydlo y el Brexit. También China, India, Japón, Filipinas, Israel, Egipto, Rusia y muchos otros países tienen gobiernos nacionalistas y autoritarios. Eso nos lleva a una conclusión muy simple: O la transición hacia un nuevo sistema político desconocido, que reemplace al actual, que no es sostenible, se basa en valores de justicia social, cooperación y paz (probablemente adaptando las actuales organizaciones internacionales) o será difícil evitar los conflictos, las guerras y el derramamiento de sangre. ¿Por qué el ser humano es el único animal que no aprende de experiencias pasadas?

*Periodista italo-argentino. Co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos años también fundó Other News


Feminismo campesino y popular

Silvia Ribeiro De más de setenta países y 164 organizaciones llegaron mujeres campesinas a la Asamblea de Mujeres de La Vía Campesina (LVC) en el País Vasco, este 17 y 18 de julio. Con perspectivas y propuestas que sacuden lo establecido, no sólo en el injusto mundo que vivimos, también dentro de su propio movimiento. Feminismo campesino y popular llaman a esta identidad en construcción, que desafía al capitalismo y al patriarcado al mismo tiempo, rechaza todos los racismos, violencias, discriminaciones y xenofobias. Es la quinta vez que se reúnen como mujeres de este movimiento –la articulación campesina global más extensa que haya existido– que del 19 al 22 de julio sostiene también su séptima conferencia mundial. Tanto jóvenes como mujeres han ido construyendo su espacio propio, convocándose en asamblea los días anteriores a la Conferencias de todo el movimiento. Desde allí discuten colectivamente sus aportes específicos, antes de integrarse como delegadas y delegados a la Conferencia general. Muchas llegaron a esta V Asamblea de Mujeres por primera vez. La expectación y el entusiasmo se sienten a flor de piel. La dedicación, casi magia, del colectivo autogestionario de intérpretes COATÍ, hizo posible la traducción simultánea en 11 idiomas: árabe, bahasa indonesia, castellano, coreano, euskera, francés, inglés, japonés, portugués, ruso y tailandés. Entre muchas otras cosas, esta arquitectura que hace posible tender puentes solidarios de comunicación entre tantas lenguas, permite una diversidad de miradas y experiencias que nutre y fortalece no sólo a las mujeres, sino a toda Vía Campesina. Son mujeres de todas las edades, campesinas, indígenas, trabajadoras del campo, pescadoras, pastoras, artesanas, migrantes. Todas trabajan por la soberanía alimentaria, todas tienen que luchar con-

tra la discriminación y la violencia, que se manifiesta de muchas maneras. Desde los salvajes feminicidios y ataques a las campesinas que resisten en Honduras –8 muertas en la lucha y 1800 criminalizadas, detenidas, violentadas en los últimos años– a la discriminación laboral y política en Europa, el silencio impuesto a muchas mujeres en regiones enteras, la persecución y desposesión de tierras, cultivos y casas a las mujeres en Palestina; el arco de injusticias se expande globalmente. Es una situación que afecta a las mujeres, no sólo campesinas. Pero aquí la particularidad es la construcción de un feminismo campesino y popular, que por primera vez plantean asumir como tal en toda LVC. Un feminismo desde las mujeres del campo, con identidad campesina y desde la identidad y luchas de los pueblos. Varias de las fundadoras de la Vía Campesina, recuerdan que al origen, hace poco más de 20 años, había una sola mujer en el comité coordinador internacional (CCI). Era Nettie Wiebe, de la National Farmers Union de Canadá, con la energía de las muchas que la apoyaban. Llegó a la V Asamblea, a compartir su experiencia y también lo que considera los mayores desafíos. Recuerda que comenzaron pidiendo “mayor participación” para las mujeres en todas las instancias de La Vía Campesina. Los compañeros fueron más allá y acordaron que las mujeres debían ocupar el 50 por ciento de los lugares en las instancias de coordinación y decisión (porque en LVC el cuerpo colectivo y pensante es mucho más que la suma de sus partes, muchas de las cuáles aún siguen en proceso de entender y asumir las reivindicaciones de género). La regla de paridad se hizo rutina en toda la organización. Sin embargo, debaten en esta Asamblea, la paridad no era una meta, apenas un camino. A muchas aún les cuesta ocupar los

espacios que reclamaron, porque para poder hacerlo se requiere que todo el trabajo, tanto productivo como reproductivo y las tareas militantes sean compartidas, algo que muchas organizaciones locales y nacionales campesinas necesitan entender, integrar y apoyar. Entre los grandes desafíos, plantea Nettie Wiebe, está definir posiciones comunes frente al poder, definir más profundamente entre todas las regiones y diversidades de LVC qué es el feminismo campesino y qué tipo de lucha eligen como mujeres. Perla Álvarez de la organización de mujeres campesinas e indígenas Conamuri de Paraguay agrega “el patriarcado repliega nuestro trabajo al ámbito privado, el capitalismo no lo reconoce, el racismo niega todas nuestras identidades”. Por eso, continúa, “no es posible separar la lucha contra el capitalismo de la lucha contra el patriarcado y el racismo.” Una lucha que parte de reconocer las diversidades, geográficas, culturales, de género, por eso ya hay también sectores LGBTI en varias organizaciones campesinas, como el MST de Brasil y organizaciones de Vía Campesina en Europa. La diversidad sexual y de género también tuvo su espacio en el programa de la VII conferencia de LVC. Las asambleas anteriores de mujeres de la Vía Campesina establecieron campañas globales por las semillas y contra la violencia, campañas que siguen y donde los ataques en éstos y otros temas recrudecen todo el tiempo. La V Asamblea de Mujeres decidió llamar a la primera conferencia internacional de mujeres del campo, no sólo para organizaciones de la Vía Campesina sino para establecer lazos de análisis, alianzas y caminos de lucha con muchas más mujeres rurales. Será todo un reto, que desde ya asumen con la misma energía, cariño y rebeldía que cultivan en este espacio.


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