MERLINA SE ACOSTÓ Y CERRÓ FUERTE, FUERTE, LOS OJOS.
HABÍA DICHO SU MAMÁ UN RATO ANTES.
PERO MERLINA NO PODÍA DORMIR.
ESCUCHÓ EL TIMBRE DE LA CASA DE AL LADO.
MERLINA SE ACOSTÓ Y CERRÓ FUERTE, FUERTE, LOS OJOS.
HABÍA DICHO SU MAMÁ UN RATO ANTES.
PERO MERLINA NO PODÍA DORMIR.
ESCUCHÓ EL TIMBRE DE LA CASA DE AL LADO.