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VIDA PARROQUIAL 1.- La colecta de hoy es por Cáritas. 2.– El sábado, día 20, será nuestro día de convivencia parroquial en la casa de Valdepiélago. Apúntate cuanto antes en los despachos de la parroquia.

DÍA DEL CORPUS, DÍA DE LA CARIDAD NO PODEMOS VIVIR DE ESPALDAS A: Ese 51% de los jóvenes de España que están en paro. De esos, 700.000 han tenido que emigrar para encontrar un futuro. Los 5 millones y medio de trabajadores que están en el paro, de los cuales, más de la mitad son de larga duración. Las 740.000 familias que no tienen ningún ingreso, están todos en el paro. Las 249.000 familias desahuciadas de sus casas, quedando en la pura calle, con niños y ancianos. El 12 % de los trabajadores que teniendo un trabajo y un salario es tan bajo que no les da para vivir, son trabajadores empobrecidos. Debajo de estas cifras hay mucho sufrimiento. Son muchas las personas que están sufriendo lo indecible, y eso a nosotros, los cristianos y no cristianos, nos tiene que llenar de preocupación y solidaridad.

AMOR SIN CONDICIONES ¿Sonreír al que deteriora e invade mi vida, perdonar a quien me afrenta, ayudar a quien me arruina y asistir a quien me olvidó un mal día? ¿CÓMO ME PIDES TANTO, SEÑOR? ¿Amar al que tal vez nunca me amó, abrazar al que, ayer, me rechazó, llorar con el que, tal vez, nunca yo encontré consuelo en la aflicción? Cuando ya es difícil amar al que nos ama, caminar con el que queremos, entregarnos al que conocemos o alegrarnos con el que nos aplaude. ¡Cómo, Señor! ¡Dinos cómo hacerlo! Cuando nos cuesta rezar por los nuestros o prestar nuestra mejilla a quien ya nos da un beso. Cuando es duro el ser felices con aquellos que con nosotros conviven. ¿CÓMO NOS PIDES TANTO, SEÑOR?

Ayúdanos a estar en comunión permanente con Dios y, entonces, Señor, tal vez no nos parezca tanto, ni un imposible, ser cómo Tú eres y llevar a cabo lo que Tú quieres: AMAR SIN CONDICIONES.

PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org Avda. Pablo Iglesias, 82 985 37 09 44

Domingo

Corpus Christi 7-6-2015

El mensaje de la fiesta del Corpus es claro: Todos tenemos un lugar en el corazón de Dios. El pan que se parte y comparte, la copa de vino que se derrama, resumen el sentido de la vida de Jesús: una vida entregada a y por los demás. Es lo que nos recomienda cuando dice: “haced esto en memoria mía”. No se refiere a que repitamos rutinariamente unas palabras y unos gestos que no comprometen ni transforman la vida. La invitación es a seguirle. A estar dispuestos a lavar pies, a no excluir ni excomulgar a nadie, y a ser pan, vino, luz, camino, paz… para el mundo. Como Él.


T

us Palabras alientan mi vida

Éxodo 24, 3-8

En aquellos días, Moisés bajó y conté al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: «Haremos todo lo que dice el Señor.» Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos, y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: -«Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos» Tomó Moisés la sangre y rocié al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.»

Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la Habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les Habla dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: -«Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronuncio la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: -«Esta es mi sangre, sangre de a alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto cíe la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

«Compartir y amar» Las cosas por sí mismas valen bien poco. Pero el hombre puede llenarlas de espíritu. Puede bordar en ellas los más hermosos pensamientos y los más delicados sentimientos. Entonces las cosas se personifican, se convierten en signo y sacramento, en memorial y anuncio. Así las cosas adquieren un valor nuevo. Sí: las cosas pueden recordar al amigo: sus palabras y sus gestos, su figura y su presencia. Incluso podemos cambiar el fin y el signo de las cosas. Con ellas podemos regalar, ofrecer, compartir y amar. Entonces las cosas pueden tener más valor por el recuerdo, por la amistad y la ofrenda que por la materialidad en sí misma. Es así el pan que Cristo bendice y nos ofrece. Ese pan queda transfigurado. En adelante será sacramento de Cristo: de su presencia y de su amor. No vale tanto como alimento, cuanto como recuerdo y presencia de Cristo. No es tanto para comer cuanto para acercar, unir y revivir. Ya no es pan, es Cristo-pan.

-Partido: Cuando Cristo bendijo el pan, lo partió, y al partirlo nos recordó que su cuerpo también se rompería por nosotros. Ahora el signo se potencia. No sólo en el pan; presencia y alimento, sino el pan partido, que su amor.

No vale tanto como alimento, cuanto como recuerdo y presencia de Cristo. No es tanto para comer cuanto para acercar, unir y revivir. Ya no es pan, es Cristo-pan. -Partido: Cuando Cristo bendijo el pan, lo partió, y al partirlo nos recordó que su cuerpo también se rompería por nosotros. Ahora el signo se potencia. No sólo en el pan; presencia y alimento, sino el pan partido, que significa entrega y pasión. El pan partido nos habla del amor más grande, capaz de dejarse romper por los amigos y por obediencia. Este pan roto es mi cuerpo destrozado por amor. Enseguida se ofrecerá en comida.

Cristo nos dejó en memorial un pan partido y un vino repartido. Esto es, decía, mi vida entregada, mi amistad compartida, mi cuerpo que se inmola. Es mi espíritu y mi evangelio, mi manera de ser y de hacer, mi recuerdo y mi promesa, soy yo.


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