Recuerda que… La colecta de Caritas que corresponde a este primer domingo de mes queda suspendida por su proximidad con la “COLECTA DE MANOS UNIDAS”, campaña del hambre, del domingo día 13. El día 11, Ntra. Sra. De Lourdes, celebramos el Día del Enfermo. A las 5 de la tarde habrá una eucaristía en la iglesia. Estáis invitados a participar de la misma todos los que queráis y podáis, aunque sea en silla de ruedas. El sábado, día 12, a las 20,15 h., tendrá lugar la Cena del Hambre en el salón de actos del colegio Corazón de María. Se trata de una cena de solidaridad con un proyecto de desarrollo. Os invitamos a compartir lo que traigáis a la misma. El precio de las entradas es de 5€ para los adultos y 3€ para los jóvenes. Podéis recogerlas en la sacristía o en el despacho parroquial. El próximo lunes, día 7, tendrá lugar el Consejo Parroquial a las 20,15 h.
Ingiera diariamente grandes cantidades de AGUA VIVA (palabra de Dios) Ponga al horno del Espíritu sus actitudes, opciones y decisiones. Rehabilite su corazón con ejercicios diarios de perdón y comprensión. Camine todos los días tras los pasos de Jesús. Rehúya el sedentarismo y la pasividad y comprométase a construir el Reino Tómese la tensión de su fe varias veces al día. Combata los trombos del egoísmo con un potente vasodilatador: el AMOR. Relájese contemplando serenamente el mar de la misericordia divina. Prívese de las grasas de sus intereses y circulará mejor el amor. Ponga a hervir el agua tibia de su vida fe al fuego del Espíritu.
Lectura del libro de Isaías: Is 58,7-10 Así dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: «Aquí estoy.» Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. »
Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios: lCo2,1-5 Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Mateo: Mt 5,13-16 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ‘Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. »
LAS COSAS QUE ME HACEN BIEN Siempre me ha hecho bien encontrarme con creyentes humildes, que no alardean de su fe ni hablan de Dios con tópicos y frases hechas, pero saben intuir su presencia y leer sus manifestaciones en la vida. Siento que creen. Me animan a buscar a Dios. Me hacen bien los creyentes que viven su fe de manera creativa. Cristianos que escuchan su propia conciencia y se atreven a pensar por sí mismos, buscando con honestidad vivir ante Dios. Descubro en ellos un corazón limpio, que sintoniza casi espontáneamente con las actitudes de Jesús y no se deja «domesticar» por el entorno. Ponen alegría en mi vida. Para mí, es una suerte tratar con creyentes que no separan a Dios de la gente. No saben rezar sin pensar en los que sufren. No saben comunicarse con Dios sin que en su interior crezca la ternura y preocupación por los que encuentran en su camino. Me ayudan a imaginarme cómo era Jesús. Me hacen bien los creyentes que, después de muchos años, siguen viviendo hoy su adhesión a Jesús con gozo y entusiasmo renovado. Me sorprende su fidelidad y constancia. En ellos descubro la fuerza que tiene Dios en quienes lo acogen como centro de su vida. Ellos me animan a vivir con esperanza. La Iglesia es mucho más. Hay cristianos que se desviven por los últimos de la tierra. Misioneros y misioneras que lo arriesgan todo por defender a los excluidos. Admiro sus vidas, leo con interés sus noticias. Todos ellos, cristianos modestos de mi entorno o testigos heroicos de Cristo, me ayudan a vivir mi fe. Son lo mejor de mi Iglesia. Los que ponen luz y sal en mi vida.