ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador: “Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12,31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro” (San Gregorio Magno, Dialogi 4, 41, 3). Catecismo 1032: Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: “Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado” (2Mac 12,46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: “Llevémosles socorros y hagamos su conmemoració n. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1,5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? [...] No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos” (San Juan Crisóstomo, In epistulam I ad Corinthios homilia 41,5). Revelaciones particulares sobre el Estado del Purgatorio
Varios Santos y místicos católicos, han asegurado el haber recibidos revelacione s particulares sobre el Estado del Purgatorio e incluso la gracia de haber visitado ese Estado o el carisma de ver o escuchar a las Ánimas de Purgatorio, agregan, que las Ánimas del Purgatorio les solicitaban por ellas Misas, oraciones, Rosario, limosnas, indulgencias , obras de misericordias, penitencias y sacrificios para aliviar sus sufrimientos y poder así salir más pronto del Estado del Purgatorio al Estado del Cielo. Además, comentan que el Estado del Purgatorio es un acto de amor y de misericordia de Dios para que aquellas personas que murieron con pecados veniales no vallan al Estado del Infierno ya que no son pecado que lleven a la muerte, como se mostró en la cita de 1Jn 5,16-17, de los párrafos precedentes, de igual manera, es el destino transitorio de las Almas humanas que se arrepintieron de sus pecados mortales pero fallecieron sin poder repararlos en vida y en última instancia para los individuos que por intercesión de algún miembro de la Iglesia Católica o por una gracia especial de Dios se salvaron contra toda posibilidad humana, por eso la Virgen María ha dicho en varias de sus apariciones que muchas personas se pierden y van al Estado del Infierno porque no hay quienes recen e intercedan por ellas.
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