Santificada, que es la Jerusalén Celestial. Finalmente, el Estado del Purgatorio y la Iglesia Católica Peregrina desaparecerán después la resurrección del último día y solo quedará la Iglesia Católica Celestial para los Ángeles buenos, los Santos y Bienaventurados del Cielo y el Estado del Infierno para Satanás, sus ángeles caídos y para quienes rechazaron voluntariamente a Dios hasta el final y se autoexcluyeron de su amor, Santidad y comunión.
Bases bíblicas del Estado del Purgatorio
La palabra Purgatorio no aparece en la Biblia, como tampoco los términos Trinid ad, Evangélico, Pentecostal, Testigo de Jehová por nombrar algunos, sin embargo, existe el apoyo bíblico a la doctrina del Estado del Purgatorio, así en Mt 2,25-26; Jesús habla del Estado del Purgatorio, al indicar que sólo se sale de allí cuando se ha pagado hasta el último centavo (todo lo que se debe), dicho de otro modo, al cumplir con la pena temporal de los pecados no reparados en la vida y se sabe que es el Estado del Purgatorio, porque los que van al Estado del Cielo de allí no salen y los que lleguen al Estado del Infierno tampoco puede irse de allá. Pero el estar en el Estado del Purgatorio, no es una segunda oportunidad para salvarse, puesto que las Almas humanas que están ese Estado, se hayan sometidas a una condena parcial, donde con sufrimiento mediante el fuego purificador del Espíritu Santo logran la pureza necesaria para salir de ahí y poder entrar al Estado del Cielo, todo esto implica que antes las Almas humanas comparecen en un juicio personal o particular según Mt 5,25-26 y Heb 9,27. Mt 5,25-26: Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias, que te encerrarán en la cárcel? En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo. Por otra parte, se muere una sola vez, por lo tanto, no existe la reencarnación y después viene para todo ser humano su juicio personal. Heb 9,27: Los hombres mueren una sola vez, y después viene para ellos el juicio; […]. Desde esa perspectiva, la Iglesia Católica llama Purgatorio al Estado de purificación final de los elegidos, que murieron en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después 3