Devenir fenomenología y devenir complejidad 3

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Devenir fenomenologĂ­a y devenir complejidad

RaĂşl Prada Alcoreza

1


2


Índice:

Prólogo

4

De la Crítica al elogio de la razón pura

15

Taxonomía filosófica

38

Epistemología fenomenológica

54

La imposible ontología

65

Fenomenología de la consciencia

98

La fenomenología como nuevo campo del saber y del hacer

114

Fenómeno, vivencia e intencionalidad

125

Inconsecuencias de la fenomenología

157

Apuntes para una fenomenología compleja

178

Materia, cualidad y representación

202

3


Prólogo

Podemos

hablar

del

devenir

fenomenología, en tanto que supone el devenir fenómeno. Pero también, cuando hablamos de fenomenología, que vendría a ser estudio del fenómeno; una ciencia de la experiencia del fenómeno. Ya Georg Wilhelm Friedrich Hegel puso el título a su libro sobre Ciencia de la experiencia de la consciencia, como reza el subtítulo, el título de Fenomenología del espíritu. Para el filósofo dialéctico se trataba del estudio de la experiencia del fenómeno, en cuanto consciencia; por lo tanto, espíritu. La fenomenología

es

la

del

espíritu.

La

experiencia del espíritu, en lo que respecta al conocimiento. La exposición adquiere el ritmo candente de la dialéctica, pues el filósofo considera que la experiencia de la 4


consciencia se da de modo dialéctico. Los momentos

de

la

experiencia

de

la

consciencia, son contradicciones vividas por el sujeto. Por ejemplo, el momento de la certeza se da, se mueve, por así decirlo, dinamizado por la exteriorización de la certeza inmediata del objeto, desde un sujeto certeza,

que

no

salvo

contiene como

todavía

posibilidad.

esa Este

extrañamiento del sujeto en el objeto, conlleva

la

interioridad.

nostalgia Se

de puede

la

propia hablar,

interpretando, de nostalgia; pues es así, en el lenguaje de la exposición, tratándose también de las sensaciones existenciales. Entonces, el concepto del objeto no se logra en la simple certeza, sino cuando se da lugar el retorno a la propia interioridad, que es el espíritu mismo o la consciencia. El concepto de objeto vendría a ser la síntesis dialéctica de este desgarramiento, 5


de este extrañamiento, que anhela su retorno.

En el presente texto, demarcamos una diferencia

epistemológica

entre

la

fenomenología del espíritu de Hegel y la fenomenología trascendental de Edmund Husserl. Esta demarcación se debe al enfoque de Husserl, más apegado a distinguir dos campos, por así decirlo; el de la realidad efectiva, donde el fenómeno aparece en su salvaje pureza, y el de la consciencia, que se abre como condición de posibilidad del conocimiento y del pensamiento. Aunque Emmanuel Kant es anterior a Hegel, además de que Hegel se encarga de desarrollar la crítica de la crítica de la razón pura; en términos epistemológicos, Husserl es continuidad de la intuición y la lógica trascendentales. 6


Por lo tanto, Kant y Husserl estarían, mas bien, próximos, en tanto que Husserl y Hegel, mas bien, distanciados. Estando, para Hegel, la filosofía trascendental de Kant, sometida a la crítica dialéctica.

La manera de concebir la fenomenología, por Hegel, es no solamente distinta a la manera como la concibe Husserl, sino que tratan

problemáticas

distintas.

La

problemática del Hegel es la del saber, la del desarrollo del saber, tanto en su condición individual, así como en su condición Husserl

social. es

la

La del

problemática análisis

de

de la

fenomenología de la intuición, del sentido, del

concepto,

del

conocimiento,

del

pensamiento. Pensamiento que adquiere universalidad, en la medida que logra develar las estructuras lógicas puras, que 7


explican al fenómeno, al mundo de los fenómenos.

Haciendo

un

balance,

podemos decir que la concepción de fenomenología, en Hegel, se encuentra menos

elaborada,

filosófica

altamente

dialéctica

de

la

en

una

exposición

elaborada

de

consciencia.

la En

compensación, Hegel tiene la ventaja de no encaracolarse, no encerrarse, en el sujeto

individual,

como

ocurre

con

Husserl, al extender su perspectiva al sujeto social y a la historia.

Como se trata de fenomenología, en el sentido

adquirido

trascendental,

por

que se

la

filosofía

prolonga y

se

desplaza, mutando, desde Kant a Husserl; Hegel queda mal parado. Sin embargo, el debate con Hegel no es con respecto a la fenomenología, sino en relación con los 8


problemas fundamentales de la dialéctica. Respecto

a

la

superación

de

las

contradicciones; al desenvolvimiento del sistema dialéctico en esferas, cada vez más

inclusivas;

en

relación

con

el

transcurso de la temporalidad inmanente; en lo que respecta al despliegue de los conceptos; en lo que se relaciona a la historia,

concebida

como

dialéctica

racional o astucia de la razón.

Volviendo

a

fenomenología

Husserl, y

devenir

en

Devenir

complejidad,

decimos que el desplazamiento de la fenomenología trascendental de Husserl, desde la crítica trascendental de Kant, es un recorrido y un rumbo, que se encamina a la comprensión de la complejidad. Husserl

analiza

la

fenomenología,

la

experiencia del fenómeno, vivida por la 9


consciencia, en la complejidad simultánea, con la que aparece esta experiencia. La huella

del

fenómeno

es

ya

una

composición compleja; lo mismo acontece con

la

intuición

complejidad

de

del

la

fenómeno.

La

fenomenología

del

pensamiento adquiere mayor entramado, en la medida que la intuición aporta su síntesis

inmediata;

recogida

por

la

construcción de significados y del sentido. La composición de la huella, así como la composición desaparecen

de

la

cuando

intuición, emerge,

por

no así

decirlo, la composición del sentido; sino que

conforman

una

complejidad

simultanea de los dispositivos vitales, para Husserl, de la consciencia, que no ha dejado

de

complejidad

ser

trascendental.

adquiere

entrelazamiento,

cuando

un

Esta mayor

emerge

la

composición del concepto; después, la del 10


pensamiento.

Estas

características

del

método fenomenológico acercan a Husserl al nacimiento del pensamiento complejo.

Es

Merleau

Ponty

quien

lleva

la

fenomenología a una más consecuente complejidad, al pasar de la fenomenología trascendental a la fenomenología de la percepción.

Que

es,

propiamente

hablando, como el mismo Merleau Ponty lo dice,

fenomenológica

del

cuerpo,

fenomenología corporal. Además de abrir el

enfoque

de

esta

fenomenología

materialista al ámbito social, así como al devenir del mundo.

Los últimos capítulos del libro exponen propuestas

para

pasar

de

la

fenomenología de la percepción a la 11


fenomenología de la complejidad. Que es, en parte, una expansión y proyección de la misma fenomenología de la percepción de Merleau Ponty, que ya es considerada, por nosotros, como parte del pensamiento complejo. En estas propuestas, no se considera separado, conocerlo;

al

fenómeno

por

la

como

aislado,

consciencia,

como

ocurre

para

con

la

fenomenología trascendental de Husserl. De manera diferente, se atiende, mas bien, el entramado de fenómenos, en movimiento y en devenir, atravesando los cuerpos,

imbricando

en

ellos,

la

experiencia social, así como la experiencia mundana;

en

el

mayor

contexto,

la

experiencia de la simultaneidad dinámica integral del pluriverso.

12


Devenir

fenomenología

y

devenir

complejidad, considera la fenomenología trascendental atendiendo

como

a

la

epistemología,

misma

definición

y

apreciación de Husserl, calificando su propio

proyecto

fenomenológico.

Sin

embargo, a pesar del método complejo fenomenológico,

la

fenomenología

trascendental se mantiene en los umbrales y los límites de la episteme moderna, sin adentrarse a los tejidos de la episteme compleja. Es la fenomenología de la percepción la que cruza el umbral y atraviesa el límite, introduciéndose al tratamiento

de

las

problemáticas,

enfocadas en su complejidad y desde el pensamiento complejo. Las propuestas que se ofrecen continúan este camino, incluso yendo más lejos, al comprender la sincronía

integral

de

la

complejidad

dinámica del universo, del pluriverso, del 13


multiverso; sobre todo, en la referencia accesible

de

las

ecologĂ­as

de

la

biodiversidad.

14


De la CrĂ­tica al elogio de la razĂłn pura

15


La virtud de Emmanuel Kant es haber puesto a la razón pura en figurillas ante la lucida crítica trascendental que despliega; en cambio, más de un siglo después, Edmund Husserl clausura el ciclo abierto de la crítica por la filosofía moderna con el elogio de la razón pura. La fenomenología como

epistemología,

configurada

por

Husserl, parece replegarse, de manera densa,

enrollándose,

en

reflexiones

profundas, en el regazo abstracto de la razón pura. Las Investigaciones lógicas1 corresponden a la metódica labor analítica de recuperar a la razón pura de los laberintos empiristas donde se perdió. Parte de las Investigaciones lógicas I están 1

Revisar de Edmund Husserl Investigaciones lógicas, tomos I y II. Alianza Editorial; Madrid 1999.

Medicinayarte.com/img/Husserl investigaciones logicas.pdf I y II.

16


dedicadas a demarcar linderos y marcar distancias respecto a las interpretaciones psicologistas sobre el conocimiento. Para Husserl no se puede hacer depender el desarrollo del conocimiento, abarcando la comprensión, así como la intuición, de las contingencias

de

la

experiencia

psicológica.

En esta perspectiva, la de semejante proyecto, que retoma la minuciosa labor de relojero de Kant, cuando desarma el mito de la razón, esta vez, mas bien, para armarlo, Husserl se da la ejemplar tarea de distinguir las condiciones de posibilidad de una epistemología pura, de una lógica pura, por lo tanto, de una ciencia pura. Esta

es

la

fenomenología.

La

fenomenología, desde la perspectiva de Husserl, se sustenta en las condiciones de 17


posibilidad

a

priori,

podríamos

decir

trascendentales, en el sentido atribuido por Kant. Estas condiciones no son las de la experiencia, sino anteriores a ella. Empero, las condiciones de posibilidad a priori no se realizan sin la experiencia, cuando

aparece

la

intuición,

en

su

contextura compuesta; como intuición pura y como intuición empírica, dada por la experiencia. Es la intuición pura la que le otorga el alcance teórico a la intuición empírica; la que construye, por así decirlo, el objeto ideal, mientras que la intuición empírica alcanza solo a construir el objeto singular y contingente individualizado.

En este trámite filosófico, entre la intuición pura y la intuición empírica, las relaciones y acciones entre la propensión pura y la retención empírica – usando términos 18


husserelianos, historia

-,

dedicados

densidad,

a

para

pensar

la

decirlo

en

nuestras palabras, de la experiencia, son constantes y enriquecedoras. Por ejemplo, la significación no es el resultado inductivo de la experiencia, como suponen las teorías psicologistas, tal como interpreta Husserl,

sino

distinguir

la

otorgada

por

que

es

indispensable

significación la

experiencia,

singular, de

la

significación extensible y compartida por singularidades análogas y homogéneas. La primera significación está ligada al objeto empírico; la segunda significación está vinculada al objeto ideal. también

es

compuesta; expresión

como

una

teniendo no

es

lo

La expresión construcción

claro

que

la

mismo

que

la

significación. La significación es el sentido asumido,

tanto

en

su

circunscripción

limitada, local, coyuntural y contingente; 19


así

como

en

connotaciones supone

la

proyecta

el

sentido

amplias.

La

significación,

como

ideal,

expresión,

empero,

enunciación;

de se

adquiere

proyección no solo comunicativa, sino, podríamos decir, cultural. La expresión adquiere su plenitud cuando corresponde a la enunciación con respecto al objeto ideal; es cuando, adquiere su condición universal.

Esta fenomenología del conocimiento y de la comprensión, así como de la intuición, tiene como dinámica fundamental al acto. Se trata del acto, podríamos decir, desde nuestra interpretación,

complejo. Acto

fenomenológico, que contiene múltiples actos,

que

hacen

a

la

significación,

conforman el objeto, hacen a la expresión, configuran

la enunciación, develan

lo 20


universal. Abarca actos del lenguaje, actos comunicativos varios, recorriendo señales y signos, actos psicológicos, actos lógicos, actos sociales y culturales, que dan lugar a la expresión. El acto fenomenológico y la fenomenología del acto sitúan al sujeto como el actor primordial del conocimiento.

Ahora bien, la base operativa, por así decirlo, de la fenomenología, no es la psicología, sino la lógica. Edmund Husserl reconoce el desarrollo de la lógica desde Aristóteles

hasta

las

versiones

matemáticas de la lógica, pasando por la lógica de proposiciones, además de la lógica simbólica. Sin embargo, observa que la lógica no ha podido resolver los problemas que le plantea el conocimiento, dejando en manos de la psicología estas respuestas. Considera que esta delegación 21


es responsable de haber perdido claridad y entrampar a la filosofía en el laberinto contingente del psicologismo. Considera indispensable llevar a la lógica a todo el campo filosófico, abarcando los alcances de sus búsquedas, abarcando los espacios de enunciación de la filosofía, sobre todo, de la filosofía en tanto se ocupa de la verdad, así como de la filosofía del conocimiento; convertir

a

esto la

también

lógica

pura

implica en

una

epistemología; es decir, en una ciencia de la ciencia.

Ahora bien, sabe que hubo un intento parecido, por lo menos, en la pretensión; se trata de la lógica dialéctica de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Sin embargo, Husserl encuentra que la lógica dialéctica

22


de Hegel o la ciencia de la lógica2, a pesar de la exposición dialéctica y universal del saber, no ha terminado de salir de los horizontes de la experiencia; sobre todo, de la experiencia relativa a la historia. No logra exponer las estructuras a priori de la lógica pura. Por eso, es indispensable corregir estas falencias, apuntalando a la lógica pura, fuera de toda experiencia, fuera, si se quiere, del tiempo y del espacio.

Con

fenomenológico universal; desmesurado;

esto, adquiere

el un

nosotros lograr

proyecto alcance diríamos

la

verdad,

independientemente de la existencia.

2

Ver de Hegel La ciencia de la lógica.

Cepcritico.fileswordpress.com/2013/01/ciencia de la lógica Hegel.pdf. 23


Esta verdad fenomenológica vendría a ser algo así como las leyes matemáticas y las leyes físicas; incluso más, pues, tanto las matemáticas, como la física y las demás ciencias, se sustentan en la lógica pura fenomenológica. La verdad, en sentido hussereliano, es independiente de si existe o no el ser humano, independiente de si existe o no el universo. Es una verdad que está más acá y más allá de la existencia.

24


Las condiciones de posibilidad fenomenológicas

Emmanuel Kant comienza la crítica de la razón pura sobre el substrato, por así decirlo, de las condiciones de posibilidad del conocimiento y de la experiencia. Estas condiciones son trascendentales; es decir, a priori. Son las condiciones que permiten la experiencia y el conocimiento; en otras palabras, posibilitan ambos, orientan el desenvolvimiento de la experiencia y el desarrollo del conocimiento. Al respecto, en relación con la fenomenología de Edmund Husserl, hay que preguntarse: ¿en qué se diferencian las condiciones de posibilidad

fenomenológicas

condiciones

de

de

las

posibilidad

trascendentales? Ambas condiciones de posibilidad,

las

trascendentales

y

las 25


fenomenológicas,

son

consideradas

a

priori; se trata de condiciones puras, sin experiencia. Husserl complejiza, por así decirlo, las condiciones de posibilidad, de la experiencia y del conocimiento; yendo más lejos que Kant en lo que respecta a la intuición

y

a

la

imaginación3.

Desplazándose hacia el análisis de la significación; algo, que podríamos decir, no estaba presente en Kant; sobre todo, en lo que respecta al enfoque lingüístico y semiológico, que ya considera Husserl. Además, incursionando en la perspectiva avanzada de actos lingüísticos, que vienen de la pragmática lingüística. Por este recorrido,

avanza

a

un

análisis

más

minucioso y detallado de la expresión;

3

Ver de Raúl Prada Alcoreza Pensar es devenir. Universidad Nuestra Señora de La Paz. La Paz 1999.

Pradaraul.wordpress.com/2016/04/15/pensar es devenir. 26


abriendo

un

horizonte

más

plural

y

complejo de la fenomenología del sentido, para la filosofía y la lógica.

Considerando

los

substratos

de

la

significación y la expresión, sobre todo, concebidos como actos, actos que dan significación, transmiten

actos

que

expresión,

producen la

y

analítica

fenomenológica de los conceptos adquiere también una

complejidad mayor.

Los

conceptos tienen significación, así como tienen

expresión

composición,

se

y,

sobre

estructuran

esta como

conocimiento; vale decir, como idea. En otras palabras, como verdad del objeto, tanto individual, específico y universal.

27


Así

como

significado

se

puede

distinguir

individual,

entre

especifico

y

universal; también se puede distinguir entre expresión individual, específica y universal. Del mismo modo, se distingue concepto individual, concepto específico y concepto universal, relativos al objeto individual, específico y universal.

En

consecuencia, hay verdades individuales, verdades

específicas

y

verdades

universales.

La fenomenología no solo amplia los horizontes de la crítica filosófica, sino que se abre a la pluralidad de los planos de intensidad, deleuziano,

usando donde

significaciones,

las

un se

concepto

mueven

expresiones

y

las los

conceptos. Entonces, estamos ante una crítica filosófica que, si bien, retoma la 28


tradición crítica trascendental, se propone replantearse

las

relaciones

entre

las

condiciones de posibilidad a priori y la experiencia

y

condiciones

de

complejas

en

el

conocimiento.

posibilidad Husserl.

son

También

Las más la

experiencia es más compleja; emerge en una gama variada de manifestaciones y percepciones, en distintos ámbitos de realización. De la misma manera, el análisis fenomenológico del conocimiento tiene ante sí el aprendizaje y la historia de las ciencias hasta el siglo XX, que Kant no llegó a conocer.

Con

estas

descripciones

comparativas

entre Kant y Husserl, entre la crítica trascendental y la crítica fenomenológica, no se dice que Husserl solo desarrolla la crítica trascendental, complejizando tanto 29


las condiciones de posibilidad, así como la fenomenología de la experiencia y el conocimiento.

Hay

una

diferencia

cualitativa entre la dialéctica trascendental de Kant y la fenomenología de Husserl. La crítica kantiana se pregunta sobre los límites de la experiencia, sobre los límites del conocimiento; en cambio, Husserl no lo

hace.

Mas

bien,

suspende

estas

preguntas; deja de lado los límites y se embarca en el proyecto de la verdad absoluta. Ciertamente no como Hegel, quien construyó el sistema del saber absoluto4.

4

Ver de Hegel Fenomenología del espíritu.

Alejandriadigital.com/wpcontent/uploads/2015/12/HEGEL Fenomenologia del espiritu.pdf. 30


El sistema del

saber absoluto es la

realización

la

de

dialéctica

de

la

experiencia de la consciencia. El sistema de

la

verdad

es

una

construcción

fenomenológica; no en el sentido de Hegel, que denomina a la dialéctica de la consciencia fenomenología del espíritu, correspondiente

a

experiencia

la

de

la

ciencia

de

consciencia.

la

Sino

fenomenología en el sentido de acto o actos, que hacen a las manifestaciones de las composiciones y combinaciones de las condiciones a priori y las intuiciones, devenidas

de

Fenomenología; actuación,

la

experiencia.

entonces,

actividad,

como

acción,

y

desenvolvimiento de la intuición en los distintos

planos

circunscripciones,

definidos, sean

según

empíricos

sus o

abstractos.

31


Otra diferencia cualitativa radica en que la crítica de la razón pura afirma que no se puede conocer la cosa en sí; solo se puede conocer el fenómeno, en el sentido de su manifestación.

En

cambio,

Husserl

desarrolla la fenomenología partiendo de la tesis o proyecto del conocimiento de la cosa en sí.

Esta diferenciación cualitativa, distancia a ambos filósofos y a sus filosofías. Cuando Kant abre el recorrido de la filosofía crítica, al inicio de la modernidad, momento intenso,

desde

el

cual,

visualiza

el

horizonte de la modernidad, la crítica se dirige

tanto

racionalismo;

al las

empirismo dos

como

perspectivas

al y

formaciones enunciativas encontradas de las corrientes filosóficas de su tiempo. En cambio,

cuando

Husserl

clausura

la 32


historia de la filosofía crítica, al final de la modernidad, por lo menos, en su periodo tardío,

dirige

empirismo,

su

artillería

buscando

contra salvar

el al

racionalismo de las redes y laberintos del empirismo; aunque efectúa alguna crítica al racionalismo de su tiempo, hasta la primera mitad del siglo XX, lo hace más, que para desarmarlo, para superar sus límites, en las que encalló.

Podríamos sugerir una primera apreciación de

la

comparación

filosófica

que

efectuamos. Husserl clausura la historia de la filosofía crítica, llevando el racionalismo más lejos de lo que había llegado. Primero, el racionalismo es llevado a la pureza más pura;

limpiado

relacionada

a

de la

toda

adherencia

experiencia,

todavía

presente en las teorías. Segundo, se 33


propone una ciencia de la ciencia, que no solo sería una epistemología, sino la matriz misma de toda ciencia, de toda filosofía, de toda teoría; en consecuencia, de todo conocimiento. Esta ciencia de la ciencia es la lógica pura fenomenológica.

En tercer lugar, se establece que es posible el conocimiento de la cosa en sí; por lo tanto, la ciencia de la ciencia, la lógica pura fenomenológica, es la ciencia de la verdad. En cuarto lugar, esto es así, independientemente de haya existencia o no.

Vamos a añadir una quinta diferencia cualitativa, una relativa a la metodología – para decirlo rápidamente - del análisis. La metodología filosófica en Kant es de una 34


analítica dialéctica trascendental; analiza las relaciones entre las condiciones a priori y la experiencia, así como las relaciones con las formas de conocimiento. Sobre la base de estas relaciones, emergen otras condiciones, más bien, operativas o, si se quiere,

efectivas.

Así

como

emergen

funciones estructurantes; por ejemplo, las que cumple el entendimiento, o las que cumple la razón, o las que cumple la imaginación, así como las que cumple la voluntad. Entonces, aparecen los papeles que efectúan; el papel legislativo del entendimiento, el papel teleológico de la razón, el papel estético de la imaginación, el papel moral o práctico de la voluntad. La metodología filosófica de Husserl es de una

analítica

también

las

fenomenológica; relaciones

analiza

entre

las

condiciones a priori y la experiencia y el conocimiento, teniendo en cuenta las 35


diferencias de estas condiciones, esta experiencia y el conocimiento, anotadas antes. Sin embargo, no nos encontramos ante

otras

condiciones,

operativas

o

efectivas, que intervienen generando la legislación del conocimiento, la teleología de la razón, en forma de ideas, las comprensiones estéticas, los principios categóricos

de

la

moral;

sino

ante

procesos de subsunción, por así decirlo, de la experiencia y del conocimiento a la razón

pura,

a

la

lógica

pura

fenomenológica. Esto ocurre, para decirlo gráficamente, antes y después; la razón pura fenomenológica es como el origen mismo, no solo condición de posibilidad, de la experiencia y del conocimiento; la razón pura es la realización plena de las ciencias, es el lugar donde se encuentran justificadas y se convierten en verídicas, en sentido universal. Fuera de que la razón 36


pura

opera

despliegues

permanentemente de

la

experiencia

en

los

y

los

desarrollos del conocimiento.

37


Taxonomía filosófica

38


La filosofía, sobre todo en sus versiones racionalistas, expresión

particularmente del

en

racionalismo

su

puro,

denominado fenomenología, parece que tiene

la

costumbre

de

tomar

las

conclusiones como principio. Podríamos decir, ilustrativamente, parece considerar el techo como si fuesen los cimientos o, si se quiere, el resultado como si fuese el comienzo. Arrancar de lo ideal para pensar el mundo efectivo, partir de las relaciones lógicas puras para develar las dinámicas de la complejidad, sinónimo de realidad, es

precisamente

considerar

que

todo

comienza con la estructura ideal más pura, mas vaciada de todo contenido de la experiencia. Como si esta abstracción, que es

la

interpretación

más

ideal

del

acontecimiento, incluso idea de la idea misma, en su condición de lógica pura o de ciencia de la ciencia, tal como denomina 39


Edmund

Husserl

a

este

proyecto

de

vaciamiento total de la experiencia en las explicaciones

del

conocimiento,

pueda

sustituir a la dinámica representativa, significativa,

expresiva

y

conceptual

concretas, del mundo efectivo.

La filosofía invierte la

relación

entre

experiencia y conocimiento; su conjetura, convertida

en

implícitamente, antecede

a

la

axioma, que

el

propone,

conocimiento

experiencia;

que

el

conocimiento puro, a priori, anterior a toda experiencia, es no solamente condición inicial del conocimiento, sino, sobre todo, el fundamento de todo conocimiento. Sin esta capacidad, sin esta predisposición, inherente al ser humano, sin esta lógica pura inscrita en el alma, no se podría conocer nada. Dicha la tesis de esta 40


manera, hasta se podría comprender la necesidad

de

las

condiciones

de

posibilidad a priori, tal como las concibe Emmanuel Kant. El filósofo de las críticas inaugurales nunca pensó, en su crítica trascendental, algo así como la divinidad de la razón pura; al contrario, relativizó la razón, la hizo depender de las relaciones, conexiones

y

facultades

vinculaciones del

con

conocimiento;

otras el

entendimiento, la imaginación, la intuición sensible. Estas composiciones cognitivas variadas daban lugar al conocimiento; es decir, que no hay pues una facultad fundamental, ni primordial, ni jerárquica absoluta,

en

conocimiento,

la sino

formación que

se

del dan

articulaciones efectivas y productivas en el juego de las facultades. Por otra parte, tampoco se supuso nunca un conocimiento sin experiencia, por más teórico que fuera. 41


Las

condiciones

de

posibilidad

trascendentales solo se hacen posibles y se realizan con la experiencia; por eso, el papel

inicial,

no

fundamental,

ni

primordial, en la crítica de Kant, de la intuición sensible.

En cambio, más de un siglo después, Edmund Husserl propone notoriamente esta teoría de la razón pura absoluta; la fenomenología,

sustentada

en

el

racionalismo más extremo, efectúa otros vaciamientos, más a fondo. Vaciamientos dados en la teoría, en las ciencias, en la filosofía, en la misma lógica, arrancando algunas

reminiscencias

que

hayan

quedado de los ecos de la experiencia. Este vaciamiento total, que ni siquiera puede dejar un esqueleto lógico, a la antigua usanza, sino tan solo huellas de lo 42


que fue, alguna vez una estructura teórica, le

permite

concebir

al

un

filósofo proyecto

fenomenólogo filosófico

del

conocimiento de la cosa en sí como verdad absoluta, independientemente de la vida, de la existencia y del ser humano. Una cosa en sí que estaría antes de la historia del tiempo, usando el título del libro de Stephen

Hawking5.

De

este

modo

habríamos vuelto a la teología por otros caminos, no solamente por otros caminos de la filosofía, sino por el camino de la fenomenología,

de

la

lógica

pura,

convertida en ciencia de la ciencia.

5

Ver de Stephan Hawking Historia del tiempo.

Antroposmoderno.com/Word/Stephen Hawking Historia del Tiempo.pdf. 43


En las Investigaciones lógicas II6, estamos ante

una

taxonomía

de

conceptos,

categorías, estructuras, caracteres, que definen continuidades y discontinuidades, independencias

y

no-

independencias,

partes y todo. Ciertamente, no se trata de la historia natural, ni de la botánica, ni del sistema, ni del método, empleados en las descripciones de los seres naturales7; sino estamos ante una sistemática clasificación de los conceptos, de las categorías, de las relaciones entre partes y todo, como conceptos abstractos de la lógica pura, de las relaciones entre los objetos ideales, sean independientes o no-independientes, de las relaciones intrínsecas de las partes del

objeto,

partes

no-independientes.

6

Revisar de Edmund Husserl Investigaciones lógicas, tomos I y II. Alianza Editorial; Madrid 1999. Obras Citadas. 7 Ver el capítulo Clasificar de Las palabras y las cosas de Michel Foucault. Siglo XXI; Buenos Aires 2002.

44


Parece una botánica de los componentes de la teoría pura, como si sus conceptos, significados, expresiones, proposiciones, fuesen reminiscencias fantasmagóricas de los seres naturales; es más y mejor, para ilustrar la concepción de la fenomenología, son,

más

bien,

estos

fantasmas

primordiales, anteriores a la historia del tiempo, los que incuban y germinan, en el huevo o la matriz ideal, los renacuajos o fetos, de lo que vendrán a ser sus manifestaciones

corporales

y

contingentes.

Volviendo a la crítica de la razón pura, también a la historia de las ciencias, si es que no hablamos de sus arqueologías del saber, la pregunta que salta es: ¿Puede haber conocimiento sin experiencia? En otras palabras, ¿es sostenible la tesis de 45


un conocimiento puro sin experiencia? Lo que es algo distinto a comprender el papel o

la

funciĂłn

posibilidad

de

las

condiciones

trascendentales

de

de la

experiencia y el conocimiento, que para Kant se encuentran en la intuiciĂłn sensible y la imaginaciĂłn. No en las facultades del conocimiento, que ya son dispositivos, por asĂ­ decirlo, correspondientes al efecto de la experiencia posibilidad;

en estos

las

condiciones de dispositivos

y

disposiciones facultativas son condiciones operativas del conocimiento, que articulan condiciones de posibilidad trascendentales y experiencia.

El conocimiento es conocimiento de algo; supone, si se quiere, en el esquematismo 46


dualista de la episteme moderna, una exterioridad con la que se relaciona una interioridad;

la

que

recibe

o

capta

información, retiene, memoriza, interpreta y, de este modo, se anticipa, en su comportamiento, adecuándose,

adaptándose, equilibrándose

transformando el medio.

o

Conocer, en

resumidas cuentas, es aprender de la experiencia.

Volviendo a la pregunta de si puede haber conocimiento

puro,

a

priori,

sin

experiencia, solo podría conjeturarla la teología. El conocimiento anterior a la experiencia es el conocimiento divino, es el conocimiento de Dios. Entonces de esta conjetura pasaríamos al supuesto de que Dios transmite su conocimiento a las criaturas, aunque lo haga de una manera 47


selectiva, parcial y diseminada; por eso el ser

humano

requiere

de

la

intuición

sensible; solo en Dios es inmediata la intuición

intelectiva.

Es

entonces

la

teología la que tiene una respuesta clara al respecto de la pregunta. No la filosofía, que cree que no hace teología al tomar como objeto de sus reflexiones al mundo, a la realidad, a la existencia. El problema de la filosofía, al no reconocerse como hija de la teología, como muy lucidamente comprendió pretender

Friedrich que

hace

Nietzsche, otra

cosa

y

al no

teología, al creer que ocuparse, no de Dios, si no de los seres y las cosas mundana, deja de hacer teología, traslada la hermenéutica y la heurística teológica al mundo real. Convirtiendo a este mundo, no solamente en objeto de una teología, avergonzada de sí misma, que se llama filosofía,

sino

transformando 48


imaginariamente al mundo en un mundo de representaciones abstractas, un mundo de corpus ideales, un mundo concebido desde a intuición intelectiva divina.

Si la teología tiene una respuesta clara al respecto

de

la

pregunta

sobre

el

conocimiento a priori, por más que no compartamos su respuesta, tampoco su paradigma, por así decirlo, y no la filosofía, que hace teología en el mundo de los mortales, pretendiendo que hace ciencia de la verdad, entonces, lo correcto es debatir

sobre

este

tema,

sobre

el

conocimiento anterior a la experiencia, con la teología y no con la filosofía, por más sistemas filosóficos elaborados que tenga, por más sorprendentes y atractivas teorías que posea. Al respecto, si bien no estamos de acuerdo con la premisa teológica de la 49


existencia de Dios, tampoco con sus demostraciones tautológicas, ni con la argumentación

escolástica

desplegada

sobre el tema; de todas maneras, tenemos preguntas equivalentes, si se puede hablar así,

guardando

diferencias.

las

distancias

Nuestras

y

preguntas

las son

relativas al origen del universo o a la creación del pluriverso; si es el big-bang el origen del universo; si no, mas bien, hay muchos big-bang en el multiverso; cómo explicar la existencia del pluriverso en su complejidad

dinámica

sincronizada

como

integral

y

simultaneidad

dinámica.

Este debate con la teología no puede partir de una descalificación de la misma, como si se tratara de una discusión “ideológica”, tampoco de una interpelación política50


“ideológica”

y

denunciativa.

De

esta

manera, no sería posible el debate o, si no se da éste, su interpretación crítica.

Es

menester tomar en cuenta su episteme, su hermenéutica, el ámbito en el que se mueve, los temas que le ocupan, además de su formación discursiva, enunciativa y simbólica. El libro Tratado de a-teología de Michel Onfray8, si bien aporta en situar la teología en la historia de la lucha de clases y en la genealogía de las dominaciones, no llega a realizarse como tratado de ateología, pues, en verdad, no ha entrado al terreno del debate mismo. Pensamos

8

Ver de Michel Onfray Tratado de ateología. Anagrama; Barcelona 2006.

Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/tratado de a-teologia. Revisar también de Raúl Prada Alcoreza Signo-movimiento.

Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/signomovimiento. 51


hacerlo; empero, consideramos que es una tarea para después, otro periodo.

Se trata de mostrar y demostrar por qué la teología no es adecuada ni tiene los recursos para responder a la pregunta sobre el origen del pluriverso, incluso teniendo

en

cuenta

una

respuesta

especulativa como la de Dios. Pueden darse otras respuestas de una tonalidad y alcance mayor especulativo; pues se trata de lo que no conocemos y sobre lo que ni siquiera alcanzamos a darnos preguntas adecuadas.

La mejor respuesta nos

parece, hasta ahora, que es la de Buda, que, más o menos expresa: ante lo que no conocemos es mejor guardar silencio; de lo

contrario,

conocemos,

el

nombrar

rebaja

lo

lo

que

desconocido

no al

alcance de la mirada humana, lo peor, al 52


tamaĂąo de sus prejuicios y miserias humanas.

53


EpistemologĂ­a fenomenolĂłgica

54


Ciertamente

es

aconsejable

otra

Investigaciones Husserl.

posible

Se

y

hasta

lectura

lógicas

puede

de

de

Edmund

interpretar

como

epistemología, como el mismo Husserl define la lógica pura fenomenológica en Investigaciones lógicas I, dejando de lado las pretensiones de ciencia de la verdad absoluta, que también deja claro el autor. Entonces,

desde

esta

podemos

valorar

y

otra

lectura,

describir

esta

epistemología fenomenológica, cuya base es la lógica pura, convertida en ciencia de la ciencia.

Como se dice en Investigaciones lógicas I, si las ciencias se estructuran o, mas bien, estructuran sus teorías recurriendo al paradigma conformar

de su

la

lógica, cuerpo

para

lograr

teórico,

su 55


enunciación

universal,

entonces,

la

epistemología fenomenológica analiza a las ciencias identificando el uso de la lógica pura en la construcción de su formación discursiva y enunciativa; sobre todo, en la condición de teoría. Funciona, por así decirlo, como meta-teoría, usando un término conocido por la academia para definir

la

epistemología.

fenomenológica permite

de

la

Esta

mirada

epistemología

interpretaciones

de

las

arquitecturas enunciativas de las ciencias, de sus estructuras teóricas; es más, de las estructuras de pensamiento, relativas a la episteme moderna.

Desde esta perspectiva fenomenológica de la

epistemología,

se

configura

apropiadamente el papel y la función estructurante de la lógica pura en la 56


construcción explicativa de las ciencias. Entonces se esclarece la dinámica del pensamiento moderno. La lógica pura, sobre todo, la lógica pura fenomenológica, viene a ser el instrumental inductivodeductivo y deductivo-inductivo, operador intelectual

indispensable,

en

la

construcción de las teorías científicas. De este modo, el mapa epistemológico de la modernidad

adquiere

una

definición

mayor, mostrando sus expansiones, sus bordes, sus vecindades, sus correlaciones, además

de

intersecciones,

sus

yuxtaposiciones

incluso,

su

orden

e y

organización; si se quiere, la jerarquía de las ciencias.

Desde

esta

Investigaciones

interpretación lógicas,

de

las como

epistemología fenomenológica, la lógica 57


pura como ciencia de la ciencia, despliega la ingeniería y lógica minuciosas de la interpretación

epistemológica.

Nos

permite, si se quiere, un cuadro dinámico adecuado de la distribución y funciones diferenciales de las ciencias. Podemos ver el desarrollo de las lógicas, la potencia de la intuición matemática y la realización teórica de los campos matemáticos, el alcance de las disciplinas matemáticas aplicadas, además de su incidencia, no solamente en las ciencias, sino en el mundo

moderno.

epistemológico, teórica,

Siguiendo

la

física,

sustentada

investigaciones,

apoyada

el

mapa

sobre en en

todo sus las

matemáticas, se constituye en una ciencia fundamental

en

el

conocimiento

del

universo. Las ciencias naturales, a pesar de no haber alcanzado el grado de certeza de la física, que según Husserl es la verdad 58


expresada en leyes, y moverse en ciertas incertidumbres, corregibles, se sitúan en un

lugar

empíricas. construir

jerárquico

de

Adquieren sus

las

ciencias

veracidad

teorías

al

explicativas

recurriendo a la lógica pura, como modelo cohesivo, coherente e integral. Las otras ciencias empíricas, como las llama el filósofo fenomenólogo, se mueven en márgenes mayores de incertidumbre. El referente

que

se

tiene

en

las

Investigaciones lógicas es la psicología, que es como la teoría adversa a la fenomenología en lo que respecta a la explicación del conocimiento; la teoría psicológica presentada como psicología cognitiva. La ventaja de esta psicología cognitiva, respecto a la fenomenología del conocimiento, es que sus teorías se basan en investigaciones, además de estructurar su formación enunciativa recurriendo a la 59


lógica pura, como dice Husserl. fenomenología

no

cuenta

La con

investigaciones empíricas; se entiende por qué.

Sustituye

esta

falencia

con

“investigaciones teóricas”; es decir, la investigación de la teoría pura de las teorías

científicas.

El

objeto

de

“investigación teórica” es la teoría misma; respecto a la que se da cuenta de su verdad, del alcance de su verdad, en comparación con la verdad absoluta de la epistemología

fenomenológica,

mejor

dicho, la ciencia de la verdad.

No vamos a discutir aquí esta pretensión de investigación de la fenomenología, efectuando la “investigación teórica” de las teorías. Lo hicimos en otros escritos9, por 9

Ver Pensar es devenir:

Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/pensar es devenir.

60


cierto, no respecto a la fenomenología, sino

en

relación

epistemológico, corrientes

con

entre

el las

debate distintas

epistemológicas.

La

investigación científica no puede ser sino empírica, claro que, acompañada por paradigmas

teóricos,

metodologías

y

lógica. La excepción de la regla son las investigaciones matemáticas; no son, por cierto, investigaciones fenomenológicas, sino investigaciones desenvueltas desde la intuición matemática, intuición realizada en los campos matemáticos y en la topología compleja; empero, de alguna manera,

indirecta,

verificación

de

contando sus

con

la

aplicaciones.

Independientemente de esta connotación de las matemáticas aplicadas, ya el hecho de

hablar

de

intuición

incorpora,

de

manera inmediata, la incumbencia de la experiencia, como el mismo Husserl lo 61


reconoce. Son, entonces, las matemáticas la excepción que confirma la regla. En conclusión, no hay investigación científica posible sin la experiencia.

Por eso, dejando de lado esta tesis insostenible

de

la

fenomenología

del

conocimiento puro sin experiencia, de la teoría científica pura sin experiencia, de la lógica

pura

sin

experiencia,

la

epistemología fenomenológica nos ofrece un

cuadro

dinámico

de

la

episteme

moderna; cuadro fino y definido, un mapa detallado

de

la

composición

epistemológica de las ciencias modernas; incluso, yendo más lejos, también de los conocimientos

no

científicos,

de

los

conocimientos populares, es decir, de la doxa. Así mismo, estamos ante un mapa epistemológico que destaca las conexiones 62


de los corpus teóricos de las ciencias, su distribución y el orden y organización integral de cómo se dan. Una segunda conclusión, anota el valor hermenéutico de la fenomenología en tanto epistemología; hemos criticado la fenomenología en tanto filosofía y pretensión desmesurada de ciencia de la verdad10.

Por

otra

parte,

fenomenológica,

esta atiende

epistemología las

ciencias

correspondientes a la episteme de la modernidad. Ahora, que hemos ingresado a

la

episteme

de

la

complejidad,

abandonando el esquematismo dualista de 10

Ver De la crítica al elogio de la razón pura; también Taxonomía filosófica.

Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/de la critica al elogio de la razón pura. Dinamicasmoleculares.webnode.es/products/taxonomía filosofica. 63


esta

episteme,

optando

por

las

perspectivas del pensamiento complejo, que asumen la realidad efectiva como complejidad constante

dinámica devenir

e y

integral,

en

simultaneidad

dinámica sincronizada11, la epistemología fenomenológica no podría dar cuenta de esta

episteme

compleja,

cuyo

zócalo

epistemológico es la física relativista y cuántica, en conexión complementaria con la topología matemática, compuesta por sus distintos campos matemáticos.

11

Ver Pensar la simultaneidad dinámica. Así mismo Imaginarios y complejidad; también Flujos-espesores. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/pensar la simultaneidad dinamica. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/imaginarios y complejidad. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/flujosespesores.

64


La imposible ontologĂ­a

65


En la modernidad tardía, sobre todo, después

de

mundiales,

las que

repercusiones

dos

conflagraciones

hacen de

un

evidente

las

racionalismo

abstracto, separado del cuerpo, por las técnicas institucionalizadas de la economía política generalizada. Repercusiones del racionalismo aplicado institucionalmente en la inducción de comportamientos en la sociedad.

Racionalismo

abstracto

convertido en racionalidad instrumental. Racionalización muestra

a

escala

patentemente

social el

que

peligroso

recorrido y proyección de una sociedad institucionalizada, atravesada por la razón instrumental. Queda también claro que los proyectos filosóficos anteriores, el de la ontología, el de la teoría racionalista del conocimiento, son imposibles.

66


La interpretación del ser, en tanto tal, la interpretación del ser como pensar, la interpretación

del

ser

como

idea,

la

interpretación del ser como analítica del ser y el ente, son imposibles, ante la evidencia de la hecatombe experimentada por la humanidad en las dos guerras mundiales. El ser fue una interpretación lucida de Parménides, cuando enunció que ser es lo mismo que pensar. Con lo que se proyectaban

distintos

recorridos

hermenéuticos; el ser no puede ser sino pensado,

al

pensarlo

inmediatamente

es;

el

pensamiento

ser

es

como

consciencia de su ser, al pensar su ser es; la unidad entre ser y pensar constituye la composición

fundamental

del

ser,

en

cuanto acontecer. Heráclito postuló el ser como devenir; no es, sino deviene. Platón convirtió al ser en idea, es decir, en un proyecto, si se quiere una utopía; empero, 67


paradójicamente, también la idea es el recuerdo de la que ha sido; por lo tanto, el ser

es

memoria

ideal;

lucidez,

conocimiento, bien supremo. La filosofía moderna se encamina al ser iniciando su decurso con la duda; René Descartes solo puede dar certeza del cogito; pienso luego soy, pienso luego existo, son las dos interpretaciones del método de Descartes. Para Spinoza el ser es potencia; potencia realizada como ética, como infinitud llena de atributos, realizada en sus atributos, sin perder la totalidad del contenido de su potencia.

Emmanuel Kant, al cuestionar a la razón pura, convierte al ser en una idea de la razón;

de

ninguna

manera,

un

conocimiento absoluto, ni de la cosa en sí, ni

siendo

la

esencia

o

substancia 68


primordial. La defensa moderna del ser corresponde

a

Georg

Wilhelm

Friedrich Hegel, quien lo disemina en la historia,

en

sentido

existencial,

y

lo

disemina en la dialéctica, en sentido lógico;

como

realización

de

la

contradicción inmanente entre ser y nada, siendo el ser inmediatamente la nada, cuando

la

nada

es.

Friedrich

Nietzsche,

filosofía,

de-constructor

El

anti-filósofo

demoledor del

de

la

nihilismo,

pone en evidencia el insostenible proyecto filosófico, sobre todo, su eje fundamental, la ontología. El ser es la muerte de Dios y su añorada resurrección por la filosofía.

Cuando Edmund Husserl se da la inmensa tarea de retomar el proyecto perdido, a través de la racionalidad más extrema, ampliando

la

lógica

pura

como 69


epistemologĂ­a, quiere salvar el proyecto filosĂłfico

naufragado.

Su

esfuerzo

es

encomiable, empero, fracasa; pues se enfrenta al imposible retorno al cogito que piensa lo pensable, a la razĂłn equivalente a la realidad, al ser como verdad absoluta. Nos detendremos en este fracaso.

70


Cogito ergo non ego sum

En las Palabras y las cosas, Michel Foucault expone:

Si el hombre es, en el mundo, el lugar de una duplicación empírico trascendental, si ha de ser esta figura paradójica en la que los contenidos empíricos del conocimiento entregan, si bien a partir de sí, las condiciones que los han hecho posibles, el hombre

no

puede

darse

en

la

transparencia inmediata y soberana de un cogito; pero tampoco puede residir en la inercia objetiva de lo que, rectamente, no llega, y no llegará nunca, a la conciencia 71


de sí. El hombre es un modo de ser tal que en él se funda esta dimensión siempre abierta, jamás delimitada de una vez por todas, sino indefinidamente recorrida, que va desde una parte de sí mismo que no reflexiona en un cogito al acto de pensar por medio del cual la recobra; y que, a la inversa, va de esta pura aprehensión a la obstrucción empírica, al amontonamiento desordenado

de

los

contenidos,

al

desplome de las experiencias que escapan a ellas mismas, a todo el horizonte silencioso de lo que se da en la extensión arenosa de lo no pensado. Por ser un duplicado hombre

empírico es

trascendental,

también

desconocimiento

el —de

lugar

el del este

desconocimiento que expone siempre a su pensamiento a ser desbordado por su ser propio y que le permite, al mismo tiempo, recordar a partir de aquello que se le 72


escapa. Ésta es la razón por la que la reflexión

trascendental,

en

su

forma

moderna, no encuentra su punto de necesidad, como en Kant, en la existencia de una ciencia de la naturaleza (a la cual se oponen el combate perpetuo y la incertidumbre de los filósofos), sino en la existencia muda, dispuesta sin embargo a hablar

y

como

todo

atravesada

secretamente por un discurso virtual, de ese no-conocido a partir del cual el hombre es llamado sin cesar al conocimiento de sí. La pregunta no es ya ¿cómo hacer que la experiencia de la naturaleza dé lugar a juicios necesarios? Sino: ¿cómo hacer que el hombre piense lo que no piensa, habite aquello que se le escapa en el modo de una ocupación muda, anime, por una especie de movimiento congelado, esta figura de sí mismo que se le presenta bajo la forma de una exterioridad testaruda? 73


¿Cómo puede ser el hombre esta vida cuya red,

cuyas

entenada

pulsaciones,

desbordan

cuya

fuerza

infinitamente

la

experiencia que de ellas le es dada de inmediato? ¿Cómo puede ser este trabajo cuyas exigencias y leyes se le imponen como un rigor extraño? ¿Cómo puede ser el sujeto de un lenguaje que desde hace millares de años se ha formado sin él, cuyo sistema se le escapa, cuyo sentido duerme un sueño casi invencible en las palabras que hace centellear un instante por su discurso y en el interior del cual está constreñido, desde el principio del juego, a alojar su palabra y su pensamiento, como si éstos no hicieran más que animar por algún tiempo un segmento sobre esta trama

de

posibilidades

innumerables?

Desplazamiento cuádruple en relación con la pregunta kantiana, ya que se trata no de la verdad sino del ser; no de la 74


naturaleza, sino del hombre; no de la posibilidad de un conocimiento, sino de un primer desconocimiento; no del carácter no fundado de las teorías filosóficas frente a la ciencia, sino de la retoma en una conciencia filosófica clara de todo ese dominio de experiencias no fundadas en el que el hombre no se reconoce12.

El hombre, más que el ser humano, pues nos

encontramos

masculina

y

su

con

la

dominación

hegemonía

en

la

representación de la humanidad, como enunciado y concepto, es una figura que atraviesa los siglos XVIII y XIX, llegando a ser prometedora al comienzo del siglo XX; sin embargo, también es cuando se hace 12

Ver de Michel Foucault Las Palabras y las cosas. Siglo XXI; Buenos Aires.

75


evidente que no hay hombre, sino una pluralidad de representaciones culturales del anthropos; percibido en su espesor existencial,

empero,

simbolizado

de

distintas maneras en diferentes mitos. No hay hombre porque el ser humano no puede reducirse a la figura dominante masculina; está también la mujer, que es otra

representación,

concepto

hombre,

deducida

repitiendo

el

del mito

hebreo de Adán y Eva. La mujer, a pesar de ser un concepto de género, deducido del

concepto

hombre,

como

su

complemento y pareja, revela su propio espesor,

su

propia

cadencia,

convirtiéndose en una alteridad al hombre. Por otra parte, el hombre descubre su lado desconocido, por no decir, su lado oscuro, metáfora

que

desata

distintas

connotaciones. No queremos que esto 76


ocurra, solo atinamos a dejar claro lo que expresa

Foucault;

el

hombre

se

ve

obligado a pensar lo impensado, que lo constituye y conforma. El cogito, concepto abstracto de la filosofía racionalista, concepto que afirma al ser del ser

humano

como

ser

cognoscente,

también como Yo, se disemina. Pues lo impensado

lo

membranas

y

destruye, expone

fantasmagóricas concreta. estructura

Lo del

a

rompe sus

la

impensado ser,

cuyo

sus

entrañas

exterioridad subvierte núcleo

la es

precisamente el cogito; derrumbando la certeza racionalista.

De todas maneras, ya en Descartes se detectó lo impensado, pero, todavía en su forma inocente, como la punta de un 77


iceberg.

Por

eso,

se

desvanecer

empleando

racionalista.

Foucault

creyó

poderlo

el

método

continúa

la

exposición:

A partir de este desplazamiento de la cuestión trascendental, el pensamiento contemporáneo no pudo evitar el reanimar el tema del cogito. ¿Acaso Descartes no descubrió la imposibilidad de que no fueran pensadas a partir del error, de la ilusión, del sueño y de la locura, de todas las

experiencias

del

pensamiento

no

fundadas —tanto que el pensamiento de lo mal pensado, de lo no verdadero, de lo quimérico, de lo puramente imaginario aparecían como lugar de posibilidad de todas

estas

evidencia

experiencias

irrecusable?

Pero

y

primera el

cogito

moderno es tan diferente del de Descartes 78


como nuestra reflexión trascendental está alejada

del

análisis

kantiano.

Para

Descartes se trataba de sacar a luz al pensamiento como forma más general de todos estos pensamientos que son el error o la ilusión, de manera que se conjurara su peligro, con el riesgo de volverlos a encontrar,

al

fin

de

su

camino,

de

explicarlos y dar, pues, el método para prevenirse de ellos. En el cogito moderno, se trata, por el contrario, de dejar valer, según su dimensión mayor, la distancia que a la vez separa y liga el pensamiento presente a sí mismo y aquello que, perteneciente

al

pensamiento,

enraizado

el

no-pensado;

en

está le

es

necesario (y esto se debe a que es menos una evidencia descubierta que una tarea incesante que debe ser siempre retomada) recorrer, duplicar y reactivar en una forma explícita la articulación del pensamiento 79


sobre aquello que, en torno a él y por debajo de él, no es pensado, pero no le es a pesar de todo extraño, según una exterioridad irreductible e infranqueable. En esta forma el cogito no será pues el súbito descubrimiento iluminador de que todo pensamiento es pensado, sino la interrogación siempre replanteada para saber cómo habita el pensamiento fuera de aquí y, sin embargo, muy cerca de sí mismo, cómo puede ser bajo las especies de lo no-pensante. Pero no remite todo el ser de las cosas al pensamiento sin ramificar el ser del pensamiento justo hasta la nervadura inerte de aquello que no se piensa13.

13

Ibídem.

80


La desmesura de lo impensado aparece después, cuando la experiencia humana desborda la capacidad de entendimiento, aunque no de comprensión. El desafío complicado es cuando se devela que lo impensado es la condición de posibilidad existencial del pensamiento; que puede pensar, pero, no puede pensar sus propias condiciones

de

posibilidad

existencial.

Resumidamente, se puede decir que es lo impensado lo que piensa. Foucault dice que el cogito moderno se hace valer en la distancia que separa el pensamiento de lo impensado.

Sin embargo, habría que

preguntarse:

¿cómo

el

cogito

puede

preservarse en este distanciamiento, en este recorrer esta distancia? A no ser que se diga que el cogito se encuentra y se pierde, a la vez, en esa distancia; que es, más o menos, lo que expresa Foucault. Si al final, no hay hombre, como concluye 81


Foucault en Las palabras y las cosas, al decir que después de la muerte de Dios le sigue la muerte del hombre, tampoco hay cogito.

¿Qué es lo que hay? No se puede decir que no se piensa; sería insostenible esta afirmación.

Lo

que

pasa

es

que

el

pensamiento no es lo que había concebido el racionalismo como tal; reduciéndolo a la capacidad

y

realización

del

pensar;

pensar, a su vez, reducido al juicio lógico, a la subsunción silogística, al servicio de la inferencia o de la legitimación de una verdad asumida. El pensamiento no puede disociarse del cuerpo, por lo tanto, no puede disociarse de la fenomenología de la percepción,

como

lo

ha

hecho

el

racionalismo, ejerciendo como una de las economías políticas de la economía política 82


generalizada, al separar pensamiento de cuerpo14. Al hacer esto, se quedó no con el pensamiento, sino con un esqueleto del pensamiento. dinámica

Mientras el cuerpo, en su

compleja,

en

la

percepción

integral, que contiene al pensamiento y lo hace posible, sigue arrojando intuiciones, imaginaciones,

significaciones,

expresiones y conceptos.

Dos

anotaciones

importantes;

el

pensamiento no puede estar disociado del cuerpo, por lo tanto, del acontecimiento de la percepción. Por otra parte, no puede concebirse

el

pensamiento

como

acontecimiento de un solo individuo, un 14

Ver Crítica de la economía política generalizada.

Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/critica de la economía política generalizada.

83


solo ser humano, aislado; esto sería imposible. El pensamiento también es social,

un

acontecimiento

social.

El

pensamiento no es un fantasma, es una actividad dada en la dinámica compleja del cuerpo; dinámica corporal, donde se da lugar el pensamiento, como articulación específica

de

percepción.

la

composición

Esta

de

actividad,

la del

pensamiento, no sería posible sin la existencia

de

relaciones, sociales,

la

sociedad,

prácticas, estructuras

de

las

comunicaciones e

instituciones

sociales. El pensamiento se genera en esta ecología social.

El pensamiento no es una abstracción, como ha creído la modernidad, mas bien, es

una

concreción;

devenir

constante

mejor de

dicho,

un

múltiples 84


concreciones,

efectuadas

como

pensamiento; es decir, como actividad reflexiva,

evaluadora,

de

inferencias,

inductivas, deductivas, trans-ductivas, si se quiere, dialécticas, en suma, lógicas. Además,

actividad

conceptos,

de

enunciados,

de

productora

de

proposiciones,

de

teorías.

Actividad

estratégica en lo que respecta a diseños de proyección, es decir, propensión a realizar deseos

y

voluntades.

Actividad

actualizadora en lo que respecta a las auscultaciones regresivas, por así decirlo. En otras palabras, el pensamiento es la actividad individual y social, a la vez, que concibe el mundo en su devenir. Esta actividad del pensamiento es dinámica compleja corporal y social, articuladora de planos y espesores de intensidad en síntesis intelectivas.

85


En

su

exposición

Foucault

pone

en

consideración preguntas atingentes a la episteme moderna, la constituida sobre el substrato

de

empiricidades

y

positividades, en los campos extendidos de la historicidad, por un lado, de la formalidad, por otro lado. Las preguntas de la exposición aparecen así:

Este doble movimiento propio del cogito moderno explica por qué el "pienso" no conduce a la evidencia del "soy"; en efecto, tan luego como se muestra el "pienso"

comprometido

en

todo

un

espesor en el que está casi presente, que anima, si bien en el modo ambiguo de una duermevela, no es posible hacerlo seguir por la afirmación de que "soy": ¿acaso puede decir, en efecto, que soy este lenguaje que hablo y en el que mi 86


pensamiento

se

desliza

al

grado

de

encontrar en él el sistema de todas sus posibilidades embargo,

no

propias, existe

pero más

que, que

en

sin la

pesantez de sedimentaciones que no será capaz de actualizar por completo? ¿Puedo decir que soy este trabajo que hago con mis manos, pero que se me escapa no sólo cuando lo he terminado, sino aun antes mismo de que lo haya iniciado? ¿Puedo decir que soy esta vida que siento en el fondo de mí, pero que me envuelve a la vez

por

el

tiempo

formidable

que

desarrolla consigo y que me levanta por un instante en su cumbre, pero también por el tiempo inminente que me prescribe mi muerte? Puedo decir con igual justeza que soy y que no soy todo esto; el cogito no conduce a una afirmación del ser, sino que se abre justamente a toda una serie de interrogaciones en las que se pregunta por 87


el ser: ¿qué debo ser, yo que pienso y que soy mi pensamiento, para que sea aquello que no pienso, para que mi pensamiento sea aquello que no soy? ¿Qué es, pues, ese ser que centellea y, por así decirlo, parpadea en la abertura del cogito pero que ni está dado soberanamente en él y por él? ¿Cuál es, pues, la relación y la difícil

pertenencia

entre

el

ser

y

el

pensamiento? ¿Qué es este ser del hombre y cómo puede hacerse que este ser, que podría caracterizarse tan fácilmente por el hecho de que "posee pensamiento" y que quizá sea el único que lo tenga, tenga una relación imborrable y fundamental con lo impensado? Se instaura una forma de reflexión muy alejada del cartesianismo y del análisis kantiano, en la que se plantea por primera vez la interrogación acerca del ser del hombre en esta dimensión de

88


acuerdo con la cual el pensamiento se dirige a lo impensado y se articula en él15.

El proyecto de las ciencias humanas, emergen de la problemática asumida por las

ciencias

y

comprenderla

es y

trabajada conocerla;

para esta

problemática tiene tres ejes definidores, que señalan sus empiricidades; la vida, el lenguaje y el trabajo. Entonces, en este ámbito de investigaciones, emerge la problemática humana; ¿quién es el ser humano?, ¿qué es?, ¿cómo definirlo a partir de sus experiencias y prácticas, de sus

obras,

así

como

conductas

y

comportamientos? Entonces se lo busca en la vida, se lo persigue en el lenguaje,

15

Ibídem.

89


se lo ausculta en su psiquis. Sin embargo, el hombre se pierde cuando se lo busca. En el espesor de la vida aparece como perteneciente a una historia más larga que su propia historia, perteneciente a una biodiversidad espesor

que

del

lo

contiene.

lenguaje

En

aparece

el en

estructuras que parece lo estructuran; estructuras que forman parte de otras estructuras, que no controla ni conoce; precisamente las de lo impensado. En el espesor del trabajo no aparece como un homo

oeconomicus,

como

dice

tan

ingenuamente la ciencia económica, sino como fuerza y energía subsumidas por la producción, organizadas para acumular capital.

Entonces,

se

enfrenta

a

la

actividad productiva que ejerce y efectúa; empero, que forma parte de lo producente vital de la vida; lo que escapa a su control y conocimiento. 90


El

pensamiento

racional

abstracto,

limitado a la lógica, a la racionalidad abstracta y a la racionalidad instrumental, no puede dar cuenta de esta complejidad. Se derrumba, entra en crisis u opta por el enquistamiento,

el

encaracolamiento,

refugiándose en sus cuatro paredes. Por eso, retomando a Foucault e interpretando su descripción, podemos decir que el pensamiento moderno es el pensamiento enfrentado a la crisis del pensamiento racionalista, a la crisis de su propia identidad, a la crisis del hombre.

Es aquí, donde y cuando aparece el proyecto

fenomenológico

de

Husserl.

Consciente de la crisis de las ciencias humanas, es más, consciente de la crisis 91


de la sociedad misma, hasta podríamos decir de la civilización moderna, Husserl se embarca en un proyecto de magnitud, con la finalidad de salir de la crisis de las ciencias humanas, de la filosofía, del pensamiento

moderno,

incluso

de

la

civilización. Parte de la convicción de que lo que puede salvar de la crisis a las ciencias humanas, a la filosofía, a la sociedad misma, es la razón extendida a su máxima potencia, convirtiendo la razón pura, no solamente en una epistemología, es decir, en una teoría del conocimiento, sino en una ciencia de la verdad.

Al respecto, Foucault evalúa el proyecto fenomenológico de esta manera:

92


Esto tiene dos consecuencias. La primera es

negativa

histórico.

y

Puede

fenomenología cartesiano

de

del

orden

puramente

parecemos

ha

juntado

cogito

y

que el

el

la

tema motivo

trascendental que Kant desprendió de la crítica de Hume; Husserl habría reanimado así la vocación más profunda de la ratio occidental, curvándola sobre sí misma en una reflexión que sería una radicalización de la filosofía pura y fundamento de la posibilidad de su propia historia. A decir verdad, Husserl no pudo efectuar esta conjunción sino en la medida en que el análisis trascendental había cambiado su punto de aplicación (éste fue transportado de la posibilidad de una ciencia de la naturaleza a la posibilidad de que el hombre se piense) y en que el cogito había modificado su función (ésta no es ya el conducir a una existencia apodíctica a 93


partir de un pensamiento que se afirma por todo lo que piensa, sino el mostrar cómo el pensamiento puede escaparse a sí mismo y conducir de este modo a una interrogación múltiple y proliferante sobre el ser). La fenomenología es, pues, mucho menos la retoma de un viejo destino racional

del

Occidente,

cuanto

la

verificación, muy sensible y ajustada, de la gran ruptura que se produjo en la episteme moderna a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Si tiene alguna liga es con el descubrimiento de la vida, del trabajo y del lenguaje; es también con esta figura nueva que, bajo el viejo nombre de hombre, surgió hace menos aún de dos siglos; es con la interrogación sobre el modo de ser del hombre y sobre su relación con lo impensado. Por ello, la fenomenología —aun si se esbozó primero a través del anti-psicologismo o, más bien, 94


en la medida misma en que hizo resurgir, frente a él, el problema del apriori y el motivo trascendental— no pudo conjurar jamás el insidioso parentesco, la vecindad a la vez prometedora y amenazante, con los análisis empíricos del hombre; y por ello también, al inaugurarse por una reducción al cogito, condujo siempre a cuestiones, a la cuestión ontológica. Bajo nuestra

mirada,

el

proyecto

fenomenología no cesa de desanudarse en una descripción de lo vivido, empírica a pesar

suyo,

y

una

ontología

de

lo

impensado que pone fuera de juego la primacía del "pienso"16.

16

Ibídem.

95


Como Foucault dice en su exposición, no es que Husserl retorna al antiguo proyecto ontológico y del racionalismo cartesiano, recogiendo como herencia la analítica trascendental, sino, que, al hacerlo, al intentar ir más lejos que este proyecto, la fenomenología verificación

aparece

misma

de

como una

la

ruptura

epistemológica; la que se produjo a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. El cogito ya no es central, sino, por lo menos, un estiramiento a lo largo de la distancia

entre

el

pensamiento

y

lo

impensado. El cogito ya no puede dar cuenta de lo que soy, pues ya soy lo otro, la alteridad misma del cogito. Sin contar con un suelo donde poner los cimientos de la

fenomenología,

Dejándonos,

Husserl

empero,

fenomenológico;

fracasa.

el

método

herramienta

analítica,

que piensa la complejidad del fenómeno, 96


devenido

sentido.

fenomenológico transformado análisis

va por

teórico

El ser

método

empleado

Merleau

Ponty

materialista

de

y en la

percepción; teoría no racionalista, sino, más bien, teoría compleja, en el sentido del pensamiento complejo; esto es, la fenomenología

de

la

percepción.

Retomando el cuerpo, reincorporando la razón a la percepción, comprendiendo que el

pensamiento

forma

parte

de

la

fenomenología de la percepción.

97


FenomenologĂ­a de la consciencia

98


La fenomenología adquiere una dinámica propia, en la complejidad de su enfoque y análisis del fenómeno, a partir de lo que podemos considerar como fenomenología de

la

primer

consciencia; capítulo,

La

correspondiente consciencia

al

como

consistencia fenomenológica del yo y la consciencia como percepción interna, de la parte Sobre las vivencias intencionales y sus contenidos, de Investigaciones lógicas II. Podemos decir que es esta parte la que tiene incidencia en Merleau Ponty e inspira su Fenomenología de la percepción.

En

este

caso,

desde

nuestra

interpretación, la fenomenología ya no es solamente una extensión de la lógica pura, convertida

en

epistemología,

sino

adquiere una independencia propia, por así decirlo. La fenomenología analiza el 99


fenómeno, no solamente como objeto o campo de objetos, que interactúan entre sí, sino que considera la relación de la percepción y la consciencia con ese campo de objetos, convirtiéndose el Yo o el Yo soy, la certeza de sí mismo, en objeto; empero, un objeto, en sentido metafórico; pues, como tal, es inalcanzable o, mejor dicho, inaprensible. En este sentido la consciencia,

desde

fenomenológico,

el adquiere

enfoque una

connotación activa; pero, también, se convierte como en el núcleo interpretativo, mejor dicho, intuitivo de la percepción.

La consciencia es como la intuición del sí mismo,

también,

si

se

quiere,

paralelamente, intuición ocasionada por la percepción; sobre todo, por las vivencias ligadas a la percepción; que se convierten 100


en

contenidos

consciencia.

asumidos

por

la

Pero ¿qué es la consciencia

para la fenomenología? Edmund Husserl distingue,

desde

la

herencia

trascendental, entre la consciencia pura, como condición de posibilidad, de la consciencia

empírica.

Ciertamente,

en

este caso, además, desde esta parte de las Investigaciones

lógicas,

la

consciencia

pura, que preferimos llamarla, recurriendo al

lenguaje

de

Emmanuel

Kant,

consciencia trascendental, si bien es como condición de posibilidad de la consciencia empírica, no se activa sino en vinculación directa con la consciencia empírica.

Una

de

las

características

de

la

fenomenología, en el contexto dinámico de su

análisis

complejo,

es

su

analítica

minuciosa, que identifica las diferencias de 101


la composición compleja del fenómeno, sin separarlas y aislarlas. No solamente se distingue consciencia trascendental de consciencia empírica, sino, también, de lo que vendría a ser del cogito cartesiano el sum, el Yo soy; es decir el Yo. Sin embargo, en relación con este concepto, la fenomenología, no solamente tiene sus diferencias y reparos, sino tiene otra concepción,

más

bien

dinámica

y

compleja. No hay un Yo, sino distintas posiciones

del

Yo

usando

una

caracterización de Michel Foucault sobre el sujeto -; recurriendo al lenguaje kantiano, un Yo trascendental, conectado con un Yo empírico;

también

podríamos,

por

lo

menos, mencionar entre estos Yo, un Yo que hace como de mediación; entre el Yo trascendental y el Yo empírico. Un Yo que puede llegar a ser considerado como Yo puro; mas bien, Yo simbólicamente el Yo 102


trascendental; empero, no llega a ser él. Para no hacerlo difícil, el Yo trascendental es inaprensible; escapa a toda aprensión; sin embargo, es el que intuye, para decirlo con nuestras palabras, que son más kantianas,

la

experiencia

de

la

exterioridad; así como la experiencia de la interioridad.

Entonces,

tenemos

una

diferencia entre la consciencia interior y la consciencia,

si

se

quiere,

de

la

exterioridad. La consciencia interior se distingue

de

la

consciencia

de

la

exterioridad, porque, exactamente, no es consciencia, en el mismo sentido que la otra lo es. Las vivencias de la consciencia de

la

exterioridad,

con

todos

sus

momentos, el momento trascendental y los

momentos

empíricos,

no

son

propiamente vivencias, sino percepciones; en tanto lo que la consciencia de la interioridad experimenta, por así decirlo, 103


son propiamente vivencias; sin embargo, éstas

no

propiamente

pueden

considerarse

percepciones,

sino

de

manera simbólica.

Lo complejo, en sentido de la perspectiva de la complejidad, y lo enriquecedor, en la fenomenología, es que toda esta dinámica fenomenológica es considerada en su totalidad,

en

sus

articulaciones,

composiciones y combinaciones, en un análisis minucioso del fenómeno complejo, donde consciencia, percepción, sentido, objetivación, interioridad y exterioridad, se encuentran íntimamente vinculadas, entrelazadas,

incidiendo

en

cada

componente de esta complejidad. Claro está, que la fenomenología, como hemos

104


dicho en otros escritos17, jerarquiza la preponderancia del sujeto o de la actividad del sujeto, inmerso en la complejidad vivida del fenómeno.

No

nos

interesa

detenernos

en

la

diferencia que encontramos, de acuerdo con

nuestra

interpretación,

entre

Investigaciones lógicas I e Investigaciones lógicas II; entre la parte introductoria de Investigaciones lógicas II y el resto de los capítulos. Esta discusión, con aire de erudición,

no

nos

interesa.

Lo

que

queremos remarcar, para decirlo, un poco 17

Ver De la Crítica al elogio de la razón pura; así como Taxonomía filosófica; también Epistemología fenomenológica; aconsejamos La imposible ontología: Obras Citadas. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/epistemología fenomenologica. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/la imposible ontologia.

105


provocadoramente, fenomenología

cuándo es

la

propiamente

fenomenología, tal como la asume Merleau Ponty. Decimos que la fenomenología es propiamente

fenomenología,

en

Investigaciones lógicas II, sobre todo a partir

del

capítulo

dedicado

a

la

fenomenología de la consciencia.

Siguiendo con la exposición y nuestra interpretación,

consideramos

que

el

aporte de este capítulo corresponde a la tesis, de consecuencias fuertes, de la propensión

intencional,

intuición,

así

como

pasando

por

las

del

tanto

de

la

conocimiento,

significaciones,

que

convergen en el sentido; es la concepción dinámica y activa de la fenomenología, inmersa fenómeno.

en

el

acontecimiento

del

Esto, que llamaremos la 106


propensión intencional de la consciencia, de la intuición, de las representaciones, del conocimiento, también de la teoría, es lo que lleva consecuentemente la tesis de los

actos,

en

constitutivos vivencia,

del

su

pluralidad,

fenómeno,

contenidos,

en

como tanto

percepción

y

conocimiento, a partir del núcleo activo de la consciencia trascendental; lo que hace activo no solamente al sujeto de la intuición, al sujeto de la percepción, al sujeto

de

complejidad

conocimiento, misma

sino

del

a

la

fenómeno,

experimentado y vivido por el sujeto. Fenómeno complejo, que se convierte en el campo de contenidos dinámicos de la consciencia y del conocimiento. En resumen, hay una multivocidad de la consciencia, la consciencia como unidad fenomenológica-real de las vivencias del 107


Yo, la distinción entre la consciencia que vive y el contenido vivido, la conciencia como

vivencia

interna

y

percepción

externa, la relación entre la consciencia de la interioridad y la consciencia de la exterioridad, la relación entre el Yo puro y el ser intuido, que Husserl denomina ser conscio18.

18

La nota de los traductores, es decir, de Manuel G. Morente y José Gaos, al respecto es la siguiente: Traducimos por ser conscio la palabra alemana “Bewusstheit”, forjada por Natorp para designar el darse cuenta, el tener consciencia, el ser conscio, independientemente de algo que la consciencia se da cuenta o es conscia. Los contenidos de que la consciencia es conscia son, sin duda, varios y diferentes; pero el ser conscia de ellos, el darse cuenta de ellos, es siempre idéntico, y eso es lo que Nartorp designa con la palabra “Bewusstheit”.

108


Conclusiones premeditadas

Haciendo justicia, después de lo que anotamos

respecto

a

Investigaciones

lógicas I y la parte introductoria de Investigaciones lógicas II, sobre todo, compartiendo con Michel Foucault sobre el fracaso

del

proyecto

restringido

a

los

fenomenológico, acotamientos

o

pretensiones de la ciencia de la ciencia, la epistemología, concebida a partir de la lógica

pura;

muestra

proyecto,

que

palpablemente

consideramos

la

imposible

también lo

que

ontología;

podemos, ahora, valorar, desde nuestra perspectiva, lo que consideramos el aporte valioso de la fenomenología compleja y dinámica de Husserl; que se va a convertir en la herencia indispensable para la crítica materialista de la percepción de Merleau 109


Ponty, para la crítica deconstructiva y las teorías

nómadas,

Incluso,

desde

contemporáneas.

nuestra

interpretación,

herencia para el pensamiento complejo.

Aunque pequemos de exageración, incluso de inclinación tendenciosa, lo vamos a decir: Para nosotros Edmund Husserl cierra el ciclo de la filosofía moderna, así como Emmanuel Kant es el que abre este ciclo.

Estos

son

los

filósofos

más

importantes, desde la perspectiva del aporte

a

la

filosofía

moderna

y

su

estructuración, otorgándole una identidad propia; la de la crítica y la del análisis trascendental. El resto, pecando de cierta injusticia

con

algunas

excepciones

destacadas, lo que hace es reaccionar ante la

irradiación

de

teorías

filosóficas

sistemáticas, solventes y críticas, llevando 110


consecuentemente a la radicalidad, lo más influyente del pensamiento moderno. Para dar

solo

algunos

ejemplos;

Wilhelm

Friedrich Hegel reacciona preocupado y hasta desesperado - ver su carta a propósito,

después

Fenomenología

del

de

escribir

espíritu

-,

a

la

anomalía salvaje – usando la calificación acertada de Antonio Negri - de Baruch Spinoza y la deconstrucción – usando un término apropiado de Jacques Derrida - de la

razón

de

Emanuel

Kant.

Martin

Heidegger reacciona poéticamente ante la apertura

fenomenológica

de

Edmund

Husserl, dándole una tonalidad nihilista y hasta

restringida,

interpretativos

de

en la

los

alcances

complejidad

enfrentada en la modernidad tardía. En comparación, Heidegger tiene una actitud filosófica conservadora, a pesar de su seductora poesía especulativa filosófica, 111


que, en vez de profundidad, embarniza de mitología

a

los

conceptos.

Friedrich

Nietzsche es el demoledor de la filosofía moderna, como crítica del nihilismo; no es Karl Marx, como creen los marxistas. Marx continua la filosofía moderna por otros caminos; el del materialismo dialéctico; por

otra

parte,

abre

un

campo

epistemológico crítico de la economía política

y

de

dominación,

las

estructuras

sustentadas

en

de esta

economía política; cuya proyección es la crítica de la “ideología”; su gran aporte subversivo.

La fenomenología, tal como aparece en Investigaciones lógicas II, abre el camino al análisis de la complejidad; sobre todo, es

el

antecedente

fenomenología

de

inmediato la

de

percepción

la de 112


Merleau Ponty; que puede considerarse ya como una pos-filosofía, que cruza los límites del horizonte epistemológico de la modernidad, incursionando en el umbral, que despunta hacia los terrenos de las posibilidades abiertas para la comprensión de la complejidad, sinónimo de realidad.

113


La fenomenologĂ­a como nuevo campo del saber y del hacer

114


Antes de seguir con el análisis crítico de la fenomenología de

Edmund

Husserl,

ahora, de Investigaciones lógicas II, que es

la

que

consideramos

propiamente fenomenología, exponer

lo

que

vamos es

a

para

nosotros fenomenología, basándonos en la Fenomenología

de

la

percepción de

Merleau Ponty19. Que indudablemente, parte, recoge la herencia, se inspira en la fenomenología de Husserl; ocasionando un desplazamiento la fenomenología,

epistemológico en transformándola

en

una fenomenología del cuerpo, del cuerpo activo y dinámico. Fenomenología vital, que, en el anterior ensayo20, hemos

19

Ver Merleau Ponty Fenomenología de la percepción. Filosinsentido.files.wordpress.com/2013/07/Merleau Ponty Maurice fenomenología de la percepción.pdf. 20

Ver Fenomenología de la consciencia. Dinamicas-moleculares.webnode.es/products/fenomenología de la consciencia.

115


denominado fenomenología

materialista

de la percepción. Por otra parte, nos apoyamos en lo escrito en Acontecimiento poético21,

donde

expusimos

nuestra interpretación de Fenomenología de la percepción y el uso que le dimos para interpretar el acontecimiento poético de Cesar Vallejo. Como dijimos, el paso demarcador que da Husserl,

en

el

de Investigaciones abierto

un nuevo

segundo

tomo

lógicas, es

haber

campo

del

saber,

la fenomenología. ¿Por qué decimos esto? ¿Cuál

21

es

la

diferencia

de

Ver Acontecimiento poético.

Dinamicasmoleculares.webnode.es/products/acontecimiento poetico. 116


la fenomenología con

la filosofía,

con

la epistemología, incluso con la ciencia? A diferencia de la filosofía, a pesar de que Husserl comparte, en la exposición del primer tomo de Investigaciones lógicas, la pretensión de la verdad, es que no se coloca

por fuera del fenómeno,

convirtiéndolo en objeto del sujeto, ya sea de

la certeza,

del reconocimiento,

de

la razón o del saber. La diferencia con la epistemología,

a

pesar

de

el proyecto se

que

anuncia

como epistemología fenomenológica,

es

que no es ciencia de la ciencia, ciencia que convierte estudio,

a

la ciencia en objeto

suponiendo

que

de

el saber de

la ciencia ya es verdadero. La diferencia con

la ciencia,

en

el referente señalado

por

este Husserl

caso es

la psicología, es que no tiene un objeto de estudio,

que

va

a

ser

investigado, 117


analizado

y

explicado.

Sino

que

la fenomenología considera al fenómeno de tal manera que se incluye en

él,

forma

parte

del fenómeno.

Ciertamente, que Husserl hace hincapié en que

se

trata

la percepción, objeto

no

de

la vivencia,

de

de

la sensación

del

empírico.

Es

decir,

el fenómeno tomado en cuenta es el de la percepción, que deviene apercepción. Sin

embargo,

el

dio, comprender que del fenómeno;

paso se

que

ya

forma no

se parte hay

una exterioridad. Es Merleau Ponty quien da

el

siguiente

paso; comprender que

el fenómeno no solamente es percepción, sino que la percepción forma parte de la experiencia forma

del parte

cuerpo; cuerpo que del mundo

efectivo en devenir. A partir del paso de Husserl, hay pues una continuidad con 118


Merleau Ponty en lo que llamaremos, rápidamente, constitución y conformación de la fenomenología. Entonces la fenomenología viene a ser el estudio y el análisis del fenómeno, mejor dicho

de

la complejidad

de

fenómenos dados, de manera simultánea y

entrelazada,

donde

el fenómeno de

se

encuentra

la percepción,

que

deviene comprensión y conocimiento. Este fenómeno es

una articulación

específica del conjunto de fenómenos, que intervienen o que son sentidos, sobre todo, inmediatamente,

como integración

perceptiva; asimilados por la experiencia del

cuerpo.

La fenomenología de

la

percepción interpreta la percepción como dinámica compleja de sensaciones, simbolizaciones,

imaginaciones, significaciones,

razón, 119


que hace de substrato de la intuición del sentido inmanente. La diferencia entre la fenomenología de Husserl y la fenomenología de Merleau Ponty, fuera de lo que ya dijimos, es que la fenomenología de siendo trascendental.

Husserl Claro

está,

los desplazamientos dados la filosofía Kant;

las condiciones priori;

vale

decir, de

con

respecto

trascendental de

es

sigue a

Emmanuel

que

considera

posibilidad como a

decir,

sin experiencia,

como condiciones puras de la estructura del sujeto. En cambio, Merleau Ponty parte de

que

las condiciones

posibilidad son corporales, quiere, existenciales. la fenomenología de es materialista.

Por

son,

de si

se

Esto

es,

Merleau

Ponty

lo

tanto,

la

consecuencia, de partir de condiciones de 120


posibilidades diferentes, distintas,

es

que

marcadamente

Husserl

desarrolla

una teoría fenomenológica que se realiza en

las condiciones

cuando

éste

puras del fenómeno, se

convierte

la apercepción abstracta,

en

vaciada

de contenidos de la experiencia. En tanto que en Ponty la realización es devenir del cuerpo en devenir del sentido inmanente; la

realización

de

la experiencia como memoria actualizada, como devenir

mundo,

que

constituye

al sujeto de la percepción, siendo éste también constitutivo del mundo. Para decirlo ilustrativamente, ciertamente de manera esquemática y metafórica; si bien

ambos

teóricos

exponen fenomenologías con polos opues tos, por así decirlo, ambas exposiciones son coherentes y consistentes con lo que 121


se

proponen

y

constituyen;

la fenomenología como campo

de

intensidad de

en

un saber inmiscuido

el hacer del sujeto

fenomenológico.

No

vamos a caer en el endeble dualismo esquemático de idealismo/materialismo; para calificar a uno como idealista y al otro como materialista;

descalificando

al

primero y calificando al segundo. Esto sería

caer

en

los esquematismos dualistas, no tanto de las ciencias de la modernidad, sino de algo más pobre, de la “ideología”. En ambos teóricos hay un trabajo de las ideas, en ambos teniendo

hay en

una

elaboración

cuenta

analítica

el referente de

la experiencia, de la materialidad tomada en cuenta y vivida por el cuerpo a través de la experiencia. La diferencia radica, otra vez para decirlo fácil, en que parten de premisas simétricas

y

opuestas, 122


llegando

a conclusiones simétricas

y

opuestas. Entonces, estamos ante el nacimiento y el despliegue de saber,

un

nuevo campo

el fenomenológico.

Que,

de

desde

nuestro punto de vista, lo consideramos otra vertiente, que antes no tomamos en cuenta, de la conformación y configuración del pensamiento señalado una,

complejo.

dos vertientes primordiales;

la arqueología de

sistemas;

Habíamos

otra,

las teorías

de

la arqueología de

las teorías nómadas22. Ahora, haciendo

22

Ver Episteme compleja. También Mundo y percepción.

Pradaraul.wordpress.com/2015/02/13/episteme compleja. Pradaraul.wordpress.com/2014/03/11/mundo y percepcion.

123


justicia,

podemos

decir

que

la

tercera vertiente es la fenomenología. Como se puede ver, no estamos de acuerdo

con

los

que interpretan la fenomenología como perteneciente a la filosofía, como si fuese una de sus corrientes contemporáneas. Esta interpretación,

reduce

el

alcance

del desplazamiento epistemológico ocasionado

por

la fenomenología; restringiéndolo a las búsquedas, la verdad por

en

círculo

parte

vicioso,

de

de

la filosofía.

La fenomenología no es un saber de este tipo. Para decirlo en la forma como expone Husserl, en Investigaciones lógicas II, es un saber que

se sabe también objeto de

este saber, el fenomenológico.

124


Fenรณmeno, vivencia e intencionalidad

125


En

el

capítulo

La

consciencia

como

vivencia intencional, Edmundo Husserl expone

el

cuerpo

fenomenología;

teórico

presenta,

para

de

la

decirlo

directamente, el funcionamiento de este conjunto de procesos entrelazados, que hacen al fenómeno. Fenómeno que es vivido por el cuerpo; lo decimos, aunque no lo diga de esta manera Husserl. Es en la vivencia que el fenómeno adquiere objetividad o, mejor dicho, se vuelve objeto;

es

significación,

decir,

adquiere

sentido,

contenido,

expresión

y

representación. Esto ocurre, sobre todo, por la puesta en escena, para decirlo de este

modo,

figurativamente,

de

una

multiplicidad de actos. Los actos hacen al objeto,

establecen

contenidos;

los

contenidos empíricos se convierten en contenidos de la percepción. También los contenidos son los que dan significación a 126


la

representación;

entonces,

la

representación, también, a su vez, tiene contenidos.

Los

contenidos

adquieren

connotación en el lenguaje, en las formas de los discursos. Las expresiones pueden variar, dependiendo de la forma de decirlo o, si se quiere, de la cualidad lograda por los actos, que no es lo mismo que la cualidad

captada

empíricamente.

por

la

percepción,

La cualidad de la que

hablamos tiene que ver, mas bien, con los contenidos.

Contenidos

que

pueden

distinguirse por la intencionalidad.

Este

es

el

meollo

intencionalidad.

La

del

capítulo,

la

intencionalidad

es

consciente, interviene intencionalmente en la relación con el objeto. Le da cabida, por

así

decirlo,

composición

seleccionando

compleja,

de

su

compuesta

o 127


simple,

lo

que

consciente.

busca

Intención

la

intención

activa,

que

comprende un conjunto de actos, que hacen

al

fenómeno

vivido

como

experiencia compleja; que, sin embargo, no aparece en toda su complejidad, sino que, la intención no solamente efectúa selecciones, contenido

también apropiado

configura a

la

un

intención;

otorgándole una unidad a la complejidad misma. La intención entonces interviene configurando

las

representaciones,

conformando los objetos, haciendo variar las expresiones y los significados.

Lo que llama Husserl consciencia viene a ser vivencia intencional. No es que la consciencia se da porque la vivencia intencional la ha hecho nacer; sino que, es menester comprender que se trata de la 128


consciencia fenomenológica; es decir, de la

consciencia

posibilidad

pura,

como que

condición

de

condiciona

la

vivencia del fenómeno; vivencia que, a su vez, configura y conforma la consciencia fenomenológica; consciencia que vive el fenómeno según la intencionalidad puesta en juego.

129


Algunas diferencias entre la psicología y la fenomenología

Ahora bien, Husserl se encarga de mostrar constantemente

la

complejidad

del

fenómeno, en los distintitos niveles de los procesos

conjugados,

mostrar

las

diferencias, que, a su vez se asocian, se componen, se coaligan, dando lugar a unidades

configuradas;

ya

sea

como

contenidos o como significaciones, ya sea como sentido o expresión, ya sea como objetos. También, deja claro, que no se puede concebir el fenómeno desde una analítica que aísla, como si los momentos, es más, como si los componentes de las ligazones pudieran funcionar y aparecer de esa manera, aislada. De ninguna manera; se complementan, se dan en relación con

130


el componente o los componentes con los que concierta una unidad.

En el apartado de Fijación de nuestra terminología, demarcar

Husserl,

las

diferencias

después con

de Franz

Clemens Honoratus Hermann Brentano, se da a la tarea de definir su terminología en uso; dice:

Evitaremos, expresión

pues, de

por

“fenómeno

completo psíquico”

la y

hablaremos de vivencias intencionales siempre que sea necesaria la exactitud. “Vivencia” deberá tomarse en el sentido fenomenológico

fijado.

El

adjetivo

calificativo intencional indica el carácter esencial común a la clase de vivencias que se trata de definir, la propiedad de la 131


intención, el referirse a algo objetivo en el modo de la representación o en cualquier modo análogo. Como expresión más breve usaremos la palabra acto, definiendo a los hábitos idiomáticos ajenos y propios23.

Dejar el concepto de fenómeno psíquico, de Franz Brentano, y optar por el concepto de

vivencia

intencional,

marca

no

solamente la diferencia conceptual, sino sobre todo epistemológica. Según Husserl, el circunscribir el fenómeno a lo psíquico es separar el fenómeno de la experiencia, así

como

quitarle

la

complejidad

inherente. Aunque se puede decir que 23

Edmund Husserl: Investigaciones lógicas II. Capítulo 2; La conciencia como vivencia intencional; apartado 13. Obras Citadas.

132


Brentano

ya

adelanta

dos

ideas

importantes para la fenomenología, el acto y

la

intencionalidad,

éstas

también

terminaban sujetadas a la mente, si bien se le atribuye un papel activo; perdiendo, el acontecimiento vivencial para explicar la conexión

primordial

con

la

realidad;

ámbito de la totalidad de los fenómenos, haciendo

paráfrasis

al

Tratado

lógico

filosófico de Ludwig Wittgenstein, cuando dice que el mundo es la totalidad de los hechos. Es cierto que para Brentano la mente no está conectada casualmente a la realidad, sino que es el actor principal, en la captación activa la realidad.

Sin

embargo, precisamente, este enunciado deja suelta la interpretación psíquica, pues no se llega a explicar ella misma, la consciencia, como fenómeno psíquico, su situación. Se llega muy rápido a las conclusiones o, si se quiere, al fenómeno 133


psíquico ya conformado, sin dar cuenta de los procesos que la constituyen.

La

diferencia epistemológica tiene que ver con

el

desplazamiento

de

la

fenomenología; ésta se abre el fenómeno en su integridad vivida como complejidad de actos; de ninguna manera reducida a lo mental o psíquico, como lo hace Brentano.

Esta diferencia, entre la connotación del concepto

fenómeno

connotación

del

psíquico

concepto

y

la

vivencia

intencional, no es la única; hay otras de importancia crucial. La fenomenología no piensa de

la

psicología

de

compartir

misma manera que Brentano,

problemas

a

pesar

parecidos;

la de los

relativos al acto, a la intencionalidad y al conocimiento.

Podemos

decir,

que

la

fenomenología ya piensa la complejidad y 134


se

exige,

a

misma,

lograr

un

pensamiento adecuado a la complejidad. Aunque no lo haga desde la episteme compleja, como pensamiento complejo, la fenomenología ya se encuentra en los límites de la episteme moderna y en los umbrales

de

la

episteme

compleja.

Brentano propone una teoría sugerente de la actividad psíquica, pensada en una episteme

marcadamente

dualista;

lo

psíquico diferenciado de lo no- psíquico, si se quiere, lo real. A pesar del leguaje filosófico,

heredado

de

la

filosofía

trascendental, acompañado por la crítica de

las

teorías

psicológicas,

de

los

conceptos de la psicología, sin embargo, paradójicamente,

influido

por

las

pesquisas de la psicología, Husserl no deja de tener en cuenta el fenómeno dado en su materialidad, captado por los sentidos; por lo menos, como referencia inicial. Este 135


enfoque, que no deja del todo lo empírico, que, mas bien, parte de la experiencia, no solamente se abre a la comprensión del fenómeno

como

dado,

independientemente de los actos que lo perciben, sino que lo dado es el referente, que se convierte en el objeto percibido; empero, al ser percibido, deja de ser independiente como fenómeno vivido.

En

otras

palabras,

las

nuestras,

la

fenomenología devuelve a la vida al proceso formativo del sentido, de las expresiones, de las representaciones, de las unidades ideales del conocimiento. Lo que le faltó a Husserl, en comparación con Merleau

Ponty,

transforma,

que que

lo

sigue

desplaza

y

lo la

fenomenología de la consciencia hacia la fenomenología del cuerpo, es comprender 136


que la condición de posibilidad efectiva es el cuerpo, no los a priori, que hereda de la filosofía trascendental.

Husserl dice que el concepto de intención se adecúa muy bien a la comprensión del papel de los múltiples actos intervinientes en la percepción. Además de distinguir distintas cualidades de la intención; desde las que simplemente buscan enfocar el objeto hasta las que persiguen conocerlo. Se puede decir, interpretando, que la intención no es solo deseo, aunque este deseo se haga consciente, no es solo querer, que ya es consciente, sino llega a ser voluntad, con todas las gradaciones que podamos encontrar en la voluntad. Ahora bien, ahora podemos entender por qué la intención no es o no se reduce al fenómeno psíquico. 137


No tenemos que aclarar que no se trata, aquí, de una ampliación de la tesis de Brentano, que dice que la mente es la actividad psíquica clave para captar la realidad, proyectando, ahora, la tesis de que la voluntad es clave al darle forma y unidad al conjunto de actos que captan la realidad, en su complejidad. Husserl sabe que la intención actúa sin dejar de tener en

cuenta

los

condicionamientos

ineludibles de la realidad. Para ilustrar mejor, hay como dos polos del fenómeno; uno, que tiene que ver con la realidad del entorno, empíricamente captada; otro, que tiene que ver con el cuerpo, según nuestra interpretación. El cuerpo percibe la

complejidad

intencionalidad

de

la

inherente

realidad; al

la

cuerpo

aparece en distintas modalidades, desde 138


informarse

sobre

el

entorno,

hasta

conocer el entorno; si se quiere, yendo mรกs allรก, desde adaptarse y adecuarse al entorno hasta transformarlo. El fenรณmeno vivencial o el fenรณmeno vivido no serรญan posible sin la existencia del entorno. Entonces

el

fenรณmeno

adquiere

una

configuraciรณn mayor, que desborda, para decirlo rรกpidamente, al mundo de las representaciones. Por otra parte, esta vez, adentrรกndonos

en

las

tesis

fenomenolรณgicas de Husserl, el fenรณmeno vivido adquiere su propia complejidad en los procesos vivenciales, dados en el cuerpo, aunque no use Husserl esta perspectiva corporal; de todas maneras, ayuda a entender lo que queremos decir. Siguiendo a Husserl, el fenรณmeno es fenรณmeno cuando se lo vive.

139


En el primer tomo de Investigaciones lógicas24 respecto

asistimos a

la

a

la

demarcación

psicología,

también

concurrimos a la crítica de la psicología y del

psicologismo,

sustentado

en

el

empirismo. La crítica de Edmund Husserl es teóricamente consistente, debido a una mirada más abarcadora y más compleja; lo que abre un horizonte mayor que el definido por la psicología; comparando, sobre todo, con la psicología cognitiva. Sin embargo, hicimos notar que, si bien, la ventaja de la crítica, desde la lógica pura, convertida en epistemología, es teórica; su debilidad y desventaja, respecto a la psicología,

es

que

no

cuenta

con

investigaciones empíricas, donde sostener sus

elucubraciones.

Fuera

de

las

observaciones críticas que dilucidamos

24

Ibídem.

140


respecto

a

las

pretensiones

de

esta

epistemología, derivada de la lógica pura. Ahora,

nos

interesa

distinguir

la

fenomenología de la psicología de Franz Brentano; que juega paradójicamente dos situaciones contrapuestas en relación con la fenomenología. Por una parte, Husserl se inspira en la psicología de Brentano, particularmente, por su análisis novedoso de las representaciones, del conocimiento y de la consciencia, a partir de la función de la intencionalidad, basándose en los actos. Hasta aquí, todo parece análogo con la

fenomenología;

diferencia diferencia

es se

sin

embargo,

epistemológica. puede

apreciar

la Esta

en

la

distinción de la enunciación psicológica, que

tiene

como

núcleo

al

fenómeno

psíquico, en el caso de Brentano, respecto a la enunciación fenomenológica, que

141


tiene como substrato a la vivencia del fenómeno.

En primer lugar, la diferencia radica en las características de los campos teóricos; uno, define su ámbito en lo psíquico; otro, define su ámbito en las vivencias. El campo fenomenológico es más amplio que el campo psicológico. A esto hay que añadirle que el campo fenomenológico contrae una complejidad mayor que el campo psicológico.

En segundo lugar, el acto psíquico o mental se mueve en actividades más circunscritas en lo psíquico, a diferencia de los actos vivenciales, que se abren a varios ámbitos, que componen el fenómeno, a los espesores y planos de intensidad del 142


fenómeno.

Los

actos

vivenciales,

a

diferencia del acto psíquico, que convierte a la mente en la instancia fundamental en la

captación

de

la

realidad,

se

desenvuelven en toda la complexión del fenómeno;

abarcando

los

procesos

inherentes

al

fenómeno;

procesos

entrelazados, vinculados a los múltiples actos, que hacen a la percepción. Actos que configuran composiciones, simples o compuestas, concordando unidades, hasta llegar a la unidad integral de la percepción.

En tercer lugar, el fenómeno psíquico, todavía se mueve en el esquematismo dualista de la episteme moderna, que, en este caso, separa mente de realidad, de manera concreta, mente de cuerpo; en consecuencia, mente de experiencia. El fenómeno vivencial ya se encuentra en los 143


límites de la episteme moderna y en los umbrales

de

la

episteme

compleja,

relativa al pensamiento complejo. En la interpretación de Husserl, la vivencia está ligada a la experiencia; la experiencia desata las posibilidades encerradas en las condiciones a priori. Para nosotros, esto no es

otra

cosa

que

reincorporar

la

percepción al cuerpo. Además, teniendo como referente al mundo efectivo de los hechos; aunque se tome en cuenta solo el fenómeno vivido, no el fenómeno sentido.

En cuarto lugar, considerando la diferencia epistemológica

entre

Investigaciones

lógicas I e Investigaciones lógicas II, entre una

lógica

ampliada,

convertida

en

epistemología, que se traza la imposible tarea de la ciencia de la verdad, y una fenomenología,

que

se

abre

a

la 144


complejidad, sinónimo de realidad; en este caso, a la complejidad del fenómeno dado, así como del fenómeno vivido.

145


A propósito de los conceptos

Como se puede ver el concepto de acto es clave en la fenomenología. Como el mismo Husserl dice; no acto derivado de actus; aunque se comparte la connotación en tanto

actividad,

entendidos

más

sino

como

cerca

del

actos, concepto

pragmático de actos del lenguaje. Husserl le otorga al acto una connotación más amplia; refiriéndose a la pluralidad de actos que intervienen en la percepción del fenómeno.

Entonces, se trata de una

multiplicidad

de

actos,

con

distintas

funciones, por así decirlo, que efectúan, en conjunto,

el

proceso

complejo

de

la

percepción, así como logran la unificación de la percepción. Por otra parte, se define al

fenómeno

como

actividad,

como

conformado por procesos compuestos y 146


simples

de

actos.

El

fenómeno

es

actividad.

Una de las distinciones, que pone en juego la fenomenología es entre el objeto de la percepción y el acto de la percepción. Husserl dice que hay que distinguir el sonido oído - el objeto de la percepción - y el oír el sonido - el acto de la percepción . Esta distinción permite comprender de qué fenómeno se trata o se ocupa la fenomenología; se ocupa del acto de la percepción;

es

decir,

del

fenómeno

configurado, conformado y construido por el acto de la percepción. El fenómeno como objeto de la percepción, en el caso del ejemplo dado, el sonido oído, queda como hecho empírico, que, si se quiere, corresponde a la física, así como a las ciencias naturales. Empero, sin llegar a 147


concebir el fenรณmeno restringido a solo los procesos relativos a la percepciรณn, sin olvidar que el fenรณmeno referencial forma parte del mundo efectivo, define el campo de

las

reflexiones

en

el

fenรณmeno

percibido.

Insistiendo sobre la interpretaciรณn de la diferencia entre objeto de la percepciรณn y acto de la percepciรณn, Husserl escribe:

La percepciรณn es para nosotros un plus que consiste en la vivencia misma, en su contenido descriptivo frente a la existencia bruta de sensaciรณn; es el carรกcter de acto que anima la sensaciรณn, por decirlo asรญ, y que hace por esencia que percibamos este o aquel objeto, por ejemplo, que veamos este รกrbol, oigamos aquel campanillazo, 148


aspiremos el aroma de las flores, etc. Las sensaciones, e igualmente los actos que las “aperciben”, son vividos, pero no aparecen objetivamente; no son vistos, ni oídos, ni percibidos con ningún “sentido”. Los objetos, por otra parte, aparecen; son percibidos, pero no son vividos. Es claro que excluimos el caso de la percepción adecuada25.

Los

objetos

son

percibidos,

pero

no

vividos; las sensaciones y los actos que las aperciben son vividos, empero, no se muestran objetivamente; el excedente consiste en la vivencia; en su contenido descriptivo

de

la

existencia

de

las

sensaciones. La vivencia es el carácter que

25

Ibídem.

149


anima

las

sensaciones.

DirĂ­amos,

el

conjunto de actos intervinientes otorga significaciĂłn y sentido a las sensaciones. En otras palabras, la fenomenologĂ­a no se ocupa del objeto percibido, sino del objeto sentido.

150


Contenidos y actos

Edmundo

Husserl,

remarcando

la

distinción entre objeto percibido y objeto sentido, situando el campo de reflexión y análisis de la fenomenología, distingue contenidos y actos; escribe:

No se puede encontrar nada más evidente que la distinción entre contenidos y actos, distinción que se pone de relieve aquí; y más especialmente, la distinción entre contenidos de la percepción, en el sentido de las sensaciones expositivas, y actos de percepción, en el sentido de la intención apercipiente, provista también de otros varios caracteres superpuestos; intención que constituye, en unidad con la sensación

151


apercibida, el pleno acto concreto de la percepción26.

Desde la perspectiva que compartimos, la de la complejidad, teniendo en cuenta que una de las vertientes reconocidas, en lo conformación

y

configuración

pensamiento

complejo,

fenomenología;

contando

del

es

la

entre

estas

vertientes a la arqueología de las teorías de sistemas, a la arqueología de las teorías nómadas y a la arqueología del marxismo crítico y la crítica del marxismo; nos interesa

enfocar

el

tratamiento

fenomenológico, en lo que respecta a contenidos y actos, entendiendo que los contenidos

corresponden

al

objeto

26

Edmund Husserl: Investigaciones lógicas II. Capítulo 2; Ob. Cit.

152


percibido,

en

corresponden

tanto al

que

objeto

los

sentido.

actos Esta

distinción, hecha por la fenomenología, es como el movimiento estratégico para su constitución como campo del saber de los fenómenos; pero, también, es la señal de que la fenomenología se retiene en los umbrales

de

la

episteme

compleja,

jaloneada por la herencia de la episteme moderna.

Cuando se dice que el objeto sentido es el fenómeno, que atiende la fenomenología, dejando para las ciencias el estudio del objeto percibido, es una taxativa renuncia a la complejidad, sinónimo de realidad efectiva. Como decíamos antes, si no se puede dejar suelta y aislada a la mente, en el análisis de sus dinámicas, pues quedarían sin sustento, como si fuesen 153


entidades sin mundo; tampoco se puede acortar la apertura a la vida, abreviada solo a las vivencias humanas; más aún, cuando el referente es solo el individuo, no la sociedad. La experiencia humana no puede comprenderse sino en la ecología, en la biodiversidad, en el mundo efectivo donde la vida crea y se recrea.

En los términos de la fenomenología, el objeto sentido no podría darse sin el objeto percibido, incluso dando como ejemplo a la fantasía, a la ficción, a la imaginación.

La

imaginación

produce

ficciones y fantasías cuando la experiencia vivida

se

sedimenta

en

las

estratificaciones de la memoria; es en la geología de la memoria de donde la imaginación obtiene la inspiración, las

154


formas de la inspiración de la ficción y fantasía.

En consecuencia, no puede comprenderse el fenómeno, sino en su integralidad, abarcando

la

simultanea

dinámica

de

la

compleja

vida,

en

y los

desenvolvimientos y despliegues de la potencia vital. No se crea que esta apertura difumina

a

la la

complejidad comprensión

ecológica y

el

entendimiento del fenómeno; el análisis del fenómeno, desde la perspectiva de la complejidad,

no

se

pierde

en

la

inmensidad y pluralidad ecológica; sino que, al enfocar el fenómeno en cuestión, lo visualiza en la articulación compleja y singular de la complejidad simultánea y sincronizada de la totalidad. El fenómeno adquiere

su

especificidad

en

la 155


combinación propia de la complejidad de la

percepción

y

de

la

vivencia.

La

característica propia del fenómeno, su singularidad, procesos,

la sus

singularidad

de

composiciones,

sus sus

dinámicas, en este caso, del sentido y del conocimiento, se presenta en la plenitud de su presencia en el mundo.

156


Inconsecuencias de la fenomenologĂ­a

157


¿Por qué hay representaciones? ¿Por el acto intencional, que convierte en objeto al referente? ¿O, mas bien, por el propio movimiento, dinámica y estructura del referente?

No

corresponden

preguntas

a

la

estas

repetición

del

esquematismo dualista que enfrenta a idealistas

y

materialistas.

Pues

la

fenomenología de Edmund Husserl ha conducido a la fenomenología materialista de Merleau Ponty. Esto no tiene nada que ver con la interpretación grosera de la relación de Karl Marx y Georg Wilhelm Friedrich

Hegel,

con

la

simple

interpretación de que Marx invierte la filosofía de Hegel; lo que estaba de cabeza, lo pone de pie. Pues ya la fenomenología de Husserl contiene una interpretación dinámica de la complejidad, que ya comprende las relaciones con los referentes, los objetos, las materias, que, 158


además de ser intencionales, no dejan de ser irradiadas por la presencia, por así decirlo, de los referentes. Es cierto que Husserl prefiere acotar la fenomenología en la actividad de la consciencia, en los actos intencionales, que, prácticamente, de acuerdo a su interpretación, inventan el objeto intencional, haciéndolo autónomo; es decir, independiente del referente. De tal forma, que concluye que el objeto intencional no le debe nada al objeto empírico.

¿Cómo puede suceder esto, que haya un objeto

intencional,

independiente

del

objeto

empírico?

Ciertamente,

se

entiende,

que,

al

tratarse

de

la

fenomenología de las representaciones, se puede acotar el campo fenomenológico a los límites de la consciencia, que toma en 159


cuenta al referente y a la experiencia, solo como

insumos

iniciales;

siendo

lo

fundamental, para la fenomenología, mas bien, la actividad de la consciencia. En términos

de

la

trascendental,

las

fenomenología condiciones

de

posibilidad de la consciencia pura. Sin embargo, a pesar de la ampulosa y minuciosa

exposición

de

esta

fenomenología de las representaciones, no parece

que

haya

sido

explicada

plenamente la dinámica compleja de las representaciones.

¿Cómo puede la consciencia pura, virgen, por así decirlo, no contaminada por la experiencia, ser la actora primordial del devenir de las representaciones? Si fuese así, estaríamos ante un formato primordial y

un

programa

fundamental,

que 160


condiciona e incorpora la experiencia, de acuerdo a los esquemas primordiales contenidos en el formato primordial; es decir, volviendo a Investigaciones lógicas I, sería la lógica pura, inscrita en el “alma humana”. Estaríamos ante un programa que funciona de acuerdo con las lógicas implícitas, haciendo que la fenomenología funcione de acuerdo a lo preestablecido.

De esta manera, la fenomenología ya estaría

dada,

solamente contacto

de

manera

esperaría con

desencadenar

la el

el

implícita;

momento

experiencia, programa,

del para

haciendo

funcionar el formato a priori. De esta manera,

a

pesar

de

los

avances

y

desplazamientos dados en Investigaciones lógicas II, Husserl mantiene amarres con lo expuesto en Investigaciones lógicas I; 161


es

decir,

avanzado

la

fenomenología,

a

la

complejidad

que

hacen

dinámicas

representaciones, comprenden

que

ha

de

las

a

las

dinámicas

actos,

que

intencionalidades,

objetivaciones, formación de sentido y representaciones,

como

procesos

complejos, se encuentra amarrada a las tesis

de

la

puridad

trascendentalismo

lógica

heredado,

y

del

que

se

asienta en la conjetura del a priori.

¿Sin la existencia del referente, es decir, del mundo efectivo, se puede dar el acto intencional de la consciencia? Sin este referente,

la

consciencia

estaría

suspendida en la nada; en esta situación, cómo puede generar representaciones. ¿Si bien, es cierto, que Husserl no niega la existencia del referente, entonces, por qué 162


lo ignora cuando tiene que desarrollar la fenomenología? Esto parece, mas bien, una inconsecuencia con la fenomenología. La

fenomenología

como

estudio

del

fenómeno no puede desentenderse del fenómeno en tanto relación empírica con el mundo efectivo. ¿Al hacerlo, al quedarse con la parte del fenómeno asumido por el acto intencional, al estar inmerso en los estratos de la consciencia, acaso sigue siendo un fenómeno? ¿No es, mas bien, una representación del fenómeno? Si es así, Husserl se habría movido en un círculo vicioso;

habría

comenzado

con

una

representación inicial, primera, como el mismo expone, y habría dado vueltas alrededor otorgándole

de

la

representación,

jerarquías

mayores,

composiciones más complejas, unidades más integrales. Exagerando, por razones ilustrativas y pedagógicas, esto no sería 163


una fenomenología, sino una circulación interminable

de

la

representación,

mutando en representación más compleja y más integral.

Por eso, como dijimos, en un principio, en los primeros ensayos sobre el tema, el proyecto

fenomenológico

fracasa.

En

cambio,

fenomenológico

de

de el

Merleau

Husserl proyecto Ponty

se

realiza; se logra, al conectar, en este caso, consciencia e inconsciencia, con el mundo efectivo,

a

través

del

cuerpo.

En

consecuencia, no solamente asistimos a una complejidad dinámica, que se mueve, por así decirlo, en tres dimensiones; la de la consciencia-inconsciencia, la del cuerpo o percepción, la del mundo efectivo. Este desplazamiento

epistemológico

de

Merleau Ponty, le permite explicar la 164


fenomenología de las representaciones, desde un más acá y más allá de las representaciones.

Esto

es,

desde

la

fenomenología de la percepción, que es una

fenomenología

compleja,

no

solamente al comprender la percepción como

un

acontecimiento

integral

de

sensaciones, imaginaciones y razón; en otras palabras, como vivencias corporales; sino también al abarcar la participación de la percepción, es decir, del cuerpo, en el mundo

efectivo;

al

muñirse

de

la

experiencia individual y de la experiencia social.

Las

representaciones,

entonces,

son

devenires de intuiciones de sentidos; en el mejor

de

los

casos,

de

sentidos

inmanentes. Sentidos que no son posibles sin la participación del cuerpo, sin la 165


dinámica compleja de la percepción, sin el arraigo en la experiencia individual y la experiencia social, sin la participación práctica

en

el

mundo

efectivo.

En

conclusión, la fenomenología recién se logra y realiza con Merleau Ponty.

En el capítulo 3, La materia del acto y la representación de base, Husserl escribe:

La

respuesta

conocido

más

principio

próxima que

la

da

Brentano

el ha

utilizado con otras cosas para definir sus “fenómenos

psíquicos”:

que

todo

fenómeno psíquico o - ateniéndonos a nuestra definición y terminología toda vivencia

intencional

o

es

una 166


representación, o tiene representaciones por base. Expuesto con más exactitud, el sentido de este notable principio es el siguiente:

En

todo

acto,

el

objeto

intencional es un objeto representado en un acto de representar; y si no se trata desde luego de un “mero” representar, hay siempre un representar entretejido con uno o varios actos más (o, mejor, caracteres

de

acto)

tan

íntima

y

peculiarmente, que por este medio el objeto representado se ofrece a la vez como juzgado, deseado, esperado, etc. Esta

multiplicidad

de

la

referencia

intencional no se verifica, pues, en un complejo

de

actos

sucesivos,

en

que

simultáneos el

objeto

o

estaría

presente intencionalmente de nuevo con cada acto, o sea, varias veces, sino en un acto rigurosamente unitario, en el cual un objeto único aparece una sola vez, pero 167


siendo en ésta su única presentación, meta de una intención compleja. Podemos exponer también el principio con otras palabras,

diciendo:

una

vivencia

intencional adquiere su referencia a un objeto porque en ella está presente una vivencia del representar, que le hace presente el objeto. El objeto no sería nada para la conciencia, si ésta no llevase a cabo un representar que es justamente el que hace de aquél un objeto y posibilita que sea también objeto de un sentir, de un apetecer, etc27.

27

Ver Investigaciones lógicas II; el Capítulo 3, el apartado § 23. La concepción de la materia como acto fundamentante de “mero representar”. 168


Seguidamente dice:

Estos nuevos caracteres intencionales no deben considerarse, claro está, como actos

plenos

independientes.

Son

inconcebibles, en efecto, sin el acto de representación objetivante, es decir, se hallan fundados en éste. Un objeto - o una situación objetiva - apetecidos, que no estén representados a una con y en el apetito, no sólo no se encuentran de hecho, sino que son el absolutamente inconcebible. Y así en todos los casos. Es ésta, por ende, una situación que puede formular la pretensión de aprioridad. El principio general, que la enuncia, es una ley esencial, que brilla con evidencia. Según ello, no debemos considerar, por ejemplo, la accesión del apetito a la representación fundamentante como la 169


accesión de algo que podría ser por sí lo que es aquí, y sobre todo que podría ser por sí una intención hacia un objeto; sino que

debemos

considerarlo

como

la

accesión de un factor r no-independiente, que

es

intencional

en

cuanto

tiene

efectivamente referencia a un objeto y sería

a

priori

referencia,

inconcebible

pero

que

sin

sólo

esta puede

desplegarla u obtenerla entretejiéndose íntimamente con una representación. Esta última es, en cambio, más que una mera cualidad de acto; en contraste con la cualidad apetitiva fundada en ella, puede existir muy bien por sí como una “mera” representación,

esto

es,

como

una

vivencia intencional concreta28.

28

Ibídem.

170


Esto de que la accesión de un factor r noindependiente referencia

a

tiene un

efectivamente

objeto,

que

sería

inconcebible sin esta referencia, pero que solo puede desplegarla entretejiéndose íntimamente con una representación, es tener en cuenta la referencia; empero, ésta solo es cuando es representación. Es decir, que el objeto empírico depende de la representación para existir como objeto intencional y experimentar, por así decirlo, la fenomenología de la representación. No estamos diciendo que la existencia del objeto

empírico

depende

de

la

representación; esto no es lo que asevera Husserl.

Sino

que

la

representación

integral o última del objeto intencional, se logra partiendo de una representación inicial

para

realizarse

en

una

representación final. ¿Puede ocurrir esto sin la presencia constante del objeto 171


empírico, sin su presencia permanente, sin la

experiencia

de

esta

materialidad

efectiva29? ¿Basta, como dice Husserl, la representación inicial, para seguir el curso de la representación, que se hace cada vez más

compleja

e

integral?

¿Cómo

corroborar esta afirmación?

Tendría

que

haberse

quedado

el

conocimiento del objeto en su primera fenomenología, sin cambiar el concepto sobre él; sin embargo, en la historia efectiva

de

los

conocimientos

y

los

saberes, no ocurre esto. Asistimos a desplazamientos conceptuales, a cambios de interpretaciones, hasta de enfoques, incluso de paradigmas, que explican, de distintas maneras, la existencia del objeto 29

Decimos materialidad efectiva porque Husserl supone una materialidad representada.

172


en cuestión. Esta historicidad, que niega Husserl, ya en Investigaciones lógicas I, da cuenta, más bien, de una experiencia cada vez más rica, de mayor acumulación, de donde emergen memorias y saberes, cada vez más agudos y complejos.

La experiencia del objeto es permanente, entonces, el objeto se encuentra en constante

devenir.

fenomenología dependiendo

en de

Genera

constante la

relación

una devenir, con

la

experiencia. Y obviamente, dependiendo de la puesta en juego de las reglas de las ciencias y los saberes. También de la consciencia-inconsciencia, que es afectada por la percepción corporal. Como dijimos, la experiencia, así como la conscienciainconsciencia, no pueden ser consideradas

173


solo

individualmente

sino

como

acontecimientos sociales.

La representación solo es posible en este entramado perceptual, corporal, individual y social, por lo tanto, mundano. Las representaciones tampoco son explicables sin los contextos culturales heredados; donde

las

alegorías

simbólicas,

los

símbolos, los signos, hacen como de substrato,

de

donde

se

da

lugar,

emergiendo, a la fenomenología de las metáforas. Figuras indispensables para otorgar visibilidad y decibilidad a los conceptos. ninguna

No

dejamos

manera,

la

de

lado,

de

cultura-mundo

moderna, que se ha globalizado; la cual también hace de substrato metafórico a las ciencias, a los saberes e “ideologías” modernas. Entonces, podríamos hablar de 174


una

fenomenología

de

las

representaciones mundializada; así como de

fenomenologías

de

las

representaciones correspondientes a las culturas también

concretas, hablar

todavía

de

propias;

fenomenologías

barrocas de las representaciones, cuando se da lugar al entramado intercultural y multicultural.

Volvemos

valorar

fenomenológico

de

el

método

Husserl.

Las

posibilidades desenvueltas y desplegadas por Merleau Ponty en fenomenología de la percepción, ya se encontraban latentes en la

fenomenología

trascendental

de

Husserl. La crítica que efectuamos, no se la

hace,

de

ninguna

manera,

para

desechar la fenomenología de Husserl,

175


sino para valorar y heredar el núcleo, por así decirlo, potencial que contiene.

Hay que situar el aporte de Husserl en el contexto histórico-político que le tocó vivir. El periodo del siglo XX que fue el escenario de la primera guerra mundial, la entre guerra, que fue el huevo de la serpiente, la incubación del nazismo30; por lo

tanto,

la

crisis

del

humanismo

y

30

La Universidad de Friburgo lo nombró profesor emérito, honor del que fue desposeído el 14 de abril de 1933, aplicándosele el decreto antisemita determinado por los nazis. Siendo Husserl judío, se le prohibió el acceso a la biblioteca de la Universidad de Friburgo; en cumplimento de las leyes de "limpieza racial", elaboradas y promulgadas por el partido nacional-socialista. Lo sorprendente es que las mismas fueron aplicadas por Martin Heidegger, rector de la universidad y discípulo de Husserl. Heidegger eliminó la dedicatoria a Husserl de su libro Se y tiempo, cuando la reeditó el año 1941. Edmund Husserl murió de pleuresía en abril de 1938.

176


civilizatoria. No es pues, un capricho personal o una apuesta lógica, el haberse inclinado por redituar y recuperar la razón pura, en contra, incluso de lo propuesto por Emanuel Kant en la Crítica de la razón pura. Es una decisión, por así decirlo, recordando el libro de La diferencia de Jean-Françoise

Lyotard,

política.

Oponiéndose a la decadencia, por así decirlo, para ilustrar, irracionalista de nazismo y fascismo campantes.

Estamos muy lejos de juzgar, de hacer de jueces de la filosofía, en este caso de Husserl. Lo que hacemos es asumir la herencia como corresponde, con el filtro de la actualidad, haciéndola útil, en la conformación del pensamiento complejo.

177


Apuntes para una fenomenologĂ­a compleja HipĂłtesis prospectivas para una fenomenologĂ­a compleja

178


A modo de presentación

El presente ensayo, Apuntes para una fenomenología compleja, es un boceto, quizás,

mejor

dicho,

son

trazos

hipotéticos. Recogiendo la herencia de la fenomenología trascendental de Edmund Husserl y la fenomenología corporal, la fenomenología

perceptual,

de

Merleau

Ponty. En la forma adecuada como se puede

heredar

estos

instrumentos

teóricos, analíticos y complejos; es decir, hacerlos presentes con el filtro de la actualidad.

Son considerados como vertientes, entre el grupo de vertientes, que anuncian el pensamiento complejo. Si Merleau Ponty transformó

la

fenomenología 179


trascendental en fenomenología de la percepción,

nosotros

pretendemos

encaminar una de las composiciones, articuladas e integradas, del pensamiento complejo, como fenomenología compleja. Entonces, el contenido de este ensayo es sugerir hipótesis prospectivas, que sirvan como andamiajes, en la conformación y configuración

de

la

fenomenología

compleja. Se trata de primeros pasos, titubeantes, tambaleantes, como las de un niño que aprende a caminar.

Creemos que es una buena tarea el ir sugiriendo piezas que puedan servir en el armado del pensamiento complejo. Que puedan servir depende de su pertinencia y su aporte; esto no se da de antemano. Depende

de

la

sincronización

del

pensamiento complejo. Por lo tanto, puede 180


que sirvan, puede que no sirvan. Sin embargo, es importante participar en la puesta

en

mesa

de

la

construcciรณn

colectiva del pensamiento complejo.

181


Fenomenología compleja

1. La relación entre la imaginación y la percepción;

la

relación

de

la

percepción, es decir, el cuerpo, con el mundo efectivo, es inmediata. No hay sucesión; por ejemplo, que al estar en el mundo y percibirlo, la percepción experimente

una

transformación,

desde las primeras imágenes a las imágenes más complejas e integradas. El mundo efectivo no se retira para que, después de ser percibido, el cuerpo solitario

pueda

transformación

producir de

la las

representaciones, hasta llegar a las esencias del mundo. El mundo efectivo jamás se retira; si esto ocurriera, hipotéticamente, el cuerpo perceptor se

182


hundiría

en

el

abismo,

sin

poder

percibir nada. 2. No es posible separar nada, salvo analíticamente, analíticas

al

modo

desarrolladas

modernidad;

es

de

las

en

la decir,

imaginariamente. No es posible separar al cuerpo del mundo, al cual pertenece y en el cual participa. No es posible separar vital;

se

percepción dan

de

experiencia

inmediatamente.

La

separación es abstracta, dada, por razones de método, en las ciencias modernas. Si se separaran, no habría ni percepción ni experiencia. No se puede separar percepción de imaginación; imaginación que, más bien, forma parte de

la

percepción,

que

integra

sensación, imaginación y razón. Por lo tanto, no se puede separar imaginación 183


de sensación; tampoco de la actividad de razonar. La imagen no es una mera figura, es una figura con significado, significado que es conformado por las sensaciones, que le otorgan cierto espesor, por así decirlo, Significado

que

es

sensitivo. transferido

culturalmente, por el entorno cultural. La

sociedad

participa

en

la

transferencia de sentido. Todo esto se da inmediatamente, como integración de distintos planos y espesores de intensidad.

3. Pero,

qué

o

quién

logra

esta

integración, también la experimenta, incluso

independientemente

de

su

voluntad. Diremos el cuerpo. Es el cuerpo

el

complejo

sistema

autopoiético - utilizando un concepto 184


conocido, como metáfora -, el que actúa, abarcando los múltiples actos conjugados,

logrando

integrar

las

vivencias como si fueran una única vivencia. 4. ¿Cómo ocurre esto? Todos los sistemas autopoiéticos interpretar,

son

capaces

además

de

de captar

información y decodificarla. Además de iniciar sus operaciones de clausura, de reproducirse, de constituir sus propias condiciones iniciales de ser. Todas estas capacidades son inherentes a los sistemas

autopoiéticos.

Conllevan

estas capacidades en sus genes, que son los programas inmanentes inscritos en los cuerpos de las especies. Este saber,

el

saber

genético,

esta

composición informática del gen, es atributo propio de la vida. Es algo 185


innato a la vida. No es, de ninguna manera, un a priori, sino una herencia. El saber genético solo se ha podido dar por

acumulación

clasificación

y

de

información,

organización

de

la

información; además de la capacidad de retener la información; además de codificar la información. memoria

e

programando

Y con esta

interpretación, y

actuar,

proyectando

el

programa genético.

5. Lo hace creando y recreando cuerpos. Ahora bien, ¿cómo puede acontecer esto

si

prácticamente

la

memoria

genética es virtual? Se puede aceptar que la memoria genética es virtual, hipotéticamente y provisionalmente; empero, esta virtualidad tiene que fijarse

en

algo.

Este

algo

son 186


composiciones macromoleculares; es decir, una materialidad ínfima, que, a su vez, supone relaciones energéticas y químicas,

además

moleculares.

de

asociaciones

Una dimensión de la

materia, no visible en los cuerpos molares. En otras palabras, la materia molar, supone la materia molecular y la materia molecular supone la materia atómica; la materia atómica supone la materia

de

las

partículas

infinitesimales, que también se asocian y se relacionan energéticamente. En consecuencia,

tampoco

se

puede

separar virtualidad de materialidad, comprendiendo dimensiones.

todas Como

no

estas se

puede

separar lo genético de los cuerpos, conforman

no

solamente

tejidos

complejos, sino también vínculos y

187


relaciones

complejas,

en

distintas

escalas. 6. No son pues a priori las condiciones de posibilidad mentadas, sino sincronía de la complejidad en su simultaneidad dinámica e integradora. Usando un concepto no adecuado, pero conocido en la lógica, las matemáticas, las ciencias y la filosofía, diremos que es la totalidad

misma

condición múltiple

de y

la

que

posibilidad. plural,

movimiento,

en

hace

de

Totalidad constante

composiciones,

descomposiciones y recomposiciones múltiples,

comprendiendo

singularidades, misma

una

siendo

la

singularidad

plurales totalidad compleja,

integral y sincronizadora.

188


7. Esto no quiere decir que todo se pierde en la totalidad, sino que la totalidad es posible

por

la

dinámica

de

la

multiplicidad de singularidades. A su vez

las

singularidades,

cada

singularidad, en distintas escalas, es posible por la sincronización de la totalidad. 8. Volviendo

al

tema

del

sentido,

simbolización,

la

expresión,

representación

la

significación, y

la la la

conceptualización, no son posibles sino en la sincronía de la totalidad. 9. Ahora bien, un cuerpo singular, único, inmerso en la totalidad, intuye el sentido inmanente de lo que absorbe la experiencia. Llamemos a esto que absorbe, recorte de realidad o, si se quiere,

entorno.

Intuye

el

sentido 189


inmanente porque forma parte no solo del mundo, sino, concretamente, de este

recorte

de

realidad,

de

este

entorno. Lo vive.

10.

No se puede separar, entonces,

usando

las

palabras

de

la

fenomenología de Husserl, referente, objeto

empírico,

objeto

objeto

intencional,

representado,

percibido, objeto

objeto

concebido

conceptualmente. Todos estos objetos forman parte de una totalidad objetiva, totalidad que integra el objeto empírico y el objeto representado, el objeto intencional y el objeto conceptual, el objeto de la percepción y el objeto representado. inadecuados

Usando del

los

términos

esquematismo

dualista, por razones de exposición e 190


ilustración, se podría decir que, tanto el

objeto

externo

como

el

objeto

interno, tanto el objeto, no solamente percibido sino también afectante, así como

la

sensación,

imaginación,

racionalización del objeto, vividos por el cuerpo,

conforman

una

unidad

dinámica, si se quiere paradójica. 11.

Solo

así,

se

explicación

puede

tener

una

de

las

compleja

representaciones. Que son singulares en cada uno, así como son compartidas socialmente por grupos, comunidades, colectivos,

estratificaciones

Representaciones

sociales.

efectivas

y

singulares en cada uno; empero, al ser compartidas socialmente, adquieren el carácter de acuerdos, incluso, hábitos, costumbres

y

habitus.

¿Son

estas

representaciones? ¿O, mas bien, las 191


que

hemos

denominado

representaciones singulares no lo son? Pues la representación como tal, es, mas bien, constructo social. ¿Qué sería entonces

la

representación propia,

denominada

singular?

individual,

interpretada,

¿Vivencia

asumida

usando

representaciones

e las

sociales?

Aquí

se

cruzarían indisolublemente lo individual y lo social.

12.

Esto

implica

que

no

se

puede

separar lo individual de lo social. Ambos se

dan

de

manera

inmediata

y

entrelazada, a pesar de que mantengan sus diferencias. En otras palabras, el individuo se asume como individuo socialmente.

El

individuo

es

un

constructo social, así como la sociedad 192


es el efecto masivo de las dinámicas de las singularidades individualizadas. 13.

La

sociedad

comunidad

es

es

sociedad,

comunidad,

la los

colectivos son colectivos, los grupos son grupos, porque se comunican. Lo han

hecho

siempre,

desde

sus

nacimientos.

14.

Toda

comunicación

supone

símbolos, signos, alegorías simbólicas, armaduras

culturales,

representaciones, narrativas prácticas o discursivas. 15.

¿Esto quiere decir que siempre hubo

símbolos, mitos,

signos,

narrativas?

representaciones, Daremos

dos

respuestas hipotéticas. Una, se puede 193


decir que sí; lo que pasa es que los símbolos,

signos,

mitos

narrativas,

y

representaciones, han

cambiando,

venido

mutando,

transformándose,

debido

a

la

ampliación y complejidad de la misma experiencia. Además de que se han configurado y conformado en variadas culturas. La segunda, se puede decir también que no; entonces, se puede suponer procesos formativos de los símbolos,

los

representaciones,

signos, los

mitos

las y

las

narrativas. Esto querría decir que no había símbolos ni signos, sino en forma latente, como posibilidad. ¿En todos los cuerpos? Se puede conjeturar que sí, en los cuerpos biológicos. ¿Pero, qué pasa en los cuerpos no biológicos? En Más acá y más allá de la mirada humana nos atrevimos a proponer la 194


hipótesis prospectiva que la materia es vida, solo que en distintas formas de vida. Para decirlo rápidamente, en las distintas formas de neguentropía y de entropía, la paradoja existencial. El argumento fue el siguiente: No hay nada en el ser humano que no se encuentre en el universo o pluriverso, en distintas escalas, aunque sea de manera implícita, inmanente, latente, como posibilidad. 16.

Sin

abrirnos

temporalidad, temporal,

a

al

planos

intensidad,

la

extensión-

tejido y

espacio-

espesores

del

de

pluriverso,

comprendiendo todas sus dimensiones, las cuatro desplegadas y las siete plegadas; quedándonos con la vida, en sentido

restringido,

en

sentido

biológico; podemos decir que no hay 195


nada en el genoma humano que no esté implícito en el genoma LUCA - Last Universal Common Ancestor, en inglés, Último Ancestro Universal Común, en castellano -, el responsable de las formas de vida en la Tierra. 17.

Desde

la

complejidad,

perspectiva la

de

la

fenomenología

compleja radica ya no solamente en el cuerpo, que se relaciona con el mundo, como

en

la

fenomenología

de

la

percepción, sino en la ecología misma, en el entramado de los ecosistemas y nichos ecológicos. 18.

En esta fenomenología ecológica se

interpretan las representaciones en los contextos

enrevesados

comunicaciones codifican

y

de

corporales, decodifican;

las que

primero, 196


químicamente,

de

acuerdo

con

la

semiótica química molecular de los genomas; después, como memorias sensibles, que es la definición de la vida por

parte

de

la

biología

contemporánea. No se puede descartar la

comunicación

por

marcas,

por

señales, por visibilidades del paisaje, por gustos de los olores, sabores, climas. Esto implica una semiótica de huellas inscritas en el Oikos, así como en la memoria corporal. En el caso del ser

humano,

hablamos

de

una

semiótica lingüística, que tiene como actividad transversal, como pragmática lingüística, a los usos del lenguaje. Emile Benveniste decía que el humano nace en el lenguaje y desde el lenguaje nombra el mundo.

197


19.

¿Entonces, nacemos en sistemas de

representaciones, para decirlo de esta manera,

manteniendo

perfiles

de

comparación? Lo que le daría razón a Husserl, solo que, desde la perspectiva de

la

fenomenología

ecológica,

no

desde el enfoque de la fenomenología trascendental. 20.

Sin

embargo,

no

habría

que

apresurarse. Lo de Benveniste es dicho de

manera

hincapié

ilustrativa,

en

el

haciendo

acontecimiento

lingüístico. A Benveniste no se le ocurrió que el lenguaje es primero, después, el mundo nombrado, por medio

de

los

señalamientos

del

humano. Sino que no deja de tener en cuenta la simultaneidad de mundo, del ser humano, del lenguaje. Entonces, tendríamos

que

decir,

también 198


figurativamente, que nacemos en la complejidad y desde la complejidad percibimos

la

complejidad,

en

sus

distintas tonalidades, en sus distintas formas,

en

sus

diferentes

singularidades. 21.

En

consecuencia,

representaciones

las

aparecen

como

intersección singular de los planos y espesores

de

intensidad

de

la

complejidad. Intersección singular que es vivida como fenomenología de la percepción,

que

inmanente,

que

substrato

de

símbolos,

las

intuye

el

elabora,

esta

sentido en

el

intuición,

los

significaciones,

las

expresiones, las representaciones. Con ellos despliega interpretaciones como tramas y narrativas.

199


22.

Esta singularidad representativa de

la complejidad no es, de ninguna manera,

independiente

de

la

complejidad integral de la totalidad, en este

caso,

ecológica,

de

la

biodiversidad. Sino que supone y se sostiene en la sincronía integral de la simultaneidad dinámica. 23.

Este enfoque, desde la perspectiva

de la complejidad, no disemina, de ninguna manera, las peculiaridades, así como las dinámicas propias, de la fenomenología de las representaciones. Al

contrario,

las

considera

en

la

singularidad fenomenológica de sus desenvolvimientos. A diferencia de la fenomenología

trascendental,

no

separa analíticamente la articulación integral de su propia complejidad.

200


24.

Entonces, se trata de analizar, desde

la

complejidad

integral,

la

fenomenología de las representaciones, comprendiendo

sus

dinámicas

paradójicas y conectadas a la totalidad compleja de la simultaneidad dinámica. 25.

Se

trata

compleja,

de que

sincrónicamente,

una

fenomenología se

desarrolla

articulando

e

integrando, no separando; analizando los

funcionamientos

representaciones

en

de el

las Oikos

biodiverso, en el mundo efectivo, en el tejido

espaciotemporal-territorial-

social, donde anida el ser humano.

201


Materia, cualidad y representaciรณn

202


Materia es una palabra, también es una representación, así como es concepto. Si se quiere, ampliando el panorama, es palabra que se abre a su polisemia; hay variadas representaciones de la materia; hay

varios

conceptos

de

la

materia,

dependiendo de la formación discursiva que

la

enuncia.

Ninguna

de

estas

expresiones es materia o, mejor dicho, la materia a la que se refieren. La materia está

más

acá

pronunciaciones, representaciones,

y

más

allá

de

estas

escrituras, conceptos.

Los

discursos hablan de la materia; pero, no son la materia de la que hablan, por más que hablen de ella, por más que crean, que al hacerlo, la encantan y atrapan su corazón. Este es el antojo de los discursos y de las representaciones de los filósofos. Solo retienen imágenes, que han podido obtener de ella, la materia. Ocurre como 203


el astrónomo que tiene la fotografía de una galaxia; empero, no está en esa galaxia, salvo sea la Vía Láctea. O el enamorado platónico que tiene la fotografía de la que desea o ama, empero, no la tiene, sino solo su imagen, con la que sueña. Los astrónomos saben que de lo que se trata no es solo contar con la fotografía de la galaxia, sino de estudiarla, contando con muchas fotografías, otros instrumentos, otras captaciones, como de resonancias o composiciones materiales y energéticas. Lo que nos muestra que no se trata solamente de la primera imagen asumida, como considera Edmund Husserl. También sabe que se trata de llegar a algún planeta adecuado, acceder a él, estar en el planeta, conociéndolo en la aproximación mayor, que es ser parte del planeta. En cambio, a diferencia del astrónomo, el filósofo se contenta con la imagen retenida 204


del objeto o campos de objetos, creyendo que con ésta basta, para conocer el objeto o el campo de objetos. Con la imagen vive como un sueño, dándole vida a la imagen, la que cambia, muta, se transforma, de acuerdo con la inspiración imaginaria.

Esta es la diferencia radical y absoluta, por así decirlo, entre inventarse una materia, hecha

como

colaje

de

retazos

de

imágenes, recolectadas, y la existencia de la

materia.

Retomando

un

concepto

fundamental en la fenomenología, para llegar a la materia es indispensable vivirla; de este modo se la conoce. Sin embargo, cuando la fenomenología llega a esta lucidez, ocurre como si se asustara ante el contacto sensible con la materia, ante la posibilidad de la vivencia de la materia, y retrocede a los prejuicios de la filosofía, 205


que cree que basta la razón abstracta, es decir, una razón fantasma, separada de la percepción y el cuerpo, para conocer la materia. El empirismo no va más lejos que el racionalismo; reduce la experiencia a la representación,

ni

siquiera

de

la

experiencia, sino de experimentaciones controladas con fragmentos aislados de recortes

de

realidad,

fragmentos,

que

recortes, ya

no

peor, están

efectivamente en el mundo, sino en el laboratorio.

Entonces,

el

empirismo

también se queda con representaciones, conectadas por hipótesis casualistas; algo parecido, aunque de otra manera, de lo que ocurre con el racionalismo. Unos creen que

han

encontrado

generalizables,

que

regularidades

consideran

leyes;

otros creen que han hallado las esencias, al haber vaciado de contenido a las

206


representaciones iniciales, que todavía estaban contaminadas por la experiencia.

Lo

llamativo

y

sorprendente

es

que

empiristas y racionalistas, que son parte del mundo efectivo, de los entramados vitales

de

los

ecosistemas,

que

son

cuerpos, entonces materia, consideran como

lugar

de

reflexión,

análisis

y

locución, un lugar fuera de la materia, fuera de la experiencia, fuera del mundo efectivo. ¿Qué podríamos llamar a este comportamiento?

¿Extrañamiento?

¿Enajenación? ¿Anulación de su condición efectiva para conocer? Sustituyéndola por una condición insostenible, que no se encuentra en ninguna parte. Es extraño este comportamiento. ¿Cómo explicarlo? Empero, no nos vamos a detener en estas conductas

y

comportamientos

de 207


suspensión. Nos interesa seguir con las anotaciones de estas anecdóticas escenas, que adquieren notoriedad y relevancia por la coacción e inducción de las mallas institucionales del poder, que adquieren múltiples formas de dominación. Nos interesa detenernos en la exposición fenomenológica

de

Husserl

sobre

las

distinciones que hace de materia, cualidad y representación.

En el capítulo sobre

Materia del acto y representación, en el apartado

sobre

La

concepción

de

la

materia como acto fundamentante de “mero representar”, Husserl escribe:

Únicamente la circunstancia de que las esencias intencionales de todos los demás actos sean complejas, de tal suerte, que 208


encierran necesariamente en su seno como

parte

integrante

una

esencia

representativa, es lo que justifica el hablar ahora de la distinción entre la cualidad y la materia;

distinción

en

la

cual

se

entendería bajo este último título esta necesaria

esencia

fundamentante. desaparecería

representativa

Justamente la

distinción

por toda,

esa al

tratarse de actos simples, los cuales serían eo ipso meras representaciones. Debería decirse, pues, también: la distinción entre la cualidad y la materia no designa una distinción

entre

géneros

radicalmente

distintos de momentos abstractos de los actos. Consideradas en sí y por sí, las materias

no

“cualidades”,

son

nada

esto

es,

más

que

cualidades

representativas. Lo que hemos llamado esencia

intencional

de

los

actos

es

justamente todo lo cualitativo en ellos; 209


esto es, en efecto, lo esencial en ellos frente a lo accidentalmente mudable31.

¿Qué quiere decir las materias no son nada más que “cualidades”, esto es, cualidades representativas? Si bien se puede aceptar que,

una

vez

percibida

la

materia,

convertida en objeto de la percepción; luego o sucesivamente, de manera casi inmediata, en objeto intencional, para ser compuesto

por

significaciones,

expresiones y representaciones; lo que no se puede sostener es que la materia sea cualidad

representativa

o

cualidad

31

Ver de Edmund Husserl Investigaciones lógicas II. Capítulo 3, Materia del acto y representación; apartado 23, La concepción de la materia como acto fundamentante de “mero representar”.

210


representada.

Es

consistentemente representación

difícil

de o

hablar

materia materia

de en

la la

representación; la representación no tiene materia;

la

materia

acontecimiento,

para

pertenece distinguirlo

al del

fenómeno, del que habla Husserl. En todo caso el objeto intencional emerge del contacto y la relación del cuerpo con la materia del acontecimiento. ¿Por qué llamar entonces a la materia cualidad representativa?

¿Por

qué

reducir

la

materia a la representación sin materia? O, si se quiere, matizando la pregunta, ¿por qué reducir la materia a la cualidad?

Aquí se encuentra la cuestión o el quid de la

cuestión,

lo

que

diferencia

a

la

fenomenología de la percepción de la fenomenología trascendental. ¿Por qué la 211


materia efectiva, que aparece, en el discurso de Husserl, podríamos decir, como innombrable, como alteridad al mundo de las representaciones, tiene que ser nombrada cuando se la reduce a la cualidad como representación? ¿Qué tiene la materia para ser descartada, de esta manera, por la filosofía?

Interpretando, podemos decir que para la filosofía, que se afinca en el mundo de las representaciones, la materia efectiva es una

alteridad

a

este

mundo

de

las

representaciones, una anomalía salvaje; lo

irreductible

especulativo.

Por

al eso,

pensamiento es

menester

capturarlo, aunque sea su fantasma a quien se captura, su perfil dibujado, sus cualidades,

que

funcionan

como

representaciones de características de la 212


materia captadas. Solo se puede trabajar con la “materia”, una vez capturada; una vez que se tiene atrapado a su fantasma. De esta manera, se puede seccionar el cuerpo

incorpóreo

del

fantasma.

La

filosofía trabaja con fantasmas; aunque no solo la filosofía, sino también las ciencias sociales y las ciencias humanas; además de la “ideología”. La filosofía no analiza el mundo efectivo sino su fantasía, el hábitat de los fantasmas. Y esto lo hacen no solamente los señalados como idealistas, sino

también,

sorprendentemente,

autodenominados

materialistas.

los La

diferencia entre ambos campos teóricos encontrados de la filosofía, radica en que unos se inclinan por los fantasmas más gruesos, que más se parecen o conllevan las

cualidades

representativas

de

la

materia; mientras que los otros se inclinan por los fantasmas más lánguidos, que 213


parecen

expresar

mejor

las

esencias

buscadas, como se busca en la alquimia la piedra

filosofal.

atrapados

en

Pero, el

ambos

mundo

de

están las

representaciones, ambos han abandonado el mundo efectivo. Ambos se pelean por la verdad de sus representaciones o sus narraciones.

El mundo efectivo no es un problema de representaciones, sino de dinámicas de conversiones de energía en materia y viceversa, en determinadas condiciones dadas. Es un problema relativo a las fuerzas fundamentales del universo o el pluriverso, de la asociación de partículas infinitesimales, de cuerdas que se acoplan y forman macro-cuerdas y membranas. El conocimiento, en este caso humano, no puede explicarse recurriendo solo a las 214


representaciones, a la fenomenología de las representaciones; de aquí no se sacaría nada

que

explique

conocimiento.

El

la

formación

conocimiento

del se

constituye en la experiencia y la vivencia, que conecta los cuerpos con el mundo efectivo y al mundo efectivo con los cuerpos, haciendo que las relaciones con este

mundo

efectivo

se

amplíen

y

complejicen. Para decirlo, de una manera sintética, que las relaciones con el mundo efectivo devengan fenomenologías.

La materia es acontecimiento existencial del universo o pluriverso; el conocimiento es acontecimiento vivencial, inmerso en el acontecimiento

existencial.

Se

conoce

porque se vive la materia, porque se es materia, en una de sus formas, por cierto, como composiciones complejas, además 215


en constante devenir. Un ejemplo, se puede

considerar

que

la

percepción

también corresponde a la transformación de la materia efectiva en energía que la percepción,

el

cuerpo,

convierte

en

fenomenología de la percepción; por lo tanto,

en

representaciones.

El

conocimiento no es representación; esto sería como plegar el pluriverso de once dimensiones – el cálculo matemático de la teoría de las cuerdas - a un universo de solo dos dimensiones – el plegamiento -. No sería otra cosa que un universo plegado al plano; con la diferencia de que en la teoría de las cuerdas las dimensiones plegadas conservan las propiedades, en escalas menores. Sin embargo, cuando la filosofía

pliega,

imaginariamente,

la

complejidad del mundo efectivo, la vacía de

contenidos,

dejando

a

su

representación vacía; de tal manera, que 216


ya no conserva las propiedades del mundo efectivo, sino que las sustituye por otras “propiedades”, las de la puridad de las esencias. El conocimiento, al ser devenir, conocimiento del devenir percepción, se edifica en el substrato de la intuición perceptual, que intuye la totalidad y la situación de lo que se conoce en la totalidad, así como la situación del que conoce en la totalidad.

Las teorías del conocimiento de la filosofía parecen dibujos animados ante y en comparación

con

la

complejidad

fenomenológica del conocimiento. Cuando decimos que Husserl clausura el ciclo de la filosofía moderna, lo decíamos con, por lo menos,

dos

connotaciones;

una,

que

Edmund Husserl lleva al extremo las consecuencias abiertas por las críticas 217


trascendentales de Emmanuel Kant; otra, porque al colocarse en los límites de la episteme moderna y en los umbrales de la episteme compleja,

inaugura recorridos

hacia la post-filosofía, que ya forma parte de la episteme compleja; esto es, la fenomenología como nuevo campo de saber, el saber de los fenómenos.

La

teoría

del

conocimiento

de

la

fenomenología trascendental no es un plegamiento en dos dimensiones, sino la comprensión de la complejidad de la vida y

sus

avatares,

complejidad

por

explorada

así

decirlo;

desde

la

perspectiva de la fenomenología. Este es el desplazamiento intrépido y a la vez riguroso de Husserl; aunque lo haya expuesto,

primero,

como

lógica

pura

ampliada, convertida en epistemología; 218


después,

como

fenomenología

trascendental, que ya no es epistemología, sino un saber complejo de los fenómenos. Parece que nuestra tarea es heredar la fenomenología, retomarla, recuperándola; rescatarla de las marañas de mallas metafísicas, que tratan de atraparla y retenerla; mallas o redes de captura de las instituciones del saber fosilizado, el de la filosofía;

carga

pesada,

heredada

también; herencia dejada por la episteme moderna y por la filosofía moderna.

219


220


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