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dEnarios dE Plata

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Mis recuerdos en el encuentro

Intentaré reflejar de una manera un tanto sistemática mis vivencias y anécdotas en el paso del Encuentro en el Camino del Calvario de nuestra Real y Venerable Cofradía desde su fundación hasta mi marcha para crear el Paso de San Juan. fácil, muchos fueron los retos a los que nos enfrentamos, uno de ellos, quizás el más importante, fue depositar anticipadamente una cantidad como garantía de que la futura Hermandad contara con al menos diez cofrades por fila.

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En el año 1994 fui citado por el entonces Regidor Mayor de la Cofradía D. José Isidro Salas, a una reunión en los bajos parroquiales, compartidos entonces con la Cofradía, sitos en la calle Segado del Olmo. A dicha reunión, asistimos un grupo heterogéneo formado tanto por cofrades y mayordomos ya integrantes de la misma, como personas interesadas en ser nuevos miembros, muchos de los asistentes posteriormente se hicieron mayordomos, procesionando como estantes. José Isidro nos presentó un ambicioso a la vez que ilusionante proyecto que de inmediato nos cautivó, movidos por las ganas de contribuir a engrandecer nuestra querida Semana Santa con el nuevo Trono y Hermandad. De aquella primera reunión, casi más un pensamiento que un proyecto efectivo, surgió el germen del actual Paso. Poco a poco se fue perfilando el proyecto, y así, en menos de lo esperado contábamos con bocetos que presentar a la por aquel entonces Junta Gestora para que dieran luz verde a nuestras ilusiones. El camino no fue

Tras la aprobación del trono, comenzaron a perfilarse los roles, se nombró Tesorero, dos cabos de Andas Ayudantes entre los que me incluía, estantes tanto titulares como reservas y se asignaron los puestos. Una de las labores que se me asignó como

Cabo de Andas Ayudante fue la de acompañar a José Isidro en todas las gestiones y visitas necesarias para sacar a las calles de Murcia nuestro Paso, abaratando costes y buscando todos los enseres necesarios a tal fin, almohadillas, tulipas, estantes, etc. He de destacar la inestimable ayuda durante este proceso de un gran nazareno y amigo, D. Antonio Gambín, siempre acompañándome.

Muchas fueron las idas y venidas tanto a casa del escultor D. Gregorio FernándezHenarejos viendo como tomaban forma las imágenes del Cristo de la Humildad, un Cristo arrodillado más que caído de extraordinaria belleza, cuya cara aún hoy me inspira paz y de la Santa Mujer Verónica. Como al tronista D. Manuel Ángel Lorente, importante fue el trabajo y extraordinaria la genialidad empleada para restaurar, aligerar y transformar el trono adquirido por su idoneidad, tanto en dimensiones como en riqueza artística de su tallaje a la Cofradía de la Esperanza. Años después y ya como broche de oro a esta gran aportación artística del conjunto, nuestro cofrade D. Antonio Balibrea donó un magnífico paño para la Santa Mujer Verónica.

Y entre todo ese trasiego, de manera inesperada para mí, una nueva vida se desarrollaba casi en paralelo a los avances del trono, mi hijo Jesús nació para completar mi familia y ampliar la del Encuentro, enseñándome que por joven que sea una Hermandad está siempre viva y en continuo crecimiento. Y es que este Paso no sólo ha supuesto para mí una experiencia nazarena única, sino un aprendizaje personal y de vida.

Fue en la Semana Santa de 1996 cuando por fin el paso del Encuentro salió a la calle, no soy capaz de describir la sensación que me causó el escuchar aquellos primeros golpes del bastón de mando y ver el rostro de mis compañeros al procesionar por vez primera, solo por eso mereció la pena todo el esfuerzo realizado. Recuerdo a todos y a cada uno de ellos, compañeros estantes del paso del Encuentro en el período 1994-2001, a los compañeros que pasaron del paso El Encuentro al paso de San Juan con el permiso de José Isidro, a los compañeros integrantes de San Juan que en el año 2000 procesionaron en el Encuentro, a los estantes menores del Paso, tan necesarios para el relevo generacional y muy especialmente a los compañeros fallecidos D. Francisco Prudencio Andreo y D. Antonio Cárceles, personas muy comprometidas con el paso El Encuentro, disciplinadas, generosas, sencillas, empáticas y afables (D. E. P.).

Aprovecho la oportunidad que me brinda este medio, para agradecerle a mi compañero José Isidro su ayuda y apoyo durante la fundación del paso de San Juan, él, no sólo acogió y permitió que integrantes del futuro trono procesionaran en el Encuentro para adquirir experiencia de cara a la salida procesional de San Juan; sino que también apoyó mi proyecto ante la Junta de Gobierno de la Cofradía. En parte, por ello, y por los momentos y experiencias vividas como Cabo de Andas Ayudante del Encuentro, en el acto de bendición del paso de San Juan, le entregué el bastón de mando que llevaba a tal efecto y que aún se encuentra en uso. En cierta manera, me alegra pensar que con él una parte de mí acompaña al paso del Encuentro durante el Viernes de Dolores.

Francisco Lázaro Nicolás

Mayordomo-Cabo de Andas de San Juan.

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