Ser del Refugio...

Lorenzo Tomás Gabarrón

Quiero comenzar agradeciendo la oportunidadquemiqueridaCofradía del Santísimo Cristo del Refugio me brindaparapoderrealizarestabrevereflexión, este “pensar en voz alta”, sobre una pregunta que llevo tiempo en la cabeza… ¿Qué es ser del Refugio? Es probable que yo sea la persona menos indicada para tratar esta cuestión, si, queridos amigos, yo que nunca he visto al Cristo del Refugio pasear por las calles de Murcia sobrecogidas bajo el silencio de la noche, ¿Como puedo yo siquiera plantearme ser del Refugio?, pues durante esta reflexión me he dado cuenta de que yo era del Refugio muchoantesdeyosaberlo…

Sin duda es difícil de explicar... como contarles que mis pasos, siempre que alcanzan la esquina de la calle de Correos, se dirigen al templo de San Lorenzo, que algo me hace sentarme, alzar los ojos y postrarme ante nuestro Señor, como explicar lo que no se explica con palabras sino con silencios…ay silencio, bello termino asociado a esta tan querida cofradía. Como contarles que esto me sucede hace décadas, mucho antes de ser presidente de la Junta Municipal y haber podido compartir tantos momentos en estos últimos años con esta familia cofrade…quizá la explicación sea precisamente esa, el silencio, lo que no se puede explicar solo se puede sentir y disfrutar. Porque el Refugio es sin duda Silencio,perosonmuchasmáscosas…

El Refugio es acogida, es amor y es empatía,esponernosenlapieldelquetenemos máscercaperotambiéndelquenoloestátanto y necesitanuestro amory consuelo. El Refugio es visitar al Señor de San Lorenzo un martes de lluvia, un jueves primaveral o su sábado estival de cualquiera de los meses del año, sentarte ante Él, alzar la mirada y encontrar consuelo.

El Refugio es historia, como la de aquellos tres murcianos, Ramón Sánchez Parra,EnriqueAyusoyJesúsLópez,queun15 de noviembre de 1942 crearon la Cofradía dandofirmaenelObispadoalosestatutospara que unos pocos meses después, el 22 de abril de 1943 los murcianos pudieran disfrutar de la primera procesión del Silencio con el Cristo en la calle. Fue en esa Murcia de posguerra, mientras que resonaban de lejos las tragedias de la II Guerra Mundial en las portadas de los Periódicos Línea o La Verdad, esa Murcia que recuperaba poco a poco la energía y la alegría perdida con la guerra, en la que estos tres murcianoshicieronhistoria.

El Refugio es devoción y fe, plasmada en la leyenda que narra como la IglesiadeSanLorenzofuesaqueadadurantela Guerra Civil salvándose solo unas pocas piezas entre las que destacaba un bello crucificado, de talla anónima (posteriormente atribuido a Jacobo Florentino por María López Martínez y Paloma Jiménez García).

Pocos meses después, una terrible tormenta asoló la ciudad y algunos vecinos se resguardaron dentro de la iglesia y, aún temblandoyconelmiedoenelcuerpodequeel templo cayera sobre sus cabezas y bajo el terrible estruendo de truenos y rayos, pidieron consuelo y clemencia al Cristo de San Lorenzo postrados a sus pies, de ahí que el sacerdote de menos cofrade que su hermano y persona de las que te encuentras pocas veces en la vida, ellos, sus hermanos cofrades y las siguientes generaciones tienen garantizada la continuidad de esta gran familia, Esta breve y humilde reflexión va por ellos, por el cariño con el que han tratado, desde el minuto uno, a este humilde cofrade Jumillano que, aunque murciano de nacimiento, se siente extraño en casa propia y que desde que tome contacto con la Cofradía me han tratado como uno más, lo que me ha hecho darme cuenta que, efectivamente, yo ya era del Refugio sin ni siquiera haberlo visto procesionar en la noche deJuevesSanto… 25 aniversario entonces, Don Manuel Nadal, decidiera iniciar la devoción del Crucificado bajo el nombre del CristodelRefugio.

El Refugio es Familia pues en esa Murcia a la que hacíamos referencia, ese 15 de noviembre, mientras en el Teatro Circo Villar se estrenaba “Malvaloca”, con Amparito RivellesyAlfredoMayoyenelCinemaIniesta los murcianos podían disfrutar de “Alegría de Vivir” de André Hugón, estos tres murcianos de pro iniciaban un sueño que en el caso de Ramón han seguido hasta nuestros días sus hijos, primero Ramón, “semanasantero” y hombre de fe como pocos y el actual presidente de la Cofradía Ignacio Sánchez Parra, no