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El Santo Cristo de la iglesia parroquial de San Lorenzo

Juan Antonio Fernández Labaña

Pocos conocen, o recuerdan, que antes de guerra, en la iglesia parroquial de San Lorenzo, recibía culto un devoto crucificado distinto al Cristo del Refugio. Una antigua talla de Cristo crucificadoprobablemente del siglo XVII o incluso anterior- que era conocido como el “Santo Cristo”; que es como habitualmente se 1 denominabanloscrucificadosenlasiglesias.

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Una imagen que tuvo capilla propia, tal y como se ha podido documentar mediante la consulta de un buen número de protocolos notariales de la ciudad de Murcia, 2 correspondientes al siglo XVIII, y de la que también dejó constancia Javier Fuentes y Ponte, en 1881, al describir el interior de la iglesia parroquial de San Lorenzo, en su España Mariana, Provincia de Murcia, al citar 3 expresamente “el altar central o de las animas”. Una capilla que fue descrita del siguiente modo:“ocupa el frente principal de la capilla, en un gran arco penetrado en el muro, la mesa de altar colocada detrás de una barandilla-comulgatorio es larga con dos gradas divididas en dos partes. En el hueco central que estas dejan, hay un grupo escultórico de nubes sosteniendo un sagrario que afecta la forma de una urna, cineraria con carácter griegoacuyosladosseasientandosniñosángelesde 0, 50 m de altura, sosteniendo cada un candelabro para una sola antorcha; como respaldo de este grupo hay un fondo de nubes y ráfagas talladas y doradas. Detrás o en segundo término se eleva gradualmente un bien accidentado peñasco del cual brotan vívidas llamas bañando a cuatro medias figuras de ánimas, tamaño natural al pie de un crucifijo de igual medida, cuya cruz, está decorada con ráfagas sueltas en vistosa radiación. En la parte superior del arco hay un corazón del que parte otra ráfaga circular, como remate. Este Santísimo Cristo recibe culto, por la Ilustre Cofradía del Santísimo SacramentoyÁnimasdelaparroquia...”

Una valiosísima aportación que permitehacernosunaidea,nosolodecómoera la capilla donde se veneraba aquella imagen, sino también de la escultura en sí; que, tal y como hemos podido ver, no solo era una única efigie, sino un grupo escultórico formado por hasta cinco esculturas: el Cristo en sí, más cuatro ánimas de medio cuerpo que se encontraban a sus pies (todo de tamaño natural). Resultando evidente que nos encontramos ante un conjunto escultórico de una relevancia nada despreciable; en primer lugarporsutamaño,yensegundolugarporsu antigüedad. Desconociéndose exactamente su autoría, así como su datación exacta. Tan solo que el Cristo era mucho más antiguo que las figuras de las ánimas, realizadas en 1843, según Ibáñez García, quien se las atribuye, por 4 fechas,aSantiagoBaglieto.

Este crucificado fue, durante cientos de años, la única imagen de esta iconografía al culto en la iglesia parroquial de San Lorenzo; pues aunque es conocido que en la sacristía 5 hubo otro crucificado desde al menos 1881 (el CristodelRefugio),realmenteéstenoestabaal culto en el templo, tratándose de una efigie que fue colocada en aquel lugar secundario al 6llegardesdesutemplodeorigen -enfechaaún por dilucidar- y no tener capilla donde meterlo; pues está claro que cuando llegó a la iglesia de San Lorenzo, allí ya había otra efigie de Cristo crucificado, el denominado “Santo Cristo”. Una efigie que recibía culto en la capilla de las Ánimas, propiedad de la Hermandad del Santísimo Sacramento y Ánimas. De ahí el nombre con el que Fuentes y Ponte describe la capilla donde éste se encontraba(“delasÁnimas”).

1º Véase el ejemplo del Cristo que las Isabelas tenían en su iglesia, obra de Francisco Salzillo, que es denominado así (como Santo Cristo), por uno de los primeros biógrafos del escultor, al describir la obra dentro de la iglesia del convento de Santa Isabel. Aunque también existían otros que tuvieron siempre un sobrenombre, como el del Amparo, de la iglesia de San Nicolás. Siendo mayoritariamente lo primero.

2º Protocolos notariales de la ciudad de Murcia, conservados en el Archivo General de la Región de Murcia.

3º FUENTES Y PONTE, J. (1881). España Mariana, Provincia de Murcia. Reedición de la Fundación de estudios Históricos e Investigaciones locales de la Región de Murcia. Pág. 63.

4º IBAÑEZ GARCÍA J. Mª. Rebuscos y otros artículos (edición de Juan Antonio Ruiz Tovar de 2003). Murcia: Real Academia Alfonso X El Sabio. Pág. 158.

Hallándonos ante una Hermandad muy antigua, que probablemente fue creada en el siglo XVII; pues ha podido ser documentada precisamente a finales de ese siglo, gracias al testamento de José Gallego, quien en sus mandas testamentarias, dice formar parte de dicha Hermandad, a fecha de 27 de marzo de 7 1689. Un interesante aporte documental que permite constatar su existencia ya desde finalesdelXVII,siendoseguramenteanterior.

Correspondiendo a 1703 la documentación más antigua -hasta la fecha hallada- donde se menciona la imagen del Cristo, al referirse a esta capilla (la de las Ánimas) como la “del Santo Cristo”. Una información hallada, en este caso, en el 8 testamentodeDiegoMartínezMattulín.

Capilla que, según lo expuesto por José María Ibáñez, en unos de sus rebuscos en torno a la iglesia parroquial de San Lorenzo, en 1702 (fecha de un inventario de las capillas 9 existentes en el templo), aún no existiría. Datoque,vistoslosaportesdocumentalesaquí expuestos, podría no ser del todo correcto; pues tanto la Hermandad del Santísimo Sacramento como, al parecer, el Crucificado, podrían ser anteriores a esa fecha expuesta por IbáñezGarcía(1702).

De 1706 es otro documento en el que aparece “el altar del Santo Cristo de la iglesia parroquial de San Lorenzo”. Cita hallada en el testamento de Mariana García, quien en una desusmandastestamentarias,dejaencargadas 10 variasmisasendichoaltar.

Imagen de Cristo crucificado que vuelve a ser citado en 1718, en este caso, en el testamentode LuisaCampaña,quien mandase den “30 reales de cera” para su altar. Lo que nos revela que nos encontramos ante una imagen quedespertababastantedevoción.

Prueba de esto último es que, en 1719, su altar ya estaba considerado como 12 “altar privilegiado ” (aquel que poseía adjunta unaindulgenciaplenariaconcedidaporelPapa paraaplicarporelalmadequiensecelebrasela correspondiente misa; como así podemos ver en el Inventario de bienes de Patricio 13 Álvarez. Una distinción que evidencia la importancia y devoción que esta devota

5º Como así dejó reflejado igualmente Fuentes y Ponte: “…en su frente principal está la cajonería y en el centro de su pared hay un crucifijo de tamaño natural y muy escaso merito…”.

6º Se ha planteado que esta imagen pudiese venir del convento de los trinitarios, aunque también pudo venir de otro templo más pequeño, como la ya por entonces demolida ermita de santa Quiteria, de donde consta que vinieron cuadros que precisamente estaban en dicha sacristía, y que data de 1400, siendo demolida en 1820. Así lo expresaba, en 1954, el Hermano Mayor de la Cofradía del Stmo. Cristo del Refugio, Ramón Sánchez Parra, en una entrevista en el Diario Línea, con fecha 17 de marzo de 1954, quien decía, al preguntarle a quien se debía la imagen del Cristo, que “no se sabe con certeza. Únicamente consta que llegó a la iglesia de San Lorenzo el año 1561, procedente de la ermita de Santa Quiteria”. Fecha probablemente demasiado temprana para su llegada.

7º ARCHIVO GENERAL DE LA REGIÓN DE MURCIA (en adelante AGRM). Registro de Pedro Espinosa de los Monteros, NOT 1019 (1688-89). Testamento de José Gallego, folio 102.

8º AGRM. Registro de Alonso Santillán, NOT 3934 (1703). Testamento de Diego Martínez Mattulín, folio 215.

9º Ibidem IBAÑEZ GARCÍA J. Mª. Pág. 150.

10º AGRM. Registro de Antonio Jiménez de León, NOT 3105 (1706-07). Testamento de Mariana García, folio 2.

11º AGRM. Registro de Pedro Espinosa de los Monteros, NOT 2756 (1718-19). Testamento de Luisa Campaña, folio 144.

12º Se denominaba “altar privilegiado” aquel que poseía adjunta una indulgencia plenaria concedida por el Papa, que evidentemente se podía aplicar al alma por la cual se celebra en él la misa.

13º AGRM. Registro de Pedro José Villanueva, NOT 3981 (1719). Inventario de bienes por fin y muerte de imagen tenía en aquellos momentos. Siendo todounreferentedentrodelaparroquial.

Capilla de Ánimas que, en 1727, se enriqueció con la donación que hizo María de Jodar, quien en su testamento dejaba, para la capilla de la Hermandad de Ánimas de San Lorenzo, dos cuadros grandes: una Purísima Concepción con marco dorado y otro de 14 NuestraSeñoradelasAngustias.

Cristo y altar que seguían en 1763, tal y como refleja la manda testamentaria del presbítero Juan Albaladejo, quien pidió ser sepultado en la iglesia parroquial de San Lorenzo, “en la capilla intitulada del Santísimo 15 Cristo,alpiedelagrada”.

Unacapilla,yunaefigie,quepasaron de la antigua iglesia de San Lorenzo a la nueva; un templo cuya primera piedra fue colocada el 23 de junio de 1788, como así quedó reflejado en el conocido como Noticiario de 16 Rocamora.

Pudiendo constatar, documentalmente, que la Cofradía de Ánimas 17 siguió existiendo, al menos, hasta 1827, ya que de esa fecha es un documento en el que se cita a José Martínez como hermano mayor de la Cofradía de Ánimas de San Lorenzo. Desconociéndose si la llegada de la desamortización -a partir de 1835- la hizo desaparecer total o parcialmente; como si consta que ocurrió con otras asociaciones religiosas, al perder los recursos económicos (arrendamientos de tierras y alquileres de inmuebles) que, no en vano, les permitían subsistir.

Lo que sí sabemos, gracias a la descripción realizada por Fuentes y Ponte, al tratar la iglesia de San Lorenzo y más concretamente en relación a la capilla donde estaba el Santo Cristo, es que, en 1881, la Hermandad del Santísimo Sacramento y Ánimas seguía activa; pues él mismo señala que “este Santísimo Cristo recibe culto, por la Ilustre Cofradía del Santísimo Sacramento y Ánimas de la parroquia”, haciendo alusión que, en aquellos momentos, la Hermandad estaba compuesta por treinta y seis miembros, que –según Fuentes- “celebran novena de sufragio, y las minervas que marca su instituto, teniendo sus cofrades varios emolumentos, como viatico entierro, etc.”.

14º AGRM. Registro de Juan Pedro Navarro, NOT 3571 (1727-28).

En 1893, la efigie del Santo Cristo es citada en el inventario que la iglesia parroquial hace de sus bienes, reflejándose que esta imagen se encuentra en la capilla de la Comunión y que dependía directamente de la Cofradía del Santísimo Sacramento y 18 Ánimas.

De este modo, la antigua efigie del Santo Cristo de la iglesia parroquial de San Lorenzo llegó hasta el siglo XX, encontrando su triste final en julio de 1936; pues una vez conocido el golpe de estado contra el gobierno de la República, los individuos de izquierda más exaltados arremetieron con ferocidad contra todos los templos de la ciudad, destrozando y quemando todo cuanto se interponíaasu paso;noescapandodel odioyla incultura la iglesia de San Lorenzo. Perdiéndose para siempre aquella devota imagendeCristocrucificado.

Así quedó reflejado en la “Relación de los daños causados en la parroquia de San Lorenzo de Murcia en la época roja”, que se encuentra 19 dentro de la denominada Causa General ; una documentación, realizada nada más finalizar la Guerra Civil, que recogió todas las obras destruidasenlasdistintasiglesiasdeMurcia,y donde, evidentemente, aparece la iglesia de San Lorenzo, en la que se indica que el templo fue cerrado al culto el 23 de julio de 1936, no volviendoaabrirhastael23deabrilde1939.Y donde podemos leer, en el apartado 2 (Daños en los enseres de la iglesia) que “desaparecieron completamente todos los altares, que eran nueve con sus retablos correspondientes y todo el menaje y objetos que en ellos había para celebrar el culto”, quedando destruidas las siguientes imágenes:

15º AGRM. Registro de Ramón Jiménez Aranda, NOT 3066 (1763). Testamento de Juan Albaladejo, folio 143.

16ºARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA (en adelante AMM). Noticiario de Rocamora, folio 340 vuelto. “23 junio pusieron la primera piedra en la iglesia de San Lorenzo de Murcia y la puso el Sr. Provisor y Gobernador de la Mitra”.

17º AGRM. Registro de Mariano Gaya Ansaldo, NOT 4618 (1827-28). Aparece José Martínez, como hermano mayor de la Cofradía de Ánimas de San Lorenzo.

18º BELSO DELGADO, M. y PENALVA MARTÍNEZ, F. (2022). “Iglesia de San Lorenzo”, en Identidad y patrimonio en Murcia. Los templos del Centro Éste. Murcia: Junta Municipal Distrito Centro Este (Ayuntamiento de Murcia). Pág. 255.Testamento de María de Jodar, folio 36.

19º AGRM. FR,AHN,R-90/4. Pieza 10. Persecución religiosa. Averiguaciones e informes remitidos al Fiscal Instructor de la Causa General de Murcia, Cardiel Escudero, sobre la relación de daños producidos en templos, iglesias, ermitas y en objetos de culto en la provincia de Murcia durante la Guerra Civil Española.

“San Lorenzo, Santísima Virgen del Perpetuo Socorro, Sagrado Corazón de Jesús, San José, San Francisco de Paula (estos dos últimos catalogados como de la escuela de Salcillo), San Antonio, San Pancracio, la Santísima Virgen, y un grupo compuesto de un Cristo crucificado y cuatro ánimas”.Loquenosconfirmasupérdida.

No obstante, otras esculturas de la iglesia de San Lorenzo no sufrieron tal fin, probablemente al ser escondidas en una primera instancia, para posteriormente, en una segunda fase, ser trasladadas al Museo Provincial, que era el lugar donde la Junta de Incautación de la Republica conservó y custodió -durante toda la Guerra- el patrimonio procedente de las diferentes iglesias tanto de la ciudad, como de la provincia. Librándose de la destrucción obras tan significativas como la Dolorosa de Francisco Salzillo, la Santa Rita de Casia de Sánchez Araciel, o las efigies de San Juan de la CruzySantaTeresadeNicolásSalzillo.

Una devota efigie de Santo Cristo que, al finalizar la guerra, fue sustituido por otro que -milagrosamente- no había sido destruido pese a haberse conservado en la misma iglesia (en la sacristía). Aquel que, tan solo unos años después, sería bautizado como 20 “Cristo del Refugio” al ser escogido como 21 Titular de la nueva cofradía cuya sede fue precisamente la iglesia parroquial de San 22 Lorenzo, y que saldría en procesión, por 23 primeravez,enlaSemanaSantade1943.Un 24 hecho que llevó a la prensa local a hablar de “la prodigiosa conservación del nuevo y antiguo Cristo del Refugio”, citado como el “gran crucificado” que los fieles recordaban “en la sacristía de San Lorenzo antes de Guerra, y del 25cualnadiesabequeseledieraculto ”.

Una antigua y sobrecogedora efigie de Cristo que, en el fondo, sirvió para que la iglesia parroquial de San Lorenzo no quedase huérfana de su correspondiente crucificado, siendo el Cristo del Refugio quien sustituyó la pérdida de aquel venerado Santo Cristo que recibíacultoenlacapilladelasÁnimas.

Quedando prácticamente en el olvido aquel Santo Cristo que sirvió de referencia y de auxilio a muchos devotos y parroquianos de la iglesia de San Lorenzo de Murciaalolargocientosdeaños.

Que sirva este artículo para recordar muchas de las imágenes que, como ésta, pese a haber tenido un peso muy relevante a lo largo de siglos, desaparecieron casi de un plumazo de la memoria colectiva tras su desaparición, quedandoenelmásabsolutoolvido.

20º Sobrenombre derivado de la historia que narra cómo un grupo de evacuados de la Guerra Civil, que en aquellos momentos se resguardaban en la por entonces desacralizada iglesia de San Lorenzo, durante una noche de fuerte tormenta, se encomendaron a la efigie del crucificado que estaba en la sacristía del templo.

21º MEDINA AYUSO, M. (2017). La Procesión del Silencio. 75 años de historia. Murcia: Cofradía del Stmo. Cristo del Refugio.

22º AMM. “Próxima procesión”, en La Verdad de Murcia, 25 de noviembre de 1942, pág. 2.

23º A las doce de la noche del Jueves Santo de aquel año, salió por primera vez la procesión del Santísimo Cristo del Refugio. / Murcia, Fiestas de Primavera 1943, pág. 35. Murcia: Ayuntamiento de Murcia.

24º AMM. “De la iglesia parroquial de San Lorenzo saldrá el Viernes Santo la nueva procesión del Silencio”, en La Verdad de Murcia, 11 de junio de 1942, pág. 5.

25º No se le podía dar culto al existir el otro. De ahí que siempre se mantuviese en la sacristía.

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