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Mito derribado 3: El programa de gobierno importa, y mucho
Este punto se desprende del anterior en tanto el alto grado de institucionalización interna puede derivar en una escasa capacidad de adaptación a un espacio político cambiante y a un ambiente competitivo que muta a partir de sucesivos procesos electorales. Los efectos negativos de este proceso impactan en la renovación dirigencial, la adecuación de la plataforma programática, el reacomodo de los liderazgos internos y la apertura a nuevos integrantes del acuerdo. Este punto también requiere un delicado balance entre lograr un funcionamiento basado en reglas consolidadas y espacios de coordinación validados internamente, y la capacidad de adaptación suficiente en momentos que requiera un giro estratégico.
Repensar las reglas en el tránsito entre etapas
El tránsito de una etapa electoral a una gubernamental y/o legislativapuede implicar rediscutir las reglas internas de funcionamiento. Mientras que en la fase electoral esas normas definieron los espacios de poder, las candidaturas y el programa, el salto al gobierno implica revisar los pesos internos de los aliados en virtud de los objetivos alcanzados.
En este momento los esquemas de compensación horizontaly verticalpueden recalibrarse para el control del gobierno. En particular, porque alguno de los socios pudo no haber alcanzado sus propios objetivos individuales, y la gobernabilidad apremia. De modo que mantener las reglas internas está bien, pero adaptarlas en latransición entre etapas también, mientras exista consenso interno suficiente.