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EL CAMINO PRIMITIVO
El autor Vicente José González García nos habla del Camino Primitivo como el original:
Ese camino nacido en Oviedo origina todos los caminos que van a Santiago a través de todos los tiempos posteriores y venideros. 1
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Se conoce como Camino Primitivo porque fue el primero que se recorrió y lo hizo el monarca Alfonso II el Casto. Seguía el trazado de antiguas vías romanas como la vía Lucus Asturum (actual Lugo de Llanera) a Lucus Augusti (actual Lugo). Según cuenta la leyenda, el apóstol Santiago desembarcó en Andalucía procedente de Palestina con una labor evangelizadora, que continuó por las actuales tierras portuguesas de Braga y Coímbra, pasando por Iria Flavia (nombre que recibía la actual región de Compostela y Padrón) en el finis terrae hispánico. A su vuelta a Palestina, en un clima de convulsión política e inquietud religiosa, Herodes Agripa, le condena a morir decapitado en torno al año 44. Dos de los discípulos de Santiago, Atanasio y Teodoro, recogieron sus restos y los trasladaron en una nave hasta Galicia. Una vez en tierras hispanas tuvieron que sortear varios problemas con la reina pagana Lupa, que gobernaba aquel territorio, pero finalmente la reina Lupa se convierte al cristianismo y permite enterrar los restos del Apóstol en sus tierras. Cerca del año 829, un ermitaño llamado Paio (o Pelayo) observó unas extrañas luces nocturnas que partían del monte que hoy es conocido como el Pico Sacro y caían en un lugar del bosque Libredón, y lo puso en conocimiento del obispo de Iria Flavia, Teodomiro. El obispo mandó limpiar de maleza ese paraje y aparecieron las ruinas de una antigua edificación: dentro de ella había tres sepulturas, una de ellas era un arca marmórea. Se cree que en estas sepulturas estaban enterrados Santiago el Mayor, en el arca marmórea, y sus dos discípulos, en las otras dos. El obispo Teodomiro se puso en camino hacia Cangas de Onís para comunicar el hallazgo al rey Alfonso II el Casto. El rey acudió con su corte a Compostela
1 GONZÁLEZ GARCÍA, Vicente José. El Camino de Santiago a partir de su origen en Oviedo: un camino para todos. María Belén González Collado. Oviedo: Consejería de Educación, Cultura y Deporte, 2014. ISBN 97884-8053-775-9
para venerar los restos del apóstol y mandó construir una capilla para proteger aquellos restos. Por este motivo se considera esta peregrinación la primera, y el Camino Primitivo como el más antiguo.
Existen otras teorías sobre a quién pertenecían los restos: una de ellas es que el sepulcro fuera el de Prisciliano de Ávila, primer condenado a muerte por la Iglesia católica por herejía en el siglo IV. O también que podría ser el enterramiento del dueño de algún castro hispanorromano. Pero para la Iglesia Católica está aceptado, y respaldado por bula papal, que es Santiago quien reposa en Compostela.
Seguramente el rey no era ajeno al potencial simbólico que entrañaba el viaje en sí mismo: ese caminar de este a oeste que era tanto como ir de la luz a la sombra, del resplandor a las tinieblas, de la vida a la muerte; esa ruta que partía del último bastión del que disponían los cristianos verdaderos para encaminarse por senderos ignotos hacia el lugar donde decían que se terminaba el mundo; ese itinerario que nacía en el fulgor del amanecer para consumirse en la penumbra rojiza del crepúsculo; ese aventurarse de lo seguro a lo desconocido para venerar el cuerpo de un apóstol que había ido a hallar reposo en el último confín de la tierra.
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Se extiende la noticia del descubrimiento del sepulcro por España y también por Portugal, Francia, Inglaterra, Italia, Alemania… y surgen los distintos caminos a Santiago desde estos lugares.
Los peregrinos que emprendía el Camino Primitivo salían de Oviedo por la puerta de Santiago, en el barrio de la Argañosa, que ya en el siglo XV recibía el nombre de Camino de Santiago; atravesaban el arroyo de Lavapiés, donde existía una leprosería. Desde aquí se llegaba a San Lázaro de Paniceres, Santa María de Lloriana, hasta el valle del Nora. Seguían por Escamplero, cruzaban el río Nalón por un puente que subsiste aún, para continuar por Peñaflor, Grado, que tenía un hospital, y el alto de La Cabruñana, con su correspondiente leprosería. Descendían hasta La Doriga y llegaban a Cornellana donde estaba el Monasterio de San Salvador. Desde Cornellana hacia Salas el camino discurría paralelo al
2 BARRERO, Miguel. Las tierras del fin del mundo: de Oviedo a Compostela por el Camino primitivo. 1ª ed. Somonte-Cenero (Gijón): Trea, 2016. ISBN 978-84-9704-908-5
curso del río Nonaya. De Salas se ascendía por la Sierra de Bodenaya hasta la meseta desolada de la Espina, que tenía dos hospitales. De aquí arrancaba el camino a Tineo, Pola de Allande y se ascendía al Puerto del Palo para volver a descender hasta el río Navia, que se atravesaba por el antiguo puente de Salime, hoy cubierto por las aguas del pantano del mismo nombre, para llegar a la villa de Grandas de Salime. Se inicia el último tramo del camino asturiano que llevaba al Alto de O Acebo por donde se accedía a tierras lucenses: se descendía a Puebla de Burón y Fonsagrada. Continuaban por O Cádavo, Lugo, San Román de Retorta y Melide (en Melide el Camino Primitivo y el Francés confluyen). El Camino atravesaba Arzúa, O Pedrouzo, Lavacolla y llegaba a Santiago.
La emoción embarga el ánimo del peregrino. Ya tiene ante sí, intramuros, al Santiago románico, medieval y barroco. Un destino universal. Un lugar que cambió el rumbo de Europa a partir del siglo IX. El rey Alfonso II el Casto, primer peregrino de esta historia, viajó con su séquito desde Oviedo a postrarse ante los restos del hijo de Zebedeo. El peregrino acaba de hacerlo por el mismo camino que siguió el monarca asturiano para, como aquel, arrodillarse ante la sacra tumba del apóstol. 3
Oviedo origen del Camino: https://www.oviedoiniciodelcamino.com/html/
3 POLLEDO, Alberto. Buen Camino: de Oviedo a Santiago tras los pasos de Alfonso II. Oviedo: KRK, 2012. Octavo mayor. ISBN 978-84-367-405-5