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LOS CAMINOS
Son muchos los caminos que llevan a Santiago. Se puede definir la Ruta Jacobea o Camino de Santiago como el conjunto de los distintos caminos que llevan a Compostela.
Historia y leyenda se mezclan en el Camino de Santiago, la magia envuelve este itinerario. Los relatos e historias inverosímiles se cuentan a través de las crónicas, los relatos de los viajeros y las fuentes literarias.
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En la época medieval, el Camino de Santiago se convirtió en un verdadero fenómeno de masas, sobre todo hasta el siglo XIII. En un principio los caminos eran peligrosos y muchos peregrinos no llegaban a su destino, prueba de ello es la existencia de un gran número de cementerios de peregrinos por los caminos. Se empiezan a hacer más seguros y se construyen hospitales, se reparan caminos, se construyen puentes. Los monasterios cluniacenses tienen un papel importante en la atención desinteresada de los peregrinos. Las Órdenes militares, como la de los Caballeros de Santiago o los templarios, se preocupan también de la seguridad física de los peregrinos, defendiéndoles de malhechores.
A partir de los siglos XIV y XV, el Camino de Santiago entrará en decadencia y el número de peregrinos se reduce progresivamente. Esta decadencia se hace más evidente en el siglo XVI. Varias son la razones: el triunfo de la Reforma protestante detiene las peregrinaciones de países como Inglaterra, Holanda o Alemania que aceptaron la doctrina de Lutero; se cambian las normas penales y la peregrinación como castigo es sustituida por multas en dinero; se producen cambios en la mentalidad que ya no es la de la gran religiosidad medieval; la figura del peregrino sufre un desprestigio y se acaba asociando al pícaro…
En el siglo XX, en la década de los ochenta, surge un gran interés por el Camino de Santiago, por dar a conocer el legado de nuestro pasado medieval. Se busca la recuperación no solamente por su valor religioso, si no también por el valor cultural, económico y turístico.
Muestra de este interés, es el desarrollo de la infraestructura que ayuda a mantener el Camino de Santiago: se renuevan e inauguran albergues, y se mejora la señalización. Una figura clave en esta recuperación de la Ruta Jacobea fue la del párrroco de O Cebreiro Elías Valiña, que comenzó a señalizar los senderos con las flechas amarillas tan características. Es también autor de las primeras guías prácticas del Camino de Santiago y un impulsor y defensor del mismo hasta su fallecimiento en 1989.
Los Caminos fueron declarados en 1987 como el primer “Itinerario Cultural Europeo” por el Consejo Europeo. En 1993 se inscribe en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco y según se puede leer en la página web de este organismo:
“Esta extensión comprende una red de cuatro itinerarios de peregrinación cristiana – el Camino de la Costa, el Camino interior del País Vasco y La Rioja, el Camino de Liébana y el Camino Primitivo – que suman unos 1.500 kilómetros y atraviesan el norte de la Península Ibérica. El bien cultural ampliado posee un rico patrimonio arquitectónico de gran importancia histórica, compuesto por edificios destinados a satisfacer las necesidades materiales y espirituales de los peregrinos: puentes, albergues, hospitales, iglesias y catedrales. También cuenta con algunas de las rutas primigenias de peregrinación a Santiago de Compostela, creadas después de que en el siglo IX se descubriera en el territorio de esta localidad un sepulcro que, según se cree, encierra los restos mortales del apóstol Santiago el Mayor” .
En el año 2004 el Camino de Santiago recibe el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia “como lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que, a través de los siglos, se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea”.
Ha recibido el título honorífico de “Calle Mayor de Europa”·