RED PERUANA DE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN (r-PAN) PUBLICACIÓN VIRTUAL 011 TITULO: ALIMENTACIÓN SALUDABLE, ¿UNA UTOPÍA EN PERÚ? AUTORA: JIMÉNEZ RAMOS, FAVIOLA SUSANA FECHA: LIMA, JUNIO 2006
ALIMENTACIÓN SALUDABLE , ¿UNA UTOPÍA EN EL PERÚ ?
Jiménez Ramos, Faviola Susana Nutricionista. Magíster Scientiae en Nutrición. Estudios Doctorales en Salud Pública. Diplomada en Promoción de la Salud. Directora Red Peruana de Alimentación y Nutrición (r-PAN) , Junio/2006
Cada vez es más frecuente escuchar acerca de la importancia de una alimentación saludable para el logro de una población más sana; la gran pregunta es cuánto hemos avanzado como país en este propósito y qué soluciones se pueden aplicar para lograrlo. La promoción de una alimentación sana, se ha reconocido desde la antigüedad; en palabras de Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”; en épocas recientes se esbozaron otros conceptos de alimentación saludable, como aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana; este concepto aparentemente sencillo es difícil de conseguir en la practica. En el Perú son múltiples los factores que complican el logro de una alimentación sana, cada vez los peruanos han accedido a un mayor consumo de alimentos procesados, ricos en energía y carbohidratos simples, menor consumo de alimentos de origen vegetal, son más sedentarios, el estrés se ha incrementado debido a una mayor desintegración social e inseguridad física y económica. Nuestro país atraviesa por una “transición nutricional” que se expresa en un incremento del sobrepeso y obesidad y consecuentemente al incremento de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc. La complejidad de esta situación obliga a ir más allá de aspectos clínicos; e intentar delinear soluciones desde una perspectiva social; este enfoque nos lleva a iniciar nuestro análisis en aspectos académicos de la formación de los profesionales de salud que más bien parecen formados como “profesionales de la enfermedad” pues los planes de estudios aún tienen un marcado enfoque de curación y rehabilitación, de manera intermedia se enseña a prevenir los riesgos pero lamentablemente es mínima la formación en la promoción de salud nutricional. En el Perú, los perfiles profesionales de médicos, enfermeras, obstetrices, etc. cuentan con escasas horas dedicadas al estudio de la nutrición; esta situación se agrava en las diversas profesiones dedicadas a la producción y transformación de alimentos (Ingeniería agronómica, zootecnia, pesquería, industrias alimentarias, etc.), las mismas que salvo honrosas excepciones no incluyen cursos de nutrición. Es tal vez este aspecto de formación profesional el que ha limitado la elaboración y promulgación estatal de políticas públicas saludables que promuevan una alimentación saludable, a diferencia de países vecinos que nos llevan ventaja en el tema como Chile, Brasil, Argentina, México, entre otros.
Es imperante insistir en el tema de responsabilidad social de la empresa privada, la misma que no puede permanecer ajena a la tarea de contribuir en la mejora de la salud nutricional de la población. Todo estos vacíos han repercutido en la generación de una población expectante, desconcertada y vulnerable ante información nutricional inapropiada y manipuladora; en el peor de los casos una población indiferente y reacia a los cambios de comportamientos. La promoción de alimentación saludable es posible si se diseñan estrategias nacionales apropiadas, las mismas que deben incluir a todos los sectores, teniendo claro que la salud no es exclusiva del sector salud. Es necesario hacer que los alimentos saludables estén disponibles y sean accesibles a la población, y finalmente es imprescindible fortalecer la cultura del consumidor responsable, entendiendo que al hablar de educación nutricional nos referimos no sólo a la acumulación de conceptos sino básicamente nos referimos a la modificación de estilos de vida. Se deben además buscar nuevos escenarios para el desarrollo de estos proyectos, es útil mencionar a los centros educativos, universidades, gobiernos regionales, municipios y comunidades en general. Sin duda alguna muchas de las soluciones planteadas dependerán de una firme convicción y decisión política en la cual se entienda con claridad la estrecha relación entre alimentación-salud y el logro de desarrollo humano y económico. “La promoción de alimentación saludable es posible si se diseñan estrategias nacionales apropiadas, las mismas que deben incluir a todos los sectores, teniendo claro que la salud no es exclusiva del sector salud”.