¿Qué es un Programa de Desarrollo y Paz? REDPRODEPAZ1 Introducción El Programa de Desarrollo y Paz (PDP) busca en esencia la construcción del Estado social de Derecho, mediante la participación ciudadana desde el territorio. La estrategia para lograr este supremo objetivo consiste en el empoderamiento de los pobladores, es decir, el fortalecimiento de las capacidades humanas a nivel individual para la transformación de las relaciones sociales; y el fortalecimiento de las organizaciones sociales a nivel colectivo para gestionar los conflictos, generando condiciones para una vida digna2. La experiencia de los PDP nos muestra que los conflictos, sociales o armados, obedecen en buena medida a las tensiones entre concepciones o modelos, en ocasiones contrapuestos, de desarrollo o de vida querida. Por tal razón, un PDP surge y se justifica en tanto se sitúa en el corazón de esos conflictos para armonizar dichas tensiones o contradicciones, de suerte que se puedan transformar en oportunidades para la paz. Por supuesto que esa transformación conlleva un conjunto de implicaciones que pasan por corregir las asimetrías de poder. De allí que el papel de las Entidades Facilitadoras de los Programas de Desarrollo y Paz, sea justamente el de acompañar a las organizaciones sociales en ese proceso de empoderamiento, con el fin de incrementar la capacidad de negociar y concertar las condiciones bajo las cuales sería aceptable la presencia en sus territorios de modelos de desarrollo diferentes, o que contrastan con sus expectativas de buen vivir. Uno de los grandes desafíos que tiene este propósito es la relación con el Estado. Su presencia en buena parte del territorio es diferenciada, lo cual por una parte refleja la heterogeneidad de los procesos de formación de institucionalidad pública y por lo mismo, el relativo fracaso de los gobiernos desde el Frente Nacional, de “llevar el Estado a las regiones” 3 En ese orden de ideas, o bien el Estado ha sido promotor y cómplice en la imposición de modelos de desarrollo ajenos a los territorios, bajo el pretexto de que el subsuelo es de la nación, a nombre del interés general, o bien su ausencia ha permitido que competidores armados del Estado lo hayan suplido imponiendo igualmente concepciones ideológicas de desarrollo que tampoco han consultado las expectativas de los pobladores. En este marco de injusticia social y política es que un PDP cobra sentido. El acompañamiento de la Entidad Facilitadora, conformadas por lo general por un conjunto plural de organizaciones que se comprometen con el interés regional, apunta a que las organizaciones logren incidir en los planes territoriales de desarrollo, lo cual supone: 1) construir una visión compartida de vida querida, 2) estructurar un conjunto de proyectos alineados con dicha visión, 3) elegir un Programa de Gobierno que contenga dichos acuerdos sociales y políticos, y 4) hacer control social al fruto de la participación ciudadana.
1 Documento elaborado por el equipo de construcción social del conocimiento de la REDPRODEPAZ: Marco Fidel Vargas, Santiago
Sánchez Jiménez y Ani Mosulishvili. 2 La transformación social que se logra desde los procesos que impulsa un PDP encamina a los pobladores hacia la libertad primero de pensamiento para poder ir más allá de la mera supervivencia, lo que implica cuestiones como la dignidad, el respeto y la autonomía. 3 LOPEZ, Claudia. Tras medio siglo de intentos para “llevar el estado a las regiones”, ¿Qué deberíamos preguntarnos? ¿Cómo deberíamos avanzar? Texto Inédito, 2014
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