Montes de María: Mampuján
Comunidad víctima que exige sus derechos a través de prácticas no violentas Mariam Verbel Ricardo Tulio Maza 8 de Junio de 2013
Paz y Derechos Humanos
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Fundación Red de Desarrollo y Paz de los Montes de María
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Ubicación Espacio-tempral
Mampuján
Situado en el norte del departamen-
y pavos). En la población era importante la participación de las mujeres en el tema productivo, especialmente en la comercialización de los productos que cultivaban.
to de Bolívar, subregión de Montes de María, en el municipio de María la Baja se encuentra el corregimiento de Mampuján, el cual limita con los municipios de San Juan Nepomuceno, Carmen de Bolívar, San Jacinto y Mahates.
Sus habitantes se caracterizaban por integrarse de una forma deportiva y cultural con las comunidades vecinas, entre ellas: Las Brisas, La Haya y Arroyo Hondo. Gozaban de calles delineadas, buena infraestructura de vivienda, una escuela de educación básica primaria con siete aulas, un comedor infantil, un centro de salud con presencia de un médico dos veces por semana, un cementerio, redes telefónicas y fluido eléctrico.
Antes del año 2000, en Mampuján vivían 245 familias campesinas, era una zona con vocación agrícola y pecuaria que cultivaba el ñame espino tradicional, el maíz seco, la yuca y los árboles frutales típicos de la región. Se practicaba la ganadería a pequeña escala y la cría de especies menores (cerdos, gallinas
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Problemática Los recursos de este territorio, al igual que su ubicación y características geográficas, lo convirtieron en corredor estratégico para los actores del conflicto armado nacional. En la zona había presencia de los frentes 35 y 37 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que en ese momento no interferían con el orden social de la comunidad de Mampuján. El 10 de marzo del año 2000, hombres del Bloque Héroes de Montes de María de las AUC intimidaron a la población civil de Mampuján con machetes y armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares.
Los reunieron en la plaza central del corregimiento y con amenazas de muerte, señalándolos como supuestos auxiliadores de la guerrilla, les ordenaron desplazarse de manera inmediata, a más tardar a la madrugada siguiente, de lo contrario les pasaría lo mismo que a los pobladores de El Salado, comunidad en la que días atrás se había cometido una de las masacres más sangrientas de Montes de María. Es así como en la madrugada del 11 de marzo del año 2000 hombres y mujeres de todas las edades, dejando sus pertenencias básicas, abandonaron la zona.
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Ante el gran temor y la afectación psicosocial que generó en la población este hecho, y ante la incapacidad del Gobierno Nacional para garantizar la seguridad en la comunidad, los mampujaneros, cargando con la estigmatización de la sociedad, se refugiaron en su mayoría en el Colegio de María la Baja, bajo condiciones de hacinamiento e insalubridad, esto a su vez ocasionó una parálisis parcial en el sector educativo y una parálisis total de la capacidad productiva, pues no podían volver a Mampuján a trabajar la tierra, lo que influyó de manera significativa en el cambio de sus hábitos alimenticios y su forma de vida.
Las víctimas de la comunidad de Mampuján lograron transformar los métodos de movilización y de exigencia de derechos de una lógica contestataria (utilizando acciones de hecho), al diálogo pacífico con las instituciones del Estado para buscar soluciones conjuntas.
Los mampujaneros se han caracterizado por su unidad comunitaria y su fuerza espiritual, es así como apartan de su cotidianidad el desespero por lo inmediato a través de acciones de hecho, se arraigan a su deseo de recuperar lo perdido y empiezan un proceso de exigibilidad de derechos a través de acciones no violentas (asambleas, movilizaciones masivas, actos simbólicos) que permiten visibilizar su situación ante el país a través de los medios de comunicación y dan lugar a recibir respuestas por parte del Estado colombiano. Este proceso se logra no solo por el apoyo de instituciones y organizaciones que han acompanado a la comunidad para garantizarles el goce efectivo de sus derechos y la posibilidad de una vida digna sino además, por el liderazgo de actores comunitarios que dinamizan y orientan constantemente a los mampujaneros sobre su situación, las gestiones que se realizan ante la institucionalidad y los pasos a seguir.
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El asumir situaciones difíciles luego del desplazamiento, como el hacinamiento en el colegio de María la Baja antes de inmovilizarlos, fue un detonante para unirlos más, lo cual permitió que fluyera la comunicación y se fortalecieran lazos de confianza y solidaridad. Es importante mencionar que las mujeres de esta comunidad jugaron un papel muy importante en este proceso a través de la conformación del grupo “Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Paz”, quienes hacían catarsis tejiendo sus historias sobre telas. Esta actividad colectiva que identifica a las mampujaneras se convirtió en una forma de recuperar la memoria histórica, elaborar duelos, superar el dolor y sanar el trauma social y cultural que les dejó este hecho.
Entre los logros más significativos de la comunidad de Mampuján destacamos: • El retorno laboral a Mampuján. • La reubicación de las familias en María la Baja, un espacio que llamaron Nuevo Mampuján o Mampujancito (Rosas de Mampuján). • Elegir a un concejal en María la Baja. • Visibilizar su proceso a nivel nacional e internacional: Mampuján es considerada una comunidad emblemática. • Se han aprobado dos sentencias en el marco de Justicia y Paz a favor de las víctimas y está en marcha su seguimiento. • La población ha sido indemnizada en un 80%. • Es la primera comunidad en Colombia beneficiada con el proceso de restitución de tierras. • Se han brindado a sus habitante proyectos productivos con motivo de la restitución. • Es la primera comunidad en empezar un proceso de Reconciliación, Reparación, Resiliencia y Perdón con los victimarios en el marco de Justicia y Paz. • Lideran un proceso de memoria histórica reconocido a nivel nacional e interncional con una técnica innovadora: memoria y arte terapéutico.
• Facilitan espacios de discusión y análisis alrededor de la situación de las víctimas del conflicto armado en Colombia. • Son acompañados por la cooperación Internacional, instituciones y organizaciones, entre ellas: la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, la Misión de Apoyo al Procso de Paz, Sembrando Paz, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Pastoral Social, la Fundación Red Desarrollo y Paz de los Montes de María, el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativo, el Movimiento por la Paz, la Fundación Panamericana para el Desarrollo y el Departamento de Justicia de la Embajada Americana.
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Entre los numerosos aprendizales de esta experiencia destacamos: • Las prácticas simbólicas y alusivas a los acontecimientos violentos alivian el trauma (Grupo de Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Paz). • El haber mantenido la unidad entre los mampujaneros multiplicó las fuezas, pues realizaron un pacto social donde se comprometieron a trabajar articulados. • Fue importante confiar en las organizaciones e instituciones, y en los líderes. Estos obraron con transparencia y mantuvieron una comunicación oportuna con la comunidad. • El organizar un “plan estratégico o una ruta progresiva de trabajo” direccionlas acciones en el marco de conseguir objetivos claros. • La vinculación de otros sectores de la sociedad civil como los transportadores y la Iglesia facilitó la gestión de los líderes.
• El cambio de la forma de actuar de la fuerza pública hizo que se recuperara la confianza en ellos. La creatividad de la comunidad para mantener sus costumbres posibilitó una mejor adaptación:
- Cambiar los paquetes de comidas en los graneros de María la Baja por los productos alimenticios de su cotidianidad: yuca, ñame, carne, gallinas, etc. - Cuando se reubicaron en Rosas de Mampuján desmontaron sus casas en Mampuján Viejo utilizando puertas, ventanas y techos para construir y adecuar sus nuevas viviendas.
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• Realizar acciones de resistencia civil pacífica además de visibilizar el proceso ayudó a proteger a sus líderes y lideresas de posibles amenazas frente a su gestión. • Permitir el acompañamiento de la cooperación internacional, de instituciones y de organizaciones del territorio empoderó a la comunidad impulsando el proceso. • La perseverancia y la fe de las comunidades siempre es fundamental en este tipo de procesos sociales que se caracterizan por ser a largo plazo.
La experiencia de esta comunidad es una buena práctica porque logró conjugar elementos propios y externos que le permitieron buscar soluciones conjuntas que hoy benefician a todos los pobladores de Mampuján. Desde el desplazamiento, sus habitantes permanecieron unidos teniendo como objetivo principal recuperar su dignidad, garantizar el goce efectivo de sus derechos y lograr una reparación integral. Cada situación vivida se convirtió en un reto y un impulso para facilitar el diálogo y la gestión a través de acciones no violentas que luego se tradujeron en ser Mampuján un caso emblemático que se visibilizó a nivel nacional e internacional.
La experiencia de Mampuján puede servir como ejemplo para jalonar procesos en otras comunidades en la medida en que las personas permanezcan unidas, actúen por vías pacíficas, construyan una ruta progresiva de trabajo escuchando los pensares y sentires de toda la comunidad, y se definan liderazgos claros que dinamicen el proceso de la mano de organizaciones e instituciones que hagan presencia en su territorio.
Es importante, además, que en las comunidades se logre un proceso de organización y formación en exigibilidad de derechos y se realicen acciones de acompañamiento psicosocial que permitan mitigar las secuelas del conflicto y generar bienestar, no solo a un grupo específico de la población sino a todos y a todas de manera integral.
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