octubre 2018
Mar de CortĂŠs Foto: Jorge Cervera Hauser
Carta Editorial
Somos mar E
stamos en deuda con los mares de México y del planeta: a ellos debemos un sinfín de espectáculos naturales que ocupan nuestros recuerdos, millones de empleos en todo el mundo y el alimento que llega a la mesa de habitantes de los cinco continentes. Es decir, somos mar y somos del mar. Sin embargo, hoy más que nunca, nuestros océanos están en riesgo debido al impacto de distintas amenazas. Quizá la más devastadora es la sobreexplotación pesquera, que ha ocasionado la extinción de diversas especies marinas y que compromete la subsistencia de miles de comunidades pesqueras artesanales que dependen de ecosistemas sanos y llenos de vida. México no está exento de sufrir las consecuencias negativas de dichos impactos; en especial, el Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos, donde la industria pesquera de altura históricamente ha explotado sin límites el que alguna vez fuera llamado “El Acuario del Mundo”. Si como mexicanos no tomamos medidas radicales e inmediatas tal vez no haya marcha atrás. Por ello, quienes integramos la Coalición en Defensa de los Mares de México ( codemar) proponemos la creación de una gran Reserva de la Biosfera que incluyan las aguas que envuelva Baja California Sur ya que estamos convencidos de que sólo una acción de esa magnitud beneficiaría, en el mediano plazo, a los pescadores ribereños de la zona, impulsaría el turismo de conservación y, por su puesto, permitiría la
recuperación de las poblaciones de distintas especies que han sido diezmadas. Esta edición de Equilibrio tiene como objetivo presentar una visión panorámica de la situación actual en el Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos, a fin de demostrar por qué es urgente la declaración de esta Reserva de la Biosfera. Es un imperativo para dicha región de los mares de México. A lo largo de este número usted encontrará análisis, reportajes y artículos de opinión escritos por reconocidos especialistas nacionales e internacionales quienes, con una visión objetiva y contundente, abordan las ventajas de proteger a perpetuidad uno de los mares más ricos del mundo. Además de reforzar nuestro compromiso con los mares de nuestro país, agradecemos a todos aquellos que nos han brindado su apoyo: científicos, académicos, prestadores de servicios, representantes de la iniciativa privada, la sociedad civil y los medios de comunicación. Agradecemos también a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat) y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp). Hacemos un agradecimiento especial al Pew Bertarelli Ocean Legacy Project.
¡El Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos son de todos los mexicanos! Los editores
Equilibrio es una publicación editada y producida por la Coalición en Defensa de los Mares de México (codemar) y Beta Diversidad a.c. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo en trámite. Editor responsable: Mario Gómez. Las opiniones expresadas en esta edición no necesariamente son compartidas por los editores, y son responsabilidad sólo de quien las emite. Equilibrio tuvo un tiraje de 45 000 ejemplares encartados en la edición para suscriptores del periódico Reforma y 10 000 adicionales circulan de manera controlada.
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Contenido 6
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¿Qué superficie del océano está realmente protegida?
Johnny Briggs
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Áreas Marinas Plenamente Protegidas: conservación y pesca sustentable Gabriel Quadri
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Los latidos del mar Alberto Tinoco Guadarrama
PORTADA
Las orcas son una de las especies más emblemáticas del Mar de Cortés. Foto: Jorge Cervera Hauser.
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¿Por qué crear una Reserva de la Biosfera en el Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos? Mario Gómez
Sociedad civil: indispensable en la protección de los océanos JP Geoffroy
Una visión común para la sustentabilidad en el Mar de Cortés Catalina López Sagástegui
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De Guerrero Negro a Cabo San Lucas: el Pacífico Sudcaliforniano
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Un décimo sin pesca
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De cañas, anzuelos y carnadas Amaya Bernárdez y Francisco Ursúa
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Un océano invadido por plástico Ana Lucía Altamirano
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Tiburones del Mar de Cortés James Ketchum Subsidios a la pesca: perversidad y deterioro ambiental Maximiliano Bello
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La paradoja de la sardina
La dramática situación de las especies marinas Tom Dillon
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¿Qué son los refugios pesqueros?
México está preparado para proteger al Acuario del Mundo John Kerry
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Pesca ribereña en el Mar de Cortés Héctor Reyes, Francisco Omar López y Carlos Salomón
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¿Qué y cómo comer del mar? Manuel Fernández Gómez
Directorio Miembros de la Coalición en Defensa de los Mares de México (CODEMAR) Amaya Bernárdez Mario Gómez Nora Torres Ramón Castellanos Fasha Piña Francisco Ursúa Gabriel Quadri
Diseño y programación web Erick Schoener Legal Ana Luisa Gallardo
Administración Itzamna Pacheco
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Mar de Cortés y Pacífico Sudcalifornianos Fuente de sustento, disfrute e investigación
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І Artículo
¿Qué superficie del océano
está realmente protegida? Por Johnny Briggs I @johnnyrbriggs Proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli
El Parque Naciona Revillagidedo, en el oceáno Pacífico, es el área marina protegida libre de pesca más grande de Norteamérica con 14.8 millones de hectáreas. Su creación es un gran logro para México. Foto: Janos Rautonen.
A pesar de los avances logrados, la comunidad internacional debe hacer aún más para impulsar la conservación de los océanos del mundo.
N
uestro planeta alberga hábitats naturales de una diversidad maravillosa que sustentan todo tipo de vida. Sin embargo, muchos de esos lugares —y de las especies que dependen de ellos— están en riesgo. Para protegerlos de manera eficaz se requiere un esfuerzo generalizado y multinacional; por ello organismos internacionales como las Naciones Unidas han establecido objetivos concretos de conservación.
Aunque distintos gobiernos de todo el mundo han protegido grandes extensiones terrestres, a la mayoría les está tomando más tiempo crear áreas protegidas en el océano. Dos objetivos fundamentales para la defensa de los mares —el Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la Meta 11 de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica— buscan que al menos 10% del océano esté protegido eficazmente para 2020. Dicho lo anterior, ¿qué tan cerca estamos de alcanzar estos propósitos? La respuesta no es tan clara.
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De acuerdo con la Base Mundial de Datos de la onu sobre Áreas Protegidas, que contiene los registros enviados por los países sobre las Áreas Marinas Protegidas (amp), más de 15 600 amp resguardan más de 25 millones de kilómetros cuadrados (casi 9.7 millones de millas cuadradas) de océano. En otras palabras, casi 7% de los océanos, una superficie del tamaño de Norteamérica, se encuentra bajo algún tipo de protección. Pero, ¿qué tan exactas son estas cifras?, ¿qué tan protegidas están esas áreas? El concepto “Área Marina Prote-
gida” se ha convertido en un término multipropósito que abarca las distintas metodologías de gestión aplicadas al océano, pero significa cosas diferentes para diferentes personas. El sistema de clasificación desarrollado por la uicn, que también es el más utilizado, permite actividades de muy distinta índole dentro de las zonas catalogadas como amp. Así, existen áreas donde sólo se autoriza el ingreso de los pueblos indígenas que hacen uso sustentable de los recursos, y zonas donde la pesca comercial está permitida. Hay incluso gobiernos que han permitido la minería y la pesca industrial en las amp, a pesar de que estas actividades no cumplen con la normatividad de la uicn. Una evaluación más conservadora del panorama mundial, realizada por el Instituto de Conservación Marina en su Atlas de Protección Marina, muestra que sólo un 3.66% del océano es gestionado mediante verdaderas amp. La diferencia entre ambas cifras probablemente se debe a la interpretación de la uicn respecto de qué constituye una amp, y a la falta de matices en los informes de avances enviados a la Base Mundial de Datos de la onu; ambos factores apuntan a que el Atlas de Protección Marina tal vez es más realista. De hecho, varios colegas y yo, junto con coautores expertos, llegamos a la misma conclusión cuando analizamos las diferencias entre ambas cifras. En el artículo “Recomendaciones a la uicn para mejorar la clasificación y reportes de las áreas marinas protegidas” presentamos esos hallazgos. En dicho documento evaluamos los objetivos mundiales y las definiciones de amp, reflexionamos respecto de los avances y hacemos recomendaciones importantes para mejorar la aplicación de las categorías de amp establecidas por la uicn y para fortalecer el marco que emplea actualmente. Argumentamos que esto, además de mejores estándares para reportes, es imprescindible para entender, evaluar y comunicar eficazmente los beneficios ecológicos de las amp. También sustentamos con distintos estudios nuestro argumento de que las amp altamente protegidas son mejores para la salud del océano, y son el medio más eficaz para alcanzar los objetivos de conservación mundiales, establecidos por la comunidad internacional. El año 2020 está a la vuelta de la esquina, así que los gobiernos de todo el mundo deben acelerar el paso y crear amp extensas y conservadas de forma sólida. La mejor noticia para las muchas especies —incluida la nuestra— que dependen de un océano saludable será que se cumplió con el objetivo del 10% de áreas protegidas y con las normas más adecuadas para lograrlo. * Traducción: Susana Guardado y del Castro.
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І Artículo
Áreas Marinas Plenamente Protegidas: conservación y pesca
sustentable Por Gabriel Quadri I @g_quadri
E
l territorio marino de México —que incluye el mar territorial y la Zona Económica Exclusiva— cubre una superficie 1.5 veces mayor a su territorio terrestre. Este territorio marino ha sido severamente explotado en un escenario de debilidad institucional, captura de entidades de gobierno por parte de intereses pesqueros, ilegalidad y pesca no reportada o no regulada, vigilancia muy limitada y virtual ausencia (hasta noviembre de 2017) de Áreas Marinas Plenamente Protegidas
(ampp) y a salvo de la pesca. Esto ha traído como consecuencia el deterioro de muchas pesquerías; que numerosos ecosistemas hayan sido fuertemente impactados; y que poblaciones de especies marinas carismáticas hayan sido diezmadas y llevadas al borde de la extinción comercial o biológica. La ciencia y la experiencia en diversos países han concluido en la necesidad
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de establecer grandes zonas marinas protegidas con exclusión total de pesca, o al menos con exclusión de pesca industrial y no selectiva, como instrumento primordial para la recuperación de los océanos y de las propias pesquerías. En este sentido, México ha asumido los compromisos de Aichi, del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la onu, que lo obligan a proteger —al menos— 10% de la superficie marina nacional para el 2020. Por otro lado, también la ciencia, y más allá de las metas de Aichi, ha considerado el imperativo de proteger 30% de la superficie marina del planeta con la finalidad de asegurar la integridad de los ecosistemas, la supervivencia de las especies y la recuperación de pesquerías hoy sobreexplotadas. Estos desafíos, no obstante, se presentan en un contexto de graves limitaciones institucionales en nuestro país que implican grandes restricciones al quehacer institucional en materia de conservación y reflejan el bajo nivel de prioridad real que la sociedad y el gobierno en México le han otorgado al tema. Preocupan también las magras capacidades de vigilancia y aplicación de la ley que poseen tanto la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (profepa) como la Secretaría de Marina-Armada de México. Ello, a pesar de la creación en 2017 de la Guardia Costera a instancias de la propia Coalición en Defensa de los Mares de México (codemar), con facultades integrales de vigilancia, inspección y aplicación de la ley en el mar. El hecho real es que casi 50% de la pesca en México es ilegal, dado que se lleva a cabo sin permisos, en violación de vedas, con artes de pesca no permitidas, con captura de especímenes de tallas muy pequeñas o en zonas prohibidas. ¿A quién pertenecen los mares de México? Al fondo de los problemas de México para gestionar sustentablemente sus mares y recursos marinos subyace un gran vacío de visión y perspectiva. ¿A quién pertenecen los mares de México? ¿Quiénes tienen derecho a valorarlos y a darles diferentes destinos? Hasta ahora, a pesar de que los mares son propiedad de la Nación de acuerdo con el Artículo 27 Constitucional, pareciera que la industria pesquera posee derechos exclusivos de uso y abuso. Virtualmente todo el mar territorial y patrimonial es explotado casi sin cortapisas. Pesquerías decaen, especies desaparecen y ecosistemas marinos completos son impactados en contra de la sustentabilidad de la propia industria. Casi todos los actores del sector pesquero asumen que los mares y sus recur-
10 І Artículo
sos son su propiedad . Con dificultad admiten otro actor o interés, aunque se trate de intereses públicos; por ejemplo, en favor de la conservación, del aprovechamiento sustentable o del turismo de observación y disfrute —no consuntivo— de especies y ecosistemas marinos. El poder de los intereses pesqueros es ubicuo en los mares nacionales. Recordemos cómo la mayor parte de la Zona de Exclusión en la Sonda de Campeche, donde se localizan las instalaciones estratégicas de la industria petrolera en México, ha sido recientemente abierta a la explotación pesquera, a pesar de riesgos muy claros para la seguridad nacional y la integridad de la infraestructura. También, a pesar de que eso significa romper una verdadera caja de ahorro ecológico y pesquero en el Golfo de México. El poder de la industria pesquera se manifestó además con rechazo a la iniciativa de la Ley General de Biodiversidad que pretendía otorgarle a la semarnat facultades en materia de vedas a la explotación de especies marinas. Otra expresión palmaria del poder pesquero es el fuerte caudal de subsidios que otorga la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (conapesca) a la industria y que representan más de 70% de su presupuesto, incluyendo subsidios a combustibles (diesel marino y gasolina ribereña, motores, embarcaciones menores, y cascos y equipamiento a barcos mayores). La entrega total e insostenible de los mares a la explotación pesquera no está escrita en ningún lado; es consecuencia de un soslayo histórico, institucional y cultural hacia nuestro territorio marino y de la sobrerrepresentación política otorgada a los actores del sector. Esto último, no obstante que la pesca contribuye con un porcentaje muy pequeño del Producto Interno Bruto (pib): apenas 0.1%, y del empleo de la Población Económicamente Activa (pea) total: 0.34%. La Tragedia y cómo superarla En el contexto de un acceso virtualmente irrestricto de la pesca a casi todo el territorio nacional marino y la Zona Económica Exclusiva, se configura en muchas circunstancias en los mares de México una típica Tragedia de los Recursos Comunes . Explotar lo más posible en el menor tiempo posible es la lógica predominante que, empujada por los subsidios de conapesca, ha llevado a que cerca del 85% de todas las pesquerías nacionales se encuentre en deterioro o en explotación máxima. La tragedia revela profundas deficiencias regulatorias y de política pública, así como fallas institucionales que impiden una intervención regulatoria gubernamental
asertiva y eficaz, por ejemplo, en términos de zonas de pesca restringidas, selectividad de artes de pesca, vedas, tallas mínimas, minimización de capturas incidentales, número máximo de embarcaciones y esfuerzo pesquero, registro exhaustivo de desembarcos, vigilancia estricta y sanciones creíbles a infractores, cuotas máximas, cuotas transferibles, derechos territoriales exclusivos de pesca y, sobre todo, con grandes Áreas Naturales Protegidas de exclusión pesquera. Éstas últimas, fundamentales como viveros o zonas de desove
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México posee un litoral de más de 11 000 kilómetros y una superficie marina territorial y en Zona Económica Exclusiva que es 1.5 veces mayor a su territorio terrestre.
y crecimiento, reproducción y recuperación, y de conservación y restauración de ecosistemas y cadenas tróficas, capaces de exportar especímenes y biomasa a áreas contiguas donde podría llevarse a cabo una pesca sostenible y mucho más productiva. Téngase en cuenta que animales marinos más grandes tienen un mucho mayor potencial reproductivo, y que estos sólo pueden crecer y multiplicarse de manera plena a salvo de la presión pesquera en Áreas Naturales Protegidas que así lo establezcan. De esta forma, la conservación sería soporte funcional de una industria pesquera floreciente, productiva, competitiva y viable a largo plazo.
12 І Crónica
Los latidos
del mar Por Alberto Tinoco Guadarrama I @albertotino
“Vámonos, dijimos, al Mar de Cortés, dándonos cuenta de que nos convertimos para siempre en parte de él… Le quitaremos algo, pero también dejaremos algo”.John Steinbeck, The Log from the Sea of Cortez.
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S
Mar de
OCEáno pacífico
és
Cort
i usted mira fijamente el océano, el tiempo suficiente, tendrá la impresión de que en el horizonte lejano se dibujan “las mejillas de la tierra”. Pero… cierre los ojos, tan sólo un momento, y escuche: ese aliento que viene desde lo más profundo. Aquí comenzó la vida, de esa historia olvidada que habita en nuestras células. Y debajo de esa inmóvil soledad, están los latidos del mar. Son alrededor de 1000 kilómetros de longitud, con profundidades de hasta 3 000 metros, entre montañas y cañones submarinos que aún no se conocen. Es el mar más joven, pero también el más estudiado del mundo. Es uno de los cinco ecosistemas marinos más diversos del planeta. Es parte del corredor biológico marino del Pacífico Oriental Tropical. Un laboratorio natural de la vida, con más de 800 especies de peces, alrededor de 4 500 especies de invertebrados y refugio para casi 40% de los mamíferos marinos del mundo.
Alberga 136 500 hectáreas de manglar, el más extenso y productivo del Pacífico mexicano. Su biodiversidad es Patrimonio Mundial Natural de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la unesco. Cada año, más de dos millones de visitantes recorren sus playas, sus costas, sus manglares, sus esteros, sus arrecifes rocosos y sus 244 islas e islotes, que resguardan la fuente de proteína animal que necesitará México para su seguridad alimentaria en el futuro cercano. Los conquistadores lo llamaron Mar de Cortés. Para el reconocido explorador y oceanógrafo Jaques Yves Cousteau, es “el Acuario del Mundo”. Y es de todos, es el Golfo de California. ¡Agua fría, verde y turbia! En cualquier lugar del mundo, el agua fría, verde y turbia sería el peor escenario para cualquier expedición fotográfica, pero en el Golfo de California nunca se sabe, todo está a punto de suceder. Las “malas” condiciones para bucear nunca serán pretexto para los necios que, como yo, queremos contar una historia. Aquí está ocurriendo algo y lo queremos averiguar. Parafraseando al escritor y viajero John Steinbeck: Vámonos, dijimos, al Golfo de California. En la zona de Loreto hay reportes de una ballena azul que parece rezagada en su migración hacia el norte. En la bahía de La Paz hay avistamiento de ballenas jorobadas, son las últimas de la temporada. En Los Islotes, una colonia de lobos marinos juguetea entre los turistas que se vuelven locos. Una familia de tres orcas, una hembra con dos juveni-
14 І Crónica les, aparentemente residentes de la bahía de La Paz, se dejan ver. Son perseguidas frenéticamente por los operadores turísticos que las acorralan hasta el cansancio. En “El Mogote” está próximo el cierre de la temporada del tiburón ballena. Miles de delfines siguen un cardumen de sardinas o macarelas cerca de la Isla Espíritu Santo. Y cientos de móbulas se agregan en una especie de danza sin sentido, mientras saltan en ese horizonte único donde el mar se funde con el desierto. Desde el invierno, pasando la primavera y casi hasta el final del verano, las imágenes del Golfo de California saturan Instagram, Twitter y Facebook. Todos quieren estar ahí. Nos sumergimos en “El Bajo”, un sitio de buceo en la Isla Espíritu Santo. Acompaño al doctor Arturo Ayala, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, uabcs. “Bocos”, como lo llaman sus amigos, nació en la Ciudad de México, pero hace mucho que se convirtió en “choyero”. Arturo Ayala me explica que la “Provincia de Cortés” —como se identifica a la región del Golfo de California— es la segunda más productiva de México en términos de biomasa, con alrededor de cuatro toneladas por hectárea. Según el Programa de Monitoreo Ecológico de Largo Plazo en el Golfo de California, publicado por la iniciativa datamares, la región de Loreto tiene el mayor número de especies registradas, con 270; le siguen El Corredor, con 245 especies; La Paz, con 235; y Cabo Pulmo, con 201. Sólo 10% de estas especies son de interés comercial. La vida desde abajo El Bajo, de la Isla Espíritu Santo, es un santuario de la biodiversidad. Recorremos esta montaña submarina que sorprende por la abundancia de peces.
Ramón Castellanos, de la Coalición en Defensa de los Mares de México, codemar, va al frente con su cámara. Lo sigo de cerca junto al fotógrafo y documentalista Fabricio Feduchy, un viejo lobo de mar que tuvo el privilegio de conocer al icónico Ramón Bravo, el gran buzo mexicano. Fabricio y yo nos alejamos del grupo mientras observamos un cardumen de barracudas que se mueven de forma coordinada, siempre en el mismo sentido, ante el acecho de los extraños. Yo sólo soy un aprendiz de fotógrafo y malo, por cierto, pero hay una extraña sensación cuando sabes que estás frente a una buena toma. Fabricio se coloca a un lado del cardumen y desde diferentes ángulos acompañamos a las barracudas. El Bajo está formado por un fondo superficial, rodeado por una fosa oceánica con una profundidad cercana a los 800 metros, que la separa de la Isla Espíritu Santo, y permite corrientes marinas y temperaturas que propician una abundante diversidad biológica, según han determinado estudios del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, cibnor, y la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos. De pronto, observamos una enorme especie de nata, que enturbia la columna de agua y se vuelve más densa y más amplia conforme nos aproximamos, hasta quedar rodeados por cientos de miles de microorganismos que incluso dificultan la visibilidad. Ramón Castellanos registra el momento con su cámara. Se trata de una “surgencia” de zooplancton, compuesto por materia orgánica, alevines y “huevecillos” de peces, así como diminutas larvas de almejas, crustáceos y equinodermos que viven suspendidos en la columna de agua y, aunque son capaces de moverse, son arrastrados
Las agregaciones de móbulas son unos de los espectáculos naturales más emblemáticos del Mar de Cortés. Foto: Leonardo González.
15 por las corrientes marinas y sus remolinos que suben desde el fondo, trayendo consigo los nutrientes. Todo está conectado Es un fenómeno que para muchos puede pasar desapercibido, pero que emociona, porque es justo en ese momento cuando puedes sentir los latidos del mar. Toda la cadena alimenticia se está moviendo y es la razón de las corridas de sardinas, anchovetas y macarelas que van persiguiendo el alimento. Detrás, se va generando un frenesí entre los grandes pelágicos en la bahía de La Paz. Lo que hemos logrado documentar son los nutrientes que dan sustento a las pesquerías de los alrededores, al funcionar como sitios de reproducción y refugio de las especies, además de ser un atractivo para el buceo autónomo y la pesca deportiva. En el Mar de Cortés todo está conectado. Buceamos el “Fang ming”, un barco hundido intencionalmente en 1999 para formar un arrecife artificial cerca de la Isla Espíritu Santo. Sobre la cubierta observamos pargos de gran tamaño a los que parece no importarles mucho nuestra presencia. En la parte baja del casco, a unos 20 metros de profundidad, sorprendentemente ha florecido una pequeña colonia de coral negro de casi un metro de altura. Pero es en Punta Lobos donde encontramos un enorme bosque de coral negro. Es un buceo profundo, bajamos a 133 pies (40 metros). Sigo a la investigadora Jenny Carolina Rodríguez, quien estudia una enfermedad en los corales del Pacífico. Jenny me muestra la colonia de coral negro que crece en forma ramificada como si se tratara de arbustos, pero no son plantas sino pequeños organismos llamados pólipos que forman colonias. Se trata de los corales de aguas profundas con el
Se dice que desde hace siete años en la bahía de La Paz es difícil ver un tiburón martillo. Históricamente ha sido la especie de tiburón más pescada en la región; sus poblaciones se han movido o han desaparecido. crecimiento más lento, se estima que crecen de ocho a 22 micrómetros por año. Las uñas de los humanos crecen cerca de 36 milímetros por año, 2 000 veces más rápido que el coral negro. Recorremos La Reina, un sitio de buceo en la punta norte de Isla Cerralvo. Es un arrecife con grandes agregaciones de peces. Observo meros, cabrillas y un cardumen de pargos azul dorado que después de unos minutos me rodea. A unos 25 metros de profundidad recorro un pequeño cañón lleno de vida. Mientras avanzo, los gobios se esconden entre las colonias de coral duro y las morenas verdes se asoman entre las oquedades de los montículos submarinos que parecieran adornados con estrellas de mar de todos colores y tamaños. Distingo una espectacular morena cebra que apenas se asoma, al tiempo que Ramón Castellanos y Edgar Escobar, nuestro dive master, registran a dos peces piedra, que se mimetizan con el entorno. Aunque parecen tímidos, se trata de una de las especies marinas más venenosas. Hacemos una inmersión en Las Ánimas, un grupo de islotes, al noreste de isla San José. Recorremos un canal profundo donde distinguimos algunas langostas, conocidas como “cigarra de las galápagos”. Son extrañas, parecen casi prehistóricas por su caparazón aplanado. Llama la atención que en casi todos nuestros buceos hemos encontrado restos de arpones, anzuelos y redes de pesca. En un sitio llamado El Pináculo, observo cómo nuestro dive master hace señales a lo lejos. Cuando salimos del agua, emocionado, Edgar Escobar asegura que había un tiburón martillo. Ninguna cámara lo registró. Se dice que desde hace siete años en la bahía de La Paz es difícil ver un tiburón martillo o cornuda como le llaman los pescadores. Históricamente ha sido la especie de tiburón más pescada en la región; sus poblaciones se han movido o prácticamente han desaparecido. —¿Y los tiburones?, pregunto a José Alberto Zepeda Domínguez, biólogo marino, quien trabaja programas de manejo sustentable con comunidades pesqueras de la bahía de La Paz. Sonríe, mueve la cabeza y responde: “En cualquier lugar hay tiburones, yo los encontré en Ensenada de Muertos, al este, a 60 kilómetros de La Paz. Ahí hay una flota tiburonera. Hay que dejar muy claro que pescar tiburón es legal. No está prohibido pescar tiburón, salvo algunas especies protegidas. Para que respiren tranquilos algunos, no se pescan los tiburones grandes, tienen un sabor a amoniaco. Tiene mayor precio el tiburón pequeño, es más sabroso, el que le llamamos cazón… No sé qué
16 І Crónica
tiburón estabas buscando o queriendo ver, pero vete con un tiburonero, ellos seguro saben dónde están”. — ¡Pero yo los quiero ver vivos! — Están vivos… En los anzuelos de los palangres, me responde lacónico. Al final de mi viaje por el Golfo de California subrayo una frase de John Steinbeck: “Los hombres realmente necesitan monstruos marinos en sus océanos personales”. Recordando a John Steinbeck Sin duda alguna, el Mar de Cortés es un paraíso, pero también tiene su infierno. Hace 78 años, John Steinbeck escribió en las notas de su bitácora: “Tomamos una pequeña colonia de corales blandos de una roca en un pequeño mundo acuático. Y eso no es terriblemente importante para la marea. A cincuenta millas de distancia, los barcos camaroneros japoneses están dragando con primicias superpuestas, criando toneladas de gambas, destruyendo rápidamente la especie para que nunca regrese, y con la especie destruyendo el
equilibrio ecológico de toda la región. Eso no es muy importante en el mundo. Y a miles de millas de distancia, las grandes bombas están cayendo y las estrellas no se mueven de ese modo. Nada de esto es importante o todo lo es”. La tragedia de los comunes Las cosas han cambiado un poco, ya no entran barcos japoneses, ahora es la propia flota pesquera mexicana la que se está devorando al Mar de Cortés. De aquí se extraen aproximadamente más de 500 000 toneladas al año. Suena bien, de no ser porque los cercos de los atuneros, las redes de arrastre de los camaroneros, los enmalles de los sardineros y los palangres de los tiburoneros, no sólo han colapsado a algunas pesquerías comerciales, también han incrementado la pesca incidental de especies protegidas. Hoy se tiran más redes, pero se captura menos. Las pesquerías están sobreexplotadas. La autoridad, que debería regular, deja que la “Tragedia de los Comunes” haga el resto. Hay una competencia desleal entre la pesca industrial y la pesca ribereña, entre las embarcaciones menores de Baja California Sur frente a los grandes barcos pesqueros de Sinaloa y Sonora. Y en medio de este vacío de autoridad, la pesca ilegal no respeta vedas ni tallas ni especies. El investigador Ismael Mascareñas, del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación, quien ha coordinado el Programa de Monitoreo Ecológico de Largo Plazo, no duda al señalar que el Golfo de California está en riesgo. El dato más revelador es que entre 1998 y 2017, las tallas de peces comerciales disminuyeron hasta 45 centímetros y 65% de los arrecifes se han degradado. En algún momento, los latidos del mar dejarán de escucharse, en lo profundo del Mar de Cortés.
Artículo І
¿
Sabías que el Océano Pacífico es el mayor cuerpo de agua del planeta con 160 millones de kilómetros cuadrados? Ocupa la tercera parte del globo y sus límites son el Ártico, la Antártida, Asia, Oceanía y América. Sus aguas rodean a la Baja California. Quizá la parte que toca la península, específicamente a Baja California Sur, sea mínima tomando en cuenta la extensión de este océano, pero te sorprendería saber la enorme riqueza natural que alberga esta zona: de Guerrero Negro a Cabo San Lucas (dirección sur), encontramos diversos hábitats que son hogar de cientos de especies —algunas que sólo encontramos aquí—, además de área de reproducción y
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alumbramiento de otras. ¿La más conocida?, sin duda, la ballena gris que llega hasta aquí tras recorrer unos 8 000 kilómetros desde Alaska. Otro habitante famoso: el temido, por mal comprendido, tiburón blanco, que halla aquí una “guardería” para los ejemplares más jóvenes. Y no olvidemos las “loberas”, como son conocidas las colonias de focas y lobos marinos. La enorme biodiversidad sudcaliforniana es posible por una razón: en este punto de la geografía de México se encuentran las aguas frías —y ricas en nutrientes— del norte con las aguas cálidas del sur, lo que genera las condiciones ideales para que esta explosión de vida suceda.
De Guerrero Negro a Cabo San Lucas:
el Pacífico Sudcaliforniano
Por la redacción
18 І Artículo El litoral más extenso del país Baja California Sur es el estado con la mayor extensión de litoral de nuestro país: 2 230 kilómetros. Una parte corresponde al Mar de Cortés, el golfo que se ubica entre el continente y la península, y la otra al océano Pacífico: 1 400 kilómetros. Y si bien el primero fue llamado por Cousteau “el Acuario del Mundo”, el segundo no se queda atrás. Así, imaginemos que recorremos el Pacífico sudcaliforniano de norte a sur para descubrir sus ecosistemas, del mar profundo a los manglares, pasando por sus esteros. Este viaje imaginario tendría que comenzar en el paralelo 28 Norte, justo donde la península se divide en dos estados y comienza la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, que con sus dos millones de hectáreas es una de las áreas naturales protegidas más grandes del mundo. Mirando al Pacífico, en el norte del estado, se localiza Guerrero Negro, con la mayor salinera del mundo. Muy cerca de
Los Cabos, Baja California Sur.
ahí se encuentra la laguna Ojo de Liebre, conocida internacionalmente por ser un lugar de reproducción e hibernación de la ballena gris. Pero, no es el único animal que depende de Ojo de Liebre: el león marino de California, el elefante marino del norte, la foca común, la ballena azul, aves y tortugas también viven ahí o son visitantes frecuentes. Muy cerca de Ojo de Liebre, siguiendo la costa, encontramos varios pueblos pesqueros: Bahía Tortugas, Bahía Asunción y Punta Abreojos (llamada así porque “hay que abrir muy bien los ojos” ante las difíciles condiciones de navegación), localidades que se sostienen de la captura de especies representativas del Pacífico sudcaliforniano: langosta, abulón, ostión y caracol. Además sus playas, ideales para practicar surf y kitesurf, atraen al turismo… Pero uno diferente, al que no le interesan los grandes resorts y prefieren lugares apenas poblados, lejos de la civilización y en los que el tiempo, al parecer, se detiene.
19 Bajando hacia al sur y saliendo de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, todavía queda mucho por descubrir. Por ejemplo: en la parte central de la península nos encontramos con lugares como La Bocana, con su estero rodeado de manglares y dunas costeras. Desde ahí parten los tours de pesca deportiva. Las recompensas para los más hábiles son pez vela, atún, jurel o dorados. También en la región central se ubica San Juanico, una comunidad de apenas 500 personas, pero que en verano e invierno recibe a surfistas internacionales que acuden en busca de las olas más grandes del mundo. Bajando más, en Bahía Magdalena nos encontramos con los puertos de San Carlos y Adolfo López Mateos, comunidades pesqueras pero también excelentes puntos para observar a la ballena gris o bien practicar la pesca deportiva de pez espada, mero, marlín o jurel, entre otros. Después, hacia la parte sur del Pacífico sudcaliforniano seguimos encontrando sorpre-
sas, como el Pueblo Mágico de Todos Santos y, desde luego, Cabo San Lucas, con su turismo de gran clase. Un hábitat en riesgo Diversidad de ecosistemas, una de las mayores producciones pesqueras del país, una reserva natural Patrimonio de la Humanidad por la unesco, un litoral que alberga santuarios lo mismo para ballenas que para aves, la mayor extensión de dunas costeras en todo el país, una industria turística… Hasta aquí queda claro que la costa del Pacífico sudcaliforniano guarda una riqueza incalculable que, como sucede en todo el país, corre el riesgo de perderse. ¿La principal amenaza? La sobrexplotación pesquera. De acuerdo con el artículo “¿Cómo se pesca en México?”, elaborado por varios autores para datamares.org, el abulón y callo de hacha que en los 70 se contaban por millones, hoy tienen una población de apenas miles. Otro caso es el del tiburón: el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas de La Paz advierte que su sobreexplotación está afectando la vida marina. Entre menos tiburones más depredadores, como el calamar, que diezman la población de peces menores, rompiendo así el delicado equilibrio ecológico de los mares. Pero entonces, ¿es posible aprovechar el Pacífico sudcaliforniano sin afectarlo? La buena noticia es que sí… mientras se haga de manera responsable: creando nuevas áreas marinas protegidas, respetando las vedas —como la del camarón, pepino de mar o pulpo—, apostando por otras formas de turismo, como el rural o no consuntivo, respetando las cuotas de embarcaciones que pueden salir a visitar las loberas o los santuarios balleneros, resistir las ganas de interactuar con los animales; por ejemplo, tocar a las crías de ballena o focas, pero sobre todo siendo conscientes que la riqueza de la región está en sus ecosistemas. De perderlos, sólo quedaría la nada.
¿Dónde está el Pacífico Sudcaliforniano?
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20 І Infografía
UN OCÉANO INVADIDO
POR PLÁSTICO Por Ana Lucía Altamirano I @airedetina
8
2050, habrá 4 toneladas Para
millones de
toneladas de plástico acaban en el océano cada año. Equivalen a vaciar un camión de basura por minuto (en 2030 serán 2 camiones por minuto; en 2050, 5).
de plástico por cada
3de toneladas peces; es decir, habrá más plástico que peces en los ecosistemas marinos.
60%
de las especies marinas en el mundo han consumido algún tipo de plástico (al confundirlo con alimento).
Existe una tonelada de plásticos por cada
3 toneladas
de peces en los mares.
100% de lA arena de las playas de todo el mundo contiene contaminación por microplásticos (diminutas partículas tóxicas).
21
Un océano contaminado con plásticos puede causar
Cada mexicano puede utilizar hasta
13de000 millones dólares en pérdidas anuales.
38 plásticos 000a lo popotes largo de su vida.
Al año, el plástico en el mar causa la muerte de
Hoy hay más de
un millón de aves y
100 000 mamíferos
marinos (de 600 especies diferentes).
150 millones de toneladas de desechos plásticos en el océano.
90% de la basura flotante del océano está compuesta por plástico. ¿Cuánto tiempo tardan en desaparecer del planeta? • Servilleta de papel: De 2 semanas a un mes (luego de depositada en la basura). • Vaso de unicel: 1 000 años. • Botella de PET: 100 años. • Suela de zapato: 65 años. • Bolsa de plástico: 150 años. • Pila: 500 años. • Pañal: 450 años. • Lata de aerosol: 30 años. • Lata de refresco: 10 años. • Chicle: 5 años. • Colilla de cigarro: 2 años.
Fuentes • Ellen MacArthur Foundation • New Plastic Economy • Ocean Conservancy • ONU • Parley for the Oceans • Save on Energy • SEMARNAT
22 І Artículo
México está preparado para proteger
al Acuario del Mundo Por John Kerry I @JohnKerry
A
lrededor de nuestro planeta las actividades humanas están cambiando al océano, que enfrenta amenazas sin precedentes como la sobreexplotación de las pesquerías, la pérdida de arrecifes de coral, la contaminación y la erosión de nuestras costas, debido al aumento del nivel del mar. Ante ello, muchas naciones han reconocido la importancia de que el mundo entero tenga un océano saludable, y se han comprometido a combatir dichas amenazas. Por su liderazgo, México ha sido un país ejemplar en esta lucha. Conocemos la intención de México de crear una gran Área Marina Protegida (amp) a fin de salvaguardar la enorme riqueza del Mar de Cortés y la costa del Pacífico de Baja California Sur. Esta excelente noticia nos llega a menos de un año de que el Presidente Enrique
Peña Nieto declarara el Archipiélago de Revillagigedo, una cadena de islas prístinas en el Pacífico mexicano, como un Parque Nacional con cerca de 150 000 km2, completamente protegido de actividades extractivas. Sin embargo, el trabajo de México hacia la protección de sus mares comenzó en un área mucho más pequeña: el Parque Nacional Cabo Pulmo (ubicado en Baja California Sur), que en todo el mundo es considerado un gran éxito. La ciencia muestra que las amp garantizan la sobrevivencia de fauna marina como ballenas, delfines, tiburones y tortugas, pero también benefician a las pesquerías en aguas adyacentes. Cabo Pulmo es un claro ejemplo de ello.
23
Este parque se decretó en 1995 como resultado de un proceso colaborativo entre la comunidad local y ong, científicos y oficiales de gobierno. Uno de los resultados más asombrosos es que en el transcurso de 10 años la biomasa de peces en el parque se cuadriplicó. Ello significa que los peces pueden crecer y madurar dentro del área protegida, y también salir de ésta a través de un efecto conocido como derrame (spillover). Una vez fuera, los peces pueden ser capturados y coadyuvar a sostener a las pesquerías por muchas generaciones. Cada año, Cabo Pulmo atrae cerca de 30 000 turistas interesados en ver arrecifes de coral saludables, lobos marinos, tiburones
martillo, mantarrayas gigantes del Pacífico y distintos mamíferos marinos. Con ello, el parque es capaz de generar empleos bien remunerados y seguridad económica para la comunidad, mejorando significativamente su nivel de vida. Desde su declaración, el modelo de Cabo Pulmo se ha replicado en todo el mundo. A principios de este año, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, estableció el área marina protegida Rapa Nui alrededor de la Isla de Pascua, protegiendo en forma integral un área cercana al tamaño de todo el territorio continental de aquel país sudamericano. Esta zona fue acordada por el pueblo Rapa Nui a fin de proteger la pesca tradicional, sus ecosistemas y biodiversidad únicos, y así mantener por generaciones sus medios de sustento. Del otro lado del Pacífico, el Presidente Tommy Remengesau declaró la pequeña nación insular de Palau como Santuario Nacional Marino, protegiendo en forma integral 80% de las aguas del país. En el mismo decreto se creó una zona de pesca para aprovechamiento exclusivo de los pescadores locales. El santuario de Palau proporciona recursos marinos para el mercado local, y también satisface con creces al creciente mercado turístico, que año con año genera millones de dólares. La creación de una gran reserva marina en el Mar de Cortés y la costa del Pacífico de Baja California Sur impactará positivamente a decenas de miles de pescadores de comunidades adyacentes, así como a distintas especies marinas, incluyendo tiburones, delfines, ballenas, atunes, mantas y tortugas, que conocen a esta área como su hogar. Se trata de una propuesta que permite que la pesca local continúe, otorgando a las comunidades derechos sobre sus aguas costeras por primera vez en la historia. De llevarse a cabo, en el tiempo las poblaciones de peces continuarán recuperándose, y generarán efectos de derrame hacia afuera del área protegida, lo que posibilitará mayores capturas para futuras generaciones de pescadores. Aprovecho esta oportunidad para felicitar al pueblo de México por esta nueva iniciativa y expresar mi confianza en que el Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador fortalecerá el gran legado de México para el océano, beneficiando a sus comunidades costeras con más peces, más turismo y más empleos bien remunerados.
Sobre el AUTOR John Kerry es exsecretario de Estado de Estados Unidos y exsenador demócrata por Massachusetts. Lideró la primera conferencia Our Ocean, en 2014, que creó un foro internacional donde jefes de Estado y ministros, científicos, ambientalistas y líderes empresariales se reúnen cada año para discutir el estado que guardan los océanos del mundo, asÍ como los pasos que se deberán tomar para protegerlo y las soluciones hacia el futuro.
24 І Artículo
Pesca ribereña en el
Mar de Cortés Radiografía de un sector clave Por Héctor Reyes Bonilla, Francisco Omar López Fuerte y Carlos Salomón Aguilar. Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).
Hablar del Mar de Cortés es hablar de pescadores ribereños o artesanales quienes por generaciones y generaciones han encontrado en el mar su principal fuente de sustento. Sin embargo, para garantizar que el ecosistema esté sano, en equilibrio y se mantenga como un vivero de especies ma-
rinas, es fundamental reordenar este tipo de pesca, por lo que los autores del texto nos planean los retos a futuro que enfrentan estos “hombres del mar”. Se trata de una tarea que, además de involucrarlos a ellos, requiere la participación de un gran número de sectores de la población. Todos debemos apoyar e intervenir.
25 Los beneficios sociales La pesca artesanal se lleva a cabo principalmente en embarcaciones menores a 10 metros de largo, y es una actividad económica relevante en el Mar de Cortés. En esa región al menos 55 000 pescadores generan poco más de 50% de la captura ribereña del país, y su trabajo da empleo a cerca de 90 000 personas de ambos sexos, quienes operan casi 250 plantas procesadoras o comercializan los productos dentro y fuera de México. Ahí el esfuerzo de pesca se concentra entre el sur de Sonora y a lo largo de Sinaloa, una región biológicamente muy productiva. El valor comercial de las pesquerías ribereñas del Mar de Cortés en 2016 fue aproximadamente de 575 millones de pesos, y para mantener esta actividad en 2017 el gobierno federal invirtió más de 700 millones para modernizar 18 000 embarcaciones. En resumen, las actividades de pesca en el Golfo de California ofrecen una gran cantidad de beneficios para las personas involucradas en las labores, y para nosotros los consumidores. Los recursos En el “Acuario del Mundo” la pesquería es multiespecífica y gran parte de la captura es de “peces de escama”; incluye cabrillas, pargos, cochitos, huachinangos, jureles, lenguados y pericos. Además, hay importantes niveles de captura de invertebrados —en especial, pulpos—, muy diversas clases de almejas y caracoles, y especies que no se consumen en México pero tienen alto valor en el mercado internacional, como las medusas “bola de cañón” y los pepinos de mar. LAs artes de pesca En el Mar de Cortés se emplea una gran variedad de sistemas de captura. La Carta Nacional Pesquera incluye líneas de mano, anzuelos y redes de monofilamento para los peces de escama, equipos de buceo semiautónomos (hooka) para la captura de pulpo, almejas y caracoles; poteras y redes de cerco para el calamar; atarrayas y redes de arrastre con excluidores de tortugas y peces para el camarón ribereño; ganchos y trampas para jaibas, cangrejos y langostas; y chorros de agua impulsados por motobombas para las almejas generosas. Los impactos negativos Según el gobierno federal, 75% de los recursos marinos del país se encuentra en su máximo nivel de aprovechamiento sustentable. Una especie en esta condición está siendo extraída a un ritmo que reduce la intensidad de la competencia entre los individuos, por lo que la siguiente generación tendrá iguales probabilidades de éxito y, como resultado, la pesca sigue siendo una actividad viable. Desafortunadamente, ese punto de balance fluctúa por efectos ambientales o errores en las asignaciones de las cuotas de captura, y eso lleva al deterioro de la pesquería; actualmente 15% de los re-
26 І Artículo
cursos marinos de México y del Golfo de California están sobreexplotados. El problema no es nuevo, y en décadas pasadas la falta de regulación ocasionó que la totoaba, la tortuga y los tiburones fueran capturados a tal nivel que el gobierno federal tuvo que aplicar fuertes regulaciones e incluso llegar a la veda total. Otro agente que favorece la sobrepesca es la falta de información precisa sobre las capturas, que no permite estimar el nivel adecuado de explotación de las especies. En este sentido, la Carta Nacional Pesquera promueve la problemática porque, por ejemplo, muchas especies de peces son consideradas juntas como “escama”, y es imposible manejarlas eficientemente. Por último, la pesca ilegal continua en el golfo, y un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad —publicado en 2013— indica que esta puede representar hasta 50% de la captura. El asunto no tiene solución obvia o inmediata, pero quizá sea el principal obstáculo para el buen manejo de los stocks pesqueros. Los retos a futuro Como dijimos, la pesca es una actividad esencial en el Mar de Cortés por su relevancia económica, social y cultural, y la situación de la mayoría de los recursos aún es aceptable. No obstante, es indispensable trabajar no sólo para mantener este estado de cosas, sino para recuperar las poblaciones que han sido afectadas en exceso. La mejor forma de alcanzar esta meta es involucrar los saberes de todos los actores. Es fundamental aumentar la vigilancia para disminuir en lo posible la pesca ilegal; es importante también decretar refugios pesqueros y otorgar concesiones que den certeza legal a los pescadores para el manejo de sus recursos. Por otra parte, las comunidades
pesqueras deben respetar las regulaciones y además llevar a cabo registros confiables de las capturas que permitan correctas asignaciones de cuotas. Las organizaciones civiles deben mantener sus programas de educación ambiental y apoyar a los pescadores para organizarse. Asimismo, los académicos tienen un papel esencial que jugar, aportando información científica que guie de manera confiable a todos los sectores para el manejo y preservación de sus recursos. La colaboración de todas las partes nos puede llevar a la verdadera aplicación del enfoque ecosistémico en el diseño de Programas de Ordenamiento y Planes de Manejo, lo cual permitirá realizar una pesca verdaderamente sustentable.
Los números de la pesca artesal en el Golfo de California 55 000 pescadores generan poco más de 50% de la captura ribereña del país. Genera cerca de 90 000 empleos. El valor comercial es de 575 millones de pesos. 15% de los recursos marinos del Mar de Cortés están sobreexplotados.
Opinión І
27
Sociedad civil:
indispensable
en la protección
de los océanos Por JP Geoffry
La conservación de los mares del planeta es tarea de todos... ¡de todos! Incluidos tú y yo. De ello está convencido el autor de este texto, JP Geoffroy, Líder de Campaña para Sea Shepherd Conservation Society, organización que reúne los esfuerzos de habitantes de todo el mundo, quienes se arriesgan con tal de evitar la destrucción de los ecosistemas marinos y la matanza de las especies que los habitan. Para lograrlo, investigan, exponen y atacan las actividades ilegales en los mares del planeta.
D
esde su fundación —en 1977—, Sea Shepherd ha colaborado con los distintos niveles de gobierno de los países en los que opera, sin importar el color del partido en el poder, como una forma de expresar lo que la comunidad y el planeta necesitan; estas colaboraciones pueden ir desde una asesoría legal hasta poner nuestros barcos y voluntarios a disposición del Estado para trabajar juntos en la protección de una o más especies. En mis años trabajando en conservación (más de ocho) me es muy sencillo decir que la participación de la Sociedad Civil en la protección del medio ambiente es fundamental; pero no es la única responsable, ya que estoy convencido de que la comunidad en su totalidad debería proteger y contribuir con esta titánica labor. En el caso particular de México, operamos en el Alto Golfo de California (Mar de Cortés) en coordinación con otras organizaciones como el Museo de la Ballena y Ciencias del Mar y pescadores locales —avalados por la Secretaría de Medio Am-
biente y Recursos Naturales (semarnat)—; el objetivo de estas acciones es proteger a la vaquita marina, especie endémica que se encuentra en serio riesgo de extinción. Desde que inició en esta región de los mares de México la Operación Milagro, impulsada por Sea Shepherd, hemos removido aproximadamente 100 toneladas de artes de pesca ilegales en la zona, considerada un refugio de dicho cetáceo. Con base en los resultados que hemos obtenido hasta ahora, no me queda duda de que lo que realmente está teniendo un efecto real en salvar a la vaquita marina es la extracción de los artefactos por los que está muriendo; me refiero a esas redes ilegales que dejan los pescadores furtivos, y que no sólo están matando vaquitas marinas, también están acabando con otras especies como la totoaba así como con tiburones martillo y rayas que fácilmente caen en estas trampas mortales. Desde mi perspectiva, esta lamentable situación se debe a una característica que tenemos en común todos los humanos: la codicia. Es decir, ese deseo por el dinero y por querer más y más sin pensar en el daño que ocasionamos. Cualquiera que sea la forma en que la sociedad en general pueda colaborar con la protección de nuestro planeta es bienvenida, ya que todos somos responsables de cuidarlo, comenzando por ti que estás leyendo este artículo. Debemos aprender a mirar más allá y ver cómo nuestras vidas tienen un efecto por cada acto que realizamos: plásticos, deforestación, contaminación y otros. Todos somos parte del problema y por ende todos deberíamos ser parte también de la solución; tenemos que encontrar la manera de armonizar el desarrollo con el medio ambiente.
28 І Opinión
Una visión común para la
sustentabilidad
en el
Mar de Cortés
Por Catalina López Sagástegui Directora del Programa Marino del Golfo de California
Todos tenemos un mismo objetivo: el bienestar de las comunidades.
29
E
n los mares mexicanos abunda una riqueza inigualable. Desde arrecifes llenos de coloridos peces que se esconden entre abanicos de mar, hasta aguas azules y profundas donde especies majestuosas como calamares, tiburones o mantas gigantes nadan en busca de alimento. Recorrer nuestras costas es una aventura que nos lleva por lagunas costeras en las que cada invierno nacen nuevas generaciones de ballena gris; playas arenosas que despiertan en las noches con el arribo de tortugas marinas; y esteros y lagunas abrazadas por verdes bosques de manglar, en donde la abundancia de camarones, almejas y peces se convierte en sustento para miles de pescadores y sus familias. De los mares que rodean a México, la alta biodiversidad del Golfo de California lo convierte en un lugar valioso para el sector pesquero y el turístico, y también para el sector de la conservación cuya historia trabajando para protegerlo es larga. Con las necesidades alimentarias de una población creciente, una industria turística que va en aumento y pesquerías en su máximo nivel de aprovechamiento, encontrar cómo satisfacer las necesidades de cada sector es un desafío constante. El reto entre conservación y pesca no comenzó ayer. Históricamente se ha abordado con una perspectiva de esfuerzos aislados, como si ambas fueran excluyentes. Ambos sectores buscan soluciones en sus propios baúles de herramientas, sin comunicarse y sin reconocer sus limitaciones. Este tipo de estrategia ha resultado en catástrofes ambientales como la que se vive en el Alto Golfo (Baja California). La presión por proteger a la vaquita marina no ha beneficiado a la especie y ha incentivado la pesca ilegal (afectando a otra especie protegida: la totoaba). Hoy, las comunidades dependen de subsidios insostenibles y batallan para adaptarse a una realidad que incluye a la pesca; la incertidumbre aumenta y la calidad de vida se deteriora. No podemos ignorar que la pesca genera ingresos para las comunidades que rodean al Golfo de Baja California. Aquí se producen en promedio un millón de toneladas de producto marino al año, equivalente a 5 500 millones de pesos. Sin embargo, la abundancia del capital natural en el Golfo no es infinita y ha alcanzado serios niveles de sobreexplotación. La solución no es pasar más tiempo en el mar o aprovechar nuevas especies para sol-
Mientras que los sectores de pesca, turismo y conservación empujan agendas particulares, la ciencia debe ser el compás que los guía hacia la sustentabilidad.
ventar las pérdidas económicas generadas por pesquerías colapsadas o en deterioro. El sector debe disminuir su dependencia de fondos públicos que sólo aumentan el esfuerzo pesquero, distorsionan el comportamiento de los mercados e impiden a México alcanzar sus metas de sustentabilidad. El sector de la conservación, por su parte, debe aprender a ser más incluyente y a navegar entre una variedad de contextos; modificar estrategias, sin sacrificar una visión sustentable. La conservación debe encontrar el balance entre el valor intrínseco y el percibido de la biodiversidad; debe buscar el beneficio social en todo su significado. La solución a los problemas de sustentabilidad no está en limitar el acceso a nuestros recursos naturales, sobre todo cuando no existe la capacidad humana para ejecutar una medida de este tipo. En el Golfo de California urge una visión multidisciplinaria que integre metas y estrategias de colaboración. Este es el reto más grande. Mientras que los sectores de pesca, turismo y conservación empujan agendas particulares, la ciencia debe ser el compás que los guía hacia la sustentabilidad. Es tiempo de que el sector académico se vuelva un actor activo y visible en la discusión. La ciencia debe ser neutral y objetiva, y debe alimentar las discusiones en torno al aprovechamiento y cuidado de los recursos naturales. Todos tenemos una meta en común: el bienestar de las comunidades. El desarrollo social, en todo su ámbito, debe ser lo que empuje a los líderes de estos sectores a trabajar para que el balance entre el aprovechamiento y la salud de los ecosistemas marinos del Golfo de California se alcance.
30 І Infografía
de cañas, anzuelos Pesca deportiva: alternativa de conservación Por Amaya Bernárdez y Francisco Ursúa
La pesca deportiva es una gran oportunidad para fomentar el turismo en nuestro país, atraer visitantes y generar ingresos; en especial, en Baja California Sur. Sin embargo, debe estar basada en decisiones inteligentes que garanticen la conservación de los mares de México y de las especies marinas que habitan en ellos.
definición
Es una actividad turística de esparcimiento que consiste en la captura de especies de vida silvestre mediante el uso de línea de mano o caña, con anzuelo y carnada viva o señuelos artificiales. Se practica en mares y costas, ríos y aguas interiores de todo el mundo, a pie desde la orilla o desde una embarcación, tanto estática como en movimiento.
contexto
En México, la actividad se realiza en prácticamente todo el litoral, así como en cerca de 50 embalses de aguas interiores. Se dirige a 99 especies, de las cuales 80 son marinas y 19 dulceacuícolas. Existen alrededor de 14 000 embarcaciones de pesca deportiva con bandera nacional e ingresan anualmente un promedio de 18 000 embarcaciones extranjeras, que se reparten 65% en el océano Pacífico, 11% en el Golfo de México y Mar Caribe, y el 24% restante en aguas continentales.
especies objetivo ESPECIES MAYORES (PICUDOS)
Habitan en aguas templadas y tropicales, son migratorias y muy apreciadas por su gran fuerza y tamaño. pez vela (isthiophorus platypterus)
marlin rayado (tretapturus audax)
pez espada (xiphias gladius)
marlin azul (makaira nicrans)
marlin negro (makaira indica)
ESPECIES MENORES Dorado (coryphaena hippurus)
OTRAS ESPECIES DE INTERÉS COMERCIAL
atún aleta amarilla (thunnus albacares)
Pez gallo (nematistius pectoralis)
wahoo (acanthocybium solendari)
jurel (trachurus picturatus murphyi)
31
y carnadas
la pesca deportiva es una actividad altamente redituable y, por tanto, su promoción debe considerar que las especies comerciales deben manejarse desde la sustentabilidad y desarrollarse de forma planificada.
COMO deporte
Baja California Sur es, con mucho, el estado donde más se practica pesca deportiva, con cuatro destinos principales: Los Cabos, Los Barriles-Buenavista, Loreto y La Paz. El primero de estos destinos alberga 73% de la infraestructura para hospedaje y servicios conexos, y atiende actualmente a 65% de la afluencia de pescadores deportivos a México (Ibáñez Pérez et al. 2016). También en Los Cabos se encuentran todas las especies de pesca deportiva, lo que hace de éste un sitio privilegiado.
torneos
En 2016, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (conapesca) reportó 254 torneos de pesca deportiva, de los cuales 142 fueron en aguas marinas y 112 en aguas interiores de todo el País. Para 2017, llegaron a México 5 000 pescadores provenientes de 820 equipos de varios países. El evento más importante en materia de participación y premios es el Torneo Internacional de Pesca Deportiva Bisbee’s Los Cabos Offshore con una expectativa de 124 equipos y una bolsa acumulada en premios de 7.5 millones de dólares. Se le considera el torneo mejor premiado del mundo.
impacto sobre la vida silvestre
¿Qué pasa en Baja California Sur?
La pesca deportiva que se realiza bajo la modalidad de captura y liberación o catch and release se puede considerar como una opción sustentable. No obstante, fuentes científicas muestran que la mortandad de especies extraídas con pesca deportiva varía con cada especie en función de siete factores relevantes, en orden de importancia:
•
1. Ubicación del anzuelo: Si el anzuelo engancha al pez en cualquier órgano vital, la probabilidad de supervivencia decrece significativamente.
• El gasto promedio por persona se calcula en 1 785 dólares.
2. Tipo de carnada: La carnada natural incrementa el riesgo de que los peces traguen el anzuelo, y con ello la probabilidad de supervivencia se reduce.
400 000 personas, en su mayoría visitantes internacionales, pescan cada año en BCS.
• La derrama supera los 1
100 millones de dólares anuales. • La actividad genera más de 24 000 empleos.
3. Tipo de anzuelo: Los anzuelos tipo “J” son ingeridos con mayor facilidad que los anzuelos circulares, mismos que reducen la mortalidad pues reducen la probabilidad de enganchar órganos vitales. 4. Profundidad de la captura: Este factor se relaciona con la expansión de la vejiga natatoria de los peces. Mientras mayor sea la profundidad de captura y la velocidad de extracción, mayor será la probabilidad de lesiones por vejiga natatoria. 5. Temperatura del mar: Se ha documentado que a mayor temperatura del agua, la mortalidad parece ser mayor. 6. Tiempo de “pelea”: “Pelea” es la etapa en la que el pescador y el pez luchan por vencer al otro. Mientras ésta sea mayor, el estrés asociado a cambios fisiológicos aumenta, y con ello la mortalidad. 7. Exposición al aire: Una vez que el pez sale del agua, y mientras el pescador corta el anzuelo para regresarlo, el pez no tiene acceso a oxígeno, lo que en combinación con el estrés de la captura, puede alargar su periodo de recuperación. Mientras menor sea el tiempo de exposición al aire, mayor será la probabilidad de supervivencia.
Fuentes: • Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (conapesca). • The Billfish Foundation.
32 І Artículo
TIBURONES
DEL MAR DE CORTÉs:
estado actual Y OPORTUNIDADES
DE CONSERVACIÓN Por James Ketchum I @PelagiosKakunja Pelagios Kakunjá A. C.
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En términos ecológicos, podríamos pensar que el tiburón martillo está extinto en el MAR DE CORTÉS; la sobrepesca, la degradación de su hábitat y el cambio climático han sido letales para esta carismática especie marina. Sin embargo, no todo está perdido… La ciencia puede ofrecer una solución efectiva que permita recuperar las poblaciones del “rey del mar” que solían habitar en el golfo de california.
34 І Artículo
“
¡Mira, un pez sapo aboyado!”, gritó Félix Higuera, marinero del barco de buceo Don José, cuando me alistaba para bucear en el shark alley (callejón de los tiburones) en una pequeña isla del Golfo de California. Esa mañana estaba un tiburón ballena en superficie y al sumergirme en las azules aguas de verano había varios individuos de esta especie a unos 30 metros de profundidad alrededor de un pináculo. Después, vimos muchos peces como cabrillas, pargos, pericos, y también tortugas y algunos tiburones martillo cerca. Más adelante, un gran cardumen de barrilete y jureles… Detrás, unos 100 martillos justo encima del bajo sur. Así era en 1994 este islote llamado Las Ánimas. Hoy en día el panorama es muy distinto. 20 años después, buceando en este mismo lugar, lo único que podemos observar es el fondo rocoso con muy poca vida, sólo pocos peces pequeños y dispersos. Ningún tiburón. La misma historia podemos contar de El Bajo de Espíritu Santo (montaña submarina), donde en los 90 había mucho atún y cardúmenes de tiburón martillo, formando grandes espirales de más de 100 individuos. Ahora queda muy poca o nada de esta abundante fauna marina. El tiburón martillo común (Sphyrna lewini) era abundante también en muchas otras montañas submarinas e islas del Mar de Cortés. En los 70 y 80 los cardúmenes de martillos podían llegar a ser de 300 o más animales. En la actualidad, la abundancia de esta especie es tan baja que se puede pensar que está extinta, ecológicamente hablando, de este emblemático mar. La modificación en abundancia de tiburones y fauna marina es diferente entre una generación y otra (shifting baselines), y se hace evidente en los cambios de percepción que tiene el ser humano de la naturaleza según lo que observa a su alrededor. En el Golfo de California existen alrededor de 40 especies de tiburones, de las cuales 12 están catalogadas como Amenazadas; de éstas, 10 son consideradas Vulnerables (entre otras, tiburón zorro, tiburón piloto, tiburón mako y tiburón martillo prieto) y tres En Peligro (tiburón martillo común, martillo gigante y el tiburón ballena). Las principales amenazas para los tiburones en esta región son la sobrepesca, la degradación del hábitat y el cambio climático. La sobrepesca y la falta de medidas de manejo han ocasionado el colapso de algunas poblaciones de tiburones en los últimos años, en particular, de especies de hábitos costeros, ya que pueden ser capturadas de manera muy frecuente como son los tiburones puntas negras y martillo. De igual forma, las especies que se mueven fuera de la costa y que se asocian con islas o montañas submarinas, como los tiburones piloto, zorro y martillo, son muy vulnerables a la intensa pesca industrial. El tiburón martillo común tiene un alto valor en México para la industria pesquera por sus aletas y también como recurso ecoturístico en lugares como el Parque Nacional Revillagigedo, e históricamente en El Bajo de Espíritu Santo y Las Ánimas. Sin embargo, esta especie no está protegida en nuestro país y no existe un plan de manejo específico u otras herramientas de conservación para esta especie, que a nivel internacional está considerada En Peligro de Extinción (véase la iucn). La única medida que existe para su manejo es el periodo anual de veda de tres meses (mayo, junio, julio), implementado por la conapesca a partir de 2012. Uno de los graves problemas de esta situación es que, al disminuir las poblaciones de los depredadores tope a niveles muy bajos, éstos son sustituidos por depredadores más pequeños (mesodepredadores) como rayas, cazones o calamares, que pueden volverse tan abundantes que son capaces de acabar con sus respectivas presas (peces o invertebrados) en el siguiente eslabón de la red alimenticia, lo cual ocasiona un desequilibrio de los ecosistemas marinos. Esto se conoce como cascada trófica. Un ejemplo de ello se ha observado en el Golfo de California con la desaparición del tiburón martillo a fines de los 90, que coincidió con una super abundancia de calamar jumbo, consumidor de grandes cantidades de langostilla pelágica, peces mesopelágicos y sardinas, y la llegada de un nuevo depredador tope: el cachalote. El nivel de degradación de sitios como Las Ánimas y El Bajo de Espíritu Santo es de llamar la atención, considerando la importancia que tenían para el buceo recreativo, pesca deportiva y pesca comercial desde los 70
hasta el inicio de la primera década del nuevo milenio. En una época, estos dos sitios fueron los mejores lugares del mundo para bucear con grandes cardúmenes de tiburón martillo, atrayendo el interés de cineastas submarinos de fama internacional, como Howard Hall, y de conocidos científicos como Peter Klimley o Sylvia Earle, quien recuerda que en su primer buceo en Las Ánimas en 1965 había tantos tiburones martillo como estrellas en el cielo (“as many hammerheads as stars in the sky”). Se podría decir que esta gran abundancia de tiburón martillo funcionó, en buena medida, como el motor de la economía turística de La Paz (Baja California Sur) durante las décadas de 1980 y 1990, cuando diversas compañías de ecoturismo ofrecían viajes de buceo a Las Ánimas y El Bajo de Espíritu Santo para ver a los grandes cardúmenes de tiburón martillo. Es lamentable que los tiburones hayan desaparecido de estos sitios. Esta fue una de las principales razones que en 2010 me llevaron a fundar Pelagios Kakunjá, con mi amigo
35 y colega Mauricio Hoyos, una organización sin fines de lucro que centra sus esfuerzos en estudiar y conservar las especies de tiburones y rayas en México, muchas de ellas amenazadas o en peligro de extinción a nivel global. Una de las metas que nos propusimos fue generar información técnica para el manejo regional y la implementación de estrategias de conservación para estas especies en México. Unos años después, con los resultados de nuestros estudios, logramos contribuir a la declaratoria del Archipiélago de Revillagigedo como Patrimonio Natural de la Humanidad por la unesco y a la ampliación de la reserva marina. Las investigaciones sobre movimientos de tiburones y mantas realizadas por investigadores de Pelagios Kakunjá —en conjunto con Pacific Manta Research Group y MigraMar—, fueron un componente importante para que en 2016 la declaratoria de la unesco recomendara al gobierno mexicano ampliar el área marina núcleo del Archipiélago de seis a 12 millas náuticas. Además, apoya-
mos a la conanp con información científica para la elaboración del Estudio Previo Justificativo para la declaratoria del Parque Nacional Revillagigedo y se propuso una reserva marina de mayor dimensión y más efectiva para proteger a tiburones, mantas y a otras especies migratorias y vulnerables en el Pacífico mexicano. La culminación de todos estos esfuerzos fue que en noviembre de 2017 se decretó a las Islas Revillagigedo como el Parque Nacional sin pesca más grande de Norteamérica, con un área de 148 000 km2. Lo anterior demuestra que la información técnica generada a través de investigaciones científicas es de gran valor para la puesta en marcha de programas efectivos de conservación marina. Es posible afirmar que en el caso del Mar de Cortés no todo está perdido. La implementación de la veda de tiburones que inició en 2012 ha mostrado señales de recuperación en Las Ánimas y El Bajo de Espíritu Santo, donde recientemente se han registrado algunos avistamientos de pequeños cardúmenes de tiburón martillo y otras especies como tiburón piloto y atunes. Esto significa que, si se utilizan otras herramientas de manejo más efectivas, como el establecimiento de nuevas áreas marinas protegidas, podríamos recuperar a los tiburones y, con ello, los sistemas pelágicos de la parte sur del Golfo de California.
La Asociación Civil Pelagios Kakunjá genera información científica que permite reforzar la protección de distintas especies marinas en el Mar de Cortés, como el tiburón martillo. Foto: James Ketchum.
36 І Opinión
Subsidios a la pesca:
perversidad y deterioro ambiental Por Maximiliano Bello I @max_bello_m Oficial principal de la Unidad Internacional de Conservación de The Pew Charitable Trusts
L
os océanos del mundo están amenazados. Pocas amenazas son tan letales como los subsidios destinados a la pesca industrial; me atrevo a afirmar que éstos son sumamente nocivos ya que fomentan, como última consecuencia, la sobreexplotación de los mares. Lo anterior es porque los subsidios a la pesca omiten u olvidan las reglas que existen en la naturaleza. Me refiero a que los peces y los ecosistemas marinos tienen sus propios tiempos y capacidades; debido a estos factores, una población o un stock de especies sólo puede ser explotado hasta cierto punto… Al exceder ese límite, las especies se colapsan y podrían extinguirse (biológica o comercialmente). Sin embargo, por razones políticas, estados y gobiernos regionales o locales históricamente han otorgado
una serie interminable de subsidios a la pesca, con el fin de mantener la constancia de esta industria, los empleos que genera y el supuesto “desarrollo” que produce. Lo que olvida este sector es que el océano y sus recursos no responden a estos tiempos ni intereses. A través de los subsidios se han creado industrias que han colapsado las pesquerías de todo el mundo. El acceso a tecnología de última línea para pescar en regiones extremas o a grandes profundidades no sería posible de no existir una fuente constante de financiamiento externo (obtenido a través de subsidios, por supuesto). De no ser así, la pesca industrial no sería un negocio rentable. Por ejemplo, barcos que pescan en zonas muy alejadas son capaces de llegar hasta ahí gracias a los subsidios
37
Los subsidios a grandes negocios sólo incrementan la brecha entre pescadores industriales y pescadores artesanales. que reciben y que destinan a la compra de combustible, a la reparación de embarcaciones y a la construcción de nuevas y mejor equipadas. Al mantener estas acciones de financiamiento y no considerar aspectos biológicos o ecológicos de las especies objetivo de interés comercial, se genera un falso desarrollo de las pesquerías y una verdadera adicción a estos recursos… En este esquema, lo último que importa es el estado de los océanos y de las especies que habitan en ellos. No exagero al asegurar que sin estos subsidios las pesquerías serían totalmente inviables. En el fondo se financia la destrucción de los mares del mundo y, en el corto plazo, se fomenta el empobrecimiento de un gran número de pescadores y sus familias. Estos incentivos —que crean realidades ficticias— están siendo altamente estudiados y en años recientes se ha desatado una fuerte tendencia internacional que discute su eliminación. Por otro lado, los subsidios a la pesca no sólo están acabando con los recursos marinos, además generan diferencias considerables entre países ricos y pobres o entre industria y pesca artesanal… Unos pocos se benefician indefinidamente y otros sólo observan cómo la vida marina de la que dependen es saqueada. Si nos enfocamos en el caso del Mar de Cortés vemos que los subsidios a la pesca benefician directamente a un grupo reducido que extrae sardina y camarón. Se trata de pesquerías muy dañinas para el ecosistema que sin los subsidios que reciben sencillamente no existirían. El acceso a estos recursos proviene del lobby y presiones políticas que grupos menos acomodados o menos conectados con las élites no tienen la capacidad para alcanzar. Dichos grupos marginales son los que sufren la mayor parte de los impactos de las pesquerías infladas artificialmente. En 2017 la Organización Mundial de Comercio (omc), en su reunión ministerial de Buenos Aires, definió un camino para acabar con los subsidios a la pesca que tienen efectos negativos y provocan la sobrepesca en el mar. Las negociaciones aún necesitan más atención y mayor interés; sin embargo, vamos por buen camino. México es uno de los países que más subsidios otorga y, de acuerdo con diversas organizaciones nacionales, dichos financiamientos están dirigidos a grandes empresas de la pesca industrial, en detrimento de las pequeñas comunidades. En pocas palabras, los subsidios a grandes negocios sólo incrementan la brecha entre pescadores industriales y pescadores artesanales. De cambiar y redirigir estos subsidios, sería importante que se destinaran a apoyar a las comunidades para generar planes de manejo, establecer refugios pesqueros, decretar áreas marinas protegidas… Estos instrumentos permitirán la recuperación de los recursos y oportunidades de reconversión de aquellos que quieran generar otras opciones de desarrollo. De cualquier forma, tengan o no éxito las rondas de negociaciones de la omc, es urgente acabar con estos incentivos que dañan la salud de los océanos que nos dan la vida.
¿En dónde están los subsidios? • Con información de DataMares I @dataMares
2008 a 2015 en México se distribuyeron 2.5 millones de pesos diarios De
por concepto de subsidios a la pesca.
En este periodo, en total se otorgaron
7 452 millones de pesos. Sonora y Sinaloa acaparó 59.07%
La flota pesquera e industrial de
de este presupuesto.
38.32% fue destinado a combustibles (lo que incrementa el esfuerzo pesquero).
Los montos para equipamiento e infraestructura en los puertos sólo alcanzan
7%.
38 І Artículo
La paradoja
de la sardina Por la redacción
¿Dónde terminan las miles de toneladas que se pescan en México? Más de 80% de la sardina capturada en los mares de México al año tiene como destino final la elaboración de harina de pescado, que sirve para alimentar aves, cerdos, otros peces y hasta animales de compañía. Todo esto en un país, como el nuestro, con graves problemas de nutrición que demandan alimentos de alta calidad a bajos costos… Justamente como la sardina.
E
n la década de los 40, la pesquería de sardina en la costa del Pacífico de Estados Unidos atravesó una crisis severa. Como resultado, parte de esa flota pesquera fue adquirida por México, donde pronto
comenzó sus actividades y desembarcos; específicamente, en Ensenada (Baja California), cubriendo un área de operación entre ese puerto e Isla Cedros (Baja California Sur). Así, comenzó formalmente la pesquería de pelágicos menores —sardina— en nuestro país que, desde entonces, ha operado de manera ininterrumpida en la costa occidental del Pacífico mexicano. Con el tiempo, ésta incursionó también en el Mar de Cortés (en Sonora). El recuento De acuerdo con datos de la conapesca, la captura de sardina se había comportado con una
39 La pesquería de sardinas en México es compartida con Estados Unidos y Canadá; sin embargo, ambos países dejaron de explotarla desde 2015 dado el abatimiento en la biomasa e incertidumbre sobre su viabilidad.
tendencia positiva desde 1940 y hasta 2014. La importancia de la producción de sardina en la aportación a la producción pesquera nacional es fundamental, ya que ningún otro recurso pesquero en el país genera tal magnitud de biomasa y es explotado de la misma manera como la sardina: entre 40 y 48% de la producción total proviene de los recursos reportados por la pesca de esta especie marina. De 1950 a 1982, la captura de sardina registró un crecimiento constante; de hecho, por primera vez alcanzó un registro superior a las 500 000 toneladas. Luego, entre 1983 y 1989, las capturas se mantuvieron estables, con oscilaciones de entre 400 000 y 500 000 toneladas. Seguimos avanzando en la historia: de 1990 a 1999 comenzaron las disminuciones más importantes, siendo 1991 el año más representativo de esta crisis, cuando se capturaron apenas 177 934 toneladas.
En una etapa posterior, que abarca de 1992 a 2014, vimos una recuperación. Incluso, se reportaron capturas inéditas que superaron las 700 000 toneladas al año. El valor de la harina de pescado Antes de continuar, es necesario aclarar que el destino actual de la sardina capturada en los mares de México tiene dos opciones comerciales: 1. Enlatado para consumo humano (directo e indirecto). 2. Reducción para la producción de forraje utilizado en la industria avícola y porcina (aunque existen otros grupos de interés como la acuacultura y el mercado de alimentos para mascotas). En los primeros años de captura (década de los 40), 100% de la sardina extraída fue enlatada para consumo humano, y tuvo como subproducto la elaboración de harina de pescado, situación que era obvia en un país con un importante incremento poblacional. Sin embargo, a partir de los 70 —como resultado de la política gubernamental oficial—, sólo se incentivó el apoyo para la reducción y producción de harina de pescado. Así, la industria del enlatado y la gran oportunidad de contar con alimento de calidad para los mexicanos a costos accesibles pasó a segundo término. Dicha situación, si bien era más rentable económicamente (y lo sigue siendo), propició un encarecimiento innecesario de la proteína animal disponible para la alimentación de una población con requerimientos nutrimentales urgentes para revertir la problemática de salud alimentaria que sigue vigente en nuestros días. Se trata de un parteaguas en el uso final que se da a la sardina capturada en México. Esto sin considerar la perdida de biomasa durante el proceso, ya que para obtener un kilogramo de harina se necesitan seis kilogramos de producto fresco. Como es de esperarse, esta situación disminuye la oportunidad de proveer mayores volúmenes de alimento a los mexicanos. En este panorama es correcto pensar que si bien el aumento porcentual de los volúmenes de captura hacia el enlatado no resolverán por sí mismos los problemas de desnutrición y obesidad, sin duda sí sumarían a la solución del problema. Hoy, varias décadas después, hasta 82% de la sardina capturada en los mares de México se convierte en harina de pescado que sólo
alimenta ganado y cerdos. No tenemos duda de que es una decisión poco comprometida socialmente. De forma paralela, un factor fundamental a considerar para el futuro inmediato y mediato es la actividad de los ranchos atuneros como competidores directos de la industria del enlatado, en la medida en que incrementen su producción y superficie de cultivo, ya que su demanda de sardina fresca/congelada también crecerá. Como consecuencia, no es difícil imaginar quiénes serán los principales afectados. Un incremento poblacional de la magnitud al observado en nuestro país debe considerar una mayor importancia a la producción de alimento de calidad para los mexicanos. Así la redefinición de la política al respecto deberá promover los apoyos para nuevas tecnologías que generen innovadoras presentaciones que con apoyos de comercialización aumenten el consumo per cápita de los productos del mar en lo general. Esta visión debe operar con cuidado, de tal manera que la cadena de valor existente para la sardina y sus productos derivados no tenga un impacto virulento y pueda ser regulada hasta alcanzar un nivel de estabilidad.
Valor ecológico Las sardinas juegan un papel fundamental en el equilibrio ecológico de los ecosistemas marinos, ya que sirven de alimento de otras especies pelágicas como peces carnívoros, focas, lobos marinos, delfines, ballenas y aves marinas. Si no hay sardinas en el mar, tampoco existirán estos otros animales.
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Por Mario Gómez | @Mariogomezc
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La Coalición en Defensa de los Mares (codemar) —de la que soy miembro fundador— propone la creación de un área marina protegida de más de 19 millones de hectáreas en las aguas que bañan Baja California Sur; de no hacerlo a la brevedad, el “Acuario del Mundo” (bautizado así por Jacques Cousteau) podría convertirse en un verdadero panteón marino como consecuencia de la devastación ocasionada por la industria pesquera.
E
l Mar de Cortés comenzó a llamar la atención de la comunidad conservacionista en la década de los 70, cuando en el Alto Golfo de California (entre Baja California y Sonora) se avecinaba un problema grave relacionado con la inminente extinción de la vaquita marina que quedaba atrapada en las redes de los pescados que buscaban totoaba; en lugar de resolver este problema de raíz, se fueron creando distintas estrategias que eran apenas soluciones coyunturales y que, por supuesto, no resolvían en nada el origen del conflicto. Desde entonces, diferentes gobiernos sugirieron que la respuesta correcta se encontraba en la creación de Áreas Marinas Protegidas (amp), pero se olvidaron de los principales actores de la zona: los pescadores ribereños. Al no involucrarlos en la ecuación, hoy queda claro por qué no se ha resuelto un problema tan añejo. Así, décadas después vemos que esta situación se ha extendido en todo el Mar de Cortés donde los más de los instrumentos de manejo pesquero que se han usado para darle un rumbo sustentable a la región no están surtiendo efecto; las posibilidades se están agotando y antes de que pase algo atroz estamos sugiriendo el nacimiento de una Reserva de la Biosfera (rb) para regular las actividades en la zona y tender hacia la verdadera sustentabilidad, siempre considerando en primer lugar a las comunidades ribereñas que tienen derechos históricos en este mar. Es necesario entender que en México la industria pesquera siempre ha operado en aquellas regiones donde mejor le convenga, llevando a muchas especies, al menos, a la extinción comercial. Por ejemplo, yucatecos y campechanos pescan en las aguas de
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Quintana Roo, sinaloenses y sonorenses en las costas de Baja California Sur; esta situación no puede continuar, y llegó el momento de otorgar derechos a los locales sobre los fuereños para empoderarlos, garantizar sus métodos de subsistencia y responsabilizarlos de la salud de sus ecosistemas. En el caso particular del Mar de Cortés, es de preocuparse que los fuereños llegan a las costas de Baja California Sur —donde no existe una flota pesquera industrial — a pescar y todo porque en sus aguas ya sobreexplotaron la antes abundante vida marina que alguna vez existió y, en consecuencia, ahora ya no es rentable para ellos pescar ahí. Sin duda, es una competencia desleal porque un pescador local ribereño nada puede hacer frente a los grandes barcos pesqueros que arrasan con lo que aún existe. En el Mar de Cortés uno de los principales atractivos para la industria pesquera de altura es la captura de sardina, pero es de llamar la atención que la pesquería de esta especie esté certificada como “sustentable” por el Marine Stewardship Council (organismo internacional) siendo que esta pesquería destina 65% de los peces capturados a la elaboración de harina y aceites que sirven de alimento de acuacultura en México (son necesarios seis kilos de sardina para obtener uno de harina). Además, 10% se congela y es usada como carnada y apenas 25% es enlatada para consumo humano directo. Es irrisorio que la pesquería de sardina sea reconocida como sustentable. Peor aún es que Estados Unidos y Canadá hayan prohibido su captura desde 2015 debido al colapso de las poblaciones, compartidas también por México. En este escenario, la conapesca sigue incrementando los permisos y autorizando su explotación. Debo decir, con base en la ciencia, que la sardina es una especie forrajera que alimenta a peces como cabrillas, atunes, tiburones, delfines y hasta ballenas, orcas, lobos marinos, aves y todos los peces de pesca deportiva como marlines y dorados. Es por eso que en el Mar de Cortés hoy ya no es posible ver la abundancia de especies que vio Cousteau. Es importante reafirmar que es totalmente falso que con una Reserva de la Biosfera en el Golfo de California, que mediría cerca de ocho millones de hectáreas,
Zona dedicada a la pesca ribereña y deportiva:10.4 millones de hectáreas. Zona de exclusión total de pesca: 8.8 millones de hectáreas. Total: 19.2 millones de hectáreas.
el Mar de Cortés estaría cerrado a la pesca; el área protegida que propone e impulsa la codemar abarca apenas una tercera parte de los 24 millones de hectáreas que tiene este mar. Además, aplicaría sólo en aguas de Baja California Sur donde, repito, no existe flota pesquera industrial y donde también, por fortuna, aún se mantienen elevadas poblaciones de diferentes especies marinas. Por lo anterior, la pesca industrial no se restringe en Sonora, Sinaloa ni en Baja California; en estos tres estados los pescadores industriales podrán seguir pescando en sus propias aguas donde tendrán que reordenar su esfuerzo pesquero, lo cual no implica de ninguna manera que se pierdan empleos, todo lo contrario, ya que se estarían creando nuevas oportunidades vinculadas con el turismo; es decir, se trata de una reconversión productiva como todas las que ocurren continuamente en una economía abierta y dinámica. Una Reserva de la Biosfera en el Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos sería la mejor opción para garantizar la seguridad alimen-
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taria que hoy se ve en riesgo por la pesca industrial depredadora que está terminando con las poblaciones de los más de los peces de esta región cuyas pesquerías están colapsadas en órdenes del 80%. Por los pescadores ribereños Quienes mejor cuidan su mar son los que viven ahí mismo; conocen cómo se mueven los peces, las corrientes, las temporadas de reproducción, cómo incide la Luna en las mareas, dónde están los nutrientes, dónde están las agregaciones de peces de diferentes especies, las tallas de los peces… Hablo de los pescadores ribereños o artesanales,
una raza divina en peligro de extinción. Ellos son los que nos dan de comer, los que viven al día y los primeros afectados por un monstruo cuyo instinto es la voracidad del capital —la industria pesquera— que día a día les desplaza de su ámbito. La industria pesquera, que tiene naves sofisticadas, en un santiamén se lleva un cardumen completo de cualquier especie marina, mientras que los otros pescan de manera artesanal con caña y cordel de uno en uno… Los primeros se apropian de toneladas de peces, y los otros apenas obtienen kilos de forma selectiva. Los ribereños sólo pescan individuos adultos o maduros de determinada talla, y los industriales de todo, incluidos juveniles que aún no alcanzan su etapa de reproducción. La codemar sugiere que Baja California Sur sea rodeado por una Reserva de la Biosfera de la costa hacia 50 millas náuticas (casi 95 kilómetros) con una zona de exclusión de pesca para la industria (embarcaciones de más de 10.5 metros de largo con refrigeración). Esta reserva incluye también una zona de amortiguamiento o de aprovechamiento para los pescadores ribereños donde ellos podrán llevar a cabo sus actividades tradicionales con visión de sustentabilidad como lo han hecho desde hace muchos años a la fecha en las aguas donde nacieron. El Estado de Baja California Sur tiene un potencial tanto o más elevado que la península de Yucatán en relación al turismo. Es un reto fascinante para la administración de Andrés Manuel López Obrador y el futuro secretario de turismo, Miguel Torruco, así como para el gobernador del estado, Carlos Mendoza Davis, convertir ese espacio en un polo de desarrollo de turismo de conservación de etiqueta mundial. La oportunidad está dada. En México es una práctica ancestral el que todos pesquen en las aguas de sus vecinos y eso nos lleva en directo a pescar “antes de que se lo acabe el de junto”… Es necesario que por primera vez en la historia hagamos un ejercicio en el
que los usufructuarios de esas aguas sean los habitantes del lugar. La Reserva de la Biosfera del Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos se fundamenta también en el artículo 48 de la lgeepa que en pocas palabras refiere que los locales tendrán prioridad sobre los fuereños. Esto, en automático, empodera a los sudcalifornianos frente a los sonorenses, sinaloenses y bajacalifornianos que son hoy los únicos beneficiados de la productividad de este Mar, sin dejar ningún beneficio a cambio para los locales sudcalifornianos. Los verdaderos beneficiarios deberían ser los pescadores ribereños quienes tendrían la posibilidad de hacer una reconversión productiva de sus actividades vinculando su pesca a satisfacer las necesidades del turismo creciente en la región y los industriales tendrían que empezar a planear en redirigir su esfuerzo pesquero hacia otra zonas lo cual no implica que pierdan empleos. Llegó el momento de utilizar para la gobernanza de la región un instrumento más asertivo, de mayor alcance y que esté fuera del alcance de favoritismos o de autoridades que están al servicio de los industriales, quienes tendrán que repensar su estrategia de negocio.
Llegó el momento de dar a luz una Reserva de la Biosfera del Mar de Cortés y el Pacífico Sudcalifornianos.
44 І Artículo
La dramática situación de las
de las especies
marinas Por Tom Dillon Dirige la labor conservacionista internacional de The Pew Charitable Trusts.
Estas son 15 de las muchas especies marinas que requieren una mayor protección a nivel mundial. La salud del océano es fundamental para mantener la vida en la Tierra y, por ello, si unimos esfuerzos para salvar a estos animales —y sus hábitats— en última instancia estaremos contribuyendo con nuestra propia salvación.
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urante siglos, dimos por sentada la sorprendente biodiversidad de la Tierra. Sin embargo, conforme se incrementan las amenazas contra el medio ambiente y las tasas de extinción de especies, ha llegado la hora de que la humanidad haga más por preservar la gran variedad de especies con las que compartimos este planeta.
Desafortunadamente, sólo 3% del océano está protegido en su totalidad, una cifra muy lejana al 30% que los científicos marinos recomiendan y consideran necesaria para garantizar la viabilidad de todos los ecosistemas marinos.
Kril antártico (Euphausia superba). Es la fuerza vital del océano Austral, y sirve de alimento para numerosas especies de pingüinos, focas y ballenas. Otros depredadores de la Antártida, como focas leopardo y orcas, se alimentan de los animales que lo consumen.
Atún patudo (Thunnus obesus). Habita en aguas templadas tanto del Atlántico como del Pacífico. Es un pez depredador formidable, que puede nadar profundamente y pesar más de 200 kilos. En el Atlántico, esta especie está sobreexplotada, una clara señal de que los administradores de las pesquerías dedicadas a la especie deben actuar de inmediato para protegerla.
45 Pez mariposa (Chaetodon litus). Su nombre común en idioma rapanui es Tipi tipi’uri y es una de las 142 especies que habitan exclusivamente en los alrededores de la Isla de Pascua. Las aguas que rodean este territorio de Chile —tan remoto y especial— se encuentran fuertemente protegidas por una reserva marina que permite a sus habitantes continuar pescando a la antigua usanza con una técnica artesanal.
Coral negro (Leiopathes annosa). Es considerado el organismo vivo más antiguo del mundo (tiene unos 4 265 años). Esta especie se encuentra exclusivamente dentro de las aguas de las islas hawaianas, a profundidades de entre 305 y 488 metros.
Elefante marino (Mirounga). El 54% de todos los elefantes marinos australes habita en las islas Georgias y Sandwich del Sur, a más de 1 700 kilómetros de la punta de Sudamérica, cerca de donde confluyen los océanos Antártico y Atlántico meridional. Resulta fundamental proteger esta área porque es un laboratorio viviente para estudiar los efectos del cambio climático: desborda vida, cambia dinámicamente debido al rápido calentamiento de sus aguas y se mantiene inalterado por la actividad humana.
Pulpo Gasparín En 2016 los científicos descubrieron este pulpo “fantasma” en el Monumento Nacional Marino Papahãnaumokuãkea, en Hawái. El sitio es una de las reservas marinas completamente protegidas más grandes del mundo.
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Tortuga gigante de las Galápagos (Chelonoidis spp). Esta especie de tortuga, en peligro de extinción, se encuentra únicamente en las islas Galápagos, a unos 1000 kilómetros de la costa de Ecuador. Las tortugas gigantes están protegidas por la legislación ecuatoriana, pero la pesca ilegal de tiburones y otras especies en la región es un problema crónico que incide en el deterioro de su población.
Foca monje hawaiana (Neomonachus schauinslandi). El Monumento Nacional Marino Papahãnaumokuãkea es un hábitat crítico para esta especie, una de las que se encuentra en mayor riesgo del mundo, según The Marine Mammal Center. Sus principales amenazas son los restos y escombros de artes de pesca en los que queda atrapada, la pérdida de su hábitat y la presencia humana en las playas donde descansa, da a luz a sus crías y se alimenta.
Nutria marina (Lontra felina). La pérdida de hábitats clave para su supervivencia, la contaminación y la caza ilegal están mermando la población de nutrias marinas, una especie en peligro de extinción que vive frente a las costas de Argentina, Chile y Perú. Su hábitat es completamente marino y prefieren las playas rocosas y las cavernas, así como los bosques de algas donde abundan sus presas.
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Pez Napoleón (Cheilinus undulatus). Conocido también como maorí, este pez de arrecife se encuentra entre las especies que la uicn clasifica como en peligro de extinción, principalmente por la sobreexplotación pesquera. Sin embargo, esta especie marina —y todas las que habitan en las aguas de Palau (país insular del Pacífico)— está al amparo de una ley emitida en 2015 que catalogó como reserva marina totalmente protegida cerca de 80% de las aguas que le sirven como refugio.
Atún aleta azul (Thunnus orientalis). Este pez, que puede nadar a una velocidad crucero de 25 kilómetros por hora y emigrar grandes distancias (por ejemplo, de Japón a Estados Unidos y México), es una de las especies más amenazadas del mundo. La sobrepesca ha reducido su población en más de 97% en comparación con sus niveles históricos.
Tiburón mako (Isurus oxyrinchus). Ha sido observado nadando a velocidades de hasta 72 kilómetros por hora, un atributo que le ayuda a cazar su alimento favorito: el atún. Esta especie de tiburón prospera en aguas tibias o frías y prácticamente en todos los océanos. Es muy apreciado por su carne y sus aletas, motivo por el que está en riesgo debido a la sobreexplotación pesquera.
48 І Artículo Bacalao austral (Dissostichus eleginoides). Es fundamental para la cadena alimenticia del océano Antártico, en parte porque se trata del mayor depredador en la Antártida oriental, una región para la que se han propuesto áreas marinas protegidas desde 2011. Los científicos saben muy poco acerca de esta especie; sólo que alcanza hasta los dos metros de longitud y produce proteínas anticongelantes para prevenir la cristalización de su sangre en las bajas temperaturas del mar Patagónico y Antártico.
Foca de Weddell (Leptonychotes weddellii). Endémica de la Antártida, vive mucho más al sur que cualquier otro mamífero. Este hábil depredador puede permanecer sumergido por más de una hora a profundidades de más de 580 metros. Aunque las focas de Weddell están protegidas por el Tratado Antártico y la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas, sus fuentes de alimento —como el bacalao austral y el kril— son cada vez más reducidas debido a la pesca industrial.
Tiburón ballena (Rhincodon typus). Por su peso de más de 10 toneladas y una longitud de hasta 12 metros, es el pez más grande de los océanos. Estos mansos gigantes recorren las aguas cálidas y tropicales, y están clasificados como de alta prioridad por la Convención para la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (csm). En 2017, las partes firmantes de la csm votaron a favor de prohibir la captura de esta especie amenazada.
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PESQUEROs? Más peces en el mar y más pescados en la mesa
L
a sobreexplotación pesquera está poniendo en riesgo el futuro de nuestros mares. De continuar así, para el año 2050 habrá desaparecido la mayoría de las especies que hoy consumimos. Las cifras hablan por sí solas: la fao asegura que tres de cada cuatro especies con valor comercial están afectadas por la sobrepesca, mientras que 25% de la captura se tira por la borda por tratarse de especies no comerciales. México también enfrenta este problema. Nuestro país ocupa el puesto 16 en la producción pesquera mundial con 1.7 millones de toneladas; sin embargo, de acuerdo con un reporte de Environmental Defense Fund México, 30% de las especies comerciales sufren sobrepesca, mientras que el 70% restante está en un punto crítico. El organismo teme que en 20 años se pescará la mitad de lo que se captura hoy y las ganancias caerán en 97%. Ante este panorama, ¿qué podemos hacer? Por un lado, los expertos sugieren desarrollar esquemas de pesca sustentable; por el otro, recomiendan establecer áreas en las que se prohíba la pesca
por un periodo determinado de tiempo. Esto es: crear Zonas de Refugio Pesquero en donde las especies puedan reproducirse, incrementar sus poblaciones y alcanzar tallas mayores, mientras que el ecosistema también se recupere del impacto de la pesca. México ya cuenta con zonas de este tipo. Las primeras se establecieron en 2012 en el Mar de Cortés, Baja California Sur; se localizan a lo largo de un corredor que va de San Cosme a Punta Coyote y son resultado del trabajo en conjunto de gobierno, organizaciones de la sociedad civil y pescadores que decidieron tomar acciones para proteger su patrimonio. Más de cinco años después han demostrado su utilidad: la mitad de las especies de interés han aumentado en talla y peso. Sin embargo, la recuperación es un proceso lento. Por ejemplo, especies como el mero requieren hasta 20 años para aumentar sus poblaciones; no obstante, el primer paso está dado y la oportunidad de tener más peces en el mar y más pescados en la mesa está puesta.
50 І Opinión
¿Qué y cómo
comer del
mar? Por Manuel Fernández Gómez
En 2050 seremos más de 9 500 millones de personas en el planeta, por lo que la demanda de comida crecerá 70%. Para alimentar a toda esta población, la solución podría estar en los océanos. Nuestras decisiones de consumo tienen una gran huella en la salud de los ecosistemas marinos del planeta. Tú decides si este impacto es positivo o negativo.
1. Conciencia
Antes de consumir pescados o mariscos, debes considerar que: a) Se trata de vida salvaje extraída de su hábitat natural. Esta biomasa proveniente del mar no es infinita y juega un rol fundamental en el equilibrio de éste. b) Las pesquerías son mucho más que regiones geográficas, métodos de pesca o especies marinas. Son lugares donde las actividades humanas están vinculadas con los ecosistemas marinos y los recursos renovables.
2. Información
Debes obtener la mayor cantidad posible de datos sobre la especie que vas a consumir: ¿cómo se capturó?, ¿dónde se capturó?, ¿qué especie es? Con esta información tendrás un criterio más amplio y sabrás diferenciar aquellas especies cuyas poblaciones han sido sobreexplotadas.
3. Decisión
Además de las especies más comerciales y conocidas —también las más explotadas—, elije otras opciones poco valoradas por el mercado. Así, contribuirás a evitar el desperdicio y fomentarás el consumo de temporada.
4. Valor
Opta por aquellas especies que tienen un crecimiento rápido, madurez precoz, descendencia numerosa y que pueden colonizar ecosistemas con rapidez. Por lo general, se colocan debajo de la cadena alimenticia. Un claro ejemplo es la sardina que, cuando se pesca artesanalmente y se utiliza para consumo humano, el trabajo del pescador obtiene un mayor valor agregado debido a que el pescado extraído es de mejor calidad, menos vida marina fue capturada y el consumidor final está dispuesto a pagar un sobreprecio justo.
Por desgracia, lo anterior poco ocurre porque la sardina mayormente es capturada por la flota pesquera industrial, que la procesa para elaborar harinas… Esto sólo genera que las cientos y miles de toneladas extraídas del océano sean mal pagadas al pescador. Otro ejemplo es la jaiba, cuando está en su proceso de muda y se le conoce como “jaiba suave”. Se trata de la captura de una especie que se reproduce con facilidad e involucra a familias y comunidades enteras, además de que no se desperdicia nada del crustáceo.
5. Consideración
No consumas aquellos depredadores que se encuentran arriba de la cadena alimenticia y que están seriamente amenazados, presentan un desarrollo lento, de madurez retrasada y de descendencia poco numerosa. Como el tiburón. Evita las especies que el mercado demanda, como el atún. Respeta aquellas especies que se encuentran en veda temporal o permanente como el caracol Caribe, que tiene una veda muy estricta y sus poblaciones están en estados críticos en nuestro país. Toma en cuenta que en México las especies de marlín, pez vela y espada se encuentran reservadas únicamente a la pesca deportiva. Considera esto al llegar a un restaurante y que te ofrezcan cualquiera de éstas en el menú.
6. Beneficios
Al respetar esta cadena alimenticia y agregar valor al trabajo de las comunidades pesqueras (para quienes por generaciones el mar ha sido su única o principal forma de vida), estás incentivando al pescador en pequeña escala a pescar de forma responsable como lo aprendió de sus ancestros.
Para más información:
@buena_pesca
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Las mantas
regresaron N
o se sabe cuáles son las razones de su llegada ni cuánto tiempo se quedarán… Lo cierto es que desde hace algunos meses las mantas gigantes regresaron al Mar de Cortés, específicamente a una zona conocida como La Reina, al norte de la isla Cerralvo, en Baja California Sur. La última vez que se registraron avistamientos fue entre 2002 y 2003 (aunque existen reportes fechados en 2016), y pese a que se desconocen las causas de su desaparición, estamos ante una oportunidad única. Es momento de unir esfuerzos para desarrollar e implementar en la región prácticas responsables de turismo relacionadas con buceo, esnórquel y anclaje de embarcaciones. Además, es fundamental concientizar a los pescadores sobre la importancia de proteger a estas especies y el ecosistema en el que habitan.
Queremos que se queden. Queremos cuidarlas. ¡Bienvenidas al Mar de Cortés!
Con información e imágenes de ECO: Ecosistemas y Conservación, dirigida por Jenny Rodríguez y Arturo Ayala Bocos. ECO: Ecosistemas y Conservación
Isla Espíritu Santo, en el Mar de Cortés (Baja California Sur). I Foto: Mario Gómez.
www.endefensadelosmares.org @codemarmx