Claroscuro y colorado, de Gisela Galimi

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CLAROSCURO Y COLORADO


Gisela Galimi nació en Lobos en 1968. Es licenciada en Periodismo de la Universidad del Salvador, poeta y profesora del taller de Comunicación Oral y Escrita de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo. A los 16 años ganó el premio Givre a la Poesía Joven. A los 17 participó del programa “Primavera en Libertad” dando recitales de poesía en las plazas en su pueblo natal. En Buenos Aires trabajó en los diarios Ambito Financiero, La Prensa y Clarín y en revistas como Nueva, Prensa Económica y Target como periodista económica y turística. Hace dos años participa del taller literario de María del Carmen Colombo. Está casada y es madre de dos hijos.


Gisela Galimi

Claroscuro y

colorado

Libros de Tierra Firme


Colección de poesía Todos bailan dirigida por José Luis Mangieri

Diagramación de tapa: sobre el óleo “Esferas” de Selva Varela

© 2005 Libros de Tierra Firme © 2005 Gisela Galimi I.S.B.N.: Buenos Aires, República Argentina Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina


A mi padre, por sus versos no escritos A mi madre, por ser en nuestras vidas, la poesĂ­a misma

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Aunque mi amigo Juan José afirme que en este mundo hay seres claros y seres oscuros y así divida el universo –para ponerse inmediatamente del lado de los segundos– yo humildemente pienso que todos tenemos diferentes matices. A veces somos ángeles guardianes amorosos de antiguas tradiciones. Otras somos barro. De cuando en cuando, las dos cosas en un solo instante. Para convivir con mis ángeles y mi barro, decido exorcizar mis claroscuros en la libertad de la página en blanco, con un toque de rojo, como siempre que la vida lo permite. A todos los seres claroscuros que conozco y a los que intuyo les dedico estos versos...

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CLARO

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Principio del principio

Puedo soltarme el pelo abandonarme en vos estarme quieta. Desordenar el sol en nuestra casa volver sobre mĂ­ y encontrarte. Dejar el equipaje, disfrutarlo: mi tierra prometida son tus manos.

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Velos

Sacaste algunos con ternura,

me gust贸 y te di otros. Los 煤ltimos los arrancamos con los dientes. Sin velos mi alma es s贸lo esto: un alma desnuda.

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El árbol

Dentro de mí nació una acacia –hojas susurrantes en mi aliento lleno de primavera enamorada–. Por esta hija nueva que me ha dado el bosque, mis ideas buscan la intemperie, soles para alimentar su savia. Soy el árbol que por amor florece, impreciso recuerdo de semilla hundo mis pies en tu tierra para continuar la vida.

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MamĂĄ teta

dos medias esferas forman tu mundo mamĂĄ teta rĂ­os venas de leche sensualidad sin misterios mamĂĄ teta beso de hambre.

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Carcajada A Guido

Cómo escribir tu risa de castañuelas tu risa no domada, de río de colores, tu ja ja ja que estalla en risotadas. Quiero escribir tu risa de burbujas tu risa siempre lista tu limpia risa franca. Hacer eterno lo efímero de la carcajada de tu infancia.

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Libertad

Hereciarca de las aves, las invité a volar sin tener en cuenta vientos ni estaciones, ni bandadas. –Dicen que son la libertad, encárguense de depurar el sentido de esa palabra. Abrieron las alas y ávidamente bebieron las distancias Fue la noche que nos quedamos sin pájaros.

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Peque単os gestos A Susana

Tristeza verde nilo en la mirada risa escasa, pero franca el amor torpemente expresado con la mesa servida y la ropa planchada. y las manos calientes para entibiar las manos de tus hijos.

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Ojos calipso A Marcos

Tu mirada fija el mundo, es el eje, es el ombligo. Tu mirada azul celeste es el centro, hijo. Ojos fijos en los mĂ­os te devuelven a mi panza. Azul que en azul refleja el lazo que nos ata.

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Genealogía

Una estirpe de espada y de rosa azul linaje de sueños. Mi abuelo, mosquetero y poesía mi padre, esgrimista y poeta. Yo, escritora de armas blancas duelista de palabras y silencios.

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Gracia

Caminar por la cornisa con aires de paloma virtuosa. Asegurarse la imposibilidad de caer... Si flaquean las piernas, quedan las alas.

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Silvestre A Pablo Neruda

Si fuera flor me gustarĂ­a ser amarilla, como las que marcan el camino a tu casa, Pablo. Impertinente creciendo entre la piedra, Pablo. Solidaria que es de todos. Libre de esas que no son de nadie. Una flor de las que muere en los floreros.

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Cara querida

Nuestro amor de hombre y mujer de ida pero tambiĂŠn de vuelta del territorio de los sentidos vanos, a veces tiene grietas, como pequeĂąas arrugas de una cara querida. Son tambiĂŠn formas de este amor nuestro el lado oscuro que hacer brillar el claro. Y como las arrugas no importan en tanto sonriamos.

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Luz y sombra

A veces todo pasa por mi centro entre tus brazos y frente a la hoja blanca y el centro del mundo coincide con mi mĂŠdula. Siento entonces que soy desde el ombligo la octava maravilla y la primera tengo en la piel una luz que ilumina los sueĂąos desplegados y justifica las oscuridades los remolinos, los laberintos, las ojeras de plomo.

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OSCURO

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De entrecasa

No es la gran soledad son los pequeños vacíos horas en que la oficina te fagocita, exprime. El tiempo que el niño duerme su frágil siesta de hilo y yo administro la rutina cotidiana y doméstica, malabarismos de la nada. No son los grandes dolores son las pequeñas frustraciones el diario sin leer las uñas hace tres días sin pintar el no poder hacer el dobladillo del vestido de salir ni necesitarlo.

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La otra

Sobre esa mujer tan parecida a mí que pasea por las calles mis vestidos y me enfrenta por las mañanas en el espejo Debo decir, en mi defensa, que tenemos diferencias irreconciliables. Ella mide un metro sesenta, Yo a veces toco el cielo con las manos. Camina derecho, hacia delante Yo gusto de andar en círculos, vagamente perdida. Ella tiene pechos pequeños, Yo fantasías para senos enormes. Cocina comida nutritiva, yo prefiero cenar queso y vino tinto, en la cama y en ayunas. A decir verdad, le tendría bastante poco respeto, de no ser porque en su vientre crecieron mis hijos.

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Subterráneo

En mis mejores fantasías viajamos en trenes opuestos que se detienen un segundo. Entonces camino el recuerdo de tu nombre ingreso por el bosque de tus cejas fulmino tus pupilas. resbalo en tu nariz hasta tu boca –epicentro de deseos antiguos presiento que me hamaca tu sonrisa y te veo mirándome. La mano dice adiós y te vas, como siempre. En mis peores pesadillas ahora somos tan sólo amigos.

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Mascarón de proa

Quiero ser el mascarón de proa de tu vida. La que va delante tuyo auyentando los miedos. La que no sirve para nada. Ni timón, ni vela, ni viento, ni ancla. La que se quiere porque sí. La inútil que se abraza a tu madera aun en tiempos de tormenta.

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Poesía

Si la poesía es agua clara, dulce caricia a los sentidos quimera y ronda sueño azul de rima y ritmo, entonces ya no soy poesía. Pero si es lengua y sangre, y grito, y pozo, y llamarada. Si es aquelarre de palabras que liberan del hechizo, entonces más que nunca soy poeta. Aunque mis versos no me reconozcan.

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Hombres difíciles

No me gustan las mujeres fáciles, decís petulante. Cara de hombre serio ojos de enojado. Juego tu juego me recojo el pelo imaginario y te guiño con fulgores de cielo. –Estas son las llaves de mi casa, vení a las once y traé vino tinto. Dificilísima. No hago lo que querés que haga.

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Anárquico

Esta tarde me levanté anarquista.

Quizá por saltearme la frescura de la mañana, mi pensamiento se levantó dormido y ahora está más despierto que nunca. Hoy quiero trastocar el orden natural de las cosas. Desordenar su pelo, borrar las latitudes. Hacer que hoy sea ayer, y que ayer tenga la fuerza del mañana. Ponerme mi camisa negra y lucir más pura que nunca. Esta tarde me levanté anarquista. Voy a tocar el cieloraso con las manos y arrastrar mi cabeza por el piso. Bajar los últimos escalones besar en los labios a la muerte, para que sepa lo que se siente estar vivo.

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Lo tengo todo pensado

¿Y sí de golpe, en la mañana, colgara mi cuerpo al de un desconocido? ¿Si desgarrara su mente y partiera en su cabeza –en plena calle– la fruta ámbar del deseo? Cuando la gente empezara a acusarme –violadora de las leyes de tránsito– yo (lo tengo todo pensado) abriría los ojos, pondría mi mejor sonrisa rubia y alegaría, tranquila, la demencia senil de los sueños viejos.

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No recuerdo

En un bar adonde nunca fuimos senté nuestro recuerdo yo jamás entré allí no bebí su humedad no escribí su silencio No creo que lo hayas visto siquiera sólo me pareció un buen lugar –marrón y sombrío– para dejar el no recuerdo de un no amor. Cuando paso por allí Trato de no pensarte.

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Underground

Elegimos el camino fácil, el sin límite que está por debajo del mundo conocido. El trasfondo de la calle donde habitan la morocha, el pelado el estudiante y la rubia. Orugas gigantes en la noche perpetua del túnel Elegimos deslizarnos libres hasta la próxima estación donde el subte abre su boca y volvemos a ser sobre la tierra.

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Sin salida

Estamos en un punto muerto. Traspasamos la barrera de las almas, no podemos entrar en las del cuerpo. No es s贸lo mi alianza y su apellido tampoco es tu almohada solitaria. Es algo y no logro definirlo ayer era amistad y hoy es nada.

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Física del físico

Dos cuerpos se separan y comprenden que nunca. En ese instante de frustración amapola –mitad flor, mitad pesadilla– es cuando nacen los mejores versos. Estamos solos, no hay lazo que una la lejanía. Por eso también me gusta tomarte de la mano.

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Hilachas

Raro amor de convivir sin convivencia donde cada uno esgrime su pobre puñalada. (Ella niega el sexo, él, la compañía). En harapos el amor teje su tela de arpillera.

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Torres

Locamente, –como se ama cuando se ama– presente promesa de futuro, el otoño testigo de nuestras plazas. En la cresta del éxtasis construí con besos una torre alta. De niña las hacía con naipes. Pobre destino endeble... nunca dijiste mañana.

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Hijos verdes

En el balcón de mi casa tengo un pino que me hace acordar a mis hijos. Lo he cuidado desde que era un brote, lo riego, lo alimento, me regocijo de sus nuevas ramas, le miento Navidades. Pero sé que algún día mi balcón le quedará pequeño y tendré que dejarlo en un jardín ajeno.

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2 pm

Se sacó los aros y desnudó la sonrisa (pequeñita). Cuántos problemas menos tendría hoy a las 2 pm (horario de oficina) si fuera hombre en vez de hembra.

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Palabras desafinadas

El vacío se acurruca entre la noche y la música Silencio para mis oídos rotos, oscuridad para todos los ojos cansados. El recuerdo es la sábana blanca con que se viste de fantasma tu ausencia. Me da miedo desvelarme en hilvanar palabras para nombrarte sin que me oigas.

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Poeta

Soy capaz de pensarlo pero no de hacerlo, y listo. Convierto los sueĂąos en pesadillas de palabras inventadas. Soy el dios negro de la pĂĄgina blanca y la buena madre de familia No hay pecado en la grafĂ­a en ella es posible la pureza y el barro, pero no la mentira.

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Estación

El invierno termina algún día incierto. Ni antes ni después que finalice el frío. No importa cómo lo llames, ni la fecha que dicte el almanaque. El invierno es invierno. Las muchachas podrán ignorarlo y vestir primavera en septiembre, enamoradas de las quimeras. Pero una mujer ya tiene su experiencia. Todo llega a su debido tiempo.

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Historia lineal

La línea de la vida, en mi mano empieza clara y precisa como la niña que he sido. Se va afinando después rápidamente hasta un punto en el que estalla en mil pedazos. Quizá por eso he disfrutado cada minuto como su fuera el último. Desde que vi mi mano espero trágicamente el desenlace.

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COLORADO

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Enigma

Heridas al aire las rosas de fuego, daban un contorno a tus ojos tristes. Había un secreto que aún no descubro (conjunción extraña de risa de río con mirada opaca). Cupido quería prenderme de fuego arderme la falda. Quise resistirme al saber tu nombre como un toro herido. Las rosas de sangre y los lazos rojos. En la arena ardiente bajé al fin los párpados Cupido no falla.

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Actidud

Soy de sangre italiana pero elegí bailar flamenco, abanicar mis penas, por eso tengo la piel clara, pero la carne, morena. Los ojos azules y el mirar gitano El pelo de agua, la rosa de fuego. Negro el zapato y el tacón, asesino. La opera prima y hermana la sevillana. Soy de sangre italiana pero elegí bailar flamenco, ventilar mis penas. Sé llorar lágrimas mediterráneas pero me invento una altivez de castañuelas. 52


Gozoso

Mi sangre late tu presencia Perfumes de deseo se encuentran en el aire. Tu cuerpo es un martillo que golpea mi miedo El pudor una virtud que comienza a estorbar. Nostalgia por aquel momento de inocencia. Silencio. Duda... Perfumes de deseo se encuentran en el aire. Sonr铆o. Te amo. La mente se rinde a un coraz贸n desbocado.

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Combustible

Aunque los astros no me sonrĂ­an, sigo adelante Me impulsa tu sonrisa traviesa cuando queda colgada de los labios inicio y final del romance. Aunque estrellas se empecinen sigo radiante, de vez en cuando otros hombres me sonrĂ­en (traviesamente) por la calle.

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A la francesa

Versos de mujer, azules, rojos, blancos. Soledad, amor, poesía. Un poco de sexo (débil) un toque de rouge en la sonrisa y un rastro de rimmel en las lágrimas.

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Otra vez

Siempre la primavera y estas ganas de huir de las paredes. Gira la rueda ser otra vez virgen para dejar otra vez de serlo gira la rueda mojarme en la tormenta con un paraguas de risa como una ni単a mala gira que gira la sangre savia verde germina en mis caderas.

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Las doce

La hora del amor y de las brujas el esmalte de mis uñas quedará en tu espalda. Hechizame que se acaba el encantamiento de pestañas largas y mansas. Escarabajo de quitina con estrellas, la física de la noche me transforma en nena mala.

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Cazador cazado

La promesa de tu cuerpo como trofeo y tu cama como nido –músculos fuertes colchón blando besos sin ruido– despiertan mi naturaleza de hembra seductora en celo aunque te deje creer que soy tu presa.

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DespuĂŠs

Alguna tarde azul en que no pese la memoria y pueda caminarte libre para equivocarme.

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Desenmascaradacama

De rouge y rimmel hago mi mĂĄscara. Los tacos altos son mi mejor arma (subida a ellos puedo enfrentar al mundo a la altura de las circunstancias) Pero con vos, cara lavada y descalza, puedo ser mis ojeras congĂŠnitas y el desorden rubio de las maĂąanas. El amor no necesita tacos para subirse a la cama.

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Tablas

En la noche tormentosa te aferrás a mis pechos como un náufrago (pequeñas tablas pero de buena madera).

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Científica

A veces pienso que entre mis ancestros hubo árboles y pájaros. Hidrógeno naciente en mis moléculas materia que se piensa casi siempre menos durante los primeros soles y las frenéticas lunas llenas.

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Confesión

Creo en el amor a primer orgasmo, después de que pasó la última mirada... y la risa es un gesto tonto que el sexo te dejó en la boca.

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Inspiración

Respiración acompasada puesta en libertad. Pequeños cortocircuitos me sacuden Una ola y otra ola. Trabas rotas. Mis nervios bailan una danza ritual, Arcaica, aborigen. Vuelvo al centro místico y brutal de la poesía.

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Fin

Mi cuerpo se abre, se desgrana. Fruta sin árbol caí, porque otoñesía, porque estaba madura o porque ya no tenía ganas de quedarme.

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Indice CLARO Principio del principio / 13 Velos / 14 El árbol / 15 Mamá teta / 16 Carcajada / 17 Libertad / 18 Pequeños gestos / 19 Ojos calipso / 20 Genealogía / 21 Gracia / 22 Silvestre / 23 Cara querida / 24 Luz y sombra / 25

OSCURO De entrecasa / 29 La otra / 30 Subterráneo / 31 Mascarón de proa / 32 Poesía / 33 Hombres difíciles / 34 Anárquico / 35


Lo tengo todo pensado / 36 No recuerdo / 37 Underground / 38 Sin salida / 39 Física del físico / 40 Hilachas / 41 Torres / 42 Hijos verdes / 43 2 pm / 44 Palabras desafinadas / 45 Poeta / 46 Estación / 47 Historia lineal / 48

COLORADO Enigma / 51 Actidud / 52 Gozoso / 53 Combustible / 54 A la francesa / 55 Otra vez / 56 Las doce / 57 Cazador cazado / 58 Después / 59 Desenmascaradacama / 60 Tablas / 61 Científica / 62 Confesión / 63 Inspiración / 64 Fin / 65



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