Rejas Negras No. 10

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Ha llagado el momento, compañeros, de detenernos un momento para tener una pequeña charla (por así llamarla) y ponernos a reflexionar un poco. El tema a tratar es algo que tal vez ustedes no suelan expresar abiertamente, ya sea por miedo, o incluso por desinterés, pero sabemos que, al igual que nosotros, ustedes son perfectamente capaces de observar y analizar, y que, en el fondo, todos saben que hay algo bastante mal con esta escuela.

Y esto lo podemos ver en varios aspectos de nuestra vida escolar: violencia, robos, abusos; todo ello provocado principalmente por las autoridades y sus lacayos, los ya infames grupos porriles (no sin mencionar a algunos profesores). Durante las últimas semanas, este tipo de situaciones han ido en aumento, creando una atmósfera de inseguridad entre los estudiantes. Empecemos, pues, con la problemática porril, principal amenaza para la integridad de los estudiantes. Durantes las dos semanas anteriores, las agresiones por parte de estos delincuentes de mala muerte, principalmente aquellos pertenecientes a la Federación de “Estudiantes” de Naucalpan (FEN), hacia la comunidad estudiantil en general, han ido en un alarmante aumento. Ejemplo de ello, fue el ataque perpetrado por dichos porros a estudiantes el pasado 27 de octubre, resultando con una compañera gravemente golpeada.


Ante tales eventos, las autoridades del plantel hicieron lo que mejor saben hacer: NADA. Los porros huyeron de las instalaciones, y las denuncias de la comunidad no fueron atendidas ya que, para presentar la denuncia, nos requieren al nombre y el número de cuanta del agresor. ¿Acaso esperan que le pidamos sus datos al agresor mientras nos golpea? Algunos tal vez piensen que esto solo se debe a que dichas autoridades son simplemente estúpidas, pero no se trata solo de eso. Las autoridades del plantel tienen fama, aparte de ineptas, de solapar y fomentar tales actos delincuenciales mediante grupos de represión, tales como la FEN y similares. De esta manera, mantienen al estudiantado manso y temeroso, de forma que no sea un obstáculo para sus juegos de poder. Por si eso no fuera suficiente, tienen la escuela prácticamente rodeada de policías, los cuales, lejos de cumplir su deber, solapan igualmente a los porros, mientras éstos se dedican a atracar a la comunidad durante las horas de acceso y salida del plantel. Encima, tenemos que soportar el hostigamiento por parte de la autoridad hacia aquellos compañeros que deciden organizarse y auto-defenderse de tales agresiones, al ver la falta de iniciativa de la misma autoridad, compañeros que son tachados de porros y de banditas. No se engañen: todos sabemos quienes son los verdaderos porros. Ante esto, decimos: NO MÁS. Basta ya de esta deplorable situación en nuestro plantel. Si esta escuela sigue viva, es precisamente gracias a nosotros, los estudiantes, por tanto, no

podemos tolerar más tal cantidad de negligencias y abusos por parte de la autoridad y sus lacayos. Ya es hora de unir nuestras fuerzas y luchar por que se mejore nuestra situación escolar, de una forma o de otra. Si aquellos que “velan” por los estudiantes no lo consiguen, debemos conseguirlo nosotros mismos. En tal carácter, presentamos las siguientes exigencias, por las cuales debemos luchar hasta que se conviertan en una realidad

1- El deber principal de las autoridades Universitarias es resguardar la integridad física y académica de los estudiantes, y no el hostigamiento físico y académico de la misma. Por la tanto, exigimos: El cumplimiento de los deberes de las autoridades a favor de los intereses de la comunidad Universitaria, y no de sus intereses particulares 2- Garantizar la seguridad de la comunidad dentro y fuera del plantel. La seguridad de la comunidad no se garantiza mediante el cierre de accesos, ni el enrejado dentro del plantel, ni la petición de credenciales, ni rodeando las instalaciones de policías, medidas que solo contribuyen a empeorar la situación de inseguridad. Exigimos medidas que, en la práctica, tengan resultados

reales y favorables para la comunidad, tales como:

3Solucionar la problemática porril. Basta ya de basura burocrática como la ya inoperante “Comisión AntiPorril” formada por Rito Terán. Exigimos la eliminación inmediata, total y sistemática de todos los grupos porriles y represores, dentro y fuera del plantel, mediante: *Expulsión física y académica permanente para los miembros de dichos grupos


delincuenciales, ya que son los generadores directos de la violencia y la inseguridad dentro y fuera del plantel. *Destitución de todo miembro del cuerpo de vigilancia y el cuerpo administrativo que se halle coludido con actos y/u organizaciones porriles. 4- Negar por completo el acceso a policías o similares a las instalaciones y sus inmediaciones, ejerciendo el carácter Autónomo de la UNAM. Es sabido que los miembros de dichos grupos policíacos solapan e incluso apoyan las actividades delictivas de los grupos porriles, haciendo que su presencia sea perjudicial para la comunidad y para la Autonomía de nuestra institución educativa. 5- Reapertura de los principales accesos al plantel, por motivos de seguridad y practicidad durante el acceso y la salida de las instalaciones. Al forzar la entrada y salida por la puerta superior, se expone a la comunidad a agresiones y delitos por parte de porros y policías, durante el recorrido hacia la parte baja del plantel, y viceversa, donde los estudiantes acceden a las instalaciones o a sus respectivos transportes. 6- Recuperar los espacios para los estudiantes. De ninguna manera justificamos el mal uso que se le da a ciertos espacios dentro de las instalaciones, por parte de algunas personas, para la promoción y la práctica de diversos vicios. Sin embargo, esto tampoco justifica el negar el acceso a los estudiantes a estos y otros espacios, que pueden ser utilizados con fines académicos o culturales, o distintas formas de recreación, o actividades que le permitan al estudiante asegurar cierto ingreso económico, que le ayude a continuar y concluir su vida académica. Es una muestra de hipocresía inverosímil el que las autoridades se muestren tan intolerantes ante la práctica de deportes alternativos o de la venta informal, mientras no hacen nada para detener las agresiones y los robos dentro del

plantel. Por lo tanto, exigimos la reapertura de estos espacios y el cese al hostigamiento contra los compañeros que pretenden utilizarlos.

Lo anterior no debe ser confundido con un vil “pliego petitorio”. Son exigencias por parte de los estudiantes, cuyo cumplimiento es imprescindible para una vida académica plena y segura dentro del plantel. Para nosotros, los estudiante, esto debe ser un ultimátum: si la autoridad falla en cumplir satisfactoriamente estas demandas, nosotros no encargaremos de satisfacerlas, por nuestros propios medios. La UNAM es de los estudiantes, no de ningún grupo de delincuentes, ni de autoridades ineptas. Organicémonos: formemos grupos de auto-defensa, ayudémonos los unos a los otros a cumplir nuestras demandas, y a limpiar la escuela de toda la escoria que intente impedirlo, ya no con papelitos, peticiones y trámites, sino con la mente clara, el puño en alto y la voz tronante. Ya es hora de luchar por lo que nos pertenece. Atentamente:

Brigada Anti-Fascista (BAF) Brigada Sandinista (BRISA) Frente Estudiantil de Transformación Social (FETS) La Resistencia Estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan


Al fin un Cabañas que sí vale la pena. ¿Quien es Lucio Cabañas? Lucio somos todos; Lucio es "ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo"; es fuente de inspiración, un revolucionario tal vez, o un simple criminal que hace temblar con solo nombrarlo. Un hombre que era … ¡lucha!

Nace un 15 de diciembre de 1936, hijo de una familia pobre de la comunidad El Porvenir, del municipio Atoyac de Álvarez, Guerrero. Sus padres: Rafaela G. Barrientos y Cesáreo Cabañas; su abuelo, un general Zapatista: Pablo Cabañas Macedo. El padre separa a Lucio de su madre a los ocho años de edad por lo que se ve en la necesidad de estudiar la primaria en la población de El Cayaco. A la muerte del padre de Lucio, este, junto con su hermano Pablo, se ve sin un sustento económico y se alquila como peón por 5 pesos, llevando una jornada laboral de 10 a 12 horas por día cuando apenas tenía 12 años (y ustedes se quejan por buscar chamba después de la prepa…) A los 17 años huye de casa de su tía, que se había quedado a cargo de él, para seguir sus estudios en Tuxtla donde termina el cuarto grado, omite el quinto, así nomás, y cursa el sexto (quién sabe cómo) en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, donde cursó también la secundaria y la educación Normal, recibiéndose como maestro a los 27 años. Las escuelas normales rurales

eran una creación del gobierno de Lázaro Cárdenas, en ellas los campesinos podían prepararse como profesores y regresar a sus comunidades, el Estado les proporcionaba casa y alimentación en lo que duraba su instrucción. Como resultado, se generó la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, o FECSUM (y la “U”, ¿qué significa?), que se convirtió en un exponente de lucha campesina. En la Normal destacó como dirigente y buen orador, llegando a ser Secretario General de la FECSUM (la “U” significa “Unidos”, por cierto). En esos tiempos, junto con Genaro Vázquez Rojas, otro estudiante más conocido e influyente dentro del movimiento que apoyaba a Raymundo Abarca Alarcón (enorme lapsus brutus), desconocen al gobernador. Posteriormente, Lucio y la mayoría de la FECSUM, se deslindaron de Genaro Vázquez y el movimiento de Abarca. Ya egresado de la Normal Superior, Lucio impartió clase en Mezcaltepec, donde se organizó junto a los campesinos para defender los recursos forestales, después como profesor se va a la escuela primaria "José Alarcón", pero ahí se encuentra con padres de familia y profesores que se veían inconformes por las exigencias de uniformes y cuotas (¡apenas si podían tragar!). Lucio organiza un movimiento y logra la victoria, pero se gana cierta fama de… revoltoso, digamos, así que deciden (quién sabe quiénes)


mandarlo a Durango. En una comunidad llamada "Nombre de dios" (órale…) participa en diversas luchas, entre ellas la ocupación de una mina hierro a cielo abierto llamada Cerro del Mercado (por fin, ¿era mina, o tianguis?). Es reinstalado, y a partir de su fama de “chico problema”, los profesores y padres de familia de la escuela Juan N. Álvarez le piden asesoría para destituir a las autoridades del plantel, lucha que también triunfa. Se dice que ofrecieron 250 000 pesos (que entonces era una lanototota) por matar a Lucio, por revoltoso. Durante un mitin convocado en la Plaza Central de Atoyac el día 18 de mayo de 1967, las autoridades deciden disparar y toman la escuela… así, bien amables. Los disparos comenzaron y Lucio se hallaba al

micrófono aventándose un discursazo. Los pobladores protegieron a Lucio, y de antemano todos sabían que la única manera de salvaguardar su vida era escapar (“Písale, carnal”), sale rumbo a la sierra armado con un arma calibre 32, (por si alguien se lo preguntaba), recorre algunos pueblos aledaños, reclutando voluntarios para la lucha; a partir de ahí, surge su propia organización política: el Partido de los Pobres (El PP, o “PePe”, para los cuates).. Becerra Luna fue el cacique que mando matar a Lucio (el de los 250,000 pesos), este vivió hasta junio de 1970 cuando una brigada de ajusticiamiento del Partido de los Pobres lo ejecutó (¡lero-lero!). El 19 de mayo de 1967 en la comunidad de San Martín de las Flores se reúnen junto con el los primeros activistas, el nuevo movimiento del Partido de los Pobres surge ante el abandonó que habían sufrido por parte del PC (que era el Partido Comunista, no una computadora). Con todo esto, el Partido de los Pobres trató de generar una estructura, ya bastante más inspirada en el maoísmo, basada en: a) Comités Revolucionarios Clandestinos, que constituyan algo así como sus organismos de base, sobre los cuales se erigía una dirección nacional. b) La Brigada de Ajusticiamiento (así como se oye), que era el grupo armado que se dedicaría a la autodefensa y al castigo de los responsables de la represión. c) Organizaciones populares amplias de lucha, las cuales se concebían como órganos que no respondían propiamente al partido, sino que serían espacios de


intervención de los militantes donde se reclutarían a miembros tanto para los Comités Revolucionarios como para la Brigada de Ajusticiamiento. La organización también planteó que el pueblo debe construir su propio poder, y que el Partido debe servir al pueblo como instrumento organizador de la lucha revolucionaria. En la guerrilla Lucio promovía el estudio y la superación: la Brigada llevaba consigo una biblioteca con libros clásicos del marxismo y de historia, de los cuales, el más recurrente fue "Guerra de Guerrillas" (que era del “Ché”). El sobrenombre de Lucio fue "Miguel", su método nunca fue el de convencer por la fuerza, por el contrario, trataba siempre de convencer explicando las cosas lo más claro posible, no trataba de imponer esfuerzos o sacrificios que él no estuviera dispuesto a hacer, predicaba con el ejemplo. En las reuniones dejaba que todos opinaran, tomaba nota y daba sus argumentos, después de estar de acuerdo se tomaban las decisiones (apoco no ya sienten que lo quieren…).

Lucio y sus compañeros se plantearon un programa: 1. Luchar consecuentemente con las armas, junto a todas las organizaciones armadas, junto a nuestro pueblo trabajador y hacer la revolución socialista; conquistar el poder político; destruir el estado burgués, explotador y opresor; y construir un estado proletario. 2. Destruir al sistema capitalista; abolir la propiedad privada, base y esencia de la explotación del hombre por el hombre; aniquilar a la burguesía como clase privilegiada, explotadora y opresora. 3. Después del triunfo armado de la Revolución Socialista y de la toma del poder político por el pueblo serán expropiadas y socializadas las empresas industriales, comerciales, agrícolas, las instituciones financieras y demás medios de producción. 4. Se acabará con la explotación y la opresión en el campo; los latifundios, las haciendas y todas las propiedades de los capitalistas del campo


serán expropiadas. La tierra será colectivizada... la tierra y la producción serán de quienes la trabajan. 5. Los grandes propietarios de viviendas serán expropiados de ellas, y sólo se les permitirá lo necesario para vivir dignamente, como vivirá el pueblo. Las mansiones de lujo, los hoteles, moteles y centros vacacionales pasarán a manos de los trabajadores. 6. Los grandes sanatorios, consultorios, farmacias y laboratorios; los centros de salud y hospitales, serán expropiados y puestos al servicio del pueblo para garantizar la salud. 7. El transporte aéreo, marítimo y terrestre; las comunicaciones; teléfono, telégrafo y correo serán socializados (Aún no existía el Internet, pero cuéntenlo en la lista) 9. Serán expropiadas la prensa, la radio y la televisión, cuyo fin fundamental será orientar, educar y elevar la conciencia y la moral revolucionaria del pueblo. 10. Las leyes y todo el sistema jurídico burgués serán abolidas. El ejército y todas las corporaciones policíacas que forman la

maquinaria represiva y criminal serán destruidos. El estado revolucionario armara a todo el pueblo. 11. Y… el punto 11, ¿dónde quedó…? ¡Producción! ¡Producción! ¡No podemos trabajar así! (Bien, olviden eso) 12. La lucha del pueblo mexicano por su plena emancipación es parte integrante del movimiento revolucionario mundial por la liberación total de la humanidad, las fronteras deberán ser barridas por la lucha y por el internacionalismo revolucionario. 1968 sacudió al país y al mundo, pero en ese momento el movimiento armado en Guerrero se mantenía en una fase de autodefensa. Mientras tanto el movimiento estudiantil avanzaba a pasos agigantados generando ya las primeras turbulencias en el seno los sindicatos corporativos. Ante esta situación el gobierno ordena sofocar el movimiento por la vía de la brutal represión. En el caso del PdlP (o PePe), se genera una proceso de colaboración con el denominado "grupo partidario", que después pasaría a unificarse con otros grupos para conformar la Liga Comunista 23 de septiembre. La colaboración con el "grupo partidario" se rompió cuando estos


últimos pretendieron tomar la dirección del movimiento en base a maniobras deplorables. Luego del segundo año del sexenio de Echeverría, se emprendió una guerra total contra la guerrilla que combinó la ejecución de un plan de obras públicas con una represión salvaje contra todo aquel sospechoso de simpatizar o de militar con el movimiento (con cualquier movimiento), dando inicio a la llamada “Guerra Sucia”. Uno de los resultados de esta guerra fue la muerte a principios 1972 de Genaro Vázquez Rojas, el cual había sufrido un “accidente” automovilístico cuando regresaba a Guerrero, entonces los soldados que lo “encontraron” lo reconocieron y decidieron rematarlo (así de limpio juegan esos infelices). Por esos años, el grupo de Lucio había logrado un buen nivel de combatividad: el 25 de junio del 72 logra destruir un pelotón completo, y a lo largo de ese año, las acciones ofensivas del movimiento aumentaron, a pesar de que el grupo sólo contaba con 102 combatientes, los cuales se dividían en tres brigadas.

Los meses siguientes son una sucesión de acciones represivas combinadas con campañas de hostigamiento y cercos que son rotos uno tras otro. Cuando se avecinaba el inicio del proceso

electoral para la sustitución del gobernador en Guerrero, el candidato del PRI Rubén Figueroa, un cacique millonario, pretende una entrevista con Lucio Cabañas, la idea era ofrecerle un buen puesto y algún plan de obras, similar a lo sucedido con Genaro Vázquez en 1962. Afortunadamente, Lucio no se vio tan… iluso y, finalmente el 20 de abril del 74, Lucio aceptó la propuesta por parte de su tío (uno de los que le quedaban) para iniciar los preparativos del encuentro. el cual se llevó acabo el 30 de mayo de 1974. Lucio detuvo (o secuestró, dirían las malas lenguas) a Rubén Figueroa, a su secretaria, y a Febronio Díaz Figueroa, un profesor universitario que servia al cacique como una especie de interlocutor. El movimiento armado trató de negociar la desmilitarización de Coyuca, Atoyac y San Jerónimo, así como la libertad de los presos políticos. Sin duda nunca tuvo intenciones de negociar nada con Figueroa (por si no les pareció bastante obvio), no obstante el Estado tampoco tenía voluntad alguna de ceder. Lo único que la guerrilla pudo obtener fue una cantidad en efectivo en total 25 millones de pesos A partir de dicho incidente, el conjunto del ejército decidió terminar de una vez por todas con Lucio, tendiendo un cerco de 25 mil soldados (echando montón, si no, no pueden). Ante el avance de los militares, los grupos guerrilleros logran diversas victorias tácticas: en El Ticui emboscan el 9 de agosto a 150 soldados matando a 17; el 21 logran poner en desbandada a un grupo de 100 soldados de los cuales mueren 14; el 11 de octubre rompen un cerco en el cerro de Santa María provocando 30 bajas al ejército; en El Calvario se emboscó a 22 policías motorizados que habían participado en detenciones y torturas


en contra de la población indefensa (qué bueno, muahahaha… Ahem... también olviden eso). No obstante el 8 de septiembre en el cerro de El Quemado, los soldados cercan a la brigada que custodiaba a Rubén Figueroa logrando escapar este último. En ese enfrentamiento muere Luís, el tío de Lucio que había concertado la reunión con Figueroa, pero que al conocer la determinación de retener al cacique decidió sumarse a la guerrilla. El resto de la brigada decide romper el cerco no obstante con la liberación de Figueroa las acciones de los soldados serían en los sucesivo mucho más decididas. Gracias a las delaciones de algunos desertores, el 11 de octubre en el cerro de Achotla el ejército logró con éxito una emboscada el grupo que dirigía el propio Lucio. Gracias a su conocimiento del terreno logra escapar (¡Óleeeee…!). Gracias a una delación en la comunidad de Los Corales, el ejército logró nuevamente acorralarlo el 30 de noviembre. En esta ocasión el golpe fue mucho más contundente: de los 23 guerrilleros del grupo, 17 murieron ya sea en el tiroteo o ejecutados luego de su redición.

Lucio con un grupo de seis logra escabullirse (¡Óleeee…!) Eran las dos de la madrugada del 2 de diciembre, cerca de la población de El Ototal, cuando el ejército logra acercarse a 30 metros de Lucio y comienzan a abrir fuego. Lucio resulta herido y lanza un último desafió, que pasaria a la historia: “¡Hasta que se les hizo, hijos de la $”%/$/, pero les aseguro que no les voy a dar el gusto de que me maten ustedes!” Acto seguido, el mismo Lucio se quitó la vida (Y una vez más: ¡Óleeee…!) Al reportar el incidente, un miembro del batalló atacante afirmó: “…pero el capitán que venía conmigo le dio el tiro de gracia" (sí, cómo no… brincos dieras, desgraciado). Hoy todos sabemos (o deberíamos saber) el grito de combate de Lucio Cabañas:

"La lucha por el socialismo es irreversible ¡¡Unidos y organizados venceremos!! ¡¡¡Socialismo o barbarie!!!”


¡Y al fin nos dejan escribir una reseña! Después de dos recomendaciones enviadas por ustedes (bueno, por algunos de ustedes) y de un número especial, nos tenemos que rifar a cumplir con nuestras obligaciones. Así que aquí está nuestra recomendación de este número para que, otra vez, conozcan ustedes algo nuevo y fuera de lo usual.

TRIPTYKON Eparistera Daimones Aquellos que lleven ya un tiempo metidos (ahem…) en esto del metal, seguramente habrán ya oído el nombre de Celtic Frost, una infame banda a la que prácticamente se le debe el desarrollo (sino es que la misma creación) de aquello llamado “metal extremo” (y todos sus miles de hijitos o sub-géneros) ya que, en la década de los 80’s, se dedicaron a crear música que sobrepasaba las expectativas de la mayoría de los metaleros… y de la gente en general. “Y, ¿como por qué nos están hablando de una banda de hace veinti-no-se-qué años, que no es la que está en el título?” Ah, pues porque Celtic Frost es la banda que precedió a Triptykon, y de la cual sacaron la mayoría de sus ideas. Después de una tediosa y larga historia en la que CF sacó tres excelentes discos, y luego una verdadera porquería, y luego otro disco mediocre, y la banda se deshizo, y se luego se reunió, y luego se volvió a deshacer, y se volvieron a reunir, y sacaron otro disco genial (titulado Monotheist), y luego se separaron otra vez (bueno, ya estuvo…), el principal encargado de la banda, Tom Warrior, se cansó de tanto volver la burra al trigo, y decidió mejor hacer una nueva banda. Y bueno… es algo obvio que esa nueva banda es Triptykon.

Así que, siguiendo con las ideas musicales exploradas en Monotheist, Tom Warrior inició su nueva carrera de la mejor manera posible, con el debut de Triptykon:

Eparistera Daimones

(¿qué diablos…?). A diferencia del ultimo disco de metal que recomendamos (The Butcher’s Ballroom, de DSO, en RN no. 1), aquí no vamos a encontrar nada bonito, ni alegre, ni súpermelodioso, sino todo lo contrario. El autor de este disco al parecer estaba bastante enojado con la existencia en general, y la música que escribió claramente refleja dicho estado. La atmósfera del disco es completamente oscura y opresiva, sumado a la exagerada agresión musical durante casi todo el disco (basta con ver la hermosa portada para darse una idea). En cuanto el primer track, “Goetia”, empieza a salir de las bocinas (o audífonos, u lo que sea…), somos casi golpeados con un tono de guitarra verdaderamente masivo, que bien podría haber ocasionado todos aquellos terribles terremotos a principios de año (“ah, pero que ma…mila”). Pero eso no es todo, también nos presentan un tono de bajo que se siente hasta la columna, y una batería que… pues… pues que suena muy bien (se nos acaban las malas analogías). Y encima de todo, la voz de Tom Warrior que realmente se escucha bastante encabro… perdón, molesto. Y así sigue. El siguiente track es bastante similar, pero más lento y sombrío. Entonces, llega “In Shrouds Decayed”, con un intro atmosférico, que después nos regresa progresivamente a los campos de agresión. Luego de un pequeño interludio, tenemos “A Thousand Lies”, la canción más rápida y agresiva del disco (“¿más?”). Aquí no hay nada


de atmósfera ni oportunidad de respirar, ni “oh, qué bonito solo”: pura caña y más caña (figurativamente, y sin doble sentido). Después de un par de tracks más, o lo que es lo mismo, otros diez minutos de ser sónicamente (sí, acabamos de inventar esa palabra, y no es la primera vez que hacemos algo así) reducidos a pulpa, nos encontramos con que al inicio de esta reseña los engañamos vilmente. Sí, aquí tenemos “My Pain” (“qué onda con sus titulitos…”), una canción “bonita”, con música bastante tranquila, una vos de chica sexy… y otra voz de metalero deprimido. Después de dar gracias por este esperado suspiro, tenemos la culminación de este álbum debut, con “The Prolonging”: un monstruo de canción de 19 minutos (y segundos… eso de “prolonging” iba en serio), durante los cuales se condensan todos los terroríficos atributos musicales y atmosféricos que esta banda nos ofrece. Un track bastante largo, físicamente pesado, y algo

repetitivo, pero que, con un poco de paciencia, se convierte en un “opus magnum” del género. Así que ahí tienen. Si lo que les gusta es el metal inteligentemente blasfemo, furioso, contundente y abrasivo (o sea, Death/Black/Doom), y provocarle dolores de cabeza y problemas psicológicos a sus vecinos y a quien sea que viva con o cerca de ustedes, no duden en adquirir este disco (recuerden que el Internet y los distribuidores de esta publicación son sus amigos musicales). Eparistera Daimones seguramente seguirá provocando más terremotos en el mundo de la música. “Long live teh methulzzz!!!”


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