Bicentenario, Centenario y no hay nada que festejar. 2010 parecía ser el año en el cual los cambios politicos y sociales que favorecieran a la clase mas humilde sucederían en este país (¿en qué dimensión?). A escasos dos meses y medio de terminar este año, las condiciones de vida de la gran mayoría de la población son de pobreza o de pobreza extrema; solo hay que echar un vistazo a los estados del sur, Oaxaca, Chiapas, Tabasco o Veracruz, este último devastado por las intensas lluvias (y llueve sobre mojado…). Pero qué importa eso cuando se esta celebrando una falsa independencia y una revolución que solo favoreció a unos cuantos. ¡A tronar cohetes! El gobierno, en todos los niveles, desparramó miles de millones de pesos en actos circenses efímeros, con el afán de exaltar un sentimiento patriótico dentro de cada individuo, como si con eso se solucionaran los problemas actuales del país.