Rejas Negras No. 5

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ESTANDO TRAS LAS REJAS ¡Bienvenidos sean todos ustedes, ¨Bienvenidos al fin de su futuro.¨ jóvenes educandos, a ésta su “Máxima Casa de Estudios”! “Chale, qué alentador, eh…”, Después de las vacaciones, pensarán algunos con ingresamos a este Colegio de sarcasmo. Y tienen razón. Pero Ciencias y Humanidades con no es realmente nuestra la esperanza de adquirir un intención el desalentarlos con nuevo nivel de respecto a su nueva escuela, y conocimiento, en lo todo lo que ello conlleva. No. académico, lo social, y lo Nuestro propósito es el personal. Aquellos de informarles y hacerlos generaciones anteriores ya reflexionar sobre todas aquellas sabrán qué tanto de todo ello es cosas que las autoridades cierto. Pero una nueva escolares seguramente generación nos acompaña este descartaron o deformaron semestre. Es a ellos, cándidos durante su pomposo y aburrido muchachitos de nuevo procedimiento de “bienvenida ingreso, a quienes dirigimos oficial”. Ahora, prepárense para este especial saludo: el “reciclaje”:


De “Rejas Negras”, Número 1, Febrero 2010: La obvia, sarcástica y poco graciosa referencia que hicimos atrás (con el nombre de la publicación), parece formar parte de uno de tantos planes de renovación (con que así la llaman ahora…) de nuestra querida Universidad y sus bachilleratos. Y seguramente entre ustedes habrá algunos que piensen “¡Guau! Pero qué chidas se ven las rejas pintadas de negro.” Claro. Muchos campos de concentración tenían… tienen

café con medio frasco de azúcar, para no amargarlo con su propia personalidad. Y que alguien nos salve de tener que acudir a “Servicios Estudiantiles”: la mayoría de las secretarias parecieran querer empalarte vivo por robarles su preciado tiempo.

rejas similares, por si les interesa. Y ya que hablamos de campos de concentración, hagamos una pequeña remembranza y retrocedamos a los tiempos de nuestra secundaria. Algunos no retrocederán demasiado… Recuerden aquellas puertas siempre cerradas, aquellos prefectos regresándolos a sus salones, la obligatoria credencial, las orientadoras hojaldras, los uniformes en su mayoría ridículos, los colores sedantes… ¿Les suena familiar? En efecto. Ya no necesitamos hacer memoria para revivir aquella época. Ahora, solo tenemos que llegar a la escuela para eso. Pero esperen, ¿no se supone que ya estamos en bachillerato? Oh, demonios, parece que estamos en el plantel equivocado. Si. Por allá va un prefecto, pero con un radio y una camisa de “Seguridad” UNAM. Allí tenemos a otros pidiendo credencial para poder entrar a una escuela pública. Por ahí va el director, pavoneándose “intimidatoriamente” por la escuela. Parece que no tiene suficiente trabajo para entretenerse. Maestros que deben tomar

Sin embargo, en todos lados siguen habiendo letreros y carteles que ponen “CCH Naucalpan”, o “Universidad Nacional Autónoma de México”. Entonces, ¿qué está sucediendo? ¿Hemos entrado acaso en la Dimensión Desconocida? No precisamente. Como ya dijimos, ésta parece ser la forma en la que las autoridades pretenden “mejorar” la Universidad y sus servicios educativos: convirtiéndola en una secundaria para post-pubertos, o en una correccional de bajo impacto. Y no solo con lo anterior. Ahora tenemos salones mucho más pequeños, con ventanas de vidrios opacos, y encima, barrotes sobre algunas de éstas ventanas. “Modernos” laboratorios con ventanas que más bien parecen rendijas. Cualquier contacto con el exterior durante clase es cortado casi por completo, a menos que necesites ir al baño (si te dejan). Todo esto con el pretexto de “mejorar el aprendizaje”. Sí, como no… Mejor hay que darnos otra vuelta por la secundaria. Cuando regresemos, nos gustaría ver


al

menos

tres

ideas

nuevas

para

verdaderamente mejorar nuestra educación. Por cierto, al menos una de esas ideas no debe ser una estupidez. Encima de esto, seguimos teniendo el ya muy antiguo problema de los “chicos malos de la escuela”: porros, elementos de “seguridad” y demás cochinilla. Seguimos temiendo que al llegar a la escuela algún prángano con jersey nos quite el dinero o nos golpeé, o que algún tipo en la entrada nos niegue el acceso por no traer el papelito rosa enmicado. Y si nos llegamos a salvar de lo anterior, aún tenemos que asistir a “clases” en nuestros casi cubículos, como una terapia grupal venida a menos. Vaya forma de crear un asilo de claustrofóbicos y paranoicos. “Dos camisas de fuerza para el salón 81B. Un par de internos… perdón, alumnos, tuvieron un colapso nervioso en su examen de Matemáticas.” De ninguna manera pretendemos negar que la Universidad, o, en este caso, los CCH’s, necesitan urgentemente varias reformas en cuanto a lo académico y la infraestructura. Sin embargo, estas reformas retrogradas que las autoridades han llevado a cabo recientemente, únicamente contribuyen a privar a la Universidad y a sus estudiantes de su identidad y su criterio.

Desaparecidos están los colores que caracterizaban a la UNAM; no queda casi rastro alguno de las clases en las que el estudiante tenía la oportunidad de formarse un criterio propio; extinto se halla el orgullo de pertenecer a una institución educativa como solía serlo la UNAM. ¿Pero como podemos siquiera pensar en poner en duda la sapiencia y el desinterés de nuestras autoridades? Mejor no imaginárselo. “¿Quién se atrevió a pronunciar tales blasfemias? Nada. ¡A la hoguera, por hereje!”. Fin del

reciclaje.

Ojala este “breve” comentario, haya ayudado a iluminarlos un poco. Ciertamente, el chascarrillo sobre “el fin de su futuro” fue premeditadamente exagerado, pero ¿lo es realmente? No negamos que la experiencia y el conocimiento que adquirirán durante su estancia en ésta institución son cosas invaluables, como todo egresado podrá asegurarles. Sin embargo, todo ello puede ser aún mejor. No se conformen nunca con lo que sus profesores les enseñan (o intentan enseñarles); investiguen por su cuenta, indaguen no solo en lo académico, sino en toda la historia de la institución y en su simbolismo histórico y social. Recuperemos la osadía y el sentido de innovación que es inherente a toda la juventud, restauremos


juntos aquella Universidad, creadora de mentes críticas y de espíritus libres, que nos pertenece a los estudiantes. Luchemos por evitar que se convierta en el criadero de mentes dóciles, espíritus adocenados, y actitudes retrogradas y putrefactas que desean los poderosos.

De lo contrario, el sable del Maligno-deMalignos de la portada caerá sobre nuestros pequeños e indefensos cráneos. Y eso no suena nada bonito, ¿verdad?

UN PRIVADITO PARA LA UNAM

¿qué es?,¿cómo se prepara?, ¿con qué se come? Y cómo nos la hemos tenido que comer todos, recordemos ahora un poco esas líneas. El pueblo es el propietario de todos los recursos del subsuelo y de los servicios esenciales para el desarrollo social (“¿qué?”), tales como la salud, las comunicaciones y la educación, entre otras (la realidad es otra, pero así se supone que debería ser). La privatización se da cuando el gobierno, mediante un dictamen, o un “chanchuyo”, transfiere las responsabilidades de una empresa o un servicio, del sector público (en donde se supone que el dueño es todo el pueblo) al sector privado (donde solo un grupo lo maneja). Así bien, la privatización tiene como objetivo que nuestros gobiernos se desentiendan del patrimonio de todos y lo vendan como una simple mercancía a grupos empresariales o a particulares y así, formar parte del domino de la economía de mercado y la libre competencia. ¿Les quedo claro? Muy bien. Ya mencionado brevemente de que se trata esto, hablemos ahora de la UNAM, la cual ha sido el blanco de nuestros gobernantes desde hace años, y Calderón no es la excepción, ya que no intenta siquiera ocultar su intención de desmembrar (si, desmembrar) nuestra escuela, argumentando que está sumida en la burocracia, además de generar un gran gasto público y dar muy pocos

En esta quinta edición de Rejas Negras, que se reparte a ustedes y que coincide con el ingreso de nuevos compañeros, quisiéramos hablar un poco sobre un problemita de alcances bastante catastróficos, por el cual todos debemos estar interesados (y no, no hablamos de 2012). Y qué mejor ocasión que ésta, donde nuevos bríos deslumbran estas sagradas aulas del saber (supuestamente), para que estén informados de los atentados hacia la educación y hacia esta enorme institución. El problema a tratar en esta ocasión, queridos educandos, es el de una posible privatización a la educación y, más directamente, a la Universidad, NUESTRA Universidad. Anteriormente, escribimos sobre la privatización:


resultados. También miembros de su gabinete (los cuales son todos egresados de escuelas privadas), han manifestado su repudio hacia la institución, desprestigiándola con comentarios tales como “la UNAM es un nido de delincuentes”, entre otras cosas, además de no reconocer que esta institución se encuentra entre las mejores escuelas del mundo; ninguno se ha atrevido a mencionarlo. Pero es clara la intención de privatizar la educación media y superior, es por ello que cada año, han recortado el presupuesto más y más, llevando la educación a un estancamiento académico. Problema que ha frenado a la UNAM hablando de creación de

individual como colectiva. Pero, ¿qué pasa con los que no entran a la UNAM o alguna institución de carácter público? Es aquí donde está el negocio: las escuelas privadas parecen ser la solución a la demanda educativa, pero las que son de calidad son inaccesibles económicamente para la mayoría y las demás parecen escuelas sacadas de la manga supuestamente avaladas por la SEP, la UNAM o el IPN, pero de una educación humanística nula, creadoras únicamente de mano de obra barata (y no es por denigrar a los que estudian ahí, pero hay que ser críticos y realistas). La existencia de estas escuelas, a las cuales el gobierno concede los permisos, que cobra

nuevos campus, limitando su matrícula y dejando sin oportunidad de educación a miles de jóvenes los cuales tienen padres que trabajan y pagan sus impuestos los cuales, a su vez, mantienen a la Universidad, y a los mismos insectos miserables que pretenden su extinción. El examen de admisión es de por sí una medida injusta (en todos los niveles), ya que todos tenemos derecho a la educación, pero dado que las instituciones no bastan para educar a todos, tienen que filtrar a los aspirantes dejando solo a los más capaces (en teoría). La educación, sin embargo, no es un privilegio: es una obligación de todos, tanto

bastante bien, son un fraude al pueblo y crean una división social injusta. La situación educativa del país en general es mala, tenemos serios problemas de analfabetismo, en la misma UNAM tenemos bastantes problemas, como los porros, abusos de autoridad, inconformidad laboral, drogadicción, etc. Pero aún con todo esto sigue siendo la mayor casa de estudios, una de las mejores del mundo, la generadora de gran parte de la investigación en todos los ramos en el país, con excelentes profesores que sin exagerar pueden dar clases en cualquiera de las mejores escuelas del mundo (bueno, no todos, la verdad).


Y es ahí donde está el orgullo de la escuela: en su historia, en la formación de críticos y de personas consientes que alzan la voz cuando algo está mal; en sus colores, de los cuales ha sido privado nuestro CCH, dejándolo luciendo como una cárcel por fuera y como un kínder por dentro, robando su identidad y matando la creatividad. Es también por esto que debe ser defendida de cualquier atentado, ya que si las instituciones grandes como la UNAM o el IPN fueran privatizadas, las consecuencias serian gravísimas. El asistir a la escuela ya representa un gasto grande, entre pasajes, alimentos y papelería, además de esto, pagar cuotas, exámenes, credencial, idiomas y más cosas necesarias. La privatización (como nos gusta repetir el término, ¿verdad?) nos llevaría a un estancamiento educativo masivo, a la violación del derecho universal a la educación, a la deserción de muchísimos jóvenes por carencia económica y, como consecuencia, el ensanchamiento de filas de los miles de jóvenes sin educación ni trabajo, la formación de más pobres y un retroceso histórico en el país. ¿Algo más? La intención de este artículo es simple: sientan la institución en lo más profundo y no por presunción, si no por su historia, por los que la han hecho posible tanto tiempo, que es el pueblo en general; siéntanse orgullosos de estar aquí y, lo más importante, defiéndanla como lo han hecho ya bastantes en su tiempo, no permitan la extinción de su origen critico y social, exijan a sus maestros el debate, la opinión, la crítica y cumplan ustedes también con su parte… por favor.

“No descansen hasta no ver que cada universitario pinte de azul y oro el conocimiento, el cual devolverá con su esfuerzo al pueblo, para construir un país mejor.” Abel.

Ya podemos imaginarlos pensando: “Pero cómo les gusta quejarse a estos tipos… que la UNAM esto, que la privatización lo otro, que la independencia aquello… Ya estuvo, ¿no?” Pues sí, ya estuvo. Ahora, vamos a cambiar radicalmente de tema, y les vamos a recomendar algo para que se culturicen, muchachitos. Procuren que les guste…

Les Luthiers Mastropiero que Nunca (1979) Luthier. Vocablo de origen francés, que se refiere a aquella persona que construye, o arregla instrumentos musicales. En este caso, tenemos a un grupo de músicos-actores-comediantestodólogos, que se dispusieron a interpretar su inusual forma de arte con el uso de algunos instrumentos bastante... exóticos. Se los describiríamos, pero es mejor que los vean por ustedes mismos. Sólo digamos que después de verlo, serán tan creyentes, que no lo podrán creer. Todo se desarrolla alrededor de la peculiar vida artística y la bochornosa vida personal de un sujeto llamado Johann Sebastian Mastropiero: mujeriego fracasado, compositor venido a menos, filósofo inconcluso… Su estilo de vida y sus


peculiares composiciones musicales hacen las delicias del público cuando son interpretadas de una manera sátira que solo el “Conjunto de Instrumentos Informales Les Luthiers” puede conseguir. “¿Y cómo es que lo consiguen?” Las interpretaciones de la obra de Mastropiero van acompañadas de memorables presentaciones de los distintos números, actuaciones llenas de errores “intencionales”, improvisaciones cómicas, guiños y algunas rencillas entre los participantes, todo interpretado de la forma más fidedigna que NO les fue posible. En este DVD, se presentan 10 números, grabados en vivo durante un recital enteramente conformado por obras del “célebre” compositor Johann Sebastian Mastropiero, presentándonos títulos como “La Bella y Graciosa Moza Marchose a… Lavar la Ropa”, “La Payada de la Vaca”, o la excelente “Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus Hazañas en Tierras de Indias, de los Singulares Acontecimientos en los que se vio Envuelto, y de cómo se Desenvolvió”, una obra tan larga como su nombre, que

nos cuenta la historia de una fallida conquista alternativa de América, todo ello contado con el humor “sincishito y carismático” de los Argentinos. Bastante genial. Y, si se quedaron con ganas de más, nos ofrecen también un número extra, “fuera de programa”. Este título, y otros de esta misma agrupación, pueden ser conseguidos fácilmente en algunos locales ambulantes cerca de Bellas Artes, en algunas librerías como Gandhi o el Sótano, o con los distribuidores de esta publicación (a diferencia de las librerías y los puesteros, nosotros los tenemos TODOS, y más baratos). Si la reseña no los convence, pueden acudir a su buen (y a veces único) amigo YouTube, para que tengan una ligera muestra de lo que esta genial agrupación tiene para ofrecer. Si ninguno de sus números les arranca aunque sea una carcajada… entonces, su vida simplemente no merece ser vivida, jóvenes. Y bueno… ¿qué más podemos agregar… que no se haya dicho ya? O que sí se haya dicho… “Que el Lado de Uva de la Fuerza esté con ustedes”


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