Revista Nº20

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Revista Católica Nº 20, Octubre de 2012, Año 3

rescatandoalafamilia.blogspot.com rescatandoalafamilia@gmail.com Directora: Rosa María Valencia Z.

Administradora: Guadalupe Soto V.

Editor: Santino Bruguera

Colaboradores: Sr. Juan Carlos Rivera V. Pbro. Joel Chipana P. Sra. Guadalupe Valdez S. Lic. Ada H. de Rondón Dip. Sarko Medina H.

2 Editorial 3 Si queremos hijos felices, no les fallemos 5 Reavivando el Don de la Fe 8 El Amor Conyugal... después de los 40 12 Avisos Publicitarios 13 Fin de Año: cuando los niños no aprueban sus cursos...¿qué hacer? 17 El peligro de la intolerancia contra la abstinencia


Editorial Estimados amigos: Con mucho gusto les presentamos este nuevo número. Como siempre, los artículos incluidos son de total interés a toda familia que reconoce que las cosas en el mundo no están bien, y que desea informarse colaborando así a mejorar y proteger sus hogares. Aprovecho esta oportunidad para solicitarles su apoyo enconómico a todo aquel que apuesta a favor por esta Revista, creyendo de corazón que esta clase de iniciativas vale la pena llevarlas adelante y comprendiendo que la parte económica es muy necesaria para su permanencia en favor de todas las familias. Un abrazo fraterno, Rosa María


SI QUEREMOS HIJOS FELICES

NO LES PODEMOS FALLAR P

apá y mamá a diferencia de los hijos, han ido acumulando a lo largo de sus vidas una gran cantidad de experiencias, que los coloca en un lugar privilegiado, al momento de plantearse el verdadero sentido de la vida.

Los padres han aprendido: que siempre que uno se lo proponga, es posible ser un poquito mejor cada día, saben que lo bueno se conquista con esfuerzo y apoyándose en Dios, porque las fuerzas humanas, muchas veces,

son insuficientes; que sólo se logran frutos maduros con prolongada paciencia y que para ser paciente hay que ser fuerte; que los sueños e ilusiones solo se hacen realidad luchando de modo continuo; que en el camino nos encon-


traremos con el dolor y hay que saber sobrellevarlo y comprenderlo al punto de sacar bienes de él; que el dinero puede ser útil y se puede hacer mucho bien con él, pero no es garantía de felicidad; que la afectividad es parte de cada uno, pero puede ser mala consejera cuando hace a un lado a la razón iluminada por la fe. Si los padres hemos aprendido tantas cosas buenas, que las guardamos en el corazón, entonces no les podemos fallar a los hijos y dejar que crezcan y se eduquen de espaldas a estas verdades sobre la vida y la felicidad. Como primer impulso, los padres pueden responder, que no permitirán que sus hijos equivoquen el camino, pero a veces la vida va por delante y nos muestra que están educando a los hijos de un modo equivocado. Aún sabiendo que muchos padres preferirían recomendaciones en positivo, a veces es necesario identificar nuestros errores y eso pasa cuando: No dejamos crecer a los hijos, los tratamos como a bebes o niñitos y entonces no les exigimos con cariño y firmeza las conquistas que deben ir logrando en cada una de las etapas de sus vida; cuando formamos hijos con la idea de que sean tan competitivos que deben pasar por encima de los demás y luego que solos están en la vida; cuando no sabemos decirles: “no”, por temor a su reacción o por una falsa paz, que luego

repercutirá en ellos al incapacitanlos para decir que no a muchas cosas que aparecerán por el camino, pero que no son convenientes para sus vidas; cuando evitamos hablarles de Dios con naturalidad y alegría o cuando les hablamos de Dios pero nuestra vida dice lo contrario, luego que no nos extrañe que se alejen, que la fe se enfríe y que tengan que caminar por el mundo sin ese resplandor que da luz y calor; cuando buscamos evitar que los hijos reciban las consecuencias de sus actos equivocados y mandamos una justificación al profesor de la tarea no hecha, les preparamos algún alimento extra, porque no comieron la comida debido a que no les gustaba; cuando no permitimos que les falten cosas materiales y tratamos de darles todo, aunque no lo necesiten, incluso dinero en exceso, luego no sabrán valorar las cosas y lo que cuesta conseguirlas, ni comprenderán que el hombre es más feliz cuanto menos necesidades tenga, sin contar que a los hijos les hace bien estar cortos de dinero; cuando evitamos que los hijos se cansen, tengan sed, tengan hambre, a pesar que todo ello les obliga a ser fuertes, a saber resistir; cuando no les exigimos que cumplan con una serie de obligaciones en el hogar para su beneficio y el de la familia, luego que no nos sorprenda que sean poco responsables y algo egoístas; cuando les organizamos una

fiesta con excesos de diversión, de comida , de show y así los embarcamos en la carrera de buscar la felicidad donde no está; cuando los padres pelean delante de los hijos y hasta ponen en peligro su matrimonio, afectando el marco de referencia que da seguridad y que permite el crecimiento personal de los hijos. Todo lo planteado no debe ser motivo de desánimo, sino un medio para corregir el rumbo en la tarea de educar bien a los hijos, y es que a veces sin darnos cuenta dejamos de mirar el futuro y la realidad que rodea a nuestros hijos. Que no nos gane el corazón, tenemos que amarlos mucho pero al mismo tiempo tenemos que educarlos para esta realidad, para este mundo, para que siendo hombres y mujeres más que buenas, sean profundamente felices junto a los que les rodean. n


E

l día 11 de Octubre ha comenzado el Año de la fe, con una apertura solemne realizada por el Papa Benedicto XVI en Roma, y seguida en todo el mundo con grandes manifestaciones de fe y esperanza, donde el Santo Padre dijo a modo de invitación: “podemos representar este Año de la fe: como una peregrinación en los desiertos del mundo contemporáneo”. Por lo tanto, esta Año de la Fe ¿En qué consiste, cuáles son sus objetivos y fines, y cómo podemos vivir y aprovechar este tiempo de gracia?.

Es el Jubileo de la fe, es un año de gracia, que nos hace una impostergable invitación a una “auténtica y renovada conversión al Señor Jesús” (Porta Fidei, 6), “único Salvador del mundo, ayer, hoy y siempre” (Hebr 13,8); también, se puede entender como un año internacional en que todos los fieles, o toda la Iglesia, profundizarán sobre la primera virtud teologal: la fe. Además, este año de gracia quiere ser un “camino” o “peregrinación” que la comunidad cristiana brinda a los que viven con nostalgia de Dios y lo buscan ¿QUÉ ES EL AÑO DE LA FE? sinceramente.

La razón fundamental por la cual el Papa ha convocado este Año de la fe, es porque este mundo globalizado y postmoderno se encuentra sumido en un contexto de una “profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”; en palabras del mismo Papa, esta crisis de fe y de la vida cristiana, que se manifiestan en la incoherencia de la fe que se profesa y se practica, pobreza espiritual, ausencia de Dios y en el resquebrajamiento de las buenas costumbres y valores cristianos “es la expresión dramática de una crisis antropológica que ha dejado al


ser humano abandonado a sí car la fe”. mismo”. • “Suscitar en todo creyen¿CUALES SON LOS OBJETI- te la aspiración a confesar la VOS Y LOS FINES DEL AÑO fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y DE LA FE? esperanza“, alimentando con El objetivo principal del Año el Pan de la Palabra y de la de la Fe es: “Redescubrir, Eucaristía especialmente en profundizar y confirmar las la Misa Dominical. verdades fundamentales de nuestra fe profesada, celebra- • “Comprender de maneda, vivida y rezada; intensifi- ra más profunda no sólo los cando el estudio y la reflexión contenidos de la fe, sino, junsobre la fe, para ayudar a to- tamente también con eso, el dos los cristianos a que su ad- acto con el que decidimos hesión al Evangelio de Cristo entregarnos total y libresea más consciente y vigorosa, mente a Dios”; es decir, pasobre todo en un momento de sar de la profesión de la fe a profundo cambio como el que la misión, de los contenidos a la humanidad está viviendo” la vivencia o praxis coherente de la fe. (Benedicto XVI). Según las circunstancias ac- • Profundizar en el conotuales del mundo y de la Igle- cimiento y aplicación de los principales documentos del sia, estos son los fines: Concilio Vaticano II y del • “Invitar a una auténtica y Catecismo de la Iglesia Catórenovada conversión al Se- lica. ñor, único Salvador del mundo”. • “Comprometerse a favor de una Nueva Evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comuni-

• Fomentar y organizar grandes celebraciones y peregrinaciones a los lugares y santuarios más significativos, para promover las devociones populares y la acogida de la indulgencias. Pero, ¿Qué es la Fe? Es la virtud teologal por la cual nos adherimos a Dios, creemos en ÉL y en todo lo que nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos enseña como objeto de fe. También la Fe “es la seguridad de lo que se espera y la prueba de lo que no se ve” (Heb 11,1). El mismo Papa Benedicto XVI en su Carta Apostólica Porta Fidei y la Congragación para la Doctrina de la fe en su Nota con Indicaciones Pastorales para el Año de la Fe, nos explican que la Fe es un acto personal y comunitario: es un don de Dios, para vivirlo en la gran comunión de

(Año de la Fe: 11 de Octubre de 2012 – 24 de Noviembre de 2013)


la Iglesia y comunicarlo al mundo, es decir, “es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo”. El Catecismo y la fe Todas las propuestas y actividades de este año dedicado a la fe a nivel de la Iglesia Universal, las Conferencias Episcopales, las Diócesis,

Parroquias, movimientos, grupos y comunidades eclesiales, deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y profundizar los contenidos fundamentales de la fe, para reavivar e infundir un nuevo impulso a la fe de todos los creyentes en Cristo; para ello, el Catecismo de la Iglesia Católica es el camino seguro, porque en él se resume y se expresa la fe de toda la Iglesia desde sus orígenes hasta nuestros días. En el catecismo hallamos: la fe que profesamos (Credo); la fe que celebramos (Liturgia); la fe que vivimos (Moral) y la fe que rezamos (Oración).

Todos los fieles bautizados, en forma individual, familiar o comunitaria, estamos llamados a reavivar el don de la fe, tratando de testimoniar y compartir las propias experiencia de fe y caridad; para que así sea, comprometámonos seriamente para que este Año de la Fe sea una ocasión privilegiada para compartir y testimoniar lo más valioso que tiene el cristiano (a): Jesucristo, Redentor del hombre, Rey del Universo, “iniciador y consumador de nuestra fe” (Hebr 12,2). “Mira que estoy a la puerta y llamo….” (Ap 3,20). n


¿Le parece un tema poco importante?, ¿quién se preocupa de esto después de los 40?, ¿acaso no tenemos ya bastante con tener que lidiar con nuestro propio trabajo, la casa, los hijos, la falta de dinero… para tener que pensar en el amor después de los 40? ¿No está ya todo “consumado” y lo que nos queda es resignarnos con la vida que llevamos? Mi respuesta a estas y más interrogantes es un rotundo NO, no es poco impor-

tante, no es perder el tiempo pensar en ello, no está todo “consumado”…. Para algunos, después de cumplir los 40, la vida está realmente en su mejor momento y piensan que deben vivirla del mejor modo, aún a costa de su propia familia y su propia felicidad, de ahí temas musicales tan conocidos como “40 y 20” de José José o “señora de las cuatro décadas” de Arjona. Hay otros que con un poco más de pesimismo, piensan que como ya están casados

no les queda otra que continuar con su vida matrimonial y resignarse a lo que les tocó vivir; pero también los hay, que se esfuerzan en que ese amor no muera o se transforme en una rutina que haga poco llevadera la vida matrimonial. Si está usted en cualquiera de los grupos, sepa que en cada uno se tienen algunas características que debería considerar para tratar de mejorar la relación que tiene con su esposo(a) actualmente, sobre todo porque vivir al lado de una persona en la que alguna vez pusimos en sus manos nuestra vida entera, amerita que no la dejemos ir, que hagamos todo lo que


esté a nuestro alcance para ir de la mano con ella (él) hasta el fin de nuestra vida. A las personas que están en el primer grupo les diría, efectivamente, el camino recorrido hasta ahora nos da la experiencia para disfrutar mejor las cosas de la vida, pero por ser seres esencialmente sociales, no podemos creer que la felicidad la debemos disfrutar solos, hay que compartirla y qué mejor que con aquella persona de la que nos enamoramos hasta el punto de haber querido estar con ella hasta el fin de nuestras vidas. Si su caso está en el segundo grupo, ánimo, de verdad las cosas pueden mejorar mucho aunque tenga que ser usted quien nuevamente tome la iniciativa para vivificar la relación, al final bien vale hacer todo lo que esté a nuestro alcance para alejar la rutina de nuestro matrimonio ¿cómo? alegría, oración y saber - aunque no se lo diga- que si aún está con usted es porque aún le ama. Y si está en el tercer grupo, qué le puedo decir, seguramente usted ya decidió con alegría: por usted, por sus hijos y por Dios que todo dolor aunque nos cueste bien vale la pena por el Cielo que nos espera. ¿Pero qué hacer si no sólo es la rutina diaria sino

también la violencia la que vive entre nosotros?, ¿es válido apostar por el amor aún en estas circunstancias?, ¿qué sucede si además del maltrato hay infidelidad?, la pregunta del millón es: ¿debo seguir amándote? A continuación el extracto de un “chiste” que deja ver hasta dónde podemos llegar si no hacemos algo por evitarlo. “Es fin de semana, él esta medio tirado en el sillón, el bivirí deja notar una enorme barriga, con short y pantuflas, sus peludas piernas descansan sobre el cojín del suelo. La barba no afeitada del fin de semana, el brillo del sudor en su cara y el poco pelo que le queda, despeinado; y en la mano, una cerveza helada, en la otra, el control remoto del televisor; sobre la mesa el cenicero con puchos y un plato con cascaras de maníes. El cigarrillo colgando de la comisura de la boca y viendo el

partido de futbol en la televisión, terminan de describir la triste estampa...apenas dice ni hace nada. Ella sale de su habitación, arreglada y perfumada, pasa por delante y él le pregunta: ¿A dónde vas tan arreglada? Ella contesta: A despejar un poco la cabeza... y antes de abrir la puerta, se detiene un momento, se queda observando el lamentable cuadro y reflexiona en voz alta: ¿Sera posible que yo algún día vuelva a amarte? Entonces él, la escucha y sin apartar los ojos del televisor, dice: ¿...y, cuándo estuviste en Marte? Es gracioso, pero en realidad con sus pequeñas variaciones, ¿no hemos llegado hasta este punto? Ojalá que no, y que como las plantas: ¡estará vivo si crece! pues no se puede conservar por mucho tiempo en un congelador. Como todo lo vivo, el amor o crece o muere o, en el mejor de los casos, está a punto de momificarse. Fue Balzac el que escribió:


“El matrimonio debe luchar sin tregua contra un monstruo que todo lo devora: la costumbre” a quien nosotros bien conocemos como la rutina. A veces es un proceso lento, casi imperceptible en los inicios, y cuyas consecuencias sólo se advierten cuando la degradación se estima ya prácticamente irreparable. No olvidemos lo que Ebner-Eschenbach sostenía “el amor vence a la muerte; pero, a veces, una mala costumbre sin importancia vence al amor”. Un ejemplo mínimo, pero que al término puede resultar relevante: ¡Cuántas veces el esposo sufre o incluso desearía renunciar a salir porque la esposa no está lista para llegar en punto a una cita! O viceversa, ¡cuántas el retraso es causado por el esposo, que se entretiene más de lo previsto en la resolución de cuestiones profesionales que muy bien hubieran podido aguardar hasta el día siguiente! Hay mucho que decir cuando después de varios años de matrimonio las cosas no son tan agradables para uno de los cónyuges. Sí, generalmente uno de los dos siente más o acusa más el cansancio de la relación que ha perdido el fuego inicial que hacía más llevadera la relación. Insisto, ¿qué hacer? La respuesta está en cada uno de nosotros, pero debemos considerar varias al-

ternativas antes de llegar a una conclusión definitiva, y las sugiere Tomás Melendo, tomaremos sólo algunas de ellas: • El amor no es un sentimiento, es una cuestión de voluntad, porque nada se consigue sin esfuerzo “el amor [sentimental] es un arpa eolia que suena espontáneamente; el matrimonio, un armonio que no suena sino a fuerza de pedalear”...aunque el resultado de tal “pedaleo” sea una felicidad indescriptible, que nadie es capaz de imaginar… hasta que se hace la prueba”. El verdadero amor entre los cónyuges es una donación total, definitiva y excluyente, fruto de un acto de libertad, de una determinada y libérrima determinación de la voluntad, que se decide de manera irrevocable a querer al otro de por vida. • Al cónyuge hay que volverlo a enamorar cada jornada, sin olvidar que la boda no es

sino el sillar de un grandioso edificio, que deben levantar y embellecer piedra a piedra, desvelo tras desvelo, alegría con alegría, entre los dos. Si en el momento de la boda no se inaugurara una gran aventura, la mejor y mayor aventura de la vida humana, consistente en hacer crecer el amor y de este modo —¡amando yo más!— ser muy felices,… ¿tendría sentido casarse? • El amor se nutre de minúsculos gestos y atenciones. Evita, pues, las pequeñas menudencias que molestan al otro cónyuge y busca, por el contrario, cuanto le satisface. Si te sientes incapaz de hacer grandes cosas por él o por ella, no te preocupes ni te empeñes en buscarlas. Como en el resto de la vida humana, la clave del éxito se encuentra en el diminuto pero constante detalle de cada instante. • Al casarte, has aceptado


libremente a tu consorte tal como es, con sus límites y defectos; pero esto no significa renunciar a ayudarle con amabilidad, tino y un poco de picardía a que mejore… queriéndolo cada vez más: lo decisivo es «soportar», en el sentido de ofrecer un apoyo incondicional y seguro, y no «soportar», en la acepción de aguantar sufridamente los presuntos defectos y manías del otro. • No te dejes absorber de tal manera por el trabajo, las relaciones sociales, las aficiones… que acabes por no encontrar tiempo para estar a solas y en las mejores situaciones con tu cónyuge (y para dedicar también tu atención al hogar y al resto de la familia). • Toma las decisiones familiares de común acuerdo con el otro componente del matrimonio, esforzándote por escucharlo e intentar comprender sus razones. Y, en el caso de que, al no llegar a un acuerdo, hayas seguido su criterio, no se lo eches en cara si, por casualidad, de ahí se derivara algún inconveniente. Una vez tomada la decisión, tras sopesarla convenientemente, es exactamente igual de aquel que tomó la iniciativa como del que demostró la suficiente confianza para seguirla. • Respeta la razonable autonomía y libertad de tu consorte, reconociendo, por ejemplo, su derecho a cultivar un interés personal, a

atender y fomentar sus amistades, su vida de relación con Dios, sus sanas aficiones… sabiendo que, entonces, él o ella se esforzarán por no descuidar el cuidado y el mimo que tú mereces. No te dejes arrastrar por los celos, que son ante todo una demostración de desconfianza hacia tu cónyuge… y que podrían dar origen a aquello mismo de lo que intentan defenderse o que pretenden evitar. • La alegría y el buen humor son como el lubricante imprescindible para que la vida de familia discurra sin fricciones ni atascos. Procura, entonces, que algún detalle material modesto pero atractivo —en la comida, por ejemplo, o en la decoración del hogar— encarne y dé

cuerpo al ambiente jubiloso del espíritu, cuando la fecha así lo reclame… o cuando lo estimes conveniente, aunque no exista «ningún motivo» para hacerlo… excepto el amor que tienes a tu familia. • No tengas demasiado miedo a discutir, pero aprende a reconciliarte enseguida. E incluso esfuérzate —sólo es difícil las primeras veces— en sacar provecho de esas trifulcas, reconciliándote lo más pronto posible con un acto de amor, manifestado por un jugoso abrazo, de mayor intensidad que los que existían antes del enfado. Si procuras que las discusiones se produzcan muy de tarde en tarde, acabarás por comprobar lo que aseguraba un santo sacerdote de nues-


tro tiempo: que vale la pena reñir alguna que otra vez sólo para después poder hacer maravillosamente las paces. Han quedado algunas pre-

guntas sin responder, pero tal vez sea mejor así, tienes tú la oportunidad ahora de buscar las respuestas dentro de tu propio ser y estoy segura que con la fe puesta

en Dios y haciendo lo necesario sabrás que sí se puede amar después de los 40 con un amor mucho mejor que cuando teníamos 20. n

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No aprobar un año académico o salir reprobado en más de un curso era y es aún todavía una tragedia familiar. Muchos niños

y jóvenes esconden o falsifican sus calificaciones para evitar la reprimenda o la golpiza de sus padres. Por otro lado deben soportar

los duros apelativos que los tildan de “mal estudiante” “vago” “bueno para nada” “torpe” “tonto” “burro” “a comer pasto” “no sirves”, son algunos términos a que recurren algunos padres o incluso los maestros para descargar su frustración que les produce ver defraudadas sus expectativas porque qui-


zás el director los responsabilizo de ello y para ellos significa “quedar mal” como educadores. Tal situación es necesario analizarla profundamente y a conciencia y responderse las siguientes preguntas: ¿Se le debe atribuir a los niños-alumnos la responsabilidad total por sus logros o fracasos académicos? ¿Qué determina el bajo rendimiento académico? ¿Cómo puedo ayudar como padre en casa y… como maestro en la escuela para asegurarle mejores logros a mi hijo-alumno? Lo primero que es necesario dejar en claro es que el rendimiento académico no obedece solo a condiciones personales o familiares de los niños, sino que también puede tener su origen en situaciones particulares dentro del ambiente escolar. En relación a las condiciones personales o familiares muchos niños y adolescentes en su etapa escolar muestran un descenso en su

capacidad de rendimiento cuando se encuentran afectados por alguna situación traumática como: la separación de sus padres, la presencia de constantes discusiones y conflictos al interior del hogar donde .los niños son testigos, la muerte de un ser querido, el estar enamorado en el caso de los adolescentes, la baja autoestima, la falta de hábitos de estudios, etc. Esta penosa situación afecta en grado significativo la motivación de los niños y jóvenes estudiantes, que algunas veces puede ser un asunto que a los ojos de los adultos para desapercibido o es mínimo o, simplemente no se le da la debida importancia… hay otros asuntos más importantes que atender. Cabe mencionar un ejemplo: “Varios días y semanas después que María y su familia se trasladaron a vivir a otro lugar, la niña comenzó a tener dificultades en la escuela. La profesora llamó a sus padres para comunicar su preocupación por el brusco descenso en sus notas y la apatía con que la niña cumplía con sus tareas y trabajos. Al analizar la situación llegaron a la conclusión que el único cambio fue el cambiarse de vivien-

da, donde los padres creían que era más grande y cómoda para la niña, sin considerar que para María significó perder el contacto con sus mejor amiga y con sus lugares de juego. Agregado a ello además la distancia para llegar al colegio se incremento y llegaba cansada al colegio. Al aplicar los correctivos a estos cambios bruscos, María mejoró y con ello su rendimiento académico. Otro aspecto que hace declinar la motivación por el estudio es cuando un niño presenta fracasos repetidos que el mismo no sabe como superar Un niño que obtiene seguidamente notas bajas en matemática u otra materia puede llegar a pensar que es un “tonto” para dicha materia. El dudar de su propia capacidad es el primer paso para caer en un sentimiento de desesperanza y él niño dice: “como no puedo, tampoco vale la pena que me esfuerce” “no lo lograré” Estos pensamientos minan la motivación por el aprendizaje y traen como consecuencia más fracasos los cuales se reafirman en el niño. Esta situación se agrava aún más cuando los padres utilizan connotaciones ofensivas para asimilar la frustración que les produce el fracaso de sus hijos ¿Eres


imbécil? ¿Eres tarado? “tu hermano que es más pequeño lo hace mejor que tú” “Que vergüenza tan grandulón” “Avísame buscare otro oficio para ti” “no naciste para estudiar” “estoy gastando dinero en vano”. Estas frases utilizadas a veces para hacer reflexionar a los niños no resulta usualmente, dando como resultado lo opuesto: “bloquear su confianza en si mismo y su motivación de logro” Mas allá de una aparente crítica se refleja una falta de aceptación del niño como persona integra y única. Es de esta manera como el niño recibe el mensaje “mi madre no cree en mi” “no sirvo para nada” “a mi me quieren menos” “ no soy su hijo” Frente a esta situación los estudiosos en el área de comunicación sostienen que una critica que busca ser constructiva debe apuntar a especificar el comportamiento concreto que se quiere desestimular y no a la persona. Ejemplo: “si trabajas más rápido y atiendes una sola cosa a la vez estoy segura que vas a cometer menos errores” decir esto es más fructífero para la motivación por el aprendizaje que decir “eres muy lento y descuidado”

do el niño no recibe información sobre la conducta a mejorar sino el énfasis se ha hecho en criticar a la persona. En conclusión la motivación escolar de los niños depende del grado de interés y el reconocimiento que expresen los padres por sus experiencias en el co0legio. Padres que aun estando atareados o abrumados se preocupan y se dan tiempo por saber los acontecimientos diarios de la vida escolar de sus hijos, les comunican el sentimiento de interés hacia ellos; lo que estimula la motivación de los niños por desempañarse bien y lograr aquello que se espera de ellos, además permite que los padres presten una ayuda más efectiva y oportuna en caso que la necesiten.

en el proceso enseñanzaaprendizaje del alumno. Un profesor que no enseña adecuadamente su materia o que maneja criterios de evaluación muy estrictos puede conducir a los alumnos a obtener malas notas. Algunas veces puede ser que las evaluaciones no apuntan el, logro de los objetivos fundamentales de grado, es decir que no miden la capacidad real de los alumnos para resolver los problemas o interrogantes fundamentales de un tema, ocupándose de asuntos secundarios, amplios o complejos para el grado. Asimismo pueden existir motivos subjetivos como una mala relación personal o problemas de disciplina que en muchos casos “contaminan” el criterio de un profesor para calificar, lo que hace que un problema no académico se refleje en las notas.

Quizás ambos enunciados Por otro lado dentro del persiguen el mismo objetivo ambiente escolar recae el También hay mecanismos de pero en el segundo enuncia- compromiso del docente calificación que ejercen pre-


sión sobre los alumnos para labrarse imagen de “profesores exigentes” orientados hacia la excelencia, exagerando en querer levantar un edificio de contenidos sin sentar las bases del mismo.

ma estereotipada batería de pruebas psicológicas , la mayoría de ellas elaborada y diseñada hace más de 30 años y se podría decir indiscutidas porque son las que existen o nos enseñaron en la facultad por reconocidos autores exMe pregunto ¿Cuál podría tranjeros. ser el mejor camino para ayudar al niño-alumno Hoy por hoy la tecnología ante un fracaso escolar? ha cambiado la vida de los maestros y los escolares, Sabido es que el médico proporcionando nuevos elecura enfermedades con mentos que intervienen en el un tratamiento. Pues bien éxito y fracaso escolar. se estudia un caso individual, un paciente concreto Lo que propongo hacer frenque tiene unos síntomas de te al bajo rendimiento escoenfermedad. El especialis- lar según mi experiencia ta no puede poner en mar- personal con estudiantes es: cha una estrategia terapéu- la búsqueda atenta de catica sin haber establecido minos para impulsar el previamente una hipótesis desarrollo individual de diagnóstica explicativa, com- cada alumno atendiendo prensiva y predictiva del a sus necesidades y capaproblema. Cuando se llega a cidades singulares, es decir esa hipótesis entonces se es- la aplicación de una educatablece la terapia y se resuel- ción personalizada basada ve el caso. Sin embargo para en el conocimiento intellegar a la hipótesis explicati- gral de la persona humava se hacen diversas pruebas, na. pero estas no son de manera mecánica y para todos por Podríamos empezar queridos igual, sino que son pruebas maestros conociendo a nuesespecíficas y concretas tros chicos no solo en su apaadecuadas a la sintoma- riencia externa sino conocer tología de cada paciente y su esencia interna, ya que soen función de un modelo mos cuerpo y alma. Estamos teórico explicativo de su llamados a capacitarnos para posible enfermedad, ade- cumplir con excelencia nuesmás de contar con modernos tro propósito en cada uno instrumentos de diagnostico. de nuestros alumnos; respiremos hondo y profundo y Todo lo contrario se prac- carguemos de energía nuestica en nuestras escuelas tro ser, visualicemos que sea cual sea el escolar que “si se puede” como cuando fracasa se le aplica la mis- se corea en un campeonato

deportivo y pongamos en practica nuestra vocación, que me atrevería a decir que es la parte esencial de los educadores, que aun esta por encima de nuestra capacidad didáctica, de nuestra capacidad de gobierno. Lo importante profesores es: centrarnos en la capacidad de atención personal del alumno, conociendo su historial (académico. personal y familiar), asimismo una observación sistemática en nuestro diario actuar en la materia que enseñamos; una exploración objetiva referida al aspecto personal : aptitudes: (mentales, especiales y profesionales) interés y rasgos de personalidad; el aspecto instructivo (conocimientos que posee en todas y cada una de las áreas) las estrategias que utiliza y los valores que practica, ya que lo real es que: el aprendizaje para la vida va mucho más allá de obtener buenas notas escolares, y nosotros debemos educar para la vida. Sin embargo tampoco se va a probar a un alumno por pena o aprobar por aprobar Finalmente si el alumno se merece una nota desaprobatoria pues que así sea, pero pongamos en marcha nuestra mejor actitud y preocupémonos por el desarrollo y perfeccionamiento de sus capacidades y habilidades que le permitan alcanzar el objetivo de grado. n


Hoy en día se desata una nueva forma de intolerancia en nuestro país que se está extendiendo peligrosamente en todos los estratos de la sociedad y amenaza con acabar con nuestro mayor tesoro: los niños y adolescentes.

El peligro de la intolerancia contra la abstinencia S

on catorce los casos de embarazos adolescentes que contabilicé esta semana, extraídos de los diarios de circulación local. Diez en relación directa a casos de juicios de paternidad, crímenes pasionales y violencia contra la mujer. Los dos restantes fueron testimoniales. Son casos tristes desde un punto de vista externo, aún no teniendo la visión sobre la realidad interna de cada caso, entonces, ¿Porqué promovemos que cada día más adolescentes salgan embarazadas?.

Embarazo temprano En primer lugar deberíamos quitarnos las máscaras con respecto de este problema: Una adolescente embarazada, sea cual fuera la causa, significa una preocupación para la sociedad, porque la experiencia indica en el tema salud, que la menor no está en las debidas condiciones para llevar adelante un embarazo normal, sino que tiene alto riesgo porque su mente y cuerpo no están aún capacitados para res-

ponsablemente asumir una carga de tal tipo. Esclarecido esto, determinamos que es una preocupación, ojo, no un crimen, no una desgracia. Desde el punto de vista social la preocupación es por el futuro de la criatura y de la madre, ya que existe un importante punto de quiebre en la vida de la joven madre, al mismo tiempo que significa una toma de decisiones determinantes en pro de salvaguardar y dar la protección necesaria a los dos seres involucrados.


Si bien es cierto que la Comisión Revisora del Código del Niño y del Adolescente está revisando los artículos correspondientes, no se altera uno de los derechos fundamentales: El niño y el adolescente tienen derecho a la vida y el concepto de que la vida humana comienza con la concepción. Se puede tratar de jugar con las palabras y atrasar o demorar o violentar el tema de la concepción, como ya lo han hecho diversos países como Uruguay, pero fundamentalmente, la vida humana científicamente hablando comienza cuando se une un espermatozoide y un ovocito. Por lo tanto, esa personita en potencia y esa madre, deberán ser protegidos a toda costa. Entonces, una vez más, estamos de acuerdo que, pese a la completa ignorancia con respecto del caso específico, la preocupación es real, por parte de la sociedad que conformamos todos, cuanto a la forma como proteger a esa menor y a su hijo. Primera conclusión valida. Inicio de relaciones sexuales Generalmente la edad de la primera relación sexual varía según los estratos sociales y los planos naturales del país. En el Perú se realizó la Encuesta Nacional de Hogares los años 1997 y 1998, en el cual se consideró como ítem el inicio de las relaciones sexuales en adolescentes y


niños. Los resultados indicaron que el 7.6% de mujeres se iniciaron sexualmente entre los 10 a 14 años, el 34.9% entre los 15 a 17 años y el 24.6% entre los 18 y 19 años.

ellas no desearían que sus hijas pasaran por el mismo sufrimiento. Estamos de acuerdo que el inicio de las relaciones sexuales, aún así se intente demostrar que el hombre es un animal que solo piensa en sexo aparentemente, a toda la sociedad preocupa, tanto por el tema de salud pública en la contención de las enfermedades muchas veces mortales que se dispersan mediante el acto coital, como la preocupación por los mismos menores, ya que, conscientemente un adulto, no podría aconsejar a un niño o niña de doce años, a que tenga relaciones sexuales, es más, que tanga varias parejas para adquirir experiencia y sea una persona sexualmente plena, ¿O sí?. Relaciones sexuales entre adolescentes, entonces, es una preocupación real.

Estamos de acuerdo que esto nos preocupa, nos llega a doler incluso, porque entonces estamos hablando que en nuestro propio hogar una adolescente ya ha iniciado relaciones coitales, con el peligro no de saber en qué lío se está metiendo. La experiencia de una mujer que ha sufrido un aborto, que ha padecido de una ETS, son traumáticas si las escuchamos. La vergüenza de saberse contaminada por una enfermedad por la persona a la que confiaron un momento de intimidad y cariño o, peor, el pasar por el trauma quirúrgico u hormonal de matar a un hijo en su vientre, dejan secuelas que ellas mismas no Atando cabos desearían para sus vástagos u otra persona. Tenemos estos dos problemas En el caso de embarazos no deseados seguido de abandono, muchas veces el dolor se ve menguado con la aceptación madura de que el niño viene con la responsabilidad, con culpa de ello o no por parte de la madre, de que la vida se abre paso y el esfuerzo por sacar adelante la familia es mayor que la propia conmiseración y lástima. Sino que lo digan las miles de madres que son el todo para sus hijos. Pero, aceptémoslo,

reales, que nos afectan cuando leemos las noticias sobre este tema o escuchamos de algún conocido pasando el drama. Pero no hacemos nada lamentablemente. Por el contrario, promovemos el inicio de las relaciones sexuales en nuestros hijos permitiendo que el colegio o escuela, se les enseñe el uso indiscriminado de métodos de anticoncepción inseguros, con altos porcentajes de fallas, en vez de promover una cultura de responsabilidad frente al acto coital. En el texto sobre Lineamientos para la Educación Sexual en el Ministerio de Educación, que sirve para determinar las clases que brindan los educadores a los menores en el país, ni una sola vez aparece la palabra abstinencia, virginidad o castidad. Para un libro de 104 hojas, es demasiada la importancia que le dan a otros aspectos, dejando de lado el método por


qué se trata el asunto. Nadie juzga a una persona por su pasado, pero si se tiene que tomar conciencia en las decisiones que toma en su vida y que afectan a las demás en el presente y que decantarán el futuro. Por lo mismo no se puede tratar de frenar los casos de adolescentes prematuras con la aprobación del aborto, porque eso es promover el asesinato y decanta en problemas psicológicos en una buena parte de la población, con problemas de desorden sexual y tendencias suicidas y homicidas, como ya están sufriendo las poblaciones europeas.

excelencia que previene embarazos no deseados, transmisión de enfermedades infectocontagiosas y prevé de una herramienta invalorable al momento de enseñar paciencia, responsabilidad y control a personas en crecimiento, como es la abstinencia y el retraso del inicio de las relaciones sexuales. Lo que se hace es facilitarles a los alumnos el camino hacia una sexualidad desordenada, no plena, ni menos enriquecedora como debe ser.

que el hombre es dueño de su destino y no un juguete de sus pasiones, nos resulta chocante esta doble moral que nos lleva a juzgar a los adolescentes como maduros para asumir un aborto, contagiarse de ETS, libar licor, drogarse, arruinarse la vida por cinco minutos mal hechos, pero los juzgamos inmaduros al momento de tomar decisiones sobre sus opciones sexuales, llevándolos contra la pared, obligándolos a escoger entre pertenecer al grupo de los ya iniciados, de Concluyendo una falsa realidad de géneros e integrarse lo más pronto En tiempos en que se ha de- posible en el uso de anticonmostrado hasta la saciedad ceptivos. Aún sin saber de

No se puede tratar de evitar la propagación de enfermedades como el VIH o el Virus del Papiloma Humano, dándole a las adolescentes herramientas que no usarán, porque, la misma sociedad lo reconoce, no tienen aún la capacidad de asumir con responsabilidad el uso de estos elementos de juicio y uso. A un niño de doce no le das el auto para que lo maneje a pesar que ya lo sabe hacer, ¿O sí?. El uso de las gónadas sexuales es más peligroso aún, ¿Vamos a darles esa libertad convertida en libertinaje, o vamos a tratar de inculcarles los valores suficientes para que tome decisiones correctas?. La respuesta ya la tenemos, no tenemos que tapar el sol con un dedo. n




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