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Revista Católica Nº 35, Junio de 2014, Año 5

rescatandoalafamilia.blogspot.com rescatandoalafamilia@gmail.com Directora: Rosa María Valencia Z.

Adminstradora: Lupe Soto V.

Editor: Santino Bruguera

Colaboradores: Oficina de Comunicaciones del Arzobispado Sr. Juan Carlos Rivera Dr. Luis Antonio Aubert Lic. José Chávez-Fernández Chiara Gianardi

02 Editorial 03 Sexualidad Humana: Verdad y Significado (Última Parte) 06 Educar a los hijos para que puedan avanzar cuesta arriba 08 Por qué estamos como estamos? 10 Francisco: El Papa del Pueblo 14 Apuntes sobre el Papa 18 Cambios en la Familia con la llegada del bebé 18 Familiaris Consortio: Legado de San Juan Pablo II 20 Avisos Publicitarios


Editorial Queridos amigos: Esperamos de corazón que estén pasando un buen año, y que el Señor esté ejecutando en ustedes el maravilloso plan que tiene para cada uno. En este número daremos por concluída las entregas de “Sexualidad Humana: Verdad y Significado”, Pontificio Consejo para la Familia sobre el cual esperamos hay reflexionado a lo largo de estos meses, dado el inmenso valor doctrinal que contiene. Del mismo modo, abordaremos una miscelánea de temas dispersos en diversos artículos de interés variado, cuya lectura deseamos disfruten y compartan.

Un abrazo en Cristo


PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA SEXUALIDAD HUMANA: VERDAD Y SIGNIFICADO Orientaciones educativas en familia (11ma y Última Parte) La inculturación y la educa- la gracia respeta la naturaleza, ción en el amor la sana de las heridas del pecado, la corrobora y la eleva. La 143. Una auténtica educa- elección a la vida divina es la ción en el amor debe tener en finalidad específica de la gracuenta el contexto cultural en cia, pero no puede realizarse que viven los padres y sus hi- sin que la naturaleza sea sajos. Como una íntima unión nada y sin que la elevación al entre la fe profesada y la vida orden sobrenatural conduzca la concreta, la inculturación es naturaleza, en su propia línea, una armonización entre la fe a una plenitud de realización y la cultura, donde Cristo y su ».31 Por tanto, nunca cabe jusEvangelio tienen la preceden- tificar la educación sexual excia absoluta sobre la cultura. plícita y precoz de los niños en « Porque transciende todo el nombre de la prevalente cultuorden de la naturaleza y de la ra secularizada. Por otra parte, cultura, la fe cristiana, por una los padres deben educar a sus parte, es compatible con todas hijos para que sepan entender las culturas, en lo que tienen y, en lo necesario, enfrentarse de común con la recta razón y con las fuerzas de cada cultura, con la buena voluntad, y por para que sigan siempre el cala otra, es, en grado eminente, mino de Cristo. una energía dinámica de la cultura. Un principio ilumina las 144. En las culturas tradicionarelaciones entre fe y cultura: les, los padres no deben acep-

tar las prácticas contrarias a la moral cristiana, por ejemplo, en los ritos asociados con la pubertad, que a veces implican la introducción de los jóvenes en prácticas sexuales o actos contrarios a la integridad y dignidad de la persona como la mutilación genital de las jóvenes. Pertenece a las autoridades de la Iglesia, juzgar la compatibilidad de las costumbres locales con la moral cristiana. Las tradiciones de la modestia y del recato en materia sexual, que caracterizan las diversas sociedades, deben ser siempre respetadas. Al mismo tiempo, el derecho de los jóvenes a una adecuada información ha de ser mantenido. Además, se ha de respetar el papel particular de la familia en cada cultura,32 sin imponer ningún modelo occidental de educación sexual.


VIII CONCLUSION Asistencia a los padres 145. Existen diversos modos de ayudar y apoyar a los padres en el ejercicio del derechodeber fundamental de educar a los propios hijos en el amor. Dicha asistencia no significa nunca privar a los padres ni disminuirles su propio derecho-deber formativo, que permanece « original y primario », « insustituible e inalienable ».33 Por esto, el papel de quienes ayudan a los padres es siempre a) subsidiario, puesto que la misión formativa de la comunidad familiar es siempre preferible, y b) subordinado, es decir, sujeto a la guía atenta y al control de los padres. Todos han de observar el orden justo de cooperación y colaboración entre los padres y quienes pueden ayudarles en su tarea. Es

evidente que tal ayuda debe ser adecuadamente la educación proporcionada principalmente sexual, no están obligados a a los padres y no a los hijos. aceptar dicha asistencia. 146. Quienes son llamados a ayudar a los padres en la educación al amor de sus hijos, han de estar dispuestos y preparados a enseñar en conformidad con la auténtica doctrina moral de la Iglesia Católica. Además, deben ser personas maduras, de buena reputación moral, fieles al propio estado cristiano de vida, casados o célibes, laicos, religiosos o sacerdotes. No sólo deben estar preparados en la materia de formación moral y sexual, sino ser sensibles a los derechos y al papel de los padres y de la familia, así como a las necesidades y los problemas de los niños y jóvenes.34 Así pues, a la luz de los principios y del contenido de esta guía, se deben situar « en el mismo espíritu que anima a los padres »;35 y, si los padres se creen preparados para impartir

Fuentes válidas para la educación en el amor 147. El Pontificio Consejo para la Familia es consciente de la gran necesidad de material válido y específicamente preparado para los padres, de acuerdo con los principios ilustrados en la presente guía. Los padres dotados de la debida competencia y convencidos de estos principios, han de empeñarse en la preparación de tal material. Ofrecerán así la propia experiencia y sabiduría para ayudar a otros en la educación de sus hijos a la castidad. Los padres acogerán la ayuda y la vigilancia de la autoridad eclesiástica competente para promover el material adecuado y eliminar o corregir, lo que no está en consonancia con los principios antes ilustrados acerca la doc-


trina, los tiempos oportunos, el contenido y los métodos de dicha educación.36 Tales principios se aplican también a los medios modernos de comunicación social. Especialmente, este Pontificio Consejo confía en la obra de sensibilización y de apoyo a los padres por parte de las Conferencias Episcopales, para que sepan reclamar, donde sea necesario, frente los programas del Estado en este campo, el derecho y los ámbitos propios de la familia y los padres.

Esperanza y confianza

149. Frente a los grandes retos para la castidad cristiana, los dones de naturaleza y gracia otorgados a los padres constituyen las bases más sólidas sobre las que la Iglesia forma a sus propios hijos. Gran parte de la formación en familia es indirecta, encarnada en un clima de amabilidad y ternura, que surge de la presencia y del ejemplo de los padres cuando su amor es puro y generoso. Si se tiene confianza en los padres para esta tarea de educación en Solidaridad con los padres el amor, se sentirán estimulados a superar los retos y pro148. En el cumplimiento de su blemas de nuestro tiempo con ministerio de amor hacia los la fuerza de su amor. propios hijos, los padres deberían gozar del apoyo y la coo- 150. El Pontificio Consejo para peración de los demás miem- la Familia exhorta por tanto a bros de la Iglesia. Los derechos los padres para que, convencide los padres han de ser reco- dos del apoyo de Dios, tengan nocidos, tutelados y manteni- confianza en sus derechos y en dos no sólo para asegurar la sus deberes en orden a la edusólida formación de los niños cación de sus hijos, y la lleven a y de los jóvenes, sino para garantizar el justo orden de cooperación y colaboración entre los padres y quienes pueden ayudarles en su tarea. Igualmente en las parroquias y otras formas de apostolado, el clero y los religiosos han de sostener y estimular a los padres en el esfuerzo por formar a los propios hijos. A su vez, los padres deben recordar que la familia no es la única o exclusiva comunidad formativa. Han de cultivar una relación cordial y activa con las personas que pueden ayudarles, sin olvidar nunca que sus propios derechos son inalienables.

cabo con sabiduría y responsabilidad. En este noble deber, los padres han de poner siempre su confianza en Dios a través de la invocación al Espíritu Santo, el dulce Paráclito, dador de todos los bienes. Pidan la potente intercesión y protección de María Inmaculada, Virgen Madre del amor hermoso y modelo de la pureza fiel. Invoquen a San José, su esposo justo y casto, siguiendo su ejemplo de fidelidad y pureza de corazón.37 Apóyense los padres constantemente en el amor que ofrecen a sus hijos, un amor que « elimina todo temor », que « todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta » (1 Cor 13, 7). Dicho amor tiende y ha de ser orientado a la eternidad, hacia la eterna felicidad prometida por nuestro Señor Jesucristo a quienes le siguen: « Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios » (Mt 5, 8). ◄


EDUCAR A LOS HIJOS PARA QUE PUEDAN AVANZAR CUESTA ARRIBA

I

ndudablemente crear una obra de arte, cuidando todos los detalles, es una labor intensa, pero menos exigente que educar a un hijo, aunque en ambas realidades sea necesario expresar el mayor talento. La tarea que Dios nos ha confiado es a tiempo completo, y sin vacaciones. Educar a cada hijo

para que sea la mejor persona posible, requiere de los padres tiempo, reflexión y mucha acción. No todos los temas tienen la misma importancia y el mismo peso, pues algunos de ellos son fundamentales y de los cuales dependerá que los hijos puedan ser, lo que cada padre sueña del modo más legítimo.

Si queremos que puedan recorrer el camino que les corresponda, deberán ser capaces de luchar, de esforzarse, de amar la verdad, de soportar el dolor, de querer a los demás, de poner en juego sus talentos, y de tratar intensamente a Dios. Todo lo mencionado se construye de modo intencional, durante las primeras etapas de la vida, bajo los ojos amorosos, pero exigentes de mamá y papá y luego continúa desarrollándose a lo largo de la vida.


Mamá y papá, que vuestro amor no les ciegue, en la tarea de educar bien a los hijos. Si los sobreprotegéis, haciéndoles sus deberes, si se les evita las consecuencias de sus actos, si se les hace relativa la verdad, si se les aleja del saberse hijos de Dios, o se les consiente demasiado, cediendo a sus caprichos, si se les da mucha comodidad y demasiadas cosas materiales, entonces aunque se haya obrado así por debilidad o desconocimiento, no dudéis que les habéis restado posibilidades e incluso imposibilitado, el poder lograr una vida buena, acabada, y alegre. Los hijos necesitan amar la verdad y que ésta pueda conducir su vida. La verdad, en forma de principios orientan la vida, de modo que puedan actuar con libertad y tomar las decisiones más acertadas, sostenidos en ese conocimiento cierto y verdadero, que lleva a caminar por senderos seguros y con la confianza que solo puede venir de la verdad. Así lograrán formar una verdadera familia, serán y tendrán verdaderos amigos, serán verdaderamente trabajadores y esforzados y amarán de verdad. Sobre ese rumbo encontrarán verdaderamente a Dios, y a esa inteligencia que ha aprendido a acoger la verdad, se sumará la gracia que la iluminará, haciéndola más potente y capaz de descubrir otro realidad, aquella que viene de las manos amorosas que Dios, y que llena la vida y nos hace capaces de ser verdaderamente humanos. No podemos olvidar la creación

y de que estamos hechos. Todo mano, ayudarle a otro con sus hombre está hecho por amor y tareas, esperar con paciencia para amar, allí radica la necesi- que alguien logre algo, acomdad de su libertad. Es a la luz pañar por encima del sueño y del amor de los padres, donde del cansancio, son muestras de un hijo aprende lo que es saber una verdadera capacidad para amar. No se trata sólo de senti- amar. mientos, es algo más profundo Otra realidad fundamental es el que se encuentra en el corazón trabajo y las virtudes que en él por el que uno es capaz de dar se afincan, como el esfuerzo, la y darse por el bien del otro. El constancia, la reciedumbre. Es verdadero amor desciende a lo importantísimo que desde muy concreto y a los detalles, que pequeños sean muy trabajatodo hijo debe tener con su fa- dores, que se acostumbren a milia y con quienes le rodean. asumir responsabilidades, que Saber amar implica tener capa- cuiden de acabar bien lo que cidad de servir, de soportar a empezaron, que sepan soportar veces la contrariedad, de acom- el cansancio, rectificar los erropañar, de escuchar y de tener res y disfrutar al ver su trabajo mil detalles que manifiestan el acabado y bien hecho. ◄ cariño. Un amor que no hace, que no es actos, es un pobre amor, pues son los actos del hombre los que manifiestan su realidad interior. Estar atentos durante la mesa a las necesidades de los otros, saludar con cariño a los padres, ayudarles en sus obligaciones, darle un abrazo a un her- Lecciones de manejo: una alegoría de formación


Por quĂŠ estamos como estamos?

Buscando explicaciones a un presente utilitarista, epicĂşreo y harto superficial


No podemos poner en duda que existe un buen grupo de personas que cultivan su espíritu y el dominio de sus instintos y pasiones; sin embargo, lo que hoy predomina en nuestra sociedad, es exactamente lo contrario: Vivimos una etapa que se asienta en una cultura hedonista; es decir basada en la satisfacción y la busqueda de los placeres por encima de todas las cosas. El cultivo del espíritu resulta hoy una cosa del pasado y hasta retrógrada, que no está a tono con el progreso de la civilización; pertenece a una época superada. Hoy, en cambio, no existe fiesta o diversión si no hay consumo desmesurado de alcohol, drogas y sexo. Esto - lo vemos en la vida diaria de los artistas extranjeros y nacionales que ocupan hasta las primeras planas de los diarios - ha llegado a ser la meta de mucha gente; y, gracias a los medios de comunicación que, so pretexto de libertad de información, no tienen el menor escrúpulo para ventilar las vidas íntimas de estas personas, se está generalizando entre nuestra juventud, falta de orientación adecuada.

rado una estupidez por aquellos que han adoptado como modo de vida, la satisfacción de sus caprichos y la búsqueda de todos los placeres; por aquellos que han sucumbido al culto del cuerpo y sus exigencias.

Toda esta situación tuvo sus inicios cuando el movimiento feminista empezó a degenerar, en la década del 60, del siglo pasado, en que, a raíz del movimiento hippie, se produjo la llamada revolución sexual, que tuvo todo el apoyo material con el desabrimiento y comercialización, por la misma época, de los anticonceptivos que ofrecieron a las mujeres la oportunidad de ejercer una sexualidad muy activa - como nunca antes se había dado - sin miedo a un embarazo inesperado, liberándose de la maternidad y dando lugar al nacimiento de la ideología de género. A partir de entonces, la sexualidad dejó de entenderse como parte del vínculo amoroso orientada a la procreación y a la formación de una familia, para convertirse en un producto de una cultura hedonista, que puede ser utilizada De esta manera, el cultivo del a voluntad de las persona y dominio personal es conside- hasta de los gobiernos. Así,

cualquier combinación y variedad de relaciones sexuales es aceptada; e incluso, como ya ha sucedido en nuestro país, las relaciones sexuales entre niños y adultos están plenamente consentidas por la ley. La educación sexual, que regula el gobierno, se ha reducido a brindar información sobre los diferentes métodos de evitar el embarazo, bajo el eufemismo de “sexo seguro”. De esta manera, el impulso sexual resulta en urgencia inaplazable, que dan origen a embarazos, abortos y enfermedades de transmisión sexual. Entonces, frente a este problema - que es ya un problema de salud pública - pretendemos solucionarlo mediante la absurda posición de buscar el “aborto seguro”, discutiendo sobre cómo legislar sobre qué casos y en qué plazos se debe abortar legalmente, sin detenernos a reflexionar acerca de las vidas humanas que estamos segando con esa política. Evidentemente, esta posición es mucho más fácil y conveniente para los gobiernos, que planificar una educación que permita a las personas aprender a controlar sus pasiones y su cuerpo. para poder establecer relaciones sólidas, con familias estables, y no, como sucede ahora, que someten la razón a su conveniencia. ◄


Vivencias y an茅cdotas que ilustran al hombre que lleg贸 a convertirse en la m谩xima autoridad de la Iglesia Cat贸lica.


Un flechazo

tuvo una posición muy clara: “Cuando a algún seminarisTenía 12 años cuando le con- ta le pasa algo así, lo ayudo a fesó en una carta a su amiga irse en paz, a que sea un buen Amalia una de las clásicas cristiano y no un mal cura”. tribulaciones de adolescente. “Si no me caso con vos, me Medicina del alma hago cura”, le escribió a la vecina de Flores, barrio por- En la iglesia de San José de teño donde vivía. La anéc- Flores, recibió Jorge Bergodota no fue más que eso, se- glio, a los 17 años, el llamado gún explicó la hermana del de la vocación sacerdotal, al Papa, María Elena Bergoglio, que respondió con firmeza, cuando la historia se cono- luego de una reflexión muy ció. “¿La novia? La verdad es meditada que lo llevó a poque nunca ha existido. Pero ner en práctica su decisión si esta señora lo dice, y es fe- cuatro años después, cuando liz así, ¿por qué no dejar que entró efectivamente en el secuente esta historia?”, dijo, al minario. relativizar la seriedad de la “Me pasó algo raro, no sé qué propuesta. fue, pero me cambió la vida; Más allá de esa anécdota, a Bergoglio nunca se le “cruzó por la cabeza” casarse. Así lo aseguró: “Cuando era seminarista me deslumbró una ‘piba’ (chica) que conocí en el casamiento de un tío. Me sorprendió su belleza, su luz intelectual... y, bueno, anduve ‘boleado’ (distraído) un buen tiempo, me daba vueltas la cabeza. Cuando volví al seminario, después del casamiento, no pude rezar a lo largo de toda una semana porque cuando me predisponía a hacerlo aparecía la chica. Tuve que volver a pensar qué hacía. Todavía era libre porque era seminarista, podía volverme a casa y chau. Tuve que pensar la opción otra vez”. Frente a una situación de confusión que puede plantearse a una persona que está en el camino de su vocación sacerdotal, Francisco

yo diría que me sorprendieron con la guardia baja”, fue la explicación que dio Bergoglio en el libro El jesuita, al intentar descifrar un misterio que lo sorprendió el 21 de septiembre de 1953, cuando los jóvenes de su edad —y él mismo, con un grupo de amigos— se aprestaban a celebrar el día de la primavera. Contó más de una vez que en esa confesión Dios lo primereó, se le anticipó. “Uno lo está buscando, pero Él te busca primero. Uno quiere encontrarlo, pero Él te encuentra primero”, reveló una vez. La reserva acerca de su vocación sacerdotal era profunda y llegaba, incluso, a su hogar. Su madre Regina se enteró de su decisión de ingresar en el Seminario cuando encontró libros de teología en el cuarto de su hijo, que había

terminado el secundario con el título de técnico químico. —Jorge, ¿no me dijiste que ibas a estudiar medicina? —Sí, mamá.
 —¿Por qué me mentiste?
 —No te mentí, mamá. Voy a estudiar medicina del alma. 
 Su padre ya conocía su decisión. A la madre le costó asimilarlo, a tal punto que en los primeros años no iba a visitarlo al Seminario, a pesar de que se trataba de una mujer de fe y practicante. Un hombre austero En un gesto por demás significativo, cuando sucedió al cardenal Antonio Quarracino, Bergoglio jamás utilizó la residencia reservada para el arzobispo en Olivos, en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, a la que le dio otro destino. “Prefirió vivir en un cuarto de la Curia porteña, donde habitualmente residen los sacerdotes retirados que no tienen dónde ir. Era uno más de ellos”, explicó Federico Wals, quien desde 2007 lo acompañó en la Oficina de Prensa de la arquidiócesis. “Por su condición de cardenal, además, le correspondía tener custodia. La recibió para no despreciar el gesto, pero al muy poco tiempo la agradeció y la devolvió. El auto oficial que tenía lo regaló y al chofer lo reubicó en otra función”, confió Wals. A pesar de movilizarse en el transporte público, nunca


tos, incluso antes de que él fuera cardenal. Nuestra amistad surgió a la luz de la búsqueda de Dios, en diálogos sobre cómo acercarse al Señor, cómo mejorar la condición humana y cómo percibir la manifestación de Dios en nuestra humanidad”, comentó el rabino.

sufrió ataques o agresiones, ni siquiera en los momentos de mayor crispación que vivió la Argentina.

Se conocieron en los años 90, cuando Skorka representó al culto israelita en el tedeum del 25 de Mayo, en la Catedral, por una invitación que recibió del presidente de la Nación. “Antes de comenzar el servicio religioso, el arzobispo solía acercarse a saludar a las personas que iban a participar del tedeum, en un gesto informal con el que salía del protocolo. La Secretaría de Culto había establecido que estuviéramos parados a un costado, junto con el nuncio apostólico, para poder hacer un breve saludo al Presidente. Yo no pude con mi genio e hice una referencia a un ver- sículo bíblico que Bergoglio había citado en la homilía. Cuando nos saludamos, mientras me tenía la mano me miró profundamente a los ojos y con gran seriedad me dijo: “Me parece que este año vamos a comer sopa de gallina”. Tardé unos segundos en reaccionar, porque me saltó de la Biblia al fútbol. San Lorenzo, su equipo, estaba bien, y River Plate (el equipo es popularmente llamado “gallinas”), el mío, andaba mal...”

pero también como resultado de su formación jesuítica, una de cuyas características es el encuentro con quienes expresan los mismos valores Fútbol en todas partes desde otra perspectiva cultuDurante su misión como ar- ral. zobispo de Buenos Aires, Uno de los referentes de la Francisco priorizó el acerca- comunidad judía que más miento con otras confesio- cerca estuvo del papa Frannes religiosas, especialmente cisco en los últimos años es con la comunidad judía. Lo el rabino Abraham Skorka, hizo en sintonía con el pen- lúcido intelectual y promosamiento y la acción de Juan tor del diálogo interreligioso. Pablo II, el primer Papa en pisar una sinagoga en Roma, “Hicimos muchos cosas jun- “Esto es cizaña”, le dije. Y


el nuncio apostólico exclamó: “Esa palabra no se puede decir en este lugar”. Yo repetí: “¡Cizaña!”, y Bergoglio le aclaró al nuncio: “Estamos hablando de fútbol”. Entonces, el representante del Papa afirmó: “Ah... entonces sigan, no hay ningún problema”. Todo fue muy risueño y me quedó grabado. Yo sentí que no estaba frente a alguien que se erige sobre un pedestal, sino alguien que se pone en el llano, junto al otro”, comentó Skorka. Junto con la gente en la tragedia Una de las jornadas que marcó el acercamiento de Francisco a la gente fue la tragedia de Cromagnon, la noche del 30 de diciembre de 2004, cuando el incendio de una discoteca porteña provocada por el lanzamiento de una bengala durante un recital segó la vida de 194 jóvenes y dejó secuelas a más de 700 heridos, en un local que no contaba con los requisitos para ser habilitado y que tenía sobrepasada su capacidad. Mientras las autoridades gubernamentales demoraban en dar explicaciones, Bergoglio concurrió de inmediato y recorrió hospitales para acompañar a las víctimas y sus familiares. La tragedia de Cromagnon estuvo siempre presente en su recuerdo. Oró junto a los familiares de las víctimas en los encuentros personales que tuvo con ellos y en la Ca-

tedral, al cumplirse un mes de la tragedia. Ordenó luego celebrar misas los 30 de cada mes y no dejar de acompañar a los padres, hermanos y amigos que murieron en el recital. Al cumplirse un año del incendio en la discoteca, presidió la celebración y dijo: “Hace un año, nuestra ciudad sufrió la bofetada de una tragedia. Hace un año este camino de esperanza de tantas madres para con sus hijos fue segado. Esos hijos no están más. Esta ciudad hace un año que viene tratando de hacerse cargo pero, como en la cruz, es feo estar junto a la tragedia. Es difícil como hombre o como mujer hacerse cargo de una tragedia. Con amor. Solamente el corazón de ustedes, mamás, sabe, y puede hablarnos de lo que es una tragedia. Solamente el corazón de ustedes, papás, puede ayudarnos en este camino de fidelidad a la verdad en una tragedia”. Dios lo sorprendió El jesuita argentino había presentado en diciembre de 2011 su renuncia al arzobispado de Buenos Aires, como lo establecen las disposiciones canónicas para todo obispo que llega a los 75 años. Esperaba, de un momento a otro, su aceptación por parte de Benedicto XVI, aunque también era consciente de que el Papa anterior quería que se mantuviera activo. A la espera del momento en que su renuncia fuera aceptada, Bergoglio ya había pla-

nificado su mudanza al Hogar Sacerdotal de Flores, una residencia para sacerdotes retirados, donde se dedicaría a la oración. Tenía programado, además, ir con frecuencia a la Basílica de Luján para confesar y celebrar misas los fines de semana, como un sacerdote más, siguiendo una vida austera, dedicándose a estudiar y a escribir. “Esa era la vida que él tenía pensada. Pero Dios lo sorprendió. Los cardenales lo vieron para que asumiera como sucesor de Pedro. Todos le han dicho: “Pensamos en ti”. Y él les dijo: “Aquí estoy” expresó, ante una consulta, el presidente del Episcopado argentino, monseñor José María Arancedo, que viajó a Roma una vez que Francisco fue elegido. ◄

Condensado del libro Francisco: El Papa del pueblo, de Mariano de Vedia


14 apuntes sobre el Papa Francisco 1. “Recen por mí” “Les pido que recen al Señor para que me bendiga”, dijo en su primera aparición pública el Papa. Entonces bajó la cabeza y por un momento se hizo silencio. Repetiría el pedido muchas veces: a sus allegados, a los fieles. ¿Qué hay detrás de estas palabras? Lo que parece más evidente es el reconocimiento humilde de la necesidad de asistencia divina y el deseo de invitar los creyentes a apoyarlo en el desempeño de una tarea llena de desafíos. 2. Con los mismos zapatos El rechazo de algunos detalles del ornamento papal se pudo comprobar cuando el flamante pontífice no quiso ponerse los mocasines rojos. Prefirió continuar usando los zapatos negros con los que había recorrido tantas veces Buenos Aires a pie, en subte y en colectivo. Tampoco usó la cruz pectoral de oro sino la de hierro que tenía como obispo, ni la muceta o capa corta de terciopelo rojo bordada en armiño, un símbolo de la dignidad papal. 3. Fuera del palacio Por considerarlo demasiado grande y lujoso, el Papa decidió no vivir en el Palacio Apostólico. En cambio, reside en Santa Marta, donde tie-

ne un sencillo departamento con dos salones, un escritorio y un baño. En este hospedaje vaticano viven otras 30 personas, en su mayoría sacerdotes, y se alojan además algunos huéspedes eventuales, como obispos que llegan de distintas partes del mundo. El Papa come en una mesa con sus colaboradores más cercanos, en el mismo salón que los demás huéspedes. 4. En las redes sociales “Muchas veces contribuimos a la globalización de la indiferencia; intentemos, más bien, vivir una solidaridad global”, se lee en un tweet del Papa Francisco. La cuenta @Pontifex en Twitter tiene más de 10 millones de seguidores, de los cuales cuatro millones hablan español. El pedido de orar por la paz en Siria logró una enorme difusión por esta vía. 5. ¿Quieren servirse un chipá? Dos sacerdotes argentinos que estuvieron recientemente alojados en la residencia de Santa Marta se sorprendieron con un gesto sencillo y fraterno de Francisco, cuando rompió con la formalidad que se les suele atribuir a los pontífices para acercarles una bandeja con unos chipás que le habían traído de regalo y

ofrecerles que los probaran. 6. Niños y ancianos Dijo Francisco: “Los niños y los ancianos son los dos polos de la vida y también los más vulnerables y, a menudo, los más olvidados. Una sociedad que abandona a los niños y margina a los ancianos arranca sus raíces y ensombrece su futuro. Cada vez que se abandona a un niño y se deja de lado a un anciano, no solo se comete una injusticia, sino que se sanciona el fracaso de esa sociedad. Prestar atención a los pequeños y a los ancianos denota civilización”. 7. Un sándwich para el guardia Algunos diarios italianos refirieron la anécdota: una madrugada el Papa se encontró en los pasillos de su casa con uno de los guardias suizos que había estado en servicio toda la noche. Le preguntó si estaba cansado. “Es mi deber, Su Santidad, por su seguridad”, respondió el guardia. El Papa fue a buscar una silla y se la ofreció: “Por lo menos siéntese y descanse”. El guardia no quiso aceptar pues las reglas no se lo permiten. “¿Las reglas? –preguntó Francisco–. ¿Ah, sí? Bueno, yo soy el Papa y le pido que se siente”. Cuando el hombre hizo lo que se


le pedía, Francisco le ofreció 10. Tráfico de personas un sándwich y le dijo: “Buen “Creo que sería bueno ocuapetito, hermano”. parse de la trata de personas y la esclavitud moderna. 8. Que haya paz El tráfico de órganos puede Para el Papa Francisco, las asociarse en conexión con guerras se producen como la trata de personas. Muchas consecuencia de una falta gracias”. Esto escribió en una de diálogo, sin el que no se breve nota el Papa a un colapuede alcanzar nunca la paz. borador suyo, manifestando Ante unos 200 jóvenes estu- el interés por que se avance diantes japoneses en el Vati- en el tratamiento de un tema cano, señaló además que el que lo preocupa desde hace diálogo, que supone un en- mucho tiempo. cuentro con otras personas y culturas, es algo muy impor- 11. Un momento, por favor tante para lograr la madurez Tomarse un tiempo para el personal. “Es el diálogo el encuentro con el otro parece que hace la paz. No se puede ser costumbre en este Papa. tener paz sin diálogo. Todas En su viaje a Río de Janeiro, las guerras son por falta de él hizo detener el papamóvil diálogo”, dijo. para aceptar un mate de un peregrino argentino que lo 9. A los jóvenes del mundo saludaba en su paso hacia la En Brasil, Francisco advirtió del misa de clausura de la Jornadaño que causa la crisis mun- da Mundial de la Juventud. dial en los jóvenes y del riesgo En otra ocasión, en Italia, se de que haya una generación bajó del papamóvil y besó que nunca ha tenido trabajo. la frente de un hombre dis“Trabajen por un mundo más capacitado que era sostenijusto”, insistió. “A menudo se do por un familiar. Los mesienten defraudados por los dios registraron también la casos de corrupción, por las imagen del abrazo del Papa personas que, en lugar de a un hombre que padece de buscar el bien común, per- neurofibromatosis, trastorsiguen su propio interés. A no de origen genético que se ustedes y a todos les repito: manifiesta por la formación nunca se desanimen, no pier- de múltiples tumores en los dan la confianza, no dejen nervios del cuerpo y la piel. que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, 12. “Hola, soy el Papa el hombre puede cambiar. Francisco” No se habitúen al mal, sino a La comunicación telefónica vencerlo”. es uno de los medios que eli-

ge el Papa para acercarse a la gente. Por ejemplo, llamó a Mónica Dambolena, una mujer de Bahía Blanca que perdió a su hijo de 25 años cuando hubo una explosión en un departamento donde se almacenaban productos químicos. Cuando ella le envió una carta a Francisco, la respuesta no se hizo esperar. “Su llamado y sus palabras me alivian y ayudan a soportar este dolor. Me siento comprendida y aliviada”, afirmó la mujer. 13. Inmigrantes y refugiados El Papa Francisco pidió a los gobiernos, a las empresas y a la sociedad entera que no traten a las personas que abandonan su tierra en busca de un futuro mejor como a “peones del tablero de ajedrez de la humanidad”. Consideró “una vergüenza” el naufragio del barco con inmigrantes africanos frente a la isla de Lampedusa. 14. El autito viejo “¿Por qué no me traés el auto que me ofreciste?” Así el Papa aceptó lo que el padre Renzo Zocca, de la provincia de Verona, le había ofrecido en broma: regalarle el viejo Renault 4L que ya no usaba. Parece que en ese auto, que dejó de fabricarse hace más de 20 años, el Papa se siente muy a gusto. ◄


Cambios en la vida familiar

la llegada del bebĂŠ trae consigo mĂĄs que biberones


C

uando una nueva vida llega al hogar todo cambia. O debe hacerlo. Cuando un nuevo ser se integra a la familia, esta se transforma, o está por hacerlo. Porque la toca en el punto más vulnerable, en su fibra más sensible, y al hacerlo, como si de una cadena de ADN se tratara, muta por entero su código genético. Acoger a un nuevo miembro implica un ejercicio plenario de donación al que pocos se resisten, dada la naturaleza maravillosa de la misión que se recoge.

voritos de Juan Pablo II y de cuyo ideario resaltaba el ‘fecundo encuentro entre el saber filosófico y la palabra de Dios’— solía afirmar que el mayor regalo que un hombre podía hacerle a Dios era, luego, someter su voluntad a la de Él. Así pues, la paternidad-maternidad implica la sujeción discrecional a la Potestad Divina, porque la vida que se recibe en calidad de don es el apólogo de los propios deseos del Creador. Aceptar un embarazo desde el instante mismo de la concepción hasta su sincero término, definido por el alumLos primeros contactos con- bramiento, constituye un fortan el vínculo con la cria- episodio único de obediencia tura, y todos en casa, inclu- hacia la voluntad divina. sive los inquilinos menos considerados, tendrán que Desde la alteración de los ver en la constitución del horarios de sueño, hasta la contexto que acompañará su modificación de los hábitos ingreso al hogar. Porque de alimenticios, cualquier sala misma suerte en la que el crificio será pequeño frente entorno varía con la venida al deslumbrante objetivo de del recién nacido, el recién la crianza. Ser padre-madre nacido adopta las formas es probablemente una de las de su ambiente. Son preci- facetas más extáticas que samente aquellos primeros ofrece la vida. Ceñir al remomentos los que marcan a toño contra el pecho, fuego la memoria de uno y olfatear su particuotro lado. lar aroma por primera vez, acostumAntonio Rosmini —uno de brarse al calor de su los pensadores italianos fa- cuerpecito, son expe-

riencias sin parangón para los que nada ni nadie nos prepara, pero que sin embargo no pilla preparados. El sincretismo perfecto de dos almas que se conocían desde el vientre, quizá antes aún. La nueva prioridad de la vida en pareja. Ana Karenina, acaso la novela cumbre del realismo, principiaba su grandioso texto con la siguiente frase: Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera. Maravilloso modo de acertar paralelismos por parte de Tolstoi. Y es que si existe un máximo común divisor entre las familias del orbe, considero que ese debe de ser la felicidad producida por la llegada de un bebé a la misma. ◄


Familiaris Consortio Legado de san Juan Pablo II


al amor.

nte el panorama que se nos presenta resulta fácil constatar cómo aquellas preocupaciones que la Iglesia tenía en 1981 respecto de la integridad del matrimonio y de la familia1, siguen siendo preocupaciones hoy para el mundo entero, también para el Perú. No obstante las luces que siempre se abren paso en medio de las sombras, hay que decir que el tercer milenio viene golpeando a la institución familiar quizá como nunca. Por poner algunos ejemplos: no sólo crece la plaga del aborto sino que hay quienes conspiran para lograr su legalización; no sólo se reducen los matrimonios sino que se busca facilitar legalmente su disolución; no sólo se desdibuja el rol indispensable del varón y de la mujer en la unidad y fecundidad matrimonial, sino que se promueven falsificaciones de las uniones conyugales bajo el ropaje de “derechos” que sólo hablan de “autonomías”, pero no de responsabilidad ni de bien social.

matrimonio y la familia –que son reconocidos por el art. 4 de nuestra Constitución como “institutos naturales y fundamentales de la sociedad”– hoy puedan parecer a algunos compatriotas elementos societarios prescindibles o en todo caso amoldables a los caprichos de cada cual. A mi modo de ver, esta crisis de identidad de la familia –tanto hoy como hace 30 años– sigue siendo una crisis en el fondo antropológica, la de un “humanismo” que de tanto incidir en la “libertad” se ha olvidado de la responsabilidad, que de tanto hablar de “derechos” se ha olvidado de los deberes. Se trata de un “humanismo” que se ha vuelto más bien antihumano, pues paradójicamente se predica ya sin importar demasiado quién sea en realidad el ser humano. El Papa Wojtyla nos decía entonces –y sigue teniendo razón– que lo que se requiere para salir al paso de tal crisis es un “nuevo humanismo”2, una renovada comprensión moral del hombre y de la Pienso que debería llamar- mujer a partir de su vocación nos la atención que tanto el constitutiva e irrenunciable

Pero ¿qué amor será capaz de vencer los individualismos, los egoísmos, las indiferencias, los libertinajes y las rupturas que aquejan al matrimonio y la familia especialmente en esta hora? La Familiaris consortio nos recuerda a los católicos –pero también a toda persona de buena voluntad que quiera oír su voz– que ese amor existe y que hay que trabajar por crecer en él, pero que no está al alcance de los seres humanos por sus propias y solas fuerzas. La Exhortación Apostólica nos recuerda hoy que sigue siendo Jesucristo –Quien ama a su Iglesia como el Esposo a su esposa–3 la luz esclarecedora de la identidad y misión de la familia y la fuente inagotable de su amor fecundo. De ahí que valga la pena exhortar ahora, como lo hacía entonces el recordado Papa Wojtyla: “¡Familia sé lo que eres!”4. Pienso sinceramente que sobre esta identidad esencial de la familia –célula básica de la sociedad– es posible trabajar hoy por edificar una cultura del amor, de la responsabilidad y de la vida, una sociedad que sea –como todos queremos, sin duda– cada vez más justa, fraterna y reconciliada. ◄

1 Cfr. SS. San Juan Pablo II, Familiaris Consortio, 6.

3 4

A

2

Cfr. allí mismo, 8.

Cfr. allí mismo, 13. Allí mismo, 17.





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