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Revista Católica Nº 36, Julio de 2014, Año 5

rescatandoalafamilia.blogspot.com rescatandoalafamilia@gmail.com Directora: Rosa María Valencia Z.

Editor: Santino Bruguera

Colaboradores: Oficina de Comunicaciones del Arzobispado Mons. Javier Del Río A. Kharla Zúñiga V. Edwin Heredia R. Sarko Medina H.

02 Editorial 03 Extracto de la Encíclica “Evangelium Vitae” 06 Un crimen abominable 08 No matarás al niño en el seno materno 10 No hay terapia en el aborto 14 Cinco mentiras en torno al aborto terapéutico 18 Protocolo de la muerte 20 Carta Abierta


Editorial Queridos amigos: Este número está consagrado a un tema tan sensible como importante: el aborto. El atentado más terrible contra un inocente. En nuestro país se acaba de aprobar la “Guía técnica nacional para la estandarización del procedimiento de la atención integral de la gestante en la interrupción voluntaria por indicación terapéutica del embarazo menor de 22 semanas”, un prolongado tecnicismo para referirse al asesinato de una criatura sin culpa alguna al amparo de la ley. Es, pues, nuestro deber como publicación católica y provida, defender los derechos del ser humano desde su concepción misma hasta las últimas instancias. Esperamos que la lectura de los contenidos de la presente edición sirvan para dar una luz en este delicado tópico.

Un abrazo fraterno


Extracto de la Enciclica: Evangelium Vitae Extracto de la Enciclica: Evangelium Vitae El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio. Cada persona, precisamente en virtud del misterio del Verbo de Dios hecho carne (cf. Jn 1, 14), es confiada a la solicitud materna de la Iglesia. Por eso, toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la Iglesia, afecta al núcleo de su fe en la encarnación redentora del Hijo de Dios, la compromete en su misión de anunciar el Evangelio de la vida por todo el mundo y a cada criatura (cf. Mc 16, 15). Hoy este anuncio es particularmente urgente ante la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas a la vida de las personas y de los pueblos, especialmente cuando ésta es débil e indefensa. Por desgracia, este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien agrandando. Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justi-

fican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias. En la actualidad, todo esto provoca un cambio profundo en el modo de entender la vida y las relaciones entre los hombres. El hecho de que las legislaciones de muchos países, alejándose tal vez de los mismos principios fundamentales de sus Constituciones, hayan consentido no penar o incluso reconocer la plena legitimidad de estas prácticas contra la vida es, al mismo tiempo, un síntoma preocupante y causa no marginal de un grave deterioro moral. Opciones, antes consideradas unánimemente como delictivas y rechazadas por el común sentido moral, llegan a ser poco a poco socialmente respetables. La misma medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana, se presta cada vez más en algunos de sus sectores a realizar estos actos contra la persona, deformando así su rostro, contradiciéndose a sí misma y degradando la dignidad de quienes la ejercen. En este contexto cultural y legal, incluso los graves problemas demográficos, sociales y familiares, que pesan sobre nu-

merosos pueblos del mundo y exigen una atención responsable y activa por parte de las comunidades nacionales y de las internacionales, se encuentran expuestos a soluciones falsas e ilusorias, en contraste con la verdad y el bien de las personas y de las naciones. El resultado al que se llega es dramático: si es muy grave y preocupante el fenómeno de la eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso, no menos grave e inquietante es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por condicionamientos tan grandes, le cueste cada vez más percibir la distinción entre el bien y el mal en lo referente al valor fundamental mismo de la vida humana. La humanidad de hoy nos ofrece un espectáculo verdaderamente alarmante, si consideramos no sólo los diversos ámbitos en los que se producen los atentados contra la vida, sino también su singular proporción numérica, junto con el múltiple y poderoso apoyo que reciben de una vasta opinión pública, de un frecuente reconocimiento legal y de la implicación de una parte del personal sanitario. Más allá de las intenciones, que pueden ser diversas y presentar tal vez aspectos convincentes incluso en nombre de la solidaridad, estamos en realidad ante una objetiva « conjura contra la vida », que ve implicadas incluso a Instituciones


internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Finalmente, no se puede negar que los medios de comunicación social son con frecuencia cómplices de esta conjura, creando en la opinión pública una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la misma eutanasia como un signo de progreso y conquista de libertad, mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida. La vida humana se encuentra en una situación muy precaria cuando viene al mundo y cuando sale del tiempo para llegar a la eternidad (n. 44). 58. Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso( n. 58). Hoy, sin embargo, la percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida. Ante una situación tan grave, se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre, sin ceder a

compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: «¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal!; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad » (Is 5, 20). Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de « interrupción del embarazo », que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias. Pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento. La gravedad moral del aborto procurado se manifiesta en toda su verdad si se reconoce que se trata de un homicidio y, en particular, si se consideran las circunstancias específicas que lo cualifican. Quien se elimina es un ser humano que comienza a vivir, es decir, lo más inocente en absoluto que se pueda imaginar: ¡jamás podrá ser considerado un agresor, y menos aún un agresor injusto! Es débil, inerme, hasta el punto de estar privado incluso de aquella mínima forma de defensa que constituye la fuerza implorante de los gemidos y del llanto del recién nacido. Se halla totalmente confiado a la protección y al cuidado de la mujer que lo lleva en su seno.

Sin embargo, a veces, es precisamente ella, la madre, quien decide y pide su eliminación, e incluso la procura. Es cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia, sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia. A veces se temen para el que ha de nacer tales condiciones de existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer. Sin embargo, estas y otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente. En la decisión sobre la muerte del niño aún no nacido, además de la madre, intervienen con frecuencia otras personas. Ante todo, puede ser culpable el padre del niño, no sólo cuando induce expresamente a la mujer al aborto, sino también cuando favorece de modo indirecto esta decisión suya al dejarla sola ante los problemas del embarazo: de esta forma se hiere mortalmente a la familia y se profana su naturaleza de comunidad de amor y su vocación de ser « santuario de la vida ». No se pueden olvidar las presiones que a veces provienen de un contexto más amplio de familiares y amigos. No raramente la mujer está so-


metida a presiones tan fuertes que se siente psicológicamente obligada a ceder al aborto: no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a quienes directa o indirectamente la han forzado a abortar. También son responsables los médicos y el personal sanitario cuando ponen al servicio de la muerte la competencia adquirida para promover la vida. Pero la responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto y, en la medida en que haya dependido de ellos, los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos. Una responsabilidad general no menos grave afecta tanto a los que han favorecido la difusión de una mentalidad de permisivismo sexual y de menosprecio de la maternidad, como a quienes debieron haber asegurado —y no lo han hecho— políticas familiares y sociales válidas en apoyo de las familias, especialmente de las numerosas o con particulares dificultades económicas y educativas. Finalmente, no se puede minimizar el entramado de complicidades que llega a abarcar incluso a instituciones internacionales, fundaciones y asociaciones que luchan sistemáticamente por la legalización y la difusión del aborto en el mundo. En este sentido, el aborto va más allá de la responsabilidad de las personas concretas y del daño que se les provoca, asumiendo una dimensión fuertemente social: es

una herida gravísima causada a la sociedad y a su cultura por quienes deberían ser sus constructores y defensores. Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal. En realidad, « desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre... la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar ». Aunque la presencia de un alma espiritual no puede deducirse de la observación de ningún dato experimental, las mismas conclusiones de la ciencia sobre el embrión humano ofrecen « una indicación preciosa para discernir racionalmente una presencia personal desde este primer surgir de la vida humana: ¿cómo un individuo humano podría no ser persona humana? ». … la Iglesia siempre ha enseñado, y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana,

desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual: « El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida ». El Creador ha confiado la vida del hombre a su cuidado responsable, no para que disponga de ella de modo arbitrario, sino para que la custodie con sabiduría y la administre con amorosa fidelidad. El Dios de la Alianza ha confiado la vida de cada hombre a otro hombre hermano suyo, según la ley de la reciprocidad del dar y del recibir, del don de sí mismo y de la acogida del otro. Por tanto, lo que todos debemos asegurar a nuestro prójimo es un servicio de amor, para que siempre se defienda y promueva su vida, especialmente cuando es más débil o está amenazada. Es una exigencia no sólo personal sino también social, que todos debemos cultivar, poniendo el respeto incondicional de la vida humana como fundamento de una sociedad renovada. Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor.


UN CRIMEN ABOMINABLE A

ñadiendo un error más a su ya criticadísima gestión, la Ministra de Salud ha promulgado lo que comúnmente se conoce como “Protocolo de Aborto Terapéutico”, a través del cual se dan las pautas para, en ciertas circunstancias, matar de modo directo a niños de hasta más de cinco meses de gestación. Los obispos del Perú, así como diversos gremios de médicos, abogados y otras instituciones representativas de la sociedad civil, hemos expresado nuestro total rechazo a esta norma que pretende dar apariencia de legalidad al asesinato de una vida humana inocente en el vientre de su propia madre. Se trata de una norma claramente inconstitucional, porque el artículo 1° de la Constitución Política del Perú declara que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado”; y el artículo 2° de la misma Carta Magna reconoce que toda persona tiene derecho a la vida y que “el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favore-

ce”. Esto significa que, en el ordenamiento constitucional peruano, tanto la madre gestante como el niño concebido tienen el mismo derecho a la vida, así como a ser defendidos por el Estado y respetados en su dignidad. Los defensores del “Protocolo” dicen que a través de él se está reglamentando un derecho contenido en el Código Penal. La verdad es otra. El Código Penal Peruano establece claramente que el aborto es un delito, y si bien en ciertos casos dicho delito no es punible, es decir no se aplica la pena a quien lo cometa, eso no significa que deje de ser delito ni que el Código otorgue el derecho a cometerlo. Los defensores del “Protocolo” dicen también que a través de él se está limitando y dando seguridad para que no se cometan abortos ilegales, ya que el “Protocolo” establece sólo once casos en los que se puede realizar un aborto. Sin embargo, ocultan que la causa número once es “cualquier otra” que, a juicio unos pocos médicos, “ponga en riesgo la vida de la gestante

o genere en su salud un mal grave y permanente”. Ocultan también que, como lo han afirmado representantes de los gremios médicos, en nuestros días las ciencias de la salud permiten resguardar la vida y la salud de la madre sin que necesariamente se tenga que asesinar a su hijo. El “Protocolo” dice que su criterio fundamental es la protección de la vida y la salud de la madre gestante y del niño que lleva en su seno, pero no contiene absolutamente ninguna indicación para proteger a ese niño. Por el contrario, dice expresamente que “la atención en general y la orientación/consejería” deben realizarse en un marco “que requiere poner en el centro las necesidades de las mujeres”. Al niño ni lo menciona, pese a que todo el “Protocolo” reglamenta cómo proceder para matarlo. La total falta de respeto a la dignidad y al reconocimiento de la vida humana queda también de manifiesto cuando al referirse al niño lo llaman despectivamente “contenido uterino”, pese a que se trata ya de un ser humano


con manos, pies, ojos, nariz, cabeza, etc. como puede verse en cualquier ecografía. Así pues, la Ministra de Salud pretende que a los niños por nacer se les considere como algo descartable y que su existencia esté sujeta a la decisión de la madre y de

una junta de médicos cuya imparcialidad nadie puede garantizar. Como hace pocas semanas dijo el Papa Francisco, una sociedad que no acoge a los niños es una sociedad enferma. De esta manera, el Gobierno no sólo incumple su deber de velar

por la salud de los ciudadanos, ya bastante maltratados por la falta de atención del sector Salud, sino que, por el contrario, añade una nueva enfermedad al país! + Javier Del Río Alba Arzobispo de Arequipa

Las banderas en la Basílica Catedral de Arequipa y del Arzobispado estuvieron izadas a media asta durante tres días del 28 de junio al primero de julio, en señal de duelo por todos aquellos pequeños que serán afectados por la aprobación del Protocolo de Aborto Terapeútico en nuestro país. Nuestro Pastor sobre este tema envió un mensaje a los fieles indicando que: “No debemos temer así lo dijo nuestro Señor Jesucristo: «No teman, yo he vencido al mundo» (Juan 16,33) y también nos recuerda que: «He aquí que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 18,20). El Señor está con nosotros y, por eso «no tememos, aunque la tierra tiemble y los montes se desplomen en el mar» (Salmo 45)”, alentando también a no caer en la “Cultura del Descarte” que pretende deshumanizar a las personas como lo ha advertido el Papa Francisco. La Catedral de Arequipa, al sur del Perú, izó sus banderas a media asta desde el fin de semana como señal de duelo, luego de que el Ministerio de Salud, dirigido por Midori de Habich, promulgara el protocolo del mal llamado aborto “terapéutico”. Midori de Habich, con el respaldo de los ministros de Justicia, Daniel Figallo, y de la Mujer, Carmen Omonte, promulgó el 27 de junio el protocolo de aborto terapéutico, con el nombre de “Guía técnica nacional para la despenalización del procedimiento de atención integral de las gestantes en la interrupción voluntaria por indicación terapéutica del embarazo menor de 22 semanas”. Para el Arzobispo de Arequipa, Mons. Javier del Río Alba, este protocolo de aborto terapéutico es una medida para “asesinar niños”, y obedece a “lobbys” con “claros fines económicos”. En declaraciones a la prensa local, Mons. Del Río advirtió que “existe toda una corriente internacional que obliga a los países a aceptar estas medidas. Lo único que originará es la creación de más clínicas pro-aborto y todo un negociado alrededor de esto”. El Prelado lamentó que este documento del gobierno peruano “solo se centra en el bienestar de la mujer y no estipula que se piense en la vida del niño”.


“NO MATARÁS AL NIÑO EN EL SENO MATERNO” COMUNICADO DE LOS OBISPOS DEL PERÚ ANTE LA IMPLEMENTACIÓN DE LA GUÍA TÉCNICA NACIONAL DEL ABORTO TERAPÉUTICO

Los Obispos del Perú, ante la aprobación de la Guía técnica nacional del aborto terapéutico por el Ministerio de Salud, nos dirigimos a los fieles católicos, a la ciudadanía en general y en especial a las autoridades del Poder Ejecutivo, para expresar lo siguiente: 1. Nuestro más firme rechazo a esta norma que abre las puertas, por primera vez en la historia del Perú, al aborto; es decir, al asesinato de una vida humana inocente. Esta norma ministerial además de inmoral es inconstitucional e ilegal. 2. El artículo 1° de la Constitución Política del Perú declara que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado”. El artículo 2°, la misma Carta Magna reconoce que toda persona tiene derecho a la vida y que “el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”. 3. En consecuencia, de acuerdo al ordenamiento legal peruano, concordante con el Derecho Internacional, tanto la madre gestante como el niño concebido tienen el mismo derecho a la vida, así como a ser defendidos por el Estado y respetados en su dignidad. 4. La aprobación de la Guía del aborto terapéutico, a través de la cual se puede dar muerte a niños de hasta 22 semanas de gestación, a los que, mientras se encuentran indefensos en el seno de la madre, se denomina despectivamente «contenido uterino», es una flagrante violación del Estado de Derecho. 5. Con la presente norma el Ministerio de Salud ha ignorado la voluntad de la mayoría de los peruanos que, en diversas ocasiones y en multitudinarias marchas, tanto en Lima, como en Arequipa, Iquitos, Piura, Puno, Trujillo, Cusco y otras ciudades del país, han expresado la defensa de la vida y el rechazo al aborto.


6. No es necesaria la Guía técnica nacional. Los especialistas en la materia muestran que en casos excepcionales, donde la vida de la madre y la de su hijo corren riesgo, existen hoy múltiples recursos disponibles, gracias a la tecnología médica, que pueden salvar ambas vidas. 7. La llamada Guía del aborto terapéutico ha abierto una grave herida en la dignidad de la persona humana, considerada a partir de esta norma como algo descartable y cuya existencia estaría sujeta a la decisión de la madre y de una junta de médicos. Al escoger la violencia y la tortura contra el inocente se debilita y erosiona el fundamento sobre el cual se construyeron los valores de nuestra peruanidad. 8. En una nación donde la inseguridad y la violencia exigen respuestas inmediatas y acciones concretas en favor de la paz, recordamos las palabras de Madre Teresa: “El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto” (Madre Teresa de Calcuta, Premio Nóbel de la Paz, 1979). Nos dirigimos a ustedes, queridas madres gestantes, para invocarles que defiendan la vida de sus hijos. Nos dirigimos a ustedes, estimados médicos y enfermeras, para que, recordando la nobleza de su profesión y el juramento que hicieron en defensa de la vida, sean los custodios y protectores de cada niño concebido. Le pedimos, Señor Presidente de la República, en nombre de los niños por nacer, derogar el PAT, porque consideramos que la primera inclusión es el derecho a vivir. Solo Dios es dueño de la vida; a nosotros nos corresponde cuidarla.

Lima, 01 de julio de 2014 Los Obispos del Perú


No hay terapia en el aborto


D

ías atrás el Estado peruano cediendo a presiones y mentiras abortistas ha emitido un protocolo que violenta la naturaleza de la maternidad, de la medicina y de la Política. Se ha valido para ello de medias verdades o mentiras dichas a media propagadas por grupos de presión que han sido los verdaderos redactores de la tan cuestionada Guía de aborto “terapéutico” bajo el eufemismo de “interrupción voluntaria del embarazo. Después de todo no resulta extraño, ni parece inconsecuente, que personas que están dispuestas a matar a un niño indefenso estén a la vez dispuestas a mentir. Eso evidencian quienes sin ningún escrúpulo promueven el negocio del aborto y a la vez exigen al estado Peruano implemente protocolos que autoricen dicha práctica sirviéndose para ello de embustes disfrazados de compasión y humanidad.

No existe terapia en el aborto, el aborto mata, no salva vidas, nunca es terapéutico, siempre es mortal para al menos un ser humano. para que viva el niño” o “en todo caso ¿por qué no dejarle a la madre la opción de elegir si ella opta por su vida o la del hijo?” “¿por qué no aceptar el aborto terapéutico en unas circunstancias en las que queremos salvar la vida de la madre?”

Los polémicos “protocolos” llaman “aborto terapéutico” a una acción que en realidad difiere mucho de una terapia, succionar o aspirar al niño arrancándolo del vientre materno, no es terapia indicada para ninguna enfermedad humana; el niño en el vientre Ante tal disyuntiva resulta de la madre no es un virus, ni fundamental aclarar que el una bacteria que se deba elillamado “aborto terapéutico” minar para curar a la madre. es un absurdo que parte de una situación clínica ficticia Por tato lo que promotores y pretende justificar una ac- del aborto en una tendencioción intrínsecamente ilícita. sa manipulación del lenguaje, pretenden justificar bajo Veamos: la frase de “aborto terapéuEl absurdo del “aborto te- tico” es el asesinato de un rapéutico” ser humano en las primeras etapas de su vida -dentro del En estricta lógica la frase seno materno o bien forzan“aborto terapéutico” cons- do artificialmente su expultituye una contradicción en sión- teniendo como excusa términos, adrede está frase la de ser el único medio para es usada para confundir a las supuestamente preservar la personas indicando y supovida de la madre, pero parten niendo que, en determinadas de una situación clínicamencircunstancias, el aborto sete ficticia y proponen una ría curativo y eso es falso1. solución éticamente ilícita. Terminar intencionalmente con la vida de un niño que Clínicamente ficticia está en el vientre materno no constituye terapia para nin- Lo dicho hasta ahora deja guna patología humana, nin- claro que el término teragún aborto salva vidas o cura péutico aplicado al aborto crea una confusión3. Con la a nadie2. expresión se pretende hacer

Existe mucha confusión en torno al aborto llamado “terapéutico”, muchas personas con muy buena voluntad plantean cuestiones como “¿por qué no aceptar escoger En este sentido considero Edición: “Parte de la medicina que enseña la vida de la madre en lugar 1 desacertado que el Artículo 119 del Código preceptos y remedios para el tratamiento de la del niño en caso de que penal peruano emplee el término “aborto los de las enfermedades”. tenga que morir uno de los terapéutico”, pues en estricta lógica constituye 3 Según el diccionario de la Real absurdo, equivale a decir “asesinato Academia de la Lengua Española, Vigésima dos debido al estado de salud un terapéutico”. Edición: Confundir significa de la madre?”, “No parece 2 Según el Diccionario de la Real Academia Segunda mezclar, fundir cosas diversas, de manera justo dejar morir a la madre de la Lengua Española, Vigésima Segunda que no puedan reconocerse o distinguirse.


aceptable el que un médico mate al niño con el fin de salvar a la madre, partiendo de una situación ficticia, se plantea un conflicto entre la vida de la madre y la del niño para a raíz de ello otorgar a una persona la potestad de decidir respecto a la vida de otra.

corre peligro la vida de la madre y también la del niño, de modo que si el médico no actúa para intentar salvar la vida que puede salvar, podría perder a sus dos pacientes.

aún si el niño no logra sobrevivir fuera del útero materno. Pues en tal caso la muerte del niño no ha sido deseada ni procurada directamente, sino que se produce como un efecto secundario causado por una acción médica cuya finalidad no es matar al niño que está siendo gestado sino curar a la madre gestante que está gravemente enferma.

En tales situaciones el médico está llamado a actuar intentando salvar a la madre y la del niño fuera del vientre Pero es necesario aclarar que de la madre, porque dentro en el estado de la ciencia mé- del vientre de su madre no La ética y deontología exidica actual no existen tales puede salvarlo. ge al Médico actuar en tales situaciones clínicas, lo que circunstancias a la luz del pueden existir son circuns- Esa acción es no sólo ética- “Principio de Doble Efecto”, tancias clínicas en las que mente lícita, sino obligada que establece lo siguiente: Es ética la intervención quirúrgica de la que se siguen dos efectos, uno bueno (salvar la vida del hijo o de la madre) y otro malo (muerte de uno de los dos), si se dan 5 condiciones:

1°.- Que el fin del cirujano sea obtener un efecto bueno (salvar a la madre o salvar a su hijo) y se limite a permitir o tolerar el malo (la muerte de uno de los dos). 2°.- Que la muerte no se busque ni como fin ni como medio, aunque se prevea como consecuencia inevitable. 3°.- Que el efecto primero e inmediato que se proponga el cirujano sea salvar una de las dos vidas. 4°.- Que existe una causa proporcionadamente grave para actuar (la urgencia de la operación). 5°.- Que no exista otro medio eficaz para conseguir salvar


las dos vidas. Si el médico actúa según estos criterios y aún tratando de salvar ambas vidas, muere una, la acción del médico es lícita. Es incorrecto denominar a esta acción “aborto terapéutico”, lo apropiado será hablar de muerte indirecta del niño consecutiva a una acción terapéutica. Pues no se trata de una acción en la que el médico elige matar a un niño por “compasión” hacia su madre o por preferir que viva la madre, lo cual nunca sería lícito.

humano, de todos los seres humanos: madre y niño, que respete la libertad y autonomía de las personas como condición necesaria para su actuación pero que esté justificada por indicaciones y criterios clínicos y terapéuticos, O

2º Una ciencia médica puesta al servicio de algunas personas (madres gestantes) y usada en contra de otras (niños en el vientre materno) subordinada a las decisiones autónomas de algunos (madre gestante o junta médica) que trastoca y pervierte los Éticamente ilícita criterios “terapéuticos” de la Al hablar de una “acción mé- actuación médica. Ello es indica” que pretenda preservar concebible para la medicina. la salud y la vida de la ma- Resulta subversivo para la dre, es necesario recordar naturaleza de la medicina que nunca es lícito hacer constreñir a los médicos a el mal para obtener el bien, actuar de manera “estandaporque “el fin no justifica los rizada” para suprimir la vida medios”. Nunca es lícito ele- de un ser humano tan vulnegir matar a alguien, la vida rable como es el niño en el de un ser humano no puede seno materno y sumir a la someterse - sin cometer una mujer en el drama del aborbrutal violencia- a la decisión to, ello da razón de ser de las arbitraria de otro. Aceptar manifestaciones de los médicha lógica es trastocar los dicos peruanos en contra de alcances del derecho a la au- esta guía que tanto defiende tonomía y colocarlo contra el la Ministra Midori. derecho a la vida, lo cual es aparentemente válido, pero Lo razonable, en un país que profundamente mentiroso y reconoce que la defensa de violento. la persona humana y el respeto de su dignidad es el fin En realidad el verdadero di- supremo de la sociedad y del lema o contradicción que Estado4, sería optar por una plantea el aborto mal llama- ciencia médica pues al servido “terapéutico” radica en lo cio de la vida del ser humano, siguiente: de todo ser humano (madre y 1º Una ciencia médica puesta niño) y siempre. Constitución Política del al servicio de la vida del ser 4 Perú, artículo 1.


Cinco mentiras en torno al aborto terapéutico PRIMERA MENTIRA: El aborto terapéutico es perfectamente legal en el Perú. Está legalizado desde 1924. La Guía Técnica emitida por el Ministerio de Salud el 27 de junio del 2014 es perfectamente legal. REALIDAD: 1. La ley fundamental que regula la vida de nuestro país es la Constitución de 1993, en cuyo artículo 2 declara que “El concebido es sujeto

de derecho en todo cuanto le favorece”. Cualquier norma de rango menor que contradiga este derecho, implícita o explícitamente, es inconstitucional o nula. Si los partidarios de la despenalización del aborto de cualquier índole – incluido el llamado aborto terapéutico- desean implementar sus proyectos, deberán primero hacer que se reforme la Constitución. Actuar de otra forma, aun si se trata de un organismo del Estado, es poco menos que un golpe contra la Constitu-

ción. Ya se había intentado, en febrero de 2008, la misma maniobra mediante un “Protocolo para el Manejo de Casos de Interrupción Legal del Embarazo”, muy similar a la actual Guía, que fue emitido por la Dirección de Salud del Gobierno Regional de Arequipa presidido por Juan Manuel Guillén, actualmente denunciado por corrupción. Allí, la cláusula sorpresa –que se prestaba para extrapolaciones de toda índole- era


la 2.24 que incluía entre las causas para abortar: Trastornos mentales severos y otros procesos clínicos que serán dictaminados por una Junta Médica porque ponen en riesgo la vida y la salud de la gestante. Ante el rechazo de diversos sectores de la opinión pública y dos informes en contra, uno de la Defensoría del Pueblo y otro del Ministerio de Justicia que señalaba su directa oposición al derecho a la vida consagrado en la Constitución, la norma –orientada a introducir de contrabando el aborto– tuvo que ser dejada sin efecto. 2. Los defensores de la actual Guía –que, en su mayoría, son los que defienden también la legalización total del aborto – sostienen que el aborto terapéutico en el Perú ya está legalizado desde el Código Penal del año 1924. Sin embargo, la verdad es que ese Código Penal establece expresamente que el aborto es un delito penado por la ley; y si bien su artículo 119, en el que los abortistas fundamentan su falacia, dice que la pena no se aplica al “aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente”, eso no significa que ese tipo de aborto sea legal. Lo único que significa es que la pena no se aplica en un caso específico, por ejem-

plo cuando el aborto es consecuencia indirecta de un tratamiento realizado para evitar que la madre muera o padezca de un mal grave o permanente, o cuando se recurra a él, en una situación de emergencia, como última medida para evitar que eso suceda Implícitamente se atribuye el discernimiento de esta condición al médico, en particular, y a la ciencia médica en general.

dependerá del médico elegir la terapia más adecuada para tratar de salvar las dos vidas en juego, no siendo el efecto buscado la muerte del niño. Será una decisión de quirófano, basada en las múltiples variables que ofrece el caso real, la condición existente. De ahí el rechazo por parte de los médicos peruanos a la Guía1. TERCERA MENTIRA:

La Guía Técnica del MINSA ayudará a disminuir El aborto terapéutico existe la mortalidad materna. como realidad clínica. REALIDAD: REALIDAD: Es una falsedad sostener que Como lo saben bien los médi- con esta Guía que no sirve cos, la situación con respecto para nada (según el presidena este único medio de salvar te de la Federación Médica la vida ha variado –por obra del Perú2) se salvarán “decede la ciencia médica – lle- nas de vidas de mujeres”3. La gándose cada vez más a la si- 1 Aparte de la Federación tuación en que el caso donde Médica Peruana, han manifestado deba elegirse necesariamente su rechazo el Colegio Médico entre la vida del bebé o de la del Perú, el Cuerpo Médico del madre ha pasado a constituir Instituto Nacional Maternouna entelequia abstracta, Perinatal, el Cuerpo Médico del es decir un caso teórico casi Hospital Loayza, entre otros. Dr. Jesús Bonilla, entrevista imposible de que se dé en la 2 realidad, más para ser usado en Canal N, 30 de junio del 2014. para confundir a las perso- Allí el presidente de la FMP –y nas o como trampa semán- médico ginecólogo- rechaza tica con fines ideológicos la Guía de forma categórica. fabricada para conmover y Ciertamente crece la impresión de que se trata de un documento, en manipular al público. SEGUNDA MENTIRA:

el mejor de los casos, precipitado y Aun así, la verdad es que en descabellado.

los casos improbables en que, por limitaciones en los recursos o cualesquiera motivos, se acerque un caso en algo a esta entelequia abstracta,

h t t p s : / / w w w. y o u t u b e . c o m / watch?v=Nu4cGLgWZvU#t=146

3 Así lo ha afirmado la congresista Verónika Mendoza Fritsch, en un artículo que ya desde su título refleja la carencia de ecuanimidad con la que fue escrito:


verdad es que el país latinoamericano con menor mortalidad materna y que cada vez presenta tasas mayores de reducción de este indicador, es nada menos que Chile4, cuyo Código Penal prohíbe el aborto en toda circunstancia. El artículo del Código Penal chileno de 1931 era similar al peruano de 1924, pero fue enmendado en 1989, porque por razón del avance de la ciencia médica ya no era más “Se trata de una herramienta que va a permitir salvar la vida de decenas de mujeres cada año. Sin embargo hay quienes se oponen a esto, hay quienes siguen creyendo que las mujeres no tenemos derechos, ni siquiera derecho a la vida, que somos sacrificables úteros andantes; lo creen y, lo que es peor, lo predican en nombre de Dios, en “Cipriani no irá al infierno”, https://veronikamendoza.

lamula.pe/2014/06/30/cipriani-no-iraal-infierno/veronikamendoza/ 4 “En el caso de Chile, estudios más recientes, como el Estado Mundial de la Infancia, de Unicef, reportan un descenso todavía mayor en la RMM (reducción de muerte materna), con 18 muertes por cada 100.000 nacido vivo (n.v.) en 2009, manteniendo así la tendencia decreciente que tuvo inicio en la década de 1990, cuando se llegaron a registrar 41 muertes por cada 100.000 n.v. Edigio Crotti, representante de Unicef para Chile, afirma que el país exhibe indicadores similares a los de naciones desarrolladas, gracias a que en los últimos 50 años se ha realizado una inversión permanente en el área de salud materno-infantil, lo que contribuyó a aumentar la atención profesional del parto y a reducir las enfermedades que complican el embarazo, parto y puerperio”, Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos, Mortalidad materna en América Latina, http://www. clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/ start.htm?infoid=8676

justificable hablar de esa en- las decisiones de ese organistelequia abstracta. mo no son obligatorias para nuestro país. Así, pues, el país latinoamericano en el que hay una ma- Se trata de L. C., una menor yor reducción de la muerte de 13 años que quedó emmaterna, exhibiendo indica- barazada producto de una dores similares a naciones violación y después intentó desarrolladas, es un país que suicidarse lanzándose del teprohíbe de forma taxativa cho de su casa, sufriendo una todo aborto. Lo que demues- lesión que le partió la médutra que la reducción de la la espinal en dos. No fue inmuerte materna no depende tervenida inmediatamente de protocolos ideológicos al llegar al hospital porque, ideados por ONGs políticas además del embarazo, tenía de izquierda, sino de reales una lesión en la zona de la inmejoras en los servicios de cisión. Después de analizar el salud. La historia de la obs- caso, los médicos decidieron tetricia y de la medicina ma- someter a la paciente a una terno-infantil demuestra que operación electiva, eso es, a los avances en este campo se una operación de carácter no deben precisamente a los es- urgente y, por tanto, con una fuerzos en evitar el camino fecha programada ulteriorcruel y fácil del mal llamado mente. Paralelamente –y en “aborto terapéutico”. circunstancias que revelan la existencia de un sospechoso asesoramiento externo al ámbito familiar de L. C., caCUARTA MENTIRA: racterizado por la extrema El caso L.C. demuestra la precariedad material – la fanecesidad de la “regula- milia de la paciente solicita ción” mediante una Guía en tres ocasiones por escrito del aborto terapéutico. la realización de un “aborto terapéutico”. Pero al ser conEl caso L.C. fue llevado por siderada la operación eleclas ONGs abortistas ante un tiva y no urgente, la Junta organismo multilateral de Médica del hospital no cree la ONU, el CEDAW5, con la conveniente ni necesaria finalidad de que obligue al la realización de tal proPerú a legalizar el aborto “te- cedimiento y rechaza esa rapéutico”, aun sabiendo que solicitud en tres ocasiones. 5 Conference for the End of De todas formas y tratándoDiscrimination against Women, se de una médula cercenapor sus siglas en inglés. Defiende da, la operación no tenía la despenalización absoluta del como fin la curación de L. aborto y el enfoque de género. C., sino acelerar una mejora Sobre su intervención en el caso en la calidad de vida en asL. C.: http://www.cladem.org/infocom/ pectos puntuales y reducir la articulos/125-caso-lc-vs-peru-comitemorbilidad ulterior. Tiempo cedaw


después, L.C. sufre un aborto espontáneo. La operación se realiza posteriormente y –aparentemente– no trajo el resultado óptimo que se esperaba. Según la opinión personal del doctor Alfredo Guerreros, subdirector del Hospital Daniel Alcides Carrión de El Callao –donde ocurrieron estos hechos durante una gestión anterior a la suya –, él hubiera hecho la intervención inmediatamente, a pesar de la lesión detectada; pero con respecto a practicar el aborto, expresamente dijo que “se le hace muy difícil pensar en eso”6. En todo caso, queda claro que de haberse realizado el aborto, en cualquier circunstancia o tiempo, L. C. jamás habría podido revertir las consecuencias de una médula cercenada7. 6

A pesar de su evidente parcialidad–que en algunos casos llega a la manipular, editar e inducir respuestas durante la parte más importante, esto es, la explicación por parte del subdirector del nosocomio de las características del caso –, puede fácilmente percibirse la instrumentalización tendenciosa (cercana con la mentira) de la tragedia de L.C. por parte de los pro-abortistas en el siguiente reportaje, emitido por el programa Cuarto Poder en 2009: Primera parte https://www.youtube. com/watch?v=S32Z6s0u_DE , segunda parte: https://www.youtube.com/ watch?v=gSdNUDXhrw4 .

7 Es interesante revisar que, entre las demás causales de aborto terapéutico presentes en el protocolo arequipeño del 2008, antecedente directo de la Guía actual y realizado con la asesoría de PROMSEX y otras organizaciones y figuras abortistas, no se encuentra ningún caso clínico semejante al de L. C. ¿Indicio de que en verdad

Queda claro también que, aun de haberse producido una negligencia por parte de la Junta Médica al no operar inmediatamente, esta negligencia no puede ser achacable ni a la no práctica del aborto ni mucho menos a la no existencia de un protocolo, pues es probable que – dada la índole de la decisión que se tomó y la presencia de la otra lesión detectada – hubiera podido también diferirse la operación, incluso existiendo una guía. El caso L. C., sin embargo, demuestra que el lobby abortista no vacila en manipular tragedias humanas muy graves para hacer avanzar su proyecto político de legalizar el aborto y reconfigurar la sociedad peruana.

son únicamente religiosos y que se trata de personas intolerantes, fundamentalistas o enfermos mentales. La verdad es que la oposición al aborto se basa en fundamentos jurídicos y médicos y, como los abortistas no tienen argumentos racionales para refutarlos, recurren al insulto, a lo engañoso y al slogan fácil pero sin base o a la manipulación de tragedias para engañar a la opinión pública y presionar a los políticos.

Conociendo la actitud de las feministas y abortistas en otros lugares de Latinoamérica (que incluye actos de vandalismo y ataques a iglesias y fieles católicos8), podemos concluir que en el Perú empiezan a manifestarse los primeros indicios de una gran intolerancia y agreQUINTA MENTIRA: sividad contra la opinión púLos que se oponen al “abor- blica pro-vida y contra sus to terapéutico” son funda- voceros. mentalistas. REALIDAD: La estrategia abortista consiste en intentar desacreditar a los opositores del aborto di- César Félix Sánchez Martínez ciendo que sus argumentos en ese caso el aborto terapéutico no era el único medio para preservar la vida de la madre o su salud de algún mal grave y permanente? La Guía actual se cura en salud al poner, en singular diferencia con su antecedente arequipeño, lesión neurológica severa que empeora con el embarazo. Una razón muy elocuente que revela la manipulación del caso.

8

Existen elocuentes testimonios de los ataques a las catedrales y agresión física (y en algunos casos sexual) a los fieles en San Juan (2013) https://www. youtube.com/watch?v=ZVbGzFS9k94, Neuquén (2008) https://www.youtube. com/watch?v=zfu8oAD3j9w, y Posadas (2012) en Argentina https://www. youtube.com/watch?v=V_4Tr3yyC_I Todos estos ataques fueron obra de grupos feministas y abortistas explícitos que acostumbran culminar así sus eventos de agitación y propaganda.


Fuente: Diario Noticias

Escribe: Edwin Heredia Rojas

Protocolo de la Muerte

E

scribo estas líneas con dolor y estupefacción, pero con la esperanza incólume. Se veía venir, se veía venir…. Algunos peruanos hemos luchado muchos años para que este momento no llegase…., pero llegó. Dolor, pues el 27 de junio de 2014 pasará a la historia -sin duda- como el aciago día en que unos cuantos peruanos con efímero poder decretaron -¡mediante una resolución ministerial!- que muchos niños peruanos murieran en el vientre de sus madres. Primera vez que en Perú se da una norma abortista. Estupefacción, pues no obstante que viene burdamente disfrazada de mentiras y engaños, a los funcionarios de turno les ha sido fácil colarla. Pienso que, en el día de su cumpleaños, le pudieron hacer un mejor regalo al Presidente Humala. Cuando se escriba esta parte de nuestra historia, algún memorioso recordará sus circunstancias. Una ministra de Salud, tan hipócrita como inútil, economista de profesión (¿ !), proyectista de USAID, con mil problemas de salud pública por resolver, incapaz de solucionar una huelga de médicos de casi dos meses de duración, …. un ministro de Justicia, garante del Protocolo, con afán de hacer méritos para ascender en el ranking caviar,…. una ministra de la Mujer, con innegable afán de


figurar, que peleó por el cargo y que nadie se explica qué hace ahí; a no ser la simple cuota de Toledo en el gabinete y la defensora de la “hipoteca” en el escandaloso caso Ecoteva, que nunca será esclarecido ni sancionado. De Habich, Figallo y Omonte, el trío perfecto para sancionar el Protocolo del mal llamado aborto terapéutico. ¿Y qué de la inmensa mayoría de peruanos que se opone al aborto, un 75%? Pues que estos días sólo tenemos cabeza y tiempo para el fútbol. Con una gran preocupación adicional: la lesión de Neymar y su alejamiento del torneo mundial; no obstante que estará restablecido totalmente en cuatro semanas. Y con la novela de Orellana recién estrenada, cuando hace varios años ya se tenían datos de la súper mafia que dirige. Narcotizados por el fútbol y confundidos por la terminología que utiliza la “Guía Técnica Nacional de Estandarización del Procedimiento de Interrupción Terapéutica del embarazo menor de 22 semanas”, los peruanos nos sentimos descolocados. El aborto nos huele a podredumbre, pero tal como sus autores nos lo describen, o quedamos más confundidos, o termina pareciéndonos bien, puesto que “busca salvar más vidas” o -como dice Omonte- el go-

bierno salda así una deuda de un “mal grave”? ¿Lo “perma90 años con las mujeres pe- nente” por sí solo basta para ruanas. optar por causar la muerte de una criatura?” (…) “TratánPero digamos ya lo que en dose de la decisión sobre quirealidad es el Protocolo de tar la vida a un ser humano, Aborto Terapéutico: ES UNA no puede permitirse una forEXCUSA PARA EL ABOR- mulación tan vaga y subjetiTO LIBRE, PARA LA LEGA- va como ésta. Ninguna junta LIZACIÓN DEL ABORTO médica está por encima del A PEDIDO. No hay más. La derecho a la vida”. sofisticación de los términos, las intrincadas causales, Aunque los transeúntes funlas verdades a medias, etc. cionarios del Minsa –incluson sólo el ropaje necesario yendo a la ministra- aseguren para lograr el objetivo bus- que tampoco se considerarán cado durante muchos años los casos psiquiátricos o psipor las organizaciones abor- cológicos de la gestante para tistas. Después podrán venir aprobar un aborto, el punto otras excusas, como el abor- n.11 deja abierta esa posibilito sentimental (violación), el dad. No somos ignorantes ni eugenésico (mal formación), ingenuos. Así se hace en Espor motivos económicos, etc., paña y en otros países. para finalmente hacer legal el aborto por cualquier razón. Antes de terminar esta priEsto será así aunque hoy lo mera parte, sólo quiero mennieguen y renieguen los auto- cionar algunos puntos clave res y defensores del PAT. que ampliaremos luego. Este PAT es tan innecesario como El PAT presenta 10 cuadros inconveniente. La mediciclínicos. Pero, el último, el na de 2014 no es la de 1924 11, el que les interesa ver- (cuando el Código Penal desdaderamente, el que abre penalizó el aborto terapéuun portón para autorizar la tico). Los médicos siempre muerte de un ser humano, han tratado de salvar ambas lo legaliza ante “cualquier vidas: de la madre y de su otra patología materna que hijo. Este Protocolo, que está ponga en riesgo la vida de la hecho para matar, no tiene gestante o genere en su salud una sola indicación para salun mal grave y permanente, var las dos vidas. Sus autores debidamente fundamentada sólo hablan de “procedimienpor la junta médica”. Fede- tos para la evacuación del rico Salazar se pregunta en contenido uterino”. Lo ensu columna de El Comercio tendemos. Para ellos, eso es (5/7/2014): “¿Cómo se define un niño.


CARTA ABIERTA San Miguel de Piura, 27 de junio de 2014 Señor Don OLLANTA HUMALA TASSO Presidente Constitucional del Perú Presente.De mi mayor consideración: Elevo mis oraciones al Señor Dios Todopoderoso, para que lo ilumine en su función de conducir al país en beneficio de todos los peruanos, nacidos y por nacer. Ante el anuncio de la promulgación de un Protocolo de Aborto Terapéutico (PAT) por parte del Ministerio de Salud (MINSA) me dirijo a usted, Señor Presidente, para expresarle mi total rechazo que es el rechazo de la inmensa mayoría de los peruanos profundamente amantes de la vida. Lamento enormemente que precisamente el día hoy en que Usted celebra un año más de vida, su Gobierno apruebe la primera norma abortista en nuestro país. Su decisión hará que esta fecha sea tristemente recordada al precio de la vida de niños inocentes que no podrán celebrar ni un solo cumpleaños. Le solicito con humildad y caridad cristiana y también bajo el amparo de la Constitución Política del Perú que en su artículo 2, inciso 1 protege la vida de los niños por nacer, que deroguen este Protocolo de Aborto. Sabemos por la experiencia de normas similares en otras naciones, que este tipo de protocolo no producirá ningún cambio social que favorezca a las mujeres. Es tan sólo una excusa para matar inocentes para luego encubrir todo tipo de abortos como lo han hecho en otros países. Los únicos beneficiados serían los que podrían comenzar a lucrar con la práctica del aborto abusando de mujeres angustiadas por un embarazo inesperado. Señor Presidente de la República: El mal llamado aborto “terapéutico” (no cura nada más bien mata una vida inocente), como todo aborto directo o provocado, es un acto intrínseca y gravemente inmoral, por cuanto constituye la destrucción directa de un ser humano inocente, y por ello no está justificado en ningún caso. Finalmente, están a tiempo de prevenir un tremendo daño a la pacificación del país, porque, “el país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto” (Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, 1979). Atentamente en el Señor de la Vida, José Antonio Eguren Anselmi, SCV. Arzobispo Metropolitano de Piura




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