RESUMEN LATINOAMERICANO
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RESUMEN LATINOAMERICANO | SUPLEMENTO DE FORMACIÓN Y DEBATE
Ho Chi Minh
un estratega de la Guerra Popular Lucidez, audacia y coherencia para avanzar hacia el Socialismo
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on los sucesivos nombres de Nguyen Ai Quoc –el patriota, o el que ama a su patria- o Ho Chi Minh, Nguyen That Tanh (1893 – 1969) fue y será recordado a lo largo de toda la historia del pensamiento revolucionario mundial no sólo como uno de los militantes más lúcidos y consecuentes de la lucha por el socialismo, sino también como uno de los más sabios innovadores en ese campo. Desde su inquebrantable fe en la doctrina marxista-leninista y su compenetración con el pueblo, la figura del Tío Ho supo imponer el valor de los movimientos de liberación nacional en las luchas populares contra el imperialismo y el colonialismo. Nacido en una pequeña aldea de la por entonces Indochina, colonia del imperialismo francés, Ho llegó a París en 1917 donde prontamente se integró a las filas del Partido Socialista. Desde allí, comenzó su carrera como periodista militante bajo el seudónimo de Nguyen Ai Quoc. En 1920, influido por el espíritu triunfante de la Revolución de Octubre en Rusia, fundó con otros compañeros del Partido Socialista, el Partido Comunista Francés. Dentro de esta organización, también dirigió su militancia hacia las tareas periodísticas y de agitación como colaborador de diversos periódicos entre los que se contaban L’Humanité, La Vie Ouvriere y Le Pariá ejerciendo en el último el cargo de director. Poco
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tiempo después trabajaría en la formación de los Comités anticolonialistas del Partido. En 1924, participó como delegado en el V Congreso de la Internacional Comunista, donde criticó la postura del partido francés y otros partidos comunistas de los países europeos más desarrollados en relación al problema del colonialismo, tema que tocaba generalmente en sus coberturas periodísticas. Así, aseveró haciendo alusión a la necesidad de un verdadero internacionalismo que comprendiera en toda su dimensión la cuestión: “Es preciso que el obrero de la metrópoli sepa bien lo que es la colonia, que esté al corriente de lo que pasa en ella, del sufrimiento –mil veces más doloroso que el suyo- que soportan sus hermanos, los proletarios de las colonias”. En 1925, organizó en la ciudad china de Cantón la Asociación de la Juventud Revolucionaria Vietnamita que serviría de núcleo fundacional del Partido Comunista de Indochina, que contribuiría a crear en 1930. Desde su programa fundacional, en el que Ho Chi Minh desarrolló un papel esencial, el Partido Comunista de Indochina estableció: “La opresión bárbara y la explotación despiadada de los imperialistas franceses ha despertado a nuestros compatriotas, que se han dado cuenta que la revolución es la única vía para vivir y que sin ella morirán hechos pedazos”. En cuanto a sus medidas el programa se alzó con las consignas de: derrocar
al imperialismo francés, el feudalismo y la clase capitalista de Vietnam; hacer que Indochina sea completamente independiente; establecer un gobierno de obreros, campesinos y soldados; confiscar a los bancos y otras empresas pertenecientes a los imperialistas y ponerlos bajo el control de ese gobierno; confiscar las plantaciones y propiedades de la clase capitalista reaccionaria; implementar la jornada de ocho horas de trabajo, abolir la deuda pública y deshacerse de los impuestos que golpeaban a los pobres; implementar la educación universal e implementar la igualdad entre el hombre y la mujer. En prisión por orden del gobierno chino de Chiang Kai Shek, permaneció encerrado durante dieciocho meses entre 1934 y 1935. Allí escribió los Cuadernos de prisión, un libro de poemas que resumía sus posiciones revolucionarias y de lucha por la emancipación de su pueblo. En 1941 –después de la invasión al territorio vietnamita por las fuerzas imperialistas japonesas concretada en 1940- en el marco de la VIII Conferencia del Comité Central del Partido Comunista de Indochina, se creó el Viet Minh, frente nacional antiimperialista destinado a lograr la independencia total del país. La acción del frente dirigido por el Partido con Ho a la cabeza desarrolló una importante labor de propaganda y concientización en el pueblo obrero y campesino y una efectiva acción guerrillera de la mano
del comandante Vo Nguyen Giap. Tras la derrota y capitulación japonesa, llamó a la insurrección anticolonial, haciendo avanzar las tropas del Viet Minh hasta la ciudad de Hanoi logrando –tras la renuncia del emperador Bai Dai- proclamar la independencia nacional y la creación de la República Democrática de Vietnam de la que fue designado presidente. La negativa francesa a aceptar la independencia de Vietnam, significó la declaración de una guerra que se prolongó durante nueve años. El 2 de setiembre de 1945 Ho Chi Minh lanzó su llamamiento: “Desde hace más de ochenta años la banda de colonialistas franceses, bajo los tres colores que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha ocupado nuestro territorio y oprimido nuestro pueblo. [...] Los franceses no nos han dado ninguna libertad política, han instituido una legislación bárbara, han creado más prisiones que escuelas, han ahogado en sangre todas nuestras revueltas, han pisoteado la opinión y utilizado la sangre y el alcohol para embrutecer a nuestro pueblo.” El Vietminh organizó la insurrección general, logró la independencia nacional y fundó la República Democrática de Vietnam. Al retornar los colonialistas franceses se desató una nueva y cruenta lucha del pueblo vietnamita que se prolongó nueve años. Francia, cuando comenzó a perder la guerra, pidió y obtuvo el apoyo norteamericano. En 1954 los franceses son derrotados en la batalla decisiva de Dien Bien Phu. Dieciocho millones de compatriotas saludaron a quien había abierto la brecha de la liberación social y nacional. Ya era para todo el pueblo el tío Ho. Pero el retiro de los colonizadores franceses derrotados por el pueblo de Vietnam no significó el final del sufrimiento de este, ya que otro imperialismo, el yanqui impuso un gobierno títere en la zona sur del país. Desde el gobierno del Vietnam del Norte –el Vietnam liberado-, Ho dispuso del apoyo combatiente de sus tropas a favor del movimiento guerrillero del Vietcong, que peleaba en el sur contra el ejercito de ocupación norteamericano. Sobre este punto, expresó: “Para la defensa de la independencia de la Patria y por el cumplimiento de nuestra obligación para con los pueblos que luchan contra el imperialismo norteamericano, nuestro pueblo y nuestro ejército, unidos como un solo hombre, lucharán resueltamente hasta la victoria total”. Ho Chi Minh murió en Hanoi el 3 de septiembre de 1969 poco antes de que se lograra finalmente su causa: la unificación de Vietnam en el marco de la construcción socialista. Su imagen y su prédica se hicieron prontamente bandera en distintos lugares del mundo donde los sueños de la revolución fueron tomando diversas formas pero un único objetivo, la liberación de las masas oprimidas. ►
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“Vencer a los invasores
cueste lo que cueste”
El Pensamiento Militar de Ho Chi Minh constituye la base de sus puntos de vista sobre las relaciones entre la Política y Ejército, la paz y la guerra, sobre la resistencia mediante las armas, la construcción de las fuerzas armadas y de la retaguardia, la dirección y el manejo de la confrontación. ► Por
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Ángel Bastidas
eredando el pensamiento militar tradicional del pueblo, adquiriendo disciplinas militares de la humanidad, el pensamiento de Ho Chi Minh sobre la guerra popular se convirtió en el fundamento básico de las políticas militares del Partido Comunista de Vietnam. Ilumina el camino de 30 años de la lucha revolucionaria del pueblo; y al mismo tiempo, contribuye en la elevación de la tradición militar a estadios superiores. En su carrera como revolucionario, Ho Chi Minh elaboró directamente y ordenó hacer muchas obras sobre asuntos militares, a saber: “La política de guerra de guerrillas”, “El Arte de Guerra de Sun Tzu”, “La Manera de Formación Militar de Zhūge Liáng”, “Experiencias de Guerrillas Rusas”, “Experiencias de guerrillas Chinas” y “La política en el Ejército”. En las dos resistencias contra la invasión del Imperio colonial francés y el Imperio Estadounidense, Ho Chi Minh siempre valoró altamente la fuerza de la población. “El pueblo es la raíz”, decía. Puso su confianza en la tradición patriótica del pueblo cuando confirmó que: “Los enemigos pueden invadir nuestro cielo, nuestra tierra, mas nunca lograrán el amor por la Patria de nuestro pueblo, tenemos confianza en el espíritu y fuerza del público, de nuestro pueblo”. Cuando lanzó la resistencia nacional contra los franceses (diciembre del 1946), Ho Chi Minh llamó a todo el pueblo para que participara en la guerra y luchara con todas las armas que tenía, y señaló que “la guerra actual es muy complicada y difícil. Si no
utilizamos toda la fuerza del pueblo para luchar, no podemos conseguir el triunfo”. En la resistencia contra los estadounidenses, Ho Chi Minh afirmó que: “La lucha contra el Imperio estadounidense es la tarea más sagrada de todos los vietnamitas con amor a la Patria”. “Nuestra guerra es de todo el pueblo, la auténtica guerra popular”. Al comentar sobre la alta valoración y promoción de la población en la lucha del Presidente Ho Chi Minh, el General Vo Nguyen Giap escribió que: “Considerar el Pueblo como la raíz, hacer la movilización popular, realizar la resistencia popular e integral son asuntos primordiales en el pensamiento militar de Ho Chi Minh”. La política revolucionaria del Presidente Ho Chi Minh se centra en que hay que mantener la estrategia de ataque. Cuando apenas estaba empezando la resistencia armada, Ho Chi Minh dio su determinación de que “aunque tengamos que poner fuego a la Cordillera de Truong Son, habrá que hacerlo por la independencia”. En la guerra contra los estadounidenses, el Presidente Ho Chi Minh hizo el llamado: “Si queda sólo un invasor en nuestro país, seguiremos luchando para sacarlo”. Siempre enfatizó que “A pesar de la paz o la guerra, tenemos que tomar la iniciativa, verlo con antelación y estar preparados”, “en todos los casos, siempre tenemos que conocer bien las estrategias de ataque”. La guerra popular de Vietnam (1945 – 1975) ha demostrado la validez y la firmeza del pueblo vietnamita. El Ejército y el pueblo vietnamita no sólo combate a los enemigos en asuntos militares, sino también en la política y diplomacia, combate en las tres zonas estratégicas: montañosa, rural y urbana. Para la lucha contra los enemigos con la fuerza de todo el pueblo, era necesario una
fuerza armada de: ejército regular, tropas locales y milicia y guerrillas. Estos elementos componían la nueva forma del Ejército Popular, que se originaba del pueblo, luchaba por el mismo. Lo original en el pensamiento de Ho Chi Minh sobre la construcción de las fuerzas armadas fue que la lucha se realiza primero por la diplomacia o el diálogo, y si esta manera no funcionaba, se usan las armas para la guerra. Con la fuerza armada de tres tipos de ejércitos, una parte constaba de la fuerza móvil estratégica y al mismo tiempo, poseía la fuerza local expandida que era capaz de satisfacer los requisitos de la lucha concentrada y también la dispersa, poder pelear activamente contra los enemigos en cualquier momento y en cualquier lugar, donde se combinaban de muchas maneras y el tamaño de la lucha. La fuerza armada compuesta por tres tipos es un ejército que combatía, trabajaba y participaba en la producción agrícola. Dentro de ello, Ho Chi Minh dio la prioridad a la política, “Hay que aprender la política, el Ejército sin política es como árboles sin raíz”. El nuestre es un Ejército popular. El pueblo tiene el Partido como líder, con sus políticas y fundamentos. El Ejército Popular tiene que aprender políticas del Partido. Además, el Ejército debía tener la valentía, el sacrificio y una disciplina estricta, porque la disciplina es el poder del Ejército. “Democracia sí, pero hay que tener disciplina”. Ho Chi Minh siempre reiteraba la solidaridad interior, la unión entre pueblo y Ejército, solidaridad internacional, y al mismo tiempo, hablaba de practicar y aprender para ser dueño de la ciencia – tecnología militar. Para Ho Chi Minh, las bases revolucionarias y la retaguardia más sólidas son la popularidad. “Tenemos que utilizar el entusiasmo del pueblo para buscar maneras de solucionar
la debilidad en el equipamiento”. Por lo tanto, lo más importante era que teníamos que construir bases políticas en la población. Donde había gente con amor a la Patria, allí estaban factores para establecer bases revolucionarias y retaguardia. Por otra parte, la construcción de bases revolucionarias y retaguardias en todos los lugares se convirtieron en un requisito muy importante. En la guerra popular de Vietnam durante el período 1945 – 1975 aparecían muchos tipos de retaguardias: retaguardia estratégica y retaguardia local, retaguardia en zona rural y delta, incluso había bases que se establecieron en la zona controlada por el enemigo, o en el centro de la zona urbana donde el enemigo instaló su sede. Ho Chi Minh señaló que había que combinar entre la construcción, junto con la defensa de las retaguardias, y al mismo tiempo, aprovechar el apoyo de la retaguardia Durante su vida, Ho Chi Minh, junto con el Partido y el pueblo vietnamita, ha luchado incesantemente por la libertad y la independencia nacional. Según señalaba: “la lucha armada se debe a metas humanitarias, para salvar a la nación y el pueblo” (…) “Nosotros queremos la paz, y no la guerra… Esta guerra la hemos tratado de evitar de todas maneras… Pero si nos obligan a hacerla, lo haremos… y será muy sangrienta; pero, el pueblo vietnamita está dispuesto a sufrir en vez de perder la libertad”. Cuando las fuerzas estadounidenses intensificaron la guerra, Ho Chi Minh instó al pueblo a “vencer a los invasores cueste lo que cueste”, y por otra parte, mantuvo las negociaciones para finalizar la guerra. Podemos concluir que, el pensamiento de Ho Chi Minh sobre la guerra popular apunta a una paz auténtica y estable. Así lo convirtió en el punto de partida y la base del desarrollo de su ideología sobre este tema. ►
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Primero Japón, luego Francia y finalmente Estados Unidos
Tres imperios mordieron el polvo por la fuerza del pueblo vietnamita
► Por
Marta Rojas
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adie podía imaginarse el 2 de septiembre de 1945 que aquel hombre menudo de cuerpo y barba entrecana, llamado por varios nombres, entre otros Ho Chi Minh —aquel que quedaría tejido indisolublemente en la historia del mundo— sería uno de los personajes más extraordinarios del Asia en el siglo XX. Aquel día de septiembre, desde la Plaza Ba Dinh, en el centro de la ciudad de Hanoi, al Norte de Vietnam y capital del país, Ho Chi Minh proclamaba al mundo la creación de la República Democrática de Vietnam. El tiempo, bastante breve, a partir de ese día, permitiría conocer las dotes extraordinarias del revolucionario como táctico y estratega. Era un renovador de su tiempo, ya se sabía; al menos en París, Moscú, China, y en su propio país, aunque no el alcance de su visión, tenacidad y poder de aunar a todo un pueblo para una lucha muy grande contra los fuertes reductos del colonialismo francés, y más tarde contra el poderoso imperialismo. Pero su visión y capacidad de estratega asombrarían al mundo. Hay vistas cinematográficas de la época que dan fe de aquella imagen de la Plaza Ba Dinh, atestada de gente, escuchando a Ho Chi Minh proclamar a la República, desde un micrófono, de armazón circular. Terminaba la Segunda Guerra Mundial. Los aliados habían derrotado a los nazis, la Francia, metrópoli de muchos países de ultramar, de cierto modo también era liberada, el General De Gaulle era el Gran Héroe de la Resistencia. Ese fue el momento táctico para que el revolucionario Ai Quog, u Ho Chi Minh, asumiera todo el poder de su liderazgo
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entre su pueblo y proclamara la independencia del país, de Norte a Sur. Dicho sea de paso que Vietnam acababa de sufrir una cruenta contienda frente a los japoneses, envalentonado como parte central del eje Roma-Berlín-Tokio, dispuesto a apoderarse del universo. También Vietnam sufría una espantosa hambruna. Perecían millones de vietnamitas. Ocupada Francia por Alemania, ni siquiera un ápice de contribución, como metrópoli interesada en la colonia estratégicamente ubicada en el Sudeste de Asia, al Sur de China, podía ofrecerle para aminorar la hambruna. Así era, a grandes rasgos, la situación de Vietnam cuando Ho Chi Minh, y sus compañeros del Partido Comunista de Indochina y luego de Vietnam, fundado por él, proclamó una república soberana e independiente, dispuesta a ayudar a liberar a sus hermanos de las colonias de Laos y Cambodia, en su momento más inmediato posible. No se puede hablar con responsabilidad de la fundación de la República Democrática de Vietnam —hoy República Socialista de Vietnam— sin hacer énfasis en la sabiduría política y el conocimiento de la vida de las colonias que tenía Ho Chi Minh. En los años más jóvenes, en París, fue uno de los fundadores del Partido Comunista Francés y en el seno de la organización abogó por la liberación de las colonias francesas en ultramar, para el asombro de sus camaradas, aunque muchos lo comprendieron finalmente. El conocía a ojos vista la situación de las colonias, incluso en Africa, por sus viajes como pinche de cocina y marinero simple a bordo de un barco carguero que tocaba
esos puertos, entonces tendría veintidós años. Viviría vejámenes también a bordo de un barco de guerra francés que fondeaba en la rada de Shameen, en la concesión francesa de Cantón. Como se ha dicho vivió en París, como periodista y retratista. Fue un lector insaciable. Entonces era el joven Nguyen Ai Quoc, quien, en 1923, viajó de París a Moscú para asistir el 5º Congreso Internacional Comunista como delegado del Partido Comunista Francés, que ya se preocupaba por el movimiento revolucionario en las colonias. De allí salió a una nueva misión, tomar partido en la revolución China, y atizar el movimiento revolucionario en su país, Vietnam. Su primer paso fue fundar la Asociación de Jóvenes Revolucionarios de Vietnam. Más tarde sufriría prisión y sería dado por muerto en China, pero no lo estaba y regresó a Vietnam. Esta somera idea de su quehacer revolucionario está destinada a sustentar la gran verdad: Ho Chi Minh era un hombre de ideas muy avanzadas, avaladas por experiencia de lucha y conocimiento de su mundo en la época que le tocó vivir, desde su más temprana juventud. Era un hombre de letras, hijo de un maestro y maestro él mismo, que dominaba la lengua vietnamita, la lengua y escritura china, el francés de la metrópoli y podía entenderse perfectamente en ruso. Dicho sea de paso, cuando unos meses antes de su muerte lo entrevistamos en Hanoi, nos dio la bienvenida y el saludo de despedida en perfecto español que, según dijo, en las estancias en tantos puertos, aprendió algunas palabras en español. Aún se vivía la alegría de la victoria de los aliados y la metrópoli - Francia-, como
tal, y estimulada por los Estados Unidos se propuso retomar las colonias. Vietnam la primera. Ya con esto se iniciaba una guerra impresionante, de aquel pueblo hambreado y apenas armado contra el ejército colonial apoyado por el victorioso ejército norteamericano. Esto no sorprendió a Ho Chi Minh y sus cercanos colaboradores, el luego legendario general Giap, Phan Van Dong, Le Duan y otros. Un ejército popular de campesinos, en su inmensa mayoría, debía hacerle frente al poderío de las fuerzas de reconquista. Y así fue. La lucha se expandió por el Norte y Sur de Vietnam, pero sería en Dien Bien Phu donde las fuerzas coloniales mejor preparadas para la época sufrieron, en 1954, el descalabro total. Los vietnamitas llegaron a entrar al despacho del general francés que los dirigía y tomarlo preso. Parecería que a partir de esa colosal victoria Vietnam podría desarrollarse y vivir en paz como una sola familia, según había sido siempre, de Norte a Sur. Mas, las alianzas no terminadas, en este sentido y época, entre Estados Unidos y Francia, apoyadas por un grupo enriquecido de traidores vietnamitas forzaron a cambiar las cosas. En virtud de los acuerdos del fin de la guerra y con ella el fin del colonialismo francés en Vietnam, las tropas de la metrópoli debían reunirse al Sur del Paralelo 17 para salir hacia su país. Había un tiempo estipulado para el movimiento de dichas tropas, y nada perezosos los norteamericanos apoyaron al gobierno «provisional» sudvietnamita, con armas y dinero a chorros para que se hicieran fuertes y quedara dividido Vietnam. Al Norte, la República Democrática de Vietnam, con su capital en Hanoi. Al Sur la
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República de Vietnam del Sur, con su capital en Saigón. La maniobra no resultó fácil, pero el poder era inmenso frente al Norte que luchaba aún contra el hambre y tenazmente a favor de la preparación de un ejército que pudiera hacer frente a cualquier amenazaba. Y sumado a esto los ideales de Ho Chi Minh y la vanguardia del Partido Comunista de Vietnam: educación para el pueblo, mejoras de todo tipo -las posibles- unidad del pueblo, no importaban las asociaciones religiosas ni las etnias montañesas; fortalecimiento de las instituciones administrativas y desarrollo de la incipiente industria, comenzando por la energía -el carbón- y los puertos, entre otras premisas básicas. Paralelamente Ho Chi Minh y el Partido Comunista en la RDV tomaron en sus manos esas ideas por las cuales habían luchado. No tardarían en saber que gente revolucionaria del Sur se organizaba en guerrillas. Estos revolucionarios fueron apoyados, Ho Chi Minh en persona recibió a una mujer, Nguyen Thi Dinh, de la zona de Bentré, y se estableció un puente que se desarrollaría vertiginosamente y por caminos impensados por el enemigo, un real camino, el famoso y nunca conocido por el enemigo «Camino Ho Chi Minh», que atravesaba ríos, montañas, selvas al parecer impenetrables. La guerra de liberación del Sur ya era un hecho. La divisa de Ho Chi Minh: la misma desde el inicio: Un solo Vietnam. Artificialmente dividido, Vietnam debía reunificarse. Fue la guerra más genocida, conocida en el siglo XX, de una potencia contra un pequeño país. De un ejército sofisticado, compuesto por fuerzas aéreas, marítimas, terrestres, armas químicas, bombas de fragmentación, agente naranja, fósforo vivo, napalm y hasta una cortina electrónica que fue burlada rápida e ingeniosamente por los vietnamitas, se emplearon por más de diez años contra Vietnam del Sur, y contra la República Democrática de
Vietnam, el ensañamiento fue aéreo. Un resumen mesurado de las víctimas vietnamitas sería de dos millones. En cuanto a las fuerzas norteamericanas, tantos miles que estremecieron al imperio. «El síndrome de Vietnam», «inspiró» los filmes de la cinematografía. La guerra en Vietnam produjo las imágenes más brutales que hasta entonces pudieran verse en una guerra tan desigual. Contra bombardeos indiscriminados, los vietnamitas usaron elementos que incluían trampas de bambú en la selva, que aterrorizaban a los bien pertrechados soldados estadounidenses, o domesticaban avispas -no es un chiste- es real. A esto Ho Chi Minh lo llamó táctica y estratégicamente hablando: La guerra de todo el pueblo por la salvación nacional, la libertad, la soberanía y la reunificación. De ahí salió una doctrina militar. La población civil, primera víctima de los bombardeos norteamericanos masivos, mediante bombarderos estratégicos, durante todo el conflicto. La República Democrática de Vietnam, fundada el 2 de septiembre de 1945, se haría no sólo una realidad teórica sino firme e indestructible. Un buen día, el 30 de septiembre de 1975, los televisores del mundo vieron un espectáculo sin precedentes: las tropas elites de Estados Unidos corrían despavoridas por las azoteas y cuanto sitio pudiera posarse un helicóptero para agarrarse de sus patines, o de cualquier parte, y huir de Vietnam. Fue una estampida, no hubo orden posible en la retirada, aunque los vietnamitas, desde años antes, habían abierto una oficina en París y se establecieron conversaciones diplomáticas formales entre el Gobierno de Estados Unidos y el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, reconocido como entidad política con todas las prerrogativas de un Gobierno. Las conversaciones eran presididas por la conocida «Madame Thi Binh», de los cables de prensa, su nombre Nguyen Thi
fundar el primer Comité de Solidaridad con Vietnam del Sur, que luego se extendería a Laos y Cambodia. Las fuerzas más progresistas de intelectuales, artistas, científicos y profesores del mundo, se nuclearon en un Tribunal Internacional impulsado por el Premio Nobel Bertrand Russell que sesionó en Estocolmo, Dinamarca, París y otras ciudades. Hombres y mujeres de buena voluntad de Estados Unidos, incluidos -ya se ha mencionado- soldados que lucharon en Vietnam, se convirtieron en un factor importante de la solidaridad en favor de ese pequeño pueblo brutalmente agredido por la potencia más grande del mundo. Aquel hombre que el 2 de septiembre de 1945 proclamó la República de Vietnam, ya había muerto (3 de septiembre de 1969) y no vio la victoria colosal de su pueblo, pero el Testamento Político que dejó, escrito poco antes de su fallecimiento, fue un mandato: Vietnam será libre, independiente y soberano, el enemigo será derrotado, y el pueblo vietnamita construirá un Vietnam diez veces más hermoso. Deberá estar unido. Tan seguro estaba del triunfo que escribió en su testamento: “Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de la lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos -el francés y el norteamericano- y ha hecho una digna contribución al movimiento de liberación nacional”. Y como última voluntad proclamó: «Mi Binh, nombre parecido a la campesina que último deseo es que todo nuestro Partido y se alzó en Bentré, Nguyen Thi Dinh y que pueblo, unidos estrechamente en la lucha, llegó a ser vicecomandante en Jefe del FNL. construyan un Vietnam pacífico, unificaHay que dejar constancia que este procedi- do, independiente, democrático y próspemiento revolucionario, cuyo artífice había ro, y hagan una valiosa contribución a la sido Ho Chi Minh, fue capaz de levantar Revolución mundial» un movimiento solidario en todo el mundo. Cuba fue el primer país del mundo en (Hanoi, 10 de mayo de 1969). reconocer al FNL de Vietnam del Sur, y
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► Por
Eduardo Lucita*
La profecía cumplida:
“Vietnam será uno solo” Histórica entrevista de periodistas cubanos a Ho Chi Minh. Los periodistas cubanos Luis Báez y Gabriel Molina tuvieron en 1965, en plena guerra de agresión norteamericana contra Vietnam, el privilegio de entrevistar a Ho Chi Minh. De ese encuentro impactante surgen conceptos y testimonios inéditos sobre el Tío Ho. 6
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emprano en la mañana del 20 de julio de 1965 nos recibe en su jardín florecido de “mar pacíficos” y rosas que embellecen la Casa de Gobierno. Vestido como los campesinos vietnamitas, con una modesta camisa gris y pantalón del mismo color, Ho Chi Minh es la imagen de la sencillez. Fumando incesantemente cigarrillos hasta casi quemarse los dedos ya ensombrecidos por la nicotina, habla pausadamente mezclando en la conversación muchas frases en español y quejándose del sofocante calor de 35 grados centígrados. Durante la conversación con el presidente vietnamita, fuerte aún en sus 75
años, no dejó un momento de observarnos con toda la intensidad de sus impresionantes ojos. Nunca olvidaré el aspecto de sus ojos, la manera como su mirada brillaba con un tono especial de sinceridad y pureza. Era la sinceridad de un comunista incorruptible y la pureza de un hombre entregado en idea y en obras a la causa. Podía ganarse a cualquiera con su honradez y su convicción de que la causa comunista era la justa para su pueblo. Cada una de sus palabras parecía subrayar su creencia en que todo los comunistas son hermanos de clase y, por
RESUMEN LATINOAMERICANO consiguiente, que todos los comunistas deben ser sinceros y honrados en su trato reciproco. Ho Chi Minh fue una de las figuras extraordinarias de su época. Para la mayoría de los campesinos vietnamitas es el símbolo de su existencia, de sus esperanzas y luchas, de sus sacrificios y victorias. Para el pueblo es la divisa que éste necesitaba: el vietnamita benévolo, humilde, de palabra suave que vestía invariablemente con sencillez hasta el punto que era difícil distinguirle entre los campesinos más pobres. Deliberadamente no ambicionaba las solemnidades del poder y de la autoridad, como si estuviera tan seguro de sí mismo y de su relación con el pueblo y la historia que no necesitase estatuas ni puentes, libros ni fotografías, monumentos, uniformes de mariscal y estrellas de general. Observando su irradiante personalidad, se comprende que el propio general Eisenhower haya confesado en sus memorias que impidió las elecciones para la unificación de Vietnam como estipulaban los acuerdos de Ginebra, pues sabía que el 80 por ciento de los vietnamitas votarían por Ho Chi Minh. Desde 1961 hasta 1973, el Pentágono arrojó sobre Vietnam y el vecino Laos más de siete millones de toneladas de bombas y 100 mil toneladas de sustancias químicas tóxicas. Sobre Vietnam descargaron más bombas que las arrojadas durante la II Guerra Mundial. En la guerra murieron cinco millones de vietnamitas y 58 mil invasores estadounidenses. Tres millones de personas padecen los efectos del agente naranja, un potente defoliante que tenía como objetivo arrasar por completo la jungla del país para aislar a los guerrilleros vietnamitas. Washington lanzó sobre un cuarto del territorio del país unos 80 millones de litros de defoliante y napalm. El territorio fue convertido en campo de experimentación de armas sofisticadas y de criminales bombardeos contra la población indefensa. Varias décadas después de la humillante retirada de Estados Unidos de Vietnam el 30 de abril de 1975, el país aún sufre las secuelas de la agresión. David Halberstam, Premio Pulitzer en su libro “Ho” narra el siguiente diálogo entre el dirigente vietnamita y el periodista norteamericano David Schoebrun: -¿Qué harían ustedes si los franceses no le conceden alguna forma de independencia, presidente Ho? -preguntó el periodista. -Tendremos que luchar -contestó Ho. -Pero, presidente -prosiguió Schoebrun-, los franceses constituyen una poderosa nación. Disponen de aviones, tanques y moderno armamento. Ustedes carecen de armas modernas y no tienen aviones ni tanques. Ni siquiera poseen uniformes. Son simples campesinos. ¿Cómo piensan luchar contra Francia? -Seremos como el elefante y el tigre. Mientras el elefante sea fuerte y está descansando cerca de sus dominios, nosotros permaneceremos retirados. Porque, si el tigre vacila, el elefante lo empala con sus poderosos colmillos. Pero el tigre no vacilará, y el elefante morirá de agotamiento y desangrándose lentamente -respondió Ho. Ho Chi Minh murió en Hanoi el 3 de septiembre de 1969 sin poder ver culminada la obra de toda una vida dedicada a la revolución. En su testamento dejó escrito: “Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria,
a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo”. El proceso liberador, que concretaría sus esperanzas de siempre, continuó. Cuando seis años después de su muerte, los combatientes derrotaban a los invasores norteamericanos, los tanques llevaban una pancarta: “Tú siempre marchas con nosotros”, Tío Ho. -¿Dónde nació? -En Annam el 19 de mayo de 1890. -¿Quién era su padre? -Un médico herborista de Nghe An que ya luchaba contra el colonialismo francés, que había invadido Vietnam en 1860. -¿Cuál es su verdadero nombre? -Nguyen Sinh Cung (en el lenguaje local Nguyen Sinh Coong). -¿Cómo surge el nombre Ho Chi Minh? -La clandestinidad en que viví me obligó a cambiar el nombre en numerosas ocasiones para escapar la persecución policial. -¿Qué significa Ho Chi Minh? -Significa “El que ilumina”; otras veces me hice llamar Nguyen Ái Quoc, “El patriota”, o Nguyen Tat Thanh. -¿Qué actividades realizó después de la Primera Guerra Mundial? -Bajo el nombre de Nguyen Ai Quoc, participé en actividades radicales y en la fundación del Partido Comunista Francés. Posteriormente me trasladé a Moscú para recibir formación y, a finales de 1924, soy enviado a Guangdong (China), donde formé la Liga de la Juventud Revolucionaria. -¿Hasta cuando permaneció en China? -Tuve que dejar China tras ser acusado por las autoridades locales de protagonizar actividades comunistas. -¿Al abandonar China para donde fue? -A París, donde trabajé como retocador de fotografías. Conocí a Chu En Lai, León Blum, Marcel Cachin y Longuet (sobrino de Carlos Marx), entre otros destacados dirigentes del movimiento obrero internacional. También me afilié al Partido Socialista Francés, en cuyo congreso de Tours vote con la mayoría internacionalista que decidió la adhesión del Partido a la Internacional Comunista. Comencé a escribir en “L’Humanité”, y luego fundé el periódico “El Paria”, donde escribirían los dirigentes revolucionarios de los países coloniales. -¿Cuál fue su próximo paso? -De París me traslado a Moscú, donde participo en varios Congresos de la Internacional Comunista. Más tarde viajo a China como traductor y ayudante de Borodin, consejero del Guomindang en sus relaciones con el Partido Comunista de China. Por encargo de la Internacional me incorporo en la escuela militar de Huangpu, cerca de Guangzhou, para enseñar a las organizaciones comunistas asiáticas el arte de la guerra revolucionaria. El director era el coronel Chiang Kaishek y el jefe del departamento político era Chu En-lai. En la noche del 3 de abril de 1927, cuando Chaing Kaishek traicionó a los comunistas con una enorme matanza, logré huir y permanecí en la clandestinidad organizando la revolución en Birmania, en China, en Siam, pasando de cárcel en cárcel, de tortura en tortura, impulsando huelgas, motines y le-
vantamientos armados. En 1930 se produjeron importantes acontecimientos. Ocurrió el levantamiento de Yen Bai, poniendo de manifiesto la necesidad de un destacamento revolucionario capaz de dirigir la lucha popular hasta la victoria. Igualmente fundé el Partido Comunista Indochino (PCI). Ese mismo año creamos en Hong Kong el Tanh Nien o Partido Comunista de Vietnam, pero fui detenido una vez más. -¿Hasta cuando permaneció en prisión? -Hasta 1940 que fui liberado por los aliados. -Ya en libertad, ¿Para donde marchó? -A mi país después de 28 años de ausencia. -¿Y que hizo? -Me incorporé durante cinco años a la lucha guerrillera contra la ocupación japonesa. Para liberar al país de la nueva invasión, fundé el Vietnam Doc Lap Dong Minh Hoi, más conocido por Vietminh, o Frente para la Liberación de Vietnam. También creamos un ejército guerrillero dirigido por Vo Nguyen Giap, uno de los generales revolucionarios más prestigiosos del mundo. -¿A que se dedicó terminada la guerra? -Concluida la guerra y derrotados los japoneses, los planes imperialistas para la región no contemplaban la independencia sino un nuevo reparto del mundo, que en el caso de Vietnam suponía que los nacionalistas chinos del Kuomintang ocuparan el norte del país, mientras los ingleses harían lo propio con el sur. Pero los franceses querían recuperar sus dominios coloniales y volvieron a ocupar el país, mientras los guerrilleros vietnamitas rechazaban a los chinos en el norte y liberaban aquella zona. -Es cuando usted hace el 2 de septiembre de 1945 el famoso llamamiento en el que denuncia: “Desde hace más de 80 años la banda de colonialistas franceses, bajo los tres colores que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha ocupado nuestro territorio y oprimido nuestro pueblo [...] Los franceses no nos han dado ninguna libertad política, han instituido una legislación bárbara, han creado más prisiones que escuelas, han ahogado en sangre todas nuestras revueltas, han pisoteado la opinión y utilizado la sangre y el alcohol para embrutecer a nuestro pueblo”. Ahí comienza una dura lucha. Al retornar los colonialistas franceses se desató una nueva y cruenta lucha del pueblo vietnamita que se prolongó nueve años. El 24 de noviembre de 1946 los franceses bombardearon Haiphong asesinando a más de seis mil personas y el pueblo reaccionó el 19 de diciembre con una insurrección en Hanoi. Los imperialistas comenzaron a retroceder: cae Dong Khi, evacúan Cao Bang, luego Lao Kay, y posteriormente Dinh Lap. Francia claudicó y tuvo que pedir el apoyo de los Estados Unidos. Entonces, se producen las declaraciones del presidente Eisenhower. Esas confesiones se originan en 1953 cuando plantea: “Admitamos ahora que perdemos Indochina. Sucederían varias cosas. La península sería difícilmente defendible. El estaño y el tungsteno de esta región, a los que concedemos tanta importancia, dejarían de llegarnos”.
-¿A los franceses le sirvió el apoyo norteamericano? -El apoyo norteamericano no les sirvió de nada. -Al siguiente año se produce la debacle francesa. -Efectivamente. En 1954 los franceses son derrotados en la batalla de Dien Bien Fu. Poco tiempo después de finalizar la guerra contra Francia siguió la agresión de Estados Unidos. En la lucha patriótica contra la agresión norteamericana, en realidad tendremos que soportar más dificultades y sacrificios, pero estamos seguros de que obtendremos la victoria total al igual cuando derrotamos a los japoneses y franceses. -¿Cómo marcha la guerra? -El fracaso que está sufriendo el imperialismo yanqui en la “guerra especial” en el sur y la “guerra escalonada” de destrucción contra el norte de Vietnam, se debe, antes que nada, a la unidad estrecha y a la lucha resuelta de mas de 30 millones de vietnamitas por la defensa de la independencia, la unidad de integridad territorial de mi patria. -¿Qué nos puede decir sobre la reunificación del país? -El sur de Vietnam será inevitablemente liberado, el sur de Vietnam será independiente, democrático conforme al programa del Frente Nacional de Liberación del Sur. Norte y Sur avanzarán paso a paso hacia la reunifación del país sin intervención extranjera. -¿Por qué se negó a recibir la máxima condecoración que le otorgo la Asamblea Nacional de su país? -No la recibiré hasta que el Sur sea liberado. -Hay un gran respaldo mundial a la lucha de su pueblo. -La solidaridad y el apoyo internacional son muy importantes en nuestra lucha frente al imperialismo yanqui. Con el respaldo y la ayuda calurosa de los países socialistas hermanos y de los amantes de la paz en el mundo inclusive el pueblo progresista de Estados Unidos, el pueblo de Vietnam tiene aun más fuerza moral y material y se fortalece aún más nuestra decisión de vencer a los agresores. Y en esa solidaridad debemos destacar el cálido y valioso apoyo del pueblo hermano de Cuba. -Ya que ha mencionado Cuba le puedo decir que les tenemos un gran cariño a los vietnamitas. -Yo sé que allá se preocupan por Vietnam, desde el compañero Fidel hasta los niños, de los cuales he recibido muchas cartas de ellos recogidas en un álbum. Después de más de una hora de interesante conversación en la que nos relató algunos datos de su vida y nos habló ampliamente de la resistencia de su pueblo frente a la agresión norteamericana, cuando comenzaba a retirarse el sol de la mañana vietnamita Ho Chi Minh se despidió y sus últimas palabras: “Puedo asegurarle al pueblo cubano que a pesar de todas las dificultades, el pueblo de Vietnam vencerá a los agresores extranjeros y a sus sirvientes. Vietnam será uno solo. Por favor, transmítale en especial al compañero Fidel Castro nuestro agradecimiento más profundo por su ayuda solidaria que constituye un gran estímulo en nuestra lucha y díganle a los niños cubanos que el Tío Ho los quiere mucho”. ► Hanoi, 20 de julio de 1965.
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RESUMEN LATINOAMERICANO | SUPLEMENTO DE FORMACIÓN Y DEBATE
El camino que me llevó al leninismo Un artículo ideológico de Ho Chi Minh.
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o son muchos los textos conocidos al revolucionario vietnamita Ho Chi Minh, y es cierto que no pasó a la historia por sus aportaciones teóricas sino sobre todo por su capacidad de organizar y llevar hasta el final la lucha de liberación nacional en Indochina. Sin embargo nos parece de interés publicar algunos de sus textos para acercarnos a su personalidad y a la historia del Vietnam. Aquí va el primero. Después de la primera guerra mundial, me gané la vida en París como retocador de fotografías, unas veces, y otras como pintor de “antigüedades chinas” (¡hechas en Francia!). A veces distribuía volantes que denunciaban los crímenes franceses en Vietnam. En esa época apoyé la Revolución de octubre sólo por instinto, sin comprender todavía su importancia histórica. Amaba y admiraba a Lenin porque era un gran patriota que había liberado a sus compatriotas; hasta entonces todavía no había leído un solo libro de él. La razón que tuve al ingresar al Partido Socialista francés fue que estos “señores y señoras” -como llama-
ba a mis camaradas en esta época- mostraron simpatía hacia mi, hacia la lucha de los pueblos oprimidos. Pero no entendía lo que era un partido o un sindicato, ni lo que era el socialismo o el comunismo. Había en aquel entonces acaloradas discusiones entre las diferentes secciones del Partido Socialista sobre la decisión de seguir en la Segunda Internacional, fundar la Segunda y media Internacional o adherirse a la Tercera Internacional de Lenin. Asistía con regularidad a las asambleas, dos o tres veces a la semana, y escuchaba atentamente las discusiones. Al principio no entendía bien. ¿Por qué las discusiones tan acaloradas? Si con la Segunda, la Segunda y media o la Tercera Internacional, se podía emprender la revolución, ¿para qué discutir? En cuanto a la Primera Internacional ¿qué había ocurrido con ella? Lo que más me interesaba saber -y esto era precisamente lo que no se discutía en las asambleas- era cuál Internacional estaba a favor de los pueblos de los países coloniales. Formulé esta pregunta - la más importante a mi parecer- en una asamblea. Algunos camaradas me contestaron: Es la Tercera In-
ternacional, no la Segunda. Y un camarada me dio a leer la “Tesis sobre las cuestiones nacionales y coloniales” de Lenin publicada en L´Humanité.Había en esa tesis términos políticos difíciles de entender. Pero a fuerza de leer y releer pude finalmente captarla casi en su totalidad. ¡Cuánta emoción, entusiasmo, claridad y confianza infundió en mi! ¡Lloraba de alegría! Solo, en mi cuarto, grité como si me estuviera dirigiendo a grandes masas. “¡Queridos mártires compatriotas! Esto es lo que necesitamos, ¡éste es el camino de nuestra liberación!” Después de esto tuve plena confianza en Lenin y en la Tercera Internacional. Antes, en las asambleas de mi sección del Partido, sólo escuchaba las discusiones; tenía la vaga creencia de que todas eran lógicas y no podía diferenciar entre quiénes estaban en lo cierto y quiénes en el error. Pero desde este momento, también participé en los debates y discutí con fervor. Aunque todavía me faltaban palabras en francés para expresar mis sentimientos, hice pedazos los alegatos que atacaban a Lenin y la Tercera Internacional con no menos vigor. Mi único argumento
era: “Si no condenáis el colonialismo, si no apoyáis al pueblo colonial, ¿qué clase de revolución pensáis emprender?” No sólo tomaba parte en las asambleas de mi propia sección del partido, sino que también iba a otras secciones para plantear “mi posición”. Ahora debo decir de nuevo que los camaradas Cachin, Vaillant, Couturier, Monmousseau, y muchos otro, me ayudaron a ampliar mi cultura. Finalmente, en el congreso de Tours voté con ellos por la adhesión a la Tercera Internacional. En un principio, el patriotismo más que el comunismo me llevó a tener confianza en Lenin, en la Tercera Internacional. Paso a paso, durante la lucha, combinando el estudio del marxismo-leninismo con las actividades prácticas, llegué gradualmente a la conclusión de que sólo el socialismo y el comunismo pueden liberar de la esclavitud a las naciones oprimidas y a los trabajadores de todo el mundo. Existe una leyenda en nuestro país y en China sobre el milagroso Libro de la Sabiduría. Al consultarlo cuando aparecen grandes dificultades siempre se encuentra la forma de salir de ellas. El leninismo no es únicamente un milagroso “libro de sabiduría”, una brújula para nosotros, los revolucionarios y el pueblo vietnamitas, sino que es también el sol radiante que ilumina nuestro camino hasta la victoria final, hacia el socialismo y el comunismo. ► *Artículo escrito en abril de 1960 para la revista soviética Problemas de Oriente, con motivo del decimonoveno aniversario del nacimiento de Lenin. (Ésta es, por amplio margen, la declaración más sincera hecha por Ho acerca de sus razones para adherirse al Partido Comunista, y demuestra ampliamente su enfoque pragmático de los compromisos ideológicos).
Fidel rinde homenaje a Vietnam
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ietnam es un nombre sumamente querido y sumamente cercano en el corazón de todos los cubanos. Vietnam ha sido para nosotros un ejemplo y un aliento en nuestra lucha. El pueblo cubano está sumamente consciente del extraordinario papel que ha desempeñado el pueblo de Vietnam en el seno del movimiento revolucionario mundial y en la lucha de liberación de los pueblos. Vietnam brinda a todos los pueblos explotados y oprimidos una lección inolvidable. Ningún movimiento de liberación, ningún pueblo de los que han luchado por su independencia, ha tenido que llevar a cabo una lucha tan larga y tan heroica como el pueblo de Vietnam. Es preciso recordar las difíciles y complejas circunstancias en que se inició la lucha de este pueblo. Para ello, es indispensable recordar el nombre venerado y querido del presidente Ho Chi-Minh. El presidente Ho Chi-Minh, comprendiendo la extraordinaria importancia histórica y las consecuencias de la gloriosa Revolución de Octubre, y asimilando el luminoso pensamiento de Lenin, vio con toda claridad que en el marxismo-leninismo estaban la enseñanza y el camino que debían seguirse para encontrar solución al pro-
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blema de los pueblos oprimidos por el colonialismo. El compañero Ho Chi-Minh, de una manera genial, combinó la lucha por la independencia nacional con la lucha por los derechos de las masas oprimidas por los explotadores y los feudales. El vio que el camino era la combinación de los sentimientos patrióticos de los pueblos con la necesidad de liberarse de la explotación social. La liberación nacional y la liberación social fueron los dos pilares en que se asentó su doctrina. Pero vio, además, que los países atrasados por el colonialismo podían dar un salto en
la historia y construir su economía por los caminos del socialismo, ahorrándose los sacrificios y los horrores del capitalismo. Pero no solo tuvo una clara concepción estratégica, sino que vio la necesidad de organizar un Partido de vanguardia que dirigiera al pueblo en esa lucha y se dio a la tarea de organizar el Partido Comunista de Indochina, que después fue el Partido de los Trabajadores de Vietnam. Lo organizó, lo educó y lo templó en la lucha, ygracias a eso el pueblo de Vietnam tuvo su vanguardia revolucionaria, un partido sabio que supo reunir a
todas las capas progresistas de la población en un frente amplio para llevarlo a la victoria. Nosotros creemos que en la vida del compañero Ho Chi-Minh, en su pensamiento político, en su clara concepción táctica y estratégica, todos los pueblos oprimidos tienen una riquísima fuente de sabiduría y de conocimiento para poder abordar sus propios problemas. (12-9-1973). ► Fidel Castro
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RESUMEN LATINOAMERICANO
Vo Nguyen Giap: héroe de Vietnam El genio militar que humilló a Occidente.
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ra el último revolucionario de la vieja guardia. El legendario general Vo Nguyen Giap, el cerebro militar que se valió de ingeniosas tácticas para expulsar a los franceses de Vietnam y combatió a los estadounidenses que trataban de acabar con el comunismo en el país, murió el 4 de octubre de 2013 a los 102 años. Héroe nacional vietnamita, su legado sólo fue superado por el de su mentor, el legendario líder Ho Chi Minh, que condujo al país a la independencia. En mayo de 1941 en la conferencia de Chingsi (China), junto con Ho Chi Minh, fundó el Dong Minh (Liga Vietnamita para la Independencia), más conocido como Vietminh, para agrupar las fuerzas antijaponesas en un único frente de liberación nacional. Ese mismo año Giap se trasladó a las montañas del interior de Vietnam para iniciar la guerra de guerrillas. Allí estableció una alianza con Chu Van Tan, dirigente del Tho, un grupo guerrillero de una minoría nacional de Vietnam del noreste y. comenzó a construir el Tuyen Truyen Giai Phong Quan, un ejército capaz de expulsar al ocupante francés y sostener el programa del Vietminh. Inició una campaña de dos años de propaganda armada y de reclutamiento, convirtiendo a los campesinos en guerrilleros con una combinación del entrenamiento militar y la formación política comunista. A mediados de 1945 tenía ya unos 10.000 hombres bajo su mando y pudo pasar a la ofensiva contra los japoneses que ocupaban todo el sudeste de Asia. Junto con Ho Chi Minh, Giap dirigió sus fuerzas hacia Hanoi en agosto de 1945, y en septiembre Ho Chi Minhpudo proclamar la independencia de Vietnam, con Giap al mando del ejército revolucionario. En la posterior guerra contra el colonialismo francés, Giap demostró la superioridad de la guerra popular sobre las fuerzas imperialistas obteniendo una espectacular victoria el 7 de mayo de 1954 en la decisiva
batalla de Dien Bien Phu, una valle situado a unos 300 kilómetros al oeste de Hanoi en el que se habían atrincherado las fuerzas ocupantes francesas, confiadas en la protección de las montañas y en conseguir batir a las fuerzas revolucionarias cuando descendieran. De los 15.094 mercenarios franceses que se agruparon en Dien Bien Phu, después de casi seis meses del sitio, solamente 73 lograron escapar del cerco, mientras que 5.000 murieron y 10.000 fueron capturados. Giap y el general Denhg lanzaron un asalto frontal a la guarnición que arrojó a los colonialistas franceses definitivamente de Indochina. El ejército de Giap y Denhg padeció la muerte de 25.000 combatientes. La victoria, que se creía improbable y se sigue estudiando en las escuelas militares, no sólo llevó a la independencia de Vietnam, sino también al colapso del colonialismo en toda Indochina. Diez años después de la sangrienta capitulación francesa, llegaría para Giap un enemigo más poderoso: Estados Unidos, con su intención de apoyar el régimen instaurado en el sur del país, que luchaba contra el del Norte, de orientación comunista. Cuatro presidentes americanos lucharon sucesivamente contra Vietnam, dejando el rastro de sangre de 57.690 soldados americanos ejecutados. Por parte vietnamita murieron 600.000 combatientes pero finalmente los Estados Unidos fueron obligados a salir del país en 1973. Dos años más tarde, en abril de 1975, el país fue reunificado, cuando un tanque del ejército revolucionario embistió la valla de protección de la embajada americana, mientras los últimos imperialistas huían precipitadamente en un helicóptero por el tejado del edificio.
era una colonia francesa, a los ocho años perdió a su padre, que murió en prisión por su condición de nacionalista. Admiraba al general chino Sun Tzu, autor de El arte de la guerra . Pero, al principio, no parecía estar destinado a ser un soldado.
todo el pueblo porque es imposible que un ejército revolucionario, por sí mismo, pueda lograr la victoria contra la reacción, sino que es todo el pueblo el que tiene que participar y ayudar en una lucha, que necesariamente debe ser prolongada.
Dominaba el francés y estudió economía política en Hanoi, antes de dar clases de historia y literatura en una universidad y de trabajar como periodista para publicaciones clandestinas. Estuvo preso por poco tiempo en 1930 por dirigir protestas contra los franceses. Como miembro del Partido Comunista de Indochina escapó a China en 1939, donde se unió a Ho Chi Minh, el enigmático líder que había planeado la revolución durante décadas en el exilio.
Como buen guerrillero, Giap sabía que el éxito de la victoria cuando hay una desproporción tan grande de fuerzas, se basa en al iniciativa, la audacia y la sorpresa, lo que exige que el ejército revolucionario se desplace continuamente. Destacó como un genio de la logística, capaz de movilizar continuamente importantes contingentes de tropas, siguiendo los principios de la guerra de movimientos. Lo hizo así contra los colonialistas franceses en 1951, infiltrando a un ejército entero a través de las líneas enemigas en el delta del río Mekong, y otra vez adelantando la ofensiva de Tet en 1968 contra los estadounidenses, cuando situó a millares de hombres y toneladas de aprovisionamientos para un ataque simultáneo contra 35 centros estratégicos del sur.
Su primera esposa, que había quedado atrás con su bebe recién nacido, murió a causa de brutales torturas en una prisión francesa. Esta tragedia personal aumentó el fervor anticolonial de Giap. Regresó con Ho Chi Minh a las junglas del norte de Vietnam en 1941 para entrenar a un ejército de soldados campesinos revolucionarios, y fue uno de los fundadores del Viet Minh, que después se conoció como Viet Cong. Ho Chi Minh proclamó su primer gobierno el 2 de septiembre de 1945 y nombró a Giap en el cargo de ministro del Interior, jefe del ejército y luego ministro de Defensa. Pero los revolucionarios se vieron obligados a volver a la jungla cuando las tropas francesas impusieron nuevamente el dominio colonial después de la Segunda Guerra Mundial, desencadenando un conflicto de nueve años que terminó en Dien Bien Phu.
Guerra del pueblo
Dura vida de un luchador
Giap definió la guerra popular como “una guerra de combate para el pueblo y por el pueblo, mientras que la guerra de guerrillas es simplemente un método del combate. La guerra popular es un concepto más general.
Pese a sus asombrosos éxitos en el campo de batalla, la vida del general estuvo plagada de hechos dolorosos. Nacido el 25 de agosto de 1912, en tiempos en que Vietnam
Es un concepto sintetizado. Es una guerra a la vez militar, económica y política”. La guerra popular no sólo la hace un ejército, por más que sea popular, sino que la hace
Después de la victoria A partir del triunfo contra los yanquis Giap siguió siendo ministro de Defensa de Vietnam y miembro de pleno derecho del Politburó del Partido Comunista de Vietnam, cargo que ocupó hasta 1982. Tras su cese, dirigió la Comisión de Ciencia y Tecnología, y en julio de 1992, le concedieron la orden de la estrella del oro, el honor más alto del nuevo Vietnam socialista. El general Giap no sólo fue un maestro en el arte de dirigir la guerra revolucionaria, sino que además escribió sobre ella en 1961 su famosa obra “Guerra popular, ejército popular”, un manual de la guerra de guerrillas basado en su propia experiencia. En él establece los tres fundamentos básicos que debe disponer un ejército popular para lograrla victoria en la lucha contra el imperialismo: dirección, organización y estrategia. La dirección del Partido Comunista, una férrea disciplina militar y una línea política adecuada a las condiciones económicas, sociales y políticas del país. ►
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El glorioso
“Ejército de los cabellos largos” La participación de la mujer vietnamita en la Liberación Nacional y Socialismo. ► Por
Adriana Novelo Vignal
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l movimiento de liberación de la mujer en Vietnam está indisolublemente ligado a las tareas generales de emancipación nacional y construcción del socialismo. El importante papel que tiene actualmente la mujer en la sociedad vietnamita, fue logrado en gran parte por la continuidad de tradiciones populares y condiciones históricas que han forjado la capacidad de lucha y participación femenina en la edificación y defensa del país. Ho Chi Minh fue el primer revolucionario que mostró a las mujeres de Vietnam una nueva alternativa para su liberación. El rehabilitar a la mujer en su papel histórico y despertar su toma de conciencia y militancia constituyó así una de las misiones básicas de los y las marxistas vietnamitas. El programa político del Partido Comunista Indochino, dado a conocer en 1930, incorporó la igualdad entre el hombre y la mujer como uno de sus 10 puntos principales. El l2 de septiembre de 1945, Ho Chi Minh declaró la independencia de su país y se comenzaron a sentar las bases del régimen revolucionario. En 1946 se promulgó la Constitución de la República Democrática de Vietnam (RDV). Esta Constitución precisó los derechos de la mujer: ”La mujer en la RDV es igual al hombre en derechos, desde los puntos de vista, político, económico, cultural, social y familiar. Por un trabajo igual, la mujer tiene derecho a un salario igual al del hombre. El Estado garantiza a las mujeres obreras y funcionarías el descanso pagado por maternidad antes y después del parto, protege los derechos de la madre y el niño y protege el matrimonio y la familia”. Pero muy pronto la RDV tuvo que afrontar la amenaza de la reimplantación colo-
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nialista. La resistencia contra la agresión francesa comenzó a finales de 1945, prolongando la guerra patriótica que no terminará hasta 1954. Nuevamente, las mujeres serán una fuerza decisiva en esta guerra popular. Mientras los hombres partían masivamente al frente de batalla, las vietnamitas los remplazaron en sus labores, formando una retaguardia que probará ser indispensable para el éxito de la resistencia. Las mujeres tuvieron además que hacerse cargo enteramente de las familias, rompiendo, sin embargo, los límites de lo doméstico al verse obligadas a asumir todo tipo de actitudes productivas fuera del hogar, favoreciendo así el desarrollo de su personalidad y capacidad. En 1952, el Día Internacional de la Mujer, Ho Chi Minh declaró así respecto a la igualdad de los sexos que: “Mucha gente cree que la igualdad de los sexos es un problema simple. Hoy el marido prepara la comida, lava los platos, barre la casa, y mañana la mujer barrerá la casa, preparará la comida y lavará los platos. ¡Esa es la igualdad! Grave error. En la realidad, la igualdad es una profunda y difícil revolución porque el menosprecio de la mujer es un hábito milenario. Está profundamente enraizado en el cerebro de cada uno, en la vida familiar, en el seno de todas las capas sociales. Uno no puede combatirlo por la fuerza... La amplitud de esta revolución reside en un progreso general sobre los planos políticos, económicos, culturales y jurídicos. Esta revolución debe cumplirse en el interior de cada uno y extenderse al pueblo entero”. En el sur, la población perdió los logros conquistados en la revolución, acentuando el rechazo popular frente al nuevo régimen. Asimismo, la presión psicológica para que las mujeres renegaran de sus maridos y sus familiares combatientes conducirá a muchas mujeres sureñas a unirse a la lucha
revolucionaria y a participar activamente en la defensa del país, creándose los primeros grupos de guerrilleras. Las abuelas que no podían tomar las armas estimularon por lo general, a sus hijos y nietos a unirse a la lucha y participaron, tal y como lo hicieran en el norte, en numerosas actividades de refuerzo. Se creó de esta manera, en el sur, el famoso “ejército de los cabellos largos”, que a través de los ocho años de guerra llegará a contar con cerca de 2 millones de combatientes, dando un ejemplo pocas veces visto en el mundo, de participación masiva femenina en las guerras de liberación.
a la vida, enmarcadas dentro de la Unión de Mujeres para la Liberación de Vietnam del Sur, creada en 1961, la cual incorporó entre sus miembros tanto a las mujeres de la ciudad como del campo, que luchaban contra la intervención norteamericana en su país y contra la destrucción de su cultura nacional.
En 1965, ante el avance continuo de los guerrilleros que fueran conocidos como “Vietcong”, Washington declaró la guerra local e inició la escalada del conflicto, desembarcando medio millón de soldados en Vietnam del Sur y expandiendo sus operaciones a los vecinos países de Laos y Cambodia. Comenzó entonces el enfrentamiento directo del pueblo sureño con el ejército invasor. De nueva cuenta, la historia ha recogido las hazañas de cientos de humildes heroínas que lucharon en condiciones sumamente difíciles contra los bombardeos norteamericanos, el envenenamiento de sus tierras, la desintegración de las familias, aportando además su valiosa contribución a la lucha armada y llevando a cabo una importante labor de propaganda política a favor de la liberación nacional. Ut Tích, la heroína más famosa del Vietcong simboliza a esta generación de mujeres que constituyeron uno de los pilares de la lucha de liberación.
Se restituía pues a la mujer vietnamita, antes que nada, su derecho a la propia felicidad, permitiéndole escoger a su marido, volver a casarse en caso de viudez, asumir socialmente las responsabilidades sobre sus hijos; practicar la igualdad de derechos entre los esposos, elegir una profesión y trabajar para ganarse independientemente la vida.
Además de ser obligadas a prostituirse, las mujeres sureñas fueron sujetas a una política sistemática de estupro por parte de las tropas estadounidenses, las cuales desfogaban su miedo y coraje ante el “enemigo invisible” matando y violando a las vietnamitas de las aldeas que iban arrasando. Para protegerse, las mujeres formaron diversas asociaciones para salvaguardar su dignidad y su derecho
La Ley sobre el Matrimonio y la Familia que se promulga a principios de 1960 está basada en cuatro principios: la libre elección de la pareja; el matrimonio monogámico; la igualdad de los sexos y la protección de los derechos de la mujer y el niño.
Además, saliéndose de la tradición de otros partidos comunistas, la ley consideraba que el trabajo doméstico tenía un valor como labor socialista. Así, reconocía que el trabajo doméstico de la esposa tenía una importancia igual al trabajo del marido, y por lo tanto debía ser contabilizado como equivalente al trabajo de producción. La ley protegía también a los hijos ilegítimos que anteriormente eran rechazados por la sociedad, y permitía el divorcio y el aborto. La victoria final de Vietnam, en 1975, se debió en gran parte a la invaluable cooperación aportada por sus mujeres durante los largos y difíciles años de la guerra. Sin duda alguna, las vietnamitas contemporáneas se inspiraron en la larga tradición de lucha y trabajo de sus antecesoras, quienes varias veces antes en la historia habían tenido que enfrentar a un invasor extranjero y ocuparse completamente de las labores agrícolas y domésticas, tomando además las armas para defender sus aldeas. ►
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SU NOMBRE PUEDE PONERSE EN VERSO (Félix Pita Rodríguez y Pablo Milanés, 1967)
Porque usted, presidente Ho Chi Minh, poeta Ho Chi Minh, sereno campesino vietnamita Ho Chi Minh, tiene setenta y siete años de lucha en vida entera.
menta se dejo caer, y fui empujado a la cárcel como un honorado huésped.
II
I
Soy un hombre limpio sin ningún crimen en mi conciencia, pero fui acusado de ser un espía de la China. Como puede ver, la vida nunca es un asunto parejo, y ahora, en el presente abundan las dificultades.
Y porque usted ha dejado de ser todo, sus nombres, y una voz, un aliento, una mirada, para ser solamente y nada menos, que tierra y sangre y Mediodía huesos de la patria. ¡Es una delicia tomarse una siesta en la celda! Un profundo sueño nos lleva lejos por horas.
Por todas esas cosas y por Sueño montando un dragón hacia los cielos… muchas otras, que es difícil Despierto, regresando precipitadamente a encerrar en jaulas de pala- la prisión. bras,y porque para usted la dignidad del hombre es más alta que el pan, más alta que Claro de luna la gloria, más alta que la No hay alcohol ni flores para los prisioneros, propia supervivencia. Pero la noche es tan encantadora, ¿como poSu nombre Ho Chi Minh demos celebrarla? puede ponerse en verso. Voy al agujero de ventilación y contemplo
la luna, Y a través del agujero la luna le sonríe al poeta.
Diario de la prisión de Ho Chi Minh Escrito entre el 28 de agosto 1942 y el 16 de septiembre de 1943. Los enemigos llegaron rugiendo en el cielo. Todo el mundo abandonó sus casas y huyó en busca de refugio. A causa del ataque, fuimos sacados de la prisión. Fuera, nos sentimos felices. Como dos ramas que la corriente ha unido en su deriva, Así ha sido nuestro encuentro, mi buen Kuo; Habéis sido para mí como el calor del fuego en una noche de nieve. Llegué a creer que ya no existían bajo el azul del cielo personas como usted. Recitar versos no ha sido uno de mis hábitos, Pero ahora en prisión ¿Que mas puedo hacer? Pasaré estos días escribiendo poemas, en cautiverio. Cantándolos el día de la libertad se acerca. Difícil es el camino de la vida
I
Poeta
Ho Chi Minh
Habiendo escalado los picachos mas altos y las mas escarpadas montañas ¿Como iba yo esperar que en las planicies me encontraría con el mayor peligro? En las montañas me encontré con el tigre y salí indemne: En las planicies me encontré con el hombre y me enviaron a la prisión.
II Era un representante de Vietnam en ruta a China, a encontrarme con un importante personaje. En el calmado camino una repentina tor-
En el Buró Político de la Cuarta Zona de Resistencia He viajado los trece distritos de la Provincia de Kwangsi, Y probado los placeres de dieciocho distintas prisiones. ¿Que crimen he cometido? me sigo preguntando. El crimen de seguir devoto a mi pueblo.
Noche de Otoño Frente al portón el guardia apostado con su rifle. Arriba, las nubes desordenadas se llevan a la luna. Los chinches pululan alrededor como tanques de guerra en maniobras, Mientras que los mosquitos formas escuadrones, Atacando como aviones de guerra. Mi corazón viaja mil kilómetros hacia mi tierra natal. Mí sueño se entrelaza con las penas como una madeja de miles de hilos. Inocente, he aguantado un año completo en prisión. Usando mis lágrimas como tinta, transformo mis pensamientos en versos.
Poema de propaganda En estos doce puntos ¿Acaso hay algo de extraordinario? Todo aquel que sea un poco patriota No los olvidará. Hagamos de ellos un hábito Para todos y cada uno. Un pueblo y un ejército valerosos No conocen nada imposible. La raíz hace sólido al árbol, El palacio de toda victoria Se construye sobre el pueblo entero.
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RESUMEN
RESUMEN LATINOAMERICANO
LATINOAMERICANO Y DEL TERCER MUNDO DIRECCIÓN: CARLOS AZNAREZ Y VICENTE ZITO LEMA REDACCIÓN: WILLY NOCETTI, MARÍA TORRELLAS, FACUNDO AZNAREZ, LEANDRO ALBANI, GUILLERMINA ROCA ITURRALDE
NOVIEMBRE 2014 RESUMEN@NODO50.ORG - WWW.RESUMENLATINOAMERICANO.ORG
Colaboran en este número: Leandro Albani, Ángel Bastidas, Adriana Novelo Vignal, Marta Rojas, Camila Zito Lema. Diseño y maquetación: Belén Rodríguez Rozas y Emiliano Guerresi Corrección: Emilio López. Fotografía: María Torrellas, Facundo Andicoechea, Marcelo García, Verónica Canino, José Gervasio Bravo, Héctor Planes, Plus Photo. Agencias: ANNCOL, Prensa Latina, ALAI, Rebelión. Traducciones: Bea Morales, Luis Zorraquino Corresponsales: Brasil: Luis Zorraquino. Uruguay: Gonzalo Abella. Buenos Aires: Marta Valle, Alberto Sordelli. Venezuela: Valeria Fariña y Laura Farina. Ecuador: María del Cármen Garcés. Estados Unidos: Ilka Oliva Corado Cuba: Graciela Ramírez, Javier Salado, Annalie Rueda Cardero. Bolivia: Osvaldo “Chato” Peredo. Colombia: Julio C. Hincapie, Carlos Lozano Guillén. Chile: Roberto Muñoz. Portugal: Miguel Urbano Rodríguez. Madrid: Maite de Miguel. Asturias: Javier Arjona, Marco Antuña. País Vasco: Facundo Aznárez.
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Consejo de Apoyo: Maite de Miguel, José G.Bravo, Nerea Olaziregi, Adolfo Ribas RESUMEN Latinoamericano es una publicación editada por ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE CULTURA POPULAR: Dirección Postal: País Vasco: Ap. Correos 5257 Donostia-San Sebastián (2018). Argentina: resumen@nodo50.org Impresión en Argentina: Imp. El Diario del Viajero. Impresión en Europa: Imcodávila S.A. Depósito Legal: AV-88-1993.
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Testamento del Presidente Ho Chi Minh Un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero
E
n la lucha antiyanqui y por la salvación nacional, en realidad tendremos que soportar más dificultades y sacrificios, pero estamos seguros que obtendremos la victoria total. Esta es una certeza absoluta. Es mi intención, cuando ese día llegue, realizar una gira por el Norte y el Sur para felicitar a nuestros heroicos compatriotas, cuadros y combatientes, y cumplimentar una visita a nuestros ancianos, a nuestros bienamados jóvenes y niños. Luego, en nombre de nuestro pueblo, visitaré los países hermanos del campo socialista y los países amigos en todo el mundo, para agradecerles su apoyo sincero y la asistencia ofrecida a la lucha patriótica de nuestro pueblo contra la agresión norteamericana. Tu Fu, el muy conocido poeta chino de la dinastía Tang, escribió: “Desde tiempos remotos, son pocos los que viven 70 años”.Este año, con mis 79 años, me encuentro ya entre estos “pocos”. Todavía mi mente se mantiene lúcida, aunque mi salud está un tanto quebrantada en comparación con los años anteriores. Cuando uno está al lado malo de los 70, la salud se deteriora con la edad. Esto no es extraño.Pero, ¿quién puede predecir por cuánto tiempo podré seguir sirviendo a la revolución, a la Patria y al pueblo? Esta es la razón por la cual dejo estas pocas líneas con anticipación al día cuando parta y vaya a sumarme al venerable Karl Marx, Lenin y otros revolucionarios mayores. De esta forma, nuestros compatriotas en todo el país, los camaradas del Partido y nuestros amigos en el mundo no se sorprenderán. Ante todo, hablaré del Partido : Desde su fundación, gracias a su estrecha unidad y su
total consagración a la clase obrera, al pueblo y a la patria, nuestro Partido ha podido unir, organizar y dirigir a nuestro pueblo en una ardiente lucha y conducirlo de victoria en victoria. La unidad es una tradición sumamente preciosa de nuestro Partido y de nuestro pueblo. Todos los camaradas, desde el Comité Central hasta la célula, deben preservar la unidad monolítica dentro del Partido como a la niña de sus ojos. Dentro del Partido, lograr una amplia democracia y practicar la autocrítica y la crítica regular y seriamente es el mejor camino para consolidar y desarrollar la unidad y cohesión dentro del Partido. Un verdadero afecto, debe prevalecer entre todos los camaradas . Nuestro Partido está en el poder. Cada miembro del Partido, cada cuadro debe estar profundamente imbuido de la moral revolucionaria y demostrar laboriosidad, economía, integridad, rectitud, consagración total a la causa pública y un desinterés ejemplar. Nuestro Partido debe preservar su pureza absoluta y debe ser digno de su papel como dirigente y muy fiel servidor del pueblo. Los miembros de la Unión de Jóvenes Trabajadores y nuestros jóvenes en general son de excelente naturaleza, apasionados por contribuir de voluntarios en las tareas de vanguardia, no se arredran ante las dificultades y luchan por el progreso. El Partido debe consagrarle gran atención a su educación en la moral revolucionaria, y entrenarlos como continuadores “rojos” y “expertos” en la construcción del socialismo. Entrenar y educar a las generaciones revolucionarias venideras es una tarea sumamente importante y necesaria. Nuestro pueblo trabajador , en los llanos y en las montañas, ha padecido durante gene-
raciones, penalidades, opresión y explotación feudal y colonialista, y además ha experimentado muchos años de guerra. Sin embargo, nuestro pueblo ha demostrado gran heroísmo, gran coraje y ardiente entusiasmo y es muy laborioso. Siempre ha seguido al Partido desde que éste surgió, y siempre le ha sido fiel. El Partido debe elaborar un excelente plan para el desarrollo económico y cultural con vistas a elevar constantemente el nivel de vida del pueblo. La guerra de resistencia contra la agresión norteamericana podrá prolongarse todavía. Nuestros compatriotas posiblemente tengan que soportar nuevos sacrificios en términos de propiedad y de vidas humanas. En todo caso, debemos estar resueltos a luchar contra los agresores norteamericanos hasta la victoria total. “Nuestros ríos, nuestras montañas, nuestros hombres siempre quedarán. Derrotados los yanquis, construiremos una Patria diez veces más hermosa.” No importa cuántas dificultades y penalidades nos depare el futuro, nuestro pueblo está seguro de que obtendrá la victoria total. Los imperialistas norteamericanos tendrán que retirarse. Nuestra Patria será reunificada. Nuestros compatriotas del Norte y del Sur se reunirán bajo el mismo techo. Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de una lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos - el francés y el norteamericano - y ha hecho una digna contribución al movimiento de liberación nacional.Sobre el movimiento comunista internacional: Habiendo consagrado toda mi vida a la causa de la Revolución, tanto más orgullo me siento de ver el desarrollo del movimiento comunista y obrero
internacional y tanto más profundamente apesadumbrado me siento por las discordias que están dividiendo a los Partidos hermanos. Deseo que nuestro Partido haga todo lo posible por contribuir eficazmente al restablecimiento de la unidad entre los Partidos hermanos sobre la base del Marxismo-Leninismo y del internacionalismo proletario, en una forma acorde con las exigencias del corazón y de la razón.Estoy seguro de que los Partidos y los países hermanos se unirán de nuevo. Sobre asuntos personales : Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no tengo nada de qué arrepentirme. Sólo siento no poder servir más y por más tiempo. Después de mi muerte los grandes funerales deben ser evitados para no derrochar el tiempo y el dinero del pueblo. Finalmente, a todo el pueblo, a todo el Partido, a todo el ejército, a mis sobrinos y sobrinas, a los jóvenes y niños les dejo mi cariño infinito. Deseo también trasmitir mis fraternales saludos a los camaradas, amigos, jóvenes y niños en el mundo. Mi último deseo es que todo nuestro Partido y pueblo, unidos estrechamente en la lucha, construyan un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero y hagan una valiosa contribución a la Revolución mundial.
Ha Noi, 10 de Mayo de 1969 Ho Chi Minh
“Mi último deseo es que todo nuestro Partido y pueblo, unidos estrechamente en la lucha, construyan un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero y hagan una valiosa contribución a la Revolución mundial.”
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