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/ Equidad de Género

existen diversas instituciones como lo son el INE, la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (FEPADE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la Comisión Nacional para prevenir y erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), entre otros que se encargan de dar atención, canalización y solución a casos relacionados con este tipo de violencia, instancias en donde las mujeres que radican en la ciudad y cuentan con más acceso a las redes sociales y medios de comunicación, tienen mas facilidades de denunciar.

Sin embargo, la historia es distinta para las mujeres que somos originarias de una comunidad indígena, de un pueblo que tiene su propia forma de gobierno, en donde impera el machismo y existen muchos paradigmas acerca de la participación de las mujeres en la vida pública. Pues hay poblaciones en dónde incluso, rechazan que las mujeres accedan a participar por el hecho de ser mujeres o bajo la duda que tengamos la experiencia, capacidad, redes de contacto, el conocimiento para ejercer un cargo de representación popular y la economía suficiente para coaccionar el voto duramente las contiendas electorales y es aún peor cuando quienes buscamos participar somos mujeres indígenas o mujeres jóvenes; pues se hace un cuestionamiento más fuerte sobre nuestra capacidad para estar frente a un pueblo y estos comportamientos ponen retos muy grandes a la democracia.

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Para estar en condiciones de detectar la violencia política contra las mujeres en razón de género, es indispensable tomar en cuenta que ésta se encuentra normalizada y, por tanto, invisibilizada. Y puede constituir prácticas tan comunes que no se cuestionan, tanto que hay quienes comenten este tipo de violencia de manera inconsciente y que se dejan llevar por actores que tienen toda la intención de violentar políticamente a una mujer. La violencia política en razón de género se puede cometer en contra de una o varias mujeres, en su mayoría de un hombre hacia una mujer, pero sucede en pares, pues también las mujeres pueden ejercer violencia política en razón de género en contra de otras mujeres por creer que sus posibilidades económicas o estatus social les dan más poder para poder violentar.

La violencia política contra las mujeres puede incluir, entre otras, violencia física, psicológica, simbólica, sexual, patrimonial, económica o feminicida, y es necesario cuestionarse ¿Tenemos que esperar hasta que más mujeres pierdan la vida para visibilizar este tipo de violencia? No, hoy más que nunca debemos feminizar la política y reconocer la importancia de la participación de las mujeres en la vida pública de sus entornos, garantizando mayor igualdad en las condiciones de participación de las mujeres, en donde nos sintamos respaldadas en la lucha por el bien común; pues debe quedar claro que esta lucha no es de las mujeres contra los hombres y mucho menos de una mujer contra otra, es una lucha que cada mujer vive desde una realidad distinta, tratando de vencer a los cacicazgos, al abuso desmedido de poder y a la injusticia de lucrar con los recursos de un pueblo. Pues quienes hemos encabezado estas luchas en busca de un pueblo libre, un gobierno justo y que nos han señalado y dicho que no, hoy estamos más fuertes que nunca alzando la voz por las que ya no están y han perdido la vida en este caminar, pero también por las que día a día son víctimas de violencia política en razón de género y tienen miedo de denunciar.

Redes Sociales:

Seguiremos exigiendo que las instituciones y el gobierno jueguen un rol definitivo en nuestra defensa y nos den las herramientas para liberarnos de todas las violentadoras y violentadores políticos que buscan normalizar sus acciones en nuestra contra y en contra de nuestras comunidades. Por mas mujeres en el poder y más mujeres en la vida política de México, de Oaxaca y de las comunidades indígenas.

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