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Lo que no se ve

Cuando era niña, una de mis caricaturas favoritas eran los ositos cariñositos (care bears) y una de las cosas que más me llamaba la atención, eran los personajes antagónicos, pues el secuaz siempre tenía la mejor idea para atacar a los ositos, pero la “mala” contestaba “tengo una mejor idea” y repetía exactamente lo que su ayudante acababa de decir, pero lo hacía mal y por eso nunca podían ganar. Y a poco más de un mes de la nueva administración de gobierno, es como escuchar a cada momento a las y los nuevos titulares de las diferentes instituciones decir “tengo una mejor idea” y terminan descomponiendo lo que ya funcionaba.

Dicen que la experiencia no siempre es sinónimo de eficiencia, así como la juventud tampoco es sinónimo de innovación, el asunto es que la decisión del titular del ejecutivo estatal de posicionar a jóvenes al frente de algunas instituciones no ha favorecido los primeros días de operatividad, pues ante su inexperiencia y desconocimiento de los quehaceres de sus instituciones, así como de la necesidad de hacer ver que el nuevo gobierno da resultados, termina siendo todo un caos.

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Todo lo anterior, aunado al pago de “cuotas” que esta pesando en la asignación de cargos, así como también la necesidad de acomodar a la familia y personas cercanas en espacios estratégicos con miras a las próximas elecciones presidenciales, en las que el partido que mucho criticó los 70 años de continuidad del PRI, ahora pretende arraigarse en el poder (y que conste que son diferentes), ha frenado el trabajo de las instituciones.

Como resultado de toda esta improvisación, hemos visto un zócalo citadino libre de manifestantes, pero una presión a las instituciones por parte del titular del ejecutivo de improvisar acciones para quedar bien con los grupos sociales y hacer ver que existe gobernabilidad y pronta resolución.

Aunado a todo ello, con la política de austeridad, ya varias instituciones de gobierno han comenzado a resentir el impacto de decisiones mal tomadas, pues se ha obligado al personal a salir a cubrir comisiones con medio viático, es decir, los obligan a viajar de madrugada, llegar a las comunidades, muchas a más de 8 horas de distancia, realizar su trabajo y regresar inmediatamente para evitar pagar un viático completo, eso sin omitir que deben reportarse a su jornada laboral completa al día siguiente.

Eso, lejos de ser una política de austeridad, pareciera más bien una nueva forma de explotación en donde las condiciones laborales no importan, mucho menos la integridad de las y los trabajadores, que ante la necesidad de un ingreso, ponen en riesgo su salud e, incluso, su vida viajando en estas condiciones.

Y si de salud hablamos, no se debe omitir que ante el aumento de contagios de covid-19 en las oficinas, las y los trabajadores pasan más de medio día enfermos en interminables filas en las instituciones de salud “aprobadas” para poder obtener un justificante que solo los incapacita y justifica por un par de días, de los cuales, uno lo pasan haciendo fila y el otro tratando de recuperarse para regresar a sus funciones al tercer día.

*Licenciada en Comunicación con maestría en psicoterapeuta humanista; en su experiencia profesional a combinado la Educación y la Comunicación. Disfruta escribir y decir lo que piensa. pino.michelle@gmail.com

Así, a poco más de 30 días del nuevo gobierno, es como va pintando el panorama para el resto del sexenio; esperemos que las y los titulares aprendan rápido sus quehaceres y que al cabo de seis meses, no los veamos desfilar para integrarse a la campaña en busca de puestos más altos y se tenga que volver a empezar de “cero”, y que todos estos “detalles” al momento de las elecciones para la ciudadanía todo esto no sea algo más de lo que no se ve…

Comunicación que despier ta emociones

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