LATOK ESCALADAS EN PAKISTÁN || DOSSIER CORDILLERA BLANCA MALI LA MANO DE FÁTIMA || DIEGO MARSELLA ENTREVISTA SHISHAPAGMA ESTILO ALPINO || PIEDRA PARADA PARAÍSO DE ROCA
ISSN 1851-9954
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DICIEMBRE 2008
ARG $20.00
REVISTA DE MONTAÑA
ARGENTINA
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ESCALADAS EN PAKISTÁN TEXTO
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LATOK EN EL AÑO 2005 ESTUVIMOS EN LAS ENORMES Y VÍRGENES MONTAÑAS DEL KARAKORUM, MÍTICA REGIÓN MUY CONOCIDA POR EL K2, LA SEGUNDA CUMBRE MÁS ALTA DEL MUNDO. ESTOS LUGARES TAN POCO EXPLORADOS PUEDEN OFRECER MUCHAS POSIBILIDADES DE REALIZAR PRIMERAS ASCENSIONES A MONTAÑAS DE MÁS DE 7000MTS. O ESCALAR GRANDES PAREDES DE EXCELENTE GRANITO. LATOK I, DE 7100MTS., ERA EL OBJETIVO PRINCIPAL.
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Más de 3000mts. de desnivel con un prontuario poco alentador. En el año 1978 John Doninni, Jeff Lowe y Michael Kennedy fueron los primeros en intentarlo y los que más alto llegaron. Desde ése, muchos han intentado este espolón, que hasta fue llamado espolón Walker, como la vía en el Dru en Chamonix. El acceso es relativamente fácil. Se inicia por el mismo lugar que las Torres del Trango, el K2, Broad Peak y G I y II. Se llega en jeep hasta Askole y luego de pasar por el Baltoro Valley hasta Khorphon Camp, se toma a la izquierda por el glaciar Panham hasta el Choltoc. En total cincos días de aproximación. Los hermanos Damián y Guillermo Benegas, argentinos pero residentes en EEUU, actuales atletas del Team North Face, habían estado el año anterior pero el tiempo los obliPAGINA SIGUIENTE. Explorando el glaciar Choltoc.
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gó a bajarse. Decidieron volver al siguiente año pero con
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IZQUIERDA. Transporte típico de Pakistán. Camino a Scardu.
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DERECHA ARRIBA. Puesto de especias en Scardu.
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DERECHA ABAJO. Porteador en el Glaciar Choltoc.
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PAGINA SIGUIENTE. Vista del glaciar Choltoc, en el fondo la cara norte del Latok I y a la
derecha el Ogro entre nubes.
más apoyo y en una cordada de tres. El 2005 fue un año muy nevador de modo que había que planear una expedición diferente. Confiados en la experiencia del primer viaje, sabíamos que teníamos que estar preparados para todo. El plan era escalar todas las montañas vecinas hasta que las condiciones del Latok fueran ideales. Pensar en Paquistán, en el Latok I, me creaba una gran incertidumbre y algo de miedo. El asombro me llegó apenas toqué Islamabad, cuando al mirar hacia la pista del aeropuerto vi dos guardias con ametralladoras paseándose de la mano… el Islamismo no iba a parar de sorprenderme durante toda mi estadía en aquél país. Treinta grados positivos y una humedad del 80% eran una muy buena excusa para no salir del hotel, pero teníamos que organizar la expedición con la empresa que se iba a encargar de la logística. Fueron dos reuniones muy largas de casi todo el día afinando detalles y en donde conocimos a nuestro guía y oficial de enlace, Arafhat. Él nos acompañaría a todos lados: tener un buen intérprete hace que las cosas salgan como uno quiere.
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La estadía en Islamabad se hacía cada vez más larga para
tación de la Embajada Argentina a cenar. No sé cómo se
mi gusto. Lo próximo sería una reunión con el gobierno Pa-
enteraron pero ahí estábamos, tomando cerveza y comien-
kistaní para la obtención del permiso. Nos pareció extraño
do pizzetas con el embajador Eduardo Sarabia. Él estaba
ver su sorpresa cuando les explicamos de qué montaña se
algo enterado de la actividad de la montaña, aunque no por
trataba; al no ser un destino muy conocido nos mataron a
un motivo muy grato, sino por la muerte de nuestra amiga
preguntas. Tuvimos suerte de que en la reunión se encon-
Nancy Silvestrini, primera argentina en subir un ocho mil, el
trara el primer Pakistaní en subir el K2; él sabía la historia
G I. Con mucho interés se puso a nuestra plena disposición,
de esta montaña y nos agilizó el trámite.
y así fue, mantuvimos contacto telefónico todo lo que duró
Cuando pensamos que habíamos terminado, llegó la hora
la expedición.
de ir con los militares encargados de los rescates aéreos.
Tres horas de vuelo letales, un duro viaje de Islamabad a
La reunión fue breve y directa, tanto que tuvimos que dejar
Scardu. El avión se sacudía a más no poder, pero nada
un depósito de tres mil dólares en caso de que fuera nece-
comparado al viaje de dos días por la estrecha Karakorum
sario hacer uso del helicóptero; y eso no era todo ya que
Highway.
de usarlo necesitaríamos las banderitas correspondientes
Scardu, con un clima y geografía similar a nuestra Cordille-
para un aterrizaje, señalador del viento y otras cositas, pero
ra de los Andes, me hacía sentir en casa. Se respiraba aire
no se preocupen, nos dicen, es un préstamo, aaaah! muy
de Montaña. Nos alojamos en el Hotel K2, lleno de historia
bueno… claro que tienen que pagarnos un alquiler de dos-
por sus muros; cada expedición que visitaba el hotel deja-
cientos dólares, uuuuuh! Nos pelaron. Nos habían agarrado
ba su testimonio expuesto como cuadros y fue muy bueno
de sorpresa y el presupuesto se acortó instantáneamente.
encontrar nombres conocidos allí. Los mendocinos y san-
La noche antes de partir para Scardu, recibimos la invi-
juaninos que estuvieron en el Broad Peak dejaron un lindo
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IZQUIERDA. Vista del Espol贸n del Indio desde el CB.
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ABAJO. Fijando cuerdas en la rimaya del Latok I para el primer intento.
Ebnjbo!Cfofhbt PAGINA OPUESTA ARRIBA. En la rimaya del Latok I.
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PAGINA OPUESTA ABAJO. Vista de la imponente cara norte del Latok I.
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recuerdo y en mi cabeza resonó una pregunta de la que ya conocía la respuesta, ¿por acá también estuvieron mis amigos?... También sabíamos que una expedición argentina estaba yendo al Broad Peak y G I, pero la sorpresa fue grande al encontrarlos en Scardu. Pasaron y pasaron las pavas de agua, el mate al rojo no para de sonar, nos matamos de risa, compartimos una tarde de compras y un asado por la noche, “asado a la paquistaní”. Solo duró un día pero la intención fue muy buena. Y así nos separamos, ellos dos días adelante partieron para Askole. Nos quedaba mucho por hacer, éramos dos y faltaba el comodín de la expedición, Willy, que se había retrasado porque estaba coronando su quinta cumbre en el Everest, y nuestro premio por eso era liberarlo de toda la movida de logística, que es la parte más fea, al menos para mí.
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PAGINA ANTERIOR. Damián escalando el quinto largo de la Vía Italiana en el Espolón
del Indio.
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DERECHA ARRIBA. Escalando en la vía italiana con arnés improvisado.
Ebnjbo!Cfofhbt DERECHA ABAJO. Willy y Damián remontando el décimo largo de la Vía Italiana.
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Al fin llegó el momento de partir para el Monte. Willie ya estaba con nosotros y al otro día nos esperaba una jornada demoledora en jeep hasta Askole. Nueve horas demoramos en recorrer menos de 100 kilómetros, fatal pero hermoso. Yo no paraba de sacar fotos. En un momento me encontré tratando de tomarles fotos a las mujeres, pero eran más rápidas que mi dedo. Sus costumbres no permiten que las mujeres se muestren y menos aún a un extranjero con cámara de fotos y filmadora. El Islam es muy duro con esto y siempre hay que cuidar que los hombres no duden de tus intenciones, se ponen locos enseguida y claro, no llegamos hasta acá para crear problemas. Casi los tuve cuando sin darme cuenta filmé a unas mujeres que se taparon el rostro rapidísimo, y de toque un hombre se puso como loco; cómo explicarle que había sido sin querer, en fin, opté por irme rapidito. En Askole conocimos al capo del pueblo, un viejo muy amable que nos albergó en su casa agradecido porque le donamos dos cajas de medicamentos. A puro chay y huevo duro, dieta clásica en estos rincones, compartimos un buen momento y de paso obtuvimos la autorización para sacarles fotos a las mujeres, pero por más permiso que tuviéramos, preferimos respetar su cultura. Al otro día era la hora de empezar a caminar y poner nuestra cabeza en el objetivo. Para mover nuestro campamento hasta el base debimos contratar a cincuenta porteadores; no parecía que fuera mucho equipo pero ahí estábamos, metidos en una caravana muy copada. Fueron tres noches hasta el campo base y lo disfruté muchísimo. Cincuenta porter, un cocinero, un ayudante y nosotros era el equipo, puros machos. Me di cuenta en esos días de quién era el jefe de los porteadores, el loco no cargaba nada y cobraba como los demás, daba
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IZQUIERDA ARRIBA. Aproximando al Viarachi.
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IZQUIERDA ABAJO. Escalando en el Viarachi sobre nieve profunda. PÁGINA SIGUIENTE. Vista de la torre Viarachi desde el glaciar.
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órdenes y los otros callaban. Después estaban los cazadores que cada día se adelantaban buscando animales, pero no tuvieron éxito. La muchachada estaba nerviosa, la falta de carne los tenía medio distraídos, por no decir otra cosa, había que hacer algo, y tuvimos suerte de encontrar a un pastor haciendo la veraneada. Le compramos una vaca vieja y flaca que no duró más que un día, lo suficiente para matar el hambre. La aproximación es increíble, montañas por todos lados de más de 7000mts, tapias de granito en todas las laderas y al fondo un espectáculo increíble: de izquierda a derecha, Latok I y II y luego el mítico Ogro. Me quedé mudo, sin palabras y sin aliento y con un cagazo terrible y la voz finita dije, -¿cuál es?, -ese! me dice Damián… uuuuuh! nunca en mi vida vi paredes tan grandes, ahora me replanteo todo!!! Será cuestión de aclimatación, habrá que aclimatar la vista. Había un tema que todavía estaba sin resolver y que con el correr de los días se iría empeorando. Al llegar a Islamabad, la British Airway nos había perdido un bolso de 30 kilos lleno de equipo de hielo, cuerdas, arneses y crampones. Confiados en que iba a aparecer seguimos viaje dejando una persona encargada de enviarlo a la montaña. Cuando llegamos al base y el bolso no aparecía nuestra intranquilidad comenzó a crecer, pero en un momento nos comunican que apareció y que ya estaba en camino. Relajados nos dispusimos a esperar. A los pocos días llega un porteador con el supuesto bolso… la cara se nos cayó cuando vimos que el bolso era una mochila carguera de caños llena de repuestos de computadoras viejas, ¡se equivocaron muy feo! Llama-
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mos a la British nuevamente y les dijimos de todo, pero ya
de 700mts. de perfecto granito sin ascenso. Abrimos dos
cansados decidimos cortar por lo sano e hicimos enviar un
rutas: la primera seguía una arista muy fácil pero súper
nuevo bolso de EEUU. El saldo fueron: tres horas de teléfono
divertida y la segunda ya era algo más vertical con una
satelital, un cargo a Paquistán, y lo más duro, la pérdida de
dificultad de poco más de 6b del mejor granito. Diecisiete
quince días irrecuperables.
largos en total, puro disfrute. A la torre la llamamos Tony en
Teníamos esquíes para movernos en el glaciar y así empe-
memoria de la cabra que nos acompaño en la expedición.
zó la aclimatación, haciendo travesías con las tablas. Pudi-
Teníamos el dato de una vía que unos italianos habían
mos observar la pared del Latok desde todos sus ángulos, y
abierto justo frente a nuestro campamento. Era una arista
por todos lados se veía muchísima nieve y hongos. La ruta
de 900mts. Salimos como un rayo para arriba con la idea
completa estaba cortada por esas grandes flores, que caían
de sacarla en el día pero resultó más dura de lo que se veía.
todo el tiempo. Era todavía temprano para entrar a la pa-
No parábamos de escalar, le dimos hasta la noche y justo
red, así que lo único que podíamos hacer era fijar la primer
llegando al final nos esperaba un duro vivac, incomodo y
rimaya que estaba fácil, para que nos quedara más cómodo
con muy poca ropa y a eso sumarle que nevó toda la noche.
para montarnos, previendo que se podía caer en cualquier
Fue una gran curtida, y esto recién empezaba.
momento. Así comenzó la escalada; del equipo de roca todo
La tercera escalada la diseñamos para ir a unas torres vírge-
lo que teníamos era solo un par de zapas de escalada y dos
nes llamadas Viarachi. La cumbre más pequeña tenía un as-
pares de crampones. No había otra opción que entrarle a la
censo, no teníamos en claro quien había sido, y la decisión
roca y eso sonaba muy bien. Empezamos por la tapia que
fue rápida, vamos a la que nadie haya escalado. Era una
teníamos detrás del campamento, la del fondo. Se trataba
montaña de más de 6200mts, novecientos metros de pared.
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PAGINA SIGUIENTE. Matías Erroz y Willy Benegas en la primera ascensión del Viarachi
(6200 mts.).
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NUNCA EN MI VIDA VI PAREDES TAN GRANDES, AHORA ME REPLANTEO TODO!!! SERÁ CUESTIÓN DE ACLIMATACIÓN, HABRÁ QUE ACLIMATAR LA VISTA.
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El tema es que era todo hielo, y el equipo era muy poco, solo
Al fin llegó el equipo de EEUU, ahora sí llegaba la hora de la
tres tornillos y dos estacas, y uno se tenía que quedar ya
verdad. El próximo objetivo era ahora el Latok. Trabajamos
que no teníamos crampones para tres. Al final fuimos Willy y
un día para fijar todos los metros de cuerda que teníamos,
yo. Salimos del base en esquíes y tuvimos que remontar un
unos 200mts. La primer parte de la pared es todo roca, son
glaciar lleno de grietas bastante incomodo por la derecha
unos 1000mts. más o menos y después se viene el baile, la
de la montaña, hicimos campamento en la base y confiados
nieve, el hielo y las combinaciones entre ellas y la roca.
dijimos “ésta sale en pocas horas”… Salimos a las seis de
Un petate, una hamaca y provisiones para cinco días era
la mañana y eran las tres cuando hicimos cumbre. Fue muy
lo que teníamos que subir, y equipo para hacer dulce. No
duro. Doscientos metros de hielo durísimo con tres tornillos
estábamos livianos; las mochilas también estaban pesa-
nos ocupó un buen rato pero el tema llegó cuando en el filo
ditas. Así salimos para arriba. Pasamos los 200mts. de
cumbrero encontramos nieve hasta la cintura. Me puse el
cuerdas fijas y empezamos a escalar. No estaba nada fá-
chip de caterpiller y le di como loco, pero quemé a los pocos
cil, tuvimos que rodear muchos champiñones y atravesar
pasos. Hacíamos tramos de diez metros para poder nadar
otros. No era un muy buen comienzo y ya nos estábamos
en esa nieve. Después de unas horas estábamos en la cum-
imaginando lo que vendría más arriba. Tardamos dos no-
bre. Era un labio muy expuesto, pero en realidad habría que
ches para superar la parte de roca, bastante más de lo
preguntarle a Willy ya que él lo vió desde abajo, porque en la
planeado. Cambiamos de calzado, crampones y piquetas
cumbre se le cortó y desapareció. Tuvo suerte de encontrar
entraron a la cancha y entramos por el canal de descarga
una repisita, si no hubiera sido así, no la estaría contando
de un gran serac que el día anterior había tirado muchas
ahora. Pero el baile empezó cuando comenzamos a bajar
avalanchas. Salimos temprano y avanzamos por doscien-
sin poder hacer nada para rapelar. La técnica fue desesca-
tos metros de un muy buen hielo; estábamos en un medio
lar… tardamos más que en subir.
caño de más de dos metros de alto. Llegamos justo debajo
DOSCIENTOS METROS DE HIELO DURÍSIMO CON TRES TORNILLOS NOS OCUPÓ UN BUEN RATO PERO EL TEMA LLEGÓ CUANDO EN EL FILO CUMBRERO ENCONTRAMOS NIEVE HASTA LA CINTURA.
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PAGINA ANTERIOR. Ultimo Largo alcanzado en el intento al Latok I, en plena retirada con
mucho calor y peligro de avalanchas.
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DERECHA ARRIBA. Willy en la cumbre del Espolón del Indio en medio de la tormenta.
Nbujbt!Fssp{ DERECHA ABAJO. Después de bajar del Viarachi.
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HABÍAMOS IDO MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES, LA MONTAÑA YA NOS HABÍA ADVERTIDO DE LO QUE PODÍA TIRAR, Y LO DIGO LITERALMENTE.
de un serac que desplomaba mucho, imposible de atravesar, le buscamos una pasada por la derecha, hicimos un largo de 50 metros horizontal, pero nos olvidamos del petate; nos llevó más de una hora pasarlo por todos los canales de descarga pero al final lo logramos, aunque igualmente no pudimos pasar. Probamos hasta que un desprendimiento se llevó puesto a Willy. Ya no había chance, era hora de bajar y rápido, era medio día y se estaba cayendo todo. Optimizamos el equipo como para rapelar, y largamos el petate con todo para abajo, fue genial, le cortamos la cuerda y se fue, confiábamos en que lo íbamos a recuperar en la base y así empezamos a rapelar. Fue rápido, a la una de la mañana estábamos en la base, al petate lo encontramos entero, algo roto pero sin perder nada. Bien sabíamos que no había chance de volver a intentar el Latok. No había muy buen humor. Los melli estaban deprimidos, era su segundo intento y no habían podido alcanzar ni siquiera la altura de la primera vez, y lo digo sin exagerar, no querían ni salir de la carpa. No había nada más que hacer, las condiciones estaban extremadamente peligrosas. Habíamos ido más allá de los límites, la montaña ya nos había advertido de lo que podía tirar, y lo digo literalmente. En una, un hongo se vino de las alturas y nos agarró en la base, por suerte les pego a las mochis y los esquíes; luego nos sepulto un relevo con todo el equipo. Fueron muchas las señales, hicimos lo que pudimos. Personalmente ya estaba satisfecho, habíamos escalado muchísimo. Era hora de regresar y encontrarse cada uno con los suyos. En menos de siete días, incluyendo tres días en la Karakorum High Way ya estaba en casa, con un par de kilos menos y con la ropa volando. Empezó el descanso, por supuesto sin dejar de escalar. Me dejó y lo dejé todo, el ciclo estaba completo.
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