Monte San Lorenzo - Oriol Baró

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ISSN 1851-9954

ABRIL 2009

ARG $20.00

SAN LORENZO NUEVA VÍA || DOSSIER LOS GIGANTES CÓRDOBA MARATÓN PATAGÓNICA TEMPORADA 2008-2009 || ENTREVISTA NICOLAS BENEDETTI VILCANOTA EXPLORACIÓN EN PERÚ || USHUAIA VÍA YAGAN || DOSSIER FOTOGRÁFICO BERNARDO GIMÉNEZ

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ARGENTINA

REVISTA DE MONTAÑA


UN SIETE MIL EN LA PATAGONIA TEXTO

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FOTOS

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San Lorenzo EN ESTOS TIEMPOS QUE CORREN, EL ALPINISMO LLAMADO DE ALTO NIVEL EN ESPAÑA, ESTÁ MUY INFLUENCIADO POR EL “OCHOMILISMO”. CUANDO LA MAYORÍA DE LOS GIGANTES DEL HIMALAYA SE SUBEN POR SUS RUTAS NORMALES INFESTADAS DE CUERDAS FIJAS, EN LOS ANDES, ASIA O NORTEAMÉRICA, HAY MUCHAS MONTAÑAS PARADAS QUE SE AFRONTAN DE MANERAS MUCHO MÁS LIMPIAS. PERO COMO SIEMPRE EN ESTE MUNDO LA PLATA ES LA QUE MANDA, Y UNA EXPEDICIÓN CARA SUELE SIGNIFICAR UNA EXPEDICIÓN IMPORTANTE, LA QUE BUSCA PATROCINIO PÚBLICO, LA QUE PAGAREMOS ENTRE TODOS CON NUESTROS IMPUESTOS.

BSHFOUJOB Qbubhpojb La temporada pasada en Chaltén, cayó en mis manos un librito azul de Silvia Metzeltin con una foto de portada impresionante: era el cerro San Lorenzo y parecía por lo menos, un sietemil del Himalaya. Este verano pasado en el Pirineo, hablando con Jordi Corominas de nuestro proyecto y viendo las fotos que nos mandó Rolo Garibotti, pensamos que con la espectacularidad de estas imágenes podríamos inventar toda una mentira sobre el San Lorenzo al que le llamaríamos “Chinchan”, tendría 7600m, estaría en el Tíbet y la expedición nos costaría dieciochomil euros. Endulzando un poco la historia, seguro que algo de plata conseguiríamos y nos podríamos quedar en el Chaltén toda la temporada, sin tener que volver a casa a trabajar, como mandan las leyes del temporero de montaña.

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ARRIBA. El espolón este, al amanecer del primer día de buen tiempo.

CALAFATE

níamos la comida y el combustible para estar un mes en la base del San Lorenzo, además estábamos dispuestos a

El día de la primavera llegábamos a El Calafate. Nunca ha-

portear. Pero cómo llegaríamos hasta el parque Perito Mo-

bía estado en la Patagonia tan pronto, todavía se veía nieve

reno, 400 kilómetros al norte del Calafate?

en los cerros cercanos a la ciudad. A las pocas horas de

Teníamos varias opciones, todas caras o incomodas, pero

aterrizar ya nos comíamos un asado en casa de Manza y

al final un amigo de la Rubita nos podía llevar con su “cha-

Paula. Gracias a todos los amigos, la vida en Calafate era

ta” y ayudarnos a portear; perfecto!!!

como estar en casa. Después de los tres estresantes días

Últimos preparativos, acordar la hora con el Pelado y el día

en Buenos Aires, un poco de bulder en “Puerto Irma” y

24 a las siete de la mañana salíamos.

unos larguitos en el cerro Comisión nos desentumecieron el cuerpo. Además de recordar las semanas que pasamos

RUTA 40

juntos en tierras de los yankees y cómo los argentinos me salvaron de tener que aprender inglés a marchas forzadas.

Ya hace algunos años que visito la Patagonia, y las historias

La logística de la expedición se iba solucionando, ya te-

que me han contado sobre esta ruta son muy numerosas;

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por fin este año recorreríamos una parte de tan mítico camino. El viaje se hace ameno, cebándole mate al Pelado y ad-

ARRIBA. El Pelado y Oriol vadeando uno de los brazos del río Lácteo en las inmediaciones del campamento. ABAJO. Oriol cruzando la laguna antes del glaciar Lácteo.

mirando la inmensidad de la pampa; la 40 ya no es toda de ripio, y eso se agradece. A la altura del lago Cardiel, un nombre nos da que pensar: es la estancia “la Siberia”, realmente… Pero los kilómetros pasan y al dejar la Ruta Nacional para adentrarnos en la cordillera, el estado del camino empeora. El Pelado nos impresiona con su conducción y después de grandes lodazales llegamos al centro de visitantes del Parque Perito Moreno. Parece que hemos tenido suerte, hace tan solo tres días que los guarda parques pueden llegar hasta aquí en camioneta, cinco kilómetros más adelante nos veremos obligados a detenernos. El vadeo que tenemos delante ya es impracticable y montamos el campamento en medio del camino. Preparar las cargas para mañana, una buena cena y a dormir, todo esto acompañados por el viento patagónico, que ya ha llegado. Estos días atrás en Calafate me sorprendía la

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PÁGINA SIGUIENTE. Cara este desde la cumbre del Cerro Hermoso.


ausencia del viento, pero ya en la pampa se hizo notar.

encontrábamos armando nuevamente las mochilas, pues el

El porteo no es del todo desagradable, pensábamos que

sol brillaba y el barómetro seguía subiendo.

nos mojaríamos más los pies, pero como todavía hace frió

Con el amanecer del día 28 de septiembre emprendimos la

los mallines están relativamente duros, solamente el se-

marcha, “alpine style”, de ese con las botas gordas pues-

gundo día el Pelado y yo buscando un camino más directo

tas, comida para tres días y material para rapelar la pared

metemos la pierna hasta la rodilla. Después del segundo

pues no conocíamos la normal ni teníamos las coordenadas

porteo, probando si funciona el teléfono satelital, recibi-

para el GPS.

mos un mensaje de Rolo: mañana mejora el clima y des-

La laguna donde nace el río Lácteo estaba totalmente con-

pués tres días buenos!!!

gelada, lo que nos facilitó en gran medida la marcha. Los témpanos que se habían desprendido antes del invierno es-

AMENAZA BUEN TIEMPO

taban varados por el hielo y le daban al lugar un ambiente antártico.

Maldita tecnología, cómo unas pocas palabras en la panta-

La vista de la cara sureste del San Lorenzo no dejaba de

llita del “Iridium” nos pueden estresar tanto. Esa noche el

impresionarnos, a medida que nos acercábamos íbamos

Pelado se quedó todavía en nuestro campamento; yo estaba

comprendiendo sus dimensiones y si no fuera por el serac

realmente nervioso y sin la ayuda del cigarrito marroquí no

que amenaza todas las posibles rutas, ésta sería una de

hubiera podido conciliar el sueño. El día amaneció helado.

las paredes del futuro. Aunque un par de puntos débiles y

Nos despedimos de nuestro amigo y enfilamos el ya fami-

más o menos seguros ya tiene, la verticalidad y sucesión de

liar camino hasta nuestro campo base. Sin poder disfrutar

canales blancos nos recordaba el Siula Chico… pero cómo

tranquilamente de la belleza del lugar, esa misma tarde nos

se puede pensar en armar una hamaca en este lugar?

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Antes del mediodía ya estábamos en el inmenso collado que da acceso a la cara este del cerro desde el glaciar Lácteo. El viento todavía no había cesado por completo y bien abrigados empezamos a subir por el espolón este de la montaña. Tras una hora más de marcha, encontramos un buen emplazamiento para nuestra carpita, con lindas vistas del cerro Hermoso pero no de nuestra pared, que solo distinguíamos de lado y adivinamos bastante laberíntica. Esa madrugada no conseguimos despertarnos a la hora acordada, y cuando se hizo de día nos vimos perdidos en una pared de una complejidad importante. Llevábamos bolsa de dormir y se presentaba el dilema de seguir sin rumbo o bajarse e intentarlo al día siguiente. Jordi me convenció de bajar. Fuimos a recorrer la base y nos pareció encontrar la manera de alcanzar el corredor diagonal suspendido a media pared y aprovechamos además para abrir la huella hasta cerca de la rimaya. ÚLTIMA OPORTUNIDAD Ahora no podíamos fallar, el despertador sonó y nos pusimos en marcha. Pasada la medianoche dejamos la carpa, en esta ocasión solo nos llevamos el material, el agua, alfajores y un calentador chiquito. Todo funcionaba, unos largos interesantes al inicio, después grandes ensambles y cuando amaneció ya estábamos en la diagonal. La escalada habría sido más placentera sin viento, pero tampoco era muy fuerte y las condiciones de la ruta eran óptimas. Cuando superamos la última cascada que se veía desde la base, faltaban 600m de desnivel y nos adentramos en un laberinto de corredores cortados por resaltes. El viento empezaba a ser realmente molesto, además de la incertidumbre de encontrar el camino en la pared. Rodeamos el muro cumbrero hacia el sur: no parecía tener una pasada fácil y salté de alegría cuando vi unos pitones. Si han pasado otros antes pasaremos no? Además, dentro del diedro el viento era más suave, así que robé el largo y aparecieron ante mí los hongos típicos de la región. Me subí a uno chiquito que estaba cerca y allí finalizamos la ruta, el más grande era tentador pero eran casi las cuatro de la tarde y estaba claro que el clima iba a peor. Al recuperar la cuerda del primer rapel, un bloque impactó en la cabeza de Jordi, empezábamos bien! el cuello resentido y el casco quebrado.

ARRIBA. Jordi llegando al espolón este. ABAJO. Oriol resguardado del viento en el último largo V/A0.

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ARRIBA. Cabaña del CB después de la nevada.

EN LA DEMENCIA

Sin más preámbulos nos dirigimos a nuestro campo base. Caminábamos como zombis, continuamente abatidos por

Esta expresión, tan típicamente patagónica, describe per-

el temporal; yo abandoné parte del equipo al final de la

fectamente nuestros últimos rapeles en el San Lorenzo:

laguna, ya volvería después de comer y dormir unos días.

cuerdas lanzadas al vacío que se elevan por encima de

Nuestro campo base no tenía grandes comodidades, el frío

nuestras cabezas y una lluvia constante de pequeños tro-

glacial y mi bolsa de dormir muy liviana contribuían a esa

zos de hielo y nieve.

sensación. Pero en cambio la cabaña tenía un fogón, por

Perdimos la cuenta de las veces que recuperamos la cuerda,

lo que pasamos la siguiente semana yendo a buscar leña y

pero entre treinta y cinco y cuarenta rapeles nos dejaron de

haciendo fuego todo el tiempo.

nuevo en el glaciar. Pudimos apagar las linternas, amanecía el

Esa vida patagónica ya desaparecida en el Chaltén, de la

primero de octubre.

que tantos relatos había escuchado de boca de Pepe Cha-

Las huellas habían desaparecido y estuvimos un buen rato sen-

verri y Dani Ascaso. La botella de whisky y los cigarrillos

tados en la nieve, esperando para poder encontrar la carpa.

marroquíes ayudaban a hacer más soportable el temporal,

Milagrosamente la carpa resistía el temporal, tumbada

hasta que recibimos otro mensaje de Rolo anunciándonos

totalmente pero sin ningún agujero. Respiramos aliviados

unas horas de buen tiempo.

pues no teníamos más bolsas de dormir que las que esta-

Había que aprovechar esa brechita para sacar alguna foto a

ban allí. Protegidos por el nylon amarillo de nuestra carpita

la pared, pues no teníamos ninguna imagen donde marcar

pudimos prender unos instantes el calentador para hidra-

la ruta, así que tuve que ir a rescatar las piquetas y demás

tarnos un poco, llevábamos treinta horas de caña con ape-

hierros que todavía estaban debajo de un bloque al costado

nas un litro de líquido cada uno.

de la laguna.

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3705 MTS.

VÍA NORD AFRICANA Vía Nord Africana 1500 mts. ED Cara Este (Oriol Baró (Esp.) – Jordi Corominas (Esp.) Noviembre 2008) . El ataque duró apenas 30 horas, en el que superaron, casi siempre en hielo, los 1.500 metros hasta un afilado final por el espolón central que presentaba algunos tramos de mixto y roca (A0). El descenso lo realizaron por la misma ruta a través de cerca de 40 rápeles que los volvieron a depositar en la base del glaciar.

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REPORTERO SOLITARIO

No sé qué es lo que tiene la Patagonia y sus gentes, pero enseguida que llegás ya estás como en casa y después

Al día siguiente amaneció todavía con viento y Jordi anunció

cuesta mucho marchar. Jordi se quedó hasta primeros de

que no vendría, pues el cuello todavía lo tenía parte de las no-

noviembre, justo para poder subir la Guillaumet en un ratito

ches en vela. Sobre las nueve de la mañana salí hacia el Cerro

de sol; yo alargué mi estancia casi dos meses más. Este fue

Hermoso; el día fue mejorando con el paso de las horas.

un buen año, con diez días lindos en diciembre, podría irme

La llanura cubierta de mallines se hizo interminable, pero

contento a casa… pero eso es imposible!

cuando empecé a encaramarme al cerro, las vistas del San

Las obligaciones me arrastraron hacia el Pirineo, pero la

Lorenzo se tornaron espectaculares.

cabeza se quedaba en el Chaltén, en sus picadas, en sus

A pesar de las nubes, pude sacar buenas fotos de la cara

cumbres y con sus gentes.

este y ver con claridad nuestra ruta en tan gigantesca mole. Para coronar el Hermoso seguí la más evidente de las rutas, un lomo que me llevaba directamente a la cumbre principal, una bonita escalada clásica con nieve predominante, algún paso mixto y algún otro con hielo. La esbelta cumbre es un magnifico mirador de la imponente montaña patagónica y de la inmensidad de la pampa que se extiende hasta el océano atlántico. La sensación especial que siempre da la montaña al andinista solitario, en mi caso en éste rincón del mundo, fue muy gratificante, pero al mismo tiempo sentí nostalgia de la civilización, de reencontrar los amigos, de explicar la batallita, de las cervezas… Esa misma noche desde la cabaña llamamos al pelado: en dos días podría venir a buscarnos, así que un día de porteo y al siguiente abandonábamos nuestro solitario campo base entre ñires y lengas. ARGENTINOS/AS El ripio en esta ocasión se hizo interminable. Cansados y hambrientos acampamos en “Tres Lagos”. En Calafate reencontramos a los amigos y en pocos días organizamos el asado de rigor. La previsión meteorológica no auguraba nada bueno en el Chaltén, por lo que alargamos nuestra estancia en Calafate. Entre el cerro Comisión, los bulders y largas sesiones delante de la computadora, los días fueron pasando. Ya en el Chaltén, cómodamente instalados en una casita alquilada, veíamos muy lejana nuestra cabaña en el San Lorenzo.

PÁGINA ANTERIOR. Jordi en el fin de las dificultades, al fondo en los primeros árboles

nuestro campamento. DERECHA ARRIBA. Campamento en la base del espolón este. DERECHA ABAJO. Oriol en el último de los hongos somitales, nuestra cumbre.

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